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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl: PROCESOS EDUCATIVOS EN MUJERES BORDADORAS* Silvia Santiago Martínez** educación PATRIMONIAL Introducción En el pueblo masehual, que corresponde a la cultura náhuatl, los bordados forman la indu- mentaria de los masehualmej. El presente artícu- lo es parte de la tesis “Los bordados del pue- blo masehual en Tlatokxochitl como obra en la construcción cultural: aprendizajes y procesos educativos en mujeres bordadoras”, que se rea- lizó con un grupo de mujeres bordadoras de la comunidad de Hueycoatitla, municipio de Be- nito Juárez, Veracruz. La práctica cultural de los bordados nos permite reconocer procesos edu- cativos desde adentro, es decir, una educación intracultural de los masehualmej, donde lo subje- tivo y la intersubjetividad son puentes que cons- truyen estrategias de enseñanza-aprendizaje desde lo colectivo y lo comunitario. Las mujeres bordadoras expertas enseñan a las aprendices el valor de cada figura, textura y color de los bordados, los cuales consideran una práctica y patrimonio cultural. Tlatokxochitl en Hueycoatitla Hueycoatitla es una comunidad hablante de la lengua masehualtlatoli (náhuatl), adscrita * Este texto fue tomado de la tesis para obtener el grado de maestría en Pedagogía (FFyL-UNAM) titulada Los bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl como obra en la construcción cul- tural: aprendizajes y procesos educativos en mujeres bordadoras. ** Miembro del seminario de Educación Patrimonial de la Maes- tría en Pedagogía, FFyL-UNAM. El objetivo del trabajo es describir el aprendizaje de las mujeres bordadoras y las representaciones culturales que construyen en torno a los bordados para comprender los procesos educativos propios de la cultura náhuatl. La metodología del trabajo es de tipo etnográfico y se resalta la importancia de los relatos de vida de cada sujeto participante. mujeresbordadorastlatokxochitl.blogspot.mx 39 CORREO del MAESTRO núm. 212 enero 2014

Bordados del pueblo masehual en Tlatokxohitl. Procesos educativos en mujeres bordadoras

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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl:

PROCESOS EDUCATIVOS EN MUJERES BORDADORAS*

Silvia Santiago Martínez**

educación

PATRIMONIAL

Introducción En el pueblo masehual, que corresponde a la

cultura náhuatl, los bordados forman la indu-

mentaria de los masehualmej. El presente artícu-

lo es parte de la tesis “Los bordados del pue-

blo masehual en Tlatokxochitl como obra en la

construcción cultural: aprendizajes y procesos

educativos en mujeres bordadoras”, que se rea-

lizó con un grupo de mujeres bordadoras de la

comunidad de Hueycoatitla, municipio de Be-

nito Juárez, Veracruz. La práctica cultural de los

bordados nos permite reconocer procesos edu-

cativos desde adentro, es decir, una educación

intracultural de los masehualmej, donde lo subje-

tivo y la intersubjetividad son puentes que cons-

truyen estrategias de enseñanza-aprendizaje

desde lo colectivo y lo comunitario. Las mujeres

bordadoras expertas enseñan a las aprendices

el valor de cada figura, textura y color de los

bordados, los cuales consideran una práctica y

patrimonio cultural.

Tlatokxochitl en Hueycoatitla

Hueycoatitla es una comunidad hablante de

la lengua masehualtlatoli (náhuatl), adscrita

* Este texto fue tomado de la tesis para obtener el grado de maestría en Pedagogía (FFyL-UNAM) titulada Los bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl como obra en la construcción cul-tural: aprendizajes y procesos educativos en mujeres bordadoras.

** Miembro del seminario de Educación Patrimonial de la Maes-tría en Pedagogía, FFyL-UNAM.

El objetivo del trabajo es describir el aprendizaje de las

mujeres bordadoras y las representaciones culturales que construyen

en torno a los bordados para comprender los procesos educativos

propios de la cultura náhuatl. La metodología del trabajo es de tipo

etnográfico y se resalta la importancia de los relatos de vida de cada

sujeto participante.

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quien enfatiza que las representaciones no son

falsas ni verdaderas sino que se definen en la

obra (obra, todo aquello creado por el hom-

bre); la teoría del aprendizaje social de Etienne

Wenger y Jean Lave, los cuales sostienen que el

aprendizaje es social y adquiere sentido desde

la postura de la participación del sujeto, y que la

participación es un referente epistemológico en

que se fundamenta el aprendizaje; también reto-

mamos los ideales de una educación comunita-

ria basada en la intersubjetividad que propone

Carlos Lenkersdorf, y la cultura como trama de

significaciones de Clifford Geertz.

Metodología

Nos apoyamos en las siguientes técnicas de in-

vestigación para realizar el trabajo etnográfico:

• La observación fue fundamental en el tra-

bajo de campo para recopilar información;

consistió en ver qué está pasando en ese

al municipio de Benito Juárez, en el norte del

estado de Veracruz. En esta localidad figura el

grupo de mujeres llamado Tlatokxochitl, que se

juntan a bordar para compartir experiencias, co-

nocimientos, saberes, gustos, anhelos y alegrías

que día a día viven con sus familias. Las mu-

jeres se reúnen en la casa de la señora Albina

(representante del grupo), donde el patio, el co-

rredor y la sala se convierten en un espacio co-

munitario para bordar. Las mujeres bordadoras

de Tlatokxochitl abren el espacio para enseñar y

aprender, con la finalidad de fomentar el borda-

do como parte de las prácticas culturales de la

comunidad.

Algunos referentes teóricos

En cuanto a los referentes teóricos en que fun-

damentamos nuestro trabajo, retomamos las

ideas y teorías de los siguientes autores: la teo-

ría de las representaciones de Henri Lefebvre,

La comunidad de Hueycoatitla se localiza en la región montañosa de la Huasteca, en la zona norte del estado de Veracruz, en el municipio Benito Juárez. Se encuentra a una altura de 304 metros sobre el nivel del mar.

Hueycoatitla

CalacoCaminos de terracería

Camino pavimentadoBenito Juárez

MunicipioMMM cMMunicdeeedeeee

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Educación PATRIMONIAL

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Bordados y procesos educativos en mujeres bordadoras

Trabajar con mujeres bordadoras permitió com-

prender que sus creaciones son obras construi-

das a través de representaciones culturales; y

que el color, la textura y las figuras evidencian

la cosmovisión de una cultura.

Podemos entender que el bordado es una

escritura antigua de Mesoamérica; como escri-

tura y práctica es transmitida de generación a

generación cuando las mujeres bordan objetos

de uso cotidiano, animales y flores de la región.

De acuerdo con Lechuga,4 el bordado es uno

de los recursos de ornato más importantes del

mundo. Sin embargo, en su elaboración existe

una variedad de estilos. El que nos interesó en la

investigación fue el punto de cruz, y la razón de

ello es que para las bordadoras de Tlatokxochitl

en Hueycoatitla, éste representa la memoria de

sus ancestros que se mantiene viva en las figu-

ras de la indumentaria. Las bordadoras argu-

mentan que es el que se usa más y está presente

en la cotidianidad de la comunidad; además, no

dejan que desaparezca porque es una herencia

de los abuelos y las abuelas de la comunidad.

Las bordadoras tienen un proceso de for-

mación que comprende los principios y las es-

trategias de aprendizaje; en la construcción de

representaciones culturales, los bordados son

considerados como obra, y la creación implica

saber bordar y combinar colores para poder es-

cribir la literatura de la obra-bordado.

Principios de aprendizaje de la bordadora

En nuestra tesis identificamos que el aprendi-

zaje que toda bordadora desarrolla durante su

formación se refiere a dos principios básicos:

el primero es el deseo de bordar, que a su vez

4 Ruth D. Lechuga, La indumentaria en el México indígena.

contexto “sin fragmentar ni dividir lo real,

tomando perspectiva para tener una visión

del conjunto”.1

• Las entrevistas sirvieron para obtener in-

formación directa de los sujetos, por lo que

constituyeron la parte esencial de la investi-

gación que nutrió de vida las preguntas de

investigación. En las entrevistas se pedía:

Cuéntame sobre los bordados.

• En la construcción de entrevistas emergen

los relatos de vida2 como una estrategia et-

nográfica para obtener información de los

sujetos. Los relatos de vida acceden a “una

dimensión diacrónica que permite captar la

lógica de la acción en su desarrollo biográfi-

co, y la configuración de las relaciones socia-

les en su desarrollo histórico (reproducción

y dinámica de transformación)”3 de las mu-

jeres respecto a la acción de bordar y crear

bordados.

La investigación se efectuó en cinco familias

bordadoras que integran el grupo Tlatokxochitl.

Los participantes se eligieron a partir de los si-

guientes criterios:

• Mujeres mayores que tienen los conocimien-

tos de los bordados y que han sido creadoras

de imágenes o figuras.

• Jóvenes que elaboran bordados.

• Niñas interesadas y que interactúan en los

procesos de elaboración de bordados.

1 José A. Yuni y Claudio A. Urbano, Mapas y herramientas para conocer la escuela. Investigación etnográfica e investigación-acción, p. 183.

2 Retomo las historias de los relatos de vida. Abordar, en este punto, las historias, saberes, conocimientos y recuerdos que se tienen en torno a la vida productiva de bordados –inclu-yendo cómo aprendieron a bordar y qué les representa–, es una estrategia que agrego a la etnografía, la cual se fue desa-rrollando en el trabajo de campo; es decir, los relatos de vida emergen del trabajo de campo.

3 Daniel Bertaux, Los relatos de vida. Perspectiva etnosociológica, p. 11.

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genera las condiciones para que la aprendiz

permanezca en todo el proceso de su aprendiza-

je. Cuando este principio no se desarrolla, surge

el enojo, o bien las aprendices abandonan, como

relata una bordadora:

Sí aprendió [su hija]. Una vez le dije que hiciera

todo parejo; ella lo hizo, pero se equivocó porque

las cruces no se veían y lo de abajo estaba chueco.

Le dije que así no era; ella se enojó y ya no quiso

hacer.7

La paciencia se demuestra cuando la apren-

diz internaliza la responsabilidad con la prácti-

ca cultural del bordado.

Estrategias de aprendizaje que usan las bordadoras

Otro elemento que abordamos en la tesis hace

referencia a las estrategias de aprendizaje que

usan las bordadoras. Ellas !que pueden ser ma-

dres, abuelas, tías o vecinas! buscan diversas

formas de enseñanza para transmitir su saber a

las futuras bordadoras. Una de las herramientas

básicas que emplean las expertas es la entrega

de los materiales indispensables que ayudan

a la aprendiz a manipular los hilos, la tela y

la aguja.

Las niñas interactúan con materiales nece-

sarios en la elaboración de bordados, y en esta

relación se crean condiciones que propician el

aprendizaje en la vida cotidiana. Las bordado-

ras del grupo Tlatokxochitl argumentan que los

cachos de telas e hilos son herramientas indis-

pensables que estimulan acciones para el desa-

rrollo del aprendizaje pues fungen como prime-

ros materiales didácticos. Con éstos se estimula

la ejecución de una actividad lúdica que apo-

ya la construcción de conocimientos y saberes

7 Entrevista a la señora Luciana Hernández 11/1/2012, citado en Silvia Santiago, Los bordados del pueblo masehual en Tla-tokxochitl como obra en la construcción cultural: aprendizajes y procesos educativos en mujeres bordadoras, p. 81.

se nutre de la seriedad, el gusto, el interés y la

atención surgidos de la actividad concreta la

veía bordar; el segundo se refiere a la paciencia.

Estos principios interactúan constantemente y

se consolidan en la actividad concreta de bordar.

El principio de deseo aparece por el mo-

mento de inmediación, por la aproximación

del entorno social que vive el sujeto5 y propicia

condiciones en la persona para crear la obra-

bordado porque “parece ‘producir’ su tiempo,

su espacio, su afirmación y su fuerza”.6 En la

convivencia cotidiana de la niña junto a la ex-

perta nace el deseo de bordar.

El principio de paciencia es la base del com-

promiso con la actividad del bordado porque

5 Henri Lefevbre, La presencia y la ausencia. Contribuciones a la teoría de las representaciones.

6 Ibid., p. 251.

Mujer bordando.

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hilos son usados para que la aprendiz se vaya

adaptando y conociendo las formas de elaborar

bordados; también con estos materiales se desa-

rrollan las estrategias de enseñarse a sí mismas

y con las demás.

Cuando la aprendiz toma la iniciativa de

aprender por sí sola a bordar, se enseña a sí mis-

ma. Es decir, a partir de la convivencia y parti-

cipación cercana con la experta, conoce algunos

estilos del bordado y se consolida la curiosidad

de toda aprendiz. Paradise diría: “se espera que

el niño tome la iniciativa en el aprendizaje”.9

Enseñarse con las demás consiste en que la

aprendiz aprende de otras personas para llegar a

bordar. Esta estrategia posibilita que la aprendiz

realice la práctica y junto con la experta aprenda

nuevos estilos de bordado. En esta estrategia la

participación es fundamental porque “sugiere

un interés explícito sobre la persona, pero como

9 Ruth Paradise, Un análisis psicosocial de la motivación y participa-ción emocional en un caso de aprendizaje individual, p. 84.

en la elaboración de bordados. Esas telas e hilos

ayudan a desarrollar las habilidades, destrezas

y actitudes que requiere cada aprendiz en su

aprendizaje:

Recuerdo cómo me enseñaba. Ella [su mamá] me

decía, me daba un cachito de cuadrillé, hilos, allí

veía cómo hacer. Ella [su mamá] me decía: ‘Ahora

copia esto, así hazlo, ve haciendo así’. Yo le decía:

‘No puedo, me equivoco’, pero sí lo sacaba.8

De lo expresado por la señora Albina, al re-

cordar cómo aprendió a bordar siendo una niña,

podemos deducir que los cachos de telas e hilos

funcionan como estrategias de aprendizaje pues

el contacto inmediato y manejo de materiales

condicionan la construcción de conocimientos.

Las bordadoras saben que al proporcionarles

esos materiales, motivan a las aprendices a crear

bordados. Por otro lado, los pedazos de telas e

8 Entrevista a la señora Albina Bautista 7/1/2012, citado en Sil-via Santiago op. cit., p. 83.

Amaxochitl (flor de papel).

Foto: Silvia Santiago Martínez.

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beres de una determinada práctica cultural del

pueblo. Así, la intersubjetividad cobra relevan-

cia en las relaciones e interacciones en la vida

cotidiana entre las bordadoras y las aprendices,

quienes comparten un espacio comunitario,

donde la bordadora sabe que tiene la responsa-

bilidad de enseñar a aquella niña o joven que

muestra interés en aprender a bordar.

La intersubjetividad en el ámbito comunita-

rio se presenta en la relación de las subjetivida-

des de los sujetos que asumen la responsabilidad

de transmitir los conocimientos y de adquirir

aquello que les es legado. En esta intersubjeti-

vidad, los sujetos se asumen como miembros de

la comunidad y son responsables los unos con

los otros de compartir aquello que es “nuestro”,

que se dinamiza a través de las generaciones.

Representaciones culturales de bordados

Las bordadoras del grupo Tlatokxochitl de

Hueycoatitla conciben que el bordado es una

práctica cultural, legado de los abuelos y las

abuelas. En sus figuras se encuentra plasmada

la cosmovisión, las prácticas cotidianas de la co-

munidad. Por ello, las mujeres bordadoras no

pierden las nociones de lo que representa cada

figura, color y diseño de los bordados. Para las

bordadoras de Tlatokxochitl, esta práctica es

patrimonio cultural de la comunidad. Entende-

mos por patrimonio cultural la construcción so-

cial que los sujetos atribuyen como significativa

a ciertos elementos que son parte de su entorno

sociocultural.

Reconocer el bordado como práctica cultu-

ral implicó considerar tanto las estrategias de

aprendizaje como también lo que se aprende

con éste. Así, encontramos que la práctica está

orientada a la formación de sujetos comunita-

rios capaces de valorar las figuras del bordado

como medio para plasmar la cosmovisión de la

cultura náhuatl, así como la concepción de una

forma de trabajo.

persona en el mundo, como miembros de una

comunidad sociocultural”.10

Las estrategias enseñarse a sí misma y enseñar-

se con las demás generan un espacio comunitario

donde se aprende a compartir, a dialogar, a en-

señar lo que se sabe, y donde los consejos toman

lugar.

En la educación del pueblo náhuatl, los co-

nocimientos y los saberes se comparten en el es-

pacio comunitario. Los miembros conviven con

aquellas personas caracterizadas por poseer sa-

10 Jean Lave y Etienne Wenger, Aprendizaje situado. Participación periférica legítima, p. 26.

Bordado de un rebozo tradicional.Bordado de un rebozo tradicional

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colectiva13

de Hueycoatitla. La herencia integra

saberes ancestrales que dan sentido a la práctica

actual, es decir, reconstruyen el pasado a partir

de la textualidad de cada figura que se borda.

Por ello hablamos de una pervivencia, porque

cada bordadora construye sentidos y significa-

dos en torno a los bordados y reconoce que es

parte de la comunidad.

Para las bordadoras de Tlatokxochitl, apren-

der y saber bordar representa poder salva-

guardar las figuras que han dejado las abuelas,

porque recuperan los bordados anteriores a su

13 La memoria colectiva constituye el reconocimiento de las prácticas del pasado que retoman significado en la vida con-temporánea de los sujetos, es decir, se reconstruyen para formar sentidos y pertenencia cultural, “la memoria colectiva se encarga de diseminar los saberes individuales a los sociales, al significar lo que fue el pasado transponiéndolo en el presen-te, según las necesidades de los que viven en el ahora”, véase en Julia Clemente Corzo, El arte de formar y la artesanía del saber, p. 81.

Para las mujeres de Tlatokxochitl, bordar no

significa sólo cruzar hilos con diferentes colo-

res, sino que al hacerlo se aprende a escribir la re-

lación del hombre con la naturaleza, el cosmos,

los ritos, las ceremonias; por ello, se habla de

una reproducción cultural de los conocimientos

de bordados. También saben que es el legado de

las generaciones pasadas, que es parte del cons-

tructo de una historia colectiva, de una memo-

ria colectiva, que posee tramas de significados11

para los habitantes de la localidad.

Las versiones que encontramos con las bor-

dadoras de Tlatokxochitl se refieren a las repre-

sentaciones que se tejen en la cultura construi-

das desde el contexto sociocultural. Hablamos

de representaciones como aquellas concepciones

o ideales que las personas de una cultura tie-

nen sobre un objeto; en este caso consideramos

los bordados como obra porque permiten com-

prender la relación sujeto-objeto para entender

la creación de obra-bordado. Para Lefebvre,

[…] las representaciones no son en sí mismas ni

verdaderas ni falsas. Pero como se les restituye en

su contexto, se les presenta en su verdad, en sus

relaciones como unos lugares y un tiempo, con

unas condiciones de existencia concreta, las de

una sociedad.12

Así, en la tesis hablamos de figuras represen-

tativas para la comunidad, como son el kuapelech

(gallo), el popochkomitl (copalero) y la sempoalxo-

chitl (flor de veinte pétalos o flor del muerto),

que están vinculadas a las actividades rituales,

ceremoniales y agrícolas de la comunidad. Cada

uno de los motivos bordados posee una repre-

sentación simbólica de la vida del hombre en su

relación con el cosmos y la naturaleza.

Mediante las figuras de bordados se habla de

una herencia cultural, manifiesta en la memoria

11 Clifford Geertz, La interpretación de la cultura.12 Henri Lefebvre, op. cit., p. 170.

Sitlali (Estrella).

Foto: Silvia Santiago Martínez.

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Cuidar aquello que se viene haciendo por-

que es nuestro, funciona como hilo conductor

de representaciones que cohesiona núcleos de

identificación de algo propio que es heredado.

Esto lleva a cuidar los bordados tradicionales

y a aprender que el cuidado es un compromiso

comunitario-colectivo.

En las representaciones culturales identifica-

mos que las bordadoras hablan de dos tipos de

bordados que son: los bordados de la comuni-

dad como aquello que es nuestro y los bordados

con figuras de los otros. Los primeros son pro-

pios de la comunidad; cada figura tiene nombre

en masehualtaltoli (náhuatl), y presenta moti-

vos de plantas, flores, animales, objetos de uso

cotidiano y cosmogónicos significativos para la

comunidad. Los bordados de la comunidad es-

tán en su mayoría en las tiras de kechkemitl15

de

las abuelas como muestra la siguiente foto.

15 Kechkemitl es el atuendo bordado que cubre el cuello de la mujer.

existencia. Esto nos lleva a reflexionar en que la

persona que borda está recuperando la práctica

cultural porque la considera importante en la

vida personal y colectiva, en el contexto cultural

de la comunidad, como nos relata la siguiente

bordadora:

[…] para mí es rescatar los tradicionales porque

no quiero que se pierda en esta comunidad los

bordados, ya que desde antes se viene haciendo.

Ahora si decimos que ya no vamos a bordar, ya

no vamos a enseñar, entonces desde allí se pier-

de los tradicionales de nosotros. Ahora nosotras

copiamos de aquí, no copiamos esos que vienen

en los catálogos, en revistas, sino que copiamos

de antes, de las mamás de nuestras mamás, de

muy antes, copiamos lo que nos han dejado en

sus tiras, para que no se pierda los bordados tra-

dicionales.14

14 Entrevista a la señora Albina Bautista 7/1/2012, citada en Sil-via Santiago, op. cit., p. 109.

Bordado antiguo.

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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl: PROCESOS EDUCATIVOS…

Los bordados con figuras de los otros son

aquellos que no tienen contenidos significativos

para los habitantes de la comunidad. La mayo-

ría de las figuras son retomadas de catálogos o

revistas de bordados, y su uso se debe a la ela-

boración de prendas de tipo comercial.

El bordado como obra

Considerar el bordado como obra nos llevó a re-

conocer los quehaceres de las bordadoras para

identificar como ueli tlakopina (saber copiar),

tlamachijchiua (crear con las manos) y tlayolitia

Es importante mencionar que las figuras de

bordados con más presencia son las flores, se-

guidas de los objetos cosmogónicos y de uso

cotidiano y animales. Entre las figuras de flores

hallamos aquellas relacionadas con la agricultu-

ra, la fertilidad, la deidad y la belleza. Entre los

animales está el kuapelech (gallo), como símbolo

de fortaleza, “fertilidad agraria y humana”,16

en

los objetos de uso cotidiano se encuentra el po-

pochkomitl (copalero), que representa la acción

de purificación.

16 Adriana Campos y Eduardo Terrazas, Dechado huasteco. Imá-genes del textil indígena de la Huasteca Veracruzana, p. 19.

Muestrario de bordados antiguos.

Fotos: Silvia Santiago Martínez.

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Page 10: Bordados del pueblo masehual en Tlatokxohitl. Procesos educativos en mujeres bordadoras

Educación PATRIMONIAL

fluye en un ambiente comunitario donde las

niñas conviven con bordadoras expertas y con

otras en formación, que en la actividad concreta

aprenden a respetarse unas a otras y a recono-

cerse como integrantes de un colectivo.

Por otro lado, la intersubjetividad permea

las condiciones de existencia comunitaria entre

los miembros, donde la competencia no existe

ni hay un solo ganador, sino que es compartida

entre todas para mejorar y aprender de todas.

Por ello hablamos de un aprendizaje comparti-

do en la vida comunitaria y cotidiana de las mu-

jeres bordadoras. Estas miradas de educación

comunitaria en las mujeres bordadoras dentro

del pueblo masehual constituyen las formas de

vida intersubjetiva que los niños y las niñas van

aprendiendo a lo largo de su existencia. La ayu-

da mutua, la iniciativa, la pertenencia a un gru-

po, las prácticas culturales, posibilitan la forma-

ción de hombres y mujeres comunitarios. Así, el

individuo existe porque existe la comunidad, y

por ello el individuo es un ser colectivo-comu-

nitario.

(crear con el corazón). Para llegar a cada uno

de estos niveles de creación, la bordadora tiene

que aprender a contar las puntadas y cuidar las

simetrías de cada figura, así como saber combi-

nar colores y el estilo del bordado. Estas habi-

lidades se adquieren de la creatividad de cada

una de ellas. Cabe señalar que en la creación de

los bordados es importante que cada aprendiz

y experta diseñe el tlakoayotilij (dibujar el deli-

neado), que es la base de todo bordado. En la

obra, cada bordadora plasma su propia creación

porque cada puntada, combinación de color y

simetría de las figuras surge de la creatividad

de cada mujer.

Conclusiones

En los bordados encontramos formas de res-

ponsabilizarse respecto a las prácticas cultura-

les que son patrimonio de la comunidad, y que

no se aprenden de manera autoritaria y exigen-

te ante una maestra, sino que el conocimiento

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