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CONGRESO SOBRE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES “CONSTRUYENDO LA IGUALDAD”19, 20 y 21 octubre 2005 – Palacio Europa – Vitoria-Gasteiz
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DISCRIMINACIÓN MÚLTIPLE: VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES CONDISCAPACIDAD Y CONTRA LAS MUJERES INMIGRANTES.Migraciones y Transnacionalismo en las Mujeres Inmigrantes: cuando las condiciones devulnerabilidad de género trascienden las fronteras de los estados naciones.
Ana Melva CamargoMediadora Social Intercultural del Programa de Migración y Multiculturalidad de la UniversidadAutónoma de [email protected]
“Yo trabajaba en una fábrica cerca de la ciudad en la Rumania, tenía mi coche ypienso que trabajo era bueno, pero poco dinero si quieres aspirar, tenía la casa, dos hijos,
marido… quería buena educación para ellos, prosperar, a mí me hubiera gustado estudiar. Mimarido al perder el empleo se vino para la España consiguió trabajo en la construcción y
papeles, tuvo suerte.Todo bien me dijo, deja tu trabajo, vende el coche y la casa y ven con loshijos, es lo mejor, para mujer es más fácil encontrar trabajo, ganas 600 a 800 euros en una
casa o cuidando personas, no es mucho trabajo, es como hacer tu propia casa, puedes hacerhoras extras se gana más. Tenía que ser verdad, yo sabía de mujeres polacas, que trabajaban
4,5 ó 6 meses en España y volvían con dinero para vivir tranquilas todo el año, tenía que serverdad.
Después de 3 años separados, decidí viajar, había que viajar y ayudar a mi hija quequedó embarazada de un hombre casado, decía que la quería pero no tenía dinero para elniño. Vendí todo vine por reagrupación familiar, junto con el hijo menor, mi permiso era de
residencia y no estaba autorizada para trabajar con seguridad social, solo en casas sin seguro,pocas horas, a veces llegaba a 300 euros, cuanto mejor ganaba 450, si interna ganaba más, yo
casada con hijo no puedo interna.
En la Rumania teníamos problemas, pero yo tenía trabajo y él perdió el suyo, por eso élmarchó aquí, al comienzo todo bien, pero al tiempo me di cuenta que el marido se volvió comohombre loco al encontrar que no encontraba buenos trabajos, tengo 52 años… muchos golpespor el dinero, me decía mujer ociosa, no buscas buen trabajo, me decía que estaba aquí por él
por sus papeles, que no soy buena madre, que si no cuidé bien a la hija… mi hijo es buenestudiante, y por él soportaba todo, no quería mala vida para él, al poco tiempo se vino mi hija
con su niño, así sin papeles, había que ayudarla.
Me volvía loca intentando buscar más horas, atender la casa para que el marido nomoleste, hacer buena compra para no gastar mucho, me daba vergüenza hablar con los de mi
país, como contar que no prosperaba.
En la Rumania todos me decían qué bien estás en la España, acá las cosas todo mal,trabaja, saldrás adelante, ten paciencia me decían, mis padres son muy mayores, cuando
enferman yo les compro medicinas.
Una vecina me dio unas horas en su casa, a veces me regalaba comida, ella muybuena, con ella aprendí castellano, no tenía tiempo para escuela, me compré diccionario, se
aprende pronto nombre de cosas de trabajo, también mirando la televisión, yo repetía palabrasy preguntaba a ella, ahora es mi única amiga, mujer, me decía, cómo puedes ir siempre
llorando, siempre triste, un día llegué a trabajar con marcas de golpes, me dijo, denúnciale,aquí hay derechos para las mujeres, hay ayudas, un día te puede hasta matar, y me dejé
“convencer” ¡estaba tan cansada!
Fuimos al médico, todos buenos, tengo orden de protección, tengo teléfono con policíapor si marido intenta acercarse, él se marchó del piso, sin embargo utiliza a mi hija, ella molesta
conmigo por denunciar a su papá, me ha denunciado por haberla pegado dice, tengo otrojuicio, ¡ay qué dolor por ella!… estoy desesperada, tengo que pagar el alquiler del piso, son
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700 euros, ya debo 2 meses, mi amiga me ayudó un poco, la parroquia otro poco, hay quebuscar otro piso, o buscar gente para compartir, no completo las horas de trabajo, mi hijo
tendrá que ponerse a trabajar, dejar de estudiar y buen estudiante, tiene 1 años como tendráahora sus papeles dependía del padre, pero era solo residencia, no sé cómo ayudarle, estoy
abrumada, mucha pena tengo. A los dos nos caducan los papeles a la vez, me dicen quepuedo sacar mi tarjeta independiente con la orden de protección, pero tarda mucho para queme concedan ¿tengo que esperar a la sentencia?, ¿cómo busco mejor trabajo con la tarjetacaducada?, empresas me dicen con resguardo sólo no te podemos dar de alta en el seguro
social, ¿me saldrá los papeles con permiso para trabajar?
La abogada ha tramitado la ayuda del INEM y lo han denegado porque mi autorizaciónera solo residencia, ha presentado recurso, hay que esperar. Ahora sólo necesito trabajar, y sin
papeles solo trabajos de poco dinero, me entrevistaron en una cadena de restaurantes quedice emplea mujeres así como yo, me dicen que cuando tenga la carta que me autoriza a
trabajar, vuelva donde ellos pero de momento no me pueden contratar, no sé si es verdad oporque tengo 52 años, me dicen que a otras mujeres les han hecho la oferta para pedirles la
autorización de trabajo, ¿será verdad?
Pienso que me precipité, tendría que haber esperado, ser más fuerte y soportar más,tener los papeles renovado de mi hijo, sacarme la tarjeta con contrato, o haberme presentado a
la regularización ya tendría la tarjeta, pero, pero no sabía y estaba tan agobiada que no teníacabeza para pensar, soy tan bruta…
Tanto luchar para prosperar, y ahora cómo vuelvo a Rumania, allá tampoco tengo casa,trabajo, familia me dirá tonta… podría haber esperado un poco más”
Madrid, Septiembre 2005
En la historia de violencia doméstica de esta mujer podemos encontrar muchos
elementos comunes a las vivencias que afectan a las mujeres en todo el
mundo, así como otros elementos no tan comunes, que más adelante señalaré
y que añaden unos elementos más de sufrimiento y discriminación.
Partiendo de lo común cuando revisamos su historia, en esencia su testimonio
y discurso con matices por supuesto, lo podemos encontrar en toda mujer
víctima de violencia de género independientemente de su origen cultural, étnico
y nacional, esto es, la violencia machista que es ejercida contra la mujer por el
hecho de ser mujer, así como de los roles de género que se asientan en
construcciones culturales, repito, presente en todas las culturas y que
perpetúan el poder androcéntrico.
Observamos también qué elementos la sitúan en condiciones de vulnerabilidad,
la pobreza que afecta de forma desigual a hombres y mujeres, la
responsabilidad materna, el cuidar de los “otros y otras”, la dimensión laboral
más frágil y precaria entre las mujeres que se agudizan en el capitalismo
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globalizado actual, así como de las enormes repercusiones y consecuencias
que tienen éstas en la vida de las mujeres, fundamentalmente en el deterioro
de su salud y su autoestima.
Parto de la convicción de que en este tema estamos todas y todos de acuerdo,
por lo tanto, ahora voy a centrarme en aquello no tan común o que sólo sería
común a las mujeres en contextos migratorios, esto es, cuando su situación de
ciudadana o no y su condición de extranjera atraviesan profundamente las
condiciones de vida de estas mujeres en destino, y más si éstas provienen de
países empobrecidos. A esta circunstancia de lo NO NACIONAL, añado otro
elemento más, y radica en el hecho de ser mujeres cuyas familias y redes
sociales significativas, por lo menos en su primer momento de la migración son
como poco birresidenciales y transnacionales.
Si bien las migraciones existen desde siempre y este fenómeno lo encontramos
a lo largo de toda nuestra historia, en la actualidad existen unas dinámicas que
la condicionan, por citar solo algunas: la aceleración de las migraciones
producto de la transformación de la fuerza de trabajo autóctona del país
receptor que aumenta su nivel de deseabilidad a la par que el aumento del
nivel educativo, el desarrollo económico de los mismos, frente al aumento del
empobrecimiento económico de los países de origen, la emergencia de un
mercado de trabajo secundario que ofrece puestos de trabajo poco seguros,
con poca posibilidad de promoción, así como los procesos de evocación y
atracción a través de los medios de comunicación que penetran las sociedades
de origen.
Tradicionalmente los estudios de las migraciones tuvieron un enfoque
androcéntrico, si bien aparecían las migraciones de mujeres, estos estudios
eran abordados fundamentalmente como acompañantes de proyectos
migratorios liderados por hombres. Es a partir de la incorporación del enfoque
de género al estudio de las migraciones, cuando se visibilizan las condiciones
en las que las mujeres migran, liderando futuras cadenas migratorias, por
decisión propia o como producto de estrategias familiares.
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Este análisis nos permite observar cómo se van constituyendo migraciones
altamente feminizadas. La incorporación cada vez más significativa de las
mujeres migrantes en la mano de obra internacional, responde a lógicas
fundamentalmente macroeconómicas en un capitalismo que necesita de
mujeres trabajadoras en mercados de trabajo altamente flexibles y temporales,
a la feminización de la pobreza y a las necesidades de supervivencia de
familias extensas cuya satisfacción de necesidades depende
fundamentalmente de estas mujeres.
En el caso español observamos cómo ciertos sectores de la economía atraen
fundamentalmente migraciones femeninas, por citar algunos: el servicio
doméstico, el cuidado de personas mayores y niñas y niños, la agricultura para
la recogida de frutas y hortalizas a cuyo perfil laboral se añade un nivel de
deseabilidad por parte del empresariado atributos considerados “femeninos”
para ser valoradas como buenas candidatas a estos puestos de trabajo.
Esto quiere decir que en la selección de las trabajadoras pesan
fundamentalmente criterios basados en estereotipos de género que
indudablemente tienen un doble impacto tanto en las sociedades de origen
como en las sociedades de destino. No es extraño por lo tanto ver convenios y
contingentes con países para atraer cupos de trabajadoras polacas, rumanas,
dominicanas, colombianas, etc. (Léase al respecto “La inmigración en España:
los desafíos de la construcción de una nueva sociedad” Autor: Lorenzo
Cachón, publicado en Migraciones, diciembre 2004)
En este trabajo el autor señala cómo se está produciendo un fenómeno de re-
etnoestratificación, rotación y desplazamiento de unas personas inmigrantes
por otras en algunas zonas, y cita el cambio de los marroquíes por
ecuatorianos en el campo murciano, o el de marroquíes por trabajadoras
polacas y rumanas en la fresa de Huelva, motivados por el deseo de encontrar
personas trabajadoras más “maleables” y cita cómo se concedieron 7.000
trabajos de temporada a mujeres del Este habiendo miles de trabajadores
marroquíes mayoritariamente con permiso para trabajar solo en agricultura y
sólo en esa provincia.
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Por lo tanto en España la modalidad de inserción laboral de las trabajadoras y
trabajadores migrantes, tienen unas marcas de identidad de género,
nacionalidad y clase que se inscriben en unas relaciones de poder asimétricas
en las que las mujeres inmigrantes se sitúan en el polo dominado, y más si a
ello le unimos otras diferencias en cuanto al fenotipo y a la cultura.
En nuestro trabajo cotidiano en la atención a las mujeres migrantes,
observamos que a la par que la migración es un proyecto individual:
búsqueda de oportunidades, desarrollo personal, posibilidad de autonomía,
ruptura de situaciones de control y violencia patriarcal, ésta se encuentra
fuertemente atravesada por proyectos familiares e inclusive comunitarios:
del éxito o fracaso de esta empresa, dependen muchas otras personas,
mujeres y hombres, ya sea por el soporte económico que representan, o bien
porque son parte del inicio o mantenimiento de futuras cadenas migratorias.
Por lo tanto, ambas dimensiones generalmente se yuxtaponen y van
condicionando sus vidas y la negociación de futuras identidades en su proceso
de recolocación en las sociedades de destino.
No hay que olvidar que si bien la inmigración como oportunidad brinda la
posibilidad entre otras de reconstruir nuevas relaciones de género, la otra parte
cuestionada o confrontada en sus roles tradicionales, en este caso la parte
masculina, entra también en crisis y despliega una serie de mecanismos para
mantener el control sobre “su pareja” a través de la presión emocional en la
distancia, en la que se cuestiona su “AMOR, LEALTAD y FIDELIDAD”. Esta
dimensión emocional trasciende la pareja a la familia, que buscan formas
para mantener control social en la distancia.
Responsabilidad, emociones contradictorias, ilusión, incertidumbre, sensación
de abandono, deudas, distancia geográfica, las maletas psicológicas y
económicas de las mujeres inmigrantes son un gran peso sobre unas espaldas,
cuyo único horizonte inmediato para dar cumplimiento a dicho proyecto es la
integración laboral, como eje fundamental en sus vidas independientemente de
su situación jurídico administrativo, o que hubieran llegado solas, o
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acompañando un procedimiento de reagrupación familiar de sus cónyuges de
hecho o de derecho.
A decir de la Investigadora Liliana Suárez Navas “estas mujeres que
desempeñan trabajos remunerados encarnan las tensiones propias de las
mujeres trabajadoras, y añaden a esto las propias de personas migrantes en
una era donde las fronteras y las aduanas están cerradas y donde la movilidad
no autorizada, sea o no parte de una estrategia de supervivencia, es motivo de
ilegalidad” ( Transformaciones de género en el campo transnacional. El caso de
mujeres inmigrantes en España. Liliana Suárez Navas en la Ventana Nº 20,
2004)
Comparto su afirmación, en que son épocas de crisis muy duras, y que las
mujeres están encontrando en la migración una válvula de escape a
situaciones de violencia estructural en sus familias y en sus países, sin
embargo, pienso que existen mecanismos de dicha violencia que viajan y se
trasladan con ellas y se encuentra también con formas de violencia que están
presentes en los países de destino. Muchas de estas mujeres están
condicionadas por su no ciudadanía, sus débiles redes sociales, el
desconocimiento del entorno, la barrera del idioma, la soledad, el desarraigo,
las barreras institucionales, que se convierten en un arma de chantaje, coerción
y aislamiento de muchas de ellas.
A estas dificultades no puedo dejar de mencionar otras manifestaciones de
violencia que también las afecta: El Racismo y la Xenofobia.
Por señalar algunas de estas manifestaciones de violencia, voy a referirme
varias de las conclusiones a las que llega la relatora especial de los derechos
humanos de las personas migrantes de la ONU en visita a nuestro país entre el
12 al 27 de septiembre de 2003. En su informe cita algunas de estas
situaciones encontradas relacionadas con las condiciones de vida de las
mujeres migrantes:
(E/CN.4/2004/76/Add.2 pág 17 y 18)
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• “64. El sector doméstico es donde trabajan la mayoría de las mujeres
migrantes regular o irregularmente en España. La situación de estas
trabajadoras, según pudo apreciar la Relatora Especial, es compleja.
Muchas trabajan irregularmente, sin seguridad social que les cubra y con
vulnerabilidad constante a ser explotadas. Aquellas otras que sí trabajan
regularmente, se encuentran en una situación menos vulnerable, pero
no por ello exentas de posible explotación y siempre dependientes de la
renovación de su contrato para poder renovar su permiso de residencia.
Durante algunas entrevistas, la Relatora Especial fue informada de que
las mujeres son discriminadas en materia de salarios y condiciones de
empleo según la nacionalidad, de forma que las mujeres marroquíes se
encontrarían en una situación especialmente vulnerable.”
• “65. La Relatora Especial conoció cómo los casos de tráfico y trata se
agravan en el caso de las mujeres que son obligadas a prostituirse. Si
bien, algunas aceptan el trabajo como medio de subsistencia y para
conseguir dinero para pagar la deuda en el país de origen, otras, según
informaron, se ven explotadas y en situación casi de esclavitud. Estas
mujeres están privadas de documentación y de libertad de movimiento,
bajo amenazas contra su persona o familiares en el país de origen,
como le relataron algunas mujeres rumanas que habían trabajado en un
club en Valencia, donde se vieron privadas de documentación y sin ser
visitadas por un médico”.
• “66. La Relatora Especial entrevistó a varias prostitutas de origen
latinoamericano en Madrid, quienes mostraron inquietud por
considerarse discriminadas y maltratadas por la policía municipal.
Asimismo escuchó sus preocupaciones por la falta de control sanitario y
la posibilidad de ser obligadas a trabajar con empresarios de negocios
como intermediarios. La Relatora Especial consultó a una autoridad
competente sobre el estado jurídico de las trabajadoras sexuales y se le
respondió que el ejercicio de la prostitución en España es "alegal", es
decir no está ni prohibido ni regulado por la ley.”
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A lo observado por la relatora habría que añadirle:
• El enorme sufrimiento y gasto económico y psíquico que implica el largo
y complicado proceso de reagrupación familiar para los hijos e hijas, que
se ve agravado tratándose de mujeres monoparentales, que los han
dejado al cuidado de terceras personas en el país de origen,
condicionando a muchas de ellas a aventurarse a traerlos consigo en
situación de irregularidad, y, por consiguiente, en situaciones de mayor
precariedad, todo ello pese a haberse reducido a un año la necesidad
de tener el permiso de trabajo y residencia. Es decir, ahora con el
resguardo de haber presentado la segunda renovación de la tarjeta se
puede iniciar los trámites, lo que no garantiza que iniciado el expediente
el proceso sea más corto en el tiempo.
• Si bien el empadronamiento, en general, permite a todas las personas
inmigrantes acceder a derechos básicos como la atención sanitaria y a
la educación obligatoria para sus hijos e hijas, éste no está exento de
dificultades para acceder a viviendas por el elevado precio de los
alquileres, dándose fenómenos de hacinamiento o “camas calientes” en
pisos, y mayor dificultad tienen aún las mujeres que trabajan en régimen
de internas, que dependen de la voluntad de sus empleadores o
empleadoras para empadronarse.
• En la actualidad, con la entrada en vigor del reglamento de la ley de
Extranjería (Real Decreto 2393/2004) se prevé que las mujeres
inmigrantes reagrupadas por el marido puedan obtener la tarjeta de
residencia independiente por circunstancias excepcionales, por razones
humanitarias, cuando son víctimas de violencia doméstica. Este sigue
siendo un trámite lento por parte de la administración central, ya que la
solicitud podrá presentarse siempre y cuando se haya dictado a favor de
la víctima una orden judicial de protección, aunque para concederse
tiene que haber recaído sentencia por los delitos de que se trate. Lo que
dificulta enormemente su nivel de autonomía y toma de decisiones para
romper esta situación de violencia.
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Sobre las mujeres inmigrantes en situación irregular víctimas de violencia
doméstica, existe el riesgo de que se les inicie un procedimiento de expulsión a
la par que presenta la denuncia, lo que inhibe a muchas mujeres a denunciar.
Conclusiones:
Las mujeres inmigrantes víctimas de violencia de género, y más en concreto
víctimas de violencia doméstica, se enfrentan con muchas condicionantes que
aumentan sus condiciones de riesgo y que hacen compleja la intervención
Psico-social con ellas. A esto se suma las barreras en su condición de
extranjeras, que les impiden recibir servicios necesarios para afrontar su
situación, sumados a las características propias de su proyecto migratorio, que
condicionan tremendamente sus vidas y la toma de decisiones para romper el
círculo de la violencia. Estas circunstancias escapan muchas veces a nuestro
campo de control.
No obstante, desde el papel que nos compete a las instituciones y sociedad
involucrada en la lucha contra la violencia sexista, que trabaja por la tolerancia
cero, tenemos la responsabilidad de hacer un análisis interno, para afrontar
nuestros mecanismos de atención a estas mujeres, es decir, plantearnos si
somos accesibles a ellas, y si no es así, cómo mejorar nuestros servicios a la
diversidad multiétnica.
Entre las barreras que ellas pueden estar atravesando están las propias de
nuestros servicios de atención:
• Barrera Lingüística: si una mujer inmigrante maltratada llega a nuestros
servicios, puede resultar imposible utilizar la ayuda ofrecida porque no
está en su lengua y nadie está disponible para traducir. Es verdad que
se están haciendo esfuerzos para traducir folletos informativos en
distintas lenguas, para difundir nuestros servicios, pero también es cierto
que cuando la mujer llega a nuestros servicios, no podemos
comunicarnos con ella, en la atención social, jurídica o psicológica.
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• Desconocimiento o poco conocimiento en temas de inmigración o
extranjería: muchas veces quienes trabajan en casos de violencia
doméstica pueden no poseer conocimientos de detalles sobre las leyes
de inmigración, y los y las abogadas o personas que trabajan en
inmigración no siempre pueden reconocer características de una víctima
de abuso porque tienen poca sensibilidad o formación en estos temas.
Por ello hace falta una especialización conjunta o un trabajo coordinado
con formación en género y extranjería.
Otras barreras personales que sufren estas mujeres:
• Amenazas: estas mujeres pueden estar experimentando amenazas por
parte del agresor con ser denunciadas si están en situación de
irregularidad, el miedo a ser deportadas es alto.
• Chantajes y extorsión de retirarles los documentos importantes como
son su pasaporte, partida de nacimiento, residencia, etc. o la negativa a
hacerle los papeles o retirar la petición de legalizar su situación.
• Aislamiento intencionado por parte del agresor quien no la deja o impide
que acuda a clases para aprender la lengua. Si no hablan nuestro
idioma, dependen plenamente del abusador.
• Privilegios de Ciudadanía, sobre todo en el caso de parejas mixtas. Si
ellos son españoles o están nacionalizados, ellas sienten que no tienen
derechos frente a ellos, y esto se extiende a las amenazas con quitarle
a los niños y niñas, o llevárselos del país, esto se agrava cuando ellos
son los que han cursado la reagrupación familiar, pues dependen de
ellos en la tarjeta de residencia.
• Abuso económico, muchos agresores, les quitan el dinero y controlan
sus gastos y las remesas que envían al país, sobre todo cuando son
ellos los que controlan el entorno, o tienen los papeles en regla, no
permitiéndoles ser financieramente independientes, con mayor
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frecuencia cuando están en situación irregular, o incluso teniendo la
residencia no están autorizadas a trabajar por ser reagrupadas.
• Maltrato emocional añadido a nombres degradantes o racistas de parte
del agresor, marido o pareja autóctono.
21 de octubre de 2005
Agradezco la colaboración de Ana María Céspedes Calderón del Voluntariado de MadresDominicanas- VOMADE, a Rita Alarcón- Psicóloga, a Macarena Canal, Elena Clavel yLucrecia Yanqui Mediadoras Sociales Interculturales, Charo Rubio Alférez todas ellas porsu colaboración y experiencias de intervención.
A “Iliana” por su testimonio y generosidad.