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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAMINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICADE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADOUNEFA-CIP
GESTIÓN ESTRATÉGICA DE MANTENIMIENTO BASADA EN LA CONFIABILIDAD OPERACIONAL DE LAS OBRAS E INSTALACIONES
DEL SISTEMA DE RIEGO EL CENIZO
Estudio presentado como requisito parcial para optar al Grado de Magister Scientiarum en Gerencia de Mantenimiento
Autor:Ing. Mario SanabriaTutor: Dr. José G. Fernández Gil
Betijoque, Abril de 2015
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAMINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICADE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADOUNEFA-CIP
GESTIÓN ESTRATÉGICA DE MANTENIMIENTO BASADA EN LA CONFIABILIDAD OPERACIONAL DE LAS OBRAS E INSTALACIONES
DEL SISTEMA DE RIEGO EL CENIZO
Estudio presentado como requisito parcial para optar al Grado de Magister Scientiarum en Gerencia de Mantenimiento
Autor:Ing. Mario SanabriaTutor: Dr. José G. Fernández Gil
Betijoque, Abril de 2015
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CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Cuando se inicia el estudio sobre el aprovechamiento de los recursos
hidráulicos, se reflexiona sobre la disponibilidad de estos en una región,
tomando en cuenta en buena medida, las condiciones climáticas e
hidrológicas, así como las característica particulares referidas a su
naturaleza fisiográfica, topográfica y edafológica, logrando conocer la
condición del recurso agua para su aprovechamiento agronómico, en tal
sentido se hace el siguiente planteamiento.
Planteamiento del problema
En el entorno global, se plantea el desarrollo obras especializadas que
permiten que el hombre aproveche el recurso agua mediante la utilización de
obras hidráulicas, para el manejar y aprovechar dichos recursos mediante el
riego integral, a través de sistemas de riego, logrando satisfacer las
demandas de agua de los cultivos y el control de inundaciones.
En tal sentido, el riego se considera una práctica que el hombre tiene a
su alcance para controlar la humedad de los suelos de acuerdo a la
demandas de los cultivos, regulando los niveles de humedad, por medio del
umbral de riego, interviniendo en los desequilibrios hídricos mediante obras
de control de drenajes e inundaciones. (Israelsen y Hansen, 1979).
Aunado a esto, Grassi (2001), define el riego como la aplicación artificial
de agua a la tierra, con el fin de suministrar a las especies vegetales, la
humedad necesaria para su desarrollo. Considerando con ello, proporcionar
la humedad necesaria a los cultivos, asegurar las cosechas contra las
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sequias, disipar temperatura del suelo para mejorar sus condiciones, lavar y
diluir sales, reducir el peligro de la erosión y ablandar el suelo.
Es por ello que se hace necesario aprovechar el recurso agua a través
de la utilización de un sistema de riego, el cual está constituido por obras
hidráulicas que permitan abarcar una determinada área irrigada, logrando
conducir agua para riego por medio de canales que lleguen a los confines de
las parcelas incluidas en el sistema, de acuerdo a las necesidades
agronómicas establecidas, complementado la obra con una red de drenaje
para evacuar los excedentes de agua y sales disueltas en ella.
Donde el propósito de un sistema de riego, surge de la necesidad de
producir bienes que constituyen la utilidad y beneficio directos, sociales e
indirectos. Destacando, los beneficios directos, obtenidos como producto de
los cultivos sembrados en las tierras del sistema; los beneficios sociales, que
se traducen en el aumento del nivel de vida de los usuarios del agua del
riego; y los beneficios indirectos, radicados en la seguridad del
abastecimiento del agua para los cultivos, la intensidad de explotación de la
tierra y el asentamiento de pobladores. (Grassi, 2001).
De acuerdo a Horst (1998) un sistema de riego es una infraestructura
física necesaria para capturar, transportar y distribuir el agua a grupos de
predios para satisfacer las necesidades y requerimiento de los cultivos.
Dependiendo de la topografía, la disponibilidad de agua y de tierras que
proporciona la naturaleza de la región donde se ubica el sistema, tomando
en cuenta, las obras hidráulicas, viales y de comunicación que conforman
finalmente el sistema de riego.
En América Latina, según la FAO (2000), el perfil de cada país describe
la situación de los recursos hídricos y su uso en la agricultura, con especial
atención a los sectores del riego y el drenaje. Su finalidad es enfatizar las
particularidades de cada país, así como los problemas que afronta la gestión
del agua y el regadío en la región.
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Destacando que de los 32 países que se tiene información de riego en
América Latina están agrupados en 8 subregiones, teniendo en cuenta la
homogeneidad en sus características geográficas y socioeconómicas. Siendo
Brasil y México consideradas subregiones debido a la importancia de la
superficie bajo riego con respecto al total de la región. Estas subregiones
son: México, América Central, Antillas Mayores, Antillas Menores, Subregión
Guayanesa, Subregión Andina donde esta Venezuela, Brasil y Subregión
Sur. (FAO, 2000).
Adicionalmente la FAO (2000) establece que la superficie potencial de
riego en la región se estima en 77,8 millones de hectáreas, habiendo
considerado sólo la superficie de aquellos países en los cuales se
encontraba disponible esta información. Donde el 66 por ciento de esta
superficie potencial regional se localiza en cuatro países: Argentina, Brasil,
México y Perú. Los métodos utilizados para estimar la superficie potencial de
riego varían según el país, lo cual dificulta su comparación. Señalando el
caso de Argentina, El Salvador y Venezuela son, sobre todo, los recursos
hídricos disponibles en las áreas de mayor aptitud para el riego, los que
limitan dicha superficie.
Continúa afirmando que en la mayor parte de los países de la región, el
riego es visto como un importante medio para incrementar la productividad y
la intensidad de cultivos y fomentar la diversidad de estos, como objetivo de
la mayor parte de las políticas agrarias de los gobiernos de América Latina.
De allí que es importante evaluar la superficie bajo riego de estos países
conociendo las obras hidráulicas que garantizan el riego, de acuerdo a la
disponibilidad de los recursos hídricos y el alcance del área regada de
acuerdo a los predios establecidos para los usuarios.
En Venezuela existe el desarrollo de grandes y medianos sistemas de
riego, con obras de infraestructura de riego en un total de 416.235 hectáreas
regables neta, distribuidas entre 35 grandes y medianos sistemas de riego y
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1.112 pequeños, todos activos y utilizados para el aprovechamiento de la
siembra de varios rubros agrícolas. (FAO, 2008). Partiendo el desarrollo
histórico de éstos en los años 40 con la creación de la Dirección de Obras de
Riego en el Ministerio de Obras Públicas (MOP), con la publicación de las
Consideraciones básicas para la elaboración de un plan nacional de
irrigación a desarrollar durante el período 1950-70, cuando se inicia la
ejecución de obras hidráulicas destinadas a riego, con el objetivo de
conseguir satisfacer la demanda de alimento a través de la incorporación de
tierras al riego y/o el saneamiento de áreas inundadas periódicamente.
(Nuñez, 2008).
En las décadas de los 70 y 80 el crecimiento fue moderado, pero
sostenido, para llegar a finales de los 80 con una superficie cercana a las
180.000 ha. Dicha superficie sufrió un crecimiento considerable en el año
1998, debido al comienzo de la ejecución del documento Política y Plan
Nacional de Riego y Saneamiento de Tierras, desarrollado por la Dirección
General Sectorial de Infraestructura del MAC y el Consejo Nacional de Riego
y Saneamiento de Tierras (CONARSAT). (FAO, 2001).
Considerando que Venezuela tiene una gran potencialidad para
incrementar el área bajo riego. En 1984, el Ministerio de Agricultura y Cría
realizó un estudio a nivel nacional con el objeto de identificar y priorizar las
áreas potencialmente regables. Teniendo en cuenta el clima, los suelos y los
recursos hídricos, así como la tradición de riego, aspectos económicos y el
impacto regional, el resultado final del análisis definió un total de 1,4 millones
de ha en todo el país, de las cuales aproximadamente la mitad vendría
abastecida a través de agua subterránea. (FAO, 2001).
Destacando que el área con infraestructura de riego en el sector público
en 1998 era de 228.699 ha, de las cuales en ese año se estima que se
regaron 127.000 ha. Actualmente se establecen los Distritos de Riegos
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Públicos que se agrupan para propósitos administrativos en 24 proyectos de
riego, abarcando más de 350.000 ha bajo riego. (Nuñez, 2008)
Es importante destacar que los sistemas de riego bajo la administración
del sector público tienen grandes restricciones presupuestarias. Por ello, la
operación y mantenimiento de dichos sistemas generalmente es escasa y los
sistemas funcionan con limitaciones. En 1998, sólo se regó
aproximadamente el 54% de la superficie puesta en riego en el sector
público, principalmente debido a: deterioro de los equipos y obras de riego
por falta de un adecuado mantenimiento, falta de finalización de las redes
secundarias y terciarias de los sistemas iniciados y escasas facilidades para
el desarrollo parcelario. (FAO, 2001).
A nivel del Estado Trujillo, se presenta una superficie considerable bajo
el desarrollo de regadío a través del sistema de Riego El Cenizo. Este
sistema de riego viene a ser el primer gran sistema de riego planificado para
el país, considerado uno de los más antiguos. Comenzando su desarrollo en
la década del 50 cuando se propone comenzar los trabajos de ejecución de
la idea constituida en permitir la producción de la mayor cantidad de granos
en el país, siendo proyectado para establecer el granero de Venezuela,
según la reforma agraria diseñada cuando el país empezó a desarrollar la
planicie de la olla del lago de Maracaibo. Instaurando que el sistema de riego
se iba a desarrollar a lo largo de las llanuras aluviales del rio Motatán en la
planicie de su mismo nombre que termina en el lago de Maracaibo.
Con la propuesta inicial de cubrir un área de riego aproximadamente de
cuarenta y cinco mil (45.000) a cincuenta mil (50.000) hectáreas. Motivado al
gran impacto social en el diseño original, se comenzó con una proyecto
creado para atender en su inició parcelas de 100 hectáreas, luego vino la
primera reforma agraria, generando problemas con los campesinos en unos
sectores, lo que originó la división de las parcelas de 100 hectáreas a
parcelas de 8 a 10 hectáreas, proliferando el número de parceleros para
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lograr diversificación de rubros y utilización del sistema de riego para que la
producción se fundara de acuerdo a las potencialidades de los sectores
existentes.
En las tres décadas siguientes, se construyeron la mayoría de las obras
e instalaciones requeridas por el sistema, abarcando parte de la planicie del
rio Motatán, en los denominados llanos del Cenizo que tiene una superficie
total de 150.00 ha. En la actualidad el sistema de riego cubre una superficie
neta de 8.600 ha, de las cuales 5.100 ha corresponden al área parcelada y
3.500 ha a superficie adicional sin obras de riego drenaje. (INDER y ERSHT,
S.A., 2014)
Este sistema de riego funciona a través de la obra de captación y
derivación directa del rio Motatán y es llevada a los predios de las unidades
de producción a través de las obras hidráulicas construidas para el
transporte, distribución, medición y drenaje en el sistema. También se
destaca que el sistema de riego El Cenizo, está organizado por juntas de
usuarios, siete (7) en total, agrupados actualmente en 424 parcelas en zonas
servidas por elementos comunes de las obras hidráulicas existentes en el
sistema. (INDER y ERSHT, S.A., 2014)
Es importante destacar que actualmente el sistema de riego El Cenizo
está en funcionamiento y conduce agua a la mayoría de los predios que lo
constituyen. Presentando un marcado deterioro de sus obras hidráulicas que
derivan en deficiencias en el suministro de agua en algunos sectores e
inundaciones otros, impidiendo el desarrollo eficiente y efectivo de las zonas
agrícolas, en detrimento de la producción, ocasionando daños en los suelos
y en sus obras e instalaciones.
Donde la problemática se debe principalmente a la falta de
mantenimiento y conservación de sus obras hidráulicas (captación y
derivación), sus instalaciones para medición y distribución, los drenajes y las
vías, entre otras particularidades. Enfatizando los problemas de acumulación
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de sedimentos en los canales de conducción, lo que dificulta la entrega
oportuna y precisa del recurso hídrico. De igual forma, presentado en ciertas
zonas del sistema de riego la condición indeseable de vegetación, baja,
media y alta, que genera obstrucciones adicionales y pérdida de capacidad
de conducción de agua en los canales. Como también daños en compuestas
y mecanismos de distribución de la red, deterioro y falta de losas en taludes
de canales, daños en bermas que dificulta el acceso vial en el sistema, entre
otros. (INDER y ERSHT, S.A., 2014).
Tomando en cuenta lo señalado en el Plan Nacional y Regional de
desarrollo Agrícola para el crecimiento de la Agricultura Venezolana, donde
contempla en sus objetivos: Ampliar la superficie agrícola bajo riego; y
Fortalecer la infraestructura, el desarrollo y el funcionamiento de los grandes
polos socialistas de producción primaria agropecuaria y grandes sistemas de
riego, gestionados a través de empresas socialistas, lo cual permitirá la
integración de los pobladores en los procesos productivos a escala industrial,
en concordancia con la ofensiva económica emprendida por el gobierno
nacional, donde se busca el fortalecimiento de la producción agrícola del
país. (SPSN, 2013).
Destacando, dentro de la nueva orientación del estado venezolano, la
agricultura y el desarrollo rural para adquirir una nueva condición a partir de
normas constitucionales que establecen la garantía de la seguridad
alimentaria, declarando la producción de alimentos de interés nacional y
privilegiando la producción agropecuaria interna, con base en una agricultura
sustentable y el desarrollo rural integral, centrado en la búsqueda de la
seguridad alimentaria para los venezolanos. (FAO, 2001).
Es por esto que se formulan planes de trabajo para conocer la situación
actual de las obras hidráulicas e instalaciones de riego, la red vial y sistemas
de comunicaciones y las obras auxiliares. Basados en un diagnóstico técnico
que permite evaluar sus condiciones actuales, planteando las posibles
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soluciones a los problemas encontrados, para finamente proponer un modelo
de gestión de mantenimiento para su conservación y rehabilitación.
En tal sentido, se resalta que el mantenimiento de un sistema de riego
está directamente relacionado con el ambiente creado por el hombre,
consistiendo en elementos artificiales, tales como: obras hidráulicas (de
captación, distribución, entrega y desalojo de agua), equipos e instalaciones
y obras auxiliares (vialidad, otros) del sistema de riego, las cuales se les
debe garantizar su operatividad mediantes acciones que permitan conservar
o reestablecer sus condiciones para cumplir con las funciones para las
cuales fueron diseñadas.
También es importante destacar que las obras hidráulicas, como sus
instalaciones auxiliares se deterioran fácilmente con el tiempo si no se
someten a labores de mantenimiento. Es por ello que debe considerarse una
partida presupuestaria para cumplir con las planificaciones establecidas y
poder atender al sistema, de lo contrario se verán afectados los usuarios al
no poderle suministrar el agua requerida para los cultivos en el predio.
En tal sentido se debe considerar al mantenimiento como un conjunto
de acciones continuas tendientes a sostener en condiciones óptimas el
servicio del sistema de riego, conforme a las características de diseño de las
obras, equipos e instalaciones del cual forman parte. (Grassi, 2001).
Enfatizando que si el mantenimiento sufre alteraciones y modificaciones
en su continuidad de aplicación en la obras, conjuntamente con el deterioro y
desgaste que sufren algunos elementos constitutivos del sistema, como
también, el deterioro del sistema de accionamiento automático o manual de
las compuertas, originan modificaciones en los caudales de entrega y
distribución, ocasionando perdida de eficiencia del sistema hacia los predios,
entre otras situación desfavorables para los parceleros.
Vale destacar que las actividades de mantenimiento, manuales o
mecanizadas, se planifican y programan de acuerdo a los ciclos de riego y a
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la época lluviosa cuando no se está suministrando los caudales de agua
establecidos por el sistema. Es por ello que Grassi (2001) plantea formular
un buen plan y programa de mantenimiento para una buena gestión a través
de: Conocer el inventario de las obras, instalaciones, equipos y otros con sus
características técnicas y funcionamiento; Determinar las actividades de
mantenimiento y el volumen que comprende cada una de las obras,
instalaciones y equipos en el sistema;
Continuando con: Establecer el ciclo óptimo de mantenimiento de
acuerdo a la época apropiada para realizar las labores requeridas por las
obras del sistema; Contar con los recursos de mantenimiento (humanos,
materiales, herramientas, equipos, insumos, repuestos, otros) necesarios
para realizar la atención de mantenimiento; y Determinar las prioridades en la
atención de mantenimiento de las obras.
Al respeto, se requiere recopilar toda la información destacada en el
análisis de la evaluación del sistema de riego El Cenizo como referencia para
conocer las características de diseño, las obras, equipos e instalaciones del
cual forman parte del sistema, con el objeto de poder gestionar su atención
de mantenimiento de acuerdo a los usos establecidos por los
administradores y parceleros de este, con el propósito de determinar las
actividades de mantenimiento y el volumen que comprende cada una de las
obras, instalaciones y equipos en el sistema, logrando establecer los
recursos necesarios para realizar la atención y establecer la prioridades para
en funcionamiento óptimo del sistema de Riego el Cenizo mediante un
modelo de gerencia estratégica basada en mantenimiento autónomo.
Considerando de gran importancia el aval de las comunidades de
usuarios del sistema de riego, mediante los diferentes actores, en la
búsqueda de conocer las opiniones vivenciales sobre las situaciones
operativas y reales de las obras, instalaciones, vialidad y obras auxiliares que
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constituyen el sistema, considerando los aportes para realizar las mejoras
requeridas a través de las comunidades participantes.
Adicionalmente se requiere conocer todo lo referente a la confiabilidad
operacional de los equipos, para garantizar que éstos puedan operar durante
un determinado periodo de tiempo sin pérdida de su función. Teniendo como
fin último el análisis de confiabilidad de los activos físicos, de tal manera que
se pueda cambiar las actividades reactivas y correctivas, no programadas y
altamente costosas, por acciones preventivas planeadas que dependan de
análisis objetivos, situación actual e historial de equipos, para finalmente
contribuir a un adecuado funcionamiento de equipos e instalaciones,
derivando en el control de costos. (Espinoza, 2011)
Al respecto, señala Espinoza (2011) que la confiabilidad operacional es
una serie de procesos de mejora continua, que incorporan en forma
sistemática, avanzadas herramientas de diagnóstico, metodologías de
análisis y nuevas tecnologías, para optimizar la gestión, planeación,
ejecución y control de la producción requerida por la organización, logrando
cumplir con sus condiciones operativas de diseño.
Por lo antes mostrado, se propone finalmente plantear soluciones a la
problemática existente en el sistema de riego El Cenizo, mediante el
establecimiento de un modelo de gestión de mantenimiento basada en la
confiabilidad operacional de todas sus obras e instalaciones, lo cual permita
lograr la capacidad operativa de éstas (procesos, tecnología, gente), para
cumplir su función o el propósito que se espera de ella, dentro de sus límites
de diseño y bajo un específico contexto operacional.
Formulación del problema
En función de lo expuesto, considerando la relación que existe entre la
gestión del mantenimiento y la confiabilidad operacional de las obras e
12
instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo, se formula el problema de
investigación con fines estratégicos para su esclarecimiento, en los
siguientes términos:
¿Cómo debe ser la gestión del mantenimiento para asegurar la
confiabilidad operacional de las obras e instalaciones del Sistema de Riego
El Cenizo? Lo cual procede de las siguientes preguntas en la investigación:
¿Cuáles son las condiciones operacionales actuales de las obras e
instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo?
¿Cómo se garantiza la confiabilidad operacional de las obras e
instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo?
¿Cómo se debe gestionar el mantenimiento basado en la confiabilidad
operacional de las obras e instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo?
Objetivos de la Investigación
General
Establecer una gestión estratégica de mantenimiento basada en la
confiabilidad operacional de las obras e instalaciones del Sistema de Riego
El Cenizo.
Específicos
Evaluar las condiciones operacionales actuales de las obras e
instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo
Establecer criterios técnicos para garantiza la confiabilidad operacional
de las obras e instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo
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Plantear un modelo de gestión estratégica de mantenimiento basado en
la confiabilidad operacional de las obras e instalaciones del Sistema de
Riego El Cenizo.
Formular lineamientos estratégicos basados en la gestión del
mantenimiento para garantizar la confiabilidad operacional de las obras e
instalaciones del Sistema de Riego El Cenizo.
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BIBLIOGRAFIA
Grassi, C. (2001). Operación y Mantenimiento de Sistemas de Riego. CIDIAT. Talleres gráficos CIDIAT. Mérida.
Israelsen, O. y Hansen, V. (1979) Principios y aplicaciones de Riego. Talleres gráficos CIDIAT. Editorial Reverté S.A. Barcelona, España.
FAO (2000). El Riego en América Latina y el Caribe en Cifras. Servicios de Publicación y Multimedia, División de información FAO. Roma, Italia.
FAO and world Bank Cooperative Program. (2001). Venezuela Riego y Drenaje. Revisión Subsector. Repor N’ 13437/CO Country Departamet III Natural Resources Management and Rural Poverty. Latin América and te Caribian Regional. Roma, Italia.
FAO (2008). Informe sobre el plan de acción de la cumbre mundial sobre la alimentación. Informe nacional de seguimiento de la aplicación del plan. Por: Gladis Urbaneja Embajadora - FAO. Consultado el 18 de febrero de 2015 en: ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/meeting/013/ai752s.pdf.
Nuñez, A. (2008), artículo La historia del riego en Venezuela. Una versión crítica. Revista ACADEMIA – Trujillo – Venezuela – ISSN 1690-3226- Enero -Junio. Vol. VIII. (15) 2009.
INDER Y ERSHT, S.A. (2014), Informe. Propuesta: Rehabilitación de la Infraestructura. Sistema de riego El Cenizo. Julio 2014. Agua Santa, Trujillo.
SPS (2013). Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2013-2019). Consultado el 20 de febrero de 2015 en: http://www.minci.gob.ve/wp-content/uploads/2013/12/PLAN-DE-LA-PATRIA-2013-2019-WEB-7-12-13.pdf.
Espinoza, F. (2011). Confiabilidad Operacional de Equipos. Metodologías y Herramientas. Universidad de TALCA. Chile.
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