UCRANIA VS RUSIA: UNA GUERRA POR

CRIMEA

La península de Crimea (actualmente en Europa del este) ha sido la “manzana de la discordia” entre el estado ruso y la nación ucraniana, pues tras años de conflicto ambas argumentan la pertenencia de este territorio; como he mencionado y haciendo énfasis en mi postura, esto es claro ejemplo del ideal humano quien busca su beneficio y, en el caso de las naciones, busca la expansión, riqueza y poder, entre muchas otras cosas más.

La guerra actual tiene como antecedente una guerra que lleva, comúnmente, el nombre de la misma península, La guerra de Crimea. Esta guerra tuvo desarrollo entre el año 1853 y 1856. Rusia deseaba tener una salida al mar, para lo cual debía pasar por territorio turco-otomano, una vez logrando su objetivo su enfoque sería rumbo al mar mediterráneo, lo cual, para Francia no era conveniente. Rusia no pudo hacerse del territorio de Crimea, que más adelante sería anexado por Ucrania.

Años después, este conflicto se reanudaría pues al parecer en 2014 Rusia demostró de nuevo el interés y el resentimiento por la península de Crimea exigiendo el anexo de esta al Territorio Ruso.

Ucrania se negó a ceder el territorio de Crimea a Rusia porque argumentaban su pertenencia.

 Esto causó molestia en el gobierno ruso que, más allá de un intento diplomático por resolver y aclarar el asunto, lanzó amenazas que después derivarían en algunos ataques bélicos que comenzaban a hacer ruido en los noticieros mundiales.

 La gente que habita en Crimea comenzó a hacer votaciones para definir su postura ante cualquiera de los dos estados.

 Aunque el resultado favorecía a la nación rusa, los ucranianos no cederían tan fácilmente este territorio, estaban dispuestos a luchar por él para seguir tomándolo como parte de su territorio

Todos los estados que componen la comunidad internacional presentan características geopolíticas únicas, que se clasifican en fortalezas y debilidades internas, así como oportunidades y amenazas que se derivan de su interacción con el entorno.

El caso de Ucrania es único, en primer lugar por su limitada tradición como estado independiente, hasta su separación de la unión soviética en 1991. En segundo lugar por tener unas fronteras más que discutibles desde un punto de vista histórico. En tercer lugar por su diversidad étnica, religiosa y las acusadas diferencias entre regiones.

Este hecho, unido a los acuerdos con Rusia el 17 de diciembre de 2013 y las leyes represivas aprobadas en enero de 2014, han provocado una crisis política cuyo resultado está por determinar ya que continúan los desórdenes masivos en medio de una creciente tensión entre occidente y Rusia

Rusia es, después de Ucrania, la potencia más afectada por el conflicto. Las sanciones económicas sufridas afectan su economía en un momento de clara debilidad (estancamiento económico e inflación) y el avance de las fronteras de la OTAN y creciente militarización afectan sensiblemente su seguridad.

Ucrania constituye un Estado clave del Este de Europa, dentro del grupo de países ex comunistas que todavía no han podido ser integrados en el entramado institucional del que el continente se ha ido dotando desde el final de la Guerra Fría.