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Colegio tabasco¡Fieles al deber!
Karen Alicia Ortiz Garduza.Lic. Teresita de Jesús bautista valles.
HISTORIADECENA TRAGICA
H y S “B” #17
Valor: solidaridadVirtud: sinceridad
Personajes que armaron la decena trágica.
Se conoce como Decena Trágica al movimiento armado propiciado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta con la posterior adhesión de diversos generales mexicanos y con la ayuda del embajador estadounidense Henry Lane Wilson, que duró aproximadamente 10 días con el fin de derrocar al gobierno de Madero. Culminó con el asesinato de Madero y Pino Suarez.
La Decena Trágica fue un periodo de poco más de diez días en el que un grupo de sublevados se levantaron en armas contra el gobierno de Francisco I. Madero.
Este episodio culminó con el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez y la ascensión a la presidencia de Victoriano Huerta.
Difícil presidencia de Madero
En 1912 la sublevación de Félix Díaz y Bernardo Reyes contra el gobierno de Francisco I. Madero fracasa. Y habiendo resultado condenados a muerte en el juicio marcial que se les siguió, Madero encarcela a los rebeldes, perdonándoles la vida.
El 9 de febrero de 1913 la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y la tropa del cuartel de Tacubaya se levantan en armas contra el gobierno. Una de las primeras maniobras de los sublevados, al mando de los generales porfiristas Gregorio Ruiz y Manuel Mondragón, fue liberar de sus prisiones a Félix Díaz y Bernardo Reyes.
Los rebeldes se dirigieron al Palacio
Nacional. defendido por el general
Lauro Villar A su llegada, Bernardo
Reyes y Lauro Villar se acercaron a
escasos metros uno del otro, Villar le
ordenó a Reyes "deponer las armas", en
eso Reyes intenta echarle el caballo
encima a lo que Villar respondió con la
orden de fuego y fue la ametralladora de
Bassó la que fulminó con Bernardo
Reyes, en esos momentos se desataba
una balacera, que duró si acaso 10
minutos, después, los rebeldes huyeron
a la Ciudadela. El Intendente del
Palacio, Capitán de Navío Adolfo Bassó
Bertoliat , se ponía en comunicación con
el Ministro de Guerra, el General Ángel
García Peña y con el Comandante
Militar del lugar, el General Lauro Villar
y Ángel Ortiz Monasterio, para
organizar la defensa de la residencia del
Palacio Nacional.
Finalmente, el 17 de febrero, Madero, el vicepresidente José María Pino Suárez y Felipe Ángeles fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de
Madero. El papel de Wilson durante este episodio fue deplorable: hacía ostentación ante miembros del cuerpo diplomático de conocer los proyectos desleales de Huerta y notificó al Departamento de Estado de Estados Unidos que los rebeldes habían aprehendido al presidente y vicepresidente, hora y media antes de que esto
sucediera.
Desde su aprehensión, Madero y Pino Suárez permanecieron en el Palacio Nacional, esperando en vano un tren que los conduciría alpuerto de Veracruz, de donde se embarcarían a Cuba cuyo embajador Manuel Márquez Sterling hasta se había quedado a dormir "en
zapatos" en su improvisada habitación, al exilio. De nada sirvieron las gestiones de sus familiares, amigos, los ministros de Cuba, Chile y Japón, ante Wilson para que hiciera valer la influencia que tenía sobre Huerta, ya que el embajador les respondió que él, como
diplomático, no podía interferir en los asuntos internos de México.
El 22 de febrero Madero recibió en su prisión improvisada la visita de Sara -su esposa- y de su madre. La madre de éste informó a Francisco de la muerte de su hermano. Su esposa luego trató de reconfortarlo y motivarlo para pensar en una
vida tranquila en París luego se dieron un beso y soltó en llanto Sara. A las 22:00 los mandaron a acostarse para que a las 22:20 los despertasen con la noticia de que serían trasladados, Madero preguntó al guardia por qué no se les había
informado antes para estar vestidos, pero no le respondió. Bajo órdenes del general Aureliano Blanquet, confirmadas por Huerta y Mondragón, se trasladó a ambos en ese momento y en distintos coches a la Penitenciaría de Lecumberri.
Muerte de madero.
Al momento de llegar a Lecumberri (y resumiendo) se desviaron los coches hacia un lado de la penitenciaría, Francisco Cárdenas, el hombre encargado de asesinar a Madero, lo ordenó: «Baje usted, carajo» y ante la negativa de este, le disparó en la cabeza, muriendo en el asiento del coche. Por su parte, Pino Suárez, custodiado por Rafael Pimienta, igualmente se niega a bajar al oir el disparo, pero Pimienta le apunta con la pistola, haciendo que Pino Suárez intente huir corriendo pero Pimienta le alcanza a disparar, ya caído, Cárdenas le ordena a Pimienta matarlo, pero este se resiste y lo acaba matando el mismo Cárdenas.
La ciudad se levantó con la noticia ¡¡¡Ya mataron a Madero!!! y aunque la primera reacción fue de indignación, la mayoría de los habitantes de la capital se alegraron del cese de hostilidades, se lanzaron jubilosos a las calles, adornaron las fachadas de sus casas y, en unión de la prensa, ensalzaron a los vencedores y condenaron a los caídos. Apresaron a todos