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i EL ESTADO VATICANO COMO SUJETO DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO SANTIAGO VILLENA CHAMACHE ESTUDIANTE DE LA ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE [email protected] DOCENTE: Dr. JUAN DE DIOS HUANES TOVAR AREA DE ESTUDIO: Derecho Internacional Publico METODO: Explicativo

El estado vaticano como sujeto del derecho internacional publico villena

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Trabajo de investigación de derecho internacional publico, Tema: el Estado Vaticano como Sujeto del Derecho Internacional Publico

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Page 1: El estado vaticano como sujeto del derecho internacional publico villena

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EL ESTADO VATICANO COMO SUJETO DEL DERECHO

INTERNACIONAL PÚBLICO

SANTIAGO VILLENA CHAMACHE

ESTUDIANTE DE LA ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE

[email protected]

DOCENTE: Dr. JUAN DE DIOS HUANES TOVAR

AREA DE ESTUDIO: Derecho Internacional Publico

METODO: Explicativo

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EL ESTADO VATICANO COMO SUJETO DEL DERECHO INTERNACIONAL

PÚBLICO

El Derecho Internacional Público pretende, en un mundo de características

anárquicas, establece normas que regulen las relaciones entre los diferentes

sujetos internacionales. Tanto el Estado de la Ciudad del Vaticano como la Santa

Sede se presentan, en este marco, como un sujeto sui generis del Derecho

Internacional Público. El objetivo planteado en el trabajo es tratar de delimitar

tanto a nivel jurídico como a nivel fáctico la relación existente entre el Estado

Ciudad del Vaticano y la Santa Sede.

Hubo dos estrategias críticas distintas respecto del Vaticano y el Papa ante esa

visita de Estado al Reino Unido. Por un lado, había quienes atacaban la

estatalidad del Vaticano, diciendo que el Vaticano no cumple con las condiciones

para ser un Estado de acuerdo con el derecho internacional. Desde el punto de

vista del derecho internacional, sin embargo, el Vaticano es un Estado

reconocido como tal desde la firma del tratado de Letrán de 1929, que tiene los

elementos necesarios para ser considerado como Estado (territorio, población y

gobierno), es reconocido por otros Estados, participa en organizaciones

internacionales (aunque no es miembro, sino solo observador permanente de las

Naciones Unidas y es parte en varios tratados internacionales. La organización

política se identifica con un régimen de monarquía absoluta electivo cuyos

supremos poderes son ostentados por el Papa. Ciudad del Vaticano: es un

territorio -dentro de Roma, Italia- que comprende 44 hectáreas y sus habitantes

no alcanzan a un millar de personas (en su mayor parte son funcionarios), posee

una autoridad pública que ejerce en él las atribuciones del gobierno: dicta leyes,

administra justicia, otorga -bajo ciertas condiciones- la ciudadanía vaticana,

envía y recibe representantes diplomáticos y celebra concordatos.

Palabras Claves. Anárquicas, Sui Generis, Temática, el concilio de sardes-

Anacrónica, Vicarios Apostólicos, Sumo pontífice.

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SUMMARY OF VATICAN CITY STATE OR AS A SUBJECT OF PUBLIC

INTERNATIONAL LAW

The International Law seeks, in a world of anarchic characteristics, establishes

rules governing relations between individuals worldwide. Both the State of the

Vatican City and the Holy See are presented, in this context, as a sui generis

subject of public international law. The stated goal in the work is to define both

the legal and factual at the relationship between the Vatican City State and the

Holy See.

There were two different critical strategies regarding the Vatican and the Pope

before the state visit to the UK. On one hand, there were those who attacked the

Vatican statehood, saying that the Vatican does not meet the conditions to be a

state under international law. From the point of view of international law, however,

the Vatican is a state recognized as such since the signing of the Lateran Treaty

of 1929, which has the necessary elements to be considered as a state (territory,

population and government), is recognized by other States, international

organizations involved in (although not a member, but only permanent observer

at the United Nations is a party to several international treaties. political

organization is identified with a regime of absolute monarchy elective whose

supreme powers are held by the Pope. Vatican City: a territory-within Rome, Italy-

which comprises 44 hectares and its inhabitants do not reach a thousand people

(for the most part are civil), owns a public authority that carries on the functions

of the government: makes laws, administers justice, grants-under certain

conditions-Vatican citizenship, send and receive diplomatic representatives and

celebrates concordats.

Keywords. Anarchic, Sui Generis, Theme, the council sardes-Anachronistic,

Vicars Apostolic, Supreme Pontiff.

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PRESENTACION

El objetivo de este trabajo es ofrecerles, a través de la presente investigación en

la que abordaremos temas vinculados al estado vaticano como sujeto de derecho

internacional publico en 1929, Italia Y la Santa Sede celebraron los llamados

acuerdos de Letrán que dieron lugar al nacimiento del Estado de la Ciudad del

Vaticano, estado que fue reconocido por la gran mayoría de los estados del

mundo. El presente trabajo pretende condensar, desde un punto de vista jurídico

las diferentes posturas acerca del estatus internacional del actor que son en si

mismo, auto referenciales, como es la ciudad del vaticano.

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EL ESTADO VATICANO COMO SUJETO DEL DERECHO INTERNACIONAL

PÚBLICO

EL ESTADO VATICANO COMO SUJETO DE DERECHO: al categorizar a la

Santa Sede como sujeto internacional es una cuestión controvertida. ¿Cuál es el

sujeto que es reconocido internacionalmente, la Santa Sede o la Ciudad del

Vaticano Es un problema, en cierto sentido, sui generis, ya que el mismo atañe

sólo a este sujeto internacional.

Se han realizado numerosos debates a lo largo de la historia, pero a juicio del

autor, el componente sui generis de la Santa Sede como sujeto internacional gira

en torno a dos elementos diferenciados. Por un lado, la figura que encabeza dos

instituciones de características y fines diferentes. El Papa es, ante todo, la figura

máxima de la Iglesia Católica Apostólica Romana, y en segundo orden, el

monarca del Estado de la Ciudad del Vaticano. Ambas instituciones, Iglesia y

Estado, son en la modernidad, instituciones escindidas a nivel teórico y factico.

ya que la figura del Papa concentra en su persona el poder temporal del Estado

de la Ciudad del Vaticano; y el poder espiritual, de alcance universal (a todos los

feligreses que profesen la misma fe).

Por otro lado, el nexo jurídico existente entre la Iglesia Católica Apostólica Romana y el Estado Ciudad del Vaticano. Mientras que el primero es el basamento espiritual que da origen al segundo, el segundo es la sede tangible y territorialmente soberana del primero. DIEZ DE VELASCO, (2007), AFIRMA: La Ciudad del Vaticano aparece como un medio jurídico necesario para asegurar

la libertad y la independencia de la Santa Sede en todos los órdenes. El Estado

de la Ciudad del Vaticano es un ente con la especial misión de servir de base

territorial a otro, la Santa Sede, y en él se dan los elementos que caracterizan al

Estado y que el derecho internacional toma como base para la subjetividad

internacional de este.

Cuarenta años después del Concilio de Sardes, la figura de los Vicarios

Apostólicos hace su aparición teniendo como característica principal su

permanencia en el destino, y en cierta forma, por ello, contradiciendo las

costumbres de la época. Los mismos, al igual que los Legados actuaban en

nombre del Papa, pero, a diferencia de estos, los Vicarios Apostólicos eran

Obispos que residían en las principales regiones o ciudades. Su existencia

perdura hasta el siglo XI.La figura de los Apocrisiarios o “responsables” nace en

el siglo V y tenían como principal función la de representar al Papa ante otra

autoridad eclesial o civil. Este fue el caso del representante de la Santa Sede

cerca de Bizancio, considerado, tras la caída del Imperio Romano en 1453, como

el Jefe Temporal de la Cristiandad. (1)

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BLUCHE, FRANCOIS, RICHELIEU,(2003),. AFIRMA: El Estado Vaticano en la figura del Apocrisiario confundía, en cierta forma (y dado el período histórico que abordamos) las esferas religiosa y civil. Es por ello que la Santa Sede dispuso la creación de Legatus Missus, es decir legado en misión, que además de obtener una mayor independencia frente a las autoridades civiles, podían ser de carácter permanentes o transitorios, dependiendo de la importancia de la sede. Los mismos se crean en el siglo XI, y durante misión poseían grandes poderes decisorios. Es en el siglo XV, y en un espacio geográfico óptimo, donde la figura del Nuncio tiene lugar. Es un espacio geográfico óptimo dado que la península itálica es en sentido filosófico, matemático, científico, económico y comercial un núcleo aglutinante de principados, ducados y reinos. La Santa Sede recibe enviados de otros estados, para luego enviar a sus agentes diplomáticos. El nuncio era, en muchos sentidos, el cúmulo de varias funciones. Además de ser el representante del Papa, el nuncio debía difundir la fe y consolidar la paz y unión entre los príncipes cristianos. Este último aspecto es agregado en el Concilio de Tridentino (1545-1563) y tiene particular relevancia histórica dada la entonces reciente ruptura de la Iglesia Católica a través de la Reforma Protestante. Podemos decir que la diplomacia a lo largo de la Edad Media fue, en cierta forma, monopolio de los eclesiásticos. El nacimiento del sistema internacional tal como lo conocemos hoy en día, a partir de la Paz de Westfalia de 1648, da origen o motiva al surgimiento de una diplomacia laica, privilegio de los grandes señores u hombres de Estado. La paz de Westfalia, fue, en otros términos, el punto de quiebre de la primacía diplomática de la Santa Sede, y a partir de ella, el papado pierde parte de su fuerte peso político, dando por tierra la idea carolingia de res publica Christian arum gentium, es decir, aquella donde no hay diferencias entre imperio e iglesia. (2) Antes de abordar las reformas realizadas por el Congreso de Viena de 1815 en torno a la diplomacia de la Santa Sede, sería injusto e incluso erróneo, no nombrar la figura del Cardenal Richelieu, icono de la política del Rey Sol francés y símbolo de la diplomacia durante el siglo XVII. Richelieu supo ver en la diplomacia el medio para establecer relaciones estables y duraderas, y en cierta forma fue además el creador de la palabra diplomacia. Es en el Congreso de Viena donde la diplomacia de la Santa Sede sienta su base actual y se transforma al Nuncio en el representante per se de la Santa Sede. Si bien era de hecho, el Congreso de Viena lo transformó de derecho. Cuando se establece la categorización de los agentes diplomáticos, el nuncio queda instituido como jefe de misión, formando parte de la primera categoría de agentes diplomáticos. Tal como lo menciona Santos Abril y Castelló esto fue un gran avance dado el delicado momento por el que pasaba la diplomacia de la Santa Sede por esos días. La Santa Sede en los Siglos XIX y XX: Rompiendo con el esquema trazado hasta el momento, trataré de sintetizar los avances más importantes realizados en los siglos XIX y XX sobre la Santa Sede como sujeto internacional y la creación del Estado Ciudad del Vaticano.

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Podemos realizar dicha síntesis partiendo de dos momentos históricos o etapas diferenciados: Una primera etapa que se extiende desde 1870 hasta 1929. En 1861 el primer parlamento italiano proclamó a Roma como la capital de la Italia unificada. El problema residía en la imposibilidad de poder llevar esta proclamación a la práctica. Roma aun no había sido conquistada y era protegida por la guardia de Napoleón III. La guardia databa de un levantamiento en contra de los Estados Papales en 1849. La abdicación de Luis Napoleón Bonaparte al trono de Francia en 1871 tras la derrota frente a la Prusia bismar ckiana dejó a Roma y a los territorios papales en un estado de completa indefensión. La asunción del rey de Cerdeña como primer rey de Italia y la conquista definitiva de Roma por su parte, implicó una ruptura del status quo previo. En este sentido, la entrada de las tropas italianas ala ciudad de Roma tuvo, de acuerdo a dos teorías, dos consecuencias diferentes: 1. Teoría afirmativa sobre la “debellatiototalis” (ocupación): el estado pontificio cesa su existencia por la pérdida del territorio y de la población. No existieron acuerdos que pudieran poner fin a este estado de cosas y, aun cuando la intención italiana no fue la de ocupar todo el territorio del antiguo estado pontificio, dicha ocupación se verificó en términos generales. 2. Teoría negativa sobre la “debellatiototalis”: sostiene que, a los fines de lograr el objetivo deseado de unificar Italia, era necesario sólo una de bellatio jurídica” Aquí se da inicio a lo que se conoció como la “questione romana”. La misma implicó fundamentalmente la caída del poderío territorial del Papa. En este sentido, “la autoridad espiritual del Papa alcanza su cumbre, mientras que su soberanía territorial se ve casi reducida a la nada” CAIER, PHILIPPE, (1971). AFIRMA: El Estado Vaticano a nivel figurativo, los territorios papales, en un proceso gradual que comenzó en 1859, se acentuó con la derrota francesa y culminó con los Pactos de Letrán en 1929, se redujeron en un 99.97% aproximadamente. Tras un intento de acuerdo entre el Estado italiano recién constituido y la iglesia católica, que culminó en el fracaso7, se sanciona la ley 214 el 13 de mayo de 1871, conocida como “Ley de Garantías”. La misma comprendía, por un lado, prerrogativas del Sumo Pontífice y de la Santa Sede; y por otro, regulaba las relaciones entre la iglesia y el estado italiano. Desde la ocupación de Roma hasta el momento de la firma de los pactos lateranenses, la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede fue siempre reconocida por todos los Estados, aun aquellos no católicos: este hecho demuestra claramente la separación de la Santa Sede como órgano de gobierno de la iglesia universal y la soberanía territorial hasta aquel momento existente. De hecho, el reconocimiento del Papa como un soberano extranjero – a partir de la Ley de Garantías- garantizó que “la pérdida de los Estados Pontificios no trajera consigo la interrupción de las relaciones entre la Sede Apostólica y los demás Estados” Una segunda etapa desde 1929 a nuestros días: El 11 de febrero de 1929 fueron firmados los Acuerdos de Letrán entre la Santa Sede e Italia, que ponían fin a la “questione romana”. Ya en 1926 se esbozó un compromiso diplomático para encontrar una solución definitiva al conflicto, que finalizó con la firma de los acuerdos mencionados.

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“En virtud de los Acuerdos de Letrán, se llegó a un acuerdo sobre nuevas bases. La Italia de Mussolini reconoció a la Santa Sede “plena propiedad y exclusiva y absoluta potestad y jurisdicción soberana” sobre determinado territorio de la ciudad de Roma, que se llama “Estado de la Ciudad del Vaticano”, le reconoció el derecho de legación activo y pasivo, libertad absoluta de comunicaciones de toda especie con el exterior, en tiempo de paz como de guerra, y declaró abrogada la “Ley de Garantías”. Los Pactos de Letrán “ponen de relieve la soberanía de la Santa Sede en el terreno internacional como un atributo inherente a su naturaleza, en conformidad con su tradición y con las exigencias de su misión en el mundo” Los Acuerdos de Letrán constan de dos protocolos, un tratado con un convenio adyacente y un acuerdo financiero. El mismo reconoce la necesidad de garantizar a la Santa Sede la independencia absoluta, donde el Papa pueda ejercer su soberanía. Podríamos decir que fue un reconocimiento doble, porque además de otorgarle un territorio (uno de los elementos primordiales para ser considerado sujeto internacional), reconoció a la Iglesia Católica Apostólica Romana como la única religión del estado. Esto implica la enseñanza de la religión católica en las escuelas estatales, la asistencia espiritual a las fuerzas armadas y a los hospitales. En lo referente al acuerdo financiero, el Estado italiano entregaba a modo de compensación por la pérdida de los territorios la suma de mil millones de liras en títulos del Estado, con un interés del 5% anual. A partir del momento de entrada en vigor de los Pactos de Letrán, el territorio bajo potestad del Papa asumió la característica de Estado, es decir “[la Ciudad del Vaticano] está llamada a realizar actos de legislación, administración y jurisdicción que difieren completamente de las funciones sacerdotales de la Iglesia. Lo que ocurre es que dicho Estado no es un Estado soberano, sino que se deriva del ordenamiento eclesiástico” En calidad de tal, la Ciudad del Vaticano dictó su ley fundamental y ha ido luego elaborando su ordenamiento jurídico. (3) CHEVALIER, JEAN, (1971), AFIRMA: El Estado Vaticano en su ordenamiento jurídico vaticano: la ley fundamental en su artículo 1 nos indica que el Sumo Pontífice es el soberano de la ciudad del Vaticano y posee la plenitud del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Luego, a través de sus 21 artículos esta ley se ocupa de las instituciones públicas fundamentales. Otra ley que posee importancia particular es la referente a las fuentes del derecho, que fija cual es el derecho vigente en el Vaticano y el orden de prelación de sus normas. Según ella, se aplican, en primer lugar, el Código de Derecho canónico y las Constituciones Apostólicas y, en segundo término, las leyes para la Ciudad del Vaticano dictadas por el Sumo Pontífice o por la autoridad delegada por él, así como los reglamentos dictados por la autoridad competente. El artículo 3 de la mencionada ley dispone, para determinadas materias no Reguladas por el derecho canónico ni por normas vaticanas, la aplicación supletoria del derecho italiano entonces vigente, en tanto sus disposiciones no sean contrarias al derecho divino, a los principios generales del derecho

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canónico o a los Pactos de Letrán y siempre que, teniendo en cuenta la situación de hecho existente en la Ciudad del Vaticano, resulten aplicables en dicho lugar. Así, por vía supletoria se declaran aplicables los siguientes Códigos de Italia: Penal (articulo 4), de Procedimientos en lo penal (art. 7), Civil (art.11), de Comercio (art.12), de Procedimientos en lo civil (art 13) y Leyes sobre expropiación, transmisión de energía eléctrica, pesas y medidas, propiedad artística y literaria, teléfonos, correo, aviación, enfermedades infecciosas, etc. (art. 20). Esta legislación supletoria cesa de aplicarse cuando se dicta una ley vaticana sobre la materia. Así ocurrió, por ejemplo el 1 de septiembre de 1946, al entrar en vigor el Código de Procedimientos en lo Civil del Vaticano. El ordenamiento jurídico vaticano se aplica de modo excluyente en el territorio que se encuentra precisado en el artículo 3 del tratado y su anexo I, con excepción de la Plaza de San Pedro que está sujeta al poder de policía italiano. Los inmuebles situados fuera de los límites del Vaticano y que están indicados en los artículos 3 a 15 del tratado no forman parte del territorio de la Ciudad. El territorio vaticano comprende también el correspondiente espacio aéreo. (4) CHIVARON, BESSIERE, (1997.), AFIRMA: La organización gubernamental del Estado Vaticano: además de su ordenamiento jurídico, el Vaticano posee su propia organización gubernamental. Si bien algunos órganos del Vaticano, como su soberano o el tribunal de la Rota Romana8, son comunes con los de la Iglesia Católica, su estructura es distinta de la de ésta. El sumo pontífice tiene la plenitud de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Las disposiciones legislativas pueden ser dictadas también por la Comisión pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano o por el gobernador del Estado (cargo que se encuentra vacante desde 1952). El poder judicial fue organizado por Motu Proprio del 1 de mayo de 1946 y consta de un juez único, un tribunal de primera instancia, otro de apelación y un tribunal de casación. El poder ejecutivo está a cargo de la citada comisión pontificia y, por delegación de esta, de su Delegado Especial. Dada la situación de enclave de la Ciudad del Vaticano como también su naturaleza y su fin especifico, los Pactos de Letrán han debido establecer distintas figuras jurídicas que constituyen restricciones a la libertad de obrar de Italia y del Vaticano en el interior de sus Respectivos territorios. Por ejemplo, el artículo 7 del tratado dispone que en el territorio italiano que rodea el Vaticano no se podrán permitir construcciones que den vista al interior de este. El artículo 19 del tratado establece un derecho de paso por territorio italiano para diplomáticos, funcionarios de estados extranjeros y eclesiásticos provenientes de terceros países que se dirijan al vaticano o viceversa. Los artículos 13 a 15 del tratado indican una lista de iglesias y otros inmuebles en territorio italiano que son propiedad del Vaticano y que gozan de inmunidad de jurisdicción análoga a la de una embajada extranjera. En lo que respecta al Vaticano, además del ejercicio del poder de policía italiano en la Plaza de San Pedro, el artículo 18 indica que los tesoros de arte y ciencia del vaticano deben estará abiertos a los sabios y demás visitantes. Por su parte el artículo 24 dispone que la ciudad del Vaticano que da neutralizada a perpetuidad. La ciudad del vaticano participa, desde su creación, en el ámbito internacional. La representación exterior pertenece al Sumo Pontífice, quien se sirve para ello de la Secretaria de Estado.

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El Vaticano ha celebrado una serie de convenciones con Italia, a fin de regular cuestiones relativas al servicio postal, aduana, circulación de automotores, servicios telegráfico y telefónico, moneda, radio, exenciones imposibles, delimitación y asuntos territoriales, policía mortuoria, notificaciones en materia civil y comercial, etc. El Estado Ciudad del Vaticano es miembro de la UPU, de la UIT y de la OMPI9. Igualmente es miembro de UNIDROIT, del Consejo internacional del trigo y se ha adherido a numerosas convenciones multilaterales sobre temas diversos: propiedad intelectual, derecho internacional privado, cuestiones marítimas, etc. El Estado Ciudad del Vaticano no posee representaciones diplomáticas consulares propias. En lo que hace a las relaciones diplomáticas, estas se hallan a cargo de la Santa Sede. De hecho, “la Sede Apostólica goza del derecho de legación activo y pasivo, y puede concertar con los Estados tratados relativos a asuntos eclesiásticos o mixtos en pie de igualdad”. Respecto de las relaciones consulares, contrariamente a la práctica seguida por los estados pontificios hasta 1870, la Santa Sede no designa Las clausulas del tratado de Letrán, la práctica internacional y la actividad en distintas organizaciones internacionales demuestran que el Estado de la Ciudad del Vaticano es, sin duda, un sujeto de derecho de gentes, sin perjuicio de la subjetividad internacional de la Santa Sede. (5)

EL ESTADO VATICANO EN EL DERECHO INTERNACIONAL

GOMES, EVALDO, (1977), AFIRMA:

Estado de la Ciudad del Vaticano, me parece interesante señalar algunos datos sobre la estatalidad del Vaticano ahora que ha sido puesta en duda e incluso atacada con motivo de la visita de Estado del Papa Benedicto XVI.

En efecto, hubo dos estrategias críticas distintas respecto del Vaticano y el Papa ante esa visita de Estado al Reino Unido. Por un lado, había quienes atacaban la estatalidad del Vaticano, diciendo que el Vaticano no cumple con las condiciones para ser un Estado de acuerdo con el derecho internacional. Desde el punto de vista del derecho internacional, sin embargo, el Vaticano es un Estado reconocido como tal desde la firma del tratado de Letrán de 1929, que tiene los elementos necesarios para ser considerado como Estado (territorio, población y gobierno), es reconocido por otros Estados, participa en organizaciones internacionales (aunque no es miembro, sino solo observador permanente de las Naciones Unidas) y es parte en varios tratados internacionales. Por otro lado, estaban quienes pretendían que se quitará el reconocimiento del carácter de Estado para el Vaticano, con fundamento en que la estatalidad de la Ciudad del Vaticano amparaba situaciones que no merecían ser protegidas con el manto del Estado, incluyendo responsabilidad por vergonzosos crímenes cometidos por miembros de la Iglesia. Coincido con Dapo Akande, que ha escrito un buen post sobre el tema en EJIL:Talk!, en que los argumentos jurídicos para defender estas posiciones son débiles, no sólo porque el Vaticano cumple las condiciones jurídicas para ser un Estado, por más pequeño e inusual que sea y con independencia de las simpatías o antipatías que generen sus políticas, sino también porque un cambio de esa condición no

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necesariamente afectaría a la influencia de la Iglesia en la política internacional y porque tanto los miembros de la Iglesia como la Iglesia misma están sometidos a las jurisdicción de los Estados donde operan y son responsables de sus actos según el derecho de esos Estados. (6)

RECUPERADO, (2008), LEY FUNDAMENTAL DEL ESTADO CIUDAD DEL VATICANO:

En la propia Introducción del Sumo Pontífice a la Ley Fundamental del Estado Ciudad del Vaticano de 2000 se justifica la adopción de la nueva Ley en la necesidad de adecuar el Estado de la Ciudad del Vaticano cada vez mejor a los fines institucionales del mismo, que existe como conveniente garantía de la libertad de la Sede Apostólica y como medio de asegurar la independencia real y visible del Romano Pontífice en el ejercicio de Su misión en el mundo”. Ya anteriormente se había destacado que el Estado de la Ciudad del Vaticano es soberano, pero no posee todas las características ordinarias de una comunidad política. Se trata de un Estado atípico: existe para la conveniente garantía del ejercicio de la libertad espiritual de la Sede Apostólica, esto es, como medio para asegurar la independencia real y visible de la misma en su actividad de gobierno a favor de la Iglesia Universal, como también de su actividad pastoral dirigida a todo el género humano; no posee una sociedad propia para la cual haya sido constituido, ni siquiera se basa sobre las formas de acción social que determinan de ordinario la estructura y la organización de cualquier Estado. Además, las personas que colaboran con la Sede Apostólica, o incluso cooperan en el gobierno dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, no son, salvo pocas excepciones, ciudadanos de éste ni, en consecuencia, tienen los derechos y las obligaciones (en particular las tributarias) que ordinariamente nacen de la pertenencia a un Estado.

La diplomacia y las actividades internacionales del Papa no derivan de la soberanía territorial vaticana, sino de ser cabeza de la Iglesia Católica. Los diplomáticos extranjeros están acreditados ante la Santa Sede en nombre de la Iglesia Católica y no en nombre de la Ciudad del Vaticano y los lazos diplomáticos existen con la Iglesia Católica y no con el Vaticano. Es más, cuando el Vaticano ha suscrito directamente un tratado internacional, bien en atención a la repercusión territorial o espacial, bien a la trascendencia estrictamente jurídica o económica del mismo, inmediatamente se hace referencia a la Santa Sede como representante internacional del sujeto contratante. En otros supuestos, en atención a la posible aplicación del acuerdo sobre el Estado de la Ciudad del Vaticano, la Santa Sede se adhiere a la convención de que se trate en nombre de esta ciudad. Así, por ejemplo, podemos citar: el Convenio monetario de 2001 celebrado entre la República Italiana, en nombre de la Comunidad Europea, y el Estado de la Ciudad del Vaticano y, en su nombre, la Santa Sede ; el Tratado de no Proliferación Nuclear, en el que la Santa Sede actúa en nombre y por cuenta del Vaticano ; la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de 1987, respecto del cual la Santa Sede se adhiere en nombre de la Ciudad del Vaticano y se compromete a aplicarlo en la medida en que resulte compatible, en la práctica, con la naturaleza peculiar de este Estado . Como ha sido señalado, la misma Santa Sede fue abandonando paulatinamente la praxis utilizada en el período sucesivo al Pacto lateranense de

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personificarse bajo el título de Ciudad de Vaticano. Las razones del cambio de política son principalmente dos: en primer lugar, porque no convenía ni respondía a la naturaleza e intereses de la Santa Sede subrayar una subjetividad –la vaticana– que, a la larga, hubiera podido ensombrecer la suya propia y, en segundo lugar, porque detrás de cualquiera de esos dos títulos el ente real con el que se contraen derechos y las obligaciones internacionales es siempre el mismo, la Santa Sede. (7)

LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

RECUPERADO, (2009), SUJETO DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL:

Una O.I. es un sujeto internacional creado mediante un Tratado celebrado entre varios Estados dotada de órganos propios y de voluntad propia, distinta y separada de la de los Estados Miembros, con el fin de gestionar la cooperación permanente entre los Estados en un determinado ámbito de materias”.

1.2 Caracteres

1. Se crean a través de un Tratado. (Tratado fundacional o constitutivo).

2. Están compuestas por Estados.

3. Tienen órganos propios a los que el Tratado constitutivo de cada O.I. confía el ejercicio de las funciones y competencias atribuidas por los Estados miembros a la O.I..

4. Están dotadas de voluntad propia, distinta y separada de la de los Estados miembros, que se manifiesta a través de la facultad de los órganos de dicha O.I. para adoptar actos jurídicos propios de la O.I..

5. El fin de la O.I. es coordinar de manera permanente las actividades de los Estados referentes a una determinada materia en la que existen determinados problemas que los Estados no pueden resolver por sí solos. c) Por los métodos de cooperación

1. De coordinación, que son plenamente respetuosos de la soberanía de los Estados Miembros (Consejo de Europa, ONU...)

2. De integración, en las que los Estados Miembros no sólo aceptan limitar sus competencias soberanas sino que transfieren competencias soberanas a la O.I. de que se trate (C.E.). (8)

LA SANTA SEDE Y EL ESTADO CIUDAD DEL VATICANO

1. La Santa Sede

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La Santa Sede es el ente central y supremo de la Iglesia Católica y está integrada por el Romano Pontífice, Congregaciones, Tribunales y Oficios, por medio de los cuales el mismo Romano Pontífice suele despachar los asuntos de la Iglesia Universal (art. 7 Codex Iuris Canonicii).

La subjetividad internacional de la Santa Sede se remonta a la época de su nacimiento y tiene una base histórica innegable, unida a razones de orden espiritual.

2. El Estado Vaticano

En 1929, Italia y la Santa Sede celebraron los llamados Acuerdos de Letrán que dieron lugar al nacimiento del Estado de la Ciudad del Vaticano, Estado que fue reconocido por la gran mayoría de los Estados del mundo.

Los elementos del Estado se dan en el de la Ciudad del Vaticano:

El territorio, que comprende una superficie de 44 hectáreas no se halla sometido a ninguna otra potestad que no sea la del gobierno de la Ciudad del Vaticano. (Por tanto, independiente de Italia y tiene su propio espacio aéreo). (Situación particular de la Plaza de San Pedro).

La población está formada por los ciudadanos que tengan su residencia estable en la Ciudad del Vaticano.

La organización política se identifica con un régimen de monarquía absoluta electivo cuyos supremos poderes son ostentados por el Papa.

Goza de independencia en el interior como en el exterior, pudiendo concluir acuerdos con otros sujetos internacionales y gozando de derecho de legación tanto activo como pasivo ((enviar y recibir agentes diplomáticos).

3. Relación entre la Santa Sede y la Ciudad del Vaticano

La distinción entre la Santa Sede y el Estado Vaticano como sujetos diferenciados de Derecho Internacional es sin duda uno de los temas de tradicional discusión en la doctrina científica internacional.

En realidad se puede pensar que la subjetividad internacional recae en la Santa Sede, pero que los acuerdos de Letrán dieron a ésta la apariencia de un Estado territorial. O dicho de otra manera, el Estado de la Ciudad del Vaticano se creó con la finalidad de que cumpliera la misión primordial de dar base territorial a un sujeto internacional preexistente -la Santa Sede- y facilitarle con ello el cumplimiento de su cometido, de orden preferentemente espiritual.

ESTADO O CIUDAD DEL VATICANO, SANTA SEDE E IGLESIA CATÓLICA

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RECUPERADO, (2010), CIUDAD DEL VATICANO:

Por Santa Sede debe entenderse: no sólo el Romano Pontífice, sino también las Congregaciones, los Tribunales y los oficios, por medio de los cuales el Papa suele despachar los asuntos de la Iglesia Universal (conf. Codex, canon 361).

La Santa Sede, precisamente por estar a la cabeza de ella el Papa, podemos también definirla como el ente central y supremo de la Iglesia Católica.

Por Iglesia Católica debe entenderse: la sociedad fundada por Cristo y constituida por los bautizados, la cual, bajo la disciplina de una jerarquía sacra y por la participación en la fe y en los sacramentos persigue la santificación temporal de sus miembros, y de ese modo, su eterna bienaventuranza.

Ciudad del Vaticano: es un territorio -dentro de Roma, Italia- que comprende 44 hectáreas y sus habitantes no alcanzan a un millar de personas (en su mayor parte son funcionarios), posee una autoridad pública que ejerce en él las atribuciones del gobierno: dicta leyes, administra justicia, otorga -bajo ciertas condiciones- la ciudadanía vaticana, envía y recibe representantes diplomáticos y celebra concordatos. (9)

RECUPERADO, (2011), LA CUIDAD DEL VATICANO COMO ESTADO:

Pero también hay una tesis que niega la estatalidad de "Ciudad del Vaticano". Funda su opinión en las características particulares que presentan los elementos típicos estatales (territorio, población y soberanía) en el caso del Vaticano, pues dichos elementos están muy debilitados (territorio de sólo 44 hectáreas, territorio dentro de otro Estado, y población de sólo 1000 personas); también se hace notar que los fines del Vaticano son más espirituales que temporales.

En nuestra opinión, Ciudad del Vaticano es un Estado, pues reúne todos los elementos para serlo, aunque justo es reconocer que dichos elementos están reducidos a su mínima expresión; hay un territorio, hay población y hay poderes legislativos, administrativos y jurisdiccionales y ellos son extraños a la potestad sacerdotal. Definitivamente, es un Estado "sui generis" en razón de sus elementos tan característicos, y como tal, goza de personalidad internacional.

Respecto de esto último, expresa Diez de Velazco: "La personalidad internacional de la Ciudad del Vaticano nació el mismo día en que se ratificaron los acuerdos de Letrán; es decir, el 7 de junio de 1929. A partir de esa fecha, el Estado de la Ciudad del Vaticano inició su vida, pues los instrumentos que lo crearon habían cumplido todos los requisitos para tener plena eficacia jurídica".

¿Qué relación existe entre la Iglesia Católica y Ciudad del Vaticano?

Debemos distinguir la Iglesia Católica (sociedad espiritual de todos los bautizados regida por la sacra jerarquía) del Estado de Ciudad del Vaticano (ente esencialmente estatal aunque sui generis). Ambos si bien son distintos, también son dos sujetos que están unidos, porque el segundo encuentra en el primero su razón de ser.

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En el Preámbulo del Tratado de Letrán se especifica que es necesario constituir la Ciudad del Vaticano bajo la plena potestad de la Santa Sede, a fin de asegurarle a ésta una absoluta y visible independencia y garantizarle una indiscutible soberanía, incluso en el campo internacional. La Ciudad del Vaticano constituye un instrumento al servicio de la Iglesia Católica y de la Santa Sede.

En cuanto a la figura jurídica que se forma con esta relación, nos resulta muy dificultoso determinar claramente cuál es, debido a que la doctrina internacional disiente ampliamente al respecto. Así, para algunos se trataría de una unión real sui generis; para otros una unión personal; para otros el Vaticano sería un Estado vasallo de la Santa Sede; y también hay quienes consideran que el Vaticano es simplemente un órgano de la Santa Sede. (10)

CONCLUSIONES

1. El Estado Vaticano o Ciudad del Vaticano, que se presenta como la libre

creación en un tratado de un sujeto internacional por otros dos sujetos

internacionales (la Santa Sede e Italia), sujeto, aquel, reconocido por la

generalidad de los miembros de la comunidad internacional y con la

finalidad de que cumpliera la misión primordial de dar base territorial a un

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sujeto internacional preexistente (Santa Sede) y facilitara con ello el

cumplimiento por este ultimo de su cometido de orden preferentemente

religioso.

2. El, Estado Ciudad del Vaticano y Santa Sede depende, además del nexo

jurídico, del Sumo Pontífice. “Si, en circunstancias imprevisibles, el Papa

trasladase la Santa Sede a otro lugar, Italia no reconocería ya

necesariamente el Estado Ciudad del Vaticano”. El nexo entre ambos se

torna frágil. Ya que la existencia de este Estado sui generis depende

literalmente del accionar de la Santa Sede. De hecho, los vínculos

diplomáticos dependen incluso de esta última, ya que los derechos de

legación, activo y pasivo, son potestad de la Santa Sede y no del Estado

Ciudad del Vaticano.

3. estado vaticano sobre La discusión jurídico/histórica sobre Santa Sede y

el Estado Ciudad del Vaticano, seria imprescindible al menos enunciar

dos objetivos de la Santa Sede como sujeto y actor de las relaciones

internacionales. El primer objetivo de la Santa Sede es asegurar en los

estados las mejores condiciones para que la Iglesia pueda predicar el

evangelio.

4. El Estado vaticano Es un objetivo claramente religioso, apuntando en este

sentido a “fines sobrenaturales que no son definitivamente alcanzados,

según su doctrina, si no es en un mas allá en el tiempo y en el espacio”

Un segundo objetivo, asocia a la Iglesia como actor en pos del

establecimiento y consolidación de la paz internacional. En este sentido

es que la Santa Sede como sujeto y como actor internacional cobra

relevancia indiscutible.

BIBLIOGRAFIAS

1. Diez de Velasco, (2007) Manual de Derecho Internacional Público. Edición

(undécima) (decimosexta); Edit.: Tecnos España. (Pag.300).

2. Bluche, François, Richelieu”, (2003.) Editorial: El Ateneo, Argentino

(Pag.165).

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3. Cahier, Philippe, (1965) Derecho Diplomático Contemporáneo. Editorial: Rialp,

España. (Pag.123).

4. Chevalier, Jean, (1971) La política del Vaticano. Editorial: Ayma. Francia.

(Pag.202).

5. Chivaron, Bessière, (1997) Urbi et orbi, dos mil años de papado. Editorial:

CLAVES. Ingles. (Pag.56).

6. Gomes, Evaldo, (1997) Church-State relations from a Catholic Perspective:

Brazil. (Pag.98).

7. Recuperado de:(2008) Ley Fundamental del Estado Ciudad del Vaticano.

Considerations on Nicolas Sarkozy´s new concept of Laïcité Positive.

(Pag.12).

8. Sujeto de la Organización Internacional (2009) Recuperado de: (Pag.23).

http.www.todoiure.com.ar/monografías/mono/publico/http

9. Ciudad del Vaticano (2010). Recuperado de: (Pág.18).

http://aquiescencia.net/2010/09/23/el-estado-vaticano/.

10. La Ciudad del Vaticano como Estado (2011). Recuperado de

shernandez8.tripod.com/Apuntes/otrosujedi.htm. (Pag.08).