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EL LIBRO DE HISTORIA DEL UNIVERSO LA BIBLIA ESTE LIBRO contiene la mente de Dios, la condición del hombre, el camino de salvación, el destino de los pecadores y la bienaventuranza de los creyentes. Sus historias son verdaderas y sus decretos son inmutables. Léela para ser sabio, créela para ser salvo y practícala para ser santo. Contiene luz para guiarte, alimento para sustentarte y consuelo para animarte. Es el mapa del viajero, es el bastón del peregrino, la brújula del piloto, la espada del soldado, el cielo es abierto y las puertas del infierno son descubiertas. Cristo es su tema principal, nuestro bienestar es su propósito y la gloria de Dios es su finalidad. Debe llenar la mente, gobernar el corazón y guiar los pasos. Léela con calma, con frecuencia y con oración. Te ha sido dada en la vida, será abierta en el juicio y será recordada para siempre. Incluye las mayores responsabilidades, recompensará los mayores trabajos y condenará a todos los que tratan con ligereza su sagrado contenido. Autor Desconocido “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn. 8:31,32).

El libro de historia del universo

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EL LIBRO DE HISTORIA DEL

UNIVERSO

LA BIBLIA

ESTE LIBRO contiene la mente de Dios, la condición del hombre, el camino de

salvación, el destino de los pecadores y la bienaventuranza de los creyentes. Sus

historias son verdaderas y sus decretos son inmutables. Léela para ser sabio, créela

para ser salvo y practícala para ser santo. Contiene luz para guiarte, alimento para

sustentarte y consuelo para animarte. Es el mapa del viajero, es el bastón del

peregrino, la brújula del piloto, la espada del soldado, el cielo es abierto y las puertas

del infierno son descubiertas. Cristo es su tema principal, nuestro bienestar es su

propósito y la gloria de Dios es su finalidad. Debe llenar la mente, gobernar el

corazón y guiar los pasos. Léela con calma, con frecuencia y con oración. Te ha sido

dada en la vida, será abierta en el juicio y será recordada para siempre. Incluye las

mayores responsabilidades, recompensará los mayores trabajos y condenará a todos

los que tratan con ligereza su sagrado contenido.

Autor Desconocido

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn. 8:31,32).

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¿CÓMO SE ESCRIBIÓ LA BIBLIA?

¿CÓMO SE ESCRIBIÓ LA BIBLIA?

El proceso por el cual se escribió la Biblia se llama inspiración, término que proviene de la segunda epístola a Timoteo, que dice: «Toda la Escritura es inspirada [literalmente

soplada] por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia» (2 Timoteo 3:16).

Dios es la fuente de todo lo que se dice en la Biblia. El profeta, desde Moisés hasta Juan, siempre es el hombre que entrega el mensaje de Dios a la humanidad. Ese mensaje empieza con una revelación de Dios. Esta puede ser una voz desde una zarza ardiente

(Éxodo 3:2), una serie de visiones (Ezequiel 1:1; 8:3; Apocalipsis 4:1), una voz interior que surge de la comunión del profeta con Dios («La palabra de Dios vino sobre mí») o el derivado de una profecía anterior (Daniel 9:1, 2).

Pero para que sea Escritura, el mensaje también tiene que ser escrito. El siguiente pasaje

nos proporciona la descripción del proceso: «… porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el

Espíritu Santo» (2 Pedro 1:21). Esa palabra, «inspirados», significa literalmente: «ser llevados a» como el velero es llevado por el viento. Dios llevó a cada escritor mientras escribía, de modo que el mensaje permaneciera intacto.

La inspiración no significa simplemente que el escritor se sintiera entusiasmado, al igual

que Handel componiendo El Mesías, ni tampoco que los escritos son necesariamente inspiradores como un poema que eleva al lector. Como proceso, se refiere al control que

Dios ejerció en los escritores y los escritos. Como producto, a los escritos solamente, en cuanto documentos que son el mensaje de Dios.

¿Cómo opera la inspiración? Eso sigue siendo en gran parte un misterio, pero sabemos que fue dada por medio de los profetas en su calidad de voceros de Dios. También

sabemos que no fueron simples escribanos. El modelo de secretario indica que esos hombres se limitaban a tomar el dictado divino cuando escribieron los libros de la Biblia.

Eso asegura la llegada del mensaje de Dios, sin embargo no explica los elementos humanos presentes en las Escrituras, a saber las diferencias de estilo, el relato de las experiencias personales y los diferentes lenguajes usados. Tampoco fueron simples

testigos de la revelación. Aquí el autor humano es considerado como un observador de la revelación de Dios que registra la experiencia. Aunque sus palabras puedan no ser

inspiradas, los conceptos que registra sí lo son. Sin embargo, este modelo tiende a evadir los aspectos divinos de la inspiración en favor del énfasis de la contribución humana, incluido el error humano. Este enfoque no toma en serio lo que dice la Biblia sobre la

inspiración porque no incluye a Dios en el proceso de escritura, lo que implicaría que no toda ella viene de Dios.

Aspectos humanos de las Escrituras

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Escrita en diferentes lenguajes (hebreo y griego) que exhiben formas lingüíst icas

identificables.

Escrita por unos treinta y cinco autores humanos diferentes.

Refleja irregularidades gramaticales.

Muestra diferentes estilos literarios humanos.

Expone intereses humanos (2 Timoteo 4:13).

Usa la falible memoria humana (1 Corintios 1:15, 16)

Incorpora distintas culturas (1 Tesalonicenses 5:26).

Habla desde una perspectiva humana (Josué 10:12, 13).

Refleja diferentes perspectivas humanas (en los relatos del Evangelio).

Habla de Dios desde la perspectiva humana (antropomorfismo).

El enfoque adecuado incorpora los factores humanos y divinos, siendo tal el modelo del profeta, pues en ese proceso el escritor humano es visto como uno que ha recibido una revelación y que participa activamente en su redacción, mientras Dios da la revelación y

supervisa lo escrito. De ahí que el mensaje sea totalmente de Dios, pero la humanidad del escritor se incluye para destacar el mensaje. Tanto lo divino como lo humano concurren

en las mismas palabras a la vez (1 Corintios 2:13).El resultado neto es que tenemos la Palabra de Dios escrita por hombres de Dios, inspirada no solo en sus conceptos sino en las mismas palabras usadas para expresar esos conceptos. Los escritores humanos no son

simples escribientes, sino agentes activos que expresan sus propias experienc ias, pensamientos y sentimientos en lo que escribieron. No se trata sencillamente de un

registro de la revelación, en sí misma sino que es en sí misma. Es el mensaje de Dios en forma escrita (Hebreos 1:1; 2 Pedro 1:21).¿PUEDE EQUIVOCARSE LA BIBLIA?

¿Cuán confiable es la Biblia? Este ha sido uno de los grandes temas del siglo. ¿Es la Biblia inerrante (que no puede errar), o es una simple guía infalible en materia de fe y

conducta (lo cual significa que es verdad lo que dice sobre las verdades espirituales, pero puede haber errores en la ciencia, la geografía y la historia)? Los enfoques expresados

son el centro del debate actual, aunque hay algunos antibíblicos que rechazan por completo la autoridad de la Palabra o que aducen que se vuelve Palabra de Dios a medida que uno la experimenta.

El enfoque neoevangélico de la infalibilidad afirma que el propósito de la Escritura es

dirigir al hombre a la salvación (2 Timoteo 3:15) y que cualquier otro tema que pueda tratar (como botánica o cosmología) es irrelevante a ese fin, de modo que puede ser

incorrecto lo que diga al respecto. Destacan que los autores no nos engañaron intencionadamente con estas declaraciones falsas, pues o no supieron o sencillamente se adaptaron a los enfoques populares del momento para poder exponer en forma

comprensible su punto principal relacionado con la salvación. Jack Rogers, uno de los principales proponentes de este enfoque, escribió:

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Indudablemente, se puede definir qué significa que la Biblia sea inerrante de acuerdo a

su propósito salvador, considerando las formas humanas por medio de las cuales Dios condescendió revelarse … nos distrae de la seria intención de la Escritura de confundir el

error, en el sentido de exactitud técnica, con la noción bíblica de error concebido como engaño intencional. El propósito de la Biblia no es sustituir a la ciencia humana, sino advertir contra el pecado humano y ofrecernos la salvación de Dios en Cristo; y lo logra

infaliblemente».

Varias cosas se hacen evidentes a partir de la expresión del enfoque neo evangélico Primero, la verdad reside en la intención o propósito del autor y no en lo que dijo

realmente. Los apóstoles no tuvieron la intención de dirigirnos mal en materia de ciencia o historia—eso no era parte de su propósito—de modo que está bien si lo que dijeron no

es cierto de acuerdo a las normas. El significado se halla en el propósito, no en la afirmación. Jesús quiso decir (intencionadamente) que un poco de fe logra grandes cosas; de modo que no importa si se equivocó al calificar a la semilla de mostaza como la más

pequeña (cuando, en realidad, es la de orquídea), pues eso no era parte de su propósito. Segundo, el lenguaje humano es realmente inadecuado para comunicar las verdades

acerca de Dios. Es muy limitado a este mundo, por lo que no puede trasmit ir completamente a un Dios ilimitado, el cual es tan diferente de nosotros. Así que el error es inevitable en la medida que estamos limitados a este lenguaje humano. Si Dios se nos

va a revelar a medida que leemos la Biblia, entonces tendremos que experimentarlo según avance nuestra lectura. Él no puede comunicarse en palabras, pero puede obrar a través

de ellas para conocernos en una forma personal, lo que trasciende todo idioma. Finalmente, la fe se opone a la razón. Razón que no puede juzgar lo que es verdad acerca de la fe, y ésta no está sujeta a la razón ni a su verificación. Los métodos para determinar

la verdad acerca de este mundo no operan en el otro mundo. De ahí que la ciencia sea correcta en materia científica y la Biblia en lo espiritual.

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Los neoevangélicos tienen razón al señalar que la Biblia no es concebida como texto de

ciencias. También están en lo correcto al reconocer la limitación del lenguaje humano. Sin embargo, si sus enfoques fueran aceptados, los resultados serían devastadores.

Las palabras y acciones de Jesús contradicen muchas de las afirmaciones de los

neoevangélicos: «Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?» (Juan 3:12).

Jesús esperaba que su exactitud en materias potencialmente examinables fueran la prueba

de que decía la verdad en cuanto a asuntos espirituales no verificables.

Repetimos, Jesús le dijo a la multitud: «¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico) :

A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa» (Marcos 2:9–11).

Jesús demostró que lo que dijo respecto a la fe y al reino —lo cual no podía verificarse— era verdadero, al proveer una sanidad física comprobable. Señaló, especialmente, que

revelación lo que Dios dice respecto a este mundo demuestra su veracidad en cuanto al otro mundo.

¿Y qué hay con la resurrección de Jesús? ¿Fue mítica o histórica? Si fue mítica, ¿signif ica

que puede no haber ocurrido en el mundo real donde podría ser examinada? Si fue histórica, ¿indica carencia de significado espiritual relevante? Tal distinción es imposib le de hacer dada la clase de evidencias que Jesús ofreció para probar su deidad.

Además, Él tenías la molesta costumbre de afirmar los mismo pasajes que la alta crítica

califica de errores, tales como la creación (Lucas 11:51), Adán y Eva (Mateo 19:4, 5), Noé y el diluvio (24:37–39), Sodoma y Gomorra (Lucas 10:12), y Jonás con el gran pez

(Mateo 12:39–41). Llegó al extremo de decir que Moisés escribió todo su libro (los críticos dicen que última mitad fue escrita siglos más tarde; véase Juan 12:38–41, donde cita ambas mitades juntas y las atribuye a Isaías). Esos pasajes demuestran que Jesús

vinculaba la realidad histórica del Antiguo Testamento con la verdad de su propio mensaje espiritual.

Los neoevangélicos responden diciendo que Jesús solo se adaptaba a los criterios

populares de su época para que la gente pudiera entender su argumento principal, sin distraerse con el nuevo conocimiento de que Dios usó la evolución, así como que algunos de los milagros nunca ocurrieron. Esta idea plantea dos serios problemas: el primero, que

el estilo de Jesús no es ajustarse a la opinión popular. Él nunca dudó en confrontar directamente las falsas creencias (Mateo 5:21, 22, 27, 28, 21, 32; 15:1–9; 22:29; 23ss;

Juan 2:13ss; 3:10).

Por eso siempre estaba discutiendo con los fariseos y los saduceos. Segundo, y más importante todavía, eso equivaldría a engaño moral por parte de Jesús que, como Dios

que era, sabía que no era cierto lo que les estaba diciendo, y aun así se los dijo.

La posición de la infalibilidad es filosóficamente insatisfactoria, pues expresar que la verdad se halla en el propósito o intención no encaja con lo que la mayoría de las personas llaman verdad. Esperamos que la verdad corresponda a la realidad de que se habla. Si la

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verdad fuese solo asunto de intención, entonces nunca podríamos saber si una declaración

es cierta o falsa, porque no sabemos la intención que hay en la mente de quien la expresa. Lo mismo rige en materia de significado. Si no podemos señalar qué quiere decir una

persona por lo que afirma, ¿cómo podremos, entonces, saber cuál es su intención? Aunque nos la dijera para aclararla, seguiría usando el lenguaje, lo que impediría asegurarnos de que expresa su verdadera intención. Significado y verdad son entonces incompatib les.

Además, uno mismo se derrota si dice que el lenguaje nada puede expresar acerca de Dios porque acaba de hacerlo: expresó la idea de que nada puede expresarse. Ciertamente hay

límites a lo que nuestro lenguaje puede expresar sobre el infinito, pero eso no quiere decir que tengamos que renunciar, en absoluto, a su uso. Hay ciertas cosas que podemos expresar en lenguaje humano acerca de Dios. Si no las hubiera, ¿cómo podrían los

neoevangélicos decir que la Biblia enseña la verdad en materia espiritual?

La palabra de Dios

Encarnada Inspirada

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El enfoque de la mayoría de los evangélicos es que la Biblia enseña la verdad en materia

espiritual, científica e histórica. Los pasajes que se usaron con referencia a la inspirac ión parecen sugerir que esto es lo que la Biblia afirma por sí misma, y que es la manera en

que Jesús la entendió. El examen de la evidencia sugiere que la Biblia es extremadamente confiable en asuntos científicos e históricos, habiéndose equivocado repetidamente sus críticos. Si la Biblia es la Palabra de Dios, y Dios solo puede hablar la verdad, es más

fundamental entender que no hay forma de evitar concluir que la Biblia no contiene errores. La inspiración garantiza la inerrancia. Solo observe la manera en que se iguala lo

que dice la Biblia a lo que afirma Dios. Jesús señaló que Dios dijo: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre» (Génesis 2:24), pero un análisis más detallado muestra que esas fueron palabras de Moisés. Pablo atribuye de igual manera una cita directa de

Dios a la «Escritura». Donde habla la Biblia, habla Dios, y Dios no puede mentir.Esto no significa que la manera en que entendemos la Biblia sea perfectamente verdadera;

significa que la Biblia es verdadera cuando es entendida correctamente. Tampoco significa que todo lo de las Escrituras deba ser entendido literalmente. Hay figuras literarias en casi cada página, pero hay una gran diferencia entre decir la verdad mediante

metáforas y contar cuentos usando un mito. Además, la calidad de inerrante no signif ica que todo lo que se registra en la Biblia sea verdadero, sino que lo que se afirma como

cierto lo es. Caín dijo: «¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?», queriendo decir que no lo era. La Biblia registra que él dijo eso, pero no avala su actitud. Después de todo, ¡venía de un hombre que acababa de matar a su hermano! La enseñanza del pasaje es que somos

responsables del bienestar del prójimo.

Finalmente, hay una analogía entre la Palabra de Dios escrita y la Palabra Viva. Aunque los neoevangélicos dicen que el error se debe a la introducción del pensamiento y el

lenguaje humanos, deben responder de alguna manera al hecho de que Jesucristo fue plenamente humano y totalmente divino a la vez, aunque sin pecado. En ambos casos, lo humano y lo divino están vinculados aunque lo humano no tiene imperfecciones. Eso

sugiere que el pecado y el error no son consecuencias necesarias de la humanidad sino accidentales. Dios puede producir tanto una Persona como un Libro, y sin error.

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¿Cuándo se escribió la Biblia?

La Biblia es un libro excepcional. Más de 3.000 millones de personas la consideran sagrada. Es la obra más vendida de todos los tiempos, con 6.000 millones de ejemplares impresos (completa o en parte) en más de 2.400 idiomas.

AUNQUE la Biblia es la obra más leída de la historia, circulan muchas teorías sobre

cuándo se escribió, en especial la sección de las Escrituras Hebreas, o Antiguo Testamento. Quizá usted haya leído artículos o libros que exponen estas teorías, o haya

visto a eruditos explicarlas en algún documental. He aquí algunos ejemplos de tales ideas.

▪ “Los libros de la Biblia se escribieron en su mayoría entre los siglos VIII y VI antes de nuestra era, es decir, en el período comprendido entre los profetas Isaías y

Jeremías.”

▪ “En los últimos doscientos años, los biblistas en general han asumido que la Biblia Hebrea fue escrita y revisada principalmente en los períodos persa y helenístico (entre

los siglos V y II antes de nuestra era).”

▪ “Todos los textos de la Biblia Hebrea en su forma actual datan de la época helenística (de fechas tan tardías como los siglos II y I [antes de Cristo]).”

¿Cómo debe ver estos comentarios contradictorios el cristiano que cree que “toda

Escritura es inspirada de Dios”? (2 Timoteo 3:16.) Antes de responder, veamos las dos versiones del asunto.

Qué indica la Biblia

La Biblia Hebrea —es decir, las Escrituras Hebreas— contiene numerosas referencias

cronológicas que indican que los primeros libros se escribieron en vida de Moisés y Josué, hace tres mil quinientos años.* Después se añadieron escritos de Samuel, David, Salomón y otros, en el siglo XI antes de Cristo. A estos les siguieron, desde el siglo IX

hasta el V, libros históricos, poéticos y proféticos.

A excepción del libro de Ester, se han hallado copias o fragmentos de todos estos libros bíblicos entre los Rollos del mar Muerto. La datación con carbono 14 (el carbono

radiactivo) y la paleografía (ciencia que estudia los documentos antiguos) confirman que los rollos más antiguos se escribieron entre los años 200 y 100 antes de nuestra era.

Qué dicen los críticos

La afirmación que hace la Biblia de que fue inspirada por Dios hace que muchos

críticos cuestionen su antigüedad. En su libro The Old Testament Documents (Los documentos del Antiguo Testamento), el profesor Walter C. Kaiser, hijo, reproduce la opinión de estos críticos: “El texto [bíblico] miente porque alega ser de origen divino,

narra milagros y habla de Dios”. Los eruditos de mentalidad laica sostienen que la Biblia debe examinarse con la misma mira crítica con que se analiza cualquier otro

libro.

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En una época se usó la teoría evolucionista de Darwin para explicar que las religiones

pasaron de simples a complejas: del animismo al politeísmo y luego al monoteísmo. Como los primeros libros de la Biblia describen una religión monoteísta, hay quienes

concluyen que debieron de escribirse mucho después de lo que se dice.

La crítica bíblica ha adoptado muchas formas desde entonces. Por ejemplo, un diccionario actual del Antiguo Testamento contiene entradas sobre crítica textual, crítica

histórica, crítica literaria o narrativa, historia de la crítica del Pentateuco, crítica de las fuentes y crítica de las tradiciones históricas.

Aunque existen opiniones divergentes sobre la datación de los libros bíblicos, muchos especialistas apoyan la hipótesis del profesor Richard E. Friedman, quien escribe: “Los

antiguos redactaron escritos legales, poéticos y narrativos a lo largo de muchos siglos. Más tarde, otros escritores se basaron en estas fuentes para dar forma a la Biblia”.

El libro Faith, Tradition, and History (Fe, tradición e historia) expone diversas

opiniones críticas de la Biblia. No obstante, admite: “Pese a que los eruditos comparten un total escepticismo en la Escritura y una extrema confianza en sus propias teorías, son muy críticos entre sí”.

En defensa de lo que indica la Biblia

Los primeros libros de la Biblia se escribieron sobre materiales perecederos. No es realista, por tanto, esperar que un día se encuentren los ejemplares originales —ni siquiera copias tempranas— de los escritos de Moisés, Josué, Samuel o David. Aun así,

podemos estudiar las pruebas históricas indirectas, las cuales señalan que es razonable aceptar las fechas que marca la Biblia, como hacen algunos investigadores y

arqueólogos reputados. ¿Adónde apuntan dichas pruebas? Veamos.

● ¿Existía la escritura en el Oriente Medio hace tres mil quinientos años, cuando, como dice la Biblia, vivieron Moisés y Josué? Tanto en Mesopotamia como en Egipto se escribían textos históricos, religiosos, legales y literarios. ¿Qué puede decirse de los

escritos de Moisés y otros israelitas? Un diccionario bíblico (Dictionary of the Old Testament: Pentateuch) responde: “No tenemos razón para dudar de la existencia de la

literatura en el Canaán de la Edad del Bronce tardía [entre 1550 y 1200 antes de Cristo]”. Y añade: “Desde el punto de vista de la escritura antigua, no hay razón para negar que Moisés haya sido el autor de los textos que se le atribuyen ni para dudar de la

antigüedad del resto de la Biblia” (Éxodo 17:14; 24:4; 34:27, 28; Números 33:2; Deuteronomio 31:24).

● ¿Consultaron los escritores de la Biblia otras fuentes? Así es. Algunos aluden a

libros que quizá fueron documentos de estado, registros genealógicos, obras históricas y documentos familiares y tribales (Números 21:14; Josué 10:13; 2 Samuel 1:18; 1 Reyes 11:41; 2 Crónicas 32:32).

● ¿Por qué no se han hallado documentos bíblicos anteriores a los Rollos del mar Muerto? La revista Biblical Archaeology Review explica: “Los documentos de papiro y piel —materiales que se descomponen con la humedad— solo han sobrevivido en las

zonas más áridas de Palestina, como la que rodea el mar Muerto. Por lo tanto, que no se hayan encontrado no quiere decir que no hayan existido”. De hecho, se han descubierto

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cientos de bulas (impresiones) de arcilla que se emplearon para sellar documentos.

El fuego o la humedad han acabado con el papiro y la piel, pero quedan las bulas, fechadas entre los siglos IX y V antes de Cristo.

● ¿Cómo se conservaron los manuscritos bíblicos? El libro The Bible as It Was (La

Biblia tal cual era) argumenta: “Las historias, leyes, profecías y salmos que hoy son parte de la Biblia deben de haberse copiado cientos de veces, incluso durante el período

bíblico. [...] Si se copiaron tantas veces es porque estaban en constante uso; eran parte de la vida diaria. [...] Nadie se tomaría la molestia de copiarlos para nada” (Deuteronomio 17:18; Proverbios 25:1).

Esto implica que los primeros libros fueron copiados en el transcurso de casi mil

quinientos años, hasta el siglo I de nuestra era. En el proceso se “modernizaron formas gramaticales y ortográficas arcaicas, una costumbre generalizada en el antiguo Oriente

Próximo”, según el libro On the Reliability of the Old Testament (Sobre la confiabilidad del Antiguo Testamento).* Este comentario resta credibilidad a la crítica que se basa en las formas y los estilos de los textos.

¿Cuándo se escribió la Biblia?

¿Sería lógico insistir en que la ausencia de manuscritos del tiempo de Moisés, Josué, Samuel y otros demuestra que los libros bíblicos no se originaron en fechas tan tempranas? Muchos expertos concuerdan en que la inexistencia de pruebas no es prueba

de su inexistencia. Siendo realistas, ¿cuántos escritos en materiales perecederos podrían haberse conservado? El egiptólogo Kenneth A. Kitchen llegó a la conclusión de que casi

todos los papiros egipcios anteriores a la época grecorromana se han perdido.

Quienes respetan la Biblia quizá se pregunten: “¿Cómo veía Jesús el asunto?”. En su tiempo, nadie se preocupaba por fechar los libros. Jesús, al igual que los judíos en general, aceptó los datos cronológicos contenidos en las Escrituras. ¿Aceptó también la

autoría de los primeros libros bíblicos?

Jesús aludió a los escritos de Moisés varias veces. Por ejemplo, mencionó “el libro de Moisés” (Marcos 12:26; Juan 5:46) e hizo referencia a relatos de Génesis (Mateo

19:4, 5; 24:37-39), Éxodo (Lucas 20:37), Levítico (Mateo 8:4), Números (Mateo 12:5) y Deuteronomio (Mateo 18:16). Además declaró: “Todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse” (Lucas

24:44). Si reconocía la autoría de Moisés y otros escritores, sin duda aceptaba la exactitud de las indicaciones cronológicas de las Escrituras Hebreas.

Entonces, ¿cuándo se escribió la Biblia? ¿Son confiables sus datos cronológicos?

Hemos visto tanto lo que opinan muchos críticos como datos de la propia Biblia, pruebas históricas indirectas y el punto de vista de Jesús. ¿Qué respuesta dará usted? ¿Estará en armonía con las palabras que Jesús le dirigió a su Padre, Jehová: “Tu palabra

es la verdad”? (Juan 17:17.)

[Notas]

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Para un estudio detallado de la cronología bíblica, véanse las páginas 584 a 604 de la

obra Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, editada por los testigos de Jehová.

Véase el artículo “Los antiguos escribas y la Palabra de Dios” en La Atalaya del 15 de

marzo de 2007, páginas 18 a 20.

[Ilustraciones de las páginas 20 a 23]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

(La línea cronológica indica los años aproximados en que se escribieron los libros bíblicos)

2000 a.e.c.

1800

[Ilustración]

Los escribas egipcios utilizaron la escritura antes del tiempo de Moisés

[Reconocimiento]

© DeA Picture Library / Art Resource, NY

1600

[Ilustración]

Moisés terminó de escribir el Génesis en 1513 antes de la era común (a.e.c.) sobre materiales perecederos

Génesis 1513 a.e.c.

Josué

1400

1200

Samuel

1000 a.e.c.

[Ilustración]

Aún se conservan cientos de bulas de arcilla

(entre 900 y 500 antes de nuestra era)

Page 12: El libro de historia del universo

Jonás

800

Isaías

600

Jeremías

Daniel

[Ilustración]

Papiro doblado, atado con un cordel y sellado con arcilla

(datado en 449 antes de nuestra era)

[Reconocimiento]

Brooklyn Museum, legado de Theodora Wilbour perteneciente a la colección de su

padre, Charles Edwin Wilbour

400

200

[Ilustración]

Los Rollos del mar Muerto se conservaron envueltos en lino dentro de tinajas de barro. Son los manuscritos bíblicos más antiguos que se han hallado

(entre 200 y 100 antes de nuestra era)