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Defensa final para el Masterado en Ciencias Jurídicas de la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC), sede Caacupé. Cátedra Derecho de la Niñez y la Adolescencia.
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Autorización para Viajar al Exterior.-
De la autorización para viajar al exterior según el Código de la Niñez y la
Adolescencia, Art. 100 “En el caso de que el niño o adolescente viaje al exterior
con uno de los padres, se requerirá la autorización expresa del otro. Si viaja solo
se requerirá la de ambos. La autorización se hará en acta ante el Juez de paz que
corresponda.
Corresponderá al Juez de la Niñez y la Adolescencia conceder autorización para
que el niño o adolescente viaje a l exterior en los siguientes casos:
a) Cuando uno de los padres se oponga al viaje; y,
b) Cuando el padre, la madre o ambos se encuentren ausentes, justificado
con la presencia de dos testigos.
En el caso establecido en el inciso a), el niño o adolescente deberá ser presentado
al Juzgado a su regreso.
Cuando se trate de una adopción internacional, el Juez que entendió en el juicio,
en la resolución que otorga la adopción deberá autorizar expresamente la salida
del mismo.”
Como foco de análisis en este ensayo, se toma el fundamento de la autorización
de viajar al exterior, es decir, la circunstancia que la motiva dicha petición en
directa e íntima relación con la forma de extensión de dicha medida judicial.
Medida judicial, término que quisiera sostener para el acto de otorgamiento de lo
que se denomina autorización, que analizando dicho término, si bien es cierto,
denotan acciones distintas, la relación entre la patria potestad ejercida sobre el
niño o adolescente al otorgar el consentimiento, y del porqué se solicita aval del
juez para el otorgamiento (medida judicial), tiene un argumento más que claro,
precautelar el interés superior del niño.
El carácter eminentemente tuitivo de la legislación de la niñez y la adolescencia, y
la protección constitucional, es un elemento inseparable de todo análisis fáctico en
esta materia, y reconocer lagunas en relación a la redacción normativa es el
primer paso a mejorarla, completarla y corregirla.
La norma de referencia, denota algunos elementos esenciales: a) el
consentimiento (padre o madre); b) motivo (del viaje); c) acompañante (o
responsable); d) tiempo; e) control (del juez). Estos elementos íntimamente ligados
deben cumplir la función de precautelar cualquier circunstancia de riesgo para el
niño adolescente. En la práctica, cuando existe autorización de ambos padres
para el viaje no se denota ningún problema, pero el análisis normativo bien puede
inducir al error si se lo mira restrictivamente por lo que la interpretación es amplia
siempre y cuando sea e beneficio del niño o adolescente. Y si bien es cierto no
existe disenso en el consentimiento extendido de los padres, en la práctica el juez
tiene la responsabilidad de hacer cumplir el fin de la ley, al conjugar
necesariamente o corroborar todos los elementos necesarios para que la
autorización no sea perjudicial para el sujeto de derecho, controlando y
determinando al responsable en su caso, el tiempo directamente relacionado con
el motivo del viaje y por sobre todo el control efectivo de cumplimiento del mismo,
siendo este último punto la piedra angular de la medida, sin embargo, el punto en
déficit.
Cualquiera sea el motivo, o la forma de otorgamiento de la autorización para viajar
del niño o adolescente, hoy el déficit no se encuentra en la forma de otorgamiento,
pues la ley aclara incluso la situación en caso de que ambos padres se encuentren
ausentes, entendiéndose la responsabilidad al juez en el grado en que debe
indagar con mayor énfasis la motivación del viaje acreditada efectivamente, sino
en el control efectivo del cumplimiento de los conceptos declarados en cualquier
forma de autorización se éste por formulario (acordada 230/01), por acta labrada
por juez de paz (art. 100 CNA), o por venia judicial otorgada por Juez de Primera
Instancia de la Niñez y la Adolescencia en caso de disenso en observancia al
procedimiento del art. 94 CNA.
No existe el control efectivo, como menciona el art. 100 del CNA de que cuando
uno de los padres se oponga al viaje el niño o adolescente deba ser presentado
ante el juez a su regreso, esta medida debe tomarse en todos los casos, y más
aún cuando uno o ambos padres estén ausentes, pero en realidad en la práctica
no se cumple ni la primera situación.
Ahora bien, en el proceso, quien se encarga de saber si el niño durante el lapso
que se encuentra en el exterior efectivamente fue a destino, efectivamente cumple
los motivos de su viaje y no fue desvirtuado o explotado en cualquier forma de
abuso que pueda darse, yo propondría´ incluso hasta un control de proceso, como
obligaciones de informar por cualquier medio cada etapa y por tiempos definidos
en cada caso el proceso de ejecución o disfrute de la autorización dada la
circunstancia de que cuanto mayor tiempo sin control que se otorgue mayor
margen de posibilidades de desvirtuar la medida se obtiene.
Si vemos un ejemplo básico de autorización de un niño o adolescente, para
vacacionar o para una excursión los tiempos son tal vez mas cortos y los informes
reducirían a la llegada efectiva a destino, al momento de retorno, etc. pero si nos
encontramos ante un permiso de viaje con fines de radicación o para el goce de
alguna beca de estudios en el extranjero donde los tiempos son mayores aún más
importante sería el reporte sistemático de dicha estadía efectiva.
Para el efecto quien otorga el consentimiento como los padres o quien tenga la
responsabilidad sobre el menor o adolescente es sobre quien debería de recaer la
obligación de conocer el estado del niño o adolescente en tiempo de viaje y dar
reporte probado del cumplimiento efectivo de los fines o el motivo del viaje al juez
que extendió o avaló la autorización en su caso.
Ahora bien, quedará abierta la posibilidad de análisis y conclusiones en serie de
debates argumentados con los estimados colegas que puedan aportar sus ideas
sobre los medios a ser empleados para la materialización más positiva y eficaz de
esta idea no innovadora sino incumplida puesto que el verdadero sentido de toda
normativa en relación al sujeto de derecho tutelado es esta, el velar por el
cumplimiento del cuidado del niño o adolescente no siendo la laguna normativa
una excusa para el incumplimiento de dicho fin.
ABG. CÉSAR AUGUSTO GALVÁN PEREIRA
C.I. N° 2.499.643