El valor de la vida

Qué es la VIDA realmente?…todas las mañanas nos despertamos y nos damos cuenta de que es un día más y empiezan a brotar en nuestra mente todas las obligaciones que tenemos para la jornada (estudio, trabajo, responsabilidades en el hogar). A mí personalmente lo primero que se me viene a la mente es la siguiente pregunta: ¿cuál debería ser el menú perfecto para el desayuno de hoy? otros se levantarán con una sola frase en la mente que los hará saltar de la cama tras evocarlo… “Examen Final”, “Defensa de Grado”, “Hoy me caso”… depende de la situación y momento de tu vida en la que te encuentres, claro está, y creo que en base a estos pensamientos nos dignamos a dar el primer puntapié a la jornada.

Y seguro que esto se repite y se repetirá TODOS LOS DÍAS DE NUESTRAS VIDAS, hasta que llegue un día en el que nos dormiremos y no habrá un despertar.

Analizando el concepto de la palabra VIDA encontré que la noción más habitual se encuentra vinculada a la biología, y esta sostiene que VIDA es la capacidad que tenemos para “nacer, crecer, reproducirnos y morir”, esta es la gran diferencia que nos distingue de los objetos; además considero que a este concepto deberíamos aumentarle la capacidad que tenemos para “pensar, sentir y actuar”, ya que una roca, una silla o un artefacto tecnológico no tiene esa capacidad como la tenemos muchos seres vivos.

Basados en este concepto creo que la mayoría de las personas somos conscientes de esta realidad, pero no somos conscientes de cuándo pasamos de una etapa a otra en nuestras vidas… es como si viviéramos en un estado de “Piloto Automático” permanente.

Por otro lado, si analizamos cuáles son las actividades que ocupan la mayor parte de nuestro día, seguramente diremos: trabajo o estudio… pero la pregunta clave es…hacemos estas actividades con PASIÓN? Desde que empezamos a leer la biografía de Steve Jobs me di cuenta de que Steve era un hombre especial, pero no por las grandes habilidades intelectuales o creativas que tenía, sino por la PASIÓN con la que actuaba en todo momento. Esto me hace pensar en lo que dijo Bethoven siglos atrás…

“En la vida no te debes dedicar a simplemente practicar un arte, sino que más bien debes forzar tu avance hacia sus secretos, ya que el conocimiento y el arte tienen la capacidad de elevar al

hombre a un estatus de Divinidad”

Nadie podrá forzar el avance de lo que practique hacia los niveles más altos si no siente PASIÓN por lo que hace. Ahora bien, ¿sentimos pasión por el trabajo que realizamos todos los días desde hace 1, 6 o 10 años? ¿Sentimos pasión por los conocimientos que estamos adquiriendo en el

colegio o en la universidad? ¿Sentimos pasión por la vida que se nos permite vivir día a día? ¿O seguimos presionando el botón de “Piloto Automático” en nuestras vidas?

Steve era un hombre APASIONADO, INTENSO y PERFECCIONISTA en TODO lo que hacía, y fue así como llegó a dejar una huella imborrable en la historia de la humanidad, lo cual no hubiera podido hacer si no AMARA lo que hacía. No hay mejor forma de argumentar lo que les digo, que citando al propio Steve Jobs:

Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta era no durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Steve Jobs constantemente analizaba esta situación y no dejaba los cambios para el mañana, los hacía en el momento y estaba en constante crecimiento, pero ¿será que la mayoría de las personas somos de ese bando? ¿O somos de los que ni bien sentimos que empieza el día, sólo deseamos que termine? ¿Será que somos de los que estamos en el trabajo, colegio o universidad físicamente, pero no en alma y corazón? De ser así, estamos malgastando y echando a la borda cada minuto de nuestra valiosa VIDA y debemos cambiar las cosas.

Reflexiono que si la mayor parte de nuestro día la dedicamos a un trabajo, estudio o actividad en específico, debemos recordar que debe valer la pena ese tiempo, exprimir cada minuto y acumular de todo ello nuevas experiencias y enseñanzas porque estamos obligados a crecer; y si no sentimos PASIÓN por lo que hacemos, algo debe cambiar, quizás nuestra percepción de la vida sea lo primero que debamos modificar, o quizás lo sea el trabajo, la carrera universitaria o nuestro estilo de vida… y para promover cualquier cambio debemos armarnos de valor y dedicarnos a lo que realmente nos apasiona, porque eso sí, nunca debemos olvidar que existe un artista dentro de nosotros con una habilidad innata que Dios nos puso a cada uno y no hay nada más hermoso que descubrir esa habilidad y llevarla a los niveles más altos.

Algo de lo que creo que no pensamos mucho, a la edad en la que nos encontramos, es sobre el legado que vamos a dejar en este mundo; es muy importante siempre tener presente que todos vamos a morir, algunos más antes que otros, pero todos vamos al mismo “hueco”. Entonces, si tenemos esa verdad revelada, ¿por qué no nos empeñamos día a día en mejorar nuestro legado? Personalmente sé que en mi vida no seré alguien tan importante como Steve Jobs, pero también sé que en mi vida he conocido y conoceré a muchas personas de las cuales podré aprender y en quienes procuraré dejar algo bueno de mi parte. A mí me pareció genial la cualidad que tenía Steve Jobs para aprender y copiar de manera premeditada las cualidades de las personas que conocía en la vida y creo que nosotros también hacemos eso, pero la mayoría de las veces sin darnos cuentas (gestos, mañas, expresiones…actitudes, comportamientos) y prácticamente lo que

somos hoy en día es una mezcla de todas las experiencias que compartimos con las personas que conocemos en nuestras vidas, eso significa que cada uno de ellos ha dejado su legado en nosotros de una u otra manera. Y bien, si sabemos esto de forma premeditada, es decir, si sabemos que nuestras actitudes y comportamientos impactan positiva o negativamente en la vida de los demás y así es como dejamos nuestro legado en cada uno de ellos, ¿será que pondríamos nuestro mayor esfuerzo para dejar el mejor legado a los demás y así nuestra vida no pasaría en desapercibida para el mundo?... Pienso que al lograr ser recordado con aprecio por la sociedad en que vivimos se puede decir que valió la pena vivir.

Todo este análisis desemboca en esta frase tan impactante, que a mi punto de vista fue la mejor de todas las que ha podido evocar Steve Jobs:

“Recordar que pronto estaré muerto es la herramienta más importante que he encontrado nunca para tomar las grandes decisiones de mi vida, porque casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el miedo a la vergüenza o al fracaso – desaparece al enfrentarlo a la muerte, y solo queda lo que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que

conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay motivo para no seguir los dictados del corazón”.

Creo firmemente que viviríamos mejor si todos cayéramos en cuenta de que “estamos desnudos”, como Steve mismo dijo; para ello hace falta que pongamos todos los días a nuestros miedos, inseguridades y obstáculos frente a la “muerte”, lo cual nos permitirá darnos cuenta de lo insignificantes que son y no habrá nada que nos impida seguir los dictados de nuestro corazón en la vida.

Por eso creo que definitivamente, este libro más allá de enseñarme cómo Jobs impactó al mundo con sus creaciones, cómo fue un genio creativo, o cómo fue el gurú de las negociaciones…, me enseñó a valorar la vida, a vivirla apasionadamente y a pensar en cada minuto… en cada acción que hago… cuál será el legado que dejaré en este mundo.

Gracias Steve¡

Escrito por:

Ana Paola Villagómez Ribera

Santa Cruz de la Sierra, Bolivia --- Sábado 12 de Diciembre de 2015.