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1 ¿Existe el “Centro” político en Chile? Por Alexis López Tapia Arriba: Los Estados Generales en Francia, en Mayo de 1789 – La “Izquierda” y la “Derecha” se originaron allí. Cinco columnas recientes: “Reconstruir el centro político”, de Andrés Velasco 1 , publicada en El Mercurio; “Velasco no es de centro”, de Diego Shalper 2 ; “¿De qué Centro estamos hablando?”, de Lucas Blaset 3 , ambas publicadas en El Mostrador; “Dónde está el centro político” 4 , y “Morfología del espacio político chileno”, de José Joaquín Brunner 5 , ambas publicadas en El Líbero, debaten e intentan definir o al menos “mapear” ideológicamente el actual escenario político, y determinar qué ideas o al menos quienes representan al supuesto “Centro” político chileno. Los tres primeros artículos son un debate que surge a partir de la siguiente afirmación con que Velasco finaliza su artículo: “Chile tiene más de una tradición de centro. Algunas de esas tradiciones vienen de la social- democracia, otras del social-cristianismo, otras del liberalismo progresista, y también las hay del mundo de la centroderecha que se desplaza hacia el centro”. A ello responde Shalper en el suyo, sosteniendo que: “Velasco deja entrever en el párrafo final que él sería un “liberal-progresista”. Efectivamente: su mirada en materias sociales descansa en el liberalismo (moderado), y en materias morales se expresa en el progresismo (en honor a la verdad: en la versión más radical del mismo, pues él ha expresado su adhesión al aborto en términos generales y a la adopción de matrimonios entre personas del mismo sexo). Así, cuesta ver cómo esas ideas cuajan en el domicilio del centro político en Chile. Más bien podríamos decir que, en lo social, se acerca a Amplitud o a Evópoli y, en lo valórico, a Revolución Democrática o al PPD”.

¿Existe el "Centro" político en Chile?

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¿Existe el “Centro” político en Chile?

Por Alexis López Tapia

Arriba: Los Estados Generales en Francia, en Mayo de 1789 – La “Izquierda” y la “Derecha” se originaron allí.

Cinco columnas recientes: “Reconstruir el centro político”, de Andrés Velasco1, publicada en El

Mercurio; “Velasco no es de centro”, de Diego Shalper2; “¿De qué Centro estamos hablando?”, de Lucas

Blaset3, ambas publicadas en El Mostrador; “Dónde está el centro político”4, y “Morfología del espacio

político chileno”, de José Joaquín Brunner5, ambas publicadas en El Líbero, debaten e intentan definir o

al menos “mapear” ideológicamente el actual escenario político, y determinar qué ideas o al menos

quienes representan al supuesto “Centro” político chileno. Los tres primeros artículos son un debate

que surge a partir de la siguiente afirmación con que Velasco finaliza su artículo:

“Chile tiene más de una tradición de centro. Algunas de esas tradiciones vienen de la social-

democracia, otras del social-cristianismo, otras del liberalismo progresista, y también las hay del

mundo de la centroderecha que se desplaza hacia el centro”.

A ello responde Shalper en el suyo, sosteniendo que:

“Velasco deja entrever en el párrafo final que él sería un “liberal-progresista”. Efectivamente: su

mirada en materias sociales descansa en el liberalismo (moderado), y en materias morales se

expresa en el progresismo (en honor a la verdad: en la versión más radical del mismo, pues él ha

expresado su adhesión al aborto en términos generales y a la adopción de matrimonios entre

personas del mismo sexo). Así, cuesta ver cómo esas ideas cuajan en el domicilio del centro

político en Chile. Más bien podríamos decir que, en lo social, se acerca a Amplitud o a Evópoli y,

en lo valórico, a Revolución Democrática o al PPD”.

2

Y al respecto, finalmente, Blaset afirma:

“En estas columnas de opinión vemos el debilitamiento del centro "moderado" por la

radicalización de las posturas en el actual contexto chileno, especialmente aquel de la izquierda

política, por tanto, no es de extrañar el fortalecimiento de centros más ideológicos. En esta

batalla por la conquista del centro no será raro ver a los socialcristianos acusar a los liberales de

derechistas o progresistas según el contexto, y quizás también veamos a algunos liberales

haciendo lo mismo con los socialcristianos, señalándolos como conservadores o como estatistas.

Esto, hasta que comprendamos que no existe un solo centro político o hasta que uno de los

centros políticos se imponga en el imaginario del votante chileno”.

Por último, Brunner realiza en su segundo artículo una topología de los partidos y movimientos políticos

chilenos, definiendo dos esquemas iniciales de clasificación: la “metáfora izquierda-centro-derecha”, y

una cuadripartición en forma de cruz, con el Estado y el Mercado en la horizontal, y Conservadores y

Liberales en el vertical.

A partir de este último esquema, modifica el eje vertical, reemplazándolo por la antinomia Comunitario

/ Contractualista, que toma de Durkheim y Tönnies: “En el espíritu de este último hablamos de una

orientación contractualista de la cultura contemporánea, que se opone a la orientación comunitaria,

reforzando las tendencias hacia la individuación”. En este esquema final, Brunner clasifica y posiciona

entonces a varios Partidos y Movimientos Políticos6:

3

En la clasificación, el “Centro” en la horizontal curiosamente lo ocupan la Concertación y el Partido

Radical, que a su vez cruzan el eje vertical. El PDC, que también cruza la vertical, queda en el horizonte

superior (Comunitario), y los “progresismos liberales”, que también cruzan la vertical Estado/Mercados,

quedan en el horizonte inferior (Contractualista). Cabe destacar que el fundamento ideológico de este

esquema es puramente materialista: la dicotomía Estado/Mercados es fundamentalmente económica, y

la Contractualista/Comunitaria, está situada en el horizonte de la Teoría de la Degeneración (Durkheim),

del Voluntarismo y la Dialéctica (Tönnies).

El diagrama de Brunner está basado conceptualmente en el famoso “Gráfico de Nolan”, creado en 1969

por el activista “libertario” y politólogo del MIT, David Nolan, que define las posiciones políticas respecto

a dos vectores de coordenadas, la “opinión económica” y la “opinión personal”.

Las críticas principales al esquema de Nolan, aplicables también al

esquema de Brunner, se refieren a la validez categorial de los pares

de contrarios utilizados. Sin embargo, el eje horizontal principal,

discurre entre la mayor “libertad personal”, asociada a los llamados

“temas valóricos”, y la mayor “libertad económica”, asociada a la

menor intervención del Estado en la economía. El “Centro”

entonces, se situaría a medio camino entre quienes sostienen

posiciones de “extremo liberalismo valórico” y “extremo liberalismo

económico”.

A partir de la propia posición “libertaria” de su autor, el diagrama de Nolan se fundamenta entonces en

el Liberalismo como eje ideopolítico fundamental. Dicho de otro modo, donde quiera que usted se sitúe

en el gráfico, siempre será un “tipo” de liberal, y como veremos más adelante, es precisamente eso lo

que hace ubicuas y relativas las posiciones de “Centro”: un “espejismo” como señala el mismo Brunner

en “Dónde está el centro político”:

“Por lo mismo, cabe concluir que la denominada pugna por el centro político es un mero espejismo,

gatillado por la confusión reinante en las élites políticas y por una interpretación mecanicista del espacio

político como espacio unidimensional (izquierda-derecha)”7.

A todo lo anterior, se suma un “Documento de circulación restringida”, que Gutenberg Martínez

socializó en el consejo nacional de la DC en su última sesión, el pasado 22 de Junio:

El análisis concluye que: “de no mediar acciones concretas”, los electores de centro “pueden seguir

pasando al mundo de los desafectos, o simplemente apoyarán otras líneas o posiciones”, y que es muy

probable que el descenso sea más fuerte “en los segmentos medios, medios-bajos, adultos mayores,

profesionales y PYMES, todos segmentos muy próximos a la DC”8.

Frente al debate y a la topología antes mencionadas, deseamos presentar al lector un análisis

independiente, que no sólo contrasta ampliamente con las opiniones y clasificaciones ya señaladas,

sino que –a nuestro juicio–, refleja de un modo mucho más preciso la realidad política y, sobre todo,

ideológica, que vive nuestro país.

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1) La dimensiones ausentes

En cualquier ordenamiento taxonómico, sistemático y topológico, resulta imprescindible precisar

cuantitativa, cualitativa y espacialmente qué estamos ordenando, es decir, qué intentamos clasificar.

De allí que cuando en política se habla de un “Centro”, se lo define en relación a la “Izquierda” y la

“Derecha” tradicionales, como bien lo señala al inicio de su artículo José Joaquín Brunner.

No obstante, incluso antes de realizar esa indicación, es absolutamente relevante precisar el “Universo”

que se pretende clasificar. En efecto, el análisis de Brunner está únicamente limitado a Partidos y

Movimientos políticos institucionalizados, y por ende como veremos, cuantitativamente muy

minoritarios, tanto en términos de representación como de participación.

A la fecha, 13 son los partidos políticos constituidos en el país de acuerdo al SERVEL9:

Partido Comunista de Chile (PC)

Partido Demócrata Cristiano (PDC)

Partido Ecologista Verde (PEV)

Partido Humanista (PH)

Partido Igualdad (PI)

Partido Más-Región (PMR)

Partido Por la Democracia (PPD)

Partido Progresista (PRO)

Partido Radical Socialdemócrata (PRSD)

Partido Regionalista Independiente (PRI)

Partido Socialista de Chile (PS)

Partido Unión Demócrata Independiente (UDI)

Renovación Nacional (RN)

Y los 9 siguientes son partidos políticos en formación [F] y trámite [T], también de acuerdo al SERVEL10:

Democracia Regional Patagónica (DRP) - [F]

Partido Alianza Democrática Nacional (ADN) - [F]

Partido ANDHA Chile (ANDHA ) - [F]

Igualdad del Sur (IDS) - [F]

Partido Liberal de Chile (PL) - [T]

Partido Evolución Política (EVOPOLI) - [T]

Partido Poder (PP) - [T]

Partido Izquierda Ciudadana de Chile (IC) - [T]

Partido Amplitud (AMPLITUD) - [T]

Señalemos entonces que a la fecha, en Chile existen 22 partidos políticos institucionalizados, los que

probablemente aumentarán a partir de la modificación de los requisitos para constituirlos.

5

La primera pregunta para definir el “universo” que pretendemos clasificar, es ¿cuántos ciudadanos

están afiliados a estos partidos?, y adicionalmente ¿cuántos ciudadanos participan con su voto en las

elecciones?

De acuerdo a CIPER Chile11, al año 2009 había un total de 794.023 afiliados en los 14 partidos políticos

existentes a esa fecha.

Por su parte, el SERVEL nos hizo llegar la siguiente información actualizada al 31-05-201512:

REGION XV I II III IV V VI VII VIII IX XIV X XI XII XIII TOTAL

PRI 371 436 940 2 5 27 10 0 15 8 3 1 0 0 44 1.862

PRO 438 542 1.083 560 1.341 4.026 1.974 2.264 4.441 2.014 1.619 1.808 353 400 13.912 36.775

MAS-R 570 2.153 4.344 1.126 48 196 105 121 8.675 100 47 43 213 27 21.730 39.498

IGUAL 707 1.008 2.024 12 1.485 5.247 42 35 10.795 25 15 27 329 13 19.739 41.503

ECOLV 21 565 966 591 1.547 186 91 81 8.068 50 833 1.654 239 12 27.334 42.238

PC 783 1.108 1.734 639 1.827 4.375 2.543 2.309 4.851 1.991 638 1.616 206 455 20.072 45.147

UDI 1.039 1.054 2.141 936 3.316 7.824 3.431 3.811 7.709 4.191 1.224 4.432 620 757 31.607 74.092

PH 3.322 2.861 7.061 2.767 3.035 4.660 4.753 2.966 4.384 2.298 2.013 1.246 300 551 36.428 78.645

PRSD 3.583 1.790 2.316 2.211 3.836 12.052 6.143 5.740 6.678 6.202 2.054 3.989 682 1.207 26.178 84.661

RN 1.595 1.638 2.025 1.336 4.627 11.797 5.431 5.865 11.054 5.356 4.049 6.169 1.703 732 30.400 93.777

PPD 1.586 3.135 2.775 1.363 4.392 11.834 4.296 4.150 9.709 5.090 1.872 4.310 520 1.355 41.131 97.518

DC 1.360 1.880 3.726 1.992 4.550 15.745 6.440 6.995 11.770 6.449 2.833 6.186 1.283 1.669 42.217 115.095

PS 1.793 2.623 4.795 5.377 5.691 10.237 6.258 6.729 14.132 3.670 2.330 7.015 1.181 2.274 46.736 120.841

TOTAL 17.168 20.793 35.930 18.912 35.700 88.206 41.517 41.066 102.281 37.444 19.530 38.496 7.629 9.452 357.528 871.652

De acuerdo al SERVEL13, la cantidad de inscritos en el Padrón Electoral al año 2013 era de 13.573.143

ciudadanos. De esa cantidad, en la segunda vuelta de la Elección Presidencial de ese año, votó un total

de 5.684.681 electores14. No está de más recordar aquí, que –actualmente–, el Voto es Voluntario y la

Inscripción en el Registro Electoral es automática.

Representadas gráficamente, las cifras anteriores se pueden expresar así:

6,4%

93,6%

Ciudadanos afiliados a Partidos Políticos en Chile

Afiliados No Afiliados

42%

58%

Votantes en Segunda Vuelta Elecciones Presidenciales 2013

Votantes No Votantes

6

También resulta interesante verificar el porcentaje de inscritos en partidos políticos por Región, en

relación a la Población total de cada una de ellas15, en la siguiente tabla y en el gráfico inferior.

Región Inscritos en PP Población Total de la Región % inscrito en PP

Metropolitana 357.528 7.228.581 4,9 %

Biobío 102.281 2.100.494 4,9 %

Valparaíso 88.206 1.808.300 4,9 %

Maule 41.066 1.035.593 4,0 %

La Araucanía 37.444 983.499 3,8 %

O'Higgins 41.517 910.577 4,6 %

Los Lagos 38.496 834.714 4,6 %

Coquimbo 35.700 759.228 4,7 %

Antofagasta 35.930 613.328 5,9 %

Los Ríos 19.530 401.548 4,9 %

Tarapacá 20.793 328.782 6,3 %

Atacama 18.912 308.247 6,1 %

Arica y Parinacota 17.168 235.081 7,3 %

Magallanes 9.452 163.748 5,8 %

Aysén 7.629 107.334 7,1 %

Total 871.652 17.819.054 4,9 %

Inscritos PP

0

1.000.000

2.000.000

3.000.000

4.000.000

5.000.000

6.000.000

7.000.000

8.000.000

Población Total y ciudadanos Inscritos en Partidos Políticos por Región

Inscritos PP Población

7

Expresado en otras palabras, en Chile, vota menos de la mitad de los ciudadanos inscritos, y casi el

95% de esos ciudadanos, no pertenecen a ningún Partido Político.

Y en la mayoría de las Regiones, menos del 5% de la población está inscrita en un Partido Político.

Estas cifras también explican la gran resistencia de los Partidos Políticos para “refichar” el 100% de sus

militantes, propuesta por la “Comisión Engel”. La “Nueva Mayoría” aceptó volver a fichar sólo al

0,25% del Padrón Electoral, es decir, apenas a un 10% a 15% del total de sus –supuestos– militantes.

Cabe necesariamente preguntarse entonces: ¿a quiénes representan los Partidos Políticos?

Esta dimensión puramente cuantitativa –ausente en los análisis anteriores–, resulta altamente

significativa, ya que si se pretende establecer la existencia de un “Centro” político, debe especificarse

con claridad el “Universo” de referencia que se está considerando.

En términos estrictos entonces, de existir un “Centro” político, sólo tomando en cuenta a los Partidos

Políticos existentes, ese “Centro” daría cuenta de menos de un 5% del electorado nacional, del que a su

vez, menos de la mitad participó con su Voto en la última elección presidencial.

Del mismo modo, se hace necesario cuantificar el número de votos que obtuvo cada partido en la última

elección, para verificar específicamente a cuántos electores representaría el supuesto “Centro” político.

Para efectos de este análisis, utilizaremos únicamente el resultado de la Elección de Diputados del año

201316, por Partido Político, para un total de 6.220.222 votos válidamente emitidos17:

Partido Sigla Votos %? Movimiento Amplio Social MAS 6.387 0,10 %

Partido Liberal de Chile PL 16.664 0,27 %

Partido Ecologista Verde ECOV 32.762 0,53 %

Izquierda Ciudadana IC 39.281 0,63 %

Partido Igualdad IGUAL 67.094 1,08 %

Partido Regionalista de los Independientes PRI 72.306 1,16 %

Independientes Lista H ILH 73.047 1,17 %

Independientes Lista I ILI 85.437 1,37 %

Independientes Lista C ILC 95.839 1,54 %

Independientes Lista J ILJ 146.402 2,35 %

Independientes fuera de pacto IND 206.634 3,32 %

Partido Humanista PH 208.879 3,36 %

Partido Radical Socialdemócrata PRSD 225.955 3,63 %

Partido Progresista PRO 235.722 3,79 %

Partido Comunista de Chile PC 255.914 4,11 %

Partido por la Democracia PPD 685.804 11,03 %

Partido Socialista de Chile PS 691.713 11,12 %

Renovación Nacional RN 928.037 14,92 %

Partido Demócrata Cristiano PDC 967.003 15,55 %

Unión Demócrata Independiente UDI 1.179.342 18,96 %

Para simplificar visualmente la tabla anterior, reunamos en un único porcentaje a todos los Partidos e

Independientes que obtuvieron menos de un 4% (estadístico) de votos y agrupémoslos como “Otros”:

8

Si a partir de este gráfico simplificado quisiéramos, a la vez, simplificar al máximo la primera clasificación

que utiliza Brunner en su artículo, esto es, la “metáfora izquierda-centro-derecha como organizadora

del espacio político”18 (Figura 1), y asumiendo un lugar común, adjudicásemos a la Democracia Cristiana

y los Partidos agrupados en “Otros”, la categoría de “Centro”, podríamos apreciar que el espacio político

quedaría aproximadamente dividido por los famosos “Tres Tercios” en que históricamente estuvo

encuadrada la política chilena, lo que se indica con las líneas negras sobre el gráfico anterior.

Sin embargo, como veremos a continuación, tanto el “Universo” utilizado, el análisis cuantitativo a partir

de los votos obtenidos por partido, y la clasificación en el horizonte “Izquierda-Centro-Derecha”, no sólo

son absolutamente limitados, sino además, impropios y politológicamente irreales.

El análisis, necesariamente, debe pasar de aspectos cuantitativos como los ya mencionados a modo de

ejemplo, a elementos cualitativos fundamentales, que –consistente y efectivamente–, nos permitan

elaborar una topología realista de la política chilena.

Y para ello, necesariamente deberemos descartar todo lo anterior.

PRSD 4% PRO 4%

PC 4%

PPD 11%

PS 11%

PDC 15% OTROS 17%

RN 15%

UDI 19%

Porcentaje de Votos por Partido Político, Elección de Diputados 2013 - Simplificado

Partido Radical Socialdemócrata

Partido Progresista

Partido Comunista de Chile

Partido por la Democracia

Partido Socialista de Chile

Partido Demócrata Cristiano

Otros

Renovación Nacional

Unión Demócrata Independiente

Derecha Izquierda

¿Centro?

9

2) Los Ejes Ideopolíticos Fundamentales

En Chile históricamente, han tenido expresión 7 ejes ideopolíticos, o principios fundamentales, que

dieron origen a la mayoría de los Partidos Políticos del Siglo XX. Estos son: el Nihilismo (NIH), el

Comunismo (COM), el Radicalismo (RAD), el Socialcristianismo (SC), el Liberalismo (LIB), el

Conservadurismo (CON) y el Nacionalismo (NAC).

Cada uno de estos ejes a través de la historia, originó diversas expresiones políticas: corrientes,

movimientos y partidos, siendo algunos de los principales los que se indican en el siguiente gráfico, muy

simplificado para efectos de este artículo19:

Comencemos por la “Izquierda”.

El Nihilismo, como fundamento filosófico, no ha tenido en Chile expresión política sistémica.

El Comunismo posee dos vertientes políticas fundamentales, el Anarquismo (A) y el Marxismo (M). De

aquí surgieron una gran serie de partidos que incluyen estos fundamentos en sus principios, como el

Partido Comunista (PC), el Partido Socialista (PS) y el Partido por la Democracia (PPD), entre otros.

El Radicalismo también se expresó en dos vertientes: el Partido Radical (PR) y el Social Demócrata (PSD),

que actualmente convergen en el PRSD.

Veamos a continuación el supuesto “Centro” político:

El Social Cristianismo se expresó en la Democracia Cristiana (DC) y a partir de ella, en las corrientes de la

“Izquierda Cristiana” (IC, MAPU, MOC, etc.). Analizaremos sus fundamentos más adelante para verificar

si efectivamente pueden ser catalogados de “Centro”.

Revisemos entonces la “Derecha”:

Históricamente, la Derecha Chilena estuvo representada por las ideas Liberales y Conservadoras, que

respectivamente, dieron origen al Partido Liberal (PL), al Partido Conservador (C) y al Partido Nacional

(N). La expresión política actual de la “Derecha” estaría constituida por Renovación Nacional (RN), la

Unión Demócrata Independiente (UDI) y varios partidos en formación que analizaremos posteriormente.

10

Finalmente, veamos el Nacionalismo:

Este principio tuvo en Chile tres corrientes fundamentales, el Nacionalsocialismo (N), el Fascismo (F) y el

Corporativismo (C).

Las dos primeras tuvieron corta vida política institucional, a través del Movimiento Nacional Socialista

(MNS 1932-1938) y el Partido Nacional Fascista (1938-1940). Por su parte, el Corporativismo se proyectó

como principio en el Partido Agrario Laborista (PAL).

Cabe aquí mencionar que el Gremialismo de Jaime Guzmán, surgió precisamente de su ruptura con la

doctrina corporativista de su formador, el Padre Osvaldo Lira, por lo cual en sus fundamentos

ideológicos primarios, la UDI carece completamente de antecedentes nacionalistas.

Suele mal catalogarse al nacionalismo como “Extrema Derecha”, lo que es politológicamente impropio,

ya que tanto por definición como por praxis política, los partidos y movimientos de fundamento

nacionalista, fueron a la vez anticomunistas, anticapitalistas, antiliberales y antiburgueses. De allí que

para ser catalogado como “Extrema Derecha” en propiedad, un partido o movimiento deba ser –al

menos–, “ultra-conservador”, “ultra capitalista” o “ultra liberal”.

En síntesis, actualmente el Nacionalismo carece de representación política institucional y se encuentra

fuera del continuo “izquierda-derecha”, por lo cual no puede ser considerado dentro de este análisis.

3) La verdadera magnitud de la “Izquierda”

Hasta aquí, hemos hecho un somero análisis cuantitativo y cualitativo primario de los movimientos y

partidos políticos sistémicos. Sin embargo, y particularmente en la llamada “Izquierda”, el cuadro

presentado resulta altamente incompleto y minimizado, por ignorar la existencia de al menos dos

niveles adicionales de expresión política.

En efecto, los Movimientos y Partidos Políticos de la “Izquierda” institucionalizada, pueden dividirse en

aquellos con representación Parlamentaria, y aquellos Extra Parlamentarios.

A lo anterior debe agregarse, la existencia de un gran espectro de corrientes, movimientos y “partidos”

no institucionalizados, orgánicos e inorgánicos, por lo cual la “Izquierda” es muchísimo más amplia de lo

que suele percibirse, si sólo se consideran los partidos institucionalizados con representación

parlamentaria, lo que se puede apreciar en el siguiente esquema:

Parlamentaria Extra Parlamentaria

Izquierda Institucionalizada Izquierda No Institucionalizada

11

La diferencia fundamental entre la “Concertación” y la “Nueva Mayoría”, es que la primera sólo

contemplaba a la izquierda parlamentaria –PS, PPD, PRD– y la Democracia Cristiana, y la segunda sumó

al PC, la Izquierda Ciudadana (antes Izquierda Cristiana en la Concertación) y el MAS-R (la unión del MAS

con el partido regionalista Fuerza del Norte), los que hasta antes de ello eran partidos

extraparlamentarios, perteneciendo a la coalición “Juntos Podemos Más”.

En términos simples, la “Nueva Mayoría” creció hacia la izquierda extraparlamentaria, sector que

paulatinamente había abandonado la Concertación por diversas causas (entre los movimientos y

partidos creadores de la Concertación se contaban: el MAPU, el MAPU Obrero Campesino, el Partido

Liberal-Socialista chileno, la Unión Socialista Popular, el PADENA, el partido Los Verdes, el partido

Humanista y la Izquierda Cristiana).

De lo expuesto, surge naturalmente la pregunta ¿puede seguirse considerando de “Centro” la DC?

Al respecto, se nos perdonará hacer un mínimo de historia, porque la “deriva” ideológica hacia la

“Izquierda” de la Democracia Cristiana ha sido permanente: a partir de sus hoy remotos orígenes

políticos en la “Falange Nacional” –de carácter plenamente fascista y corporativista–, primero apoyó a al

“Frente Popular” que incluía al PC (1938); luego rechazó la “Ley Maldita”, que persiguió al Partido

Comunista (1948); luego adhirió al “Cristianismo Revolucionario” (Chonchol y Silva, 1951); en su VI

congreso aceptó una alianza con “sectores marxistas” (Jaime Castillo Velasco, 1953), y con Eduardo Frei

Montalva afirmó que: “ante el comunismo vemos que hay algo peor: el anticomunismo” (1947); para

finalmente transformarse en la Democracia Cristiana (1957).

Por todo ello, ya en las elecciones de 1970, el candidato Radomiro Tomic había asumido con toda

honestidad que la posición ideológica de la Democracia Cristiana había dejado de estar en el “Centro”:

“Denme la tesis de la Unidad Popular, denme un partido unido y denme un programa claramente

ubicado en la izquierda y revolucionario, y yo le daré al partido la victoria el 4 de Septiembre”.

Y agregó: “La DC debe ser un motor de vasta coalición de fuerzas sociales y de partidos políticos,

marxistas y no marxistas, comprometidos en un proceso definido, de plazo limitado y con metas de

desarrollo sucesivo dentro del objetivo supremo de sustituir las estructuras minoritarias y capitalistas

para sacar a Chile del subdesarrollo y terminar para siempre con la pobreza interna y la dependencia

exterior. Esta es para mí la razón de ser de la Unidad Popular”.

45 años después de ese discurso, con la creación de la “Nueva Mayoría”, esta verdadera “profecía

política” de Tomic, parece haberse cumplido a cabalidad.

Señalado lo anterior, es de toda evidencia que la Democracia Cristiana –en su deriva ideológica

permanente– hace mucho tiempo que ya no es parte de, ni representa al supuesto “Centro” político

chileno, sino que es parte integral y fundamental de la “Izquierda”, que como hemos visto, es mucho

más amplia que los Partidos Políticos Institucionalizados de la “Nueva Mayoría”.

12

De hecho, en la investigación “Identificación política en Chile: síntoma de una paradoja”20, se señala

que las alternativas de identificación política en Chile se presentan en torno a tres alternativas no

excluyentes: 1) Identificación con eje ideológico, 2) con Partido Político 3) o con Coalición de Partidos.

Señalado lo anterior, es de toda evidencia que un gran número de quienes se identifican con la

“Izquierda”, lo hacen con la primera alternativa, es decir, con el eje ideológico que la enmarca, y no

necesariamente con los Partidos Políticos institucionalizados, ni con la coalición de los mismos, esto es,

la actual “Nueva Mayoría”. Aún más, en la misma investigación señalada, se sostiene que:

“Pareciera ser que un alto grado de institucionalización no implica necesariamente una alta

identificación partidaria. Algunos sistemas institucionalizados conviven con bajos niveles de

identificación partidaria y, por el contrario, países con bajos niveles de institucionalización presentan

altos niveles de identificación partidaria”21.

A lo que agrega: “En suma, al interactuar las características descritas tenemos como resultado un

sistema de partidos “institucionalizado” que paradojalmente convive con bajos niveles de identificación

política”22.

Y más adelante, específicamente señala respecto a la identificación con el “Centro” político:

“No es extraño que no haya variables para explicar la identificación con el eje de centro, ya que en

comparación a los que se identifican con los extremos, los moderados son lo que se identifican con

menor intensidad”23 (las negritas son nuestras).

Respecto de la “Izquierda, el estudio afirma: “Ninguna de las variables independientes [Grupo

Socioeconómico, Religión, Percepción Económica] es transversalmente significativa para explicar la

identificación con los partidos de izquierda. No así, para identificación con el partido de centro y los de

derecha”24.

Y finalmente concluye: “Chile presenta una relación paradójica porque presenta uno de los sistemas de

partidos más institucionalizados de América Latina pero convive con bajos niveles de identificación

política”.

Por su parte, en el estudio “Clivajes partidarios y cambios en preferencias distributivas en Chile”25,

presenta un análisis de la relación entre identificación partidaria y/o política, con distintas creencias

distributivas entre los años 1999 y 2009.

“Los análisis efectuados en este artículo se contraponen a la idea de una coherencia entre

identificación partidaria y preferencias distributivas”… “Sin embargo, y en relación con el objetivo

principal de este artículo, notamos que tales cambios se asocian débilmente a la identificación con

algún partido político, con excepción del apoyo a mayores impuestos a los ricos el año 1999. Distinto es

el caso de la tendencia política (izquierda-derecha), donde encontramos diferencias significativas en

temas distributivos en los extremos del continuo”26.

13

Y concluye sosteniendo: “A pesar del aparente consenso en temas distributivos respecto del sistema de

partidos tradicional, la ciudadanía ha expresado recientemente una serie de demandas en estos temas

mediante diversos movimientos sociales. Por ejemplo, la propuesta de una reforma tributaria, gratuidad

en la educación superior y la disminución de impuestos a grupos menos favorecidos son temas que han

adquirido relevancia en la agenda política nacional durante la segunda mitad del año 2011. Estas

demandas, que han sido canalizadas principalmente mediante nuevas formas de participación no

tradicional, podrían estar indicando que los clivajes en temas distributivos no se encontrarían

enmarcados en el sistema de partidos tradicional, sino más bien entre instancias formales e

informales de aproximación a lo político”.

Esta conclusión refuerza la idea de que los Partidos Políticos Institucionalizados representan sólo una

parte muy pequeña de quienes poseen afinidad política con ideas de “Izquierda”, y que por ende,

tienden a asignar mayor responsabilidad en la distribución de la riqueza al Estado (por ejemplo,

aumento de los impuestos).

En efecto, quienes han llevado adelante demandas como “Educación Gratuita” o “Asamblea

Constituyente”, no han sido fundamentalmente los partidos institucionalizados, sino los

“movimientos sociales”, o las llamadas “organizaciones ciudadanas”.

En síntesis, la “Izquierda” chilena no sólo es muchísimo más amplia que los Partidos

institucionalizados que señala Brunner en su análisis, sino que además, la mayor parte de quienes se

identifican con ella, no pertenecen ni necesariamente adhieren a esos partidos, ni tampoco a la

“Nueva Mayoría” que los agrupa. Pero ¿cuáles son esas “nuevas formas de participación no

tradicional”?

4) Sistémicos, Antisistémicos y Asistémicos

Uno de los factores más relevantes que no se encuentra mencionado en ninguno de los análisis con que

comenzamos este artículo, dice relación con la existencia de tres fundamentos diferenciados de

participación política: la participación sistémica, antisistémica y asistémica. En efecto, los partidos

políticos institucionalizados, sólo dan cuenta de la participación política sistémica que, ni es la única

forma de participación, ni mucho menos es la mayoritaria, como hemos visto anteriormente. Esta es la

“forma de participación tradicional”.

Por su parte, los grupos o movimientos antisistémicos tienen en Chile una muy amplia expresión, que

abarca desde sectores anarquistas, comunistas (excluyendo al PC), indigenistas, ecologistas y

anticapitalistas genéricos, hasta las llamadas “tribus urbanas”, donde incluso existen grupos

genéricamente denominados “fascistas”, como los llamados “Skinheads neonazis”. Y aunque la

expresión “antisistema” carece de una connotación negativa en términos propios, suele ser utilizada en

sentido peyorativo por los Medios de Comunicación, que simplifican su significado, asociando el

concepto con la supuesta existencia de un movimiento organizado único –que no lo es–, que

necesariamente tendría carácter violento y radical, lo que tampoco da cuenta de su real naturaleza.

14

Se trata, fundamentalmente, de colectivos no formalmente institucionalizados, que pueden o no tener

una sólida estructura interna, y cuyas vías de expresión pueden ser desde las ya mencionadas “tribus

urbanas” y “colectivos” a los llamados “movimientos ciudadanos” y las “organizaciones sociales”. Lo que

los une, entonces, no es ni su estructura ni una definición ideológica particular, sino su disidencia,

disconformidad o rechazo respecto a las formas institucionalizadas y sistémicas de hacer política.

Cabe no obstante señalar que la condición ideológica antisistémica, no excluye su expresión en formas

organizadas y estructuradas de participación, como corrientes, grupos, movimientos y partidos: no se

trata entonces de la estructura organizativa que adopten, sino de sus fundamentos ideológicos.

Finalmente, a partir de las tesis surgidas del deconstruccionismo, y más recientemente, del pos

deconstruccionismo como fundamentos filosóficos, se han venido desarrollando corrientes, grupos y

movimientos de carácter Asistémico, que dada su naturaleza, declaran estar más allá de la dicotomía

sistémica/antisistémica, y constituyen la vanguardia ideológica de una transformación efectivamente

radical, del modo de hacer y entender la política que hasta hoy ha prevalecido.

De esta forma, para intentar clasificar topológicamente las corrientes ideológicas presentes en Chile

en la actualidad, debemos también enmarcarlas necesariamente dentro de estos tres fundamentos: el

binomio Sistema/Antisistema, y –frente a ambos–, las corrientes, grupos y movimientos Asistémicos:

Asistemismo

Sist

em

ism

o

An

tisi

stem

ism

o

15

5) Metafísicos, Antimetafísicos y Ametafísicos

Como hemos visto, para intentar categorizar correctamente a las diversas corrientes políticas que

existen en Chile, debemos prestar suma atención a sus fundamentos ideológicos, más que a sus

expresiones políticas concretas, aunque de todos modos las utilicemos para efectos de ordenamiento.

En este sentido, una definición fundamental que nos permite diferenciar ideológicamente a los distintos

grupos, corrientes, movimientos y partidos políticos, es su posición frente a las concepciones

Metafísicas, Antimetafísicas y –recientemente–, las concepciones Ametafísicas surgidas del

deconstruccionismo.

Las concepciones Metafísicas sostienen en todo o parte la creencia en la existencia de factores no

materiales (“más allá de lo físico”), el Ser y la Trascendencia, como parte de la realidad.

Las concepciones Antimetafísicas, niegan en todo o parte la existencia de factores no materiales como

parte de la Realidad (Materialismo). Por definición adhieren al Devenir y la Inmanencia.

Finalmente, a partir de las tesis deconstruccionistas, las concepciones Ametafísicas deniegan el binomio

Metafísica /Antimetafísica, situándose en la misma posición del Asistemismo respecto del binomio

Sistema/Antisistema. Se trata de concepciones en pleno proceso de proyección dentro del sistema

político, cuyo enorme impacto y consecuencias apenas comienzan a visualizarse en términos políticos.

Señalado lo anterior, este ordenamiento permite diferenciar ideológicamente de manera efectiva a la

mayoría de las fuerzas políticas presentes en el país, y sus resultados pueden parecer curiosos en una

primera mirada:

METAFÍSICOS ANTIMETAFÍSICOS AMETAFISICOS UDI – PDC – PRI – ADN RN – PL – EVOPOLI – AMPLITUD

PC – PS – PPD – MAS – IC – PH PRSD – PRO – PC – PP Izquierda Extraparlamentaria Izquierda No Institucionalizada

IGUALDAD ECOLOGISTA VERDE

¿Por qué Renovación Nacional, el Partido Liberal, Evopoli y Amplitud aparecen como Antimetafísicos?

Porque si se revisan sus respectivas Declaraciones de Principios, en lugar alguno hacen referencia o

consideran fundamentos ideológicos de orden Metafísico. Se trata, en todos esos casos, de Partidos

de carácter plenamente materialista y (neo) liberales, que –como veremos a continuación–, han sido

fuertemente determinados por categorías propias del Deconstruccionismo.

Por su parte, Igualdad y el Partido Ecologista Verde, a partir de sus Declaraciones de Principios, pueden

clasificarse –tentativamente–, como referentes institucionales de algunas de las tesis Ametafísicas: el

partido considerado como “herramienta”, la “igualdad” y la “diversidad” (indiferentismo - relativismo)

como ejes axiológicos27.

16

6) El Neo-Comunismo y el Neo-Capitalismo

Para dar cuenta efectiva de la posición política de todos los referentes que hemos venido mencionando,

se hace imprescindible dedicar un muy escueto resumen al impacto de las tesis deconstruccionistas en

los ejes ideopolíticos que hemos venido analizando. En tanto principio filosófico, desde los años 60’ en

adelante, el Deconstruccionismo comenzó a impactar directamente en dos principios ideológicos

fundamentales y aparentemente antagónicos: El Comunismo y el Capitalismo.

De este modo, el Comunismo fue resignificados sistemáticamente, primero por el Neokantismo y el

Neohegelianismo –la revisión moderna de las tesis de Kant y Hegel–, posteriormente por el

Estructuralismo, a través del “Instituto para el Nuevo Marxismo”, más conocido como la “Escuela de

Frankfurt”, y finalmente, por el impacto de las tesis deconstruccionistas, que determinaron el

surgimiento del Neo-Marxismo y el Neo-Anarquismo. Las expresiones ideológicas y políticas de esta re

significación, se expresan en las tesis del “Comunismo Libertario”, surgido del Neo-Anarquismo; y del

“Comunismo Crítico”, surgido del Neo-Marxismo. A ellos se suma el “Comunismo Radical” que surge

directamente del deconstruccionismo. Todas estas tesis (y otras) conforman el actual “Neo-

Comunismo”, algunos de cuyos fundamentos son el irracionalismo (la superación crítica de Descartes y

Hegel); el primitivismo, que considera aspectos como el indigenismo, relativismo cultural, y el

ecologismo radical; y el neo-malthusianismo con sus predicciones catastrofistas a nivel planetario

(ecológicas, económicas y sociales).

El mismo proceso se produjo en el Capitalismo, que –desde el Liberalismo original– dio paso al Neo-

Liberalismo, la primacía total del mercado frente a la sociedad, y cuyas propuestas valóricas derivaron

también a un fuerte relativismo cultural, pleno individualismo y egoísmo sociobiológico. Las tesis del

neo-liberalismo, que no se remiten como mucho creen exclusivamente al ámbito económico,

permearon tanto a la “izquierda” como a la “derecha” tradicionales. De hecho, el mismo concepto con

algunas diferencias de enfoque, fue utilizado por la “izquierda” norteamericana para describir su

ideología: dos de los representantes más destacados de ese “neo-liberalismo de izquierda”, son Bill

Clinton y Al Gore. Lo mismo sucedió con las tesis neo-marxistas que implicaron el surgimiento de la

“nueva izquierda” como corriente, es decir, de una izquierda valóricamente (neo) liberal. De allí

entonces, que muchas posturas “liberales” en lo valórico, se encuentren en plena sintonía con algunas

de las que sustenta la “Izquierda”, y eso permite explicar posiciones como las que sostiene, por ejemplo,

el partido AMPLITUD, que está a favor de despenaliza el aborto, o EVOPOLI, que está a favor del llamado

“matrimonio” homosexual.

Finalmente, tanto para el Neo-Comunismo, como para el Neo-Capitalismo, es problema no es el

Capital, sino quién lo posee y lo controla: el Estado, en el caso de los primeros, o los Privados, en el

caso de los Segundos.

En suma, el Neo-Marxismo y el Neo-Liberalismo, al ser categorialmente modificados por la influencia del

deconstruccionismo, dieron origen a las actuales posiciones Neo-Comunistas y Neo-Capitalistas, que a la

vez permiten distinguir entre una “Izquierda” y una “Derecha” cuyas similitudes pueden llegar a resultar

verdaderamente sorprendentes en temas “valóricos”, y los diferencian en cuanto al control del Capital.

17

7) El espectro político chileno en el “continuo izquierda derecha”.

Mencionado todo lo anterior, volvamos al principio para intentar entonces, realizar una topología

ampliada de la realidad política chilena.

Comencemos señalando que la “metáfora izquierda-centro-derecha”, tiene una interpretación

particular, dependiendo precisamente de la posición en el horizonte ideológico desde la cual se mira.

En efecto, para una cierta “Derecha Objetivista” o “Capitalista Radical” norteamericana28, heredera de

las tesis de Ayn Rand –autodefinida por los principios de “Razón, Egoísmo y Capitalismo” –, el esquema

debería presentarse del siguiente modo esencial29:

IZQUIERDA CENTRO DERECHA Ideologías y Sistemas que violan Derechos

Ideologías y Sistemas que violentan Derechos

Ideologías y Sistemas respetuosos de los Derechos

Uso de Fuerza Extrema Uso de Grados de Fuerza Sin uso de Fuerza

Comunismo, Socialismo, Fascismo, Anarquismo, Teocracia, Monarquía

Liberalismo Moderno (Neo), Progresismo, Conservadurismo

Capitalismo, Liberalismo Clásico, Republicanismo Constitucional

Citamos aquí esta variante conceptual, para hacer notar que el supuesto “Centro” –dependiendo de la

interpretación de los extremos-, puede incluir corrientes aparentemente dicotómicas, como el

“Progresismo” situado al lado del “Conservadurismo”.

Y es que –en efecto–, se puede realizar una crítica consistente a esta inconsistencia, como la que señala

Crispin Sartwell en “El espectro político Izquierda-Derecha es falso”30: “La disposición de las posiciones

a lo largo del eje izquierda-derecha, progresista-reaccionario, liberal-conservador, comunista-fascista,

socialista-capitalista, o demócrata-republicano, es conceptualmente confusa, ideológicamente

tendenciosa, e históricamente contingente. Y cualquier posición, en cualquier punto en que se

encuentre, está infectada de contradicciones”.

En este sentido, es evidente que las posiciones “Centristas”, siempre se definen en relación a las otras

posiciones, y así, lo que en un determinado contexto puede aparecer como una posición de “Centro”, en

un contexto diferente puede ser una posición “Extrema”.

Por eso se habla de un “Continuo Izquierda-Derecha”, que debido a su propia continuidad, carece de un

“Centro” definido. De allí entonces que se suela hablar de “Centro-Izquierda” y “Centro-Derecha”, es

decir, los extremos de los extremos que se tocan (en el “Centro inexistente”) del espectro político.

Esta constatación también explica el por qué es tan difícil precisar qué principios específicos sustenta el

“Centro” político: no tiene nada que ver con la dicotomía radicalidad/moderación, que quiere plantear

Blaset con su afirmación acerca del debilitamiento de un “Centro Moderado” versus “Centros

Ideológicos”. La “moderación táctica”, puede tener fundamentos ideológicos tan radicales como la

“inmoderación táctica”, para precisar dialécticamente esa supuesta antítesis.

18

8) ¿Existe el “Centro” político?

Tomando en cuenta todo lo expuesto, la pregunta acerca de la existencia o inexistencia de un “Centro”

Político adquiere entonces pleno sentido.

Si tomamos los dos criterios de análisis fundamentales que hemos venido analizando: el Capitalismo de

Estado, versus el Capitalismo Privado, y el Liberalismo Valórico, versus el Liberalismo Económico,

podríamos presentar el siguiente cuadro sólo para efectos de análisis:

Quizá pueda parecer sorprendente que incluyamos a Amplitud y Evopoli en la “Izquierda”, y a

Renovación Nacional y parte de la UDI en la “Centro Izquierda”, pero no lo es si se considera que esos

sectores, en términos valóricos, han venido sosteniendo propuestas iguales o muy cercanas a las que

propone la “Izquierda”: despenalización del aborto, “matrimonio” homosexual, legalización de la

marihuana, etc.

El mismo cuadro cambia entonces, si ponemos el acento en el Liberalismo Económico:

19

Sin embargo, los cuadros anteriores –independientemente de dónde quiera usted situar el “Centro” y

cómo se desplaza ubicuamente hacia un lado u otro –, quedan incompletos si no se consideran las

dimensiones antes mencionadas: primero, la “Izquierda” Extraparlamentaria y la “No Institucionalizada”,

y luego, los sectores antisistémicos y asistémicos. Veamos entonces el cuadro completo:

Es muy probable que nos equivoquemos en las proporciones relativas de la “Izquierda

Extraparlamentaria” y la “No Institucionalizada” (habría que asignar la misma área a cada corriente,

grupo, movimiento y partido que quisiera considerarse), y también es posible que la división entre

sistémicos, antisistémicos y asistémicos sea mucho menos marcada y se encuentre en otra posición, sin

embargo, queremos básicamente destacar la existencia de un sector muy amplio y probablemente

mayoritario en términos de participación o al menos, de identificación, que no se encuentra en

ninguno de los Partidos Políticos Institucionalizados.

Desde nuestra perspectiva, el debate que consignamos al comienzo de este análisis, de diversos

representantes del supuesto “Centro Político”, se trata de un intento por posicionarse en ese amplio

sector “no representado”, que precisamente asumen –erradamente, a nuestro juicio–, como “Centro”.

El somero análisis cuantitativo, cualitativo y topológico realizado, nos permite señalar que se trata de un

debate superado por los hechos. La verdadera representación política hoy no está en los Partidos

Institucionalizados –que están siendo desplazados y reemplazados por los “movimientos ciudadanos” –,

y además, ninguno de ellos es realmente de “Centro”. A lo sumo, pueden ser catalogados de “centro-

izquierda”, esto es, parte de la “izquierda”, o de “centro-derecha”, esto es, parte de la “derecha”.

En Chile no existe un “Centro Político”, tanto por su ubicuidad, por su relativismo, por la ausencia de

criterios que nos permitan identificarlo de manera efectiva, así como por el notable “desbalance” entre

ambos extremos del “continuo izquierda-derecha”.

La polarización “hacia los extremos” que ha venido instalándose en la política chilena, es en realidad, la

expresión de Fuerza y de transferencia de Poder hacia sectores de la “Izquierda Extraparlamentaria” y

“No Institucionalizada”, y también hacia el Antisistemismo y el Asistemismo. Por su parte, la “Derecha”

ha visto desplazadas sus coordenadas ideológicas, no hacia un supuesto “Centro”, sino directamente a

categorías propias del Neo-Comunismo, por la vía del Neo-Liberalismo en términos valóricos.

A partir de este diagnóstico, es posible pronosticar una polarización creciente e incremento del uso de

la fuerza en las demandas políticas y sociales, surgidas desde sectores no institucionalizados,

horizontales, en desmedro de soluciones institucionalizadas, verticales.

En ese escenario, el supuesto “Centro” político, no sólo no existe, sino que no tiene cabida alguna.

20

Notas

1 Velasco, Andrés, “Reconstruir el centro político”, 13-06-2015. Ex ministro de Hacienda del primer gobierno de Michelle Bachelet, actual dirigente del movimiento Fuerza Pública. 2 Shalper, Diego, “Velasco no es de centro”, 19-06-2015. Ex director ejecutivo de Idea País, actual dirigente de un movimiento socialcristiano en formación. 3 Blaset, Lucas; “¿De qué Centro estamos hablando?”, 24-06-2015. Miembro del Comité Político del movimiento Amplitud. 4 Brunner, José Joaquín, “Dónde está el centro político”, 17-06-2015, en El Líbero. Ex ministro Secretario General de Gobierno durante la presidencia de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ex militante del PPD y fundador del movimiento Fuerza Pública. 5 Brunner, José Joaquín, “Morfología del espacio político chileno”, 24-06-2015, en El Líbero.

6 Brunner; op. Cit.

7 Brunner, José Joaquín, “Dónde está el centro político”, 17-06-2015, en El Líbero. 8 “Gutenberg Martínez advierte que deterioro en apoyo a Bachelet afecta a la DC”, Diario La Tercera, 01-07-2015 9 Ver: Partidos Constituidos, SERVEL 10 Ver: Partidos Políticos en Formación, SERVEL 11 Ver: Estadística de cantidad de afiliados a partidos políticos al 14/08/2009, CIPER Chile 12 SERVEL: Respuesta vía correo electrónico, a consulta N° 76128 – 300620151411 13 Ver: Padrón electoral definitivo 2013 por circunscripción electoral y tipo de mesa, SERVEL 14 Ver: Cantidades de votantes elecciones presidenciales (segunda votación) 15-12-2013, SERVEL 15 Ver: Regiones de Chile por Población, año 2014, Wikipedia 16

Ver: Elecciones parlamentarias de Chile 2013, Wikipedia 17 Estimamos que para efectos de este análisis, los resultados en esa elección constituyen suficiente ejemplo. 18 Brunner; op. Cit. 19 Simplificado de “Ejes Ideolpolíticos”, Luis Heinecke Scott. 20 Torres, Javier; “Identificación política en Chile: síntoma de una paradoja”, Working papers ICSO UDP – Nº 1 - 2009 21 Torres; op. Cit. 22 Ibíd. Pp. 15 23 Ibíd. Pp. 24 24 Ibíd. Pp. 25 25 Castillo, Juan Carlos; Madero-Cabib, Ignacio; Salamovich, Alan; “Clivajes partidarios y cambios en preferencias distributivas en Chile”, Rev. cienc. polít. (Santiago) vol.33 no.2 Santiago, 2013. 26 Ibíd 27

Cabe señalar no obstante que el Partido Ecologista Verde quiere garantizar “a cada persona las oportunidades para su mayor desarrollo material y espiritual posibles” (Ver: Declaración de Principios) considerando así ciertos criterios Metafísicos. 28

En Chile, quizá la “Fundación para el Progreso” de Axel Kaiser et al, sería el equivalente local de estas ideas. 29 Biddle, Craig; “Political “Left” and “Rigth” Properly Defined”, en “The Objective Standar”, revista política por internet de corte “Objetivista”, basada en los postulados de la filósofa de origen ruso, Ayn Rand (Alisa Zinov’yevna Rosenbaum), conocida por sus obras “El Manantial” y “La rebelión de Atlas”. 30 Sartwell, Crispin; “The Left-Rigth Political Spectrum is Bogus”, en The Atlantic Magazine en Internet.