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“Frankenstein EducadorPEDAGOGIA 2015 VIAMONTE LEME LOURDES

Frankenstein educador

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Philippe Meirieu, (Barcelona, Laertes, 1998)

Propone algunas reflexiones • Analizar aspectos importantes de la

transmisión como eje del pensamiento pedagógico

•La enseñanza como eje de la tarea docente.

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Algunas preguntas

¿En qué medida el hombre es libre de todo condicionamiento?

¿Por qué es importante educar?¿Nace el hombre con las disposiciones para

crecer y desarrollarse libremente o va a necesitar de la educación y la cultura

para humanizarse? La educación ¿lo condicionará o le brindará

herramientas de liberación?

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¿Por qué es necesario educar?

Porque nadie puede darse la propia vidaPorque necesitamos de otro que no nos

introduzca Porque todo hombre llega al mundo totalmente

despojadoPorque el niño ha de beneficiarse del

apuntalamiento del adulto Y ese entorno es el que, en muy gran medida, lo construye.

Porque el niño solo puede vivir, pensar o crear algo nuevo si ha hecho suya hasta cierto punto la historia que le hemos transmitido.

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¿Qué es educar?

“Es introducir a un universo cultural, un universo en el que los hombres han conseguido amansar hasta cierto punto la pasión y la muerte, la angustia ante el infinito, el terror ante la propia obra, la terrible necesidad y la inmensa dificultad de vivir juntos”.

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Todo educador es un Pigmalión que quiere dar vida a lo que fabrica

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Pigmalión • Nos da acceso a comprender el mito de la educación como

fabricación: todo educador es siempre, en alguna medida, un Pigmalión que quiere dar vida a lo que fabrica.

• El educador moderno aplica todas sus energías y toda su inteligencia a una tarea que juzga al mismo tiempo posible y extraordinaria. El educador moderno quiere hacer del hombre una obra, su obra.

La influencia considerable que un individuo puede tener sobre sus semejantes tan sólo por la mirada que les aplica: el efecto expectativa o la imagen que podemos formarnos de alguien y que le damos a conocer, a veces sin darnos cuenta, determina los resultados que se obtienen de él y de su evolución

El educador quiere más, quiere el poder sobre el otro y quiere la libertad del otro de adherirse a su poder.

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¿Se puede renunciar a hacer al otro sin, con ello, renunciar a educarlo?

Fabricar un hombre y abandonarlo es correr el riesgo de hacer de él un ‘monstruo’. Si la criatura es un ‘monstruo’ es porque ha sido abandonada por ‘su padre’.

El niño abandonado puede descubrir el mundo gracias a sus sentidos; tienen la oportunidad de acceder a la cultura gracias al encuentro milagroso de situaciones que le permiten aprendizajes esenciales.

Pero le falta algo aún más esencial: aprende mucho, pero nadie, propiamente hablando, se ocupa de su educación, Ningún mediador la presenta a los hombres y se los presenta.

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¿Hay algo que como educadores podamos hacer para escapar al mito de la

fabricación?

Pensemos en la revolución copernicana

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 Por una verdadera revolución copernicana en Pedagogía 

• La verdadera revolución copernicana en pedagogía (RCP) consiste en volver la espalda al proyecto del Dr. Frankenstein y a la educación como fabricación.

Si se centra en la relación del sujeto con el mundo. Su tarea es movilizar todo lo necesario para que el sujeto entre en el mundo y se sostenga en él, se apropie de los interrogantes que han constituido la cultura humana, incorpore los saberes elaborados por los hombres en respuesta a esos interrogantes…

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Exigencias de la revolución copernicana La primera exigencia es renunciar a convertir la

relación de filiación en una relación de causalidad o de posesión. No se trata de fabricar un ser que satisfaga nuestro gusto por el poder o nuestro narcisismo, sino de acoger a aquel que llega como un sujeto que está inscripto en una historia pero que, al mismo tiempo, representa la promesa de una superación radical de esa historia.

La segunda exigencia es reconocer a aquel que llega como una persona que no puedo moldear a mi gusto.

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Exigencias de la revolución copernicana La tercera es aceptar que la transmisión de saberes y

conocimientos no se realiza nunca de modo mecánico y no puede concebirse en forma de una duplicación de idénticos como la que va implícita en mucha formas de enseñanza.

Supone una reconstrucción, por parte del sujeto, de saberes y conocimientos que ha de inscribir en su proyecto y de los que ha de percibir en qué contribuyen a su desarrollo.

Es decir, las conexiones que establece con lo que ya sabe, el modo en que eso le induce a reconsiderar sus ideas.

 

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Exigencias de la revolución copernicana La cuarta es constatar, sin amargura ni

quejas, que nadie puede ponerse en el lugar de otro y que todo aprendizaje supone una decisión personal irreductible del que aprende.

El educador no puede hacer más que aceptar su no-poder, admitir que no dispone de ningún medio directo de actuar sobre el otro.

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Exigencias de la revolución copernicanaLa quinta consiste en no confundir el no-poder

del educador en lo que hace a la decisión de aprender y el poder que sí tiene sobre las condiciones que posibilitan esa decisión.

Son importantes los aprendizajes por que facilitan que un sujeto se construye, se supera, modifica o contradice las expectativas de los demás respecto a él, es imperativo que la educación escape al mito de la fabricación.

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Exigencias de la revolución copernicanaLa sexta es inscribir en el seno de toda actividad educativa

la cuestión de la autonomía del sujeto. La autonomía se adquiere en el curso de toda la educación, cada vez que una persona se apropia de un saber, lo hace suyo, lo reutiliza por su cuenta y lo reinvierte en otra parte.

Para hacerse autónomo en su comportamiento escolar, un alumno ha de disponer de puntos de apoyo, de materiales, de una organización individual y colectiva del trabajo; ha de emplear un andamio, proporcionado, de entrada, necesariamente, por el adulto, que luego le vaya siendo retirado, de modo razonado y negociado, a medida que puede sostenerse por cuenta propia.

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Conclusión El enseñante es siempre un “pasador”, un

mediador a una cultura sin la cual el que llega vagaría en una búsqueda desesperada de sus orígenes, de palabras con que pensar sus emociones y cuidar sus heridas, de herramientas para entender el mundo y dar sentido a los hechos con que topa, de conceptos para acceder a la comprensión de lo que le ocurre y de lo que ocurre a sus semejantes. La cultura, para él, es ese conjunto de objeto legados por los hombres, a lo largo de toda una historia sin la cual no puede advenir ninguna comprensión…