64
1 - 64 Julio Sanjinés Goitia La Paz - Bolivia 2007

Historia de la música militar en bolivia

Embed Size (px)

DESCRIPTION

musica militar en bolivia

Citation preview

Page 1: Historia de la música militar en bolivia

1 - 64

Julio Sanjinés Goitia

La Paz - Bolivia 2007

Page 2: Historia de la música militar en bolivia

2 - 64

CAPITULO I

LA MÚSICA MILITAR

Page 3: Historia de la música militar en bolivia

3 - 64

LA ESENCIA DE LA MÚSICA MILITAR

I. Prevalece el criterio de que la música militar se limita al campo exclusivo de las marchas, pero si viene esta convierte en expresiones melódicas la voluntad y tradición guerrera de un pueblo, evocando antiguas glorias y vaticinando futuras victorias, no es menos cierto que la música militar mediante interpretaciones de música solemne y emotiva originó, por ejemplo, los himnos nacionales de muchos países.

Es así como el año 1789, en uno de los momentos estelares de la humanidad, en

Estrasburgo, Francia, el Capitán de Ingenieros Claude Joseph Rouget de Lisle (1760-1836) compone la música y letra de la Marsellesa. Ésta marcha denominada inicialmente Canto de Guerra de Ejército del Rin, la hizo suya el ejército revolucionario que partió de Marsella a París, convirtiéndola, posiblemente, en el Himno Nacional más famoso de todos los tiempos. (1)

Alrededor de la misma época, en Inglaterra, apareció una marcha de inspiración patriótica que luego se tomó en un segundo himno nacional, ahora conocido como “Rule Britannia” y cuyas melodías acompañaron al Ejército Británico en la conquista de sus imperios.

“Deutschland, Deutschlan “Uber Alles”, el vigoroso nacional que fue primero de

Austria y luego de Alemania, obra del notable compositor austriaco Joseph Haydyn (1732-1809), de fines de siglo XVIII, asimismo obedece a una notoria influencia de la música militar propia de esos años. La “Marcha de los Granaderos”, fue otra que también adquirió renombre y dio origen al Himno Nacional de España. (2)

Sobre todo en Europa, muchas marchas rebasando sus meros objetivos militares,

se transformaron en Himnos Patrios, los mismos que son la evocación musical que expresa los sentimientos patrióticos más profundos de una Nación.

No fue distinto el camino que siguieron en América las Repúblicas emancipadas

España. Fue la música militar la que inspiró composiciones para la creación de la mayoría de nuestros Himnos Nacionales. En Bolivia, el autor de la música del Himno Nacional fue Benedetto Vincenti, músico militar asimilado al grado de Teniente Coronel del Ejército de Bolivia. Éste distinguido ciudadano de origen italiano fue contratado por el General José Ballivián para organizar las bandas del Ejército como Director General. En esa calidad impuso una marcha militar para conmemorar el Cuarto Aniversario de la Batalla de Ingavi, marcha que, como se dice antes, se convirtió en el Himno Nacional y fue interpretada, por primera vez, la noche del 18 de noviembre de 1845, en el Teatro Municipal, por una orquesta integrada por músicos civiles que tocaron los instrumentos de cuerda y por varios músicos militares de los batallones 5, 6, 7 de Infantería a cuyo cargo estuvieron los instrumentos de viento. (3)

Page 4: Historia de la música militar en bolivia

4 - 64

Las marchas también sirvieron en la década de los treinta de nuestro siglo, para exteriorizar en himnos y canciones los objetivos y el espíritu de movimientos políticos y de partidos. Así tenemos en Alemania el famoso “Horst Wessel Lied” del Partido Nazi, en Italia la “Giovenezza” expresión del racismo y en España “Cara al Sol”, que es el himno de la Falange. En el campo menos formal, la música militar, adaptada según las circunstancias e interpretada en verbenas, retretas, conciertos y otras actuaciones de esta índole, penetro profundamente el espíritu y en el alma del pueblo, convirtiéndose en un acicate se revive el patriotismo en las concentraciones cívicas, estimula la alegría en las fiestas, produce recogimiento en los funerales y da solemnidad a los actos religiosos.

II. EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA MILITAR (4)

La música militar ha experimentado tres etapas históricas. La primera se inicia en la antigüedad y perdura hasta la Edad Media. En esas épocas remotas son instrumentos primitivos de percusión, tales como tambores de cuero tesado de animales, hasta aquellos manufacturados con la piel de los “Jefes” muertos en combate, los que transmitían ruidos y mensajes para levantar, mediante tonalidades sordas y graves, el ánimo guerrero de los combatientes. Posteriormente, para dada sonoridad y mejor alcance acústico se utilizó artificiosos naturales de viento tales como cuernos, caracoles o silbatos de hueso. Estos instrumentos primitivos que producían sonidos perceptibles a distancia, son gradualmente reemplazados, en el Medio Oriente y en el mundo asiático, por bocinas, cuernos metálicos y, finalmente, rústicas flautas y trompetas. La Biblia relata a episodios en los que los hebreos se agrupaban por medio de soplos de trompetas, los que en una ocasión fueron tan poderosos que derrumbaron las murallas de Jericó. Asimismo, existen referencias históricas del origen de los actuales toques de corbeta que fueron iniciados por Alejandro el Grande para comunicarse con sus tropas, espaciadas a lo largo de varios kilómetros de distancia, mediante un código de tonalidades musicales ejecutado con primitivos instrumentos de viento. En Europa los guerreros utilizaban las trompas y trompetas, fundamentalmente para producir ruidos violentos. Recién después de las Cruzadas de los siglos XII y XIII estos combatientes optaron por combinar tales ruidos para conformar música marcial que tocaban durante el desarrollo de la batalla, utilizando para ello primitivos instrumentos musicales de percusión y de viento, al igual que sus adversarios islámicos.

III. DESDE LA EDAD MEDIA ASTA A FINES DEL SIGLO XVIII (5)

Al inicio de la Edad Media ya existía música instrumental que tenía orígenes en Grecia y Roma. Los romanos crearon trompetas retorcidas llamadas “cornu” y “buccina” que permitían tocar música militar con el apoyo rítmico de tambores de origen suizo, que tenían dos caras de cuero tesado con abrazaderas a los extremos, de madera o metal. El otro instrumento de percusión utilizado para tales menesteres, era el timbal que se construía en base a grandes recipientes cónicos

Page 5: Historia de la música militar en bolivia

5 - 64

de metal con cuero tesados sólo en la parte superior. Los timbales fueron llevados a Europa principalmente por los turcos otomanos, como instrumentos rítmicos utilizados por las tropas montadas. Por otro lado, hicieron su aparición los instrumentos de metal, consistentes en trompetas, trompas de caza, cornetas de postillón y hornos franceses y se mejoró, en cuanto a rendimiento musical, los pífanos y flautas en el ámbito en el ámbito de los instrumentos de viento fabricados de madera. Durante este periodo histórico se introdujo la costumbre que se convirtió en un verdadero auge del ceremonial militar consistente en convocatorias de torneos y tributos a reyes y autoridades superiores, mediante interpretaciones de música, originándose con ello la costumbre de rendir honores, costumbre que pervive hasta nuestros días. Junto a estas exteriorizaciones melódicas surgieron los cánticos para remembrar. Hazañas bélicas, los mismos que cobraron verdadera importancia con la aparición de la himnodia guerrera de los antiguos germanos. Con el transcurso del tiempo estos cánticos se convirtieron en melodías emotivas entonadas por tropas en marcha o en descanso cubriendo un ámbito que va desde las evocaciones de los antiguos israelíes hasta aquellas famosas canciones como “Yo tenía un camarada” y “Lily Marlene”, que fueron adoptadas por los ejércitos alemanes, y aún por los aliados en las últimas conflagraciones mundiales. En la segunda etapa histórica de la música militar, que abarca desde los promedios de la Edad Media hasta el siglo XVIII, los países europeos como España, Inglaterra, Francia, Austria e Italia, entre otros, incluyeron en la estructura orgánica de sus ejércitos bandas de música y a que poseían tambores, trompetas y pífanos. En esta larga época del acontecer mundial, cobró importancia la música como elemento estimulante para el combate. Los españoles incorporaron a sus bandas fagots, clarinetes y chirimías; por su parte los ingleses y escoceses lo hicieron con las gaitas, bombos timbales y flautas. Es así que gaita se ha convertido el símbolo de las bandas militares inglesas. No obstante de que su origen parece haber sido romano y de que es utilizada en varios otros países, la tradición la identificado como escocesa. En el siglo XVI, el pífano de origen suizo, se convirtió en el instrumento primordial de la música militar, conjuntamente con los tambores, fue el elemento básico para la ejecución de las marchas de infantería. Aún hoy en día la banda de guerra integrada por tambores y pífanos, es una parte muy importante de las bandas militares de música que poseen, adicionalmente, una variedad de otros instrumentos de viento metálicos y de madera. Al mando de estas formaciones militares, inicialmente, sólo marchaba un Capitán que tenía pito para controlar lavanda y no han sido algún oficial subalterno que no tenía jerarquía para ello. Éste hecho dio lugar a que cuando asumía el mando un suboficial alterno o de escasa significación se le dijera “usted que pito toca?”,

Page 6: Historia de la música militar en bolivia

6 - 64

Para hacer notar la falta de jerarquía para la conducción de la banda. (6)

En épocas posteriores se comenzó a designar a algún antiguo Suboficial músico como “tambor mayor”. Este individuo se caracterizaba por ser siempre de llevada estatura y muy elegantemente ataviado. Llevaba un gigantesco bastón de enorme

Page 7: Historia de la música militar en bolivia

7 - 64

empuñadura, con el que marcaba el compás y efectuaba vistosas filigranas y complicados molinetes.

Un siglo más tarde, el oboe desplazo al pífano como instrumento principal de las bandas de música. Durante el reinado de Luis XVI (1632-1687), colaborador de Moliere y cofundador de la Ópera de París, utilizando el oboe innovó la música militar, componiendo la marcial para empleo militar y la ceremonial para fines de concierto y de atracción popular.

A fines del siglo XVIII, Joseph Haydyn, autor de Himno Nacional alemán; Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1778), “cinbalista” de las bandas de música de Federico El Grande; y George Andel (1685-1759), todos ellos notables compositores de la época, incursionaron en la música militar de conciertos, desde luego ajena a toda identificación dedicada. Con estas interpretaciones y otras, las bandas militares adquirieron un “statusSierra “social que nunca habían tenido antes, estableciéndose así una marcada diferencia entre la música marcial y la de conciertos. (7)

La corneta, instrumentos de viento capaz de producir diversas tonalidades se constituyó, a mediados del siglo XVIII, en una verdadera innovación con relación a los instrumentos existentes hasta esa época. Se hizo popular no sólo como integrante de las bandas militares, sino como medio para efectuar variados toques a través de los cuales se daban diversas órdenes de las tropas. Este es el caso de los “toques” de descanso, ataque, repliegue, diana y silencio.

IV. TERCER PERÍODO

En el período que se inicia en el tercer cuarto de Siglo XVIII, y que perdura hasta nuestros días, la música militar adquirió verdadera trascendencia, tanto por la profusión de las marchas, cuanto por la música de cámara, para lo cual sexenios de la fama de Wolfgang Amadeo Mozart (1756-1791), compusieron serenatas que tienen una perceptible influencia detonadas militares. Fue en esta época en la que hicieron su aparición las bandas militares de Federico El Grande (1712-1786), que orientaron, sin duda, la música militar hacia marchas destinadas a crear una marcial disciplina en los desfiles y una férrea voluntad de lucha en los combates.

La marcha de ejercicios con el paso de parada, comúnmente conocido como el paso de ganso, se convirtió en una verdadera tradición, la misma que hoy, dos siglos más tarde practican casi todos los países sudamericanos, como máxima demostración de uniformidad, disciplina e impecabilidad de sus ejércitos. Su implantación no obedeció a un capricho del gran monarca alemán, sino que fue el medio para obtener exactitud en los movimientos y giros requeridos por tropas de a pie que avanzaban marchando, en bloques en compactos, hacía el enemigo. El éxito de estos ejercicios en una época de la historia en la que, debido al delimitado alcance de los proyectiles de las batallas se realizaban en espacios restringidos, permitió a Federico el Grande contar con agrupaciones de infantes

Page 8: Historia de la música militar en bolivia

8 - 64

que actuaban prácticamente como autómatas convertidos en verdaderas máquinas de guerra. (8)

Tanto los franceses, cuando ingleses y austriacos trataron emular a los prusianos, desde ahí que sus marchas también respondían a ritmos que imprimían una cadencia y un compás similar al de los ejecutados por las tropas de Federico El Grande.

España tampoco fue ajena este fenómeno. Su estrecha vinculación con Austria, país que perfeccionó los instrumentos de viento, y su posible mejores interpretaciones de la música militar mediante la combinación de sonidos armónicos con diferentes y variados instrumentos. Ésta influencia también repercutió en sus colonias, a través de las bandas de música que integraban sus ejércitos de ocupaciones acantonadas especialmente en los Virreynatos de Lima y México. Es así como las bandas militares de origen hispano, con instrumentos de viento, llegaron a nuestro continente y se incorporaron a nuestra vida cotidiana, sobre todo a inicios del siglo XIX; época en la que debido a la ocupación francesa de la península española, la música

Militar reflejaba una actitud de patriótica rebeldía, semejante a la que empezó a prevalecer en nuestra América.

Page 9: Historia de la música militar en bolivia

9 - 64

En el resto de Europa, con la introducción de pistones para controlar el tono de las trompetas y trompas, pistones que fueron inventados en Francia por Clagget, en 1792, y perfeccionados, posteriormente, en Alemania por Blümel y Heinrich Stalzel, los instrumentos de viento ampliaron sus aspectos de sonidos desarrollando una variedad de instrumentos de metal que podrían tocar más que las simples fanfarrias de antaño. Los nuevos sistemas de llaves también dieron a los instrumentos tradicionales, mucha mayor versatilidad. (9)

A mediados del siglo XIX, Adolfo Sax (1814-1849), fabricante de instrumentos de origen belga, logró perfeccionar uno que lleva su nombre, el saxofón, combinando las cualidades de madera con las de metal y este, por su variada aplicación musical, desplazó a los oboes, cornos y fagots que hasta entonces, fueron las piezas principales de las bandas de música militar.

Como resultado de su progreso surgieron las tubas, los bajos, los trombones de vara, los serpentones y los clarinetes, como dotación orgánica de las bandas de música. Asimismo, se introdujo instrumentos de percusión de procedencia turca, tales como el triángulo, la lira y el árbol de campanas, los mismos imprimieron una singular tonalidad tanto a las marchas como a los conciertos. Todo este variado instrumental, en dio origen a que, en Francia, se organizará la banda de la Guardia Republicana, con 80 músicos cuyo prestigio logrado en múltiples conciertos y verbenas, a lo largo de muchos años, aún perdura hasta nuestros días. Por otro lado, con la incorporación de tal variedad de instrumentos a las bandas y orquestas, muchos distinguidos compositores se dedicaron a componer óperas y música para conciertos con marcada influencia militar. Guiseppe Verdi (1813-1901), compuso la ópera Aida que fue estrenada en el Cairo el año 1871, para celebrar la inauguración del Canal de Suez. Partes de esta ópera, sobre todo la ejecutada con clarines, se ha convertido en una singular marcha de caballería y procesional. En otras partes del continente europeo, también la música militar influyó en las composiciones de talentosos compositores. Nicolai RIMSKY Korsakov (1844-1908), siendo cadete del Colegio Naval de San Petersburgo, compuso sus primeros logros musicales los mismos que, a su vez, influyeron en la música marcial rusa. Otro compositor ruso, Modesto Patrovic Mussorgsky (1839-81), mientras estudiaba en la Academia Militar de San Petersburgo, desarrolló varias obras musicales igualmente tuvieron repercusión en la himnodia militar rusa. (10)

El compositor alemán Ricardo Wagner (1813-1883), también contribuyó notoriamente con su talento a la música militar. Sus marchas "Kaisermarch" y "Huldigungsmarch", sus óperas y dramas musicales, como "Tannhaüser", "Göterdamerung" y "Siegfreid" tuvieron una marcada influencia en la composición de las marchas militares austriacas y alemanas del siglo XIX. (11)

Page 10: Historia de la música militar en bolivia

10 - 64

En esta parte del mundo, a mediados del siglo XIX, se hicieron famosos compositores norteamericanos de marchas militares que demostraron estar a la altura sus colegas europeos. Las marchas estadounidenses más famosas son "Barras y Estrellas", "Semper Fidelis", el "Himno de los Infantes de Marina" y el de la "Fuerza Naval" fueron permanentemente interpretadas y lo propio ocurrió con otras, entre ellas la del notable compositor americano John Philip Sousa (1854-1932), que fue Director de la Banda del Cuerpo de Infantes de Marina, a partir del año 1880 por varias décadas. Bajo su dirección esta banda, que adquirió reconocido prestigio, recorrió el mundo llevando mensajes de buena voluntad, a través de actuaciones musicales de variada índole y disfrutó, a raíz de ello, de una enorme popularidad en su propia tierra así como en el extranjero.

Otro insigne compositor americano-irlandés se influyó con su música en las marchas militares americanas, que fue Víctor Herbert (1859-1924). Como Director de Banda del conocido Regimiento 22 de Infantería, impuso un nuevo estilo de presentación que marcó época. Fue, adicionalmente, un prolífico autor de operetas, entre las que se destacó una de sus últimas creaciones la "Ziegfled Follies". (12)

Sintetizando la Música Militar como se le interpreta actualmente en Europa y en América, evolucionó durante varios siglos desde los toques musicales primitivos hasta las expresivas y vibrantes marchas de la actualidad.

El periodo romántico musical ejerció una marcada influencia en el desarrollo de la música militar, pero el de mayor impacto fue el nacionalista en el que afloraron las características especiales de los diferentes países, hecho que se reflejó notoriamente en las marchas militares de esa época.

En nuestros días la música militar no sólo se la practican en los cuarteles sino que es interpretada por escolares de todas las edades, mediante vistosas bandas que participan en los periódicos desfiles que realizan en las concentraciones de carácter estudiantil. Los "tambores mayores" ahora son, generalmente, atractivas muchachas que han perfeccionado, con enorme habilidad, el manejo de la guaripola (tambor mayor) con la que establecen la cadencia y el ritmo de desfile y producen un espectáculo aparte.

Page 11: Historia de la música militar en bolivia

11 - 64

COMPOSICIÓN INSTRUMENTAL DE LAS BANDAS MILITARES ESPAÑOLAS DESDE MEDIADOS DE SIGLO XVIII HASTA ESTE SIGLO

1750-1815 1815-1830 1830-1900 1 Flautín en Fa 1 Flautín tercerola 1 Pequeño clarinete

en fa 2 Clarinetes en Do 1 Oboe 1 Fagot 2 Trompas 2 Clarines 3 Trombones 1 Serpenton 1 Platillo 6 Tambores 1 Triángulo Chinesco 1 Bombo …………… 1 Director 1 Sub. Director 1 Tambor Mayor …………… …………… Personal Incluyendo Dirección 26 Músicos

1 Flautín en Bi bemol 1 tercerola 1 Requinto 3 Clarinetes en Si bemol 1 Fagot 4 Trompas 2 Clarines 2 Clarines 3 Trombones 1 Serpenton 1 Fagot Ruso 1 Platillo 6 Tambores 1 Bombo 1 Triángulo Chinesco ………….. 1 Director 1 Sub. Director 1 Tambor Mayor …………. …………. …………. 32 Músicos

1 Flautín en Mi bemol 1 Requinto en Mi bemol 4 clarinetes en bemol

1 Fagot 4 Trompas 2 Clarines de Cilindro 2 Clarines de Cilindro 2 Cortines de pistones 4 Cornetas 3 Trombones 2 Figles 2 Tubas 1 Platillo ………. 6 Tambores 6 Pífanos 1 Bombo 1 Triángulo Chinesco 1 Director 1 Sub Director 1 Tambor Mayor ………………. 46 Músico

CUADRO SEGÚN ANTOLOGÍA DE LA MÚSICA MILITAR DE ESPAÑA DE RICARDO FERNÁNDEZ

Page 12: Historia de la música militar en bolivia

12 - 64

CAPITULO II

EVOLUCIÓN DE LAS BANDAS MILITARES EN BOLIVIA

Page 13: Historia de la música militar en bolivia

13 - 64

I. EL COLONIAJE

Los españoles, a su arribo en América, encontraron tres importantes imperios, el azteca en México, el maya en Centro América y el Inca en la Costa Oeste de Sudamérica. Cada uno de ellos tenía una vasta cultura con una arquitectura reflejada en impresionantes construcciones, cerámica policroma y conocimiento en la utilización de los minerales, especialmente el oro y de la plata.

En el imperio Incaico hallaron un desarrollo musical destinado a fines sociales, guerreros y religiosos ejecutado con primitivos instrumentos repercusión (membranófonos) y de viento (aerófonos). (13)

Los instrumentos repercusión estaban hechos de troncos huecos cubiertos en ambos lados con cuero de llama y existían otros más pequeños con una sola membrana. También tenían, dentro de tales instrumentos percusión sonajeras confeccionadas con pezuñas de llamas, cascabeles y unas especies de campanillas para producir ruidos de acompañamiento. Relatos de estos fueron descritos por los primeros cronistas de las costumbres de los pobladores autóctonos de nuestra América.

Los instrumentos de viento que fueron de madera, barro, cobre y de tibia humana, los encontramos en dibujos o grabaciones de monolitos, vasijas u otros utensilios de uso doméstico de la época. Los sonidos, similares a los existentes en el Medio Oriente antes de la Era Cristiana. Adicionalmente, para tocar con mayor armonía la música nativa, perfeccionaron ciertos instrumentos tales como el pinkillo (pequeño flautín); la quena (una flauta mayor) y la zampoña construida con varias cañas de diferente largo con la finalidad que cada una de estas produzcan una nota determinada dentro de una escala musical.

Un instrumento que tuvo origen en la concha marina fue el “pututu” que luego fue hecho como una especie de vasija de barro en forma de cono, y posteriormente, en base al cuerno del ganado vacuno, introducido por los españoles, utilizando acústicamente, para concentrar a tribus o comunidades con fines pacíficos o bélicos. Su sonido ronco y atronador de gran alcance le ha dado continuada utilizarlo y lo ha perpetuado hasta nuestros días. No obstante la existencia de esta variedad de instrumentos musicales que interpretaban expresiones nativas, los españoles no supieron, ni quisieron comprender el arte musical autóctono; lo juzgaron e idólatra, carente de armonía y trataron de erradicarlo de la cultura de los pueblos que subyugaron.

Con ésa finalidad introdujeron nuevos instrumentos musicales, tanto de viento tanto de cuerda, para imponer la música de origen español. Los de viento, tales como los pífanos, fagots y oboes fueron traídos por las bandas militares que formaban parte de las tropas de conquista. En sudamericana se hallaban concentradas en los Virreinatos del Perú y del Plata, por tratarse, principalmente de puertos de acceso al resto de los territorios colonizados y por ello, proclives a eventuales ataques de corsarios ingleses o de otras nacionalidades que

Page 14: Historia de la música militar en bolivia

14 - 64

pretendían posesiones de ultramar. En el Alto Perú, en cambio, no obstante de tener sitios densamente poblados, como Potosí, las guarniciones españolas eran reducidas y estaban constituidas, mayormente, por tropas de infantería incluían a unos cuantos músicos, organizados en pequeñas bandas que cumplían con una infinidad de actividades, como las de acompañar al “tambor mayor” que se desempeñaba como pregonero en la lectura diaria de los bandos, mediante los cuales las autoridades españolas informaban a la población civil acerca de disposiciones y órdenes.

Si bien al inicio, los músicos eran oriundos de España, con el transcurso de los años, la mayoría de ellos fueron de origen nativo y éste es el motivo por el cual la música militar española, consistente no sólo de marcharse, sino de boleros, pasodobles, canciones populares y religiosas, empezó a ser difundida en el ámbito criollo en retretas, verbenas y actos públicos, en los que se entremezcló con la música autóctona, que pese a la reticencia inicial que encontró de parte de los colonizadores, concluyó por amalgamar la cultura española con la nativa. (14)

LA REPÚBLICA

Al producirse la resistencia a la ocupación española, los criollos que aspiraban a ser dueños de sus propios destinos se organizaron inicialmente en grupos guerrilleros. En estas improvisadas agrupaciones no faltaban músicos voluntarios, que contribuyeron a mantener el ánimo y el espíritu combativo de los patriotas rebeldes. Posteriormente cuando estos grupos guerrilleros se transformaron en unidades militarmente estructuradas, las agrupaciones de músicos dispersos se constituyeron, oficialmente, en bandas militares. Esto ocurrió tanto en los ejércitos del Libertador Bolívar como en aquellos conformados por el General San Martín, en el Sud este de nuestra América. (15)

En las diferentes batallas de liberación sostenidas contra los españoles, los ejércitos del Libertador Bolívar, integrados en un gran porcentaje por tropas procedentes de la Gran Colombia, tenían bandas de música como parte orgánica de la mayoría de sus regimientos. Estas participaron, a la cabeza de las tropas, en las diferentes batallas, pero donde tuvieron singular actuación fue en la Batalla de Ayacucho. En este epopéyico combate, la banda del Batallón Voltígeros de Colombia, al oír la orden dada por el General José María Córdoba “ Armas a discreción! Paso de Vencedores” irrumpió tocando con toda fuerza bambucos, que son aires nacionales de Colombia, los que provocaron en las tropas una actitud de frenético patriotismo con el que contribuyeron a arrasar la obstinada defensa española del General Monet. (16)

Las otras bandas de música que rivalizaron con la del Batallón Voltígeros fueron las del Batallón Legión Peruana No. 1, que durante el combate interpretaron marchas militares y música vernacular de sus respectivos países. Con la derrota de los españoles en la Batalla de Ayacucho, se consolidó la independencia de Bolivia, no obstante la posición intransigente del ejército realista del Alto Perú, bajo las órdenes del General Pedro Olañeta. Para neutralizar éste último foco de resistencia, el Mariscal Sucre, al mando del Ejército Expedicionario, resolvió

Page 15: Historia de la música militar en bolivia

15 - 64

proseguir su marcha hacia el Sur con una división integrada por batallones colombianos y una tropa alta peruana. No fue necesaria una acción militar contra el General Plañeta, puesto que a su arribo Chuquisaca, el Mariscal de Ayacucho fue informado de que el Coronel boliviano Carlos Medinacelli había dado fin con las últimas tropas realistas y con el propio General Olañeta en la batalla de Tumusla.

Ante este hecho Sucre resolvió el entorno de su ejército a Colombia. Sin embargo, a solicitud de varias poblaciones del Alto Perú, lo mantuvo en el país distribuyéndolo para guarnecer las ciudades de La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba. Debido a ello, las marchas militares que se oyeron desde entonces en Bolivia, tuvieron influencia colombiana, la misma que, a su vez, era una simbiosis de tonalidades españolas y música de origen criollo.

Una excepción a lo expuesto, novela música de la primera banda militar auténticamente boliviana del general guerrillero José Miguel Lanza, la que estaba integrada por 20 músicos voluntarios procedentes de las provincias de Ayopaya, Inquisivi y Yungas, provistos de pífanos y tambores. Esta banda formaba parte del “Batallón 2 de Infantería”, unidad con la que el antes citado General, ocupó la ciudad de La Paz el 29 de enero de 1825. (17)

La presencia de tropas colombianas en el Alto Perú se mantuvo por algún tiempo hasta que esta abandonó Bolivia una vez aprobada la ley orgánica de 1º de Enero de 1827 creando El Ejército Nacional. Mediante esta disposición ejecutiva se organizó dos batallones de infantería, dos escuadrones de caballería y una batería de artillería con sus respectivas bandas de música, las que incluían algunos niños que se enrolaban como aprendices, iniciándose como tamboreros para luego convertirse en experimentados músicos, que no solamente tocaban marchas, sino que animaban bailes, conciertos y retretas. Este es el origen del hecho de que, aún hoy en día se cuenta con niños en calidad de tamboreros en las bandas de guerra.

Durante la Presidencia del Mariscal Santa Cruz, periodo en el que el Ejército de Bolivia adquirió en América un reconocido prestigio, se institucionalizaron las bandas de música como parte orgánica de los regimientos. Una de estas principales agrupaciones militares de la época fue el “Regimiento Nº 1, Lanceros de Bolivia”, creado por el Decreto Supremo de 8 de noviembre de 1831. Esta era una unidad de caballería que servía de escolta al Mariscal Santa Cruz que estaba integrada por personal seleccionado, y que contaba con una numerosa banda de música. Los componentes de dicha banda, quienes participaron en las batallas de la Confederación Perú-Boliviana, tenían, de acuerdo al citado Decreto, un vistoso uniforme consistente “en una casaca amarilla, cuello botamanga y barras verdes, caponas encarnadas, faja celeste, pantalón encarnado con galón amarillo en las costuras, botín negro y morrión de paño”. (18)

En Yanacocha y en Socabaya la banda de “Batallón 1º de la Guardia”, así como la del “Batallón No. 5” actuaron junto a las unidades combatientes. Lo propio

Page 16: Historia de la música militar en bolivia

16 - 64

ocurrió con la banda de “Batallón Socabaya, 6 de Línea” en la batalla de Montenegro.

Después del Combate Yungay, que puso término a la Confederación, varias de estas bandas, que fueron organizadas en forma improvisada para actuar en forma conjunta, antes y durante el combate. Al amanecer el día 18 de noviembre de 1841, tanto el ejército invasor cuando el boliviano, iniciaron el día con una sucesión de dianas para avivar el espíritu combativo de las tropas. Ambos ejércitos vestidos con uniformes de gala como era la usanza de la época dieron inicio al combate a las 9 de la mañana de aquel memorable día. Las proféticas palabras pronunciadas por el General José Ballivián al comenzar la contienda: “¡Soldados! A esos enemigos que tenéis al frente los veréis desaparecer como las nubes cuando las bate el viento”, se cumplieron a la letra, vencieron las tropas bolivianas y consolidaron la independencia de Bolivia. En ésta batalla participaron con heroísmo y abnegación los músicos de los “Batallones 5, 6 y 7 de Infantería” y del “Escuadrón de Caballería”.

Una vez restaurada la paz entre Bolivia y el Perú, el Presidente Ballivián procedió a reorganizar el ejército dentro de normas de rígida disciplina y asignó especial importancia a las bandas de música, cuya actuación en la batalla de Ingavi, lo dejaron muy impresionado.

Para llevar adelante esta determinación, contrató los servicios de Benedetto Vincenti, como Director de las Bandas de Ejército y bajo su acertada dirección se reorganizó varias de ellas, como ser las de los “Batallones 5, 6 y 8 de Infantería” que estaban acantonadas en La Paz. A partir de esa época cada unidad ya fuera de ésta infantería, caballería o artillería, tuvo su propia banda de música que amenizó la vida del cuartel de la localidad y la que estaba la guarnición.

Durante el Gobierno de General José María de Achá, se oficializó la participación de las bandas de música en retretas semanales. La orden general del 11 de enero de 1862 determina lo siguiente: “Los músicos de los batallones que guarnecen la ciudad tocarán en la Alameda (Hoy paseo del Prado) a las cuatro y media de la tarde los Jueves, Domingos y los demás días de fiesta”. La música o el repertorio que se ejecutaba, consistía en boleros, marchas, huayños y meca pequeñas e inspiraciones melódicas propias de la época no se conocían entonces los atriles y en su lugar se empleaban a los niños curiosos, muchos de los cuales, posteriormente, se incorporaban a los regimientos como aprendices de músicos.

(20)

Las retretas en esos tiempos eran, prácticamente, el único entretenimiento que existía y pueblos y ciudades, alrededor de las cuales se reunían familias que llevaban meriendas y bebidas para compartirlas con los músicos, costumbre que después de la Guerra del Pacífico fue expresamente prohibida.

Así transcurrieron los años en los que las bandas de música tuvieron que tener un carácter itinerante, trasladando se juntó con los regimientos a los que pertenecían, de acuerdo a las determinaciones de los gobernantes de turno

Page 17: Historia de la música militar en bolivia

17 - 64

quienes movilizaban al ejército para sofocar revoluciones o para ejercitar el poder desde cualquier ciudad de la República. Esto aconteció sobre todo en los gobiernos de Belzu, Córdoba y Melgarejo, tres presidentes desprovistos de toda sensibilidad artística o cultural. Durante éste periodo histórico, sin embargo hicieron su aparición en el escenario nacional, tres insignes músicos (21) que contribuyeron himnos, marchas y arias de óperas. El primero fue Adolfo Ballivián (1831-1874) hijo del vencedor de Ingavi. En su juventud estudió en Europa la carrera militar, profesión en la que llegó a ostentar el grado de Teniente Coronel y fue como su padre presidente de la República. Tuvo desde niño una prodigiosa aptitud literaria musical, lo que le permitió componer diversos valses, mazurcas, marchas militares, polcas y variaciones sobre música de ópera, no obstante de su corta vida, pues murió a los 43 años.

Eloy Salmón (1842-1899) fue el segundo, quienes el autor de el memorable Himno a La Paz que se lo ha considerado como la Marsellesa boliviana y que fue interpretado por primera vez por la banda del Batallón 2 de línea acantonada en La Paz con el acompañamiento de un coro de noventa y cinco señoritas, el 16 de Julio de 1863 en el Salón de Actos Públicos de Loreto. Compuso otras marchas y piezas musicales entre ellas notable “Canto Fúnebre”, “Los Mártires de la Compañía”, 6 de Octubre y variadas piezas de aires populares. Finalmente lo tenemos a Manuel Norberto Luna (1856-1899) quien al primer llamado del ejército se alistó en el Regimiento Murillo para concurrir a la Guerra del Pacífico. Por sus conocimientos musicales fue nombrado Director de las Bandas Militares que se encontraban acantonadas junto con sus respectivos crecimientos en Arica. Posteriormente una vez terminado el conflicto retornó al país acompañando a los heridos de la Batalla del Alto de la Alianza y organizó conciertos a benefició de los prisioneros de guerra. Este distinguido compatriota fue organista de la Catedral y un prolífico compositor de piezas musicales entre ellas algunos de carácter religioso tales como: su célebre “Te Deum”.

Page 18: Historia de la música militar en bolivia

18 - 64

CAPITULO III

DESDE LA GUERRA DEL PACÍFICO HASTA INICIOS DE

SIGLO

Page 19: Historia de la música militar en bolivia

19 - 64

I. GUERRA DEL PACÍFICO

El año 1874, el entonces Coronel Hilarión Daza, Comandante del “Batallón Colorados (22) 1 de Infantería”, organizó una banda integrada por 50 músicos con instrumental moderno bajo la dirección del Tcnl. de Música Mateo Medrano. Esta banda tuvo el singular privilegio de contar, entre sus componentes, con el Sargento de Música Mauricio Mancilla, autor de las dos marchas tradicionales del Ejército de Bolivia que hoy, como entonces, hacen vibrar el espíritu cívico de los bolivianos, la “Llamada de Ordenanza del Regimiento Colorados” y la “Marcha del Batallón Colorados”.

Con los acordes de estas marchas y bajo el mando del Coronel Idelfonso Murguía, el Renacimiento Colorados, escribió una de las más heroicas páginas de la historia, en la batalla del Alto de la Alianza. En esta acción los músicos, junto con el Segundo Director de la Banca, Bernardo Palacios, tuvieron que combatir al igual que el resto de las tropas, emulando al ejemplar Corneta Mamani, quien en la Batalla de San Francisco, en medio de la debacle general, cabalgando en un cañón, siguió tocando ataque hasta caer muerto por el fuego enemigo. Así mismo, el “Batallón Sucre, 2 de Infantería (Amarillos), incluyendo su banda de música, bajo la dirección del Sgto. Mayor de Música Inocencio Vargas, debido a su aguerrido comportamiento en la batalla del Alto de la Alianza perdió más de 50% de su efectivo. Otra banda de músicos que participó en la Guerra del Pacífico fue la de “Regimiento Bolívar, 1 de Caballería”, con el Comandante Vicente García como Director de Banda, asistido por el Capitán Músico, asimilado, Pedro Gutiérrez.

Durante toda la contienda, estuvieron presentes, animando a la tropa inspirándola para el combate, varias bandas más bajo la dirección de abnegados músicos tales como el Capitán Músico Noel Ávila y los Tenientes Asimilados Manuel Valdez, Rómulo Tudela y Antolín López, pertenecientes a los Batallones abrir “Viedma 5 de Línea” y “Padilla 6 de Línea”, quiénes, en más de una ocasión tuvieron que participar activamente en acciones de combate. La valerosa actuación de los músicos en la Guerra del Pacífico, que la historia no registra en su verdadero valor, ‘evitó más de un desbanden en pleno campo de batalla, entonando música marcial que tuvo que incluir al propio Himno Nacional’.

Al finalizar la Guerra del Pacífico, el ejército así como el país todo, quedaron prácticamente destruidos. Solamente la indómita voluntad del General Narciso Campero quién tuvo que dedicar todo su esfuerzo para reconstruir al país, pudo restituir el orden, la moral y la disciplina. Ésta labor fue continuada por el Presidente Gregorio Pacheco, quién dicto una serie de disposiciones reglamentarias, entre ellas la prohibición de que las bandas de música participarán en fiestas particulares, misas, procesiones o entierros, salvo a autorización expresa del Estado Mayor. Esta determinación fue oficializada por Orden General del 1º de Octubre de 1884.

Page 20: Historia de la música militar en bolivia

20 - 64

II. PRIMERAS ESCUELAS MILITARES DE MÚSICA

Durante la Presidencia de Don Aniceto Arce se dieron los primeros pasos para crear una verdadera Escuela Militar de Música. Es así como el 20 de Mayo de 1889, se dictó en la ciudad de La Farsa, por instrucciones expresas del primer mandatario, una Orden firmada por su Ministro de Guerra, General Julián López, que determinaba lo siguiente: “El Señor Presidente de la República deseando renovar las bandas de ejército y darles para su mayor adelanto una nueva organización conforme a las exigencias de la disciplina militares dispone: Artículo único: Después de pasada la última revista de Comisario, todos los jefes enviarán a los aprendices de sus bandas a este cuartel para establecer una academia de música con arreglo a las órdenes que oportunamente se expedirán por este Ministerio. Comuníquese el General Ministro Julián M. López”.

Adicionalmente, en el Reglamento Orgánico del Colegio Militar, fundado por el mismo Presidente Arce, el año 1991 se estableció la cátedra de música. Para su dirección se contrató al Subteniente Lorenzo Andreotti, quién a su vez, tenía bajo su responsabilidad la “Banda del Colegio Militar”.

La Academia Militar de Música inició sus actividades en forma regular a inicios del año 1890 en un local proporcionado por el “Batallón Sucre 1º de Línea”, que se encontraba de guarnición en La Paz. A este establecimiento fueron enviados los músicos participantes de los diferentes regimientos para dar cumplimiento a la orden del 20 de Mayo. Lamentablemente, por falta de profesorado idóneo y de un presupuesto adecuado, la Academia Militar de Música fue clausurada poco antes de la Revolución Federal.

Restablecida la paz interna surgió un conflicto internacional con la insurrección filibustera del Acre. Para sofocarla se organizó, de inmediato, un cuerpo expedicionario bajo el comando del propio Ministro de Guerra Montes. Esta agrupación militar fue el “Batallón Independencia, 2 de Línea”, con un efectivo de 240 soldados y 25 músicos. Estos últimos, estuvieron bajo las órdenes del Teniente Néstor Terrazas y del Subteniente Manuel Delgado.

Luego de una epopéyico marcha, cubriendo 824 kilómetros por regiones tropicales desconocidas e insalubres, el abnegado grupo de patriotas logró en la Batalla de Riosiño, sofocar el levantamiento separatista promovido por el Brasil. En esta acción tuvo destacada actuación la Banda de éste Batallón, la misma que, con sus incesantes toques bélicos, animaba la contienda, según lo descrito por el insigne historiador militar Coronel Julio Díaz, en su libro “Historia del Ejército de Bolivia”.

Al término de esta contienda bélica, el presidente José Manuel Pando, mediante resolución de 2 de Diciembre de 1902, organizó nuevamente una Escuela Militar de Música bajo la dirección del Teniente Coronel Francisco Suárez. Este destacado compositor y músico, que asistió Guerra del Pacífico, fue el primer Director General de las Bandas del Ejército y a él se deben marchas de imperecedero recuerdo que interpretan la auténtica expresión emotiva y sentimental del soldado boliviano. La más conocida, sobre todo para aquellos que han hecho su servicio militar, son “Talacocha”, “Canterías” y “Recuerdos de Oruro”.

Page 21: Historia de la música militar en bolivia

21 - 64

III. GUERRA DEL ACRE (24)

Lamentablemente, un segundo conflicto en el Acre causó la clausura de esta incipiente Escuela Militar de Música. La nueva contienda exigió que se organizará un cuerpo expedicionario integrado, fundamentalmente, por la “Columna Porvenir”, pero hoy la actuación, él “Batallón Murillo, 1 de Infantería”, y él “Batallón Campero, 5 de Infantería”. Este último tenía un efectivo de 300 hombres que incluya una banda con 20 músicos, dirigida por el Subteniente de Músicos, Teodoro Rodríguez, autor de la marcha “1ª. Compañía” de inolvidable remembranza.

Éste batallón que estaba comandado por el propio Presidente Pando, siguió la ruta Mapiri – Rurrenabaque para continuar por el río Beni hacia el Acre. En el curso de la marcha se le comunico que en Puerto Acre, la población que se pretendía defender había capitulado, desapareciendo con ello el objetivo principal de la campaña. A raíz de ello, Pando dispuso que la mitad del efectivo del Batallón retornará a La Paz prosiguiendo con el resto, que incluía parte de la banda de música, hacía Riberalta. Al llegar a Rurrenabaque, localidad a la que ya había arribado el “Batallón 1º de Infantería”, el Presidente fue recibido en medio de la algazara popular por la banda de la citada unidad dirigida por el Subteniente de Música Cipriano Ibáñez. De Rurrenabaque, prosiguió la fuerza expedicionaria hacia el Norte, en embarcaciones y batelotes hasta Puerto Rico, lugar en el que el Presidente fue informado del cese de las hostilidades a raíz del protocolo acordado entre Bolivia y Brasil el 21 de marzo de 1903, el mismo que restableció la paz entre los dos países.

Por los relatos y crónicas de la época se establece que en los conflictos suscitados en la región del Acre, las bandas de música tuvieron una destacada actuación, marchando a vanguardia de las unidades, animando a la tropa durante el esforzado y prolongado trayecto a pie y participando, en más de una ocasión en acciones de armas a la par que las unidades regulares.

IV. INICIO DE SILO

Concluido el conflicto con el Brasil, siendo Presidente el General Ismael Montes, se restableció la Escuela Militar de Música como una Institución adscrita a la Intendencia General de Guerra, mediante Decreto de 4 de Noviembre de 1904. Fue nombrado, nuevamente como Director, Tcnl. Francisco Suárez, habiendo, durante su Comando cobrado verdadera trascendencia la Escuela antes citada. Rally Se estableció un régimen “sui-géneris”, mediante el cual jóvenes entre los 14 años eran admitidos no sólo para prender a tocar un instrumento, sino para perfeccionarse en un oficio en los Talleres de la Intendencia, sujetos a un compromiso de servir 5 años en las bandas del ejército. Lamentablemente, por falta de recursos para su mantenimiento, esta Escuela fue clausurada el año 1910, después de haber funcionado seis años con un promedio actual de 70 a 80 alumnos.

Page 22: Historia de la música militar en bolivia

22 - 64

Banda de Música del Regimiento “Colorados”

En el año 1905, el Gobierno de Bolivia contrató una Misión Militar francesa precedida por el General Jacques Sever e integrada por cuatro oficiales más. Ellos dieron inicio a la modernización del Ejército, introduciendo métodos, preceptos, uniformes y música militar francesa. Con ésa finalidad, se importó de Francia un instrumental completo de una famosa firma fabricante de tubas, trombones y clarinetes.

De ese periodo aún existen algunos instrumentos, en las bandas del Ejército así como marchas que aún hoy se las toca ocasionalmente, entre ellas “Lorraine”, el “Regimiento de Sambre et Meuse” y “Marche du Sacre de Napoleón I”. (25)

También de esta época han quedado marchas argentinas como consecuencia de la influencia que ejercieron a su retorno de dicho país hermano, oficiales y cadetes que fueron enviados por varios años para estudiar allá. Una de las más conocidas es “San Lorenzo”.

Asimismo, parece existir el criterio de que la Fanfarria de Caballería tales como: “Campo de Mayo” y el “10 de Caballería”, de cadencia tranquila y acompasada, influyó en la composición de nuestros famosos “Boleros de Caballería”.

A este respecto, el Contralmirante José Vargas Valenzuela, en su singular y anecdótica historia sobre el “Bolero de Caballería”, sugiere que su origen se debe al Bolero Español, que a nuestro influjo telúrico, creó un aire música al: "Adoptando el paso marchante del Caballo en su retorno lento del compás tres por cuatro interpretada por nuestras propias bandas de música que con el juego del redoble marcial de tambores y el solemne diapasón de sus oboes dan toda la versatilidad humana en su magistral interpretación tanto en la presencia de la vida o muerte, como la de victoria o la gloria".

Page 23: Historia de la música militar en bolivia

23 - 64

Prevalece también la opinión de que nuestros "Boleros de Caballería en un ritmo similar al de los toques de Caballería española de inicios del Siglo XIX, ejecutados por bandas montadas provistas de clarines y timbales, que producían tonalidades pausadas y graves, alterados ocasionalmente por variaciones agudísimas de una trompeta que ocasionaba "una tristeza de extraña y una rara melancolía". (26). En todo caso, nuestros Boleros de Caballería son únicos, sea que éstos respondan a la influencia de melodías de origen español o argentino, lo evidente es que expresan un auténtico y profundo sentimiento propio de nuestras extensas llanuras altiplánicas y de los pintorescos valles bolivianos.

Page 24: Historia de la música militar en bolivia

24 - 64

CAPITULO IV

MISIÓN MILITAR ALEMANA

Page 25: Historia de la música militar en bolivia

25 - 64

I. INFLUENCIAS DE LA MISIÓN MILITAR ALEMANA (26)

El General Ismael Montes, en su segunda Presidencia, restableció la Escuela Militar de Música, nuevamente adjunta A Intendencia de Guerra con asiento en La Paz. A partir del año 1911, concluyó el asesoramiento militar francés y se contrató uno de origen alemán. Este vino precedido por el Mayor Hans Kundt, quién fue ascendido al grado de General del Ejército de Bolivia e incorporado en calidad de Jefe de Estado Mayor. Juntamente con él vinieron cuatro Oficiales Instructores de armas y 14 Sargentos. Uno de ellos, el Capitán Carl Friedich Muther, asignado como Director del colegio Militar, se preocupó en forma especial de las Bandas de Música y fue uno de los que influyó para la reapertura de la Escuela de Música el año 1913. La misión alemana implantó una férrea disciplina basada en reglamentos alemanes, varios de ellos ya traducidos por los Ejércitos de Chile y Argentina que también habían contratado, con anterioridad, misiones militares de Alemania. En Bolivia se adoptó el uniforme alemán para uso diario y el prusiano para eventos de solemnidad y de desfile. Asimismo, se optó por usar cascos con flamines para el uniforme de gala. Cabe aclarar que el casco con flamines era propio del Ejército Prusiano de inicios del siglo y que después de la Primera Guerra Mundial, el Ejército Alemán no lo utilizó más. Las prácticas de orden cerrado, la gimnasia en aparatos, así como las marchas con paso de parada fueron los principales elementos que caracterizaron la disciplina alemana. Se introdujo durante ese periodo, marchas alemanas que constituyeron la esencia de la música militar de esa época. Varias de éstas, como “Alexander March”, (27) “Alte Kamaredn”, “Ferbelinereite March” y “Federicus Rex”, fueron adaptadas como propias por varias unidades e institutos. Es así como “Alexander March” se convirtió en la marcha oficial del Colegio Militar, con la que generaciones de cadetes marcharon y aun lo siguen haciendo. No obstante de que las marchas respondían a estímulos musicales wagnerianos, acordes con la actitud triunfalista que tenían su ejército, integrado por individuos de mentalidad y características físicas diferentes a las de los nuestros, estas marchas tuvieron la virtud de promover un genuino fervor cívico. Para su adaptación al medio boliviano, se tuvo que variar la cadencia del compás con la finalidad de que individuos de contextura física diferente, mucho menor en realidad pudieran marchar con un adecuado ritmo. En esa época se importó de Alemania un moderno instrumental para poder interpretar y tocar, debidamente, estas marchas de origen teutón. Instrumentos tales como el árbol de campanas, la lira y el triángulo, desconocidos hasta entonces (por su origen turco, introducidos al Ejército alemán a través de las Misiones Militares Alemanas asesoras de ese país a inicios del siglo) pasaron a formar parte orgánica de nuestras bandas.

Page 26: Historia de la música militar en bolivia

26 - 64

II. LA DÉCADA DE LOS AÑOS VEINTE

La Escuela Militar de Música, que fue restablecida en 1913 y que dependía de la Intendencia de Guerra hasta 1919, desarrolló una intensa labor bajo la marcada influencia alemana. Su Director, durante ese periodo, fue el mayor Asimilado Néstor terrazas, meritorio músico militar que participó en la Guerra del Acre y que fue considerado por el Senado Nacional por su sobresaliente actuación.

Durante este periodo ocupó un local del edificio asignado a la Intendencia, al inicio de El Prado, que era el antiguo Cuartel del “Regimiento Bolívar 2 2 de Artillería”, edificio que aún, hoy en día, luce sobre sus ventanas y puertas los cañones entrecruzados.

El año 1919, la Escuela de Música fue nuevamente trasladada, esta vez como dependiente de la Escuela de Clases de reciente creación, al cuartel de la calle Sucre. Este destino fue relativamente breve, pues el año 1920, al transformarse la escuela de Clases en un Regimiento de infantería, la escuela de Música fue nuevamente adscrito a la intendencia de Guerra y albergado en su local original de la Avenida 16 de Julio. De este establecimiento no se movió hasta su clausura, a raíz de la Campaña del Chaco, el año 1932.

El periodo de su permanencia adscrita a la Intendencia, entre los años 1920 y 1932, fue determinante para la vida de la Escuela militar de Música. Bajo la hábil dirección de distinguidos músicos asimilados a oficiales, tales como Mayor César Achaval, compositor de marchas y cuecas; el Tte. Alfredo Aguirre; y, nuevamente, el Tcnl. Francisco Suárez, la Escuela no sólo preparó músicos para las bandas militares, sino para las Orquestas Sinfónicas, estableciéndose una tradición por la cual los músicos que tocan los instrumentos de viento, en las citadas orquestas, casi siempre provienen de estratos militares.

Se puede decir que, prácticamente, todos los músicos de conjuntos musicales ya sean de éstos de orquesta sinfónica o de baile, excepto los que tocan instrumentos de cuerda, tuvieron como origen la Escuela Militar de Música. Lo propio ocurrió, años más tarde, con los músicos que formaron las bandas de la Fuerza Aérea, de la Armada y de la Policía.

Una demostración de la efectiva preparación y formación de los músicos militares bolivianos fue la presentación que hicieron en Buenos Aires cuando asistieron, con el Colegio Militar, el año 1927, a la inauguración del monumento erigido en honor del General Mitre, evento al que fueron invitados las Academias Militares de varios países latinoamericanos. En esa oportunidad la actuación que tuvieron, tanto en el desfile como en el concierto que dieron en el Teatro del Coliseo, mereció los más elogios comentarios de la prensa argentina que calificó a la Banda Militar de Música de Bolivia, así como al Colegio Militar, como a los de mejor prestancia.

Una certificación adicional de este hecho es el cable de felicitación, enviado desde Buenos Aires al General José Quiroz, entonces Ministro de Guerra, por el Director de Bandas del ejército Uruguayo, José Ferrari, quién relievaba la

Page 27: Historia de la música militar en bolivia

27 - 64

actuación de la Banda Militar de Bolivia en los diversos actos en los participó, la misma que pertenecía al “Regimiento Pérez, 3 de infantería” y estuvo dirigida por un joven oficial de música, el Subteniente Adrián Patiño Carpio, autor de la famosa “Macha Sargento Tejerina” y de la actual “Marcha Presidencial”. Años más tardes el Subteniente Adrián Patiño se consagró como un extraordinario profesional que compuso varias otras marchas más, así como música popular boliviana y piezas de concierto. La Escuela Militar de Música lleva su nombre como merecido homenaje a su memoria.

La actuación de nuestra Banda de Música en este rememorado encuentro internacional no fue otra cosa que el reflejo del entusiasmo y capacidad de los directores d bandas que tuvimos en las décadas de los años diez y veinte, quiénes no sólo prepararon a nuestros músicos para tocar marchas en forma impecable, sino que fueron prolíficos compositores de marchas, cuecas y bailecitos. Cada regimiento tenía su propia marcha, la que normalmente había sido compuesta por el Director de Banda asignado a esa unidad.

El año 1928, se hizo una nueva importación de instrumental de bandas desde Francia la misma que incluyó un conjunto especial para conciertos. Con ello se pudo equipar, con un mejor instrumental, a las diferentes bandas militares. Se reemplazó los instrumentos que habían sufrido el desgaste ocasionado por el transcurso del tiempo y se dotó a los músicos, que hasta entonces acudían al cuartel con sus propios instrumentos, con aquellos proporcionados por el ejército. Se organizó dos bandas principales, la del Colegio Militar que vestía un uniforme igual a la de los cadetes y la de la propia Escuela Militar de Música. Esta última era requerida, permanentemente, para diferentes actos de carácter cívico y cultural. Asumió su comando, el año 1929, el entonces Teniente Adrián Patiño y permaneció como Director, desde el año 1929, hasta el inicio de la guerra, en el año 1032.

Las banda de los Regimientos de Caballería, entre esta la del “Abaroa 1° de Caballería”, eran dignas de toda admiración. Se trataba de Bandas de Música montadas y provistas de trompetas, clarines y timbales que producían acordes largos y sostenidos. En una combinación de armonías resonantes, lentas y profundas, interpretaban los famosos boleros de caballería al compás de los cuales desfilaban airosas las tropas montadas de nuestro ejército. Otro tanto ocurrió con las bandas de los regimientos de artillería en estrecha competencia con las de las otras armas.

Los desfiles en los días de las fiestas patrias se convertían fundamentalmente, en una competencia entre las diferentes unidades que participaban en las paradas militares, pero sobre todo entre sus respectivas bandas. Una vez terminado el desfile, en diferentes plazas y plazuelas, cada una de ellas daba retretas llenando el ambiente de alegría con una variada interpretación de cuecas, taquiraris, boleros y huayños.

Para los músicos era motivo de gran satisfacción y orgullo el poder interpretar música nacional. Hasta cierto punto era la prueba final de toda una práctica que, día a día, durante todo un año habían realizado amenizado y dado vida a las poblaciones de la localidad en la que el regimiento al que pertenecían estaba de guarnición.

Page 28: Historia de la música militar en bolivia

28 - 64

CAPITULO V

GUERRA DEL CHACO Y POSTGUERRA

Page 29: Historia de la música militar en bolivia

29 - 64

I. GUERRA DEL CHACO (28)

Al iniciarse la Guerra del chaco, el Ejército Boliviano tenía alrededor de seiscientos músicos distribuidos en quince bandas de acuerdo al siguiente detalle: En la ciudad de La Paz, se tenía la banda de la Escuela Militar de Música. En la Primera División, con asiento en Oruro, las bandas de los Regimientos “Sucre, 2 de Infantería”, “Pérez 3 de Infantería”, “Campero 5 de Infantería”, “Ballivián 2 de Caballería” y “Camacho 1° de Artillería”. En la segunda División, con asiento en La Paz, las bandas de los “Regimientos Azurduy, 7 de Infantería”, “Abaroa 1° de Caballería” y “Bolívar 2 de Artillería”. En la tercera División, con asiento en Roboré, las bandas de los regimientos “Colorados 1° de Infantería” e “Ingavi 4 de Caballería”. En la cuarta división, con asiento en Fortín Muñoz, la banda del Regimiento “Loa 4 de Infantería”. En la quinta División, con asiento en Puerto Suárez, la banda del Regimiento “Warnes 9 de Infantería” y finalmente, en la Sexta división, con asiento en Riberalta, la banda del Regimiento “Bagé 11 de Infantería”. Los regimientos de la Tercera, Cuarta, Quinta y Sexta división, fueron movilizados de inmediato a la zona de operaciones con sus respectivas bandas. Estas bandas regimentarías se convirtieron, en la mayoría de los casos, en bandas divisionarias, mediante la fusión e bandas de varios regimientos. En La Paz, se clausuró la Escuela Militar de Música y los alumnos de edad de Servicio Militar fueron movilizados e incorporados a diferentes regimientos. En virtud a que parte de su formación profesional había sido como fusileros de infantería, se les otorgó grados de cabos, constituyéndose así en un escalón más de la fuerza combatiente que marchó al Chaco. Los menores de edad, junto con los músicos viejos, conformaron las bandas de música que en los primeros meses de la movilización actuaron en los centros de reclutamiento. Al cabo de algún tiempo estas bandas, incluyendo a la de la Escuela de Música, fueron movilizadas volviendo a integrar, muchas de ellas, sus antiguos regimientos o formando bandas para las Divisiones o, para los Cuerpos de Ejército. La presencia de las bandas fue especialmente apreciada en las emotivas despedidas de los contingentes que partían al Sudeste Chaqueño y en las recepciones a las unidades que ingresaban a la zona de operaciones. Boleros de Caballería, Cuecas, Huayños y Carnavalitos constituyeron melodías que se convirtieron en imperecederos recuerdos que acompañaron a las tropas hasta las primeras líneas de combate, como las de dos cuecas de evocación letras, cuyas versiones resumimos a continuación: “Destacamento 111”. “Mañana me voy, muy lejos de aquí/ Cuando me vaya,

cuando me ausente/ a dios vidita, no has de llorar por mi/ Bravo soldado, Chuquisaqueño/ en tu divisa, pecho de bronce/ van los tres unos del 111”

Page 30: Historia de la música militar en bolivia

30 - 64

“”Infierno Verde” (letra del importante poeta cruceño Otero Reiche) “Si aún

queda llanto en tus ojos, para llorar mi partida/no llores mientras la vida, deja un minuto de vida, a la orilla de la muerte tiene el encanto de verte resignada ante el dolor / llorarás cuando mañana ya de mi nadie se acuerde porque en el infierno verde, sólo Dios se acordará” Otras que reflejaban la añoranza y el valor que prevalecía en el ánimo de los combatientes que marcharon cientos de kilómetros para defender a la Patria, animados permanentemente a lo largo de su camino por los músicos militares de nuestro ejército, quiénes participaron, no solo con la música sino empuñando el fusil y combatiendo como los más resueltos soldados en varias acciones de guerra, fueron la “Despedida de Tarija”, “El Terremoto de Sipe Sipe”, y “Boquerón Abandonado”. También los músicos actuaron como camilleros, estafetas y transportando municiones en muchas oportunidades. En alihuatá y en Kilómetro 7, los músicos de banda del “Regimiento Loa, 4 de Infantería”, al mando de su Director, el Capitán de Música Alfredo Aguirre, tuvieron una destacada intervención habiendo perecido varios de ellos en estas acciones de armas. Fue esta banda la que, al entonar el himno nacional, impulsó a mil voluntarios a dar “Un paso al frente” para construir la columna vertebral de la Defensa de km. 7. Otra actuación importante fue la realizada por la Banda del “Regimiento Ballivián, 2 de caballería”, dirigida por el Tte. De Música Marcos Sardón, en la Defensa de Aguas Calientes cerca de Charagua.

II. UNA ACTITUD HEROICA

En la guerra del Chaco existieron episodios de coraje individual excepcional, similares a aquellos protagonizados en la Guerra del Pacífico como los del Corneta Mamani. De acuerdo a los relatos del meritorio Coronel Jorge Antezana Villagrán, en su libro “La Guerra del Chaco”, el músico Jesús Arce Quinteros tuvo una singular y heroica actuación. Al ordenarse la evacuación del Fortín Arce, en Octubre del año 1932, debido a la incontenible ofensiva paraguaya y ante la falta de personal disponible, se designó al músico Jesús Arce Quinteros como telefonista, para que recibiera hasta el final, los mensajes que aún eran transmitidos desde Fortín Platanillos. Arce, al hacerse cargo de la central telefónica, se dio cuenta de que cualquier mensaje podía ser inmediatamente retransmitido al comando paraguayo. En esas circunstancias, recibió un mensaje del Teniente Heliodoro Galindo para el Coronel Enrique Peñaranda, a lo que el Soldado Arce respondió en quechua, indicando su sospecha e informando que el Fortín ya había sido evacuado y sugerido, más bien, que se simulara una conferencia en español en la que él personificaría al coronel Peñaranda, para no dar la impresión del abandono del Fortín. Sugirió, además, que en la conversación se mencionara que un fuerte contingente de refuerzo iba en camino con el grueso de una supuesta reserva. Así se hizo y el convenido diálogo entre Arce y el Teniente Galindo fue captado por el Intruso paraguayo, (identificado después de la Guerra como Tte. Pantaleón Aguirre) quién, de inmediato, pasó el informe a su comando.

Page 31: Historia de la música militar en bolivia

31 - 64

El efecto de este ardid fue el de demorar la persecución de las fuerzas que se replegaban de fortín Arce, hasta que los paraguayos pudieron verificar la información, permitiéndose con ello, un repliegue ordenado de otra manera, hubiera sido caótico. El Soldado Arce permaneció en el Fortín. Habiendo abandonado su puesto solamente cuando se convención de que no habían más mensajes a ser recibidos o transmitidos. Este destacado músico se reincorporó a su unidad y permaneció en ella, hasta el final del conflicto. Una vez terminada la guerra siguió prestando sus servicios en las banda del ejército, habiendo sido, con el transcurso del tiempo, Director de varias de ellas. El año 1961 tuvo el privilegio de iniciar la primera banda del comando de la Fuerza Aérea con el grado de Capitán de Música. Al término de la cruenta guerra del Chaco, cuando se repartió a los ex - prisioneros, fueron las bandas militares las que los recibieron, instándolos a olvidar las durísimas experiencias pasadas y a encaminar sus vidas un nuevo y mejor destino, siempre al servicio del país. Por referencias que se tienen, se sabe, que durante el conflicto chaqueño varios músicos han tenido meritorias actuaciones, pero lamentablemente no existe documentación que nos permita dar mayor información al respecto.

III. DESPUÉS DE LA GUERRA DEL CHACO Finalizada la Guerra del Chaco, una vez concluida la evacuación de los conscriptos y repatriados los ex – prisioneros se procedió a reorganizar al Ejército. El Colegio Militar fue reabierto el año 1937, con un contingente de 115 alumnos, de los cuales 40 eran oficiales de reserva que habían retornado de la Campaña del Chaco, para graduarse en un año y el resto ingresó al primer año para egresar de oficiales después de cinco años de estudio. Paralelamente a ello se rehabilitó la Banda del Colegio Militar. Para cumplir esta nueva tarea se tuvo que acondicionar el cuartel de San Jorge mientras se construía el nuevo Colegio Militar en Irpavi, para el funcionamiento de este Instituto, en vista de que su antiguo edificio de la Avenida Villazón había sido vendido a la Universidad de La Paz. En 1938, se organizó la Escuela Militar de Música, bajo la dirección del Mayor Adrián Patiño Carpio. La misma que fue trasladada de un lugar a otro. Inicialmente estuvo en el cuartel de la Calle Sucre y posteriormente, por un corto tiempo, en el San Jorge. A partir del año 1945, asumió la dirección de la mencionada Escuela, el mayor Rigoberto Sáenz y el año 1946, el Capitán Antonio Montes Calderón. La escuela fue trasladada, en ese mismo año a Irpavi, a un Cuartel anexo al Colegio Militar que se construyó para este propósito y permaneció en ese establecimiento hasta el 12 de Abril de 1952. En esa fecha, a raíz de la “Revolución del 9 de Abril”, el Cuartel de la escuela Militar de Música fue sumariamente ocupado por el Batallón General Federico Román, 2 de Ingeniería.

Page 32: Historia de la música militar en bolivia

32 - 64

Los oficiales de esta unidad que habían perdido su cuartel de Seguencoma, el mismo que fue tomado por militares del Movimiento Nacionalista Revolucionario, decidieron reagruparse en el Colegio Militar, dispuestos, si fuese necesario, a ofrecer resistencia con el saldo de la tropa que quedaba a fin de evitar que el Batallón de reciente creación desapareciera, lo que seguramente hubiese ocurrido si éste se dispersaba y sus oficiales abandonaban a sus soldados. Es así que se ocupó el cuartel de la Escuela Militar de Música cuyos alumnos, debido a los acontecimientos revolucionarios antes mencionado, no estaban presentes. Una vez concluida la revolución y restablecido la orden, se acordó con el Director de la Escuela militar de Música, Coronel Antonio montes Calderón, el traslado de la misma a un pabellón del cuartel General de Miraflores que había quedado vacante. Es así como el Batallón, General Federico Román, permaneció en el cuartel de la Escuela Militar de Música, adyacente en el Colegio Militar, con efectivos reducidos, pero efectuando la guardia del Instituto hasta su reapertura, la misma que produjo una año más tarde. No obstante esta situación, la unidad de Ingenieros continuó con el trabajo emprendido de construir la carretera a Mallasa en la zona de Aranjuez. Asimismo, dio inicio a la primera escuela de tractoristas para el reciente creado Ministerio de Asuntos Campesinos. (29) Posteriormente, el Batallón fue trasladado a Caranavi, la Escuela Militar de Música quedó permanentemente ubicada en el cuartel General de Miraflores. La presencia de bandas de música en este periodo fue importante para la supervivencia del propio Ejército cuya tropa fue, en gran parte, licenciada como consecuencia del triunfo de la “Revolución del Abril”. Se clausuró el Colegio Militar y se ordenó, inicialmente, la disolución de los regimientos que habían definido a la junta Militar de Gobierno. Es por ello, pus, que muchas unidades tradicionales, tales como los Regimientos “Bolívar” en Viacha, “Abaroa” en Guaqui, “Lanza” en La Paz, “Camacho” en Oruro, “Ingavi” en Challapata, “Sucre” en Corocoro, estuvieron a punto de desaparecer, a no ser por la firme actitud de las poblaciones, donde estas unidades estaban de guarnición, poblaciones que impidieron que las banda de música de tales regimientos fueran eliminadas, ya que estas constitúyanle centro de la actividad recreativa y cívica de esas localidades. Otro tanto ocurrió con las bandas de música de los regimientos estacionados en el resto del país. Al ser licenciada la tropa, por lo tanto quedaron los músicos militares prácticamente como guardianes de los cuarteles, asumiendo la responsabilidad de su seguridad y mantenimiento. Entonces, por un prolongado periodo, una parte de la infraestructura del Ejército estuvo constituida por las bandas de música de los distintos Regimientos, las que no sólo mantuvieron la tradición, sino que contribuyeron a que las Fuerzas Armadas recuperaran el respeto y afecto del pueblo, reiniciando su participación en varias actividades. Se hicieron presente en los desfi8les escolares y en las retretas en las Plazas. Se transformaron en orquestas para dar conciertos y para amenizar las fiestas y eventos de carácter cultural. Multiplicaron sus actuaciones, demostrando que eran una parte importante de la esencia y del espíritu del ejército.

Page 33: Historia de la música militar en bolivia

33 - 64

Pasada la primera etapa post-revolucionaria fue necesario reestablecer el ordenamiento protocolar que exigía la presencia de bandas de música para la realización de diferentes actos públicos, entre ellos la de presentación de credenciales de representante diplomáticos con este propósito, tuvo que ser restituida la banda del Colegio Militar, un año antes de la reapertura de este instituto de formación de oficiales. Transcurrido un tiempo, se autorizó nuevamente el reclutamiento anual de soldados en toda la república permitiéndose con ello que las banda de música, además de la labor que realizaban, retornaron a sus antiguas y normales funciones (1952 – 1970) en el Cuartel General de Miraflores y durante este tiempo se organizó mejor las diferentes bandas, entre ellas las del Colegio Militar y de la Escuela Militar de Música. Es importante anotar que esta etapa fue una etapa en la que se empezó a tocar, en las FF. AA. Marchas de origen americano, como resultado de la importancia que adquirió el Ejército Americano en el ámbito mundial después de la II Guerra y de la influencia que ejercían las Misiones Militares de ese país en muchas naciones sobre todo en las latinoamericanas. Pese a que las marchas americanas tienen el ritmo propio de una revista musical a diferencia de las alemanas cuyo compás es el marcial, definido y marcado, estas fueron adoptadas y adquirieron popularidad en la FF. AA. De Bolivia, sobre todo en la Fuerza Aérea y en la Armada. Algo similar ocurrió con la marcha inglesa “Coronel Boggie”, mejor conocida como la del “Puente Sobre el Río Kway”.

Page 34: Historia de la música militar en bolivia

34 - 64

CAPITULO VI

ETAPA CONTEMPORÁNEA

Page 35: Historia de la música militar en bolivia

35 - 64

I. NUEVO INSTRUMENTAL ALEMÁN PARA LAS BANDAS MILITARES DE MÚSICA

El año 1962, el entonces Ministro de Defensa de Bolivia Don Juan Luís Gutiérrez Granier, fue invitado a Alemania por su colega alemán, el Doctor Franz Joseph Strauss, (30) para realizar una visita de carácter oficial. Esta invitación era significativa pues demostraba que Alemania, nuevamente, expresaba interés en establecer vínculos con las Fuerzas Armadas de Bolivia, con las que tradicionalmente había mantenido estrecho contacto a través de las diferentes Misiones Militares Alemanas que asesoraron a la Nación boliviana a principios de siglo y hasta la Guerra del Chaco. Pese a las múltiples ocupaciones propias de un Ministro de Defensa Alemán, el recibimiento que le brindó al Ministro Gutiérrez Granier fue excepcional, habiendo lo esperado, personalmente, a su llegada en el aeropuerto de Bonn. A su partida, le ofreció una singular cena de carácter oficial, con la asistencia de los Comandantes de las tres Fuerzas y de todo el Estado Mayor Alemán. En cada una de las guarniciones que visitó el Ministro de Bolivia acompañado de su ayudante, Mayor Julio Sanjinés Goitia y del agregado militar de Bolivia en Bonn, Teniente Coronel Juan Lechín Suárez, fue recibido por el Comandante Superior del distrito Militar y por guardias de honor que portaban en sus bayonetas la bandera boliviana. En el curso de toda la gira, que duró diez días, en la que se visitó la Escuela de Estado Mayor en Hamburgo, varias divisiones y unidades motorizadas en diferentes ciudades alemanas, se percibió que, si bien existía un manifiesto deseo de ayudar al Ejército de Bolivia, difícilmente se podría obtener una colaboración significativa consistente en equipos militares, ya fuese ésta en calidad de venta nominal o a ser adquiridos con facilidades de pago, por la propia situación del ejército Alemán de posguerra que aún se encontraba en una etapa de reorganización. En virtud de ello, se llegó a la conclusión de que se debía solicitar la cooperación del Ejército Alemán en algo factible. En el curso de la cena despedida al Ministro boliviano, los Oficiales Bolivianos que lo acompañaban explicaron la importancia que, en la formación del Ejército Boliviano, había tenido la disciplina alemana y, sobre todo, sus marchas e indagaron sobre la posibilidad de obtener una asistencia técnica para la reorganización de las bandas de música bolivianas. El General Huessinger, Inspector General del Ejército Alemán, escuchó con atención el relato y de inmediato dijo que no sólo era factible sino que además el Ejército Alemán obsequiaría un moderno instrumental para una banda de música. Indicó, asimismo, que lo único que se requería para materializar éste obsequio, era el envío de unas pequeñas misiones integradas por dos oficiales de música del Ejército Alemán, quienes establecerían las necesidades que se tenía e instrumentos y partituras musicales. Es así como, dos meses después, llegaron

Page 36: Historia de la música militar en bolivia

36 - 64

dos músicos militares alemanes: el Teniente de Música Joachim Trettner y el Suboficial Hans Lützow, ex - Mayor de música del antiguo ejército Alemán, para efectuar el estudio de las necesidades en materia de música e instrumentos. Esta misión venía ya imbuida de la mentalidad americana de preparar un perfil, luego un estudio de prefactibilidad, otro de factibilidad antes de emitir recomendación alguna. Sin embargo, el primer día de su arribo, tuvo oportunidad de escuchar a la Banda del Regimiento "Waldo Ballivián" tocando la marcha alemana "Baden Baden" acerca de cuatro mil metros de altura, de subida por la empinada Calle Ayacucho hacia la Plaza Murillo, donde debía asistir a una presentación de credenciales. Debido a lo empinado de la cuesta, la cadencia era más lenta que de costumbre, lo cual hacía mucho más reconocible, a los sutiles oídos de músicos experimentados, una marcha alemana que se tocaba, normalmente, con ritmo más acelerado y algo diferente de la originalmente traída a Bolivia por la Primera Misión Alemana a inicios del siglo, interpretada mediante inexactas partituras transcritas a pulso en difusos pentagramas. La banda llegó a la plaza y efectuó al mejor estilo germano, los diferentes giros que incluye "el traspaso", o sea la marcha de la banda de guerra consistente en tambores y pífanos delante del resto, ejercicio y modalidad exclusiva de las bandas de música alemanas. Este hecho entusiasmó a ambos expertos, sobre todo porque este movimiento había sido virtualmente suprimido de su propio ejército, después de la Segunda Guerra Mundial. Una vez que terminó la pieza que estaban ejecutando y el Director de Banda junto con el "guaripolero" dieron las órdenes de alto y descanso, el Suboficial Lützow se acercó a uno de los músicos y trató de alzar la tuba que él portaba. Al sentir el enorme peso de esta, que seguramente ya había sido reparada a lo largo de sesenta años con soldaduras de plomo, quedó admirado de que con semejantes instrumentos de tanto peso, a casi cuatro mil metros de altura, se pudiera interpretar marchas alemanas y exclamó en alemán "Hier existiert echt musikaliches talent " (Aquí existe talento musical auténtico). Con esta observación se pudo saltar directamente de la prefactibilidad a la solicitud final que fue recomendada y, dos meses después, arribaron en un avión expreso de Lufthansa doscientos cincuenta instrumentos musicales de variada naturaleza y partituras de música militar alemana. Para su entrega en Alemania, el propio Ministro Strauss citó al Agregado Militar en Bonn y le manifestó que sentía especial satisfacción por haber efectuado esta donación. A su arribo a La Paz, en el Comando de Ingeniería se abrió los cajones y se armó algunos instrumentos tales como pífanos, liras, triángulos y particularmente el árbol de campanas que, con la Guerra del Chaco y el tiempo, habían desaparecido del instrumental de las bandas de música del Ejército de Bolivia. En el proceso del armado del árbol de campanas, instrumentos que es un verdadero tronco metálico, con ramas que contienen campañas y que se lo porta en una bandolera, y que no requiere de otro movimiento para producir tonalidades sino el de la propia marcha con adecuada cadencia, se produjo un desajuste, en cuanto al centro de gravedad del mismo, por acople erróneo de las partes. Esto

Page 37: Historia de la música militar en bolivia

37 - 64

sumado al zarandeo al que quiso someterlo el instrumentalista alto y de color negro, quien por tradición y estatura había sido reclutado en Coripata, produjo una espectacular caída del portador y la destrucción de las campanitas, las que tuvieron que ser reemplazadas, posteriormente, también por vía aérea, para recién procederse al estreno del instrumental completo de la banda. Éste fue el origen, no sólo de la Banda del Regimiento " Waldo Ballivián ", con instrumental nuevo, si no el de varias bandas más del ejército que hoy, orgullosamente, lucen en sus trompetas las insignias patrias de Alemania y Bolivia.

II. ETAPA CONTEMPORÁNEA

En el año 1970, se dispuso el traslado de la Escuela Militar de Música a Cochabamba, bajo la dependencia de la Escuela Militar de Clases, Sargento Maximiliano Paredes y esta funcionó, durante dos años hasta fines del año 1971, en dicha ciudad, fecha en la que tuvo que ser nuevamente clausurada, por falta de presupuesto. Se reabrió posteriormente, gracias a la acción del Mayor Mario García Prado, el 18 de Diciembre de 1981, disponiendo sé que esta institución funcionará en la localidad de Viacha cercana a la ciudad de La Paz, en una parte de las dependencias del Regimiento " Bolívar, 2 de Artillería ", contando con 80 alumnos postulantes. El local era muy pequeño e incómodo, a raíz de lo cual el entonces Coronel Gary Prado, miembro del Estado Mayor de Ejército, trató de obtener una mejor ubicación. Al ser informado por el Comandante de la Escuela Militar de Música, que todos los músicos de las Fuerzas Armadas, durante un prolongado periodo habían estado efectuando un aporte voluntario para adquirir un local propio, ordenó que se buscara un establecimiento apropiado para comprar, comprometiéndose a conseguir un aporte adicional del Ministerio de Defensa. Este gesto encomiable de desprendimiento y de amor a su institución, realizado por los Músicos de las Fuerzas Armadas, de asegurar el funcionamiento del escuela adquiriendo con sus propios fondos las instalaciones en las que debía fusionar, demostró la fe y determinación que aquéllos tienen para mantener vigente la institución en la que fueron formados.

Page 38: Historia de la música militar en bolivia

38 - 64

Tcnl. Mús. Francisco Suárez Pando 1902 - 1912

My. Mús. Néstor Terrazas 1914 - 1921

My. Mús. César Achaval 1921 - 1926

COMANDANTES DE LA ESCUELA MILITAR DE MÚSICA “TNCL. ADRIÁN PATIÑO C.”

Tte. Mús. Alfredo Aguirre 1926 – 1927 Tcnl. Mús. Francisco Suárez Pando 1927 – 1929 Tte. Mús. Adrián Patiño Carpio 1929 – 1932 My. Mús. Adrián Patiño Carpio 1939 – 1944 Cáp. Mús. Antonio Montes Calderón 1945 My. Mús. Rigoberto Sainz Castro 1946 – 1948 Cáp. Mús. Rafael Vargas Moreno 1949 Cáp. Mús. Teófilo Molina 1952 My. Mús. Enrique Barrientos Guerra 1953 – 1959 Cáp. Mús. Humberto Ríos Averanga 1960 – 1961 Cáp. Mús. Isaac Alarcón Hinojosa 1962 – 1968 My. Mús. Antonio Amurrio Lara 1969 – 1970 Cáp. Mús. Mario García Prado 1981 – 1983 My. Mús. Raúl Sánchez de la Barra 1984 – 1985 Cáp. Mús. Zenón López Arce 1986 My. Mús. Rafael W. Iturri Gonzáles 1987 – 1988 My. Mús. Lindolfo Valderrama Torrico 1989 Cáp. Mús. Luís Lafuente Arias 1990 Tcnl. Com. David Quiroz Pacheco 1991 Tcnl. Inf. Walter Bautista Pérez 1992 – 1993 Cáp. Mús. Anatolio Huanca Colque 1994 Cáp. Mús. Florencio Clares Cruz 1995 – 1996 My. Mús. Florencio Clares Cruz 1997 My. Mús. Anatolio Huanca Colque 1998 – 1999 Tcnl. Mús. Luís E. Vallejos Ramos 2000 My. Mús. Rubén Veizaga Cordero 2001 Tcnl. DEM. José A. Jaimes Camacho 2002 Tcnl. DEM. Néstor Sahonero Ampuero 2003 Tcnl. DEM. Marcos Blacutt Monje 2004 – 2005 Tcnl. DEM. Demetrio Camacho Blanco 2006 – 2007

Page 39: Historia de la música militar en bolivia

39 - 64

CAPITULO VII

BANDAS DE MÚSICA BOLIVIANAS

Page 40: Historia de la música militar en bolivia

40 - 64

I. HISTORIA DE LAS BANDAS DE MÚSICA DEL EJERCITO

Periodo de la Independencia

Se establece que la organización de las primeras Bandas de Música de nuestro Glorioso Ejército, tienen origen en los grupos guerrilleros de la independencia, que se organizaron para luchar contra la dominación española, donde no faltaban músicos voluntarios que contribuyeron a mantener el ánimo y el espíritu combativo de los patriotas rebeldes. Las Bandas de Música que marcharon a la vanguardia de los Regimientos del Libertador Simón Bolívar, participaron en las diferentes batallas, sobresaliendo la Banda del Regimiento Voltígeros de Colombia, quienes tocaban aires nacionales colombianas, provocando en las tropas una actitud de enardecido patriotismo, contribuyendo aniquilar la obstinada defensa española del General Monet, Sobresaliendo también las Bandas de Música del batallón colombiano Vencedores y del batallón peruano “Legión Peruana No. 1”, que durante el combate interpretaron marchas militares y música tradicional de sus respectivos países. De ahí la fusión de tonalidades españolas, colombianas y de origen criollo que aún persisten en el repertorio militar de nuestras bandas de música. Una vez consolidada la República se organizó dos Batallones de Infantería, dos Escuadrones de Caballería y una Batería de Artillería con sus respectivas Bandas de Música. La primera Banda Militar auténticamente boliviana fue organizada por el General Guerrillero Don José Miguel Lanza, conformado por músicos voluntarios oriundos de las provincias Ayopaya, Inquisive, Sicasica, Tapacarí y los Yungas, quienes dotados de instrumentos como pífanos y tambores, formaban parte del batallón 2 de Infantería, Unidad con la que el General José Miguel Lanza ingresó a la ciudad de La Paz el 29 de enero de 1825. Después del combate de Yungay que puso término a la Confederación, varias de estas bandas se dispersaron y solamente fueron restablecidos el año 1841, para participar en la Batalla de “Ingavi” donde al amanecer del 18 de noviembre de 1841, se inició el día con una sucesión de dianas para levantar el espíritu combativo de las tropas. En esta Batalla participaron con heroísmo y abnegación los músicos de los Batallones 5,6 y 7 de Infantería y del Escuadrón de Caballería. Una vez restablecida la paz entre Bolivia y el Perú, el Presidente Ballivián procedió a reorganizar el Ejército dentro de normas de rígida disciplina y asignó especial importancia a las Bandas de Música, por su participación en la Batalla de Ingavi quedó muy impresionado. Para el 18 de Noviembre de 1845, se preparaban actos importantes, para celebrar el cuarto aniversario de la Batalla de Ingavi, El General Don José Ballivián, tuvo

Page 41: Historia de la música militar en bolivia

41 - 64

conocimiento que el prestigioso maestro Don Leopoldo Benedetto Vincenti Franti, se encontraba en Valparaíso (Chile) invitándole con un contrato para componer la música del “Himno Nacional” y reorganizar las bandas de música, siendo el primer Director General de Bandas de Música del Ejército. Periodo Actual

Las Bandas de Música del Ejército Boliviano, actualmente se encuentran organizadas en bandas de Tipo “A” con un efectivo de 40 a 50, “B” con un efectivo de 30 a 40 y “C” con un efectivo de 20 a 25, distribuidas en todos los confines de nuestra Patria de la siguiente manera: Comando en Jefe de las FF.AA., Comando General del Ejército, Institutos Militares, Unidades Directamente Dependientes del Ejército, Grandes y Pequeñas Unidades, cumpliendo su sagrado deber con su Glorioso Ejército y la Patria toda.

II. BANDAS DE MÚSICA DE LA POLICÍA BOLIVIANA

La creación de la Policía boliviana se remonta a la fundación de la República, cuando el Mariscal José Antonio de Sucre promulgó la Ley Reglamentaria de Policía. Como consecuencia de esta disposición, mediante Orden Presidencial de 23 de mayo de 1827, se establecieron piquetes de policía en cada Departamento. Esta orden era bastante extensa y explícita. Denominaba a los piquetes de Policía, Columnas de Policía, establecía la procedencia que debían tener sus integrantes, el uniforme que debían llevar y el armamento que debían tener. Algunos meses más tarde, mediante una orden complementaria del 25 de Octubre del mismo año, se fijó el efectivo que debían tener estas columnas en los diferentes departamentos y se estableció su directa dependencia del Intendente Departamental. Durante el gobierno del Mariscal Santa Cruz, como complemento al código Penal, se estableció un Reglamento de Policía mediante el Decreto de 3 de Mayo de 1837 en el que se precisaron las precauciones y medidas que debían adoptarse para evitar crímenes y desórdenes sin menoscabar la libertad de los habitantes. Las Columnas de Policía que tenían como misión mantener el orden público, se constituyeron en agrupaciones a las que se incorporaron, con carácter voluntario, varios músicos. Con el transcurso del tiempo, las Columnas de Policía, no obstante su precaria organización, llegaron a cumplir en forma eficiente sus funciones específicas. Como el personal que las constituía provenían de las filas del ejército regular, tanto de jefes, clases y soldados, la organización de estas columnas de Policía respondía a un criterio más militar que policial. Este hecho fue advertido por el General Narciso Campero cuando retornó de Francia después de graduarse como Ingeniero en el Politécnico de París. En un folleto que publicó el año 1857 sugería que la Policía Boliviana adoptase la instrucción y organización que prevalecía en Inglaterra. Anotaba que en la Policía inglesa denominada Scotland Yard estaba constituida para hacer cumplir las leyes y

Page 42: Historia de la música militar en bolivia

42 - 64

ejercer autoridad en forma persuasiva y no represiva como lo hacen las organizaciones paramilitares. Lamentablemente, por el caos que imperaba en el país y por la especial idiosincrasia del pueblo boliviano, no se pudo llevar adelante esta sugerencia. Las columnas de Policía fueron organizadas como unidades propias de un Ejército, incluyendo en su estructura departamental, bandas de música. Esta modalidad se mantuvo hasta el año 1888, cuando con la finalidad de reducir el presupuesto, mediante una orden de 16 de noviembre, se suprimió las bandas de las Columnas de Policía, dejando solamente las cornetas y los tambores exigidos por el Servicio para transmitir órdenes, tocar dianas y silencios. Durante el presente siglo las columnas de Policía volvieron a incrementar sus efectivos, asemejándose cada vez más a regimientos de infantería con el núcleo central destinado a la capital del departamento y con un desdoblamiento de pequeñas unidades, y hasta de individuos, en pueblos y poblaciones pertenecientes al ámbito de su jurisdicción departamental. Se reestablecieron las bandas con directores y músicos que provenían de las filas del Ejército y en especial, de la Escuela Militar de Música. Los diferentes conflictos bélicos tales como la Campaña del Acre, pero principalmente la del chaco, alteraron el normal funcionamiento de las unidades de Policía. Los reservistas comprendidos en las categorías movilizables fueron incorporados a diferentes unidades del Ejército, habiendo tenido varios de ellos una destacada actuación. Al término de la Guerra del Chaco, se reorganizó la Policía habiéndose incorporado a ella muchos ex – combatientes tanto de oficiales, de clases como de soldados. Mediante un Decreto, expedido el 20 de Febrero de 1937, por el General David Toro, entonces Presidente de la República, se creó la Escuela Nacional de Policías con la finalidad de incorporar conocimientos propios del funcionamiento y ordenamiento policial, a los futuros conductores de la Policía Boliviana. Se organizó, nuevamente, las agrupaciones policiales en los diferentes Departamentos en regimientos y, por varios años, estas unidades constituyeron lo que se denominó el Cuerpo de Carabineros. Los regimientos, así organizados, incorporaron a sus efectivos bandas de música estableciendo la necesidad de tener un director general de las bandas de la institución policial. Con el reordenamiento experimentado en estas últimas décadas por la Policía Nacional, denominativo que hoy tiene, y que agrupa en su seno a diferentes especialidades que anteriormente, sin mayor coordinación, eran independientes, tales como el Tránsito y la

Page 43: Historia de la música militar en bolivia

43 - 64

Foto Banda de Música de la Policía Boliviana. Dirección de Investigación entre otras, esta Institución del Orden ha logrado consolidar una organización de carácter nacional muy superior a la existente en varios países Sudamericanos.

Las bandas de música, asimismo, se han convertido en agrupaciones musicales de prestigio, que se debe, fundamentalmente, al trabajo realizado por los directores de las diferentes bandas policiales que se formaron en la Escuela Militar de Música y por el de los propios músicos quienes en su gran mayoría, fueron integrantes de las bandas del ejército. A esta labor han contribuido varios oficiales, muchos de los cuales se encuentran ya en servicio pasivo.

Como primer Director de Bandas de la Policía fue nombrado el Teniente Coronel Manuel Gutiérrez, egresado de la Escuela Militar de Música. Se incorporó a la Policía y ejerció la dirección de diferentes bandas, tanto en La Paz cuanto en el interior del país, hasta culminar su carrera como Inspector Nacional de Bandas.

Otro conocido Director de Bandas, compositor de varias marchas y otras interpretaciones musicales, que se incorporó a la Policía, fue el Teniente Coronel Agustín Pozo Castro, también egresado de la Escuela Militar de Música. Fue director de banda de los regimientos "Ingavi”, " Lanza” y "Azurduy ", después de haber concurrido a la Guerra del Chaco como joven combatiente. Otros directores de banda egresados de la Escuela Militar de Música que contribuyeron a formar las bandas de la Policía Boliviana, a partir del año 1936, fueron, entre otros, el Teniente Coronel Tomás Guzmán Jáuregui, el Mayor Juan de Dios Flores Aramayo, los Capitanes Luis Fernández Meneses, Luis Alarcón Cuba, Pedro Araoz Terán y los Subtenientes Ricardo Escobar y Juan Boyán.

Page 44: Historia de la música militar en bolivia

44 - 64

III. HISTORIAL DE LAS BANDAS DE MÚSICA DE LA ARMADA

Bolivia, nació a su vida independientemente con una amplia costa, de la que fue privada hace más de 100 años por una agresión injusta por parte de Chile. El país al surgir como República Independiente no tuvo otra aspiración que la de mantener una convivencia pacífica con sus vecinos, quienes habían logrado su emancipación de España en una guerra comúnmente liberada. Este fue uno de los motivos por los cuales Bolivia, lamentablemente, no ejerció una presencia militar importante en sus territorios costeños, a excepción de una gendarmería que formaba el piquete de Policía en Antofagasta, ciudad convertida en el Puerto más importante de Bolivia sobre el Pacífico. Solamente durante la Presidencia del Mariscal Santa Cruz, mediante Decreto de 30 de Diciembre de 1832, se ordenó la construcción de una fortaleza consistente en una batería de 12 cañones para la protección del Puerto y Bahía de Cobija. El mismo Mariscal también tomó providencias para la organización de la marina de guerra del país, para infortunadamente ni esta intención, ni el anterior decreto fueron cumplidos. Solamente, cuando se estableció la Confederación Perú-Boliviana, se determinó la creación de una Escuadra Marítima, integrada por marineros bolivianos y peruanos, para repeler en Noviembre de 1837 la agresión de Chile a la Confederación. Al término del conflicto, en el que resultaron victoriosas las armas consideradas, mediante Decreto de 20 de Noviembre, se dispuso que la escuadra se mantuviera en "Estado de Paz”. Este Decreto establecido, en su Decreto 2º, lo siguiente: " Las embarcaciones de que se compondrá la escuadra serán; 2 corbetas, 3 bergatines y 1 goleta distribuidas en los aportaderos del Callao, Arica, y Cobija. Al primero le corresponde la corbeta Confederación, el bergantín Fundador y la goleta Yanacocha, al segundo la corbeta Socabaya y bergantín Arequipeño; y al de Cobija el bergantín Junín”. De acuerdo a las crónicas de la época, la marina de izquierda peruana tenía algunos músicos como parte de la tripulación normal de sus barcos para impartir, mediante toques de corbeta, órdenes de diversa naturaleza.

Page 45: Historia de la música militar en bolivia

45 - 64

Banda de Música de la Armada Boliviana

Por lo tanto, es de suponer, que en el Bergantín "Junín”, asignado al Puerto de Cobija, hubiera habido músicos quienes serían los primeros integrantes de esa especialidad de la Armada Boliviana. Según el Vice Almte. José Vargas, en su obra " Tradición Naval del Pueblo de Bolivia ", indica que en épocas posteriores a la confederación, Bolivia tuvo en su marina de guerra tres barcos, el Guardacostas "Gral. Sucre”, el Bergantín “María Luisa " y el Cañonero " El Morro ", los que, seguramente, tenían también músicos a bordo. La Guerra del Pacífico postergó, la posibilidad de que Bolivia pudiera establecer una fuerza naval importante y, consiguientemente, las bandas de música por radicalmente pertenecientes a esta. Al producirse el artero ataque a Antofagasta, el 14 de Febrero de 1879, los jefes chilenos conminaron a las autoridades bolivianas a entregar la ciudad. En esa época la población boliviana era reducida, pero ésta resolvió enfrentar al invasor. Solamente se disponía de una columna de gendarmes con un efectivo aproximado de 60 hombres que contaban entre ellos algunos tambores y una corneta. Adicionalmente, vivían en el Puerto algunos músicos civiles procedentes de unidades militares del interior de la República que se habían instalado haya. Al producirse el repliegue de este heroico grupo de patriotas, hacia Calama, para enfrentarse en dicha localidad al ejército invasor, los pocos músicos civiles, así como los tambores los y el corneta se incorporaron al puñado de hombres, quienes trajo la dirección de Abaroa, decidieron defender en el Puente del Topáter el paso del Río Loa. En esta acción fue nombrado como Corneta de Órdenes del Músico Segundino Balladares (33) quien fue muerto por las propuestas chilenas y ocuparon Calama.

Page 46: Historia de la música militar en bolivia

46 - 64

La misma suerte parece que tuvieron el resto de los músicos, motivo por el cual pensamos que estos músicos que recibían en la costa y que brindaron su vida por el país, debían ser considerados como los precursores de ésta especialidad en la Armada. A los ochenta y cuatro años de esa fecha, las Fuerzas Armadas con densidad de la necesidad de crear una conciencia marítima que debiera iniciarse por el dominio de nuestros cuerpos de agua internos, es decir los lagos y ríos del país, establecieron la Fuerza Fluvial y Lacustre mediante decreto de 4 de Enero de 1963. Para hacer efectiva dicha medida pasaron a la Fuerza Fluvial y Lacustre todas las guarniciones militares de los Departamentos de Beni y Pando, así como una parte de las de Cochabamba, Santa Cruz y La Paz. Como consecuencia de ello se creó la primera Banda en el Distrito Fluvial Nº 1 en Riberalta denominada " Cuenca del Beni” habiendo sido su primer Director el Alférez Músico Nicolás Chávez Chevaca. Posteriormente, el año 1966 se creó la Segunda Banda en el entonces Batallón Fluvial “Riosiño”, bajo la dirección del teniente de Fragata José Torrico Valencia.

IV. BANDAS DE LA FUERZA AÉREA

La Fuerza Aérea de Bolivia se inició mediante arriesgados y heroicos actos, protagonizados primeramente por aviadores extranjeros y luego por bolivianos que desafiando desconocidos fenómenos atmosféricos y de altura hicieron posibles el establecimiento de una aviación militar. El año 1923 se fundó la Escuela Evitar de Aviación en el Alto, la misma que proporcionó los primeros pilotos incursionando en los cielos de Bolivia participaron activamente y en forma eficiente en la contienda bélica con el Paraguay. Durante la campaña tuvieron que improvisar escuelas de entrenamiento de Pilotos primero en el Fortín Muñoz, luego en el Ballivián, Villamontes y finalmente en Choreti. Terminar esta contienda bélica la Escuela de Aviación sufrió una serie de cambios de localidad. De Sucre se trasladó a Cochabamba luego a La Paz y posteriormente con el nombre de Escuela Militar de Aviación Boquerón a Santa Cruz. En esta ciudad dejó de ser una escuela itinerante y se convirtió el 24 de Julio de 1953 en el Colegio Militar de Aviación " Tte. Gral. Germán Busch” en homenaje al héroe de la Guerra del Chaco y ex - Presidente de la República. Es en esta localidad donde surgió la necesidad de disponer de una banda de música para efectos de los ejercicios, desfiles y marchas propias de un instituto de formación militar. Con esta finalidad el Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas el año 1954 dispuso el traspaso de un grupo de músicos del Ejército al mando del Teniente Músico Jesús Arce Quinteros a la aviación. Cabe señalar que el Tte. Quinteros era el legendario músico que actuó como telefonista evitando con su heroica actitud una mayor pérdida de hombres y de pertrechos en la retirada del Fortín

Page 47: Historia de la música militar en bolivia

47 - 64

Arce, durante la Guerra del Chaco. (Relatado en el Capítulo V de la presente obra) Antes de incorporarse a la Banda de Música del Colegio Militares de Aviación fue director de varias bandas del ejército y compuso varias piezas de corte popular y folklórico así como marchas entre ellas: Yucra, Fortín Arce, Alihuata y Gran Capitán del Chaco. Una vez establecido en La Paz el Comando de la Fuerza Aérea el año 1957 se vio la necesidad de que dicho Comando dispusiera de una banda propia. En el año 1959 a iniciativa del entonces Comandante de la Fuerza Aérea General Javier Cerruto se procedió a organizar la Banda de Música del Comando de la Fuerza Aérea, la quien fue finalmente establecida en el año 1981 en base a la Banda de Música del Colegio Militar de Aviación " Tte. Gral. Germán Busch”. Se designó como Director al Capitán Músico Juan Peralta Tórres y como Sub- Director al Sbtte. Del Grupo Aéreo de Combate y el año 1964 la Banda del Politécnico Militar de Aeronáutica. (35).

Desde esa fecha la Banda del Comando de la Fuerza Aérea aparte de las actuaciones de carácter militar de acuerdo a sus funciones específicas ha participado en conciertos y en festivales de música del país y en el exterior habiendo logrado verdaderos éxitos por medio de su banda de conciertos y de su orquesta del baile.

El Capitán Juan Peralta quien no sólo llegó a ser Director de Banda de la Fuerza Aérea si no Inspector General de las Bandas de las Fuerzas Armadas de la nación con el grado de Tcnl. de Música, fue el verdadero artífice de la organización y éxito de las Bandas de la Fuerza Aérea. Pocos años después de pasar al retiro con el grado de Coronel de Música este recordado músico y compositor fue además instructor y profesor que habilitó músicos para la Fuerza Aérea en una escuela de información que personalmente inicio, falleció en el año 1985.

En la actualidad la Fuerza Aérea, tiene diez Bandas de Música que están distribuidas a lo largo de la República, I- Brigada Aérea en la ciudad de La Paz y la IV Brigada Aérea en la ciudad de Tarija, Institutos Militares, Colegio Militar de Aviación en la ciudad de Santa Cruz y Politécnico Militar de aviación en la ciudad de Santa Cruz y Politécnico Militar de Aeronáutica en la ciudad de Cochabamba, Grupo Aéreo “63” Villamontes, Grupo Aéreo “64” Cobija, Grupo Aéreo “72” Trinidad, y Grupo Aéreo “83” Puerto Suárez.

Page 48: Historia de la música militar en bolivia

48 - 64

Foto Banda de Música de la Fuerza Aérea Boliviana

Page 49: Historia de la música militar en bolivia

49 - 64

CAPITULO VIII

DIRECTORES DE BANDAS

Page 50: Historia de la música militar en bolivia

50 - 64

I. RASGOS BIOGRÁFICOS DE ALGUNOS DIRECTORES DE BANDA

Los músicos militares que se desempeñaron como Directores de Bandas de Música del Ejército tuvieron meritorias carreras dignas de conocidas por las actuales generaciones como ejemplo de fe, abnegación y sacrificio. Por las limitaciones de este ensayo histórico, referiremos solamente breves rasgos biográficos de algunos directores de la Escuela Militar de Música.

II. CORONEL ANTONIO MONTES CALDERON

Nació en La Paz 1º de Agosto de 1904. Inició, a los 12 años, sus estudios musicales en la Academia de Música de carácter privado de Adrián Patiño. Al cabo de los dos años pasó al Conservatorio Nacional de Música, institución en la que perfeccionó sus estudios musicales, habiendo sido contratado por ese Instituto para ejercer la cátedra de profesor de Clarinete. Años más tarde, el director de la Escuela Militar de Música, Mayor César desperdiciado Achával, lo contrató como profesor de varias materias musicales e instrumental es para ése Instituto. Este fue el primer contacto del Coronel Montes Calderón en el Ejército, el que duró cuatro años hasta su viaje a Buenos Aires. En esa ciudad ingresó a la conocida Academia de Música Alberto Williams para perfeccionar sus conocimientos musicales, pero, en especial aquellos sobre el clarinete. Durante su estadía en la Argentina integró varias orquestas, clásicas, lo que le permitió adquirir práctica en la organización de este tipo de conjuntos musicales. A su retorno Bolivia, se presentó a un examen de competencia para ser Director de Banda del Ejército y fue aceptado como tal. El estallido de la Guerra del Chaco, conflicto al que decidió asistir como simple combatiente, pospuso hasta el término de esta contienda, su incorporación a las filas del Ejército, en calidad de oficial de música. El año 1937 se enroló, finalmente en el Ejército y fue nombrado Director de Banda. Fue destinado a diferentes regimientos con ese cargo hasta culminar como Director de la Escuela Militar de Música el año 1946, situación que ejerció por más de diez años. El año 1959, con el grado de mayor, fue nombrado Director General de las Bandas de Ejército, permaneció en ese destino hasta el año 1971, fecha en la que solicitó su pase al servicio pasivo con el alto grado de Coronel. Durante todo el tiempo que desempeñó esa última función, realizó una prolífica labor, no sólo en el Ejército sino en el ámbito civil donde participó, primero como un simple integrante, y luego como Director de la Orquesta Sinfónica Nacional durante 19 años. Por sus conocimientos fue invitado a diferentes países para dirigir conciertos. El año 1967 viajó a Washington y expresó al Embajador boliviano (36) en Estados Unidos, Julio Sanjinés Gotilla, su deseo de dirigir la banda de música de la Fuerza Aéreas de los Estados Unidos, que es la de mayor prestigio y la que participen los conciertos y actuaciones oficiales de la capital americana.

Page 51: Historia de la música militar en bolivia

51 - 64

La Embajada efectuó las gestiones correspondientes para indagar la posibilidad de dicha actuación. El Departamento de Defensa, ante tal consulta, estableció el contacto con el Director de la mencionada banda, Mayor Arnold Gabriel, destacado director y compositor americano. En la entrevista que sostuvo con el Embajador, el Mayor Gabriel fue muy franco indicando que la Banda de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos gozaba de un gran prestigio y quienes la habían dirigido era músicos de reconocido prestigio, no sólo compositores sino académicos en música. Mostró cierta reticencia a la solicitud pero, en todo caso, indicó que si el Coronel Montes estaba dispuesto a someterse a una prueba de carácter privado en la conducción de la banda que por el número de sus componentes y la diversidad de los instrumentos era compleja, no tendría inconveniente, según el resultado de evitarlo a quien la condujera en una público. Consultado el Coronel Montes, indicó que él estaba dispuesto a someterse a la prueba que se le exigiese. En virtud a ello le presentaron extractos de diversas partituras de marchas conciertos y operetas quien debía dirigir. Con la finalidad de sondear sus conocimientos musicales y capacidad de conducción introdujeron algunas fallas en las partituras, solamente perceptibles por avezados músicos. El Coronel Montes puso en evidencia de estas alteraciones y corrigió a los músicos indicando las notas herradas y la intensidad que estas debían tener. Con ello demostró absoluto dominio de la materia, lo que

Embajador Julio Sanjinés, Cnl. Antonio Montes Calderón y My. Arnold Gabriel, Director de la Banda de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Page 52: Historia de la música militar en bolivia

52 - 64

El Cnl. Antonio Montes Calderón dirigiendo la Banda de la Fuerza Aérea Americana, en las gradas del Capitolio, actuación que contó con la asistencia de centenares de personas. Le permitió que pudiera conducir a la banda americana con todo éxito en la prueba de carácter privado y ejecutar las diferentes piezas musicales que le fueron presentadas. El Mayor Gabriel quedó complacido y aceptó que llevar a cabo en la conducción el oficial boliviano. El Coronel Montes le agradeció y le propuso que en esa oportunidad se tocará el Himno Nacional de Bolivia y algunas otras composiciones bolivianas que él estaba dispuesto a enseñar a la banda americana en el espacio de una semana. Ella había llevado las partituras de varias de estas y se comprometió además, a preparar partituras adicionales para instrumentos musicales propios de las bandas americanas. El Mayor Gabriel impresionado por los conocimientos y habilidades musicales del Coronel Montes accedió a ese pedido. Es así como el esforzado músico boliviano dirigió la Banda de la Fuerza Aérea Americana, en las gradas del Capitolio del Congreso, con la concurrencia de cientos de personas. Los músicos americanos en un número superior a los trescientos, expira mente dirigidos e ilustrados por el Coronel Montes, tocaron el Himno Nacional de Bolivia, el bailecito "Chayñita”, la marcha "Dos de Febrero”, la cueca “Boquerón” la “Suite Incaica” del Compositor boliviano Velasco Maidana (ojo) y en varias piezas clásicas del repertorio americano. La colonia boliviana que se había congregado para oír a la banda, experimentó la enorme emoción escucha Himno Nacional tocado en forma impecable por un centenar de músicos

Page 53: Historia de la música militar en bolivia

53 - 64

americanos, conducidos por un boliviano, en ese pleno corazón de la capital americana. Los que externaron este acontecimiento sintieron verdadero orgullo de la actuación de tan distinguido compatriota. Hoy, el Coronel Montes Calderón, pese encontrarse varios años en el servicio pasivo, está siempre presente en las reuniones de carácter militar, orientando con su experiencia a los jóvenes músicos en sus diversas interpretaciones musicales.

III. CORONEL FRANCISCO SUAREZ PANDO

El Teniente Coronel Francisco Suárez Pando nació en el Beni el 2 de Abril de 1857, siendo sus padres el Doctor Francisco Manuel Suárez y Doña Getrudis Pando. A realizó estudios en La Paz y demostró desde muy joven una innata aptitud para la música. A los 22 años se presentó en las filas del Ejército cuando se produjo la Guerra Pacífico en 1879, habiéndose enrolado en calidad de músico en la banda militar que se encontraba en Arica, cuyo director general compositor boliviano Manuel Norberto Luna. Varios músicos de esta banda fueron destinados a unidades combatientes, entre ellos Francisco Suárez, quien fue a dar al Batallón "Sucre 2 de Infantería” que participó en la trágica y gloriosa Batalla del Alto de la Alianza. Al término de la Guerra del Pacífico, el músico y compositor Suárez permaneció vinculado al Ejército, habiéndose concurrido, en calidad de voluntario, a la Guerra del Acre enrolado a las filas del " Batallón Independencia”. Durante esta nueva contienda bélica y el Ministro de Guerra Ismael Montes, que comandaba el cuerpo expedicionario lo conocido y quedó impresionado por su donde mando y sobre todo por su cultura musical. Al término del conflicto lo nombró, con el grado de Teniente Coronel asimilado, Director de la Escuela Militar de Música, institución que fue organizada mediante Resolución de 2 de Diciembre de 1902 por el Presidente José Manuel Pando. Lamentablemente, esta escuela funcionó solamente un año, pues tuvo que ser clausurada a raíz de la reanudación de las hostilidades con el Brasil. Al término de este conflicto el General Ismael Montes, a la sazón Presidente de la República, restableció la Escuela Militar de Música mediante Decreto Supremo de 4 de Noviembre de 1904, y nombró al Teniente Coronel Francisco Suárez como Director del Instituto, una vez más; cargo que ejerció por seis años, habiendo establecido, durante ese período, una verdadera escuela de formación musical, y cuyo prestigio perduró a través de los años. Durante el periodo de su dirección se iniciaron las actividades de asesoramiento de la Misión Militar Francesa, contratada por el General Montes el año 1906. A partir de 1907, se efectuó varias innovaciones en cuanto a organización y disciplina en las distintas la reparticiones y armas del

Page 54: Historia de la música militar en bolivia

54 - 64

El Cnl. Francisco Suárez Pando, como Director General de Bandas del Ejército.

El Cnl. Suárez Pando cuando se alistó para asistir a la Guerra del Pacífico, como joven músico.

Page 55: Historia de la música militar en bolivia

55 - 64

Ejército y las bandas de música que no fueron ajenas a estas medidas, se reorganizaron de acuerdo a los reglamentos franceses. A las bandas de los regimientos infantería se les asignó 45 músicos, incluida la banda de guerra, en cambio las bandas de los regimientos montados solamente tuvieron 35 músicos. Esta tercera Escuela de Música lamentablemente, fue clausurada el año 1912 debido a la falta de presupuesto. El Teniente Coronel Suárez había renunciado a la Dirección de la Escuela el año 1910 y se apartó de las filas activas, manteniéndose sin embargo en permanente contacto con el Ejército. En ese período de su vida integró varias orquestas sinfónicas como clarinetista, fue profesor en el conservatorio y compuso marchas, cuecas, bailecitos, valses y otras piezas musicales. De esta época son las marchas "Hombre a Caballo" y "Una Lágrima", considerada como una de las marchas fúnebres más famosas. El Mayor Néstor Terrazas, que reemplazó en la Dirección de la Escuela de Música Teniente Coronel Suárez, requirió en forma permanente de asesoramiento de éste último y le confió la enseñanza de varias materias, especialmente en la época en la que fue nuevamente reorganizada a la Escuela, el año 1913, esta de vez por la Misión Militar Alemana. Debido a la capacidad y al permanente interés en el desarrollo de la música militar el Teniente Coronel Suárez fue invitado por el propio Presidente Don Hernando Siles para ser Director General de Bandas del Mayo a Ejército en 1927, habiendo ejército tal cargo hasta el año 1929. Por su avanzada edad no pudo concurrir a la Guerra del Chaco cual hubiese sido su deseo. Poco después, en Febrero de 1937, el Teniente Coronel Suárez falleció, dejando un notorio vacío en la música militar boliviana. Afortunadamente en la Escuela Superior para Directores de Banda lleva su nombre en la actualidad, como justo homenaje a su meritoria carrera, tanto en el campo militar cuanto en el medio cultural civil. En el orden familiar, tomó una descendencia distinguida puesto que, un nieto suyo es el General de las Fuerzas Armadas, Don Hugo Suárez Guzmán, de reconocida trayectoria en el Ejército desde sus cargos subalternos hasta el de General de Ejército y Ministro de Defensa.

IV. TENIENTE CORONEL ADRIÁN PATIÑO CARPIO

El Teniente Coronel Adrián Patiño se destacó por haber realizado una infatigable labor en el campo de la música como pedagogo compositor y director de Bandas Militares. Nació en la ciudad de La Paz en 1895 e inició su carrera a los 17 años como profesor escolar de música. Pocos años después egresó del Conservatorio Nacional como profesor de instrumentos de viento y pasó a ser maestro de esta institución y de la Escuela Militar de Música que estaba dirigida por el Mayor Néstor Terrazas. Durante este periodo fundó también una Academia de Música privada en la que inició sus estudios Antonio Montes Calderón que más tarde también llegó a ser Director General de Bandas del Ejército.

Page 56: Historia de la música militar en bolivia

56 - 64

Por su dominio no sólo en los instrumentos de viento como el clarinete y el oboe sino en el piano, integró orquestas internacionales de renombre que actuaron en Bolivia en conciertos y operas; ejerciendo al mismo tiempo la docencia como profesor de Música de escuelas privadas y públicas. Adicionalmente a éstas actividades compuso una variedad de piezas musicales de carácter popular tales como "Chayñita", “Alborada Andina”, “En los Andes Bolivianos” y otras más que rebasaron los límites geográficos de Bolivia y fueron acogidas en los países vecinos. El año 1926, el Dr. Bautista Saavedra expidió su nombramiento como profesor de Música de la Escuela Militar de Música, que funcionaba anexa a la Intendencia de Guerra, bajo la dirección del Mayor César Achaval. Ese mismo año el Ministro de Guerra General José Quiróz, lo invitó a incorporarse como Director de la Banda del Regimiento Pérez 3 de Infantería a la inauguración del Monumento Bartolomé Mitre. En esta memorable oportunidad la banda del Regimiento “Pérez” obtuvo, entre todas las bandas militares que asistieron a dicho acto, el primer premio por su participación y actuación musical. El propio presidente argentino Don Marcelo T. de Alvear hizo la entrega oficial del codiciado premio al Subteniente Adrián Patiño. A su retorno de la Argentina por el prestigio que había adquirido fue destinado para organizar bandas de música en diferentes lugares, El Cnl. Adrián Patiño, como Director General de Bandas del Ejércitos.

El Cnl. Adrián Patiño (centro) y el My. Antonio Montes Calderón, (Izq.), en el Círculo Militar.

Page 57: Historia de la música militar en bolivia

57 - 64

Culminando con el grado de Teniente Coronel como Director de la Escuela Militar de Música el año 1929; situación que ocupó hasta el inicio de la Guerra del Chaco. Durante el conflicto Chaqueño dirigió bandas de música, especialmente en aquellas que eran las que animaban a los reservistas a concurrir con fe y patriotismo a la contienda chaqueña. Después de la guerra con el grado de mayor fue encargado de organizar nuevamente en la Escuela Militar de Música y posteriormente, el año 1939, fue nombrado Director General de las Bandas del Ejército. Por su proficua labor en la enseñanza musical el Gobierno de Francia le otorgó la condecoración de las "Palmas Académicas". Fue objetivo de innumerables distinciones por su labor docente y por su innumerable cantidad de composiciones en preludios, marchas, músicas populares, boleros de caballería, canciones escolares, aires criollos, operetas y villancicos que alcanzaron el increíble número de 160. Sus creaciones más famosas dentro del campo militar fueron las Marchas "Sargento Tejerina", "Montados en Corceles Arrogantes" y la "Marcha Presidencial". En el campo de la enseñanza musical publicó varios textos pedagógicos como "Teoría de la Música" y otros. El Congreso Nacional en 1945, le rindió un homenaje especial por su meritoria trayectoria, y algunos años después, al producirse su prematura desaparición en 1951, la Escuela Militar de Música, como un justo homenaje a la memoria de tan distinguido boliviano, decidió llevar su nombre. El Teniente Coronel Adrián Patiño dio inicio a una familia de distinguidos músicos e intelectuales. El mayor de sus hijos Adrián Patiño Torrez, fue también Director de Bandas del Ejército, profesor de música, organizó el Orfeón de Carabineros y compuso varias piezas musicales, el otro hijo Hugo Patiño Torrez es un connotado musicólogo y compositor integra actualmente la Asociación de Compositores Musicales de París. Finalmente la hija, Blanca Patiño de Murillo es una distinguida maestra que ha escribiendo varias obras literarias relacionadas con el historial musical en Bolivia.

V. MAYOR CESAR ACHÁVAL CARDENAS

Nació en Oruro el 27 de Febrero de 1890. Desde niño demostró su afición por la música, habiéndose integrado a los trece años a la banda de música del Regimiento 1° de Infantería de Guarnición en la Ciudad de La Paz, Demostró desde un comienzo excepcionales aptitudes en el dominio de varios instrumentos musicales desde los de cuerda, hasta los de viento. Solamente por su escasa edad no fue promovido a Dir3ector de Banda de Música. A partir de ese año fue destinado como Director de Banda a diferentes unidades, tales como: 1° de Infantería al Batallón Campero 5 de Infantería y nuevamente al Batallón Loa 4 de Infantería, con el grado de Capitán. En estos años compuso varias marchas entre éstas, la Marcha “Batallón Modelo”, Marcha “12 de Infantería” y varias composiciones de música popular entre cuecas y huayños. Participó en varias actuaciones musicales sobre todo en conciertos, habiendo por ello recibido toda clase de distinciones. Bajo su dirección las Bandas Militares de

Page 58: Historia de la música militar en bolivia

58 - 64

Música se transformaron en orquesta que divulgaron la música clásica en retretas y veladas nocturnas. Una de las composiciones que mereció unánime aplauso fue la que se convirtió en el Himno Oficial del Departamento de Oruro. Esta pieza musical resultó ser la ganadora del concurso convocado en la ciudad de Oruro con esa finalidad. El año 1924 fue designado Director General de Bandas, como justo reconocimiento a su esforzada labor como músico y como Director. Lamentablemente falleció en Agosto del año 1925 a los 35 años, privando al país de uno de sus mejores compositores. César Achaval Cárdenas, que fue designado Director General de

Bandas, en 1924.

VI. TENIENTE CORONEL RIGOBERTO SAINZ CASTRO

El Teniente Coronel Rigoberto Sainz Castro, fue otro de los esforzados oficiales músicos que dirigió la Escuela Militar de Música en la década de cuarenta. Nació en la ciudad de Cochabamba el año 1904, habiéndose dedicado desde temprana edad al estudio de la música. A los 14 años, el año 1918 ingresó a la Escuela Militar de Música, institución de la que egresó dos años después como músico y fue destinado al Regimiento Loa 4 de Infantería. Para perfeccionar sus conocimientos musicales siguió cursos en el Conservatorio Nacional de Música, graduándose el año 1926 de dicho instituto como Profesor de Música e instrumento de viento. No conforme con ello prosiguió estudios en los Conservatorios de Música del Perú y Argentina. A su retorno el año 1929 se reincorporó al ejército con el grado de Subteniente como Director de la banda divisionaria en la propia línea de fuego. Por esta actitud

Page 59: Historia de la música militar en bolivia

59 - 64

fue merecedor de las condecoraciones al Mérito Militar y Medalla de Guerra así como al ascenso al grado de Capitán estando en el frente de batalla en Cañada Chile el año 1934. Al finalizar la guerra fue ascendida al grado Mayor y destinado como Director de la Escuela Militar de Música en el año 1947 y Director General de Bandas del Ejército en 1948 con el grado de Teniente Coronel. Durante toda su carrera tanto en el Ejército como en el medio civil compuso una variedad de piezas musicales con una profunda inspiración autóctona; habiendo llegado a producir más de 150 piezas entre marchas, bailes nativos y boleros de caballería.

VII. CAPITÁN DONATO CONCHA MONTOYA

El Capitán Donato Concha Montoya, nació en Sucre el octubre de 1888. Desde muy joven se dedicó a la música habiendo sido nombrado Profesor en la Escuela militar de Música el año 1912, institución en la que permaneció hasta ser nombrado Director de banda del regimiento Camacho 1° de Artillería el año 1917. A partir de esa fecha fue nombrado en forma sucesiva Director de Banda de los Regimientos Colorado 1° de Infantería, Campero 5 de Infantería, Pérez 3 de Infantería y Loa 4 de Infantería. Fue ascendido a Capitán en diciembre de 1928, siendo Director de banda del regimiento Sucre 2 de Infantería y destinado a la ciudad de Sucre. Durante 4 años permaneció en esta ciudad hasta el inicio de la guerra del Chaco, campaña en la que participó al mando de la banda del citado regimiento, habiendo actuado en pleno frente de operaciones. Como consecuencia de su permanencia en inhóspitas regiones contrajo una enfermedad habiendo fallecido en el Hospital de Villamontes el año 1934. No sólo tuvo una meritoria actuación en el campo militar, sino también en el civil en el que fue profesor de música en diferentes instituciones, entre ellas; el Conservatorio de Música. Fue un conocido compositor de marchas y boleros como ser: Mi Esperanza, piezas que fueron últimamente grabadas en conmemoración al Centenario de la fundación de la Escuela Militar de Música.

Page 60: Historia de la música militar en bolivia

60 - 64

VIII. BOLERO DE CABALLERÍA

El hombre como animal histórico y actor protagónico tanto en su existencia sobre nuestro soporte telúrico, como en su vivencia de pasajero en este microbús galáxico llamado tierra, siempre ha hecho un arte, son testimonios elocuentes desde las partituras rupestres de Altamira y precedente, hasta la música nacida en el cancionero bullicioso, trinar de la aves y el silencio misterioso de las oquedades que con el cantar de su eco sobrecoge el alma. Las varias culturas y civilizaciones habidas en el mundo se pueden reconocer por música, es así que los diferentes países hasta grupos sociales con propias personalidades están identificados por su folklore, que en Bolivia es muy rico y variado, concordante a su geografía y al vivir de su historia. Con la llegada de Almirante Cristóbal Colón de España a la América, también llegaron nuevas expresiones culturales como el idioma, la religión, la música, etc. En este despertar de las primeras décadas del siglo XVI estuvo de moda en los salones de la nobleza y del pueblo español, junto a la “Cuadrilla de Lanceros” un baile ceremonioso y popular llamado “Bolero” que llegó al Alto Perú (Audiencia de Charcas) con la llegada de las primeras damas y caballeros de las cortes reales de Castilla y León. Si los descubridores fueron intrépidos navegantes, los conquistadores lo fueron a caballo y al mejor estilo de los caballeros andantes, adquirieron por consiguiente las caballerías una especial supremacía desde los inicios de nuestra vida virreynal. Los nativos con sus innatas dotes artísticas ya en estos tiempos coloniales; unos, empezaron a pintar hermosos cuadros en las iglesias y mansiones, otros a adaptar la música de los selectos salones de baile como el BOLERO ESPAÑOL (aire musical en compás ternario y de movimiento majestuoso) para el paso orgulloso de las briosas caballerías, que en su afán de requiera y títulos de nobleza recorrían de norte a sur y de este a oeste nuestra rica geografía patrimonial. En esta simbiosis cultural está el génesis del “Bolero de Caballería” que tiene por cuna el altiplano andino mecido por los tutelares del Illimani y el Tunari, así como arrullado por los cantarinos ríos tropicales y olas de nuestro mar. El Bolero de Caballería, es único en el mundo porque nace y se hace en Bolivia, que adaptado al paso “marchante” del caballo en su ritmo lento del compás tres por cuatro; son nuestras Bandas Militares e Música que con el juego del redoble marcial de tambores y el solemne diapasón de sus oboes y bajos le dan toda la versatilidad de la sensibilidad humana en su magistral interpretación, tanto en la presencia de vida o muerte, como de la victoria o la gloria; sea desde la espectacular audacia militar que “montados en corceles arrogante dan salto de la luna al infinito” o de la nostálgica dimensión del amor en tránsito a la adoración y de la dramática congoja en la partida hasta allá de la vida. Así el bolero de Caballería” es el pentagrama donde vibra el alma nacional que gracias a la riqueza de sus aires de menos movido o más lento; es el principal en

Page 61: Historia de la música militar en bolivia

61 - 64

la exaltación cívica durante los desfiles y paradas militares rindiendo homenaje a la Patria con el flamear orgulloso de sus estandartes. Durante la guerra del Chaco el pueblo de Bolivia entre mensajes de coraje y lágrimas de bellas madrinas, despedía con los boleros de caballería a sus seres queridos enrolados a los contingentes varoniles que marchaban decididos al sacrificio en pos de un laurel o una estrella, allá en los campos de batalla, En los tiempos de post-guerra y recientes, el “Bolero de Caballería”, también es el actor protagónico de las mayorías nacionales en sus manifestaciones espirituales, para acompañar la mística procesión de los “patrones gremiales” y santo de su devoción hasta los altares de Dios en los festejos de raigambre popular conocidos como “misachicos” y “presteriós”. En concluyente y definitiva vivencia el Bolero de Caballería siempre es presente que engarzado a la conciencia de nuestro pueblo, hace su obligada magnificencia en el postrer homenaje que se rinde a nuestros difuntos en el paso solemne y dolido de los cortejos fúnebres. Quizá porque nuestro pueblo sea el más humano u sentimental, que se identifica en sus permanentes instancias de angustia y dolor, con la plegaria de las sentidas notas de un bolero de caballería, que con la resignación o la devoción, al amor o el valor. El bolero de caballería, al pasear victorioso con los escuadrones de las armas montadas de nuestras gloriosas fuerzas armadas, también transitan por la verticalidad de altura y profundidad, sirviendo con la adaptabilidad de sus ritmos para rendir tanto significativos homenajes a Dios y la Patria en sus sacrosantos altares, así como de viabilizarse por toda la gama horizontal de la popularidad nacional, para las más sentidas despedidas que se dan con el alma y la vida, sea en las partidas hacia una misión difícil castrense o en aquellas de negro crespón en que se quema el corazón. El bolero de Caballería en esta su alquimia de mensaje y esperanza, en los hechos, es una expresión sentimental de nuestra unidad nacional. El pueblo mejicano también rico de folklore como el nuestro, este aire musical de España lo adaptó – en otra versión – acorde a su tipología machista y romancero, dando origen al “otro bolero” que es bailable y enamorador.

Page 62: Historia de la música militar en bolivia

62 - 64

I. BIBLIOGRAFÍA

Page 63: Historia de la música militar en bolivia

63 - 64

o Historia de las Bandas Militares Julio Sanjinés Goitia

Page 64: Historia de la música militar en bolivia

64 - 64