COLEGIOVILLA DE LAS PALMAS

Nombre del Docente:Lic. John Alfredo Bedoya.

Evaluación IntermediaTallerNivelaciónQuiz

ASIGNATURA: CastellanoGRADO: Séptimo (7º.)FECHA: ______________

Nombre del Estudiante:___________________________

Periodo lectivo: I

Leyenda

El nacimiento de Hércules en Tebas fue la prueba más convincente de los amores de Júpiter y Alcmena, esposa de Anfitrión, rey de Tirinto. Apenas terminó de abrir los ojos, al llegar al mundo, la criatura, cuando se vio rodeado ya de crueles emboscadas preparadas por la vengativa Juno, esposa de su padre Júpiter, quien trató a Hércules como la más despiadada de las madrastras.

Acababa de nacer cuando se vio sorprendido por dos gruesas serpientes que le acechaban trepando por su cuna; pero el niño las cogió con sus manos y las estranguló. Sus primeros pasos los dio en compañía del centauro Quirón, su maestro de la infancia, y así, su sorprendente fortaleza y su valentía inigualable iban siendo encauzadas acertadamente para obtener victoria tras victoria.

Hércules llegó a la juventud, edad de las ilusiones, y conoció en Tebas a la princesa Mégara, a quien entregó su corazón. El héroe tuvo que enfrentarse con un rival que pretendía también la mano de la joven: Lico, rey de Tebas. Demostró en aquella ocasión su fortaleza corporal, no superada por ningún mortal, y su caballerosidad en mantener el amor y en defender a su amada, dando por fin, muerte a su adversario. Hércules se casó con Mégara y tuvieron tres hijos. Pero pronto vino Juno a estorbar su felicidad, privándole de la razón. Mégara y sus tres hijos murieron en manos del demente esposo, y cuando este sanó de su locura, fue desconsolado a consultar al oráculo. Entonces fue cuando conoció la suerte que le deparaba el destino: “Hércules y Euristeo, rey de Micenas, habían de nacer con muy poco tiempo de diferencia; el que lo hiciera el último quedaría sometido a la voluntad del primero”. Juno había sido la encargada de retrasar dos meses el nacimiento del héroe tebano y, por lo tanto, Hércules tomó el camino de Micenas para ponerse bajo la autoridad de Euristeno y purgar de esta manera su involuntario crimen. Permaneció al servicio del rey durante doce años, en los cuales llevó a cabo los “doce trabajos” que le habían de otorgar su voluntad.

1° Salió a los campos de la Argólida, arrasados por la furia de un león que se refugiaba en las cercanías de la ciudad de Nemea y tenía aterrada a toda la comarca. Se enfrentó a la corpulenta fiera, y asaeteándola con sus flechas, la golpeó después con su maza de hierro y la estranguló entre sus brazos, devolviendo la tan deseada tranquilidad a aquellas gentes.

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2° El segundo trabajo consistió en matar a la hidra, serpiente monstruosa de siete cabezas que infestaba las tierras de Lerna. Este animal tenía la particularidad de sustituir una de sus cabezas cortadas por otras dos nuevas; pero Hércules supo cortárselas todas de un solo golpe, y prendió fuego después a los terrenos pantanosos de Lerna, que tan abundantes eran en serpientes venenosas.

3° Euristeo tenía el capricho de poseer una preciosa cierva que tenía los cuernos de oro y los pies de bronce. Habitaba en los bosques del monte Ménalo, y tenía, como todos los animales de su clase, una ligereza extraordinaria. Hércules logró alcanzarla, y se presentó con ella en el palacio de Micenas, en medio de la desbordante alegría de todos los cortesanos.

4° Se le mandó después que diera muerte a un enfurecido jabalí que se había hecho dueño de toda la Arcadia, en el centro de Peloponeso. Hércules prefirió entregarlo vivo para que el propio monarca pudiera dar muerte al temido jabalí de Erimanto.

5° Un solo día fue suficiente para que Hércules desviara el curso del río Alfeo y sus aguas pasaran por los inmundos establos de tres mil vacas que el rey Augias poseía en la Elida, limpiándolos. Esta labor no se había practicado desde hacía treinta años.

6° El lago de Estinfalia, en la Arcadia, aparecía totalmente oscurecido por las alas negras de unos pájaros ignotos que se alimentaban de carne humana. Sus cabezas y sus picos eran de hierro, y sus uñas encorvadas como las de los buitres. Causaban tal desolación, que las gentes

habían abandonado aquellos parajes. Hércules se presentó en el lago, les hizo levantar el vuelo moviendo sus címbalos de bronce, y cuando iban por el aire, cayeron atravesados por sus flechas, sin que uno solo de ellos siguiera sembrando el terror en la Arcadia.

7° Neptuno tenía castigada a Creta con la intranquilidad que producían las correrías, de un toro bravo de parte a parte de la isla. También, esta fue víctima de su fuerza, y Creta volvió a conocer y a vivir días felices.

8° Los caballos del rey Diomedes recorrían Tracia vomitando ardientes llamas y alimentándose de carne humana. Consiguió apoderarse de ellos y los condujo a la presencia de su dueño, quien fue devorado por sus mismos caballos.

9° Las costas del Ponto Euxino estaban bajo el dominio de las amazonas, mujeres bravas y guerreras que sostenían batallas contra los más terribles enemigos. Estas mujeres daban muerte a sus hijos varones y educaban celosamente a las hembras en el arte de la guerra. Hércules por encargo de Euristeo, se presentó en el Asia Menor con su entrañable amigo Teseo, y después de dar muerte a muchas amazonas, llevaron prisionera a Micenas a su reina.

10° Volvió también vencedor de la difícil empresa de apoderarse de los apretados rebaños que pastaban en la Bética. Estaban guardados día y noche por un monstruoso perro de siete cabezas, obediente a las órdenes de su señor, el gigante Gerión.

Ayudado por su pariente Yolas, transportó también hasta Grecia los tres cuerpos de que se componía el gigantesco rey Gerión, que fue entregado a Euristeo. Hércules se dirigió desde aquí hasta el punto más meridional de la península ibérica, y desde la cumbre del monte Calpe, como en la de Abila (África), colocó esta inscripción: Non plus ultra, pensando que aquí se terminaba la tierra. Esta inscripción, grabada en las columnas que Hércules levantó en estas dos montañas, se ha hecho después proverbial.

11° En Mauritania se apoderó de la codiciada fruta de oro del jardín de la Hespérides, guardado por un dragón que no dormía jamás, con la ayuda de Atlas, el titán que, convertido en montaña, sostenía la bóveda celeste.

12° Después de llevar a cabo las afortunadas empresas anteriores, Hércules, por mandato de Euristeo, se precipitó en los infiernos, y encadenando al Cancerbero de la puerta, le obligó a seguirle para presentarse con él en Micenas. Después de esta magna prueba de su inmenso poder, lo devolvió al tártaro, donde continúa en su puesto. En su corta estancia en el infierno proporcionó libertad a Teseo, que sufría cautiverio en aquel lugar, desde que, en compañía de Piriteo, intentó liberar a Pro- serpina.

Hércules había cumplido, por lo tanto de manera ejemplar, el período de obediencia que debía al rey Euristeo, y a pesar de las admiraciones de que era objeto por parte de príncipes y reyes, prefirió dedicarse a enderezar la injusticia que oprimía a muchos hombres y consolar aflicciones por la tierra.

Sabía que todos los extranjeros que llegaban a Egipto eran, sin la menor misericordia, ofrecidos a Júpiter como víctimas, por orden del monarca Busiris.

Hércules apareció en Egipto y se dispuso a recibir la muerte que le correspondía.

Pero cuando estaba a punto de morir, rompió los grillos que ataban sus manos, y apoderándose del cuchillo que le había de dar muerte, cortó la cabeza de Busiris, que tanto terror sembró entre sus súbditos.

Italia entera vivía aterrorizada por las inquietudes que creara el ladrón Caco, mitad hombre y mitad sátiro, que arrojaba llamas por su boca. Habitaba una cueva profundísima, en las riberas del Tíber, llena de huesos humanos, de víctimas de sus atropellos y nadie había osado mirarle. Hércules se presentó en su propia morada, y sin la más leve precaución, a pesar del desmedido tamaño del ladrón, penetró en su guarida y, tras una profunda lucha, lo estranguló.

Se dirigió más tarde a los ardientes arenales de Libia en África, donde habitaba el monstruoso gigante Anteo, hijo de la Tierra. Este había llegado a reunir un gran montón de cráneos humanos de cuantos extranjeros indefensos pasaron por su lado; se arrojaba sobre ellos, y con el peso colosal que le proporcionaba su altura, los dejaba sepultados en tierra. Hércules entabló lucha con el gigante Anteo; pero cuando lograba echarlo a tierra, tomaba este nuevos bríos, que le infundía su madre, y, dándose cuenta de este fenómeno curioso, Hércules lo levantó en alto y lo hizo perecer entre sus brazos.

Se había quedado algo cansado Hércules de la empeñada lucha sostenida, y, recostándose en la arena, se quedó dormido. Al punto salieron, como millares de hormigas, los insignificantes pigmeos, hombres pequeñísimos que viajaban por carros arrastrados por perdices. Inundaron el cuerpo del héroe e intentaron atacarle como una verdadera ciudad. Hércules los recogió como si fueran mosquitos, con su piel de león que le servía de vestido, y los fue a entregar a Euristeo, como uno más de los presentes otorgados a aquel monarca.

Recupera información

1. Busca en un diccionario el significado de las siguientes palabras.

OráculoSátiroCancerberoCortesanoPigmeoMonarca

2. En el enunciado Apenas terminó de abrir los ojos, al llegar al mundo, la criatura, cuando se vio rodeado de crueles emboscadas, la palabra subrayada se refiere a:

□ Júpiter □ Alcmena □ Hércules Anfitrión

3. De acuerdo con la oración El segundo trabajo consistió en matar a la hidra, serpiente monstruosa de siete cabezas que infestaba las tierras de Lerna, se puede afirmar que:

□ La tierra de Lerna estaba infectada por una enfermedad generada por sus serpientes.

□ La tierra de Lerna estaba plagada de serpientes.□ La razón por la cual la gente enfermó fue por haber estado en contacto con

la sangre de la serpiente muerta.

4. Escribe a quiénes o a qué hacen referencia las palabras subrayadas en el siguiente aparte del texto: Consiguió apoderarse de ellos y los condujo a la presencia de su dueño, quien fue devorado por sus mismos caballos.

5. Completa la ficha de Hércules

Términos A qué o a quiénes se refieren

ellos

los

su

sus