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kike-ramirez
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Las funciones del lenguaje según Roman Jakobson
Jakobson plantea el modelo de la teoría de la comunicación. Según este
modelo el proceso de la comunicación lingüística implica seis factores
constitutivos que lo configuran o estructuran como tal.
El emisor Corresponde al que emite el mensaje .
El receptor recibe el mensaje, es el destinatario.
El mensaje es la experiencia que se recibe y transmite con la
comunicación.
Pero para que el mensaje llegue del emisor al receptor se necesita
además de :
El código lingûistico que consiste en "un conjunto organizado de
unidades y reglas de combinación propias de cada lengua
natural".
Y por último el canal, que permite establecer y mantener la
comunicación entre emisor y receptor.
Este modelo permite establecer seis funciones esenciales del lenguaje
inherentes a todo proceso de comunicación lingüística y relacionadas
directamente con los seis factores mencionadas en el modelo anterior.
Por lo tanto las funciones del lenguaje son la emotiva, conativa,
referencial, metalingüística, fática y poética.
1.- Función emotiva: Esta función está centrada en el emisor quien pone
de manifiesto emociones, sentimientos, estados de ánimo, etc.
2.- Función conativa: Esta función esta centrada en el receptor o
destinatario. El hablante pretende que el oyente actúe en conformidad
con lo solicitado a través de órdenes, ruegos, preguntas, etc.
3.- Función referencial: Esta función se centra en el contenido o
“contexto” entendiendo este último “en sentido de referente y no de
situación”. Se encuentra esta función generalmente en textos
informativos, narrativos, etc.
4.- Función metalingüística: Esta función se utiliza cuando el código sirve
para referirse al código mismo. “El metalenguaje es el lenguaje con el
cual se habla de lenguaje.
5.- Función fática: Esta función se centra en el canal y trata de todos
aquellos recursos que pretenden mantener la interacción. El canal es el
medio utilizado para el contacto.
6.- Función poética: Esta función se centra en el mensaje. Se pone en
manifiesto cuando la construcción lingüística elegida intenta producir un
efecto especial en el destinatario: goce, emoción, entusiasmo, etc.
Por lo tanto, el modelo planteado con anterioridad sobre los factores
constitutivos de la comunicación queda relacionado con las funciones
del lenguaje de la siguiente manera:
Referencia: Bermeosolo, J; Psicología del lenguaje; Capítulo III: Funciones
del lenguaje
De su teoría de la información, constituida en 1948 y articulada en torno a los factores de la comunicación (emisor, receptor, referente, canal, mensaje y código), Jakobson dedujo la existencia de seis funciones del lenguaje: la expresiva, la apelativa, la representativa, la fática, la poética y la metalingüística, completando así el modelo de Karl Bühler.
Esta síntesis, tan operativa, ha sido muy utilizada. A juicio de algunos, no "soluciona" las funciones del lenguaje, pues añade una función estética y no explica debidamente la función lúdica del lenguaje, que no podría incluirse sin problemas dentro de la función poética. Pero ese esquema es fundamental para ir analizando luego esos otros aspectos.
Algunas críticas[editar · editar fuente]
Catherine Kerbrat-Orecchioni es una de las principales críticas al esquema de la comunicación elaborado por Jakobson3 , y lo hace partiendo de distintos puntos. Primero comienza criticando la noción de código que plantea el lingüista ruso. Según ella, es inexacto que los dos participantes de la comunicación, aun si pertenecen a la "misma comunidad lingüística", hablen exactamente la misma "lengua", y que su competencia se identifique con "el archiespañol" de un "archilocutor-alocutario". Con esto, nos quiere decir que la comunicación no se funda sobre un código único compartido por ambos participantes de la comunicación, sino que cada participante posee su propio idiolecto, compatibles entre ambos. Agrega también que al haberse multiplicado por dos la noción de código, estos se insertan en la esfera del emisor y receptor. Cada uno de estos dos idiolectos tiene dos aspectos: Una competencia lingüística desde el punto de vista de la producción (propia del emisor) y una competencia lingüística desde el punto de vista de la interpretación (propia del receptor). La noción de competencia no es más que la suma de todas las posibilidades lingüísticas de un sujeto, es decir, todo lo que es susceptible de crear (emisor) e interpretar (receptor).
Además de criticar ciertos aspectos del esquema, Kerbrat Orecchioni agrega más nociones. Una de ellas es la del "universo del discurso", que son las limitaciones que poseen los hablantes para expresarse, ya que es inexacto presentar al emisor como alguien que elige libremente tal o cual ítem léxico, como si los tomara de un "stock" de sus actitudes lingüísticas. Estas limitaciones dependen de dos factores básicos: las condiciones concretas de la comunicación y Los caracteres temáticos y retóricos del discurso.
Agrega también las nociones de competencias no lingüísticas, a las que divide en dos: las determinaciones psicológicas y psicoanalíticas, que desempeñan un papel importante en las operaciones de codificación/decodificación y las competencias culturales (que no son más que el conjunto de los conocimientos implícitos que poseen sobre el mundo) e ideológicos (el conjunto de los sistemas de interpretación y de evaluación del universo referencial) que mantienen relaciones con las competencias lingüísticas y cuya especifidad contribuye a acentuar las diferencias de idiolectos.
Y para finalizar, agrega la noción de modelos de producción y de interpretación, que no son más que los procesos y reglas generales que se ponen a funcionar cuando los individuos se acercan a un acto enunciativo. Estos modelos son comunes a todas las personas, ya que todos realizamos los mismos procedimientos cuando emitimos/recibimos mensajes