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Erase una vez, en una ciudad llamada Almanzora, vivía una pareja de ancianos felizmente.

Mayte olivera

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Erase una vez, en una ciudad llamada Almanzora, vivía una pareja de ancianos felizmente.

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La pareja de abuelos vivía perfectamente bien, solían ser visitados por sus hijos y nietos…

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Pero preferían estar solos, ya que no eran tan mayores, apenas tenían 58 años María y Antonio tres años mas que

ella, entonces no necesitaban que los cuiden

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María era una mujer encantadora, amable, preciosa por dentro y por fuera…

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El único defecto que tenía era que necesitaba de su marido para todo, no físicamente sino que no hacía nada sin que el lo supiera y aprobara, no daba un paso ni para atrás ni para

delante sin consultárselo, era totalmente dependiente.

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Una noche Antonio fallece inesperadamente de un paro al corazón..

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Lo cual deja a María sola y completamente devastada.

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A medida que pasan los meses, ella siente que necesita a Antonio en su vida cada vez más. No encontraba una forma adecuada de actuar ante diversas situaciones, entonces iba

solucionando los problemas que se le presentaban, actuando y pensando de la forma que lo haría su esposo si aún

estuviera junto a ella.

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Una madrugada mientras ella dormía, en su habitación, alrededor de las dos de la madrugada, comenzó a sentir ruidos muy extraños, escalofriantes, a los cuales no hacía caso, pero

tampoco se animaba a abrir los ojos…

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Hasta que sin lugar a dudas, siente que alguien se sienta en su cama, en ese momento, abrió enormemente los ojos y vio a Antonio, el espíritu de Antonio, que estaba sentado

junto a ella, mirándola fijamente.María se quedó sin respiración y blanca al instante, él le

pidió perdón, perdón por hacer que dependiera tanto de él, por hacerla su sombra, le dijo que debía cambiar, que no tenía que pensar como él lo hacía y buscar sus propios

pensamientos y actitudes, que debía encontrar su propio “yo”.

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María hoy falleció, pero durante el tiempo que vivió después de encontrarse con el espíritu de Antonio, cambió, pudo encontrarse a sí misma y tener su propio carácter.

Conocidos y amigos cuentan que ella siempre decía que cuando se fuera del mundo físico y se encontrara con su marido, iba a mostrarle todo lo que cambió, que encontró su propia personalidad. Aún así todos piensan que ella y su ingenuidad siguen de la mano en el mundo espiritual, y que

cambió sólo porque su esposo le dijo que lo hiciera, pero eso es algo que jamás sabremos.