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gabriela-luciana-barrionuevo
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¿QUÉ ES UN TEXTO?
Desde que adquirimos la lengua materna, desde
el principio de la escolaridad y desde siempre estamos
en contacto con textos y los podemos reconocer
simplemente porque somos usuarios de múltiples
lenguajes y porque la comunicación se piensa en textos.
Ahora bien ¿Cómo definirlos?
Seguro
que podemos
formalizar una definición a partir de nuestra
experiencia. Así podríamos decir, por ejemplo, que
un texto escrito desarrolla un tema, que es algo
más que una oración, que es un conjunto de
oraciones relacionadas, a su vez organizadas en
párrafos. Lo cual no estaría nada mal por
cuanto, en parte, efectivamente eso es un
texto. Sólo que aquí nos proponemos ir más allá
de nuestra rica experiencia como usuarios y
aprovechar los aportes de lingüistas y semiólogos
que han indagado en esta definición.
Nosotros adoptaremos el punto de vista de
aquellas tendencias científicas y lingüísticas que
consideran al texto como un objeto de carácter
comunicativo y estructurado. La característica de
objeto comunicativo se relaciona con la noción de
texto como producto de una actividad verbal de carácter social, que manifiesta una
intención del hablante, se encuadra en una situación de comunicación y se relaciona con
que, para garantizar el propósito comunicativo, hablante y oyente se atienen a reglas
propias del nivel textual que rigen la construcción de ese producto.
Daremos entonces una definición de texto que tiene el consenso de la mayoría de
las corrientes:
“Texto es una unidad comunicativa fundamental, producto
de la actividad verbal humana, que posee siempre carácter
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social; esta caracterizado por un cierre semántico y
comunicativo, así como por su coherencia profunda y
superficial, debido a la intención (comunicativa) del hablante
de crear un texto integro y a su estructuración mediante dos
conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del
sistema de la lengua.” (Bernárdez, 1.987)
La extensión de esta formulación exige, de inmediato, una distinción de los
conceptos, que se explicarán por separado:
Los textos son resultados de la actividad lingüística del ser humano. Surgen como
productos de la dinámica de las relaciones que se establecen entre los diferentes
integrantes del acto de habla: un yo, que le da origen, en un lugar y tiempo concretos,
proyectado hacia un tú, que hace del texto objeto de su percepción e interpretación.
Características
En el texto -al ser no sólo la sumatoria de oraciones o párrafos– es indispensable
que existan otras condiciones, como su carácter comunicativo e interactivo, poseer una
estructura y cumplir una función específica.
Las características del texto que se pueden señalar son las siguientes:
Comunicativo: en el sentido de que es un producto lingüístico, que tiene
como función comunicar ideas, sentimientos y significados en general.
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Características. Texto
Unidad comunicativa fundamental.
Producto de la actividad verbal.
Estructuración.
Cierre semántico.
Coherencia profunda y superficial.
Reglas textuales.
Reglas gramaticales.
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Interactivo: porque se produce en un marco o contexto social para
conseguir un efecto.
Posee una estructura: porque articula forma y contenidos de manera
organizada y lógica, utilizando para ello las relaciones morfosintácticas y los criterios
semánticos de la lengua.
Cumple una función: porque parte de la intención comunicativa o propósito
con el cual se produce.
Todo texto ha de ser coherente, cohesionado, comprensible para su lector ideal,
intencionado, enmarcado en una situación comunicativa e inmerso en otros textos o
géneros para alcanzar sentido; igualmente ha de poseer información en grado suficiente
para resultar novedoso e interesante.
Las propiedades que desarrollaremos en este Curso serán la coherencia y la
cohesión.
Según los lingüistas Beaugrande y Dressler(1.997), un texto debe reunir siete
condiciones de textualidad para ser considerado como tal y son: Cohesión, Coherencia,
Adecuación, Situacionalidad, Intencionalidad, Intertextualidad e Informatividad
LA COHERENCIA
Como lectores “expertos” cuando leemos esperamos que en un determinado tipo
textual aparezca cierta información y que la forma en que está organizada esa
información tenga cierta configuración. Por ejemplo, si vamos leer una receta de cocina,
tenemos ciertas expectativas con respecto a los datos que aparecerán (ingredientes,
cantidades, porciones, pasos a seguir para que la preparación tenga éxito, y sabemos
que se distribuirán de acuerdo a ciertas categorías: título, ingredientes, preparación). De
idéntico modo, cuando escribimos un texto debemos tener en cuenta cuál será la
información pertinente que debe figurar y cómo ordenaremos los datos según su
configuración esquemática.
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De lo anterior confirmamos que, la coherencia de un texto se relaciona con los
datos que deben figurar en él para que sea considerado como tal, y con la forma en que
éstos se ordenarán:
Los usuarios del lenguaje sabemos con certeza si hemos escuchado o leído un
poema, una carta o una receta de cocina. La certeza
tiene lugar debido a dos factores fundamentales:
1. Las funciones sociales y comunicativas de los
textos que nos permiten distinguirlos entre sí.
2. Los distintos tipos de construcción u
organización que poseen.
En efecto, un mismo hecho, por ejemplo un
accidente automovilístico, puede comunicarse a través
de diferentes tipos textuales: una crónica que nos
transmite los datos de lo ocurrido; un informe policial
que reconstruye el hecho; una denuncia que realiza la
víctima, con fines legales, etc.
Cada uno de estos textos plasmará el contenido de manera diferente. Desde este
punto de vista podemos decir que hay formas de texto específicas, según se trate de una
noticia, una denuncia, un cuento, una carta, etc., las que reciben el nombre de
superestructuras.
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Entonces, en una receta de cocina encontraremos un título, ingredientes,
preparación; en un cuento tradicional habrá una situación inicial (estado de equilibrio
inicial), un problema (irrupción del conflicto), una resolución (del conflicto) y una situación
final (se establece el equilibrio en la vida del personaje); en una editorial estará el título y
el texto que desarrollará una tesis, una demostración y una conclusión, etc.
Los lectores competentes pueden anticipar qué tipo de texto leerán basándose en la
forma que presentan; observemos los siguientes gráficos que representan la silueta
textual ¿a qué clase de textos pertenecen?
Lógicamente, descubrió que se trata de una receta, un poema y una carta; puesto
que logró identificar la organización gráfica que presentan los textos, o sea, su silueta:
_______
_______
_______
_______
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___________________
___________________
___________________
___________________
___________________
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_______
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___________________
___________________
___________________
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Esto permite reconocer los elementos del paratexto; aquellos elementos que
proporcionan información que complementa el sentido del texto y le pueden indicar al
lector qué tipo de texto está leyendo.
Por otra parte, la coherencia de un texto está relacionada con su significado global,
es decir, que es coherente cuando el escritor
propone al lector un tema y lo hace progresar a lo
largo del escrito:
Mientras la superestructura se mantiene
idéntica de acuerdo al tipo textual de que se trate, la
macroestructura o contenido semántico básico
depende específicamente de cada texto. Por
ejemplo si tenemos en cuenta la receta de cocina
Zapallitos rellenos y otra de Bifes a la criolla, ambas
organizarán la información según la misma superestructura: ingredientes, preparación;
pero si atendemos a la macroestructura en un caso se tratará del plato Zapallitos rellenos
y en otro, Bifes a la criolla.
Para considerar coherente a un texto se debe hacer progresar el tema, esto se
denomina progresión temática. Al producirse este avance se conserva el tema presentado
y se establece una continuidad global
entre la información procedente y la
siguiente.
En efecto, un texto que girara sobre
lo mismo, caería en repeticiones y se
volvería incoherente. Tanto cuando
leemos como cuando escribimos,
sabemos que el texto tiene que desarrollar
un tema y avanzar, vinculando la
información ya dicha con la nueva que va
agregando.
Una de normas que tiene que
respetar un texto es que las oraciones
La progresión temática es el
avance de la información en
la que se relacionan los datos
ya mencionados con la nueva
información que se incorpora.
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deben estar relacionadas; tienen que funcionar como las distintas piezas de un
rompecabezas que se unen unas con otras para poder formar una figura diseñada. En los
textos, las palabras y las oraciones deben establecer relaciones que permitan que un
lector entienda aquello que lee o que un oyente comprenda a su interlocutor mientras
éste le habla. Este fenómeno se denomina cohesión.
La cohesión está constituida por el conjunto de todas aquellas funciones
lingüísticas que indican relaciones entre los elementos de un texto.
La cohesión textual se realiza a través de elementos gramaticales (sin significado
léxico) y también por medio de la selección del vocabulario que se utiliza (palabras con
significado léxico).
Procedimientos de cohesión léxica
SINONIMIA: “consiste en reemplazar un elemento léxico del texto por otro
con significado equivalente, es decir otra palabra que tiene el mismo significado.
Evita repeticiones”. Por ejemplo:
Adrián consiguió un crédito bancario para construir una vivienda.
Finalmente cumplirá su deseo de tener una casa.
Son sinónimas aquellas palabras que en diferentes contextos tiene el mismo
significado léxico, es decir, que cualquiera sea el texto en el que se hallen, conservan la
identidad de significado.
Es muy importante el uso de sinónimos para mantener la coherencia de un texto ya
que permite la referencia a un mismo elemento sin repetirlo. La riqueza de sinónimos es
muy útil en textos breves, pero en textos extensos, a veces puede impedir la sensación de
desarrollo y avance temático. Para evitar esto podemos recurrir a lo que denominamos
sinonimia contextual que consiste en utilizar palabras o frases que en el sistema
lingüístico no tienen el mismo significado; pero en un determinado texto tienen identidad
referencial, es decir, remiten al mismo referente y ocasionalmente funcionan como si
fueran sinónimos. Leamos el siguiente texto:
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El sábado asistí a la conferencia que dictó Darío Márquez quien se
dedica a la cría de abejas. Todos los asistentes en su mayoría ingenieros
agrónomos, quedaron muy conformes por las destrezas pedagógicas que
manifestó el famoso apicultor para trasmitir sus recientes descubrimientos.
El conferencista no sólo evidenció conocimientos teóricos sino que también
demostró fundamentos empíricos.
En este texto, Darío Márquez, famoso apicultor y conferencista no son sinónimos,
pero, tienen el mismo referente porque se ha brindado la información que se fue
brindando en el texto para emplear posteriormente expresiones que remitan a Darío
Márquez y que no sean repeticiones.
ANTONIMIA: “este procedimiento consiste en vincular elementos textuales
a partir del uso de antónimos, palabras con sentido opuesto que se util izan para
contrastar ideas”. Por ejemplo atendamos a las palabras en negrita:
Un ambiente limpio es un ambiente sin contaminación. Los
espacios sucios o descuidados tienen que ser erradicados del barrio.
Hay que sancionara los propietarios de los baldíos contaminantes y
hay que premiar a los vecinos que combaten esos contaminantes.
HIPERONIMIA E HIPONIMIA: “la hiperonimia es la relación que se da entre
un término de significado genérico (hiperónimo) y un término de significado específico
(hipónimo)”.
El hiperónimo: “es siempre un vocablo más indeterminado que el hipónimo y tiene
más posibilidades referenciales”. Por ejemplo, el hiperónimo “ave” es menos explícito que
el hipónimo “cigüeña”.
Hiperónimos Hipónimos
“Árboles frutales” “Duraznero, higuera, naranjo, damasco, etc.”
“Pájaros” “Jilguero, colibrí, canario, ruiseñor, etc”
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La hiponimia es la relación inversa a la hiperonimia.
REPETICIÓN: consiste en reiterar la misma palabra dentro de un texto. Se
usa para dar fuerza elocutiva al enunciado. Es la recurrencia de un electo léxico del texto
en el mismo texto. Si bien es cierto que la repetición de un mismo término puede
considerarse defecto expresivo, hay determinados tipos de textos en que este recurso
resulta muy apropiado.
Tal es el caso de los textos literarios (en los que se procura un efecto estético) o de
textos científicos (por la dificultad para encontrar sinónimos y por la exigencia de
precisión). Por ejemplo:
La gran maravilla fue que ese libro, cuando se publicó en la Argentina se
conoció en toda América latina, encontró sus lectores en los jóvenes en
quienes yo no había pensado jamás escribir ese libro. Entonces, la gran
maravilla para un escritor es haber escrito un libro pensando que hacía
una cosa que correspondía a su edad, a su tiempo, a su clima y, de golpe,
descubrir que en realidad planteó problemas que son los problemas de la
generación siguiente.
CAMPO SEMÁNTICO: “Es la cohesión que se da entre términos que se
reconocen como pertenecientes al mismo campo semántico, ya que los vinculamos
conceptualmente de acuerdo con nuestro conocimiento del mundo y generalmente
aparecen relacionados entre sí”.
Esos elementos contribuyen a mantener y construir el tema del texto. Ejemplo:
En la intersección de las calles Gutiérrez y Cevallos, se produjo esta
mañana un choque entre una camioneta y un auto. Como resultado de
la colisión ambos conductores fueron trasladados en ambulancia al
Hospital de Urgencias donde recibieron los primeros auxilios.
Los médicos del nosocomio afirmaron que, si bien las heridas serán de
consideración, los dos hombres se encontraban fuera de peligro.
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En este texto, todas las palabras subrayadas se refieren al tema: accidente
automovilístico.
PALABRA GENERALIZADORA: “consiste en utilizar una palabra que
abarca otros términos o frases que han sido nombrados anteriormente en el texto”. Son
ejemplos de palabra general: causa, asunto, hecho, caso, procedimiento, procesos,
cosas, problema, objetos, ideas, pensamiento, juicio, conflicto, dificultad, etc. Ejemplo.
La municipalidad de Córdoba está analizando el elevado nivel de
contaminación del Río Suquia por los líquidos que arrojan algunas
industrias y la basura que tiran los mismos vecinos de la ciudad. Este
problema está a cargo del subsecretario de medio Ambiente.
NOMINALIZACIÓN: “este recurso consiste en transformar un verbo en un
sustantivo (nombre) utilizado con anterioridad en el texto, este recurso también es
necesario para evitar repeticiones innecesarias”. Por ejemplo
La familia partía al amanecer. La partida fue triste, ya que todos nos
quedamos mirando el coche
Procedimientos de cohesión gramatical
REFERENCIA: “Se consideran elementos referenciales aquellos que no
pueden ser interpretados por sí mismos sino que remiten a otro elemento del contexto o
del contexto situacional. Se aplica cuando en lugar de repetir un término o construcción
se lo reemplaza por otro que refiere a lo mismo y las formas usuales de regencia son los
pronombres, las formas pronominales y los adverbios”. Por ejemplo:
Los invitados llegaron tarde a la cena, sin embargo los recibieron con
cortesía.
Comprendieron que les debían una explicación por el retraso a sus
compañeros.
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El pronombre los remite a invitados y el pronombre les anticipa a compañeros.
Algunos pronombres como te y se me refieren al alocutario y alocutor
respectivamente, el adverbio mañana señala la localización temporal a partir del
momento de la enunciación y el adverbio aquí remite a un localización espacial de la
situación comunicativa.
Para establecer relaciones referenciales se utilizan generalmente pronombres
personales y relativos, pronombres demostrativos, indefinidos y adverbios.
Estos elementos no tienen significado léxico (son gramaticales), se caracterizan
porque cambian de referente según sea el elemento textual al que están sustituyendo.
Para que no haya riesgo de ambigüedad, debe construirse el texto de manera tal que
quede establecido cuál es el antecedente o consecuente al que hace referencia el
elemento.
ELIPSIS: “Consiste en omitir elementos lingüísticos (palabras, frases u
oraciones) para evitar repeticiones innecesarias. Esa información no explicitada se
recupera en el cotexto o contexto ya que es necesaria para la interpretación semántico-
pragmática. Hay que tener presente que esta omisión no debe producir ambigüedades ni
oscurecer el sentido del texto”.
La elipsis se utiliza para evitar la redundancia, ya que no se dice lo que se supone
que el oyente ya sabe porque ha sido expuesto anteriormente en el discurso”. Por
ejemplo:
El hombre corre rápidamente. El perro corre rápidamente también.
Lo que se encuentra subrayado es lo que se omite ya que no es necesario
repetir la palabra “corre” porque se sobreentiende cuál es la acción que realiza el perro.
La elipsis puede ser de cuatro modos:
1. Elipsis nominal: es la omisión del sujeto, en gramática diríamos que estamos en
presencia de un sujeto desinencial. Por ejemplo:
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El turista llegó a las cataratas después de una larga travesía. ( ) Allí
pudo disfrutar de una experiencia única.
2. Elipsis verbal: es la omisión del verbo en el predicado. Por ejemplo:
Adrián vivió siempre en la ciudad; sus hermana,( ) en el campo.
El aula está limpia y ordenada, pero la biblioteca, ( )tan desordenada
que no se encuentra el material requerido por el docente.
3. Elipsis de una oración: se omite toda una frase u oración. Por ejemplo:
- ¿Martín ha comprado la casa de montaña?
- ( )No.
4. Elipsis contextual: es necesario reconocer el contexto situacional para reponer el
vacío de información. Por ejemplo:
Si un cliente entra a una casa donde venden pollos a la parrilla para
retirar el que le había encargado un rato antes y dice “-( ) ¿Ya está
listo?”, descubrimos el sentido del enunciado a través del contexto
situacional.
CONECTORES: “Son elementos lingüísticos que enlazan las distintas partes
de un texto. No son anafóricos ni catafóricos porque no remiten a un elemento preciso
que esté antes o después en el texto, sino que especifican cómo lo que sigue está
sistemáticamente conectado con lo anterior”.
Los conectores se clasifican en:
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Aditivos: sirven para aumentar, adicionar o agregar ideas (y, e, también,
además, etc.).
Disyuntivos: plantean una opción o alternativa (o, u).
Consecutivos: indican el efecto o la consecuencia de una acción. Se
colocan delante del hecho que es consecuencia de otro y ese efecto se
ubica pospuesto al hecho que lo origina (por lo tanto, en consecuencia,
luego, entonces, consecuentemente, etc.).
Causales: expresan una relación de causalidad entre dos proposiciones.
Estos conectores preceden a la idea o al hecho señalado como causa que, a
su vez, puede estar antepuesto o pospuesto al efecto producido (porque,
por, a causa de, ya que, puesto que, por lo cual, etc.).
Finales: expresan la finalidad o el objetivo de una determinada acción (a
que, para que, con el fin de, con la finalidad de, etc.).
Temporales: establecen una relación de tiempo (mientras, antes, más tarde,
luego, después hoy, ayer, etc.) que puede ser de tres tipos
Espaciales: localizan acciones o estados en el espacio (allí, allá, ahí, en el
mismo lugar, en ese lugar, etc.).
Condicionales: expresan una condición para que se cumpla lo manifestado
en la proposición inicial (si, siempre que, con tal que, con la condición de
que, etc.)
Adversativos: plantean una oposición a lo ya dicho (pero, sin embargo, no
obstante, aunque, a pesar de que, etc.).
Ejemplos:
Aditivos:
Estudia inglés, también habla portugués.
Un niño de seis años cayó al agua y fue rescatado por un grupo de pescadores.
Disyuntivos:
Estudia con esfuerzo o tu padre te mandará a trabajar.
Vendrá temprano a casa o me iré al teatro.
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Consecutivos:
José estaba enfermo, por lo tanto faltó a la escuela.
Se capacitó suficientemente, en consecuencia ganó la beca.
Causales:
No asistió a clases puesto que no se sentía bien.
Estaba muy preocupado porque no podrá rendir el examen.
Finales: Regresó para que lo perdonara. Estudia con el fin de que pueda obtener su título.
Temporales:
Anterioridad: Llegaron temprano a la fiesta del colegio. Antes habían realizado trámites bancarios.
Simultaneidad: Los medios masivos de comunicación invaden las sociedades mientras la comunicación interpersonal se va limitando.
Posterioridad: Escribí la carta por la mañana, luego, al mediodía, la llevé al correo.
Espaciales:
En ese lugar encontraron lo que tanto buscaban.
Allí yacen los restos del insigne general.
Condicionales
Si me comprás las zapatillas, aprobaré el examen.
Si llegamos temprano podremos terminar el trabajo previsto.
Adversativos:
Lo haría de corazón más no tengo tiempo.
Tenía deseo de salir, pero la lluvia me lo impidió.
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REFERENCIA: son elementos lingüísticos que remiten a una información que se encuentra antes o después en el texto. Funcionan como instrucciones de búsqueda que nos indican a los lectores que debemos recurrir a una información que se halla en otra parte del texto. Funcionan como referentes los pronombres personales, posesivos, demostrativos, relativos, indefinidos, formas pronominales, adverbios, etc. ELIPSIS: consiste en la omisión de una palabra o una construcción que ya ha sido explicitada en el texto. El lector puede por ello, reponerla con facilidad, sin que se vea perturbada la comprensión del texto. CONECTORES: son palabras o construcciones que sirven para relacionar ideas y partes del texto (oraciones y proposiciones).
PARA SINTETIZAR
LÉXICA
GRAMATICAL
COHESIÓN
P
R
O
P
I
E
D
A
D
E
S
D
E
L
T
E
X
T
O
COHERENCIA
SINÓNIMIA: palabras o construcción que posee un significado equivalente a otra. ANTONIMIA: palabra o construcción que tiene un significado opuesto o contrario a otra. HIPERÓNIMO: término cuyo significado incluye el nombre de toda una serie de objetos o de personas. HIPÓNIMOS: términos incluidos en una serie de objetos. REPETICIÓN: palabras que se emplean para no perder de vista el tema o para reforzar una idea. CAMPO SEMÁNTICO: formado por una serie de palabras que se relacionan de laguna manera con una idea, acción, sentimiento, etc. NOMINALIZACIÓN: éste recurso consiste en transformar en sustantivo un verbo utilizado con anterioridad en el texto. PALABRA GENERALIZADORA: son términos cuya significados son amplios y abarcadores por ej. Hecho, asunto, gente, individuo, todo, cosas, etc.
SUPERESTRUCTURA: es un esquema abstracto que indica como se organiza la información según la clase de texto.
MACROESTRUCTURA: significado global del texto. Permite dar un sentido globalizador y unitario a lo leído.
PROGRESIÓN TEMÁTICA: desarrollo del tema del texto relacionando la información conocida con la información nueva.
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