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ROMANTICISMO Y REALISMO LITERATURA

Romanticismo y realismo

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ROMANTICISMOY

REALISMO

LITERATURA

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EL ROMANTICISMOEl romanticismo fue un movimiento

artístico y cultural de la primera mitad del siglo XIX, contrario a la cultura clásica del Neoclasicismo, que se caracterizo por la defensa de la libertad y la importancia del individualismo, oponiéndose a las normas de la cultura clásica. En España destacaron:

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EN POESÍALa poesía romántica comparte con otros géneros los temas

y ambientes que caracterizan a este movimiento: el amor, la soledad, los motivos sobrenaturales, la libertad, etc.

El Romanticismo cultiva tanto la poesía narrativa como la poesía lírica, aunque es en esta última en la que el sentimiento romántico encuentra su mejor medio de expresión.

En la poesía (lirica), Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas), José de Espronceda (La canción del pirata). José Zorrilla ( A buen juez, mejor testigo), Rosalía de Castro (Follas novas).

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EJEMPLO José de Espronceda: La canción del pirata

Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín. Bajel pirata que llaman, por su bravura, El Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul: Navega, velero mío sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Allá; muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo aquí; tengo por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes. Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor, que no sienta mi derecho y dé pechos mi valor. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. A la voz de “¡barco viene!” es de ver cómo vira y se previene a todo trapo a escapar; que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer. En las presas yo divido lo cogido por igual; sólo quiero por riqueza la belleza sin rival. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. ¡Sentenciado estoy a muerte! Yo me río no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna antena, quizá; en su propio navío Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di, cuando el yugo del esclavo, como un bravo, sacudí. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Son mi música mejor aquilones, el estrépito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones. Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.

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EL TEATROEl teatro romántico no se movió en una sola

dirección. Habiéndose propuesto retratar al hombre, al mundo y a la historia, tuvo que ensanchar continuamente sus horizontes. Sin embargo, las formas que por lo general tomó, las más adecuadas a sus características fueron la tragedia y el melodrama. Y se desarrolló un género fundamental para su expresión: la ópera.

En el teatro (dramático), Juan Eugenio Hartzenbusch (los amantes de Teruel), José Zorrilla (Don Juan Tenorio) son algunas de las obras y autores principales de la época en España

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EJEMPLO José Zorrilla (Don Juan Tenorio)

La obra narra las peripecias de don Juan Tenorio, un joven caballero entregado a una vida desenfrenada de apuestas, amoríos y duelos. El comienzo de la trama es de hecho una apuesta entre él y otro joven por ver quién en un año hace más maldad con más fortuna. Esto a su vez desencadena otra apuesto a ser posible más descabellada que consiste en que don Juan consiga seducir a una joven novicia, doña Inés, y a la prometida del otro joven. Don Juan con gran maestría va consiguiendo todo lo que se propone, pero cada vez su alma se va perdiendo más y más. Al final de la obra debe de enfrentarse literalmente a sus fantasmas y solo el amor que por él siente la joven Inés es capaz de salvarle de perecer eternamente en el infierno.

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LA NARRATIVAEn las novelas históricas del romanticismo la selección del

asunto estuvo por lo general guiada por la posibilidad de establecer paralelismos con problemas contemporáneos. La nutrida nómina de obras que tienen a las luchas de bandos medievales como telón de fondo, por ejemplo, se relacionan de forma evidente con las guerras carlistas, de la misma forma que la frecuente aparición de los problemas suscitados por la disolución de la Orden del Temple tienen que ver con los procesos de desamortización emprendidos por el estado liberal.

Siguiendo el modelo scottiano, las narraciones tendieron a estar protagonizadas por personajes imaginarios arropados por otros, secundarios, sacados de la documentación histórica. Sin embargo, no era infrecuente que se dieran flagrantes anacronismos en su comportamiento, especialmente cuando revelan su estado anímico.

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EJEMPLO

Con “La gaviota” se abre en España el camino hacia la novela realista del siglo XIX. Es al mismo tiempo una novela de costumbres, una novela regional y, en cierto sentido, de tesis.

A la manera de Balzac, por quien la autora siente gran admiración, trata de presentar de forma realista conductas humanas enmarcadas en un determinado contexto histórico y social. Su apoyo a determinadas opciones religiosas (catolicismo tradicional), morales (condena del amor-pasión y del adulterio), políticas (visión irrisoria de los políticos liberales) y de clase (sublimación de la conducta de los nobles) le valió la crítica negativa de ciertos intelectuales cuyos prejuicios ideológicos primaron sobre la calidad artística del texto.

http://www.youtube.com/watch?v=htMLijBG8nc

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EL REALISMOEste movimiento literario aparece en la segunda mitad del siglo

XIX, como consecuencia de las circunstancias sociales de la época: la consolidación de la burguesía como clase dominante, la industrialización, el crecimiento urbano y la aparición del proletariado.

Las características básicas del Realismo literario son:Eliminación de todo aspecto subjetivo, hechos fantásticos o

sentimientos que se alejen de lo real.Análisis riguroso de la realidad. El escritor nos ofrece un retrato

riguroso de lo que observa.Los problemas de la existencia humana, componen el tema

fundamental de la novela realista; ésa es la consecuencia del sumo interés por la descripción del carácter, temperamento y conducta de los personajes.

Surge un tipo de novela en la que se analizan minuciosamente las motivaciones de los personajes y las costumbres.

El novelista denuncia los defectos y males que afectan a la sociedad y ofrece al lector soluciones para detenerlos. Cada autor, según sus ideas, muestra lo que para él es un mal de la sociedad.

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EL REALISMO EN ESPAÑAEn España el Realismo calló con suma facilidad, ya que existía

un precedente en las novelas picarescas y en El Quijote. Alcanzó su máximo esplendor en la segunda mitad del siglo XIX (Juan Valera, Pereda y Galdós), aunque sin llegar al punto de rigurosidad de los cánones establecidos por la escuela de Balzac.

En Galdós, y posteriormente en Clarín, Pardo Bazán y Blasco Ibáñez, existen claras influencias naturalistas, pero sin los fundamentos científicos y experimentales que Zola quiso imprimir en sus obras. Únicamente comparten el espíritu de lucha contra la ideología conservadora y, en muchas ocasiones, su comportamiento subversivo.

La novela realista refleja generalmente ambientes regionales, como Pereda en Cantabria, Juan Valera en Andalucía, Clarín en Asturias, etc. Benito Pérez Galdós es una excepción, pues prefiere ambientarse en el espacio urbano madrileño.

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POESIA

Hacia la segunda mitad del siglo XIX la novela evolucionó rápidamente hacia el Realismo, pero esto no ocurrió con la lírica y en el teatro, cuya transformación fue menos violenta y aún continuaron impregnados de romanticismo hasta final de siglo.

Los escritores más representativos son Gaspar Núñez de Arce y Ramón de Campoamor

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HUMORADASBusqué la ciencia, y me enseño el vacío.

Logré el amor, y conquisté el hastío.¡Quién de su pecho desterrar pudiera,la duda, nuestra eterna compañera!.¿Qué es preciso tener en la existencia?Fuerza en el alma y paz en la conciencia.No tengáis duda alguna:felicidad suprema no hay ninguna.Aunque tú por modestia no lo creas,las flores en tu sien parecen feas.Te pintaré en un cantarla rueda de la existencia:Pecar, hacer penitenciay, luego, vuelta a empezar.En este mundo traidor,nada es verdad, ni mentira,Todo es según el colordel cristal con que se mira. 

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EL REALISMO MÁGICOEl realismo mágico, es una característica propia de la literatura

latinoamericana de la  segunda mitad de siglo XX  que funde la realidad narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, no tanto para reconciliarlos como para exagerar su aparente discordancia. El reto que esto supone para la noción común de la “realidad” lleva implícito un cuestionamiento de la “verdad” que a su vez puede socavar de manera deliberada el texto y las palabras, y en ocasiones, la autoridad de la propia novela.  

 Pero el realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta, a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y cultura de la superstición

Los principales autores del género son Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y, sobre todo, Gabriel García Márquez. Las novelas de este último, Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975) y Crónica de una muerte anunciada (1981)

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EL TEATRO

La segunda mitad del siglo XIX está dominada por dos tendencias literarias que tienen su reflejo también en la literatura dramática y en la forma de representación teatral: el Realismo y el Naturalismo.

El Realismo en teatro presenta un lenguaje cotidiano y familiar y sus personajes no sólo hablan en forma natural, sino que poseen una psicología de seres comunes; sus acciones se asemejan todo cuanto se pueda a las acciones de la gente real. Representadas sobre el escenario tienen que convencer al público de que la acción que desarrollan podría darse en la vida. Teatralmente, estas obras tienen dos importantes retos; una es alcanzar la elevación de espíritu y expresión, y otra conseguir el efecto dramático sin perder la sensación de naturalidad. Los vestuarios y escenografías, rigurosos y fieles a la realidad, y el escenario de “medio cajón” tenderían precisamente a proporcionar esta sensación ilusoria de estar contemplando algo que sucede realmente.

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NARRATIVA

Los largos y profundos procesos de cambio ocurridos en el siglo XIX no fueron ajenos a las artes y a la literatura. Los procesos de urbanización e industrialización, el cambio del paisaje urbano y rural, las nuevas formas de vida, los nuevos conflictos de clase, la secularización o las utopías sociales y políticas hubieron de atraer el interés de los artistas y de los escritores, que poco a poco se fueron alejando del idealista y evocador alejamiento de la realidad que había sido el romanticismo, y empezaron a interesarse por los asuntos cotidianos de sus contemporáneos, por sus miedos y esperanzas, por sus realidades.

En su afán por mostrar la realidad “tal como era”, los escritores realistas trataron de “desaparecer” de sus obras, hacerse invisibles, de forma que los hechos y los personajes fueran todo cuanto pudiera llamar la atención del lector. La literatura realista estuvo en efecto muy influenciada por el contemporáneo avance de la ciencia, y quiso representar con palabras lo que la fotografía había supuesto en el mundo de las imágenes: ser un testimonio fiel, objetivo, imparcial y veraz de su época.

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LA REJENTA La Regenta es, sin duda, la obra maestra de Clarín y una de las

novelas más importantes de la literatura española. En ella se retrata en toda su complejidad una ciudad de provincias, Vetusta (nombre tras el que e esconde Oviedo), en la que está representada la sociedad española de la Restauración. Clarín somete a una irónica crítica a todos los estamentos de la ciudad: la aristocracia decadente, el clero corrupto, las damas hipócritas, los partidos políticos. Todo ello conforma una atmósfera social asfixiante, opresiva, con la que choca la protagonista, Ana Ozores. Su temperamento sensible y soñador la lleva a refugiarse en el misticismo, pero su confesor, el canónigo Fermín de Pas, la decepciona cuando intenta aprovecharse de ella. Cae entonces en brazos de Álvaro Mesía, un mediocre don Juan, con el que vivirá una relación amorosa que no resultará ser más que un sucedáneo de sus ideales románticos. En el enfrentamiento entre Ana y Vetusta, la primera acabará siendo vencida, y, en consecuencia, marginada. La importancia de la presión ambiental, social, sobre la protagonista acerca la novela a las teorías del Naturalismo.

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Realizado por:

David matilla Guillén

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