El Derecho de Acceso a la Información

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  • EL DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACINCOMO DERECHO FUNDAMENTAL

    Miguel CARBONELL

    SUMARIO: I. Introduccin. II. Qu son los derechos fun-damentales? III. Para qu sirve constitucionalizar un de-recho? IV. Por qu constitucionalizar el derecho de acce-

    so a la informacin?

    I. INTRODUCCIN

    El objetivo del presente ensayo consiste en reflexionar sobre la pertinen-cia conceptual y analtica de constitucionalizar en Mxico, de forma loms amplia que sea posible, el derecho de acceso a la informacin. Paraalcanzar ese objetivo se proceder a describir el concepto de derechofundamental, para pasar despus a explicar lo que significa la constitu-cionalizacin de un determinado derecho. Posteriormente nos detendre-mos en el estado actual que, en la Constitucin mexicana, tiene el dere-cho a la informacin. La conclusin a la que intentar llegar es que, talcomo est hoy en da, la Constitucin no asegura, con la amplitud y cali-dad normativa que sera deseable, el derecho de acceso a la informacin.

    II. QU SON LOS DERECHOSFUNDAMENTALES?

    Para comprender la necesidad de llevar hasta el texto constitucionalmexicano una regulacin amplia y completa del derecho de acceso a lainformacin es conveniente exponer, aunque sea de forma breve, el sig-

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  • nificado y la funcin de los derechos fundamentales en el modelo del Es-tado democrtico del presente.1

    En trminos generales puede decirse que los derechos fundamentalesson considerados como tales en la medida en que constituyen instrumen-tos de proteccin de los intereses ms importantes de las personas, pues-to que preservan los bienes bsicos necesarios para poder desarrollarcualquier plan de vida de manera digna. Siguiendo a Ernesto Garzn Val-ds, podemos entender por bienes bsicos aquellos que son condicinnecesaria para la realizacin de cualquier plan de vida, es decir, para laactuacin del individuo como agente moral.2

    Lo anterior significa, por poner un ejemplo, que una persona puede nonecesitar que el derecho a fumar sea un derecho fundamental, ya que fu-mando o no fumando es posible que, en trminos generales, pueda desa-rrollar de forma autnoma su plan de vida, pudindolo trazar por s mis-mo y contando para tal efecto con un amplio abanico de posibilidades.Pero ese plan de vida y la capacidad de un individuo para llevarlo a laprctica se vern claramente afectados si el ordenamiento no contemplala libertad de trnsito o el derecho a la integridad fsica, ya que en ese ca-so la persona puede verse impedida de viajar adonde quiera o puede sertorturada o mutilada.

    Lo que hay que enfatizar es que cuando hablamos de derechos funda-mentales estamos hablando de la proteccin de los intereses ms vitalesde toda persona, con independencia de sus gustos personales, de sus pre-ferencias o de cualquier otra circunstancia que pueda caracterizar suexistencia. Por eso se puede decir que los derechos fundamentales debenser universales, porque protegen bienes con los que debe contar toda per-sona, con independencia del lugar en el que haya nacido, de su nivel deingresos o de sus caractersticas fsicas.

    Cmo definir a un derecho fundamental? No se trata, desde luego, deuna cuestin sencilla. Como lo seala Carlos Bernal:

    MIGUEL CARBONELL4

    1 Una explicacin ms detallada sobre el tema puede encontrarse en Carbonell, Mi-guel, Los derechos fundamentales en Mxico, Mxico, Porra-Comisin Nacional de losDerechos Humanos-UNAM, 2005.

    2 Garzn Valds, Ernesto, Derecho, tica y poltica, Madrid, Centro de EstudiosConstitucionales, 1993, p. 531; vanse, tambin, sobre el mismo tema, las reflexiones deNino, Carlos S., Autonoma y necesidades bsicas, Doxa, Alicante, nm. 7, 1990, pp.21 y ss.

  • El concepto de derecho fundamental es una de las nociones ms contro-vertidas en la doctrina constitucional europea de finales del segundo mile-nio y comienzos del tercero. Este concepto ha sido objeto de un sinnme-ro de definiciones, acuadas a partir de una gran variedad de perspectivas,cada una de las cuales acenta ciertos rasgos especficos o enfatiza deter-minados matices o singularidades de esta figura jurdica.3

    Todo derecho fundamental est recogido en una disposicin de dere-cho fundamental. Una disposicin de ese tipo es un enunciado previstoen la Constitucin o en los tratados internacionales que tipifican un de-recho fundamental.4 Las disposiciones de derecho fundamental estnprevistas en normas de derecho fundamental, que son significadosprescriptivos por medio de los cuales se seala que algo est ordenado,prohibido o permitido, o que atribuyen a un sujeto una competencia dederecho fundamental.5 Para decirlo en otras palabras, la disposicin esun texto normativo que todava no ha sido dotado de sentido, que todavano ha sido interpretado; mientras que la norma sera el resultado de la in-terpretacin del texto que nos permitira saber qu conductas estn orde-nadas, prohibidas o permitidas.

    En trminos generales, podemos decir que a partir de una norma dederecho fundamental se crea una relacin jurdica compuesta por treselementos: un sujeto activo, un sujeto pasivo y un objeto de la relacin.La calidad de los sujetos vendr dada, por un lado, por la titularidad dederechos que asigne una norma; as, por ejemplo, podr ser sujeto activodel derecho a la educacin toda persona, pero solamente lo ser del dere-cho al voto quien sea mayor de 18 aos y adems posea la ciudadana delEstado en el que reside habitualmente. Por otro lado, la calidad de sujetovendr determinada tambin por el tipo de enunciado que la norma dederecho fundamental contenga; as, por ejemplo, el derecho a la vida po-dr oponerse frente a todas las dems personas, con independencia deque sean particulares o autoridades, pero el derecho a un proceso judicialsin dilaciones solamente podr oponerse a una autoridad, en tanto quelos particulares no administran justicia.

    EL ACCESO A LA INFORMACIN COMO DERECHO FUNDAMENTAL 5

    3 Bernal, Carlos, El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales,Madrid, Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, 2003, p. 75.

    4 Alexy, Robert, Teora de los derechos fundamentales, trad. de Ernesto GarznValds, 3a. reimp., Madrid, 2002, p. 63.

    5 Bernal, Carlos, op. cit., nota 3, p. 77.

  • Tambin podr resultar variable el tipo de relacin jurdica de derechofundamental dependiendo del objeto que busque proteger un derecho fun-damental; as, por ejemplo, si el objeto es la libertad del sujeto activo, esprobable que la relacin jurdica implique para el sujeto pasivo un deberde abstencin, una conducta omisiva, que no lesione la libertad del suje-to activo. Puede resultar tambin que si el objeto del derecho es la igual-dad, se requiera del sujeto pasivo una conducta activa, por ejemplo paraprestar el servicio pblico de salud, para construir viviendas o para impe-dir que unos particulares discriminen a otros en el acceso al transportepor carretera.

    Tomando en cuenta lo anterior y considerando la pluralidad de con-ceptos y definiciones que existen de los derechos fundamentales, quizlo mejor sea ofrecer solamente una de ellas. Una de las mejores defini-ciones que se han realizado de los derechos fundamentales es la de LuigiFerrajoli; tiene la ventaja de que, al tratarse de un concepto construidodesde premisas de teora del derecho, puede ser aplicable a cualquier or-denamiento jurdico positivo, y adems resulta til para comenzar a plan-tear algunos de los problemas que, ya no en la teora sino en la prctica,tienen actualmente los derechos (por ejemplo en cuanto a su titularidad).

    Luigi Ferrajoli sostiene que los derechos fundamentales son todosaquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a todoslos seres humanos en cuanto dotados del status de personas, de ciudada-nos o de personas con capacidad de obrar.6 El propio autor aclara quepor derecho subjetivo debe entenderse cualquier expectativa positiva(de prestaciones) o negativa (de no sufrir lesiones) adscrita a un sujetopor una norma jurdica, mientras que por status debemos entender lacondicin de un sujeto, prevista asimismo por una norma jurdica positi-va, como presupuesto de su idoneidad para ser titular de situaciones jur-dicas y/o autor de los actos que son ejercicio de stas.

    A la luz de lo anterior podramos preguntarnos: es necesario que elderecho de acceso a la informacin sea un derecho fundamental? Si revi-samos su contenido posible podremos convenir en que el derecho de ac-ceso a la informacin tiene por objeto la proteccin de bienes bsicos.Dicha proteccin opera de dos distintas maneras: a) la primera es en re-

    MIGUEL CARBONELL6

    6 Ferrajoli, Luigi, Derechos y garantas. La ley del ms dbil, Madrid, Trotta, 1999,p. 37.

  • lacin con la posibilidad de darle contenido, calidad y sustancia a otrosderechos fundamentales, y b) la segunda reside en el valor autnomo quetiene la informacin como bien jurdico.

    Respecto del inciso a podra decirse que el derecho a la informacinse relaciona, por ejemplo, con la libertad de expresin, con los derechoselectorales y, ms en general, con la concepcin democrtica del Estadocontemporneo, que la Constitucin mexicana recoge explcitamente ensu artculo 40.

    La libertad de expresin, para no ser un ejercicio estril y completa-mente vaco, debe estar nutrido por informacin; en este sentido, el quelos ciudadanos puedan acceder a los documentos y archivos pblicos lespermite instrumentalmente un mejor ejercicio de su libertad de ex-presin.7

    Los derechos de sufragio, activo y pasivo, tambin requieren de unmnimo de informacin para poder ser ejercidos de forma correcta. As,por ejemplo, un candidato opositor, para estar en aptitud de presentar alos electores un programa de gobierno alternativo al del partido en el po-der, debe conocer el funcionamiento de los poderes pblicos y sus pro-blemas, lo que puede suceder solamente si se le permite a ese candidatoacceder a la informacin que obra en poder del Estado. En cuanto al sufra-gio activo, es obvio que para poder ejercer un voto razonado el ciudadanodebe contar con informacin sobre el desempeo de sus gobernantes, so-bre la eficiencia y diligencia con que desempean sus funciones, sobre elgrado de cumplimiento que han tenido respecto a los ofrecimientos quehicieron en campaa, etctera. Como lo seala Roberto Saba:

    Dar poder al pueblo para que decida cuestiones pblicas directa o indirec-tamente sin darle la posibilidad de conocer toda la informacin necesariapara decidir, conduce a un proceso de toma de decisiones imperfecto quepuede arrojar resultados fuertemente dainos para la comunidad... El dere-cho a la informacin es, en consecuencia, una precondicin del sistemademocrtico y del ejercicio de la participacin poltica de la ciudadana.8

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    7 Lpez-Aylln, Sergio, Democracia y acceso a la informacin, Mxico, TribunalElectoral del Poder Judicial de la Federacin, 2005, pp. 23-25.

    8 Saba, Roberto, El derecho de la persona a acceder a la informacin en poder delgobierno, Derecho Comparado de la Informacin, Mxico, nm. 3, enero-junio de 2004,p. 158. En el mismo sentido, Lpez-Aylln, Sergio, op. cit., nota anterior, p. 9.

  • Adems de lo anterior, una democracia requiere de un funcionamientotransparente y responsable por parte de los poderes pblicos; esto signi-fica que los ciudadanos deben tener la capacidad jurdica de conocer entodo momento la conducta de sus gobernantes. De otra manera, es impo-sible asignar responsabilidades a los malos funcionarios y recompensar alos buenos.9

    Al margen de su carcter instrumental respecto de otros derechos fun-damentales, la informacin tiene un valor propio. A partir de ese valorpropio se puede entender, por ejemplo, que forma parte del derecho a lainformacin el derecho a la verdad, que sin ser un derecho contempla-do como tal por los ordenamientos jurdicos, ha jugado un papel esencialen la investigacin de graves violaciones a los derechos humanos. LaCorte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que, con inde-pendencia de que algunas de esas violaciones pudieran o no ser castiga-das, los familiares de las vctimas tienen el derecho de saber cul fue eldestino de stas y, en su caso, dnde se encuentran sus restos.10

    El valor propio, autnomo, de la informacin se traduce en el derechoque tenemos para acceder a datos personales almacenados en bancos dedatos pblicos o, bajo ciertas circunstancias, tambin en bases de datosque hayan sido confeccionadas y estn en poder de particulares; es lo quese conoce como el derecho de habeas data, que nos permite consultar lasmencionadas bases de datos para el efecto de rectificar, suprimir, actuali-zar o pedir la confidencialidad de ciertos datos.11

    Finalmente, el valor autnomo de la informacin es lo que presta fun-damento para la libertad de investigacin, que sirve para el desarrollode actividades acadmicas y periodsticas y que genera obligaciones po-sitivas de colaboracin para el Estado, cuando el objeto de la investiga-cin sean conductas, datos o polticas pblicas.12

    Por lo que hace a la dimensin colectiva del derecho a la informacin,podemos decir que la informacin es un requisito para el control de los

    MIGUEL CARBONELL8

    9 Lpez-Aylln, Sergio, op. cit., nota 7, pp. 12 y 13.10 Abramovich, Vctor y Courtis, Christian, El acceso a la informacin como dere-

    cho, Anuario de Derecho a la Comunicacin, Buenos Aires, nm. 1, 2000, p. 231; delos mismos autores, Acceso a la informacin y derechos sociales, en Abramovich, Vc-tor et al. (comps.), Derechos sociales. Instrucciones de uso, Mxico, Fontamara, 2003.

    11 Abramovich, Vctor y Courtis, Christian, El acceso a la informacin como dere-cho, op. cit., nota anterior, p. 232.

    12 Ibidem, p. 233.

  • actos de los poderes pblicos. As, por ejemplo, a partir del derecho a lainformacin en pases como Argentina, cualquier persona puede teneracceso a las declaraciones patrimoniales que los altos funcionarios debenpresentar al tomar posesin de algn cargo pblico. Es tambin el dere-cho a la informacin en su dimensin colectiva lo que permite acceder ala informacin presupuestaria para conocer la forma y destino de los gas-tos pblicos.13

    Por otro lado, el derecho a la informacin tiene una gran importanciapara cualquier rgimen democrtico. Una de las notas caractersticas delos sistemas autoritarios o dictatoriales siempre ha sido el ejercer el po-der en secreto, de forma que el pueblo no slo no tuviera ninguna parti-cipacin en el gobierno sino que incluso, hasta donde fuera posible, notuviera ningn conocimiento de lo que hacan sus gobernantes. Por elcontrario, la democracia es por excelencia la forma de gobierno basadaen lo pblico, concepto que se desarrolla desde el momento de elegir alos gobernantes (por medio de sistemas electorales pblicos y no secre-tos, como es obvio) hasta las vas a travs de las que se pueden tomar lasdecisiones (la publicidad de los debates parlamentarios es una regla in-discutida de la democracia).

    Ha sido Norberto Bobbio quien nos ha recordado la conocida frase deElas Canetti sobre la relacin entre el poder (de cualquier signo) y el se-creto.14

    Escribe Canetti, en su obra Masa y poder, que

    El secreto ocupa la misma mdula del poder... El detentador del poder,que de l se vale, lo conoce bien y sabe apreciarlo muy bien segn su im-portancia en cada caso. Sabe qu acechar, cundo quiere alcanzar algo, ysabe a cul de sus ayudantes debe emplear para el acecho. Tiene muchossecretos, ya que es mucho lo que desea, y los combina en un sistema en elque se preservan recprocamente. A uno le confa tal cosa, a otro tal otra yse encarga de que nunca haya comunicacin entre ambos... Todo aquel quesabe algo es vigilado por otro, el cual, sin embargo, jams se entera dequ es en realidad lo que est vigilando en el otro... As, el soberano siem-pre est al corriente de la fiabilidad de los recipientes en que ha deposita-do sus secretos, de su seguridad, y est en condiciones de apreciar cul de

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    13 Ibidem, p. 234.14 Bobbio, Norberto, Teora general de la poltica, Madrid, Trotta, 2003, p. 431.

  • esos recipientes est tan lleno que podra desbordar. De todo el sistema desecretos slo l tiene la llave...15

    III. PARA QU SIRVE CONSTITUCIONALIZAR UN DERECHO?

    En el apartado anterior hemos revisado algunos elementos mnimospara comprender el concepto de derecho fundamental y los bienes queprotegen, as como para comprender el valor del derecho a la informa-cin de acuerdo al bien jurdico que protege. Es el momento de abundaralgo que estaba ms o menos implcito en los prrafos precedentes: lafuncin, el sentido o el objetivo que se busca alcanzar a travs de la re-gulacin constitucional de una cierta pretensin o de un inters. En otraspalabras, de lo que se trata ahora es de saber para qu queremos que laConstitucin establezca un determinado derecho.

    La mejor doctrina sobre el tema (Ronald Dworkin, Luigi Ferrajoli, Er-nesto Garzn, etctera) parece estar de acuerdo en que la constitucionali-zacin de un derecho supone, entre otras cuestiones, poner una determi-nada expectativa o un bien jurdico fuera del alcance del mercado y de lapoltica ordinaria. Supone, por tanto, dejar a salvo de las fuerzas del di-nero y de los intereses polticos determinado tipo de bienes (bienes bsi-cos, como ya fue explicado en el apartado anterior). La clave para lograrlo que se acaba de decir se encuentra en el carcter universal de los dere-chos fundamentales, tal como lo ha puesto en evidencia el concepto quepropone Luigi Ferrajoli.

    La caracterizacin de los derechos fundamentales como derechos uni-versales no solamente sirve para extenderlos sin distincin a todos los se-res humanos y a todos los rincones del planeta, sino que tambin es tilpara deducir su inalienabilidad y su no negociabilidad; en palabras delpropio Ferrajoli, si tales derechos son normativamente de todos (losmiembros de una determinada clase de sujetos), no son alienables o ne-gociables, sino que corresponden, por decirlo de algn modo, a prerroga-tivas no contingentes e inalterables de sus titulares y a otros tantos lmi-tes y vnculos insalvables para todos los poderes, tanto pblicos comoprivados.16 Que no sean alienables o negociables significa, en otras pa-

    MIGUEL CARBONELL10

    15 Canneti, E., Masa y poder, Barcelona, Muchnik Editores, 2000, pp. 304, 306, 307.16 Ferrajoli, Luigi, Derechos y garantas. La ley del ms dbil, cit., nota 6, p. 39. El

    propio Ferrajoli afirma que ...en caso de que se quiera tutelar un derecho como funda-

  • labras, que los derechos fundamentales no son disponibles. Su no disponi-bilidad es tanto activa (puesto que no son disponibles por el sujeto que essu titular) como pasiva (puesto que no son disponibles, expropiables opuestos a disposicin de otros sujetos, incluyendo sobre todo al Estado).17

    La no disponibilidad activa solamente supone que el sujeto mismo nopuede por su propia voluntad dejar de ser titular de los derechos, lo cualno implica que se le impida renunciar a ejercer uno o varios derechos delos que es titular o que no pueda renunciar a utilizar los medios de pro-teccin que el ordenamiento jurdico pone a su alcance para protegerloscuando hayan sido violados. Es decir, un sujeto puede perfectamente re-nunciar a ejercer su libertad de expresin y quedarse callado durante todasu vida, de la misma forma que puede renunciar a su derecho a la intimi-dad y aparecer en televisin contando toda clase de sucesos pertenecien-tes a su vida privada; esas renuncias no significan, sin embargo, que unapersona deje de ser titular del derecho, ya que esa capacidad de ser titularla asigna incondicionalmente el ordenamiento jurdico y no se puede re-nunciar a ella.

    Por otro lado, tampoco se resquebraja la no disponibilidad activa porel hecho de que una persona decida, frente a la violacin de uno de susderechos fundamentales, no ejercer ninguno de los medios de tutela queestablece el sistema jurdico para reparar esa violacin; la violacin pue-de permanecer, incluso con el concurso de la voluntad del afectado, sinque por ello sufra una merma la no disponibilidad activa del derechofundamental.

    En los tiempos actuales, las caractersticas mencionadas de no nego-ciabilidad y no alienabilidad son muy importantes, pues sirven, entreotras cosas, para poner a los derechos fuera del alcance de la lgicaneoabsolutista del mercado, que todo lo traduce en trminos de produc-tividad y ganancia; al no ser alienables ni disponibles los derechos se con-vierten en un verdadero coto vedado, para usar la expresin de Ernesto

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    mental, es preciso sustraerlo, de un lado, al intercambio mercantil, confirindolo igual-mente mediante su enunciacin en forma de una regla general y, de otro, a la arbitrarie-dad poltica del legislador ordinario mediante la estipulacin de tal regla en una normaconstitucional colocada por encima del mismo. Los fundamentos de los derechos fun-damentales en el libro colectivo del mismo nombre, Madrid, Trotta, 2001, p. 292.

    17 Vase Ferrajoli, Luigi, Derechos y garantas. La ley del ms dbil, cit., nota 6, p.47.

  • Garzn Valds.18 Lo anterior implica, por ejemplo, que no se puede ven-der la propia libertad de trnsito o las garantas que tiene todo individuoen el proceso penal.

    Los derechos fundamentales, tomando en cuenta tanto su universali-dad como su proteccin constitucional, se sitan fuera del mercado y delos alcances de la poltica ordinaria. Esto significa que no puede existiruna justificacin colectiva que derrote la exigencia que se puede derivarde un derecho fundamental. Para decirlo en palabras de Ronald Dworkin,

    ...los derechos individuales son triunfos polticos en manos de los indivi-duos. Los individuos tienen derechos cuando, por alguna razn, una metacolectiva no es justificacin suficiente para negarles lo que, en cuanto in-dividuos, desean tener o hacer, o cuando no justifica suficientemente quese les imponga una prdida o un perjuicio.19

    En el mismo sentido, Robert Alexy seala que el sentido de los dere-chos fundamentales consiste justamente en no dejar en manos de la ma-yora parlamentaria la decisin sobre determinadas posiciones del indivi-duo, es decir, en delimitar el campo de decisin de aqulla....20

    Esto significa que frente a un derecho fundamental no pueden oponer-se conceptos como el de bien comn, seguridad nacional, interspblico, moral ciudadana, etctera. Ninguno de esos conceptos tienela entidad suficiente para derrotar argumentativamente a un derecho fun-damental. En todas las situaciones en las que se pretenda enfrentar a underecho fundamental con alguno de ellos, el derecho tiene inexorable-mente que vencer, si en verdad se trata de un derecho fundamental.21

    Tampoco el consenso unnime de los integrantes de una comunidadpuede servir como instrumento de legitimacin para violar un derechofundamental, pues como seala Ferrajoli:

    MIGUEL CARBONELL12

    18 Garzn Valds, Ernesto, Representacin y democracia, Derecho, tica y polti-ca, cit., nota 2, pp. 644 y ss.

    19 Dworkin, Ronald, Los derechos en serio, Barcelona, Planeta-Agostini, 1993, p. 37.20 Alexy, Robert, op. cit., nota 4, p. 412.21 Esto no significa, desde luego, que los derechos fundamentales no puedan tener

    como lmite algunos de los conceptos apuntados, pero dichos lmites deben estar explci-ta o implcitamente previstos en el propio texto constitucional. Sobre el tema de los lmi-tes a los derechos vase Brage, Joaqun, Los lmites a los derechos fundamentales, Ma-drid, Dykinson, 2004.

  • Ni siquiera por unanimidad puede un pueblo decidir (o consentir que sedecida) que un hombre muera o sea privado sin culpa de su libertad, quepiense o escriba, o no piense o no escriba, de determinada manera, que nose rena o no se asocie con otros, que se case o no se case con cierta per-sona o permanezca indisolublemente ligado a ella, que tenga o no tengahijos, que haga o no haga tal trabajo u otras cosas por el estilo. La garantade estos derechos vitales es la condicin indispensable de la convivenciapacfica. Por ello, su lesin por parte del Estado justifica no simplementela crtica o el disenso, como para las cuestiones no vitales en las que vale laregla de la mayora, sino la resistencia a la opresin hasta la guerra civil.22

    La constitucionalizacin de los derechos es una etapa muy importanteen la historia de los mismos. El surgimiento de los derechos en la histo-ria, primero como derechos naturales, existentes solamente en los textosde algunos pensadores que se adelantaron a su tiempo y luego como de-rechos positivos establecidos en las grandes declaraciones, supone uncambio radical en la concepcin de la persona humana y del entendi-miento moral de la vida. Gran parte de ese cambio se debe, como lo ex-plica Bobbio, a una verdadera revolucin copernicana que consiste en lainversin del punto de vista que hasta entonces haba existido sobrela relacin entre la persona y el grupo social. Tradicionalmente esa rela-cin era observada desde el punto de vista de los deberes, pero no delos derechos. Lo que aporta la modernidad es justamente la inversinde ese punto de vista, de modo que a partir del siglo XVIII los derechospasan a primar sobre los deberes.

    Como lo explica Bobbio,

    Al comienzo, no importa si mtico, fantstico o real, de la historia de lamoral, existi siempre un cdigo de deberes (de obligaciones), no de de-rechos. Los cdigos morales o jurdicos de cualquier tiempo estn com-puestos esencialmente de normas imperativas, positivas o negativas, de r-denes o deberes. Comenzando por los Diez Mandamientos, que han sidodurante siglos el cdigo moral por excelencia de las naciones europeas,hasta el punto de haber sido interpretados como la ley natural, la ley con-forme a la naturaleza del hombre. Pero se podran aportar igualmenteotros innumerables ejemplos, desde el Cdigo de Hammurabi hasta lasLeyes de las Doce Tablas. Bien entendido que deber y derecho son trmi-nos correlativos, como padre e hijo, en el sentido de que no puede haber

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    22 Derecho y razn, 7a. ed., Madrid, Trotta, 2005, p. 859.

  • padre sin hijo y viceversa, tampoco puede haber un deber sin derecho; pe-ro como el padre viene antes que el hijo, tambin la obligacin vienesiempre antes que el derecho.23

    Con el paso del tiempo, se abandona esta concepcin y se comienza aver en los derechos del individuo un prius con respecto a los deberes. Elorigen del cambio de concepcin est, segn Bobbio, en la concepcincristiana de la vida,24 a partir de la cual se comienzan a formar las mo-dernas doctrinas del derecho natural. La doctrina del derecho natural, omejor dicho de los derechos naturales, incorpora una visin individualis-ta de la vida humana y cambia el centro de radicacin de la legitimidaden la relacin poltica, la cual comienza a ser contemplada ms ex partecivium que ex parte principis.25 Primero viene el individuo y luego elEstado: el valor principal de la sociedad son las personas y no el gobier-no. La relacin entre individuo y Estado se invierte, y como consecuen-cia de ello tambin cambia la primaca de los deberes sobre los derechos.

    Si primero viene la persona, entonces tambin vendrn primero sus de-rechos, que deben ser anteriores e incondicionales respecto a sus debe-res. Estos ltimos, ms bien, quedan en trminos generales asignados alEstado. En la inversin de la relacin entre individuo y Estado se in-vierte tambin la relacin tradicional entre derecho y deber. Respecto delos individuos, los derechos pasan a primar sobre los deberes; respectodel Estado pasan a primar los deberes sobre los derechos.26 No es difciladvertir en la lgica de esta ltima frase la fundamentacin terica de loque con el paso del tiempo conoceremos como el principio de libertad(para los individuos) y el principio de legalidad (para los poderes pbli-cos). Tampoco es muy difcil comprender la importancia que esto tienepara el derecho de acceso a la informacin, que es un instrumento paradarle poder a los particulares, ya sea frente al Estado o frente a otros par-ticulares.

    Bobbio explica que en el desarrollo histrico de los derechos puedenobservarse cuatro etapas: la constitucionalizacin, la progresiva exten-sin, la universalizacin y la especificacin.

    MIGUEL CARBONELL14

    23 Bobbio, Norberto, Teora general de la poltica, cit., nota 14, pp. 512 y 513. Cur-sivas en el original.

    24 Ibidem, p. 514.25 Ibidem, p. 515.26 Ibidem, p. 516.

  • La constitucionalizacin y la expansin de los derechos son categorasque van muy unidas y dependen del derecho positivo; finalmente, consti-tucionalizar un derecho es hacerlo pasar del reino del pensamiento al rei-no de lo que resultaba realizable en la experiencia cotidiana; extender elcatlogo de derechos es ir sumando prerrogativas a un listado inicial queestuvo durante dcadas (siglos, incluso) determinado por las creenciasdel momento, muchas de las cuales no eran precisamente democrticasdurante la ltima parte del siglo XVIII y todo el siglo XIX. La extensinde los derechos ha supuesto, segn Bobbio, un cambio en la forma deEstado. Del Estado liberal que solamente reconoce los derechos de liber-tad se pas al reconocimiento de los derechos polticos en el Estado de-mocrtico, mediante la concesin del sufragio masculino y femenino concarcter prcticamente universal; una tercera extensin, y la consiguientemutacin en la forma del Estado, se da por el reconocimiento de los de-rechos sociales, que convierten al Estado liberal y democrtico en Estadosocial de derecho.27

    IV. POR QU CONSTITUCIONALIZAR EL DERECHODE ACCESO A LA INFORMACIN?

    En los apartados anteriores hemos discutido cuestiones analticas quese refieren a la teora general de los derechos fundamentales o a su desa-rrollo histrico. La explicacin ofrecida, adems del inters terico quepudiera suscitar, en realidad busca ser simplemente una plataforma con-ceptual mnima para abordar el objeto central del presente ensayo: porqu se justifica una regulacin constitucional ms amplia del derecho deacceso a la informacin?

    Vale la pena apuntar, inicialmente, que el derecho de acceso a la in-formacin, como tal, no est claramente constitucionalizado en Mxico.Tenemos en la ltima frase del artculo 6o. constitucional la previsin deque el Estado debe garantizar el derecho a la informacin, pero nadams.

    La escueta mencin del artculo 6o. constitucional permite hablar deun derecho en buena medida indeterminado, aunque no indetermina-ble. Lo que sucede es que la brevedad del enunciado del artculo 6o. pue-

    EL ACCESO A LA INFORMACIN COMO DERECHO FUNDAMENTAL 15

    27 Ibidem, p. 518.

  • de dar lugar a muchas dudas e incertidumbres. Pongamos, por ejemplo,las siguientes cuestiones:

    Quines son los sujetos frente a los que el Estado debe garantizarel derecho a la informacin?, seran solamente las autoridades otambin los particulares?

    Cul es el objeto preciso de su regulacin: la informacin pblica(es decir, la que obra en poder del Estado) o tambin la que est enmanos de personas privadas?

    La informacin a la que se refiere el artculo 6o. es de cualquiertipo o el Estado solamente se vera comprometido a garantizar lainformacin que posea ciertas cualidades, por ejemplo la informa-cin que sea veraz, como sucede en algunas Constituciones deotros pases?28

    MIGUEL CARBONELL16

    28 La Constitucin espaola de 1978 exige la veracidad como componente de la li-bertad de informacin. El texto de su artculo 20 dispone que 1. Se reconocen y prote-gen los derechos: d) A comunicar y recibir libremente informacin veraz por cualquiermedio de difusin. Al interpretar la extensin de la veracidad exigida por este precepto,el Tribunal Constitucional espaol ha manifestado que ...al resguardo de la libertad deopinin cabe cualquiera, por equivocada o peligrosa que pueda parecer al lector, inclusolas que ataquen al propio sistema democrtico... La libertad de expresin comprende lade errar... la afirmacin de la verdad absoluta, conceptualmente distinta de la veracidadcomo exigencia de la informacin, es la tentacin permanente de quienes ansan la cen-sura previa... (sentencia 176/1995). En otra sentencia, el mismo rgano manifiesta que...la afirmaciones errneas son inevitables en un debate libre, de tal forma que de impo-nerse la verdad como condicin para el reconocimiento del derecho, la nica garanta dela seguridad jurdica sera el silencio (sentencia 6/1988). El Tribunal ha sealado ade-ms que se debe distinguir cuando los medios de comunicacin transmiten informacionesde cuando emiten juicios de valor o calificativos; si sucede lo primero, a los tribunalesles correspondera eventualmente juzgar si lo informado es o no veraz; si se trata de losegundo, entonces los jueces deben verificar si los juicios de valor contienen expresionesvejatorias. Desde luego, ambas situaciones se pueden verificar en un mismo ejercicio co-municativo, de forma que a la vez se est transmitiendo informacin y emitiendo juiciosde valor; en la prctica, de hecho, las dos formas de comunicar suelen confundirse. Eneste contexto, el Tribunal afirma que ...la veracidad exigida constitucionalmente a la in-formacin no impone en modo alguno que se deba excluir, no podra hacerlo sin vulnerarel derecho a la libertad de expresin..., la posibilidad de que se investigue el origen ocausa de los hechos, o que en ocasin de ello se formulen hiptesis al respecto, comotampoco la valoracin probabilstica de esas mismas hiptesis o conjeturas. En otras pa-labras, la narracin del hecho o la noticia comportan una participacin subjetiva de suautor, tanto en la manera de interpretar las fuentes que le sirven de base para la redaccinde la misma como para escoger el modo de transmitirla; de modo que la noticia constitu-

  • El artculo 6o. suministra una base constitucional suficiente pararegular a los medios de comunicacin?, el deber estatal de garan-ta abarca la proteccin del derecho a la intimidad, al honor y albuen nombre?

    Protege el artculo 6o. derechos reconocidos en otros ordena-mientos jurdicos como el llamado habeas data?

    Qu debemos entender por Estado en el contexto del artculo6o.?, comprende ese trmino solamente al gobierno federal o in-cluye tambin a los gobiernos locales?, tambin a travs de eseconcepto se obliga a los rganos constitucionales autnomos y, encaso afirmativo, de qu manera?

    Me parece que ninguna de estas preguntas puede ser contestada to-mando como referencia nicamente el texto de la ltima frase del artcu-lo 6o. constitucional. Esto nos puede llevar a graves incertidumbres, yaque permite o avala situaciones bien conocidas en la historia reciente deMxico: por ejemplo, permitira un desmantelamiento completo del n-cleo normativo del derecho a la informacin, o bien un ejercicio abusivodel mismo a travs de la inclusin indebida en su contenido de elementosno regulados constitucionalmente. La primera situacin no es de carcterterico, sino que es bien conocida en nuestro pas; fue lo que sucediluego de que en 1977 se agreg en el texto constitucional la ltima frasedel artculo 6o. A partir de entonces y hasta la expedicin de la Ley Fe-deral de Transparencia y Acceso a la Informacin Pblica Gubernamen-tal no hubo forma alguna de hacer valer en la prctica dicho derecho niexista una idea clara de lo que podra significar su constitucionalizacinpara los ciudadanos.29 Incluso la jurisprudencia de la Suprema Corte lle-g a profundos malentendidos acerca de su significado.30

    EL ACCESO A LA INFORMACIN COMO DERECHO FUNDAMENTAL 17

    ye generalmente el resultado de una reconstruccin o interpretacin de hechos reales,ejerciendo el informador su legtimo derecho a la crtica, debiendo distinguirse, pues, en-tre esa narracin, en la que debe exigirse la diligencia debida en la comprobacin de loshechos, y la crtica formulada expresa o implcitamente al hilo de esa narracin, dondehabr que examinar, en su momento, si es o no formalmente injurioso o innecesario paralo que se desea expresar... (sentencia 297/2000).

    29 Un texto pionero en la materia es el importante libro de Lpez-Aylln, Sergio, Elderecho a la informacin, Mxico, Miguel ngel Porra, 1984.

    30 Una revisin de los pronunciamientos ms importantes puede verse en Lpez-Aylln, Sergio, Democracia y acceso a la informacin, cit., nota 7, pp. 34 y ss.

  • Por otro lado, la parquedad de la regulacin constitucional vigentetampoco permite un juicio certero acerca de su desarrollo legislativo. Esdecir, con qu base podemos decidir si la regulacin sobre la materia,tanto federal como local, se ajusta a lo dispuesto a la Constitucin?, c-mo podramos construir un argumento tomado directamente del textoconstitucional para considerar que tales o cuales excepciones en el acce-so a la informacin vulneran lo dispuesto por la carta magna?

    De nuevo, este tipo de cuestiones no son puramente tericas, si aten-demos a la heterognea regulacin que se ha hecho, por ejemplo, en lasleyes estatales de acceso a la informacin, cuyo contenido demuestra conclaridad la falta de comprensin del derecho de acceso a la informacin,pero sobre todo la necesidad de contar con un adecuado marco referen-cial dentro de nuestra Constitucin que oriente normativamente al legis-lador y a los rganos judiciales.31

    En consecuencia, con lo anterior se puede afirmar que la idea de ex-pandir el contenido normativo del derecho a la informacin, o mejor an,la idea de constitucionalizar directamente y de forma amplia el derechode acceso a la informacin, no es una cuestin puramente terica, sinoque sera una excelente oportunidad para aclarar algunas de las dudas quese han planteado en los prrafos anteriores. Pero adems sera el momen-to oportuno para poner de manifiesto que el Estado mexicano (no un go-bierno, una administracin o un determinado grupo de funcionarios) tie-ne un firme compromiso de largo plazo y de amplio aliento en la materia.

    MIGUEL CARBONELL18

    31 En el libro de Villanueva, Ernesto, Derecho de acceso a la informacin pblica enLatinoamrica, Mxico, UNAM, 2003, pp. 243 y ss., puede verse la regulacin que hi-cieron algunas entidades federativas sobre el tema.

  • Por otro lado, la parquedad de la regulacin constitucional vigentetampoco permite un juicio certero acerca de su desarrollo legislativo. Esdecir, con qu base podemos decidir si la regulacin sobre la materia,tanto federal como local, se ajusta a lo dispuesto a la Constitucin?, c-mo podramos construir un argumento tomado directamente del textoconstitucional para considerar que tales o cuales excepciones en el acce-so a la informacin vulneran lo dispuesto por la carta magna?

    De nuevo, este tipo de cuestiones no son puramente tericas, si aten-demos a la heterognea regulacin que se ha hecho, por ejemplo, en lasleyes estatales de acceso a la informacin, cuyo contenido demuestra conclaridad la falta de comprensin del derecho de acceso a la informacin,pero sobre todo la necesidad de contar con un adecuado marco referen-cial dentro de nuestra Constitucin que oriente normativamente al legis-lador y a los rganos judiciales.31

    En consecuencia, con lo anterior se puede afirmar que la idea de ex-pandir el contenido normativo del derecho a la informacin, o mejor an,la idea de constitucionalizar directamente y de forma amplia el derechode acceso a la informacin, no es una cuestin puramente terica, sinoque sera una excelente oportunidad para aclarar algunas de las dudas quese han planteado en los prrafos anteriores. Pero adems sera el momen-to oportuno para poner de manifiesto que el Estado mexicano (no un go-bierno, una administracin o un determinado grupo de funcionarios) tie-ne un firme compromiso de largo plazo y de amplio aliento en la materia.

    MIGUEL CARBONELL18

    31 En el libro de Villanueva, Ernesto, Derecho de acceso a la informacin pblica enLatinoamrica, Mxico, UNAM, 2003, pp. 243 y ss., puede verse la regulacin que hi-cieron algunas entidades federativas sobre el tema.