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PONENCIA AL IV CONGRESO INTERNACIONAL PODER CONSTITUYENTE CADIZ 29 Y 30 MARZO PROCESO POLITICO ACOMPAÑANTE DEL PROCESO CONSTITUYENTE Nos gustaría decir que el comienzo del proceso constituyente ha sido idea y obra de la propia ciudadanía desposeída de sus derechos y de su soberanía. Que es esta misma ciudadanía la que ha iniciado el debate sobre este importante asunto de la vida política, pero la verdad es otra. El proceso de cambio de destitución real de la soberanía popular se ha iniciado desde los verdaderos organismos de poder, que hoy en día están situados en las grandes Citys financieras mundiales. Desde los confortables Foros Mundiales del poder económico y desde organismos antidemocráticos, o al menos NO democráticos, tales como el FMI, BM, BCE, OCM, etc. El reflejo más importante y extrapolable a nuestro país, ha sido la REFORMA EXPRESS del Art. 135 de nuestra Constitución, y en general las sucesivas reformas y tratados internacionales y especialmente en la UE, que han ido recortando la soberanía nacional y especialmente la soberanía ciudadana y sus derechos políticos y sociales, que con tanto esfuerzo hemos ido conquistando en los últimos 30 años de desarrollo económico, con el amparo de la Constitución del 78. Pero como todos los vestido por los que pasa el tiempo y sobre todo los acontecimientos importantes como los que estamos viviendo, terminan por reventar sus costuras, y la globalizan económica y financiera, ha hecho reventar las costuras de nuestra transición del 78. Una constitución que se ha revelado insuficiente para resistir el embate de las agresivas políticas neoliberales. Y que sobre todo no ha sido útil para que la ciudadanía pueda frenar y rectificar los abusos del poder económico y político. Sin contrapoderes ciudadanos de participación directa, referéndum vinculantes, y con muy pocos mecanismos de participación más allá de los partidos políticos tradicionales, con un sistema electoral muy encaminado hacia un bipartidismo imperfecto y con escasos por no decir nulos, mecanismos de control sobre las instituciones políticas y sus representantes. Lo que podríamos llamar “Una constitución para la democracia del pueblo, pero sin el pueblo” Tras las movilizaciones del 15M y los movimientos surgidos a su amparo, las calles y plazas, los ágoras y foros virtuales se han llenado de dudas y debates sobre las reglas de juego democrático, la democracia participativa, los mecanismos de control, las diversas formas de estado, etc. y al final el debate ha revelado lo obvio, esta constitución no nos vale, y el régimen del 78 está agotado, por lo que necesitamos nuevas reglas para un nuevo tiempo. Nada nuevo si tenemos en cuenta los procesos políticos en América latina, los países del Magret y alguno de nuestro ámbito como el peculiar realizado en Islandia tras la crisis bancaria del 2008. Es ahí, donde el debate constituyente toma fuerza, sale a la calle en forma de movimientos específicos como el de Asambleas Ciudadanas Constituyentes, fundado en 2012 en el Bicentenario de la Pepa el 17 Marzo en Cadiz. Y posteriormente se extiende a otras grandes movilizaciones sociales el 25S, y muy especialmente en la mayor movilización social de nuestro tiempo democrático que ha sido las Marchas de la Dignidad del 22 de Marzo, y cuyos contenidos esenciales son por una parte la denuncia y rechazo de las políticas antisociales de la TROIKA, y la necesidad de redundar la democracia mediante un Proceso Constituyente nacional y europeo. La pregunta que ronda en todos los foros, no se hace esperar y es ¿Cómo? Podemos iniciar un proceso de estas características por una vía, pacifica, democrática y participativa. Tras una mirada al derecho comparado internacional, es obvio que no hay reglas claras en este sentido, pero en el derecho comparado internacional se dan dos vías principales; -Bien el establecimientos de normas especificas en las propias constituciones, para la reforma o cambios sustanciales mediante iniciativas ciudadanas o consultas populares.

Proceso político acompañante del proceso Constituyente. Federico Noriega

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PONENCIA AL IV CONGRESO INTERNACIONAL PODER CONSTITUYENTECADIZ 29 Y 30 MARZO

PROCESO POLITICO ACOMPAÑANTE DEL PROCESO CONSTITUYENTE

Nos gustaría decir que el comienzo del proceso constituyente ha sido idea y obra de la propia ciudadanía desposeída de sus derechos y de su soberanía. Que es esta misma ciudadanía la que ha iniciado el debate sobre este importante asunto de la vida política, pero la verdad es otra. El proceso de cambio de destitución real de la soberanía popular se ha iniciado desde los verdaderos organismos de poder, que hoy en día están situados en las grandes Citys financieras mundiales. Desde los confortables Foros Mundiales del poder económico y desde organismos antidemocráticos, o al menos NO democráticos, tales como el FMI, BM, BCE, OCM, etc. El reflejo más importante y extrapolable a nuestro país, ha sido la REFORMA EXPRESS del Art. 135 de nuestra Constitución, y en general las sucesivas reformas y tratados internacionales y especialmente en la UE, que han ido recortando la soberanía nacional y especialmente la soberanía ciudadana y sus derechos políticos y sociales, que con tanto esfuerzo hemos ido conquistando en los últimos 30 años de desarrollo económico, con el amparo de la Constitución del 78.Pero como todos los vestido por los que pasa el tiempo y sobre todo los acontecimientos importantes como los que estamos viviendo, terminan por reventar sus costuras, y la globalizan económica y financiera, ha hecho reventar las costuras de nuestra transición del 78. Una constitución que se ha revelado insuficiente para resistir el embate de las agresivas políticas neoliberales. Y que sobre todo no ha sido útil para que la ciudadanía pueda frenar y rectificar los abusos del poder económico y político. Sin contrapoderes ciudadanos de participación directa, referéndum vinculantes, y con muy pocos mecanismos de participación más allá de los partidos políticos tradicionales, con un sistema electoral muy encaminado hacia un bipartidismo imperfecto y con escasos por no decir nulos, mecanismos de control sobre las instituciones políticas y sus representantes. Lo que podríamos llamar “Una constitución para la democracia del pueblo, pero sin el pueblo” Tras las movilizaciones del 15M y los movimientos surgidos a su amparo, las calles y plazas, los ágoras y foros virtuales se han llenado de dudas y debates sobre las reglas de juego democrático, la democracia participativa, los mecanismos de control, las diversas formas de estado, etc. y al final el debate ha revelado lo obvio, esta constitución no nos vale, y el régimen del 78 está agotado, por lo que necesitamos nuevas reglas para un nuevo tiempo. Nada nuevo si tenemos en cuenta los procesos políticos en América latina, los países del Magret y alguno de nuestro ámbito como el peculiar realizado en Islandia tras la crisis bancaria del 2008. Es ahí, donde el debate constituyente toma fuerza, sale a la calle en forma de movimientos específicos como el de Asambleas Ciudadanas Constituyentes, fundado en 2012 en el Bicentenario de la Pepa el 17 Marzo en Cadiz. Y posteriormente se extiende a otras grandes movilizaciones sociales el 25S, y muy especialmente en la mayor movilización social de nuestro tiempo democrático que ha sido las Marchas de la Dignidad del 22 de Marzo, y cuyos contenidos esenciales son por una parte la denuncia y rechazo de las políticas antisociales de la TROIKA, y la necesidad de redundar la democracia mediante un Proceso Constituyente nacional y europeo. La pregunta que ronda en todos los foros, no se hace esperar y es ¿Cómo? Podemos iniciar un proceso de estas características por una vía, pacifica, democrática y participativa.Tras una mirada al derecho comparado internacional, es obvio que no hay reglas claras en este sentido, pero en el derecho comparado internacional se dan dos vías principales; -Bien el establecimientos de normas especificas en las propias constituciones, para la reforma o cambios sustanciales mediante iniciativas ciudadanas o consultas populares.

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-Bien mediante procesos de empoderamiento popular y político, que mediante el agrupamiento de grandes sectores sociales, y alianzas con partidos y coaliciones electorales, irrumpen en el panorama político con una finalidad esencial en el cambio o proceso constituyente como base de su alianza.Dado que nuestra constitución del 78 como hemos dicho antes, carece de todo tipo de mecanismos de participación popular directa, y las escasas fórmulas, están totalmente controladas por los mismos poderes políticos que han propiciado en el colapso de las instituciones, su crisis y el adelgazamiento de la soberanía nacional y popular, difícilmente podemos contar con esa vía, que sin embargo otros países con tradiciones democráticas más amplias que el nuestro, si cuentan para ello, caso de Italia, Islandia, incluso Francia, etc. Luego, es absolutamente imprescindible propiciar un proceso político, que aprovechando las consultas electorales, y muy especialmente las generales, puedan dejar clara su voluntad de abrir un proceso constituyente, consultar directamente al pueblo, y en su caso convocar una ASAMBLEA CONSTITUYENTE.Esto no es nada fácil, porque no sólo tiene que existir el SUJETO POLÍTICO, que podemos entender en estos momentos tiene amplio respaldo popular, sino los mecanismos políticos necesarios. Y el único camino es constituir unas Candidaturas Unitarias y Ciudadanas a partir, bien de alianzas de los partidos existentes que respalden está salida constituyente, y/o sobre todo mediante el agrupamiento de los movimientos sociales creados a partir de las protestas del 15M o que apoyan sus reivindicaciones, y de parte de la nueva ciudadanía indignada y politizada a partir de la crisis y sus graves consecuencias.Toda esta amalgama de viejos y nuevos actores, pueden y deben ser el motor del cambio político y constituyente en los próximo años, cosa nada fácil en un país con grandes dosis de individualismo y personalismo en sus oligarquías políticas y casi podíamos decir, en su cultura política y social.No obstante en estos últimos meses, se ha abierto en muchos movimientos sociales y ciudadanos el debateelectoral. Tras varios años de movilizaciones generalizadas y luchas parciales, más o menos exitosas,según sectores y momentos puntuales, ahora comenzamos a preguntarnos; ¿es posible una derrota totaldel gobierno, o mejor dicho, es posible una victoria de las demandad sociales, ciudadanas y de lostrabajadores, en este contexto de crisis global y con un gobierno muy respaldado por los organismosanti democrático tipo FMI, BCE, etc. y los mismos poderes fácticos principalmente financieros que hanprovocado la crisis, SÓLO CON LAS MOVILIZACIONES EN LA CALLE?Esa pregunta que salpica todas las reuniones y asambleas, desde el 15M, PAH, mareas, etc. tienen unarespuesta contundente, NO. No es posible derrotar a las políticas neoliberales y antidemocráticas sólocon las movilizaciones, y menos aún si están atomizadas y sectorializadas. Este debate hace tan sólodos años, creaba un terremoto en cualquier foro asambleario o virtual, te convertía en un electoralista oun derrotista sin paliativos.Hoy casi nadie duda de la necesidad de unir las luchas sociales y laborales, a una verdadera rupturademocrática, a un cambio profundo de las reglas de juego mediante la apertura de un ProcesoConstituyente, y todo ese movimiento de regeneración política y social, debe ir apoyado por unamayoría social en las urnas, un gobierno de transición democrática y una asamblea constituyente.Esa mayoría social de cambio, que todas las encuestas están mostrando de una manera firme, a pesarde cierto relajamiento en las movilizaciones multitudinarias, mención aparte de la multitudinaria Manifestación del 22M y sus Marchas por la Dignidad, pero no así en las luchas sociales pegadasal terreno que se disparan según los datos oficiales. Esta situación necesita de un agrupamiento defuerzas suficiente para no fragmentar el voto, y a la vez convencer a esa mayoría social, que sonnuevas herramientas las que se utilizan en la política institucional y no las viejas formulas del anteriorrégimen del 78, al que sin duda tenemos que derrotar.Este análisis de partida, inutiliza las herramientas de los partidos tradicionales y sus formulas decoaliciones al uso. Ni siquiera IU se salva de esta indignación que la gente muestra a la hora de hablarde “los partidos y los políticos del régimen”.El debate en los últimos meses entre muchos movimientos ciudadanos, en asambleas del 15M, mareas,e incluso nuevos grupos políticos formados al calor de la misma indignación ciudadana, ha sido por

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una parte reorganizar grupos con fuerte componente de debate político de coyuntura, y por otro lado,la creación de un fuerte criterio de unidad necesaria para agrupar a esa mayoría social necesaria paraun cambio tan profundo, al margen de matices muy ideologizante.También los partidos o grupos políticos ya existentes antes de las crisis del 2008, y de la aparición del15M han reproducido en su interior un profunde debate sobre la necesidad de aparcar los asuntos másidentitario de cada cual, para poner en común programas de urgencia real. Por supuesto, no todos lospartidos políticos han sabido ver la necesidad histórica de la unidad de fuerzas político-sociales, y hanseguido optando hasta el momento al menos, por su discurso de siempre. “Nosotros podemosrepresentar las demandas sociales, y basta con incorporar en nuestro programa y en nuestras listaselectorales, las demandas del momento”Tras varias intentonas, como suele ser normal en todos los proceso históricos, ADA, SUMA, enRED,Asamblea14D, y ahora PODEMOS, sin duda va surgir el agrupamiento que la gente demanda, y que elmomento requiere. Las elecciones Europeas cumplen a la perfección con el papel de experimentoideal, por una parte es lista única y por tanto la nefasta ley electoral tiene escasa incidencia en losresultados, permite un discurso muy abierto, ya que la mayoría de la gente desconoce en gran medidacuales son las funciones del Parlamento Europeo, y por último se pueden convertir en una experienciapara el trabajo unitario de muchos grupos diversos,en pueblos. barrios y grupos sectoriales, y en el peor de los casos, si el experimento sale mal parado, se puede recuperar detectando los problemas in situ, porque estaríamos hablando de formulas de reagrupamiento ciudadano, del tipo de Agrupaciones de Electores o coaliciones diversas, que funcionan para una sola cita electoral, y todos podemos convenir que los grandes y profundos cambios que necesitamos tienen su principal meta en las gubernamentales, sin despreciar por supuesto las municipales que pueden situar el debate ciudadano de lo concreto, encima de la mesa y de las urnas, por primera vez en mucho tiempo.Mientras IU se debate entre jugar su última carta en la dilatación del debate unitario, principalmente enla iniciativa SUMA, que ya casi ha reventado definitivamente, o la apuesta por un trabajo unitario deverdad, cediendo la soberanía y el protagonismo que la gente le demanda en estos momentos. Por desgracia ya optado por su repetida fórmula “que venga el que quiera y ya le daremos un huequito a nuestro lado” No es el camino para la regeneración política que necesitamos todos y todas, eso sí, limpios de prepotencia ysoberbia, y con un compromiso de trabajo en igualdad, transparencia y participación.No cabe duda, que una candidatura o varias de carácter unitario y ciudadanista va a irrumpir en las europeas, la clave está en varios factores.Por un lado si será la única en acudir a la cita, ya que hay varias iniciativas e incluso partidos, del tipode Partido X, que se reclaman con este nuevo carácter de renovación y cambio de reglas. Esto seríabastante triste, porque el efecto de unidad e ilusión se vería tocado por la necesidad de elegir de entrevarios proyectos aparentemente iguales.De otro lado, el discurso izquierda-derecha, o todo lo contrario, puede también envenenar unpanorama político que por un lado es muy apolítico en apariencia, por la falta de debate profundo y dedesconocimiento político de la mayoría social, y por la irrupción de nuevos discursos queponen menos el acento en lo identitario y más en lo concreto, con un mensaje directo y sencillo deltipo “los de abajo y los de arriba” el 1% contra los del 99%, etc. pero que por otro lado está cada díamás radicalizado entre la masa social, el caso de Gamonal es significativo, la huelga de basura deMadrid, etc., La gente está muy enfada, indignada y dispuesta a realizar acciones hasta hace pocotiempo impensables, pero siempre con un discurso de lo concreto y mucho menos en lo identitario.Si somos inteligentes, flexibles y humildes todos los colectivos que partimos con esa idea de gran mayoría social, podría ser el espaldarazo definitivo al movimiento político unitario y social más importante en este país, y creo que en Europa desde que comenzó la crisis. Pero si cada plataforma se pierde en debate de identidad y pureza, en soberbias y protagonismos inadmisibles, en puntos y comas, sin darse cuenta que elprograma de mínimos ya está elaborado por la calle. Y si no reparamos que la transparencia en laelección de candidaturas y la amplia participación en estas, tanto como en el trabajo común deprogramas son la fórmula mágica, habremos perdido una oportunidad histórica que nos costará meses

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o años en poder recuperar.Quede Claro que la apertura de un Proceso Constituyente, como demuestra la experiencia en otros países, sobre todo del cono sur latinoamericano, no el BALSAMO DE FIERABRAS que todo lo cura, pero es una nueva base, una nueva meta y plataforma, desde la que poder acometer reformas importantes en el sistema político, social, medioambiental y sobre todo económico del que estamos tan necesitados. Un método nuevo para que la participación política y ciudadana empuje los cambios necesarios, a pesar y contra el criterio de la fuerza de los llamados Mercados, que no son más que unos poderes antidemocráticos enquistados en nuestros sistemas políticos, que impiden progresos sociales, humanísticos y de justicia social, en el altar del beneficio inmediato.Comprar a una casta política reducida y sin ideas ni valores, se ha demostrado relativamente fácil por parte de estos poderes financieros y económicos, pero comprar a todo un pueblo resulta bastante mas difícil.Por último, dejo como reflexión que sin proceso político unitario, sin movilización social permanente y mayoritaria que empuje ese proceso político, no puede darse la apertura del proceso constituyente general. Y sin proceso constituyente general y amplio, es muy difícil realizar los cambios necesarios para controlar al capitalismo, proponer otras vías diferentes para las futuras generaciones, y elevar a la actual ciudadanía de “sujeto votante pasivo” a la categoría de SUJETO POLITICO ACTIVO y motor de cambio.

Sevilla, 27 Marzo 2014Federico Noriega GonzálezMiembro de ASAMBLEAS CIUDADANAS DE SEVILLA ACS, y CONSTITUYENTES DESEVILLA