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DECLARACIÓN DE CÓRDOBA
Los profesionales participantes en
las XX Jornadas de Atención
Integral Infanto-Juvenil en el
SSPA, como reflejo y
posicionamiento ante los temas en
ella tratados:
MANIFIESTAN:
PRIMERO:
Que creemos y confiamos en el
potencial que poseemos como
agentes de transformación social
para que lograr cambios efectivos
que aporten respuestas válidas, a las
necesidades de salud de la
población infanto-juvenil del SSPA,
y estamos comprometidos con
cuantas acciones se establezcan para
lograr este fín.
SEGUNDO:
Que reconocemos que los desafíos
actuales a los que nos enfrentamos,
imponen la necesidad de priorizar el
principio del derecho a la salud,
como derecho humano indisociable
y universal, y que es deber
inexcusable del Estado, el que se
facilite y garantice este derecho de
forma gratuita y universal.
TERCERO: Que consideramos la población infanto-juvenil como
titulares y sujetos de Derechos en sí misma, los cuales deben ser
respetados y atendidos en todas sus dimensiones y consideraciones,
de una forma integral y plena en todos los ámbitos sociales y, con
especial atención en las vertientes educativas y sanitarias, de las
cuales se derivan:
• El Derecho al más alto nivel posible de Salud y a una atención Sanitaria
gratuita, de alta calidad y eficiencia.
• El Derecho a una Educación gratuita y de calidad.
• El Derecho a estar protegido, frente a cualquier tipo de violencia
(familiar, social, cultural, o ideológica)
• El Derecho al Ocio y el Tiempo Libre, como factores clave para la
integración social
• El Derecho a un nivel de vida respetuoso con la dignidad de la persona
humana
• El Derecho al respeto de su cultura de procedencia.
• El Derecho a que sean respetado sus Derechos, expresados en todos los
Tratados Nacionales e Internacionales.
CUARTO:
Que consideramos, como actores
sociales de especial vulnerabilidad,
a la población infanto-juvenil, la
cual precisa una especial protección,
especialmente, en situaciones de
pobreza y vulnerabilidad social
como en la que asistimos en muchas
ambitos de nuestra propia sociedad.
QUINTO:
Que consideramos de especial gravedad
estas situaciones de pobreza y
vulnerabilidad social, de la población
infanto-juvenil, dado que es el sector de
población que es preciso proteger con
especial cuidado porque en ellos radican
“lo que seremos”, como país, en un
futuro no muy lejano.
SEXTO:
Qué apoyamos y nos comprometemos en la
lucha contra la situaciones de
vulnerabilidad de la población infanto-
juvenil, desde la perspectiva de los
Derechos Humanos , y en la
corresponsabilidad de todas las
instituciones públicas y privadas que deben
establecer sinergias para afrontarlas
SEPTIMO:
Que asumimos las recomendaciones
de la Comisión Europea, de 20 de
febrero de 2013, que fija un marco
común europeo para luchar contra la
pobreza infantil, en las que se
establece la necesidad de: “Invertir en
la infancia: (para) romper el ciclo de
las desventajas” .
OCTAVO:
Que consideramos la necesidad de
establecer y conformar equipos
multidisciplinares para la colaboración
entre los servicios sanitarios y los
servicios sociales, que tengan como
orientación, el análisis y actuaciones
frente a las desigualdades sociales y su
impacto en la salud, en las poblaciones
más vulnerables y, especialmente, de la
población infanto-juvenil.
NOVENO:
Que reconocemos y valoramos la
importancia de la participación infanto-
juvenil en todas aquellas acciones y
actuaciones que afecten a su salud, con
metodologías participativas, en las que
se creen espacios de diálogo y encuentro,
mediante la vertebración de canales de
comunicación adecuados a sus
mentalidades, circunstancias y
posibilidades (aulas, ámbitos
hospitalarios, sociales, culturales, etc.).
DÉCIMO:
Que somos especialmente sensibles a la
necesidad de impulsar la aplicación de
cuantas acciones y actuaciones
conlleven una lucha activa para
mejorar la atención e intervención en
los casos de maltrato infantil,
incluyendo a los hijos e hijas de las
mujeres víctimas de violencia de
género.
UNDECIMO:
Que consideramos la necesidad de
atender, mejorar y ampliar los
servicios y programas orientados a la
salud mental infanto-juvenil y de
orientación psicológica para los niños
y adolescentes, con especial atención
a aquellos casos procedentes de
situaciones de especial vulnerabilidad.
DECIMO SEGUNDO:
Que consideramos la necesidad e
importancia de fomentar la participación
de las familias inmigrantes y de todas las
concepciones culturales y/o religiosas,
en los procesos y actuaciones sanitarias
y en las desarrolladas por la comunidad
educativa.
DECIMOTERCERO:
Que resaltamos el valor del profesorado en
su papel relevante relacionado con la salud
infanto-juvenil, tanto en los centros
educativos, como en los centros sanitarios
y, por tal, resaltar la importancia de su
Formación y atención específica, para que
puedan aportar sus máximas potencialiades
en estos ámbitos.
DECIMOCUARTO:
Que valoramos y apoyamos los logros
alcanzados en la atención integral
infanto-juvenil en el SSPA y
consideramos la absoluta necesidad de
mantener y potenciar los cauces
participativos e interprofesionales
destinados a este fin, con especial
referencias al Programa de Atención
Integral Infanto-Juvenil en el SSPA.
DECIMOQUINTO:
Que apoyamos y consideramos la
importancia de la coordinación entre los
sectores de la Sanidad y el de los
Servicios Sociales, en la atención integral
infanto-juvenil, para una lucha eficiente
frente a las situaciones de vulnerabilidad
que se evidencia en estas poblaciones,
reconiciendo el hecho de que,en
Andalucía, este logro se haya vertebrado
en la únión efectiva de estas áreas en una
Consejería.
DECIMOSEXTO:
Que apoyamos el que se establezca la
gratuidad de los medicamentos a las
personas perceptoras de alguna renta de
integración social, a las perceptoras de
pensiones no contributivas, a las personas
paradas que hayan perdido el derecho a
percibir el subsidio de desempleo, y a
cuantos colectivos de especial
vulnerabilidad puedan precisar
tratamientos que por su costo económico
no puedan mantener.
DECIMOSEPTIMO:
Que consideramos que se deben mejorar los
criterios de gestión y los recursos económicos
que sustenta la atención integral infanto-
juvenil, donde la eficiencia y la honestidad
distributiva debe presidir todas las
actuaciones que se desarrollen, con especial
referencia a los responsables de la gestión de
los centros sanitarios, a los cuales, además, se
les demanda una vehiculación determinante,
con las necesidades y demandas de los
profesionales y no solamente con las
organizacionales.
DECIMO OCTAVO:
Que apoyamos garantizar el derecho fundamental
del niño a la vida y al desarrollo pleno de todas sus
potencialidades, asegurando que se satisfagan sus
necesidades básicas en los distintos contextos en
los que transcurre su vida. Ello implica el acceso a
la alimentación, al agua potable y al saneamiento, a
la salud, la vivienda, la educación, la cultura, las
relaciones familiares, las relaciones entre iguales,
el afecto, el juego y el ocio activos. Todo ello desde
la consideración del niño como un sujeto activo e
interactivo, al que el entorno debe proporcionar
todos los recursos y apoyos necesarios para su
desarrollo, sin que existan impedimentos o barreras
de ningún tipo.
DECIMONOVENO:
Que valoramos la necesidad de mejorara la calidad
de la atención en la hospitalización en las
unidades pediátricas hospitalarias basada en la
evidencia científica, en los mejores
conocimientos disponibles y en las buenas
prácticas existentes extendida hasta los 18 años
de edad, de tal manera que los menores reciben
la atención adecuada a su edad y necesidades, y
pueda estar acompañada por la madre, padre o
familiar, participando activamente en sus
cuidados, y colaborando con los profesionales en
la realización de pruebas diagnósticas o
intervenciones terapéuticas en cualquier
modalidad asistencial, siempre que su estado no
lo contraindique
VIGÉSIMO:
Que reafirmamos nuestra consideración de que
los centros sanitarios del Sistema Nacional de
Salud y, dentro de él, del Sistema Sanitario
Público de Andalucía, deben garantizar el
cumplimiento de los derechos de la infancia de
acuerdo con la Carta Europea de los Derechos
del Niño Hospitalizado (adoptada en 1986 por
unanimidad del Parlamento Europeo, Consejo
de 26 Europa, UNICEF y OMS) y la
Convención de los Derechos del Niño de
Naciones Unidas (en vigor desde 1990) y del
Decreto 246/2005.
Que jamás vea
yo en el
paciente otra
cosa que un
compañero en
el dolor.
De la “Oración” de Moshé
ben Maimón (Maimónides)