14
La Mariposa y el Viento

Gaby y luz 1

Embed Size (px)

Citation preview

La Mariposa y el Viento

Esta es la historia de una hermosa niña llamada

Rebecca y de una voluntaria, quien podría

ser una enfermera o cualquier persona con

sensibilidad en su alma y empatía en su corazón.

Su nombre: Luz

Rebecca se encuentra en la ciudad de México le permiten ir a visitar a su mamá y a sus

hermanos, los cuales viven en una provincia de México.

Al despedirse, este es el diálogo entre ellas:

-¿Te volveré a ver Luz? Preguntó la pequeña.

–No amor, porque ya no tendrás necesidad de regresar a México.Rebecca, haciendo un gesto de profunda tristeza, le dijo:

-Yo también amor. ¿Sabes? Te voy a decir un secreto.

Dijo Luz con voz queda y misteriosa.

-Pero ¡te voy a extrañar!

–Mi animal favorito es la mariposa. Ellas y yo

somos una misma. Así que, cuando veas a

cualquier mariposa volar, seré yo que ando cerca de ti, para recordarte cuánto

te quiero.A la pequeña niña le brilló el rostro al escuchar esto. Susurrándole al oído, le

dijo:

-Yo también te voy a contar un secreto, cuando sientas que el viento acaricia tu cara, tu pelo, seré yo, porque siempre me ha gustado el aire y

mi mami me contó un cuento donde las mariposas vuelan gracias al viento. Entonces sabrás cuánto te quiero.

Luz no pudo más. Llorando besó la frente de ese ángel que se iba. De esa pequeñita que, de alguna manera, había llegado a su vida para recordarle lo maravillosa

que es la vida. Para hacerla sentir viva. Para animarla a que

se comiera la vida a trozos, porque la muerte podría estar

aguardando en cualquier momento. Sí, todo eso había aprendido gracias a Rebecca. Nuevamente se abrazaron.

Después Rebecca se metió al coche, donde su papá aguardaba

con paciencia.

El taxi partió y Luz quedó desolada. Algo muy profundo dentro de ella se había ido

con esa pequeña. Aunque en el fondo de su corazón Luz sabía que mucho de Rebecca

también se había quedado con ella.

Durante toda su vida había regalado horas de su tiempo para ayudar a los enfermos. Y siempre había tenido la sensación de que ella misma había salido bendecida al estar con ellos. Pero el encuentro con Rebecca había

ido más allá de cualquier encuentro. Lo que más hería su ser era lo que su corazón le dictaba: no volvería a verla nunca más.

Y así fue. Rebecca vivió un tiempo

feliz y aparentemente

sana al lado de su familia y de toda la gente que la amaba. Pero al cabo de unos

meses, volvió a ponerse muy mal. Esta vez la recaída

fue fatal. Los médicos la

desahuciaron. La chiquita murió con el otoño, en plena primavera de su

vida.

Durante el entierro mariposas multicolores revoloteaban por el féretro. La niña realmente parecía un ángel. Murió con una suave sonrisa en los labios.

La tarde en que la pequeña murió, Luz sintió un suave viento que acariciando sus mejillas, su cabello, le susurró al oído: “Te quiero, ahora

sabes que el amor es eterno”.

Mariposa es tu nombre.Vuelas en el horizonte.

Si te atrapo, muero.Si me quedo quieta,

te posas con tu paz a contemplarme.

Extracto del libro “El Alma

de Luz”de Kalinda

Tamara