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73 Sueño y Televisión El mal desempeño de la economía mexicana y el notorio pronóstico que no mejorará en el corto plazo, ha hecho que la Presidencia de la República, anuncie una disminución en el gasto público, que incluye entre otras cosas la disminución de la celosa meta de entregar televisores por motivos sin duda electoreros y otras supuestas razones aún muy discutibles. La crisis económica en la que estamos inmersos estimados lectora lector no debe quitarnos el sueño, sino servir de estímulo para aportar cada uno el mejor desempeño para que país pueda salir de ella a la brevedad. El día de hoy les comentaré de otro enfoque relatando la asociación existente entre el sueño y la televisión. Es bien sabido que el exceso de peso (sobrepeso y obesidad) son una prioridad para México en materia de salud pública debido a su alta prevalencia (número de personas afectadas), su tendencia ascendente y su bien conocida relación con la mortalidad y el mayor riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos musculoesqueléticos. En Guanajuato, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición más reciente es del 2012 reveló por ejemplo, en una muestra representativa de 965,587 adolescentes; 65% de zonas urbanas y 35% de las áreas rurales; que tenían sobrepeso u obesidad el 36% de ellos, por arriba de lo observado a nivel nacional. La distribución por sexo mostró que las mujeres adolescentes tuvieron una prevalencia del 40% y los hombres 32%; ambas cifras superiores a las informadas en el año 2006. Para los adolescentes de Guanajuato que habitan en localidades urbanas, la cifra de sobrepeso más obesidad pasó del 38% en 2006 a 43% en 2012. Para los habitantes de localidades rurales, esta cifra representa actualmente el 24%. Estimados lectora lector, la adolescencia trata de personas en un grupo de edad relativamente saludable, que ha superado ya la etapa Las causas del exceso de peso son multifactoriales, ya que intervienen factores tanto genéticos como ambientales, incluidos los factores dietéticos y los estilos de vida tales como la actividad física y el sedentarismo. En este sentido, han sido mucho los estudios científicos realizados en niños y adultos que han mostrado una relación estrecha entre los comportamientos sedentarios, como un mayor número de horas de televisión y un menor número de horas dedicadas al ejercicio físico, y el incremento del riesgo de exceso de peso y de obesidad, así como con la ganancia de peso. La disminución del gasto calórico que conlleva la reducción de la actividad física es probablemente uno de los factores que más contribuyen a la epidemia estatal y mundial de sobrepeso y obesidad. Note por ejemplo que los adolescentes urbanos tienen una prevalencia de obesidad casi al doble de aquellos que viven en las zonas rurales, donde por sus propias actividades, tienen mayor actividad física. Igualmente se tienen evidencias que confirman una asociación entre un menor número de horas de sueño y un mayor riesgo de obesidad. Una menor duración del sueño puede incrementar el apetito debido a una reducción de las concentraciones de leptina, el aumento de grelina y una disminución de la sensibilidad a la insulina; además, que puede causar una alteración de la actividad neuronal que predisponga a los individuos a una mayor susceptibilidad a los estímulos alimentarios. La relación ya conocida entre el exceso de peso y las horas frente al televisor, actividad física y horas de sueño; debe llevarnos a la acción en cada uno de nuestros hogares para disminuir el grave problema del sobrepeso y obesidad en nuestros niños y adolescentes. Las manifestaciones de la carga de la enfermedad en la etapa adulta son muy serias en términos económicos y sociales. En días pasados por ejemplo, el IMCO – Instituto Mexicano para la Competitividad- informó que cada año se pierden en nuestro país más de 400 millones de horas laborales por enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad, lo que equivale a más de 184 mil empleos de tiempo completo; representado un serio reto para el crecimiento de nuestro país. Derechos reservados © 2015 por Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba Esto o lo Otro Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba [email protected] @ectorjaime Sábado 7 de febrero de 2015 http://www.am.com.mx/opinion/leon/sueño-y-television-14268.html León | Opinión

74 Television and Sleepeness (Sueño y Televisión)

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73 Sueño y Televisión

El mal desempeño de la economía mexicana y el notorio pronóstico que no mejorará en el corto plazo, ha hecho que la Presidencia de la República, anuncie una disminución en el gasto público, que incluye entre otras cosas la disminución de la celosa meta de entregar televisores por motivos sin duda electoreros y otras supuestas razones aún muy discutibles. La crisis económica en la que estamos inmersos estimados lectora lector no debe quitarnos el sueño, sino servir de estímulo para aportar cada uno el mejor desempeño para que país pueda salir de ella a la brevedad. El día de hoy les comentaré de otro enfoque relatando la asociación existente entre el sueño y la televisión.

Es bien sabido que el exceso de peso (sobrepeso y obesidad) son una prioridad para México en materia de salud pública debido a su alta prevalencia (número de personas afectadas), su tendencia ascendente y su bien conocida relación con la mortalidad y el mayor riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos musculoesqueléticos. En Guanajuato, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición más reciente es del 2012 reveló por ejemplo, en una muestra representativa de 965,587 adolescentes; 65% de zonas urbanas y 35% de las áreas rurales; que tenían sobrepeso u obesidad el 36% de ellos, por arriba de lo observado a nivel nacional. La distribución por sexo mostró que las mujeres adolescentes tuvieron una prevalencia del 40% y los hombres 32%; ambas cifras superiores a las informadas en el año 2006.

Para los adolescentes de Guanajuato que habitan en localidades urbanas, la cifra de sobrepeso más obesidad pasó del 38% en 2006 a 43% en 2012. Para los habitantes de localidades rurales, esta cifra representa actualmente el 24%. Estimados lectora lector, la adolescencia trata de personas en un grupo de edad relativamente saludable, que ha superado ya la etapa crítica de mortalidad y morbilidad –enfermedades- de la infancia y aún no se enfrenta a los problemas de salud de la etapa adulta. Los adolescentes contribuyen de forma más que proporcional a su peso poblacional a condiciones de salud que son consecuencia de comportamientos que comprometen su bienestar presente y futuro. Es conocido que las decisiones tomadas en la adolescencia son determinantes para el futuro de un individuo. Es la adolescencia una etapa en la que se establecen patrones de comportamiento para la vida, al transitar de la niñez a la edad adulta.

Las causas del exceso de peso son multifactoriales, ya que intervienen factores tanto genéticos como ambientales, incluidos los factores dietéticos y los estilos de vida tales como la actividad física y el sedentarismo. En este sentido, han sido mucho los estudios científicos realizados en niños y adultos que han mostrado una relación estrecha entre los comportamientos sedentarios, como un mayor número de horas de televisión y un menor número de horas dedicadas al ejercicio físico, y el incremento del riesgo de exceso de peso y de obesidad, así como con la ganancia de peso. La disminución del gasto calórico que conlleva la reducción de la actividad física es probablemente uno de los factores que más contribuyen a la epidemia estatal y mundial de sobrepeso y obesidad. Note por ejemplo que los adolescentes urbanos tienen una prevalencia de obesidad casi al doble de aquellos que viven en las zonas rurales, donde por sus propias actividades, tienen mayor actividad física.

Igualmente se tienen evidencias que confirman una asociación entre un menor número de horas de sueño y un mayor riesgo de obesidad. Una menor duración del sueño puede incrementar el apetito debido a una reducción de las concentraciones de leptina, el aumento de grelina y una disminución de la sensibilidad a la insulina; además, que puede causar una alteración de la actividad neuronal que predisponga a los individuos a una mayor susceptibilidad a los estímulos alimentarios.

La relación ya conocida entre el exceso de peso y las horas frente al televisor, actividad física y horas de sueño; debe llevarnos a la acción en cada uno de nuestros hogares para disminuir el grave problema del sobrepeso y obesidad en nuestros niños y adolescentes. Las manifestaciones de la carga de la enfermedad en la etapa adulta son muy serias en términos económicos y sociales. En días pasados por ejemplo, el IMCO –Instituto Mexicano para la Competitividad- informó que cada año se pierden en nuestro país más de 400 millones de horas laborales por enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad, lo que equivale a más de 184 mil empleos de tiempo completo; representado un serio reto para el crecimiento de nuestro país.

Estimados lectora lector, aquellos que se verán beneficiados por no recibir una televisión, tendrán por fortuna un menor riesgo de sufrir los multicitados obesidad y sobrepeso. Si usted ya tuvo el daño de recibir una televisión, le recomiendo dos cosas: no vea televisión más de 2 horas máximo y no duerma menos de 7 horas. Por supuesto, aumente su actividad física y cuide la ingesta de calorías de su dieta.

El partido del León contra los Pumas será mañana a las 12 horas y durará dos horas, el tiempo máximo recomendable de ver televisión. Que tengan buen fin de semana y que gane nuestra Fiera.

*Cirujano GeneralDerechos reservados © 2015 por Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba

Esto o lo OtroDr. Éctor Jaime Ramírez [email protected]@ectorjaime

Sábado 7 de febrero de 2015

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