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cultura, política y otros desaciertos Editorial En un país en el que ya está dicho todo, donde se ataca y se defiende con más pasión que razón, donde están polarizadas las ideas y los de- bates se basan a menudo en una sucesión de lugares comunes, cree- mos necesario hacer un periódico que haga del pensamiento crítico su práctica cotidiana. En ese sentido, hemos dado por buena la idea de acudir a un raciocinio como el de Jacques Rancière; por eso optamos por llamarle El Desacuerdo, en homenaje a uno de sus libros. Por esto mismo, tampoco queremos pontificar sobre conceptos como “la objeti- vidad”, “la búsqueda de la verdad”, “la profesión más linda del mundo”, “la libertad de expresión”, palabras que las más de las veces han sido tomadas como coartadas para sostener ideas y actos deplorables. Pero que nuestro lector no vaya a considerar que El Desacuerdo es un medio relativista, producto de un entusiasmo juvenil que no sabe dónde está el bien ni dónde está el mal. De ninguna manera. Y por eso aquí va nuestra declaración de principios –ningún periódico que se precie puede carecer de ellos: Nos gusta: Iberia, Zavaleta, el cacho y el play station, Leonard Co- hen y los Ronish, las montañas rojas, los chips de maíz, todo lo trucho y pirata, el niño que hace de Michael Jackson en San Francisco… el olor de la cera lorito, Kant, la Nueva Constitución, las gradas del Hernan- do Siles, Fellini y Eduardo Mitre, comprar puchos por unidad, el vino de Camargo, el Salar, los Beatles, el Bolívar... Tamayo, Cesáreo Capriles (y su decisión de desaparecer en el Chapare) y la Tesis de Pulacayo, la tarde en que velaron a Banzer, Joaquín Sabina, los colibrís gigantes de los Andes, las empanadas de queso que venden en Reyes, Rod Stewart, dormir… Sánchez Ferlosio, el momento antes de que empiece la pelícu- la, la coca y la coca cola, las librerías llenas, los Magnetic Fields, ales de Mileto, las tardes de abril en Santa Cruz, leer en el metro (aunque no tengamos metro), la comida del avión, Marx (Groucho y Karl), la campanilla de los heladeros, los anticuchos con ají de maní… Andrés Ibáñez y sus igualitarios, El Madidi y el Jucumari, comer pastelitos en el puente en Tarija, Edgar Arandia y su nostalgia, el río Guadalquivir y Luzmila Carpio, el Strongest peleando en la Guerra del Chaco, Paul Van Dyk, los bulldogs atigrados, Emir Kusturica y sus pelis con gitanos y el Papirri y su primo Ramón Rocha Monroy, los pajpakus y los kenchas… El mar (siempre el mar), Jesús Urzagasti, las guitarreadas, Cinema Pa- radiso, La Uyustus y la Eloy Salmón, la guerra de guerrillas de los Lanza y las Republiquetas (porque ahí empezó todo este sueño), la bofetada de Busch a Arguedas, uno de los libros de la Silvia Rivera… El teniente Ustáriz y la defensa de Boquerón, e Wall de Pink Floyd, los policiales y los perros de Leonardo Padura, La nación clandestina, una sola frase del Felipe Quispe (solo una), Hegel y el acullicu… el inevitable illimani y la luna que lo abraza. El Titicaca, por donde navega “ligero de equipaje nuestro corazón de viaje”… También la noche, también el fuego, el Sa- jama y el lento taquirari del “Calavera” Melgar… Obviamente, hay muchas otras cosas con las que estamos en des- acuerdo, he ahí nuestra “identidad” -¿qué gracia tiene una publicación si no es capaz de molestar a alguien?- pero eso queda para las páginas de El Desacuerdo, que saldrá quincenalmente desde hoy. Y como si esto no fuera suficiente para que quienes estén interesa- dos identifiquen al tiro nuestra línea editorial, queremos agregar que estamos absolutamente convencidos (y en eso somos excluyentes) de que Bolivia es el país más hermoso del mundo como para comprome- ternos con su historia y jugarnos en ella y con ella nuestro destino… hoy y para siempre!!! Sean Penn y los ecologistas, unidos contra el rally Organizar el Dakar es una carrera de obstáculos Mr. Memmott y la injerencia de USAID | Ni Caracas ni La Habana… ¡Seúl! | Geografía y poder en Bolivia Antezana sobre Urzagasti | Edmundo Paz Soldán y las 15 fundamentales Pros y contras de la organización del rally más importante del mundo. Desde la conspiración de Sean Penn hasta el desafío del Estado boliviano de organizar un evento de primera línea a nivel mundial. Ya estamos en carrera. ¿Estás listo, Maduro? Asedio mediático, estrategias opositoras, debilidades y torpezas del “sucesor” Maduro se ha mostrado como un presidente sin apoyo que vive sus últimos momentos y no como el hombre que acaba de ganar unas elecciones nacionales a 14 años del inicio del proyecto bolivariano. ¿Seguimos en campaña? La (falsa) batalla del presidente de Venezuela por la legitimidad. Año 1 | núm. 01 DOMINGO 9 JUNIO Bs 5.00

El Desacuerdo #1

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Primer número de El Desacuerdo. - Sean Penn y los ecologistas, unidos contra el rally: Organizar el Dakar es una carrera de obstáculos. - ¿Estás listo Maduro? Asedio mediático, estrategias opositoras, debilidades y torpezas del "sucesor" - La USAID se va (al fin). Las pruebas, en clave de documentos desclasificados por EEUU, de la injerencia de la agencia estadounidense en Bolivia. - Ni Caracas, ni la Habana... ¡Seúl! Un análisis del crecimiento de la presencia surcoreana en Bolivia y las lecciones de su experiencia. - El fútbol prifesional como parábola de la sociedad boliviana - Ficciones fundacionales. Edmundo Paz Soldán se pronuncia sobre las 15 novelas fundamentales. - Jesús Urzagasti: Donde estalla la nostalgia por la hermosura de la vida. - Geografía y poder. La antigua relación entre las bases económicas y la visión ecológica. En el número debut escriben: Ramón Rocha Monroy, Pablo Stefanoni, Pablo Cingolani, Edmundo Paz Soldán, Sebastián Antezana, Boris Miranda, Nicolas Laguna, Amaru Villanueva, Manuel Canelas, Verónica Rocha, Paola Soliz Mogro y Luis Dufrechou, Mario Murillo, Juan Pablo Richter, Denisse Arancibia, Elsa Pito y Alfredo Grieco y Bavio. Sin duda el line-up más fresco y sólido que se ha visto en mucho tiempo.

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Page 1: El Desacuerdo #1

cultura, política y otros desaciertos

EditorialEn un país en el que ya está dicho todo, donde se ataca y se defiende con más pasión que razón, donde están polarizadas las ideas y los de-bates se basan a menudo en una sucesión de lugares comunes, cree-mos necesario hacer un periódico que haga del pensamiento crítico su práctica cotidiana. En ese sentido, hemos dado por buena la idea de acudir a un raciocinio como el de Jacques Rancière; por eso optamos por llamarle El Desacuerdo, en homenaje a uno de sus libros. Por esto mismo, tampoco queremos pontificar sobre conceptos como “la objeti-vidad”, “la búsqueda de la verdad”, “la profesión más linda del mundo”, “la libertad de expresión”, palabras que las más de las veces han sido tomadas como coartadas para sostener ideas y actos deplorables.

Pero que nuestro lector no vaya a considerar que El Desacuerdo es un medio relativista, producto de un entusiasmo juvenil que no sabe dónde está el bien ni dónde está el mal. De ninguna manera. Y por eso aquí va nuestra declaración de principios –ningún periódico que se precie puede carecer de ellos:

Nos gusta: Iberia, Zavaleta, el cacho y el play station, Leonard Co-hen y los Ronish, las montañas rojas, los chips de maíz, todo lo trucho y pirata, el niño que hace de Michael Jackson en San Francisco… el olor de la cera lorito, Kant, la Nueva Constitución, las gradas del Hernan-do Siles, Fellini y Eduardo Mitre, comprar puchos por unidad, el vino de Camargo, el Salar, los Beatles, el Bolívar... Tamayo, Cesáreo Capriles (y su decisión de desaparecer en el Chapare) y la Tesis de Pulacayo, la tarde en que velaron a Banzer, Joaquín Sabina, los colibrís gigantes de los Andes, las empanadas de queso que venden en Reyes, Rod Stewart, dormir… Sánchez Ferlosio, el momento antes de que empiece la pelícu-la, la coca y la coca cola, las librerías llenas, los Magnetic Fields, Thales de Mileto, las tardes de abril en Santa Cruz, leer en el metro (aunque no tengamos metro), la comida del avión, Marx (Groucho y Karl), la campanilla de los heladeros, los anticuchos con ají de maní… Andrés Ibáñez y sus igualitarios, El Madidi y el Jucumari, comer pastelitos en el puente en Tarija, Edgar Arandia y su nostalgia, el río Guadalquivir y Luzmila Carpio, el Strongest peleando en la Guerra del Chaco, Paul Van Dyk, los bulldogs atigrados, Emir Kusturica y sus pelis con gitanos y el Papirri y su primo Ramón Rocha Monroy, los pajpakus y los kenchas… El mar (siempre el mar), Jesús Urzagasti, las guitarreadas, Cinema Pa-radiso, La Uyustus y la Eloy Salmón, la guerra de guerrillas de los Lanza y las Republiquetas (porque ahí empezó todo este sueño), la bofetada de Busch a Arguedas, uno de los libros de la Silvia Rivera… El teniente Ustáriz y la defensa de Boquerón, The Wall de Pink Floyd, los policiales y los perros de Leonardo Padura, La nación clandestina, una sola frase del Felipe Quispe (solo una), Hegel y el acullicu… el inevitable illimani y la luna que lo abraza. El Titicaca, por donde navega “ligero de equipaje nuestro corazón de viaje”… También la noche, también el fuego, el Sa-jama y el lento taquirari del “Calavera” Melgar…

Obviamente, hay muchas otras cosas con las que estamos en des-acuerdo, he ahí nuestra “identidad” -¿qué gracia tiene una publicación si no es capaz de molestar a alguien?- pero eso queda para las páginas de El Desacuerdo, que saldrá quincenalmente desde hoy.

Y como si esto no fuera suficiente para que quienes estén interesa-dos identifiquen al tiro nuestra línea editorial, queremos agregar que estamos absolutamente convencidos (y en eso somos excluyentes) de que Bolivia es el país más hermoso del mundo como para comprome-ternos con su historia y jugarnos en ella y con ella nuestro destino… hoy y para siempre!!!

Sean Penn y los ecologistas, unidos contra el rally

Organizar el Dakar es una carrera de obstáculos

Mr. Memmott y la injerencia de USAID | Ni Caracas ni La Habana… ¡Seúl! | Geografía y poder en Bolivia Antezana sobre Urzagasti | Edmundo Paz Soldán y las 15 fundamentales

Pros y contras de la organización del rally más importante del mundo. Desde la conspiración de Sean Penn hasta el desafío del Estado boliviano de organizar un evento de primera línea a nivel mundial. Ya estamos en carrera.

¿Estás listo, Maduro? Asedio mediático, estrategias opositoras, debilidades y torpezas del “sucesor”Maduro se ha mostrado como un presidente sin apoyo que vive sus últimos momentos y no como el hombre que acaba de ganar unas elecciones nacionales a 14 años del inicio del proyecto bolivariano. ¿Seguimos en campaña? La (falsa) batalla del presidente de Venezuela por la legitimidad.

Año 1 | núm. 01DOMingO9 JUniO

Bs 5.00

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2 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

n Amaru Villanueva Rance

¿Qué pasaría si llegan a desaparecer las palo-mas de la plaza? «Sin palomas no existiría la Plaza Murillo. Las palomas nos alimentan», exclama  el fotógrafo Luis Goldich Valdivia, refiriéndose a las maiceras, heladeros y todos aquellos quienes se ganan la vida en la plaza.

Al igual que el gobierno, las palomas han hecho de la plaza su sede, pero a diferencia del ya conocido desfile de mandatarios y coalicio-nes, se han sujetado a su base operativa con mayor constancia a lo largo de las últimas cuatro décadas.

Y no es de sorprenderse: tienen vivienda en las canaletas y tumbados de las casas vie-jas; comida, cortesía de las maiceras y los niños; y agua, que brota generosamen-te de las fuentes. Un hotel de cinco estre-llas y cuatro esqui-nas.

Desde el 2005 la población ha ad-vertido su gradual desaparición, y poco tiempo después se confirmó una ma-sacre. El 2011 cen-tenares aparecieron muertas y moribundas. «En su piquito hemos encontrado…trigo envenenado parece que les han dado» lamentaba una señora. Nadie se hacía responsable y abundaban las especula-ciones – muchos acusaban a la Alcaldía.

Héctor Mencías, Jefe de la Unidad de Zoonosis y Protección Animal de la Alcaldía protesta: “Nos echaban la culpa. Todo lo que compramos está escrito en una lista de insu-mos dentro de la cual no figuran los venenos”. Apunta el dedo a vecinos de la zona quienes veían sus edificaciones afectadas por la in-vasión plumada. Sin embargo, con el fin de

prevenir enfermedades la Alcaldía también tiene motivos para erradicar las proliferantes bandadas de palomas.

Con seriedad militar, este organismo ha adoptado múltiples estrategias para reducir su población sin tener que matarlas. A través de campañas de educación pretenden que la gente deje de alimentarlas (ajá). También han intentado reencausar la actividad comercial de las maiceras a otros productos (chocola-tes, por ejemplo). Taparon los huecos en los tumbados para que no tengan dónde vivir. Inclusive instalaron dos casitas para aves en la plaza con el fin de que ellas aniden allí, y se pueda proceder a remover sus huevitos an-tes de que cumplan los 21 días de gestación.

“Pero las palomas no entran allí, descon-fiadas son” comenta una maicera.

En su última ofensiva las han ali-mentado con Niabi-cina, un anticoncep-tivo para aves. “En la prensa nos han dicho que les hemos dado afrodisiaco y hotel para que se reproduzcan. No es así”. El Dr Mencías aclara que el obje-

tivo no es erradicarlas, sino controlar su po-blación.

A las 6.15 de la tarde quedan pocas palo-mas en la plaza, pero sobre el piso aun abun-da el maíz sin comerse. “¡Ya no hay palomitas mami!” lamenta una niñita con un nudo en la garganta. Satisfechas, centenares retornan a los techos para postrar sus siluetas sobre las majestuosas estructuras circundantes. Del pequeño ojo de alguna creo percibir un flechazo de picardía y complot, como susu-rrando entre chirridos “hemos venido a que-darnos”.

Historias urbanas

Las Palomas de la Plaza MurilloMasacre, plumas y complot

Consejo editorial: Susana Bejarano, Manuel Canelas, Nicolas Laguna, Boris Miranda, Mario Murillo y Amaru Villanueva Rance.Colaboraron en este número: Verónica Rocha, Edmundo Paz Soldán, Ramón Rocha Monroy, Pablo Cingolani, Pablo Stefanoni, Elsa Pito, Juan Sebastián Cárdenas, Paola Soliz, Sebastián Antezana, Alfredo Grieco, Denisse Arancibia, Juan Pablo Richter, Julian LoayzaDiseño: Sergio Vega [refugio del Artillero, estudio-taller]

Depósito legal: 4-3-33-13

Dr Héctor Mencías: “De acuerdo a la literatura extranjera, a partir de 500 palomas por km2 ya hay una epidemia, una plaga de palomas. La población no entiende que están entrando en riesgo. Las heces fecales tiene un sinfín de enfermedades como la salmonela, la toxoplasmosis, criptococosis, clamidiasis; también puede darnos la alveolitis -la cás-pita de la pluma de las palomas puede provocar alergias- o una der-matitis de contacto. Es lo que estamos tratando de prevenir”.

cultura, política y otros desaciertos

Page 3: El Desacuerdo #1

3La Paz, domingo 9 de junio de 2013

La historia de una aldea de no más de 500 habitantes que lucha porque sus vinos sean valor de uso (para tomar) y no valor de cambio (para vender) de las casas de remate de Hong Kong.

Alguna vez me preguntaron por qué no hay un plato boliviano y de inmediato respondí que pensarlo siquiera es una aberración, por-que la gastronomía, los vinos y los quesos son por esencia locales, provincianos, aldeanos. Por eso se inventó la “denominación de ori-gen”, que alude a pequeñas comarcas donde se inventó un guiso, un buen caldo, un queso único. Y bueno, me encuentro con una frase de Charles de Gaulle que viene muy a propos: “¿Cómo se puede gobernar un país con 365 variedades de quesos?”

Esta es la historia de una comarca muy pequeña donde se produce el borgoña más importante del mundo, elaborado con la uva Pinot Noir, cuya mejor variedad se produce en una pequeña región de Francia. Lo leí en la siempre bien recibida revista colombiana El Malpensante1, y lo que sigue es una páli-da versión de la nota que escribe la eximia Renée Kantor sobre una aldea borgoñona de 500 habitantes y de no más de 4 km2 de superficie llama-da Vosne-Romanée, ubicada entre las ciudades de Dijon, al norte, y Beaune, al sur, donde se fabrica el mejor borgoña del mun-do sin fines comerciales, para gourmets que lo degusten y no sean intermediarios de las grandes casas de remate; es decir, aquellos que aprecian el borgoña como valor de uso, no como mercancía, valor de cambio. Es el Dominio de la Romanée-Conti, o DRC, como lo llaman los que saben.

–“Las uvas Pinot Noir le dan al vino un carácter especial –dice Albert de Villaine, 73 años, de sangre noble, cabeza de la viña–. Por eso el vino tiene alma, lleva consigo mucho más que el hecho de ser un vino. Y eso, ese plus, es difícil de describir. Se trata de una dimensión cultural a la que uno es o no es sensible”.

La cepa Pinot Noir se debe a la obstina-ción de los monjes benedictinos y cistercienses del medioevo, que la plantaron en un terreno árido y de riego escaso; y luego descubrieron que una franja de terreno producía una uva como para hacer vinos de gran calidad. Bau-tizaron el lugar como la Côte d’Or (la Cuesta de Oro) y, siglos después, alrededor de 1500, la monarquía reclamó esas tierras cedidas por el duque de Borgoña a los monjes a fines del siglo XI. El rey le echó el ojo y los monjes se vieron obligados a ceder su mejor parcela, Cros des Cloux en arrendamiento perpetuo. El resto es una historia situada entre 1584 y 1631 sobre unos viñedos transferidos a la familia Croon-embourg, que cambió ese nombre feo por el

de La Romanée. La mala situación económica hizo que los viñedos se vendieran en 1760 a Louis-François de Bourbon, príncipe de Conti, favorito de Luis XV.

Conti hizo famoso el Palais du Temple, en París, por los excelentes caldos borgoñones que invitaba a sus amigos, entre ellos a Mo-zart, vinos que el príncipe retiró del mercado para su consumo exclusivo y el de sus invita-dos. El hijo, Louis-François Joseph continuó durante un tiempo la elegante tradición de su padre, pero se vino la Revolución Francesa y la flamante república subastó su viñedo bajo el nombre de La Romanée-Conti. Con ese nombre pasó a los actuales propietarios.

Edmond Conti levantó el Dominio, regis-tró el nombre de Domaine de la Romanée-Conti como marca, y en 1933 adquirió el

viñedo La Tâche, a pocos metros de las vides que dan origen al vino Ro-manée-Conti. Ellos son los dos mejores viñedos de Borgo-ña, o del mundo.

En esa pequeña extensión, Aubert de Villaine señala

sus propiedades: abajo a la derecha, La Tâche; a la izquierda, La Romanée; detrás de unas líneas que dibujan una Z en la superficie, los Richebourgs; delante del pueblo, La Roma-née-St.Vivant... Son los climats, o “climas” de Borgoña, es decir, parcelas con un ajayu espe-cial porque en ellas se ha tejido el terreno con el clima y las cepas para dar un vino único, producto de una técnica especial de viticul-tura. Pero a ellos hay que agregar los lieux-dits, o“pagos”, que son 1.015 fracciones de terreno, casi nada para las 800 mil hectáreas que Francia dedica a la producción de vino. “De ellas, 28.000 se encuentran en la región de Borgoña, 9.000 en la Côte d’Or, y tan solo 600 –unos 6 kilómetros cudrados– producen los grands crus. No es todo: de esas 600, 25 pertenecen al Dominio de la Romanée-Conti”, dice Renée. Estos lieux-dits son obra del hombre, que transmitió la tradición por vía oral, como que los labriegos vinateros tra-bajan esas viñas desde hace dos o tres gene-raciones, de forma manual y con caballos de labor. Es la cultura du terroir (¿del terruño?), que no necesita de tractores o máquinas por-que comenzó hace 2.000 años.

La familia de Villaine no siempre se ganó la vida cultivando esos viñedos, pero estaban ligados a su terruño. Según explica Aubert de Villaine, la viña no dio ganancias de 1880 a 1972 debido a las plagas de filoxera, que des-truían las cepas, pero la familia preservó la propiedad el terreno de los grupos financie-

ros que lo hubieran vendido varias veces. La primera cosecha de la nueva viña se remonta apenas a 1952. Aubert estudió ciencias polí-ticas porque vivir de la viña no era nada se-guro, pero acabó dedicándose al noble oficio familiar a los 26 años. Hoy pasó los 70 y con-tinúa en el oficio.

La viña es visitada por una suerte de pe-regrinos del buen vino que no dejan de visitar una cruz de piedra de 1723, una croix de ca-rrefour que testimonia la presencia del cris-tianismo en ese lugar durante la Edad Media. Por esas y otras razones culturales, Aubert de Villaine es la figura visible de una campaña destinada a declarar a los “climas” de Borgoña como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Aubert quiere rescatar esos viejos cultivos manuales que se podrían des-naturalizar si se incorpora tecnología actual para acelerar la fermentación, porque bási-camente los vinos Borgoña están concebidos con una visión a largo plazo. El suelo debe revelar su mejor identidad, traducida en un gran vino, y para ello “hay que liberarlo de toda intromisión externa”. Además, no se uti-liza ningún abono, como no sea un compost hecho con sarmientos triturados y pulveriza-dos y una pequeña cantidad de estiércol. De ahí que el rendimiento por hectárea no pasa de los 25 o 30 hectolitros. Sin embargo, se suele aplicar la biodinámica introducida por Rudolf Steiner, que es completamente orgá-nica, aunque también se debe usar sulfato de cobre para combatir las plagas. (Hay que pensar que la temible filoxera destruyó los vi-ñedos Carménere en Europa, y sólo en los 70s se descubrió cepas de esta variedad en Chile, como que hay en el mercado un vino Concha y Toro barato de esta cepa).

Aubert agrega que cultivar es escuchar a la viña, sentir sus pulsaciones y preguntarse cómo actuar; y formula un principio: la ca-lidad del alcohol es mejor si la viña produce menos. El resultado es un vino más equilibra-do, con lo que nosotros llamamos una madu-rez fenólica superior, esto es, la madurez de la pepita y de la piel de la uva.

El resultado de estos esfuerzos culturales milenarios es más bien artesanal que indus-trial: la viña produce unas 6.000 botellas al año, las cuales son reservadas con muchísi-ma antelación y pueden costar entre 5.000 y 10.000 euros. Sin embargo, es difícil librarse de los falsos coleccionistas, que adquieren el vino como mercancía. “Es lo que sucedió en octubre de 2012 en la casa de subastas Sotheby’s de Hong Kong, donde una caja de Romanée-Conti de 1990 fue vendida en 297.400 dólares. O el caso excepcional de una botella de 1945, adquirida por un coleccio-nista privado al precio de 123.919 dólares”, explica Renée.

Un coleccionista “de cepa”, François Au-douze, tiene más de 30.000 botellas de vinos antiguos y raros, de los cuales cientos son DRC, como ese mathusalem de Romanée-Conti, que contiene 8 botellas (6 litros) y le costó 40.000 euros.

Es una lucha permanente con los especu-ladores. “El precio de nuestros vinos es ele-vado. O sea, tratamos de mantenerlo en un nivel accesible para los aficionados que por supuesto tienen los medios para procurarse una de nuestras botellas. El tema es lo que sucede después, una vez las botellas entran al mercado. Si hay gente que las revende en una subasta, su valor puede llegar a precios absolutamente irracionales”, dice Aubert. Para seleccionar a los clientes, se les obliga a comprar por una botella de Romanée-Conti, trece o quince botellas de otras variedades. La exhortación a los particulares para no ofrecer las botellas al mercado es constante, y los restaurantes conocidos por ofrecer es-tos caldos deben estar atentos a su consumo inmediato.

“Tampoco nos interesa vender nuestros vinos al precio del mercado, porque deseamos que los aficionados puedan comprarlos y no únicamente los oligarcas rusos y los especula-dores”, agrega Aubert. “Producimos vino para que sea consumido. Un vino no es un cuadro, un objeto cultural no perecedero. Una vez bebido, c’est fini! Me parece absolutamente irracional pagar un precio tan extravagan-te por algo que no puede ser contemplado”, agrega.

Durante la degustación, la periodista re-flexiona: “Es tal el valor de estos vinos y tan exiguo y preciado su nivel de producción que, una vez se degusta, lo que queda en la copa vuelve a la barrica. Como un pescador que devuelve sus peces al mar”. Pero ella es capaz de cometer poesía mayor, como esta frase maravillosa: “El lenguaje que utilizan los apasionados y conocedores del vino es muy similar al empleado por los amantes. Las palabras se suceden, poéticas, crípticas, envueltas en los mismos excesos que cuando se habla de amor. De pronto, el vino ya no es una bebida sino una caricia. Las papilas reci-ben, como un elíxir, la gracia y la elegancia de un Romanée-St. Vivant; la alegría de un Richebourg; la ternura y la seducción de un Echézeaux; la delicadeza y la pasión de un La Tâche o el sabor a pétalos de rosa marchita de una botella de Romanée-Conti. Y así, entre lo que se oye y lo que se bebe, el vino nos va sumiendo en un dulce, profundo y delicioso vértigo”.

nota1 http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=2826

Crítica de la sazón pura (del ojo de vidrio)

Encomio del Borgoña

La viña es visitada por una suer-te de peregrinos del buen vino que no dejan de visitar una cruz de piedra de 1723, una croix de carrefour que testimonia la pre-sencia del cristianismo en ese lu-gar durante la Edad Media.

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4 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

USAiD se va (al fin)

Mr. MemmottLas pruebas, en clave de documentos desclasificados desde Estados Unidos, de la injerencia de la agencia estadounidense en territorio boliviano. Una nota que va con copia al búnker de la avenida Arce y a su encargado de negocios.

n nicolas laguna

El primero de Mayo pasado Evo Morales de-cidió (finalmente) expulsar a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Inter-nacional (USAID). Tras los lamentos y ame-nazas de rigor por parte del Departamento de Estado, apareció el Encargado de Negocios de la Embajada de los EEUU en Bolivia, Mr. Larry Memmott, afirmando que no existe ninguna prueba sobre la injerencia de USAID en Bolivia1. ¿Cómo pudo Mr. Memmott perder tan abun-dante información? Si busca pruebas por qué no mira en sus archivos, su ga-veta, su escritorio o su maleta. De todas maneras, durante los últimos años, al Departamento de Estado se le escaparon unos cuantos documentos que servirán de prueba para Mr. Memmott.

A poco más de una década de instalada la cooperación estadounidense en Bolivia, el 23 de noviembre de 1978, el periódico Hoy de La Paz y el Excelsior de México publicaron las denuncias del periodista José Manuel Nava, quien había tenido acceso al manual de en-trenamiento de los funcionarios de USAID. Contra el sentido común, dicho manual no contenía instrucciones sobre como desarro-llar programas de cooperación, mas al contra-rio señalaba como identificar y combatir la “subversión”. Según el manual ésta existiría cuando “en un país surgen sentimientos an-ticolonialistas o antiimperialistas o se produ-cen manifestaciones hostiles contra países o dignatarios extranjeros...”. Según la USAID lo más recomendable era prevenir estos hechos, para lo cual describen detalladamente -según Nava – un plan de espionaje y represión a los enemigos del “mundo libre”.

Esos son los anales de la “cooperación” de USAID, pero Mr. Memmot exigirá, y con jus-ta razón, pruebas recientes que demuestren la injerencia de la cooperación norteamerica-na. En 2008, el 10 de septiembre para ser más precisos, Evo Morales declaró a Philip Gold-berg, por entonces Embajador de los Estados Unidos, persona no grata. Cuatro días más tarde el periodista norteamericano Jeremy Bigwood le escribe a la Sra. Joanne Paskar, Coordinadora de la FOIA (Ley de Libertad de Información, por sus siglas en inglés) y le so-licita que de forma expedita se le proporcione todo tipo de datos referentes a los programas de USAID en Bolivia durante el año 2008, ya que era de utilidad a la opinión pública es-tadounidense, en circunstancias en que uno de sus embajadores era expulsado de un país por supuestamente haber cometido actos de

injerencia política. La nota es transmitida a Kathleen Hearne, especialista en FOIA de USAID, quien le responde a Bigwood que su solicitud no puede ser atendida ya que, dada la situación política en Bolivia, existe muy poco personal en las oficinas de USAID. Bi-gwood escribe a Hearne insinuándole que, en cumplimiento de la Ley de Libertad de Infor-mación, si no pueden buscar en Bolivia, revi-sen lo que tienen en la central de USAID, en Washington, donde no se presenta ninguna

conmoción políti-ca. Días más tarde, el gobierno de los Estados Unidos li-beró un conjunto de documentos, tanto del Departamento de Estado como de

la propia USAID y Bigwood los hizo públicos. Este material muestra la descarada injerencia de estas instancias en Bolivia.

Empecemos. En noviembre de 2001 se registraron violentos enfrentamientos en el Chapare, que terminaron con la muerte de tres campesinos, incluido el dirigente Casi-miro Huanca. Bajo la mediación de la Iglesia Católica y el Defensor del Pueblo el gobierno llegó a un acuerdo con los cocaleros para que se lleve adelante una Cumbre de la Coca, la que permitiría alcanzar soluciones estructu-rales. Un mes más tarde, Jorge Quiroga Ra-mírez, presidente de la República, organizó un viaje a los Estados Unidos para reunirse con representantes de ese gobierno. En el do-cumento titulado Talking Points for Quiroga Visit, Patrick Duddy2, Jefe Adjunto de Misión en la Embajada de los EE.UU. en La Paz, reco-mienda al Departamento de Estado que, en sus conversaciones con Quiroga, condicionen un fondo de 20 millones de dólares de USAID a que él se comprometa a “mejorar significa-tivamente la situación en el Chapare y que el Plan Dignidad sea puesto en marcha nueva-mente de forma visible”. También recomien-da que le manifiesten al presidente boliviano molestia por la negociación con los cocaleros y le comuniquen que “...una respuesta firme y continua habría debilitado la base política de Evo Morales aún más”. A cambio de los 20 millones dólares exigen: 1) intensificar la erradicación y 2) cerrar los mercados “ilega-les” de coca. Con estas instrucciones Quiroga emite el D.S. 26415, que implicaba el cierre de los mercados de coca de Sacaba y Eterazama y el decomiso de hoja de coca en tránsito. Tras la puesta en marcha de esta norma, el 20 de enero de 2002, el diario Correo del Sur titula “El Gobierno inició cacería de los dirigentes cocaleros”. El 23 de enero, el diputado Evo Morales es expulsado del parlamento. Unos meses más tarde, en plena campaña electoral,

el Embajador de los Estados Unidos en Boli-via, Manuel Rocha, pronunciaría su famosa frase: “el electorado boliviano debe conside-rar las consecuencias de escoger líderes de alguna manera ligados al narcotráfico y el terrorismo”.

Pasadas las elecciones de 2002, en otro documento titulado Bolivia’s August 6 tran-sition, the challenges ahead, and the US role3, desde la Embajada de los Estados Unidos en La Paz escriben al Departamento de Estado: “Un proyecto de reforma a los partidos políti-cos planeado por USAID, apunta a implemen-tar una ley existente en Bolivia, la cual haría de los procedimientos partidarios internos más democráticos y transparentes. Este proyecto debería ajustarse a la idea de inclu-sión del MNR y, en el largo plazo, ayudar a construir partidos políticos moderados, pro-democracia que puedan servir como contra-peso al partido radical MAS o a sus sucesores ”. ¿Por qué USAID tenía que buscar generar “contrapesos” entre los partidos políticos bo-livianos? ¿Por qué tendría que definir el tipo de partidos existentes en el país? Este es sólo un ejemplo de todo el trabajo realizado por USAID bajo el Programa de Fortalecimiento de la Democracia, que encubría una serie de actividades políticas y fondos destinados a los partidos y organizaciones de derecha. Por

estas razones, el mismo fue cancelado por el gobierno boliviano el año 2009.

Después de octubre negro, en marzo de 2004, USAID lanza el Programa de Iniciati-vas de Transición (OTI), respecto al cual un documento de USAID titulado The OTI Bo-livia Program dice: “La Oficina de Iniciativas de Transición de USAID inició su programa en Bolivia en respuesta a la crisis política que resultó en violentas protestas y forzó la renuncia del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. El objetivo del Programa es, en coor-dinación con las vastas actividades de USAID, reducir las tensiones políticas y apoyar el pro-ceso democrático”. Para tal efecto -siempre según el mencionado documento – se debía: 1) Reducir la tensión en áreas conflictivas, 2) Difundir información que promueva el diálo-go pacífico y 3) Identificar y apoyar a líderes indígenas moderados. Con este propósito USAID invirtió 6.2 millones de dólares. ¿Por

qué una agencia de cooperación extranjera tiene que promover agendas y liderazgos po-líticos? ¿Quiere más Mr. Memmott?

El personal de USAID y el Departamento de Estado debe recordar muy bien a Alex van Shaick. Éste fue un becario estadounidense de la Fullbright el 2008, como miembro del cuerpo de paz en Bolivia. En febrero de ese año, denunció ante los medios de comunica-ciones locales e internacionales que el Asesor Regional de Seguridad de la Embajada de los Estados Unidos, Vincent Cooper, le había so-licitado a él y el resto de los integrantes del cuerpo de paz que se conviertan en espías y le informen sobre la presencia de personal ve-nezolano o cubano en el territorio boliviano y que obtuvieran información acerca de los mismos. ¿No es suficiente Mr. Memmott?

Un documento del año 2008, cuyo en-cabezado dice “sensible pero desclasificado” manifiesta: “La USAID fue el primer donante para apoyar a los gobiernos departamentales electos democráticamente. El trabajo comen-zó con la OTI en 2004, y ahora está siendo continuado a través de otros proyectos... ”. El año 2004 no existía ningún prefecto demo-cráticamente electo. ¿Cómo podían hacer donaciones a los gobiernos departamentales “democráticamente electos”? ¿O la elección de prefectos era una agenda de USAID?

Como vimos el Programa OTI estaba dedica-do a la promoción de líderes políticos y poste-riormente a financiar a los prefectos oposito-res en actividades conspirativas, por eso fue cancelado a solicitud del gobierno boliviano en septiembre de 2007. No obstante este do-cumento revela que USAID continuó con este apoyo a través de “otros proyectos”.

Un programa, denominado “Diplomacia Pública” era - según el mismo reporte - “crí-tico para contrarrestar los ataques en contra del Gobierno estadounidense (incluyendo USAID) de los altos niveles del gobierno bo-liviano”. Para seguir avanzando en este pro-grama solicitan a Washington dinero para dar “más apoyo a los pasantes indígenas en la USAID y la Embajada, para construir y con-solidar una red de graduados que abogan por el gobierno estadounidense en áreas claves”. Varios millones de dólares de la “cooperación” estadounidense se invirtieron en confrontar

Durante los últimos años, al De-partamento de Estado se le esca-paron unos cuantos documentos que servirán de prueba para Mr. Memmott…

En febrero de ese año, denunció ante los medios de comunicaciones locales e internacionales que el Asesor Regional de Seguridad de la Embajada de los Estados Unidos, Vincent Cooper, le había solicitado a él y el resto de los integrantes del cuerpo de paz que se conviertan en espías y le informen sobre la presencia de personal venezolano o cubano en el territorio boliviano

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5La Paz, domingo 9 de junio de 2013

al gobierno boliviano y fortalecer a sus oposi-tores (léase prefectos de la media luna), que llegaron a tomar más de 100 instituciones públicas y dinamitaron pozos y ductos petro-leros. ¿Todavía más Mr. Memmott?

La Ley de Libertad de Información de Es-tados Unidos liberó también un conjunto de correos electrónicos de USAID y sus ONG’s conexas. A inicios de 2007, Patricia O'connor, Directora de la oficina de estrategia y servi-cios operativos de USAID Bolivia le escribe a Eduardo Galindo, también miembro de USAID: “El Embajador está pensando llevar a cabo un almuerzo con líderes indígenas y me ha pedido que le dé algunas ideas”. Este mis-mo correo es reenviado a Blanca León, fun-cionaria de la Coperative Housing Fundation (CHF), a quien le dice: “Blanca: tienes algunas ideas para el correo [de] abajo, el embajador se va a reunir con un grupo de indígenas, o sea el problema de su territorio [sic]”. Todo esto, por alguna extraña razón huele a TIP-NIS, ¿o no es así Mr. Memmott? Pero siga-mos. Blanca León describe lo que a su juicio es el principal problema de los indígenas de tierras bajas y dice, entre otras cosas, que “su principal demanda [de los pueblos indíge-nas] es la de fortalecer sus organizaciones de base para hacer frente al MAS”. Como buena funcionaria de USAID divide a los indígenas- en su largo relato - entre amigos de USAID y amigos del Gobierno. Traza asimismo las líneas para generar conflictos entre coloniza-dores e indígenas de tierras bajas. El correo finaliza identificando a los dirigentes “más dignos representantes de sus comunidades” y que “además son aliados nuestros”. Se trata de Joaquín Noe, Urbano Cano, un miembro del Concejo Indígena del Río Ichilo y Guiller-mo Montaño (varios de ellos dirigentes del TIPNIS). El correo termina con las siguientes palabras: “Si necesitas más nombres a nivel de los departamentos de Beni, Santa Cruz, Pando, Tarija [la media luna!], tenemos con-tacto con más de 20 etnias”. El año 2010 la USAID organizó el curso Desarrollo de Capa-cidades de Liderazgo y fortalecimiento de la Capacidad de Gestión Territorial, nada más y nada menos que para los dirigentes de la CIDOB, entre ellos Adolfo Chávez y Pedro Nuni; los mismos que un año después inicia-rían la marcha en contra de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, en permanen-te contacto telefónico con Eliseo Abelo, Ase-sor en temas indígenas de la Embajada de los Estados Unidos en La Paz.

Pero si quiere más Mr. Memmott, hay más. Otra importante fuente de información sobre la injerencia de los Estados Unidos en Bolivia son los cables diplomáticos filtrados por el soldado Bradley Manning, que enfren-ta más de 23 acusaciones penales en una car-cel estadounidense, y publicados por Wiki-leaks. Entre los 3.865 cables que hablan sobre Bolivia encontramos el documento 07LA-PAZ1812, en el que el Embajador Philip Gol-dberg comenta una reunión confidencial del 28 de junio de 2007 con miembros del Comi-té Cívico de Cochabamba, entre ellos su presi-dente Oscar Zurita, el General Freddy Vargas y José Orellana. Estos últimos solicitaron al Embajador “apoyo logístico de la Embajada para confrontar al MAS”. Este documento señala que: “a pesar de haber rechazado un

apoyo directo, el Embajador mencionó que el Gobierno de los Estados Unidos si apoya proyectos de fortalecimiento a la democracia e invitó a los miembros del comité a enviar propuestas por escrito.” Es decir que derivó a los conspiradores a USAID, al Programa de Fortalecimiento de la Democracia.

En otros dos cables, 08LAPAZ1645 y 08LAPAZ1822 , Mr. Philip Goldberg le escri-be al Departamento de Estado para comentar las reuniones que tuvo, el 23 de Julio y el 25 de agosto de 2008, con Rubén Costas, Prefec-to de Santa Cruz, Eduardo Paz, Presidente de la CAINCO, Guido Nayar, Presidente de la Fe-deración de Ganaderos, Alfredo Leigue, due-ño de El Nuevo Día y Ernesto Monasterio, dueño de UNITEL. Este grupo de opositores al gobierno le habrían solicitado apoyo para detener las reformas llevadas adelante por Evo Morales. En estas reuniones – según es-tos cables dplomáticos – Monasterios llegó a decirle a Goldberg que “estaba optimista acer-ca de la sutuación que vendría después de que haya una gran confrontación” y Alfredo Lei-gue se habría manifestado con respecto a “la importancia de controlar ‘nuestro territorio’ para detener el avance del MAS en la región”. Tres de los anteriores personajes forman par-te de los investigados por el caso Rozsa y to-dos participaron directa o indirectamente de la toma de instituciones y atentados terroris-tas. Además, el cable 08LAPAZ1822, devela que la Embajada de los Estados Unidos envió una agenda falsa a los medios y gobierno boli-vianos, en la que decían que Mr. Goldberg iba a Santa Cruz para participar de la Ceremonia de Inaguración de las Olimpiadas Especiales, a las cuales USAID había contribuido con 10.000 dólares. Para eso sirve la cooperación de USAID, para encubrir la conspiración de los embajadores. ¿Seguimos Mr. Memmott?

El 27 de marzo de 2012, cerca a la ciu-dad de Trinidad fue detenido el vehículo con matrícula 27-MI-30 en puertas de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (UMOPAR), condu-cido por el Mayor Costas, Jefe de Seguridad de la Embajada de los Estados Unidos y el cabo García. El carro pertenecía a esa dele-gación diplomática y transportaba armas y municiones sin autorización ni permiso de las autoridades bolivianas, como mandan los convenios internacionales. Para mayores irre-gularidades la matrícula del vehículo no era la original, otorgada por el gobierno boliviano, sino dos adhesivos. ¿Por qué se transporta ar-mamento en autos oficiales sin seguir los trá-mites pertinentes? ¿Será porque creen que somos su patio trasero? Y usted, Mr. Mem-mot, se atreve a decir de que no hay pruebas un mes después de las declaraciones de su Canciller y teniendo al alcance de la mano toda esta y mucha más información sobre la injerencia de USAID en Bolivia. Prepare su petaca, no somos el patio trasero. Go home, Mr. Memmott.

notas1 EEUU dice que ‘no hay pruebas’ contra Usaid. La Razón, 11 de Mayo de 2013, La Paz – Bolivia.2 Patrick Duddy fue luego Embajador de los Estados Unidos en Venezuela donde fue decla-rado persona no grata por Hugo Chávez el 11 de septiembre de 2008.3 La transición del 6 de agosto en Bolivia, los desafíos futoros y el rol de los Estados Unidos.

A veces la historia de los pueblos pone de relieve extraordinarias semejanzas en cuanto a los procesos sociales, vivencias colectivas y personajes que la marcan. En las palabras que siguen a continuación pretendemos desgranar, del mismo modo que hiciera Plutarco al acercarse a las figuras más célebres de la antigüedad greco-latina, a las “vidas paralelas” que a nuestro parecer encarnan dos de las personalidades más prolíficas en cuanto a la polémica y el exabrupto se refiere: el ex mandatario ecuatoriano Abdalá Bucarám y el alcalde perpetuo de Santa Cruz Percy Fernández.

No es baladí que ambos sean categóricamente calificados en función de su nada oculto des-equilibrio: uno, el guayaquileño, se jactaba de ser “el loco que ama”; el otro, cruceño, simplemente esgrime su orgullo de ser “el loco Percy”. Enajenación que, refrendada en numerosas ocasiones por las urnas, legitima paradójicamente todas sus acciones y comportamientos en el campo de la política, por más cuestionables que estos pudieran ser. Las coincidencias no terminan con el seudónimo, ni muchísimo menos; los ilustrísimos comparten un estilo comunicativo que, basado en unas coordenadas discursivas concretas, no exentas de buenas dosis de demagogia, consiguieron construir parte significativa del ADN de sus liderazgos erigiéndolos depositarios de las esencias, identidades y aspiraciones populares.

Dentro de este acercamiento a sus alocadas y paralelas vidas cabe recordar que ambos nunca han sido, ¡faltaría más!, unos outsiders de la política. Estos señores, bien es sabido, no irrumpieron en el escenario de la noche a la mañana, sino que al calor de esa singular forma que decidieron adoptar y perfeccionar a lo largo de sus dilatadas trayectorias consiguieron consolidarse en puestos de la máxima relevancia. ¿Cómo lo lograron? Entre los múltiples factores que incidieron en su éxito creemos capital el despliegue, como rúbrica propia, de una retórica que se vino a caracterizar por su manifiesta sencillez y naturaleza jovial más que por el uso de referencias ideológicas y programas de gobierno sólidamente definidos. Es así que, en buena medida, lograron enamorar a parte nada desdeñable del electorado huyendo del fondo de los asuntos para premiar las formas. Sus respectivos discursos insistieron de modo recurrente y vehemente en cómo estos compartían con el ciudadano de a pie su na-turaleza y cultura, en un sentido amplio, y por ende también, preocupaciones e hipotéticas soluciones desdibujando así la línea divisoria que separaría al gobernante del gobernado. Ellos eran y son pueblo: tienen huevos, cantan, son amenos, rayan los mercedes, no reprimen comentarios ni actitudes. Estos locos son definitivamente nuestros locos, y es por ello que merecieron gobernar.

Que ambos pertenecieran y representaran a unas élites políticas y económicas concretas; que ninguno de los dos propugnara ningún tipo de cambio estructural en los ámbitos insti-tucional, social o económico, son cuestiones que no eximieron su capacidad persuasiva como líderes personalistas que, instituidos en showmans, conquistaron y hechizaron los corazones de unos ciudadanos cuya selectiva memoria pretendió obviar las contradicciones y conflictos latentes que esto, quizás inevitablemente, connota: el hecho de que muy difícilmente pudieran conciliar sus intereses con los de las mayorías sociales. Así por ejemplo “el loco que ama”, Abdalá Bucarám, decía encarnar desde la tarima “la fuerza de los pobres”, por más que fuera sobrino y familiar político de dos ex presidentes, y nunca fuera explícito en cómo iba a dotar, precisa-mente, de fuerza a los pobres. Pero esta incoherencia no importa: porque los pater familias del momento vendrían a simbolizar todo aquello que la gente quiere y necesita.

Estos dos colosos de la política, paradigmas de la forma de concebirla como síntesis armó-nica y simétrica de espectáculo, testosterona, humor y providencialismo, lograron tanto a tra-vés del lenguaje como mediante su acción de gobierno tejer una serie de lealtades emocionales, personales e institucionales que en buena medida reposaron sobre unas redes clientelares que, cimentadas y fortalecidas con el paso de los años, fueron confeccionando progresivamente. Los gobiernos que presidieron y presiden fueron identificándose así de forma creciente con su lide-razgo individual, abriendo de este modo las puertas a la aceptación acrítica de buena parte de la sociedad en torno a la forma y fondo de sus respectivas gestiones, aludiendo y escudándose continuamente en su temperamento y condición carismática.

A pesar de sus coincidencias el destino de nuestros “ilustres locos” ha sido distinto. El cénit y la gloria Abdalá ya pasó a mejor tiempo y al lugar del que pese a su voluntad tal vez no pueda escapar: los libros de historia. Hoy día, consagrado desde Panamá al desarrollo de su peculiar carrera artística el antiguo líder ecuatoriano sigue deleitando a sus seguidores, y a quienes no lo son, con su estridente forma de entender la canción protesta y el prolífico manejo que de las redes sociales muestra a la hora de vomitar en público sus opiniones y proclamas. Por su parte el arquetipo citadino de la cruceñidad Percy Fernández, para sorpresa de muchos, resis-te exitoso y relativamente en buena forma el paso de más de tres décadas de política activa atrincherado hoy al frente de su alcaldía, dispuesto a ponerse el sombrero de saó y cantar serenatas a la polis que continúa regentando, por más que meta la pata ante los medios y la mano en donde no deba.

¿Este estilo compartido de entender la res publica como espectáculo acaso supone par-te constitutiva de nuestra forma de vivir el juego político? Más allá de juicios de valor de lo que no cabe duda es que en política tanto el fondo como las formas que estas adoptan, importan, y mucho.

Vidas paralelas Paola Soliz Mogro M. y Luis Dufrechou B.

Ilustres locos

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6 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

¿Corea en los Andes?

ni Caracas ni La Habana… ¡Seúl!

El aumento de la presencia surcoreana en Bolivia es más visible día con día. No sólo se trata del Gangam Style y las telenovelas que se venden en DVD. ¿Hay lecciones para aprender? Hace 50 años, Seúl era la capital de uno de los países más pobres del mundo. Ahora la nación asiática está cómoda entre los 15 países más ricos.

n Pablo Stefanoni 

“El gobierno del presidente Evo Morales ha dado pasos importantes para el desarrollo económico de su país, por lo cual es posible que Bolivia en 20 años alcance a plenitud la industrialización y la soberanía alimentaria”. Quien dijo eso, con tono seguro y confiado, es el embajador de Corea del Sur, Young-wook Chun, en una conferencia magistral en la Universidad Franz Tamayo de La Paz. Fue a mediados del mes de mayo de este año y con ella cerró la Semana Coreana 2013. Esta “semana” incluyó un ciclo de cine coreano, música clásica, un festival de baile K-pop, de-mostraciones de taekwondo y una muestra itinerante de fotografía. En otros tiempos, el representante de la pequeña nación asiá-tica –dividida en el sur capitalista y el nor-te comunista- era un perfecto desconocido, hoy es una figura que opina y se atreve a dar consejos, aunque mantiene un perfil bajo y moderado.

Según Young-wook Chun, Corea y Boli-via comparten una historia común, pues am-bas naciones han sufrido pérdidas territoria-les, fueron colonizadas, vivieron la angustia de las guerras y tienen a la industrialización y la soberanía alimentaria como su punto de partida para el desarrollo económico. Pero, a

diferencia de Bolivia, tras un periodo de po-breza, hambre y sin desarrollo, Corea alcanzó su industrialización y su soberanía alimenta-ria. El diplomático explicó que su país aplicó un paquete de políticas en el sector agrícola para aumentar la productividad concentra-das en cuatro grupos: mejora de semillas y eliminación de bacterias que permitió el

aumento en la producción de alimentos; pro-ducción de fertilizantes y construcción de re-presas que garantizarían el riego en época de sequía; mejora de la tecnología de cultivo y la mecanización del agro. Todo ello sería útil en Los Andes.

Bolivia alista un acuerdo con la coreana Kores –Posco para la instalación y puesta en marcha de una planta piloto de cátodos de litio (el país andino tiene una de las re-

servas    más grandes del mundo de ese “mi-neral del futuro”). Esta corporación participó también en la exploración que concluyó en el hallazgo de un enorme yacimiento de cobre en Coro Coro. Adicionalmente, según infor-mó el embajador Chun, con la producción de amoniaco y urea (para la elaboración de fer-tilizantes), la empresa surcoreana Samsung Engineering por primera vez participa en un proyecto boliviano”. Y agregó que Corea ofre-ció barcos para la exportación del producto.

[La “Ciudad del conocimiento” en Ecuador

Pero si en Bolivia la presencia de esta nación asiática aumenta día a día, donde la “utopía

surcoreana” parece haber alcanzado mayor calado es en Ecuador donde se construye la ambiciosa Ciudad del Conocimiento. Aunque tiene nombre quechua -Yachay- el proyecto es realizado con la cooperación de Seúl. Según su página oficial, Yachay es “un eco-sistema planificado de innovación tecnológica y de ne-gocios donde se combinan las mejores ideas, talento humano e infraestructura de punta, que generan las aplicaciones científicas de ni-

vel mundial necesarias para alcanzar el buen vivir”. Se busca, además, “consolidar la prime-ra ciudad planificada del país, como un eco-sistema de negocios de alta tecnología donde convive armónicamente una universidad de clase mundial, institutos públicos y privados de investigación y desarrollo tecnológico y empresas de base tecnológica que generan el cambio de la matriz productiva del Ecuador.”

  Adicionalmente se informa que el desa-rrollo del Plan Maestro para la Ciudad del Co-nocimiento Yachay se realiza con la asesoría surcoreana del consorcio Incheon Free Econo-mic Zone (IFEZ), que ha logrado consolidar a la ciudad metropolitana de Incheon como la más dinámica y activa en el noreste de Asia. Todo ello va de la mano de una suerte de “po-pulismo tecnocrático” bastante eficiente, im-plementado por Rafael Correa, que ha hecho de la excelencia universitaria uno de los ejes.

  No obstante, el científico, matemático y especialista en Economía energética, Ar-turo Villavicencio cuestiona el proyecto y señala que los promotores de Yachay sueñan con un Silicon Valley ecuatoriano. También pone sobre la mesa el peligro de instaurar una suerte de «zona de desarrollo especial” semi-privatizada y sin conexión real con el tejido económico y social del país, junto con una universidad productivista, limitada a satisfacer las necesidades del Plan Nacional de Desarrollo. Otros critican al modelo de “capitalismo felino”, construido sobre alusio-nes a tigres, jaguares y otras especies. Pero sin duda, en un contexto de fuertes ansias de modernización -fuente de la legitimidad de los gobiernos de Bolivia y Ecuador- el mo-delo surconeano tiene su sentido. Corea tuvo su propio gran salto adelante de la mano del régimen dictatorial de Park Chung-hee, antiguo colaboracionista de los ocupantes japoneses, y hoy es un país ultratecnologiza-do (la actual primera ministra surcoreana es hija del ex dictador/modernizador).

[“Buen vivir” made in Corea

El antecesor del actual embajador en La Paz, Hong-rak Kim, también intervenía des-de columnas de prensa. Por ejemplo, en abril de 2011 explicó desde las páginas de El Dia-rio  de La Paz el significado del Movimiento Nueva Aldea en su país, afectado en los años 50 por una cruenta guerra que dejó dividida a Corea entre el norte comunista y el sur ca-pitalista y proestadounidense. Contra lo que podría pensarse al ver imágenes de Seúl como generadora de tendencias de moda en Asia, o al ver fotos de Corea, hace cincuenta años esa nación era una de las más pobres del mundo. Ahora es una de los quince más ricas. Hace cincuenta años era un país rural donde los campesinos luchaban cada noche por llevarse algo a la boca. Ahora Caparrós puede escribir un libro que se llama Pali Pali (rápido-rápido), en referencia a la nueva cultura surcoreana; un país jerárquico y competitivo al extremo.

El embajador Chun –en la conferencia ci-tada- refiere al SaemaeulUndong (Movimien-

Corea y Bolivia comparten una historia común, pues ambas naciones han sufrido pérdidas territoriales, fueron colonizadas, vivieron la angustia de las guerras y tienen a la industrialización y la soberanía alimentaria como su punto de partida para el desarrollo económico. Pero, a diferencia de Bolivia, tras un periodo de pobreza, hambre y sin desarrollo, Corea alcanzó su industrialización y su soberanía alimen-taria.

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7La Paz, domingo 9 de junio de 2013

to de la Nueva Aldea), creado en 1970 con el lema “Podemos lograrlo, lo lograremos”, y en base a tres doctrinas: Diligencia, Autoayuda y Cooperación. “Pienso que sería de gran utili-dad compartir esta experiencia directamen-te acá en Bolivia, por lo que yo solicité a mi Gobierno el establecimiento de una sede del Movimiento de la Nueva Aldea en Bolivia y recibí una buena señal cuando me pidieron consultar con el gobierno boliviano, por lo que en breve se harán las consultas oficial-mente”, adelantó el diplomático en su confe-rencia universitaria.

En 2010 Bolivia ya se había vinculado en este movimiento. Catorce miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional par-ticiparon en el programa de entrenamiento de SaemaeulUndong. En 2011 lo hicieron 19 líderes regionales y periodistas bolivianos. Y varios expresaron su deseo de establecer un centro de entrenamiento de SaemaeulUn-dong en Bolivia.

Caparrós recuerda que, al tomar el poder en los años 60, el dictador Park se reconci-lió con Japón para conseguir sus capitales y su tecnología, usó la ayuda americana para construir autopistas y centrales eléctricas y cloacas y viviendas, favoreció a ciertos em-presarios para facilitar su crecimiento pero metió preso a algunos de ellos cuando les des-cubrió negocios sucios, y lanzó planes quin-quenales que organizaban la transformación del país rural en un país urbano e industrial, que ponían a los súbditos a construir obras públicas y que -sobre todo- intentaban dejar atrás el hambre y la miseria.

Al fin de cuentas, Corea es ultracapitalis-ta pero no se desarrolló aplicando las recetas de destrucción del Estado del FMI, sino con un Estado interventor asociado al capital privado, y no sin importantes niveles de corrupción, al menos en un principio. “Las grandes corporaciones -las chaebol- coreanas siguieron creciendo incontenibles, aumentó la producción -y el uso- de tecnología de pun-ta, los niveles educativos se mezclaron con los mejores del mundo y el hambre empezó a parecer una historia tan antigua que se hacía raro escuchársela a gente que todavía no ha-bía cumplido setenta años: padres, abuelos”-prosigue Caparrós.

[K-pop y telenovelas

Corea está hoy presente con sus empresas y sus marcas. Pero también tiene cada vez más peso cultural. Además del “paso del caballo” del Gangnam Style, decenas de jóvenes bailan hoy al ritmo del K-pop y miles de bolivianos miran telenovelas de esa nación asiática (has-ta un canal popular como RTP pasaba una en un horario estelar: El príncipe del café). El pe-riódico Los Tiempos  informaba en mayo de 2011 sobre este fenómeno con el título “Co-rea influye en Cochabamba”. “Hasta las mon-jitas vienen a comprar DVDs decía una ven-dedora de telenovelas asiáticas” que aseguró vender unas cincuenta por día. En 2000 ATB difundió Un deseo en las estrellas, y después vendrían Sonata de invierno, Escalera al cielo (uno de los éxitos de Unitel) y Mi adorable Kim Sam Soon.

En las peluquerías de la populosa e indí-gena Ceja de El Alto no es raro ver fotos de galanes adolescentes surcoreanos: el K-pop

(pop coreano) tiene cada vez más seguido-res. Este año se organizó el primer un festi-val en La Paz. Un grupo de fanáticos paceños y alteños ensayó en plena plaza Bolivia con fotos de sus grupos preferidos. “Las letras tienen sentido, el ritmo innova y las coreo-grafías son un desafío”, resumió Luis Rafael Ramírez -de 18 años- que se identificó como seguidor de las Girl’s Generation, un exitoso conjunto femenino de K-pop. El diario boli-viano  La Razón  informaba que solamente en La Paz existen 29 clubes de seguidores de cantantes de este género y grupos como Súper Junior, Dong Bang Shin Ki, Big Bang y T-ara son los más aclamados. “La gente cree que el Oppa Gangnam Style es el único, pero el baile del caballo no es el inicio del pop de Corea”, explicó Erlin Calisaya (26), presiden-te de la Sociedad de fansclub de Música Asiá-tica de La Paz.

[Tigres y jaguares

Podría parecer sorprendente que dos go-biernos considerados del ala radical del giro a la izquierda sudamericano miren a uno de los países más exitosos del mundo desde el punto de vista capitalista y más alineado con Estados Unidos. Por cierto, ni a Evo ni a Correa se les ocurrió ir en busca de mo-delos y ayuda a la monarquía comunista de Pyongyang.

Sin duda, los coreanos prefieren las ‘re-glas claras’ de Chile o Colombia al naciona-lismo popular de Ecuador o Bolivia. Pero eso no impide que el efecto Corea pueda aparecer mucho más real en los imaginarios que el más etéreo socialismo del siglo XXI ni que muchos asocien el “buen vivir” (supuestamente an-cestral) a este modelo de sociedad jerárquico y autoritario pero eficiente.

“El modelo de Correa no es el cubano o el venezolano.  Admira el modelo de Corea del Sur de gobierno fuerte, autoritario, muy intervencionista en el ámbito económico y con fuerte inversión en el área educativa. Es un regreso al modelo cepalino de políticas de industrialización por sustitución de importa-ciones y mercadointernistas”, escribió recien-temente el politólogo de la Flacso-Ecuador Simón Pachano. Y la ex becaria en Seúl y ac-tual funcionaria del gobierno en Quito, Ga-briela Jara, afirma que no se pretende copiar el modelo de Corea, pero sí aplicar ciertos tips en nuestra realidad. “¿Por qué no?, es un ex-celente ejemplo a seguir”, dice. Así, el modelo no estaría ni en Caracas ni en La Habana sino en… Seúl.

  En Bolivia, el gobierno habla de un –quizás ilusorio- salto industrial. Y l diario El Nacional,  de la región sureña y gasífera de Tarija, se anima a proponer hace pocos días que “El ejemplo coreano, por lo tanto, es dig-no de ser analizado y si es posible imitado”. El ex ministro de Hidrocarburos de Evo, Andrés Soliz Rada, lo difundió con entusiasmo.En Ecuador, el Secretario Nacional de Planifica-ción, Fander Falconí, dijo hace poco en  The Guardian  – en obvia referencia a los tigres asiáticos - que “el jaguar ecuatoriano empieza a rugir”. Y sin duda, a diferencia de Bolivia, Ecuador apuesta fuerte a la reforma educati-va y se ha tomado más en serio el “milagro del río Han”, como se conoce al gran salto so-cioeconómico surcoreano.

Tras la refundación estatal, la categoría de la democracia intercultural aspira a reunir no sólo la mayor cantidad y mejor calidad de mecanismos en el marco de la democracia liberal-repre-sentativa, la directa-participativa y la comunitaria; sino también los mayores y más intensos principios demócratas en la convivencia y construcción cotidiana del Estado Plurinacional nuestro de cada día.

Ante los primeros: los mecanismos de la democracia intercultural existe constantemente una mirada mediática y de opinión pública cuando menos coyuntural que permite dar cuenta de los avances/retrocesos (aunque siempre -o más bien cada vez más- enfrascados en la pugna político-partidaria) por los que atraviesan.

Sobre lo que, paradójicamente, no planteamos nuestra mirada mediática y ciudadana con mayor frecuencia es sobre precisamente aquello que los y las ciudadanas bolivianas debiéramos practicar en nuestra cotidianidad: la cultura democrática intercultural. Cada vez son menos las iniciativas de las que se da cuenta en agenda que buscan escudriñar la calidad e interculturali-dad de nuestra comunicación, nuestro compromiso con el debate. Lo traigo a colación porque no se trata de una dinámica menor; tengo la impresión de que durante el proceso pre-consti-tuyente y el de construcción de la Constitución, la calidad de nuestra deliberación fue mayor, fuimos ciudadanos/as y comunarios/as más comprometidos con un espacio público común; sumábamos más y éramos más responsables al momento de pensar y hacer país.

Y es que hasta ahora podemos dar cuenta de que hemos bregado poco por la calidad de nuestros debates (internos –ya lo ha planteado el MAS- y externos), así como la capacidad de cuestionar su presencia o ausencia. No sólo nos encontramos en un escenario que sustenta la convivencia democrática en los cimientos de lo que conocemos como democracia de alta intensidad, sino que además atravesamos por el corazón mismo de lo que conocemos como Sociedad de la Información, con sus lenguajes y dinámicas cada vez más instaladas. Por qué, o más bien cómo, es que ahora nos permitimos dejar en un plano secundario (dirá el optimista) lo que es la deliberación ciudadana y el debate público.

La ojalá “segunda” apertura democrática interna (la democratización de la democracia) permitió –como proceso- ampliar los mecanismos a quienes históricamente habían sido re-legados de espacios de deliberación/decisión, todo esto constituido bajo el sujeto histórico ubicado al centro del mismo: el y la indígena-originario-campesino/a. Eso se logró ahora que estos sectores/actores individuales y comunitarios permean las bases y estructuras de nuestra democracia, ejerciéndola a través de sus propios mecanismos. Y enhorabuena por ello, pero no es suficiente. El mecanismo no se adjunta necesariamente a la vocación-dinámica democrática, y es acá dónde debe activarse la ecología de saberes como espacio de aprendizaje de nuevos principios que deben dialogar y encontrarse entre ellos, no obstante aquellos principios demo-cráticos innegociables.

Lo mismo pasa externamente con lo que de manera global conocemos como espacio pú-blico virtual, que de forma ideal democratiza el acceso a la información y, de forma colindante, amplia la posibilidad de comunicación entre ciudadanos/as virtuales. En el país cada vez son más los y las activistas por un mejor internet, bajo estos principios, y de forma más tortuosa y lenta que el resto del mundo y el continente, esperamos que la revolución digital arribe a nues-tro territorio, ¿pero qué hacemos en el ínterin?, ¿no sienten también que nuestros espacios en internet se han convertido en trincheras digitales y no las ideales ágoras virtuales?.

Recuperar la calidad de nuestro debate. Trabajar honestamente por la deliberación infor-mada. Tomarnos un respiro y escuchar al otro, antes de hablar. Volver a escuchar. Ponerse en la posición del o la otra. Acabar con el ruido. Es la mejor forma de apostar por un futuro común, por el que el país ya ha decidido. Alteridad, la llaman: y nos va haciendo falta hace mucho.

Otros desacuerdos Verónica Rocha

Alteridad

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8 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

La otra carrera

Operativo Dakar: Bolivia ante el desafío de organizar un evento mundial

Pros y contras de la organización del rally más importante del mundo. Desde la conspiración de Sean Penn hasta el desafío del Estado boliviano de organizar un evento de primera línea a nivel mundial. Ya estamos en carrera.

n Boris Miranda

Bolivia organizó -hasta ahora- un par de pe-queñas copas América y un mundial de fút-bol de salón que la FIFA saboteó con todo éxito. Fracasó en su intento por ser la sede del Miss Universo y tiene por delante la orga-nización de un mundial juvenil de Ráquetbol al que nadie le da importancia.

Cuando por fin logramos ser la sede de un evento deportivo de nivel planetario, nada menos que la Federación Internacional de Fútbol Asociado nos boicoteó. Exactamente en las mismas fechas en las que el torneo más importante de futsal se jugaba en La Paz, Santa Cruz, Sucre, Oruro y Cochabamba, la FIFA organizó su mundial de “Fútbol 5” en Guatemala. Adivinen donde escogieron ir la mayoría de los equipos.

Somos el único país de sudaméricano que no cuenta con un festival internacional de bandas al estilo del Lollapalooza en Chile, el Quilmes Rock en Buenos Aires o el Rock’n Rio carioca. Es más, cuando Joan Manuel Se-rrat y Joaquín Sabina realizaron la gira Dos Pájaros de un tiro, rodearon a Bolivia, pero no entraron. Estamos, además, muy lejos de al-bergar eventos como el festival de cine latino-

americano de La Habana o la Fiesta Cultural del Tequila en Jalisco.

La Paz, lo saben todos, es víctima de un veto tácito impuesto por la mayoría de las asociaciones deportivas del mundo. Así, que-da anulada como potencial sede de cualquier evento internacional. Por si fuera poco, antes de cada eliminatoria mundialista, las federa-ciones de fútbol conjuran secretamente para que la selección boliviana no pueda jugar en el Hernando Siles.

Y a pesar todos estos antecedentes de desgracia, nos embarcamos en la organiza-ción del rally más importante y famoso del mundo: el Dakar. El evento, que pasará por el país en enero de 2014, es, por lo menos, 10 veces más grande e importante que un mundial de fútbol de salón. Pocos meses han pasado desde que se oficializó que la carrera de motos y cuadratracks ingresará a Bolivia y la aparición de problemas no se dejó esperar.

Actores de Hollywood rabiosos, oposito-res aún más rabiosos, flaquezas organizativas por parte del Estado y, también, críticas y advertencias de parte de los ambientalistas. Antes de que empiece el rally, Bolivia ya está en una carrera de obstáculos.

[Sean Penn contra el Dakar

Muy lejos del mundo deportivo, el protago-nist de “Yo soy Sam”, ex de Madonna y actual novio de Scarlett Johansson (lucky bastard), planteó al Congreso de Estados Unidos pro-mover un boicot a Bolivia a través de los pa-trocinadores del Dakar.

“Les pido que utilicen su influencia para pedir a los patrocinadores que requieran que se libere al señor (Jacob) Ostreicher como una primera señal de buena voluntad, mien-tras Bolivia sigue trabajando en los retos de su sistema judicial. O les advertiremos que el rally Dakar no entrará en Bolivia”, dijo Sean Penn ante la Cámara de Representantes en Washington.

El estadounidense no habla en broma. Ya comenzó el lobby ante las empresas To-tal, Michelin, Honda, Mitsubishi Motors, Red Bull, Edox, Karcher, Aggreko y Maindru Photo, las principales patrocinadoras del ra-lly, para presionar al país por la salida de su amigo.

“Confío en la buena gente de estas em-presas, que no quieren apoyar la prisión per-petua de los inocentes. Sé que reconocerán la necesidad de una retirada si Bolivia no

actúa. Deben hacerlo por razones prácticas también. Imagínese la tragedia si uno de su propio pueblo o uno de los turistas después del Rally, al pasar por Bolivia, se convertiría en víctima como Jacob. Tras las rejas, en la cárcel, sin cargos, sin pruebas en su contra y sin derechos”, escribió el ganador del Oscar en su blog en el Huffington Post.

El actor ya anunció que no desistirá en su objetivo e incluso va más lejos. En la lectura de Sena Penn, la cooperación estadounidense en cualquier tema está condicionada a la libe-ración de su amigo. Así se lo planteó a El De-ber en Washington hace tres semanas: “Los Estados Unidos podría ayudar a Bolivia mu-cho más en sus casos internos como el acceso al mar si no hubiera de por medio el caso de Jacob. Es como si Estados Unidos estuviera esposado. Creo que mientras no liberen a Ja-cob, los bolivianos no podrán recibir ayuda de Estados Unidos para sus temas como el mar, la despenalización de la hoja de coca y otros”.

Suena descabellado y en realidad lo es. Más cuando consideramos que los contactos con la Amaury Sport Organisation (ASO) por parte del Gobierno son permanentes. El Dakar no es un evento menor y prueba de ello es que no es organizado desde el pequeño viceministerio de Deportes. Los ministerios de Cultura y de la Presidencia encabezan el equipo responsable de llevar este aconteci-miento.

Armin Franulic, presidente de la Federa-ción Boliviana de Automovilismo Deportivo, reveló que el Ejecutivo ya tiene muy avanza-dos los desembolsos que debía hacer para que el rally se desarrolle en suelo nacional sin in-convenientes. No serán menos de cuatro mi-llones de dólares los que invertirá el Gobierno (un hombre de la organización me aseguró que será un poco más) para garantizar el éxi-to del Dakar.

Pablo Groux, ministro de Culturas y hom-bre fuerte de la organización, confía en que “por cada 100 bolivianos que el país invier-ta” se recuperará un monto similar. El plus se encuentra en la promoción turística inau-dita a la que accederá Bolivia. Paquetes para viajero de todos los sabores, aparición en las revistas de turismo de mayor prestigio, horas de transmisión en 190 países en los días que pase la carrera y el movimiento de fanáticos devotos al rally año tras año.

[Los ambientalistas contra el Dakar

Los defensores de la ecología han tomado diferentes posiciones desde que se supo que el recorrido del Dakar incluirá a Bolivia. Las observaciones van desde las solicitudes amis-tosas al Estado de prevención a rechazos ver-ticales a la realización de la carrera.

Quizás la posición más equilibrada es la planteada por el biólogo e investigador Ro-berto Daza, de la Fundación para el Desarro-

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9La Paz, domingo 9 de junio de 2013

llo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia. El experto sostiene que el peligro ambiental merece los mayores esfuerzos por parte de los organizadores y el Estado para la minimización de los impactos ambientales y el daño al paisaje.

“Una vez que se defina la ruta por nuestro territorio, lo que recomendaría es establecer claramente los sitios de parada y las reglas claras de la competencia, para que estos cam-pamentos y los corredores tengan todas las facilidades para no generar un impacto ma-yor, como servicios básicos, alcantarillado, baños móviles que deben ser recogidos para que no se contaminen las aguas de la zona, porque si no hay esa infraestructura adecua-da se utilizará la intemperie”, dijo.

El experto aseguró que el impacto de los motorizados se prueba fácilmente cuando una persona se para al borde de la plataforma de una carretera y siente temblar el suelo bajo sus pies, en tanto los gases del combustible quemado se disipan más fácilmente por la dinámica propia de los vientos en esa región. El ruido de los motores también provoca con-taminación acústica.

“Evidentemente una logística tan grande en un periodo tan corto de tiempo es algo que siempre trae sus riesgos, es tal cantidad de gente movilizada, vehículos, espectadores además de los corredores, todos ellos van a ocasionar un impacto fuerte sobre el área in-volucrada”, dijo.

El Dakar 2014 no contará con la partici-pación de Perú, donde el Museo Paleontológi-co Mayer Hönniger de Lima protestó por el daño irreparable que ocasionó la competen-cia en el Desierto de Ica, mientras que Chile se mantiene como escenario de la competencia a pesar de que el Colegio de Arqueólogos de ese país denunciara a los organizadores de la competencia por la destrucción impune de sitios arqueológicos.

Norberto Ovando, experto de la Comi-sión Mundial de Áreas Protegidas , es más se-vero y señala que este tipo de competencias producen visibles daños físicos por la ruta donde pasan y que las consecuencias directas son erosión, pérdida de suelo, daño a costas y márgenes en los humedales y compactación del suelo.

“Respecto de la fauna silvestre y domés-

tica se registran muertes por atropellos, pérdida de juveniles en zonas de reproduc-ción y anidamiento y efectos indirectos por disturbios al suelo, agua y vegetación”, indica Ovando.

El sitio web energiabolivia.com destaca que, según un estudio reciente de la Univer-sidad Mayor de San Andrés de La Paz, en las zonas aledañas al salar de Uyuni, por donde prevé pasar el Rally, se registraron 93 espe-cies de vertebrados. El ambientalista Cesín Curí explicó que se identificaron 25 especies de mamíferos (26%), cuatro de ellas consi-deradas amenazadas por el Chaetopharctus Nationi, Puma Concolor, Leopardus Jacobita y la Vicugna Vicugna.

Curí indicó también que en la zona se detectaron 61 especies de aves (66%) de las cuales 20 especies fueron acuáticas y 41 te-rrestres, incluyendo cinco especies amenaza-das; 5 especies de reptiles (6%), y dos especies de anfibios.

Hay que reconocerlo, los promotores del rally están más interesados en mostrarle al mundo paisajes extremos que en la preser-vación de la biodiversidad. Así lo reconoce Etienne Lavigne, director del Dakar, quien aseguró estar contento “de que la carrera pase por Bolivia”. “En cada versión tratamos de dar algo nuevo a los participantes. Estamos muy seguros de que el paisaje los impresionara”. Se sabe que los organizadores quedaron maravi-llados con la vista impoluta del salar de Uyu-ni y ese fue un factor decisivo para incluirnos en el recorrido.

[A modo de conclusión

Uno de los efectos negativos de polari-zada cotidianidad en la que vivimos es que tendemos a ver todo entre blancos o negros, como bueno o como malo. Es muy legítima y necesaria la advertencia que viene desde el ecologismo por las posibles consecuencias

que generará el Dakar, sin embargo estos ar-gumentos no deben bastar para rechazar la posibilidad de organizar el rally.

En un país acostumbrado a los eventos medianos, con excepciones contadísimas, te-ner al Dakar tan cerca es un acontecimiento de primer nivel. Posíblemente sea el único de esta dimensión que se acerque a Bolivia en los próximos 50 años. Debemos reconocerlo, la FIFA dejará de ser un ente corrupto antes de que un mundial de fútbol se pueda jugar en nuestro país.

Otro elemento a tomar en cuenta es el desafío que representa organizar parte de un evento deportivo tan grande. El Estado boli-viano deberá demostrar que es capaz de ge-nerar las condiciones para un acontecimiento de primer nivel. ¿Seremos capaces? Apenas faltan siete meses. Los obstáculos ya están identificados. La carrera comenzó. Como lo dijimos antes, hasta ahora apenas tuvimos dos copas América y un mundial(ito) sabo-teado de fútbol de salón.

En Chile hablan de daño irreparableSegún un estudio efectuado por el Consejo de Monumentos Nacionales, una entidad gubernamental chilena, la llegada del Dakar causó daños en seis sectores. Se denuncia la destrucción de piezas líticas, cerámicas, estructuras de piedra y osamentas humanas de hace 9.000 años antes de Cristo. “Cualquier daño al patrimonio arqueológico es invaluable e irreparable”, dijo el secretario ejecutivo del CMN, Óscar Acuña, según la prensa chilena.

“Hay una alteración de un 50% de la superficie, destruyéndose completamente la se-cuencia estratigráfica (sucesión de capas naturales y culturales) y quedando todos los materiales detallados descontextualizados (...) Es factible que se haya afectado de manera absoluta otro tipo de evidencias arqueológicas, constituidas por los fogones que utilizó la gente para procesar los alimentos”, expresa el informe.

Las cifras del Dakar

4 millones Invertirá Bolivia al menos para contar con el rally en nuestro territorio.

67 mil Turistas aguarda Uyuni para los días de carrera que pasen por Bolivia.

1.050 Camas es lo que tiene disponible por ahora la hotelería en Uyuni.

12 y 13 de enero Son las fechas tentativas en las que el rally pasará por Bolivia en 2014.

Vigésimo octavo Bolivia es el país 28 por el que pasa la carrera desde su fundación.

FOTOS: MINISTERIO DE CULTURAS Y TURISMO

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10 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

Maduro se ha mostrado como un presidente sin apoyo que vive sus últimos momentos y no como el hombre que acaba de ganar unas elecciones nacionales a 14 años del inicio del proyecto bolivariano. ¿Seguimos en campaña? La (falsa) batalla del presidente de Venezuela por la legitimidad.

n Manuel Canelas

“El día que me quieras”, una de las obras más conocidas del célebre José Ignacio Cabrujas, se representó en Caracas por primera vez a finales de la década de los 70 del siglo pasa-do. Cabrujas fue, cabe recordarlo, una figura central de la cultura venezolana de los últi-mos cincuenta años. La pieza es una crítica mordaz al socialismo: en la trama aparecen cartas dirigidas a Romain Rolland que nunca se escribieron, viajes a Ucrania planificados por tipos que no saben situar a este país en el mapa y un Carlos Gardel que aparece como difusa promesa de una alternativa: el espectá-culo antes que la utopía.

En 2005, entre marzo y julio, la obra se repuso con notable éxito de público. El crítico Vicente Lecuna se preguntaba el motivo del mismo, y siguiendo algunas ideas de George Yúdice (“en algunos casos… la cultura no tiene ningún ‘en sí mismo’, no es sino un recurso para la política”) apuntaba: “si la oposición ve-nezolana había fracasado a la hora de despla-zar del poder al presidente Hugo Chávez por medios no democráticos en el golpe de 2002, y por medios democráticos en el referéndum de 2004, y los partidos políticos y sindicatos ya no tenían el respaldo ni el prestigio de otros momentos, “El día que me quie-ras” podría corresponder a lo anterior: una forma cultural de hacer política, un uso de la cultura como recurso”.

Sin embargo, a pesar del éxito de esta re-presentación, o de otros productos culturales fuertemente críticos con el chavismo (como por ejemplo el ensayo de la escritora Ana Te-resa Torres, “La herencia de la tribu”, publica-do en 2009, que se convirtió en un best seller en las tradicionales librerías de los distritos más acomodados de la capital), la oposición política no parece haberse conformado con entender la cultura como un recurso para hacer política ni haber renunciado a medios no democráticos para desplazar al chavismo del poder.

[Puesta en escena abril de 2013

La estrategia puesta en marcha por Henri-que Capriles y la Mesa de Unidad Democrática (MUD), después de su ajustada derrota en las elecciones del pasado abril, tiene como obje-tivo central erosionar la legitimidad demo-crática de un Gobierno salido de la voluntad popular y para ello no tiene reparos en incluir llamamientos a las movilizaciones violentas, al desconocimiento de las instituciones y los pro-cedimientos establecidos en el país, y a llevar a cabo esta peligrosa campaña con el indisimu-lado apoyo de la derecha internacional y, sobre todo, de los medios de comunicación afines.

En este último apartado, cabe detenerse, por lo paradigmático, en el comportamiento del principal diario español, El País, cuando aborda asuntos relacionados con la izquier-da latinoamericana, sobre todo si se trata de Venezuela, hace palidecer a la imaginación reaccionaria a la que nos tienen (mal)acos-tumbrados panfletos como el hondureño El Heraldo o el boliviano El Mundo. Recorde-mos que el editorial del diario español del día 13 de abril de 2002, titulado “Golpe a un caudillo”, no solo hacia responsable a Chávez del golpe de Estado que acababa de ocurrir en el país caribeño, sino que lo calificaba de la siguiente manera: “La situación había alcan-zado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón”. Empujón… esta muestra de ingenio serviría de inspira-ción para que El Heraldo calificase, años des-pués, el golpe que se le daría a Manuel Zelaya como “maniobra constitucional”. Como se ve, la tergiversación sobre lo que ocurre en Ve-nezuela y la antipatía por el chavismo son marca registrada del grupo PRISA.

Quizás convenga recordar cómo se na-rran de modo distinto las elecciones, y sus consecuencias, en países de la región cuando el resultado ajustado es favorable a uno de los favoritos de El País que cuando el beneficiario del estrecho margen es el heredero del caudi-llo errático. El 2 de julio de 2006 se llevaron a cabo elecciones en México, el resultado fue de 0,56 % de ventaja de Felipe Calderón so-bre López Obrador. El diario El País le dedicó varias editoriales a este tema durante el mes siguiente a la elección. Como por ejemplo el editorial, titulado «Agitación en México», decía lo siguiente: “El derrotado candidato populista tiene todo el derecho a disputar los resultados de unos comicios tan ajustados (...) Pretender trasladar la reivindicación a la calle, manteniendo en estado de agitación a centenares de miles de personas, es una po-lítica irresponsable. No sólo porque hay una clara presunción de validez en los comicios ganados por Calderón....”

Las instituciones electorales mexicanas no contaban, ni cuentan ahora, con mayor núme-ro de elogios que el sistema electoral venezola-no; la diferencia de Calderón fue 3 veces menor que la de Maduro; las “huestes” (como dice El País) de Obrador no se dedicaron a quemar centros sanitarios donde se atienden las clases populares ni a quemar sedes del PAN. Tuvie-ron un comportamiento muy distinto al de las huestes de Capriles, tan distinto, si cabe, como el contenido de los editoriales que El País dedi-ca a ambas situaciones, porque, como resulta sencillo de imaginar, el principal diario español no solo ha publicado varias editoriales sino un sinfín de reportajes que siembran dudas sobre

el proceso electoral venezolano y le hacen el juego, sin ruborizarse, a la estrategia de desle-gitimación de Maduro puesta en marcha por la MUD.

[Pero, ¿seguimos en campaña?

La estrategia de Capriles pretende proyec-tar, interna e internacionalmente, la idea de un Gobierno interino: precario en sus alian-zas internas, incapaz para la gestión e ilegí-timo en su origen. Un escenario donde todo está a punto del desplome y donde solo se vislumbra una única solución en el horizonte: convocar elecciones nuevamente y que él sal-ga ganador. La estrategia está bien diseñada y no tiene reparos, como se ha visto, en hacer uso de métodos no necesariamente democrá-ticos. También se ha mostrado hábil al dispu-tar como propia, quien lo diría hace poco, la figura del propio Chávez. De la mano de un extenso abanico de aliados y recursos, han sido capaces de manejar el tempo político y, aunque en más de una ocasión parecía que el guion estaba a punto de fallarles y que el coro se iba a dar cuenta de la farsa, esto no ha sucedido (sobre todo por la astucia de Ramón Gómez Aveledo, hombre fuerte de la MUD). Capriles ha logrado, y esto no es un dato me-nor, conseguir beneficiarse de un trasvase de votos del oficialismo significativo, mismo que no puede ser despachado por el chavis-mo como mera traición, como si fuese culpa del pueblo que se traiciona a si mismo y vota contra sus intereses. Llamarle a esto análisis no pasa de ser un acto de fe.

En esta idea de proyectar una imagen de interinato es necesario mantener cierto cli-ma de campaña, conseguir que el presidente Maduro se comporte casi como un candidato asediado, a la defensiva, como alguien a pun-to de perder las elecciones sin recordar que las ganó en abril pasado. Y en esto la MUD también ha tenido relativo éxito, no tanto porque Maduro siga usando la desafortuna-da figura del pajarito (algún lector boliviano podría pensar que se trataba de una hábil re-ferencia al “Paraíso de los pájaros parlantes”, de Teresa Gisbert, lamentablemente este no es el caso) sino porque se ha dejado arrastrar a este ficticio clima de campaña en dema-siadas ocasiones y se ha mostrado como un

presidente sin apoyo que vive sus últimos momentos y no como el hombre que acaba de ganar unas elecciones nacionales a 14 años del inicio del proyecto bolivariano y que cuenta, de modo abrumador, con la mayor parte del poder institucional en el país (casi todas las gobernaciones y una holgada mayo-ría en la Asamblea).

De este modo, por ejemplo, se pueden entender las desproporcionadas reacciones ante las declaraciones del ex canciller peruano Roncagliolo. Conviene no olvidar que este fue, junto al presidente Humala, el organizador de la reunión de emergencia de UNASUR que tuvo lugar en Lima pocos días después de las elecciones de Venezuela y de la cual salió un respaldo firme a la victoria de Maduro. La pe-tición posterior de Roncagliolo de “tolerancia y diálogo entre los venezolanos” quizás no era pertinente o, incluso si se quiere especular, no era inocente en la línea de fortalecer el clima de inestabilidad y zozobra que busca Capriles pero eso no justifica que la reacción haya sido, primero, puesta en escena por el propio presi-dente Maduro y, segundo, empleando térmi-nos innecesariamente duros, que bien podrían revelar nerviosismo e improvisación en la bús-queda de enemigos. En todo caso para que una reacción de molestia diplomática sea severa y tenga consecuencias no tiene por qué ser ex-plicita, es decir, deberían haberse usado otros canales y el canciller Jaua tendría que haber sido el encargado de las mismas. La conclusión es que la posterior renuncia de Roncagliolo se leyó en Perú como un precio que Humala tuvo que pagar a Maduro y, por si algo faltase, inclu-so Capriles aprovechó para mostrar su solida-ridad con el ex canciller…

Algo parecido ocurre con el reciente im-passe con el presidente Santos por haber re-cibido en audiencia a Capriles. No hay porque pensar que es una decisión ingenua, Santos es el artífice de la Alianza del Pacífico e incluso desea que Colombia se integre a la OTAN. Es una suerte de Piñera pero mucho más hábil e inteligente. Ahora bien, fue también Santos el presidente que, en una larga entrevista al dia-rio El País, recordó que Felipe Calderón había ganado por un margen tan estrecho o menor que Maduro y que gobernó su país durante seis años. Para que Capriles y Santos conspi-ren no hace falta una reunión bajo todos los focos, es por eso que la reacción del Gobierno venezolano, antes de ayudar sin querer a que se estreche la relación entre ambos, debe ser más cauta e inteligente, más propia de un Go-bierno que de un comité de campaña.

En la tierra donde más se baila a Carlos Gardel, algo similar le vino a decir Cristina Fernández a Nicolás Maduro: “Al odio hay que responderle con amor y con gestión, fundamentalmente con gestión y gobierno porque si uno se detiene a contestar se pier-de tiempo, se pierde energía en las cosas que realmente debemos hacer” Y si, en todo caso, uno encuentra tiempo y decide contestarle a todo el mundo, no hay porque hacerlo con micrófonos alrededor.

¿Estás listo, Maduro? Asedio mediático, debilidades y torpezas del “sucesor”

El día que me quieras

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11La Paz, domingo 9 de junio de 2013

El reino de los doctorcitos: de la judicialización de la política a la judicialización del deporte. Parafraseando a Gary Lineker, el fútbol es un deporte de once contra once en el cual siempre gana un abogado.

n Mario Murillo

Al finalizar en 2012 el campeonato Clausura del fútbol profesional boliviano, el presiden-te del club Aurora anunció que reclamaría una “auditoría arbitral”. Según Rodolfo Ace-vedo, había que someter a examen todos los arbitrajes de todos los partidos disputados por su club durante el torneo. Así Aurora re-cuperaría los puntos que con sus decisiones le arrebataron los árbitros. Esta declaración del firme propósito de enmendar en la mesa de negocios lo jugado en la cancha expresa limpiamente qué valores mueven a los diri-gentes de la Liga del Fútbol Profesional Bo-liviano (LFPB) y de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).

[El reino de los doctorcitos

Fichar un abogado ducho es mejor que fi-char un buen delantero: alguien que sepa des-hacer los goles que nos hicieron, porque los que hicimos también pueden ser anulados. En el fútbol boliviano cobra vigencia e inten-sidad irónicas la máxima de Marx: “Todo lo que ha sido hecho por los hombres puede ser deshecho por los hombres”. El campeonato Clausura 2013 consagró como campeón al Bolívar pero se vio empañado por impugna-ciones, fallos, apelaciones, recontrafallos que opacaron los brillos de equipos y jugadores y engendraron una incertidumbre que menguó la expectativa por el juego.

Oriente Petrolero impugnó el partido que jugó contra Wilstermann en marzo de este año, por la inscripción antirreglamentaria de un jugador extranjero. Con anterioridad otros clubes habían impugnado, alegando la presencia supernumeraria de jugadores ex-tranjeros en la cancha, en los partidos juga-dos por Wilstermman. El reclamo se fundaba en que el club cochabambino había habilita-do a siete jugadores extranjeros para la tem-porada, cuando el Estatuto dispone que sólo puede habilitarse a seis. Sobre la base de una serie de argucias e interpretaciones de la nor-ma alegadas por hábiles abogados defenso-res, los tribunales de la Liga sentenciaron que ninguna regla había infringido Wilstermann, que retenía así los puntos que le reclamaban.

En cambio, la última querella, promo-vida por Oriente Petrolero, eligió un foco más restricto, pero más astuto: exigió que el Wilstermann presentara los documentos de habilitación de Erick Aparicio, jugador ar-gentino, porque sostenía que su inscripción era inválida. La gambeta tuvo éxito. A pesar de haber desestimado las impugnaciones anteriores, cuando faltaban menos de seis

fechas para que terminara el torneo el Tribu-nal Superior de Disciplina Deportiva (TSDD) de la Federación le concedió una victoria a posteriori a Oriente Petrolero: como en la cancha el partido había acabado en empate, el club cruceño recibió dos puntos extra. Sin embargo, después la Liga revirtió el dictamen del TSDD, por reparar en un vicio de forma: descubrió que el fallo llevaba sólo la firma mi-noritaria de dos de los cinco integrantes del Tribunal. Al cierre de esta nota, con Bolívar ya campeón del Clausura 2013, los dirigentes de Oriente Petrolero sopesan si recurrir a la Justicia ordinaria para demandar al presi-dente de la Liga por daños y perjuicios.

La judicialización del deporte Desde hace una década y media, el nivel

del fútbol profesional es cada vez más pobre, cada vez más patente la sequía de resultados internacionales. El panorama se complejiza debido a la existencia de campeonatos en el circuito amateur que no tienen mucho que envidiarle al fútbol profesional boliviano. En La Paz, la Liga Deportiva El Tejar es en mu-chos sentidos un universo paralelo al fútbol profesional donde jugadores de primer nivel participan en este campeonato y prefieren dejar de lado el ámbito de Primera División. Entretanto, los dirigentes de la Liga y de la Federación han transformado a estas institu-

ciones en corredores judiciales. Los doctorci-tos hacen del fútbol una reñida tragicomedia procesal antes que aquel deporte competiti-vo que dirimen en la cancha once hombres contra once hombres. Tanto la Liga como la Federación interpretan a gusto sus propios reglamentos. Lo hacen con una impunidad que no ha conocido desfallecimientos ni de-rrotas. La popularidad del fútbol y los cam-bios estructurales que ha vivido Bolivia en los últimos años parecen no hacer mella en estas instituciones, islas donde criollos de la clase alta son dirigentes que no rinden cuentas a nadie. Encerrados entre cuatro paredes, los dirigentes hacen y deshacen. No faltan rasgos grotescos, que se exasperan en los enfrenta-mientos legales que oponen a los clubes del fútbol profesional boliviano.

El logro de ganar en mesa a través de ar-timañas legales lo que se perdió en cancha se

ha vuelto un aspecto constitutivo del operar de las instituciones que tienen en sus manos el fútbol competitivo en Bolivia.

[Todas las veces, una farsa

Durante el campeonato Apertura de 2011, un característico cuestionamiento legalista boliviano irrumpió en el fútbol. San José ha-bía ganado por 1 a 0 el partido de ida de los cuartos de final, jugado en Oruro. Desconten-to con el resultado, el club “Aurora impugnó a San José por haber incluido a cinco jugadores extranjeros en su alineación del partido de ida, y que contravenía la norma que obliga a la inclusión de mínimo siete bolivianos de origen” (La Razón, 11 de diciembre de 2011).

El partido de vuelta terminó con un resul-tado a favor de San José por 2 a 0. El tribu-nal debía dirimir el conflicto: qué club debía pasar de ronda. Los resultados “dentro de la cancha” le daban la victoria a San José, pero este club había incumplido la reglamentación del campeonato.

El Tribunal de Justicia Deportiva (TJD) de la Liga fue el ente encargado de zanjar la cuestión. Dio por válida la impugnación de Aurora contra San José. Esta decisión, sin embargo, podía materializarse de dos formas, cada una con soluciones diferentes para el problema. Si decidían seguir la lógica de que la impugnación significaba perder tres pun-tos pero no la diferencia de gol -como indica el Reglamento del Estatuto Orgánico de la FBF-, San José pasaría de ronda. En cambio, si decidían seguir la lógica de que la impug-nación, además de la pérdida de los tres pun-

tos, implicaba la diferencia de gol al respecto -como indica el Código Disciplinario de la FBF-, el club que pasaría de ronda sería Auro-ra. Al no existir una reglamentación única y clara al respecto, la definición que adoptaron los jueces dependió de la norma en la que eli-gieron apoyarse. En suma, se abrió la posibi-lidad de que las definiciones reglamentarias dependan de intereses, posiciones de poder y negociaciones tras bambalinas.

El asunto no se reduce a simplificar y sostener que los resultados deben “ganarse en cancha y no en mesa”. Si fuera así, un club podría ganar un partido con doce jugadores, si para jugarlo contara con el consenso inicial del adversario. En la práctica, parecen impor-tar poco las reglas básicas de la competición, y mucho cómo se pueden utilizar para el bien propio en función a las circunstancias.

[nada es para siempre

La manipulación de las reglas no se limita en Bolivia al fútbol profesional. No es una realidad disociada del resto del las estructu-ras del país: en términos de las regulaciones que norman la vida de las personas, todo puede ser revisado, porque todo es aparien-cia, todo es artificio.

De ahí que lo más importante no sea el carácter –ni la posible modificación- de las reglas. Al no estar incorporadas por los in-dividuos, no importa cómo sean éstas, ni quienes las administren. Los individuos con capacidad de litigar se valen a gusto y placer de las normas, y aducen interpretaciones en-gañosas y retrocesiones que insultan a la ló-gica. Esta situación constante se hace posible porque la opinión pública no está en contra de que las cosas se hagan de esta manera. Con sus acciones diarias, la gente aprueba en su vida cotidiana esta manera de actuar, sin desgarramientos ni reparos. Existe un con-vencimiento colectivo de que las normativas no están para ser respetadas sino antes bien para negociar con ellas.

La cancha y la mesa

El fútbol profesional como parábola de la sociedad boliviana

Fichar un abogado ducho es mejor que fichar un buen delantero: al-guien que sepa deshacer los goles que nos hicieron, porque los que hi-cimos también pueden ser anulados. En el fútbol boliviano cobra vi-gencia e intensidad irónicas la máxima de Marx: “Todo lo que ha sido hecho por los hombres puede ser deshecho por los hombres”.

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12 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

Todo lo que puede pasar por la cabeza durante una premier mundial en el prestigioso festival de cine. ¿Dónde queda Bolivia?

n Juan Pablo Richter

[Fade in.

Jueves 16 de mayo de 2013, smoking negro, paraguas en la mano izquierda, para la lluvia, y cámara en la mano derecha para tratar de registrar, aunque sea, un perfil de la grandio-sa Octavia Spencer, quien se roba la atención de todos en la alfombra roja del Gran Teatro Lumiére. Es la premier mundial de HELI, la nueva película del mexicano Amat Escalante, en el Festival de Cannes 2013.

Ya dentro de la sala, inmensa y glamoro-sa, una seductora voz de mujer habla por el altavoz: “Damas y Caballeros… Amat Escalan-te”. De pronto, todos se ponen de pie y acom-pañan la entrada del director, y su elenco, con aplausos; a unos metros, espera Thierry Frémaux, delegado general del festival, para darles la bienvenida.

Protocolo superado, las luces se apagan; la emoción crece y las cortinas del escenario comienzan a recorrerse dejando ver una in-mensa pantalla en donde, inmediatamente, aparece una animación que termina en el logotipo del Festival; los aplausos vuelven a llenar el ambiente de la sala. Segundos des-pués, la animación desaparece y comienza la película.

En ese momento, en ese lugar… el famo-sísimo Gran Teatro Lumiére; emocionado e

impresionado por el significado, por el am-biente y por la experiencia que se avecinaba… me quedé dormido.

[Corte a:

El agua del Mediterráneo golpea con suavi-dad la arena de la playa; la brisa, fuerte y fría, se hace escuchar por todos lados. Detrás del Teatro Lumiére, se extiende la “Villa Interna-cional”, que es un espacio grande, junto a la costa, en donde se acomodan una cantidad grande de, llamémosles, “cabañitas”; todas blancas, todas con un patio que conecta con el mar y todas con la bandera de su país or-gullosamente izada, bailando con el viento de un lado al otro.

Muy emocionado comencé a caminar por cada una de las “cabañitas”, el asombro y la emoción iba creciendo a medida que me to-caba visitar los espacios apropiados por cada uno de los países del mundo; el primer lugar que me recibió fue la India y, se me pone la piel de gallina, tal vez en mi vida nunca había sentido tanta envidia. Envidia porque era un espacio tan orgulloso de su cine, de su cultu-ra, de su espiritualidad y de su gente; con una sonrisa en la cara, te recibían mientras te sa-ludaban: “Bienvenido a la India”.

Mucho me costó salir del lugar, pero tenía que recorrer el resto del mundo; después de visitar Estados Unidos, Canadá, Alemania, Holanda, Japón, Emiratos Árabes y otros

lugares -todos expertos en transmitir su orgullosa nacionalidad, en ofrecer su país como el mejor lugar del mundo para hacer cine, para apoyar el desarrollo del cine, para entender el cine- llegué al espacio colombia-no y la emoción se hizo mas fuerte; no solo porque, en la actualidad, algunos de mis pro-yectos están muy cerca de realizarse con el apoyo de ese país sino porque era el primer país latinoamericano que me tocaba visitar y la experiencia fue exactamente igual que en los anteriores lugares, increíble; después visi-té Brasil, Argentina, México y Chile y, en ese momento, un escalofrío recorrió mi cuerpo y, aunque quería ignorar lo que sentía, una sensación de miedo se apoderó de mi. Fue cuando mi mente me preguntó lo que yo no quería que me pregunte: ¿Dónde está Boli-via? Y continuó… Nosotros podemos ser tan nacionalistas como los indios, tan talentosos como los estadounidenses, tan trabajadores como alemanes, tan amigables como los co-lombianos… ¿o no? Y volvió a preguntarme: ¿Dónde está Bolivia?

Pretendiendo seguridad, pretendiendo ignorar a mi cabeza y pretendiendo una res-puesta que haga desaparecer el miedo, camine por toda la extensión de la “Villa Internacio-nal” cientos de veces, tratando de aferrarme a la esperanza de encontrar una “cabañita” que muestre nuestra grandeza como país, como amantes del cine, como dueños de las mejores historias, como grandes anfitriones y cuya bandera baile con el viento haciéndose ver por todos.

Así, caminé y caminé, una y otra vez, pero no me quedó mas que asumir el mie-

do, transformarlo en cierta indignación y responder(me): Bolivia no está acá… está todo el mundo menos Bolivia; miraba hacia todos lados, veía y escuchaba a cientos de personas sin rostro haciéndose la burla de mi situación. Entre todos ellos logré identificar a un gran amigo mío repitiéndome con muy buena onda: “Ven a vivir a Bogotá, aplica a nuestros fondos, haz tus películas dónde pue-das hacerlas…”.

Inmediatamente, sentí un golpe fuerte en el codo.

[Corte a:

Desperté sobresaltado. Seguía en mi butaca del Gran Teatro Lumiére. Y, sin más, traté de retomar la historia de la película; ésta termi-nó con los aplausos del caso y, una vez más, protocolo superado, salí del cine.

[Fade Out.

Se me viene a la cabeza una frase del cineasta que mas admiro y respeto, Stanley Kubrick: “Un hombre escribe una novela, un hombre compone una sinfonía, es esencial que un hombre filme una película” e, inmedia-tamente, se me viene una pregunta que, sin ganas de parecer moraleja, no dejo de repe-tirme: ¿Llegará el día que, en este grandioso país, entendamos al cine como una oportuni-dad y no como un obstáculo?

No me importa si es Cannes o en Júpiter, pero quiero aferrarme a la esperanza de que el cine de éste país puede ser el mejor, porque es el reflejo del mejor lugar de la “Villa Inter-nacional” de La Tierra.

La Paz, 2 de junio de 2013

Hace tiempo me diagnosticaron desorden de ansiedad con agorafobia, estuve como tres años sin poder entrar a una sala de cine sin sufrir un ataque de pánico. No podía ir a las pre-miers por la cantidad de gente y las colas, imposible ir a un miércoles 2x1, hasta esperar mi turno en el Candy Bar era todo un reto para mi. Gran castigo de la vida para alguien que quiere ser cineasta.

De repente recibí un  mail que me confirmaba la  acredi-tación  y apoyo económico para mi  participación en el Mar-ché  du Film  de  Cannes, con mi proyecto cinematográfico “Las Malcogidas”, se trataba del Mercado de cine más grande del mundo…Genial!

Cannes, la Meca del cine. Mil personas por todos lados, gente y más gente, filas para la  acreditación, para las entra-das, para el café gratis, para el café no gratis, cola para entrar a una peli, para salir de la peli, para entrar a la fiesta a la que no es-tábamos invitados, para entrar a la que sí fuimos invitados; para conseguir una silla en los workshops, cola para usar el baño de la casita que alquilamos, que estaba hecha para dos pero que compartíamos entre seis. Gente, gente y más gente por todas partes; el infierno para cualquier agorafóbica; ni modo, no me quedo otra que respirar profundo, y meterle nomas…

Tenía que verme bien vestida con mi linda ropa de segun-da mano, tenia que  sonar  segura, estar relajada ante todos,

todo el tiempo; repitiendo una y otra vez la sinopsis de mi pe-lícula en mi “fluido” ingles: “Is the story  about a girl trying to get her first or... orgas... orgs.. orgasm” Me cuesta mucho decir la palabra orgasmo en ingles, no puedo pronunciarla con faci-lidad… irónico, right?. Yo Decía: “es un musical” y el productor gringo me miraba asustado; decía: “actuaré yo” y la importan-te productora española respondía: “NO gracias”; trataba de decir en ingles: “es cine de mujeres para mujeres” y el distribui-dor alemán negaba con la cabeza.

Caminaba por el enorme lugar y veía miles de  afiches, productoras, distribuidoras vendiendo  pelis  que jamás veré, o tratando de hacer  pelis  que  probablemente  jamás se ha-gan, directores que me doblaban la edad matando por cinco minutos de atención de algún productor para hacer su ope-ra prima. Nada me aseguraba que yo no fuera uno de ellos, que mi  peli  no sea una de esas que jamás se  harán  o verán. El Juan Pablo Richter me preguntó: “¿sientes que al estar acá estas más cerca de hacer tu  peli?”, no tenía idea; me venían mil preguntas a la cabeza desde ¿qué hago acá? Hasta ¿para qué hacer cine?. Aunque debo aceptar que está de lujo tener una crisis existencial en Cannes…(la arrogancia de la última oración es absolutamente intencional).

En fin, después de una semana de caminar mucho, de comer  paninis, conocer atractivos extranjeros, aprender

muchísimo, antojarme todas las carteras  Loui Vuitton  y las gafas  Gucci, de horrorizarme  por el nivel de consumo y derroche del primer mundo; de ver las mejores películas en las mejores salas de cine, después de una semana de re-negar porque Bolivia no tiene más presencia en esos even-tos y después de  cruzarme  a dos metros de distancia con David  Hasselhoff; por fin apareció ELLA: rubia, muy bien vestida, alemana, hablaba español (thank god) era amiga de mi amigo#productor#hermano#Rodrigo Bellott, y fue la que dijo las palabras mágicas: “me interesa trabajar con ustedes”.

De  repente  me di cuenta de que todo valió la pena, la agorafobia, el miedo, el ingles mal hablado, las filas, la resaca. Bastó el  interés de una sola persona para que yo encontrara la respuesta a la pregunta del Juan Pa Richter: sí estoy más cerca de hacer mi película, por ser lo que soy y por venir de donde vengo.

El anterior domingo fui al cine, acá en La Paz, después de tres años pude disfrutar de una película entera sin sentir nada de miedo y ansiedad. Creo que era ansiedad por el futuro, an-siedad por mis  decisiones, tuve que viajar 9 mil  kilómetros, de la mano de dos grandes amigos, para sentirme cerca de mi sueño, para poder estar tranquila y por fin perderle miedo al cine, a ir al cine, a hacer cine.

Otra crónica desde Cannes

Mi fluido inglés

Crónicas desde Cannes

El sueño de(l) Lumiére

Page 13: El Desacuerdo #1

13La Paz, domingo 9 de junio de 2013

Aciertos, misterios y ¿futuro? de los títulos elegidos para formar parte del TOP 15 novelístico nacional.

n Edmundo Paz Soldán

En los años noventa, uno de los libros de lectura obligatoria para los estudiantes de un doctorado de literatura latinoamerica-na en los Estados Unidos era Foundational Fictions, de Doris Sommer. En ese libro, la catedrática de Harvard proponía que ciertas novelas del siglo XIX narraban alegóricamen-te ciertos pactos entre clases y grupos étnicos que se proponían como modelos hegemóni-cos de configuración nacional. Cecilia Valdés y María eran más que novelas; eran ficciones fundadoras de una nación. Sommer no men-cionaba a Bolivia, pero era claro que ese lugar lo ocupaba Juan de la Rosa.

Algunos académicos se abocaron a buscar novelas fundacionales de cada país latino-americano para confirmar las tesis de Som-mer. Con el tiempo, sin embargo, no faltaron las críticas a ese modelo de lectura. El crítico peruano Gustavo Faverón fue uno de los más lúcidos en su ataque a la lectura alegórica y en su propuesta de que todas las novelas, in-cluso la bienquerida María, eran un abánico de contradicciones que, más que proponer, deconstruían cualquier posibilidad de una lectura nacional. Faverón también criticaba la importancia que Sommer le asignaba al gé-

nero novelístico en la construcción de la na-rrativa nacional; Sommer no daba ejemplos del Perú porque el centro del canon decimo-nónico del Perú eran las Tradiciones de Ricar-do Palma, narraciones fragmentarias que no constituían una novela.

Recordé todo esto al ver a fines del 2011 la lista de “Quince novelas fundamentales” de Bolivia elaborada por un grupo de especialis-tas bajo el patrocinio del ministerio de Cul-turas. Pensando sólo en el género novelístico, era una lista sensata, que no se preocupaba tanto de la idea de una construcción nacional como de la de una propuesta narrativa tras-cendente. Pese a todo el debate que hubo so-bre la incorrección política de Raza de bronce, la novela de Alcides Arguedas seguía entre las “fundamentales” porque, simplemente, nuestra narrativa ha producido pocas obras de ese nivel (no descarto que en los próximos años haya renovados esfuerzos por sacarla del canon). Dentro de esa sensatez se colaban algunos misterios: ¿cuántos habían leído de verdad a Arturo Borda? La última edición de El loco es de hace cuarenta años, así que ima-giné a los especialistas revisando bibliotecas con afán, trasnochándose para terminar de leer sus 900 páginas antes de la votación.

Más allá de la sensatez, había algo con-

servador en esta lista y tenía con ver con la crítica de Faverón a Sommer, con el hecho de que todavía se seguía colocando al género novelístico como responsable de decir algo trascendente sobre la nación. Es cierto que los especialistas se mostraron más flexibles de lo que en principio parece e incluyeron en la lista un texto que no es una novela: las Crónicas de Arzáns. Pero no es menos cierto que ese texto aparecía como una excepción a la regla y que, si se había sido flexible con Arzáns, los encargados del proyecto debían haber desterrado de una buena vez la idea de privilegiar un género y haber hecho una lista de, simplemente, “libros fundamentales”. Así, por ejemplo, se podría haber incorporado –o al menos debatido la posibilidad de hacer-lo— títulos como Creación de la pedagogía nacional, Pirotecnia y Sangre de mestizos, y se podía haber discutido si Cerco de penum-bras no era más central que Aluvión de fuego.

La colección de “Novelas fundamentales” ya está circulando. Hay que leerlas, discutir-las y proponer revisiones, porque un canon siempre está en movimiento, construyéndo-se y desconstruyéndose a la vez. Mi propues-ta para el futuro es la de descartar la idea de “novelas fundamentales” para reemplazarla por la de “ficciones fundamentales”. Quién sabe, quizás así también podríamos incluir en esta lista privilegiada a libros de poesía como Castalia bárbara o La noche. ¿No que nuestra poesía es mejor que nuestra narrativa?

Sobre las 15 novelas fundamentales

Ficciones fundacionalesDeclaración: La familia Pito es bien Jigote.Aviso urgente: Vendo celular chino en 45 mil dólares (Satelitales).Escupitajo: Baño de impopularidad (Bachelet).Sean Penn: Bebida espumosa que causa acidez al oficialismo.Sean Walker Penn: Whisky favorito de la oposición.Oposición rottweiler: Navarro-cabezazo.COB: vanguardia jubilada.Librepensantes: unos, chatos; otros, delgados.Nostalgia: Somos republic/anos (Atte.: viudas de Goni).Audios: Carmen Eva 2, exSoza 0.Revolución 1: tigre de papel… higiénico.Revolución 2: unos, Jigote; otros, mojigote.Melodía 2025: Do-Re-Re-Re-Mi. (Fdo. TCP).Política pública: cancha de fútbol.Alianza del Pacífico: del ALCA su puntita.Patria Grande: ¿OnTAN? (Fdo. Colom-bia).Deschapando: Jimmy: No te permito. / Ramón: No me permutes.Programa: Bolivia cambia, Evo cunde. ¿Y Samuel? Ay, Samuel.Clamor animal: Indemnización para el Anotigato por daños psicológicos.Puente: TiquiNO (Fdo. Estrechos).Clarín-periodismo: Si así es Lanata, cómo será Lacrema.Dakar 2014: Sean o no Sean.Diferencias: Oficialismo: Red Bull. Oposición: Pit Bull.Cunnilingus: deporte extremo (Michael Douglas).Estrategia marítima: Que Piñera Haya caído en la trampa. Ortografía feisbukera: Al Tribunal del Haiga.Anonymus Bolivia: Andar con el Smartphone bajo el brazo (ATT).Transiciones: de TIPNIS a TIPNuni (Carmelo).Diabluras: Bolivia al Mundial 2022 (Bigotón).Chau chau: USyanoAID.Frente único: Samuel, Costas, Juan, Adrianita y Manfred Presidentes.Consigna: Cocanis y milicos, unidos, jamás serán vencidos.Binomio PT Federal: Manfred-Solares 2014.Rozsa de lejos: Novela (per)judicial.Asilo interruptus: Naranjitay, Pinto Pintitay.Aclaración: Los Pito no tenemos nada que ver con los Pinto.Política antidroga: Antes: que la DEA no me VEA. Ahora: que la NAS se haga GAS.MNR: ¿Auténticos por decadentes o decadentes por auténticos?Ironías religiosas: Vestir a la virgen con billetes cuando sale a reclamar sus joyas.Tarifazo de cierre: mono con chicote.

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14 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

Semblanza literaria

Jesús Urzagasti: Donde estalla la nostalgia por la hermosura de la vida

Constantes y obsesiones en la obra del escritor. Los motores de esta narrativa privilegiada.

n Sebastián Antezana

Todavía hoy, a meses de su fallecimiento, pienso que las dos mejores novelas de Je-sús Urzagasti son las primeras que publicó: Tirinea, en 1967, y veinte años después En el país del silencio. Posteriormente escribió varias otras, pero son estas dos primeras las que muestran de manera privilegiada las preocupaciones y constantes de su obra, la centralidad de la muerte y la memoria en su narrativa, y el itinerario general que marcaría en la literatura boliviana.

De alguna manera, Tirinea y En el país del silencio son dos libros independientes, pero de otra, quizás más entrañable para el lector, ambos son el mismo libro, uno es la prefiguración del otro, o el otro es la versión enriquecida del uno. Fielkho, el personaje central de Tirinea, autor del diario que es el libro, es una suerte de primera encarna-ción de Jursafú, centro y uno de los tres narradores de En el país del silencio. En el primer caso, la narración en forma de dia-rio –en realidad una serie de fragmentos en los que la voz narrativa viaja entre Fielkho y un segundo y capcioso personaje– nos cuen-ta el traslado de Fielkho desde las llanuras chaqueñas hasta La Paz, ciudad en la que empieza a estudiar en la universidad, aun-que finalmente la abandona. El núcleo de la trama envuelve una historia de migración y desarraigo, un traslado del campo a la ciu-dad que durante el siglo XX fue el de gran

parte de la población boliviana y que aquí se nos ofrece por entregas diarias.

Ana Rebeca Prada –quizás la más ex-haustiva e incisiva estudiosa de la narrativa del chaqueño– indica en Viaje y narración: las novelas de Jesús Urzagasti: “El diario en Tirinea es definido como el lugar en el que Fielkho cuenta sus ¨experiencias más ínti-mas¨, en el que despliega una actividad (la escritural) que el cuerpo le exige para vivir, para establecer un equilibrio entre sus ojos y el mundo, en el que ¨arroja un poco de luz sobre su vida¨, y en el que intenta ¨presenciar el mecanismo que moviliza su mundo¨. Esta literatura tiene, pues, aparte de un estatuto testimonial, un cimiento de corte epistemo-lógico también fabulado, es decir, un proyecto

de conocimiento cuyo ¨método¨ es la ficción, la poesía. Un conocimiento, sin embargo, que no está abocado a encontrar el sentido de espectaculares experiencias de vida, sino a fundar una mirada, una manera de estar en el mundo, una forma de vida”.

La estructura de ambas novelas, como la imaginación mítica, parte de un intento de ordenamiento del caos, por lo que los saltos temporales, los cambios de puntos de vista y de narrador, la alternancia de realismo y algo más que realismo, son elementos constituti-vos. En ambas novelas el lector es testigo de una suerte de fundación de los territorios en que en parte transcurren: Tirinea en Tirinea –“Tirinea es una llanura solitaria, con árboles fogosos y cálidas arenas expulsadas del fondo azul de la tierra. Perdida como está en la me-moria de los ángeles, la vida no ejerce allí nin-gún control”– e Ipapecuana en En el país del silencio –“Es tierra parda y humilde, aunque las ondulaciones de los cerros le atribuyan un carácter decididamente misterioso. Con ser única, su estampa se transforma y no se en-trega fácilmente al observador. Si es un indio guaraní quien la mira, asume la imagen de una flor silvestre (…) En cambio cuando se aproxi-

ma el perverso, lo extravía hasta depurarlo”–. Ambos países exhiben y producen marcas cla-ramente identificables con el Chaco boliviano, tierra que en el universo literario de Urzagasti mantiene siempre una misma connotación mítica que la vuelve un imán sensorial, y una

forma de estructurar pensamiento y vida, para sus habitantes lejanos.

En este panorama se hace necesario esta-blecer lazos, vínculos de comunicación con la tierra de origen, sí, pero también con las cosas y las personas que conforman esa tierra de origen; como se sabe, incluso si están muertos. Jursafú, personaje de En el país del silencio, indica: “La más grandiosa comunión con el Universo se da a través de la comunicación con los muertos”, aquellos que los personajes car-gan consigo, pues “no hay ser humano que no termine cargando a sus muertos; no puede de-jarlos en ninguna parte porque son los héroes de su patria incanjeable, el depurado territorio de la nostalgia, el campo santo que alguna vez nos ha consentido la invulnerabilidad de la pu-reza”. Así, es claro que en En el país del silencio hay un activo intercambio de voces fantasma, apariciones de difuntos, constantes diálogos entre la esfera de la vida y la de la muerte que permiten pensar que en el universo de Urza-gasti una y otra comparten un mismo plano de existencia. Esto mismo puede verse en novelas posteriores donde la dialéctica vida y muerte es tan clara como en De la ventana al parque, pequeña novela en la que el narrador crea un espacio en el que sus muertos pueden encontrarse, charlar, llevarse a cuestas unos a otros en una casa ingrávida y plena de belleza.

Esta primera obsesión urzagastiana con la muerte encuentra un correlato preciso en una segunda obsesión con la memoria, que en las novelas se revela como un mecanismo de preservación y vínculo con el futuro. Uno de los claros motores de la narrativa de Ur-zagasti, la memoria empieza a manifestarse como sensaciones –el olor encendido del monte en la noche, el bochorno de media tarde que traspasa soplo a soplo nubes de insectos, la lluvia que cae sobre la leña recién cortada– para después pasar a ser, como dice Fielkho, “la verdadera zona del recuerdo”, aquella en la que todo lo que ha sucedido em-pieza a dejar de suceder para siempre, aquella en la que se entra plenamente en los territo-rios míticos fundados por las novelas. Frente a la pasión de la lógica occidental, Urzagasti privilegia las conexiones salvajes y descentra-das de la memoria, la articulación del pasado más noble, intocado por la razón sistemática en las proyecciones del futuro. Así, conforma en la literatura otra forma de estar en el mun-do, crea otro cuerpo social hecho de un tejido fino y puntilloso, incluso capaz de sustraerse a los influjos del Estado. No es extraño, por lo tanto, y finalmente, que sobre esa memoria y esa corporeidad de la memoria, que sobre esa suma de experiencias sociales e individuales que literalmente se hace carne, Jursafú, al igual que Urzagasti en toda su narrativa, y quizás incluso hoy en la muerte, indique con lentitud que su propio cuerpo “es memoria dormida donde estalla la nostalgia por la her-mosura de la vida”.

Uno de los claros motores de la narrativa de Urzagasti, la memoria empieza a manifestarse como sensaciones –el olor encendido del monte en la noche, el bochorno de media tarde que traspasa soplo a soplo nubes de insectos, la lluvia que cae sobre la leña recién cortada– para después pasar a ser, como dice Fielkho, “la verdadera zona del re-cuerdo”, aquella en la que todo lo que ha sucedido empieza a dejar de suceder para siempre.

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15La Paz, domingo 9 de junio de 2013

¿Fue? ¿La vio y escuchó? Tal vez no sea suficiente. Un material especial de El Desacuerdo sobre esta notable puesta en escena.

n Alfredo grieco y Bavio

Entreverada Bella Gente Oficial y Bella Gente Alternativa acudió en el mayo paceño al es-treno local de la ópera de cámara Nomis Ra-vilob. Unas y otros gozaron y reflexionaron con la música del maestro Cergio Prudencio y el libreto del novelista Juan Pablo Piñeiro. Si el compositor cambió famosamente la S de su nombre de pila por una rebelde C, el libretista extremó audacias verbales en su título onomástico. Piñeiro hizo un invertido del Libertador andino Simón Bolívar y dio vuelta, como un guante, las miserias del his-toricismo. El revés de la trama fulgura, grita y susurra bajo la especie de una rica mitología. El mito encarnó alusivos vestuarios, se paseó entre escenografías fantásticas, y se hizo oír con virtuosas orquesta de instrumentos na-tivos y voces argentinas.

[Comitentes y comedidos

No parece aventurado sostener que des-pués de la crisis de 2001, el gobierno del ma-trimonio Kirchner en Argentina restableció el poder presidencial. Supo asumir el mecenaz-go estatal con regia capacidad de dispendio. El encargo a sus autores de la ópera Nomis Ravilob es uno de los más felices, más eleva-dos ejemplos de ello. Nunca el Estado gastó tanto, ni con mayor puntería, en la Univer-sidad, en las ciencias humanas y sociales, en la promoción de artes y letras. Si para un in-telectual o un artista en la década argentina y menemista de 1990 el mercado ofrecía un horizonte amplio y complacientemente opo-sitor, en los últimos diez años esos mismos talentos hallaron en instituciones oficiales un ámbito de sostenida prosperidad y espar-cimiento. Altos compositores o simples grou-pies se adaptaron con progresiva plasticidad a los requerimientos de los nuevos escenarios donde la redistribución de papeles y libretos fue tan incesante como alentadora para quie-nes abrigaban esperanzas de vivir del arte. La movilidad cultural compensó la inmovilidad social, según tematizó el film Francia (2010) de Adrián Caetano.

[Ropajes e investiduras

El mismo director uruguayo Caetano había presentado en 2001 su film Bolivia, cuando el país era sólo una República. En la perua-na Feria del Libro de Arequipa (noviembre de 2011), varios autores bolivianos fueron preguntados sobre qué había florecido para las artes desde la fundación del Estado Plu-rinacional. Según el narrador y decano de los antólogos bolivianos, Manuel Vargas, el flore-cimiento había tenido su centro, y tal vez su límite, en las artes escénicas. El aserto central

parece verificarse en la producción boliviana de Nomis Ravilob. La nueva puesta en esce-na, financiada en el país, ha sido una suma de opciones fuertes. La imaginación boliviana no se ha sentido confinada a las fronteras plurinacionales, ni impedida por el lastre de la tradición andina, según dijo a El desacuer-do la vestuarista y escenógrafa Viviana Balz: “Basta de aguayos, nos inspiramos en Game of Thrones”.

Con el ingreso al Mercosur en puer-tas, Bolivia y Argentina parecen coincidir, como por una armonía preestablecida, en sus gustos estéticos. Son conocidos el fa-natismo, el amor, la erudición de Cristina Fernández de Kirchner por la sanguinolenta serie norteamericana Game of Thrones. La presidenta argentina twitea sus intuiciones y deseos acerca del desarrollo de la trama; llegó a pedirle a la distribuidora de HBO que le adelantara, a título personal, una temporada completa. “Es peronismo medi-eval fantástico. O real maravilloso”, define a pedido de El desacuerdo el periodista de prensa y radiotelevisión argentinas Nicolás Wiñazki. Por la resurrección, en sus novelas, del realismo mágico, que nutrió al boom de la narrativa latinoamericana en la década de 1960, había sido saludado, no sin mérito, el libretista Piñeiro.

[Entre el cosmos y la vida cotidiana

A los oídos del melómano, el título Nomis Ravilob suena eslavo, tan rusófilo como Bo-ris Godunov. Nunca son inocentes las reso-nancias. La ópera completada en 1873 por Modesto Mussorgsky dramatiza el conflicto entre el zar nacionalista Godunov –fundador de una breve dinastía- y su Némesis, el falso Dimitri. Nomis Ravilob tiene en su eje de ro-tación y traslación el autocuestionamiento del héroe Bolívar, las presiones de propios y extraños, los límites y las posibilidades en un continente que progresivamente, gracias a la música vocal e instrumental de Pruden-cio, a las palabras de Juan Pablo Piñeyro, al dinamismo de las imágenes alevosamente elegidas y atinadamente proyectadas sobre la pantalla por Carlos Piñeyro, se revela menos como la América de los mapas imperiales que como Abya Yala, qhip nayr uñtasis sarnaqa-pxañani.

Todos los años, la revista National Geo-graphic organiza un concurso donde partici-pan todas las escuelas norteamericanas. La pregunta de la final de 2013 fue “¿Cuál es el punto geográfico más alejado del centro de la Tierra?”. Ganó un niño de 12 años del pueblo de Plainville. Como el globo terrestre en parte alguna es más ancho que en el Ec-

uador, la respuesta ganadora es el pico del Chimborazo. “El sueño del Chimborazo”, un texto del puño de Simón Bolívar que el gran novelista chaqueño Jesús Urzagasti hacía leer en la Universidad Católica Boliviana a alumnos como Piñeyro, está en la base de la concepción de Nomis Ravilob. El sueño, la ensoñación diurna y nocturna, el utopismo, el delirio y la acción guiada, o corregida, an-tes que impedida, por ellos, han sido siempre móviles y fines de la obra del libretista.

[La más alta esfera

En el foyer del Centro Sinfónico Nacional, mientras otro hermano Piñas, Mario, vendía cupcakes que hacen furor en la Zona Sur paceña, un historiador de la UMSA sugería a El desacuerdo que, como por un barroco basso continuo, la opereta entera se veía sos-tenida por una parodia, acaso de homenaje, al Monumento-Museo a Evo Morales en el

pueblo cochalo de Orinoca, redoblando, o desdoblando, su visión chakanista y sus sím-bolos animales andinos. Sin embargo, nada parece más alejado de la voluntad de Nomis Ravilob que una parodia de la petite his-toire humana. Prefiere señalar, como la oda renacentista de fray Luis, aquellas vías que conducen a un más allá: El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada, por vuestra sabia mano gobernada. Y el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida de su origen prim-era esclarecida. Música sabia, reflexión sobre los orígenes por detrás de aquellos orígenes que se proclaman nuevos, Nomis Rabilov promete ser a su vez una referencia alta como el Chimborazo para géneros musicales y narrativos a los que la Bolivia del Estado plurinacional comienza a atender, si no to-davía a admirar. A cuyo son

Acerca de la ópera presentada por Cergio Prudencio y Juan Pablo Piñeiro

nomis Ravilob: La pesadilla de la historia y el despertar de los mitos

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16 La Paz, domingo 9 de junio de 2013

Somos un país signado por tres mega formaciones geográficas y ecológicas: los Andes, el Chaco y la Amazonía. ¿Cómo juega esto en nuestra historia? ¿En nuestras vidas?

n Pablo Cingolani

Vivimos en un país tan diverso, con tantos paisajes y rostros, que no se hace falta leer a Kant para darse cuenta de algo que escribió Zavaleta: el conocimiento del territorio con-vierte a la geografía en poder.

Así nomás es, y es bueno que así también se lo sienta: cuanto más se conoce la descon-certante geografía de Bolivia, no sólo se la quiere más, si no que se la comprende me-jor. De ahí, la gravitación fundamental de lo geográfico en todo lo que nos rodea: desde el día a día, el vivir cotidiano, hasta las políticas estratégicas del Estado, están marcadas por el espacio que habitamos y eso aquí, insisto, hay que asumirlo. Como bendición, sin prejuicios; como desafío sensible, acaso.

Somos un país signado por tres mega formaciones geográficas y ecológicas: los Andes, el Chaco y la Amazonía. La tensión dinámica y creativa entre ellas, nos define como el verdadero corazón sudamericano. A la vez, promueve una multiplicidad de ecosistemas naturales, y aún careciendo de mar, figuramos entre los estados con mayor diversidad biológica del mundo entero. Esto no es solamente producto de la causalidad geográfica: hay todo un saber ancestral, todo un conocimiento en el manejo de la naturaleza, que convierte a Bolivia en algo

fundamental, y que muchos menos ateso-ran: nuestra patria es centro de origen, de domesticación y crianza, de algunas plantas maravillosas como el ají o la papa. ¿Qué hu-biera sido de Irlanda o de Polonia o de media Europa sin el tubérculo que nació cultural-mente en los Andes? ¿Qué sabor tendría la comida sin nuestro picante?

Con lo que anotamos, estamos transi-tando la huella de dos especialidades de la

geografía que en Bolivia deberían tener prio-ridad en los estudios académicos y científicos: la geografía cultural y la geografía histórica. Ambas convergen al poner en el centro de la interacción con el espacio y con el tiempo al ser humano, a las personas de carne y hueso, que son las que forjan, a su modo, a veces de manera dramática, a veces de manera armo-niosa, los mil y un rostros de la naturaleza.

Nuestros antepasados tuvieron mucho más claro todo esto que nosotros. Me refiero a lo que señalaba Zavaleta: el conocimiento del territorio, y por ello, el respeto, la com-prensión y la interacción armoniosa con los diferentes ecosistemas que nos habitan, algo que un investigador boliviano medular como el orureño Ramiro Condarco Morales ya había analizado y escrito a principios de la década del 70 del siglo pasado, estudiando a las culturas indígenas-originarias y a sus he-rederos.

Condarco advirtió con precisión relojera que había una complementariedad o “sim-biosis interzonal” entre los distintos ecosis-

temas y que en el espacio-tiempo andino-amazónico se vivió un “proceso que tuvo la virtud de unir las zonas simbióticas transver-sas relativamente aisladas en un todo socio-político unificado, donde las bases ecológicas y económicas… fueron la base o el secreto de la constitución de las grandes estructuras po-líticas, especialmente encarnadas por Tiwa-naku o el Imperio Incaico”.1

Lo que expresó don Ramiro, en otras pa-labras, es esto: los grandes Estados de nuestra antigüedad se construyeron y se afirmaron sobre bases económicas que dependían de su visión ecológica. Ese era su “secreto”, hermosa palabra/conjetura que hasta hoy nos persigue, ya que, traducido en términos que nos acucian, Condarco planteó que incas y tiwanakotas promovieron gobernabilidad y convivencia socio-política y desarrollo económico en base a la sostenibilidad ambiental de las mismas.

Esto se empieza a romper, a quebrar, a desestructurar con la invasión europea: los españoles con las reducciones, la encomien-da, la nefasta mita toledana (por el virrey To-ledo, que fue lo más parecido a Goni que hubo durante la dominación hispana), la perversa extirpación de idolatrías y su codicia extracti-va, acaban con el modelo o sistema (¿o modo de producción?) andino-amazónico, ese que el antropólogo rumano Murra —mucho más conocido que nuestro pionero y meritorio Ramiro Condarco— popularizó en el mun-do académico como el control vertical de un máximo de pisos ecológicos.

Atreverse a ser boliviano, como profé-ticamente proclamó Carlos Medinaceli, es atreverse también a indagar, explorar y sentir la geografía de la patria, hacia atrás pero tam-bién hacia adelante, como búsqueda y hallaz-go, algo que buscaremos motivar a través de estos textos.

nota1 Ver Ramiro Condarco/John Murra: La teoría de la complementariedad vertical eco-simbiótica. Hisbol, La Paz, 1987, edición de Javier Medina.

La (antigua) relación entre las bases económicas y la visión ecológica

geografía y poder

Condarco advirtió con precisión relojera que había una complementa-riedad o “simbiosis interzonal” entre los distintos ecosistemas y que en el espacio-tiempo andino-amazónico se vivió un “proceso que tuvo la virtud de unir las zonas simbióticas transversas relativamente ais-ladas en un todo socio-político unificado, donde las bases ecológicas y económicas… fueron la base o el secreto de la constitución de las gran-des estructuras políticas, especialmente encarnadas por Tiwanaku o el Imperio Incaico”.