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1 EL NUDO DE LOS PACTOS POLÍTICOS José Luís Heras Celemín 11 de febrero de 2016 ROTARY MADRID-CASTILLA. PONENCIA Hotel Meliá Fénix; c/ Hermosilla, 2. MADRID Aurelio Montaño, mi amigo Aurelio, me sugirió hace tiempo que aprovechara mis vivencias en torno a la realidad parlamentaria y que compusiera una Ponencia para compartir con ustedes los análisis políticos que, a modo de píldoras, suelo publicar en los me- dios para los que escribo. Acepté la propuesta y acordamos buscar un momento en el que los análisis fueran atractivos. Hace unos días, a la vista de la realidad política y de lo que estaba pasando, creí que éste podía ser un momento adecuado. Lo comenté con Aurelio y estuvimos de acuerdo. Me tocaba entonces hacer dos cosas: Pensar cómo componer la exposición. Y buscar un título para ella. Como nos encontramos ante lo que voy a llamar “La represen- tación de la obra política del momento”, se me ocurrió componer la Ponencia siguiendo los hábitos que se usan a la hora de escribir. En algunos escritos, artículos de opinión, novelas, representaciones teatrales y demás obras literarias es habitual dividir el contenido en tres partes definidas: Exposición, nudo y desenlace. Así se lo trasladé a Aurelio en un mensaje: “Mi intención es exponer las similitudes que existen entre una "representación teatral clásica" y la realidad política – le dije – Ya hemos pasado la "exposición", primer acto de la obra, que consistió en preparar el escenario, defi- nir personajes, hacer las elecciones como se hicieron y analizar re- sultados. Con la "exposición" hecha, ahora toca "el nudo", o segun- do acto en el que se tejen tramas y equilibran tensiones para man- tener un interés que ha de desembocar en un "desenlace" para ac- tos siguientes. Un desenlace que no es inexorable, único ni definiti- vo. Porque "la obra sigue", o debiera seguir. Y porque los posibles

El nudo de los pactos políticos, por José Luís Heras

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EL NUDO DE LOS PACTOS POLÍTICOS José Luís Heras Celemín 11 de febrero de 2016

ROTARY MADRID-CASTILLA. PONENCIA Hotel Meliá Fénix; c/ Hermosilla, 2. MADRID

Aurelio Montaño, mi amigo Aurelio, me sugirió hace tiempo que aprovechara mis vivencias en torno a la realidad parlamentaria y que compusiera una Ponencia para compartir con ustedes los análisis políticos que, a modo de píldoras, suelo publicar en los me-dios para los que escribo. Acepté la propuesta y acordamos buscar un momento en el que los análisis fueran atractivos.

Hace unos días, a la vista de la realidad política y de lo que estaba pasando, creí que éste podía ser un momento adecuado. Lo comenté con Aurelio y estuvimos de acuerdo. Me tocaba entonces hacer dos cosas:

Pensar cómo componer la exposición.

Y buscar un título para ella.

Como nos encontramos ante lo que voy a llamar “La represen-tación de la obra política del momento”, se me ocurrió componer la Ponencia siguiendo los hábitos que se usan a la hora de escribir. En algunos escritos, artículos de opinión, novelas, representaciones teatrales y demás obras literarias es habitual dividir el contenido en tres partes definidas: Exposición, nudo y desenlace.

Así se lo trasladé a Aurelio en un mensaje: “Mi intención es exponer las similitudes que existen entre una "representación teatral clásica" y la realidad política – le dije – Ya hemos pasado la "exposición", primer acto de la obra, que consistió en preparar el escenario, defi-nir personajes, hacer las elecciones como se hicieron y analizar re-sultados. Con la "exposición" hecha, ahora toca "el nudo", o segun-do acto en el que se tejen tramas y equilibran tensiones para man-tener un interés que ha de desembocar en un "desenlace" para ac-tos siguientes. Un desenlace que no es inexorable, único ni definiti-vo. Porque "la obra sigue", o debiera seguir. Y porque los posibles

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desenlaces serán consecuencia de la forma de "hacer y desenredar el nudo".

Por eso el título de ésta EL NUDO DE LOS PACTOS POLÍTICOS

También le apunté algo más: Puede que la palabra "nudo", del títu-lo, sea motivo de confusión porque es a la vez "lazo que ata" y "tra-bazón de sucesos que preceden a un desenlace". Intentaré compa-tibilizar los dos.

Antes de entrar en el nudo, repasemos la exposición previa:

El resultado de las últimas Elecciones Generales ha creado un escenario político distinto a lo conocido y muy especial, en el que, tras la valoración de los resultados electorales, los personajes que han aparecido en escena, después de casi 2 meses, no han logrado una solución de continuidad. Ni permiten predecir cómo se va a ha-cer un Gobierno o quién se va a hacer cargo de él.

Hasta ahora estábamos acostumbrados a que las fuerzas po-líticas de la derecha se fueran alternando con las de la izquierda en el Gobierno. Y así se han asentado dos partidos hegemónicos, el PP y el PSOE, para construir lo que hemos conocido como “biparti-dismo”. Un bipartidismo que ha ido manteniendo el sistema, mien-tras evolucionaba a su ritmo; y donde han tenido cabida algunos otros partidos de ámbito nacional o regional.

Pero ahora, el bipartidismo conocido se ha transformado en otra cosa: hay 4 grupos políticos, PP, PSOE, La Coalición electoral Podemos y Ciudadanos con 123, 90, 69 y 40 diputados, que juntos suman 322, de los 350 que hay y deciden en el Congreso de los Diputados. Además, en la otra cámara parlamentaria, en el Senado, existe una mayoría absoluta del PP, que puede hacer y deshacer según le permite la ley.

Ésta es la situación actual.

Vayamos ahora al nudo en que nos encontramos: Un "lazo que ata" trabando a las fuerzas políticas nacionales con mayor repre-sentación parlamentaria en un todo nacional. Y una "trabazón de sucesos que preceden a un desenlace".

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Como en todos los nudos, si se aíslan partes de la madeja y se separan de ella, será relativamente fácil aclarar esas porciones de cuerda y desenredar las trabazones internas.

Parece evidente, que si se aíslan, uno a uno, el PP, el PSOE, Ciudadanos o Podemos del resto, será más fácil que desenmara-ñen sus conflictos y sus nudos internos. Ocurrirá algo parecido si a la hora de “aclarar nudos” se van tomando 2 o más agrupaciones políticas juntas. En ambos supuestos, se ordenarán y aclararán porciones de cuerdas, pero se habrá roto la madeja.

Falta por precisar hasta qué punto puede romperse la madeja y que longitud de ésta es necesaria para que pueda ser útil. Por eso, hay que entrar en algunos de los enredos parciales más significativos:

Dado el resultado electoral conocido, la realidad interna de los grupos políticos, la personalidad de los actores principales de la re-presentación, las características propias (ideológicas, de proceden-cia, de destino…) y - no lo más importante pero sí lo más útil a la hora de hacer previsiones – los intereses personales y de las fac-ciones de cada formación, parece necesario ocuparse de al menos una primera docena con algunos de esos enredos parciales:

1.- Sin el concurso de los demás, votando afirmativamente o abs-teniéndose, los partidos mayoritarios (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) no pueden alcanzar la investidura ni formar go-bierno. Es decir, la soledad trunca la posibilidad de formar Go-bierno. Esto es tan así y hay tantas posibilidades de pactos y alian-zas que, desde hace unos días, circula un juego para tratar de acer-tar cómo se va a formar gobierno en función de las apetencias de cada uno para “casar” partidos políticos y partidas de políticos. La Agencia de noticias Europa Press ha colgado en la red un juego que voy a explicar.

2.- Los Programas electorales y las Promesas que llevan implíci-tas suponen condicionantes importantes a tener en cuenta. No son definitivos, ni serán respetados en su totalidad, pero condicio-narán a todos sin que sea posible predecir hasta qué punto. Desa-rrollando este nudo, veremos algunas de las transformaciones de

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los Programas Electorales primitivos; y cómo las metamorfosis per-sonales se van sucediendo sin que los “evolucionados” tengan por sí mismos el respeto que el electorado espera en sus líderes. Espe-cial relevancia tendrá en este apartado lo ofertado por todos, cada uno en su postura, sobre la situación territorial del Estado: La situa-ción de Cataluña, la resolución del Problema catalán, el estatus po-lítico y fiscal de Navarra y el País Vasco, y lo que lleva aparejado.

3.- Con algunas excepciones, muy matizadas, en los Partidos Polí-ticos mayoritarios no hay uniformidad. Ni criterio único, ni unidad de acción, ni afán compartido, ni intereses comunes. Tampoco exis-te una autoridad única capaz de definir una línea de acción clara y coherente. Aunque no han aparecido, aún, en oposición a lo ante-rior, sí existen aspiraciones privadas, condicionantes persona-les aislados e intereses de facciones aisladas que dificultan, y en algún caso impiden, el proceso negociador de los grupos de nego-ciadores compuestos al efecto.

4.- Los grupos negociadores, y los que les eligieron dentro de ca-da formación política, no en todos los casos sirven al interés na-cional y al partido que representan. Por el contrario, en muchas ocasiones la negociación se subordina a otros propósitos. Como ejemplo, se puede echar un vistazo al e quipo negociador socialista: Hecho en defensa propia, por Pedro Sánchez y Luena, se ha com-puesto no buscando el interés general del partido sino el beneficio personal de Sánchez. Lo forman Antonio Hernando, Meritxell Batet, Rodolfo Ares, Jordi Sevilla, María Luisa Carcedo y José Enrique Se-rrano.

5.- A pesar de disfrutar de un teórico derecho a una información ve-raz, es lo cierto que la información está mediatizada y que los me-dios de comunicación, motu proprio en unos casos y obligados en otros, trabajan a favor de lo que se conoce como “política informa-tiva en beneficio de la casa y de la casta”. A título de ejemplo, en TVE, con sus guerrillas internas, se cuestionaba estos días la con-veniencia de privar al PP del control de los servicios informativos mientras el Gobierno esté en funciones para evitar lo que algunos entienden como “manipulación informativa”. En este sentido, desde algunos partidos políticos se ha ofrecido a los sindicatos defender

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ante la Comisión correspondiente la “impunidad profesional” para que los redactores libres puedan hacer información al margen de purgas y vendettas.

6.- Líneas rojas, que no son otra cosa que intentos de colocar bas-tiones, pretendidamente infranqueables, con los que condicionar negociaciones y pactos. Por lo que se ha hablado y argumentado sobre ellas, y se argumentará en el futuro, son de reseñar como lí-neas rojas del momento: La organización Territorial del Estado, Po-líticas Sociales, Condicionantes de mercado, Estabilidad Presu-puestaria, y todo el conjunto de Reformas de las que se habla estos días. Entre ellas, hay dos tipos de líneas: Hasta dónde no se puede llegar en cesiones; y qué es lo que obligatoriamente hay que cum-plir. En función de las Líneas rojas marcadas por cada grupo, se genera una dinámica dialéctica peculiar, que condiciona el compor-tamiento de todos e influye en los nudos para alcanzar acuerdos.

7.- Cordones sanitarios. O “con quien no me arrejunto yo”, que re-presenta una estrategia medida y de un alcance superior al mero acto imprevisto. El cordón sanitario significa la forma de limitar la capacidad de comunicación del adversario privándole de algunas de sus oportunidades de relación. Su práctica, cuestionada en diversas ocasiones, no está prohibida ni regulada y se ha convertido en un arma que se usa para: Privar de comunicación a una víctima. Deni-grar al victimado y Estigmatizar a quien la usa. En la actualidad, asistimos al intento del PSOE de crear un cordón sanitario frente al PP que ha sido seguido por una parte importante de los grupos polí-ticos y que, por lo que parece, va a provocar perjuicios al PP victi-mado y a los que lo han intentado practicar.

8.- Actividad política de dos tipos de actores: Viejos y Jóvenes. Viejos y jóvenes que, con alguna excepción puntual, se encuadran en los partidos de largo recorrido los primeros (PSOE y PP) y en los de reciente creación los segundos (Podemos y Ciudadanos). La di-visión, y nudo, no se reduce a las energías y características propias de la edad. Supone, además, algo de mucha más importancia y ca-lado: La forma de actuar en la realidad política. El replanteamiento del orden establecido y de las leyes que lo posibilitan. La conformi-dad o beligerancia con las formas de actuar. Y el respeto a la histo-

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ria, a la legalidad y a las normas. Todo esto lleva a una acción, de las estructuras jóvenes; y a una reacción, de las viejas, que alteran la situación y producen nudos múltiples. Uno de ellos, ejemplo re-ciente en estos días, visto por todos y no analizado aún en profun-didad, es el que existe en el llamado “Programa para un gobierno progresista y reformista” con el que el PSOE intenta lograr la inves-tidura de Pedro Sánchez. La simple lectura del mismo, da cuenta del intento del Secretario General del PSOE (usando a jóvenes y no tanto), de “adelantar en las reformas” a los Jóvenes recién llegados. Como se ve en el programa, una vez desechada la ampulosidad propia de la jerga de la izquierda, las propuestas, aun con el fin concreto inmediato de lograr la investidura, desbordan el objetivo primero para convertirse en una especie de “revolución desde aden-tro”, infinitamente más importante de lo que parece a primera vista, que tendrá consecuencias inmediatas para los pactos. Otros ejem-plos, más importantes por lo que suponen que por lo que son en sí mismos, son las manifestaciones de Ada Colau en Barcelona, dis-tinguiendo entre leyes que se deben cumplir o no; o las declaracio-nes de ayer mismo de la portavoz del Equipo de Gobierno del Ayun-tamiento de Madrid, que, pendiente de una sentencia, advertía que la condena posible no le afectaría ni supondría el abandono de la concejalía.

9.- Periodo inicial: Aprendizaje, vestidos y posturas. A la vez que se producen los nudos previos al intento de Investidura de Sán-chez, se asiste en estos días a la llegada al Parlamento de algunos representantes jóvenes que han de pasar un periodo inicial, más importante de lo que parece, y que significa un anudado múltiple digno de consideración. A lo largo de la historia del Parlamentaris-mo español, todos los parlamentarios han accedido al hemiciclo por primera vez. En el caso de las Cortes Constituyentes, una vez he-cho el harakiri por los que propiciaron la transición, fueron muchos los que llegaron al escaño por primera vez juntos, pero no hubo quebranto alguno. Sin embargo, ha bastado la llegada de los dipu-tados de Podemos a la Cámara para que surja el interrogante de qué van a hacer. No se trata sólo: De los vestidos, posturas y actos como el de una señora dando el pecho a un bebé en el escaño. De la apuesta reciente entre un policía del Congreso y un periodista

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sobre la eventualidad de diputadas con pantalones cortos veranie-gos y enseñando el ombligo. O del artículo de ayer mismo de un pe-riodista de fuste sobre el entrecomillado “singular evento” que supo-ne ver al Presidente del Gobierno llamando señoría a Pablo Igle-sias. Eso puede recogerse en el nudo simple de las anécdotas. Lo importante, además de esos nudos menudos y como nudo consis-tente, es la postura de los nuevos frente a la realidad y las estructu-ras actuales. Se ha pasado de las reuniones asamblearias de los indignados en las plazas a las instituciones del Estado; y está por ver cómo se va a desmadejar el nudo de ese paso; y cómo va a afectar en el Parlamento Nacional el comportamiento de los nuevos.

10.- Vaivén de las informaciones. En la dinámica actual, toda ac-ción y postura suele tener efectos múltiples. Además del inmediato, que se anuncia y prevé, hay otros efectos: Es el nudo particular de “cómo dar información” para obtener rédito de ella. La información se produce creando noticias; y esas noticias fabricadas saltan al gran público a través de los medios, y producen, además del efecto inmediato, otro de más largo alcance que es en muchas ocasiones el que genera el afán por fabricar noticias. Se hace una noticia para que, además del efecto inmediato en el público, tenga consecuen-cias en el proceso negociador influyendo en las posturas del adver-sario. Pero hay otro efecto, de más largo alcance, que normalmente es consecuencia de sesudos análisis de los llamados “sociólogos de cabecera” de los partidos políticos. Es el que conduce a la for-mación de una opinión pública sin influencia en el proceso negocia-dor del nudo del momento. Pero básica y principal en el caso del fracaso de investiduras y negociaciones con vistas a la convocatoria de otras Elecciones Generales.

11.- Nudo Real. Teórica, legalmente y de facto, la Corona tiene un efecto moderador que ya ha rendido algún servicio importante al Es-tado. Pero el Rey es, además, el Jefe del Estado. Su realidad y ac-tividad supone, además de la actividad moderadora, la personifica-ción del propio Estado, que puede verse inmerso, como ha pasado, está pasando, en el juego partidista de los Grupos Políticos. Si entre los nudos de la madeja se aprieta hasta ahogarse el nudo real, co-mo parecía ocurrir hace unos días y se hacía eco la prensa del

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momento, puede producirse un resultado perverso: La inestabilidad del propio Estado. Una situación que favorece las pretensiones de los “no monárquicos” y cuyo nudo, si se aprieta demasiado, merece ser tenido en cuenta.

12.- Autoridad del Presidente del Congreso y contrapeso de la Mesa. A lo largo de la historia reciente, la figura del Presidente del Congreso ha sido positiva y su autoridad no ha sido puesta en en-tredicho en el órgano de dirección de la Cámara: La Mesa del Con-greso de los Diputados. Con ello se ha robustecido la entidad de la llamada tercera autoridad del Estado. Sin embargo, la composición de la actual Mesa del Congreso, de 9 miembros (3 el PP, 2 el PSOE, 2 Podemos y 2 Ciudadanos), ya ha producido el enmaraña-miento de algún nudo que no existía. Primero aparecieron las ten-siones previas a la formación de la propia Mesa, que se trataron como se trataron. Después surgió la tacha de “mentiroso” del Presi-dente por un portavoz del Grupo Popular a cuenta de unas declara-ciones sobre la propuesta del PSOE para la asignación de escaños a los diputados de Podemos. Y ayer mismo se producía la reconsi-deración, y variación lógica, de la a todas luces resolución no equi-tativa impulsada por el partido del Presidente de la Cámara. Pero lo anterior, que no es trascendente, sirve como muestra para adelan-tar cuál puede ser el papel del actual presidente del Congreso en una situación como la presente: Controlado, obligado a hacer por una mayoría que no controla y miembro de un partido que necesita de su concurso.

No resueltos, pero si advertidos los nudos menores de la ma-deja, es momento de entrar en el gran bloque de nudos, no sus-ceptible de rotura, que es el que da nombre a esta ponencia: EL NUDO DE LOS PACTOS POLÍTICOS.

De él depende el futuro político inmediato. Su desenredo, sea el que sea, inexorablemente va a producir unas consecuencias que nos afectan a todos. En principio, no caben más que dos opciones: I- No es posible desenredarlo. Y II, se consigue el desenredo.

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La opción I, el no logro de un pacto político entre los equipos de negociación, abocará a la Convocatoria de unas nuevas Elecciones Generales, al mantenimiento del Gobierno en Funciones de Rajoy, y al aprovechamiento por los partidos que concurran a las urnas de toda la labor de creación de opinión que han estado desarrollando desde que se supo el escrutinio.

Ya se ha especulado sobre esta eventualidad y parece que coinciden las encuestas y la opinión mayoritaria. Según opiniones y encuestas, unas nuevas elecciones beneficiarían al PP y a Pode-mos en detrimento de Ciudadanos y PSOE. Pero esas opiniones y encuestas son las que se manejan hoy. Ocurre, sin embargo, que la actualidad política sigue su curso y que los hechos noticiosos que se vayan produciendo producirán su efecto.

Hay algunos ejemplos que considerar con vistas a la posible alteración de lo previsto: La posibilidad de nuevas coaliciones, o ruptura de las existentes. La identidad de los cabezas de lista que se designen para las nuevas elecciones. Los desplazamientos de los candidatos de las pasadas por otros nuevos. La modificación de los Programas Electorales pasados. Las posibles novedades sobre corrupción en Valencia y Sevilla. Las mociones de censura que se preparen, o surjan, en Autonomías y en algunas Corporaciones Lo-cales. Las fracciones y luchas entre miembros y facciones de los partidos políticos. La propia acción del Gobierno en Funciones. La situación económica. El estado de la Bolsa y de la Prima de Riesgo. La variación de los índices de paro, población activa y afiliaciones a la Seguridad Social, etc.

Y II, se consigue el desenredo. No único y con tantas posibilida-des como la casuística pueda producir. Para conocer esas posibili-dades, pueden marcarse situaciones y partidos en el Juego que fa-cilita la Agencia Europa Press y tocando la tecla “enter” del teclado, irán apareciendo los resultados.

Aquí, prescindiendo de juegos y sin entrar en pormenores im-posibles de concretar, sólo me atrevo a citar los que en la actuali-dad están en la mente de todos y ya se han anunciado:

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Pacto PP-PSOE-CIUDADANOS.-

Es el que propone el PP. Sus variantes son difíciles de con-cretar, pero sí se pueden enunciar en función de qué depende:

1.- Del programa de Gobierno que se acuerde.

2.- Del tiempo en que se produzca: Primera o sucesivas votaciones.

3.- Del candidato: Del PP, PSOE, Ciudadanos, o Independiente.

4.- Del tipo de Gobierno logrado: De coalición, en solitario, etc.

5.- Del reparto de competencias y carteras ministeriales, etc.

6.- De la duración: Para la legislatura, para menos de 4 años.

7.- De que queden al margen o participen en el Gobierno uno o dos de los grupos que lo suscriban.

Pacto PSOE-PODEMOS-CIUDADANOS-OTROS

Es el que propone el PSOE. Falta por concretar

1.- El Programa de Gobierno acordado.

2.- Los Grupos Políticos que lo suscriban.

3.- El tiempo en que se produzca: Primera o sucesivas votaciones.

4.- El candidato que lo presida: Del PSOE, Ciudadanos, u otros.

5.- El tipo de Gobierno logrado: De coalición, en solitario, etc.

6.- El reparto de competencias y carteras ministeriales, etc.

7.- Duración prevista: Para la legislatura, para menos de 4 años.

8.- Que quede al margen uno o varios de los grupos que lo suscri-ban.

9.- Y las personas que lo formen.

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A mi entender, éste es el estado actual del Nudo de los Pac-tos Políticos en que los partidos están inmersos.

Aunque no haya entrado en ellos, hay además todo un con-junto de intrigas ocultas, maquinaciones no públicas y movi-mientos oscuros, a veces subterráneos, de los que teniendo in-tereses en la formación de un gobierno u otro pueden tratar de in-fluir en los pactos.

Sin señalar, porque puede que no tenga todos los datos, abri-ré algunos interrogantes.

Pero sólo como preguntas simples y no capciosas. Sin malicia alguna y sin otro interés que tratar de presentar ante ustedes lo que ayer mismo saltaba a la palestra con lo que parecía un simple anuncio: “Las Empresas del IBEX-35 y la Banca aceptarían de buen grado un posible Gobierno PSOE-PODEMOS”.

Esta noticia, que es importante, puede ser, además, la punta de un iceberg que puede andar sumergido por ahí entre todos noso-tros. De un volumen y un calado que no conocemos, pero que acla-raría algunas de las posturas políticas del momento y los movimien-tos de capitales que se detectan y a veces hasta se controlan.

He de matizar “digo puede ser la punta del iceberg, no que lo sea”.

Sólo me refiero a la posibilidad.

Como tal, abro algunos interrogantes: ¿Organizaciones em-presariales?, ¿Empresas del IBEX-35?, ¿UE?, ¿Potencias extranje-ras?, ¿Banca?, ¿Iglesia?, ¿Medios de Comunicación?, ¿Servicios de Información nacionales y extranjeros?...

No como interrogante, es obvio y está constatado que alrede-dor de todo esto hay una actividad económica importante, con acto-res diversos, que genera beneficios de todo tipo, no siempre legíti-mos, que produce sus efectos en la actividad diaria, que afecta al NUDO DE LOS PACTOS POLÍTICOS, y en la vida interna de las formaciones políticas capaces de alterar el curso de los aconteci-mientos.

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Se sabe que los actores reales, y sus inductores, proceden de ámbitos tan distintos, numerosos y poderosos que la prudencia aconseja evitar un protagonismo que debe ser cedido al cuidado de las autoridades que deben velar por la salud del Estado de Dere-cho.

De momento, el nudo que nos ocupa es una trabazón de su-cesos (y de hechos) que preceden al desenlace próximo. Y que ata a PP, PSOE, la Coalición Podemos, Ciudadanos y al resto de los Partidos Políticos de la Cámara para que entre todos hagan lo que el electorado les ha pedido: Un pacto político que propicie la conti-nuidad nacional formando un Gobierno capaz de hacer frente a las tareas del futuro.

Sobre el desenredo del nudo y el desenlace de la obra política del momento, es algo que ha de suceder en el futuro inmediato. Y sobre lo que sólo es posible entrar si se abandona el método escue-to del análisis para emprender la aventura de pasar a la dimensión en la que acampan predicciones, pronósticos y vaticinios.

Es ésta una actividad, parece que divertida y quizá no muy sa-ludable, que ocupa a algunos y nos tienta a muchos. De momento, para mí es sólo una tentación en la que procuro no caer.

Muchas gracias.