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La guerra de la Madre Tierra
Raúl Prada Alcoreza
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INDICE
La defensa de los derechos de la Madre Tierra en el TIPNIS 3
En torno al TIPNIS 10
De contradicciones y confusiones del proceso 43
La instauración de una tiranía
Una tiranía anti-indígena al servicio del gobierno de Brasil,
del IIRSA y de las trasnacionales 48
Anotaciones en torno a la defensa del TIPNIS 59
Los síntomas de la descomposición 64
Situación legal y constitucional del TIPNIS 68
Notas después de la marcha indígena 75
Apuntes sobre el problema de la transición 64
Apuntes sobre problemas de la transición 96
Apuntes para una breve historia de las injerencias del ejecutivo 98
Interpretaciones constitucionales 116
Economía política de la cocaína 117
La distancia más corta es el laberinto 121
Notas a propósito del discurso del presidente 139
La subordinación del gobierno y la lógica de acumulación
y despojamiento de las trasnacionales 143
¿Qué es una consulta previa libre e informada y cuándo se la efectúa? 157
Un Estado de excepción 172
Análisis del PROYECTO DE LEY DE CONSULTA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS
DEL TERRITORIO INDÍGENA Y PARQUE NACIONAL ISIBORO SÉCURE–TIPNIS 175
La decadencia ideológica 193
Espesores de una coyuntura candente 205
3
La defensa de los derechos de la Madre Tierra en el TIPNIS
La determinación del gobierno de construir la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos ha desatado una polémica en el país y
la reacción de las organizaciones indígenas del CIDOB y el CONAMQ, que han resuelto marchar el 15 de agosto para evitar que el trazo de
la carretera pase por el núcleo del Parque Isiboro-Sécure, exigiendo
además la consulta a los pueblos indígenas, como está establecida en la Constitución Política del Estado. El Territorio Indígena del Parque
Nacional Isiboro-Sécure está protegido por leyes y la Constitución, además de ser parque, por lo tanto área protegida, es territorio
indígena, y exige el respeto establecido constitucionalmente de los Derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas Originarios. Por otra
parte el TIPNIS tiene que ver con las Resoluciones de Tiquipaya, con la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio
Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), las mismas que prohíben la explotación en bosques, así como plantean claramente la
defensa de los ecosistemas y los ciclos vitales integrados. En esa perspectiva, la Ley Marco de la Madre Tierra, que se encuentra en la
agenda de la Asamblea Legislativa Plurinacional, concibe la defensa de los ciclos reproductivos de la vida, los ciclos del agua, por lo tanto de
las cuencas, los ciclos del suelo, los ciclos de los bosques, los ciclos del
aire, los ciclos de los seres, concebidos como componentes de la Madre Terra. Por todas estas razones es inconcebible, desde el punto de vista
de la Constitución y desde la perspectiva del Vivir Bien, además del enfoque de los derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas
Originarios, la determinación del gobierno de construir la carretera que atraviese el TIPNIS.
El debate ha puesto en la mesa la dirección del proceso, ¿por dónde
va? ¿Desarrollismo o Vivir Bien? ¿Extractivismo o alternativa al desarrollo? Discusiones que deberían estar supuestamente resueltas
desde la aprobación de la Constitución, no lo están, pues el gobierno y
sectores interesados en promover el nombrado “desarrollo” parecen no comprender los contenidos y los alcances de la Constitución y el sentido
del proceso constituyente. Una visión nacionalista restaura el Estado-nación, encaminando esta regresión hacia la ampliación del modelo
extractivista, fortaleciendo de este modo las cadenas de la dependencia, instaurada por la expansión, consolidación e
intensificación del colonialismo, método violento de la expansión capitalista. Este debate debe ser tomado en cuenta plenamente,
considerando el momento del proceso, que se encuentra en crisis, el contexto del proceso, su propia genealogía, el despliegue mismo del
proceso, con todas sus contradicciones y dinámicas moleculares. Sobre todo el debate debe traer a colación una reflexión profunda sobre los
procesos en curso y sus enredos con los mapas institucionales y la
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arquitectura estatal liberal, buscando evaluar las perspectivas de las
emancipaciones y las posibilidades de la descolonización.
La historia legal data de 1965 cuando la Ley 07401 crea el Parque
Nacional Isiboro-Sécure. En el texto de la argumentación se habla de la “necesidad de conservar las cuencas hidrográficas, las nacientes de
los ríos para la navegación, la riqueza de los recursos naturales y la belleza escénica, que podrían ser afectadas por la construcción de un
camino siguiendo el borde del piedemonte y por la colonización”. Después de la Marcha por el Territorio y la Dignidad, el Decreto
Supremo 22610 del 24 de septiembre de 1990 reconoce el Parque como Territorio Indígena, donde se asientan los pueblos Moxeño,
Yuracaré y Chimán. Desde entonces se conoce el Parque como TIPNIS; el mismo decreto amplía su superficie a las áreas externas de los ríos
Isiboro y Sécure; de este modo se incorporan las comunidades
asentadas en las riberas de los ríos, conformando así una franja de amortiguamiento. Este mismo año se reconoce el espacio del TIPNIS
con 1.225.347 hectáreas; sin embargo 19 años más tarde, el año 2009, debido a la presión de los colonizadores, el presidente Evo Morales
entrega a los pueblos originarios un título ejecutorial sobre el TIPNIS, reduciendo la superficie del territorio indígena y del parque a 1.091.656
hectáreas. Como compensación se define una línea roja que prohíbe nuevos asentamientos. Al respecto no hay que olvidar que el TIPNIS
no deja de ser área protegida.
La historia de la carretera tiene que ver con el proyecto de
Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA); el IIRSA tiene su origen en la primera Cumbre de Presidentes de América del Sur
celebrada entre el 30 de agosto y el 1ro de septiembre de 2000 en Brasilia por invitación del entonces presidente Henrique Cardoso. Los
jefes de Estado observaron que el impulso de la integración transfronteriza se vigoriza por ser una consecuencia de la proximidad
geográfica, de la identidad cultural y de la consolidación de valores comunes. El IIRSA contempla los corredores transoceánicos que
vincularían el Atlántico con el Pacífico, posibilitando el transporte de mercaderías entre ambos océanos. Si bien la justificación del proyecto
IIRSA habla de integración entre los países involucrados, desde el comienzo se han hecho sentir voces que acusan al proyecto como parte
de la estrategia de dominación de los Estados Unidos de América, también se han hecho escuchar críticas que califican al proyecto como
parte de la expansión de la potencia emergente de Brasil. La carretera
que cruza el TIPNIS forma parte de los corredores transoceánicos y por lo tanto también del proyecto IIRSA. Sin embargo, el gobierno de Evo
Morales llegó a un acuerdo con el gobierno del entonces presidente Luiz Inácio «Lula» da Silva para la construcción de la mentada carretera,
comprometiéndose un préstamo por parte del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Se entiende que por
lo complicado de la situación al afectar el área protegida, el parque y
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el territorio indígena, se decide hacer tres tramos para facilitar la
aprobación de la ficha ambiental. El tramo uno y el tramo tres se aprueban rápidamente, tramos que no atraviesan el parque, quedando
pendiente el tramo dos que sí atraviesa el parque. Esta maniobra es
notoria pues adelanta partes de un trazo comprometido, condicionando la aprobación del tramo II. Sin embargo, ante la inminente
construcción de la carretera que atraviese el TIPNIS, los pueblos indígenas, las comunidades indígenas asentadas en el territorio en
cuestión y las organizaciones indígenas del país, reaccionan exigiendo consulta previa a los pueblos y comunidades, además de un tramo que
no atraviese el Parque Isiboro-Sécure. A pesar de la crónica del anunciado conflicto, en junio de 2011 ante una concentración
campesina cocalera en Eterazama (Cochabamba), el presidente Evo Morales dio por iniciada la construcción de la carretera Villa Tunari-San
Ignacio de Moxos. La señalada carretera tiene una longitud de 306 kilómetros, la misma que será construida en tres años por la empresa
brasileña OAS, observada en Brasil por los conflictos ambientales ocasionados. El presidente en su discurso expresó que esta obra
promoverá el desarrollo, la vertebración de Bolivia y la integración del
país con Sudamérica. La construcción de esa vía y otras obras complementarias demandarán una inversión de 442 millones de
dólares, de los que 332 provienen de un crédito blando otorgado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil.
El conflicto está planteado; por un lado el gobierno, con el propósito
de construir la carretera que atraviesa el TIPNIS, por otro lado las organizaciones y los pueblos indígenas, que exigen consulta previa y
que se haga otro trazo de la carretera para no afectar al ecosistema y a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. Este
conflicto se muestra como síntoma de una problemática más amplia,
compleja y estructural. ¿Cuál es el proyecto del gobierno? ¿Por qué se enfrenta sistemáticamente a los pueblos y organizaciones indígenas?
¿Por qué se aleja del cumplimiento de la Constitución y la perspectiva del Vivir Bien? ¿Por qué se mantiene obsecuentemente en un proyecto
desarrollista y extractivista? ¿Por qué no se construye el Estado plurinacional comunitario y autonómico? ¿Por qué no se hacen las
transformaciones institucionales y estructurales que requiere esta construcción? ¿Por qué no se efectúa la transición transformadora y
más bien se opta por proyectos que repiten los mismos estereotipos nacionalistas, desarrollistas y extractivistas? El debate compromete la
estructura y la dirección misma del proceso. Por eso mismo es indispensable analizar y hacer inteligible lo que está en juego en torno
al TIPNIS.
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Hipótesis
En el debate se han planteado algunas explicaciones del obsecuente comportamiento del gobierno. El más conocido es el que tiene que ver
con la expansión de la frontera agrícola, haciendo entrever también las consecuencias de la desforestación; esta ampliación está directamente
conectada con la expansión de los cultivos de coca. Ya se dio antes un avasallamiento del territorio indígena por parte de productores de coca,
ocasionando invasión y desforestación; esta expansión ya era conocida el 2004. La contención ante este avance se estableció mediante una
línea roja dibujada el 2009, prohibiendo toda nueva expansión. Sin embargo, ante la construcción de la carretera se esperan nuevos
avasallamientos, desforestaciones, expansiones de la frontera agrícola y del cultivo de coca.
Otra explicación manejada en el debate es la de la supeditación del gobierno boliviano y de su proyecto desarrollista-extractivista al
proyecto emergente de la burguesía brasilera, en el momento de la urgencia energética de Brasil como potencia regional. Esta
supeditación explicaría el papel condicionante de PETROBAS en la explotación hidrocarburífera, la presencia de empresas brasileras
constructoras de caminos y de infraestructura, así como la participación, en un principio, de una empresa brasilera en el proyecto
de San Buena Aventura1. Por otra parte, este condicionamiento también explicaría ciertas analogías entre los gobiernos “progresistas”
de Bolivia y Brasil; estas analogías tienen que ver con combinaciones
barrocas de pretensiones de Estado de Bienestar con políticas extractivistas y neo-extractivistas, así como con la permanencia de
prácticas monetaristas y hasta neoliberales.
La otra hipótesis tiene que ver con las nuevas alianzas del gobierno, con los banqueros, la empresa privada, los agroindustriales de Santa
Cruz, los soyeros, es decir la burguesía intermediaria boliviana. Estas alianzas económicas muestran el efectivo proyecto en el que se
encamina el gobierno; pasar de la estabilidad económica y la acumulación del ahorro, lo que se habría logrado, a un modelo
económico viable asentado en los grupos económicos que
supuestamente “saben” producir y pueden “garantizar” la mentada “seguridad alimentaria”, incluso ratificada por los propios
agroindustriales. Estas nuevas alianzas dejan en un segundo plano o, en el peor caso, al margen, a las comunidades campesinas. Estas
alianzas económicas pueden explicar un proyecto de poder ventilado a largo plazo, evitando conflictos e incorporando a la burguesía agraria
al proyecto gubernamental. Todo esto termina siendo coherente con la restauración del Estado-nación y explica el dejar de lado, como
1 Ahora se ha adjudicado una empresa china el proyecto, en medio de denuncias de corrupción.
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romanticismo, la construcción del Estado plurinacional comunitario y
autonómico.
También se ha ventilado la hipótesis de la posible existencia de
reservas hidrocarburíferas en el TIPNIS. Es el propio Ministro de Hidrocarburos y Energía el que ha manifestado esta posibilidad.
Situación que pone aun en un más grave peligro al TIPNIS. Independientemente de la contrastación de esta hipótesis, lo que se
hace evidente es el peso primordial que ha adquirido el modelo extractivista en las estrategias económicas del gobierno. Con lo que
nos habríamos alejado definitivamente del Vivir Bien, de la economía social y comunitaria, de la articulación integrada y complementaria de
la economía plural, en transición a la economía social-comunitaria y al Vivir Bien.
Ahora bien, ¿por qué estaría pasando todo esto? Todas estas explicaciones requieren de una hipótesis sobre la dinámica
contradictoria del proceso. ¿Cómo hemos llegado a esta situación en el momento presente? La primera hipótesis al respecto es que no se ha
resuelto la cuestión estatal, no se ha destruido el Estado-nación, que es la forma moderna del Estado liberal, que es la forma de legitimación
en la periferia del sistema-mundo capitalista del Estado colonial. Se ha mas bien restaurado toda esta maquinaria sedimentada por capas,
estratificada por formas administrativas, dándose una acumulación geológica de las reformas institucionales modernas. Lo que hace este
Estado al ser restaurado es reproducir sus múltiples formas de
dominación y reencaminar la continuidad de las estructuras de poder, de los diagramas de fuerza, que atraviesan los cuerpos induciendo
determinados comportamientos funcionales al sistema nacionalista, liberal y colonial. También se reproducen las relaciones de dependencia
y de supeditación del Estado-nación subalterno al orden mundial de la dominación global del sistema-mundo capitalista. La pertenencia al
sistema financiero, que es el centro de la dominación imperial y capitalista, el sometimiento a sus reglas, el entregar el ahorro nacional
a los bancos extranjeros, hablan de este sometimiento de la periferia al centro de la economía-mundo capitalista. Lo mismo ocurre en lo que
respecta a los engranajes y redes de las empresas trasnacionales; por el condicionamiento de sus monopolios tecnológicos, financieros, de
mercados, de sus mecanismos, procedimientos y agenciamientos de influencia, terminan imponiendo sus estrategias de enajenación de los
recursos naturales y de acumulación ampliada de capital,
convirtiéndolas de forma mediatizada en políticas de Estado del gobierno. Esto es una parte de la reproducción del Estado, su
funcionamiento implica otras más; sin necesidad de recaer en una descripción exhaustiva es menester mencionar algunas más que tienen
que ver con agenciamientos vinculados a la economía política del chantaje. Es sabido que los estados, sus instituciones, sobre todo
aquellas que tienen que ver con actividades económicas, se encuentran
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atravesados por circuitos de influencias, cuoteo, participaciones ilícitas,
prebendas, doble información, sobreprecios, lo que llamaremos el mundo de la economía paralela, economía que corroe las propias
prácticas administrativas. En otras palabras, el Estado se convierte en
un botín para grupos fortuitos de poder. Esta red de relaciones perversas forma parte de los recovecos de una maquinaria estatal que
chirria al funcionar. Este diagrama de poder de la corrupción forma parte de la vida cotidiana de los Estado. Cuando no se resuelve la
cuestión estatal, cuando no se desmantela esta maquinaria, cuando se deja intacta su arquitectura, también se deja que estas prácticas
aviesas vuelvan a articularse y desplegarse, aunque sea con nuevos personajes, una nueva élite en el poder. Obviamente el panorama se
complica cuando ampliamos la perspectiva a los circuitos del narcotráfico. Narcotráfico, contrabando, lavado de dinero, tráfico de
tierras, vienen acompañando a la lógica del enriquecimiento fácil e ilícito. El problema se hace agudo cuando de los márgenes de la
economía y los márgenes del Estado estos circuitos se incrustan en los espacios y núcleos de realización de la economía formal, como la
banca, cuando terminan incrustándose en las organizaciones mismas
de las instituciones. En este caso el Estado se encuentra invadido. Esto pasa en estados vulnerables, pero también llega a pasar en estados
no vulnerables, con tradiciones de institucionalización de larga data; esto pasa en modelos liberales y neoliberales, tanto de la periferia
como en algunos países del centro de la geografía del sistema-mundo y la economía mundo capitalista. Empero, lo que no neja de ser
sorprendente es que esta corrosión termine ocurriendo en gobiernos que tienen la responsabilidad de las transiciones hacia el
poscapitalismo. Es esto lo que hay que explicar, es indispensable entender las razones que conducen a un gobierno popular a repetir la
increíble y triste historia del otoño del patriarca. En esta perspectiva, en la búsqueda de las condicionantes y las tendencias inherentes a las
dinámicas moleculares del proceso, debemos también identificar otras prácticas sintomáticas en esta fabulosa reproducción de la maquinaria
estatal. Sobresalen entre estas prácticas las relaciones de
subordinación y cooptación de las organizaciones sociales, sobre todo de la dirigencia ejecutiva. No se permite la vida autónoma de las
organizaciones, mucho menos la reaparición de movimientos sociales de envergadura, como las que se dieron durante el periodo 2000-2005,
no se permite entonces la participación y la construcción colectiva de las decisiones, de la dirección del proceso y de las estrategias políticas.
Las organizaciones, sobre todo sus bases, se han convertido en referentes de legitimación de las decisiones cupulares que se toman en
el gobierno. Esta relación de subordinación de las organizaciones sociales terminan convirtiéndose en relaciones prebéndales,
comprometiendo a la dirigencia ejecutiva en beneficios compartidos y controlados por las instituciones gubernamentales o estatales. Estas
prácticas se parecen mucho a las prácticas de gobiernos y partidos populistas con las organizaciones sociales y dirigencias;
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particularmente, en lo que respecta a Bolivia, se parece mucho a las
prácticas del MNR durante los 12 años de gobiernos del nacionalismo revolucionario (1952-1964). Estas prácticas prebéndales muestran un
mapa más complejo de las estructuras de poder; las organizaciones
sociales, los sindicatos, terminan participando del lucro del poder, aunque lo hagan en una proporción y participación secundaria,
marginal, menos estratégica. Lo que cuenta aquí es la extensión de los engranajes y los mecanismos de poder, no sólo para la legitimación
sino también como predominio y como aprovechamiento, aunque sólo terminen haciéndolo las dirigencias. De esta manera se trabó y
quebrantó la posibilidad de participación y control, de conducción colectiva, por parte de las organizaciones sociales, afectando a las
masivas fuerzas sociales, al poder constituyente de los movimientos sociales, que son el sostén y la defensa misma del proceso.
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En torno al TIPNIS
De acuerdo a fuentes de investigación científica sobre la
biodiversidad2el TIPNIS es el corazón de la producción de agua de
Bolivia (el 5to país con mayores reservas de agua dulce del planeta).
La interpretación de esta situación y esta condición del TIPNIS, como
ecosistema y como articulación de ecosistemas y circuitos climáticos,
se la describe de la siguiente manera:
La peculiar configuración geográfica de la cordillera de los andes en
nuestro país; en el llamado codo de los Andes la cordillera hace una
inflexión y en lugar de ir de sur a norte va de oriente a occidente. Los
contrafuertes andinos reciben los vientos que provienen de la
Amazonia (barlovento) recogiendo la humedad de la
evapotranspiración de la biomasa boscosa; estos vientos se elevan
cambiando de curso, se enfrían, forman nubes (cúmulos
cumnuloninmbus) que se precipitan en ese lugar en un circuito
permanente de lluvia que es el factor más importante de generación
de biodiversidad. También las masas de nubes pasan al otro lado de la
cordillera hacia los valles secos de Cochabamba y mesotérmicos de
Santa Cruz dando lugar a bofedales, lagunas y cursos de agua
responsables de la relativa humedad de algunos de estos valles
productivos. Estas lagunas además de proveer agua (ejemplo Misicuni)
también proveen energía hidroeléctrica (ejemplo Corani). Las nubes
que atraviesan la cordillera también son responsables de la
biodiversidad de los bosques de altura (ejemplo La Siberia en al
camino antiguo Santa Cruz-Cochabamba) que forman cursos de agua
para los valles de Santa Cruz (ejemplo Comarapa).
La conclusión del análisis de los mapas climáticos que saca la fuente
mencionada es categórica:
En fin, queda claro que existe un serio riesgo climático en estas dos
regiones (cuenca del rio Mamoré) y valles de Cochabamba, si se da
un proceso de deforestación en los bosques amazónicos del sub-
andino. Dicho proceso de deforestación es, honestamente, imposible
de ser evitado si se dan asientos de colonización en la carretera, ya
que la cultura de la tala y quema seguramente podrá ser erradicada en
un número de años no menor a los requeridos para deforestar el 80%
del bosque tropical que está en la región que tratamos.
2 Unidad de investigación sobre biodiversidad de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
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Otra conclusión que saca el análisis científico es ilustrativa:
Por otro lado, será importante saber que la cantidad de suelo anegadizo
en la región del trazo que cruza el TIPNIS es tan grande que hasta la
mejor ingeniería va a tener serios problemas para su ejecución. Esta
demás decir que el trazo por el lado oriente es sobre suelo mas fijo y
de mejor transitabilidad.
Son elocuentes los mapas que se presenta y el dibujo que termina
interpretando gráficamente esta dramática evaluación de la situación
vulnerable del TIPNIS.
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¿Qué podemos decir al respecto? En relación a este análisis y
descripción de las condiciones, pero también de las probables
consecuencias si se produce el quiebre del Territorio y Parque Isiboro-
Sécure, queda claro que la defensa del TIPNIS es no sólo
responsabilidad de las comunidades de las naciones y pueblos
indígenas originarios que lo habitan, sino también de todos los
bolivianos y bolivianas conscientes del problema y la problemática, de
todos los bolivianos y bolivianas que aprobamos la Constitución Política
del Estado. El TIPNIS es el corazón de la producción de agua de Bolivia,
no hay dónde perderse, si se ejecuta el proyecto extractivista, el
proyecto IIRSA, la vinculación transoceánica, conllevando el
desplazamiento e invasión cocalera, no sólo se terminará
desforestando, degradando y destruyendo uno de los ecosistemas más
ricos en biodiversidad del planeta, sino que también se habrá quebrado
el corazón de la producción de agua, se habrá cortado con la
articulación de los ciclos del agua conectados a los ciclos climáticos, a
los ciclos del suelo, a los ciclos de los bosques, a los ciclos de
reproducción de la vida. Cochabamba disminuirá progresivamente su
régimen hidrológico y con el pasar del tiempo quedará sin agua,
cambiando los climas de los grandes entornos geográficos y regionales
del TIPNIS. Se entiende que a mentalidades desarrollistas,
extractivistas, modernistas e industrialistas, estas consecuencias les
preocupo poco, si no es que nada, pues ellos miden los costos y
beneficios en términos monetarios, en términos de la brutal y reducida
contabilidad capitalista. En sus imaginarios colonizados no entran para
nada los costos ambientales, los costos ecológicos; ahora sabemos que
no les interesa para nada los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios. ¿Qué es el desarrollo para estas mentalidades?
Podemos interpretar que se trata del goce inmediato compulsivo de la
ilusión dineraria; estos tardíos burgueses internacionalizados no llegan
a un diseño estratégico de dominación; al contrario, se supeditan a
potencias, a las estrategias de estas potencias, creyendo que del
rebalse de las ganancias de la acumulación ampliada de capital, a
escala mundial, les va tocar una parte. No son solamente ilusos, sino
que también expresan la consciencia desdichada de las burguesías
tardías y periféricas. El desarrollo al que apuestan es el desarrollo
capitalista, que se da en escala mundial; este desarrollo produce
“subdesarrollo” y dependencia en la periferia del sistema-mundo
capitalista. Estos gobernantes al servicio de estrategias hegemónicas
y de dominación a escala mundial, esta lumpenburguesía, como la
llamaba André Gunder Frank, no son otra cosa que dispositivos y
15
agenciamientos de los diagramas de poder, de los mapas de fuerza, de
la dominación global del capitalismo contemporáneo.
El conflicto del TIPNIS ha puesto en evidencia los nuevos frentes
políticos, sociales, económicos y culturales, frentes dibujados en la
coyuntura crítica del proceso; por un lado, defendiendo los derechos
de la Madre Tierra, están las naciones y pueblos indígenas originarios,
sobre todo los movimientos y organizaciones propiamente indígenas,
constatados en sus formas de organización, formas de representación,
mandos rotativos, normas y procedimientos propios, instituciones
ancestrales y cosmovisiones nativas; estas naciones y pueblos están
apoyados por nuevos movimientos juveniles y urbanos, también por
históricos movimientos como los regantes3, los guerreros del agua y
los guerreros del gas. Por otro lado, apoyando el trazo de la carretera
por el TIPNIS, están las organizaciones campesinas, organizadas en
sindicatos (CSUTCB, CNMCIOB “BS”, CSCIB); todo el conglomerado
campesino, de alguna manera conducido por las federaciones
cocaleras. Todo este conjunto, mas o menos cohesionado, también
diferenciado y plural, así mismo abigarrado, que fue parte del llamado
“bloque popular”, ahora se encuentra llevando al ascenso desbocado a
una nueva burguesía emergente, de nuevos ricos y nuevos
intermediarios en los circuitos de capital, mercancías, transgénicos,
contrabandos, tráficos, incluyendo los del narcotráfico. Lo hace en el
desplazamiento constante hacia alianzas inesperadas con los
agroindustriales de Santa Cruz, la burguesía intermediaria, la banca,
las empresas trasnacionales de los hidrocarburos y la minería, las
empresas constructoras brasileras y el gobierno brasilero.
Tomando en cuenta esta mapa de fuerzas, respecto a lo que decimos
y afirmamos, vamos a respaldarnos en el análisis que hace Enrique
Ormachea, Investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo
Laboral y Agrario (CEDLA), quien hace una ilustrativa descripción de la
dinámica estructura de clases en la coyuntura, lo que nos permite
elucidar el carácter de la lucha de clases y de la guerra descolonizadora
en el momento de la crisis del proceso. Enrique Ormachea escribe:
Una buena parte de los cocaleros son ya campesinos ricos o
acomodados porque obtienen ganancias gracias a la apropiación de
3 Los reales regantes, desplazados por la maniobra montada del MAS cuando se eligió a sus supuestos nuevos representantes, que no son otra cosa que loteadores. Esta suplantación aviesa fue avalada por el Vicepresidente. Los verdaderos regantes, los históricos regantes ligados a la Guerra del Agua, quedaron marginados. Hablamos entonces delos históricos regantes, los luchadores y defensores de las formas comunitarias de administración y gestión del agua.
16
trabajo ajeno, pues producen normalmente con el concurso de peones
asalariados. Por el contrario, los indígenas yuaracarés, moxeños y
chimanes que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS) –y la mayor parte de los indígenas de las
tierras bajas– además de realizar actividades agrícolas en chacos que
usufructúan individualmente y que combinan con otro tipo de
actividades económicas vinculadas con el mercado (como la extracción
de recursos forestales y la elaboración de artesanías), normalmente se
ven obligados a vender temporalmente su fuerza de trabajo a
ganaderos, madereros y a los propios cocaleros para asegurar su
medios de subsistencia. En este sentido, mientras los primeros son
pequeños y hasta pequeñísimos capitalistas, los segundos son
mayoritariamente semiproletarios4.
Esta descripción es importante pues nos ubica de lleno en la relación
social, en la relación de dominación de un conglomerado social sobre
otro, de una dinámica bullente de monocultivo, agrícola, comercial,
encaminada a la expansión de la frontera agrícola, de la comunicación
carretera y caminera, sobre otra dinámica, apegada al territorio, a las
normas y procedimientos propios, a las instituciones ancestrales, a la
búsqueda de un proyecto alternativo al desarrollo y a la modernidad,
que actualice las comunidades ancestrales, sus manejos territoriales y
de bosques, combinándolos con formas de organización emergentes y
en la perspectiva establecida en la Constitución, perspectiva traducida
como la del vivir bien. Lo que fue el “bloque popular”, que se coaligó y
expulsó a la mega-coalición neoliberal, terminó mostrando su
composición diferencial y ha terminado de manifestar las
contradicciones inherentes rápidamente, justo en el momento de
transición hacia el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Esta
abertura y quiebre del “bloque popular” evidencia la existencia de
proyectos distintos, dicotómicos y contradictorios; un proyecto
capitalista, desarrollista, extractivista, dependiente, articulándose al
reacomodo de las estructuras y formas de intercambio en la
geopolíticas del sistema mundo capitalistas; otro proyecto emergente,
nacido de las entrañas de las luchas sociales contra el neoliberalismo
y de las entrañas de la guerra anticolonial y descolonizadora de las
naciones y pueblos indígenas originarios, que ha expresado su
horizonte civilizatorio en la Constitución, en tanto Estado plurinacional
comunitario y autonómico, en tanto economía social y comunitaria, en
4 Bolpress; 3 de septiembre 2011.
17
tanto modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, la modernidad y el
desarrollo.
Los dos proyectos no pueden coexistir en el proceso, son opuestos;
uno se coloca en la continuidad de la misma civilización moderna,
capitalista, desarrollista y extractivista, el otro apunta a abolir esta
civilización, abriendo la posibilidad civilizatoria alternativa haciendo
emerger configuraciones culturales inhibidas por los colonialismo y los
capitalismos, actualizándolos y combinándolos con formas
autogestionarias y solidarias contemporáneas. Este proyecto se opone
abiertamente al desarrollismo y al extractivismo, se encamina más
bien a restaurar las complementariedades dinámicas con los
ecosistemas, seres, ciclos vitales interrelacionados e integrados en las
formas complejas de reproducción de la vida. No debe sorprendernos
entonces los conflictos que se dan entre el gobierno y las naciones y
pueblos indígenas originarios, pues el gobierno se ha convertido en la
expresión política e institucional del proyecto de continuidad
capitalista, desarrollista, extractivista y de monocultivos. ¿Por qué ha
sucedido esto?
La contradicción era latente, solo que no tuvo las condiciones de
posibilidad para mostrarse; una cosa era luchar contra los gobiernos
neoliberales y el proyecto neoliberal en curso y otra cosa es abolir el
Estado-nación, construir el Estado plurinacional comunitario y
autonómico, en la perspectiva del modelo civilizatorio del Vivir Bien,
que se basa en el respeto de los derechos de los seres, componentes
y ciclos vitales de la Madre Tierra. En lo que fue el “bloque popular”
hay clases sociales que no están dispuestas a abandonar las formas de
monocultivo, menos la producción de coca, también de cocaína, no
están dispuestas a renunciar a la expansión de la frontera agrícola a
costa de los bosques y ecosistemas, no están dispuestas a renunciar a
las ganancias y, sobre todo, a las ganancias fáciles, tampoco van a
renunciar a una compulsión individual por la tenencia de la tierra,
aunque esto implique violar la Constitución.
La CSUTCB ha desarrollado un anteproyecto de Ley que contempla la
desaparición de las TCOs porque las considera latifundios, también
contempla la redistribución de la tierra de forma individual,
contraviniendo a la Constitución que establece la reversión de tierras a
comunidades indígenas y campesinas de forma colectiva. Sorprende
que en las argumentaciones justificadoras del anteproyecto se ventilen
calificativos de “terratenientes” para los indígenas que habitan las
TCOs, llama la atención que se olviden de los latifundistas y
18
terratenientes históricos, contra los que se había tenido una larga
lucha, precisamente por la reforma agraria. ¿Qué pasa? ¿Otros son los
enemigos? Ahora son los indígenas, las naciones y pueblos indígenas,
sus organizaciones, sus formas colectivas de propiedad, sus gestiones
territoriales ancestrales. Ahora, en cambio, los campesinos son aliados
los latifundistas y terratenientes históricos, los agroindustriales, los
soyeros, que emplean transgénicos, los empresarios, pues ellos, así
como los campesinos, persiguen la continuidad del mismo modelo
capitalista, desarrollista, extractivista. Ahora las alianzas son otras y
los frentes de la lucha son otros.
El conflicto en torno al TIPNIOS es demostrativo por poner al
descubierto de una manera descarnada estas contradicciones:
Acicateados entonces por sus crecientes motivaciones de acumulación,
los cocaleros del trópico de Cochabamba se han visto en la necesidad
de acrecentar sus propiedades, lo que implica expandir la frontera
agrícola. Sin embargo, esta expansión sólo puede darse hacia dos
zonas claramente definidas. Por un lado, hacia el TIPNIS y, por otro
lado, hacia el departamento de Santa Cruz; esta última opción
implicaría avanzar sobre tierras que ya están ocupadas tanto por otros
colonizadores (buena parte de ellos también campesinos ricos) como
por pequeñas, medianas y grandes empresas capitalistas agrícolas y
ganaderas articuladas a la agroindustria5.
Al respecto y de una manera contextual, Mayari Castillo y Anahí
Durand, escriben en Identidades, etnicidad y racismo en América
Latina, que:
En primer lugar, la economía de la coca, aunque no reconocida
oficialmente, genera una porción importante del PIB de Bolivia.
Durante la peor crisis económica, la economía ilegal de la coca permitió
sustentar la aplicación de los ajustes estructurales, siendo válvula de
escape de la pobreza y un nuevo espacio laboral para los ex mineros
de las recién cerradas minas de la COB (Lanza, 1999). De la misma
manera, frente a una economía con crecimiento estancado o negativo
y uno de los índices de pobreza más altos de América Latina, la
cooperación internacional radicada en Bolivia constituía una importante
fuente de ingreso. En los últimos doce años, Bolivia recibió por
concepto de asistencia financiera oficial cerca del 11% del PIB. Sumado
5 Bolpress.
19
a los aportes de agencias privadas, ONG y otros, la cifra se eleva a un
15% (Grebe, 2002). También pudo reprogramar su deuda financiera
gracias a los recursos donados por Europa y, hasta hace poco, recibía
financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Mundial,
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de
Fomento, además de financiamiento de carácter bilateral desde Japón,
Estados Unidos, Alemania y Países Bajos. La mayor parte de estos
apoyos estaban condicionados al cumplimiento de metas sobre control
del narcotráfico, incluyendo la erradicación del cultivo de la hoja de
coca. Por ello, la resistencia cocalera al cumplimiento de metas
otorgaba al conflicto una importancia nacional6.
Los investigadores nos dejan en este dibujo panorámico y de
evaluación del movimiento cocalero determinados perfiles de la
problemática; primero se habla de una economía de la coca, una
economía subterránea, que sostiene parte del funcionamiento de los
circuitos económicos. Segundo, que con el propósito de erradicación y
sustitución de los cultivos de coca, la cooperación internacional ha
financiado programas de apoyo a la diversificación de la producción
agrícola, así como programas de interdicción. Todo esto puede
considerarse también como parte de las inyecciones monetarias al
campo económico boliviano, incidiendo en la formación de su Producto
Interno Bruto (PIB). En otras palabras, la economía de la coca forma
parte de la realidad, como uno de sus niveles, en la compleja
sedimentación de sus ámbitos, mundos paralelos o colaterales. Esta
economía de la coca es tan importante que no sólo dibuja circuitos,
recorridos, articulaciones con otros niveles económicos, sino que
también ha terminado constituyendo sujetos sociales, subjetividades e
imaginarios, incluso instrumentos políticos y electorales, además de
lograr catapultar a las Federaciones Cocaleras al gobierno. Se sabe que
por lo menos dos ámbitos territoriales campesinos están articulados a
la economía de la coca, Los Yungas y El Chapare, además de otros
territorios de expansión, comprendiendo otras zonas más circunscritas
y dispersas, que fueron tradicionales en el cultivo de la hoja de coca,
como el caso de Apolo e Inquisivi; también hay que considerar la
irradiación espacial de la economía de la coca en relación a otros
circuitos comerciales y flujos dinerarios, de mercancías y migraciones.
También sabemos que la economía de la coca ha estado articulada a la
historia económica de la Audiencia de Charcas y de los periodos
6 Mayari Castillo y Anahí Durand: Movimiento cocalero, política y representación: los casos boliviano y peruano. Edición de Fernando García, FLACSO 2008, Quito.
20
republicanos; el ciclo de la economía de la plata, el ciclo de la economía
del estaño y, también, aunque de un modo más indirecto y con muchas
mediaciones, al actual ciclo de la economía de los hidrocarburos. La
economía de la coca ha formado parte entonces de las estructuras
económicas, de sus flujos, circuitos y recorridos.
Por otra parte, podemos abrirnos a la comprensión de las estrategias
diferenciales, plurales, cíclicas y rítmicas de las economías campesinas,
atravesadas por complementariedades, reciprocidades, también por
transformaciones del ayni y la mink’a, como formas de relación por
servicios y especies, por un lado, y por trabajos y dinero, por otro.
Comprender también que las formas de organización son complejas,
variadas, expansibles o contraíbles, dependiendo de la forma como se
relacionan las unidades domesticas con las familias, con las estructuras
familiares, comprendiendo edades, género y generaciones. Así mismo
tener en cuenta las diferentes prácticas de los vecinos respecto a las
prácticas combinadas de los pueblos y comunidades. Todo esto nos
muestra una combinación rica de estrategias y de estructuras, de
composiciones y de ritmos cíclicos, dependiendo del producto, de las
interrelaciones entre productos, dependiendo también del lugar y del
momento. Las economías campesinas son configuradas por
racionalidades alternativas y colaterales a la racionalidad moderna y
eficaz del cálculo del costo y beneficio. En otras palabras, es imposible
comprender las estrategias campesinas a partir de la reducida
contabilidad económica. Se trata de otras racionalidades, que
funcionan flexiblemente, dúctilmente y en combinaciones abiertas7.
Empero, algo que podemos compartir con cierta certeza es que, de
todas maneras, se trata de economías articuladas al mercado y a los
vaivenes del mercado, por lo tanto a los movimientos de los precios de
los productos. Ahora bien, un cultivo y producto altamente rentable es
la coca, incluso en momentos de bajos precios; esto debido a los
rendimientos, sobre todo a las cosechas que se dan al año. Lo que
decimos vale mucho más cuando los precios de la hoja de coca suben
estrepitosamente, debido a factores externos de extrema
imponderabilidad, como la debida al comercio del narcotráfico, sobre
todo de la cocaína.
Bajo estas consideraciones es posible una hipótesis en relación a la
expansión estrepitosa de los cultivos de la hoja de coca, incluyendo la
invasión a los parques y territorios indígenas. Es tan gravitante el
7 Revisar el libro de Alison Spedding Kawsachun Coca.Economía campesina cocalera en los Yungas y el Chapare. PIEB 204. La Paz.
21
comercio de la cocaína, tal la incidencia de sus circuitos, de su
capacidad de irradiación, de su fuerza financiera, de sus múltiples
estratégicas de tráfico, que se ha convertido en el núcleo explicativo
de la propia economía de la coca, por lo tanto no sólo de los circuitos
y de la acumulación sino de la expansión compulsiva del monocultivo.
Independientemente de cualquier pretensión moral o de pose artificial
sobre la problemática de la cocaína, pretensión y pose falsa de las
potencias, de NNUU y de la cooperación internacional, lo que importan
es comprender claramente el conflicto suscitado en torno al TIPNIS, así
como los conflictos que se han dado sucesivamente, contiendas
anteriores y en perspectiva, repetidos intermitentemente, colisiones
del gobierno con las naciones y pueblos indígenas originarios, desde la
aprobación de la Constitución; lo que importa es comprender el
conflicto a partir de las fuerzas involucradas, de las tendencias, de los
proyectos inherentes. La economía de la coca forma parte de la
economía de la cocaína y la economía de la cocaína forma parte de las
economías del sistema-mundo capitalista. Una apuesta por la
expansión del monocultivo de la coca forma parte de la expansión
compulsiva de la economía de la cocaína y obviamente de la
acumulación ampliada de capital en la economía-mundo capitalista.
Apostar por esta salida, se lo haga abiertamente, como en el caso de
las decisiones prácticas que toman los cocaleros, o veladamente,
haciendo como si no se viera nada, como ocurre con el comportamiento
del gobierno respecto a esta problemática, no importa, pero apostar
por esta salida significa la continuidad del modelo capitalista,
desarrollista extractivista y dependiente, ahora atravesado por la
economía política del chantaje, es decir por la economía de la cocaína,
como una de sus formas. Este proyecto continuista se enfrenta
abiertamente al otro proyecto, nacido de las entrañas de las luchas
sociales y de la guerra anticolonial y descolonizadora, expresada
plenamente en la Constitución. Este modelo es el del Vivir Bien, modelo
civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo.
Este modelo se basa en la condición plurinacional, en la condición
comunitaria, en la condición autonómica y en la condición intercultural,
por lo tanto este modelo se basa en las cosmovisiones indígenas y en
la reconstitución de los territorios ancestrales, actualmente habitados,
como reza la Constitución. Este modelo supone un descentramiento
radical del antropocentrismo, desplazándose al reconocimiento de la
condición vital de los otros seres que componen la Madre Tierra,
reconociendo su condición de sujetos y reconociendo sus derechos.
Esta concepción está plasmada en el proyecto de Ley de la Madre
22
Tierra. El conflicto del TIPNIS está expresando entonces la guerra de
dos proyectos opuestos, antagónicos, de modelos encontrados, uno el
capitalista y moderno, el otro alternativo al capitalismo y la
modernidad. Hay una lucha de clases y una guerra anticolonial y
descolonizadora en curso, con sus sujetos sociales, sus organizaciones,
sus instituciones opuestas, incluso con sus diferentes formaciones
discursivas en franco y abierto debate.
Volviendo al análisis de Enrique Ormachea, podemos dimensionar los
alcances concretos del conflicto en torno al TIPNIS. Entonces el
conflicto especifico, en el territorio, en los límites del parque y en el
interior del parque, en el llamado bloque 7, que es la zona de
avasallamiento del parque por los colonizadores, es entre comunidades
indígenas y colonizadores, comunidades indígenas y cocaleros. En el
documento citado se escribe:
Si en algo hacen hincapié los indígenas cuando plantean la defensa del TIPNIS es en el tema de la expansión cocalera y sus efectos. No
les faltan razones. En el Gobierno de Evo Morales se les ha recortado alrededor de 145 mil hectáreas que acabaron siendo dotadas a
cocaleros que habían ocupado estas tierras de hecho, al aprobar un título final de propiedad colectiva de 1.091.656 hectáreas frente al
título ejecutorial concedido en 1997 que ascendía a 1.236.296 hectáreas8.
La legitimación del avasallamiento ya muestra el sentido del gobierno,
de sus políticas en relación a la tierra y al territorio, en relación de lo que respecta a las áreas protegidas y territorios indígenas. El gobierno
responde en primer lugar, en el plano afectivo y de los compromisos orgánicos, a las federaciones cocaleras, también a las organizaciones
de colonizadores, llamados ahora interculturales, que ya cuenta con más de un millón de afiliados, así mismo responde a los compromisos
sindicales con las organizaciones campesinas, constituidas en la CSUTCB y en la confederación de mujeres campesinas, las conocidas
como “bartolinas”; en segundo lugar, ya en un plano político, responde a la continuidad del proyecto capitalista, desarrollista,
extractivista, dependiente, otorgándole un carácter popular al proyecto; en tercer lugar, ya en un plano estratégico o geopolítico, el
gobierno está supeditado a la irradiación de la política expansionista
y hegemónica del Estado brasilero; en cuarto lugar, ya en un plano de las complicaciones de las que no puede zafarse, atado a las
herencias de las lógicas de poder persistente, responde a los condicionamientos de las empresas trasnacionales, tanto de los
hidrocarburos como de la minería; en quinto lugar, ya en el plan de
8 Bolpress.
23
las nuevas alianzas, responde a los acuerdos económicos con la
burguesía intermediaria boliviana, los agroindustriales, los soyeros y las mediaciones de los grandes monopolios de las empresas de
transgénicos. La presión sobre la frontera agrícola cocalera y
colonizadora se da no solo con la benevolencia del gobierno sino en alianza estratégica con los agroindustriales y soyeros, es decir, la
burguesía intermediaria. Todos ellos forman parte de la composición social, económica, subjetiva e imaginaria del proyecto desarrollista-
extractivista.
Esta situación es vivida, intuida, comprendida y elucidada por las
organizaciones indígenas del CIDOB y CONAMAQ. Se comenta el testimonio de uno de los dirigentes del TIPNIS que estuvo en la VIII
marcha indígena:
En una entrevista reciente, el dirigente indígena Adolfo Moye ha
señalado que, a raíz de la expansión de los cocaleros hacia las comunidades indígenas del TIPNIS, muchas terminaron rodeadas de
colonos “…por ejemplo, la comunidad de Santísima Trinidad donde yo
vivo junto a 140 familias indígenas mezcladas con algunos colonos, hemos quedado al centro de la zona colonizada y rodeada por
cocaleros. En la comunidad Limo, los hermanos del pueblo moxeño yuracaré ahora tienen apenas una hectárea y trabajan como
empleados de los colonos. Sus hijos han tenido que migrar a las ciudades capitales para buscar empleo queriendo adoptar otra forma
de vida; en muchos pueblos solo quedan los viejitos. Algunas comunidades, como Puerto Patiño e Isiborito, se extinguieron y no
sabemos a dónde se fueron esos hermanos…”. (Entrevista en el Foro Social de Asunción)10.
El testimonio de Adolfo Moye es elocuente; lo que describe es una relación de dominación de los cocaleros y de los colonizadores sobre
los indígenas del TIPNIS. Los indígenas no solamente son
discriminados y explotados, sino vistos como menos. No se los considera iguales, ni se establece con ellos relaciones de igualdad.
Esto ocurre de manera dramática en los lugares de intersección entre comunidades indígenas y colonos; si bien no ocurre lo mismo cuando
los dirigentes de las organizaciones indígenas y de las organizaciones campesinas entablan relaciones de organización, de discusión,
cuando entablan acuerdos y pactan sobre temas de interés común, pues a este nivel se entiende que no considerarse como iguales sería
una muestra insostenible de racismo. No ocurre porque a ese nivel se tiene otra concepción de lo que es ser indígena; somos todos
9 Bolpress. 10 Bolpress.
24
indígenas, aymaras, quischwas, urus, chipayas, guaranís, moxeños,
chácobos, chimánes, yuracarés. La diferencia está en que unos somos campesinos y otros conservan la propiedad comunitaria, el ayllu; unos
estamos organizados en sindicatos y otros en las formas organizativas
propias comunitarias. Este discurso se mantuvo durante parte de la vida del Pacto de Unidad, sobre todo durante el proceso
constituyente. Ahora parece desmoronarse este discurso ante la evidencia de las grandes diferencias, discrepancias de concepciones,
de intereses y de proyectos. Los dirigentes campesinos se acercan rápidamente a los prejuicios que tienen los campesinos y colonos que
habitan los lugares limítrofes con territorios indígenas. Sobre todo ahora, cuando se da el conflicto del TIPNIS, los dirigentes campesinos
se apegan más a defender el discurso gubernamental estridentemente descalificador del movimiento indígena en defensa
de sus derechos, consagrados por la Constitución. El “bloque popular” se ha roto.
Esta descripción me recuerda a lo que ocurría años atrás, cuando era
vigente, convocativo e irradiante el proletariado minero; a pesar de su consciencia de clase, de su condición de clase compuesta por el
desclasamiento de las otras clases, de clase que debería abolir todas las clases, los mineros mantenían relaciones de dominación,
subordinando a las comunidades indígenas y campesinas aledañas a los campamentos. ¿Por qué ocurre esto? Se notaba un aire de
superioridad; una cosa implica estar ligado al campamento minero, a la explotación de las vetas mineras, a los ingenios, a la organización
capitalista del trabajo, y otra cosa significa estar ligado a los ayllus, a
las comunidades, donde preponderaban “modos” de producción pre-capitalistas y no-capitalistas. La diferencia estaba dada. Los mineros
compartían una ilusión desarrollista y un imaginario modernista, en contraposición de los indígenas y campesinos, que más bien
expresaban un apego a otros imaginarios, mas bien animistas. Una de las consecuencias de la modernidad fue esta descalificación de
otras formas de vida, de otras formas de cohesión social y de relacionamiento, que no sean las propias de la modernidad.
Las investigaciones y los estudios sociológicos han descrito y han teorizado sobre la transición a la modernidad; el desencanto, la
desacralización, la ruptura y quiebre de las comunidades, de las instituciones y estructuras tradicionales, forma parte de las hipótesis
iniciales de estos estudios y estos análisis. El paso de la familia extendida y compuesta a la familia nuclear, las migraciones rural-
urbanas, la atomización y la individualización, la homogeneización de
los comportamientos y las conductas, el disciplinamiento, forman parte de este proceso de modernización, entendida como una
dinámica cultural y civilizatoria que pone en suspenso los valores y las instituciones tradicionales; la modernidad entendida como
experiencia de la vertiginosidad, sensibilidad estética que expresa
25
esta experiencia como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire,
frase de Shakespeare, recogida por Marx11. La historia de la representación de la modernidad es toda una arqueología, comienza
con los poetas malditos, quienes le atribuyen características estéticas
y lúdicas, haciendo hincapié sobre todo en la experiencia de la vertiginosidad y el suspenso. El concepto es retomado por la
sociología y la economía empero de una manera más instrumental y descriptiva, perdiendo sus ribetes poéticos, empezando a adquirir
perfiles organizacionales, estructurales, institucionales y de relaciones de mapas definidos de transvaloración y transición
modernizadora. Marx y algunas corrientes marxistas retoman el concepto dándole un carácter dialéctico, retomando algunas ideas
iniciales de la experiencia de la transformación desbocada. Ya en la etapa de balance habría que contar con el análisis desplegado por
Marshall Berman; estudio que intitula precisamente Todo lo sólido se desvanece en el aire12. En las corrientes marxistas teóricas
contemporáneas un antecedente de la crítica de la modernidad es el libro de Adorno y Horkheimer titulado Dialéctica del iluminismo13.
Quizás sea el análisis más penetrante de la modernidad, a la que
caracterizan como iluminismo, que también puede ser retomada como crítica; de lo que se trata entonces es de desplegar una crítica
de la crítica, un iluminismo del iluminismo. Ponen en cuestión los mitos de la modernidad, como la idea de progreso y el mito de la
historia; también ponen en cuestión la pretensión moderna de dominación de la naturaleza. Queda claro en los autores, que hacen
la crítica de la racionalidad instrumental, que no basta hacer una crítica de la economía política, sino que es necesaria y urgente hacer
una crítica de la modernidad, matriz histórica y cultural, civilizatoria, en la que emerge y se recicla el capitalismo. Después de ellos, todas
las escuelas, corrientes teóricas críticas de la modernidad, son deudoras de la apertura iniciada por la Escuela de Frankfurt. A
nosotros nos interesa retomar las críticas de la modernidad en los contextos periféricos del sistema-mundo capitalista, pues nos
interesa comprender los fenómenos complejos, abigarrados y
heterogéneos que desata la modernización en nuestras regiones y países.
Marshall Berman escribe sobre el modernismo del subdesarrollo y toma en cuenta el caso de San Petersburgo, dice que se trata de
modernidades impulsadas desde arriba, por el Estado, el poder; quizás también por algunas élites. Son construcciones titánicas que
se enfrentan a los pantanos, es la voluntad de la geometría que termina imponiéndose a la adversidad, a pesar de las inundaciones
11 La frase aparece en la obra de Shakespeare La Tempestad, Marx, la retoma para caracterizar metafóricamente a la modernidad. 12 Marshall Berman: Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI 1994; México. 13 Adorno y Horkheimer: Dialéctica del iluminismo; Trota, Madrid.
26
centenarias. Se trata de espacios modernos pero sin contar con una
vida moderna, espacios públicos que no llegan a tener vida pública. ¿Qué es la modernidad en estos lugares insondables? ¿Es una ilusión?
¿Un espejismo? ¿Un fabuloso monumento? Todo lo demás no llega a
ser moderno, las instituciones, el manejo de las instituciones, el Estado, la administración del Estado; tampoco las subjetividades.
Estamos ante transiciones problemáticas, cuando el pasado no termina de irse, mas bien se queda persistentemente, combinándose
con esas proposiciones iluministas de futuro. Se producen composiciones intrincadas que contienen también subjetividades
recargadas, que acompañan a comportamientos que moran mundos que cohabitan. René Zabaleta Mercado habla de formaciones
abigarradas y Bolívar Echeverría de modernidades barrocas14. ¿Qué es la modernidad en la periferia del sistema-mundo capitalista? Las
corrientes hindúes que estudian la subalternidad conciben que mas bien hay que comprender modernidades heterogéneas o la
modernidad en su condición heterogénea15.
Ciertamente no se puede hablar del ámbito social del campesinado como si fuera homogéneo; esto desde ya está descartado. Estamos
ante un campo complejo y diferencial, cuyos ciclos y articulaciones con el mercado también son variados. En un tiempo se pensó que la
campesinización y la re-campesinización formaban parte de procesos de resistencia a la diseminación capitalista. Se mostraban
contradicciones de las formaciones campesinas con el mercado, con el capitalismo y con el capital a partir de la tesis de la subsunción
formal del trabajo al capital16. En Bolivia se realizaron estudios de la cuestión agraria, sobre todo de las economías campesinas, a partir de
su irrupción misma, irrupción que se da desde la expansión de las formas de pequeña propiedad agraria a partir de la reforma agraria
de 1953. Se pueden hacer distintas clasificaciones de un abundante material, que llega hasta nuestros días, empero nos interesa, por los
límites y las razones implícitas de este ensayo, dibujar grandes
campos de análisis. Se puede apreciar que una de las áreas de preocupación, quizás las más economicista, está relacionada con las
evaluaciones de la reforma agraria y la búsqueda por reencaminarla; otra área de preocupación es la que tiene que ver con los estudios de
caso, con un enfoque sociológico; quizás los más interesantes son los estudios que vienen acompañados de un orientación antropológica,
14 Ver de Zavaleta Mercado Lo nacional-popular en Bolivia; Amigos del Libro; La Paz. También de Bolívar Echeverría Crítica de la modernidad capitalista; Vicepresidencia del Estado Plurinacional 2011; La Paz. 15 Revisar de Partha Chatterjee La nación entiempo heterogéneo. Siglo XXI-CLACSO 2008; Buenos Aires. 16 Roger Bartra ha realizado estudios antropológicos sobre la identidad mexicana; en tanto que Armando Bartra ha realizado estudios sobre las problemáticas que envuelven al mundo campesino e indígena, en parte rescatando sus luchas por la reforma agraria, en parte recuperando la condición de comunidad, pero también mostrando las formas de subsunción formal del trabajo al capital en la que están involucrados sus circuitos.
27
sobre todo por el aporte etnográfico en el análisis de las estructuras
y las instituciones involucradas. No podemos dejar de considerar los estudios sobre la estructura agraria y de clases desde una perspectiva
marxista, mas bien, análisis macros que estudios locales o regionales.
Por último, deberíamos considerar un área de trabajos de investigación antropológicas, sociológicas y económicas, de enfoque
mas bien integral, que cuestiona las perspectivas anteriores, consideradas estáticas, que no contemplan las dinámicas locales,
diferenciales, cíclicas y de estructuras de cambiantes, vinculadas a las estrategias de adaptación a las circunstancias de las formas de
organización campesinas. Quizás las más aportadoras a la elucidación y a la inteligibilidad de la problemática campesina sean estos
estudios17. En relación a toda esta arqueología del saber de la cuestión agraria, debemos apreciar sus mapas conceptuales para
poder atender con una mirada escrutadora a los recientes desplazamientos de las economías campesinas.
Obviamente lo que se requiere para lograr una comprensión adecuada
de lo que ocurre son investigaciones a profundidad y en los distintos espacios de desplazamiento de las formas de organización
campesina; empero a falta de estas investigaciones, nos vemos obligados a lanzar algunas hipótesis interpretativas de lo ocurre en la
coyuntura crítica del proceso con las economías y formas de organización campesina, sus estrategias y sus circuitos.
17 Revisar de Alison Spedding Kawsachun coca. Economía campesina cocalera en los Yungas y el Chapare. PIEB 2004; La paz.
28
Hipótesis
Por más compleja que pueda ser la formación social, económica y
cultural campesina, por más diversa y diferencial, por más barroca, combinada, compuesta y entrecruzada en que se encuentre,
moviéndose contradictoriamente en transiciones cíclicas, definiendo a veces rutas en espiral y en algunos casos desplazamientos lineales,
toda esta complejidad está atravesada por los circuitos del mercado, los circuitos dinerarios, incluso, en menor escala los circuitos
financieros, como los relativos al microcrédito; aunque tengamos que aceptar, como lo hicimos en otro tiempo, la presencia alterativa de
resistencias, de otras lógicas, otras estrategias y otras racionalidades, el mercado y el desarrollo capitalista juegan un papel gravitante,
sobre todo en determinados momentos de alta demanda de monocultivos y de la evidencia de la atracción efectiva de subida de
precios. Esta atmósfera de muchos microclimas culturales, imaginarios y de comportamientos, recrea la ilusión de una
modernidad barroca, heterogénea, del bienestar, del acceso y del
consumo. En momentos de intervención de circuitos de alta rentabilidad y de predisposiciones políticas que los facilitan, los
conglomerados sociales campesinos, sus tendencias económicas, tienden a volcarse plenamente a la ilusión del desarrollismo y sobre
todo al espejismo de la riqueza fácil. Los núcleos de resistencias, alterativos, alternativos, las racionalidades y estrategias
complementarias y cíclicas, tienden a ser inhibidas, ocultadas, desarticuladas, en beneficio de las opciones más comerciales, incluso
más perversas de los circuitos dinerarios.
29
Las resistencias, las posibilidades alterativas y alternativas se
encuentran en las comunidades indígenas-originarias
En momentos de crisis, de desplazamiento social compulsivo hacia las formas más veloces del comercio, incluso del comercio ilícito, del
contrabando, de los tráficos perversos, de la economía política del chantaje, los núcleos de resistencias, las posibilidades alterativas y
alternativas al curso de las cosas, al dominio del capitalismo, incluyendo sus formas salvajes, se encuentra en las comunidades
indígenas, como los ayllus, en tierras altas, y las formas comunitarias en reconstitución, en tierras bajas. Las otras racionalidades, sobre
todo complementarias, las otras estrategias, sobe todo rotativas, cíclicas y en reciprocidad, tejiendo equilibrios y armonizaciones
territoriales, se encuentran en estas formas comunitarias, en sus formas de organización, de cohesión, de convocatoria y de
correspondencia territorial, se encuentran en la actualización y reconstitución de sus instituciones ancestrales. Esta disposición a la
resistencia, esta reterritorialización, se hace evidente en la coyuntura
crítica del proceso, cuando el gobierno, las organizaciones campesinas, aliados a la burguesía intermediaria, a los
agroindustriales, a los soyeros y las mediaciones que usan los transgénicos, añadiendo a los banqueros y los compromisos con el
IIRSA y el proyecto hegemónico brasilero, se proponen ampliar estrepitosamente la frontera agrícola, atentando contra los bosques,
los territorios indígenas, los parques, las áreas protegidas, a cualquier costo. La marcha indígena por la defensa del TIPNIS es una clara
muestra de la voluntad política de las organizaciones indígenas, del CIDOB y del CONAMAQ, por detener el avasallamiento, la compulsión
desarrollista-extractivista apegada a la ilusión modernista de consumo y de riqueza.
30
¿Quién ha decidido la construcción de la carretera que
atraviesa el TIPNIS?
¿Se han consultado a las comunidades que habitan el TIPNIS, como
exige la Constitución? ¿Es el pueblo boliviano el que ha aprobado la
construcción de esa carretera? Si el 64% del pueblo ha aprobado la
Constitución, al aprobarla ha prohibido una acción como esta de
atravesar un Territorio Indígena y un Parque. ¿Quiénes entonces han
decidido? Obviamente se decidió en otro lugar, donde siempre se ha
decidido la suerte de nuestros países, en los grandes acuerdos de los
gobiernos coaligados con intereses de las empresas trasnacionales. La
suerte de la Amazonia se decidió, primero cuando la construcción de la
carretera que atraviesa la Amazonia brasilera se dio lugar en base a la
estrategia de la dictadura militar brasilera de entonces (1964-1985).
Segundo, cuando el presidente Fernando Cardozo convocó a los
presidentes de los gobiernos de Sud América para acordar el proyecto
IIRSA (2000). Tercero, cuando el entonces presidente de Brasil Luiz
Inácio Lula da Silva comprometió al presidente boliviano Evo Morales
Ayma en la construcción de la carretera que conecta Villa Tunari con
San Ignacio de Moxos (2009), atravesando el TIPNIS, comprometiendo
un préstamo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social
(BNDES) de Brasil y condicionando que la construcción la efectúe una
empresa brasilera OAS, saltando los procedimientos regulares de las
normas de contratación de bienes y servicios. Se puede decir que esta
es la crónica de una muerte anunciada, la del ecosistema que
comprende el TIPNIS, si es que no se detiene este proyecto que
podemos calificar como un ecocidio y etnocidio. En realidad el destino
de parte de la Amazonia, la que comprende al Territorio Indígena y
Parque Isiboiro-Sécure, se está decidiendo ahora, en la batalla por el
TIPNIS, con el esfuerzo y sacrificio de los marchistas que defienden los
derechos de la Madre tierra y los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios. El gobierno ha decidido defender los intereses de
OAS, del IIRSA, del gobierno brasilero y de todos los sectores del país
que apuestan por la ilusión desarrollista, la destrucción extractivista, y
la reiteración inaudita de la dependencia; hablamos de la burguesía
intermediaria boliviana y los estratos campesinos más apegados a las
formas del capitalismo depredador, comprendiendo la desforestación y
el monocultivo.
Viendo de esta forma las cosas, la decisión no es democrática, es
despótica y acordada con las estructuras de poder del orden de
dominación mundial y regional. Todos los discursos que se han
31
empleado para camuflar la razones de esta decisión, todo los recursos
represivos que se emplean para disuadir a los marchistas, no hace otra
cosa que develar los grandes intereses comprometidos en tamaña
acción y la supeditación del gobierno a estos intereses. Lo que se ha
dicho sobre los marchistas, sobre los dirigentes indígenas, no es otra
cosa que una muestra patética de los métodos y procedimientos más
perversos que puede utilizar el Estado-nación en contra de las naciones
y pueblos indígenas y una movilización que exige el cumplimiento de
la Constitución. Como se puede ver se ha ido muy lejos, se ha llegado
incluso a una situación de enfrentamiento entre colonizadores e
indígenas. Una y otra vez, en los distintos diálogos, sin ninguna
voluntad del gobierno a cambiar, los ministros han reiterado un solo
argumento obsesivo: No hay alternativa, sólo hay un trazo posible, el
que atraviese el TIPNIS, esto ya se ha decidido. ¿Qué significa este
mensaje? ¿Qué la realidad se reduce a esto? ¿A la lógica irremediable
del poder? ¿Qué la historia no cambia? ¿Qué los poderosos son los que
deciden? ¿Qué fue un sueño lo planteado por los movimientos sociales
y las naciones y pueblos indígenas originarios, un sueño recogido por
la Constitución? ¿Qué la realidad real va seguir siendo la misma a pesar
de los sacrificios, las luchas y los procesos constituyentes? ¿Qué la
llegada al gobierno de un presidente con raíces indígenas no es más
que una nueva forma de legitimación de los mismo, de las estructuras
de poder establecidas y de los ciclos irreversibles del capitalismo?
Este fatalismo no expresa otra cosa que el punto de vista de la
dominación; ni más, ni menos. No es aceptable y es incluso
insostenible el querer reducir la realidad a los efectos del poder.
Cuando los imaginarios son dominados por el poder, cuando el poder
se recrea en ellos, cuando los imaginarios reviven ilusiones, como las
del desarrollismo y la modernidad, ilusiones que ocultan la producción
incesante de las desigualdades, entonces la realidad se reducen a los
límites de las representaciones sociales sometidas, lo que se llamaba
en otro tiempo ideología. En estos casos la representación no es otra
cosa que la repetición del discurso dominante y también una re-presión
de los impulsos emancipadores. El gobierno, los discursos transmitidos,
sus actos violentos y represivos, muestran el decurso de este itinerario
de la gubernamentalidad liberal, la misma que no ha cambiado, a pesar
del proceso constituyente. Esta es la elocuencia de del monopolio de la
violencia y de la legitimidad de la violencia. ¿Qué se puede hacer frente
a esta concurrencia avasalladora de la maquinaria estatal, de una
maquinaria al servicio de las dominaciones polimorfas y de las formas
del capital? El recurso de los explotados, de los pueblos, de las naciones
32
oprimidas, ha sido la lucha permanente, constante, perseverante.
Comienza con las resistencias, después continúa con las acciones
directas emancipadoras; todo esto está atravesado por la creación de
otros imaginarios, por la imaginación y el imaginario radical, creativos
de la perspectiva de otras realidades, más ricas y complejas, por la
apertura de la realidad al campo de sus posibilidades; también
podríamos interpretar esto desde la sociología de las ausencias, desde
la sociología de las emergencias, desde la ecología de los saberes,
desde la ecología de las temporalidades, como configura Boaventura
de Sousa Santos. Las organizaciones indígenas originarias, las
comunidades indígenas que habitan el TIPNIS, no hacen otra cosa que
recurrir a estas tradiciones de luchas de los explotados, dominados,
discriminados. Que este enfrentamiento se dé ahora desafiando al
proyecto extractivista de un gobierno que se llama popular se explica
por la combinación de la lógica del poder cristalizada en la maquinaria
estatal y la lógica de la acumulación de capital. Frente a esta
racionalidad instrumental y racionalidad diagramática de las fuerzas se
oponen racionalidades alternativas, las racionalidades de las
resistencias que se convierten en racionalidades emancipatorias. La
lucha de los indígenas del TIPNIS y de las organizaciones indígenas
originarias es una lucha que compromete el destino de la mayoría de
los bolivianos y bolivianas, que apostaron a lo largo de sus luchas y en
el proceso constituyente por un mundo alternativo.
No sabemos exactamente lo que va a pasar, a pesar de que el
panorama se pinta, debido a la correlación de fuerzas, desalentador y
dramático. Se presenta como que el gobierno terminará imponiendo la
voluntad de OAS, del IIRSA, del gobierno brasilero y los estratos
sociales que apuestan por la continuidad del modelo extractivista y la
ampliación de la frontera agrícola. Sin embargo, en esta coyuntura
difícil, no se puede hacer otra cosa que apostar a lo que parece
improbable, apostar a lo que parece imposible, apostar por revertir la
situación adversa, apostar por detener la marcha fatal de los
acontecimientos. En esta apuesta, en esta habilidad, en esta
creatividad e ingenio, radica la invención de la política y la invención
de la historia como utopía en permanente realización.
La lucha de los indígenas del TIPNIS, de las organizaciones indígenas,
no puede quedar aislada, tiene que ser acompañada por todos y todas
las que sienten y presienten que es posible otro mundo alternativo,
que la realidad es más rica y completa que la reducida imagen que de
ella da el poder. Esta lucha es acompañada por otros movimientos y
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pueblos del mundo que enfrentan a la dominación actualizada del
capitalismo.
34
Las formas de la manipulación
Hay que prestar mucha atención a ciertas formas del uso del poder que
tienen que ver directamente con lo que llamamos la manipulación18, es
decir, a la forma cómo se quiere forzar e inducir para lograr los
objetivos establecidos. Sobre todo llama la atención el manejo de la
gente, el manejo de la opinión pública, el manejo de las instituciones
y de las organizaciones, el manejo de la información, el manejo de los
conflictos. Se interviene impúdicamente para convencer y conducir a
la gente, para influir en sus conductas; se maneja la propaganda, la
publicidad, la comunicación para mostrar una imagen de la realidad de
acuerdo al espejo del poder. El poder se mira en lo que informa y lo
que expresa termina siendo la imagen del espejo, es allí donde se
legitima y ratifica el poder. Se manejan las instituciones como
dispositivos de poder; aunque toda institución es un dispositivo de
poder, lo que hace a la manipulación es el uso forzado que se hace de
las instituciones, buscando alcanzar otros fines, distintos a las
finalidades normativas. En el caso de las organizaciones, estas son
cooptadas en la perspectiva de los fines extra-organizacionales
impuestos. Se maneja la información como herramienta de
propaganda, como una extensión de los alcances y el cumplimiento del
gobierno. Quizás lo más grave pasa con el manejo de los conflictos;
lo primero que se hace es ignorarlos, después se los descalifica, si
avanza el conflicto, se intenta cooptar y dividir a las organizaciones
involucradas en la demanda; por este camino se termina optando por
los medios de disuasión y represivos. También se puede pretender
arreglar con los grupos más vulnerables y dóciles del conflicto, como
lo que ocurre ahora en lo que respecta al conflicto del TIPNIS. No se
quiere atender ni dialogar seriamente, solo se transmite la decisión
antelada, la crónica de la muerta anunciada del territorio y del parque,
empero se manipula montando una escenificación en una comunidad,
la de Santo Domingo, donde habitan un grupo de familias indígenas,
ahora invadida por visitantes del tramo tres de la carretera Villa
Tunaría-San Ignacio de Moxos, quienes no habitan el TIPNIS, para
aparentar multitud y hacer creer que se conversa y se consulta con las
comunidades asentadas en el TIPNIS.
18 José Luis VEGA CARBALLO dice que: Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y
abusivo del poder. Revisar Manipulación, del citado autor; Comunidades.
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A propósito de la temática de la manipulación, José Luis Vega Carballo
dice
Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y abusivo
del poder. Se presenta en cualquier relación social o campo de la actividad humana, donde la parte dominante se impone a otras en
virtud de que éstas carecen de control, conciencia y conocimiento sobre las condiciones de la situación en que se encuentran. Aunque la
imposición de cualquier curso de acción tiene siempre consecuencias reales, lo cierto es que, dentro del campo de la interacción social
manipulada, no hay manera de que las partes afectadas puedan
vislumbrarlas anticipadamente, tampoco analizarlas y menos impedirlas; solo les queda afrontarlas como hechos consumados.
La manipulación es un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. El
poder se ejerce decía Michel Foucault, no es una propiedad, no es una sustancia, no es una ideología; diríamos que se trata de relación de
fuerzas, una fuerza que afecta y otra fuerza afectada, una fuerza que hace de función de poder, otra fuerza que hace de materia de poder.
La manipulación se basa en relaciones de poder que buscan afectar conductas y comportamientos, como toda relación de poder, pero que
recurre en este caso al engaño, a la distorsión, al chantaje, a la presión, al encubrimiento, al montaje, al teatro, pero también a sutiles
mecanismos y deslizamientos de la violencia, que tienen una particularidad cuando se trata del Estado y de sus formas de gobierno.
Llama la atención la reiteración desembozada de las formas de manipulación de un gobierno que se dice indígena y popular, más aún
que se concibe como gobierno de los movimientos sociales, de acuerdo a las expresiones rimbombantes del Vicepresidente. En los conflictos
con las organizaciones indígenas, particularmente en lo que ocurre con el conflicto del TIPNIS, ha desplegado de manera abierta todas las
artes de la política vulgar, la astucia “criolla”, como decimos popularmente, adelantándose a las consecuencias de la construcción
de la carretera; la maniobra se muestra patentemente cuando se hace tres trazos de la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de
Moxos, buscando eludir el estudio de impacto ambiental, sobre todo en lo que respecta al Territorio Indígena y al Parque. La anticipación no
consultada también se hace evidente cuando se acuerda con el entonces presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva la construcción
de la carretera, financiada en gran parte por el Banco Nacional de
Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil (2008-2009); en este acuerdo se establece el compromiso fuera de normas de que la
construcción de la carretera queda a cargo de la empresa constructora brasilera OAS. Esta forma de comportamiento sinuoso y callado, toda
esta actitud velada preveía conflictos, por eso se adelantó a los hechos, encubriendo los acuerdos y convenios antelados. Cuando estalla el
conflicto del TIPNIS la respuesta es escabrosa; primero se confronta
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internamente al entonces Viceministro de Biodiversidad del Ministerio
de Medio Ambiente y Agua, Juan Pablo Ramos, quien no quería firmar la ficha ambiental justamente del tramo II, que pasa por el TIPNIS;
segundo se oculta la información y se miente a la opinión pública
acerca del estado de la cuestión de esta carretera; tercero se dice que no hay trazo del segundo tramo; cuarto, cuando se desprende la
marcha indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Isiboro-Sécure, se descalifica a las organizaciones indígenas acusándolas de
estar en contacto con la Embajada norteamericana, insinuando que esta marcha ha sido preparada por agentes de la embajada, volviendo
a acusar a USAID por enésima vez de estar fomentando la marcha indígena; también se acusa a un conjunto fantasmagórico de ONGs de
estar involucradas en la conspiración. Cuando la marcha se acerca a San Ignacio-de Moxos, altos personeros de gobierno van a azuzar a los
pobladores para que se levanten contra los indígenas de la marcha. Si bien no consiguen esto, lo que logran es que no se les dé alojamiento,
comida ni agua. Cuando la marcha se aproxima a Yucumo, se movilizan a colonizadores, cocaleros, policías e incluso la ABC para impedir el
paso de la marcha pacífica, bloqueando a la marcha en esta localidad
comercial. Cuando la marcha consigue apoyo internacional y del país, movilizando a múltiples grupos de jóvenes, a la organización de
regantes, a la federación de estudiantes de la ciudad de El Alto, a mineros e incluso a organizaciones de la ciudad de El Alto, como la
conocida Coordinadora por la Dignidad de la Ciudad de El Alto, cuando es patente su contradicción en relación a la consulta previa libre e
informada, consulta que exige la Constitución, buscan dividir a las comunidades del TIPNIS; todo esto sin responder a la demanda de los
marchista. Se opta entonces por el teatro político, se hace el montaje de un escenario grotesco de una reunión manipulada en la comunidad
de Santo Domingo, llevando gente del tramo III, que habita fuera del TIPNIS. El presidente va a esa comunidad y efectúa una tertulia
improvisada con los supuestos comunarios, reunión que es transmitida por la radio emisora oficial Patria Nueva.
El comportamiento del gobierno en todo el conflicto del TIPNIS devela descarnadamente el sentido de las políticas gubernamentales en
relación al medio ambiente, a la ecología, a los parques y territorios indígenas, en relación a los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios, en relación también al modelo heredado, el extractivismo, incluyendo a la ampliación de la frontera agrícola y la
desforestación, así mismo devela el sentido de las políticas en relación a la coca y la cocaína. Pero, sobre todo, devela la constante recurrencia
del procedimiento más apreciado por los funcionarios en su relacionamiento con la sociedad, los pueblos y las organizaciones, este
expediente es el de la múltiple manipulación abierta y desembozada. ¿Por qué recurre a esta maniobra? ¿Qué expresa esta recurrencia?
¿Una gran debilidad, una gran vulnerabilidad, una descomposición?
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José Luis Vega Carballo, el autor citado sobre la definición de
manipulación, dice que:
Pero aún allí, en momentos de crisis de consenso, cuando se ponen en
entredicho la legalidad y legitimidad del régimen, los dirigentes terminan apostando a la manipulación para controlar las reacciones de
los dominados. Surgen distintas fórmulas para encubrir decisiones de emergencia, desde los discursos efectistas hasta los despliegues de
propaganda, tácticamente destinados a compensar la carencia de argumentos capaces de persuadir a las masas y mantenerlas leales al
régimen. Cuanto más avance la desestabilización y se aproxime la posible subversión violenta del régimen, es mayor la frecuencia con
que se aplican dosis variables de manipuleo con represión, incluyendo las llamadas “cortinas de humo”, cuyo propósito es distraer la atención
de los subordinados para apartarla de los verdaderos problemas que la dirigencia no puede resolver.
La recurrencia a la manipulación parece aumentar cuando hay crisis de
consenso. Desde esta perspectiva vendría a ser algo que sustituye al
consenso o cuando falta consenso se recurre más a la manipulación. Este procedimiento de maniobra vendría a ser un síntoma de la crisis
de consenso, que también significa una crisis de credibilidad; la pérdida de confianza también generaría el incremento del uso de la
manipulación. Esta tesis podría llevarnos a pensar en una relación inversamente proporcional, pero no es así, pues la variedad de los
recursos, dispositivos y agenciamientos de poder más bien presentan un mapa de combinaciones complejo, que se da de una determinada
manera, dependiendo de las coyunturas y los contextos. Incluso cuando hay consenso los gobiernos no dejan de recurrir a tácticas de
maniobra. Se trata de procedimientos altamente extendidos, diversos, recurrentes, no sólo por gobiernos sino instituciones, también en las
relaciones de grupos, así como en las relaciones interpersonales. Pero, en el caso que nos interesa, la manipulación política, muestra los
secretos engranajes de las formas de poder y de los entretelones
gubernamentales. Se trata de un procedimiento no democrático y mucho menos participativo, en todo caso tampoco transparente. Se da
cuando se tienen finalidades establecidas, las mismas que no quieren ni deben discutirse, de acuerdo a los criterios de los “diseñadores” de
las finalidades; estas tienen que ejecutarse, para su cumplimiento se usan todos los medios al alcance, incluyendo preponderantemente los
que tienen que ver con la manipulación. En este caso las finalidades son como ordenes; se hace creer a los participantes que se está
discutiendo, que se está tomando en serio el debate, la demanda, la reivindicación, las propuestas alternativas, aunque en realidad este
dialogo sólo sirva para legitimar lo ya decidido, el cumplimiento de finalidades políticas.
38
Esta manera de proceder nos muestra también una percepción
bastante esquemática de los gobernantes, que se resume en el creer que los otros, los interlocutores, la opinión pública, son manejables.
Esta percepción expresa una sobreestimación extrema de las
posibilidades del gobierno y una desvalorización también extrema de los otros, de los interlocutores, del auditórium, de la opinión pública.
Hay más de una sorpresa cuando los gobernantes se enfrentan a resistencias, a obstáculos, a conductas no manejables ni manipulables,
que responden a criterios formados sobre los temas en debate. Lo sorprendente es que en vez de corregir este comportamiento
gubernamental, generalmente los gobernantes insisten como en una terca persistencia en estos métodos, aunque estos métodos pueden
llevar ineludiblemente a la confrontación. ¿Por qué? Hay una especie de extensión estimativa de los microclimas institucionales
gubernamentales a la sociedad. Se espera que de la misma manera que se obedece en las instituciones, las sociedades deban hacerlo. Hay
un presupuesto de disciplina generalizada, que obviamente no se cumple en la realidad. No se considera para nada los propios raciocinios
de la sociedad, de los grupos, de las organizaciones, de los
movimientos. Lo que cuenta es la estrategia diseñada o supuestamente diseñada, las finalidades establecidas; lo demás es objeto, es materia
de poder, es manipulable.
De este modo podemos decir que la manipulación dibuja una psicología especial de los gobernantes, de la clase política; se sienten inmunes,
se instala un egocentrismo que da lugar a una sensación de que se es todo poderoso, una distancia cualitativa los separa de los mortales.
Esta percepción es alimentada por los propios funcionarios que rodean como cortes modernas a los ejecutivos. La ceremonialidad del poder,
la adulación constante, la información seleccionada, terminan convenciendo a los que toman decisiones de que es así, que los que
gobiernan tienen el sartén por el mango, que sus decisiones son indiscutibles. Muchos de estos escenarios, de estos montajes políticos,
son construcciones de los subalternos inmediatos, que quieren ganar
puntos. La manipulación termina entrampando a todos, como en un círculo vicioso; no convence, no disuade, y termina echando leña al
fuego, incrementando la intensidad del conflicto.
El autor citado continúa con la contrastación de la manipulación, escribe:
Si para un uso racional, persuasivo y legítimo del poder –es decir, la
dominación según Max Weber–, se requiere comúnmente la transparencia y una conciencia relativamente lúcida acerca de los
intereses en juego, la manipulación se ubica en la esfera opuesta. Al rechazar la transparencia, la argumentación y la persuasión –procesos
que en la democracia se aplican para llegar al consenso–, los manipuladores, en su maquiavelismo, apelan a las dimensiones
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instintivas de la mente individual y colectiva, a impulsos inconscientes,
a deseos y aspiraciones insatisfechas, a dependencias emocionales y pasionales de la conducta individual o de masas. Se esmeran por
provocar reacciones impremeditadas que no requieran la aquiescencia
ni el raciocinio, por obviar discursos que justifiquen las pretensiones de dominio, por evitar todo recurso metódico de justificación y
convencimiento.
Descartando esa personalización de los manipuladores y de su supuesto maquiavelismo, pues no se trata de caer en la
individualización, como si la manipulación fuera un atributo de ciertas personas, inclinadas a ello, y el maquiavelismo un plan antelado, una
conspiración inherente. Este maquiavelismo, que proviene de la lectura francesa de la época de Nicolás Maquiavelo, interpretación segada por
cierto, que ha reducido las tesis de Maquiavelo a la caricatura de proposición que se expresa en la frase popularizada de que los fines
justifican los medios, convirtiendo a Maquiavelo en un teórico de las conspiraciones, las artimañas, las astucias y las intrigas. Lectura que
no comprende la estructura, el contenido y el núcleo de la teoría de
Nicolás Maquiavelo que tiene que ver con la figura del príncipe como articulador de la voluntad nacional. Dejemos entonces de lado esta
apreciación del autor para concentrarnos en sus definiciones sobre la manipulación. Se concibe un aire irracional en el ejercicio de la
manipulación; ¿esto es sostenible? Depende cómo concibamos la razón y la racionalidad; si aparece como un discurso iluminista, que exige
argumentación y justificación, reducimos la razón a su forma lógica e instrumental; en cambio sí ampliamos el uso de la razón a la
elaboración de juicios, entendidos como la adecuación de los medios a los fines, nos abrimos a múltiples formas de la razón y de la
racionalidad. La manipulación no está exenta de una forma de racionalidad ligada a la astucia; no se trata en este caso de
pretensiones de verdad y de validez. No estamos en el terreno de la acción comunicativa ni de sus racionalidades desplegadas, estamos
mas bien en los espacios de las formas de violencia, en los mapas de
la dominación, aunque esta violencia y esta dominación tenga que hacerse discursiva. En todo caso estamos ante pretensiones de logro,
de ejecución, pretensiones de dominación. El uso de los discursos en la manipulación no pretenden convencer de la verdad expuesta, al
contrario son usados para engañar. Entonces las formas de la manipulación tienen que ver con las formas de la dominación; por eso
no es un mecanismo democrático, puesto que la democracia en sentido pleno suspende los mecanismos de la dominación. El uso recurrente de
la manipulación caracteriza el perfil de los estados y gobiernos que la ejercen. No se trata de estados democráticos en pleno sentido de la
palabra, que deberían ser más participativos que representativos, sino de maquinarias, instrumentos, estrategias gubernamentales al
servicio de la dominación. No se trata entonces de un proyecto emancipatorio sino de un proyecto de poder. Esto es importante a la
40
hora de caracterizar al Estado-nación boliviano y al gobierno popular.
Ciertamente lo que debería ser un proyecto emancipatorio, pues arranca de las luchas sociales, de los movimientos sociales, de la
guerra anticolonial y descolonizadora, termina siendo otro proyecto de
dominación. ¿De quienes es esta dominación? No es una pregunta fácil en una transición que debería ser de transformación y resulta mas bien
de restauración.
Al respecto, en relación a esta pregunta, que tiene que ver con la estructura de poder, pero también con la estructura de clases,
asentadas ambas en la matriz y estructuras coloniales, vamos desplegar una hipótesis de interpretación.
Después de la movilización prolongada (2000-2005) nos encontramos
ante dos gestiones de gobierno popular y un proceso constituyente, ambos contradictorios, que expresan de manera dramática las
contradicciones inherentes de los proyectos políticos congénitos que nacen como producto de la movilización; uno de ellos es el proyecto
político que expresa la transición descolonizadora hacia el Estado
plurinacional comunitario y autonómico, en la perspectiva de conformar una economía social y comunitaria que apunta al modelo
alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo; el otro modelo está encaminado claramente a la continuidad expansiva e
intensiva del estándar capitalista dependiente periférico basado en el extractivismo compulsivo; modelo que se sostiene en la restauración
del Estado-nación, liberal y colonial. Ambos modelos son opuestos, contradictorios y antagónicos. El primer modelo alternativo ha quedado
transcrito en la Constitución política del Estado, el segundo modelo vigente es el que efectivamente se realiza desde el Estado y desde el
gobierno. El primer modelo ha quedado como un ideal y el segundo modelo es el realmente implantado. El primer modelo es defendido por
las naciones y pueblos indígenas originarios, por sus organizaciones matriciales, de tierras altas y de tierras bajas; el segundo modelo es el
asumido por el gobierno, por el MAS, por las organizaciones
campesinas, colonizadoras y cocaleras, en alianza ahora con la burguesía intermediaria boliviana, banqueros, empresarios,
agroindustriales, soyeros, terratenientes, apoyados en este trámite por las empresas trasnacionales mineras, hidrocarburíferas, las empresas
constructoras, el gobierno brasilero, en el contexto de reacomodo de la estructura de la geopolítica del sistema mundo capitalista.
Tomando en cuenta este panorama, ¿qué sucede en la transición?
Concurre la reorganización de la composición de la burguesía intermediaria boliviana; campesinos ricos, colonizadores ricos,
cocaleros ricos ingresan a formar parte de esta nueva composición de la burguesía, conjuntamente con los comerciantes; algunos de ellos se
introducen en su condición de dirigentes o ex dirigentes, al formar parte de la nueva clase política. Las formas de esta recomposición
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burguesa no son distintos al de las otras y anteriores composiciones de
la burguesía, procedimientos de despojamiento, de apropiación, incluso de trafico de tierras y circuitos de influencias. Obviamente no
son todos los campesinos, todos los colonizadores ni todos los
cocaleros los que ingresan a formar parte de esta nueva burguesía, como en la genealogía de las burguesías, se forman estructuras
piramidales, la gran masa social queda en la base piramidal y son determinados grupos pujantes y agresivos los que terminan ocupando
el sitio de la cúspide. Empero, como se comparte la ilusión desarrollista y el imaginero modernista, creyendo que el logro de la riqueza está al
alcance de todos, el conjunto social cree que puede acceder y se embarga en un proyecto que obviamente va a recrear las
desigualdades.
En este mapa social, ¿qué papel juegan los obreros? Si nos guiamos por el último el XXXI Congreso de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia, vamos a ver que el proletariado minero retoma la Tesis de Pulacayo, la tesis de transición al socialismo,
bajo la caracterización de un país de capitalismo atrasado y
dependiente. Vuelven a plantear la alianza obrero campesina, bajo la dirección del proletariado en la perspectiva de la revolución socialista.
¿Dónde entra este planteamiento en el antagonismo que plantean los dos modelos mencionados anteriormente? ¿La propuesta minera se
acerca más a la modernidad, al desarrollismo, al extractivismo o la propuesta obrera se acerca al modelo alternativo a la modernidad, al
capitalismo y al desarrollo? Este es un problema que tiene que resolver el proletariado minero, que tienen que resolver los obreros, en el
contexto de las luchas y movimientos sociales antisistémicos contemporáneos, que confrontan al capitalismo no solo en lo que
respecta a la explotación de la fuerza de trabajo sino por en lo que respecta a la explotación y dominación de la naturaleza. Ya no es el
contexto ni la coyuntura histórica del momento de aprobación de la Tesis de Pulacayo, este momento, el actual, es de una lucha contra el
capitalismo en defensa de la Madre Tierra, que es el nombre que se
usa para referirse a los componentes y ciclos vitales integrados de la vida, en toda su biodiversidad, comprendiendo su ecología y
ecosistemas.
La hipótesis interpretativa se resume a que hay una nueva composición de la burguesía de la que forman parte los campesinos ricos, los
colonizadores ricos y los cocaleros ricos. Esta nueva composición en articulación con los estratos heredados de lo que fue la burguesía
intermediaria, ejerce el dominio sobre las naciones y pueblos indígenas originarios y el proletariado, que tiene cada vez más características
nómadas. Esta nueva burguesía todavía no tiene un discurso propio o adoptado, como en el caso de la burguesía liberal o el caso del proyecto
de burguesía nacional, en uno caso el discurso era liberal y en el otro caso el discurso era nacionalista. El discurso Constitucional, por el
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Estado plurinacional, comunitario y autonómico no les sirve, menos el
discurso del vivir bien, pues entra rápidamente en contradicción con sus propias acciones. Por eso se han convertido en escenas cada vez
más grotescas los montajes políticos del gobierno; el discurso no
coincide con la práctica. Esta nueva burguesía se ve impelida a elaborar otro discurso acorde a su transición restauradora. Por el momento no
hay tal cosa, lo que hay es una recurrencia desesperada a las formas polimorfas de la violencia, desconociendo los derechos fundamentales,
los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos de la madre tierra.
Teniendo en cuenta esta lectura de la transición podemos entender
mejor el requerimiento recurrente a las formas de la manipulación como parte de las formas de violencia, como parte de las formas de
dominación. De las tácticas y estrategias, de las herramientas e instrumentos políticos, de las formas discursivas, es uno de los mejores
procedimientos que tienen a su alcance para implementar el proyecto de continuidad capitalista y extractivista. El problema es que los
pueblos no son manejables ni manipulables, son resistencias que hay
que vencer, el esquematismo ingenuo de los gobernantes que recurren a la manipulación no comprende la compleja realidad social, política,
económica y cultura. Tiene enfrente un gran obstáculo para la realización de su proyecto, la Constitución, el horizonte abierto
pluralista, los saberes y la politización de los pueblos.
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De contradicciones y confusiones del proceso
En rigor hay profundas contradicciones en el proceso de
transformaciones, lo que se nombraría antes, desde la perspectiva de
las grandes narratividades, como proceso “revolucionario”; aunque la
concepción de transformaciones y la de “revolucionario” tiene
connotaciones distintas. El siglo XX se abre a proyectos ultimatistas,
por lo tanto es concebible en ese terreno un imaginario revolucionario;
en cambio el siglo XXI comienza a complejizar y relativizar esos
proyectos políticos y sociales, concibe paradójicamente un más allá de
la modernidad, que deberíamos entenderlo, usando la jerga, como más
“revolucionario”, pues atraviesa los límites mismos de la civilización
moderna, empero concibe esta trascendencia desde un pluralismo,
también desde la complejidad, a su vez pensando transformaciones
pluralistas. Bueno, en todo caso, distinguiendo estas diferencias
imaginarias y discursivas, podemos comprender que tanto los procesos
“revolucionarios” como los procesos de transformación anidan grandes
contradicciones, que no se pueden eludir con discursos ni con
ideologías, si todavía podemos hablar así como de una consciencia
falsa o, mejor dicho, desde un discurso de legitimación del poder.
El proceso mismo conlleva una carga fuerte de herencias que no solo
obstaculizan el cambio sino que definen otras proyecciones. Uno de los
temas que es urgente abordar es el que tiene que ver con la diferencia
entre dominación y emancipación. El problema es que grupos
importantes de “revolucionarios”, también de los sectores que los
acompañan, creen que la liberación tiene que ver con la dominación.
Lo mismo sucede en los procesos de transformación; estratos, sectores
importantes, que acompañan el proceso de cambio, creen que de lo
que se trata es de sustituir una dominación por otra. Se perdió de la
comprensión que las luchas sociales anticapitalistas tienen que ver
fundamentalmente con proyectos emancipatorios, por lo tanto de
liberación de las dominaciones y de las formas de explotación. Que la
emancipación involucra, en primer lugar a los explotados y
discriminados, pero también abarca a todos, que de lo que se trata es
de liberarse de las formas de dominación y de las formas de
explotación, poner en suspenso los engranajes de la dominación,
ofrecer emancipaciones a todos los involucrados, irradiar el proceso de
liberalización múltiple. Asistimos pues a una contradicción profunda en
este sentido. Llamaremos a esta una confusión en los imaginarios,
discursos y prácticas de estratos y sectores que mas bien manifiestan
sus recónditas dominaciones cristalizadas, que ahora las quieren hacer
44
funcionar dominando a otros, explotando a otros, que generalmente
son otra vez los más débiles y vulnerables.
Vinculada a esta confusión sobre la interpretación del proyecto
inherente al proceso, se encuentra otra. Algunos o muchos de los
dirigentes involucrados con estos estratos y sectores que acompañan
al proceso creen que de los que se trata ahora es hacerse ricos. Esta
es la reducción más pedestre del proyecto; es la imagen del amo, del
patrón, la que da curso a esta ilusión. Ser libre es ser rico, sustituir al
amo en su papel. Este logro ciertamente es más reductivo, pues no
todos pueden acceder a la riqueza, aunque esta se la obtenga por
procedimientos rápidos y fáciles. Solo acceden unos cuantos, empero
se forma una atmósfera que ilusiona a todos y todos caen ávidamente
en la ilusión de la disponibilidad monetaria. Por este camino se
reproducen redes, circuitos, compromisos, lealtades, muy parecidas a
las que había antes y atravesaban informalmente las gestiones de
gobierno y las gestiones económicas. Se puede comprender entonces
que un proceso que comienza con mucha expectativa, entusiasmo,
esperanza, ungido de plena legitimidad, termina entrampándose por
las rutas prácticas que ocasionan estas herencias y estas confusiones.
El conflicto del TIPNIS ha puesto en evidencia estas contradicciones y
confusiones. Es probable que el gobierno haya creído que aprobar una
Constitución, que define al Estado como plurinacional comunitario y
autonómico, era nada más y nada menos que un discurso de
legitimación del gobierno, no era otra cosa que un texto constitucional,
que no iba a tener más consecuencias sino en la propaganda y en la
publicidad, sobre todo internacional. Que no iba a comprometer al
gobierno en transformaciones institucionales, en transformaciones
estructurales, en la perspectiva de la fundación de otra forma de
Estado, con otra composición y otra estructura, que, en espera que no
pase nada, ni nada se comprometa, ni se esté obligado a nada, podía
mantener el mismo Estado dándole un barniz discursivo plurinacional
e intercultural. Pero, si es así, el gobierno se equivoca, pues una
Constitución es un mandato, sobre todo cuando ésta es resultado de
las luchas sociales, de los movimientos antisistémicos y de la guerra
descolonizadora de las naciones y pueblos indígenas originarios. Se
equivoca, pues en la medida que no realiza los actos fundacionales, no
elabora las leyes fundacionales, no hace las transformaciones
institucionales, como crear el pluralismo institucional, administrativo,
normativo y de gestiones, entra en flagrantes contradicciones que
ponen en evidencia su vocación no sólo reformista sino restauradora.
45
Esto mismo ocurre con el discurso del vivir bien y la madre tierra; el
gobierno ha creído que hablar del vivir bien era como un discurso moral
que había que plantearlo en el Plan Nacional de Desarrollo, pero que
no tenía mayores consecuencia en las lógicas y estructuras de la
planificación, cuando ésta ya debería ser integral y participativa. Por
eso continuó siendo un plan economicista y desarrollista, aunque
amarrado a objetivos democráticos y solidarios. Tampoco se inmutó
ante la siguiente contradicción, que la continuidad del extractivismo
minero e hidrocarburífera entraba en contradicción con la defensa de
la madre tierra, discurso principalmente internacional, sobre todo
cuando se da la presencia de Bolivia en las Cumbres de Naciones
Unidad sobre el Cambio Climático. Se creyó que era un planteamiento
político para enrostrarle la cara a los representantes del capitalismo en
estos foros, pero no se creyó que también era indispensable ser
consecuente en el país. El extremo se llevó a cabo en Tiquipaya, con
la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los
Derechos de la Madre Tierra, pues en esta Conferencia se llegaron a
unas resoluciones que iban lejos, como definir el vivir bien como un
modelo alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo,
como el prohibir la exploración y explotación en los bosques, como la
defensa de la biodiversidad y los ecosistemas, en conjunto la defensa
de la vida, es decir, de la madre tierra; además de llamar a formar una
internacional de los pueblos en defensa de la madre tierra en contra
del capitalismo. Estas resoluciones fueron firmadas por los países del
ALBA y obviamente por Bolivia, y no les perturbó para nada a los
gobiernos firmantes el hecho de que estas resoluciones ya eran
vinculantes. Posiblemente ni se dieron cuenta o dejaron pasar las
circunstancias de manera desapercibida. Incluso se dio un hecho
anecdótico a propósito; el embajador de Uruguay leyó la carta del
escritor Eduardo Galeano donde se disculpaba por su inasistencia al
evento; en la carta se decía que no estaba de acuerdo con la
inflamación de las palabras, haciendo una clara alusión crítica a los
escenarios y teatros políticos, a los sobrevuelos discursivos. Empero,
cuando se escuchaba la lectura de la carta, el comportamiento oficial y
de los organizadores del evento era como si no entendieran lo que se
leía.
46
Las contradicciones llegaron a dos extremos críticos, uno es la crisis
del gasolinazo, donde se develó el contenido práctico de la política
económica, basada en el supuesto del equilibrio macroeconómico y
completamente monetarista. La medida de shock no hacía otra cosa
que repetir los métodos de los gobiernos liberales, transfiriendo al
pueblo los costos de estas políticas de equilibrio y monetaristas.
También se develó que las políticas hidrocarburíferas, sobre todo el
control técnico, seguía en manos de las empresas trasnacionales, sobre
todo de REPSOL y de PETROBRAS, empresas que exigían la
descongelación de precios en el mercado interno, para convertir
atractiva la inversión en exploración, explotación, construcción de
plantas separadoras, refinerías e incluso industrialización. El
argumento del gobierno fue que se subvencionaba los carburantes, que
éstos iba en gran parte al contrabando, que los que ganaban eran los
países vecinos y los contrabandistas, además de los ricos que
consumían gasolina barata. El gobierno uso cifras discutibles, como
que se llegó a subvencionar en un monto de 380 millones de dólares,
después se dijo que el último año llegó la subvención a una cifra entre
600 y 700 millones de dólares, y que el año en curso se iba a llegar a
subvencionar por un monto de 1000 millones de dólares. Estos
argumentos son sorprendentes, en la lógica y en los montos; la
información que se tiene es que no se trata de erogación del Tesoro
General de la Nación sino de papeles fiscales, por otra parte que el
monto de la subvención no es 380 millones de dólares sino 175
millones de dólares. ¿A qué conduce todo esto? A que no hay
transparencia y honestidad. ¿Hay crisis económica, financiera?
¿Déficit? ¿Ha subido la deuda interna? Esto es muy difícil de responder,
sólo podría hacerlo el gobierno si se tomara la molestia de ser
transparente y honesto con el pueblo.
47
El otro acontecimiento crítico de la coyuntura es el conflicto del TIPNIS,
donde se evidencia que al gobierno no le interesa para nada las leyes
que protegen las áreas protegidas, los parques, los territorios
indígenas; tampoco se inmuta para nada si entra en contradicción con
la Constitución que consagra los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios, la libre determinación, el autogobierno, la
gestión territorial, las normas y procedimientos propios de las naciones
y pueblos indígenas, así como la consulta previa libre e informada. No
le afecta para nada que la Constitución establece claramente la ruta
plurinacional de las autonomías indígenas y mucho menos le afecta que
vulnere los convenios internacionales, constitucionalizados, como el
Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes, así como la Declaración de Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas. Prefiere optar por la descalificación
grotesca de los dirigentes indígenas, por la represión y la movilización
sañuda de colonizadores y policías para bloquear la marcha, optando
también por caricaturescos montajes y manipulaciones como la reunión
del presidente en la Comunidad de Santo Domingo en el Sécure, sin
tomar en cuenta la marcha y a los dirigentes orgánicos. Ahora insiste
en montar una deslegitimada consulta extemporánea que incluya
también a los avasalladores del parque, lo que contraviene
completamente las condiciones de la consulta a los pueblos indígenas.
Se ha llegado a anécdotas tan escabrosas como decir que no hay
bloqueo sino vigilia cuando las cámaras ponían en evidencia el bloqueo
beligerante de colonizadores y policías, que incluso se atrevieron a no
dejar pasar vitualla, alimentos, medicinas y víveres para los
marchistas, en una actitud descomunalmente inhumana violando los
derechos fundamentales.
¿Qué nos muestran estas manifestaciones bochornosas del gobierno,
colonizadores y policías? No sólo que se ha entrado ya a una etapa de
represión en la gestión de gobierno, sino que el gobierno, la Asamblea
Legislativa Plurinacional, el órgano ejecutivo, así como el órgano
electoral se han convertido en dispositivos de poder, en
agenciamientos de la dominación, una dominación de una nueva
recomposición de la burguesía, donde a la anterior burguesía
intermediaria se suman los nuevos ricos, los campesinos ricos, los
cocaleros ricos, los colonizadores ricos, los comerciantes enriquecidos
recientemente, los contrabandistas y demás traficantes. El gobierno es
pues gobierno de esta burguesía y el Estado es la dictadura de esta
burguesía.
48
La instauración de una tiranía
Una tiranía anti-indígena al servicio del gobierno de Brasil, del IIRSA y de las trasnacionales
La represión e intervención sufrida por los marchistas indígenas de
parte del gobierno y la policía es el paso que ha dado el ejecutivo
ingresando a la etapa represiva en la temporalidad política. La
desesperación de un gobierno comprometido con la geopolítica de la
burguesía internacionalizada brasilera, comprometido con el IIRSA y
las empresas trasnacionales, particularmente con OAS, ha llevado al
gobierno a desenmascararse completamente optando por la violencia
a secas en contra de la marcha y la interpelación indígena, que salió
en defensa de la Constitución, de los derechos de las naciones y
pueblos indígenas, de los derechos de la madre tierra. Desde un
principio intentaron descalificar la marcha, dividirla, montando toda
clase de maniobras, manipulaciones y de escenarios, al cual más
grotescos; en la medida que no pudieron quebrar la marcha terminaron
optando por la represión, confiscando vituallas, alimentos, medicinas y
agua que iba destinada a los marchistas, confiscando vehículos de las
organizaciones indígenas, para que no puedan socorrer para apaliar el
hambre y la sed de los marchistas. Esta manifestación descomunal de
inhumanidad ya muestra el grado de deterioro y descomposición de un
gobierno al servicio de las trasnacionales y de las mafias. Empero, lo
que acaba de hacer el gobierno al intervenir y reprimir violentamente
a los marchistas indígenas es ya el paso a una tiranía, que no
solamente viola los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios, no solamente viola los derechos de la madre tierra, sino los
derechos fundamentales consagrados en la Constitución. Se trata ya
de una tiranía porque no solamente se ha puesto contra la Constitución
y contra el proceso, sino porque ha puesto en suspenso a la propia
democracia, los propios mecanismos democráticos. Se ha llegado a la
tiranía y al despotismo por caminos sinuosos después de haber elegido
democráticamente al mismo presidente y asambleístas. ¿Cuál la razón
de esta metamorfosis política? En la segunda gestión de gobierno,
ungido con una victoria electoral tan amplia, que otorga los 2/3 de la
votación al MAS, facilitando de esta manera el control de la Asamblea
Legislativa, se le concede también la posibilidad de usar esta confianza
para otra cosa, para otros objetivos y finalidades, que nada tienen que
ver con el cumplimiento de la Constitución, sino con un proyecto
restaurador del Estado-nación, liberal y colonial, con un modelo
extractivista al servicio de la acumulación ampliada de capital en el
49
sistema-mundo capitalista, y sobre todo al servicio de la geopolítica de
la burguesía internacionalizada brasilera, en un contexto de reacomodo
de la estructura de dominación mundial, contando con las potencias
emergentes.
Aunque las contradicciones comenzaron antes, no solamente desde el
2006, sino en el propio ciclo de movimientos sociales de 2000 al 2005,
sobre todo constatando la diferencia de los movimientos sociales
convulsionados y una actitud más electoralista del MAS, las
contradicciones se hicieron antagónicas con medidas como el
gasolinazo. La matriz de estas contradicciones no solamente tienen que
ver con la cuestión estatal y la continuidad de las formas de gobierno,
sino con la continuidad del modelo capitalista dependiente periférico y
extractivista, que entra en contradicción con el modelo civilizatorio
alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo del vivir bien,
que entra en contradicción con la perspectiva descolonizadora y la
construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico. En la
medida que el gobierno se ha dejado tomar por el poder, por las lógicas
de poder, por la estructuras de poder establecidas, en la medida que
ha dejado imponer la voluntad de las trasnacionales, y en la medida
que se ha incorporado a una geopolítica regional, la proyección del
gobierno ya no era el horizonte abierto por la Constitución, sino el
contexto de dominación definido por la geopolítica del sistema-mundo
capitalista, el destino extractivista, depredador y destructor para los
países periféricos, que no es otra cosa que la aceptación desgarradora
de la dependencia y de la herencia colonial. Se entiende entonces la
confrontación intermitente con las naciones y pueblos indígenas
originarios, con sus organizaciones y sus derechos, pues al optar por
el modelo extractivista tiene inmediatamente como obstáculo a los
territorios indígenas, a las autonomías indígenas, a los derechos de las
naciones y pueblos indígenas, así como tiene en la Constitución un
verdadero muro de contención a esta proyección restauradora del
modelo extractivista. Se comprende entonces las condiciones, las
causas, las razones por las que la Constitución ha sido violada desde
un principio, cuando se promulgaban leyes inconstitucionales y se abría
un camino distinto a la condición plurinacional, a la condición
comunitaria y a la condición intercultural del Estado.
El conflicto del TIPNIS hizo saltar en pedazos todas las apariencias que
todavía guardaba el gobierno, terminó desnudando la supeditación a la
geopolítica brasilera, también y sobre todo terminó desnudando su
proyección anti-indígena en la medida que apuesta a la ampliación de
50
la frontera agrícola, a la desforestación, al extractivismo y los
transgénicos. El Territorio Indígena y Parque está protegido por leyes,
por la Constitución y por convenios internacionales, por el Convenio
169 y por la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas. Es un territorio indígena que cuenta con
saneamiento y título colectivo; las comunidades que habitan el TIPNIS
cuentan con el derecho a la consulta previa libre e informada, además
de que está constitucionalizada la autonomía indígena, la libre
determinación, el autogobierno, la gestión territorial, instituciones,
normas y procedimientos propios. Todo esto ha sido violado y
violentado por el gobierno. ¿Cuál es la razón? A pesar del discurso
sobre la defensa de la madre tierra, del discurso sobre los pueblos
indígenas, del discurso del vivir bien, ha preferido encaminar la
orientación, dirección y conducción del gobierno, del Estado y de los
procesos inherentes hacia la continuidad del capitalismo dependiente
periférico y extractivista, hacia la supeditación a la potencia emergente
y a mantener las estructura y mecanismos de dominación del sistema-
mundo y la economía-mundo capitalista. La forma de realizar esta
opción dependiente y extractivista es ciertamente extravagante, por
medio de procedimientos que tienen que ver con la manipulación, la
maniobra, el chantaje, la cooptación, la prebenda, en una atmosfera
simbólica y significativa que llamaremos teatro político.
De esta forma se entiende que el TIPNIS se haya convertido en el
símbolo, la síntesis y el síntoma de un conflicto mayor, la reconducción
del proceso, la retoma de la construcción del Estado plurinacional
comunitario por el camino de la descolonización, la realización del
ejercicio plural de la democracia, de la democracia participativa, la
apertura hacia el modelo alternativo a la modernidad, al capitalismo y
al desarrollo. La defensa del TIPNIS también significa la defensa de los
derechos colectivos, de los derechos de los seres y ciclos vitales
integrados de la madre tierra. La defensa por el TINIS es una lucha
contra el avasallamiento, la ampliación compulsiva de la frontera
agrícola, la desforestación, la contaminación, la destrucción ecológica;
es también una lucha contra los tráficos, de tierras y de la cocaína, una
lucha contra los contrabandos y la descohesión de las comunidades. La
defensa del TIPNIS también significa la defensa de los ciclos del agua,
de la reproducción del agua y de la reproducción múltiple, plural
biodiversa de la vida.
Un gobierno que escoge estos caminos no puede sino terminar
seleccionando los métodos de la dictadura, de la tiranía, del
51
despotismo, de la arbitrariedad para conculcar los derechos, los
valores, los principios, los artículos establecidos en la Constitución.
Frente a la marcha indígena en defensa del TIPNIS y de los derechos
de las naciones y pueblos indígenas originarios el gobierno tenía dos
opciones, buscar una solución concertada u optar por la violencia
descomunal del Estado, ha optado por lo segundo. El gobierno ya es
una tiranía anti-indígena, extractivista, dependiente y supeditada a la
geopolítica del sistema-mundo capitalista. Una tiranía, una dictadura,
puede terminar constituyéndose a pesar de haber sido elegido el
gobierno democráticamente; esto ocurre cuando el gobierno elegido
suspende los derechos democráticos y los derechos fundamentales. Un
gobierno puede convertirse en una tiranía anti-indígena por que
suspende, conculca y viola los derechos de las naciones y pueblos
indígenas y sus territorios. Eso es precisamente lo que ha pasado.
Cuando ocurre esto se ha perdido toda legitimidad. Este gobierno ya
no es un gobierno del pueblo.
52
El círculo vicioso del teatro político y de la supeditación
Nadie que conozca algo de cómo se mueven y se deciden las cosas en
el gobierno puede dar crédito a las justificaciones que ha transmitido
el gobierno, a propósito de la intervención policial en el Puente San
Lorenzo contra la marcha indígena en defensa del TIPNIS. No se toman
decisiones sin conocimiento del gabinete, por lo menos de la
envergadura y del alcance de la que se tomaron en relación al conflicto
del TIPNIS, no se toman decisiones sin conocimiento del Vicepresidente
y menos del Presidente, sobre todo tratándose de decisiones tan
delicadas como una intervención a la marcha. Por eso llama la atención
a propios y ajenos la forma infantil de cómo se transmiten las
autoridades la responsabilidad de lo ocurrido. El extremo de la
puerilidad de ese comportamiento se muestra en la manera de salir del
paso del ministro de gobierno, que dice que él no dio la orden y
traspasa la responsabilidad a su Viceministro de Régimen Interior,
quien renuncia y dice que tampoco ha dado la orden que ha sido una
decisión operativa; es decir, del contingente de policías que estaban
en la zona de contención de la marcha. El Viceministro de
relacionamiento con movimientos sociales dice que se tomó la decisión
pero no sobre la manera de operar, que esta es responsabilidad de los
ejecutantes materiales. Se ha llegado al extremo de decir que se va
individualizar a los policías que han actuado pues ellos se habrían
excedido, obviando y encubriendo a los que tomaron la decisión y
dieron la orden. Olvidan en esta sinuosa explicación, transmisión de
responsabilidades y encubrimientos, que ya el hecho de detener la
marcha pacífica, que ni siquiera había bloqueado en ningún momento
la carretera, era una flagrante violación a los derechos fundamentales,
fuera de que el decidir el atravesamiento del Territorio Indígena y
Parque Isiboro-Sécure por una carretera era una flagrante violación a
los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la
Constitución y en los convenios internacionales firmados. Sólo el hecho
de intervenir el campamento donde pernoctaban los marchista ya era
una violación horrorosa a los derechos civiles y políticos, un atentado
a los derechos humanos, una muestra de abuso de autoridad.
El argumento que uso el gobierno constantemente para justificar la
presencia de policías era el de evitar un enfrentamiento entre
colonizadores y policías. Este argumento no es honesto y cae en la más
espantosa manipulación. Se sabe que cuando avanzaba la marcha a
San Ignacio de Moxos altos personeros del gobierno fueron a azuzar a
la población para que se alzara contra los indígenas que marchaban,
53
no lo consiguieron, pero lograron que no se les dé hospedaje en el
pueblo, tampoco se les de comida ni agua. Estos personeros vinculados
al ejecutivo y a la Agencia de Desarrollo de Fronteras estuvieron
constantemente atizando el fuego y conspirando contra la marcha,
tratando de quebrarla y de impedir su avance. Son los mismos que
están comprometidos en la movilización de los colonizadores contra la
marcha en Yucumo. Es de esperar que el Ministerio de la Presidencia,
el Viceministerio de relacionamiento con movimientos sociales, estén
comprometidos en estas maniobras desde un principio, agitando a las
organizaciones campesinas en contra de las organizaciones indígenas.
El argumento del gobierno se cae de por sí, cuando la marcha indígena
logra romper el bloqueo de los policías, que se encontraban entre el
bloqueo de los colonizadores y la marcha; después que ocurrió esto no
hubo enfrentamientos. La distancia entre marchistas y bloqueadores
era tan próxima que se podían comunicar de palabra. El teatro y la
acusación del secuestro del Canciller fue el justificativo para intervenir
el campamento de la marcha.
¿Cómo se llega a tal conducta trivial de eludir las responsabilidades?
Hipótesis 1: En la medida que crecen la atmósfera y los microclimas
del teatro político, en la medida que se vuelven indispensables,
terminan creando una separación entre el imaginario de los
gobernantes y la realidad efectiva. Los funcionarios terminan tan
atrapados en su guion que no pueden salir del mismo, terminan siendo
los dramáticos ejecutores de la trama, los actores de un tejido que los
controla. De ninguna manera está hipótesis persigue eludir la gran
responsabilidad de los ejecutantes intelectuales y materiales en los
hechos desencadenados, sino explicar el modo de enajenación a la que
llegan cuando se prefiere el teatro político, la propaganda, la
publicidad, la maniobra, la manipulación, creyendo que esta opción es
efectiva y tiene efectos duraderos en el convencimiento de la gente,
creyendo que la opinión pública es maleable.
Obviamente esta hipótesis no puede ser la única interpretación de los
acontecimientos sucedidos, sino que tiene que articularse a otras
hipótesis de más alcance y más profundidad, quizás la otra hipótesis
tenga un carácter más explicativo de los comportamientos
gubernamentales. Esta hipótesis 2 apunta a las estructuras de poder,
a las relaciones de poder, a las lógicas de poder, enmarañadas con los
circuitos y las estructuras económicas establecidas en la región. El
gobierno opta en su primera gestión por el realismo político y el
pragmatismo, y en su segunda gestión decide definitivamente por un
54
modelo de continuidad del capitalismo dependiente periférico y
extractivista, distanciándose abismalmente de los modelos
constitucionales; el modelo político, plurinacional y comunitario; el
modelo territorial, el pluralismo autonómico; el modelo económico,
economía social y comunitaria; y sobre todo el modelo del vivir bien,
entendido como un modelo civilizatorio alternativo a la modernidad, al
capitalismo y al desarrollo, como se establece en las resoluciones de
Tiquipaya. Entonces los compromisos con el proyecto IIRSA, con las
macro-hidroeléctricas, que abastecerán de esta energía a Brasil y
forman toda una geografía de instalaciones en la Amazonia y en otros
lugares del Brasil y los países vecinos, los compromisos con PETROBAS,
que tienen el control técnico de parte de la producción hidrocarburífera
de Bolivia, contando también con los financiamientos y el sistema
financiero involucrado, terminaron convirtiendo al gobierno boliviano
en engranaje de esta geopolítica regional.
Por lo tanto, se opta por el teatro político para convencer a la población,
a la opinión pública y sobre todo a las organizaciones fieles, así como
se opta por el modelo extractivista y la restauración del Estado-nación,
liberal y colonial, como consecuencia de un realismo político y
pragmatismo, convertidos ahora en una supeditación a secas a la
dominancia de las empresas trasnacionales y de las fuerzas de
dominación del sistema-mundo capitalista. No podríamos hablar tanto
de una esquizofrenia como de una complementariedad perversa de los
dos métodos, el método del teatro político y el método de la
supeditación. De esta forma se explica que el gobierno entro
intermitentemente desde hace un tiempo en contradicciones con el
pueblo, con las naciones y pueblos indígenas originarios, pues las
opciones seleccionadas responden a intereses no democráticos, no
populares y menos de la descolonización.
55
Consecuencias vitales de la Constitución
Prohibida la esclavización, prohibida la mercantilización de los seres
humanos y de las relaciones humanas, de los seres y de los ciclos
vitales de la madre tierra; todos los seres no son objetos, son sujetos,
los ciclos vitales son sujetos. Por lo tanto prohibido reducir a los seres
a objetos. El sistema-mundo capitalista, la economía-mundo
capitalista, el modo de producción capitalista han reducido a los seres
a objetos, los han convertido en objetos. Este es un crimen de lesa
humanidad, así como también es un crimen contra la madre tierra. Es
indispensable someter a juicio al capitalismo, a los promotores del
capitalismo, a los portavoces, a los ejecutores, a los que se hacen
dueños de los seres humanos y de los seres de la madre tierra, a los
gobernantes y funcionarios que promueven la continuidad de este
sistema, de esta economía de este modo capitalista. Todos ellos son
los agentes de este sistema, economía y modo capitalista, todos ellos
son responsables de haber reducido la pluralidad de la vida, la
diversidad proliferante de la vida, la creatividad y la reproducción de la
vida a objeto, por lo tanto “materia” mercantilizable e incluso
esclavizable, todos ellos han conspirado contra la vida, la creatividad
de la vida, la reproducción de la vida, han atentado contra la vida y
siguen haciéndolo. En nombre de todos estos sujetos, de todos estos
seres, de todos los ciclos integrales de la vida, denunciamos a estos
portavoces, a estos promotores, a estos ejecutores, a estos agentes
del capitalismo, a estos que se hacen dueños de los seres y de los ciclos
vitales, al reducirlos a objetos y apropiarse de ellos mercantilizándolos.
En nombre de estos sujetos exigimos su inmediato juicio de
responsabilidades, exigimos también la abolición inmediata des
sistema-mundo capitalista, de la economía-mundo capitalista, del
modo de producción capitalista.
56
La recreación anacrónica del imaginario desarrollista
Nacionalistas, izquierda nacional, izquierda colonial y lumpen-
burguesía comparten el imaginario desarrollista, todos son
modernistas, creen en la evolución, al estilo de Herbert Spencer, en la
linealidad de la historia y en la fatalidad del capitalismo. Consideran
que la tarea es el desarrollo, que un país es soberano si se desarrolla,
olvidando que el “desarrollo” del que habla está articulado a la
acumulación ampliada de capital que dibuja una geopolítica en el
sistema-mundo entre centros de acumulación y periferias de
transferencia de recursos naturales, que el “desarrollo” del que
hablaban produce “subdesarrollo”, que el mapa del mundo es un tejido
de centros y una malla de periferias, un mapa de espacios de
“desarrollo” y un mapa de espacios de “subdesarrollo”, ambos
complementarios, produciéndose mutuamente. Olvidan que ese
“desarrollo” del que hablan produce dependencia, fortalece las cadenas
de la dependencia. Olvidan también que los gobiernos nacionalistas de
América Latina intentaron salir en el siglo pasado de la dependencia
orientando la estrategia económica y las políticas económicas hacia la
sustitución de las importaciones. Soñaban con la industrialización así
como los liberales del siglo XIX soñaban con los ferrocarriles. Los
gobiernos nacionalistas estuvieron acompañados por apoyo popular,
tomaron medidas que beneficiaron a cierta redistribución de la riqueza,
también optaron por las medidas de nacionalización para recuperar el
control de los recursos naturales, principalmente mineros e
hidrocarburíferos, por parte del Estado. Todo esto ocasionó
modificaciones en los términos de intercambio en la economía-mundial
capitalista, pero no afecto a la estructura de dominación, de
explotación y de control por parte de los grandes consorcios,
oligopolios y monopolios trasnacionales. En algunos casos las
revoluciones nacionalistas promovieron actos heroicos como los que se
dieron durante el gobierno del General Lázaro Cárdenas (1934-1940)
en México, quién nacionalizó a las empresas petroleras que residían en
México y tuvo que enfrentar el boicot de estas empresas y su influencia
a nivel mundial. También se dieron acontecimientos transformadores
durante los primeros años de la Revolución Nacional de 1952-1964 en
Bolivia; incluso antes, en 1937 en Bolivia se incursionó en la
experiencia de la nacionalización del petróleo, con el gobierno del
General David Toro, una vez culminada la conflagración bélica del
Chaco; más tarde en 1969 se produjo una segunda nacionalización del
petróleo bajo el gobierno del General Alfredo Ovando Candía y con la
57
firma del ministro Marcelo Quiroga Santa Cruz. La tercera
nacionalización de los hidrocarburos se produjo el 1 de mayo de 2006
durante la primera gestión del gobierno de Evo Morales Ayma. En
Argentina, el primer gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1952)
ahondó la política de sustitución de importaciones mediante el
desarrollo de la industria liviana. Perón también financió a la
agricultura, especialmente en lo que respecta a la siembra de trigo.
Frente a la carencia de recursos monetarios provenientes de la
exportación, ocasionada por el estancamiento del sector primario, con
las que se importaban los bienes de capital e insumos necesarios para
el proceso de industrialización, se eligió la ruta de la nacionalización
del comercio exterior. En esta perspectiva, en 1948, el gobierno
peronista adquirió los ferrocarriles a los capitales extranjeros, en su
mayoría ingleses, creando la empresa pública de Ferrocarriles
Argentinos. En esta tónica, en el diseño del Plan Quinquenal se buscó
fortalecer las nuevas industrias creadas, comenzando con la industria
pesada de la siderurgia y la generación de energía eléctrica en San
Nicolás y Jujuy.
También en Brasil también se vivió la experiencia populista y
nacionalista, incursionando en proyectos modernizadores y de
desarrollo. Este panorama político es irradiante en América Latina,
también en las geografías periféricas el sistema-mundo de entonces,
que algunos casos incluso terminaban expresándose en tono
antiimperialista. En Brasil, entre 1937 y 1945, durante el Estado Novo,
Getúlio Vargas dio un impulso fundamental a la reestructuración del
Estado y profesionalización del servicio público, creando el
Departamento Administrativo del Servicio Público (DASP) y el IBGE.
Suprimió los impuestos en las fronteras interestaduales y creó el
impuesto a la renta. Se orientó cada vez hacia la intervención estatal
en la economía y se concentró en impulsar la industrialización. Fueron
creados el Consejo Nacional del Petróleo (CNP), posteriormente
llamada PETROBRÁS , y en 1951 la Compañía Siderúrgica Nacional
(CSN), la Compañía Vale do Rio Doce, la Compañía Hidroeléctrica de
São Francisco y la Fábrica Nacional de Motores (FNM). Promulgó,
en 1941, el Código Penal y el Código Procesal; en 1943, Getúlio Vargas
logró la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT), garantizando la
estabilidad del empleo después de diez años de servicio, descanso
semanal, la reglamentación del trabajo de menores, de la mujer, del
trabajo nocturno y fijando la jornada laboral en ocho horas de servicio.
58
Como se puede ver vivimos periodos de efervescencia nacionalista y
populista en América Latina encaminados a la independencia
económica y a la consolidación de la soberanía por la ruta de la
nacionalización, las medidas sociales y las medidas del trabajo,
persiguiendo también la modernización de la administración estatal y
de las leyes. El nacionalismo es un movimiento democrático por la
ampliación de la participación popular, es un movimiento
independentista por la lucha contra la dependencia económica, busca
la modernización del Estado y apunta al desarrollo nacional, impulsado
desde el Estado.
59
Anotaciones en torno a la defensa del TIPNIS
Paradigma pluralista
Considero que el paradigma o la matriz de paradigmas, que podemos
llamar pensamiento pluralista, comprendiendo también a las teorías de
la complejidad, es el más inquietante para abordar las luchas, la
coyuntura contemporánea y la crisis del capitalismo, considerando la
crisis ecológica; es lo que más se acerca al pensamiento pluralista,
animista e inmanente de las cosmovisiones indígenas. Hay que dejar
en claro, que tratándose de las cosmovisiones indígenas, del
pensamiento pluralista, de las teorías de la complejidad, es mucho más
grave la evaluación que se hace de la agresión y el avasallamiento
depredador a la Madre Tierra en el TIPNIS.
Primeras notas en torno a la Marcha Indígena de defensa del
TIPNIS
Todos somos indígenas
Todos somos indígenas del TIPNIS, lo somos porque nos solidarizamos
y comprendemos el sentimiento de pertenencia a la Madre Tierra de las comunidades yuracares, chimanes y moxeños asentados en el
territorio indígena y parque del Isiboro Sécuré. Somos indígenas porque su lucha es la nuestra, contra el avasallamiento capitalista y la
dominación de la modernidad sobre la naturaleza. Somos porque
sentimos como los árboles de los bosques, los seres y los ciclos vitales del nicho ecológico, la estupefacción contra la agresión del comercio,
del negocio, que no mide consecuencias, en la desforestación y en la destrucción de los ecosistemas. Todos somos indígenas del TIPNIS
porque la Madre Tierra nos convoca a defender sus derechos, el derecho de los seres y de los ciclos vitales.
Apoyo a la marcha indígena
Debemos generar toda clase de defensa del TIPNIS, múltiples defensas, plurales movimientos, en todas partes, de toda clase,
diversa, como expresando metafóricamente a la propia biodiversidad. Vamos a tenernos que enfrentar a todos los que optan por el negocio
descarado, quienes prefieren destrozar los bosques, optando por el
gozo escandaloso de su sucia ganancia.
60
Disyuntiva
El presidente tiene que escoger entre la defensa de la vida, de los
bosques, de los seres y de los ciclos vitales de los sistemas de vida, o
el derrotero del narcotráfico, el comercio corrosivo, el extractivismo dependiente, de las carreteras de la subalternidad a las potencias
emergentes y al imperio. Si decide por la carretera que conduce a todo esto se sobreentiende el destino apocalíptico que escogió a nombre del
desarrollo. Frente a esta pulsión de muerte no queda otra cosa que la defensa movilizada por la vida, que la exigencia urgente de desplegar
todas las fuerzas en esta lucha. La defensa del TIPNIS es la defensa de los derechos de la Madre Tierra y de la Constitución.
¿Quién tiene la soberbia?
¿Quién tiene la soberbia? ¿Los indígenas que marchan sacrificándose para defender la madre tierra o los gobernantes que han decidido
destrozar un territorio indígena y parque protegido por las leyes y la
Constitución cuesten lo que cueste? ¿Qué clase de imaginario es este que cree que se puede manipular indefinidamente con el discurso del
poder malversando la significación evidente de los hechos? ¿Imaginario jacobino? ¿Imaginario extractivista? ¿O simplemente el deleite
desenfrenado del cinismo funcionario al servicio de la descomunal avaricia de las tras-nacionales, que llaman eufemísticamente
desarrollo?
Casualidades escabrosas
¡Qué casualidad! Cuando hay marcha indígena en defensa de sus territorios, de los derechos de las naciones y pueblos, de la madre
tierra, consagrados en la Constitución, se acusa de que detrás está la CIA, como en la anterior marcha del CIDOB, que detrás está la
embajada. Esta manipulación contra-informativa se parece a las
descaradas formas represivas de las dictaduras, los fascismos, los gobiernos neo-liberales, y también, eso es lo que llama la atención, a
los juicios escandalosos del estalinismo. A esto se le llama paranoia del poder.
El imaginario jacobino
Los “gringos” están en el imaginario de Evo y Álvaro, sobre todo cuando
se trata de observar la crítica al proceso, a la conducción del proceso,
sobre todo cuando se trata de la defensa de la Madre Tierra y de los
derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la
61
Constitución, sobre todo cuando se viola la Constitución
sistemáticamente y no se sabe cómo justificar esta violencia, sobre
todo cuando se trata de reconducir un proceso que marcha
estrepitosamente al abismo. Ahora parece que los “gringos” están
también en el imaginario de los funcionarios y de los “lluncus”. El
imperialismo norteamericano, la dominación a secas Estadounidense
en este ciclo del capitalismo, que ha entrado en crisis, son reales. La
lucha contra el imperialismo sigue adelante, pero se la hace
consecuentemente y directamente. Yo no creo en quienes se desgarran
las vestiduras contra el imperialismo, pero se mueren por restablecer
relaciones. No creo en quienes hablan contra el imperialismo y les
venden petróleo a los yanquis. Y menos en quienes usan este fantasma
cuando conviene, cuando tienen que encubrir sus desviaciones
alarmantes al nacionalismo, a la supeditación a las trasnacionales y a
la potencia emergente de Brasil. Menos en quienes cierran los ojos
contra la expansión abrumadora del narcotráfico. Estos no son
antiimperialistas, son unos farsantes y represivos nuevos
colonizadores de los pueblos indígenas.
La situación de descomposición del gobierno ha llegado lejos, la
derechización de Evo es alarmante, sobre todo la de Álvaro. Estan al servicio y supeditados a las empresas trasnacionales hidrocarburíferas,
a la burguesía brasilera, que se ha convertido en una de las potencias emergentes en plena crisis del capitalismo. El narcotráfico se
expandido abrumadoramente, el gobierno cierra los ojos y otros grupos de poder, vinculados al contrabando, disputan la influencia en la toma
de las decisiones. La batalla del TIPNIS es crucial.
Las nuevas alianzas
Las nuevas alianzas son mas bien con la burguesía intermedia agro-
industrial, agropecuaria y soyera. Las alianzas se dan en Pando, Beni y Santa Cruz. Lo de la separación "ideológica" y "material" del Beni
respecto de Santa Cruz fue una ocurrencia circunstancial y muy poco
sostenida en un momento de los primeros tiempos de la gestión del primer gobierno. Ahora el contexto es otro. Se han introducido artículos
que permiten transgénicos en la Ley de la Revolución Productiva, que favorece a los soyeros; el peso de la burguesía agro-industrial y
agropecuaria en la alimentación de los bolivianos ha subido notoriamente en las dos gestiones de gobierno popular. La alianza
económica con esa burguesía ha crecido estratégicamente después de la derrota política de las oligarquías regionales en Pando, una vez que
ocurrieron los sucesos sangrientos en el Porvenir. Esa es la paradoja
62
del "proceso de cambio". Son las paradojas de los procesos
“revolucionarios”, que terminan convirtiendo la “revolución” en una restauración.
Resolver este problema depende de la capacidad abierta de asumir las contradicciones y resolverlas por la continuidad de la "revolución", la
profundización del proceso, mediante la revolución cultural. No enceguecerse buscando la justificación "ideológica" de las
contradicciones, que para lo único que sirve es para encubrir el derrotero al fracaso y la caída. En todo caso, una supuesta estrategia
de separación, de geopolítica interna, que no se la ve por ningún lado, no justifica el alto costo de destrozar el Territorio Indígena y Parque
Isiboro Sécure, alto costo ecológico, también alto costo ético, pues no se explica, de ninguna manera, el doble discurso de hablar de la
defensa de los derechos de la Madre Tierra e inmediatamente agredirla desde la desenvoltura más cínica del modelo extractivista.
Contradicciones
Se puede hablar desde donde se quiera sobre las contradicciones,
desde el pensamiento dialéctico hegeliano, quizás antes, desde la filosofía crítica de Kant; también desde las corrientes teóricas o
políticas de los marxismos, incluyendo las tesis sobre las contradicciones de Mao; también se puede hacerlo desde otras
perspectivas teóricas, incluso trasladándonos a la concepción dualista, inherente a las cosmovisiones indígenas, que más bien hablan de
complementariedades, empero, desde ningún punto de vista se puede justificar la escandalosa dicotomía entre el horizonte abierto por la
Constitución y el pragmatismo “jacobino” desembarazado, que no es otra cosa que la regresión calamitosa al Estado-nación, liberal y
colonial. Menos justificar desde esta incongruencia el depredar uno de los territorios, parques, nichos ecológicos, más importantes e
inconmensurablemente valiosos de la Madre Tierra, además, hacerlo,
violando los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados por la Constitución. A esto se llama sencillamente el más desembozado
retorno a la vulgata del desarrollismo periférico, que no es otra cosa que estractivismo dependiente.
El mandato del pueblo, que ha aprobado la Constitución es construir
un Estado plurinacional comunitario y autonómico, no restaurar lo
mismo. No se explican esas flagrantes contradicciones llamándolas
eufemísticamente tensiones creativas.
63
El montaje
Cuando se sustituyen los hechos por la escenificación mediática es
cuando no se aceptan las evidencias, los sucesos, no se acepta las
flagrantes contradicciones, cuando el poder es usado para forzar los
acontecimientos. Esta manipulación muestra la desesperación en la
que se debate el gobierno: es preferible el cuento de la conspiración
que aceptar la interpelación de los pueblos y comunidades. Cuando
ocurre esta violencia representativa es que se anuncia el inicio de una
etapa represiva. Obviamente se está lejos del ejercicio plural de la
democracia participativa y de la consulta, pues se ha optado por el
descarnado uso de la fuerza. Las lógicas y los engranajes del poder
llevan a esta situación dramática. Los compromisos con grandes
intereses empujan a los gobernantes a este atropello; se trata de
maquinarias montadas con antelación, los gobernantes terminan
atrapados convirtiéndose en dispositivos del decurso descarnado del
poder. No importa la objetividad, menos una elucidación sobre la
verdad, lo que importa es la justificación de las acciones desmedidas e
incomprensibles, insostenibles desde el horizonte abierto por la
Constitución.
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LOS SÍNTOMAS DE LA DESCOMPOSICIÓN
Las estrategias del gobierno ante el debate y la crítica
¿Cómo explicar esa manera torpe de eludir la crítica y el debate?
Después que el Manifiesto por la reconducción hiciera pública los temas
candentes de la coyuntura política, la respuesta fue la de una inmediata descalificación y acusación. Un texto, cuya autoría es del
Vicepresidente, publicado por la Vicepresidencia, difundido masivamente, acompañando la distribución del periódico Cambio,
expresa la violencia descomunal del Estado.
Comenzando por un título estrambótico que dice que trata de El “Oenegismo”, enfermedad infantil del derechismo (O cómo la
“reconducción” del proceso de cambio es la restauración neoliberal), nos muestra de inicio el sentido de la violencia discursiva, explicita en
el documento. Vaya uno a preguntarse qué tiene que ver un texto como este con un libro publicado por Lenin en plena discusión con la
izquierda comunista europea. El libro de Lenin titula La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo; este libro entra en
polémica con la izquierda de los partidos comunistas, izquierda
radicalizada en el seno del movimiento obrero europeo.
Lenin explica la importancia internacional de la revolución rusa, las
condiciones históricas que posibilitaron la revolución bolchevique, hace una descripción histórica de las etapas del ascenso del
bolchevismo, hace un balance de las luchas de los bolcheviques y de los enemigos identificados, luchas que permitieron el fortalecimiento
del partido; después pasa a caracterizar a la “izquierda” alemana, a sus jefes, al partido, a la clase obrera y a la masa. Se hace preguntas
del momento como si deben actuar los revolucionarios en los sindicatos reaccionarios, si deben participar en los parlamentos
burgueses. También se hace una caracterización del comunismo de “izquierda” en Inglaterra.
En el anexo se analizan cuestiones como la escisión de los comunistas
en Alemania, la relación de los comunistas e independientes en Alemania, así mismo se analiza el papel de Turati y su gente en Italia,
para terminar apreciando que esta “izquierda” saca conclusiones falsas de premisas justas. A Lenin jamás se le hubiera ocurrido
descalificar a esta “izquierda” como “derecha”. Se trataba de un debate con las tendencias radicalizadas del comunismo. No vamos a
evaluar aquí ese debate de la segunda década del siglo XX, sólo vamos a decir que Lenin se dio la tarea de debatir con estas
tendencias radicales en momentos de peligro para la revolución y observando las escisiones de la izquierda y del comunismo en Europa,
en momentos que seguramente creía que se requería sobre todo unidad en el movimiento obrero internacional.
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La Unión Soviética ha caído estrepitosamente a fines del siglo XX,
¿quién tenía razón en la discusión? Eso lo dejaremos pendiente. Lo que llama la atención es la pretensión de ser un libro leninista un
texto que cae en la diatriba y no retoma la crítica, un texto que atribuye el valor de categoría explicativa a un término como
“Oenegismo”, un texto que si bien habla de una enfermedad infantil, moteja esta enfermedad de derechismo, sin comillas.
Alguien que ha leído El 18 de Brumario de Luis Bonaparte de Karl
Marx, sabe que un proceso político es eso, un proceso atravesado por tendencias; hay tendencias que persiguen ir adelante, otras que
pretenden mantener un paso lento, otras que buscan el equilibrio de fuerzas, y otras son restauradoras. Todas estas tendencias están
asociadas a la lucha de las clases.
Se entiende que haya tendencias que conciban un proyecto más
radical; que se pueda hacerlo o no, que estén dadas las condiciones, es parte del análisis; también se entiende que haya tendencias que
persigan volver atrás, si se pueda hablar así, restaurar el orden; como
también se entiende que en este intervalo haya otras tendencias más mesuradas. Pretender que no hay nada a la izquierda de un gobierno
“popular” es como pretender que ese es el límite último, más allá no hay nada. Sólo así se explicaría que todas las críticas al gobierno son
sólo discursos de derecha. Este esquema absolutista no es sostenible desde la perspectiva de El 18 de Brumario de Luis Bonaparte.
¿De dónde se saca que las críticas al gobierno solo pueden ser enunciados por la derecha? Obviamente esta apreciación no viene de
un análisis objetivo, sino de un sentimiento, de una sobrevaloración absoluta del gobierno y de su conducción. Viene de un imaginario
defensivo. A este comportamiento se ha llamado paranoico, por parte de teóricos como Gilles Deleuze y Félix Guattari, tiene que ver con la
paranoia del despotismo. De alguna manera los conductores del
Estado, los gobernantes, terminan siendo paranoicos. Estos autores definían un juego de contraposición en los personajes del poder, entre
el mago prestidigitador y el jurista, entre el guerrero y la norma; en este juego o a través del mismo, comprendiendo las contraposiciones,
se definen los escenarios de la genealogía del Estado como una máquina codificadora y de captura.
¿Lenin era guerrero o jurista? Buena pregunta. ¿De qué depende? ¿Del momento, de la coyuntura? ¿Cuándo criticaba a la “izquierda”
europea, qué era? ¿Qué es el Vicepresidente cuando blande su garrote azul, el libro que descubre el “Oenegismo” como enfermedad infantil
del derechismo? No es ciertamente un investigador, un científico
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social, un analista. ¿Será leninista, explicando a las tendencias
radicales sobre las condiciones que posibilitaron la emergencia del proceso? No parece.
El perfil es mas bien de un furioso acusador y de un desesperado
propagandista de los logros del gobierno. Es muy difícil tomar en serio la pretensión leninista del libro, independientemente de la evaluación
de Lenin y del bolchevismo que se haga. Entonces estamos ante un libro que juzga, en el sentido de juicio, de penalización, de castigo.
Estamos ante un tribunal supremo que aplica la ley; ¿Cuál ley? La ley que resulta del monopolio de la violencia, la ley que resulta de la
verdad del Estado. Todo lo que atenta contra esta verdad es una mentira; toda crítica es una conspiración y está asociada al
derechismo y a la restauración neoliberal. No hay cabida para la duda, no hay contradicciones en el proceso, solo hay “tensiones creativas”
en la fase jacobina, una vez que se ha superado el empate catastrófico y hay una hegemonía indiscutible del bloque popular.
La demostración de estos grandes logros se lo puede expresar
estadísticamente, la ciencia cuantitativa del Estado. Así se resuelve imaginariamente el problema, se hace desaparecer la problemática.
Todo avanza según lo calculado. Esta representación tranquilizadora del proceso, esta apología del gobierno, ha sustituido la realidad por
la diatriba, el panfleto y la propaganda.
Los síntomas de la descomposición
La acusación a los dirigentes del TIPNIS y de la marcha indígena por
la defensa de la Madre Tierra en el Territorio Indígena y Parque Isiboro Sécure forma parte de una costumbre; esto ocurre cada vez que hay
una marcha de las naciones y pueblos indígenas en defensa de la Constitución de sus derechos consagrados en el texto constitucional.
Esta vez, así como las otras veces, se acusa de estar en contactos
con la Embajada estadounidense.
¿Quieren hacernos creer que la marcha por la defensa del TIPNIS ha
sido preparada por agentes de la Embajada? ¿Qué hay un acuerdo entre estados Unidos y los indígenas para desestabilizar el gobierno?
¿Es decir, que no hay ninguna razón para protestar, luchar por los derechos de la Madre Tierra y de las naciones y pueblos indígenas,
que no hay que defender un territorio indígena, saneado y sacramentado, que cuenta con título de propiedad colectiva? ¿Qué
todo es una conspiración norteamericana? ¿Podemos creer semejante argumentación, que blande como prueba lo que dicen que son
“extractos” de llamadas y no “pinchazos”, queriendo calmar la
67
ansiedad de sus consciencias culpables? ¿Quiénes creen esta violencia
contra la lógica y el sentido común? Obviamente la población estrepitosa de los “lluncus”.
Esta desvergonzada y descarada acusación es un síntoma de algo
grave; cuando se recurren a estos métodos morbosos y perversos de desinformación y manipulación vulgar de los hechos es porque algo
se esconde, algo grande y grave se esconde. ¿Qué es? ¿Defensa de intereses empresariales? ¿Madereros, agroindustriales, soyeros,
cocaleros, ilícitos? ¿Defensa de los acuerdos con el gobierno brasilero para implantar el IIRSA y los corredores transoceánicos, corredores
que vehiculizan la depredación, el extractivismo, el comercio trasnacional y también del comercio delincuencial? ¿En qué están
metidos los señores acusadores, que hasta su comportamiento, en unos casos nervioso, en otros cínico, los denuncia? No lo van a decir.
Pero lo que se juega, lo que está en juego es grande, pues no se explica de otra manera este desmesurado abuso de poder, de
manipulación comunicacional, y de violencia gubernamental.
Estamos no solamente ante la crisis del proceso, ante la constatación de que se ha cruzado la línea, colocándose el gobierno al otro lado de
la vereda, no solamente que ya se enfrenta al pueblo, que el gobierno se ha puesto en una disposición peligrosa oponiéndose al proceso y
restaurando el Estado-nación, liberal y colonial, sino que estamos ante una diseminación y descomposición avanzada, en la medida que
constatamos que las mafias, redes delincuenciales, metidas con el contrabando de tierras, el contrabando a secas y otros recorridos
ilícitos, han terminado conformándose en grupos de presión, en grupos de poder, que empujan a la toma de decisiones.
La situación del proceso es mucho más grave si se constatan este deterioro del ámbito de relaciones, de estructuras y de instituciones
comprometidas. Esta es la razón y estas son las condiciones que
convierten a la batalla por el TIPNIS en una batalla crucial. Si se pierde esta batalla, la van a ganar las trasnacionales, las empresas
madereras, el gobierno de Brasil, OAS, las mafias delincuenciales. Por eso es necesaria una movilización generalizada de todos los
movimientos, organizaciones, sectores sociales, que son el contenido del proceso, pues lucharon por él y aprobaron la Constitución. Ahora
están obligados a defender el proceso, a defender la Constitución, a defender la Madre Tierra y a construir el Estado plurinacional
comunitario y autonómico.
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Situación legal y constitucional del TIPNIS
El TIPNIS es Parque, es Territorio indígena, ha sido saneado, cuenta
con título de propiedad colectivo. La Constitución exige la Consulta;
esto forma parte de los conjunto de derechos de las naciones y pueblos
indígenas, consagrados por la Constitución. No hay por donde justificar
la violación de la Constitución y de los derechos indígenas, no hay por
donde justificar la destrucción del parque, del territorio y del
ecosistema del TIPNIS. Lo que hace el gobierno es inaudito. La única
explicación que hay es que están metidos con el IIRSA y con el
proyecto extractivista y de supeditación a la potencia emergente de
Brasil. No se explica de otra manera que estén contra el proceso y
contra los objetivos de la Constitución.
La perspectiva catastrófica del gobierno
¿O sea que a las causas ya gravitantes de desforestación hay que aumentarle otra más grave que es la carretera a través de un parque,
área protegida y territorio indígena, saneado y sacramentado, protegido por la Constitución, las leyes y por los derechos de las
naciones y pueblos indígenas consagrados en la Constitución? ¿En qué andamos? No me parece coherente esta compulsión destructiva y
modernista tardía. Me parece la expresión desorbitada de un
desarrollismo y extractivismo culpable, que a ultranza se somete a los intereses de las trasnacionales y del proyecto geopolítico de la
burguesía internacionalizada brasilera.
Dramatismo del momento
Lo trágico es que se restaura el Estado-nación, liberal y colonial, no se
construye el Estado plurinacional comunitario y autonómico, como
manda la Constitución. Lo trágico es violar la Constitución con la
promulgación de leyes inconstitucionales; lo grave es haber dictado un
gasolinazo respondiendo al pedido de las empresas trasnacionales; lo
grave es atentar contra un territorio indígena, un parque y un área
protegida por leyes y la Constitución. Lo trágico es violar los derechos
de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la Constitución.
Por último, lo trágico es encontrarse con estas realidades, incluso
constatar la supeditación de nuestro gobierno al IIRSA, al proyecto
hegemónico de la potencia emergente de Brasil y encontrarse con
justificaciones paranoicas como las tesis de la conspiración, que no
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tienen nada de imaginación, toparse además con personas, que se
hacen a las serias, que repiten aburridamente esas tesis, insostenibles.
La tarea
La intención colectiva es defender la Constitución, violada por el
gobierno, defender la Madre Tierra, defensa acordada en las
resoluciones de Tiquipaya. Estas defensas deberían ser de todo
boliviano y boliviana conscientes de las tareas de transformación que
competen como mandato de la Constitución. No la restauración del
Estado nación, liberal y colonial, como lo hace el gobierno. Estas tareas
se expresan concretamente en la transición de salir del modelo
extractivista y encaminar el proyecto a un modelo alternativo al
capitalismo, a la modernidad y el desarrollo, que es el vivir bien, como
establece la Ley de la Madre Tierra.
Política y violencia
Hay reflexiones sobre la violencia, como las de Georges Eugène Sorel,
también como las de Walter Benjamín, así como las de Jacques
Derrida, que retoma esas reflexiones. En Comuna también se hizo una
reflexión sobre la violencia en Tiempos de rebelión. Ahora es
indispensable volver a hacer una reflexión de la violencia a partir de la
experiencia del conflicto del Territorio Indígena Isiboro Sécure
(TIPNIS), la victoria de la marcha indígena, pero también a partir de
las secuelas del conflicto que muestran la insistencia del gobierno en
prolongar el conflicto al tratar de revertir su derrota, volviendo a la
carga contra los dirigentes indígenas, descalificándolos y
amenazándolos, amedrentando a la población de las comunidades
indígenas del TIPNIS, movilizando a los cocaleros, sobre todo de los
límites del territorio indígena, quienes efectúan una guerra sucia contra
los pobladores del TIPNIS, cobrando “peaje” por cruzar la “frontera”.
Esta experiencia, la experiencia del conflicto del TIPNIS, es ilustrativa
de la violencia estatal y de las formas de esta violencia; también es
ilustrativa debido a que las formas de violencia desplegadas por el
gobierno son sintomáticas y alumbran sobre las profundas estructuras
del poder y del Estado.
¿Por qué se recurre a la desmesurada violencia del Estado? ¿Por qué
se opta por las variadas formas de violencia? ¿Por qué se recurre de
70
manera constante a la manipulación, al chantaje, a la distorsión de los
hechos, a la descalificación inaudita, buscando definir al enemigo, de
bestializarlo, para sí justificar su represión, incluso su anulación? Un
senador de Cochabamba dice que hay que expulsar a los dirigentes
indígenas del TIPNIS, quienes estarían comprometidos en supuestas
negociaciones de madera. En este discurso por lo menos se encuentran
dos cosas; una se quiere sacar al enemigo de su cueva, pero también
de su hábitat, expulsarlo, exilarlo, darle muerte civil. Por otra parte se
sigue de manera insistente e irreflexiva con las acusaciones contra los
dirigentes, acusaciones que, por cierto, nuca demostraron los
acusadores.
¿Por qué este senador lo hace? ¿Por qué unos indígenas, que no se
sabe quiénes son, pidieron en San Ignacio de Moxos que se expulse a
los dirigentes orgánicos del TIPNIS? Se trata del Comité de Defensa del
Desarrollo de Moxos (CODEMOX), que pide que la carretera Villa
Tunari-San Ignacio de Moxos atraviese el TIPNIS. El mismo presidente
del Estado, Evo Morales, participó del aniversario del Primer Grito
Libertario del líder Pedro Ignacio Muiba, donde se transmitió este
pedido. Retrocediendo ante su propia promulgación de la Ley que
declara intangible al TIPNIS, pide a esos extraños dirigentes que se
dirijan a los diputados y senadores para que anulen la ley. ¿Qué es
esto? Marcha y contra-marcha, ¿el tormento de Sísifo? ¿Un conflicto de
nunca acabar? ¿Se ha firmado para que se vayan los marchistas a sus
casas y se desmovilice el pueblo paceño, empero esperando la ocasión
de dar la puñalada por la espalda? ¿Qué clase de práctica política es
esa? Insistir, levantarse del suelo, volver a patalear, replantear la
pelea, no es necesariamente un muestra de coraje, dependiendo de las
circunstancias, sino una muestra de obstinación y falta de instinto de
sobrevivencia.
¿Quiénes son estos indígenas que acuden a una reunión oficial en
conmemoración a los héroes legendarios de la lucha de los indígenas
amazónicos y chaqueños? Se dan nombres, se dice que son dirigentes.
¿Son de comunidades del TIPNIS? ¿Y qué hay del respecto a las
direcciones orgánicas y a las organizaciones matrices? Nada de eso
importa. Lo que importa es volver al recurso de la violencia descomunal
del Estado en contra de los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios, lo que importa es recurrir a los instrumentos
coercitivos del gobierno, quien puede movilizar a los sindicatos
cocaleros, quién puede movilizar bloqueos de caminos como lo hizo al
levar colonizadores a Yucumo, utilizando los recursos del Estado. Ahora
se hace lo mismo, el Ministerio de la Presidencia y otras instancias
gubernamentales, incluso la gobernación de Cochabamba, mueven
71
recursos y personal para comprometer movilizaciones preparadas por
el gobierno en contra de las dirigencias indígenas del CIDOB y el
CONAMAQ. Ciertamente se entiende que no se sientan satisfechos
después de la derrota sufrida, empero, lo que llama la atención es esta
compulsión por las formas de la violencia como recurso desesperado
a revertir la situación y tratar de volver a imponer su voluntad por la
fuerza.
Ante la desenvoltura del despliegue de la violencia uno se pregunta:
¿para qué están hechos entonces los derechos fundamentales, los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos
de la Madre Tierra? ¿Para qué está hecha la constitución? ¿De adorno?
¿Discurso de propaganda? ¿Texto de vitrina? La violencia es eso,
violencia, porque viola derechos, no solamente porque afecta a sujetos
y subjetividades, violentando su interioridades y exterioridades,
violentando sus libertades. El Estado que debería ser garante de los
derechos fundamentales, de los derechos de las naciones y pueblos
indígenas y los derechos de la Madre Tierra, no lo es; al contrario,
aparece en su forma descarnada como el monopolio de la violencia en
su condición desenvuelta de Estado de excepción, suspendiendo los
derechos. ¿Qué intereses defiende el Estado? ¿Estos intereses están
sobre los derechos? Hablar en este caso de intereses estratégicos como
los relativos a la integración no es otra cosa que ocultar las relaciones
y estructuras de poder que defiende el Estado. La lógica de estas
relaciones y estructura de poder impulsa la maquinaria estatal
movilizando sus instrumentos, sus engranajes, sus dispositivos y
agenciamientos, movilizando sus aparatos represivos e ideológicos.
Esta es la pulsión inmanente del Estado, la pulsión de dominación. Los
derechos son conquistas logradas por luchas sociales, que solo serán
respetadas si las fuerzas sociales contrarrestan esta pulsión dominante
con la exigencia de prácticas democráticas.
En estas circunstancias la democracia efectiva y la efectuación de la
democracia desaparecen, son sustituidas por el juego de las fuerzas.
Eso es lo que ha pasado en el conflicto del TIPNIS. El gobierno ha
desplegado sus fuerzas en el terreno, también lo hicieron las naciones
y pueblos indígenas originarios, sus organizaciones matrices. En el
recorrido de toda la marcha lo que se ha visto es el despliegue
aparatoso de la violencia estatal, enfrentada por las fuerzas sociales
que se articulaban para defender una causa, la causa de la Madre
Tierra, del Vivir bien, de la Constitución, de los derechos fundamentales
y de las naciones y pueblos indígenas originarios. Frente al descaro de
72
la manipulación y del chantaje, frente a lo grotesco de las
descalificaciones del enemigo declarado, los marchistas manifestaron
y desplegaron la fuerza ética y moral de la dignidad, la fuerza
cualitativa ante la cual las otras fuerzas cuantitativas no pueden hacer
nada, se fragmentan y diluyen como polvo. Igual, si hubiera el gobierno
impuesto su voluntad a como dé lugar, hubieran perdido, ante la
demostración heroica de la dignidad. No se puede contra esta acción
ética; lo demuestran muchas experiencias en la historia política y social
del mundo. El dramatismo de la marcha y la despavorida represión,
primero en curso y después abiertamente realizada de una manera
descomunal en Yucumo, terminaron de volcar la correlación de fuerza
en beneficio de los marchistas. Después de estos hechos bochornosos
que recorrieron el mundo y motivaron indignación en todas partes, la
marcha se reanudó; por donde iban eran bien recibidos,
desmoronándose así la versión falsa del gobierno, de que todos los
colonizadores estaban contra la marcha, contra las demandas de la
marcha, defendiendo a la carretera. El pueblo paceño y el distrito 14
de la Ciudad de el Alto, las organizaciones sociales, la Central Obrera
Boliviana (COB), se volcaron a recibir a los marchistas como héroes en
la sede de gobierno. Este fue el triunfo de la marcha. Quedaba claro
que el pueblo boliviano, nuevamente, manifiesta su clara
contraposición contra las formas de la tiranía. No acepta el desparpajo
de la violencia, de la violación de los derechos, no acepta la
manipulación y los montajes, no acepta sobre todo el desboque de la
violencia.
Lo que vino después es el resultado, la consecuencia de esta victoria,
la promulgación de una ley que protege al TIPNIS. Por eso, los
marchistas no festejaron con el gobierno esta conclusión sino con el
pueblo paceño y las organizaciones que apoyaron a los marchistas y a
la Madre Tierra. Esta realidad no se puede cambiar con discursos, con
maniobras, con interpretaciones estrambóticas, como la de otro
senador de Cochabamba, quien considera irresponsables a los
dirigentes indígenas por la declaración de intangibilidad del TIPNIS,
adelantando que intangible en la ley ambiental significaría intocable,
como si tuviéramos que recurrir al diccionario para resolver el
significado de una norma, obviando el análisis y la comparación
jurídica. Herido por que se ha vetado su ley, la ley tramposa que quería
ganar tiempo para que de todas maneras se apruebe más tarde la
carretera, hace gala de confusas interpretaciones, defendiendo algo
que ni el mismo cree. Estos padres de la patria son los dispositivos
elocuentes de la legitimación de la violencia descarada y del despliegue
73
de las políticas extractivistas y desarrollistas. Nada va cambiar lo
sucedido, en la historia política va a quedar en la memoria de las luchas
esta victoria contundente de los marchistas indígenas originarios.
En Ecuador se ha declarado zona intangible a los territorios donde se
suponen que hay poblaciones no contactadas. En el Perú, cerca de la
Laguna del Toro se reunió una multitud de comunarios de las comarcas
del norte andino ultrajadas por las constantes actividades de la
empresa minera canadiense Barrick Golden; todos los reunidos, que
sobrepasaban a las 5000 personas, declararon por unanimidad la
intangibilidad de la zona de las Lagunas del Toro. Los representantes
municipales se comprometieron e este acto realizar los trámites
necesarios para esta declaración de amplio acuerdo popular se le
otorgue el rango legislativo. En ninguno de los dos casos la
intangibilidad anula los derechos de las naciones y pueblos indígenas,
al contrario, protege sus derechos, pues los defiende frente al
avasallamiento extractivista y desforestador. ¿A quién se le ha podido
ocurrir que la intangibilidad ambiental significa no tocar absolutamente
nada del TIPNIS, territorio y recursos? ¿Qué clase de imaginario es
este? Imaginar una nada absoluta, una intangibilidad conceptual, lo
suprasensible elevada a una alta potencia, para hacerla realidad
inmovilizando a los habitantes del TIPNIS como si fuesen esculturas de
estuco. Esta figura muestra elocuentemente las profundas paradojas
del poder; la maquinaria más elocuente de la cruda realidad del poder,
la violencia, es decir, el Estado, se imagina la más abstracta
representación, la nada, para inmovilizar y hacer desaparecer a los
indígenas de sus territorios, por lo menos imaginariamente.
La reglamentación de la Ley corta tiene que operar en función del
sentido de la ley promulgada. El artículo uno de la ley expresa que:
Se declara al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure – TIPNIS patrimonio sociocultural y natural, zona de preservación
ecológica, reproducción histórica y hábitat de los pueblos indígenas Chimán, Yuracaré y Mojeño-trinitario, cuya protección y conservación
son de interés primordial del Estado Plurinacional de Bolivia.
El artículo dos dice que:
Teniendo el territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure –
TIPNIS, además de la categoría de territorio indígena, la categoría de área protegida, se constituye, en garantía de conservación,
sostenibilidad e integridad de los sistemas de vida, la funcionalidad de
74
los ciclos ecológicos y los procesos naturales en convivencia armónica
con la Madre Tierra y sus derechos.
En este contexto de la ley hay que entender la declaración de
intangibilidad del TIPNIS. Por otra parte, la ley y el reglamento de la ley responden a la Constitución, no pueden contravenirla, sino se
anulan por ser inconstitucionales. Por lo tanto la intangibilidad afecta a los avasalladores del parque, a los cultivadores de coca, a las
empresas extractivistas, a las empresas madereras, a todo emprendimiento y acción externa que afecte al ecosistema del parque
y al territorio indígena, que afecte a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. El numeral 4 del artículo 30 de la
Constitución Política del Estado dice que las naciones y pueblos indígenas originarios tienen derecho a la libre determinación y
territorialidad. El numeral 7 habla de la protección de sus lugares sagrados. El artículo 8 dice que tienen derecho a crear y administrar
sistemas, medios y redes de comunicación propios. El numero 10 establece que tienen derecho a vivir en un medo ambiente sano, con
manejo y aprovechamiento adecuado de los ecosistemas. El numeral
11 dice que tienen derecho a la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y conocimientos, así como a su valoración, uso,
promoción y desarrollo. El numeral 12 establece que tienen derecho a una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el
sistema educativo. No como cree el vicepresidente que quiere darles una educación liberal, que no es otra cosa que una educación colonial
y disciplinaria, base de la individualización de los sujetos modernos. El numeral 15 establece que tienen derecho a ser consultados mediante
procedimientos apropiados, y en particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles. Al respecto fue muy graciosa la interpretación del presidente de la cámara baja que decía
que cómo no era una medida legislativa y administrativa la carretera que atravesaría el TIPNIS, entonces este compromiso del gobierno con
OAS y el gobierno brasileño no afecta a los derechos de las naciones y
pueblos indígenas constitucionalizados. Estas triquiñuelas de abogados no sirven para nada en este caso pues la construcción de una carretera
es la realización material de medidas legislativas y administrativas.
Después de la victoria de la marcha indígena, después de la promulgación de la ley, que debería haber zanjado el problema, como
el propio presidente lo dijo, el conflicto no ha terminado, pues se prepara una movilización de cocaleros, maniobras en un encuentro
para debatir el modelo económico, donde se va a buscar exigir la abrogación de la ley. La descalificación de los dirigentes continúa con
los mismos procedimientos escandalosos e indecorosos. Ahora hay que enfrentar el desafío del cumplimiento de la ley, de realizar
efectivamente la protección del parque y el cumplimiento de los derechos de las comunidades indígenas del TIPNIS.
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La victoria del TIPNIS es un punto de inflexión como lo fue la guerra del agua, ahí comenzó la derrota del proyecto neoliberal; después de
la victoria indígena y de todo el pueblo boliviano que apoyo la defensa
del TIPNIS comienza la reconducción del proceso. El CIDOB, el CONAMAQ, la COB, las Juntas de Vecinos, las organizaciones de
activistas, tienen la responsabilidad de conformar una alianza de reconducción del proceso, de convertirse en el consejo político de la
reconducción, de orientar el curso del tiempo político en el sentido del ejercicio plural de la democracia, participativa, comunitaria y
representativa; en construir colectivamente a decisión política, la ley y la gestión pública como establece la constitución. De hacer respetar la
propiedad del pueblo boliviano sobre los “recursos naturales” no-renovables y el beneficio exclusivo de los “recursos naturales”
renovables en los territorios indígenas. De exigir transparencia, participación y control social en las políticas públicas, sobre todo en los
temas estratégicos, como los relativos al modelo integral y alternativo a seguir, entendido como el modelo del vivir bien.
76
Notas después de la marcha indígena
Paul Valéry: La idea de la dictadura.
No se casi nada de la política práctica, en donde supongo que se
encuentra todo aquello de lo que huyo. Nada ha de ser tan impuro, es
decir, tan entremezclado de cosas cuya confusión no me gusta, como
la bestialidad y la metafísica, la fuerza y el derecho, la fe y los
intereses, lo positivo y lo teatral, los instintos y las ideas.
La entrañable fuerza indígena
Lo profundamente, lo entrañablemente anticapitalista es el
anticolonialismo anticapitalista indígena. El proyecto indígena es un
proyecto civilizatorio alternativo; en este horizonte radica la gran
diferencia, la integralidad emancipatoria, el llamado de lo
profundamente humano, también de lo profundamente tierra. La vida.
La reconducción del proceso
Las organizaciones indígenas son la defensa profunda del proceso y de
la Constitución, es el gobierno el que está contra el proceso. Si el
gobierno quiere estar con el proceso tiene que formar parte de la
reconducción que se ha iniciado con la victoria del TIPNIS por parte de
las naciones y pueblos indígenas. El Pacto de Unidad tuvo sentido en
el proceso constituyente, cuando fue parte orgánica del desarrollo del
texto constitucional. Ahora se trata de reconducir el proceso y construir
el Estado plurinacional comunitario y autonómico, desmantelar, acabar
con el Estado-nación, liberal y colonial, que restaura el gobierno. Los
indígenas no pueden formar parte de una farsa, de un apoyo al
nacionalismo y a los nacionalistas en el gobierno, no pueden formar
parte de una alianza de clases que apuesta a ampliar las fronteras
agrícolas, agrediendo a la madre tierra. Los indígenas no pueden
apoyar una alianza que apoya a la re-composición de la burguesía y el
sometimiento a la burguesía internacionalizada brasilera. Los indígenas
tienen que formar un nuevo pacto con el pueblo boliviano que los ha
apoyado para reconducir el proceso.
77
Reducciones esquemáticas
Hay quienes confundían el país con un aeropuerto; eso decía Sergio
Almaraz Paz del General René Barrientos Ortuño. Hay otros que
confunden el país con la escenificación teatral del desenlace del terror
de la revolución francesa. También hay quienes confunden el país con
una contienda sindical. Pero también hay quienes confunden la política
con la eterna maniobra de la manipulación y el montaje. Creen que se
pueden suplantar a las organizaciones matrices con la cooptación de
dirigentes corruptos.
Más allá de la izquierda y la derecha
Más allá de la izquierda y la derecha, que son términos modernistas y
esquemáticos. Inútiles para interpretar las luchas emancipatorias
contemporáneas. Incluso, en su época se olvidaron que más radical
que la izquierda jacobina, eran los montañeses, que ocupaban la
galería del Congreso francés. Esta era la plebe, los san-culottes.
No se puede eludir la realidad
La problemática del TIPNIS es una realidad, así como la problemática
de dominación de las trasnacionales hidrocarburíferas y mineras,
además de la construcción. El IIRSA es una realidad del proyecto
hegemónico de la burguesía brasilera. La constitución es una realidad
jurídico-política, también los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios son una realidad política y social. Negar eso con
el imaginario paranoico y acusador jacobino no es más que defender
el modelo capitalista dependiente y extractivista.
La hipótesis trasnochada del egoísmo
Decir que el egoísmo es como un instinto inherente en el ser humano
es como la hipótesis de que el hombre es el lobo del hombre, la
hipótesis de la bestialidad. Eso forma parte del imaginario de la
ideología modernista. No es una hipótesis verificada. Eso es reducir la
condición humana a la condición egoísta a la que la ha restringido el
sistema-mundo capitalista. Esta es una subjetividad meramente
capitalista. Eso es reducir la plenitud y la complejidad humana a una
78
de las más pobres condiciones de la subjetividad. Como dicen los
mexicanos, me extraña que siendo araña te subas por la escalera. ¿No
son acaso religiosos los que postulan esta hipótesis? ¿No deberías
buscar más bien la condición humana solidaria? Yo no soy católico ni
cristiano, pero respeto a todas las religiones y espiritualidades pues
han abierto la comprensión del ser humano más allá de la
cotidianeidad.
La famosa orden y la forma infantil de eludir responsabilidades
Se supone que la orden se la tomó en reunión de gabinete, estaban
todos presentes. Todos fueron cómplices de la orden, desde arriba
hasta todos los ministros y ministras, salvo honradas excepciones,
como las del Canciller que estaba en contra y la exministra Cecilia
Chacón, que renunció ante semejante violación a los derechos
fundamentales. Es más se tenía redactado el requerimiento a la fiscalía
de intervención para que la firme la ministra de justicia. Con lo que
estuvo de acuerdo. Todo esto ocurrió bajo la excusa apresurada y
compulsivamente difundida del "secuestro". A pesar de que el mismo
Canciller se opuso a la interpretación del "secuestro", pues su
interpretación es que fue obligado a caminar delante. Este tema de
¿quién dio la orden? se parece a la discusión bizantina de ¿cuántos
ángeles dan vuelta alrededor de la punta del alfiler? Lo gracioso es que
se toman en serio esta pregunta sobre ¿quién dio la orden cuando
todos saben de quienes fueron y quién avaló esa decisión conjunta? La
fiscalía se volvió bizantina.
El contrataque del gobierno sin ley y sin palabra
A prepararse, la lucha continua. Se viene la contraofensiva. Quieren
revertir la derrota política a como dé lugar. Nuevamente el TIPNIS es
objeto de ataques, las comunidades indígenas son amedrantadas, se
les cobra por cruzar la “frontera”; hay un escenario de
amedrentamiento constante, una guerra sucia contra los indígenas del
TIPNIS. Se prepara una movilización cocalera, de ahí se piensa llegar
a resoluciones en contra del TIPNIS en el encuentro de Sucre, donde
salga el mandato de abrogar la ley que protege al territorio indígena y
parque.
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La supuesta pose “sociológica”
Hay personas que recurren a la burla o a una supuesta pose
“sociológica” en lo que respecta a su discrepancia de las participaciones
y apoyo a los marchistas de parte de jóvenes activistas urbanos. No
creo que sea curiosidad sociológica sino toma de posición. La batalla
del TIPNIS enfrenta el modelo colonial del capitalismo dependiente
extractivista, que es la opción efectiva del gobierno, con el modelo del
vivir bien, establecido en las resoluciones de Tiquipaya, contenido en
la Constitución, modelo alternativo al capitalismo, a la modernidad y al
desarrollo. Las organizaciones indígenas y los marchistas defienden la
Constitución, su territorio y la Madre Tierra, en tanto que el gobierno
defiende los intereses de OAS, la tras-nacional brasileña constructora,
el IIRSA, el proyecto hegemónico del Brasil, la compulsión
desforestadora de los cocaleros excedentarios, que avasallaron el
parque, que les interesa lo mismo que a los terratenientes del oriente,
a la burguesía intermediaria boliviana, a los agro-industriales de Santa
Cruz y soyeros, la ampliación de la frontera agrícola en detrimento de
la Madre Tierra. Estas son las nuevas alianzas del gobierno. ¿A qué
vino Lula, reuniendo a la CAINCO con los dirigentes campesinos,
encuentro financiado por OAS? Esta es la nueva burguesía. Los que se
hacen la burla de los apoyos urbanos de jóvenes activistas no hacen
otra cosa que optar por defender ese modelo extractivista y este
gobierno nacionalista que ya está contra el proceso, contra la
Constitución, contra el Vivir Bien, contra los derechos de las naciones
y pueblos indígenas originarios y el Estado plurinacional comunitario y
autonómico. No es una opción sociológica la que se ventila, es una
opción política. El sentido y la diferencia política del momento no
responde a un esquematismo imaginario y anacrónico, entre una
derecha derrotada ya en Pando y una izquierda que ya no es el
gobierno, sino entre fuerzas reales y pugnas reales en el momento.
Esa posición "objetiva" o de curiosidad es francamente legitimadora de
la desviación nacionalista en contra la alternativa plurinacional
comunitaria y autonómica. Es una posición colonial, responde a la
recolonización por otros medios, por medio de un discurso populista
desgastado y un doble discurso en relación a la Madre Tierra.
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Siempre se toman posiciones en la lucha de clases y en la
guerra anticolonial
Hay que respetar las opciones metodológicas, son perspectivas e
instrumentos del punto de partida de la investigación. El me-todo es el
camino. Empero hay distintas corrientes metodológicas. Respeto el
método weberiano, sobre todo si da resultados en la investigación.
Empero no lo comparto, creo como Michel Foucault, desde la
perspectiva histórico-política no hay neutralidad, se toman posiciones.
El mismo conocimiento forma parte de un campo de luchas. La verdad
no es lo que dice Tarsky, la hipótesis que tiene correspondencia con la
realidad, sino el producto del poder. No se trata de negar la ciencia,
sino comprender que ya estamos en otro horizonte epistemológico
científico, de las teorías de la complejidad. En relación a lo otro, puede
ser que pase, que se sume gente que no cree en los postulados de la
lucha por la Madre Tierra y la Constitución. Eso pasó antes, puede
volver a pasar. Lo importante es participar con las fuerzas que
defienden la Constitución, la Madre Tierra, el Vivir Bien, como
alternativa al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo.
Pulsión de muerte
¿Hay una atracción del abismo? ¿Algo así como una pulsión de muerte?
¿Qué es lo que empuja a insistir en lo mismo que llevó al conflicto del
TIPNIS? Después de la derrota política, el gobierno insiste en las causas
del problema. ¿Por qué? ¿Grandes compromisos con la empresa
constructora OAS, con los cocaleros excedentarios, con los cocaineros?
¿Quién puede creer en esos montajes de San Ignacio de Moxos,
localidad que se encuentra fuera del TIPNIS, donde una congregación
de supuestos indígenas pide que la carretera pase por el territorio
indígena? ¿Quién puede ser tan ingenuo o tan “llunku”? Es como un
círculo, sólo los propios funcionarios y los grupos de choque, que hasta
los hay escribiendo, que se ocupan de insultar y descalificar. La imagen
del espejo. Después de aprobar una ley que declara al TIPNIS
intangible, no pueden retroceder. Esto es retorcerse en el coleteo de
muerte. ¿Por qué no tienen vocación de reflexionar, de evaluar sobre
lo que ha pasado? ¿Por qué son incapaces de rectificar, de aprender de
los errores y corregirlos? Parece un mal de la política práctica; la clase
política está tan ensimismada en idolatrarse, en mirarse en el espejo,
que se ha desconectado de la realidad efectiva y prefiere vivir
compulsivamente su propio imaginario desdichado. No pueden
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entender una cosa tan simple: la carretera no puede pasar por el
TIPNIS pues está protegido por la Constitución y las leyes, entre ellas
la Ley de los derechos de la Madre Tierra. Hacerlo es violentar la
Constitución y las resoluciones de Tiquipaya. No, no pueden entender
porque están abismalmente alejados de la Constitución y enredados en
el modelo colonial heredado: el capitalismo dependiente del
extractivismo. Sin embargo, hay algo que tienen que saber estos
políticos, si vuelven a cometer el mismo error, el pueblo boliviano
volverá a salir a defender la Madre Tierra y los derechos de las naciones
y pueblos indígenas originarios. Por otra parte, deberían instruirse un
poco antes de lazar ese castigo de verdugos de que ahora que es
intangible el TIPNIS y nadie lo toca, ni los indígenas que habitan la
zona. No consultaron otras experiencias sobre normativa de
intangibilidad ambiental, como las de Ecuador. Lo intangible se refiere
a que no pueden afectar el territorio fuerzas externas extractivistas y
desforestadoras, no atenta esta declaración contra los derechos de las
naciones y pueblos indígenas consagrados en la Constitución. Por lo
tanto podemos hablar de la tangibilidad de la intangibilidad y de la
intangibilidad de la tangibilidad, que no es lo mismo.
Después de la derrota política se mueven todos los hilos para buscar
revertir el desenlace. Una muestra de falta de sinceridad y seriedad,
se promulga una ley para inmediatamente buscar su abrogación. Se
insiste en el suicidio político, se vuelve a retomar las prácticas del
teatro político montando escenarios, confundiendo la ficción con la
realidad, el imaginario con los acontecimientos. Se cree que la política
es astucia sin respetar los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios, sin respetar la ley de intangibilidad del TIPNIS, sin
entender lo que quiere decir intangibilidad en la normativa ambiental.
Se cree que se puede seguir manejando a la opinión pública con
campañas publicitarias y desinformación. Este es el camino laberintico
e irremediable al abismo. Enamorados inconscientemente de esta
oscuridad caminan atraído por la gravitación de la destrucción.
Sobre la intangibilidad en la normativa ambiental
No se tiene la menor idea de lo que significa la norma de intangibilidad ambiental. No se consulta los antecedentes en otros países, ni se hace
comparaciones. Lo intangible en la norma ambiental no va contra los derechos de las naciones indígenas originarias, al contrario las
complementa. Lo que no se puede hacer es violar la constitución con esa clase de declaraciones tan desfachatadas, las del senador de
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Cochabamba. Se debe respetar la Constitución, los derechos de las
naciones y pueblos indígenas originarios, consagrados en la constitución, los derechos de la Madre Tierra. Se debe defender el
proceso y no intereses desforestadores de la colonización y el
monocultivo desbastador, no los intereses egoístas de cultivos excedentarios destinados a la cocaína, no los intereses de empresas
constructoras trasnacionales. Esa actitud es atentatoria del proceso plurinacional, comunitario y autonómico.
Represión y represalias gubernamentales
No se pueden hacer las políticas públicas de tal manera que siempre
hay mala intención en su elaboración, sobre todo cuando se trata de
políticas encaminadas a cumplir con la Constitución y la Ley,
particularmente aquellas encaminadas a cumplir con la ley corta
promulgada en defensa del TIPNIS, avasallando a los dirigentes
orgánicos del TIPNIS, ignorándolos. Se sabe que al final de cuentas el
poder es solitario, que hay una desoladora soledad del poder, de los
que están encumbrados y aislados en el poder, empero, esta solitaria
actitud no puede desolarnos a todos, a todo el pueblo que ha defendido
el TIPNIS, a todas las organizaciones y naciones y pueblos indígenas
originarios. No se pueden hacer las cosas por capricho y por voluntad
propia y de ministros que lo único que saben hacer es manipular y
maniobrar, pues esta actitud lo único que hace es ahondar la propia
crisis política y avivar nuevamente el conflicto, que esta vez va a ser
gigantesco e indetenible.
Los derechos en la Constitución
La Constitución reconoce la condición de pre-existencia a la Colonia de
las naciones y pueblos indígenas originarios, el derecho al autogobierno
y a la libre-determinación; la Constitución también establece los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, donde se
encuentran definidos varios derechos, entre ellos, el derecho a la
consulta, previa libre e informada. La Constitución también establece
la condición autonómica del Estado, definiendo la autonomía indígena
como una de las forma de conformación del Estado plurinacional
comunitario. El TIPNIS cuenta con título colectivo de propiedad,
además que cuenta con una ley que lo declara intangible, que significa
en la norma ambiental complementación y reforzamiento de los
derechos indígenas, no “in-tocable” en el sentido de que nadie toca,
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como han querido entender de manera apresurada y beligerante
personeros del gobierno. No se puede ocupar militarmente el Territorio
Indígena, esto no sólo implica violar los derechos de las naciones y
pueblos indígenas originarios, los derechos de la Madre Tierra, la ley
corta en defensa del TIPNIS, sino también recuerda las ocupaciones
militares de los campamentos mineros en épocas de las dictaduras.
Corrosión y corrupción, las armas de las empresas
trasnacionales
La manipulación del OAS, de los comprometidos con esta construcción
ilegal y llena de vicios, no tiene límites. No se dan por vencidos, a pesar
de la victoria indígena en el conflicto del TIPNIS y la Ley de protección
de Territorios Indígena. Esta gente cree que en Bolivia se tiene que
imponer la ley de la fuerza del capitalismo, del extractivismo, de los
intereses empresariales a través de la las redes de la corrosión y la
corrupción. No saben, no entienden, que enfrentan a un pueblo capaz
de actos heroicos.
La violencia desmesurada del Estado
La violencia desmesurada del Estado en la etapa represiva jacobina y
las profundas contradicciones de un gobierno que opta por el modelo
extractivista del capitalismo dependiente, desechando la Constitución,
el Estado plurinacional comunitario y autonómico, el modelo del Vivir
Bien alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo, ha
llevado a esa represión sañuda y llena de odio contra las naciones y
pueblos indígenas que protegen su territorio contra el avasallamiento.
Empero, la victoria indígena con la Llegada a La Paz y el recibimiento
de un millón de personas y de columnas inmensas, conformadas desde
la cumbre hasta la Plaza San Francisco, victoria cristalizada en la
promulgación de la Ley corta que protege al TIPNIS y prohíbe la
construcción de la carretera, reivindica el sacrificio de los marchistas.
Ahora hay que esclarece los hechos, develar a todos los comprometidos
con la orden dada para intervenir la marcha y la represión. Es todo el
gabinete.
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Nuevamente la defensa del TIPNIS
Otra vez la defensa del TIPNIS. El gobierno no entiende, cree que
puede promulgar una ley y volver atrás. Cree que todo se resume a la
astucia criolla o la manipulación, a la movilización de gente afín con el
objeto de volver a insistir en la violación a la Constitución, a la Madre
Tierra, a los derechos de las naciones y pueblos indígenas. Volver a
insistir en la violación del buen entendimiento y la lógica. El gobierno
cree que puede hacer lo que le da la gana sólo por el hecho que tiene
en sus manos el poder, los recursos para comprar gente y movilizar a
los adherentes, quienes nunca han entendido ni el proceso ni la
Constitución, menos lo que significa construir el Estado plurinacional
comunitario y autonómico. Estos adherentes creen que lo que se tiene
que hacer es repetir consabidamente y aburridamente los
trasnochados discursos desarrollistas. No tienen consciencia de que
esos discursos no van con la condición plurinacional, la condición
comunitaria y la condición intercultural del Estado, no van con la
Constitución, no van con el modelo alternativo del Vivir Bien. Por eso
no se avergüenzan ni se inmutan de contradecirse de manera tan
brutal.
La habilidad manipuladora de la clase política
Para eso son buenos, para eso hay recursos, para pagar a la gente,
para pagar a comunarios, para ponerlos contra sus propios intereses y
territorio, aprovechándose de la pobreza y las necesidades de la gente.
Son buenos para montar escenarios pues creen que se puede seguir
haciendo política con astucia, engañando a la gente, haciendo teatro.
Esta es una concepción ciertamente pobre de la realidad. Para los
políticos de turno la realidad se resume a la maniobra, es un producto
del poder, de la potencia del poder, de su capacidad de deformar los
hechos. Están equivocados, ese montaje no dura mucho tiempo, solo
es un recurso provisorio de la instrumentalidad del Estado, de los
alcances gubernamentales; la realidad efectiva es histórica, es el
presente eterno, es la voluntad de cambiar, es resistencia al poder, es
el campo de posibilidades abierto y los horizontes dibujados por las
luchas sociales y la guerra anticolonial indígena. El recurso a la
maniobra de los gobernantes no dura o dura lo que un castillo de naipes
puede resistir a una brisa.
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La curva de la indiferencia
No es el siglo XX cambalache sino el siglo XXI curvo y laberíntico. Los
gobiernos de derecha y de izquierda cada vez se parecen más. Repiten
los mismos hábitos, también tienen el mismo habitus, las mismas
prácticas, parecen responder a los mismos intereses. Se coaligan con
las empresas trasnacionales, terminan defendiendo el mismo modelo
extractivista del capitalismo dependiente, reprimen de igual forma a
los pueblos indígenas, que son el contenido y el sujeto del proceso
constituyente. En muchos casos, no necesariamente en todos, los
gobiernos progresistas se atreven a tomar medidas que los mismos
gobiernos neoliberales no se atrevieron. ¿A qué se debe esto? ¿Al gozar
de mayor popularidad y credibilidad sienten que es una carta blanca la
confianza que les brinda el pueblo? Lo cierto es que podemos hablar
de una clase política, que ya es un estrato social y obviamente
reproduce el mismo estilo y defiende la reproducción de su misma
clase. No importa que unos funcionarios hayan sido convocados de las
clases populares y otros de las clases medias, cuando están en función
de gobierno responde a las lógicas del poder y a la racionalidad
instrumental de la maquinaria estatal.
De la desfachatez política y los crudos intereses
¿Qué se puede llamar esa maniobra tan complicada de aprobar una ley
y luego hacer todo para abrogarla? ¿Qué se puede decir de un gobierno
que se compromete con resolver el conflicto del TIPNIS por la vía
saludable de reconocer los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios y después, a los pocos días, maniobrar para que
se anule sus compromisos? ¿Hay algún ápice de seriedad en todo esto?
¿Qué es eso de moverse en una constante incertidumbre? Los acuerdos
no son acuerdos, los compromisos no son compromisos, la ley no es la
ley; se hace todo al capricho de los gobernantes. Quienes además
parecen estar amarrados a los intereses y puestas en juego de
empresas trasnacionales. ¿Qué se pude pensar cuando la empresa
constructora OAS recurre al chantaje, a la prebenda, a la corrupción,
moviendo sus recursos para imponer su voluntad? Los negocios son los
negocios y para estos empresarios están por encima de los derechos
de los pueblos y de las soberanías. Estas empresas están sobre los
gobiernos, el Estado es sencillamente el aparato que garantizan el gran
juego financiero y del mercado, garantizan las grandes ganancias que
se consiguen alterando todas las reglas y las normas.
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Lo que se puede decir es que el gobierno no sólo está atravesado por
profundas contradicciones insoslayables sino se encuentra
comprometido con intereses y estructuras de poder más grandes que
los propios alcances y controles del país. El juego va más lejos que el
propio prestigio del gobierno, la propia imagen de los gobernantes, los
mismos conflictos internos. Con esto se constata que la soberanía se
la ha perdido. Se encuentra supeditada a la irradiación de hegemonías
regionales. Claro que también estos intereses regionales se apoyan
también en intereses particulares de clases sociales y sectores del país.
¿Quiénes están interesados en que una carretera cruce un parque y
territorio indígena protegido por la constitución y las leyes, además
defendido por la ley corta promulgada en defensa del TIPNIS? Fuera
de la empresa trasnacional OAS, el Banco Nacional de Desarrollo del
Brasil, el propio gobierno brasilero y ciertamente, en esta ruta, el
gobierno boliviano, son los cocaleros los interesados en esta carretera.
La propaganda del gobierno habla de instituciones cochabambinas, las
mismas que no se han puesto de acuerdo por observaciones y la
posición encontrada de la Universidad Autónoma de San Simón y otras
organizaciones. También se habló de instituciones benianas, ¿cuáles?
Así mismo, y esto es lo más grave, se presentan a comunarios
indígenas del TIPNIS, saltando a las propias organizaciones matrices
indígenas de tierras bajas y del TIPNIS. Se hace todo un montaje con
la llegada de delegaciones indígenas del TIPNIS y su presentación en
la Asamblea Legislativa pidiendo la carretera. La desesperación y la
maniobra no tienen límites, tampoco el decoro ni el cuidado de guardar
las apariencias. No importa el compromiso del presidente, la
promulgación de la Ley corta; lo que importa es imponer la voluntad
de dominación vinculada a los caros compromisos, aunque se haga
contra toda compostura, la ley, la Constitución y los derechos.
La gravitación del mercado asiático y de la compulsión por ampliar la
frontera agrícola es condicionante de estas actitudes inescrupulosas del
gobierno. Con la llegada de un grupo indígena pagado por el gobierno
se cree que se guardan las apariencias, que se tiene la excusa para
volver atrás, volver a foja cero, retomar la construcción de la carretera.
Se tiene con esto un desprecio grande de la opinión pública y de las
organizaciones sociales, se muestra una imagen supeditada del pueblo,
al que se lo considera dócil. Se muestra una patética amnesia que
olvida rápidamente los últimos hechos relativos a la marcha indígena
y a los recibimientos conmovedores de los pobladores de la ruta de la
marcha desde Quiquibey, sobre todo se olvida la recepción de un millón
de personas de la ciudad de La Paz que se volcaron a recibir y apoyar
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a los marchistas. No interesa nada de esto, se tiene para todo otras
versiones, aunque las mismas no puedan sostenerse empíricamente.
La amnesia unida al desconocimiento tácito de los hechos son los
tristes recursos que se tiene para justificar el retorno a la violación de
los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y los
derechos de la Madre Tierra, la violencia sobre la misma ley
promulgada. Sencillamente no se acepta lo ocurrido, no se acepta la
derrota, no se acepta la voluntad popular; lo que se tiene por postulado
son los compromisos y un discurso supuestamente desarrollista.
¿Cuánta sinceridad hay en todo esto? Por más criticable que pueda ser
la ilusión desarrollista, ventilada en los discursos gubernamentales, no
parece ser el sentido de decisiones tan arriesgadas; el sentido parece
más pedestre. Hay compromisos, hay intereses en juego, hay
economía política del chantaje, hay sobre-ganancias y participaciones.
Hay una empresa constructora trasnacional, observada por donde
estuvo, tanto en Brasil como en Sud América, acostumbrada a ejercer
su dominio comprando consciencias y corrompiendo; empresa que se
ha convertido en el factor desequilibrante y perturbador en el conflicto.
Del cumplimiento constitucional
El cumplimiento de la constitución es para todos, nadie escapa a sus
mandatos, sobre todo cuando se trata del cumplimiento y la garantía
de los derechos fundamentales y de las naciones y pueblos indígenas
originarios. La violación desmesurada que se cometió en la represión a
una marcha pacífica, que estaba además acampando y en espera,
comprende delitos flagrantes. Los que se niegan a cumplir con la
Constitución no solo cometen actos inconstitucionales, sino que
también están encubriendo delitos cometidos. Son también cómplices
de la violación de derechos.
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La violencia profusa del gobierno, de la representación y de
las palabras
La doble moral, el doble discurso del gobierno y la violencia
descomunal de los cocaleros
Se trata de la ideología de yo hago lo que me da la gana
El gobierno y la Asamblea Legislativa Plurinacional han promulgado una
ley que declara intangible al TIPNIS; el gobierno se ha puesto a
trabajar con los dirigentes indígenas la reglamentación de la ley. Se
llegó a un acuerdo; respecto a este acuerdo ahora dice que tiene
observaciones. Un senador de La Paz dice que los indígenas que no
marcharon pueden plantear la inconstitucionalidad de la ley. ¿Habrá
leído este senador la Constitución? ¿Sabrá que la Constitución protege
el parque y el territorio indígena, que exige consulta previa libre e
informada? ¿Comprenderá que el modelo alternativo al capitalismo a
la modernidad y al desarrollo, que es el vivir bien, protege a la Madre
Tierra del extractivismo, de la desforestación y el monocultivo, para no
hablar de la producción de cocaína? Se puede decir cualquier cosa sin
inmutarse de ya no de contradicciones sino de aterradores sin sentidos.
Eso es posible en la medida que los que representan al pueblo, los
representantes, no tienen la menor idea del proceso constituyente,
menos de lo que significa el Estado plurinacional comunitario y
autonómico. Hay en todo esto, en todas estas bochornosas
declaraciones, exacerbadas confusiones. Hay que decirlo de manera
directa, las luchas sociales, sobre todo las correspondientes al ciclo de
movimientos sociales de 2000 al 2005, no se efectuaron para que los
cocaleros se hagan ricos, tengan más tierra a costa de los indígenas, a
costa de los territorios indígenas, en contra de sus naciones y pueblos,
en contra de sus derechos. Eso no es emancipación, la emancipación
abarca y compromete a todos, libera a todos de las múltiples cadenas
de dominación, libera a proletarios, a pueblos, a naciones, a mujeres,
a sujetos y subjetividades. No se ha peleado para tener nuevos amos,
nuevos amos desalmados, que lo único que les interesa es la ganancia,
lícita e ilícita, que lo único que buscan es ampliar la frontera agrícola,
destrozar los territorios ricos en diversidad, oprimir a los indígenas
como en las peores épocas de las formas violentas del colonialismo.
Todas estas violencias y dominaciones contra las que se peleó
obviamente no están legitimadas ni legalizadas en la constitución sino
en la cabeza delirante de senadores, de ministros y gobernantes,
también en la cabeza delirante de algunos dirigentes cocaleros. A estos
caballeros, machos y dominadores, nuevos amos y nuevos ricos, hay
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que decirles que los movimientos sociales no pelearon por esto, por
una nueva burguesía desvergonzada, tan explotadora y violenta como
la otra, la antigua, ahora aliada. Para ambas burguesías los indígenas
son un obstáculo, sus territorios son un obstáculo, sus derechos,
consagrados en la constitución es un obstáculo. La misma Constitución
es un obstáculo. Por eso arremeten contra la Constitución, las leyes,
los derechos, los territorios indígenas, las naciones y pueblos
originarios.
Hacer un recuento de lo que ocurre sorprende por la asombrosa
sintomatología que arroja. Mientras se promulgaba la ley, se discutía
la reglamentación y se llegaba a un acuerdo ocurría paralelamente otra
cosa, otro flujo de hechos que atetan notoriamente contra la ley corta
promulgada, contra la reglamentación y los acuerdos. Para hacer este
recuento vamos a recurrir a la fuente de Sarela Paz, antropóloga e
investigadora que comenta estos alarmantes sucesos:
Mientras sucedía lo que parecía ser la finalización del conflicto del
TIPNIS brigadas de cocaleros ingresaron al núcleo del TIPNIS con
motosierras para abrir una senda. Partieron hace tres semanas, a
razón de tres comisiones, lo hicieron desde la comunidad Tres de Mayo
del Ichoa, comunidad mojeña. Han entrado con motosierras, se cuenta
que entre 50 y 60 personas han ingresado conformando las tres
distintas comisiones mencionadas. Lastimosamente se encontraban
acompañadas por familias yuracarés que pertenecen a San Antonio del
Moleto, Fátima de Moleto y Mercedes del Lojojouta. Han abierto la
senda entre el Ichoa y el Sécure. Acaban de salir al Sécure, aguas más
abajo de la comunidad de Areruta. En otras palabras, ya han abierto la
senda que no había y que ha penetrado el núcleo del TIPNIS, han
atravesado el parque y el territorio indígena, sin consentimiento de
ninguna clase; seguramente ahora nos van a decir que esa senda ya
estaba. De hecho el alcalde de Villa Tunari dijo, cuándo se aprobó la
ley corta, que ellos en persona abrirán el camino. Al gobierno no le
preocupa la noticia; es más, es cómplice de esta acción beligerante y
violatoria de derechos, leyes y Constitución. Aplica la intangibilidad
para los indígenas, empero no para los colonos. Esta es la razón por la
que el senador Julio Salazar dijo que estamos perdiendo el tiempo
haciendo el reglamento. El mismo senador tiene tierras dentro del
TIPNIS y sabía lo que estaban haciendo los cocaleros. Seguramente el
presidente y sus ministros estaban informados de lo que sucedía. Estos
hechos alarmantes los conocen los dirigentes del Sécure. Los dirigentes
del TIPNIS se encuentran desconcertados, aunque sabían que todo
90
esto iba a suceder. La pregunta es: ¿Quién ha puesto dinero para dicha
movilización de los colonos, brigadas de 60 personas, armadas con
motosierras y gasolina? Ante semejante vejamen, los indígenas
quieren hacer un encuentro territorial en la comunidad de Santo
Domingo. En estos momentos una comisión del gobierno se encuentra
en la zona central del Ichoa, ¿qué es lo que hace? ¿Coordina acciones
para seguir avasallando, para seguir violando la constitución, la ley, los
acuerdos, el reglamento?19
Como se ve, no se respeta nada, ni acuerdos ni leyes. No importa, lo
que importa es imponer por la fuerza la voluntad de los que sienten
propietarios del gobierno, del Estado, ahora de los territorios indígenas,
que avasallan como en los peores tiempos de la expansión colonial de
los latifundistas. Estos hechos alarmantes muestran claramente cuál
es el sentido de las políticas gubernamentales, cuál es la dirección de
sus medidas, cuál es su vocación. Sabíamos que el gobierno había
optado por el modelo extractivista del capitalismo dependiente, por la
supeditación a las empresas trasnacionales, al IIRSA y al proyecto
hegemónico de la burguesía brasilera, sabíamos que su alianza es con
la burguesía agroindustrial y los terratenientes, en contra de los
indígenas; ahora sabemos que además no tiene ley ni palabra, no le
importa lo que acuerda. Se ha vuelto a la ley del más fuerte, a la razón
de la violencia. Sobre estas bases, no sólo se impone el Estado de
excepción, la tiranía, sino la violencia descomunal de los intereses más
pedestres, el de las ganancias ilícitas y la economía política de la
cocaína.
No sabemos ahora en qué va a terminar el conflicto del TIPNIS, pues
el gobierno ha decidido comportarse bravuconamente. Lo que sí sabe
el pueblo que ha aperturado este proceso, el proceso constituyente, el
proceso que debería ser descolonizador, lo que sí saben los
movimientos sociales, las naciones y pueblos indígenas originarios, las
juntas de vecinos, las organizaciones de jóvenes autogestionarios, los
sindicatos, los mineros, la COB, que apoyaron la defensa del TIPNIS,
que volveremos a salir a las calles y a los caminos, que volveremos a
movilizarnos no solo por la defensa del TIPNIS sino por la defensa del
proceso contra un gobierno que ha usurpado a los movimientos
19 Fuente: Sarela Paz. Se puede revisar su artículo ENTRE LA INDIGNACIÓN Y EL DESCONCIERTO:
Avasallamiento en el TIPNIS pos Ley de Protección del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro
Sécure (Ley 180).
91
sociales y al pueblo sus consecutivas victorias políticas, ha usurpado el
proceso para ir por otro lado, en contra de la Constitución, en contra
de la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico,
en contra del vivir bien, en contra de la Madre Tierra y a favor de las
empresas trasnacionales y de la nueva burguesía recompuesta,
conformada por los nuevos ricos y la vieja burguesía agroindustrial,
comercial y financiera. La contradicción entre un gobierno extractivista
y desforestador y el pueblo, el poder constituyente, que son los
movientes sociales y naciones y pueblos indígenas originarios, la
contradicción entre un gobierno cipayo, al servicio de la burguesía
brasilera internacionalizada ha llegado a un punto culminante de la
contradicción y la crisis del proceso. Los movimientos sociales,
naciones y pueblo estamos obligados a recurrir a las profundas fuerzas
de la dignidad, de la emancipación, de la rebelión, para detener la
descomunal violencia estatal, la despavorida violencia de los nuevos
ricos y de la burguesía recompuesta que tiene en la mira la ampliación
de la frontera agrícola, que es lo único que sabe hacer, pues no es
productiva, transfiere los costos de producción, de los monocultivos, a
la naturaleza. Este capitalismo extractivista es la continuación por los
medios de la desforestación salvaje del capitalismo dependiente de
todas las élites criollas que han gobernado el país, que ahora han
transferido esta compulsión destructiva a nuevos ricos, que tienen en
la mira no el desarrollo sino la ganancia fácil. Por eso, en defensa de
la Constitución, del Estado plurinacional comunitario y autonómico, del
vivir bien, de la descolonización, en defensa de la cohesión social y
comunitaria, debemos salir, movilizarnos, en contra de este proyecto
del capitalismo salvaje.
Debemos comprender las causas profundas de estas contradicciones,
debemos entender que los procesos, llamémosle revolucionarios o
transformadores, conllevan contradicciones inherentes, pues son
herederas de la institucionalidad de la vieja maquinaria estatal, son
herederas de las estructuras de poder cimentadas, no desmanteladas,
son herederas de ilusiones de riqueza y de desarrollo, profusamente
difundidas por la modernidad y el capitalismo. No iba a ser fácil dar
lugar, liberar las potencialidades y capacidades del pueblo movilizado,
de las naciones y pueblos indígenas originarios, se los sectores
populares urbanos, del proletariado nómada, pues también las
contradicciones yacen en el seno del pueblo, las contradicciones
forman parte de nosotros, un nosotros que tiene un pasado de
dominación, de violencia cristalizada en los huesos, y por lo tanto podía
repetir esa violencia con otros, podía querer reproducir al amo, ser
92
semejante al amo, que nos había dominado e inscrito su imagen en
nuestro inconsciente. Por eso es importante que resolvamos las
contradicciones en el seno del pueblo, en la interioridad convulsa de
nosotros mismos, es indispensable que luchemos con la parte
retrograda, la parte conservadora, la parte egoísta de nosotros
mismos, y liberemos la parte innovadora, emancipadora, libertaria,
creativa, rebelde de nosotros mismos. Una transición descolonizadora
sólo se puede construir si liberamos esta parte, la que corresponde a
la imaginación radical y al imaginario radical.
Este proceso no le pertenece al MAS, no le pertenece a Evo, menos a
Álvaro, mucho menos a sus ministros y senadores “llunkus”, tampoco
a los dirigentes corruptos y cooptados, que no llaman a reunión con
sus bases para tomar decisiones. Este proceso le pertenece, en primer
lugar, a los muertos que ofrendaron sus vidas, a los heridos, a los
familiares de los heridos y las víctimas; en segundo lugar, le pertenece
a los movimientos sociales y naciones y pueblos indígenas originarios;
en tercer lugar, le pertenece a toda la gente que ha confiado y ha
votado consecutivamente por un proceso de cambio, por una
Constitución descolonizadora, por un nuevo Estado. Esta propiedad
colectiva e histórica del proceso debe ser recuperada de manos de los
que usurpan las luchas en beneficio propio.
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Apuntes sobre problemas de la transición
El principio existencial del proceso
El proceso existe, ha sido abierto por las luchas sociales, lo que no
existe es un gobierno que está con el proceso. Se trata de un gobierno
equivalente a todos los gobiernos, a las formas gubernamentales del
Estado liberal.
Los horizontes de la Constitución
La Constitución realiza y expresa la larga lucha descolonizadora
iniciada con los levantamientos indígenas del siglo XVIII. La izquierda
colonial nunca ha entendido que la lucha anticapitalista consecuente
debe ser también y primordialmente una lucha anticolonial y
descolonizadora. La Constitución abre el cause a una transición pos-
capitalista más compleja y más rica que la transición de la dictadura
del proletariado, que se quedó en los límites de la modernidad, la cuna
y matriz del capitalismo. El proyecto socialista no pudo nunca salir de
los horizontes del capitalismo. La revolución india va más allá, hacia
un modelo civilizatorio alternativo a la modernidad, al capitalismo y al
desarrollo. La izquierda colonial no se ha enterado que ha caído la
Unión Soviética debido a las profundas contradicciones de la
construcción del socialismo real, y que la China ha convertido la
construcción socialista en un socialismo de mercado; es decir, en la
emergencia de la nueva potencia capitalista, sobre la base del
capitalismo salvaje. Lo que los izquierdistas coloniales sobrevivientes
tienen como referente es sólo un imaginario, se invisten de las glorias
de revoluciones pasadas, sin haber hecho una. Cuándo aparece una,
distinta, compleja, en los nuevos escenarios del capitalismo, en las
condiciones de sus nuevas crisis estructurales, prefieren no
comprenderla pues no se parece a sus esquemas, tampoco ya entiende
las transformaciones de los ciclos del capitalismo. Prefieren revivir sus
fantasmas y echar piedras contra un proceso real que intenta otro
camino alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo, que
forma parte de las ilusiones de los capitalismos periféricos.
Sobre la revolución cultural
La revolución cultural está inhibida por dos contrariedades; por una
parte no se ha dado lugar a la participación, como exige la
94
Constitución, tampoco a la movilización, como lo requiere la revolución
cultural; por otra parte los maestros siguen siendo modernistas y
desarrollistas, como recién salidos de la guerra del Chaco. No
entienden, como la izquierda colonial, que el anticapitalismo
consecuente es también anticolonialismo. No han ingresado a las
luchas reales del presente contra el capitalismo, contra la modernidad,
que es su matriz cultural, y contra el desarrollo, que es la ilusión de las
élites periféricas, así mismo también de la izquierda colonial. Siguen
luchando contra fantasmas, atrapados en su imaginario
supuestamente revolucionario, investidos de la gloria de las
revoluciones pasadas sin haber hecho una revolución en su país;
fantasma de la revolución, que no es otra cosa que una anacronismo
no resuelto después de la caída de la Unión Soviética y la conversión
de China en la nueva potencia capitalista emergente durante la
clausura del ciclo del capitalismo vigente. La revolución cultural debe
ser descolonizadora, constitutiva de sujetos emancipados de las
relaciones de dominación heredadas.
El fiscal encubridor
El comportamiento del fiscal es francamente encubridor. Esa es una
conducta que devela la supeditación completa de la administración de
justicia al ejecutivo. No solamente estamos repitiendo los males de una
administración de justica corrupta, de la que deberíamos salir, sino la
complicidad de los fiscales con la injusticia. Los indígenas reprimidos,
mujeres, niños y ancianos, contra quienes se ejerció violencia y
conculcación de sus derechos constitucionales, no tendrán justicia. Van
a tener que volver a vivir las perversiones de la justicia criolla. Nadie
que tiene uso de razón y esta mínimamente informado puede admitir
la hipótesis insólita de que ni el presidente ni el vicepresidente tuvieron
nada que ver con la orden de represión a la marcha. La orden fue dada
en gabinete y estaban todos presentes y tuvieron conocimiento pleno
de lo que se daba como orden, además de que ya tenían preparado el
documento que pedía intervención a la policía y fue firmado por la
ministra de justicia. Después de esta muestra indecorosa de
encubrimiento del fiscal, éste debería renunciar.
95
Perfiles jacobinos
El que tiene contradicciones profundas no resueltas, paradojas y hasta
aporías irresolubles es el jacobino, que parece no entender la
Constitución, el proceso, el carácter descolonizador del proceso y de la
Constitución. No entiende qué significa territorio indígena, que significa
área protegida. No entiende que el territorio y el parque están
protegidos por la Constitución y las leyes. No entiende qué es consulta
previa libre e informada, que ésta se la hace antes y no después. Que
la consulta pasa por normas y procedimientos propios de los pueblos y
comunidades, que la consulta cuenta con la obligada participación de
las instituciones orgánicas indígenas y no con gente manipulada por el
gobierno. No entiende que ha sido derrotado, que su soberbia ha sido
derrotada, que su proyecto extractivista y desforestador ha sido
derrotado. No entiende que hay una ley que protege el territorio y lo
declara intangible, tampoco entiende que es intangible, cree que es
absolutamente, inmaculadamente, intocable. Esta interpretación
abstracta esta de acorde con toda la metafísica del fracaso que
encarna. Menos se puede esperar que entienda que el Estado
plurinacional comunitario y autonómico no es la restauración del
Estado-nación, liberal y colonial; no entiende que la construcción del
Estado plurinacional es la muerte del Estado-nación.
Ahora resulta que ENTEL se ha vuelto encuestadora, en vez de cumplir
con sus funciones y dar buen servicio. Ahora resulta que ENTEL hace
investigación de campo. ¿A dónde hemos llegado? ¿Dónde está la
compostura? ¿Dónde está la seriedad? Se las ha perdido. Se cree que
basta con la fuerza del Estado para escamotear los hechos, se cree que
es suficiente la violencia para producir la realidad. Estos comentarios
rayan en lo escandaloso del sin-sentido, no solo de la contradicción.
¿Qué hay detrás para llegar a esta desfachatez? ¿Qué tan grandes son
los intereses para explicar estos exabruptos? ¿Qué fuertes son los
compromisos como para dejar todo habito de racionalidad? Solo queda
despejada la descarnada manipulación política. El objetivo es volver
atrás, tirar por la borda la ley corta, el compromiso del presidente, el
reglamento, la voluntad del pueblo que se ha levantado y apoyado la
marcha, ha recibido multitudinariamente a los marchistas. No, esto no
vale nada para el jacobino, lo que vale es la fuerza del Estado, ya no
de la ley, pues se trata de un gobierno que no tiene ley ni palabra.
96
El imaginario del duelo
El vicepresidente ha convertido la política en un duelo personal, ha
personalizado la política al extremo que ha confundido la realidad con
su imaginario, donde los fantasmas del pasado, como el de
Robespierre, fantasmas de las memorias de revoluciones pasadas,
habitan el presente, agobiando a los vivos con sus propios delirios. Este
es un síntoma de alucinación de grandeza, de creerse predestinado, y
por lo tanto de cumplir con un guion, el del drama de la incomprensión.
El problema es que esta confusión entre realidad e imaginación nos
lleva a todos al derrotero del abismo donde los fantasmas sepultan a
los vivos y asesinan las revoluciones reales del presente.
El vicepresidente quiere imponer su imaginario y convertirla en
realidad por decreto; ignora la marcha indígena que ha defendido el
TIPNIS, el apoyo multitudinario de la ciudadanía a la marcha, la ley
promulgada, el reglamento de la ley. No contento con la invención de
una marcha organizada por el gobierno, una marcha manipulada y
presionada por los cocaleros, manda, como nunca, en ninguna marcha,
una comisión de la Asamblea Legislativa para escuchar las demandas
de los marchistas. ¿Acaso ignoran estos pedidos, son los mismos del
núcleo desarrollista del gobierno, la carretera de la depredación? Este
teatro descolorido y sin ingenio, quiere revertir la derrota sufrida; los
indígenas vencieron a los delirios de grandeza del vicepresidente, a sus
compromisos con el gobierno brasilero y las empresas trasnacionales
petroleras y de la construcción, vencieron al espejismo del
desarrollismo, que encubre el proyecto efectivo: modelo colonial
extractivista. El imaginario jacobino otra vez se estrellara con la
realidad, la voluntad del pueblo en defensa de la Constitución, los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y la madre
tierra.
La guerra de la madre tierra en el TIPNIS fue una guerra civilizatoria,
el vivir bien contra del modelo extractivista que nos condena a la
dependencia, también es una guerra contra la economía política de la
cocaína, que destruye a las comunidades, los lazos sociales; economía
que apuesta a la riqueza fácil, que dura un instante, renunciando a un
proyecto colectivo de armonía social, comunitaria y con los ciclos
vitales de la madre tierra. El vicepresidente encubre con su imaginario
los reiterativos intereses que aplastaron al pueblo y lo condenaron a la
miseria, intereses capitalistas, intereses de grupos de poder, intereses
97
del diagrama de la corrupción e intereses de la economía política de la
cocaína. Lastimosamente la cruda realidad es este circulo vicioso de lo
mismo, no imaginaria. Se termina defendiéndolos intereses más
pedestres y egoístas.
98
Apuntes para una breve historia de las injerencias del
ejecutivo
En lo que respecta a la elección de los magistrados, la primera
injerencia comenzó cuando los eligieron directamente, según listas
manejadas de antemano, al mejor estilo del jacobino, sin consultar, sin
participación de las circunscripciones y el pueblo, en gran debate
abierto, bajo conocimiento de la gente, como establece la Constitución.
El estilo jacobino es ese, la orden vertical a la que se debe obedecer
sin discutir, la supeditación de la dinámica al Poder Constituido y de
éste al ejecutivo, después la supeditación del ejecutivo y el Congreso
a las decisiones solitarias de la clarividencia del émulo de Robespierre.
Por eso la convocatoria a la Asamblea Constituyente desde el
Congreso, a pesar de que ya fue convocada por la insurrección de los
movimientos sociales, una convocatoria que limita los alcances del
Poder Constituyente y busca subordinarla al Poder Constituido;
después la ampliación de la temporalidad de la constituyente desde el
Congreso, cuando la Asamblea Constituyente, como Poder
Constituyente, tenía todas las atribuciones para hacerlo. Una vez que
se aprueba la Constitución en Oruro, la hace revisar por el Congreso,
el Poder Constituido, violando las atribuciones ilimitadas de la
constituyente. La revisión es una acuerdo con los representantes de
las oligarquías; las 144 revisiones son reduccionistas, limitativas y
atentatorias del espíritu constituyente, como lo de la conculcación de
la reforma agraria. Es el entorno pragmático el que ha estado detrás
del gasolinazo y ha tratado defender férreamente esta medida de shock
contra el pueblo. También es este entorno el que está totalmente
comprometido con las empresas trasnacionales brasileras, petroleras
y de la construcción. Un buen ejemplo de lo que decimos ocurre cuando
sale el entonces Ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada por
pedido de Marco Aurélio Garcia, asesor del entonces presidente Lula.
El entonces ministro se negaba a que se firme un convenio atentatorio
al Estado, a los intereses del país y que favorecía a PETROBAS; muy
obedientes los gobernantes intervienen, sale el ministro del gabinete y
se firma el convenio atentatorio.
Así mismo se trata del núcleo duro de nacionalistas, desarrollistas, que
en el fondo no son más que extractivista, que ha conspirado contra el
TIPNIS, a pesar de estar protegido por la Constitución y las leyes;
núcleo duro que ha atentado contra los derechos de las naciones y
pueblos indígenas originarios, para favorecer a OAS y los compromisos
con el gobierno brasilero. Ahora, este mismo núcleo duro, es el que
99
quiere revertir la victoria indígena en la defensa del TIPNIS, buscando
anular la ley corta mediante toda una tramoya y manipulación
escabrosa, que utiliza a los avasalladores del TIPNIS, colonizadores,
cocaleros y comunarios convertidos en cocaleros y en propietarios
campesinos, afiliados a las Federaciones Cocaleras, en una marcha
inducida por el gobierno precisamente para anular la ley corta que
defiende al TIPNIS y aprobar la carretera de la depredación. ¿Cuál es
la magnitud de los intereses y compromisos que se juegan en esto, de
tal forma que deciden los gobernantes abandonar toda apariencia, todo
decoro, toda compostura y portarse como vulgares cipayos al servicio
de intereses extranjeros? Pero también, hay que anotar que también
entran en juego intereses perversos de ciertos sectores de
colonizadores y campesinos, los comprometidos con la coca
excedentaria, destinada a la economía política de la cocaína.
No es entonces ninguna sorpresa la historia de las injerencias. El
objetivo alucinante es el control total de todo el poder, la totalización
del poder en manos de una persona, el clarividente. Sin embargo, esto
no es posible; la paradoja se da: cuanto más se controla menos fuerza
se tiene, cuanto más se tiene la apariencia del poder aplastante menos
legitimidad se logra. Bastó una marcha indígena, digna y valiente,
de defensa del TIPNIS para derrotar al gobierno, que se ha apartado
del proceso, y recibir el apoyo multitudinario de las ciudades y de los
pueblos por dónde pasó la marcha. No pudo la represión sañuda y
calculada, preparada de antemano, movilizando funcionarios, recursos
del Estado, policías y militares contra el acto heroico de los marchistas.
Tampoco podrá una marcha oficialista, montada, inventada desde los
escritorios, presionada por los cocaleros, organizada otra vez con los
recursos del Estado revertir la victoria indígena.
Los partidarios de la carretera de la desforestación
Los que quieren la carretera de la deforestación, que atraviese el
Territorio y Parque Isiboro-Sécure, son OAS, el Banco Nacional de
Desarrollo de Brasil, el IIRSA, los nacionalistas y extractivistas del
gobierno, los terratenientes que quieren ampliar la frontera agrícola.
¿Se puede hablar a nombre del pueblo cochabambino? ¿Quiénes son el
pueblo cochabambino? La Universidad Autónoma de San Simón y otras
instituciones están en contra de la construcción de la carretera que
atraviese el territorio indígena. Los que quieren una carretera
100
depredadora, extractivista y cocainera son los adherentes oficialistas y
los "lunkus" que no entienden el proceso ni la Constitución.
Los objetivos de la Cumbre oficialista
¿Por qué se hace la Cumbre social? ¿Para qué? ¿Para abrir más todavía
las compuertas a las empresas trasnacionales? Hacer más concesiones
de exploración y explotación? ¿Qué tiene el borrador de la Cumbre
Social preparado por el gobierno? ¿Qué compromisos ya se han cerrado
secretamente con las empresas trasnacionales? ¿Van a usar la Cumbre
para legitimar el proyecto extractivista, capitalista y dependiente?
Estas preguntas son las que bordeaban la víspera de la famosa Cumbre
Social, que no era otra cosa que un encuentro oficialista y de la
burguesía recompuesta, donde los ministros ni siquiera dirigieron las
mesas, que era ya el colmo, sino que prácticamente fueron las
organizaciones sociales las que pedían audiencia a los señores y
señoras ministros. Esto constata la subordinación de las organizaciones
campesinas al mando de los ministros. ¿Ya no se confía en las
organizaciones sociales? ¿Por qué no se las deja deliberar?
Cumbre borrascosa
Deberían dedicarse a cumplir con la Constitución en vez de llevarnos
al despeñadero. La famosa Cumbre Social, que no tiene nada de
plurinacional, porque no están las naciones y pueblos indígenas, sus
organizaciones matrices, tiene una agenda que es más de los mismo,
ratificar lo que se ha hecho, discutir banalidades, no deliberar, no
permitir la crítica, embarcándose cada vez en el modelo colonial
extractivista. No hay apertura al gran debate de fondo: Modelo
extractivista o modelo alternativo al capitalismo, la modernidad y el
desarrollo.
Metáforas literarias
Cumbres Borrascosas, en castellano, el título en inglés es Wuthering
Heights. Se entiende que es la única novela de Emily Brontë. Fue publicada por primera vez en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell. Su
hermana Charlotte editó una segunda edición póstuma. Esta novela se considera un clásico de la literatura inglesa; sin embargo, el
recibimiento inicial de Cumbres Borrascosas fue como un desaire. La
101
textura de la novela llama la atención, podemos hablar de un
estructura innovadora, se trata de descubrimientos cada vez más micros, un acontecimiento guarda otros; a esta textura de la novela se
suele comparar, por parte de la crítica, con algo parecido al
descubrimiento de un conjunto de muñecas de Matryoshka. Una muñeca rusa, la más grande contiene a todas. Al principio, la crítica
quedó desconcertada, sin embargo, algunos críticos contemporáneos a la autora pensaron que éste era un trabajo anterior, menos maduro,
de Charlotte Brontë, comparándolo con el que había publicado antes Jane Eyre ese mismo año, bajo el seudónimo de Currer Bell.
Empero las críticas posteriores revisaron esta visión; la novela es ulterior.
Cumbres borrascosas es el nombre de la finca donde suceden los hechos de la narración, hechos complicados y pasionales, hechos de
amor, de amistad, pero también de ingratitud. Llama la atención el juego del título, que, a la vez de ser el nombre de la finca, alude a un
lugar tomentoso. Que así se pueden tomar las historias que concurren.
A la vez podemos usar el título como metáfora, como juego de sentidos
y significados; calificar a una “Cumbre social” como encrespada o
turbulenta. En todo esto no hay teoría, hay literatura, que muchas veces sirve mejor para expresar los significados de los
acontecimientos. La literatura tiene potencialidades estéticas que el análisis no los tiene.
A propósito de las 15 novelas fundamentales
No sé qué dirá mi amigo Oscar Vega, que creo es un gran lector de
novela y un crítico literario. Empero creo que lo que debe preponderar
en una selección, que nunca van a dejar de tener su dosis de
arbitrariedad y prejuicios, es la calidad literaria, la potencia y
despliegue creativo, la imaginación que transgrede la realidad y
descubre en ella otras posibilidades y alternativas. Creo que calificar a
las novelas de machistas o de otra cosa corresponde a una ofuscación
administrativa, no se trata de una apreciación de orden literario y
estético. En todo caso, hay que tener en cuenta que la escritura
literaria se encuentra más allá de los esquematismos cotidianos, pues
se mueve en la plasticidad de las metáforas y la transformación lúdica
de las subjetividades. Es otro tiempo y realidad el de la literatura.
Es cierto que hay que luchar contra el Estado patriarcal y las relaciones
patriarcales de dominación, que están en la base de las relaciones de
poder de la genealogía de los estados y las sociedades, también son
como el arquetipo de las internalizaciones del poder y la dominación
en las subjetividades. Empero cómo se efectúa esta lucha en una
102
selección de novelas. ¿No hay que empezar la lucha contra el
patriarcalismo en el propio Estado, en el propio gobierno, en la propia
administración, donde se hallan cristalizadas y normadas estas
relaciones de poder y dominación? No era indispensable, para ser
consecuente, defender la madre tierra en el TIPNIS, defender los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, violados por
la represión sañuda del gobierno. Descolonización y des-
patriarcalización se complementan, deben darse políticas, acciones,
conductas efectivas en relación a estas luchas. Pero, no parece
consecuente, con esta orientación y perspectiva, proponer la
ampliación y continuidad del servicio militar; el cuartel es,
conjuntamente con la escuela, la iglesia, el Estado, una de las
instituciones colonizadoras por excelencia, la colonialidad se reproduce
precisamente a través de los agenciamientos y dispositivos de estas
instituciones, que logran internalizar en los sujetos los imaginarios
coloniales, patriarcales, de subordinación y supeditación. Estas
instituciones anacrónicas pervivientes son el substrato colonial de las
relaciones capitalistas vigentes y hegemónicas.
Parece que es indispensable re-discutir colectivamente la selección de
las novelas fundamentales, sin olvidar que la selección de las 15
novelas fundamentales recorre el tiempo y trata de obtener muestras
representativas por épocas, como dice el Juan Carlos Orihuela, poeta,
miembro de la comisión de selección y director de la carrera de
literatura. Creo que la comisión ha hecho no más una buena selección
con criterio histórico. En lo que respecta a gustos, a mi por ejemplo,
me parece la mejor novela Felipe Delgado de Jaime Saenz, que revive
la vida de la ciudad de La Paz de la década de los cuarenta, también
me parece que el mejor novelista contemporáneo es Jesús Urzagasti;
su novela ejemplar me parece que es El país del Silencio. En estos con-
textos literarios, hablar de prohibir es colocarse en el papel de tribunal
inquisidor, no creo que corresponda en literatura, tanto en la lectura
como en la escritura, lo de prohibir. Eso lo hacían las dictaduras
militares y otras formas de dictaduras patriarcales.
En lo que respecta a mi posicionamiento, disposición en el campo
político, también en los tejidos de la escritura, sigo en la misma orilla
de la descolonización y del Estado plurinacional comunitario, la orilla
de la Constitución. Los que no están en esta orilla son los del gobierno
que están contra la Constitución, restauran el Estado-nación, se
oponen como buenos nacionalistas, a la construcción de lo
plurinacional y las transformaciones pluralistas del Estado, se oponen
103
a los derechos de la madre tierra y agreden los territorios indígenas.
Ahora bien, la literatura y la estética no forman un “sistema” con la
vida cotidiana, sería un contrasentido y una reducción espantosa. La
literatura y la estética son producto de la imaginación radical y del
imaginario radical, atraviesan los límites de lo cotidiano y descubren
otras realidades alternativas. Esas posiciones de reducir la literatura y
la estética a lo cotidiano no solamente son conservadoras sino
reaccionarias y represoras de las facultades creativas humanas. Sigo
luchando por lo que siempre he luchado, por lo que he compartido con
los que han luchado y han abierto este proceso, por las emancipaciones
múltiples, la descolonización y un mundo alternativo. Es el gobierno el
que se ha apartado de la Constitución, de los movimientos sociales, del
proceso mismo, es el gobierno el que se ha convertido en un contra-
proceso, restaurando el Estado-nación, liberal y colonial. Esto se venía;
las contradicciones inherentes al proceso, como en todo proceso, en
toda revolución, de lo que se trata es de resolver las contradicciones
en el sentido de la emancipación.
Los resultados de la Cumbre Social
No hay resultados, no hay avances, es una morosa continuidad de lo
mismo, sobre todo reiterar programas ya fracasados del gobierno como
el de la vivienda. Un discurso descolorido gubernamental que se viene
a repetir pobremente en una supuesta Cumbre Social. Lo que se ve
claramente es que no hay voluntad de cambio, no hay voluntad de
transformación, no se quiere cumplir con la Constitución, no se quiere
fundar el Estado plurinacional comunitario y autonómico. En otras
palabras, se trata de una Cumbre que ha buscado desesperadamente
justificar las dos gestiones de gobierno que brillan por su falta de
vocación descolonizadora y revolucionaria. Brilla sobre todo por su
rutinaria gestión liberal de una administración recurrente y atrapada
en la vieja norma. En esa Cumbre no se discutió nada, no se debatió
nada. Los ministros hicieron lo que hacen en sus ministerios dar
órdenes.
Otro resultado de la Cumbre Social es la demostración de la atónita
obsesión por la expansión de la frontera agrícola, que corresponde a la
ampliación de la economía política de la cocaína. La “cumbre" se ha
convertido en un dispositivo político para legitimar estos
desplazamientos. Los grandes logros de un gobierno que no tiene otro
horizonte que el modelo colonial extractivista.
104
Los preparativos del gasolinazo
¿Un nuevo gasolinazo? ¿Por qué insistir después del levantamiento
popular contra esta medida de shock? ¿Acaso el pueblo tiene que pagar
la deuda interna y la deuda externa acumuladas? No hay transparencia
en la información sobre la situación real de los combustibles. No se dice
por ejemplo que no hay erogación efectiva en la supuesta subvención,
no se dice que se cubre con papeles fiscales. ¿Qué hay de toda esta
tramoya donde están metidos hasta senadores? ¿Quién gana con el
gasolinazo? Es aconsejable leer el documento del CEDLA a propósito
del tema, donde se identifica a los beneficiarios efectivos de un
gasolinazo.
A propósito de la de-colonialidad
Es una pena que no se haya leído el libro de Negri y Hardt y se discuta;
Commonwealth, este es el tercer libro de la trilogía, después de
Imperio y Multitud20. Es también una pena defender solamente un
proyecto académico de de-colonialidad, donde sobresalen profesores
dedicados de las universidades del norte; sin embargo, se descuida un
apoyo efectivo y un conocimiento adecuado de las luchas indígenas de
Abya Yala. En esto estoy con Silvia Rivera Cusicanqui quien ya hizo una
crítica al respecto, por los mismos problemas, apropiación
epistemológica de las investigaciones en el mundo andino, sin
mencionar las fuentes. En todo caso lo que escribieron estos
investigadores norteños ya está desactualizado, las luchas indígenas
han abierto horizontes nuevos y gigantescos con su propuesta de
Estado plurinacional comunitario y autonómico, con el modelo del vivir
bien, alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo. Es esto
lo que debemos discutir, no los celos de intelectuales sobre si los
citaron o no en un texto bastante bueno y de aporte teórico a la
problemática, estemos o no estemos de acuerdo. Este texto se escribió
después de la visita que hicieron los autores mencionados a Bolivia y
20 Comentario de Juan Domingo Sánchez Estop en Rebelión: Commonwealth es el tercer título de la trilogía dedicada por Antonio Negri y Michael Hardt a la mundialización capitalista. El primer volumen, Imperio, examinaba los aspectos constitucionales de la nueva figura de la soberanía representada por el Imperio como forma política del capitalismo mundializado, el segundo volumen, Multitud, se centraba en la descripción del sujeto antagónico interno al Imperio, este tercer volumen pretende perfilar las modalidades materiales de una nueva constitución que supere el capitalismo y el Imperio a partir de un “comunismo de los comunes” que se asocia al viejo término de “Commonwealth”.
105
aprendieron de sus debates y su proceso. No creo que el libro se
resuma a hablar de la colonialidad del poder sin citar a nuestro gran
investigador de la colonialidad Anibal Quijano, no, no creo que esa
fuese la intención. Lo que llama la atención es que se pierda el tiempo
discutiendo problemas sentimentales, de celos intelectuales, y no los
problemas reales que vive hoy la lucha indígena.
A propósito de la experiencia política21
La política es un fenómeno de la modernidad, de la expansión de la modernidad y de la formación de los estados modernos. Lo que hay es
una lucha descolonizadora de las naciones y pueblos indígenas en el contexto de la crisis de la modernidad. El peor mal que podemos hacer
en el proceso de la reconstitución es pretender responder a problemas
modernos desde la fundamentación de civilizaciones ancestrales. No habríamos comprendido ni la modernidad ni a las civilizaciones
ancestrales, que ahora son alternativas a la modernidad.
La política no se reduce a las relaciones de poder, a las estructuras de
poder, a los diagramas de poder, que toda sociedad obviamente
conforma y configura. El estudio de las formas de organización y de las
formas de poder corresponde a la genealogía del poder. Ciertamente
podemos ilustrarnos sobre las formas de estructurar el poder y de
organización en las sociedades ancestrales y en las sociedades
antiguas, así mismo podemos plantear proyectos de reconstitución que
implican planteamientos civilizatorios. El suma kausay corresponde a
un modelo civilizatorio. Estos, los del diagrama de poder y los de
paradigmas civilizatorios de las sociedades antiguas, no son fenómenos
políticos en el sentido moderno. Quizás implique profundas armonías
comunitarias y con la madre tierra, armonías que las hemos perdido
en la vertiginosidad de la modernidad. Empero estas armonías no
hablan del fenómeno político, que tiene que ver con las luchas sociales
desatadas en los contextos históricos del Estado moderno. A no ser
que volvamos a los clásicos griegos, quienes concebían precisamente
modelos de equilibrio de formas de gobierno. La concepción moderna
de la política rompe con las teorías clásicas, no parte del equilibrio, sino
de la dinámica demoledora de las relaciones de fuerza, consensos y
legitimidad. Nosotros, que postulamos un proyecto civilizatorio
alternativo estamos obligados a luchar, es decir, a hacer política,
21 Estos apuntes sobre la experiencia política forman parte de un debate con Victor Hugo Quintanilla, debate que será publicado íntegramente por medio impreso y medios digitales.
106
reconociendo las condiciones de dominación que nos somete la
modernidad. Pretender extender este fenómeno desequilibrante de la
modernidad a las sociedades ancestrales y antiguas es una proyección
peligrosa y colonizadora. Con lo que obviamente no estoy de acuerdo.
Lo que no hay que perder de vista es que desde la Conquista y la
expansión colonial, que no es otra cosa que expansión del capitalismo,
hemos ingresado a la modernidad, la modernidad es esa “cultura”
pretendidamente universal que acompaña a la colonización y la
formación del sistema-mundo capitalista. La lucha contra el
colonialismo es inmediatamente una lucha anticapitalista, y la lucha
anticapitalista y anticolonialista es también una lucha contra la
modernidad. Esta lucha debe desplegarse con pleno conocimiento de
la experiencia de la modernidad, incluyendo las modernidades
heterogéneas, que es el nombre que usan los de la corriente de la
subalternidad hindú. La política en sentido moderno es indudablemente
un fenómeno de esta vertiginosidad avasalladora de la modernidad
donde todo lo sólido se desvanece en el aíre. La política está ligada a
la democracia, en sentido moderno, que se basa en el pre-juicio de la
igualdad, en la palabra y en la conformación de humanos libres, la
democracia forma parte de las luchas sociales y también de las luchas
indígenas por la ampliación de los derechos, de por lo menos cuatro
generaciones, desde las individuales hasta los derechos de la madre
tierra, pasando por los derechos colectivos y sociales. Pretender buscar
una modernidad en las sociedades ancestrales y antiguas es un
desatino y un contrasentido. No hay política, en el sentido moderno,
en las sociedades antiguas y ancestrales, aunque haya formas de
manejo del poder. Si no comprendemos la envergadura del desafío
político contemporáneo de todas las luchas e inventamos un mito,
estamos perdidos y derrotados de antemano. Creo que el camino para
la reconstitución y reterritorialización pasa necesariamente por la
radicalidad de la lucha política. No en inventarse fundamentaciones
ancestrales y antiguas de la política que no existen. Lo que existen son
fundamentaciones, arquetipos y paradigmas civilizatorios de las
sociedades antiguas y ancestrales, que se han convertido en las nuevas
finalidades emancipadoras anticapitalistas y antimodernas.
Una y otra cosa, tanto la reconstitución como la actualidad. Las
problemáticas indígenas son históricas, no es la misma en el siglo
XVIII, tampoco durante la Guerra Federal (1898-1899), durante los
levantamientos posteriores, antes y después de la Reforma Agraria
(1953), después de la interpelación katarista (1974-1984) y ahora,
107
después de los seis años de luchas semi-insurreccionales de 2000 al
2005, sobre todo después del proceso constituyente. Es indispensable
ser sensible a la temporalidad y a las trasformaciones de las
problemáticas, sino caemos en un cuadro estático que no sirve para la
lucha política, sino para el auto-convencimiento y la auto-congoja. De
lo que se trata es de lograr la descolonización. Eso se hace mediante
una lucha política en el presente, en los contextos del presente, ante
la crisis del capitalismo y la modernidad del presente. Ahora bien, esta
politización debe criticar los contenidos universales de la modernidad
y retomar de manera actualizada los contenidos civilizatorios de las
sociedades antiguas y ancestrales. Al hacerlo lo hace políticamente, es
decir, desencadenando las luchas requeridas, pero también lo hace
desembarazándose de la herencia moderna. Esta deconstrucción se lo
hace conociendo profundamente la experiencia y las historias de la
modernidad, no negándola, como si no existiesen, como sino no nos
hubieran atravesado desde el siglo XVI.
Digo eso del conocimiento de la modernidad acordándome del profesor
peruano de filosofía David Sobrevilla, experto en Emmanuel Kant y
Cesar Vallejo. El profesor me dijo que para separarse de la filosofía
europea era indispensable conocerla y dominarla, precisamente para
lograr lo que se quiere, un nuevo horizonte filosófico a partir del aporte
mitológico, imaginario, simbólico, de nuestras sociedades ancestrales.
Creo que tiene razón. Ese señor me dio una lección. Claro que
queremos zafarnos de la modernidad, superarla, abrir un horizonte
más allá de la modernidad, a partir del aporte primordial de los
proyectos civilizatorios ancestrales y antiguos, particularmente
andinos. La comprensión de modernidades heterogéneas ya es un
desplazamiento de esa modernidad pretendidamente universal y
dominante. Empero lo que a nosotros nos interesa es una
descolonización radical. Para eso es necesario comprender
profundamente nuestros proyectos civilizatorios, nuestros horizontes
históricos y culturales, pero también conocer plenamente esa
modernidad que deconstruimos. Nuestra lucha política tiene un alcance
mucho mayor que el proyecto marxista, que a lo llegó es a pensar una
transición moderna en términos de la dictadura del proletariado.
Nosotros pensamos transiciones plurales que abolen la modernidad e
inventan un nuevo horizonte civilizatorio.
Marie Danielle Demélas escribe un libro sobre La invención política; se
refiere a la forma cómo se asume la política durante el siglo XIX en
Bolivia, Ecuador y Perú, de estructuras sociales similares. Cuando se
108
hable de invención política se expresa ese sentido. En todo caso, la
política siempre es una invención, no una realidad natural. Creo que es
indispensable entender estos temas y no confundir la política con una
ontología, como si hubiera una esencia política. No la hay, salvo en los
imaginarios dogmáticos. Creo que no se pueden desatender estos
grandes problemas que tienen que ver con la historia efectiva y las
luchas sociales, luchas anticolonial, luchas contra las formas de
dominación. Lo demás es reproducir, como hacen los izquierdistas,
imaginarios cristianos inoculados desde el siglo XVI. Creer en
esencialismo, en fundamentalismo. En una providencia, aunque sea
desacralizada. Descolonizarse es desapegarse de estos imaginarios
cristianos. La crítica de la modernidad también pasa necesariamente
por este develamiento oculto de códigos cristianos en las teorías
modernas. Es también moderno pretender un fundamento. No lo hay.
Lo que hay es la necesidad profunda colectiva de descolonizarse, esto
implica retomar las utopías no realizadas de los proyectos civilizatorios.
Empero esto se hace bajo el manto de respuestas concretas a
problemas determinados del presente. Eludir esta tarea política es
entregar la iniciativa a los nacionalistas, jacobinos, izquierdistas de
todo tipo. La política es precisamente el campo dónde las acciones
tienen efecto prácticos, no es un ejercicio mental. La derecha no
cuenta, pues a ella no le interesan estos temas; lo que le interesa es
conservar sus dominios y privilegios económicos. Para ella ya se ha
llegado al fin de la historia; supone que ya no habrá más cambios. El
Estado liberar es la realización suprema de la construcción política.
La inclusión de la naturaleza, que prefiero llamar el vivir bien, que
significa ser parte de los ciclos vitales de la madre tierra, no es política.
Eso sería reducir forzadamente una comprensión y una acción mucho
más rica que la política a las dimensiones estrechas de esta práctica.
Esto no es otra cosa que reduccionismo, querer hacer entrar a
categorías modernas las comprensiones, configuraciones y
epistemologías alternativas no modernas. ¿Por qué esa obsesión de
querer pensar lo alterativamente distinto en términos reiterativos de la
modernidad? Este reduccionismo es la continuidad del colonialismo por
los medios de la equivalencia discursiva. De este modo ni se hace
política ni se trasciende al horizonte del vivir bien. Se hace ideología
para autosatisfacción sin afectar un ápice a los poderes dominantes.
Esto también es convertir en un folklore la interpelación cultural que
debería caminar por el terreno de la acción, es decir, la política, y la
construcción de lo alternativo, que puede combinar reconstitución y
109
novedad. En este sentido la política, como lucha, es invención, pues
crea, desde el imaginario radical y desde la imaginación radical.
¿Qué es la política? Es una pregunta. Puede ser ontológica si uno lo
toma sí, empero ni en los escritos de Maquiavelo, ni en los escritos de
Hannah Arendt se incursiona por este lado, al contrario se desmitifica
la ontología y se devela el sentido dinámico, activo y de la praxis de la
política. Nosotros deberíamos reflexionar profundamente sobre la
invención de la política en el contexto y la coyuntura de los
levantamientos indígenas del siglo XVIII. Allí se abre un horizonte
comunitario y de las subjetividades colectivas, además de las luchas
anticoloniales, que muestran la desmesura de la política en nuestras
tierras. No busques la política en el mito anterior a la modernidad, no
la encontraras; sólo las investigaciones arqueológicas podrán decirnos
algún día lo que fuimos antes. La historia y la antropología sólo han
llegado a contarnos algo, perfiles, de cien años antes de la conquista,
lo que corresponde al inkanato. Debemos ser serios con la lectura del
pasado, sino terminamos, esta vez, inventándonos, en sentido
peyorativo, un pasado muy parecido al presente y a los prejuicios de
la modernidad.
Estamos obligados a usar el lenguaje del colonizador, el lenguaje
moderno, ese es el campo de batalla. Este es claramente el campo de
batalla, la modernidad, el capitalismo y el desarrollo. Por eso
avizoramos el vivir bien como modelo civilizatorio alternativo, por eso
recurrimos a la memoria de otro lenguaje, otros nombres, otras
miradas y vivencias, que vienen de otros tiempos, otras sociedades,
otro horizonte histórico-cultura. Estamos obligados a hacer política,
porque estamos obligados a vencer, a destruir la modernidad y el
capitalismo. No podemos realizar batallas imaginarias en espacios
inexistentes, también imaginarios. Esto lo puede soportar el dominador
colonizador, esto lo puede aceptar el capitalismo, mientras no hagamos
la guerra en los terrenos reales que afectan la dominación del imperio
y sus cipayos. De eso se trata de hacer política en tanto lucha
descolonizadora radical, debemos lograr la reconstitución, empero
hacerlo en el ahora y aquí. Esto es lo que distingue a los guerreros de
los demagogos, que terminan usando un supuesto discurso
descolonizador en servicio de lo mismo, la restauración del Estado-
nación criollo. Esto es ir a la lucha abiertamente, comprendiendo
también que debemos darle cuerpo al vivir bien. No cabe duda, la
descolonización es de matriz indígena, se enriquece conceptualmente
110
de los arquetipos de las cosmovisiones indígenas; esta descolonización
es también para el mundo, en plena crisis ecológica. Ese es el lugar
dónde se introduce el ayllu como alternativa organizacional, donde se
incorpora la complementariedad como alternativa de cohesión social y
convivencia, es el lugar donde introducimos la pacha, la armonía con
la madre tierra y los ciclos vitales, formando parte del conjunto de
seres, sin ser centro sino precisamente parte de los ciclos cósmicos.
Ahora bien, para lograr hacerlo, un cambio civilizatorio, debemos ganar
esta guerra anticolonial y descolonizadora, no negarnos a hacer política
en pleno sentido de la palabra.
Hay que tener cuidado de cometer cuatro errores en apreciaciones
un tanto apresuradas:
1. No se puede eludir la modernidad, menos la critica a la
modernidad, que es una manifestación clara de la crisis. Ignorar
estas críticas es quedarse desarmado. Ninguna cultura vive
aislada, toda cultura interpreta a otra cultura, por eso está viva.
Pretender ignorar la discusión y crítica de la modernidad es un
fundamentalismo que no tiene consecuencias políticas y termina
en folclore para beneplácito de las burguesías dominantes.
2. Claro que es primordial retomar las cosmovisiones indígenas,
empero de una manera dinámica, pues se trata de sistemas
simbólicos dinámicos. Pero esta reconstitución debe pasar por
una revisión crítica, pues desde el siglo XVI hubo sincretismo con
el cristianismo. Hoy, muchas de las prácticas y ceremonias que
consideramos autóctonas, son en realidad sincretismos con el
cristianismo, algo así como anacronismo subsistentes desde el
siglo XVI colonial que fue el más destructivo culturalmente.
3. Es un error considerar que los levantamientos indígenas del siglo
XVIII no tienen que ver con la modernidad. No se puede
desconocer que todo ese periodo se llama modernidad barroca,
la otra modernidad, anterior a la modernidad de la revolución
industrial. Durante esta época, un renacimiento indígena es
propuesto precisamente por las noblezas indígenas, mediante
escritos en latín, que tienen que ver con una visión de mundo.
Por otra parte el levantamiento indígena, que podemos
111
comprender como parte de los acontecimientos del nacimiento
de la política, en sentido moderno, esta afectado por búsquedas
de legitimidad, milenarismos cristianos, de los que se van zafano
poco a poco hasta llegar a los momentos más radicales de la
movilización. No se puede decir de ninguna manera que no había
una experiencia moderna, la colonia es precisamente esa
experiencia de la modernidad barroca.
4. Respecto a Franz Fanon no puede haber lugar a dudas. El gran
discurso descolonizador mundial del intelectual martinico pasa ya
por las experiencias del marxismo y la independencia nacional.
Lo más lúcido de Franz Fanon es precisamente la comprensión
de las luchas anticapitalistas en esa modernidad desbastadora
para las periferias del sistema mundo-capitalista.
Estos errores pueden llevarnos a un aislamiento total, por lo tanto a la
anulación de la posibilidad real de lucha.
Es indispensable seguir esta discusión, que es indispensable desde las
perspectivas y potencialidades políticas, sobre todo porque tenemos
que mostrar los contrastes de una cruda experiencia, el colonialismo y
la colonialidad. Es un tema que no es fácil de descifrar hasta sus
últimas consecuencias, pues ha afectado profundamente las
estructuras, las instituciones, las costumbres, la constitución de los
sujetos. Se hace problemático pues la colonia funda la modernidad.
Quizás en esta interpretación se da un gran acierto de Enrique Dussel
cuando dice que el primer hombre moderno es Hernán Cortés por
conquistador. La modernidad desde entonces tiene su historia y sus
etapas. Lo importante de toda esta historia es la resistencia que se
genera en las naciones y pueblos indígenas, los levantamientos que
abren otra posibilidad y otra alternativa a la modernidad, que
los hindúes reconocen como modernidades heterogéneas, ya que nadie
puede eludir este acontecimiento con todas sus contradicciones. Lo
interesante del debate es que llevamos a extremos
nuestras reflexiones para poder alumbrar la problemática, que
ciertamente tiene como composición dos tendencias que
no necesariamente son contrapuestas; una, la reconstitución, que
nunca va a ser la misma, después de la experiencia de la colonialidad
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y la modernidad; la otra, atravesar la modernidad en términos de
la transmodernidad, de tal manera que nos lleve a un más allá de la
modernidad, a una alternativa.
No creo definitivamente que el siglo XVI sea lo mismo, como una
continuidad, del siglo XIV, cuando todavía no habían llegado los
españoles. Considero que con la conquista se produce un gran trauma y con la instalación de la administración colonial se producen
trastrocadoras transformaciones en todos los ordenes, administrativos, cartográficos, ordenamiento territorial, tributaciones e impuestos, mita
colonial, encomiendas, haciendas, mediaciones, servidumbre. Además del trastrocamiento que produce la introducción de variedades de
semillas, plantas y animales, incluso vestimenta, desaparición de lenguas. Fuera de la castellanización se produce también la
aymarización y la quichuización con el objetivo de facilitar la evangelización. Definitivamente no se puede hablar de una continuidad
sino de una ruptura.
Ahora bien, por qué se define esta época como la de una modernidad
barroca; porque definitivamente lo que ocurre en los Andes como en Mesoamérica esta integrado a lo que ocurre en el mundo, no solo en
cuanto al comercio, sino también en cuanto a la circulación de todo, lenguas, costumbres, informaciones, incluso humanas. Lo barroco
precisamente tiene que ver con el aporte indígena, con la transformación indígena de los propios insumos coloniales, la
transformación de la arquitectura de las iglesias en el labrado de la piedra, la transformación de las mismas ferias y mercados. Y lo que es
más importante, la resistencia y pervivencia de las comunidades. Se producen entonces interpretaciones desde las culturas mismas, por lo
tanto transformaciones, así como también se producen los mestizajes, pero también las articulaciones interculturales y lo que llama Serge
Gruzinski pensamiento mestizo, no refiriéndose al pensamiento de los
mestizos, sino a las interpretaciones con visión de mundo que hacían las noblezas indígenas. Es pues la experiencia de una colosal
transformación, que contiene indudablemente la persistencia indígena. Este trastrocamiento forma parte de ese horizonte de otra modernidad,
anterior a la ilustración y a la revolución industrial. En este contexto se forman los nuevos sujetos, se constituyen nuevas subjetividades
indígenas. La lucha, el reclamo, por los derechos se dan en ese contexto, que es mundial, colonial y moderno, en sentido barroco.
Podemos entonces concebir que el nacimiento de la política, en sentido moderno, en los Andes, se da con los levantamientos indígenas del
siglo XVIII, levantamientos que se oponen a la modernización iluminista de los borbones, pues rompían con el pacto colonial y con
las autonomías indígenas coloniales. Esto es lo interesante, este
113
acontecimiento inaugural de la política, en sentido de la lucha por los
derechos colectivos. El planteamiento de la reconstitución, que se da en la última etapa de los levantamientos, no deja de ser un
planteamiento plenamente político, pues se lo hace desde una
perspectiva descolonizadora, perspectiva que no podía darse antes del siglo XVI. Esta es un lucha política pan-andina, como lo va a ser la
insurrección de los esclavos en Haití contra la dominación francesa. Es este sentido político que se ha recuperado a lo lardo de la historia de
los levantamientos indígenas, en distintos contextos. Es este sentido el que se ha recuperado durante las movilizaciones sociales del 2000 al
2005, y es este sentido el que se ha plasmado en la Constitución como transversal y perspectiva descolonizadora.
De ninguna manera se trata de aceptar ninguna interpretación de
crítica de la modernidad que subsuma las perspectivas indígenas de la
descolonización; se trata de otra cosa, de comprender e interpretar la crisis de la modernidad desde la perspectiva indígena. Empero se trata
de una perspectiva indígena histórica, en el presente, cuya memoria anticolonial ha experimentado los periodos coloniales y los periodos de
la modernidad, cuya memoria se ha construido en la lucha contra las formas de colonialidad, las formas de la modernidad y las formas del
capitalismo. Por lo tanto, no se puede confundir esta perspectiva combativa con el recuerdo de un pasado sin transformaciones. Esto es
un mito, sin desmerecer la fuerza del mito en la rearticulación y convocatoria de las fuerzas.
Ahora bien, lo que si es diametralmente diferente, es la perspectiva integral de pertenecer a la madre tierra, a los ciclos vitales de la vida,
a formar parte de las dinámicas y ciclos cósmicos. Esta sabiduría no se puede reducir a ninguna modernidad o critica de la modernidad.
Empero esta cosmovisión no es política, va más allá de la política. Me atrevería a llamar, para usar un nombre conocido, que se trata de la
ética del suma kausay.
Creo que en esta apreciación radica nuestra diferencia, tú incluyes el suma kausay a una fundamentación política indígena; en tanto que yo
concibo el vivir bien como una alternativa civilizatoria al capitalismo, a
la modernidad y al desarrollo, que es como un ética ancestral y también, en términos de ciclo, la nueva ética, que incorpora a los seres
y a los ciclos vitales, trascendiendo el antropocentrismo.
Es indispensable seguir esta discusión, que es indispensable desde las perspectivas y potencialidades políticas, sobre todo porque tenemos
que mostrar los contrastes de una cruda experiencia, el colonialismo y la colonialidad. Es un tema que no es fácil de descifrar hasta sus
últimas consecuencias, pues ha afectado profundamente las estructuras, las instituciones, las costumbres, la constitución de los
sujetos. Se hace problemático pues la colonia funda la modernidad.
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Quizás en esta interpretación se da un gran acierto de Enrique Dussel
cuando dice que el primer hombre moderno es Hernán Cortés por conquistador. La modernidad desde entonces tiene su historia y sus
etapas. Lo importante de toda esta historia es la resistencia que se
genera en las naciones y pueblos indígenas, los levantamientos que abren otra posibilidad y otra alternativa a la modernidad, que
los hindúes reconocen como modernidades heterogéneas, ya que nadie puede eludir este acontecimiento con todas sus contradicciones. Lo
interesante del debate es que llevamos a extremos nuestras reflexiones para poder alumbrar la problemática, que
ciertamente tiene como composición dos tendencias que no necesariamente son contrapuestas; una, la reconstitución, que
nunca va a ser la misma, después de la experiencia de la colonialidad y la modernidad; la otra, atravesar la modernidad en términos de
la transmodernidad, de tal manera que nos lleve a un más allá de la modernidad, a una alternativa.
La marcha cocalera
La marcha gubernamental, la marcha desesperada por invertir la
derrota sufrida, la marcha extractivista bajo la lógica de la economía
política de la cocaína, la marcha que defiende los intereses de las
empresas brasileras. La marcha anti-indígena y contra la madre
tierra.
El Estado-nación contra el Estado plurinacional comunitario, las
Fuerzas Armadas contra los indígenas, como en los tiempos de las
dictaduras. El Estado mestizo y su brazo armado en contra del proceso
de cambio, en contra de los derechos de la madre tierra y en contra de
los derechos de las naciones y pueblos indígenas, establecidos en la
Constitución. Ninguna manipulación oficial puede sustituir la realidad;
una marcha cocalera, acompañada por algunos indígenas raptados por
helicópteros del ejército, no pueden sustituir a una marcha fidedigna,
como la que se dio por la defensa del TIPNIS. Lo único que se
demuestra es la desesperación de los gobernantes por cumplir con la
empresa corrupta trasnacional OAS y con los cocalero que quieren
ampliar la frontera agrícola y plantar coca. Lo único que se muestra
con estas actitudes solapadas es el descaro con el que se usan los
recursos del Estado para revertir lo que decidió la voluntad popular con
el apoyo multitudinario a la marcha en las ciudades. Estos son los
síntomas de la decadencia: corrupción, descaro, manipulación brutal.
¿Con qué moral se puede hablar después de cambio, si se lo ha
abandonado completamente? Los únicos que defienden la Constitución
115
y la posibilidad de construir un Estado plurinacional comunitario y
autonómico son los indígenas, quienes van a pelear por la reconducción
del proceso.
Se trata de una marcha oficialista que agrede la Constitución y la Madre
Tierra al querer ampliar la frontera agrícola para el monocultivo de la
coca. Es una marcha anti-indígena porque viola los derechos de las
naciones y pueblos indígenas consagrados en la Constitución. Es
lamentable escuchar de boca de dirigentes colonizadores hablar de
desarrollismo como lo hacían los liberales, hablando generalidades y
refiriéndose a educación y servicios de una manera tan propagandista
y pobre, desconociendo la Interculturalidad y las perceptivas pluralistas
del vivir bien. No es más que violencia verbal que quiere legitimar la
ampliación de la frontera agrícola en beneplácito también de los
terratenientes, agroindustriales y soyeros. Es una marcha que está
contra el proceso constituyente.
116
Interpretaciones constitucionales
De acuerdo a la Constitución los recursos naturales no renovables son
de propiedad del pueblo boliviano y los recursos naturales no-
renovables en territorios indígenas son de beneficio exclusivo de las
naciones y pueblos indígenas originarios. El Estado se convierte en
administrador de la propiedad del pueblo boliviano, por eso miso debe
consultar al pueblo qué hace con los recursos naturales. Por otra parte,
hablamos del Estado-plurinacional no del Estado-nación. Por el
momento no hay tal Estado plurinacional, seguimos en el Estado
nación, no se han dado las transformaciones institucionales, el
pluralismo institucional, el pluralismo administrativo, el pluralismo
normativo, el pluralismo de gestión para efectuar la construcción del
Estado plurinacional. Esta tarea está pendiente. Los gobernantes creen
que es el Estado plurinacional sólo es una mención simbólica, mientras
todo el resto, la arquitectura estatal y normativa sigue siendo liberal.
Por otra parte la Ley Marco de Autonomía no es una ley autonómica,
por lo tanto no responde a la Constitución, ha retornado al centralismo
secante. No respeta los territorios indígenas, no reconoce la condición
de territorios indígenas a las autonomías indígenas; no asume las
consecuencias del entramado de las competencias autonómicas,
privativas, exclusivas, compartidas y concurrente; tampoco asume un
nuevo sistema financiero que contemple precisamente la autonomía.
Los gobernantes siguen hablando de plurinacional y de autonomía,
también de autonomía indígena de una manera que parece mecánica,
sin asumir las transformaciones materiales, las condiciones de
posibilidad, que requieren estos cambios trascendentales. Restauran el
mismo Estado-nación, la misma institucionalidad, la misma
administración liberal y nacionalista, que desconoce los derechos de
las naciones y pueblos indígenas y originarios, los derechos de las
autonomías. Tampoco asume el sistema de democracia participativa
que establece la Constitución, el ejercicio plural de la democracia,
directa, representativa y comunitaria. Sigue manteniendo la
dominación de la democracia delegada, manteniendo el ejercicio
dominante de una burocracia ineficiente. Hay que decirles a los
gobernantes: las transformaciones pluralistas, comunitarias,
autonómicas, interculturales y participativas no son discursos, deben
ser efectivas. Esta demagogia, esta apariencia, muestra la patética
contradicción de los gobernantes que confunden la realidad con el
discurso.
117
Economía política de la cocaína
La expansión e irradiación de la economía política de la cocaína no
solamente es un hecho sino que disputa cuotas de decisión y de poder,
no sólo ha penetrado a las instituciones sino que orienta ciertas
políticas de ampliación de la frontera agrícola, en beneficio de la
plantación de coca. Ya forma parte de concomitancias perversas,
narcotráfico, tráfico de tierras, contrabando, enriquecimiento ilícito. Lo
peligroso es que ya se bordea la posibilidad del tráfico de armas a gran
escala. Eso es el caso de México. No hay muestras en el gobierno de
ninguna preocupación por lo que ocurre, se dan mas bien
manifestaciones de un cierto oscuro beneplácito, como si esta
inyección dineraria coyuntural pudiera salvarnos de la crisis económica,
latente o vecina. No se dan cuenta que a mediano plazo la economía
política de la cocaína destroza la cohesión social, corroe las entrañas
intimas de la sociedad y convierte a sus supuestos benefactores en
monstruos de una modernidad ilegal y transforman a la sociedad en
rehén de una violencia descomunal y sin rostro. Desde nuestras
fronteras hasta todos nuestros interiores, estamos ya penetrados,
comprometidos; el silencio nos hace cómplices. Si no se hace nada
pronto, mañana será tarde. No se trata de optar por la represión, lo
que es un absurdo y un contrasentido; este error lo cometió el gobierno
mexicano. Se trata de efectuar una movilización social plenamente
convencida de su lucha. También se trata de discutir sin tapujos la
legalización, pues parece que no hay otro camino para acabar con el
negocio exuberante de las mafias.
Declaraciones patéticas
Parece que el viceministro no conoce la Constitución, tampoco lo que
significan, de acuerdo a las leyes, los parques y los territorios
indígenas, menos conoce los compromisos del gobierno y sus políticas
respecto a la defensa de la coca tradicional de acuerdo a normas y
procedimientos propios y en territorios tradicionales, las políticas de
lucha contra el narcotráfico y la coca excedentaria. Sus declaraciones
son una muestra de la más espantosa improvisación, tan sólo por
defender los intereses de los avasalladores del TIPNIS, quienes han
plantado coca y producen cocaína. Eso no es defender el proceso sino
llevarlo a la tumba. No se entiende tampoco que lo peor que podemos
hacer en defensa de la hoja de coca tradicional es ampliar los cultivos
excedentarios de la coca y peor que esto es plantar en los parques y
118
territorios indígenas. Estos supuestos defensores del proceso son en
verdad sus sepultureros.
El diputado de la brigada parlamentaria de Cochabamba no tiene la
menor idea de la Constitución, menos del espíritu constituyente,
tampoco del sentido del proceso; por eso su discurso se parece tanto
al de los políticos liberales, neoliberales y también nacionalistas. Se
trata de un discurso desarrollista ya desgastado; hablar de esa forma,
de beneficio para los indígenas con la construcción de carretera, es
desconocer los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios, consagrados en la Constitución, también desconocer la
perspectiva del vivir bien, como alternativa a la modernidad, al
capitalismo y al desarrollo. Desconoce las resoluciones de Tiquipaya,
de la Conferencia mundial de los pueblos y de los movimientos sociales
en defensa de la madre tierra. Es difícil creer que se defienden estos
anacrónicos postulados de principios del siglo XX, es más probable que
se recurra a este discurso sin entenderlo del todo, sólo para defender
los intereses mezquinos de los cocaleros excedentarios, que quieren
plantar coca a como de lugar en el Territorio y Parque Isiboro-Sécure.
Tampoco hay decoro en la manifiesta defensa de los intereses de las
empresas brasileras. Al respecto hay que denunciar la intervención del
gobierno brasilero y de su embajador en asuntos internos, presionando
para que se apruebe la carretera. Esta denuncia hay que hacerla
internacionalmente y ante el propio pueblo brasilero. Ninguna de estas
maniobras, ni la del Congreso ni la del gobierno brasilero podrán
modificar la victoria conseguida por la marcha indígena en defensa del
TIPNIS.
Defensa de la coca tradicional
Debemos defender la coca tradicional, destinada al acullicu y otras
ceremonias, pues la expansión desmesurada de los cultivos que se
siembran sin la cultura de las terrazas, sin el trabajo colectivo, sin la
presencia de la comunidad, sin la complementariedad, el ayni y la
minka; cultivo excedentario que se hace más bien de una manera
privada, incluso asalariada, que está destinada indudablemente al
narcotráfico, va a destrozar nuestras tradiciones y ordenes de
relaciones en torno a los recorridos de la coca, desde los rituales hasta
los del acullicu y los de la medicina tradicional.
119
Ausencia de las transformaciones pluralistas de la justicia
Hubo una gran oportunidad de descolonizar la administración de
justicia, esta fue con la ley de deslinde jurisdiccional, empero se
retrocedió flagrantemente, promulgando una ley colonial, que restringe
al máximo la jurisdicción indígena originaria campesina, no dejándole
nada para administrar justicia, y supeditándola a la jurisdicción
ordinaria. Hubo otra oportunidad de hacer bien las cosas y elegir
democráticamente a los magistrados. La Constitución establece la
participación y el debate abierto en todas las circunscripciones y en
todo el país, empero no se ha dado lugar a esta participación y se ha
preferido imponer candidatos. Los resultados electorales dieron la
victoria a los nulos, también se sumaron los blancos, como un claro
rechazo a la forma vertical y manipuladora como se abordaron
elecciones que podían ser trascendentales. La victoria de los nulos de
por sí anulan las elecciones, sin embargo, el gobierno no se da por
enterado y sigue adelante con la posesión de los magistrados dejando
claro que no le interesa para nada la legitimidad sino el control del
poder. Esto desgasta aún más la gestión del gobierno y la conducción
de un proceso que debería ser fundacional y resulta mas bien
restaurador de los mismo, de las mismas prácticas, restaurador del
Estado-nación, alejándose estrepitosamente de la construcción del
Estado plurinacional comunitario y autonómico.
Los nuevos tribunales tienen que estudiar la Constitución, tienen que
comprender el sentido subversivo del proceso de cambio, proceso del
que se distanció abismalmente el gobierno, tienen que enmendar la
violencia colonial de la ley de deslinde jurisdiccional en contra de la
jurisdicción indígena originaria campesina, tienen que conculcar las
leyes inconstitucionales que ha promulgado al gobierno, tienen que
juzgar al gobierno por no cumplir con la Constitución, por mantener el
Estado-nación y no construir el Estado plurinacional comunitario y
autonómico. También deben evaluar su condición ilegal e ilegitima al
imponerse contra la mayoría del voto popular que optó por anular las
elecciones de magistrados. ¿Lo harán?
Sobre la violencia
No debería haber violencia nunca contra los niños, los adolescentes,
tampoco contra las mujeres, así mismo contra los indígenas, también
en contra de las diversidades heterogéneas. No se trata sólo de un año
120
de suspensión de las violencias. Se trata de cumplir con la Constitución
y no violar los derechos constitucionalizados, derechos fundamentales,
civiles, políticos, sociales, colectivos, de las naciones y pueblos
indígenas originarios, los derechos de la madre tierra. Eso es
consecuencia y coherencia, no se trata de demagogias.
Laberintos del programa estrella del presidente
Era el programa estrella del presidente, empero todo se ha esfumado
como humo, mejor dicho se ha derrumbado la ilusión como un castillo
de naipes, todo esto debido a la descomunal corrupción, empresas
fantasmas que se llevaron el dinero, funcionarios comprometidos,
viceministros cómplices, sin embargo, después premiados con otros
puestos. Esto pasó en todo el país. Mucho dinero desaparecido, ¿en
manos de quiénes? No hay viviendas, la gente humilde y sin casa se
quedó sin viviendas, el presidente sin el programa, empero nadie pone
el cascabel al gato. Supuestamente en un gobierno que lucha contra la
corrupción se ha dejado pasar esto, se ha perdonado. ¿Por qué?
121
La distancia más corta es el laberinto
Notas en torno a los preparativos de la IX marcha indígena y
la movilización general popular
En defensa de la Constitución, de la madre tierra, de los
derechos indígenas y por la reconducción del proceso
Apuntes para un manifiesto colectivo en defensa del TIPNIS
Este es un llamado desde lo más profundo de nuestra indignación ante
la desenmascarada demostración de despotismo ilustrado de parte del
presidente del Congreso, quien ha decidido conformar una comisión de
alto nivel para abrogar la ley corta y aprobar otra ley sobre el TIPNIS,
violando nuevamente la Constitución, los derechos de las naciones y
pueblos indígenas y originarios, los derechos de la madre tierra, los
derechos del pueblo boliviano que se ha manifestado
contundentemente y masivamente con el apoyo a la VIII marcha
indígena. Este despropósito ya ha llegado lejos con a aprobación de la
ley de consulta extemporánea y extractivista. A este despropósito se
han sumado el Congreso servil y pusilánime, también obviamente el
ejecutivo con el presidente a la cabeza, además de todos los órganos
de poder del Estado al servicio de la restauración y el modelo
extractivista. El argumento de fuerza del presidente del Congreso es la
presencia de los marchistas del CONISUR en el Coliseo Cerrado.
Después de haber montado desde el gobierno una marcha oficialista
de cocaleros, incluyendo a los indígenas yuracares que se convirtieron
en propietarios privados, renunciando a la propiedad comunitaria, a la
TCO del TIPNIS, afiliándose en consecuencia a las federaciones
cocaleras. Los del CONISUR nada tienen que decidir sobre el Territorio
y Parque Isiboro-Sécure, pues no forman parte de esta TCO; no pueden
decidir sobre tierras de otros. Empero cuentan no solo con el apoyo del
gobierno, sino también que son ficha del juego empedernido y
peligroso del gobierno de imponer su voluntad, defendiendo los
intereses de la empresas trasnacional de la construcción OAS,
defendiendo los acuerdos con el Banco de Desarrollo de Brasil,
defendiendo los convenios con el gobierno brasilero, en los que entra
el IIRSA, además de defender los intereses pedestres de los
avasalladores del territorio indígena y el parque, los cocaleros del
polígono siete, que no es otra cosa que defender la ampliación de la
frontera agrícola en beneficio del monocultivo de la hoja de coca, ya
en condiciones excedentarias y vinculada a la economía política de la
cocaína.
122
El presidente del Congreso quiere salirse con su capricho; nunca aceptó
la derrota infringida por la VIII marcha indígena en defensa del TIPNIS.
Estuvo completamente en contra de la aprobación de la ley corta y su
reglamentación. Ahora quiere reivindicarse utilizando la marcha del
CONISUR. Estos juegos de poder nos ponen otra vez al borde del
abismo, ante una eminente confrontación. Obliga al pueblo boliviano
que apoyó la marcha, a las organizaciones sociales que apoyaron la
marcha en defensa del TIPNIS, y obviamente obliga a las
organizaciones indígenas originarias, a movilizarse en defensa de la ley
corta, de la Constitución, de los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios, consagrados en la carta magna, defensa de los
derechos de la madre tierra y los derechos del pueblo boliviano a
decidir sobre el futuro de la vida y la biodiversidad.
Hay momentos de exigencia y de disponibilidad de fuerzas, hay
momentos de convocatoria general; este es uno de esos momentos.
Debemos salvar el TIPNIS de su destrucción, de su depredación, de su
avasallamiento; debemos apoyar a las naciones y pueblos indígenas en
su lucha descolonizadora contra el modelo extractivista colonial del
capitalismo dependiente, contra el modelo depredador de la ampliación
de la frontera agrícola para el mercado lícito e ilícito, contra el modelo
de la corrupción que ya ha formado su telaraña de corrosión en el país.
Estos intereses mezquinos no pueden doblegar la voluntad del pueblo
boliviano. No podemos convertirnos en objeto de despojamiento de las
lógicas de acumulación de capital. No podemos dejar que un gobierno
al servicio de las empresas trasnacionales nos arranque la libertad
conquistada, la Constitución lograda, los derechos ampliados y de
cuatro generaciones de derechos, la perspectiva de construir un Estado
plurinacional comunitario y autonómico, la perspectiva de un modelo
económico alternativo al extractivismo y a la dependencia, orientado a
la soberanía alimentaria y en la perspectiva del vivir bien.
En momentos como estos, de desafío, pero también de violencia
estatal, así mismo de convocatoria, se decide la suerte de lo que va
venir, del futuro inmediato y del futuro a mediano y largo plazo.
Debemos defender nuestros derechos conquistados y los derechos de
las generaciones futuras. Estamos obligados a luchar, a movilizarnos,
a reconducir un proceso, que ha tomado el curso turbulento de
profundas contradicciones, y el decurso del peligro hacia
desbarrancamiento, pues el gobierno ha optado por el camino de violar
la Constitución, olvidar su mandato, restaurar el Estado-nación-liberal
y colonial, administrar los intereses de la burguesía intermediaria y de
123
los nuevos ricos, así como los intereses de las empresas trasnacionales
en el país. Ha optado por este camino regresivo, colocándose contra el
proceso, contra el pueblo y las naciones y pueblos indígenas
originarios.
124
Consideraciones sobre la coca tradicional y la coca
excedentaria
Habría que hacerse preguntas y consideraciones al respecto de la
intervención en los Yungas:
1. ¿Por qué no se hace lo mismo en el Chapare y en los parques
avasallados por los cocaleros? Por ejemplo en el polígono 7, la
zona de avasallamiento del TIPNIS, donde además se produce y
sale cocaína.
2. Hay que distinguir la coca tradicional de la coca excedentaria, la
geografía tradicional de la geografía excedentaria de cultivo de
coca. La defensa de la hoja de coca tradicional entra en
contradicción con la existencia de hoja de coca excedentaria,
destinada a la economía política de la cocaína. No se puede
defender la hoja de coca tradicional, el acullico, el uso en
medicina tradicional, en ritos y ceremonias, si es que hay
existencia de hoja de coca excedentaria.
3. Puede haber hoja de coca excedentaria en los Yungas, depende
de las cantidades establecidas; pasados un límite, ya se
considera excedentaria.
4. ¿Por qué el gobierno no es transparente en este tema? ¿Por qué
oculta información o se hace al desentendido respecto a la
geografía excedentaria y las zonas de avasallamientos de los
parques? ¿Por qué se hace al desentendido respecto a la
expansión desbordante en todo el territorio del país, desde las
fronteras hasta los interiores, de la economía política de la
cocaína?
Una cumbre intrascendente
No se toma en cuenta el modelo económico establecido en la
Constitución, la economía social comunitaria, partiendo de la economía
plural, avanzando a la industrialización de los recursos naturales, hacia
la soberanía alimentaria e incorporando un modelo ecológico, en la
perspectiva del vivir bien. Lo único que se hace es seguir legitimando,
sin discusión alguna, el modelo extractivista a la que nos ha sometido
la Colonia y el sistema-mundo capitalista, condenándonos a la
125
dependencia. No hay tal debate, no hay ninguna discusión sobre el
modelo económico; se usa a las organizaciones sociales afines para
imponer el imaginario extractivista de los ministros y ministras. Es un
montaje teatral a dos o tres tiempos. Los ministros dirigen las mesas
y hacen que las organizaciones como que pidan audiencia. Eso no es
una cumbre, es la muestra más clara de la supeditación de las
organizaciones sociales afines a borradores ya preparados por el
ejecutivo. También es una muestra clara de la violación de la
Constitución, no hay sistema político de la democracia participativa; se
ha conculcado el modelo económico de la Constitución; se defiende los
intereses de las grandes empresas trasnacionales que manejan
mundialmente el negocio del extractivismo.
Una cumbre intrascendente, que no toma en serio la crisis del proceso,
no discute el modelo económico, establecido por la constitución, la
economía social y comunitaria, y prefiere seguir en el modelo colonial
extractivista, impuesto por la geopolítica del sistema-mundo
capitalista. Una cumbre que lo único que hace es seguir machacando
sobre los mismos errores y desaciertos que nos están llevando al
abismo.
Se quiere revertir la derrota del gasolinazo. Para eso sirvió una cumbre
intrascendente; no para discutir los problemas fundamentales, menos
el modelo económico de la Constitución, sino para mantenerse en el
modelo extractivista y en el modelo de las políticas de shock contra el
pueblo. Ahora resulta que vamos a pagar los costos de la deuda interna
y de la deuda externa. Dicen que de la subvención; tema en el que
jamás fueron transparentes. Se trata de boletas fiscales y no de
erogación real.
Una cumbre que termina planteando demandas corporativas y evita el
debate de los grandes problemas del proceso y de la transición. No
discute el modelo económico establecido por la Constitución. Modelo
que concibe transformaciones pluralistas en distintos planos: Abolición
del modelo extractivista del capitalismo dependiente, industrialización
de los recursos naturales, consolidación expansiva del mercado
interno, integración complementaria de la economía plural hacia la
economía social y comunitaria, desplegando el eje transversal de la
soberanía alimentaria. Instrumentalizado por medio de la planificación
integral y participativa, con enfoque territorial, además de la
elaboración del presupuesto participativo. Todo esto dentro del
126
horizonte de la conformación de un modelo ecológico. Este proceso de
transformaciones pluralistas es comprendido como la realización de las
bases materiales hacia el vivir bien como alternativa civilizatoria al
capitalismo, la modernidad y el desarrollo.
Es un Consejo Económico que no tiene para nada en cuenta el modelo
económico alternativo de la Constitución, la economía social y
comunitaria, la industrialización de los recursos naturales, la soberanía
alimentaria, el condicionamiento ecológico, todo esto orientados al vivir
bien, modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y
el desarrollo. Es un Consejo donde los empresarios privados impondrán
su perspectiva del capitalismo dependiente, compartida con el
gobierno, y las organizaciones sociales están para legitimar esta
traición a la Constitución.
Estas son las consecuencias de la continuidad del modelo extractivista
colonial, impuesto por el sistema-mundo capitalista, aceptado por las
élites criollas liberales, por los mestizos nacionalistas y ahora por el
gobierno. El modelo extractivista nos condena a la dependencia, deja
que la geopolítica de la economía-mundo capitalista nos despoje de
nuestros recursos naturales, mientras el centro del sistema mundo
efectúa su acumulación ampliada de capital. La constitución es clara,
prohíbe la exportación de materias primas, exige su industrialización,
comprende los recursos naturales como estratégicos, destinados al
vivir bien, involucrándose con un modelo ecológico que sostiene el
camino al vivir bien.
En lo que respecta al modelo civilizatorio alternativo, obviamente no
es un retorno al pasado. ¿Acaso se puede? Son una actualización de
utopías no realizadas como las relativas al comunitarismo.
El sentido contradictorio del proceso
No se puede soslayar la complejidad del proceso, no se puede dejar
de comprender el sentido contradictorio del proceso. Al contrario, de lo
que se trata es de entender sus contradicciones, empero resolverlas
en sentido de la profundización del proceso, no como lo hace el
gobierno, apartándose del proceso y la constitución, comportándose
como un contra-proceso. Es indispensable intervenir, como
movimientos sociales, que son los que han abierto el proceso, y re-
conducirlo. Sino, el proceso se hunde como otros procesos y otras
revoluciones. Esta es la responsabilidad histórica del momento.
127
Todos los procesos se despliegan de acuerdo a sus particularidades
históricas, o las asumes o sigues viviendo tus propios imaginarios.
Todos los procesos, las revoluciones, son contradictorias. Lo que se
observa que todas han abierto nuevos horizontes, el mundo nunca va
a volver a ser lo que fue, empero todas las revoluciones se han hundido
en sus contradicciones, no han podido soportar, ni resolver sus
contradicciones en el sentido de la profundización de los procesos.
Ahora tenemos la responsabilidad de reconducir el proceso, de resolver
las contradicciones en el sentido de la transformación estructural y el
despliegue de las emancipaciones.
Estructura y núcleo de la Constitución
Sólo el 30% de la Constitución aprobada en Oruro ha sido revisada por
el congreso. La constitución se basa en el eje histórico de la
descolonización, que es la lucha más profunda en las periferias del
capitalismo, la cuestión indígena, algo que la izquierda colonial nunca
ha entendido, pues ha compartido con las burguesías intermediarias
las ilusiones desarrollistas y modernistas. La propuesta de la
constitución propone una transición más profunda que la transición de
la dictadura del proletariado, que nunca ha salido de sus límites de la
modernidad, que es la matriz cultural del propio capitalismo, por lo
tanto nunca salió de los propios límites del capitalismo. La constitución
propone transiciones pluralistas que van más allá de la modernidad,
del capitalismo y de las ilusiones desarrollistas. Fue un producto de las
luchas insurreccionales del 2000 al 2005, movimientos sociales
autogestionarios, autoconvocados, movimientos indígenas
descolonizadores. Acontecimientos en los que la izquierda colonial no
estuvo involucrada ni entendió, pues sigue reviviendo los fantasmas de
revoluciones ya derrumbadas y muertas por sus propias
contradicciones. La izquierda colonial no se dio cuenta ni reflexiona
sobre la caída de la Unión soviética y su conversión en un capitalismo
de mafias. Tampoco reflexiona sobre la conversión de la revolución
socialista china en un socialismo de mercado, que no es otra cosa que
el capitalismo salvaje que los ha encumbrado como potencia
emergente capitalista en el ciclo del capitalismo vigente. La revolución
descolonizadora indígena es el acontecimiento más importante del siglo
XXI, es una revolución real, no fantasmagórica, que abre los horizontes
a un modelo civilizatorio anti-moderno, anticapitalista y en contra de
las ilusiones del desarrollo.
128
La Constitución es el producto de seis años de luchas insurreccionales.
Forma parte de la historia del nuevo constitucionalismo
latinoamericano, que comienza con la constitución colombiana del 91,
anticipada, en cierta medida, con la Constitución de Brasil, sigue con
la constitución de Venezuela, las dos últimas constituciones
ecuatorianas y la constitución boliviana. Estas constituciones son un
gran aporte a la historia del constitucionalismo. Las constituciones
ecuatoriana y boliviana son consideradas además por el
constitucionalista Raúl Zaffaroni como el constitucionalismo andino,
que aporta con la concepción del Estado plurinacional y el vivir bien.
Se trata de un constitucionalismo participativo, donde los doctorcitos
no escriben la Constitución, sino son productos colectivos. Esta es la
gran diferencia con el constitucionalismo europeo y norteamericano.
Las justificaciones de los “llunk’us”
Es una pena que no se haya entendido nada, ni el proceso, ni la
Constitución, ni las contradicciones del proceso. No se puede avanzar
sin crítica; el “llunquerio” es parte de la caída al abismo. Los que
lucharon por la apertura del proceso, los movimientos sociales, siguen
en lo mismo, en la potencia del proceso, defendiendo el proceso y la
Constitución, en contra de un gobierno que está contra el proceso y
contra la Constitución. Cuando estuve primero de director de normas
y después como viceministro no estuve para mantener este Estado-
nación, liberal y colonial, que es lo que ha restaurado el gobierno, sino
para desmantelarlo, para construir el Estado plurinacional comunitario
y autonómico, como establece la Constitución. Dejamos el
Anteproyecto de ley de gestión pública plurinacional comunitaria e
intercultural, que hasta ahora no lo discuten en el gabinete, por que
no quieren cambios. También dejamos El plan plurinacional del vivir
bien (Plan de Desarrollo Económico y Social), que lo aprobaron, pero
cuando se dieron cuenta que iba por el vivir bien y no por el modelo
extractivista colonial, que han escogido, me pidieron mi renuncia. La
responsabilidad de los que dicen y creen defender el proceso es
reconducirlos y no apoyar la ruta al naufragio. No el “llunquerio” que
aplaude acríticamente precisamente la muerte del proceso, sin darse
cuenta.
129
Parece repetirse el insólito recorrido de las revoluciones, unos luchan
y otros gobiernan, unos mueren y otros suplantan. Todo esto ocurre
una vez que el magma de la explosión y el desborde de la interpelación
social se enfría; el proceso deriva en causes más calmados y
conservadores. Los oportunistas encuentran su oportunidad de
incrustarse en esta etapa, conservar sus puestos en las instituciones.
En un momento se consideran los genuinos representantes de un
proceso en el que no participaron, se muestran oficiosamente como los
defensores del proceso, sobre todo manifestando su servilismo y su
falta de crítica de manera elocuente y estridente. En lenguaje popular
boliviano, se los ha identificado como “lluncus”. Esta masa sumisa y
servil termina formando microclimas de desinformación y desconexión
con la realidad, microclimas de indignantes prácticas de alabanza a los
jefes. Sumados a la conducción desorientada y regresiva, además de
restauradora, aparecen estos funcionarios serviciales, que acompañan
al desbarrancamiento del proceso, en una dramática ruta del naufragio,
aplaudida por estos sepultureros.
No es sorprendente lo que esta pasando, toda revolución ha pasado y
pasa por la dramática experiencia de sus contradicciones; el tema es
cómo resolvemos estas contradicciones, profundizando el proceso.
Obviamente no se lo hace aplaudiendo los errores, el descarrilamiento,
la expansión de la corrupción y la espiral de violencia y represión, no
se lo hace aplaudiendo servilmente hechos tan problemáticos como la
expansión de la economía política de la cocaína. Papeles como el de los
apologistas y justificadores son conocidos en la historia política. Evitar
la crítica y el análisis, evitar la deliberación, evitar que los verdaderos
protagonistas del proceso, que son los movimientos sociales, lo
reconduzcan. Servir sumisamente a los jefes. Eso no nos sirve, pero
eres libre para seguir haciéndolo. Eso es parte de la decadencia y
descomposición del proceso
La violencia depredadora e inconstitucionalidad de la carretera
que atravesaría el TIPNIS
Lo inconstitucional es pretender que una carretera depredadora pase
por el TIPNIS. ¿El presidente del senado ha leído la Constitución? ¿La
ha comprendido? ¿Entiende lo que significa territorio indígena? Lo
inconstitucional es violar los derechos de las naciones y pueblos
130
indígenas consagrados en la Constitución. Es un delito contra el país,
el pueblo y el Estado, defender los intereses de una trasnacional
brasilera de la construcción y los intereses comprometidos con el
gobierno brasilero. Es un delito aprobar una ley corta de defensa del
TIPNIS y luego querer anularla, utilizando una marcha de cocaleros.
Estamos ante un gobierno que no tiene palabra y ni ley, y no tiene la
mínima turbación de lanzar un discurso insostenibles sobre las
alternativas de anular la ley corta; contra toda lógica. Tampoco tienen
sentido de sobre-vivencia, se olvidaron rápidamente de la marcha
indígena, del apoyo a la marcha, de la salida de un millón de paceños
en defensa del TIPNIS. ¿Quieren una movilización más grande? Esta
vez imparable.
El vicepresidente convoca a los asambleístas para tratar el
requerimiento del gobierno, la anulación de la ley corta que defiende
al TIPNIS y sus reglamentos. Requerimiento del gobierno, de OAS y
del gobierno brasilero transferido a los del CONISUR, que no son otra
cosa que cocaleros. Es otra tramoya, que pretende ser impuesta por
medio de la Asamblea Legislativa, contra todo decoro y compostura.
Tendrán como respuesta la movilización general del pueblo en defensa
de la ley corta, del TIPNIS, en defensa de la Constitución y por la
reconducción del proceso.
No se puede y no se debe abrogar la ley corta que defiende al TIPNIS.
Esto no solamente muestra la falta de palabra y de ley de un gobierno
al servicio del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente
y de los intereses mezquinos de la empresa trasnacional OAS y de la
ampliación depredadora de la frontera agrícola para plantar coca
excedentaria, poniendo en peligro a la coca tradicional. Esto obliga a
una defensa movilizada de la ley de todo el pueblo que ha defendido a
la madre tierra en el conflicto del TIPNIS, sino una denuncia ante los
organismos internacionales por esta flagrante violación de los derechos
de las naciones y pueblos indígenas originarios, de la ley de los
derechos de la madre tierra, de las leyes conquistadas; sobre todo por
el despliegue desmesurado de la violencia estatal, simbólica y abierta.
No se puede ni se debe atentar contra la ley corta pues se comete una
violación constitucional y es un antecedente perverso en relación a la
normativa y a la institucionalidad, una muestra patética del desprecio
del gobierno por los derechos y las leyes. No se puede ni se debe, por
que esto es una afrenta a la democracia, al ejercicio de la democracia;
es una muestra palpable del método prosaico de la maniobra y de la
131
manipulación exacerbada. No se puede ni se debe, pues esta es la
mejor manera de acabar con el proceso, imponiendo una tiranía política
desvergonzada y maniobrera.
El montaje de la marcha cocalera
Los llevaron con engaños, sin participación de las organizaciones
matrices, sin respetar sus formas de participación y decisión,
manipulando, llevando gente de San Ignacio de Moxos, que no
pertenece al TIPNIS. Los pocos engañados que pertenecen al TIPNIS,
retornan a sus organizaciones donde van a informar de esta
desagradable manipulación y manoseo.
El gobierno no entiende que no puede sustituir la realidad con el
discurso a través del monopolio de la violencia del Estado y el teatro
político. No entiende que no puede revertir su derrota política. Una
marcha indígena en defensa del TIPNIS, organizada por sus
organizaciones matriciales y apoyada por la ciudadanía y un millón de
paceños que salieron a las calles a recibirlos como héroes, derrotó a la
violencia estatal, al desconocimiento del gobierno de la Constitución,
de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y los
derechos de la madre tierra. El montaje de una marcha de cocaleros
afiliados a las federaciones del chapare, incluyendo a gente de
comunidades yuracares, que ya no pertenecen a las comunidades, sino
a los sindicatos cocaleros, se desarma, la manipulación inaudita se
derrumba, el plan del jacobino cae como castillo de naipes. No se puede
ni intentar anular la ley corta en defensa del TIPNIS conquistada, eso
sería borrar con el codo lo escrito con la mano, demostrando además
que se trata de un gobierno que no tiene ley ni palabra, un antecedente
calamitoso a lo que podría ser su propia caída. Pues el pueblo boliviano
y las naciones indígenas originarias, en el caso que intenten anular la
ley se levantaran en movilización general para defender la ley y
reconducir un proceso que se desbarranca.
Los cocaleros, entre la coerción y el montaje del gobierno
Como si fueran sus esclavos o sus siervos, en todo caso menores de
edad, ante los supuestos civilizadores cocaleros, sindicalizados y
embarcados en los circuitos dinerarios, en la institucionalidad de la
propiedad privada, en la política sindical y en la economía política de
132
la cocaína. La marcha del CONISUR contó, desde un principio, con la
desesperada actuación del gobierno por revertir la derrota del TIPNIS.
Frente al gobierno y sus acólitos se encuentran movilizadas las
organizaciones matriciales del Territorio y Parque Isiboro-Sécure,
además de las organizaciones matrices indígenas, CIDOB y CONAMAQ,
apoyados por el pueblo boliviano, sobre todo de las ciudades,
particularmente de la ciudad de La Paz. El gobierno apostó a su
consagrada manipulación y montaje de teatros políticos, se inventó
una marcha oficial, nacida en el escritorio de inescrupulosos
funcionarios. Sin haber aprendido nada de su calamitosa actuación en
la represión a la marcha indígena. La opinión publica y el pueblo
boliviano comprendió desde un principio de qué se trataba, de una
maniobra descolorida y sin imaginación. La marcha oficialista del
CONISUR nació muerta por el descrédito y los descarados objetivos
depredadores del territorio indígena para plantar coca, en articulación
con la economía política de la cocaína, además de apoyar sumisamente
a la corrupta empresa de la construcción brasilera OAS.
Con todos los medios al alcance del gobierno, que cada vez son más
tristes y pobres, descalificados por sus pretensiones e intensiones
insanas, con la marcha inventada, no podrá el oficialismo al servicio
del IIRSA abrogar la ley corta que defiende al TIPNIS. No podrá revertir
su derrota política, la segunda después del levantamiento popular
contra el gasolinazo. Una tercera afrenta al pueblo, a la Constitución,
a las naciones y pueblos indígenas, que son el contenido el proceso,
provocaran una movilización general sin precedentes en defensa del
proceso, de la Constitución, de los derechos fundamentales contra un
gobierno que está contra el proceso y la Constitución. Es posible que
el gobierno no pueda sostenerse ante la tercera avalancha popular.
El gobierno ha cruzado la línea, se encuentra al otro lado de la
vereda, enfrentando al pueblo
Ante el gasolinazo hay un levantamiento popular, que hace retroceder
en la medida. Este fue el momento donde los hechos nos dicen que los
retrocesos paulatinos del gobierno han cruzado la línea, ahora se
encuentra al otro lado de la vereda enfrentando al pueblo. El
compromiso con OAS es no solamente corrupto sino depredador e
inconstitucional. La Constitución defiende el territorio indígena y los
parques, los derechos de las naciones indígenas y originarias; la
Constitución establece la consulta libre previa e informada. Después de
133
la aprobación de la Constitución, no se acaba con el Estado-nación,
sino se lo restaura, manteniendo sus normas liberales y su
institucionalidad colonial. No se construye el Estado plurinacional
comunitario y autonómico, que requiere de transformaciones
institucionales, en el sentido del pluralismo institucional, jurídico,
normativo y de gestiones. No se encamina esta transición por el camino
decidido por la Constitución de la democracia participativa, con el
ejercicio plural de la democracia, directa, representativa y comunitaria.
La construcción colectiva de la decisión política, de la ley y de la gestión
pública. Se hace lo mismo que antes, doctorcitos y funcionarios
suplantando a los movimientos sociales. Defender esta tendencia del
contra-proceso es colocarse precisamente del lado de la restauración
nacionalista y colonial. No se puede defender esta inconducta política
con argumentos tan banales y paranoicos derivados de una tesis
degastada y empobrecida de la conspiración, ahora reciclada de
segunda mano.
El recorrido de la muerte en las gestiones de gobierno
Después de este recorrido de muertes en la imposición del modelo
político jacobino, que dejó a un lado la Constitución, desechándola,
debe haber varias renuncias. Debe renunciar el jacobino que nos está
llevando a la tumba y a la muerte del proceso. Deben renunciar los
ministros “lluncus”, cómplices del desabarranco. Deben renunciar las
autoridades comprometidas con represión y hechos de corrupción. No
va más. Movimientos sociales vuelvan a levantarse y salvar el proceso,
reconduciéndolo.
Siempre se pasa la responsabilidad a otros. No se asume valientemente
las consecuencias de los actos. Ahora resulta que son los del pueblo de
Yapacani los culpables. ¿No es este un justificativo pobre e infantil?
¿Por qué se generó el conflicto? ¿Por qué se decidió reprimir? ¿Por qué
no se dan soluciones resolviendo los problemas desde sus causas y
raíces? Esta auto-justificación se ha vuelto dramática y excesivamente
costosa. ¿No es hora de comportarnos maduros?
La maniobra del jacobino
Ya no hay límites para la burda manipulación, no hay ningún aprecio
por guardar ninguna apariencia. Sólo se tiene en mente la desmedida
134
tramoya contra la ley corta que protege al TIPNIS y su reglamentación.
Se cree poder revertir la derrota sufrida por el gobierno con la
utilización descomedida del monopolio de la violencia y del uso
descarado de los órganos de poder. Se induce una marcha cocalera
para mostrar un pedido inconstitucional contra la madre tierra y los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, por lo tanto
contra la Constitución. Se manda una avanzadilla de asambleístas dice
que para escuchar lo que ya ellos saben, la construcción de una
carretera depredadora, en beneficio de la plantación de coca y la
empresa corrupta de la construcción OAS. Estas maniobras suponen
una falta de respeto a la opinión pública y al pueblo, se los considera
sin uso de razón, manipulables, manejables. También es un síntoma
de una soledad extrema que raya en la incomprensión, esto también
supone que el único que comprende las cosas es el jacobino. El único
que tiene la clarividencia. Este comportamiento trágico-cómico es la
manifestación patética del síndrome del poder que tiene que ver con la
paranoia, la desconexión con la realidad efectiva y la absorción
completa del imaginario de la conspiración.
No podrán anular la ley conquistada por las naciones y pueblos
indígenas y el pueblo que apoyó la marcha y la defensa de la madre
tierra. No podrán imponerse los crudos intereses que defienden, el de
la economía política del chantaje y el de las empresas trasnacionales,
el de la burguesía recompuesta, sumando a los nuevos ricos, a las
conquistas indígenas y populares. Saldremos todos los que apoyamos
al TIPNIS a defender la ley corta y su reglamento, la defensa de la
constitución y por la re-conducción del proceso.
Respecto al desafío del revocatorio del presidente
No se trata de eso, de aceptar el revocatorio, como aceptando un duelo
imaginario, así como lo hace el jacobino, que cree que la política es un
duelo personal con sus fantasmas. Se trata de reconducir el proceso,
de cumplir con la Constitución, de construir el Estado plurinacional
comunitario y autonómico, de acabar con el Estado-nación subalterno,
liberal y colonial, de acabar con el modelo extractivista colonial y del
capitalismo dependiente. De eso se trata señor presidente, no de
seguir haciendo teatro político mientras nos desbarrancamos y rifamos
la gran oportunidad histórica de las naciones y pueblos indígenas para
descolonizarse, la gran oportunidad histórica del pueblo para
emanciparse de las dominaciones múltiples
135
¿Quién gobierna?
Es ciertamente un cuadro patético. ¿Quién gobierna? ¿El presidente?
¿Grupos palaciegos? ¿Redes y circuitos de operadores que se mueven
en bambalinas? ¿Verdaderas estructuras de poder, asociadas a
monopolios y empresas trasnacionales? ¿Súper-estados opacos,
empero determinantes, mientras los personajes visibles aparentan
ejercer el gobierno? Estas preguntas nos llevan a una mayúscula: ¿Qué
es el poder? Respuestas posibles: mapas, cartografías,
agenciamientos, dispositivos, preformados y establecidos, cuyas
lógicas conducen el accionar de los gobernantes, aunque no se den
cuenta. ¿Es así? Puede no ser tan categórico, pues al final hay cierta
placentera complicidad de los gobernantes, de los políticos y los
funcionarios. Hay un gusto perverso por los deleites que da el poder,
por sus escenarios cortesanos y de servil alabanza, también hay un
aprendizaje, al principio quizás con cierta curiosidad, de las malas artes
de la economía política del chantaje, los circuitos de influencia, la
corrosión de las normas y las prácticas perversas de la corrupción. Una
vez que se entra a estas atmósferas es muy difícil salir. Hay
prácticamente una condena. Después viene la ruptura moral, el doble
comportamiento, la doble cara, el doble discurso; la falencia en los
discursos y en los lenguajes. ¿Por qué el poder es tan destructivo?
Momento de emergencia, momento de disponibilidad de fuerzas
Hay momentos en que un país y un pueblo se juegan su destino; estos
son momentos cruciales. Momentos como nudos o encrucijadas donde
se resuelven desenlaces posibles. Para afrontar estas situaciones René
Zabaleta Mercado exige que sea un momento de disponibilidad de
fuerzas, momento intenso de movilización. Tal parece que nos jugamos
en la guerra civilizatoria en torno al TIPNIS uno de esos momentos. El
gobierno insiste en seguir por la ruta por la que han venido siguiendo
todos los gobiernos anteriores, por continuar los ruta del modelo
extractivista depredador, alimentando el circulo vicioso de la
dependencia; en tanto que las organizaciones indígenas se plantean
parar este saqueo y esta desposesión de los recursos naturales,
destrozando la madre tierra, los equilibrios ecológicos, las
biodiversidades, a altísimos costos irreversibles. Armados por la
Constitución convocan a ir por la ruta del vivir bien, modelo civilizatorio
alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo. Lograron
con una marcha indígena en defensa del TIPNIS parar este
136
descabellado emprendimiento depredador, arrancando al gobierno y a
la Asamblea Legislativa una ley corta en defensa del TIPNIS, además
de acordar la reglamentación de la ley.
Empero el gobierno no acepta su derrota ni la conquista de la ley,
vuelve a insistir, cada vez por procedimientos más desmedidos y
descarados continuar con la misma ruta de la inercia y de la muerte,
el saqueo, el despojamiento, la depredación, la violación de derechos,
lo que beneficia, como siempre, a los intereses mezquinos de empresas
trasnacionales, además de los intereses privados de ampliación de la
frontera agrícola en beneficio del monocultivo. La reciente insistencia
del gobierno tiene que ver con la convocatoria a la reunión de la
Asamblea Legislativa a tratar el tema de la anulación de la ley corta,
en tanto pedido de la contra-marcha cocalera, impulsada por el
ejecutivo.
Es la misma Asamblea que aprobó la ley corta, que unos días después,
quiere aprobar su abrogación. Esta desfachatez muestra patentemente
la desesperación por abrir el TIPNIS y partirlo con una carretera
depredadora. ¿A qué se debe tanta desesperación de los gobernantes?
¿Presión de las federaciones cocaleras del Chapare? ¿Compromisos con
el gobierno brasilero, la empresa OAS, el IIRSA? Esta pregunta también
nos plantea otras: ¿Hasta dónde se ha extendido y profundizado la
corrupción, la economía política del chantaje, los circuitos de la
cocaína, su inserción en la economía y en las instituciones? Una
economía no solamente ligada el enriquecimiento ilícito sino a la
formación de oscuros grupos de poder. Esta pregunta es importante,
pues sorprende no solo la falta de decoro y compostura de gobernantes
y legisladores, sino por la renuncia evidente a la imagen de defensores
de la madre tierra, de los derechos indígenas; también la renuncia
efectiva y práctica a la Constitución y al mismo proceso de
transformaciones y de descolonización. ¿Por qué se lo hace? ¿Son tan
abrumadores los intereses y los compromisos que se puede renunciar
a la virtud y a la ética? Nada puede valer nunca más que la defensa de
la madre tierra y de la vida, nada puede valer más que la emancipación
y la descolonización, tampoco nada puede valer más que la
construcción alternativa del Estado plurinacional comunitario y
autonómico, del modelo civilizatorio del vivir bien. Lo que pasa es que
se ha decidido mirar y valorizar desde la perspectiva de los intereses
pedestres del beneficio propio.
137
La elección de mujeres en las presidencias del congreso
Esta noticia es importante en la perspectiva de la despatriarcalización
y de la emancipación de la dominación masculina. Empero para
marchar en esta perspectiva tienen que comportarse como mujeres
plenas, emancipadas, la alteridad absoluta. La apertura y creación de
otro horizonte de la política y de lo político, ya no basado en la política
construida por la fraternidad guerrera masculina, la que entiende la
política como identificación del enemigo, en la dicotomía
amigo/enemigo, compartida por izquierdas y derechas. Se trata de una
política que va más allá del amigo-enemigo. El aporte de la
emancipación femenina conduce a la descolonización plena y la
construcción de la cohesión social y la armonía con la vida sobre la
matriz liberada de potencialidades, capacidades, sensibilidades de
amor por las formas de vida.
Según Jacques Derrida, en Políticas de la amistad, se trata de la
alteridad absoluta. Teoriza la figura de ámbito de relaciones y
constitución subjetiva emancipadas de las formas de dominación y
referencia masculina, la fraternidad, el patriarcado, los círculos de la
dicotomía amigo-enemigo. No se trata sólo de la sororidad, que sería
la amistad simétrica a la de los hombres, sino el poner en suspenso las
mismas identidades construidas culturalmente en la historia.
Refiriéndose a la democracia por venir dice:
Esta disimetría y esta alteridad infinita no tendrían ninguna relación
con lo que Aristóteles habría llamado desigualdad o superioridad.
Serían incluso incompatibles con la jerarquía socio-política como tal.
Se trataría, pues, de pensar una alteridad sin diferencia
jerárquica en la raíz de la democracia. Aparecería más tarde que,
más allá de una cierta determinación del derecho y del cálculo (de la
medida, de la “métrica”), pero no del derecho o de la justicia en
general, esta democracia liberaría una cierta interpretación de la
igualdad sustrayéndola al esquema falogocéntrico de la fraternidad.
Interpretando, de lo que escribe Derrida, quien desarrolla una crítica
deconstructiva de la política, configurada, conformada y consolidada a
partir de las formas de la fraternidad, excluyendo la figura femenina.
Cuando la mujer logra su inclusión en el voto y la participación en la
selección, la estructura masculina de la política no ha cambiado. Lo que
ha pasado es que la mujer se ha incorporado a las políticas diseñadas
desde la perspectiva masculina y para los hermanos, que hacen
política. El tema es inquietante, sugerente y aperturante: ¿Cómo sería
138
una política más allá de la fraternidad masculina? Obviamente también
más allá de la sororidad, que es la respuesta de resistencia, empero
amistad simétrica a la de los hombres. Una política que abole la
diferencia construida a partir de las identidades basadas en el amigo-
enemigo. ¿Qué sería la política más allá de la relación dicotómica
amigo-enemigo?
Estos temas de la crítica radical, que incluso va más allá del feminismo
radical, los aprendí de las feministas de-coloniales, que plantean el
tema de la modulación de los cuerpos por el poder y la perspectiva de
las subjetividades diversas. Lo que dice Derrida es sobre la crítica de
la política, organizada a partir de una estructura masculina; aunque
sea varón, no le quita merito. Creo que precisamente las feministas
de-coloniales, van en esa perspectiva. Borrar las distinciones históricas
y culturales construidas por las formas del patriarcalismo. Mujer,
varón, lesbiana, homosexual.
Sobre el Congreso de la COB
La COB debe tener una tesis actual y real de lucha contra el capitalismo
contemporáneo, no contra el imaginario capitalista de principios del
siglo XX, cuando la Tesis de Pulacayo. Eso significa no solamente una
crítica a la economía política sino una critica a la modernidad y al
desarrollo. Debe apoyar la demolición del Estado-nación, liberal y
colonial y la construcción del Estado plurinacional comunitario y
autonómico. La lucha contra el capitalismo contemporáneo es también
del proletariado nómada, de las multitudes, de los movimientos
sociales anti-sistémicos, de las naciones y pueblos indígenas
originarios.
139
Notas a propósito del discurso del presidente
No se trata de compararse con los gobiernos neoliberales. Eso no está
en discusión. Claro que hay una diferencia con estos gobiernos. El
gobierno de Evo Morales es mejor que esos gobiernos; ni duda cabe,
incluso en temas económicos y monetarios, lo ha hecho mejor que los
neoliberales en los logros del equilibrio macroeconómico. Lo que está
en discusión es otra cosa, es la comparación de las gestiones de
gobierno con la Constitución, con lo que debería ser, con las tareas que
tiene que cumplir. En esto no solamente está completamente rezagado
sino que ha tomado otro camino, el de la restauración del Estado-
nación, liberal y colonial. El problema es que el gobierno no es un
gobierno de transición transformadora hacia el Estado plurinacional
comunitario y autonómico, sino un gobierno de restauración
nacionalista, que además ha decidido, por los caminos del
pragmatismo y el realismo político, administrar los intereses de una
burguesía recompuesta, que apuesta a la ampliación de la frontera
agrícola y al modelo extractivista del capitalismo dependiente.
¿Qué es lo que lleva a un rumbo calamitoso de la derrota política? En
primer lugar un mal gobierno, un gobierno que no cumple con la
Constitución, con la construcción del Estado Plurinacional comunitario
y autonómico, un gobierno que pisotea los derechos de las naciones y
pueblos indígenas originarios y los derechos de la madre tierra, un
gobierno que ha decidido ser un engranaje de las relaciones y
estructuras de poder regional y mundial, sirviendo a los intereses de
las empresas trasnacionales y de proyectos de integración bajo la egida
de la hegemonía de la burguesía brasilera (IIRSA). Un gobierno que
se ha convertido en el administrador de los intereses de la burguesía
recompuesta, la antigua burguesía, banqueros, empresarios privados,
agroindustriales, terratenientes, soyeros, y nuevos ricos, cocaleros
ricos, comerciantes, contrabandistas y grupos de manejo de la
economía política de la cocaína - eso por lo menos es lo que se ha visto
en la llamada Cumbre Social de Cochabamba -. Un gobierno que
prefiere tolerar la escalada expansiva y destructiva de la corrupción en
todos los niveles anuncia su propia clausura.
La victoria de la marcha de defensa del TIPNIS, la conquista de la ley
corta y su reglamento, mas bien dan esperanza de una reconducción
del proceso por parte de los movimientos sociales, las naciones y
pueblos indígenas originarios, el proletariado nómada, lo popular
urbano, el pueblo boliviano. Deberíamos agradecer que el pueblo
140
boliviano es vital y saca fuerzas para movilizarse en momentos de
emergencia y de peligro del proceso.
El presidente se ha concentrado en temas económicos; le preocupa la
inversión en el tema exploración y explotación de hidrocarburos, la
poca cantidad de pozos exploratorios acumulados, el avance lento de
las conexiones de gas domiciliario, la cifra de los autos convertidos a
gas natural vehicular (GNV), el racionamiento de energía eléctrica por
falta de inversión, problemas en el mantenimiento de carreteras,
ejecución del programa de viviendas sociales y el crecimiento de los
abonados de Entel, durante sus primeros seis años de gestión. Se
entiende que se preocupe de estos temas de gestión, empero no son
los más importantes y primordiales, incluso en la perspectiva
económica. Lo fundamental es discutir y preocuparse por el modelo
económico definido por la Constitución, la economía social y
comunitaria, la industrialización de los recursos naturales - la
Constitución prohíbe vender materias primas -, la integración
articulada de las formas de organización económica hacia el vivir bien,
el modelo ecológico y la soberanía alimentaria. Esto no se ha discutido.
No se preocupa que su gobierno haya elegido el modelo extractivista
colonial del capitalismo dependiente, que este sea el modelo efectivo
escogido por el gobierno, delegando a la nada el modelo ideal de la
Constitución. Esto debería preocuparle al presidente pues por ese
camino nos hacemos más dependientes y continuamos por el círculo
vicioso del modelo destructivo del extractivismo.
Lo que debe quedar claro para todos es el contenido y la orientación
del proyecto histórico político del proceso. La estructura del proyecto
se encuentra en la Constitución. Ese es el proyecto y no otro que puede
estar en la cabeza de los gobernantes. Se trata de un proyecto
descolonizador, que apunta a las emancipaciones múltiples de las
naciones y pueblos indígenas originarios, del proletariado, de los
estratos populares-urbanos, del pueblo boliviano. Es un proyecto que
apunta a la transición civilizatoria hacia el vivir bien, como modelo
alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo. En este
sentido hay que entender la fundación del Estado plurinacional
comunitario y autonómico. Este estado se construye sobre la base de
transformaciones estructurales e institucionales profundas, el
pluralismo institucional, el pluralismo administrativo, el pluralismo
normativo, el pluralismo de gestiones. Toda esta construcción se
despliega en el ejercicio práctico del sistema de gobierno de la
democracia participativa, el ejercicio plural de la democracia, directa,
141
representativa y comunitaria. Entonces estamos hablando de
transformaciones pluralistas, comunitarias, interculturales y
participativas del Estado.
La Constitución ha establecido un modelo económico de transición.
Parte de la integración complementaria de las formas de organización
económica existentes, apunta a la conformación de la economía social
y comunitaria, pasa por la industrialización de los recursos naturales,
la expansión y consolidación del mercado interno, la intervención del
Estado en la economía y en las cadenas productivas, orientando todo
el proceso hacia la soberanía alimentaria, dentro de un marco ecológico
y sustentable. Por lo tanto lo que tiene que quedar claro es que el
modelo descarta y clausura el modelo extractivista colonial del
capitalismo dependiente. Este es el punto. En la medida que el
gobierno se mantenga en el modelo extractivista se porta de una
manera inconstitucional, extendiendo y continuando en el modelo
extractivista. No se puede sostener, sin expresar las profundas
contradicciones, que estamos en el modelo constitucional cuándo
efectivamente profundizamos el circulo vicioso de la dependencia por
la expansión del modelo extractivista.
La Constitución define claramente la estructura del pluralismo
autonómico y de la descentralización administrativa y política.
Establece claramente el camino de la condición plurinacional por la ruta
de las autonomías indígenas. El entramado de las competencias
extiende atribuciones y facultades autonómicas en combinación con las
atribuciones y facultades del nivel central, dando lugar a una rica
composición de entrelazamientos de los gobiernos y asambleas en lo
que respecta a la potestad gubernativa y a la potestad legislativa,
además de la potestad jurídica para las autonomías indígenas. En la
medida que se sacan leyes inconstitucionales que reavivan el
centralismo, restringen las potestades autonómicas y se limitan al
máximo las autonomías indígenas, no se sigue el proyecto de la
Constitución sino se mantiene la vieja forma estatal centralista,
burocrática, bajo el monopolio de competencias del nivel central.
No se pueden confundir las tareas recurrentes de un gobierno como las
relativas a las políticas monetarias y fiscales, reservas, incluso la
realización de bonos, que corresponden a una economía rentista,
aunque el impacto coyuntural es de redistribución de la riqueza, con
las tareas fundamentales, trascendentales de un gobierno que tiene
que aplicar la constitución. En el informe aparecen tareas recurrentes
y su balance positivo, empero no se dice nada sobre cuánto hemos
142
avanzado en la transformación estructural e institucional del Estado
plurinacional, no se dice nada de cuánto hemos avanzado en el modelo
de la economía social y comunitaria. Se ocultan interpretaciones de los
hechos que muestran más bien la continuidad en el modelo
extractivista y la restauración del Estado-nación. No se trata de hacer
propaganda de gestiones envueltas en tareas recurrentes, que son
obligación de los gobiernos y no algo que destacar y agradecer. Para
eso esta mínimamente un gobierno, para cumplir por lo menos con
tareas recurrentes, empero lo que tiene que quedar claro que este
gobierno tiene un mandato, un mandato constitucional, que es el de
construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Hasta
ahora no lo ha hecho.
Caudillismo al estilo Chirveches
La patética comprensión del vicepresidente del proceso, reducido a la
imagen del caudillo es una muestra clara de su posición política
conservadora, al estilo de los imaginarios criollos de la época de La
candidatura de rojas, de Armando Chirveches. Esta muy lejos de una
posición leninista, que le gusta poner en mesa, empero sólo como para
mostrar estampitas. No es ninguna revolución lo que le interesa,
menos esforzarse entender este proceso descolonizador, que es
producto de los movimientos sociales antisistémicos, de las naciones y
pueblos indígenas movilizados, proceso que sale de las entrañas de las
luchas sociales después de seis años de levantamientos semi-
insurreccionales. Ellos son los héroes, los portadores del proceso, del
contenido del proceso y de su horizonte, que se encuentra expresado
en la Constitución. El protagonista del proceso no en un movimiento
electoral montado en la cresta de la ola, menos un caudillo que no
entiende el planteamiento indígena descolonizador, atrapado en un
reducido entrono halagador y pusilánime, que aleja al presidente de la
realidad y de las tareas que le competen, en el cumplimiento y
aplicación de la Constitución.
143
La subordinación del gobierno y la lógica de acumulación y
despojamiento de las trasnacionales
Son comprobados los beneficios de las empresas trasnacionales en una
diseñada nivelación de preciso y suspensión de las subvenciones, sobre
todo debido a sus bajos costos de producción. Esta es una muestra
clara de que las que gobiernan son las empresas trasnacionales de los
hidrocarburos. A pesar de todo lo que ha podido argumentar el
“jacobino” y también el gabinete económico, para justificar la medida
de nivelación de precios, conocida popularmente como el “gasolinazo”,
en su lamentable panfleto azul, anti-paráfrasis a un mal entendido libro
de Lenin, la realidad es que las empresas trasnacionales
hidrocarburíferas tienen un bajo costo de producción y, en
sobrecompensación, súper-ganancias. Sin embargo, esto no les basta,
no es suficiente para la compulsión desenfrenada de más ganancia y a
las ansias desbocadas de despojamiento de los recursos naturales que
tienen estas empresas; requieren más, para eso cuentan con gobiernos
subordinados a las estructuras de poder establecidas mundialmente y
regionalmente. El gobierno popular, a pesar de su discurso
nacionalizador, ha terminado subordinándose a las lógicas de la
acumulación de capital de estas empresas trasnacionales; esto
aconteció desde los contratos de operaciones, cuando comienza la
desnacionalización en el mismo proceso de nacionalización, al entregar
el control técnico a la vorágine trasnacional. Paradoja que muestra la
profunda contradicción de un gobierno que ha tirado por la borda la
Agenda de Octubre y la Constitución política del Estado. Los bolivianos
no debemos dejar que nos pongan el dedo en la boca, no podemos
dejar que vuelvan a intentar una medida de nivelación de precios, que
lo que hace es ampliar los grandes márgenes de ganancia de las
empresas trasnacionales, además de cubrir la lamentable
administración económica, que ha sumado la deuda interna y la deuda
externa, incrementando la deuda pública y la deuda inacabada externa.
Si el gobierno ha decidido no continuar con el proceso de
nacionalización, contento con la recepción de la mitad del reparto del
excedente hidrocarburífero, somos los bolivianos, los propietarios de
los recursos naturales, los que debemos continuar el proceso de
nacionalización, incluso contra un gobierno entreguista.
144
Un presidente sin ley ni palabra
El presidente no tiene ni palabra ni ley. La ley corta fue una conquista
de las naciones y pueblos indígenas originarios y del pueblo boliviano
que apoyo la marcha, es una conquista en defensa de la constitución y
de los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en
la CONSTITUCIÓN. Es una conquista en defensa de los derechos de la
madre tierra. Pretender desentenderse de la ley promulgada por el
presidente y aprobada por la Asamblea Legislativa es la muestra más
patética de la inmensa irresponsabilidad y desprecio del pueblo, la
Constitución y las leyes en que se mueve el gobierno. La marcha del
CONISUR es un montaje espantoso del gobierno, la participación oficial
y con recursos del Estado es evidente, mostrando mas desesperación
que inteligencia, buscando revertir la derrota sufrida en el conflicto del
TIPNIS, buscando indecorosamente servir a los intereses mezquinos
de la empresa corrupta OAS, con la que el gobierno no solamente tiene
compromisos sino relaciones de corrosión y corrupción, buscando
también defender los intereses de cocaleros, avasalladores del
territorio y parque Isiboro-Sécure, para plantar coca y expandir la
economía política de la cocaína en la que están metidos. El pueblo,
conocedor de estos hechos y estos comportamientos lamentables, que
expresan asombrosamente las descarnadas sumisiones a las empresas
trasnacionales, al Banco de desarrollo de Brasil y al gobierno brasilero,
ha sido sabio e indiferente ante este bochornoso teatro político de la
marcha oficial del CONISUR.
Al respecto de estos comportamientos sinuosos debemos decir que son
los síntomas claros de la decadencia absoluta, comportamientos
contradictorios y deslucidos que muestran nuevamente la tremenda
improvisación en la que se mueve el gobierno, la perdida de toda
orientación política, sustituida por el servicio a las estructuras y
relaciones de poder, a los intereses establecidos, vigentes y
dominantes, del orden mundial y del orden regional; sustituida también
por la repetida emergencia del diagrama de la corrupción, que hace las
veces de un gobierno paralelo perverso, relaciones perversas y opacas
que inciden efectivamente en la toma de las decisiones y en la
modulación de las conductas políticas. Esto es lo que llama la atención,
la rápida llegada a este punto, ya no sólo de desgaste sino de
hundimiento.
Parece repetirse como condicionante histórica la trama de la revolución
nacional de 1952; ésta ya había muerto en 1956, por la entrega de
COMIBOL a la administración de ingenieros norteamericanos, por el
145
plan triangular, plan económico monetarista, por la profusión
desvergonzada de las contradicciones y también por la escandalosa
expansión de la corrupción, convertida en costumbre. ¿No había
recursos para resistir esta tendencia a la corrosión de los cuerpos y las
instituciones? ¿Por qué se prefirió tan estrepitosamente el gusto y el
deleite por los encantos ilusorios del poder? ¿Por qué se prefirió la
riqueza fácil? ¿Por qué se prefirió sustituir el interés general del proceso
por los intereses particulares, por el beneficio propio? ¿Es que no
estaban preparados los gobernantes? Fueron imágenes colectivas que
no correspondían a la realidad, que no correspondían a la constitución
subjetiva esperada. Parece la elocuencia de la condición incompleta
humana; hombres inmaduros que cuando llegan al poder lo toman
como si fuera un juguete nuevo; engañados ellos mismos con sus
imágenes falsas creyeron que podían controlar los grandes desafíos y
las alternativas, controlar las condicionantes y las estructuras de
poder. Se metieron a juegos muy grandes, donde los que controlan las
reglas del juego son monstruos consagrados en el dominio del poder y
de monopolios múltiples; por lo tanto hombres de gobierno
convirtiéndose, sin darse cuenta, en engranajes de relaciones y
estructuras de poder, de dominación y fuerzas al servicio de la
acumulación ampliada de capital, permitiendo el despojamiento de los
recursos naturales en su propio país.
Ahora se encuentran sorprendidos, pero persisten tercamente en la
mantención de una imagen ya derrumbada, que pertenece a un
inmediato pasado de entusiasmos. Ya no pueden sostener esas
imágenes construidas por el imaginario colectivo, la brisa de los hechos
ha barrido a los fantasmas, descubriendo los personajes de carne y
hueso, vulnerables, débiles e inclinados al placer del poder y a la
paranoia que éste produce como síndrome inocultable.
¿Qué se puede hacer ante este calamitoso derrumbe? No queda otra
cosa que pedir lo imposible, al estilo de la rebelión del 68, ser realistas
y pedir lo imposible, la reconducción del proceso, sabiendo que lo
imposible, en el campo de posibilidades, es una probabilidad
improbable, y también sabiendo que cuando la voluntad colectiva
desborda y es creativa, de los recovecos de la realidad emerge el
desenlace de una innovación y una ruptura. Eso fueron las
revoluciones, eso puede volver a ocurrir en Bolivia, si volvemos a salir
y movilizarnos como lo hicimos del 2000 al 2005. Hay una Constitución
aprobada por el pueblo, donde el mandato es claro, abolir el Estado–
146
nación y construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico,
efectuando transformaciones profundas estructurales e institucionales.
Como asumiendo penamente el guion de la comedia se retoma el
chamuscado discurso del desarrollo, al estilo de los discurso gubernamentales que inauguraban escuelitas para lograr aplausos de
poblaciones entumecidas y cansadas de la ceremonialidad del poder. ¿Lo que falta en el TIPNIS son escuelas, hospitales, los signos del
progreso? Este se parece tanto a discursos disímiles pero que comparten el mismo prejuicio o la misma insólita burla; los discursos
del cuerpo de paz, los discursos de las dictaduras militares, los
discursos de los programas asistenciales, los discursos descoloridos de funcionarios desubicados en comunidades campesinas. No metemos en
este bollo los discursos del nacionalismo revolucionario de los primeros años de la revolución, pues por lo menos este discurso, que apoyaba
la reforma educativa de entonces, que lanza la escolarización por todos lados, formaba parte del proyecto de formación de la consciencia
nacional y la construcción del Estado-nación, bajo los códigos de la mestización. Discurso que no comparto, pero que en aquél entonces
formó parte de un proyecto constitutivo, que si bien terminó fracasando, por lo menos formó parte de un intento descomunal
insurreccional nacional-popular y obrero. Ahora, lo que llama la atención, es que se retoma un discurso desgastado, poco creíble,
después de que estos temas han sido superados por las concepciones de la Constitución y el vivir bien, que se abren a alternativas del
desarrollo, de la modernidad y el capitalismo. Este retorno a un
discurso asistencial es también síntoma de la decadencia. No se tiene a mano nada para justificar la descarnada sumisión a la empresa
constructora OAS y al gobierno brasilero, que se recurre a un trasnochado discurso que tiene muy poco de argumentación. También
podemos hablar de la muerte de la retórica, pues tampoco se tiene ganas de convencer, sino se trata de un ritual de protocolo.
Las pretensiones del vicepresidente
El vicepresidente ha perdido no solamente toda coherencia sino todo
decoro y compostura. Pretende dar lecciones de consenso y diálogo en
un contexto y una coyuntura saturada de montajes, teatros políticos,
manipulaciones y marchas oficiales inventadas. Pretende que se debe
dialogar entre las organizaciones indígenas; por un lado las
organizaciones indígenas matriciales, que lograron la conquista de una
ley corta que protege al TIPNIS, apoyados por el pueblo boliviano,
cuyos derechos se hallan consagrados en la Constitución; por otro lado,
de parte del gobierno, los dirigentes del CONISUR, dirigentes
cocaleros, propietarios privados, dedicados al monocultivo de la hoja
147
de coca y metidos en la economía política de la cocaína. Pretende que
se puede, por capricho jacobino, abrogar una ley y su reglamento. Lo
que no tiene en cuenta es que su imaginario arrebatado no puede
sustituir a la realidad, que el discurso desfachatado no puede sustituir
a la realidad. La realidad efectiva es que la marcha indígena en defensa
del TIPNIS y el pueblo boliviano impusieron una ley corta en defensa
de la madre tierra y de la constitución. Abrogar la ley corta no solo va
a poner de manifiesto la múltiple violación de la Constitución y de las
leyes, de los derechos fundamentales y de las naciones y pueblos
indígenas originarios, sino que va a ser un repugnante antecedente
ante las organizaciones internacionales; estaríamos ante un gobierno
desacreditado que no cumple con la Constitución, tampoco la ley y
menos con los convenios internacionales. Abrogar la ley va a provocar
una movilización general del pueblo boliviano en defensa de la ley
corta, del reglamento y la Constitución. Es posible que la tercera
provocación del gobierno, la tercera asonada popular y la tercera
derrota del gobierno, comprendiendo el levantamiento popular contra
el gasolinazo y la marcha en defensa del TIPNIS, llegando a una tercera
autoconvocatoria popular, no pueda aguantar y resistir el gobierno. La
abrogación de la ley corta sería la caída del gobierno.
Es como la política del avestruz, ocultar la cabeza para no ver la
realidad. No ven sus propios grandísimos errores, no ven que se
encuentran en franca confrontación con el pueblo que apoyó el
proceso. No ven que el entusiasmo de la gente a la marcha en defensa
del TIPNIS se debe a que la gente cree en el proceso y en la
constitución, pero no en un gobierno que se ha apartado del proceso y
la Constitución. Acostumbrados a manipular, incluso con los medios de
comunicación que tienen al alcance, que ya son muchos, incluyendo a
los comprados, que aparecen como neutrales, creen que pueden
producir realidades con montajes, marcha inventada, descalificaciones,
maniobras políticas. No se puede, la realidad no es producto de una
imaginación y menos de las manipulaciones oficiales. Esta conducta
terca, de desacreditación de medios, de organizaciones indígenas, sin
preocuparse por ningún análisis de coyuntura, expresa la seducción
que tienen por el decurso al naufragio. Empero, en todos esos
escenarios dramáticos y a la vez de comedia, los pregoneros del peor
conservadurismo son los “lluncus”, sumisos y serviles, son los
acompañantes de la derrota. No comprenden que ayudan con su
actitud cómplice a la construcción del fracaso. Estos personajes no
148
comprendieron nunca el sentido del proceso y el sentido de la
constitución. Son los sepultureros del proceso.
La defensa del TIPNIS es defensa del proceso
Hay que estar muy despistado como para no situar lo que se dice ni
tener conciencia de su sentido. La consulta previa libre e informada,
que se encuentra claramente establecida en la Constitución y que
forma parte de los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios, debe ser aplicada y acatada por el gobierno antes del inicio
de cualquier proyecto que afecte sus territorios y sus derechos. Esta
consulta no fue hecha por el gobierno el 2008 cuando el ejecutivo llegó
a un acuerdo con el entonces presidente Lula da Silva para la
construcción de la carretera que atravesaría el TIPNIS, adjudicando el
proyecto a la empresa OAS, como parte del acuerdo y del préstamo del
Banco de Desarrollo de Brasil, préstamo comprometido y que se hizo
ejecutable años después. Es cuándo se debería hacer la consulta, no
se la hizo. Tuvo que estallar el conflicto del TIPNIS para que se develen
todos los temas oscuros que forman el tejido enmarañado de intereses
entre el gobierno boliviano, el gobierno brasilero, el Bando de
desarrollo de Brasil y la empresa OAS. Una vez que la marcha indígena
en defensa del TIPNIS, contando con el apoyo del pueblo boliviano,
logra arrancarle al gobierno y a la Asamblea Legislativa la ley corta en
defensa del TIPNIS y la reglamentación correspondiente, los
personeros del gobierno, los senadores despistados, los dirigentes
cocaleros del CONISUR, incluyendo a grupos de yuracares que son
también cocaleros, piden la consulta previa, sin entender que quiere
decir previa, creyendo que todos, como ellos, tampoco van a entender.
Ya no hay condiciones para una consulta previa cuando hay dos tramos
avanzados, el uno y el tres, presionando para la continuidad del tramo
intermedio que pasaría por el territorio indígena y parque Isiboro-
Sécure. En todo caso sería una consulta extemporánea.
Sobre quién debe consultar a quién
¿Qué las organizaciones matrices de los indígenas de tierras bajas, el
CIDOB y la central del TIPNIS no consultaron a los del CONISUR?
¿Tenían que hacerlo? ¿Tenían que consultar a productores de la hoja
de coca, cuya afiliación es con las federaciones cocaleras? ¿Tenían que
consultar a los yuracares cocaleros que ahora marcharon con el
149
CONISUR? ¿Donde estaban estos yuracares cuando se tomaron las
decisiones de manera orgánica? La verdad es que ya no tiene límites
el cuento oficial, no compagina, no logra armar un guion, cae el
discurso por su propio peso. El gobierno no se da por vencido, no tiene
el menor menoscabo de pretender borrar con el codo lo escrito con la
mano, abolir, por cualquier medio, la ley corta en defensa del TIPNIS;
conquista de la marcha indígena y del pueblo boliviano que apoyó la
defensa de la madre tierra.
Autoconvocatoria a la movilización general
Frente a todas estas manipulaciones burdas del gobierno, de
senadores, de dirigentes del CONISUR es indispensable que el pueblo
boliviano y las organizaciones indígenas se preparen para una
movilización general en defensa de la ley corta y en defensa de a
Constitución, al hacerlo también lo harán en defensa del proceso, ante
un gobierno que se ha puesto contra el proceso, contra una Asamblea
Legislativa que conspira contra la Constitución y cava la tumba del
proceso. La lucha por la defensa del TIPNIS se ha convertido en un
punto clave en el curso del proceso, un punto estratégico, un punto de
inflexión, como una encrucijada, donde hay que escoger por dónde
vamos: ¿por el derrotero optado por el gobierno que conduce a la
muerte del proceso o por la reconducción del proceso por parte de los
movimientos sociales y el pueblo boliviano? Por eso es indispensable
parar de golpe las maniobras de funcionarios y asambleístas. Es
indispensable sentirse convocados por los muertos y heridos del
proceso, por los que lucharon por transformaciones estructurales, que
no se ven por ningún lado. Hay batallas como estas, dónde no se puede
retroceder; si se lo hace se está cediendo a la inercia y al desemboque
de la derrota. Si un día los sectores populares, el proletariado nómada,
las naciones y pueblos indígenas se levantaron contra el gobierno
neoliberal y expulsaron el proyecto neoliberal, ahora tienen que
volverse a levantar en defensa del proceso contra los restauradores del
Estado-nación, liberal y colonial, el estado anterior de cosas,
restauradores la burguesía intermediaria, a la que se sumaron los
nuevos ricos. La lucha por el TIPNIS se ha convertido en la lucha por
el proceso, la Constitución, el Estado plurinacional comunitario y
autonómico, en contra de los usurpadores nacionalistas, demagogos,
funcionarios, mafias incrustadas.
150
El recurrente procedimiento del engaño
¿Por qué se miente? ¿Por qué se dice que la carretera que atravesaría
el núcleo del TIPNIS, donde prácticamente no hay comunidades, salvo
dos identificadas, va a beneficiar a las comunidades indígenas del
territorio indígena y parque? Un grueso de las comunidades se
encuentran al este, cerca y bordeando el río Sécure, empero el diseño
no prevé que pase por ahí. ¿Por qué tantos contrasentidos y equívocos
geográficos? Sin embargo, los gobernantes y los dirigentes del
CONISUR no se inmutan de semejantes contradicciones. Se muestran
tan lozanos como si no pasará nada, ¿acaso no son conscientes de las
barbaridades que expresan? ¿O no les importa nada? Lo que parece
interesarles es el cumplimiento de tan desmedido diseño carretero
destructor y depredador de la región más rica en biodiversidad del país.
Sólo interesa la plantación de coca y la defensa de los intereses
comprometidos con OAS. Se ha llegado al colmo de que tres senadores
del MAS, uno colonizador, el otro por el departamento de Santa Cruz
y el tercero por el departamento de Cochabamba, digan que no importa
el medio ambiente, tampoco interesa la Constitución, pues la ley, la
nueva ley que se aprobaría y promulgaría en contra del TIPNIS, una
vez anulada la ley corta en defensa del territorio indígena y parque,
está encima de la Constitución. Se dice esto sin el mayor desparpajo.
Se observa que les parece apropiado decir semejantes sandeces pues
de lo que se rata es de imponer por la fuerza, a empellones, usando la
mayoría de la Asamblea Legislativa, la abrogación de la ley corta.
La mentira se ha vuelto un procedimiento político cotidiano. No interesa
la verdad, este valor hay que dejarlo a los filósofos y e los éticos. Lo
que importa es la eficiencia de la práctica política, que casi siempre se
reduce a la imposición, a la coerción velada, al forzamiento de las
cosas, hasta en los pequeños detalles. Lo que interesa es lo que
consideran astucia, aunque siempre resulta que sólo se trata de la
habilidad mediocre de la manipulación de alcances cortos. Se trata de
la satisfacción machista de gobernantes, asambleístas y funcionarios,
para quienes el burlar a los otros les parece un logro apreciable entre
amigos y cómplices. Estas son las dimensiones elementales del
pragmatismo local, del realismo político cuya realidad se reduce a los
intereses más pedestres. No se entiende cómo este procedimiento del
engaño es presentado a los propios como astucia política, incluso como
“estrategia”, aunque esta nos sea otra cosa que el plan de objetivos de
poco alcance, adecuación de medios sinuosos a fines pedestres,
151
compartidos por lenguajes de cofradías de complicidades, que cada vez
más se parecen al panegírico de los bribones.
Es pues un descaro decir que no hay otra alternativa para la carretera
interdepartamental, entre Cochabamba y el Beni, que también va unir
a los ganaderos de Rondonia de Brasil con el Pacífico, para que
exporten su ganado al Asia. Es como si el territorio del país se hubiera
reducido al territorio del TIPNIS, no hay más, no hay más espacio, no
hay más salida. ¿Cuándo ocurre esto? ¿Cuándo se da lugar a la
concentración perdida y afiebrada en un solo lugar, cómo si de este
recorte de espacio dependiese todo, en este caso el desarrollo del país?
Esta obsesión por el oscuro objeto del deseo, donde éste objeto
deseado se convierte en el todo, explica el escandaloso delirio de los
gobernantes por el TIPNIS. El gran negocio, los negociados, los
beneficios para el transporte internacional, la expansión de la frontera
agrícola en beneficio de la ampliación del monocultivo de la coca, que
en esa región está plenamente articulada a la economía política de la
cocaína, explica pues esta obsesión, también el sentido oculto de las
contradicciones y de las insensateces que se transmiten.
Perfiles del CONISUR
Los del CONISUR no son comunarios, por lo tanto ya no son indígenas,
en el sentido estructural del término, no pertenecen a relaciones
comunitarias. Renunciaron a la TCO, no son propietarios comunarios
sino propietarios privados y cocaleros. No forman parte de la TCO. En
el tema del TIPNIS no tiene derecho a decidir sobre la carretera. Esto
debe quedar claro para los que apoyamos la defensa del TIPNIS, pues
seguramente nos veremos obligados a salir a las calles a defender la
ley corta.
El CONISUR dice que representa a 37 comunidades del TIPNIS, lo que
no concuerda con la realidad. No forman parte de la TCO del TIPNIS,
renunciaron a la propiedad comunitaria al decidir ser propietarios
privados cocaleros. La mayoría de ellos, los llamados corregidores, ni
si quiera se encuentran el territorio del TIPNIS. Se trata de una sorda
manipulación y tergiversación de los hechos, sólo par proseguir con la
destrucción y depredación del bosque, territorio indígena y parque
Isiboro-Sécure, en beneficio de una tras-nacional constructora y de la
economía política de la cocaína.
152
¿Acaso hay que recodarles a los asambleístas, senadores y diputados,
que tiene que cumplir con la Constitución? A esto están obligados. ¿Qué
es eso de que si las organizaciones indígenas no acuerdan nos verán
forzados a tomar medidas? ¿Qué clase de amenaza es esta? Un lado
de las organizaciones está compuesta de manera orgánica,
representan a las organizaciones matriciales indígenas, el CIDOB y la
Central del TIPNIS; la otra, el CONISUR, ha sido desconocida el 2001
por las propias organizaciones del TIPNIS, pues no tiene características
comunitarias ni indígenas al formar parte mas bien de organizaciones
cocaleras y estar afiliada a las federaciones cocaleras. ¿De qué hablan
los asambleístas? ¿De que clase de acuerdo? ¿No les parece
impudoroso obligar a las organizaciones indígenas orgánicas y
matriciales a retroceder respecto de la ley corta y su reglamento? ¿No
ven acaso que esta es una violencia contra la Constitución, las leyes,
los derechos de las naciones y pueblos indígenas, los derechos de la
madre tierra? Les importa muy poco si es una violación múltiple este
pedido y esta actitud. Lo que les interesa es servir sumisamente a los
mandatos del ejecutivo, que responde también a los acuerdos con OAS
y el gobierno brasilero, además de responder a las presiones de
cocaleros en zonas excedentarias, dedicados ya de lleno a la economía
política de la cocaína. Esta actitud de los asambleístas no puede ser
aceptada por los que votaron por esta representación. Si no pueden
cumplir los asambleístas con la Constitución, su obligación es
renunciar.
El desprecio “jacobino”
Habría que ver qué pasa en la cabeza del “jacobino”, émulo de
Robespierre, como le gusta llamarse, para saber cómo se puede llegar
a tener tanto desprecio por la gente, por el juicio de la gente, no
solamente la opinión pública, sino la opinión formada de las
organizaciones indígenas originarias, la opinión del pueblo boliviano
que apoyó a la VIII marcha y logró arrancar la ley corta en defensa del
TIPNIS. No importan otras opiniones, lo que importa es la propia, que
es considerada la única valedera. ¿Hay un objetivo claro en todo esto?
Hubo un tiempo en que nos hizo creer que era así, toda la actividad
política era volcada a la emancipación indígena y descolonizadora.
Ahora no parece ser este el objetivo; todo lo contrario. ¿En qué se
153
basan estas consideraciones? ¿Esta fe en uno mismo? ¿Hay
clarividencia como una especie de don? ¿Quién le hizo creer esto?
¿Desde el colegio, los estudiantes, los profesores? Pues ocurren estas
cosas. Se forman mitos, sobre todo entre los amigos. La gente le gusta
moverse en imaginarios y en clasificaciones fáciles en estas atmósferas
imaginarias de los espacios íntimos y biográficos. Después, muy
posiblemente también sigan concurriendo este juego de
representaciones en la universidad, aunque con más dificultad y
competencia. Sin embargo, los lugares que no escapan a la
construcción veleidosa de los mitos son los de la actividad política. Es
dónde los aprendices de militante forman sus propios códigos, sus
propias representaciones, la mayor de las veces emulando a fantasmas
desaparecidos o, en su caso, dándose nombres de guerra. El nombre
de Qhananchiri es uno de estos motes; que quiere decir algo así como
el clarividente, de una manera mística, el hombre luz. Estos nombres
no sólo tienen por objeto dar un nombre de guerra, ocultar la identidad
ante la represión, sino caracterizar, también caricaturizar, al que lo
lleva. Ciertamente Qhananchiri es un nombre pretensioso, empero en
esos espacios íntimos y de clandestinidad funciona como
reconocimiento en las atmósferas estrechas de la complicidad. Nadie
ve como peligro o afrenta un mote así. Al contrario forma parte del
secreto y de la fraternidad combatiente. El problema es cuando
salimos de estos ámbitos y estas temporalidades de la clandestinidad,
sobre todo cuando se llega al gobierno. Si seguimos creyendo que los
significados establecidos en los ámbitos estrechos de la complicidad se
mantienen en los gigantescos ámbitos de la cotidianidad mundana de
los laberintos sociales y en los serviles ámbitos del espacio público,
estamos perdidos. El problema aparece cuando creemos ese cuento de
la clarividencia y que es extensible a los espacios sociales de la vida
política, pues cuando el poder, con todo su deleite y entrega, te toma,
se incrusta en ti, te vuelve un dispositivo del poder, el creerse
iluminado se vuelve altamente peligroso, tanto para propios y
extraños; sobre todo se vuelve peligrosísimo en la conducción del
gobierno y en la orientación del proceso.
La sabiduría no se logra mediante estas representaciones, ni es un
producto de estas máscaras; la sabiduría, esta comprensión de la
relatividad de las cosas se da como producto de la humildad, después
de madurar lo suficiente como para comprender que lo único sabio es
aprender siempre de la experiencia y de los demás, que siempre tienen
algo que enseñarnos. Lo que vemos en la conducta de los gobernantes
es todo lo contrario, una pretensión desmesurada de que todo lo saben,
154
de que son propietarios de la verdad, valga a saber cuál es esta, de
que el pueblo tiene que confiar, pues ellos saben como llegar a los fines
trazados, aunque estos fines ya hayan cambiado. Llamemos a esta
pretensión inmadurez, expresión de la más desarmada e intrépida
inmadurez. Todos somos, de alguna manera, inmaduros, pero, el
problema es que no todos lo saben y cuando los que no saben que lo
son asientan sobre el colmo de la inmadurez decisiones de alta
responsabilidad, cuando asientan sobre la demoledora inmadurez las
decisiones y acciones de gobierno, lo que pretenden que son políticas
de Estado, estamos perdidos, pues lo que se avizora en el horizonte es
el abismo, la caída en el abismo.
Sólo puede explicarse el desprecio “jacobino” a partir de este
ocultamiento, de este encubrimiento de la inmadurez y la
vulnerabilidad en poses, poses de clarividente, poses de racionalidad
fría, poses de revolucionario, aunque el contenido de lo que podría ser
una revolución o el revolucionario se lo haya perdido totalmente,
pareciéndonos más bien de manera alarmante al perfil de todo
funcionario cínico, de todo burócrata altanero, de todo político que se
cree predestinado. Estas analogías nos muestran que nada ha
cambiado, que las historias individuales y personales de los políticos se
repite como siguiendo un guion inaudito, que se parece al círculo
vicioso de la mediocridad.
De ninguna manera podemos aceptar el argumento de que los del
CONISUR, que son también indígenas deben decidir sobre el destino
del TIPNIS; es discutible de que sigan siendo indígenas aunque ya sean
propietarios privados y estén afiliados a las federaciones cocaleras. El
sentido de lo indígena dado en la Constitución tiene que ver con
comunidades ancestrales o de reconstitución en los hábitats
actualmente ocupados. Empero, aunque no entremos en esta discusión
de qué es ser indígena, no solo antropológicamente, sino desde el
enunciado de las declaraciones internacionales, los convenios y los
derechos de los pueblos indígenas, que asocian esta condición al
territorio, culturalmente concebido, al espesor cultural, al sentido
comunitario de su posesión; sentido que es el mismo que retoma la
Constitución. Sin entrar en esta discusión, el hecho de que los del
CONISUR no pertenecen a la TCO del TIPNIS no les da derecho a decidir
sobre el destino del Territorio y Parque Isiboro-Sécure. Este es el
punto. El otro punto es que hay una Constitución donde se consagraron
los derechos de las naciones y pueblos indígenas, además de una ley
corta que defiende el TIPNIS, aprobada por la misma Asamblea
155
Legislativa y promulgada por el presidente. ¿Cómo se puede borrar con
el codo lo escrito por la mano? ¿No hay la menor vergüenza por
hacerlo? ¿Cuál es el tamaño de los intereses que defienden que ya no
sienten ni pudor por este gesto tan desalineado, gesto sin ética y valor?
El tercer punto es que no pueden imponer con su marcha oficial, que
es el resultado grotesco de una suma de montajes descoloridos y de
poco ingenio, una decisión que expresa la descomunal violencia de los
gobernantes en contra de los derechos consagrados en la Constitución.
Esta decisión, sin mayor desparpajo, es anular la ley corta y hacer otra
ley que incluya la versión de los cocaleros del CONISUR. Esta escena
desenmascara no solo el discurso y la política del gobierno, que hace
un tiempo ya se ha derrumbado, sino el nudo descarnado del poder.
Esta decisión es la respuesta desesperada del gobierno por revertir sus
dos derrotas ante el pueblo, la del gasolinazo y la del TIPNIS; también
responde a la desesperación sumisa de cumplir con sus compromisos
con la empresa trasnacional OAS, el Banco de Desarrollo de Brasil y el
gobierno brasilero, además de administrar consecuentemente los
intereses de la burguesía agraria y los de los nuevos ricos, asociados a
la expansión de la frontera excedentaria de la hoja de coca y a la
economía política de la cocaína.
La violación sistemática de la Constitución
La consulta previa libre e informada se hace antes de iniciar los
proyectos que afectan a los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios, a los territorios indígenas y a la madre tierra. No
después, para legitimar lo que se ha hecho, montando escenarios,
inventando marchas, manipulando gente, haciendo creer que se cuenta
con los “verdaderos” indígenas cuando las verdaderas organizaciones
indígenas son excluidas. Formando una comisión en el congreso para
elaborar una ley inconstitucional contando con la complicidad de los
dirigentes del CONISUR, que son cocaleros y propietarios privados. Lo
que se debe exigir es el respeto a la Constitución, a la ley corta en
defensa del TIPNIS, a los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios y a los derechos de la madre tierra. Si no hacen esto los
asambleístas están no solo violando la Constitución sino violando los
derechos fundamentales y las cuatro generaciones de derechos,
consagrados en la Constitución; también incumpliendo con los deberes
como representantes y asambleístas. Si esta es la práctica deben
renunciar.
156
El presidente del Congreso cree que por que tiene la mayoría de la
Asamblea Legislativa puede hacer lo que le venga en gana, cree que
de eso se trata, que ese es el crudo ejercicio del poder, imponer la
mayoría violando la Constitución y los derechos de los pueblos. Está
completamente equivocado, esa es la manera con la que se pierde
precisamente el poder. Está completamente equivocado en el cálculo
político. Fueron la mayoría como resultado en las últimas elecciones,
ahora son la minoría después de enfrentar al pueblo con la medida
neoliberal del gasolinazo y con la medida extractivista y depredadora
de su proyecto carretero en el TIPNIS. Este cambio de situación lo
demostró el pueblo paceño, cuando un millón de ciudadanos salieron a
recibir a la VIII marcha y les bridó su apoyo. Los resultados de las
elecciones de magistrados registran estadísticamente este cambio de
la correlación de fuerzas, cuando el voto nulo abrumó a los votos
validos, anulando la legalidad y legitimidad de esas elecciones. No son
mayoría, no tienen argumentos para anular la ley corta, no tienen la
legalidad ni la legitimidad para abrogar la ley e inventarse una nueva
ley. Ante este nuevo avasallamiento la obligación del pueblo boliviano
es movilizarse y defender la ley corta y el reglamento que defienden el
TIPNIS.
157
¿Qué es una consulta previa libre e informada y cuándo se la
efectúa?
El numera 15 del capítulo cuarto de la sección II del título II sobre
derechos fundamentales y garantías, dedicado a los derechos de las
naciones y pueblos indígenas originarios, establece que las naciones y
pueblos indígenas originarios tienen derecho a ser consultados
mediante procedimientos apropiados, y en particular a través de sus
instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles. En este marco, se respetará
y garantizará el derecho a la consulta previa obligatoria, realizada por
el Estado, de buena fe y concertada, respecto a la explotación de los
recursos naturales no renovables en el territorio que habitan.
Queda claro lo que establece la Constitución que el cuándo se hace la
consulta tiene que ver con cada vez que se prevean medidas legislativa
y administrativas susceptibles de afectarles. Así también queda claro
cuando la Constitución establece que se respetará y garantizará el
derecho a la consulta previa obligatoria, realizada por el Estado, de
buena fe y concertada. No hay donde perderse. Sin embargo, hay
senadores, como un senador de Cochabamba, que sigue haciéndose al
desentendido o cree que puede manipular la interpretación de este
numeral a su antojo. El mencionado caballero, haciendo gala de una
lectura acróbata, dice que la consulta “nunca es extemporánea” como
afirman los dirigentes de la Subcentral TIPNIS, sino garantiza los
derechos indígenas y, como está establecido en la Constitución Política,
está por encima de cualquier ley. “En una consulta, siempre hay un
protocolo para saber exactamente cómo se realizará, con qué
instrumentos, cómo garantizar en buena fe, pero al mismo tiempo se
deberá habilitar una ley que fije los lineamientos centrales”. Mayor
embrollo en una interpretación no podía haber.
¿Qué quiere decir el senador cuando dice que una consulta nunca es
extemporánea? ¿Nunca? O sea que esta fuera del tiempo y lugar. Es
una abstracción, una medida que no depende del momento. Lo mismo
da hacer un censo a los muertos que a los vivos. La gran diferencia
está que los muertos no responden; entonces es tarde para hacer un
censo. Si la consulta se hace después de comprometer el proyecto
entonces es extemporánea, no cumple con las condiciones y requisitos
exigidos por la Constitución. El proyecto en cuestión es el de la
carretera que atravesaría el TIPNIS; el compromiso del proyecto se lo
hizo el 2008 con el presidente Lula da Silva, comprometiendo también
el préstamo del Banco de Desarrollo de Brasil y aceptando que la
158
empresa constructora sea OAS, que contaba ya con un diseño, saltando
también todas las normas de contratación de bienes y servicios del
país, además de violar la Constitución. No solamente que la consulta
es extemporánea sino que los que se comprometieron con el gobierno
brasilero y el Banco de Desarrollo de Brasil a la construcción de una
carretera que atravesaría el territorio indígena y parque, que
cometieron un delito constitucional, no fueron pasados a la justicia ni
rindieron cuentas a la sociedad por estas tratativas corruptas y
encubiertas. Volver a repetir la increíble y triste historia de la cándida
Eréndira y su abuela desalmada, querer imponer una consulta
extemporánea, una vez que cometieron varios delitos contra los
intereses del país, del Estado, de la Constitución y los derechos de las
naciones y pueblos indígenas originarios, es insistir en el mismo delito.
Lo que equivale a sanciones contra los senadores que no cumplen con
la Constitución.
La consulta previa libre e informada es una conquista de la lucha
indígena en el continente, forma parte de los convenios internacionales
que firmó el Estado boliviano y son reconocidos como leyes en la
Constitución, en rango inmediato jerárquico a la Constitución misma.
Forman parte el Convenio 169 de la OIT y de la Declaración de
Naciones Unidas sobre derechos de los pueblos indígenas. Este derecho
es varias veces mencionado en la constitución como obligatorio
cumplimiento por parte del Estado. ¿Quiénes son los que quieren
desentenderse de este deber? Los gobernantes, los senadores
oficialistas, los directores de empresas estatales, las empresas
trasnacionales; es decir, el conjunto de agentes y dispositivos del
modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente. Varias veces
se ha escuchado a personeros de empresas extractivas del Estado
quejarse de que esta consulta impide el desarrollo y la inversión. ¿En
qué país creen que están estos personeros? No se dieron cuenta que
ya el país cuenta con una Constitución que diseña el Estado
plurinacional comunitario y autonómico, que el eje fundamental o el
camino fundamental de la Constitución es la descolonización, que están
consagrados los derechos de las naciones y pueblos indígenas, que se
apunta a un modelo alternativo al extractivismo en la perspectiva del
vivir bien. Estos personeros no se dieron cuenta de nada. Creen que
pueden seguir haciendo lo que saben, administrar empresas insertas
en el modelo de la acumulación por despojamiento de los recursos
naturales en aras de la acumulación ampliada de capital, fincada en el
centro del sistema mundo capitalista, dejando una geografía espantosa
de huecos en las periferias.
159
La consulta gubernamental depredadora e inconsulta
A veces la actividad de los políticos se parece a una trama de novela,
tan intricada como las complicadas historias que aparecen, cuyos
personajes se ven empujados a hacer cosas que cada vez los sumergen
en el laberinto de pasiones. Sus actos provocan consecuencias no
controladas. No pueden salir del marasmo en el que se han metido,
que es como un terreno lleno de accidentes. Así parece esta historia de
la conducta del gobierno en relación al TIPNIS, primero se
comprometen con Lula da Silva en hacer la carretera, apoyados con el
compromiso de un préstamo del Banco de Desarrollo de Brasil,
incluyendo a OAS, la empresa constructora; saltando las normas de
contratación de bienes y servicios y violando la Constitución. Esto
ocurrió el 2008. Casi dos años después, cuando se aprobó el préstamo,
tuvieron que presentar el proyecto públicamente en Villa Tunari.
Cuando lo hicieron todo ocurrió como una crónica anunciada, estalló el
conflicto con las naciones y pueblos indígenas originarios, con sus
organizaciones matrices. Sin embargo, también el conflicto fue interno
y dado con antelación. El entonces viceministro de biodiversidad del
ministerio de medio ambiente y agua, Juan Pablo Ramos, no quería
firmar la ficha ambiental del tramo II de la carretera. El presidente y
el vicepresidente trataron de convencerlo, pero no tenían argumentos,
frente a las observaciones técnicas y constitucionales del viceministro.
El viceministro renunció, pusieron a una viceministra, que era
funcionaria de ABC; ella firmó la ficha ambiental del tramo II. Este
procedimiento se dio en un ambiente de tensión interna, que
comprometía al ministerio involucrado. También la tensión se hizo
sentir en un gabinete ampliado donde el vicepresidente no se guardó
adjetivos para descalificar al viceministro renunciante. El conflicto del
TIPNIS mostró todas las falencias y contradicciones del gobierno,
además de sus graves compromisos e intereses en los que ya se
encontraba envuelto. La táctica contra la VIII marcha indígena no podía
ser más intrincada, acusaciones y descalificaciones a los dirigentes de
las organizaciones indígenas, acusaciones que nunca se demostraron
y descalificaciones que rebajaban la integridad moral de los
acusadores. Represión violenta a una marcha pacifica indígena en el
puente San Lorenzo, cerca de Yucumo, después de haber intentado de
todo, movilización de colonizadores, quienes bloquearon la entrada a
Yucumo. Intentos de movilización de gente afín en San Ignacio de
Moxos, usando los recursos y la movilización sigilosa, también
nerviosa, de funcionarios celosos. Después vino la represión violenta a
la VIII marcha indígena, acto descarnado contra todo buen sentido,
160
acción preparada anteladamente, mediante un plan de operaciones,
que buscaba aislar en una reunión a los comunicadores presentes, en
el momento de la intervención. Se puso en la boca cinta adhesiva a las
mujeres y a los niños, que era los que más gritaban y hubieran dado
la alerta a los periodistas que estaban reunidos en Yucumo en una
supuesta conferencia preparada. Las flotas partieron con los detenidos
para llevarlos a rumbo desconocido o diseminarlos, empero no
contaban con la reacción de la gente del pueblo, quienes impidieron el
paso de las flotas. Intentaron trasladar a los detenidos por
Rurrenabaque, en avión. También fracasó este intento, pues
pobladores y organizaciones indígenas invadieron la pista e impidieron
el aterrizaje de los aviones. Se dice que había un preparativo militar
para intervenir, empero la renuncia de la ministra Cecilia Chacón
descolocó esta maniobra militar. Ya no iba haber un chivo expiatorio
de la intervención, que probablemente hubiera tenido consecuencias
fatales.
Después de la sañuda represión contra la marcha indígena, la opinión
pública se volcó en favor de la marcha indígena y de la defensa del
TIPNIS. Ya no eran solamente múltiples grupos de activistas jóvenes,
ambientalistas, ecologistas, anti-sistémicos, feministas, el apoyo
logístico de organizaciones y de organismos de soporte humanitario,
sino la población de las ciudades. Esto se vio claramente con el
recibimiento que tuvieron los marchistas de la VIII marcha en la ciudad
de La Paz. Un millón se personas entusiastas salieron a las calles a
recibir a los que llamaban sus héroes, que les dieron de nuevo la
esperanza. Dos columnas desde la cumbre hasta la Plaza San Francisco
acompañó la llegada de los marchistas. Éste recibimiento apoteósico
fue ya una victoria política contra el gobierno, que los había
estigmatizado y reprimido. Después vino la toma de la plaza de armas
por dirigentes de la marcha, exigiendo al gobierno el cumplimiento de
la Constitución y una ley que proteja al TIPNIS, el cierre de la plaza y
el aislamiento de los que comenzaron esta vigilia. Las organizaciones
sociales se volcaron en apoyo a los dirigentes de la vigilia tratando de
romper el cerco policial. Los enfrentamientos alrededor de la plaza
pusieron en peligro la seguridad del palacio quemado, incluso se dijo
que se dio la orden de evacuación del presidente. Sorpresivamente el
presidente tomó la decisión de proponer una ley de protección del
TIPNIS, que declaraba intangible el territorio indígena y parque
Isiboro-Sécure. Llamó mucho la atención que el presidente haya
bajado acompañado por el entonces ministro de comunicación a la
plaza, donde se encontraban los dirigentes de la vigilia y haya pedido
161
perdón a los indígenas. También se reunió con los dirigentes en el
palacio para tratar el texto de la ley. ¿Tomó esta decisión sólo, sin
consultar al vicepresidente, sin consultar a su gabinete? Es muy difícil
saberlo, pero quizás sea la hipótesis más plausible en este escenario
caótico.
El vicepresidente no llama a Congreso de emergencia al siguiente día,
espera hasta el lunes, dejando que pase el fin de semana. Amenaza
con que no iba a haber dos tercios para tratar esta ley. Sin embargo,
a pesar de sus resistencias esta ley se aprueba el lunes. La
promulgación de la ley formaliza la victoria política indígena. Lo que
viene después es como un retroceso por parte del gobierno, como si
estuviera arrepentido de lo que ha hecho. El propio presidente instiga
a los dirigentes campesinos y cívicos en una reunión en una población
del Beni a pedir la abrogación de la ley a través de sus representantes
asambleístas. El vicepresidente declara que lo intangible es intocable,
ni las comunidades que habitan el TIPNIS pueden tocar nada, como si
el hecho de habitar no fuera tocar y como sin lo intangible fuera
inmaculado. Se nota que el vicepresidente desconoce la jurisprudencia
internacional en este tema. Lo intangible no choca de ninguna manera
con los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. El
gobierno se resiste, en principio, a hacer el reglamento de la ley, que
exigen las organizaciones indígenas para dejar en claro de qué se trata
lo intangible y cómo se aplica. El reglamento se logra aprobar como
acuerdo entre el gobierno y las organizaciones indígenas.
Empero, después de estos hechos que parecían cerrar el conflicto, el
gobierno vuelve a insistir, posiblemente presionado también por las
organizaciones cocalera. Impulsa una marcha del CONISUR, que pide
la anulación de la ley. De principio esta marcha nace fallida, no sólo
por que se sabe de la participación del padrino gubernamental que
estaba detrás, sino también porque la opinión publica descubrió desde
un principio la grotesca maniobra del gobierno. La marcha paso su
recorrido sin apoyo de la gente de las ciudades por donde se dio lugar
la caminata, fue una marcha acompañada por la indiferencia. Este
contraste fue claro en comparación con la VIII marcha indígena. Sin
embargo, a pesar de estas muestras de indiferencia de la población y
el descrédito de la marcha cocalera, el gobierno siguió con su montaje,
insistiendo en que era una marcha de los verdaderos indígenas que
vivían en el TIPNIS. Estaba claro que el CONISUR es una organización
de la zona de avasallamiento del parque, el polígono siete, una
organización afiliada a las federaciones cocalera, por lo tanto se trataba
162
de productores de la hoja de coca y propietarios privado. Este montaje
como los otros del gobierno no podía sostenerse empíricamente.
Empero, la terquedad del gobierno, contra viento y marea, siguió
adelante. Llegó la marcha a La Paz, el presidente recibió a los
marchistas del CONISUR. Los marchistas cocaleros incluso entraron a
la asamblea legislativa después de romper con mucha facilidad el cerco
policial. Esto también forma parte de las escenificaciones de los
“directores de cine” del montaje gubernamental.
Se levantaron voces de todo lado en contra del intento torpe de anular
la ley corta. El gobierno no tenía argumentos, se inventó uno, que los
indígenas del CONISUR no fueron consultados. Llama la atención las
contradicciones de estos discursos insostenibles. Primero, lo que deja
claro todo este entretelón es que el gobierno no hizo la consulta previa
libre e informada cuando lo tenía que hacer, antes de su compromiso
de la construcción de la carretera. Ahora pide consulta de parte de las
organizaciones indígenas matriciales a los del CONISUR. ¿Tenían que
hacerlo? ¿Acaso habitan la TCO del TIPNIS? Este argumento tan
estrambótico, que no ruboriza a quienes lo dicen, también es utilizado
en la elaboración de una ley de consulta a los del TIPNIS sobre la
intangibilidad y el curso de la carretera. El teatro no podía ser más
patético cuando el propio vicepresidente justifica esta nueva violación
a la Constitución y las leyes diciendo que deberíamos haber hecho lo
que ahora se hace, consensuar, empero habla del consenso con los del
CONISUR. ¿Cómo se puede seguir sosteniendo estas argumentaciones
contra toda lógica y contra toda base empírica?
Ahora se ha elaborado una ley de consulta que pretende hacer una
consulta posterior, extemporánea, a las comunidades del TIPNIS. ¿No
se dan cuenta, o creen que nadie se da cuenta, que con esto se anula
la ley corta, y que muestra este hecho toda la irresponsabilidad
acumulada en gobernantes y asambleístas? ¿No se dan cuenta que así
no se hacen las leyes, de acuerdo a la Constitución, que exige la
construcción colectiva de la ley? ¿No se dan cuenta que antes se debe
sacar una ley general sobre la consulta y no adelantarse con un tema
de consulta circunscrita a una zona y a un problema? Parece que no.
Empero lo que deja perplejo es la sinuosa historia de leyes
inconstitucionales elaboradas y promulgadas, esta es una más de ellas.
Nuevamente se violan los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios, consagrados en la Constitución, se atenta contra los
derechos de la madre tierra, se avanza en dispositivos que apoyan la
destrucción y depredación del territorio indígena y parque. No sólo
163
porque se trata de una consulta extemporánea y forzada, sino por que
forma parte de los compromisos con el gobierno brasilero, el IIRSA, el
banco de desarrollo de Brasil, las federaciones cocaleras y la burguesía
agrícola que quiere ampliar la frontera agrícola. Todo esto forma parte
de las políticas de extensión del modelo extractivista colonial del
capitalismo dependiente.
Es triste el papel de los asambleísta, senadores y diputados, que lo
único que hacen es cumplir ordenes y no deliberar nunca, no
representan nunca a sus representantes, formando parte de una
maquinaria demoledora de votos, sin criterio, sin sentido, sin
argumentos. Nada puede justificar la ley que han elaborado, es un
dispositivo más en contra de los pueblos indígenas. La misma ley es
inconsistente, in-compaginable, improvisada y coyuntural. Lo que se
devela es que es demasiada desesperación por imponer una carretera
depredadora. Por lo tanto se develan los grandes intereses que
defiende y en los que está comprometido el gobierno y el congreso
cómplice.
La algarabía de los comediantes
Los marchistas que quedan del CONISUR fueron a la Asamblea
Legislativa, donde fueron recibidos con gran alboroto por los
legisladores. Esta fiesta tiene su razón de ser; la ley de consulta va a
ser presentada como consenso con los marchistas del CONISUR. Esto
son los cuerpos del delito, cuerpos que son como la legitimidad del
proyecto en cuestión. Se trata de un consenso entre una organización
cocalera que no habita la TCO del TIPNIS, se trata de productores y
propietarios privados de la zona de avasallamiento del parque, el
polígono siete. No se entiende qué festejan los legisladores, tampoco
se entiende que este consenso haya resuelto el problema y el conflicto
del TIPNIS. Dejaron de lado la ley corta, el reglamento, también a las
organizaciones indígenas de tierras bajas y la subcentral del TIPNIS,
que representa a las sesenta y cuatro comunidades del territorio y
parque Isiboro-Sécure. ¿Hay algo que festejar? Favorecen a los
avasalladores del parque y descartan a los dueños del territorio. ¿Es
este un consenso? ¿Dé que hablan los legisladores y su presidente del
congreso cuando mencionan con aire de satisfacción la palabra
consenso? ¿Qué consenso? No hay consenso con las naciones y pueblos
indígenas originarios, no hay consenso con las organizaciones matrices
de los pueblos indígenas, no hay consenso con el pueblo boliviano que
164
apoyó la VIII marcha y la defensa del TIPNIS. ¿Qué creen estos
legisladores y el gobierno? ¿Qué resuelven algo con este teatro
político? No resuelven nada, no aprendieron la lección; vuelven a
vulnerar los derechos fundamentales, la Constitución, las leyes, los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos
de la madre tierra.
Una pregunta es pertinente a estas alturas: ¿Es un problema de vida o
muerte para el gobierno la construcción de la carretera que atravesaría
el TIPNIS? No preguntamos si es un tema estratégico para el proceso;
claro que lo es, pero en un sentido contrario a la interpretación del
gobierno. Es urgente defender la región de mayor biodiversidad y clave
en el ciclo de la reproducción del agua, es indispensable defender los
derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la
Constitución, es primordial defender el modelo alternativo al
extractivismo y la depredación. Pero, la desesperación del gobierno
llama la atención. ¿Por qué se juega la vida en el conflicto del TIPNIS?
Incluso entendiendo que el gobierno escogió el modelo extractivista
colonial del capitalismo dependiente, que el gobierno decidió restaurar
el Estado-nación, liberal y colonial, ¿en este proyecto es tan urgente
perder la cabeza por el conflicto del TIPNIS? Ya perdieron la credibilidad
por la sañuda represión contra la VIII marcha indígena, perdieron la
orientación y el valor ético al develar descarnadamente su utilización
discursiva de la defensa de la madre tierra en su desenvuelta práctica
y política extractivista y depredadora. ¿Por qué arriesgan tanto? No
resolvieron problemas mayúsculos económicos, la producción de
carburantes, la industrialización de los hidrocarburos, la explotación e
industrialización del Mutún, siguen dominando en la minería las
empresas trasnacionales; ¿Por qué no dedicar mas bien su compulsión
política por resolver estos problemas? Incluso dentro de su perspectiva
nacionalista y restauradora. No se entiende. Faltan variables para
entender este contrasentido. ¿Será que es una obsesión, un capricho
político al que te lleva ciegamente la confrontación? ¿O son factores
que desconocemos pues conforman las regiones oscuras y opacas de
las relaciones paralelas, de las políticas paralelas, de las relaciones de
poder vinculadas a la economía política del chantaje?
Ya les dijo un asesor del CIDOB, Plácido Semo, ¿si están tan
interesados en hacer una consulta extemporánea, por que no anulan
los contratos con OAS? Un mínimo de honestidad en todo este montaje
sórdido. No la hay. ¿Qué es lo que no se transparente en todo este
juego perverso en torno a un territorio indígena y parque? Lo que se
165
nota en toda esta historia, desde el periodo de los primeros
avasallamientos, es que hay un peculiar interés en las organizaciones
cocaleras y sus afiliados en ampliar la frontera agrícola avanzando
sobre los parques y territorios indígenas. Se puede deducir que el
gobierno tiene un compromiso insoslayable con su núcleo duro de
apoyo. Empero esto es complicado, pues el cumplimiento de la
demanda cocalera es inconstitucional y avasalladora, atentando contra
los derechos de los pueblos indígenas, la Constitución y la madre tierra.
Tiene un costo político grande, pues induce directamente al
enfrentamiento con las organizaciones indígenas, organizaciones
sociales y pueblo boliviano, como se evidenció en el conflicto del
TIPNIS. ¿Vale arriesgar tanto por cubrir los intereses de un sector de
la sociedad, el de los cocaleros excedentarios?
Lo otros factores que salieron a flote tienen que ver con su cómplice
relación con la empresa constructora OAS, el gobierno brasilero y el
Banco de Desarrollo del Brasil. No se escatimaron medios para fines
nunca aclarados, a no ser que se crea ese discurso desgastado del
desarrollo, muy parecido a los discursos asistenciales del Cuerpo de
Paz. Se transgredieron normas de contratación de bienes y servicios,
fuera de violar la propia Constitución, se llegó a usar todos los medios
de presión para seguir adelante, incluyendo una espantosa represión a
la VIII marcha. ¿Por qué se hace esto? ¿No se miden las
consecuencias? ¿Los compromisos son demasiado grandes que ya no
se puede retroceder? Estas preguntas no se pueden resolver sin
recurrir a una hipótesis interpretativa, la hipótesis de la presencia
gravitante del diagrama de poder de la corrupción.
En la historia fatídica de las relaciones entre empresas trasnacionales
y gobiernos aparece este ámbito de relaciones corrosivas, perversas,
cuyas lógicas no se encuentran en las normas, aunque las utilicen.
Sobreprecios, sobrevaluaciones, circuitos indebidos de dinero,
adelantos, porcentajes de participación, dobles contabilidades,
circuitos de influencia, comprometiendo a altos funcionarios, grandes
negociados, como se dice. Este tema siempre fue objeto de acusación
en otros gobiernos; lo sintomático es que vuelva a serlo ahora en este
gobierno, que supuestamente lucha contra la corrupción. Las
anécdotas alrededor del tema de la carretera que atraviesa el TIPNIS
son alarmantes; se tiene el convenio con el gobierno brasilero ya el
2008, en un encuentro entre presidentes. Los arreglos ya venían desde
hace cuatro años. Empero la anécdota más exuberante es la súbita
llegada del expresidente de Brasil Lula da Silva a Santa Cruz para una
166
reunión financiada por OAS, donde se reunieron el gobierno, el
presidente de Bolivia, el expresidente de Brasil, con la CAINCO y los
dirigentes de las “trillizas”, las organizaciones campesinas, en pleno
conflicto del TIPNIS. Ya ni se guardan las apariencias. Se pueden seguir
con las anécdotas, incluyendo a otras empresas constructoras
brasileras que han incumplido con sus compromisos y se las ha
exonerado de toda responsabilidad, incluyendo la devolución de las
boletas de garantía. Pero no vamos a seguir adelante; lo que interesa
es lo que muestran sintomáticamente estas anécdotas. Son
estrechamente intimas estas relaciones con las empresas aludidas que
juegan como relaciones de poder condicionante en las decisiones
políticas. Por eso, la pregunta sobre quién gobierna es fundamental en
el análisis de coyuntura.
Ciertamente todo proceso conlleva en sus entrañas contradicciones que
estallan en determinados momentos; esto ha pasado también con este
proceso de cambio. Empero lo que llama la atención es la rapidez con
la que se ha presentado la crisis en el proceso, sobre todo la
restauración de redes y estructuras ligadas a la economía política del
chantaje, el mundo paralelo. La rapidez con la que se ha extendido. ¿El
gobierno era tan vulnerable ante estos circuitos alternativos y
deformantes? Tal parece que sí. Y esto se puede explicar por la
desintonía entre las gestiones de gobierno (2006-2012) y la etapa de
las luchas sociales (2000-2005). El gobierno es producto de las
elecciones, no directamente de las insurrecciones y movilizaciones
desplegadas en el periodo de luchas. Entonces tenemos un gobierno
que se crea un discurso de vinculación con esta etapa, que no
corresponde a la realidad; se trata de un mito de legitimación, el
gobierno de los movimientos sociales. Empero este discurso no
sustituye a la potencia social, lo suplanta. El gobierno no cree en los
objetivos trazados por las luchas sociales, la Agenda de Octubre, es
más, cree haberlos cumplido, menos cree en una Constitución
descolonizadora que abole el Estado-nación y abre e horizonte del
Estado plurinacional comunitario y autonómico. Entonces era de
esperar que el contingente gubernamental caiga rendido a la seducción
de las relaciones y estructuras paralelas.
Es en este contexto que debemos descifrar esa forzada ley de consulta
de la Asamblea Legislativa, es en este cuadro que debemos decodificar
los contrasentidos de las actuaciones del legislativo, consensuar con
los cocaleros y no con los indígenas del TIPNIS, pretender sacar una
consulta extemporánea sin anular los contratos y los convenios con
167
OAS, pretender abrogar la ley corta, a pesar de que la promulgó a
pocos días. Es también en este escenario que debemos entender la
algarabía de los legisladores.
La versión de la presidenta del Senado
¿La ley de consulta extemporánea y extractivista no viola la
Constitución? ¿Ha entendido la Constitución la presidenta del senado?
¿Sabe lo que significa el artículo dos que reconoce el auto-gobierno y
la libre determinación, la consolidación de sus territorios a los pueblos
indígenas? ¿Se ha detenido a pensar sobre los derechos indígenas
consagrados en la constitución? ¿Tiene idea lo que es el vivir bien,
como modelo alternativo al capitalismo a la modernidad y al desarrollo?
¿Entiende que la constitución protege a los territorios indígenas y
parques? ¿Se ha puesto a pensar lo que exige la construcción del
Estado plurinacional comunitario y autonómico? Sobre todo se observa
que no entiende lo que quiere decir consulta previa libre e informada.
Se ve que no. No les interesa entender. El poder ha tomado a toda esta
gente, ha tomado sus cabezas, que ahora sirve sólo para justificar lo
que hace el gobierno, comprometido con un proyecto extractivista
colonial del capitalismo dependiente.
Las versiones triunfalistas de los senadores
No es una consulta es una imposición, es un dispositivo para imponer
la construcción de la carretera. Ese es el interés, no los derechos de
las naciones y pueblos indígenas. La desfachatez de un senador de
Cochabamba llega a extremos. ¡Veinte kilómetros nada más! En esta
desfachatez se muestra todo el desprecio a los pueblos indígenas, a
sus territorios y a sus derechos. En toda esta aseveración desmedida
e incomprensible, pues es totalmente falsa, se nota la apreciación que
tienen de la madre tierra. Lo único que les interesa es ampliar la
frontera agrícola y plantar coca excedentaria. Tampoco les interesa
saber si el gobierno ha comprometido la soberanía del país con su
compromiso con el gobierno brasilero y la empresa corrupta OAS. Esto
no entra en sus cabezas. Además creen que se ha luchado durante seis
años (2000-2006) para que los cocaleros sean ricos. Esa es la imagen
que tienen del proceso.
168
Para eso son buenos, para aprobar leyes inconstitucionales, en contra
de las naciones y pueblos indígenas, en contra de los territorios
indígenas y parques, en contra de la madre tierra. Son buenos para
restaurar el Estado-nación, liberal y colonial. Son buenos para ampliar
la frontera agrícola en beneficio del mercado lícito e ilícito. Son buenos
para ser los mejores servidores de los intereses de las empresas
trasnacionales, de hidrocarburos, de la minería y de la construcción.
A todas luces, se trata de una consulta extemporánea, que contraviene
la Constitución y los convenios internacionales, además de in-consulta
y extractivistas; la consulta misma pretende ser controlada por el
mismo gobierno. La desesperación gubernamental ha llegado lejos; ha
desconocido la ley 180, aprobada por la Asamblea y promulgada por el
mismo presidente. No hay rubor en abrogarla un poco después con una
ley de consulta, sin anular los contratos con OAS y dar vuelta atrás en
los dos tramos comenzados de la carretera. Toda una historia de
contradicciones y de abusos en torno al TIPNIS muestran el lado oscuro
del conflicto, los compromisos del gobierno con la ampliación de la
frontera agrícola para el monocultivo excedentario de la hoja de coca,
los compromisos del gobierno con la burguesía agrícola y los nuevos
ricos en la expansión de la frontera agrícola y sobre todo los
compromisos del gobierno con la empresa corrupta de OAS.
Los sustentos de la maniobra
Este hecho, la de que el CONISUR representa a los cocaleros, tanto
colonizadores e indígenas del polígono siete, es una demostración clara
sobre cuáles son bases sobre las que se ha montado la maniobra del
gobierno en lo que respecta a la marcha del CONISUR. Creyendo poder
desinformar a la opinión pública haciendo creer que los del CONISUR
son parte de la TCO del TIPNIS, cuando no lo son, forman parte del
polígono siete, de la zona de avasallamientos, que cuenta con títulos
individuales y sus propietarios están afiliados a las federaciones
cocaleras. La política del gobierno se basa en una trama de engaños,
que pretenden ser astucias, y no llegan a ser sino conductas sinuosas.
Gente ajena al TIPNIS pretende decidir el destino de los que habitan la
TCO del territorio indígena y parque. Ahora cínicamente, la asamblea
legislativa ha elaborado una ley de consulta extemporánea, con el
objeto de anular la ley 80, conquista de la VIII marcha y del pueblo
boliviano que apoyó la defensa del TIPNIS. Ley de consulta que ya ha
sido aprobada por la Asamblea Legislativa.
169
Personeros del gobierno dicen que sean los habitantes del TIPNIS los
que decidan en una consulta si pasa o no pasa la carretera, sobre si se
aplica o no la intangibilidad. Cuando se tiene aprobada la ley 180,
cuando se ha acordado el reglamento que aclara el sentido de la
intangibilidad. Basados en una marcha de los cocaleros del CONISUR y
gente de la COR de San Ignacio de Moxos, que no pertenecen al
TIPNIS. Todo esto muestra la inclinación a la improvisación, pero
también a forzar las cosas. Hacer las cosas a empellones. No
consultaron a las organizaciones matrices indígenas en la elaboración
de la ley de consulta, consultaron a los caciques del CONISUR. Estos
exabruptos no afectan para nada, no les incomoda, a personajes
indolentes, que les da lo mismo decir una cosa u otra, contradecir
ahora lo que dijeron ayer. No importa. Lo que importa es hacer las
cosas de acuerdo a las órdenes, refugiarse en los microclimas de
complicidad, donde todo vale. Se protegen entre ellos, se auto-
convencen de sus propias insostenibles argumentaciones. Están con la
mayoría parlamentaria y eso es lo que cuenta, están con la fuerza y
eso es lo que vale.
¿Cuál es el problema de fondo en este tema de la consulta y por qué
no se puede aceptar un argumento que parece convincente de que al
final decidan las comunidades del TIPNIS? Primero, están anulando la
ley 180, que defiende al TIPNIS e impide que la carretera atraviese el
territorio y parque; segundo, que es una consulta extemporánea, sin
que el gobierno haya anulado el contrato con OAS y desconocido los
avances de los tramos I y III de la carretera, que es lo que debería
hacer en una demostración de mínima honestidad con lo que dice
hacer; tercero, un gobierno que no tiene ni palabra ni ley, que no
cumple, que no tiene ética y moral, no puede sostener nada de su
proyecto de ley de consulta, esta llevando nuevamente a un conflicto
de magnitud, sin importarle las consecuencias, sin haber aprendido
ninguna de las lecciones del inmediato pasado; cuarto, ya no se puede
ocultar el compromiso con OAS, el peligroso avance de los cocaleros
excedentarios en territorios indígenas y parques, los compromisos no
solamente con la trasnacional de la construcción sino con las
trasnacionales del petróleo, tampoco se puede esconder el impacto
ambiental, reconocido en un estudio que el propio gobierno ha
mandado a hacer y ahora olvida. Como si no fuera poco, fueron los
propios senadores quienes se encargaron de decir que se trataba de
construir la carretera, en plena algarabía de comediantes cuando se
presentaba el proyecto de ley de consulta. No hay donde perderse. No
se puede aceptar esta impudorosa maniobra. Se debe poner coto al
170
manoseo y manipuleo del gobierno, se deben tomar las cosas en serio
y reconducir un proceso que marcha al abismo.
Versión del presidente
Dice que la ley de consulta extemporánea y extractivista cumple con
la Constitución. ¿Cómo puede llegar aseverar semejante cosa? ¿No
sabe acaso que la Constitución, los convenios internacionales y las
leyes contravienen plenamente la inconstitucional ley de consulta que
acaban de aprobar? Estos dispositivos legales, su espíritu, su filosofía,
defienden los territorios indígenas, la madre tierra, el vivir bien, la
consulta previa libre e informada, anterior a cualquier inicio de
proyecto que atente contra sus derechos, apuntan a un modelo
civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y el desarrollo.
Si el presidente no conoce la constitución estamos perdidos. El que no
cumple con la Constitución es el presidente, no construye el Estado
plurinacional comunitario y autonómico, como la Constitución manda;
restaura el Estado-nación, liberal y colonial. No orienta la economía al
modelo alternativo propuesto por la Constitución, sino opta por el
modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, siguiendo la
ruta de los conquistadores, colonialistas, las castas dominantes de la
república. No orienta una transformación integral en el sentido de la
transición civilizatoria del vivir bien, prefiere repetir los vicios de la
modernidad capitalista en las sociedades periféricas del sistema-
mundo. Lo que se ha hecho es solamente una suplantación y una
hipóstasis; se ha suplantado a los movimientos sociales por un
mecanismo electoral y una compulsión electorera, se ha sustituido la
Constitución por la desvergonzada práctica de sumisión a las empresas
trasnacionales y dejándose llevar, como en todas las épocas anteriores,
por el diagrama de poder de la corrupción. Ahora se anula sin ningún
pudor la ley 180 en defensa del TIPNIS y se la sustituye por una ley de
consulta extemporánea, sin anular los contratos con OAS y los tramos
avanzados de la carretera. Se ha atravesado los límites mismos del
cinismo, se tiene el descaro de creer que se hace creer a la gente las
insostenibles justificaciones de tamaña violencia estatal.
No puede ser que tengamos un presidente que no tenga ley ni palabra,
que no cumpla con las naciones y pueblos indígenas, con la VIII marcha
indígena, después de haberles pedido perdón por la represión, en cuya
orden estuvo involucrado junto con el autor intelectual del terror
jacobino criollo-mestizo. No puede ser que tengamos un presidente
171
que en los foros internacionales, durante el proceso constituyente,
hasta la contra-cumbre de Tiquipaya haya hablado de la defensa de los
derechos de la madre tierra; era sólo un discurso para impresionar en
los foros, para ganar fama y nada más. No tiene vocación de defensor
de la madre tierra, tiene vocación extractivista y desforestadora,
impulso tanático (de muerte) correspondiente a toda élite gobernante
republicana del Estado-nación subalterno. No podemos tener un
presidente que impulsa la anulación de la ley corta en defensa del
TIPNIS, inmediatamente después de haberla promulgado. No hay ética
ni moral en esta acción. Menos podemos tener un presidente que dice
que se trata de una ley de consulta que cumple con la Constitución,
cuando todo el mundo sabe que se trata de una consulta
extemporánea, con todos los contratos suscritos con OAS, con los
tramos I y III avanzados, sin que estos se hayan anulado. Es una nueva
violación a la Constitución, a los convenios internacionales, a los
derechos indígenas y a los derechos de la madre tierra.
172
Un Estado de excepción
Estado de excepción
El Estado de excepción es el que suspende los derechos, incluso los
fundamentales. Ciertamente la medida de excepción la toman los
gobiernos en momentos de emergencia y de crisis, sobre todo cuando
ésta se encuentra en sus momentos más candentes. El justificativo casi
siempre es la seguridad del Estado contra la subversión. Empero
también se interpreta la excepción como el origen instituyente del
Estado; el Estado nace en la excepción misma, se construye sobre la
base de esta suspensión de los derechos, sean adquiridos o naturales.
El Estado emerge ante una sociedad que se supone disgregada y en
conflicto. El Estado se propone como el unificador y como la unificación
misma, como si fuese la síntesis misma de la sociedad, aunque esta
síntesis expropie y anule la libertad social. Hay pues una violencia
inicial en la matriz del Estado y también en la ley, además de que
cuentan, el Estado y la ley, con la posibilidad de recurrir a la fuerza
para hacer cumplir la ley y hacer respetar la existencia del Estado.
La excepción es la que confirma la regla; la regla es precisamente el
cumplimiento duradero de esta excepción. El monopolio de la violencia,
el monopolio de la verdad, el monopolio de la representación,
confirman esta perdurabilidad de la excepción misma, llevada a la
práctica en todos los terrenos de la estatalización. El Estado existe en
un permanente enfrentamiento con la sociedad, a la que considera
como la cuna de los múltiples desbordes, de las plurales
transgresiones. La existencia de la sociedad es un peligro constante
para el Estado. Lo paradójico es que el Estado requiere de la sociedad
para existir, se alimenta de las energías sociales, aunque las absorbe
y las desvía en beneficio propio, debilitando las iniciativas sociales. Por
su parte, la sociedad se defiende, se expande, se potencia,
arrancándole al Estado la ampliación de sus derechos y obteniendo
conquistas sociales, políticas, económicas, culturales. La sociedad
existe cuestionando la propia excepción, raíz del Estado mismo.
Los conflictos manifiestan esta lucha profunda, esta contradicción
desgarradora, esta pugna por los derechos, por parte de la sociedad,
y esta búsqueda insaciable por consolidar el poder, por parte del
Estado; lucha por la emancipación, por un lado, lucha por la
legitimación, por otro lado. Este combate puede tener periodos de paz,
empero se trata de la guerra en la filigrana de la paz. La tensión latente
emerge con fuerza en momentos de crisis; la crisis empuja el volcán
173
latente a emerger. Las crisis se dan cuando se rompe el inestable
equilibrio, cuando los ciclos culminan su recorrido, cuando se rompen
pactos, cuando se rompen acuerdos, cuando se suspenden los
derechos vulnerándolos.
El Estado tiene también sus ciclos, mas bien su genealogía; no es el
mismo Estado en distintos periodos, en diferentes épocas; incluso ha
sido destruido por revoluciones. Empero parece resurgir de sus propias
cenizas. Estas revoluciones no sustituyeron al Estado por otra cosa,
por una asociación libre de productores, por la comunidad, que pone
en cuestión la apropiación privada de lo común, también la apropiación
pública de lo común. Ante un Estado que defiende la propiedad privada,
el Estado que defiende lo público no es la alternativa, pues es la otra
cara de la medalla. Lo alterativo, lo distinto, la diferencia histórica y
política radica en la comunidad, en la defensa de lo común por parte
de las asociaciones sociales.
Lo común está en todas partes, es parte de las bondades de la madre
tierra, de las fuerzas integrantes del caosmosis; esta en los ciclos
vitales del agua, del aire, de los suelos, de los bosques, de la
multifacética vida. La expansión de lo privado atenta contra lo común,
la expansión de lo público atenta contra lo común. Se oponen a lo
común pues se mueve en la espontanea participación de la
complementariedad de los ciclos, donde no es posible una valorización
económica, tampoco una valorización política.
El enfrentamiento del Estado-nación con las comunidades indígenas
radica en esta profunda confrontación, en esta contradicción entre lo
común y la apropiación privada-pública. El Estado-nación no concibe
que los bosques no sean destruidos en aras del desarrollo, no concibe
que las comunidades cohabiten armónicamente con los seres y ciclos
vitales de los nichos ecológicos. Para el Estado-nación, la naturaleza es
el campo de objetos que se tiene dominar en beneficio del desarrollo.
Los únicos derechos que acepta de agrado son los derechos de la
propiedad privada y los derechos públicos, no acepta los derechos
comunitarios, aunque se los impongan las luchas sociales. Pueden
quedar como enunciados, pero no para cumplirlos.
La confrontación en los territorios indígenas expresa estas profundas
contradicciones. Los derechos de las naciones y pueblos indígenas han
sido constitucionalizados por causa de luchas sociales anticoloniales y
descolonizadoras. Empero el Estado-nación no puede cumplirlos, pues
estos derechos cuestionan, por así decirlo, su esencia, pública y
174
privada. Esta es la razón que la Constitución estableció la
transformación pluralista del Estado, es decir la demolición del Estado-
nación en todos sus niveles y planos, para construir una transición
civilizatoria configurada políticamente en el Estado plurinacional
comunitario y autonómico. El Estado-nación no puede aceptar esta
transición, no puede aceptar su propia demolición. Para impedirlo tiene
varios recursos, uno de ellos es la violencia, otro es la restauración,
pero también puede optar por la simulación. Hacer creer que se inviste
de Estado plurinacional, puede cambiar nombres, pero mantener sus
mismas instituciones. Puede hablar a nombre del Estado plurinacional,
pero sin hacer nada efectivamente por encaminarse al pluralismo
institucional. Puede permitir la ficción en el discurso, pero no puede
permitir traspasar los límites discursivos, no puede realizar el Estado
plurinacional. Solo las multitudes podrían hacerlo, solo las naciones y
pueblos indígenas podrían hacerlo, solo el proletariado nómada podría
hacerlo. El Estado plurinacional comunitario y autonómico será
producto de una movilización general perdurable.
175
Análisis del PROYECTO DE LEY DE CONSULTA A LOS PUEBLOS
INDÍGENAS DEL TERRITORIO INDÍGENA Y PARQUE NACIONAL
ISIBORO SÉCURE – TIPNIS
La ley parte de un artículo que no puede sostenerse, dice que el objeto
de la ley es convocar a la Consulta Previa Libre e Informada;
textualmente se expresa así:
La presente ley tiene por objeto convocar al proceso de Consulta Previa
Libre e Informada a los pueblos indígenas del Territorio Indígena y
Parque Nacional Isiboro Sécure – TIPNIS, y establecer el contenido de
este proceso y sus procedimientos.
¿Cómo pueden sostener que se trata de una consulta previa sin haber
anulado el contrato con OAS? ¿Cómo se puede tener cara para escribir
esto y aprobarlo cuando todo el mundo sabe que el convenio y el
contrato se acordaron el 2008, que el tramo I y el tramo III ya
comenzaron a efectuarse, que el tramo II forma parte continua de
estos tramos, que hicieron tres tramos para eludir precisamente la
obligación de la Consulta Previa Libre e informada a los pueblos
indígenas que habitan la TCO del TIPNIS? ¿Cómo se puede seguir
afirmando esto cuando se sabe que fue aprobado el préstamo del
Banco de Desarrollo del Brasil para el financiamiento de la carretera?
Todo contrasta y falsea el discurso gubernamental y de los
legisladores. No puede sostenerse el primer artículo del proyecto de
ley. Menos aun cuando se tiene una ley corta y su reglamento que
defienden el TIPNIS. Estas incongruencias matan de inicio no sólo la
lógica del proyecto, sino también su legitimidad y por lo tanto su
legalidad.
El artículo 2 es sencillamente descriptivo, hace un recuento de la
normativa antecedente. Empero es solamente eso, describe la norma
anterior sin tomar consciencia de que entra en flagrante contradicción
con toda esta normativa. Hablamos de que el derecho de las naciones
y pueblos indígena originario campesinos a ser consultados está
establecido en numeral 15, parágrafo II, del artículo 30 y en el artículo
352 de la Constitución Política del Estado, en la Ley Nº 1257 de 11 de
176
julio de 1991 (Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo – OIT) y en la Ley Nº 3760 de 7 de noviembre de 2007
(Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas). Obviamente no menciona como antecedente la Ley corta,
aprobada por el Congreso y promulgada por el presidente. El numeral
15 del capítulo 4, de la sección II, del Título II sobre los Derechos
fundamentales establecidos en la Constitución, dice claramente cada
vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles
de afectarles. Esto ya ocurrió hace cuatro años y los diseñadores del
proyecto, los legisladores de mayoría, no se inmuta, continúan como
si la realidad fuera cambiable a gusto de sus delirios y compulsiones.
Toda la filosofía, la estructura, la composición y el sentido del texto del
Convenio 169 de la OIT entra en total desaprobación de su proyecto
de ley de consulta extemporánea. Mucho más si hablamos de la
Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos
indígenas. Pero, los legisladores no se avergüenzan de citar estos
convenios, como si no se dieran cuenta, de las abismales
contradicciones entre estos convenios y su proyecto de consulta
posterior. Sin embargo, no hay que asombrarse de estos
comportamientos, pues ya estamos en la etapa no sólo de la paranoia
del poder de gobernantes y legisladores, sino de la total enajenación.
Ya confundieron la realidad con sus propios discursos y viciosas
justificaciones.
En relación de lo que acabamos de decir hay que hacer notar que el
espíritu de estas normas citadas, que hacen de antecedente a la ley de
consulta, están enfocadas a defender los derechos de los pueblos
indígenas, el derecho al autogobierno, el derecho al territorio, a la
autonomía, al ejercicio de sus gestiones de acuerdo a normas y
procedimientos propio y respetando sus instituciones. También
obviamente estas normas defiende el derecho a la consulta libre previa
e informada de parte de los pueblos indígenas. ¿Cuál es la relación
entre los anteriores derechos y el derecho a la consulta? Ciertamente
no pueden ser contradictorios, no es pensable una consulta que atente
contra los derechos mencionados, por ejemplo una consulta que afecte
a sus territorios, su autonomía, su autogobierno, sus instituciones, sus
formas de gestión. Estos es impensable. Pero precisamente este
impensable ha sido establecido en la ley de consulta del gobierno, se
quiere una consulta, que además de ser extemporánea, atente contra
sus territorios y derechos, en nombre nada menos que de la ilusión del
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desarrollo. Esta atroz contradicción ha sido aprobada por el Congreso
y seguramente pretende ser promulgada por el presidente.
El Artículo 3 que trata del ámbito de la Consulta Previa Libre e
Informada, define el alcance de la ley e identifica a Mojeño-Trinitarias,
Chimanes y Yuracarés que habitan el territorio indígena y parque
Isiboro-Sécure, a quienes se va aplicar la consulta. Llama la atención
que son precisamente estos pueblos con los que no se ha acordado el
proyecto de ley; el proyecto se acordó con los del CONISUR, cocaleros
e indígenas, de por lo menos las comunidades incorporadas y
absorbidas en el avasallamiento cocalero, zona que ahora es definida
como del polígono 7. Estos indígenas también son cocaleros y
propietarios privados afilados a las federaciones cocaleras. Se acuerda
el proyecto de ley con los que no habitan la TCO del TIPNIS. ¿Cómo se
entiende esto? Es ya un mapa de contrasentidos, sinsentidos y
contradicciones. ¿Cómo se puede sostener un proyecto de ley así? No
se puede sostener lógicamente sino sólo en el imaginario paranoico de
legisladores y gobernantes, sólo se puede sostener por la violencia
desmesurada del Estado.
Uno de los artículos más importantes es el cuarto, el relativo a la
finalidad del proyecto. Vamos a detenernos en éste para analizar su
escritura y normativa. El artículo en cuestión se expresa así:
Lograr un acuerdo entre el Estado Plurinacional de Bolivia y los pueblos
indígena originario campesinos Mojeño-Trinitario, Chimane y Yuracaré
sobre los siguientes asuntos:
Definir si el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure
(TIPNIS) debe ser zona intangible o no para viabilizar el desarrollo de
las actividades de los pueblos indígenas Mojeño-Trinitario, Chimane y
Yuracaré, así como la construcción de la Carretera Villa Tunari - San
Ignacio de Moxos.
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Establecer las medidas de salvaguarda para la protección del Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure – TIPNIS, así como las
destinadas a la prohibición y desalojo inmediato de asentamientos
ilegales dentro de la línea demarcatoria del TIPNIS;
Volvemos otra vez al descaro de la exposición cuando dice lograr un
acuerdo entre el Estado y los pueblos indígenas, precisamente los
pueblos que no han participado y no han sido consultados en la
elaboración de la ley; sus organizaciones matriciales han sido
excluidas, estigmatizadas y reprimidas. Cómo se puede llegar a esta
ironía macabra. En la historia se han dado esta clase de escenas donde
la victima tenía que soportar no solo escarnio sino la propaganda de
que hay acuerdo de la victima. ¡Sado-masoquismo! En los campos de
concentración se ponía música clásica mientras se llevaba a los
condenados a la cámara de gas. Los campos de concentración japonesa
en la guerra de ocupación de la China continental se nombraban como
“Paraísos”. Podemos seguir, no es la primera vez que este humor negro
sale como parte del talento oscuro de los dominadores y verdugos.
Pero continuemos, el núcleo del tema de la ley es la intangibilidad. La
ley 180, la ley corta en defensa del TIPNIS, declara al territorio y
parque como territorio intangible. El vicepresidente se apresuró a
interpretar el sentido de lo intangible de una manera metafísica como
intocable, como si fuera un territorio inmaculado. ¿De dónde sacó esto?
No hay ningún antecedente al respecto en la normativa sobre lo
intangible. ¿Qué clase de interpretación es esta? Habla más del
intérprete que de la propia correcta interpretación, habla más de la
psicología del intérprete que del objeto de la interpretación. ¿Algo
intocable? Lo único intocable son los fantasmas, en este caso los
fantasmas del vicepresidente. No existe ese territorio metafísico; todos
los eco-sistemas son tocables, los componentes de los nichos
ecológicos se tocan, los habitantes del territorio indígena se tocan. En
la jurisprudencia lo intangible es para proteger a los pueblos indígenas
de agentes depredadores y extractivistas. De eso se trata. Después de
esta interpretación que puede entrar al anecdotario de la intrepidez
descabellada, vienen las jocosas demostraciones de personeros del
gobierno y también de legisladores de que el TIPNIS no había sido
virgen. ¿Qué quieren decir con esto? ¡Descubrimiento de la pólvora! La
Amazonia estaba habitada por cientos de pueblos, los que consideraron
virgen a la amazonia fueron los censos de la republica de 1900 y 1950,
179
haciendo desaparecer por arte de magia a los pueblos amazónicos.
Esto forma parte del imaginario criollo y mestizo de los siglos XVIII,
XIX y parte del XX, que no considera persona al indígena, tampoco
pueblo, menos habitantes en condiciones de reproducción social. Otra
forma de hacerlos desaparecer era llamarlos salvajes, cosa que volvió
a hacer el dirigente máximo de la CSUTCB. El objetivo de este jocoso
esfuerzo de los funcionarios era descalificar a los proyectos
comunitarios del TIPNIS. Recurrieron a la técnica de la desinformación
para estigmatizar los proyectos de turismo ecológico. El argumento
usado es que era para millonarios. ¿Qué clase de personas son las que
elucubran semejantes argumentos? Lo que se nota en todo esto es que
el gobierno y los legisladores se encuentran entrampados en una
guerra a muerte contra las naciones y pueblos indígenas originarios,
contra sus derechos consagrados en la Constitución, contra los
derechos de la madre tierra y contra la Constitución. No saben que
hacer para encubrir este velado proyecto, que probablemente de una
manera no-consiente llevan adelante al optar por el modelo
extractivista colonial del capitalismo dependiente. La intención es clara
cuando se dice:
Definir si el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure
(TIPNIS) debe ser zona intangible o no para viabilizar el desarrollo de
las actividades de los pueblos indígenas Mojeño-Trinitario, Chimane y
Yuracaré, así como la construcción de la Carretera Villa Tunari - San
Ignacio de Moxos.
Es posible que crean que todo lo que han hecho es un acto de astucia,
sobre todo los diseñadores intelectuales del proyecto. Primero haber
introducido en la ley corta la palabra intangible; segundo poner en
apuros a las organizaciones indígenas con este término, a pesar de que
se acordó un reglamento aclaratorio; tercero montar una marcha
cocalera como si fuese de los indígenas de la TCO del TIPNIS, cuando
era del polígono siete, que no forma parte de la TCO; cuarto hacer un
proyecto de ley donde dicen que se resuelve el conflicto, cuando lo
único que hacen es atizar nuevamente el fuego. En el mismo texto se
introduce la pregunta sobre la carretera Villa Tunari-San Ignacio de
Moxos. Es esto lo que se quiere; este es el oscuro objeto del deseo,
tanto por cocaleros, por el gobierno, por OAS y el gobierno brasilero.
Este es el objetivo. ¿Es astuta esta estrategia? Podemos decir que es
180
sinuosa; para ser astuta debe controlar todas las variables, pero no lo
hace, le falta contexto. Más se parece a una treta forzada cuyas
consecuencias son incontrolables.
La ironía brutal continúa en el segundo párrafo:
Establecer las medidas de salvaguarda para la protección del Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure – TIPNIS, así como las
destinadas a la prohibición y desalojo inmediato de asentamientos
ilegales dentro de la línea demarcatoria del TIPNIS;
Habla de salvaguarda, de protección, de prohibición, de desalojo
inmediato, cuando es el mismo gobierno el que se ha comprometido
con una carretera depredadora, con una empresa de la construcción
corrupta, con los cocaleros que avasallan, depredan y plantan coca.
¿Cómo se puede sostener esto sin ruborizarse? Se ha llegado al colmo
del cinismo. Se trata de una inversión imaginaria de la relación
verdugo-victima. Es como decir, traduciendo el delirio imaginario, “yo,
depredador, digo que la construcción de la carretera, es lo mejor para
salvaguardar y proteger el territorio y parque”. Lo increíble que esta
inversión imaginaria auto-convenza a los diseñadores del proyecto, a
los gobernantes y legisladores. Es la algarabía de los comediantes.
El Artículo 5 trata de los sujetos del derecho a ser consultados, vuelve
a mencionar los pueblos que habitan el TIPNIS. Lo irónico es que
precisamente se trata de los sujetos a los que se les ha quitado todo
derecho a decidir, primero aprobando el contrato con mucha
antelación, comenzando la construcción de la carretera en dos tramos,
reprimiendo su marcha, desconociendo la ley conquistada, ahora
imponiéndoles una consulta inconsulta que busca viabilizar a como de
lugar la carretera depredadora en beneficio de las empresas
trasnacionales y los cocaleros.
El artículo 6, trata de las obligaciones de los Órganos del Estado
Plurinacional de Bolivia, encarga al Órgano Ejecutivo, a través del
181
Ministerio de Agua y Medio Ambiente y el Ministerio de Obras Públicas,
en coordinación con las comunidades Mojeño-Trinitarias, Chimanes y
Yuracarés, de llevar adelante el proceso de Consulta Previa Libre e
Informada. Llama la atención que se excluya a las organizaciones
matrices indígenas de esta responsabilidad. ¿Por qué desconocer la
representación indígena? ¿Qué dirían si los bolivianos desconocemos a
las representaciones y gobierno elegidos el 2009? Esta es pues una
muestra de violencia y de discriminación absoluta. Lo que sigue tiene
que ver con el financiamiento y la información. Brindar información
detallada de manera oportuna. ¿Lo es? ¿Lo será? ¿Por qué no la
brindaron antes? Todos los acuerdos opacos y velados con el gobierno
brasilero y OAS, todo el tema de las sobrevaloraciones renovadas, todo
el problema de la expansión inaudita de la economía política de la
cocaína, sigue oculta. No parece que pueda haber transparencia en las
condiciones del deterioro del gobierno a este nivel. En el numeral 4 se
dice que el Órgano Ejecutivo adoptará las medidas eficaces, en
consulta, coordinación y cooperación para combatir los prejuicios,
eliminar la discriminación y promover la tolerancia, la comprensión y
las buenas relaciones entre los pueblos indígenas, y entre ellos y todos
los demás sectores de la sociedad. ¿Por qué no adoptaron estas
medidas contra sí mismo cuando acordaron el proyecto, cuando
reprimieron sistemáticamente la VIII marcha? Tampoco lo hacen ahora
cuando imponen una ley de consulta inconsulta y depredadora, que es
más continuación de la violencia desatada contra las naciones y
pueblos indígenas originarios y la madre tierra. No se puede esperar
que lo hagan en el futuro inmediato.
El artículo 7 trata de la observación, acompañamiento e informe; el
artículo 8 trata del plazo; el artículo 9 trata de las etapas del proceso;
el artículo 10 trata del carácter de los acuerdos de la Consulta y el
artículo 11 trata de la ejecución de los acuerdos. Se encarga al Órgano
Electoral Plurinacional, a través del Servicio Intercultural de
Fortalecimiento Democrático (SIFDE), de la observación y
acompañamiento de la Consulta Previa, libre e informada,
debiéndosele informar sobre el cronograma y procedimiento
establecido para la consulta con una anticipación de 30 días. También
se invita a los organismos internacionales a ser veedores. El plazo
estipulado es de 120 días a partir de la promulgación de la ley.
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Las etapas del proceso comprenden la preparación de la consulta, la
instalación y desarrollo de la consulta y los resultados de la consulta.
Se dice que los acuerdos logrados en el proceso son de cumplimiento
obligatorio para el Estado y para los pueblos indígenas. Se dice que los
acuerdos logrados, en materia legislativa o administrativa, serán
ejecutados, inmediatamente después de la Consulta, por la Asamblea
Legislativa Plurinacional y por el Órgano Ejecutivo.
En las etapas del proceso, en el apartado de instalación y desarrollo de
la consulta, se vuelve a insistir en el tema de la intangibilidad del modo
siguiente:
Consideración y definición sobre si el Territorio Indígena y Parque
Nacional Isiboro Sécure – TIPNIS, es zona intangible o no, y sobre la
construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos.
Con este tema de la intangibilidad, con la forma de tratar la
intangibilidad, descartando los acuerdos e interpretaciones del
reglamento de la ley 180, se elude un marco primordial, la
Constitución. En la carta magna esta el artículo dos de la Constitución
que declara el autogobierno, la libre determinación de las naciones y
pueblos indígenas, también el reconocimiento de sus instituciones y a
la consolidación de sus entidades territoriales. Con esta ley se continúa
con la violación sistemática de este artículo de la constitución. Se hace
todo lo contrario a la consolidación de sus territorios, se los destruye.
La Constitución consagra los derechos de las naciones y pueblos
indígenas, pisoteados ahora por un gobierno restaurador y
extractivista. La Constitución ratifica los convenios internacionales
como ley, la Constitución exige la consulta libre previa e informada,
cosa que no garantiza esta ley que impone una consulta
extemporánea, cuando ya el burro salió de la tranca.
En conclusión, nos encontramos ante un nuevo dispositivo normativo
inconstitucional, de la misma manera y forma como las leyes
aprobadas por la Asamblea Legislativa y promulgadas por el presidente
lo son. El gobierno, su Asamblea Legislativa, los órganos de poder que
controla, forman parte de la logística de una estrategia condicionada y
183
determinada por relaciones y estructuras de poder, que escapan al
control del Estado por las propias limitaciones del gobierno y de la
Asamblea Legislativa. Está en curso la expansión del modelo
extractivista, esta en curso la ampliación de la frontera agrícola, en
contra de los territorios indígenas, parques y la madre tierra, esta en
curso la restauración del Estado-nación, liberal y colonial, en contra del
mandato constitucional de construir un Estado plurinacional
comunitario y autonómico. Esta es la decisión tomada; la ley de
consulta inconsulta y depredadora, además de extemporánea, es un
dispositivo más en este engranaje entreguista y extractivista.
Consideraciones sobre la Consulta y consentimiento libre e
informado
En un artículo sobre la Consulta y consentimiento previo libre e
informado, Bartolomé Clavero describe las condiciones, características
y determinaciones de la consulta en cuestión, dice que:
La consulta previa es un derecho de los pueblos indígenas que obliga
a los Estados a celebrar consultas con estos pueblos en función de
razones especiales que atañen solo a los pueblos indígenas y tribales
ya que está vinculada con el derecho a la identidad y la integridad
cultural, el derecho a conservar las propias instituciones, usos y
costumbres, el derecho al territorio y los recursos y el derecho a decidir
sus propias prioridades de desarrollo, entre otros. Asimismo la consulta
previa significa una obligación del Estado desde el momento que el
Convenio OIT-169 se ratificó y se incorporó plenamente al
ordenamiento jurídico nacional con rango constitucional. Es un deber
del Estado y un derecho de los pueblos indígenas. Es entonces un
derecho amparado por las garantías constitucionales y cuya omisión o
realización inadecuada conlleva invalidez de la norma o el acto
administrativo.
La consulta previa es un proceso previsto para hacer efectivo el
derecho a la participación de los pueblos indígenas en todos los asuntos
que puedan afectar a sus personas, a sus bienes o a sus derechos
individuales y colectivos. Se trata de una consulta independiente de
otras a los que los ciudadanos indígenas puedan tener derecho como
184
ciudadanos (participación en consultas para estudios de impacto
ambiental, etc.). Introduce una nueva etapa en el proceso de
formación de la ley u acto administrativo y exige cambios en las normas
que regulan el funcionamiento de los diferentes poderes del Estado.
La consulta se tiene que hacer siempre en relación con el derecho de
participación. Otro principio fundamental del Convenio n. 169. Consulta
y Participación son principios fundamentales del Convenio que deben
contemplarse siempre conjuntamente. Para garantizar un proceso de
consulta acorde con el derecho internacional tenemos que realizar
dicha consulta teniendo en cuenta los siguientes principios: buena fe;
Igualdad de oportunidades; Información previa, oportuna y adecuada;
Veracidad de la información; Integralidad de los aspectos y temas a
someter bajo el proceso de consulta; Oportunidad; Participación;
Transparencia; territorialidad; autonomía y representatividad a través
de las instituciones propias; localidad y accesibilidad al lugar de
celebración de la consulta; legalidad y obligatoriedad de la consulta;
jerarquía; el principio de responsabilidad por la mala fe; y la libertad22.
Como se puede ver, la consulta y el consentimiento previo libre e
informado comprenden toda una predisposición normativa, todo un
condicionamiento de valores y de principios, que exigen a su vez
responsabilidades por parte del Estado. No sólo se trata de que sea de
cumplimiento obligatorio a los estados que han suscrito el Convenio
169 de la OIT, sino que tienen que también asumir las formas, los
contenidos y as metodologías prescritas. No se trata de improvisar
cualquier consulta, alguna que se le puede ocurrir al gobierno, sino que
debe ser riguroso en cumplir con las condiciones y características
establecidas. Los principios no están para adornar la exposición de la
consulta, sino que los principios hacen a la consulta. Si no se siguen
estos principios, no hay consulta. Entonces la consulta y
consentimiento previo libre e informado es una estructura y
composición normativa que no puede disociarse al antojo, debe
efectuarse preservando la integridad de lo que hace a la norma y al
cumplimiento de la norma. Este es el tema de fondo. Se hace una
consulta cuando se cumplen todos estos requisitos. No se trata de
22 Bartolomé Clavero: Consulta y consentimiento previo libre e informado a la luz del derecho internacional de los derechos humanos.
185
poner un nombre, por ejemplo consulta, a una ley, para que esta sea
por arte de magia una consulta previa libre e informada. Se trata de
mantener el concepto, la estructura del concepto, en la exposición y
en la aplicación. No se ve nada de esto en el texto de la Ley de consulta
del gobierno. Se nota una evidente improvisación y desconexión con el
sentido y el concepto de la consulta y consentimiento libre previo e
informado. Una evidente desconexión con el Convenio 169 de la OIT.
Por ejemplo no cumple con ninguno de los principios establecidos en el
Convenio.
Otro aspecto importantísimo es lo que respecta al significado mismo
de lo que quiere decir consulta previa libre e informada. Bartolomé
Clavero también nos deja una clara interpretación del conjunto
significativo de la consulta; dice:
Para entender correctamente el CLPI (Consentimiento Libre Previo e
Informado) tenemos que asumir el significado de cada uno de los
elementos que la conforman: Consentimiento significa la manifestación
de un acuerdo claro y convincente, de acuerdo con las estructuras para
la toma de decisiones de los Pueblos Indígenas en cuestión, lo que
incluye los procesos tradicionales de deliberación. Estos acuerdos
deben contar con la participación plena de los líderes autorizados, los
representantes o las instituciones responsables de la toma de
decisiones que hayan determinado los mismos Pueblos Indígenas. Libre
significa la ausencia de coacción y de presiones exteriores, entre ellas
los incentivos monetarios (a menos que formen parte de un acuerdo
mutuo final) y las tácticas de "dividir para conquistar". Significa
también la ausencia de cualquier tipo de amenaza o de represalias
implícitas si la decisión final es un "no". Previo significa que se permite
tiempo suficiente para la recopilación de información y para el pleno
debate, lo que incluye la traducción a los idiomas tradicionales antes
de que se inicie el proyecto. No deberá existir ninguna presión para
tomar la decisión con prisa, ni ninguna limitación temporal. Ningún plan
o proyecto podrá comenzar antes de que este proceso haya concluido
por completo y el acuerdo se haya perfeccionado. Informado significa
la disponibilidad de toda la información relevante, en la cual se reflejan
todas las opiniones y puntos de vista, incluyendo las aportaciones de
los ancianos tradicionales, los guías espirituales, los practicantes de la
economía de subsistencia y los poseedores de conocimientos
tradicionales, con tiempo y recursos adecuados para poder considerar
la información imparcial y equilibrada acerca de los riesgos y beneficios
potenciales.
186
Para efectuar una Consulta previa libre e informada se debe mantener
y ser consecuentes con los significados inherentes al concepto. Lo que
quieren decir consentimiento, previo, libre, informado, debe
mantenerse en la ley, en su interpretación y aplicación. En este tema
es precisamente donde se aparta abismalmente la ley de consulta del
gobierno; no hay un acuerdo claro y convincente, no hay ausencia de
coacción y de presiones exteriores, no se cumple con el requisito de
que ningún plan o proyecto podrá comenzar antes de que este proceso
haya concluido por completo y el acuerdo se haya perfeccionado, no
hay la disponibilidad de toda la información relevante incluyendo la
opinión de los guías espirituales. En otras palabras, en la ley de
consulta del gobierno se han perdido todos los significados del
consentimiento, de libre, de previo e de informado. Se han introducido
criterios al antojo de los diseñadores de esta ley, adecuadas a las
exigencias del gobierno. Esta es otra de las razones por las que no se
puede hablar de ley de consulta; no lo es. Es una ley que impone dos
preguntas, una sobre la intangibilidad y otra sobre la carretera. No es
una consulta libre previa e informada, como ejercicio del derecho de
los pueblos indígenas, tal como establece el Convenio 169; es un
cuestionario del gobierno, que hace el gobierno a los pueblos
indígenas, sin cumplir con las condiciones iniciales de una consulta. Es
un cuestionario de preguntas que le preocupan al gobierno, no a los
pueblos indígenas. No todo cuestionario es una consulta. Es esta una
de las confusiones que debe aclararse.
Existe una jurisprudencia sobre el consentimiento libre previo e
informado, uno de esos antecedentes tiene que ver con el abordaje
que hace al respecto la OIT. Bartolomé Clavero hace la referencia a
esta jurisprudencia; escribe:
Dentro de la OIT podemos destacar las observaciones de la Comisión
de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones en los
casos de Bolivia (año 2000, 2004 Y 2005) y Paraguay 2008.
Extrapolando las argumentaciones más importantes sobre el derecho
de consulta podemos decir que la consulta previa debe darse respecto
de cualquier tipo de actividad, que pudiera realizarse en territorio
indígena. La consulta es obligatoria cuando el Estado prevé realizar
actividades en tierras o territorios indígenas incluso no titulados. La
consulta debe darse antes de cualquier acto administrativo, previo a la
autorización de cualquier actividad de exploración y explotación. La
consulta previa debe ser hecha necesariamente por el Estado. La
187
consulta constituye un proceso y no un acto informativo, con un tipo
de procedimiento y con la finalidad de llegar a un acuerdo con los
pueblos afectados. La consulta genera el establecimiento de un diálogo
genuino entre ambas partes caracterizado por la comunicación y el
entendimiento, el respeto mutuo y la buena fe, con el deseo sincero de
llegar a un acuerdo común.
La relevancia que la OIT otorga al derecho de consulta previa de los
pueblos indígenas ha generado la realización de una Observación
General sobre el Convenio No. 169 de la OIT, la cual introduce
referencias importantes al derecho de consulta previa. La Comisión que
realizó la Observación General no puede sino subrayar la importancia
que tiene garantizar el derecho de los pueblos indígenas y tribales a
decidir sus prioridades de desarrollo a través de consultas significativas
y eficaces y la participación de esos pueblos en todas las etapas del
proceso de desarrollo, especialmente cuando se debaten y deciden los
modelos y prioridades de desarrollo. En relación a las consultas, la
Comisión toma nota de dos desafíos fundamentales: Garantizar que se
realicen consultas apropiadas antes de adoptar todas las medidas
legislativas y administrativas susceptibles de afectar directamente a
pueblos indígenas y tribales; e incluir disposiciones en la legislación
que requieran consultas previas como parte del proceso en el que se
determina si se otorgarán concesiones para la explotación y
exploración de recursos naturales. La forma y el contenido de los
procedimientos y mecanismos de consulta tienen que permitir la plena
expresión - con suficiente antelación y sobre la base del entendimiento
pleno de las cuestiones planteadas - de las opiniones de los pueblos
interesados a fin de que puedan influir en los resultados y se pueda
lograr un consenso, y para que estas consultas se lleven a cabo de una
manera que resulte aceptable para todas las partes. Si se cumplen
estos requisitos, las consultas pueden ser un instrumento de diálogo
auténtico, de cohesión social y desempeñar un papel decisivo en la
prevención y resolución de conflictos.
Se puede ver también que hay toda una historia en la construcción de
sentido del consentimiento previo libre e informado, hay todo un
trabajo sistemático en la elaboración de estos procedimientos y su
propia interpretación. Por lo tanto hay un saber sobre la consulta y el
consentimiento, un saber construido y acumulado a partir de dos
188
prácticas. Una, la relativa a las trayectorias de las luchas de los pueblos
indígenas, que se han concentrado sobre la demanda de
reivindicaciones que tienen que ver con la recuperación de sus
territorios, la búsqueda de la autonomía, el autogobierno y la libre
determinación, el derechos a sus culturas, sus prácticas y sus
instituciones, y un poco más tarde por el reconocimiento de la
interculturalidad y la condición plurinacional. Otra, por el trabajo de
investigación, de observación de los conflictos en torno a las
problemáticas indígenas, incorporación de demandas, traducción de
estas demandas en propuestas de normas y leyes. Este segundo eje
ha sido recogido por oficinas y unidades especializadas de Naciones
Unidas en temas indígenas. Es de estos organismos de donde sale el
Convenio 169 y después la Declaración de Naciones Unidas sobre los
derechos de los pueblos indígenas, después de largas series de
borradores, incluso normas más específicas, conferencias, talleres y
reuniones. Se puede decir que hablamos de instrumentos normativos
internacionales de larga experiencia y memorias. Cuando los estados
firmas estos convenios internacionales y los incorporan a sus
constituciones y normativas, implícitamente asumen los contenidos,
significaciones e interpretaciones de estas normas internacionales.
Este es el tema, no se puede eludir ni total ni parcialmente la
integralidad de estos convenios; si se lo hace se están contraviniendo
compromisos con la comunidad internacional. Hay por lo tanto temas
y tópicos en los que los estados no pueden hacer lo que quieran, de
una manera independiente de sus responsabilidades asumidas. Los
derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas son dos de
estos tópicos. Esta es otra razón por la que el gobierno no puede
elaborar cualquier ley de consulta que no contenga la integralidad de
las condicionantes y determinantes de lo acordado en los convenios
internacionales. La ley de consulta del gobierno al desvincularse de
todos estos significados, interpretaciones, procedimientos, que forman
parte de un proceso de consulta, contraviene los convenios
internacionales que ha afirmado. No estamos entonces ante una ley de
consulta internacionalmente reconocida.
En las conclusiones Bartolomé Clavero resalta la obligatoriedad de los
estados del cumplimiento de estos convenios internacionales sobre
pueblos indígenas. El no cumplirlos sitúa la actuación de estos estados
189
en territorios indígenas en la ilegalidad. Por lo tanto los estados que
contravienen los convenios internacionales convierten a sus
actuaciones en territorios indígenas en ilegales. La ley de consulta del
gobierno, que contraviene los convenios internacionales ha convertido
la actuación del gobierno en el TIPNIS en ilegal.
Los derechos de consulta y CLPI se encuentran plenamente
fundamentados en el derecho internacional de los derechos humanos
y se integran en diferentes marcos normativos y jurisdiccionales que
establecen obligaciones directas para los Estados. Especialmente para
todos aquellos que han ratificado el Convenio No. 169 de la OIT y/o
que han reconocido la jurisdicción de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Los Estados tienen a su alcance herramientas
suficientes para concretar las formas en las que debe reconocerse y
aplicarse estos derechos gracias al desarrollo que se ha producido en
diferentes mecanismos internacionales de protección de los derechos
humanos. La aplicación de estos derechos significa una obligación
irrenunciable para los Estados en cuanto que actúan como garantía
para la supervivencia de los pueblos indígenas y para la protección de
sus derechos humanos. La no aplicación de estos derechos por
cualquier instancia jurídica o administrativa de un Estado establece
responsabilidades claras de ese Estado por la violación de derechos
humanos de los pueblos indígenas y sitúa en la ilegalidad cualquier
actuación que se realice dentro de territorios indígenas.
Una consulta inconsulta, sin consentimiento, ni previa, tampoco
libre e informada
La pegunta que tenemos que hacernos a la altura del renovado
conflicto del TIPNIS es: ¿Qué hay detrás de la imposición de una
consulta sin consentimiento, sin ser previa, tampoco libre y menos
informada a los pueblos indígenas del TIPNIS? Esta condición impuesta
de la ley de consulta extemporánea esta claro para todo buen
entendedor, empero los publicistas y propagandistas del gobierno
hacen denodados esfuerzos por demostrar lo contrario. Al final sus
pueriles argumentos se reducen a decir que una consulta es una
consulta, cualquiera sea esta. Nunca respondieron a la observación de
que es extemporánea porque los acuerdos y el convenio con el
190
gobierno de Brasil se plasmaron el 2008, incluyendo el diseño de la
carretera, el compromiso de préstamo del Banco de Desarrollo de Brasil
y la elección fuera de toda norma de contratación de bienes y servicios
de la empresa constructora OAS. Menos se puede pedirles a esto
apologistas de la violación de la Constitución y los convenios
internacionales sobre pueblos indígenas, por qué no se acordó el
consentimiento, por qué no se efectuó libremente, con plena
participación de los pueblos indígenas, y por qué no se informó como
corresponde, transparentemente, dando pleno acceso a toda la
información, en las lenguas propias y contando con la intervención de
las organizaciones y las dirigencias matrices de los pueblos indígenas.
Esto no se puede pedir a gente que esta obcecada en hacer propaganda
de una consulta inconsulta, extemporánea, y para el colmo
extractivista por los compromisos con la ampliación de la frontera
agrícola para el monocultivo de la coca excedentaria, además de los
compromisos de una carretera que forma parte del IIRSA, es decir del
proyecto de integración económica y comercial para Sud América de la
burguesía internacionalizada brasilera, que ciertamente va a provocar
depredación y destrucción de la región más rica en biodiversidad de
Bolivia y corazón del ciclo de agua en el centro de la geografía política,
articulado ecosistemas diversos colindantes.
Renunciemos a discutir con apologistas del delito de
inconstitucionalidad. Concentrémonos en la pregunta ¿qué hay detrás
de todo esto? Del sinuoso comportamiento del gobierno en torno al
conflicto del TIPNIS. Se llega a un acuerdo cuatro años antes sobre la
carretera, cuando estalla el conflicto, se busca descalificar por todos
los medios a la VIII marcha indígena, con toda clase de improperios y
acusaciones insostenibles a los dirigentes indígenas, después se
reprime la macha pacifica con la mayor desproporción y desborde de
violencia, sin respetar los derechos fundamentales. Cuando llega la
marcha a La Paz y es recibida por un millón de ciudadanos,
organizaciones sociales, juntas de vecinos, la COB y la Universidad
Mayor de San Andrés, el gobierno se ve obligado a recular, y el
presidente se compromete a una ley en defensa del TIPNIS, que
aprueba la Asamblea Legislativa y promulga el propio presidente. Una
vez hecho esto salen voces que hacen una interpretación metafísica
del concepto de intangibilidad, como si expresase la condición
inmaculada e intocable por los propios indígenas y los ciclos vitales de
los nichos ecológicos, desentendiéndose de toda jurisprudencia de la
intangibilidad. El presidente y el gobierno, además de otras entidades
del Estado inician una contra-campaña contra la propia ley corta
191
promulgada, azuzando a las organizaciones afines, a los diputados
oficialistas y gobernadores a plantear la abrogación de la ley. Después
organiza el gobierno una marcha oficialista de los cocaleros del
CONISUR, afiliados a las federaciones cocalera, propietarios privados y
cultivadores de coca, incluyendo a los indígenas yuracares absorbidos
a los sindicatos y al mercado de la coca. Con la llegada a La Paz de una
marcha desolada, desacreditada, sin apoyo de la gente, el gobierno
lleva a cabo su plan, el insistir en la legalización de la carretera
depredadora por medio de procedimientos forzados. Se orienta ya no
por la abrogación de la ley corta, que ya resultaba una medida excesiva
por el descaro y la contradicción descarnada del gobierno, sino por
inventarse una modalidad de consulta inconstitucional y fuera de la
estructura conceptual de los convenios internacionales. Diríamos, se
trata de un cuestionario del gobierno que introduce dos preguntas que
le interesan, sobre la condición de intangibilidad y sobre la carretera
que cruza el TINIS.
Respuestas a la pregunta
Hipótesis de interpretación
Iremos en la interpretación de los hechos y acontecimientos de lo
general a lo particular.
Las contradicciones profundas del proceso contraponen las gestiones
del gobierno (2006-2012) al ciclo de movimientos sociales del 2000 al
2005. Las gestiones son conservadoras en relación a la apertura de las
luchas sociales, las que proponen la Agenda de Octubre. Se inicia el
proceso de nacionalización, empro nunca se lo concluye, es más, se
definen contratos de operaciones que entregan el control técnico otra
vez las empresa trasnacionales del petróleo. Se convoca formalmente
desde el Congreso a la Asamblea Constituyente imponiendo una ley
que pone límites al poder constituyente y convierte a la Asamblea
constituyente en diferida, atacando su condición de originaria, además
de sobrevalorar la representación de las minorías e introducir los 2/3
como aritmética de las decisiones de la Asamblea. Empero, de todas
maneras, se cumple parcialmente la Agenda de Octubre. Lo que ocurre
en la segunda gestión se contrapone a la primera gestión de gobierno;
si en la primera se intenta cumplir con el mandato popular, en la
segunda el gobierno se enfrenta al pueblo con la medida de shock del
gasolinazo y se enfrenta a las naciones y pueblos indígenas con sus
192
compromisos inconstitucionales, depredadores y extractivistas en
relación a la carretera que atravesaría el TIPNIS.
Una vez aprobada y promulgada la Constitución el gobierno la
convierte en un texto de propaganda y de vitrina, pero no para su
aplicación; en vez de realizar las transformaciones estructurales e
institucionales requiere la construcción del Estado plurinacional
comunitario y autonómico, opta por la restauración del Estado-nación,
liberal y colonial. De este modo, en vez de encaminarse a la transición
hacia el vivir bien como proyecto alternativo al capitalismo, a la
modernidad y el desarrollo, como establecen las resoluciones de
Tiquipaya, se encarrila en el modelo extractivista colonial del
capitalismo dependiente.
Una vez derrotada la derecha tradicional en Pando, después de los
acontecimientos del Porvenir, el gobierno incursiona en nuevas
alianzas que conducen a la recomposición de la burguesía, añadiéndole
la participación de los nuevos ricos. Se convierte con estas nuevas
alianzas en un gobierno que administra los intereses de la burguesía,
los nuevos ricos, los banqueros, los terratenientes, los soyeros y los
del monocultivo de la hoja de coca excedentaria, además de
supeditarse a los intereses de las empresas trasnacionales.
En este contexto, el conflicto del TIPNIS manifiesta patentemente el
carácter del gobierno en relación a la madre tierra, a la crisis ecológica,
a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. Opta
por la ampliación de la frontera agrícola, por la desforestación y la
depredación, transfiriendo los costos del extractivismo y de la ilusión
del desarrollo a la naturaleza, empujado por los intereses del
monocultivo de la hoja de coca excedentaria, por los compromisos con
el gobierno brasilero y OAS, por los intereses de la burguesía agraria,
agro-industrial y soyera, y por los terratenientes, renunciando a la
reforma agraria y atacando a los territorios indígenas.
193
La decadencia ideológica
Del debate de las ideas al monopolio de la propaganda
La decadencia ideológica
Se extrañan las discusiones ideológicas del siglo pasado, cuando se
participaba de escenarios de resistencia a las dictaduras militares,
donde se buscaba explicar las razones no solamente de la resistencia,
pues esto estaba inmediatamente comprendido y aceptado, sino se
trataba de las razones históricas y políticas que vinculaban la lucha a
un proyecto político y social. Estas discusiones entre grupos de
formación marxista, de distinta tendencia, recurrían a la comparación
de las grandes revoluciones socialistas, además de recoger la
experiencia boliviana en la lucha de clases y contra el capitalismo,
sobre todo la experiencia del proletariado minero. Un lugar necesario
de debate era la Tesis de Pulacayo y su proyección en las Tesis de la
COB. El gran dilema en el debate era escoger entre la tesis de
transición de la revolución permanente y la tesis por etapas, defendidas
por las corrientes de los partidos comunistas, tanto el PC pro soviético
y el PC pro chino. Otros temas de debate, aunque con menor
intensidad, eran los relativos a la caracterización del país, así como la
caracterización de las dictaduras. En relación a la caracterización del
país, se contaba con la tesis sostenida por el POR de que se trata de
un país capitalista atrasado y dependiente, de desarrollo combinado;
en tanto que otros caracterizaban al país como todavía de herencia
semi-feudal articulada a enclaves capitalistas. La tendencia general era
aceptar que se trataba de un país capitalista, la diferencia estribaba en
de qué manera lo era; unas posiciones consideraban que se trataba de
una semi-colonia, en el sentido de la teoría del imperialismo, otras
posiciones, quizás con más lectura del marxismo contemporáneo,
distinguían la teoría de la formación económico social de la teoría del
modo de producción, y buscaban una caracterización a partir de la
articulación específica de los modos de producción. La caracterización
de las dictaduras militares era un poco más dispersa; algunos
aseveraban sin discusión el carácter fascista de las dictaduras; los más
sofisticados usaban la tesis del bonapartismo y diferenciaban
dictaduras militares nacionalista y populistas, muy pocas, de las
dictaduras militares francamente reaccionarias y al servicio del
imperialismo.
194
Durante el periodo de resistencias a las dictaduras militares (1964-
1982) estos debates transcurrieron con más o menos intensidad,
dependiendo de la coyuntura y los involucrados en la discusión,
también de las tareas pendientes y presentes. En el segundo
quinquenio de la década de los setenta se incorpora de manera
irradiante e interpeladora la visión katarista, su tesis de colonialismo
interno, planteando que en Bolivia no se había resuelto la problemática
colonial. El tema indígena entra al debate político en el contexto y la
atmósfera política de entonces. A la izquierda tradicional le era difícil
aceptar la tesis del colonialismo interno pues consideraba que no
tomaba en cuenta la lucha de clases, convirtiendo el conflicto en una
lucha de razas. El estado de arte de estos debates nos muestra una
tendencia a ampliar las perspectivas y las consideraciones abriéndose
a la complejidad del asunto político, social y económico de las
formaciones sociales abigarradas, así como de sus luchas sociales.
Debemos incorporar también en el debate una perspectiva de la
izquierda-nacional introducida por el Grupo Octubre, quienes en el
lapso de tiempo de los gobiernos del General Ovando y del General
Torres (1970-1971) plantean el tema de la cuestión nacional como
primordial en la lucha contra el imperialismo; por lo tanto de lo que se
trata es de distinguir en esta lucha a los gobiernos nacionalistas anti-
imperialistas de los gobiernos pro-imperialistas, en ese sentido, sacan
la conclusión de que, en el proceso de la lucha de clases bajo el dominio
imperialista, era indispensable dar apoyo crítico a los gobiernos
nacionalistas anti-imperialistas. Esta tesis apunta a un frente anti-
imperialistas contra el enemigo principal, el imperialismo y sus cipayos.
El debate de la izquierda-nacional era con lo que llamaba izquierda
internacional, que no hacía estas distinciones y, de acuerdo a la
interpretación dada, cometía errores políticos.
El panorama del debate se trasforma durante el segundo quinquenio
de la década de los ochenta y durante la década de los noventa. La
crisis de la izquierda, provocada ya por la derrota de la Asamblea
Popular (1971) y después con la caída del gobierno de la UDP (1984),
abre un gran vacío ideológico, aprovechado por el proyecto neo-liberal,
que se introduce casi sin resistencias, salvo quizás la marcha por la
vida de los trabajadores mineros, que tratan desesperadamente
defender los centros mineros contra el cierre y la relocalización. En este
contexto de implantación del proyecto neoliberal, el debate se reinicia
con la crítica al neoliberalismo y su proyecto privatizador; sin embargo
este no es el único debate, también se efectúa una evaluación crítica
de la izquierda tradicional, no sólo en cuanto a sus errores teóricos y
195
políticos, sino sobre todo por no haber considerado la problemática
indígena y el tema colonial, por no haber comprendido que la lucha
fundamental sigue siendo anticolonial y descolonizadora, pues la lucha
contra el capitalismo es una lucha contra su matriz colonial. Este
debate es importante por su directa vinculación con lo que va a ocurrir
durante el ciclo de luchas y movimientos sociales anti-sistémicos del
2000 al 2005.
Podemos decir que el debate adquiere una tonalidad apropiada y
alcance histórico no solamente porque tiene en cuenta la discusión
acumulada, el análisis y la reflexión desplegada por lo menos durante
un siglo, sino porque adquiere un carácter político inmediato debido a
la crisis múltiple del Estado y la asonada de los movimientos sociales
emergentes. También se introducen tópicos a la discusión importantes
que tienen que ver con la crisis de la izquierda debido a la caída de los
estados socialistas de la Europa oriental y de la Unión Soviética. Estos
tópicos críticos tienen que ver con el partido, los intelectuales, la
vanguardia, el Estado y el socialismo. Sobre el partido se tiene una
posición crítica, se dice que ya no corresponde a las luchas
contemporáneas contra el capitalismo; en consecuencia la figura del
intelectual y de la vanguardia también son cuestionados sino
desechados como recursos indispensables en los nuevos movimientos
sociales. Además se interpreta que la caída paradójica de los supuestos
destructores del Estado en la formación calamitosa de un Estado
totalitario, con dominio absoluto de la burocracia del partido, no solo
se debe a una deformación estalinista sino que sus antecedentes ya se
encontraban en el partido, también en el papel sustitutivo de la
vanguardia y en la función orientadora de los intelectuales. Ante estas
experiencias dramáticas de la revolución y de la construcción socialista
en un solo país, es indispensable replantearse la forma de organización
de las luchas sociales. En este sentido se rescatan las figuras colectivas
de la crítica de la economía política; por ejemplo, el concepto de
intelecto general, así como del trabajo cooperativo frente a la
apropiación privada en el capitalismo. Se trabajan los conceptos de
masa y de comunidad, incorporando también nuevos conceptos de la
crítica contemporánea al capitalismo de las nuevas corrientes
contestatarias, marxistas y no marxistas. Entre los conceptos nuevos
se adquiere la perspectiva de la multitud para comprender las
transformaciones en el proletariado, que adquiere una condición
nómada. Se trabaja con la idea de la gramática de la multitud, para
comprender los otros lenguajes de la multitud movilizada, los lenguajes
corporales, los lenguajes de la imagen, para comprender el mismo
196
movimiento, la misma movilización, como un tejido. Pero, sobre todo
el eje del debate de los últimos años de década de los noventa y los
primeros años del siglo XXI se desenvuelve en la comprensión de la
genealogía del colonialismo, de la transformación de sus formas. Se
tiene la certeza que el sujeto indígena sustituye al sujeto proletario en
las luchas descolonizadoras y anticapitalistas.
Como se puede ver, el debate adquiere una intensidad sobre todo por
la premura de la crisis política y las victorias de los movimientos
sociales, que empujaban indudablemente a una salida revolucionaria,
si todavía podemos hablar así. Empero este debate se corta
abruptamente y de una manera inesperada con la llegada al gobierno,
después de las elecciones nacionales del 2005. La pregunta es: ¿Si se
llegó a esta intensidad del debate hasta el 2005 por qué se clausura el
debate desde el 2006? Esta es la cuestión. Lo que se observa después
es el vuelco de los esfuerzos por gobernar, por resolver problemas
administrativos, y cuando se desata el ataque de las oligarquías
regionales, en pleno proceso constituyente, el esfuerzo se vuelca en
defender al gobierno y al proceso. No hay debate interno al bloque que
abrió el horizonte del Estado plurinacional. No lo hay en la Asamblea
Constituyente, salvo unos cuantos amagues de reflexión, de análisis y
discusión, dados sobre todo por la preocupación de las organizaciones
sociales del Pacto de Unidad. La Asamblea Constituyente tiene que
enfrentar movilizaciones de todo tipo, básicamente de resistencia a los
planteamientos fuertes del documento base para la constituyente
elaborado por el Pacto de Unidad, además de enfrentar el ataque
directo de los partidos de derecha al proceso constituyente. El ejecutivo
daba instrucciones inadecuadas, sin comprender lo que sucedía en la
Asamblea Constituyente, poniéndola en peligro más de una vez. El
conflicto de los 2/3, de la aritmética de las decisiones, y el conflicto de
la “capitalía”, el traslado de la sede de gobierno y de los poderes de La
Paz a Sucre, ponen al borde del abismo a la constituyente. En estas
circunstancias no se dieron condiciones para el debate; lo que se hizo
es defender el mandato dado por los movimientos sociales, tener como
referente el texto del Pacto de Unidad, y pugnar con las minorías en
cada una de las comisiones. Es el documento del Pacto de Unidad el
que salva a la Asamblea Constituyente, de esta manera se logra
escribir el texto constitucional.
Esta claro que nunca se debe dejar de debatir, de reflexionar, de
analizar, de desplegar la crítica, incluso en momentos difíciles por las
que paso la Asamblea Constituyente; sin embargo, eso es lo que
197
ocurrió, se impusieron las tareas urgentes de defensa del proceso y del
gobierno. Empero, una vez aprobada la Constitución, no se podía ya
tener ninguna escusa para no hacerlo. Era más que urgente discutir la
construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico; sin
embargo no se lo hizo, salvo en contados casos, en la elaboración del
anteproyecto de ley de gestión pública, en la elaboración del Plan
Plurinacional del Vivir Bien (Plan de Desarrollo Económico y Social) y
en la elaboración del proyecto de Ley de la Madre Tierra.
En la primera gestión de gobierno la crítica y el debate fue suspendido
con el argumento de que debemos defendernos ante la derecha, dejar
estos debates a la constituyente; después, en la constituyente, el
debate fue imposible. Más tarde, cuando se promulgó la Constitución,
se prefirió optar por la difusión de la Constitución sin ningún
aprendizaje y discusión colectivos; cuando se tenía que elaborar leyes,
se buscaron artículos pertinentes para las leyes, de una manera des-
contextuada, abandonando la interpretación del espíritu constituyente,
optando por el alma leguleya de los abogados, que no entendían ni el
proceso ni la Constitución. Durante la segunda gestión de gobierno, ya
había corrido mucha agua bajo el puente, el peso del pragmatismo
político condujo a un derrotero inesperado; el gobierno eligió
pragmáticamente mantener el Estado-nación, como lo venía haciendo
durante la primera gestión, por lo tanto eligió el camino de la
restauración. También el gobierno escogió la continuación de la ruta
por el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente,
siguiendo la huella de las castas criollas gobernantes. Cómo ambas
decisiones contrastaban elocuentemente con el mandato
Constitucional, se optó por un uso propagandístico de la Constitución
sin asumir jamás sus contenidos, ni tampoco mucho menos explicar
las contradicciones evidentes del gobierno. Como por decreto se dijo
que ya somos un Estado plurinacional después de la promulgación de
la Constitución. ¿Por arte de magia? En otras palabras, se renunció a
la demolición del Estado-nación, se renunció a las transformaciones
estructurales e institucionales para construir el Estado plurinacional
comunitario y autonómico, se desecharon el pluralismo institucional, el
pluralismo normativo, el pluralismo administrativo y el pluralismo de
gestión, como transformaciones necesarias en la transición al Estado
plurinacional. Se cayó en la retórica estéril de la propaganda, también
del teatro político y los montajes, el doble discurso. Esto no podía
sostenerse por mucho tiempo, cayó el montaje como castillo de naipes.
Después de las resoluciones de Tiquipaya se hizo evidente que el
gobierno no cumplía con las resoluciones, que ya eran vinculantes para
198
el Estado boliviano. Después de estas comprobaciones el discurso
boliviano en los foros internacionales ya no es creíble. Esta diferencia
se la puede comprobar en el contraste de la convocatoria boliviana en
las dos últimas cumbres de Naciones Unidas sobre cambio climático.
En Copenhague el presidente boliviano habla ante cien mil activistas y
declara la guerra al capitalismo en defensa de la madre tierra; en
Cancún la delegación boliviana se queda sola, sin apoyo incluso de los
países del Alba. El descrédito se ahonda con la medida de nivelación
de precios, con la introducción de dos artículos que tácitamente
aprueban los transgénicos en la ley de la revolución productiva, con el
sinuoso y represivo comportamiento del gobierno en el conflicto del
TIPNIS.
El proceso está en crisis y en peligro, pero ante esta crisis y el peligro
cierran los ojos los gobernantes, el MAS, los funcionarios, los dirigentes
campesinos. Llama la atención que incluso cierran ostensiblemente los
ojos a quienes se consideraron como intelectuales críticos, que fueron
en su momento críticos. ¿Por qué dejaron de serlo? ¿Sólo por el hecho
de que se encuentran ocupando la función pública? ¿Por el hecho de
ser funcionario se pierde la condición de crítico? De todas maneras es
ineludible la responsabilidad que se tiene con el proceso. El proceso es
producto de las luchas sociales, de las naciones y pueblos indígenas
originarios; el proceso pertenece a la gente que ha luchado en la guerra
del agua, en el bloqueo indígena campesino de la CSUTCB en
septiembre del 2000, en la guerra del gas del 2001 y en los
acontecimientos de mayo y junio del 2005, en los múltiples
movimientos sociales que atravesaron la sociedad, incluyendo a los
jubilados y prestatarios, pertenece a la gente que ha votado
consecutivamente a favor apostando por el proceso. El proceso no le
pertenece al MAS, no le pertenece al presidente, ni al vicepresidente,
no les pertenece mucho menos a los funcionarios. Esta responsabilidad
por el proceso exige la crítica y el debate colectivos. Incluso siendo
funcionario la persona que se considera comprometida con el proceso
tiene que optar, o ser cómplice del derrumbamiento, aplaudiendo como
“lluncu” las barrabasadas del gobierno, o ser crítico y poner en mesa
los problemas, por lo menos para su discusión. Pero esto no se hace,
se ha preferido recurrir al guion prestablecido, al esquema simplón de
que si no estás conmigo estas con la derecha, eres mi enemigo. Llama
a atención que esta pose se parece mucho a la lanzada por el
presidente estadounidense Busch después del ataque a las torres
gemelas.
199
Un esquema simplón
No dejan de sorprender la expuesta y ostensible debilidad de las
argumentaciones del gobierno en todo el debate en torno al TIPNIS.
También no deja de dejar una sensación de pena cuando se observan
los exacerbados esfuerzos desesperados de los funcionarios por querer
defender a su gobierno, mostrando más celo que lógica. Da tanta pena
y tristeza como la huella de desolación que dejó la marcha del
CONISUR. Toda la estrategia comunicacional del gobierno, su cuadro
de respuestas al conflicto, se basan en un esquema simple e inocente.
Hay derecha e izquierda, nosotros los del gobierno somos, desde luego,
la izquierda; los que nos critican son de derecha. Sobre todo los que
nos critican en el tema de la carretera de Villa Tunari a San Ignacio de
Moxos, debido a que los que critican la construcción de la carretera
están contra el desarrollo. El desarrollo es también un derecho de los
indígenas. Los temas ambientalistas han sido manejados por ONGs,
detrás de esta estrategia ambientalista está la sombra de la embajada
estadounidense y la efectiva intervención de USAID. Esta incumbencia
se ha comprobado con el apoyo a la VIII marcha indígena de parte de
la derecha, la gobernación de Santa Cruz, los ganaderos asentados en
las proximidades del camino y recorrido de la marcha, incluso han
apoyado a la marcha empresarios privados. Ahora que hay una ley de
consulta para que decidan las comunidades del TIPNIS, nuevamente
se ponen en contra; todo esto por atacar al gobierno que cumple con
la Constitución y los convenios internacionales. Las organizaciones
indígenas están con la derecha, han firmado un convenio con la
gobernación de Santa Cruz. “Dime con quien andas y te diré quien
eres”. Este es el refrán de sentido común que se utiliza para descalificar
a los dirigentes del CIDOB, creyendo que tiene alguna proyección
desde la vida cotidiana a la vida política, como si esta certeza popular
sobre las relaciones personales pudiera proyectarse a los escenarios
políticos. A este juego pueril de argucia hogareña se ha reducido la
discusión.
Este esquema simplón ha sido usado una y otra vez por la propaganda
del gobierno y por los funcionarios celosos que hacen gala de repetir lo
mismo. El esquema utilizado es extremadamente estrecho y pobre.
Una de sus más grandes debilidades radica en que no toma para nada
en cuenta el tiempo político ni la perspectiva histórica. Están lejos de
hacerse preguntas si tiene sentido seguir usando el esquema
parlamentarista francés de izquierda y derecha, cuando la misma
escenografía del congreso francés comprende además a la montaña,
200
los más radicales, y los del llano, los oportunistas. Incluso si se usa el
esquema reductivo, no se puede suponer que la izquierda y la derecha
son entidades invariables, abstractas y a-históricas, como si no
tuvieran nada que ver las posiciones que se toman respecto a
determinados problemas, como si la política no estuviera al interior de
procesos que se desplazan y transforman en el periodo y las
coyunturas. Derecha e izquierda son referencias a posicionamientos en
las distintas coyunturas de un proceso histórico. La derecha tradicional,
por así decirlo, fue derrotada en el Pando, después del conflicto del
Porvenir. Su derrota política y militar se corrobora en las elecciones del
2009, cuando no sacan ni siquiera un tercio de los representantes de
la Asamblea Legislativa. Después de esta derrota, en el lapso de la
segunda gestión de gobierno, la conducción política escoge un
derrotero de enfrentamiento con el pueblo y con las naciones y pueblos
indígenas originarios. Lanza una medida de shock monetarista de
nivelación de precios en relación a los carburantes y hace evidente en
el conflicto del TIPNIS su acuerdo con el gobierno brasilero, con la
empresa constructora OAS, saltando las normas de contratación de
bienes y servicios, violando la Constitución, sin efectuar la consulta y
consentimiento previo libre e informado, cuando lo debía hacer. Estos
enfrentamientos, el levantamiento popular contra la medida llamada
popularmente gasolinazo, el apoyo del pueblo boliviano a la defensa
del TIPNIS, sobre todo el recibimiento de un millón de paceños a los
marchistas, muestran empíricamente la situación y la posición del
gobierno. Ha cruzado la línea, se encuentra al otro lado de la vereda
enfrentando al pueblo y a las naciones y pueblos indígenas. ¿Cómo se
describe esta posición? ¿De izquierda? ¿De derecha? Según los
funcionarios defensores, sigue siendo de izquierda. ¿Por qué? Nadie
sabe por qué. Es imposible sostener que la supeditación a las empresas
trasnacionales del petróleo, el compromiso con la empresa corrupta
OAS, el ataque al territorio indígena y parque Isiboro-Sécure, la
violencia contra la VIII marcha indígena, la restauración del Estado-
nación, la opción por el modelo extractivista sean posiciones de
izquierda.
Como todos conoces el conflicto del TIPNIS, la VIII marcha que llegó a
la ciudad de La Paz, el apoyo multitudinario que recibió, obligaron al
gobierno a aceptar el pedido de la CIDOB de una ley en defensa del
TIPNIS. La ley corta en defensa del territorio indígena y parque Isiboro-
Sécuré es una conquista de la marcha indígena y pueblo boliviano, las
organizaciones sociales, juntas de vecinos y la COB que apoyaron la
VIII marcha. Empero al poco tiempo, sin ningún rubor, el gobierno
201
prepara su contraofensiva, atizando el fuego en la región del Chapare
y en San Ignacio de Moxos para que las organizaciones cocaleras y las
organizaciones cívicas de San Ignacio de Moxos pidan la abrogación de
la ley corta. Lo que ha escrito con la mano lo quiere borrar con el codo.
Prepara la marcha del CONISUR, organización del polígono siete, de la
zona de avasallamiento del TIPNIS, que no pertenece a la TCO del
TIPNIS, ocupada por productores de la hoja de coca y nueve
comunidades yuracares, cuyas familias decidieron renunciar a la TCO,
convertirse en propietarios privados y productores de coca. Los
sindicatos del CONISUR están afiliadas a las federaciones cocaleras del
Chapare. En otras palabras, la marcha del CONISUR no tiene ninguna
legitimidad para decidir sobre el TIPNIS, sobre si pasa o no la carretera
por el núcleo del TIPNIS, si hay que hacer una consulta extemporáneo
o no, pues el territorio de la TCO del TIPNIS no les pertenece. Sin
embargo el gobierno sigue su estrategia de montaje y manipulación,
incluso a pesar que la marcha del CONISUR resulta desacreditada
desde un principio y sin apoyo de la población, que optó por la
indiferencia absoluta.
Sobre este montaje el gobierno intenta en principio abrogar la ley
corta, a pedido de los del CONISUR. Lo que resultó que no ser tan fácil,
al enfrentar las críticas de organizaciones sociales, de la opinión
pública, además de las organizaciones indígenas y los organismos
internacionales. En su embrollo encuentra un camino laberíntico para
continuar con el atropello a los derechos de las naciones y pueblos
indígenas. Se inventa una consulta extemporánea a la que le pone el
nombre de consulta previa, creyendo que todos pueden creer que se
trata de la consulta previa libre e informada sólo con ponerle el
nombre. Este cuestionario del gobierno, que introduce dos preguntas
que le preocupan, sobre la intangibilidad del territorio y sobre la
carretera, no cumple con las condiciones, los requisitos, las
características, la estructura y el concepto de lo que es una consulta y
consentimiento previo libre e informado establecidos claramente el los
convenios internacionales, Convenio 169 de la OIT y la Declaración de
Naciones Unidas sobre derechos de los pueblos indígenas, tampoco
cumple con lo establecido en la Constitución en los que respecta a los
derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, así como en
lo que se refiere a la consulta previa. Obviamente además de ser
extemporánea, pues el contrato de la carretera y el diseño, además de
la adjudicación a la empresa constructora OAS se la efectuó el 2008.
202
Ante estos hechos evidentes los funcionarios defensores de los
procedimientos escandalosos del gobierno no se inmutan, prosiguen
con la repetición ritual del mismo discurso, del mismo esquema
simplón, ahora haciendo esfuerzos denodados contra toda lógica de
demostrar que el cuestionario del gobierno es una consulta previa y
cumple con la Constitución y los convenios internacionales. ¿Cómo
pueden hacer esto? Desconociendo el contenido de los convenios
internacionales, desconociendo el contenido de la Constitución, citando
partes intrascendentes, sin análisis, sin interpretación del conjunto de
los textos, del sentido de los mismos y de su espíritu normativo. Esta
no es solamente una manipulación bastante bochornosa sino la
expresión más calamitosa de la decadencia, del descrédito y de la
deshonestidad. No es necesario caer tan bajo para defender al
gobierno; se lo puede hacer recurriendo a otros argumentos, de
carácter más bien pragmático.
Estos argumentos pragmáticos tienen que ver con la recurrencia al
discutido e interpelado imaginario del desarrollo. Cuando se escucha
hablar a los funcionarios de lo que se trata es del desarrollo, de los
beneficios del desarrollo para las comunidades indígenas del TIPNIS,
que viven en condiciones miserables, llama la atención que lo hagan
funcionarios de los que se creía que habían cuestionado estas ilusiones
de las castas y elites criollas republicanas, que se creía que habían
entendido y participado en la idea del modelo alternativo del vivir bien,
de lo que significa la construcción del Estado plurinacional comunitario
y autonómico, construcción que exige transformaciones estructurales
e institucionales que hasta ahora no se han dado. Empero es esto lo
que se ve, una renuncia a la crítica, una renuncia práctica a la
Constitución, a la construcción del Estado plurinacional y al modelo
civilizatorio alternativo del vivir bien. Prefieren defender la ruta del
barco al naufragio, aplaudir este derrotero a la muerte del proceso,
ciegamente, que optar por la necesaria reconducción del proceso. ¿Por
qué lo hacen? ¿Por obediencia? ¿Por mantenerse en sus puestos?
Lo que esta en juego es el proceso
El tema de fondo de este debate es que se trata del destino del proceso.
¿Vamos a dejar que se hunda el proceso por el choque insoslayable de
las profundas contradicciones que contiene? Ciertamente todo proceso,
toda revolución contiene contradicciones; de lo que se trata es de
resolver estas contradicciones en el sentido de la profundización del
203
proceso, no en el sentido de la regresión y de la restauración, con el
triste argumento de que se trata de tensiones creativas. Todo el que
se cree revolucionario debería saber que las contradicciones son parte
de los procesos, que además llegan momentos de encrucijada del
proceso mismo, donde hay que decidir por donde se va. Por la
profundización del proceso o por la administración dilatada de la crisis
del Estado-nación, que conlleva a mantener el modelo extractivista
colonial del capitalismo dependiente. No debería sorprenderlos que
lleguen estas encrucijadas, estos puntos de alta tensión y por lo tanto
de debate. Sin embargo, con la amnesia que corresponde a un marcado
oportunismo, olvidan las lecciones históricas y pretenden hacer creer
a la gente que la lucha es contra una derecha que ha muerto, como si
la derecha fuera una esencia metafísica, abstracta, fuera de la historia,
un mal, la expresión del mal. Así piensan los moralistas más
recalcitrantes de las religiones monoteístas. En realidad pelean contra
los fantasmas de una derecha ya muerta; lo que no pueden ver los
funcionarios es que la derecha efectiva es una posición conservadora y
reaccionaria frente a determinados problemas fundamentales, que en
derecha puede convertirse el gobierno precisamente por que opta por
posiciones conservadoras y reaccionarias frente a estos problemas
fundamentales. Ante la responsabilidad de construir el Estado
plurinacional comunitario y autonómico, ha preferido restaurar el
Estado-nación, liberal y colonial. Ante el modelo alternativo al
capitalismo, la modernidad y el desarrollo, como dicen las resoluciones
de Tiquipaya, ha preferido continuar y extender la amplitud del modelo
extractivista. Ante la defensa de los derechos de la madre tierra –hay
una ley corta de los derechos de la madre tierra aprobado por la
Asamblea Legislativa y promulgado por el gobierno, hay un proyecto
de ley de la madre tierra que espera ser atendida por los legisladores
-, ha optado por ampliar la frontera agrícola, por la depredación y la
destrucción ecológica, recurriendo a ingenuos argumentos del
imaginario desarrollista. Estas opciones del gobierno lo convierten en
la derecha real, practica, efectiva, frente a la re-emergencia de los
movimientos sociales y la lucha de las naciones y pueblos indígenas
originarios.
En este posicionamiento del gobierno hay un nuevo reacomodo de
alianzas. Los aliados del gobierno son precisamente la burguesía
recompuesta, los nuevos ricos, los banqueros, los agroindustriales y
los terratenientes. Todos ellos coinciden con la ruta tomada por el
gobierno, modelo extractivista, ampliación de la frontera agrícola,
restauración del Estado-nación, suspensión del saneamiento de tierras
204
por cinco años, suspensión de la reversión de tierras por no cumplir
con la función económico social y por desmontes ilegales. Estos últimos
acuerdos se los tomaron en la Cumbre Social, donde asistieron los
empresarios privados. Es esto lo que cuenta en el análisis, el
comportamiento de las clases sociales, no los fantasmas de una
derecha muerta. Aunque queden resabios de la derecha tradicional en
la Asamblea Legislativa y en la gobernación de Santa Cruz, aunque
estos resabios intenten aprovecharse de las marchas, esto no cambia
el estado de la correlación de fuerzas. Estos resabios de la derecha
tradicional está desubicada, quiere seguir peleando a la antigua, como
lo hacía, contra el gobierno de la primera gestión, cuando, ahora, en
el contexto de las nuevas alianzas, su clase social, la clase a la que
representa es ya aliada del gobierno. Otros desubicados son estos
funcionarios defensores del gobierno que creen que el tiempo político
no pasa, que el proceso se ha detenido en la coyuntura del conflicto
con la derecha tradicional; no observan los hechos, los
acontecimientos, de las recientes etapas del proceso. No atienden a las
contradicciones. Prefieren quedarse en la apología y propaganda del
gobierno a pesar de los grandes contrastes entre su discurso y la
realidad.
205
Espesores de una coyuntura candente
Expediciones públicas y ocupación militar del TIPNIS
Una coyuntura candente
La coyuntura reciente, caracterizada por la nueva situación del conflicto
del TIPNIS, viene dibujada por la aprobación de la ley de consulta
extemporánea por parte de la Asamblea Legislativa y su promulgación
por parte del presidente. En este nuevo escenario, que es como el
exordio de la pretendida aplicación del cuestionario gubernamental -
por que eso es, un cuestionario que introduce dos preguntas, una sobre
la condición de intangibilidad y otra sobre la carretera que atravesaría
el territorio indígena y parque en cuestión -, el gobierno, haciendo gala
de una manifiesta inseguridad, que no puede esconder, ha mandado a
la armada al TIPNIS. La armada ha ingresado al territorio indígena
surcando los ríos Sécure y el Isiboro con barcos cargados de vituallas,
con el objeto de distribuirlos entre los comunarios de la TCO del
TIPNIS, comprometiendo su voto a favor de la carretera. Esta acción
de chantaje es una flagrante violación de una de las clausulas de la
consulta con consentimiento, previa, libre e informada, clausula que
establece que no puede haber coerción. Este despropósito se suma a
la ya descalificada consulta extemporánea por no cumplir con la
estructura conceptual de una consulta previa, libre e informada. En esa
dirección de intervención, presión y chantaje ya se han instalado
campamentos militares, mostrando claramente la decisión del gobierno
de ocupar militarmente el territorio indígena antes de la aplicación del
cuestionario. En esta alevosa acción en la que estarían comprometidos,
además del ejecutivo, la asamblea legislativa, el órgano judicial y el
órgano electoral, violando descaradamente la Constitución, en
cumpliendo de las ordenes del gobierno. Estamos entonces ante una
ocupación militar y ante la virtualidad de una “consulta” militarizada.
Esta acción desmedida de coerción y demostración de fuerza es una
declaración de guerra del Estado-nación, que debería haber muerto,
contra el Estado plurinacional comunitario y autonómico, que no ha
podido nacer. Una declaración de guerra a las naciones y pueblos
indígenas originarios, como en los tiempos violentos del colonialismo y
de la expansión de la frontera controlada de la república criolla. El
Estado-nación no acepta los territorios indígenas, tampoco las
autonomías indígenas, así como la libre determinación y el
autogobierno de las naciones y pueblos indígenas originarios, como
206
establece la Constitución. El Estado-nación no puede coexistir con la
Constitución y menos cumplirla, pues esta Constitución corresponde al
Estado plurinacional comunitario y autonómico. Esta contradicción
profunda no se puede resolver sino violando la Constitución,
colocándola como fantasía discursiva, y por último, en los momentos
mas fuertes de la contradicción y confrontación contra los pueblos
indígenas y los movimientos sociales que defienden la Constitución,
desconocerla, no sólo prácticamente, como se lo ha hecho hasta ahora
sistemáticamente, sino incluso explícitamente, declararla inviable. Este
momento descarnado, de desnudamiento de todos los disfraces puede
llegar.
Indudablemente hemos llegado a uno de los momentos más
contradictorios del proceso, uno de los de mayor confrontación, entre
gobierno y naciones y pueblos indígenas, entre gobierno y pueblo
boliviano, entre el proyecto político de la Constitución y el proyecto
extractivista del gobierno. Este momento de confrontación de fuerzas
viene definido por la IX marcha indígena. Lo que pueda pasar con esta
marcha mostrara los alcances de la intensidad de la lucha. Ya se
evidenció la intensidad del conflicto en la VIII marcha indígena, sobre
todo en el momento de la descomunal violencia desatada por el
gobierno contra la marcha indígena, en las circunstancias mismas de
la intervención policial y de otras fuerzas de apoyo, incluyendo a
extranjeros. En el nuevo escenario, el definido por la preparación de la
IX marcha, las organizaciones indígenas se juegan quizás la carta más
importante para reconducir el proceso; el gobierno también se juega
su carta para consolidar su proyecto extractivista. Esta es una de las
razones por las que acude el gobierno a una ocupación militar del
TIPNIS.
Ensamblando esta estrategia de ocupación militar, el Estado-nación,
utilizando la complicidad ilegítima del órgano judicial, ha desatado toda
una persecución a los dirigentes indígenas, participes de la VIII
marcha, con acusaciones falsas, mientras hasta ahora no ha hecho
nada para avanzar en la investigación y en el esclarecimiento de los
hechos violentos acaecidos en el puente San Lorenzo en contra de la
marcha indígena, acción represiva repudiable, realizada como acción
punitiva por parte de la policía. Mucho menos se le puede pedir a este
órgano judicial cómplice, alejado de sus funciones y convertido en un
aparato de represión más, que identifique a los responsables de dar la
orden de la represión de la marcha, aplicándoles las leyes por haber
violado los derechos fundamentales, como corresponde en estos casos.
207
En este contexto las organizaciones indígenas han convocado a
reuniones y encuentros de emergencia. La primera resolución de la
CPEM-B denuncia esta violencia legal descargada contra las
organizaciones indígenas. La segunda resolución de la CPEM-B
denuncia el agraviante desconocimiento a las organizaciones matrices
indígenas por parte del gobierno; por otra parte repudia y desconoce
a dirigentes comprometidos con estas maniobras gubernamentales,
desconoce al Subgobernador de la Provincia Mojos, al alcalde del
municipio de San lgnacio, a la presidenta del Concejo Municipal de San
lgnacio y a los asambleístas Indígenas departamentales. Esta
resolución también denuncia la inconstitucionalidad ley 222
promulgada por el presidente, la llamada ley de consulta, expresión
normativa de la violación de los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios. También denuncia que el Gobierno amparado en
la ley 222 viene desplegando una campaña deshonesta promoviendo
la división orgánica en nuestros territorios a través del chantaje,
prebenda y compra de conciencia de los comunarios, mediante el
ingreso de comisiones encabezadas por las autoridades antes
mencionadas, sin el consentimiento de las autoridades naturales del
territorio.
En resumen se puede observar que a esta invasión civil le ha seguido
la ocupación militar, ambas expediciones concurren con el objeto de
efectuar coerción y presionar a las comunidades, buscando obligar una
votación a favor de la carretera depredadora. Estas acciones
gubernamentales son una consecuencia de toda la política sinuosa que
ha seguido el gobierno en torno al conflicto del TIPNIS.
Tomando en consideración estos sucesos, la CPEM-B rechaza y
condena la franca violación de los derechos de propiedad comunitaria
del TlPNlS, los derechos de la TCO; así mismo, las comunidades
reunidas, rechazan la desenfrenada actitud de saltar por encima de las
estructuras orgánicas de los pueblos indígenas. Esta actitud violatoria
de derechos y de representaciones es calificada como maniobra
flagrante ejecutada por personeros del gobierno en coordinación con
las autoridades departamentales y locales, municipio y sub-
gobernación. Esos funcionarios públicos han ingresado al territorio
indígena con la excusa expresa de un supuesto plan de apoyo al
desarrollo. Se denuncia entonces que lo que persiguen estas
expediciones punitivas y de propaganda es presionar a las autoridades
de las comunidades mediante prebendas y apoyos, buscando su apoyo
a la construcción de la carretera; estas presiones están encaminadas a
208
preparar la inducción de los resultados de la supuesta "consulta
previa".
Estas resoluciones se aprobaron el 25 de febrero de 2012 en una
Reunión Orgánica de Emergencia de la Central de Pueblos Étnicos
Mojeños del Beni (CPEM-B), en presencia de la CIDOB y la
Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB).
Esta reunión de emergencia, la visita de los dirigentes de la Subcentral
del TIPNIS y de la CIDOB a las comunidades de la TCO del TIPNIS,
para recabar información, difundir y explicar el contenido y los alcances
de la ley corta de defensa del TIPNIS, forman parte de la resistencia
de las comunidades indígenas al avasallamiento legal y práctico por
parte del gobierno y la armada. También forma parte de la voluntad y
determinación de realizar la IX marcha indígena en defensa de la
madre tierra, los territorios indígenas y la Constitución. La CIDOB y el
CONAMAQ han rechazado la ley 222 y han ratificado la defensa de la
ley 180, la ley corta, además de sumarse a la IX marcha. La COB ha
sacado una resolución en el sentido de apoyar la IX marcha indígena.
Puede verse en todo esto una realineamiento y acumulación de
fuerzas. La convocatoria está abierta al pueblo boliviano que ha
apoyado la VIII marcha y la defensa del TIPNIS.
Después de la conquista lograda por la VIII marcha, al haber arrancado
la ley 180 al gobierno, ley en defensa de TIPNIS, además de haber
aclarado en un reglamento acordado con el gobierno el significado de
la intangibilidad, las organizaciones indígenas, las organizaciones
sociales que apoyaron la defensa del TIPNIS, la COB y el pueblo
boliviano enfrentan la nueva coyuntura, signada por la ley de consulta
extemporánea y por los preparativos de la IX marcha indígena. En esta
coyuntura los alcances de la lucha y de la convocatoria son mayores;
ya no se circunscribe la movilización sólo a la defensa del TIPNIS sino
que ahora se asume la responsabilidad de la reconducción del proceso,
además de contener la convocatoria a todo el pueblo para la defensa
de la constitución y del proceso contra un gobierno que se ha
convertido en un contra-proceso. Esto implica también tomar en
cuenta las reivindicaciones de los sectores populares urbanos. La
agenda de la IX marcha es más amplia que la VIII marcha. El nivel de
confrontación es mayor, las perspectivas de la lucha han alcanzado
gran intensidad, convirtiendo a los desenlaces posibles en decisivos
para el proceso.
Se entiende que en este enfrentamiento el gobierno también se juega
su proyecto extractivista; por eso la movida de todos los recursos al
209
alcance, legales, civiles, militares, políticos y comunicacionales. El
pueblo boliviano, que ha peleado por el proceso durante seis años de
luchas semi-insurreccionales, que ha votado consecutivamente en las
elecciones, apostando por el proceso y la Constitución, tiene una gran
responsabilidad histórica en esta coyuntura, quizás decisiva para el
proceso. Sólo una movilización general, una decisión multitudinaria,
una voluntad colectiva, en defensa del proceso, por la reconducción del
proceso, en defensa de la madre tierra y la Constitución, puede
cambiar el curso de los acontecimientos. Eventos empujados por el
gobierno a la restauración del Estado-nación y hacia la ampliación y
extensión del modelo extractivista colonial del capitalismo
dependiente; vía que conduce al desastre y a la muerte del proceso.
Sólo una movilización general puede revertir la tendencia política
dominante de claudicación, y lograr un punto de inflexión, recuperando
los objetivos caros de la descolonización y la transformación estructural
e institucional, puede lograr la profundización y la radicalización del
proceso.
Hay en la historia momentos decisivos, momentos de exigencia, de
convocatoria desde las profundidades mismas de la memoria colectiva
de las luchas, para decidir precisamente el decurso de la historia, para
construir historia desde el anhelo mismo emancipatorio, escapando de
los condicionamientos impuestos por las estructuras del poder y del
Estado. Este es uno de esos momentos. Que se acuda a esta
convocatoria depende de la conmoción profunda de nuestro ser, que
podamos comprender la peligrosidad del momento y por lo tanto de la
necesidad de la intervención de los movimientos sociales anti-
sistémicos, las masas, las multitudes, las naciones y pueblos indígenas,
el proletariado, los sectores populares, el pueblo boliviano. Se trata de
entender que el gobierno se ha dejado atrapar por relaciones y
estructuras de poder dominantes en el mundo, en la región y en el
país, que se ha convertido en un engranaje de estas relaciones de
poder, que ya no tiene voluntad propia, que su determinación responde
a lógicas de poder establecidas y efectivas, que no han sido
desmontadas. Que esta situación no puede ser una sorpresa, pues
forma parte de las contradicciones del proceso, de todo proceso, de los
desafíos políticos de las dramáticas y desgarradoras transiciones. Por
eso mismo los movimientos sociales deben estar preparados para
asumir los desafíos y responder a los mismos con la potencia social,
con los saberes colectivos, la voluntad general, las capacidades y
facultades multitudinarias, como inmanencia del ser social,
enfrentando al poder instituido.
210
Ahora bien, no siempre las masas y las multitudes han podido
responder a estos desafíos; en las experiencias colectivas de las
revoluciones que no lo han hecho, cuando los pueblos no han sabido
responder a estos retos, las revoluciones en cuestión se han hundido
en le fragor de sus contradicciones, sin que los explotados, que se
insurreccionaron abriendo el proceso, puedan en el momento decisivo
responder. En estos casos, las multitudes se encuentran aisladas por
el propio Estado, por los gobernantes y por sus propios dirigentes
cooptados y conformistas; por lo tanto, en consecuencia, se
encuentran desplazadas de la decisión y de la incidencia, sin poder
quebrantar el curso de los acontecimientos, que se desembocan como
caballos enloquecidos a la muerte.
Estas consideraciones develan que es indispensable la difusión, el
compartir, la discusión, la reflexión y el análisis colectivos de estos
problemas. La construcción de saberes colectivos críticos, subversivos
e insurreccionales es un acontecimiento experimentado por vivencias
compuestas, combinadas e integradas, intensas y liberadoras. Esta
elucidación colectiva forma parte de la cohesión de las organizaciones
involucradas, de las organizaciones y coordinaciones que se formen en
el curso de las luchas. Forma parte del potenciamiento mismo de la
movilización constitutiva e instituyente del nuevo mapa de fuerzas
donde se sostendrán las nuevas relaciones y estructuras pluralistas.
Esta, la participación y asamblea colectivas y comunitarias, es
entonces la tarea inmediata de preparación de la IX marcha.
El mapa de fuerzas
En esta breve exploración de los acontecimientos coyunturales queda
un tema pendiente que discutir, el de otras fuerzas distribuidas en el
contexto del acoplamiento del momento. Ya no hablamos aquí de las
fuerzas propias, sino de las fuerzas ajenas, no de las fuerzas indígenas
y populares, sino de las fuerzas que han sido caracterizadas como
opuestas al proceso constituyente; una de estas fuerzas corresponde
a la derecha tradicional. En la VIII marcha se ha visto su interés de
apoyar, ciertamente con sus propios objetivos, intereses distintos, en
contra del gobierno. Esta derecha busca la oportunidad para reponerse
de la derrota contundente sufrida en Pando después de los
acontecimientos sangrientos del Porvenir, derrota rarificada en el claro
descalabro electoral de las elecciones de 2009, sin poder lograr ni
siguiera un tercio de la representación del Congreso. Esta derecha
211
tradicional ha quedado hecha añicos. Es de esperar que esta derecha
también se encuentre ansiosa de volver a apoyar la novena marcha,
quizás intentando una mayor incidencia. Eso trató de hacerlo en la
VIII marcha, empero las organizaciones indígenas no le permitieron de
ninguna manera participar. Lo que hizo esta derecha es apoyar en
vituallas y alimentación, aunque no fue la parte ni la proporción
preponderante de la logística de la marcha. El apoyo
proporcionalmente importante de la marcha fueron las redes de apoyo
de las propias organizaciones indígenas, las ONGs de izquierda,
también las organizaciones humanitarias, así como las instituciones de
la cooperación internacional y de derechos humanos, además de los
múltiples grupos de activistas ecologistas, ambientalistas, feministas,
antisistémicos, y sus redes de comunicación; este apoyo fue
preponderante en el armado de la logística de la marcha.
El gobierno, de manera infantil, ha tratado de desinformar al respecto,
acusando a los dirigentes de tener compromisos con la derecha o de
hacer la jugada a la derecha. Como si no fuera real el conflicto del
TIPNIS, como si no se tratara de una TCO protegida por la Constitución,
de un parque protegido por las leyes, como si no se hubieran
constitucionalizado los derechos indígenas; es decir, como si no
hubiera ningún problema. Este es el nudo del cuestión, este es el
referente de realidad, no la delirante imagen que tiene el gobierno de
lo que ocurre; imagen paranoica, sostenida en la tesis débil de la
conspiración. Esta propaganda lamentable le cerró los ojos al gobierno,
retraído en su propio laberinto, de tal forma que no pudo ver el mapa
de los hechos; tampoco lo hace ahora, no solamente debido a su propia
contradicción inherente, que a estas alturas ya no se les puede pedir
que comprendan, sino por la propia magnitud del problema. En estas
condiciones, obviamente no puede descifrar las razones del apoyo de
la ciudadanía al TIPNIS. En estas circunstancias de retraimiento
paranoico, no se les puede pedir a los del gobierno que reconozcan
públicamente sus compromisos con la burguesía recompuesta y los
nuevos ricos, menos sus compromisos con las empresas
trasnacionales, la empresa constructora OAS y el gobierno brasilero.
Los hechos muestran que, a estas alturas de la regresión de la dirección
del proceso, se trata de un gobierno que administra los intereses de la
burguesía recompuesta, de los terratenientes, de los banqueros, de los
nuevos ricos y de las empresas trasnacionales. En este sentido la
dilucidación de lo que es derecha ha cambiado; hay una nueva
derecha, una burguesía recompuesta, nuevos ricos, además del propio
gobierno que ha optado por el Estado-nación y el modelo extractivista.
212
Esta nueva derecha es el termidor de la revolución plebeya e indígena,
quiere detener el proceso en su momento incierto, donde ha llegado
vadeando sus contradicciones, quiere acabar con el proceso ahí, en el
sitio indefinido y ambiguo del discurso, en la mera aprobación de la
Constitución, buscando que ésta no pueda aplicarse. Esta es la derecha
efectiva, peligrosa, con incidencia política, no la derecha tradicional,
que ciertamente nunca va a dejar de conspirar, pero que en el
momento no tiene fuerza como para reincidir.
El análisis de coyuntura, el análisis de contexto, el análisis de las
fuerzas involucradas, nunca va a poder ser reducido a la trivialidad del
esquema inocente de un dualismo simplón, de que sólo hay una
derecha, por un lado, y una izquierda, por otro lado. En el contexto, en
la cartografía espacial y temporal, hay más fuerzas, un mapa de
fuerzas, hay una variedad de posiciones, que deben ser analizadas y
evaluadas en el decurso mismo de las coyunturas y el proceso.
Concretamente, fuera de la derecha tradicional, correspondiente a las
oligarquías regionales, derecha que ahora se ha reducido a débiles
representaciones políticas, tanto en el congreso como en una
gobernación, ha aparecido en el mapa de fuerzas la distribución del
posicionamiento de una nueva derecha, de una nueva fuerza
conservadora efectiva. Esta nueva derecha puede ser interpretada, en
realidad, como una nueva alianza de fuerzas conservadoras, en la
perspectiva del proyecto extractivista. Esta alianza está compuesta
básicamente por la relación comprometida del gobierno con los
estratos de la burguesía; clase económicamente dominante que ha sido
la que más se ha beneficiado frugalmente en las dos gestiones de
gobierno popular. Componen esta burguesía renovada los
agroindustriales, los terratenientes, los comerciantes, los banqueros,
los nuevos ricos, los grandes contrabandistas y los grupos de los
tráficos lícitos e ilícitos. A este conglomerado o bloque conservador se
lo puede llamar nueva derecha; esta caracterización se debe a las
posiciones claramente evidentes contra la Constitución, contra las
transformaciones estructurales e institucionales y contra los caros
objetivos del proceso. Esta nueva derecha quiere limitar, delimitar y
detener el proceso en el lugar incierto donde ha llegado; servirse de
las imágenes mismas del proceso, investirse de ellas, suplantando a
los movimientos sociales, para satisfacer holgadamente con el
cumplimiento de los intereses mezquinos de los grupos dominantes.
Lastimosamente en este cuento han caído los dirigentes campesinos,
cooptados por el gobierno, perdiendo toda independencia de clase y de
organización. De esta manera, hoy por hoy, los campesinos se han
213
convertido en la base social de legitimación reducida de la conducción
clientelar del gobierno.
Entre este bloque de poder, bloque de sustento del proyecto
extractivista, y el bloque indígena, nucleado básicamente en las dos
grandes organizaciones de tierras bajas y de tierras altas, la CIDOB y
el CONAMAQ, se encuentran una multiplicidad de fuerzas dispersas,
que no necesariamente actúan de manera conjunta y coordinada,
aunque lo hicieron en el apoyo a la defensa del TIPNIS. La COB es la
principal organización de los trabajadores y de los sindicatos obreros
urbanos y de los centros mineros. La COB tiene un pliego petitorio, que
comprende varios puntos, fuera de las reivindicaciones económicas;
uno de ellos es el reclamo por su incidencia y participación en el modelo
productivo; otro es el que tiene que ver con los derechos de los
trabajadores y la abrogación de lo que queda del decreto neoliberal
21060; y un tercero, de importancia, es la construcción de un
instrumento político de los trabajadores. En los escenarios abiertos por
las luchas sociales y movimientos sociales antisistémicos
contemporáneos, la COB no ha podido recuperar su protagonismo que
tuvo en a historia política desde la revolución de 1952 hasta la marcha
por la vida en defensa de sus puestos de trabajo, los centros mineros
(1986). Sin embargo, podría recuperar protagonismo político si atina a
una alianza duradera con las organizaciones indígenas y el pueblo
boliviano en la defensa de la Constitución y del proceso.
Desde el primer año de gobierno (2006), como a finales del mismo,
se manifiestan contradicciones complicadas entre los trabajadores
mineros, entre los obreros de las minas, dependientes de COMIBOL, y
los cooperativistas mineros. Un enfrentamiento en Huanuni deja más
de una docena de muertos. Los cooperativistas mineros, que suman
como uno ciento cincuenta mil, son un estrato de presión fuerte, en el
espacio social de los trabajadores. Quieren más concesiones mineras
del Estado, entrando en contradicción con los obreros de las minas,
que responden a la empresa estatal minera. Este sector, una vez
enterado del contenido del proyecto del código minero se movilizó a La
Paz exigiendo modificaciones sustanciales, en la perspectiva de la
preservación de sus intereses. A lo largo de los años de la primera
gestión de gobierno aparecieron otros grupos gremiales,
reivindicativos de intereses particulares, como los involucrados en la
compra venta de ropa usada, llamados los “ropavejeros”. En esta
tónica marginal también aparecieron otros grupos asociados, como los
compradores de autos usados, muchos de éstos internados al país por
214
contrabando, otros por robo. Este grupo concretamente pide
nacionalización de los autos chutos. A este pedido primero accedió el
congreso y luego el gobierno, aprobando y promulgando una ley
conocida como la de los autos “chutos”. En otra tónica, también
subsisten, desde época neoliberal, grupos de asociados como los
jubilados, los beneficiarios de la renta de adultos mayores, los
desocupados, quienes piden fuentes de trabajo; también piden todos
ellos garantía institucional para sus jubilaciones, ampliación de la
renta, puestos laborales. Cambiando nuevamente de tónica, aparecen
los nuevos sujetos de derechos, respondiendo a la ampliación de
derechos de la Constitución, como los conocidos como discapacitados
o de capacidades especiales. Este grupo exige un bono apropiado y el
cumplimiento de a Constitución. En otro nivel, se dan también otras
asociaciones, aunque sean más bien coyunturales, como la de ciertas
comunidades campesinas que exigen la propiedad de minas en sus
territorios, minas que muchas veces fueron tomadas por los propios
comunarios. En contraste, también se asociaron los obreros mineros
de empresas privadas, quienes exigen al gobierno garantías para el
funcionamiento de sus centros trabajo y el respeto a la propiedad
empresarial. Como se puede ver, estamos ante una lista que se puede
ir ampliando, debido al estallido de conflictos locales y específicos,
pero, que en todo caso, expresa un mapa disperso de fuerzas
heterogéneas, que también se hallan puntualmente en conflicto con el
gobierno. Esta gama de reivindicaciones tiene que ser interpretada a
la luz misma de las contradicciones del proceso, no tanto así a partir
de las propias reivindicaciones particulares, pues no serían
comprensibles políticamente.
Empero vale la pena ampliar el mapa de fuerzas incorporando a
organizaciones cívicas de carácter regional y municipal, también a
ciertas poblaciones limítrofes que disputan el control fronterizo de
recursos naturales. En esta ampliación del mapa de fuerzas hay que
incorporar a un comité cívico regional que se hizo famoso por el tipo
de enfrentamiento que tuvo con el gobierno, el Comité Cívico de Potosí,
que planteó reivindicaciones regionales de carácter departamental en
el occidente boliviano. Este comité cívico se encuentra vinculado a
sectores populares y no así a sectores de las oligarquías regionales,
como era el caso de los comités cívicos de la llamada “media luna”.
Otra forma de asociación y de organización social, que también hizo
noticia, es la composición combinada entre sindicatos campesinos y
juntas de vecinos en la provincia de Caranvi; se conformó una especie
de coordinación de defensa de la provincia. Esta coordinadora hizo
215
conocer su reclamo en torno a una planta de cítricos, entrando en
conflicto con la organización de colonizadores de Alto Beni.
Compartiendo problemáticas análogas, aunque no equivalentes, en la
frontera limítrofe departamental entre Oruro y Potosí también
aparecieron conflictos entre poblaciones y comunidades colindantes.
Primero, la disputa estalló por la ubicación del lugar de instalación de
la planta de cemento, también por la propiedad del cerro Porco, cerro
que contiene los yacimientos apropiados, en tanto materia prima, para
el funcionamiento de la planta; después, otro conflicto limítrofe se
generó por el conflicto concurrente en torno a los terrenos aptos para
el cultivo de la quinua. Así también debemos ampliar estos conflictos
limítrofes a la región del Chaco, donde las poblaciones colindantes
entre Tarija y Chuquisaca se disputan la participación de los
yacimientos del campo Margarita; esto sobre todo por las regalías en
cuestión y la distribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos.
Todos estos conflictos deben interpretarse a la luz de la condición
autonómica de la Constitución.
En el dibujo del mapa de fuerzas también tenemos que añadir a las
juntas de vecinos metidas en conflictos municipales de sus ciudades.
Por ejemplo, el caso de la ciudad de El Alto es sintomático; habiendo
sido la ciudad heroica en la guerra del gas (2003), ciudad clave por su
colindancia con la sede de gobierno, se siente ahora una ciudad
menospreciada por el gobierno debido al incumplimiento de mandatos
y compromisos. La mayoría de El Alto considera que el gobierno no ha
cumplido con la Agenda de Octubre, que comprende además de la
convocatoria a la Asamblea Constituyente, la nacionalización de los
hidrocarburos y la industrialización de los mismos, evitando su
exportación en condición de materias primas, además del compromiso
de instalación de gas domiciliario para consumo doméstico. Los alteños
consideran que ninguna de estas obligaciones ha cumplido el gobierno.
Es más, la juntas de vecinos ven con alarma el comportamiento del
gobierno respecto a los candidatos avalados por el MAS, saltando a las
propias selecciones barriales. Se montó una escandalosa maniobra
para sacar a la dirigente carismática Fany, castigada por ser crítica;
incluso se llegó al extremo de atentar contra su vida. Sacándola de en
medio, primero se impuso a un dirigente cuestionado por las bases,
después a un candidato cuestionado por la ciudad, candidato que sale
elegido apenas, con una notoria disminución de votos para el MAS,
disputando esta posibilidad con una candidata joven de un partido de
minoría, caracterizado como de centro-derecha. Ahora el alcalde
elegido es cuestionado por movilizaciones populares, que piden su
216
revocatoria de mandato. La ciudad de El Alto ha vuelto ha manifestarse
pidiendo seguridad ciudadana ante la ola de atracos y asesinatos de
los llamados “cogoteros”. En otras ciudades también aparecen
conflictos locales, incluso menores, por ejemplo, conflictos provocados
por reclamos de los vecinos en relación a la desatención municipal al
derrumbamiento de sus casas en la época de lluvias, protestando
contra la abandono de los gobiernos, tanto del gobierno central como
del gobierno autónomo municipal correspondiente. En la ciudad de
Santa Cruz también se han producido innumerables protestas, aunque
de carácter más grupal y barrial, más en el sentido de
pronunciamientos que de movilización, sobre todo en lo que respecta
a la seguridad ciudadana. Dicen que la policía, el gobierno municipal,
tampoco el gobierno central, las asambleas legislativas, la central y la
autónoma, no acuden a resolver la problemática situación de
vulnerabilidad de los ciudadanos debido a la expansión de la
delincuencia, atracos y asesinatos. En este marco de reclamos,
también se hacen conocer denuncias en relación al incumplimiento de
obras y acusaciones de corrupción.
Todo este conjunto de problemas son reales, no son inventos de la
conspiración de la derecha, como acostumbra decir el gobierno, como
acostumbra a desentenderse de los problemas. Este conjunto de
problemas civiles y sociales deben ser interpretados no sólo desde la
perspectiva puntual y descriptiva de los discursos y de los hechos, sino
que debe también ser analizados a partir de lo que podemos llamar y
comprender, en su integralidad, como crisis del proceso.
217
Espesores histórico-políticos y económicos
Volvamos al tema del TIPNIS y también en consecuencia de la IX
marcha indígena. Ciertamente podemos ver que el conflicto del TIPNIS
además de ser un atentado contra un área protegida, protegida por
leyes ambientales, un atentado contra los derechos de las naciones y
pueblos indígenas originarios, constitucionalizados, por ser territorio
indígena, también se ha convertido en un conflicto de magnitud. Esto
debido a que el conflicto muestra las contradicciones más profundas
del proceso, desgarradores contradicciones que ponen en cuestión la
misma política implementada por el gobierno, que no se parece en
nada a los caminos propuestos por la Constitución. Todo lo contrario,
se parece a lo hecho por los gobiernos anteriores, sobre todo en lo que
respecta al modelo económico. No se trata de aseverar de que se trata
de un nuevo gobierno neoliberal; el problema no se reduce a la
continuidad del proyecto neoliberal. La lucha de los movimientos
sociales del 2000 al 2005 fue precisamente contra este modelo y las
políticas privatizadoras. El gobierno popular que se conforma después
de las elecciones del 2005 inicia un proceso de nacionalización y
convoca a través del congreso a la Asamblea Constituyente. No se
puede decir que se trata de un gobierno neoliberal cuando se abre un
camino de fortalecimiento del Estado, de intervención del Estado en la
economía, de apoyo a las empresas publicas, de formación de
empresas públicas, aunque estas empresas públicas no hayan dado los
resultados esperados. El problema no se reduce a la identificación de
cuánto del proyecto neoliberal ha quedado, como es el caso de la
presencia del decreto 21060, que inicia en 1985 la implementación del
modelo de libre mercado y de competitividad, de privatización y de
suspensión de los derechos sociales y de los trabajadores. Tampoco de
identificar la permanencia de la gravitación de las empresas
trasnacionales en las áreas estratégicas de los hidrocarburos y la
minería. La comprensión de la problemática de la dependencia exige la
visualización de condicionantes más profundas. El modelo apuesto al
neoliberalismo, el modelo nacionalista estatal, el modelo basado en las
nacionalizaciones y el control de los recursos naturales, si bien es de
alguna manera antagónico al proyecto neoliberal, no deja de ser
también un modelo liberal, pero sobre todo, no deja de ser también
una modulación del circulo vicioso de la dependencia. Esto se debe a
la relación que tienen ambos modelos contrapuestos con el paradigma
del extractivismo. En la medida que repiten esta relación con la
extracción y explotación de los recursos naturales, exportando
materias primas al mercado externo, lo hagan de una forma o de otra,
218
reproducen las relaciones de subalternidad con el centro del sistema-
mundo capitalista, reproduciendo también la dependencia. En este
sentido se dice, que el gobierno popular hace lo mismo que los
gobiernos que le antecedieron, sean nacionalistas, liberales o
neoliberales, reproduce el modelo extractivista colonial del capitalismo
dependiente.
Este es el problema de fondo; ¿cómo escapar a la condena colonial del
extractivismo? ¿Cómo escapar al círculo vicioso de la dependencia?
Mientras no se resuelva este problema, las diferencias entre el modelo
neoliberal y el modelo nacionalista estatal son importantes en lo que
respecta al control estatal y al impacto en los ingresos de una economía
rentista, pero estas diferencias no son lo suficientemente distintas en
relación al modelo extractivista. A la luz de esta vigencia colonial, de
la geopolítica del sistema-mundo capitalista, ambos modelos incluso
pueden intersectarse, mezclarse, con la consecuencia irremediable de
continuar la condena de la estructura de sometimiento, expiación de la
articulación extractivista con el mercado externo, que lleva
irremediablemente a la subalternidad de la dependencia. El proyecto
de Estado-nación del nacionalismo revolucionario no ha construido la
base de la industrialización, se ha limitado a recuperar para el Estado
los recursos mineralógicos, los yacimientos y centros mineros,
entregando en cambio los recursos hidrocarburíferos a una empresa
trasnacional norteamericana, la Gulf Oil. Los nacionalismos militares
han seguido la misma ruta con mayor o menor intensidad; el general
David Toro23 nacionaliza la Standard Oil en 1937 y funda Yacimientos
petrolíferos Fiscales Bolivianos; el general Ovando Candia24 nacionaliza
23 El gobierno del general David Toro presidió una junta cívico-militar, la junta estaba apoyada por los
sectores jóvenes del ejército, partidarios de cambios en el país. Una vez en la presidencia Toro realizó
cambios sociales significativos, inició reformas sociales; bajo su mandato, se comenzó a elaborar una
nueva Constitución, estructurada a partir de los principios del Constitucionalismo social. Se creó el
Ministerio de Trabajo y el de Previsión Social; se estableció la jornada de ocho horas, instituyendo la
obligatoriedad de sindicalizarse. Se fundó el Banco Minero para apoyar mediante créditos al principal
sector productivo, principalmente a los mineros pequeños. Se creó también el Ministerio de Minas y
Petróleo. La medida más importante de su gobierno indudablemente fue la reversión de todos los bienes
y concesiones que sobre los recursos naturales se habían hecho a la empresa petrolífera estadounidense
Standard Oil. Esta reversión se produjo por la Resolución Suprema que dictó el 13 de marzo de 1937, y
fundó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, que se sería el nuevo organismo para la exploración y
explotación de los hidrocarburos dentro de todo el territorio nacional. Así se inicia la explotación
petrolífera a cargo del Estado.
24 En el segundo gobierno del general Alfredo Ovando Candia las medidas políticas más importantes fueron la nacionalización del petróleo, así como, en consecuencia, la expropiación a la Gulf Oil Co. Esta
219
la Gulf Oil en 1969 y el general Juan José Torres25 nacionaliza la mina
Matilde en 1971. Aunque podríamos anotar una pequeña diferencia en
lo que respecta a ciertas medidas de la gestión de Ovando Candia, pues
en su gobierno se apuesta a un proyecto largamente anhelado, la
metalurgia, la fundición de estaño26, si bien este proyecto por sí solo
no basta para armar una base industrial de las materias primas
minerales, menos para convertirse en la plataforma de la revolución
industrial en Bolivia. En todo caso, en general, los nacionalismos no
pudieron salir del modelo extractivista. Ciertamente, como se ve,
distinguimos estos gobiernos militares nacionalistas de otros gobiernos
militares francamente entreguistas; no hablamos de gobiernos
militares supeditados a la geopolítica de la dominación estadounidense,
embarcados, como otros gobiernos latinoamericanos, en la lucha
contra el comunismo, respondiendo al marco condicionante de la
guerra fría, guerra inventada por las potencias vencedoras de la
segunda guerra mundial. Este es el caso de gobiernos militares como
los del general René Barrientos Ortuño27 y después del general Hugo
Nacionalización convirtió a Bolivia en propietaria de sus propios recursos naturales. Otra medida de trascendencia fue la instalación de la primera fundidora de estaño en el país.
25 El general Juan José Torres asumió el poder empujado por un levantamiento popular, con participación
de trabajadores, organizaciones campesinas, el movimiento universitario y un sector de los militares
leales. Este hecho aconteció el 7 de octubre de 1970; la huelga general indefinida declarada por la COB
tiene por objeto detener el golpe de estado en contra el gobierno del general Alfredo Ovando Candía.
Durante su breve gobierno se realizó la nacionalización de la Mina Matilde; también se decretó la
nacionalización de las Colas y Desmontes, la expulsión de los Cuerpos de Paz de los Estados Unidos, se
dispuso un aumento presupuestario significativo a las universidades bolivianas, la creación de
la Corporación de Desarrollo y el Banco del Estado, fuera de subir el salarial de los mineros.
26 Jorge Lema Patiño: Con la instalación de la Fundición de Estaño de Vinto por la empresa Klockner de
Alemania, se da inicio a la moderna metalurgia en el país, incorporando el horno Fuming y la electrólisis del estaño en base al cresol sulfónico. Esta Fundición fue construida (1970 al 1975) por etapas hasta alcanzar la capacidad actual de aprox. 48,000 toneladas anuales de concentrados de Alta Ley (45 – 55%Sn. Modernización de la Fundición de Estaño de Vinto. Documento presentado al Congreso Nacional de Metalurgia y Ciencia de Materiales. Julio 2006; Oruro – Bolivia.
27 El general René Barrientos Ortuño fue elegido en 1964 vicepresidente de la República acompañando
a Víctor Paz Estenssoro a la presidencia. En condición de vicepresidente conspiró un golpe de Estado, diseñado por la CIA, para acabar con lo último que quedaba de la revolución nacional de 1952. Después del golpe de Estado de noviembre de 1964, estuvo en su primera presidencia por aproximadamente siete meses. Su segunda presidencia duró aproximadamente lo mismo, compartiendo con el general Alfredo Ovando Candia el binomio miliar. Su tercera presidencia, esta vez elegido en las urnas, duró un poco menos de tres años, desde 6 de agosto de 1966 hasta el 27 de abril de 1969. Murió en lo que parece ser un accidente de helicóptero, en el que viajaba seguido, en constante campaña; empero hay voces que dicen que fue un atentado. Fue un presidente populachero, que hablaba quechua, se granjeó el apoyo de los campesinos del valle. En cambio se enfrentó desde su primera presidencia a los obreros y mineros, persiguiéndolos y disminuyendo sus salarios. Durante la guerrilla del Che intervino las minas y masacró a los mineros, acusándolos de apoyar a la guerrilla. Este hecho de sangre es conocido como la masacre de
220
Banzer Suarez28. Estos gobiernos militares pro-imperialistas asumieron
una política entreguista y tempranamente de desnacionalización,
adjudicando las reservas fiscales de COMIBOL a la minería mediana,
como ocurrió durante el gobierno de Barrientos, y aprobando el Código
del Petróleo, que abre las compuertas de los recursos y las reservas
hidrocarburíferas a las empresas trasnacionales, como ocurrió durante
el gobierno de Banzer.
Este es el problema de fondo, las condicionantes estructurales del
extractivismo, que genera el círculo vicioso de la dependencia. No es
fácil escapar a esta condena estructural de larga duración; no han
podido hacerlo los gobiernos nacionalistas. Este anclaje gravitante en
el extractivismo no sólo acontece en el país, es una característica
común en las periferias del sistema-mundo, acontece en Sud América;
incluso en un caso tan promisorio como la emergencia industrial de
Brasil, el problema del extractivismo parece irradiarse tanto en las
formas de su antigua condición como en la nueva, el neo-
extractivismo. Ha emergido una potencia regional en el contexto del
San Juan, por haberse perpetrado precisamente en la noche de San Juan, cuando los mineros de Siglo XX festejaban con fogatas en una de las noches más frías del año.
28 El general Hugo Banzer Suarez asumió el cargo de presidente en 1971, mediante un golpe cruento
contra el gobierno progresista del general Juan José Torres, gobierno en el que se instaló la Asamblea Popular. Este general de derecha, al servicio de la dominación estadounidense en la región y en el país, instauró una férrea dictadura, inicialmente apoyado en principio y en alianza con dos partidos políticamente enfrentados, el MNR, de concepción nacionalista, y la FSB, de inspiración fascista. Hugo
Banzer ya estuvo antes involucrado en las esferas de gobierno, durante el gobierno militar del general René Barrientos ocupó el cargo de ministro de Educación. Después de un breve tiempo en el gobierno, entre sus primeras medidas, ilegalizó a los partidos políticos, incluyendo sus aliados. Fue una dictadura en pleno sentido de la palabra. La dictador militar que presidió duró el lapso de siete años; en su recorrido dejó una huella de muerte, de asesinatos, encarcelados y exilados, ocasionando incontables denuncias de violaciones a los derechos humanos. Su gobierno participó en el Plan Cóndor; operativo de represión secreto y encubierto anti-comunista y anti-izquierdista, ensamblado por los gobiernos militares de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia, durante la década de los años 70. Una década que se puede nombrar como la de la guerra sucia. Durante este periodo Bolivia suministró, principalmente a Chile y a Argentina, información sobre el movimiento de los que las dictaduras militares consideraba subversivos, quienes se encontraban dentro del territorio del país; lo mismo hacían los otros gobiernos militares. La dictadura militar fue prácticamente derrotada en 1978 por una larga huelga de hambre de mujeres esposas de mineros; esta huelga de hambre se extendió por todas partes, en las ciudades capitales, apoyada por las múltiples organizaciones sociales del país y la COB. Después de la caída de las dictaduras militares y la convocatoria a elecciones, el Congreso Nacional de Bolivia intentó enjuiciar a Banzer por crímenes de lesa humanidad y otros delitos políticos ocurridos durante su dictadura; sin embargo, el juicio de responsabilidades no llegó a producirse por la complicidad de los partidos de derecha, entre los que se encontraba el MNR. El principal impulsor del juicio de responsabilidades fue Marcelo Quiroga Santa Cruz. El insigne líder socialista murió asesinado durante el golpe de Estado perpetrado por el general Luis García Meza en 1980. Este general, quien fue juzgado y condenado a prisión, declaró que quienes asesinaron a Quiroga Santa Cruz eran paramilitares que recibieron órdenes de Banzer.
221
reacomodo de las estructuras dominantes del sistema-mundo
capitalista, básicamente por el desplazamiento de la metalurgia y la
industria pesada desde el centro del sistema-mundo hacia ciertos
lugares pujantes de la periferia, en un proceso caracterizado como de
desindustrialización del centro del sistema-mundo. Empero a pesar de
esta revolución industrial, acompañada por la revolución cibernética,
Brasil sigue reproduciendo las condiciones de la dependencia y de lo
que llama Francisco de Oliveira el neo-atraso brasilero. La situación de
este anclaje gravitante en el extractivismo es mil veces peor para
Bolivia, donde no se ha podido crear una plataforma metalúrgica y la
industrialización de los hidrocarburos. Tanto para Brasil como para
Bolivia los problemas relativos a la dependencia se hacen cada vez más
acuciantes en una coyuntura caracterizada por el agotamiento de la
energía fósil y definida por la crisis ecológica. El extractivismo, el neo-
estractivismo, la industrialización, la biotecnología de los transgénicos,
han puesto en peligro la vida en el planeta. ¿Qué hacer ante la
creciente demanda de las poblaciones? ¿Cuál la salida para afrontar el
atraso, el neo-atraso, sobre todo las condicionantes, las determinantes
y las consecuencias de la dependencia? No se puede renunciar a la
industrialización, pero tampoco se puede aceptarla a un costo ecológico
alto; aunque se tiene una certeza, se tiene que lograr acoplarse a la
revolución cibernética, pero sin destruir los saberes colectivos y las
tecnologías tradicionales. En el marco de estos dilemas, sin embargo,
hay dos postulados claros, romper con el modelo extractivista colonial
del capitalismo dependiente y encaminarse a la soberanía alimentaria.
Ahora bien, estos postulados qué significan con respecto a la relación
con el mercado interno y el mercado externo, qué significan con
relación a la industrialización y qué significan con relación a la frontera
agrícola y el equilibrio ecológico. Por lo menos desde una perspectiva
teórica se ha dicho que de lo que se trata es de fortalecer, expandirá y
dinamizar el mercado interno, cohesionando a la sociedad en relación
a sus circuitos endógenos; desconectarse del mercado externo,
independizarse de sus condicionamientos e imposiciones; optar por
una industrialización de tecnologías limpia, que favorezca las
demandas del mercado interno, no las exigencias del mercado externo;
no ampliar la frontera agrícola, pasar de una agricultura extensiva y
depredadora a una agricultura intensiva y ecológica; restablecer las
armonías con los ecosistemas y los nichos ecológicos.
Obviamente esta transición desde un modelo extractivista hacia un
modelo no-extractivista no es nada fácil, sobre todo cuando por lo
222
menos las tres cuartas partes del ingreso y el 85% del valor de las
exportaciones dependen de la explotación extractiva. Empero, ante
este mapa condicionante que amarra la economía al modelo
extractivista, nunca hay que olvidar que no se trata de mantener esta
dependencia, de reproducir una economía rentista, y mucho menos se
trata de dejar que las empresas trasnacionales se lleven las materias
primas aprovechando este punto de partida de la acumulación de
capital, este control de las condiciones iniciales de la producción, para
beneficiarse de los efectos multiplicadores de la cadena productiva, de
la generación acumulativa de ganancias. Las empresas trasnacionales
son la estructura logística de la acumulación ampliada de capital que
controla el centro del sistema-mundo. La decisión de dejar el modelo
extractivista es ineludible, es de vida o muerte. Tiene que ver con la
salida del círculo vicioso de la dependencia y de un desarrollo que
genera subdesarrollo.
En una investigación del CEDLA sobre la economía boliviana,
concentrada en el análisis de coyuntura y en las características de la
estructura económica del momento, se llega a una conclusión
alarmante. Se dice que la política económica, aplicada en los últimos
años, en las dos gestiones del gobierno de Evo Morales, acentuó los
grandes problemas estructurales del país, con un Estado más rentista
y una economía cada vez más dependiente de las materias primas y
del capital transnacional29. En el cuaderno de coyuntura numero tres,
dedicado a una evaluación del gasolinazo, se sostiene que:
La actual política económica se orientó a profundizar el patrón primario
exportador, que tiene como consecuencia el debilitamiento y el abandono del sector interno de la economía, pues sigue siendo una
economía dominada por el capital monopólico que aprovecha los
recursos naturales nativos y la explotación de la fuerza de trabajo local, pero que realiza y acumula la plusvalía fuera de nuestras fronteras30.
De acuerdo al estudio, la actual economía boliviana se caracteriza por
un insuficiente y limitado crecimiento económico, una mayor y creciente dependencia de las materias primas, un peligroso aumento
de las importaciones, una crisis en los sectores productivos de la industria y el riesgo de una crisis energética que se expresa en
insuficiente producción de electricidad y de petróleo. Este cuadro es acompañado, además, por una precaria situación de las finanzas
29 CEDLA: Análisis de la política económica, fiscal y petrolera. Gasolinazo: Subvención popular al Estado y a las petroleras. Análisis económico. Cuadernos de Coyuntura 3. Plataforma energética. La Paz, septiembre de 2011. 30 Ibídem.
223
públicas, creciente endeudamiento interno, aumento de la inflación y
del costo de vida para los más pobres y un deterioro en la calidad de vida de los trabajadores y asalariados31.
En el análisis se identifica siete grandes problemas del país. El primer problema tiene que ver con el limitado crecimiento económico; el
segundo problema tiene que ver con la creciente dependencia de las materias primas; el tercer problema, como consecuencia del anterior,
tiene que ver con la valorización de los precios de las materias primas reduciéndose, en cambio, la valorización de las exportaciones no-
tradicionales; el cuarto problema tiene que ver con un peligroso incremento de las importaciones; el quinto problema tiene que ver con
la precaria situación de las finanzas públicas, debido al aumento del crecimiento del gasto y disminución del crecimiento del ingreso; el
sexto problema tiene que ver con la inflación, sobre todo de los alimentos; y el séptimo problema tiene que ver con la crisis energética,
es decir, con la insuficiente producción de líquidos, con el estancamiento de la producción de gas y la reducción de las reservas32.
Puede preverse entonces el estallido una crisis económica a mediano plazo. Podemos interpretar esta situación como relativa a las crisis de
los ciclos medios de la economía, en este caso vinculados a los ciclos de las materias primas. En el marco de este modelo no hay una salida,
sino un círculo vicioso.
En este contexto es donde debemos situar el conflicto del TIPNIS. La carretera que atravesaría el territorio indígena y parque Isiboro-Sécure
es parte de este proyecto extractivista, mas bien su consecuencia desesperada. ¿Por qué una carretera que atraviese una región rica en
biodiversidad, que es territorio y parque? Porque se trata de ampliar la frontera agrícola, no se la va ampliar por el lado de dominio de los
colonizadores y hacendados, por el lado de Santa Cruz, tampoco por las áreas de ocupación de los colonizadores, por el lado del norte de La
Paz. Estas regiones están ocupadas; la ampliación de la frontera
agrícola es susceptible de hacerla a través de los territorios de contención de esta frontera, que son precisamente los territorios
indígenas y parques. ¿Por qué la ampliación de la frontera agrícola es complementaria de la economía extractivista? La forma de explotación
extractiva de las materias primas, de la minería y los hidrocarburos, destructiva, depredadora y contaminante, tiene como complemento a
una agricultura expansiva, depredadora, también destructiva, con tendencia a usar transgénicos y dedicarse al monocultivo rentable.
Asociada a esta agricultura se encuentra la ganadería también expansiva y depredadora, que requiere grandes cantidades de espacio
para el ganado. En este mapa depredador debemos incluir a las
31 Ibídem. 32 Ibídem.
224
empresas madereras desforestadoras y destructivas de bosques. Como
se puede ver, se trata de una misma lógica; en la explotación extractiva de materias primas y en la agricultura-ganadería-
desforestación, se desenvuelve la lógica del dominio y destrucción de
la naturaleza, la lógica de la transferencia de los costos a la naturaleza, costos que nunca son cubiertos ni contabilizados por la economía
capitalista.
La carretera Villa Tunari a San Ignacio de Moxos es una salida a la presión sobre la frontera agrícola del monocultivo de la coca, de las
empresas madereras, y quizás de los hacendados y terratenientes, dedicados también al monocultivo rentable. La carretera, al formar
parte de una red de comunicación y de transporte, red que amplia el mercado y los tráficos, que conecta mercados y moviliza recursos
como mercancías, vincularía en este caso espacios económicos de Brasil con los puertos del Pacífico, y por esta vía marítima con el gran
mercado del Asia. Los ganaderos de Rondonía están sumamente interesados con llevar carne de res al mercado de Asia. En este mapa
de intereses se puede ver la razón necesaria y suficiente de la
compulsión por la carretera; aquí, en esta distribución de intereses, se encuentra la causa de la construcción de la carretera, se encuentra la
razón del por qué la carretera en cuestión forma parte del modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente. Esta es también la
razón por la que, la carretera, al formar parte del modelo extractivista, impulsa al gobierno a mover todos sus recursos para imponerla, incluso
la ocupación militar.
225
“Geopolítica” extravagante
Uno de los argumentos más extraños que ha usado el gobierno para
justificar la construcción de la carreta es una supuesta estrategia
geopolítica. Si dice que se busca aislar a la oligarquía cruceña del control del espacio amazónico, concretamente de los departamentos
del Beni y Pando, vinculándola más bien con el Chapare y Cochabamba. Al escuchar y leer estos argumentos se nota que la geopolítica se ha
reducido a una caricatura, tomada en serio sin embargo por el propio vicepresidente. Este argumento incluso ha sido tomado gravemente
por una antropóloga, que ha hecho manifiesta sus inclinaciones tardías por la geopolítica. No solamente estamos ante aprendices de brujo sino
ante el mayor desprecio a la opinión, es decir al raciocinio de la gente, y a la opinión pública. ¿Puede hablarse de esta manera cuando la
oligarquía cruceña, los estratos agroindustriales de la burguesía, son los aliados del gobierno y sus políticas extractivistas? Esta es otra
coyuntura, ya no es la de la etapa de enfrentamiento con las oligarquías regionales; esta etapa acabó en el Porvenir y con el Estado
de sitio en Pando. Ahora el gobierno le ha regalado a la oligarquía
regional en la cumbre social la suspensión por cinco años del saneamiento de tierras, la suspensión por cinco años de la exigencia
de la función económica y social, la suspensión por cinco años de sanciones por delitos de desforestación ilegal.
La geopolítica no se reduce a una carretera. En todo caso, ¿por qué
una “geopolítica” se juega el todo por el todo en una carrera que atravesaría el núcleo del territorio indígena y parque Isiboro-Sécure,
donde no hay casi comunidades asentadas? ¿No puede pasar esa carretera “estratégica” por otro lado, por los bordes del parque? ¿Y qué
hay de las carreteras que conectan el departamento de La Paz con el departamento del Beni, carreteras desatendidas, accidentadas,
vulnerables y la mayor parte de tierra? ¿Por qué no se atiende estas conexiones entre los Yungas y los llanos del Beni? A estas preguntas
obviamente no responde el gobierno y sus agoreros.
El investigador Tristan Platt escribió un artículo sugerente donde
muestra que esta obsesión por la carretera que conectaría Cochabamba con Moxos data de los tiempos de la Colonia. El diseñador
y soñador de la misma era un militar español apellidado Flores, mandado a combatir la rebelión indígena encabezada por Tupac Katari,
oficial español que llevó presa a Bartolina Sisa. Tristan Platt encuentra sintomático que se empleen los mismos argumentos que en la época
de la colonia para construir la carretera, incluso el argumento geopolítico.
226
Conclusiones
1. El proceso se ha acercado a una coyuntura decisiva para el
decurso mismo del proceso. En esta coyuntura se juega la
reconducción del proceso a sus causes iniciales o el definitivo desbarrancamiento del proceso, hundido en sus propias
profundas contradicciones insoslayables.
2. El mapa de fuerzas de la coyuntura es amplia y diferencial, es también dinámico; su dinamismo tiene que ver, además de con
las reivindicaciones particulares, con la crisis misma del proceso, crisis que hace estallar junto a las contradicciones principales,
las contradicciones secundarias. La IX marcha indígena tiene la tarea imprescindible de integrar un programa de movilización
que comprenda la reconducción del proceso e incorpore las reivindicaciones de todos los sectores populares afectados.
3. La coyuntura, por más puntual que sea, no puede interpretarse
sino a través de una mirada histórica, contiene espesores
histórico-políticos y económicos que deben apreciarse para leer el tejido de tendencias y el campo de posibilidades abierto.
4. En los marcos del teatro político y de los montajes escénicos del
gobierno, éste ha caído en la caricatura de la diatriba, interpreta como geopolítica un pedestre proyecto sostenido por los
intereses más mezquinos y depredadores, la carretera de San Ignacio de Moxos a Villa Tunari. Podemos llamar a esta parodia
política “geopolítica” de la extravagancia.
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