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JORGE LUIS SIERRA la voz houstonMientras Houston lu- cha por recuperarse de los desastres causados por el huracán Ike la comuni- dad hispana, sumida en la desorienta- ción, se encuentra en desventaja. La falta de acceso a la información sobre cómo recibir ayuda de las auto- ridades, un desconocimiento genera- lizado del sistema en casos de desastre natural, el partir de una situación eco- nómica desfavorable para prepararse adecuadamente y, en muchos casos, el no dominar el inglés contribuyen a la vulnerabilidad de la comunidad. “Yo no sé con qué se come eso ni en dónde están sus oficinas”, dice María Morales, salvadoreña, en relación a la Agencia Federal de Manejo de Emer- gencias (FEMA, por sus siglas en in- glés). “He llamado por teléfono a FEMA y siempre está ocupado o nunca respon- den”, dice Morales. “Y cuando entra la llamada, me piden que espere y luego se corta la llamada”. Sabino Antonio Cerda, mexicano y vecino del East End, cuenta que per- dió todos sus muebles en la tormenta y la administración de su complejo de apartamentos le dijo que podía acudir a FEMA. “Fueron a ver apartamen- to por apartamento, pero nos dijeron: ‘Esperen a que llegue FEMA para que los apoyen a recuperar algo’, porque todo se mojó”. Cerda, que se siente inseguro con su inglés pidió a su hija que se comu- nicara con la agencia. “Ahí le dijeron que en unos 14 días iban a ver nuestro apartamento, pero yo sabía que se pue- de meter una solicitud más formal y yo no sé dónde ir”, relata. Cerda ni siquie- ra sabía que FEMA tiene un servicio disponible en español llamando al 1- 800-621-3362. En los días inmediatamente poste- riores al paso de Ike por Houston al- rededor de dos millones de personas quedaron sin electricidad, muchas ca- sas ni siquiera tuvieron agua corrien- te y los hispanos también resultaron particularmente afectados por el cierre temporal de empresas de servicios pa- ra las que trabajaban. La falta de información diaria en es- pañol, bien por falta de luz, y por tanto de televisión o de acceso a Internet, o bien por falta de prensa escrita en los primeros días, perjudicó a los latinos que no hablan in- glés. Sin embargo, ve- cinos, expertos y autoridades locales se quejan también de la falta de difu- sión de los progra- mas de FEMA des- pués de que el presi- dente George W. Bush declarara a Ha- rris y otros 28 condados de Texas como zona de desastre. Carencia de recursos Aunque la agencia envió alimentos, agua y hielo a las zonas afectadas, co- mo medida de emergencia, hay otras ayudas que los afectados por el hura- cán pueden reclamar, como reembolso de gastos originados por la evacuación o una compensación por pérdida del empleo, y que son ampliamente desco- nocidas en la comunidad latina. Por ejemplo, Morales, que vive en Pasadena, cuenta que perdió un em- pleo de medio tiempo como trabajado- ra doméstica, aunque conserva otro de tiempo completo. Su esposo, Valente Hernández, mexicano, también dejó de acudir a la empresa petroquímica don- de trabaja hasta nuevo aviso. Mientras tanto, explica la inmigran- te, el dinero de la última quincena se está acabando y ya viene el pago men- sual de la hipoteca de la casa, 1,100 dó- lares, y las cuentas de agua y electrici- dad: “No sé que voy a hacer con eso”. En la conversación es evidente que Morales no está informada de los di- versos apoyos que ofrece FEMA a las víctimas del huracán Ike: reparación o sustitución de ropa, muebles, autos; la reparación de la vivienda o el reem- bolso de compras de generadores de electricidad y motosierras, entre otras ayudas. Todo esto, previa presentación de un número de Seguro Social y con- sideración de la situación económica del afectado. En otros casos, la desinformación lleva a situaciones extremas. Es el caso de Manuel Zurita, mexicano, evacua- do de Baytown junto con su familia, y quien al regresar se enteró de que ya no tenía su trabajo en una empresa de construcción. Para poder permanecer en su apartamento sin pagar la renta del mes, la dueña le ofreció a cambio que él y su mujer limpiaran el com- plejo. “No estoy trabajando por lo mismo del agua”, dice Zurita, en relación a las inundaciones alrededor de Baytown. “¿Qué podemos hacer? Simplemente aguantar”. Alberto Pillot, portavoz de FEMA en Houston, asegura que la falta de co- nocimiento de algunos hispanos se de- be a que muchos no se atreven a pedir ayuda por su estatus inmigratorio, a pesar, según asegura, de que la agencia se ha encargado de difundir que no tie- nen nada que temer. Morales, por ejemplo, reconoce que parientes suyos no acuden a FEMA por el hecho de ser indocumentados “FEMA no está aquí por estatus migratorio, no es el propósito”, dice Pillot, puertorriqueño. “Es un desas- tre y se trata de ayudar a la gente co- mo mejor se pueda, va a haber mucho coraje, mucha angustia, hay que lidiar con todo eso”. Según las políticas de FEMA, los padres indocumentados pueden pedir ayuda con el número de Seguro Social de sus hijos nacidos en EE.UU. Inclu- so si acuden a FEMA y deciden pedir ayuda, la agencia no les hará pregun- tas sobre su condición inmigratoria, según Pillot. “Queremos que sepan que tienen el apoyo de FEMA, sentimos lo que está pasando, yo le digo a los hispanos que se mantengan en los medios escuchan- do información, en la radio, la prensa, y que lean, que se orienten”, recalca. Pero algunos hispanos ni siquiera sabían de la asistencia más básica. Constancio Gutiérrez Moreno, que vive en el East End, dice que descubrió los Centros de Distribución de agua y alimentos de FEMA (POD, por sus si- glas en inglés) sólo al pasar junto a uno de ellos. “No estábamos enterados, los vimos y fuimos”, dice Gutiérrez, mexicano, tras recoger sus provisio- nes en el POD localizado en la Ripley Houston, del East End. Lo mismo le sucedió a Juanita Ro- jas, mexicana, que confiesa no conocer a qué tiene acceso o cómo funciona el sistema porque ésta es la primera vez que pasa por un huracán. Rojas, tam- bén vecina del East End, dice que no se enteró de la existencia de FEMA hasta que vio por casualidad un anuncio en televisión. “Ahorita no tengo dinero para arre- glarlo”, dice la inmigrante, en refe- rencia al techo de su casa, que resultó dañado con Ike. “Ahora tengo cuatro nietos chiquitos, tenemos un recién nacido, más que nada lo que yo pido son pañales”. Después del huracán, cuenta Rojas, llegaron sus hijos con 24 nietos a su casa. Stephen H. DonCarlos, alcalde de Baytown, una de las áreas más afec- tadas por el huracán Ike y donde al- rededor de un tercio de la población es hispana, reconoce que la difusión de información en los días inmedia- tamente posteriores al huracán fue lo más dificil. “La comunicación con la comu- nidad (de Baytown) fue todo un re- to para nosotros”, dice DonCarlos. El alcalde afirma que con la caída del sis- tema eléctrico hu- bo un período de incomunicación sin televisión y sin dia- rio, por problemas de distribución. Sin embargo, asegura, el ayuntamiento te- nía un servicio de atención bilingüe en el centro de emergencias. Cuestión económica Otro de los principales factores que colocan a los hispanos en desventaja frente a un desastre natural es su situa- ción económica. Homero Ponce López, capitán del Cuerpo de Bomberos de Houston, y con experiencia en lidiar con catástro- fes, explica que muchas familias no tie- nen ni siquiera los recursos suficientes para prepararse para un huracán. “Lo que ganan, 300 dólares por semana (en algunas familias), son para comer, para pagar la renta, para los gastos de la electricidad, el gas, el agua, así que uno les dice: 'prepárense, compren co- mida enlatada, compren una lámpara de mano, compren baterías', sí, pero no tienen la capacidad económica para hacerlo”, señala Ponce. La propia carencia de la infraes- tructura adecuada repercute más en los barrios latinos que en otros, se- gún los expertos. Las casas en ciertas zonas de Pasadena, o en el East End, donde predomina la población latina, carecen de protección adecuada contra huracanes. Leonardo Dueñas Osorio, profesor de Ingeniería de la Universidad de Ri- ce, afirma que los códigos de construc- ción en Houston exigen proteger los techos en caso de huracán: “Tenemos muchas casas antiguas que están cons- truidas antes de los 60 y esas casas no tienen mucha tecnología para prevenir el daño por huracanes”. Educación Otro factor crucial es la educación. Ésta es indispensable para mucha gen- te que se muda al área de Houston y ca- rece de experiencia con huracanes dice Sam Brody, director de la Unidad de Investigación para la Sustentabilidad y la Planeación Medioambiental de la Universidad de Texas A&M. “Usted va a ver que mucha gente del centro de Estados Unidos va a escoger Corpus Christi y Galveston, en lugar de Florida, como lugar de retiro; eso hace que los programas de preparación y educación sean muy importantes”, dice el experto. Aún así, muchas de las críticas di- rigidas a FEMA durante su gestión la semana pasada estuvieron enfocadas en la implementación más que en la información. Gene Green y Ron Paul, dos congre- sistas de Houston, enviaron una carta a David Paulison, director de FEMA, el viernes para pedirle el establecimiento rápido de Centros de Ayuda Humani- taria (DRC, por sus siglas en inglés) que ayudan a gestionar la ayuda de esa agencia federal, debido a que la falta de electricidad ha hecho difícil el registro por Internet. Al día siguiente FEMA anunció que había instalado 10 DRC en Houston y su área metropolitana. James Rodríguez, concejal del Dis- trito I del municipio de Houston, que comprende una parte del East End, afirma que FEMA no abasteció con prontitud los POD establecidos en su zona. “Al principio nosotros abrimos los POD, pero FEMA tardó en llegar con los alimentos”, dice el concejal. “No hemos recibido la visita oficial de FEMA, pero estamos tratando de con- seguir formularios para todos que los necesitan”, asegura Rodríguez. Ponce, del Cuerpo de Bomberos, explica que los problemas originales de desabatecimiento de algunos POD obedecieron a la diversidad de depen- dencias de gobierno involucradas. “So- mos varias agencias trabajando juntas, muchos voluntarios de la comunidad, personas que vienen a recibir sus ali- mentos y se quedan a ayudar”. Ése fue el caso de Daniel Medrano, de 13 años, que explica que sus parien- tes llegaron al POD de la Casa Ripley y decidió quedarse: “Se me ocurrió que era una oportunidad para que ayude a la comunidad". h4 la voz de Houston | HOUSTON | MIÉRCOLES 24 DE SEPTIEMBRE DE 2008 La comunidad hispana enfrenta mayores dificultades que otras para reponerse q El temor al estatus in- migratorio mantiene ale- jados a indocumentados de oficinas de ayuda de FEMA FOTOS DE JULIO CORTEZ: LA VOZ ayuda: Juanita Rojas carga cajas de agua y alimentos el jueves 18 de septiembre, tras haber hecho fila en el centro de distribución de FEMA en la Casa Ripley, en el East End, uno de los vecindarios hispanos más afectados por la caída de árboles, daños a viviendas y cortes de luz. LAS SECUELAS DE IKE [email protected] LIDIANDO CON LAS CONSECUENCIAS DE IKE Latinos de diferentes partes del condado de harris experimentan preocupaciones parecidas: daños a sus casas, pérdida de sus empleos, incertidumbre económica, perjuicios por la falta de energía y desorientación. DIFICULTADES n Para contactar con FEMA y conocer ayudas “He llamado por teléfono a FEMA y siempre está ocupado o nunca responde–maría morales, de origen salvadoreño y residente en Pasadena VOLUNTARIO n Asistiendo a otros hispanos en un POD Se me ocurrió que era una oportuni- dad para que ayu- de a la comunidad. muchas personas necesitan ayuda–daniel medrano, Voluntario de 13 años, ha- bitante de Denver Harbor. DESEMPLEO n Por el efecto de Ike en el sector de la construcción No estoy traba- jando por lo mismo del agua. ¿Qué podemos hacer?, simplemente aguantar–manuel zurita, Trabajador de la construc- ción, perdió su empleo, vive en Baytown EVACUADO n Desconoce cómo conseguir el reembolso Nos informaron que guardemos los recibos del hotel para ver si nos podían hacer un reembolso, pero no sé dónde ir a pre- sentarnos–celso morales, Residente en Baytown y evacuado JAMES RODRÍGUEZ SAM BRODY

Latinos Ike

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houston– Mientras Houston lucha por recuperarse de los desastres causados por el huracán Ike la comunidad hispana, sumida en la desorientación, se encuentra en desventaja. La falta de acceso a la información sobre cómo recibir ayuda de las autoridades, un desconocimiento generalizado del sistema en casos de desastre natural, el partir de una situación económica desfavorable para prepararse adecuadamente y, en muchos casos, el no dominar el inglés contribuyen a la vulnerabilidad de la comunidad.

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Page 1: Latinos Ike

Jorge Luis sierra

la voz

houston– Mientras Houston lu-cha por recuperarse de los desastres causados por el huracán Ike la comuni-dad hispana, sumida en la desorienta-ción, se encuentra en desventaja.

La falta de acceso a la información sobre cómo recibir ayuda de las auto-ridades, un desconocimiento genera-lizado del sistema en casos de desastre natural, el partir de una situación eco-nómica desfavorable para prepararse adecuadamente y, en muchos casos, el no dominar el inglés contribuyen a la vulnerabilidad de la comunidad.

“Yo no sé con qué se come eso ni en dónde están sus oficinas”, dice María Morales, salvadoreña, en relación a la Agencia Federal de Manejo de Emer-gencias (FEMA, por sus siglas en in-glés).

“He llamado por teléfono a FEMA y siempre está ocupado o nunca respon-den”, dice Morales. “Y cuando entra la llamada, me piden que espere y luego se corta la llamada”.

Sabino Antonio Cerda, mexicano y vecino del East End, cuenta que per-dió todos sus muebles en la tormenta y la administración de su complejo de apartamentos le dijo que podía acudir a FEMA. “Fueron a ver apartamen-to por apartamento, pero nos dijeron: ‘Esperen a que llegue FEMA para que los apoyen a recuperar algo’, porque todo se mojó”.

Cerda, que se siente inseguro con su inglés pidió a su hija que se comu-nicara con la agencia. “Ahí le dijeron que en unos 14 días iban a ver nuestro apartamento, pero yo sabía que se pue-de meter una solicitud más formal y yo no sé dónde ir”, relata. Cerda ni siquie-ra sabía que FEMA tiene un servicio disponible en español llamando al 1-800-621-3362.

En los días inmediatamente poste-riores al paso de Ike por Houston al-rededor de dos millones de personas quedaron sin electricidad, muchas ca-sas ni siquiera tuvieron agua corrien-te y los hispanos también resultaron particularmente afectados por el cierre temporal de empresas de servicios pa-ra las que trabajaban.

La falta de información diaria en es-pañol, bien por falta de luz, y por tanto de televisión o de acceso a Internet, o bien por falta de prensa escrita en los primeros días, perjudicó a los latinos

que no hablan in-glés.

Sin embargo, ve-cinos, expertos y autoridades locales se quejan también de la falta de difu-sión de los progra-mas de FEMA des-pués de que el presi-

dente George W. Bush declarara a Ha-rris y otros 28 condados de Texas como zona de desastre.

Carencia de recursosAunque la agencia envió alimentos,

agua y hielo a las zonas afectadas, co-mo medida de emergencia, hay otras ayudas que los afectados por el hura-cán pueden reclamar, como reembolso de gastos originados por la evacuación o una compensación por pérdida del empleo, y que son ampliamente desco-nocidas en la comunidad latina.

Por ejemplo, Morales, que vive en Pasadena, cuenta que perdió un em-pleo de medio tiempo como trabajado-ra doméstica, aunque conserva otro de tiempo completo. Su esposo, Valente Hernández, mexicano, también dejó de acudir a la empresa petroquímica don-de trabaja hasta nuevo aviso.

Mientras tanto, explica la inmigran-te, el dinero de la última quincena se está acabando y ya viene el pago men-sual de la hipoteca de la casa, 1,100 dó-lares, y las cuentas de agua y electrici-dad: “No sé que voy a hacer con eso”.

En la conversación es evidente que Morales no está informada de los di-versos apoyos que ofrece FEMA a las víctimas del huracán Ike: reparación o sustitución de ropa, muebles, autos; la reparación de la vivienda o el reem-bolso de compras de generadores de electricidad y motosierras, entre otras ayudas. Todo esto, previa presentación de un número de Seguro Social y con-sideración de la situación económica del afectado.

En otros casos, la desinformación lleva a situaciones extremas. Es el caso de Manuel Zurita, mexicano, evacua-do de Baytown junto con su familia, y quien al regresar se enteró de que ya no tenía su trabajo en una empresa de construcción. Para poder permanecer en su apartamento sin pagar la renta del mes, la dueña le ofreció a cambio que él y su mujer limpiaran el com-plejo.

“No estoy trabajando por lo mismo del agua”, dice Zurita, en relación a las inundaciones alrededor de Baytown.

“¿Qué podemos hacer? Simplemente aguantar”.

Alberto Pillot, portavoz de FEMA en Houston, asegura que la falta de co-nocimiento de algunos hispanos se de-be a que muchos no se atreven a pedir ayuda por su estatus inmigratorio, a pesar, según asegura, de que la agencia se ha encargado de difundir que no tie-nen nada que temer.

Morales, por ejemplo, reconoce que parientes suyos no acuden a FEMA por el hecho de ser indocumentados

“FEMA no está aquí por estatus migratorio, no es el propósito”, dice Pillot, puertorriqueño. “Es un desas-tre y se trata de ayudar a la gente co-mo mejor se pueda, va a haber mucho coraje, mucha angustia, hay que lidiar con todo eso”.

Según las políticas de FEMA, los padres indocumentados pueden pedir ayuda con el número de Seguro Social de sus hijos nacidos en EE.UU. Inclu-so si acuden a FEMA y deciden pedir ayuda, la agencia no les hará pregun-tas sobre su condición inmigratoria, según Pillot.

“Queremos que sepan que tienen el apoyo de FEMA, sentimos lo que está pasando, yo le digo a los hispanos que se mantengan en los medios escuchan-do información, en la radio, la prensa, y que lean, que se orienten”, recalca.

Pero algunos hispanos ni siquiera sabían de la asistencia más básica.

Constancio Gutiérrez Moreno, que vive en el East End, dice que descubrió los Centros de Distribución de agua y alimentos de FEMA (POD, por sus si-glas en inglés) sólo al pasar junto a uno de ellos. “No estábamos enterados, los vimos y fuimos”, dice Gutiérrez, mexicano, tras recoger sus provisio-nes en el POD localizado en la Ripley Houston, del East End.

Lo mismo le sucedió a Juanita Ro-jas, mexicana, que confiesa no conocer a qué tiene acceso o cómo funciona el sistema porque ésta es la primera vez que pasa por un huracán. Rojas, tam-bén vecina del East End, dice que no se enteró de la existencia de FEMA hasta que vio por casualidad un anuncio en televisión.

“Ahorita no tengo dinero para arre-glarlo”, dice la inmigrante, en refe-rencia al techo de su casa, que resultó dañado con Ike. “Ahora tengo cuatro nietos chiquitos, tenemos un recién nacido, más que nada lo que yo pido son pañales”. Después del huracán, cuenta Rojas, llegaron sus hijos con 24 nietos a su casa.

Stephen H. DonCarlos, alcalde de Baytown, una de las áreas más afec-tadas por el huracán Ike y donde al-rededor de un tercio de la población

es hispana, reconoce que la difusión de información en los días inmedia-tamente posteriores al huracán fue lo más dificil.

“La comunicación con la comu-nidad (de Baytown) fue todo un re-

to para nosotros”, dice DonCarlos. El alcalde afirma que con la caída del sis-tema eléctrico hu-bo un período de incomunicación sin televisión y sin dia-rio, por problemas de distribución. Sin

embargo, asegura, el ayuntamiento te-nía un servicio de atención bilingüe en el centro de emergencias.

Cuestión económicaOtro de los principales factores que

colocan a los hispanos en desventaja frente a un desastre natural es su situa-ción económica.

Homero Ponce López, capitán del Cuerpo de Bomberos de Houston, y con experiencia en lidiar con catástro-fes, explica que muchas familias no tie-nen ni siquiera los recursos suficientes para prepararse para un huracán. “Lo que ganan, 300 dólares por semana (en algunas familias), son para comer, para pagar la renta, para los gastos de

la electricidad, el gas, el agua, así que uno les dice: 'prepárense, compren co-mida enlatada, compren una lámpara de mano, compren baterías', sí, pero no tienen la capacidad económica para hacerlo”, señala Ponce.

La propia carencia de la infraes-tructura adecuada repercute más en los barrios latinos que en otros, se-gún los expertos. Las casas en ciertas zonas de Pasadena, o en el East End, donde predomina la población latina, carecen de protección adecuada contra huracanes.

Leonardo Dueñas Osorio, profesor de Ingeniería de la Universidad de Ri-ce, afirma que los códigos de construc-ción en Houston exigen proteger los techos en caso de huracán: “Tenemos muchas casas antiguas que están cons-truidas antes de los 60 y esas casas no tienen mucha tecnología para prevenir el daño por huracanes”.

educaciónOtro factor crucial es la educación.

Ésta es indispensable para mucha gen-te que se muda al área de Houston y ca-rece de experiencia con huracanes dice Sam Brody, director de la Unidad de Investigación para la Sustentabilidad y la Planeación Medioambiental de la Universidad de Texas A&M.

“Usted va a ver que mucha gente del centro de Estados Unidos va a escoger Corpus Christi y Galveston, en lugar de Florida, como lugar de retiro; eso hace que los programas de preparación y educación sean muy importantes”, dice el experto.

Aún así, muchas de las críticas di-rigidas a FEMA durante su gestión la semana pasada estuvieron enfocadas en la implementación más que en la información.

Gene Green y Ron Paul, dos congre-sistas de Houston, enviaron una carta a David Paulison, director de FEMA, el viernes para pedirle el establecimiento rápido de Centros de Ayuda Humani-taria (DRC, por sus siglas en inglés) que ayudan a gestionar la ayuda de esa agencia federal, debido a que la falta de electricidad ha hecho difícil el registro por Internet. Al día siguiente FEMA anunció que había instalado 10 DRC en Houston y su área metropolitana.

James Rodríguez, concejal del Dis-trito I del municipio de Houston, que comprende una parte del East End, afirma que FEMA no abasteció con prontitud los POD establecidos en su zona. “Al principio nosotros abrimos los POD, pero FEMA tardó en llegar con los alimentos”, dice el concejal. “No hemos recibido la visita oficial de FEMA, pero estamos tratando de con-seguir formularios para todos que los necesitan”, asegura Rodríguez.

Ponce, del Cuerpo de Bomberos, explica que los problemas originales de desabatecimiento de algunos POD obedecieron a la diversidad de depen-dencias de gobierno involucradas. “So-mos varias agencias trabajando juntas, muchos voluntarios de la comunidad, personas que vienen a recibir sus ali-mentos y se quedan a ayudar”.

Ése fue el caso de Daniel Medrano, de 13 años, que explica que sus parien-tes llegaron al POD de la Casa Ripley y decidió quedarse: “Se me ocurrió que era una oportunidad para que ayude a la comunidad".

h4 la voz de Houston | HOUSTON | MIÉRCOLES 24 DE SEPTIEMBRE DE 2008

La comunidad hispana enfrenta mayores dificultades que otras para reponerseq El temor al estatus in-migratorio mantiene ale-jados a indocumentados de oficinas de ayuda de FEMA

fotos de JuLio Cortez: LA VOZ

ayuda: Juanita Rojas carga cajas de agua y alimentos el jueves 18 de septiembre, tras haber hecho fila en el centro de distribución de FEMA en la Casa Ripley, en el East End, uno de los vecindarios hispanos más afectados por la caída de árboles, daños a viviendas y cortes de luz.

Las seCueLas de ike

[email protected]

lidiando con las consecuencias de ikeLatinos de diferentes partes del condado de harris experimentan preocupaciones parecidas: daños a sus casas, pérdida de sus empleos, incertidumbre económica, perjuicios por la falta de energía y desorientación.

diFiculTadesn Para contactar con FEMA y conocer ayudas

“He llamado por teléfono a FEMA y siempre está ocupado o nunca responde”

–maría morales, de origen salvadoreño y

residente en Pasadena

VolunTaRion Asistiendo a otros hispanos en un POD

“Se me ocurrió que era una oportuni-dad para que ayu-de a la comunidad. muchas personas necesitan ayuda”

–daniel medrano, Voluntario de 13 años, ha-

bitante de Denver Harbor.

deseMPleo n Por el efecto de Ike en el sector de la construcción

“No estoy traba-jando por lo mismo del agua. ¿Qué podemos hacer?, simplemente aguantar”

–manuel zurita, Trabajador de la construc-

ción, perdió su empleo,

vive en Baytown

eVacuado n Desconoce cómo conseguir el reembolso

“Nos informaron que guardemos los recibos del hotel para ver si nos podían hacer un reembolso, pero no sé dónde ir a pre-sentarnos”

–celso morales, Residente en Baytown y

evacuado

james rodrÍguez

sam brody