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SUDESTADA 1 E DITORIAL D esde su surgimiento en 1945 hasta la muerte de Perón en 1974, el peronismo significó un conjunto de ideas, representaciones, vivencias y aspiraciones de los argentinos que podríamos sintetizar en dos líneas centrales: la justicia social y el antiimperialismo. En esto residía su carácter revolucionario. La identidad peronista se había formado en el rechazo a la realidad cotidiana de la “década infame” de 1930, cuando no existían derechos sociales de ningún tipo y los trabajadores estaban en manos de la avaricia del “patrón”, sin más límites que su propia voluntad, al tiempo que la posición colonial de la Argentina respecto del Reino Unido de la Gran Bretaña era de una evidencia ofensiva, aun para algunos sectores de la oligarquía. La defensa de los intereses de los obreros y la lucha por dignificar a una nación humillada fueron dándole forma al surgimiento de “lo nuevo”. Justicia social y antiimperialismo. Dignidad del hombre y de la patria. Pero al morir Perón y quedar acéfalo el gigantesco movimiento que él conducía, dos tendencias se enfrentan, sin control, en su seno (estas dos fracciones, que existían ya de antemano, estaban hasta ese momento contenidas por la presencia de la figura aglutinante de Perón), y dada su gran representatividad, en su enfrentamiento arrastran al conjunto de la sociedad. Una de estas fracciones colocará en primer término el aspecto de la justicia social, e irá elaborando la idea de un “socialismo nacional”, como cenit a alcanzar por el movimiento popular. La otra, privilegiando el carácter antiimperialista del peronismo, rechazará las ideas que considera hijas de una dependencia no ya material, respecto de Europa, sino mental. Ambas tendencias impugnaban a la otra como representativa del peronismo. Comienza a desdibujarse el contenido de este gran movimiento de masas. Luego vino el Proceso, y su secuela de desastres. Al regreso de la democracia formal, en 1983, el peronismo se reorganizó alrededor del PJ, incorporándose por primera vez en su historia a la partidocracia, y asumiendo sus valores. Comienza la “alvearización” peronista. El peronismo deja de ser un movimiento revolucionario para pasar a ser un “partido de sistema”, y cuando reconquista el poder, en 1989, se produce un vacío de sentido inédito. Aparece el menemismo, y ya nada volverá a ser como antes. En nombre del peronismo, y haciendo uso y abuso de sus símbolos y giros retóricos, se eliminan de a poco todas sus grandes conquistas: se destruye el aparato productivo, se deja en un estado de indefensión pasmante a los trabajadores, se excluye a un tercio de la población de todo marco de protección social, se entrega el patrimonio nacional a grandes empresas multinacionales, se desarticula el poder ordenador del Estado y se inicia una política humillante en el por Héctor Fernández plano de las relaciones internacionales, inaugurándose una nueva época de coloniaje que ya muchos llaman “la segunda década infame”. Al menos dos generaciones de argentinos crecieron conociendo esta cara triste y farsante de los fariseos políticos actuando en nombre del peronismo. Por ello, decir hoy peronismo o peronista no quiere decir ya una sola cosa clara. Ya no es automático el razonamiento que vincula a la justicia social y al antiimperialismo con el peronismo. Sin embargo sigue estando en el peronismo el conjunto de ideas y de hombres que pueden reivindicar para la Argentina aquellas dos banderas en forma más coherente. Los peronistas revolucionarios estamos convencidos de ello. Pero no alcanza. Las nuevas generaciones que es necesario incorporar a la lucha política deben saber por qué esto es así. Se hace obligatorio definir y explicar al peronismo. Los peronistas, abanderados de una historicidad antes que de un ideologismo, defendemos, sin embargo, una ideología, un cuerpo de ideas, que no se construye en un “laboratorio” sino que “se deduce” a partir del modo de ser concreto del pueblo argentino. Orgullosos de nuestro pasado de lucha, amantes de la idiosincrasia argentina, fundamos nuestro pensamiento y nuestras esperanzas en la lucha continua de nuestro pueblo por la Justicia Social, conscientes de que “ningún hombre se realiza en una comunidad que no se realiza”. Para que haya justicia social es necesario que “la manguera chorree hacia adentro”, que los argentinos seamos dueños de la riqueza de nuestro suelo y el fruto de nuestro trabajo, “de manera que la primera pelea no tiene que ser entre nosotros sino con quien se los lleva”, como decía Homero Manzi; esto es la Independencia Económica. Las distintas fuerzas sociales oprimidas por el imperialismo no deben ser fragmentadas, sino unidas en un frente policlasista que potencie su vitalidad. Así entendemos los peronistas al ejercicio de la Soberanía Política. Conscientes de que la “mundialización” es un proceso que avanza irrefrenablemente, creemos que las naciones deben definir la estrategia más adecuada para ingresar a la etapa mundial que se avecina. Para encarar este fenómeno pensamos que son indispensables el Nacionalismo Cultural que nos brinde identidad en el contexto de la integración y la Unidad Sudamericana que nos otorgue la fuerza y capacidad de acción que hoy no tenemos, para resistir los embates hegemónicos de las fuerzas imperiales. Este es el programa que hace del peronismo el núcleo duro de la revolución que vendrá. Pero ésta sólo se alcanzará convocando a sectores cada vez mayores de la sociedad. Compañeros: ¡El Peronismo será revolucionario o no será nada!

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SUDESTADA 1

E D I T O R I A L

Desde su surgimiento en 1945 hasta la muerte de Perón en1974, el peronismo significó un conjunto de ideas,representaciones, vivencias y aspiraciones de los argentinos

que podríamos sintetizar en dos líneas centrales: la justicia social y elantiimperialismo. En esto residía su carácter revolucionario.La identidad peronista se había formado en el rechazo a la realidadcotidiana de la “década infame” de 1930, cuando no existían derechossociales de ningún tipo y los trabajadores estaban en manos de laavaricia del “patrón”, sin más límites que su propia voluntad, al tiempoque la posición colonial de la Argentina respecto del Reino Unido de laGran Bretaña era de una evidencia ofensiva, aun para algunos sectoresde la oligarquía. La defensa de los intereses de los obreros y la lucha pordignificar a una nación humillada fueron dándole forma al surgimientode “lo nuevo”. Justicia social y antiimperialismo. Dignidad del hombre yde la patria.Pero al morir Perón y quedar acéfalo el gigantesco movimiento que élconducía, dos tendencias se enfrentan, sin control, en su seno (estasdos fracciones, que existían ya de antemano, estaban hasta esemomento contenidas por la presencia de la figura aglutinante dePerón), y dada su gran representatividad, en su enfrentamientoarrastran al conjunto de la sociedad. Una de estas fracciones colocaráen primer término el aspecto de la justicia social, e irá elaborando laidea de un “socialismo nacional”, como cenit a alcanzar por elmovimiento popular. La otra, privilegiando el carácter antiimperialistadel peronismo, rechazará las ideas que considera hijas de unadependencia no ya material, respecto de Europa, sino mental. Ambastendencias impugnaban a la otra como representativa del peronismo.Comienza a desdibujarse el contenido de este gran movimiento demasas.Luego vino el Proceso, y su secuela de desastres.Al regreso de la democracia formal, en 1983, el peronismo sereorganizó alrededor del PJ, incorporándose por primera vez en suhistoria a la partidocracia, y asumiendo sus valores. Comienza la“alvearización” peronista.El peronismo deja de ser un movimiento revolucionario para pasar a serun “partido de sistema”, y cuando reconquista el poder, en 1989, seproduce un vacío de sentido inédito. Aparece el menemismo, y ya nadavolverá a ser como antes. En nombre del peronismo, y haciendo uso yabuso de sus símbolos y giros retóricos, se eliminan de a poco todas susgrandes conquistas: se destruye el aparato productivo, se deja en unestado de indefensión pasmante a los trabajadores, se excluye a untercio de la población de todo marco de protección social, se entrega elpatrimonio nacional a grandes empresas multinacionales, se desarticulael poder ordenador del Estado y se inicia una política humillante en el

por Héctor Fernández

plano de las relaciones internacionales, inaugurándose una nuevaépoca de coloniaje que ya muchos llaman “la segunda décadainfame”.Al menos dos generaciones de argentinos crecieron conociendo estacara triste y farsante de los fariseos políticos actuando en nombre delperonismo. Por ello, decir hoy peronismo o peronista no quiere decir yauna sola cosa clara. Ya no es automático el razonamiento que vincula ala justicia social y al antiimperialismo con el peronismo.Sin embargo sigue estando en el peronismo el conjunto de ideas y dehombres que pueden reivindicar para la Argentina aquellas dosbanderas en forma más coherente. Los peronistas revolucionariosestamos convencidos de ello. Pero no alcanza. Las nuevas generacionesque es necesario incorporar a la lucha política deben saber por qué estoes así. Se hace obligatorio definir y explicar al peronismo.Los peronistas, abanderados de una historicidad antes que de unideologismo, defendemos, sin embargo, una ideología, un cuerpo deideas, que no se construye en un “laboratorio” sino que “se deduce” apartir del modo de ser concreto del pueblo argentino.Orgullosos de nuestro pasado de lucha, amantes de la idiosincrasiaargentina, fundamos nuestro pensamiento y nuestras esperanzas en lalucha continua de nuestro pueblo por la Justicia Social, conscientes deque “ningún hombre se realiza en una comunidad que no se realiza”.Para que haya justicia social es necesario que “la manguera chorreehacia adentro”, que los argentinos seamos dueños de la riqueza denuestro suelo y el fruto de nuestro trabajo, “de manera que la primerapelea no tiene que ser entre nosotros sino con quien se los lleva”, comodecía Homero Manzi; esto es la Independencia Económica. Lasdistintas fuerzas sociales oprimidas por el imperialismo no deben serfragmentadas, sino unidas en un frente policlasista que potencie suvitalidad. Así entendemos los peronistas al ejercicio de la SoberaníaPolítica.Conscientes de que la “mundialización” es un proceso que avanzairrefrenablemente, creemos que las naciones deben definir laestrategia más adecuada para ingresar a la etapa mundial que seavecina. Para encarar este fenómeno pensamos que son indispensablesel Nacionalismo Cultural que nos brinde identidad en el contexto dela integración y la Unidad Sudamericana que nos otorgue la fuerza ycapacidad de acción que hoy no tenemos, para resistir los embateshegemónicos de las fuerzas imperiales.Este es el programa que hace del peronismo el núcleo duro de larevolución que vendrá. Pero ésta sólo se alcanzará convocando asectores cada vez mayores de la sociedad.

Compañeros:

¡El Peronismo será revolucionario o no será nada!

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2 SUDESTADA

L a Argentina es ingoberna-

ble sin votos. Si no, pre-guntémosles a Alfonsín y

De la Rúa. El Presidente NéstorKirchner lo sabe. Por eso da a estaelección que se avecina la importan-cia que merece. Se la ha cargado alhombro, convirtiéndose en su prota-gonista central.

La década oscura de los ´90 tuvoconocidas características: traición a lapalabra empeñada, desideologizaciónde la política y pérdida, consecuente-mente, del sentido de pertenencia a

partidos que no parecían representar“ideas”; debilitamiento de la identi-dad histórica en el nivel consciente delos argentinos y auge del individualis-mo y el escepticismo en sus formasmás descarnadas.

Hoy, tras la crisis del “Modelo”,la decadencia noventista pugna porvolver, pero la resistencia al neoli-beralismo se ha condensado en tor-no de un hombre: Néstor Kirchner.Nuestro Presidente ha acaparado laatención de las mayorías desencan-tadas y logra convocar a las volunta-

Ante las próximas elecciones

CUADRO DESITUACION

Es muy difícil volver a construir un proyectode Nación que incluya a todos los argentinos

sin que los sectores que durante muchousufructuaron la riqueza nacional, reaccionen.

Por eso, no tengan ninguna duda, me van aseguir agrediendo y agraviando, porque no me

cambio de bando, porque estoy del lado de lagente, del lado del pueblo argentino.

Néstor Kirchner

des tras de sí, según lo expresan losindicadores de imagen y las encues-tas preelectorales.

Esto implica una oportunidad yun peligro: Kirchner puede consti-tuirse en el jefe de la fuerza políticaque centralice y conduzca el resur-gimiento nacional o simplemente enel ganador de una elección. La me-dida de una u otra cosa estará dadapor el nivel organizativo que surjadel proceso actual para el Movi-miento Nacional. Su triunfo deberáreflejarse en un mejor posiciona-miento de cuadros dirigentes que, alno estar comprometidos con la par-tidocracia caduca que prohijó el fra-caso reciente de la “democracia”,garanticen que sostendrán con con-vicción y sin ataduras la lucha poruna Nación libre y justa. Hay quearticular y construir poder popular,fuerza motriz imprescindible para larecuperación de la Patria.

La conformación de las listas yel esquema de alianzas no parecencolaborar en este sentido. La arqui-tectura electoral en la provincia de

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SUDESTADA 3

Buenos Aires deja intacta la estruc-tura del poder municipal. Los inten-dentes, enrolados sólo circunstan-cialmente en el kirchnerismo o en elduhaldismo, conservan su condiciónde grandes electores para éste y lospróximos comicios. A nivel nacio-nal, el diseño electoral y las alianzasoficiales no se han hecho en base alas particularidades ideológicas y lafiliación histórica de los candidatosprovinciales, sino a la extensión delpoder territorial de los aliados, queson los gobernadores ya instala-dos en el poder: si bien pode-mos reconocer que Obeid yBusti, por ejemplo, son dosgobernadores que apoya-ron el proceso de desarti-culación del “Modelo”,no se puede decir lomismo de gobernadorescomo De la Sota o Ro-mero. Si esto conformael espacio de una renova-ción del campo nacional ypopular, no deberíamos ol-vidar de prestar mucha aten-ción a lo que hagan de ahoraen más estos muchachos, porque“el hombre es bueno, pero si se lovigila es mejor”. El único factor deunidad es la figura de Néstor Kirch-ner y su voluntad de cambiar la his-toria. El presidente lleva a delanteuna conducción de tipo “radial”, dediversas fuerzas, sin ninguna rela-ción entre sí. Esas fuerzas quedancomo “colgadas” de un espacio po-lítico a partir de la relación que tie-nen con Kirchner, que ocupa elcentro de la escena y se vincula concada uno de sus aliados de forma in-dividual, no orgánica.

Estamos frente a una fragmenta-ción considerable del poder políticocuya raíz debe buscarse en un hecho

grave que ha ocurrido en el núcleodel Movimiento Nacional, el Pero-nismo. Ese “hecho grave” es el en-frentamiento entre duhaldismo ykirchnerismo, que debilita al camponacional.

Al quedar el Peronismo solo enel centro de la escena, era esperableque se generaran bloques que repre-sentaran diferentes tendencias na-cionales. Pero es negativo que este

enfrentamiento asuma característi-cas de “izquierda vs. derecha”, ree-ditando la división de los años ’70,en forma de comedia, si se quiere,pero, previsiblemente, con el mismoresultado catastrófico de aquella. Ycomo si esto fuera poco, no sólo es-te planteo no le sirve al país, sinoque es visualizado por gran parte dela sociedad como un enfrentamientoentre “bandas” políticas, por espa-cios de poder, alentando la tenden-cia a la abstención electoral.

Fue Torcuato Di Tella quien ex-presó no hace mucho que la Argen-

tina debería ir a un esquema “euro-peo” de tipo derecha-izquierda, yabandonar la pretensión movimien-tista. Al igual que Sarmiento, creeque eso es más moderno porqueidentifica lo europeo con lo moder-no y lo “civilizado” con ambas co-sas. No entraremos ahora en estadiscusión, pero sí queremos alertarque parece que tanto el Peronismoen el poder, como el Peronismo fue-ra de él asumen esos roles, hasta elpunto que el duhaldismo, al que le

tocaría ser “la derecha”, centra sucampaña en la seguridad y la re-

presión a los movimientos so-ciales y llega al paroxismo,al colmo del oportunismoelectoral, atacando las re-tenciones agropecuariasque instaurara durante supresidencia el mismoEduardo Duhalde.

Como contracara, lacampaña oficialista arrancócon una virulencia que de-

sorientó a muchos compañe-ros que ponían en dudas la

filiación peronista del Presiden-te, sus ministros y las primeras y

segundas líneas del gobierno nacio-nal. Una acusación claramente in-sostenible. Seguramente el inicio dela campaña estuvo informado por laintención de captar sectores másamplios del electorado pero muchosse sintieron contrariados en aquelmomento, aun siendo fervientes de-fensores del proyecto nacional deKirchner, quien, por su parte, tienerazón cuando dice que con el Pero-nismo solo no alcanza.

Nosotros agregamos que sin elPeronismo es imposible. Lo dicho:el núcleo del Movimiento Nacionalcontinúa siendo el Peronismo, queno es ni el partido republicano que

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pretendía Menem ni el socialdemó-crata que impulsa el Chacho Álva-rez.

Mientras la contradicción princi-pal siga siendo Imperialismo o Na-ción, la política seguirá postergandola división entre izquierdas y dere-chas para dar prioridad a la con-fluencia de intereses de las clasesoprimidas por el imperialismo y susaliados vernáculos.

El esquema de izquierda y dere-cha conduce irremediablemente auna situación donde el país se divi-de y enfrenta por cuestiones que,aunque importantes, no son centra-les. Lo medular es la independen-cia. En dicho esquema un jovenestudiante de clase media que pro-mueve la legalidad del aborto que-daría enfrentado a un trabajadorcatólico que, en razón de su fe, escontrario a dicha posibilidad; sinembargo, ambos son víctimas delimperialismo en tanto pertenecen a

clases oprimidas con indisolubleslazos entre sus respectivos destinos.Esa coincidencia los hace suscepti-bles de integrar el frente de clasesque promueva la Liberación en elmarco movimientista que desdeñaDi Tella.

Todo proceso electoral tiende aexacerbar las diferencias de los con-tendientes a despecho de los posi-bles acuerdos. Más allá de lasparticularidades de esta elección ha-brá que entender que las “internas”se dirimen entre quienes compartenpostulados básicos pero disienten enmatices; no entre enemigos. No ad-vertirlo es perjudicial para la propiafuerza. Dependerá de la claridad deunos y otros la recomposición de lanecesaria unidad.

Un párrafo aparte merecen loshabitués de Canal 9 y Radio 10,nuestros amigos de la izquierdita“revolucionaria”. Munidos de aquel

Elisa Carrió peleapalmo a palmo aLópez Murphy losrestos delnaufragio deFernando ElHechizado

preciosismo teórico que decía“cuanto peor, mejor” han vuelto in-transitable la ciudad de Buenos Ai-res, que sería lo de menos, pero enel camino han logrado el repudiomasivo a la movilización popular,con el beneplácito de sus anfitrio-nes mediáticos y el stablishment li-beral, que asisten jubilosos aldesgaste por abuso de esa formida-ble herramienta de lucha. Puedenanotarse como un triunfo, también,el enfrentamiento latente pero pal-pable entre trabajadores desocupa-dos y ocupados.

Otra tragedia mutada en come-dia: se repite aquí la idea de Santu-cho de presionar a Perón paraempujarlo a reprimir. “Cuanto peor,mejor”, cayó el Peronismo y queda-mos en manos de Videla, Massera yMartínez de Hoz… Recién con lacaída de De la Rúa comenzaría unanueva etapa en la vida nacional, alfinalizar la trampa de la Convertibi-lidad cambiaria sin caer en la dola-rización que impulsaban elmenemismo y sus amigotes. Tam-poco lo entendieron entonces losmuchachos de la izquierdita, quepretendían el gobierno de las asam-bleas populares o que ganase Me-nem (“cuanto peor, mejor”). De laasunción de semejante principio ala búsqueda de un mártir el trechoes corto…

En noviembre se realizará laCumbre de las Américas en Mar delPlata. A ella asistirá George Bush(h… dp). Distintas organizacionesde la izquierdita se han nucleado entorno de la llamada Multisectarial(o algo así) para repudiar la presen-cia en Argentina de dicho criminaly ¡dos meses antes! paralizaron laciudad de Buenos Aires; está por

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SUDESTADA 5

verse si con semejante método noterminarán logrando el repudio ma-sivo… ¡al repudio! Algunas organi-zaciones, alimentadas en base aclientelismo del más fiero cuño, sedisponen a marchar hacia “La Feliz”para intentar impedir el encuentro.Obviamente, la obligación del Go-bierno, sea cual fuere su signo polí-tico, será garantizar no sólo laseguridad de los mandatarios y de-más personas que asistan, sino tam-bién la realización del evento enforma ordenada. Únicamente unapsiquis infantil puede suponer queel Gobierno esté en condiciones deimpedir la asistencia de cualquiermandatario a una cumbre interna-cional, o incluso de que correspon-da. Pero claro: “Cuanto peor,mejor”. Si esta aventura termina convarios presos y numerosos contusoso algo más grave, incluso, la movili-zación será para ellos un éxito puesya se sabe: “cuanto peor…”

Sin embargo, la obligación de unverdadero cuadro revolucionario es-triba en sintetizar la voluntad an-tiimperialista de la mayoría de losargentinos, no en sobrepasarla porun afán vanguardista; si se la sinteti-za se la puede alimentar para que sedesarrolle. Para ello, en este caso,debe lograrse que el repudio a Bushincluya a la mayor cantidad posiblede sectores organizados. Desde SU-DESTADA proponemos para el díaque viene Bush la realización de un“Banderazo Nacional” en cada ciu-dad y pueblo de la Patria, sin secta-rismos ni provocaciones funcionalesa la CIA. La Argentina necesita desu Pueblo héroes, no mártires.

La que está tan lejos del martiriocomo del heroísmo es Elisa Carrió.La necesidad de acceso a mayoresgrados de poder real, a través decargos legislativos por ahora, la lle-vó a las peores alianzas en el senti-do ideológico, desenmascarándose

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El gorditoLópez Murphyúltimamentese nos puso unpoco¡chaaancho…!

Mauricio Macri: un joven exponente de la vieja “patria

contratista”

como cuadro del progresismo libe-ral tradicional. La composición delas listas del ARI dista de la ortodo-xia de centroizquierda, para disputarpalmo a palmo con López Murphylos rezagos del delarruismo. Así,lleva en la Capital como primercandidato a legislador a EnriqueOlivera. Vicejefe de Gobierno du-rante la intendencia de De la Rúa,Olivera fue su reemplazante al asu-mir éste la Presidencia de la Nación.Seguramente este buen señor seauno de los firmantes del “contratomoral” tan pregonado desde las filasdel ARI; falta saber si el curador dedicho contrato será, por ejemplo,Fernando de Santibáñez, tenaz cus-todio de los fondos “habilitantes” dela Reforma Laboral. No sería con-tradictorio: en su momento, coinci-diendo con el menemismo y conChacho Álvarez, Lilita votó en Di-putados a favor de esa flexibiliza-ción salvaje reclamada por eldelarruismo. Se le dio así coberturalegal a una inmoralidad aberrante:la superexplotación de los trabaja-dores. Eso significaba aquella ley.

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6 SUDESTADA

Lo que sucede es que el autode-nominado “progresismo” no es otracosa que la ideología de los que sinanimarse a la Revolución pretendenla realización de un capitalismotransparente. Un buen marxista diríaque eso es imposible: mal podría ser“transparente” un sistema basado enun acto de corrupción como es, bási-camente, la apropiación de la plus-valía que realiza el Capital sobre elTrabajo Asalariado.

De todas maneras, la representa-ción oficial del neoliberalismo haquedado en manos de Ricardo Ló-pez Murphy. Papiros, diplomas ycarnets no le faltan: hombre deFIEL, ha sido “ministro estrella” delgobierno de Fernando el Hechizadoen la cartera de Defensa y tambiénen la de Economía. Aunque en esteúltimo caso ha sido algo más: “mi-nistro estrella fugaz”; tras anunciarun plan económico de ajuste violen-to a medida de las exigencias delFMI, al “eficiente” técnico lo corrióa zapatillazos la movilización estu-diantil. No duró ni 20 días porque loque ya no corría era el modelo neoli-beral instaurado en los ´90 por el po-der financiero, a quien LópezMurphy responde. Se trata de unviejo representante de la “patria fi-nanciera” ahora aliado a un jovenexponente de la vieja “patria contra-tista”, Mauricio Macri. Linda yunta.

Es esta la principal oposición alGobierno del Presidente Kirchner,porque es la única fuerza ideológica-mente coherente y capaz de concitaralgún grado de adhesión, aunque es-ta resulte insuficiente en razón delrumbo claramente elegido por losargentinos desde el 2001 a la fecha.

Aunque en retroceso en la Ar-gentina, el neoliberalismo es el ene-

migo principal. Para derrotarlo ha-brá que consolidar en las urnas alGobierno Nacional, votando en to-dos los distritos a los candidatos delPresidente. Néstor Kirchner expresalas actuales expectativas de cambiodel Pueblo Argentino y su consoli-dación en el poder abre las puertas ala reconstrucción de un proyecto na-cional para los años venideros. Eseproyecto deberá profundizarse en unsentido nacional, popular y revolu-cionario, si quiere existir y pervivir.Su herramienta deberá ser la organi-zación popular como motor de lasfuturas transformaciones tendientesal establecimiento de un modelo deinclusión social a través del trabajo,en una sociedad industrializada conuna fuerte distribución de la riquezatendiente a la realización de la Justi-cia Social. La infraestructura nece-saria para fortalecer nuestraindustria, que necesita apoyo estatal

para crecer, deberá obtenerse me-diante un fuerte plan de obras públi-cas que supla la incapacidad denuestro empresariado para generarun desarrollo autocentrado. El forta-lecimiento del Estado Nacional es elcamino que garantiza estas metas,porque la ausencia de dirección es-tatal es el “dirigismo” de los gruposconcentrados del poder económico,mayoritariamente en manos extran-jeras.

Ese fortalecimiento del poderpúblico, que es el poder del Pueblo,deberá dar lugar a nuevos referentespolíticos no comprometidos con laetapa anterior y surgidos del fragorde este combate por la liberacióndefinitiva de la Patria y la felicidaddel Pueblo.

Juan Sánchez Muñoz y Juan Cruz Cabral

Un triunfo delgobiernonacional abrelas puertas a lareconstrucciónde un proyectonacional paralos añosvenideros.Deberáprofundizarseen un sentidonacional,popular yrevolucionario.

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El golpe del 55 y la reacción popular

Eva Perón decía que la política era lucha y querenunciar a la lucha era renunciar a la vida, pues lavida misma es lucha. Así lo entendió la militanciaperonista que, a partir del 16 de setiembre de 1955,sintió que con la llegada de la Fusiladora perdíaaquello que le había dado significado al existir de ca-da familia trabajadora en los últimos diez años: “Ladignidad”.

Reflexiones ante el golpe de 1955

Porque la mayor revolución operada en el país en ladécada peronista fue, sin lugar a dudas, la toma de con-ciencia del hombre humilde de nuestra tierra, el darsecuenta de que su vida sí valía, que tenía sentido, que élpodía ser, en una Nación justa, artífice de su propiodestino. Y con ese despertar se sintió invencible. Perotambién comprendió que su situación iba irremediable-mente sujeta al destino de sus pares, de su Patria. Poreso, ante la reacción oligárquica, ese descamisado, esa

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Fabio Gentili habla en el acto deconmemoración del golpe

antipopular de 1955La placa que está detrás reza lo

siguiente:“1955- 24 de setiembre - 2005El 16 de setiembre de 1955, el

Pueblo Rosarino salió a las callesen toda la ciudad, contra el golpe

antipopular. En esta esquina selibró, el 24 de setiembre, una

batalla heroicaConcejo Municipal de Rosario”.

Hoy como ayer:EL CAMINOLO SEÑALA LA MILITANCIA

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8 SUDESTADA

mujer, ese joven humilde que había apoyado con ale-gría las decisiones del gobierno de Perón, trabajando,estudiando, construyendo familias, sindicatos, clubes,unidades básicas, en fin “La Nueva Argentina”, fue lalevadura de la gesta más heroica del Pueblo Argentinodurante el siglo XX: la Resistencia Peronista, epope-ya conducida por el Gral. Perón desde el exilio y eje-cutada en forma descentralizada por miles de núcleosresistentes dispersos por la geografía de la Patria y casisin contacto el uno con el otro.

Hasta aquí la acción de la militancia, pero ¿la diri-gencia? Ausente en su gran mayoría, pues la Resisten-cia no sólo fue la acción contra el gorilismo fusilador yentreguista y sus herederos militares o seudodemocrá-ticos, también fue una aplanadora para con aquellos di-rigentes que, según el mismo Perón, se habíanaburguesado, perdiendo la moral revolucionaria. Enrealidad, esta acción insurreccional fue un paso más enla toma de conciencia del Pueblo, un reafirmar que eldestino del país y de cada uno de sus habitantes estabaligado al hacer del conjunto de los trabajadores y esavisión, contagiada a los demás sectores de la Nación,pudo, después de casi de dieciocho años de lucha, ge-nerar las condiciones para el regreso de Perón al país,estructurando un Frente nacional que no era sólo elec-toral sino que, fundamentalmente, se proponía la uni-dad nacional para liberar la Patria.

De la gloria al derrumbe

Después de la muerte del General la desarticulacióndel Movimiento se aceleró. Lo que no pudieron hacerlos gobiernos proimperialistas que se sucedieron deLonardi a Lanusse gracias a la acción del Pueblo, lo lo-gró el proceso instalado el 24 de marzo de 1976 y quetuvo continuidad programática en las democracias co-loniales de Alfonsín, Menem y De La Rúa.

Endeudamiento externo, terrorismo de Estado, hi-perinflación, desocupación, privatización de las empre-sas del Estado, concentración de la riqueza, soneslabones de un plan de genocidio nacional ideado ydirigido por el Imperialismo durante casi treinta años.

¿Ante un nuevo despertar?

Todo parecía anunciar el final, llegamos a pensar ya temer la posibilidad de la disolución política y social,hasta que, como dijo Homero Manzi refiriéndose al na-cimiento del Peronismo, llegó lo nacional para salvar-nos.

Decía el Gral. Perón en “Actualización doctrinariapara la toma del Poder” que a él lo tenía que reemplazarun hombre providencial o una organización. La crisisdel Movimiento se dio en la medida que éste no pudo nisupo construir una conducción que tomara la posta delGeneral, tarea harto difícil pero necesaria. Llegamos ala locura de plantear como eje de campaña en 1983 laconsigna “Perón conduce desde el cielo” y además está-bamos convencidos que ese misticismo nos iba a llevaral triunfo. Nada más alejado de ello.

Hoy después de sufrir un largo camino de vacia-miento ideológico y desmovilización, el Pueblo, a tra-vés de la figura del Presidente Kirchner, está intentandola construcción de un nuevo liderazgo que nos reconci-lie con lo mejor de nuestra historia. Esto no pasa desa-percibido por los grupos de poder, por eso la reacciónreflejada tanto de los grandes medios de comunicacióncomo de dirigentes partidarios al servicio de interesesantipopulares, que no se cansan de augurar peligros he-gemónicos y catástrofes económicas y sociales incon-trolables.

Viejas campanas suenan tratando de aturdir y con-fundir a nuestros compatriotas. Otra vez, al igual quecada vez que en nuestra tierra hubo un gobierno popu-lar, izquierda y derecha funcionan como una tenaza tra-tando de aislar y boicotear la acción nacional.

Nuestra misión

Así la cosas, la tarea de la militancia es, entonces,sostener y profundizar este proceso, retransmitiendo através de la acción y el discurso el mensaje del Presi-dente. No tenemos que perder el tiempo para mirar alcostado a ver qué hace otro compañero, tenemos quemirar al frente para ver qué hace el enemigo, aconseja-ba Perón.

Nuestra lucha es estratégica: reconstruir el Movi-miento Nacional bajo la conducción del compañeroNéstor Kirchner. Todo lo demás es secundario.

Prof. Fabio Gentili

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LLaa iizzqquuiieerrddiittaa ttiieennee sus…MMOOMMEENNTTOOSS DDEE

GGLLOORRIIAA

La agencia de noticias ANCLA, de Investigaciones Rodolfo Walsh, emitió en un rapto humorís-tico (en joda, o sea, ¿me entendés?) el siguiente cable informativo:

INTERNACIONALESEl Pentágono y la Secretaría de Estado en alerta máxima: Pitrola diceque no permitirán arribo de BushBuenos Aires, septiembre 9 (ANCLA) - Mientras se lleva adelante la mar-cha de la multisectorial piquetera, fuentes de la embajada estadounidenseadmitieron el temor que percibieron en comunicaciones con Washington,donde la secretaria de Estado Condoleezza Rice y Donald Rumsfeld, secre-tario de Defensa, se mostraron preocupados por las afirmaciones del líderde masas del Polo Obrero, Néstor Pitrola: “No permitiremos la llegada deBush a la Argentina”.

“La cosa no quedó aquí”. El genio político de los muchachos del Partido Obrero (autodenominado, claro) los llevó apublicar en “Prensa Obrera”, número 918 (guita no les falta), un artículo “intitulado” Pitrola inquieta a Bush. Ci-tando la fuente y reproduciendo orgullosos el texto completo del cable, aseguraron que “la lucha de nuestro compa-ñero Néstor Pitrola suscita un interés especial, tanto en el Pentágono como en el Departamento de Estado de losEstados Unidos.” Y agregaron análisis maravillosos tales como: “las ‘preocupaciones’ del entorno de Bush son unfactor en la caracterización de la candidatura de Pitrola” basada en “un liderazgo político que no es improvisado si-no consciente”. (No sea malo, no se ría, compañero). Parece ser, además, que “los trascendidos de ‘la embajada’forman parte de un proceso de contradicciones políticas más general”.Querido lector, le ahorramos los párrafos que siguen, pero le contamos lo último.Al final muestran la hilacha: aseguran que el Gobierno argentino no ve la importancia de esta organización “obre-ra”, pero que… “desde afuera del país parece que se ve mejor”.¿No es genial? Ellos mismos están ¡en otro país!

Pitrola yCastellsdurante unaconferenciade prensa

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El regreso de laVOLUNTADPOLITICAMuchos y variados fueron los fenómenos in-

volucrados en la grave crisis política quese desató, con su mayor virulencia, a par-

tir de diciembre de 2001 y los primeros meses de 2002en nuestro país. En el aspecto económico, la debaclefue producto de una desordenada y varias veces pos-tergada salida de la Convertibilidad (vigente desde1991), así como del evidente fracaso de las mágicasrecetas neoliberales de “achicamiento” del estado, tan-to respecto de sus dimensiones como de sus funcio-nes.

En el ámbito social, el clima vivenciado continuabay profundizaba las degradantes tendencias instaladasdesde mediados de los ’70, con la conocida caída degran parte de la población bajo los índices de pobreza,unido al creciente deterioro de la distribución del in-greso; ambos fenómenos que caracterizaron el últimocuarto del siglo pasado y los inicios del presente.

Varios indicadores nos ofrecen un completo pano-rama de lo anterior. Así, según el Informe de Desarro-llo Humano del PNUD del año 2002, el nivel denecesidades básicas insatisfechas ascendía a un 23.8%en el año 2002; la pobreza se duplicó en el período1995-2002, llegando al 53.3% de la población; y ladesigualdad de la distribución del ingreso experimentóun constante aumento. Asimismo, según datos delBanco Mundial el PBI en dólares cayó 11 puntos en elaño 2002 respecto de los niveles alcanzados en 1995.El desplome aún mayor del ingreso per cápita en elmismo período refuerza dicha tendencia.

Como si esto fuera poco, el porcentaje de la pobla-ción desempleada ascendió del 6.1% en 1985, al

JUAN MANUEL ABAL MEDINA (h)*

17.4% en 2001 (CEPAL, 2003). Peor aún si tomamosen cuenta las profundas disparidades territoriales evi-denciadas en nuestro país entre sus diferentes provin-cias. En este sentido encontramos que, si bien elpromedio de población con necesidades básicas insa-tisfechas para el total del territorio en el año 2002 fuede 23.8, en determinadas provincias del noreste delpaís, como Chaco o Formosa, esa medida ascendía acasi 39 puntos porcentuales (PNUD, 2002).

Finalmente, en cuanto a la dimensión propiamentepolítica, las constantes manifestaciones de desconfian-za y alejamiento de los ciudadanos respecto de sus go-bernantes, primero; de desafección y enojo, más tarde,y, por último, de bronca e indignación,1 son signosmás que evidentes del hondo descontento y hartazgociudadano acerca del funcionamiento político en suconjunto. Definitivamente distanciadas las fuerzas mi-litares del poder, y a 20 años de continuo ejercicio de-mocrático, las entusiastas expresiones de adhesión alrégimen instalado en 1983 fueron dejando paso a unsostenido proceso de deslegitimación permanente detoda nuestra institucionalidad política.

Contundentes pruebas empíricas abonan tales ha-llazgos: desde el declive de la participación electoral(del 86.04% en 1983 al 78.22% en 2003), hasta laconstante caída de la confianza ciudadana en los parti-

* Doctor en Ciencia Política, Profesor de la Universidad de Bue-nos Aires y de la Universidad Nacional de General San Martín eInvestigador del CONICET.

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dos políticos (del 20% en 1996 al 14% en 2002) y enlos organismos del poder legislativo (del 27% en 1996al 23% en 2002) y judicial (del 33% en 1996 al 25%en 2002), pasando por los traumáticos episodios de laelección de renovación parlamentaria de 2001 (un in-cremento del voto blanco y nulo alcanzando el 21.1%y 27.1% de abstencionismo, por arriba de la media).La manifestación popular espontánea del 19 y 20 dediciembre de 2001, que puso fin a la presidencia deFernando De la Rúa, constituyó el máximo exponentede tal situación.

Estos hechos reflejan en gran medida la incapaci-dad de las instituciones tradicionales de representa-ción para dar cuenta de las necesidades de la sociedad,por lo cual los sectores sociales debieron enfrentarsedesnudos ante el Estado y por fuera de los canales ins-titucionales, los que se vieron absolutamente desbor-dados. Cabe señalar que, hacia febrero de 2002, unimportante porcentaje de la población prefería expre-sarse directamente a través de manifestaciones en ca-cerolazos, piquetes y marchas, que a través de laparticipación en partidos políticos (PNUD, 2002).

A los fines de ordenar y comprender con mayorintensidad las dimensiones y alcances de los principa-les blancos de ataque del sistema político vigente porparte de los ciudadanos, podemos agrupar las diferen-tes expresiones de descontento en tres grandes núcleosde sentido interrelacionados, a saber: improductivi-dad, autorreferencialidad y corrupción.

En primer lugar, el concepto de improductividad im-plica la percepción ciudadana acerca de la incapacidadde la política para mejorar las condiciones de vida de lapoblación. La dimensión gubernativa de los partidos po-líticos, es decir su accionar desde los cargos formales enel aparato estatal, es la primordial implicada en este sen-tido. La ciudadanía advierte que los distintos partidosque han ocupado los espacios formales de poder no lo-graron satisfacer mínimamente las demandas por las quelos eligieron. Las organizaciones políticas fueron derro-tadas en su intento por traducir en políticas públicas losprogramas electorales y las peticiones de la sociedad.Entre otros ejemplos de esta realidad encontramos el au-mento de los niveles de pobreza, desocupación y desi-gualdad, junto con la imposibilidad de estabilizar en ellargo plazo las variables macroeconómicas.

El segundo punto consiste en la autorreferenciali-dad de la política, según la cual la ciudadanía presumeque los políticos se dedican exclusivamente a sus asun-tos, relegando todas aquellas cuestiones que, lejos designificarles nuevos poderes, conciernen a las preocu-paciones cotidianas del ciudadano medio. Tal percep-ción, articulada a la evidente verosimilitud de lanoción de improductividad que señalábamos arriba, y ala igualmente evidente existencia de prácticas corrup-tas o clientelares, que detallaremos más adelante, re-presenta una fuerte amenaza a la por demás vapuleadalegitimidad democrática. El hondo descrédito en el querecayeron los diversos acuerdos interpartidarios cele-brados en los años ’90 (quién puede olvidar el famosoPacto de Olivos), con la concomitante desconfianzaacarreada respecto de los mismos, constituye una claramuestra de lo dicho.

El abrazo del Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín

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El último núcleo, ligado a la problemática de la co-rrupción, fue el que mayor impacto tuvo al momentode socavar la legitimidad de la política argentina. Losgrandes negociados de la década pasada, sumados a laextendida exposición pública de vergonzantes casosde enriquecimiento ilícito por parte de políticos, jue-ces y policías, terminó por aniquilar los últimos res-quicios de confianza ciudadana acerca de la idoneidadde sus respectivos gobernantes. El Índice de Percep-ción de la Corrupción, elaborado por Transparency In-ternacional, el año 2002, que ubicó a la Argentina enel puesto 92 de los 133 países calificados, obteniendola puntuación de 2.5 en una escala con un máximo detransparencia posible en la gestión gubernamental re-presentado por el número 10, no deja lugar a dudas alrespecto.

Buena parte de las causas que originaron tales per-cepciones descansan en el conjunto de fenómenos en-tendido como “crisis de representación”, que englobacuestiones tales como los procesos de deslegitimación,desafección o distanciamiento de la política, y cuyoefecto más visible consiste en alejar a los representan-tes de sus representados; lo que ha sido explorado bá-sicamente a partir de la dimensión electoral de lospartidos, como el tipo de relación que plantean con suselectores. No obstante, esta dimensión “clásica” de lacrisis no alcanza por sí misma para dar cuenta delenorme malestar experimentado respecto de la políticapor estas latitudes.

Por el contrario, es necesario incorporar en nuestroanálisis el efecto conjunto de otros tres factores, losque pueden ser vistos como causas centrales de la ac-tual crisis política. Nos referimos tanto a la antes men-cionada pérdida de legitimidad de la representación,ampliamente extendida a nivel mundial, aunque, estavez, considerada desde una perspectiva más global dela misma; al debilitamiento de los estados-nación, es-pecialmente en América Latina; y al abatimiento de lavoluntad política, más tangible en el caso argentino.

Respecto del primer factor sufrimos, como todaslas democracias existentes, los efectos de las transfor-maciones verificadas en las modalidades de la repre-sentación política. Los cambios tecnológicosacontecidos, con su fuerte impacto sobre la formas dela comunicación política; las mutaciones sociales queerosionaron los agentes colectivos propios del mundopostindustrial diversificando sus demandas; así comolas restricciones que los procesos de globalización fi-nanciera pusieron a la capacidad regulatoria de los es-tados-nación en la economía, terminaron desembo-cando en un notable debilitamiento organizativo de lospartidos políticos en el mundo democrático en la es-tandarización de sus propuestas ideológicas y en suaparición, ante los ojos de sus electorados, como másalejados de los reclamos sociales.

No obstante, y a pesar del marcado acotamiento desus posibilidades de acción una vez llegados al gobier-no y de la consecuente pérdida de incentivos disponi-bles para la atracción de antiguos y nuevos adherentesque aquello les significa, los partidos políticos siguenconstituyendo aún hoy un elemento clave del sistemademocrático; incluso contra los oscuros pronósticoshacia ellos esbozados.

Por otro lado, las repercusiones de la crisis enfren-tada por los aparatos estatales a nivel mundial, como

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consecuencia del agotamiento de la matriz estado-cén-trica asociada al modelo keynesiano de bienestar, hancalado tanto más hondo en los países de América Lati-na que en las naciones desarrolladas del hemisferionorte. Lejos del consenso de posguerra, que veía en elestado a la “solución” de la mayoría de los problemassociales las sociedades latinoamericanas resultaron serlas más castigadas por dicho proceso, en base a la no-toria centralidad ocupada por el estado en ellas.

Si sumamos su viejo papel como constructor políti-co e ideológico de la nación, hasta su “tarea como em-presario sustituto”, pasando por su rol en “laconstitución del movimiento obrero” o en “la determi-nación de los niveles apropiados de acumulación capi-talista”, podemos sostener que el estado nacionallatinoamericano detentó una centralidad absoluta en la

paces de transformar la realidad a través de la regula-ción política de los mercados. En el mejor de los casosesta renuncia obedeció a erróneas pero sinceras creen-cias en el discurso único del neoliberalismo. Pero, a suvez, también funcionó maravillosamente para aquellosque las utilizaron a fin de evitar enfrentar siquiera mí-nimamente a los factores de poder. Se completó así eldiscurso “posibilista” de la gobernabilidad que com-prendió tanto a la acción de gobierno como a la convi-vencia armónica con los grupos de poder establecidos,respetando sus intereses y obteniendo, con ello, sucu-lentas ventajas personales. Si bien la construcción deldiscurso posibilista de la gobernabilidad se realizó enlos años noventa con el gobierno de Carlos Menem, supunto máximo fue, sin duda, la gestión del radical Fer-nando de La Rúa, quien fue expulsado por la ciudada-nía después de dos años de gobierno en los que buscódesesperadamente no enfrentarse con nadie pero queterminó enfrentándose con todos.

Tanto las grandes fuerzas mundiales (el Fondo Mo-netario Internacional o los Estados Unidos) como la pro-pia Policía de la Provincia de Buenos Aires, hasta lasempresas proveedoras del Estado, pasando por todo ununiverso de micromafias enquistadas en la sociedad ar-gentina, se entremezclaban en esta búsqueda permanentede acuerdo con los sectores de poder. De este modo, larenuncia a la voluntad de la política terminó convirtien-do a la tarea de los gobernantes en su misma negación.

Lo que podemos denominar metafóricamente co-mo el derrumbe del sistema político argentino fue pro-ducto de la combinación de estos tres procesos, quellevaron a estados endeudados y quebrados a ir cedien-do más y más competencias, tornándose progresiva-mente más débiles e incapaces de regular eficazmentela sociedad. Un ilustrativo ejemplo de la manifiesta in-capacidad política aludida lo constituyen los años fina-les de decadencia y la trágica salida de la ley deConvertibilidad, hace poco más de tres años.

Ni siquiera la conciencia sobre el agotamiento delsistema de convertibilidad, ya sea por la inconsistenciade las políticas fiscales o la sobrevaluación de la mo-neda, pudo llevar a que, desde la política, se impulsa-ran o bien salidas ordenadas del modelo o medidascomplementarias que proveyeran algún seguro contralos peores escenarios posibles; aumentando irrespon-sablemente los costos de salida. Ante la disyuntiva demantener, aún a costa de males peores, dicho sistemao, contrariamente, de ponerle fin, tomando de formaconcluyente “el toro por las astas”, la opción fue la“inacción”, agravada por una profundización de dicho

construcción misma de su sociedad. Por ello, lógica-mente, el impacto de su crisis y la reducción de susmárgenes de acción produjeron efectos mucho másmarcados que en otros casos, llegando a afectar la arti-culación misma de sus sociedades.

La última causa esbozada, conocida como abdica-ción de la voluntad política, involucra el accionar delas elites gobernantes argentinas en relación con los lí-mites fijados por los otros dos factores. Ante la reduc-ción de los márgenes de acción que plantean la crisisglobal de la representación y la debacle latinoameri-cana de los estados nación, la mayoría de nuestros po-líticos abandonó la lucha por ampliarlos asumiendocomo propia la imposibilidad de realizar acciones ca-

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modelo a fin de evitar las posibles sospechas que cual-quier toma de recaudos despertaría.

Las respuestas que los actores políticos daban a lasrecomendaciones de salida del modelo, generalmentesostenidas por analistas económicos extranjeros, eransiempre las mismas: “Es políticamente imposible”,dando cuenta de su incapacidad para pensar siquieraen enfrentar los problemas que una salida ordenadadel sistema traería. En síntesis, la política se veía inca-paz siquiera de variar el tipo de cambio.

El proceso de salida de la convertibilidad recayó,ante la reiterada incapacidad de la política, enteramen-te en manos del mercado, limitándose el rol de aquéllaa recolectar los deshechos esparcidos de un país que-brado. Efectivamente, a través de un conjunto de acer-tadas medidas económicas y sociales, el gobiernoprovisional de Eduardo Duhalde logró poner un frenocertero a la crisis. No obstante, si bien estas medidasbastaron para generar una sensación de tranquilidad yde restauración del orden social, no alcanzaron a re-mediar la dramática situación heredada ni se propusie-ron solucionar los problemas de fondo del país,postergándolos para la siguiente administración.

Las elecciones presidenciales para el nuevo perío-do, que sería iniciado en mayo de 2003, arrojaron co-mo saldo el deslucido triunfo de Néstor Kirchner,quien, tras desgastantes pujas al interior del PartidoJusticialista, pudo alcanzar el sillón de Rivadavia conun módico 22% de los votos. Tan nimio porcentaje leotorgaba apenas un segundo puesto, el que fuera con-vertido en primero tras la renuncia de Carlos Menem ala segunda ronda electoral. Ante tales resultados, el fu-turo augurable para el flamante presidente prometíamás debilidades que fortalezas. La asunción anticipadaasí como el enorme caudal de elecciones nacionales yprovinciales que debió enfrentar el nuevo mandatariocomo producto del poco pautado alejamiento de su an-tecesor, Eduardo Duhalde, del poder, agregaron nue-vas sombras al ya de por sí oscuro panorama.2

Sorprendiendo incluso a los diagnósticos más opti-mistas, Néstor Kirchner logró, en pocos meses, recons-truir gran parte de la legitimidad política perdida yobtener un apoyo popular importante que rondaría, segúnlos sondeos de opinión, el 70 u 80% de imagen positiva.Lo más interesante de este logro fue que se hizo sin quevariaran las condiciones negativas que habían conducidoa la política argentina a su crisis. La reconstrucción de lavoluntad política, el tercer factor que identificamos en laexplicación del derrumbe del sistema político nacional,fue la piedra angular de tal recuperación.

Llegados a este punto, y rozando nuestros días, esnecesario ser prudentes respecto de las esperanzas op-timistas que tal recuperación suscita: las dificultadespropias de la crisis global de la representación así co-mo aquellas derivadas de la decadencia del estadocontinúan, lamentablemente, en vigencia. Es decir,que a pesar del cambio operado respecto de la volun-tad, presidencial en este caso, de enfrentarlos, los lími-tes “objetivos” a la acción de la política siguen siendolos mismos. Existe en la ciencia política una vasta lite-ratura que aborda la siempre compleja relación entrelas restricciones comúnmente llamadas “objetivas” pa-ra la acción política (económicas o institucionales) yla capacidad de los actores para combatirlas. General-mente, se entiende que las variables ideológicas impe-rantes constituyen una especie de mapa cognitivo queenfrentan los sujetos, determinando la percepción quelos mismos tienen de aquello que es deseable y posibleen un determinado momento y lugar. La percepción delos límites puede determinar tanto la fijación de un ob-jetivo irrealizable como la desestimación de otro quecayera estrictamente dentro de la zona de posibilidadde la acción.

La previamente definida abdicación de la voluntadpolítica puede entenderse entonces como la sobresti-mación que los principales actores hacen acerca de lasrestricciones que el contexto nacional e internacionalopone a la capacidad de acción de los gobiernos. Lapráctica política del presidente Kirchner, erróneamen-te caracterizada como hegemónica, podría ser entendi-da, a la luz de este enfoque, como la ruptura con elconsenso de impotencia de la política construido du-rante los últimos veinte años en nuestro país. La triste-mente recordada frase de “Felices Pascuas” con la queel presidente Raúl Alfonsín aceptó públicamente la in-capacidad gubernamental para juzgar a los responsa-bles del terrorismo de estado, la Ley de Déficit Cerocon la que el ministro Cavallo y el presidente De LaRúa quisieron mostrar seguridades a los inversores in-ternacionales de que no pensaban emitir moneda, asícomo la misma Ley de Convertibilidad, los indultos ylas privatizaciones, permanecerán en la memoria delos argentinos como políticas implementadas por elEstado Argentino que, implícita o explícitamente, im-pusieron serios recortes a su propia capacidad de ac-ción.

El presidente Kirchner, mediante lo que es popu-larmente conocido como “estilo K”, comenzó a cons-truir poder desde el cuestionamiento directo a estoslimites que los políticos argentinos se infundieron a sí

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mismos. La política de derechos humanos, el enfrenta-miento con las empresas privatizadas o la posiciónadoptada frente a los organismos financieros interna-cionales, son claros ejemplos de una recuperación dela voluntad política que sorprende favorablemente auna sociedad harta del discurso del imposibilismo delos noventa. Por ello la relegitimación de la política seda desde el componente más argentino de su crisis, larenuncia a la voluntad política, y desde la misma figu-ra presidencial.

Ahora bien, esta recuperación de la acción políti-ca es la condición necesaria, pero no suficiente parareconstruir la legitimidad de la política misma. Sucondición intrínseca de posibilidad la obliga a seguirsiempre adelante con las transformaciones que leotorguen continuidad en el largo plazo. Algunas deellas ya se vienen implementando, como son la refor-ma de la Corte Suprema de Justicia o la depuraciónde las fuerzas armadas y de seguridad, pero la opor-tunidad abierta no debe dejar de lado los otros facto-res que siguen impactando negativamente sobre eldesempeño de la democracia argentina, como son lasaltísimos niveles de pobreza, indigencia y desigual-dad y los fuertes déficit de los aparatos estatales. Espor esto necesario remarcar que, para traducir talesmedidas positivas en logros sostenibles en el tiempo,hay que terminar de construir la fuerza política capazde garantizar el nuevo rumbo del país a lo largo delos años, de modo que pueda trascender los alcancesde una determinada administración en particular yconvertirse en el nuevo rasgo de “normalidad” de lapolítica argentina

NOTAS1 Esto se demuestra con diversos datos. Así, según

un estudio del PNUD, el 49% de la población opinabaque no les importaría el tipo de régimen político, sipudiera solucionar los problemas económicos del país(De Riz, L. y Portantiero, J. C., 2002). Asimismo, ha-cia febrero del año 2002, el 74% de la población teníapoca o ninguna confianza en el Presidente, el 93%desconfiaba del Congreso y el 94% de los partidos po-líticos, ascendiendo a un tibio 23% promedio de la po-blación que confiaba en las instituciones políticasdemocráticas (Zovatto, D. 2003).

2 Eduardo Duhalde había sido elegido por laAsamblea Legislativa el 1 de enero de 2002 para com-pletar el mandato de Fernando De La Rúa, es decir pa-ra gobernar hasta el 10 de diciembre de 2003. Sinembargo, la magnitud de la crisis social lo llevó a re-nunciar anticipadamente y establecer la entrega delmandato el 25 de mayo de 2003. Así el nuevo presi-dente que fuera electo en las elecciones de abril debe-ría asumir casi seis meses antes de lo previsto.Asimismo, la enorme incertidumbre existente llevó aque la mayoría de los mandatarios provinciales busca-ran separar sus propias elecciones de renovación de laelección presidencial nacional, generándose en conse-cuencia un complejo calendario electoral que ocuparíaprácticamente todo el año 2003. A lo anterior hay quesumarle que por la particularidades de la organizaciónelectoral argentina (ver Abal Medina y Suárez Cao,2003) no sólo las elecciones provinciales se esparcie-ron en el tiempo sino que también las elecciones na-cionales de renovación legislativa se fragmentaron decasi todas las formas posibles.

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La UniónSudamericana:URGENTE YNECESARIO

“Aquí hay un problema deunidad que está por sobre todos losproblemas”.

Juan D. Perón

En los últimos años vieneavanzando con gran fuerza laidea de una unión entre los

países de Sudamérica. Ya no hierecasi ninguna susceptibilidad “nacio-nalista” el hecho de plantear que launión debe ser política, que debe-mos delegar jurisdicciones en unaorganización “supra-nacional” quenos englobe en el marco idiomático-cultural de nuestro continente. Estees un gran avance, y aun cuando al-gunos lo vean sólo como una bellautopía, ya es un logro que les parez-ca “bella” y no “tonta”. Los gobier-nos sudamericanos vienen dandopasos muy importantes en esa línea,y no parece fácil que se disuelva enel aire la tendencia a la unidad. Peroesta tarea no descansa en los buró-cratas que controlan los aparatos delos Estados, ni en ideologías más omenos clarificadas que proclamen lanecesidad de la empresa unificadora.Esos factores no son desdeñables,claro, pero el reaseguro más efectivo

está en la conciencia colectiva delos pueblos que deben conformar es-ta unidad. Es fundamental generarpolíticas que reafirmen los rasgosculturales e históricos que viabilizan

nuestra unidad con el resto de las re-públicas sudamericanas. En estemarco, la historia común de nues-tros pueblos juega un papel de granimportancia.

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Coyuntura y presente histórico.De los estados nacionales a loscontinentales.

Toda mirada sobre el pasado im-plica una posición en el presente.Nuestro lugar en el “hoy” nos da elalcance y la profundidad de la mira-da sobre el “ayer”. Debemos, enton-ces, comenzar por reconocer nuestropresente, en tanto tiempo histórico,más allá de la coyuntura.

Podríamos tomar, a priori, a laetapa actual de nuestra historia co-mo “la etapa del neoliberalismo”: suapogeo y su crisis, así como el in-tento desesperado por reinstalarlo,podrían conformar nuestro “presentehistórico”. Sin embargo, nos parececonveniente no pensar al neolibera-lismo como la actual etapa de la his-toria mundial, sino como unarespuesta dentro de una etapa másamplia, que llamamos con el nom-bre genérico de “globalización”, yque es, a su vez, un momento dentrode la expansión mundial del capita-lismo.1

El surgimiento del capitalismoestuvo acompañado, políticamente,por la aparición de los Estados-na-ción. Ésta fue la forma clásica de or-ganización política frente al nuevofenómeno que se hizo dominantehacia el siglo XVIII y que se exten-dió por todo el mundo. Pero en laetapa actual, los Estados-nación re-sultan obsoletos para encauzar y or-ganizar a las inmensas fuerzaseconómicas dominantes. Estas fuer-zas rebalsan las fronteras y preparanel escenario de la unificación plane-taria, que posiblemente ocurra en elcurso de los próximos siglos. El mo-do en que se pasará de un “mundode estados” a un “estado mundial”es una incógnita, y, en última ins-tancia, está en disputa. Para algunos,

San Martín guerreó para construir unaPatria Grande. ¿Cumpliremos su sueño

de integración sudamericana?

la “mundialización” ya está conclui-da y el mundo se define por su rela-ción con el Imperio planetariohegemonizado por los EE.UU. Perono somos pocos los que creemosque las enormes desigualdades sub-yacentes en el mundo hacen invia-ble esta “unión a palos”. Por esto,tal vez, la conformación de grandesbloques continentales que le otor-guen a los Estados actualmente in-significantes alguna capacidad dediálogo con los más grandes en unpie de igualdad, sea el paso previoindispensable, para recién desde ahíavanzar hacia la unión política pla-netaria.

Este es el proyecto de la multi-polaridad, que se presenta para Eu-ropa como una estrategiade salida del corséde los EE.UU.Sin tanta fuer-za como pa-

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ra plantear una bipolaridad dondeellos y los norteamericanos se re-partan el mundo, los europeos bus-can dispersar el poder y aminorar elpeso relativo del único Estado que,hasta el momento, se podría plan-tear la construcción de una unipola-ridad o “apolaridad” imperial. Estono quiere decir que nuestra unifica-ción deba acompañar la necesidadde Europa de oponer bloques alter-nativos a los EE.UU. Sólo estamosseñalando que hay, en este momen-to, diversos intereses mundiales quenos podrían facilitar la tarea, y quenosotros debiéramos aprovecharlosinteligentemente.

Hace ya más de un siglo quehan hecho su aparición los EstadosContinentales: enormes conglo-merados de territorio con

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18 SUDESTADA

Alemania y Japón presentes en el festejo por el triunfo aliado en la II GuerraMundial. Todos juntitos, ganadores y perdedores. ¿Y nosotros?

cientos de millones de habitantesconformando un único mercado yunificados bajo un solo gobierno. Elprimero fue Estados Unidos; a éstele siguió la URSS; más tarde Chinay la India; ahora Europa está inten-tando hacer lo suyo.2

En la reunión del G-7 realizadahace tres años en Francia hubo opor-tunidad de verse cómo la estrategiade varios países se orienta a la con-formación de estos bloques conti-nentales.

El G-7 concentra a los paísesmás desarrollados del planeta. Detodos ellos sólo EE.UU. es un estadocontinental; dos (Alemania y Fran-cia) conforman el núcleo básico dela Unión Europea; Italia a pesar desus actitudes pivoteantes, parececonsciente de que no tiene un desti-no posible fuera de la unión conti-nental; Inglaterra se resiste aincorporarse plenamente a la UniónEuropea y pareciera estar cómodasiendo la isla europea de los nortea-mericanos. Sólo Canadá y Japón sonviejas rémoras del estado nacional

que por sí solos no poseen; b) la pe-riferización de dichos estados.

Brasil es el Estado sudamerica-no en mejores condiciones para en-cabezar el proceso de unificacióncontinental. Hace 40 años lo fuimosnosotros, pero eso ya es historia. Detodas formas, es importante queBrasil no se vea tentado a hacer launión periferizando al resto de lospaíses sudamericanos. Para ello ne-cesita tener un socio, un par, quesea interlocutor válido de las otrasrepúblicas. Ese primus inter paresde la Sudamérica española es la Ar-gentina. A pesar de nuestra crisisactual, el país conserva un enormepotencial que le puede permitir, sies dirigido en forma acertada, po-nerse a la altura de las circunstan-cias. Esta característica no la reúneninguno de los otros ocho Estadosen que se fragmentó el antiguo im-perio español en América del Sur.Brasil y la Argentina conforman elnúcleo de unión básico para Améri-ca del Sur. Una unión de países nose puede hacer a partir de cualquiercosa. Si Grecia, Holanda y Españahubieran conformado la ComunidadEconómica Europea, allí no hubieseocurrido nada, pero lo hicieron Ale-mania y Francia, y todos las siguie-ron.

Identidad histórica y unidad

Hace 120 años, la historiografíaliberal le otorgó a nuestro país unaidentidad a imagen y semejanza desus prejuicios ideológicos, políticosy económicos: los argentinos siem-pre habíamos sido los “raros” deAmérica, y por eso éramos más eu-ropeos que americanos; siemprefuimos librecambistas e hicimos laRevolución de Mayo para desemba-razarnos del monopolio español;Bernardino Rivadavia era una espe-cie de geniecillo que intentó con-vertirnos en gente más civilizada

“en estado puro”, pero a Japón, elcrecimiento descomunal de China leestá permitiendo despegarse de losEEUU y podría ser que por esa víaencuentre su camino para la conti-nentalización. Como es costumbredel G-7, el país anfitrión tiene dere-cho a invitar a la reunión a quien lodesee. Pues bien ¿a quién invitó enel año 2002 Jacques Chirac, declara-do partidario de la multipolaridad?A Rusia, a China y a la India (tresestados continentales); a Sudáfrica yNigeria (los únicos dos países africa-nos que tuvieron tradicionalmenteuna política de unificación, el prime-ro intentando controlar toda el Áfri-ca sudecuatorial, y el segundo con elÁfrica guineana), y a Brasil. Es de-cir que además de invitar a tres gran-des estados continentales, invitarona tres estados que podrían encabe-zar un proceso de formación deestados continentales. ¿De qué mo-do? Esto no les importa mucho a loseuropeos, pero básicamente habríados vías: a) la unión con otros esta-dos que les provean los caracteres

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SUDESTADA 19

aún, y Juan Manuel de Rosas era untirano, que no encajaba con el “espí-ritu democrático” de la Argentina, ypor eso debió gobernar por mediode una sangrienta dictadura. Estaimagen inventada del país, a pesarde ser absolutamente falsa, permitiódarle a la Argentina una identidadhistórica acorde con la etapa que es-taba atravesando, que era la de unasemi-colonia inserta en el mercadomundial como proveedora de mate-rias primas alimenticias para laGran Bretaña, fundamentalmente.

Con la crisis de 1930 se resque-braja la fe en el “progreso indefini-do” a nivel mundial, y también ennuestro país. El relato histórico in-ventado por Mitre y la “EscuelaClásica” de la historia argentina seconvierte en un discurso hueco y sinsentido. Hace su aparición el Revi-sionismo, que desarrollará un curio-so recorrido, desde Maurras y elfascismo hasta el marxismo. No fuenunca una corriente historiográficaoficializada, se mantuvo siempre enlas márgenes de los circuitos acadé-micos y, sin embargo, logró en unperíodo de 30 años difundirse demanera tan espectacular entre todoslos argentinos, que llegó a confor-mar la base de la conciencia históri-ca o, si se prefiere, la “identidadhistórica” argentina en la segundamitad del siglo XX. Esto fue posi-ble, entre otras cosas, porque en la

I N T E G R A C I O N L A T I N O A M E R I C A N A

estructura social y política del paísde 1960 era muy difícil reconocerlos rastros del país de 1900. Apoya-dos en el Revisionismo, los argenti-nos recuperamos una Revolución deMayo que se vinculaba a un procesocontinental; descubrimos que en-frentar los intereses y los personerosdel imperialismo era toda una tradi-ción para nosotros, que nos permitíaunir a las últimas montoneras (lasdel “Chacho” Peñaloza, Felipe Va-rela, y López Jordán) con el 17 deoctubre de 1945 y la campaña “Bra-den o Perón”; recuperamos a la cul-tura popular como un rasgo deoriginalidad y no de inferioridad;reemplazamos al Moreno de la “Re-presentación de los Hacendados”por el del “Plan Revolucionario deOperaciones”; nos formamos la ima-gen de un Rivadavia cipayo, crimi-nal, y hasta rayano en la estupidez;recuperamos a Juan Manuel de Ro-sas y convertimos en un ícono de lasburlas infantiles al insoportable Do-mingo Faustino Sarmiento. Esa pa-triada del revisionismo se hizo sólocon la férrea voluntad militante dequienes se comprometieron con latarea de dotar a nuestro país de unamemoria que retomase el hilo de lasluchas populares y dejara atrás la vi-sión aristocratizante propia de lasélites dominantes de fines del sigloXIX.

Ahora, la historia parece haber-se retirado como trasfondo comúnque amalgame a la sociedad. Todosnos podemos emocionar con algúnrelato histórico, con la narración delas glorias pasadas, pero seremosmuy pocos los que nos sentiremosconvocados por esos relatos a to-mar una posición concreta en la so-ciedad vigente. Una nueva Historiadebe nacer en nuestro país. Y ellatiene que dotarnos de la identidadque nos permita trascender nuestrasfronteras e incorporarnos a laUnión Sudamericana, para cumplirasí con la etapa del “continentalis-mo”, que ya describió Perón hacemás de 50 años, no porque fuera unoráculo que todo lo veía, sino por-que era un hombre con los pies bienfirmes en la tierra y supo interpretarel “sentido” del proceso históricoque él mismo estaba viviendo. LaArgentina necesita rescatar de supasado aquellos elementos que ex-presen la viabilidad de esta unión.Y es al Estado argentino a quien lecorresponde generar los organis-mos, ordenar las prácticas sociales,y difundir todos los elementos queapuntalen la integración dentro deuna sociedad que debe continentali-zarse, para ingresar en las mejorescondiciones posibles a la mundiali-zación que avanza a un ritmo verti-ginoso.

Mariano Cabral

1 A partir del siglo XV, con la expan-sión de Europa sobre el mundo entero, co-mienza el proceso, aún no concluido, de la“mundialización”; es decir de la unificacióndel mundo a partir de la construcción de re-des planetarias. La expresión “globaliza-ción” se corresponde con la etapa en la queel capital financiero internacional domina laescena económica mundial y los grandesmedios masivos de comunicación trabajanarduamente por la homologación culturalplanetaria, intentando borrar las diferenciaspara obtener una sociedad de consumidoresmansos. Así entendida la cuestión, podemosafirmar que, mientras el proceso “mundiali-zador” es irrefrenable, la “globalización” só-lo expresa una relación de fuerzas que puedeverse alterada con el suceder de los hechos.

2 Si bien China y la India son milenaria-mente preexistentes, su conformación comoestados modernos continentales data apenasde mediados del siglo pasado.

Vargas, Perón e Ibáñez del Campo, tres líderes populares quedemostraron que la integración latinoamericana es posible.

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20 SUDESTADA

A lo largo de los últimos años, la recuperación dela actividad económica ha sido muy acelerada.Dicha recuperación reconoce como causa pri-

mera al abandono del nefasto cepo cambiario de la con-vertibilidad, abandono que permitió lograr una mejorinserción exportadora y generó, además, un proceso desustitución de importaciones de bienes de consumo. To-do ello redundó en una creciente utilización de capacidadinstalada y en un sostenido incremento de la contrataciónlaboral. Como consecuencia natural de este proceso, asis-timos a lo largo del año 2004 a un incremento del 6,6%en el índice de los precios al consumidor.

Este ciclo virtuoso de la economía ha generado algu-nas pujas distributivas. Los trabajadores pugnan por unamejora remunerativa, a lo que los empresarios respondenque, ante futuros incrementos salariales, al no poder ha-cer frente a los costos, los trasladarán a los precios quedebe pagar el consumidor. Es decir, intentan reinstalar elfantasma de una eventual e ininterrumpida espiral infla-cionaria. Aquí nace la primera explicación que hace elpoder económico sobre el origen de la inflación.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional exi-ge, como condición para volver a negociar, pasar al ré-gimen de flotación limpia con respecto al dólar. Esto es,dejar que su cotización fluctúe libremente. Pero dejar elmercado cambiario sin intervención alguna generaríauna gran inestabilidad. Objetan la compra de dólaresque hace el Banco Central de la República Argentinacontra emisión monetaria para sostener el valor del dó-lar cercano a los tres pesos. Claro, ellos prefieren un dó-lar más barato para que sea más fácil pagarles. Añoranlos tiempos del 1 a 1.

A esta prédica se han unido fundaciones, centros de“estudios”, economistas neoliberales, etc., (los viejosenemigos de la Patria), que abrevan en el enfoque “mo-netarista” de la economía que sostiene que la inflaciónes debida a un exceso de oferta monetaria. Nace aquí lasegunda versión de los poderosos sobre el origen delfenómeno de la inflación. Claro está que estos sectoresson representantes de los consorcios multinacionalesque financian sus “investigaciones” y que pretenden undólar barato para repatriar con facilidad y a bajo costo,utilidades a sus casas matrices.

Ahora, ¿qué es la inflación? Se trata de un “incre-mento generalizado y autosostenido en el tiempo en losprecios”. Para los monetaristas o neoliberales, siempretiene como causa un desfasaje en la cantidad de monedacirculante. Es decir, para estas corrientes, el exceso decirculante genera una demanda de bienes y servicios su-perior a la oferta agregada, lo cual determina un alza enlos precios, ante la incapacidad de los empresarios depoder satisfacer esa demanda en crecimiento. Para darsolución a este problema, postulan contraer la actividadeconómica para restablecer el equilibrio. Por otra parte,conciben un Banco Central sin participación a la horade regular el tipo de cambio. Para esta gente todo tieneque quedar bajo los designios del “dios mercado”.

Estos sectores son conscientes de que los efectospsicológicos y la prédica insistente sobre el peligro in-flacionario puede obrar como nafta para apagar un in-cendio, al atemorizar a la población impulsándola aaprovisionarse y generar de esta manera el exceso dedemanda antes aludido. La estimación oficial para losdoce meses ubicaba al índice de precios al consumidorcon una suba entre siete y once por ciento; la tendenciaindica que la estimación es correcta, por lo cual, instalarel temor a una estampida de precios es una maniobraespúrea de estos buitres.

Los hechos indican, que las empresas monopóli-cas u oligopólicas imponen al mercado precios ten-dientes a maximizar sus beneficios, porque sonformadoras de los mismos. Aquí reside la principal yúnica causa del incremento en los precios al consumi-dor. Queda demostrado que el supuesto “libre juego” delas fuerzas del mercado es una falacia. Pedirle al Estadoque no intervenga es malicioso y perverso, dado que es-tos señores intervienen e imponen su poder a los consu-midores, es decir, al conjunto del Pueblo.

Alguna vez, el General Perón afirmó que la econo-mía nunca es libre, sino que “o la controlan los mono-polios para ponerla a su servicio, o la controla el Estadopara ponerla al servicio del Pueblo”. Queda demostradoque, una vez más, Perón tenía razón.

Fernando Oviedo

Inflación y terrorismo económico

¿De dónde viene la inflación?

E C O N O M I C A S

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SUDESTADA 21

E D U C A C I O N

¿MERCANCIA O DERECHO?

Una disyuntiva de hierro

V enimos de más de una dé-cada de Ley Federal deEducación y de casi 30

años desde que la sangrienta Dicta-dura Militar argentina impusiera

“La educación es elmedio por el cual las

culturas retienen,trasmiten y hasta

promueven su pasado.Así, quien controla elsistema de educación

determina el pasado ocómo se ve a este tanto

como el futuro. Elmañana está en las

manos y en las mentesde quienes hoy están

siendo educados.”

Departamento de Estado de los

Estados Unidos,

Documentos de Santa Fe.

–terror y represión mediante– unaperversa política económica, cultu-ral y educativa; una política dedesnacionalización, apertura indis-criminada al capital extranjero, pri-vatizaciones, remate y desguace delEstado, que arrasó con derechos y

conquistas logrados por el pue-blo argentino en décadas de

lucha.

Estas políticas neoli-berales, inspiradas enel Consenso de Wa s-hington, fueron conti-nuadas y profun-dizadas por los sucesi-vos gobiernos demo-cráticos, llegando a supunto máximo de apli-cación en la década delos ´90.

La destrucción delas industrias y em-presas nacionales, laextranjerización delas más importantes,la concentración ale-vosa de producción yriqueza en pocas ma-nos tuvieron conse-cuencias que aún hoycontinúan a la vistade todos: crecimientode pobreza, indigen-

cia y desocupación a niveles nuncavistos en nuestro país, retirada y au-sencia del Estado de las áreas mássensibles (como Salud, SeguridadSocial, Educación, Vivienda e In-fraestructura) y su reemplazo poruna profunda e indiscriminada“oferta privada” al alcance de unospocos.

Ningún proceso de dominacióneconómica es posible sin un procesode dominación cultural. En efecto,en estos años también se extranjeri-zó y privatizó nuestro pensamientoy nuestra cultura. El paradigma neo-liberal en lo económico y neocon-servador en lo ideológico, con sudesacreditación de lo estatal, lo pú-blico, lo nacional y lo colectivo, ga-nó el consenso de amplios sectoresde nuestro pueblo, que tomaron co-

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mo válidas las ideas de que lo priva-do era mejor que lo estatal, que loextranjero era mejor que lo nacio-nal, que la competencia debía reem-plazar a la solidaridad y que lasalida era individual y no colectiva.

En Educación, la lógica de laglobalización neoliberal implicó suconcepción como mercancía y nocomo derecho social inalienable.Una educación pensada desde unalógica económica y que debía prepa-rar para las exigencias del mercado(trabajadores empleables, flexibles,adaptables y competitivos). Su ma-terialización en nuestro país fueron:la transferencia de los servicios na-cionales a las provincias, la Ley Fe-deral de Educación, la Ley deEducación Superior y el Pacto Fis-cal Educativo.

Esto ha sido un síntoma de “co-lonización pedagógica” que sigueoperando en la constitución de nues-tras subjetividades y, de algún mo-do, sigue impidiéndonos pensarnosdesde una cultura nacional.

La educación entendida y aplica-da como mercancía supuso también:

- Una importante incidencia deorganismos del FMI y el BancoMundial en la educación de nuestropaís a través del crédito y el finan-ciamiento,

- Fragmentación del sistemaeducativo en 24 subsistemas,

- Una política salarial regresivaque recién ahora comienza a rever-tirse,

- Centralización de los conteni-dos y la evaluación; descentraliza-ción del financiamiento.

- Una profunda crisis en la for-mación docente; mercantilización dela actualización y el perfecciona-miento docentes.

- Destrucción de la Escuela Téc-nica sobre la base de un proceso dedesindustrialización que deja comoconsecuencia la falta de técnicos ca-lificados para un desarrollo indus-trial soberano.

- Políticas sociales y educativasfocalizadas para cubrir los déficitsque el mismo modelo genera.

- Circuitos diferenciados de edu-cación: escuelas para ricos y escue-las para pobres.

En pocas palabras, la desapariciónde la educación como un derecho so-cial del pueblo y su destrucción siste-mática.

La aplicación de políticas neoli-berales encontró en Latinoaméricauna resistencia sostenida desde di-versos lugares. Aunque en nuestropaís no logró impedir algunas de sus

22 SUDESTADA

TASA DE REPITENCIAAlumnos de grado que se

matriculan como repitentes al añosiguiente (%)

Fuente: Ministerio de Educación,año 2002

consecuencias más nefastas, la resis-tencia popular, de la mano de las or-ganizaciones sociales y políticas, dedesocupados, sindicales, de jubila-dos, estudiantiles, de mujeres e inte-lectuales, tuvo su papel en esa etapa.

Una nueva educación para unnuevo momento

Las jornadas de diciembre de2001 son un hito de esa resistenciaal neoliberalismo. Expresaron la vo-luntad del pueblo argentino de cor-tar con ese modelo de exclusión. Laparticipación en la vida social y po-lítica de nuestro país comenzó a cre-cer y se multiplicaron las tareassolidarias. Aún falta organizar esaparticipación.

Hoy, junto al presidente NéstorKirchner se plantea una oportunidadhistórica para todos los argentinos.Enmarcada en un proceso de unidadlatinoamericana, se abre la posibili-dad de afianzar la construcción deun nuevo tipo de país soberano e in-dependiente. Algunos pasos dadosen este sentido en el área de educa-ción son medidas tales como lavuelta al régimen de jubilación paradocentes e investigadores, la deci-sión de poner en discusión la necesi-dad de una Ley de Financiamientoque eleve el presupuesto del 4 al 6%del PBI, la iniciativa de volver a te-ner una Ley de Educación Técnica yla novedosa experiencia de que losministerios trabajen codo a codo connuestras organizaciones sociales enprogramas tan importantes paranuestra patria como el de Alfabeti-zación de Jóvenes y Adultos. Esta-mos en un momento muy diferenteal de la década del ´90.

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SUDESTADA 23

E D U C A C I O N

Hoy nos proponemos recuperarel sentido de Nación y construir unproyecto de Educación Nacional yPopular. Tenemos que apostar a laparticipación para reafirmar que es-te es el rumbo, y que estamos dis-puestos a defenderlo y a aportar conideas y discusión.

No es una tarea sencilla. La he-rencia que nos dejó el neoliberalis-mo y sus consecuencias sonvisibles, también, en todo nuestrosistema educativo.

Según el último censo del IN-DEC, la Argentina tiene 767.027 per-sonas mayores de 15 años sinescolaridad (que nunca fueron a laescuela) y 3.695.830 que no termina-ron la primaria. La distribución geo-gráfica de estos índices reflejatambién las asimetrías regionalesexistentes en nuestro país. Son másaltos en el norte argentino, siendo laprovincia del Chaco la más perjudi-cada, y son menores en la Ciudad deBuenos Aires, el primer cordón delGran Buenos Aires y en la Patagonia.

La Ley Federal, que aún siguevigente, fue pensada para un paísdependiente, financiero y de servi-cios. Se abre la posibilidad de afian-zar un proyecto de país de otro tipo;donde el reemplazo de esta Ley por

otra y la implementación de otra po-lítica educativa no debe ser el frutodel trabajo de técnicos del gobiernoy de los legisladores solamente. De-bemos lograr que sea fruto de unproceso de debate realizado por lasociedad en su conjunto, promovidopor la misma sociedad, que tieneque participar en la elaboración deuna nueva política educativa para elnuevo proceso nacional que se abre.

Algunos ejes sobre los cualespodemos iniciar este proceso de dis-cusión que termine de sepultar alneoliberalismo en educación son:

- Reafirmación de la universali-dad del derecho a la educación. Sucarácter laico, gratuito y obligato-rio.

- Financiamiento con recursosgenuinos del Estado.

- Reconstrucción de un sistemaeducativo único para todo el país,en vías a superar la actual fragmen-tación.

- Fortalecimiento de la forma-ción y capacitación docente en elmarco de un modelo de EducaciónNacional y Popular.

TASA DE PROMOCION EFECTIVAAlumnos de un grado en un año, que sematriculan en el grado siguiente (en %)

Fuente: Ministerio de Educación, 2002

- Superación de las políticas fo-calizadas o compensatorias, y sureemplazo por una educación verda-deramente integradora.

- Construcción de redes que ga-ranticen la participación popular yque vuelvan a instalar la discusióneducativa y pedagógica en el pueblo.

La educación es una práctica po-lítica reveladora que no transformapor sí sola el mundo pero que es ne-cesaria para ello. Entendemos el pa-pel de los educadores vinculado avalorizar los conocimientos del pue-blo, a construir conciencia. Entende-mos la educación como práctica deliberación.

En ese camino debemos apostara una verdadera inclusión, una ma-yor redistribución de los recursos einsumos materiales y una mayor va-lorización, redistribución y apropia-ción de la cultura nacional. Para queel paso de los jóvenes por la escuelatenga la suficiente relevancia comopara convencernos de que estamosconstruyendo, desde ella, la patriaque anhelamos.

Por esto consideramos que debe-mos aportar a este nuevo procesoque se abre en nuestro país desde unmovimiento que incluya no sólo atodos los que trabajamos en educa-ción con vocación de cambio, sinotambién a todos los sectores que es-tamos dispuestos a participar paraincluir en la agenda educativa la dis-cusión sobre qué tipo de educación,para qué tipo de país queremos.

Jorge Pedro Colmán

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“Si el ideal de la PatriaGrande se posterga omuere, la causa de la

libertad está perdida”

Simón Rodríguez

El programa de alfabetizaciónmasiva de Venezuela, que yallegó a 1,4 millones de per-

sonas, tiene el “curioso” nombre de“Misión Robinson”, nombre que avarios millones de argentinos remiti-rá a un reality show. ¡Es así! Nosguste o no, es así. Y así es porque lainmensa mayoría de los argentinosignora que el más grande y abnega-do maestro de la América Latina, elvenezolano Simón Rodríguez, utili-zaba el seudónimo de Samuel Ro-binson. Y no lo saben por la sencillarazón de que el “gran maestro”, “elmaestro de América” es nada más ninada menos que el muy famoso Sr.Domingo Faustino Sarmiento. Por lotanto, como no puede haber dosnumber one, fue imprescindible ladesaparición absoluta de Simón Ro-dríguez de la historia argentina. Al-

24 SUDESTADA

E D U C A C I O N

EL OTROMAESTRO

Simón Rodríguez en tierra firme

las próximas generaciones. Rodrí-guez, en cambio, no pretende elimi-nar “lo popular”, sino elevarloculturalmente brindándole los ele-mentos que necesita para obtener unlugar adecuado en la sociedad pro-ductiva que se avecina. Las escuelasde artes y oficios que promovió entoda América y que dirigió perso-nalmente en el Alto Perú, cuandopasó a ser la República de Bolivia,muestran su deseo de que la educa-ción pública sea un vehículo de cre-cimiento social y no una herramien-ta de extinción de la identidad cultu-ral del pueblo. Las escuelas norma-listas de Sarmiento, en cambio,fueron las puntas de lanza que debe-rían homologar a la sociedad ameri-cana con la europea. La transfor-mación que preocupa al “loco” Sar-miento (como lo llamaban sus ene-migos) es la sustitución lisa y llanadel fondo cultural indo-hispano porel anglo-francés. A este formalismose reduce su progresismo. Y así si-guen los progresistas argentinosatrapados en los laberintos de lasformas.

Mariano Cabral

gún fiel escudero de Sarmiento quequiera salir a la palestra en su de-fensa podría decir que la brillanteluz del sanjuanino opacó (por la cer-canía) a la del venezolano. Perotambién se podría haber inventadouna vinculación entre Sarmiento,como amante de la educación públi-ca, y el ilustre maestro de Bolívar,con lo cual se le hubiera conferido aSarmiento una vinculación directacon las ideas de los libertadores.Hubiera sido mentira, pero eso seríalo de menos ya que no sería la pri-mera ni la más importante que se di-jera de Don Faustino para ensalzarsu figura.

Sarmiento y Rodríguez son dosfiguras antitéticas de nuestra Améri-ca. El primero es el típico intelec-tual en estado puro. Se mantuvotoda su vida incontaminado por lasexperiencias del pueblo, al cual des-preciaba. Indios, gauchos y todoslos tipos humanos que expresaran alas clases populares son para Sar-miento, lisa y llanamente, “la barba-rie”. No cree que haya en él nadanoble ni digno de ser transmitido a

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SUDESTADA 25

I N T E R N A C I O N A L E S

“(…) Las Naciones Unidas han agotado sumodelo y no se trata simplemente deproceder a una reforma. El siglo XXIreclama cambios profundos que sólo sonposibles con una refundación de estaorganización. Esto no sirve (…).

“(…) Nunca existieron armas dedestrucción masiva en Irak (…) y, sinembargo, y por encima de NacionesUnidas, Irak fue bombardeado, ocupado. Ycontinúa ocupado. Por eso proponemos aesta Asamblea que Naciones Unidas salgade un país que no es respetuoso con laspropias resoluciones de esta Asamblea.(…)

“Es práctica y éticamente inadmisiblesacrificar a la especie humana invocandode manera demencial la vigencia de unmodelo socioeconómico con una galopantecapacidad destructiva. Es suicida insistir endiseminarlo e imponerlo como remedioinfalible para los males de los cuales es,precisamente, el principal causante.

“Hace poco el señor Presidente de EstadosUnidos asistió a una reunión de laOrganización de Estados Americanos aproponerle a la América Latina y al Caribeincrementar las políticas de mercado, laapertura de mercado, es decir, elneoliberalismo, cuando esa esprecisamente la causa fundamental de losgrandes males y las grandes tragedias queviven nuestros pueblos: el capitalismoneoliberal. El Consenso de Washington loque ha generado es mayor grado de miseria,de desigualdad y una tragedia infinita a lospueblos de este continente.

“(…) Ahora aquí no se vota, ahora aquí se

aprueban documentos como estedocumento que yo denuncio a nombre deVenezuela, como írrito, nulo e ilegal. Seaprobó violando la normativa de lasNaciones Unidas, ¡no es válido estedocumento!, habrá que discutir estedocumento. El Gobierno de Venezuela lova a hacer conocer al mundo, pero nosotrosno podemos aceptar la dictadura abierta ydescarada en Naciones Unidas. Estas cosasson para discutirlas y para eso hago unllamado muy respetuoso, a mis colegas losJefes de Estado y los Jefes de Gobierno.

“Ahora me reunía con el presidente NéstorKirchner y bueno, yo sacaba el documento,(…) entregado cinco minutos antes, ¡sóloen inglés! (…) y se aprobó con unmartillazo dictatorial, que denuncio ante elmundo como ilegal, írrito, nulo e ilegítimo.

“(…) Si nosotros vamos a aceptar esto, esque estamos perdidos, ¡apaguemos la luz ycerremos las puertas y cerremos lasventanas! Sería lo último: que aceptemos ladictadura aquí en este salón.

“(…) Requerimos retomar cosas que sequedaron en el camino, como la propuestaaprobada en esta Asamblea en 1974 de unNuevo Orden Económico Internacional.(…) El Artículo 2 del texto de aquella cartaconfirma el derecho de los estados denacionalizar las propiedades y los recursosnaturales que se encontraban en manos deinversores extranjeros, proponiendoigualmente la creación de carteles deproductores de materias primas. (…)

“(…) Pero también resulta imprescindibleun nuevo orden político internacional. Nopermitamos que un puñado de países

Un criollo enNueva York

Lo mejor de Chávez Presidente de la

República Bolivariana

de Venezuela, Hugo

Chávez Frías;

Sexagésima Asamblea

General de la

Organización de

Naciones Unidas

(ONU); Nueva York,

Estados Unidos; 15 de

septiembre de 2005.

intente reinterpretar impunemente losprincipios del Derecho Internacional paradar cabida a doctrinas como la “GuerraPreventiva”. ¡Vaya que nos amenazan conla guerra preventiva!, y la llamada ahora“Responsabilidad de Proteger”, pero hayque preguntarse quién nos va a proteger,cómo nos van a proteger.

“(…) Estos son conceptos muy peligrososque van delineando el imperialismo, vandelineando el intervencionismo y tratan delegalizar el irrespeto a la soberanía de lospueblos.

“(…) En apenas siete años de RevoluciónBolivariana, el pueblo venezolano puedeexhibir importantes conquistas sociales yeconómicas [las enumera]. Todo esto enmedio de agresiones internas y externasque incluyeron un golpe militar facturadoen Washington, y un golpe petrolerofacturado también en Washington. Pese alas conspiraciones, a las calumnias delpoder mediático y la permanente amenazadel imperio y sus aliados, que hastaestimula el magnicidio. El único paísdonde una persona se puede dar el lujo depedir el magnicidio de un Jefe de Estado esEstados Unidos, como ocurrió hace pococon un reverendo llamado Pat Robertson,muy amigo de la Casa Blanca: pidiópúblicamente ante el mundo mi asesinato yanda libre, ¡ese es un delito internacional!,¡terrorismo internacional! (…)”

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26 SUDESTADA

I N T E R N A C I O N A L E S

E n 1898, los Estados Unidosinvadieron Puerto Rico,arrebatándolo al dominio

español. Intentos de liberación pos-teriores, como el de Pedro AlbizuCampos en 1937 fueron ahogadosen sangre por las tropas yanquis. Pe-ro aún hoy, aunque en minoría, exis-te en el casi estadounidense PuertoRico una resistencia al imperialismonorteño.

La libertad es enemiga del impe-rialismo y, evidentemente, de losgrandes medios de comunicación ar-gentinos que han acallado el si-guiente episodio.

El último 23 de septiembre, enHormigueros, Puerto Rico, fue ase-sinado por el FBI Filiberto OjedaRíos, portorriqueño nacido en abrildel año 1933 y General del EjércitoNacional Boricua, “Los Machete-ros”, patriotas portorriqueños queluchan por la independencia de supatria.

Ojeda Ríos había fundado en 1967el Movimiento Independentista Revo-lucionario Armado (MIRA). El grupofue descubierto por la policía durantelos años setenta, y Ojeda detenido.

La mano larga del FBI

ASESINATOEN PUERTORICO Una vez en libertad, funda el

Frente Armado de Liberación Na-cional (FALN), que a partir de 1977se llamó Ejército Popular Boricua.

En 1983 el Ejército Popular Bo-ricua asalta un camión de la compa-ñía de transporte de valores Wells &Fargo. El gobierno federal de Esta-dos Unidos lo encarcela, pero en1990 queda en libertad “bajo pala-bra”, con un dispositivo electrónicode ubicación en la pierna. En sep-tiembre de ese mismo año, Ojeda sequitó dicho dispositivo y lo dejó enla puerta del periódico independen-tista Claridad. Así comenzó su clan-destinidad.

Dio varias entrevistas a periodis-tas portorriqueños desde sus escon-dites, pero nunca fue hallado. Hastahace unos días, cuando fue conocidasu muerte en un operativo realizadopor el FBI. Los partidos políticosportorriqueños protestaron y exigenexplicaciones.

El FBI delimitó el perímetro dela zona del crimen, impidiendo asíla entrada o salida de cualquier per-sona, con excepción de sus agentes,claro. No pueden entrar ni la prensani los hombres del Departamento deJusticia de Puerto Rico.

El gobernador Aníbal Acevedofue informado 24 horas después deocurrido el episodio de que Ojeda

Ríos había muerto durante el tiroteo,habiendo recibido un disparo cerca desu clavícula derecha. Ni siquiera se lehabía advertido de que existía unoperativo para detener a Ojeda Ríos.

Los informes de la autopsia reve-lan que Ojeda murió luego de variashoras sin atención médica; habríapermanecido 24 horas desangrándoseen el lugar donde fue baleado al pa-recer por un francotirador, según losugiere la dirección del orificio debala. El FBI ha mantenido completocontrol del perímetro donde ocurrióeste asesinato y mantiene en secretosus circunstancias. Es evidente que laescena está siendo alterada.

Ante semejante asesinato políticoperpetrado por los supuestos guardia-nes de los derechos humanos mun-diales sólo puede caber laindignación patriótica de los portorri-queños. Efectivamente, los senti-mientos anti-estadounidenses se hanfortalecido. En las calles se escucha-ron gritos de “FBI asesino” y de“¡Unidad, unidad!”. En San Juan,centenares de personas siguieron elcortejo fúnebre de Filiberto OjedaRíos, uno de los más importantes lí-deres de la resistencia armada contrala dominación colonial del gobiernode los Estados Unidos sobre PuertoRico.

SUDESTADA le rinde su home-naje.

Patricia Sirvén

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SUDESTADA 27

Parlemos del QUECHUADice el Inca Garcilaso de la Vega en su libro

“Comentarios Reales” que “…Estando el In-ca en la provincia Charca, vinieron embaja-

dores del reino llamado Tucma, que los españolesllaman Tucumán... y puestos ante él le dijeron: ZapaInca Viracocha, la fama de las hazañas de los Incas,la rectitud e igualdad de su justicia, la bondad de susleyes... las grandes maravillas que tu padre el Solnuevamente ha hecho para ti, han penetrado hasta losúltimos fines de nuestra tierra... de las cuales grande-zas aficionados los curacas de todo el Reino Tucma,envían a suplicarte haya por bien de recibirlos pordebajo de tu imperio... ”.

Aunque Garcilaso no especifique en qué idioma serealizó esta entrevista, es lógico suponer que fue enquechua, idioma del imperio al cual esta embajada tu-cumanense aspiraba pertenecer y que, sin dudas, yaconocía por cuestiones comerciales y políticas. Pordistintos motivos, las naciones indígenas del Tucumántenían la necesidad de conocer, además de sus propiosidiomas, el quechua.

El Runa Simi, Quechua o Quichua, es una familialingüística que se extiende hoy por cuatro países suda-mericanos: Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina, conuna cantidad de hablantes que supera los 8 millones depersonas. En Argentina es la lengua nativa de 150.000personas, principalmente en la mesopotamia santia-gueña, ubicada entre los ríos Dulce (Mishki mayu) ySalado (Kachi mayu). Tuvo como cuna al valle delQosqo (Cusco), en el sur del actual Perú, donde entreel año 900 y el 1100 estuvo en contacto con el idiomaAymara, con el cual se han influenciado recíproca-mente.

Tupaq Yupanki, Inka entre 1470 y 1493, anexa alimperio la región valliserrana del actual Noroeste Ar-gentino. Así, según Ricardo Rojas, “el Inca... envió

C U L T U R A L E S

Escuchémoslas. Melancólicas lenguasde vida pasajera y muerte celebrada en

la América indígena. Conflictivaslenguas de pasiones místicas y carnales

en la España medieval y renacentista.¿Qué las une? ¿Qué sucede con una y

otra tradición cuando la energíasobrante de la España de la

Reconquista cruza los mares yconquista, ahora, las tierras de otra

civilización, a sangre y fuego perotambién a palabra y cruz?

Las une la lengua.

Carlos Fuentes

El Inca Garcilaso de la Vega

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sacerdotes a la nueva provincia, para enseñar allí lareligión oficial, y funcionarios quichuas instruyeron alos tucumanenses en las artes del idioma y la agricul-tura. Salcamayhua, al hablar de todas las huacas reu-nidas en el panteón del Cusco, menciona también alas del Tucumán, como provincia del imperio”, quecaerá en 1533 cuando los españoles bajo el mando deFrancisco Pizarro ejecutan al último Inka, Ataw Wall-pa, en Cajamarca, para luego tomar Cusco y saquearsus riquezas.

En la zona del actual noroeste argentinolos conquistadores se encontraron con losdiaguitas, pueblo integrado por tres gru-pos etno-lingüísticos, cada uno con undialecto diferente de la lengua cacana: lospular en Salta, los calchaquíes enTucumán y Catamarca, y hacia el sur, losdiaguitas que habitaban parte deCatamarca y La Rioja. El cacán se llegó autilizar también en Santiago del Estero,en San Juan y en el norte de Chile.No se conserva ninguna gramática del

cacán. Sin embargo, el padre Alonso de Barzana, intentó rescatar la lenguacacana. Su objetivo era predicar el Evangelio en el idioma de los naturales. Paraperpetuar esta lengua y facilitar el habla diaguita confeccionó una gramáticacacana, de la que existían al menos cinco ejemplares que se perdieron en la his-toria. Junto al padre Pedro Añasco compuso por 1590 preceptos gramaticales yvocabularios. También escribió doctrina cristiana, catecismo, homilías, ser-mones, confesionario y plegarias en cacán, pero nunca llegaron a ser publica-dos.Varios otros sacerdotes hablaron esta lengua, como por ejemplo los padres JuanRomero y Gaspar de Monroy, que llegaron a componer canciones devotas y uncatecismo en cacán para el año 1601. También había laicos que conocían elidioma de los diaguitas. Sin embargo, las sencillas grafías que hoy se poseen dela lengua cacana no son suficiente para conocer la representación de los sonidosreales de su pronunciación.

En 1543, los españoles, liderados por Diego deRojas, vienen con miles de yanaconas quechuahablan-tes reclutados en el Cusco. Fue el quechua el idiomaque permitió a los lenguaraces de Rojas entablar con-tacto con los habitantes de la región.

Al realizarse el Concilio de Trento, entre 1545 y1563, la Iglesia Católica, en tiempos de Paulo III, nosólo toma medidas referidas a lo puramente religioso–como condenar a las doctrinas de la Reforma protes-tante– sino que también se establece que los indígenasde América debían ser catequizados en sus propiosidiomas.

Así, el quechua terminó de afianzarse en el Tucu-mán precisamente gracias a la evangelización, ya quesi en Trento se hubiera decidido emplear el castellanocomo idioma evangelizador, el Runasimi y demásidiomas aborígenes probablemente hubieran desapare-cido en pocas décadas.

De esta manera, por el poder de la Iglesia en el Tu-cumán colonial se arraigaron el idioma Inkayko y la FeCatólica, en muchos casos sincretizada con la espiri-

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Cancha : de KANCHA, todo espacio cercado.Carancho: de QARANCHUCoca : de KUKA (erythroxylom coca lamb).Colla : de QOLLA, nombre de los habitantes delAltiplano de Bolivia y zonas contiguas deArgentina.Cumpa : de KHUNPA, amigo.Chacra: de CHAKRA, terreno cultivado, maizal.Charki: de CH‘ARKI, carne deshidratada al sol.Chaucha: de CHAWCHA.Chichi: voz derivada de CHUCHU, que tanto enel Quechua Boliviano como en el Aymara signifi-ca “teta”, “pecho de mujer”.Chinita: de CHINA, mujer joven de humildecondición social.Chirle: de CHIRLI, sustancia que no posee ladebida consistencia.Choclo: de CHOQLLO, mazorca del maíz tierno.Guagua: de WAWA, niño. Voz prácticamenteperdida, pero que aún se utiliza en el NOA.Guanaco: de WANAKU.Locro : de ROQRO.Macharse: de MACHAY =embriagarse.Morocha/cho: de MURUCHU, variedad de maiznegruzco. Por carácter extensivo, se llama“morocha” a aquella persona de piel oscura.

Ocote : deOQOTI = ano.Pampa: dePANPA = lla-nura.Paspa: dePHASPA =excoriaciónque el frío y elviento pro-ducen en lapiel.Pirca: dePIRKA = murorústico depiedra.Poncho: dePUNCHU.Poroto: de PURUTU (phaceolus lunatus).Pucho: de PUCHU = resto, sobrante.Pupo: de PUPUTI =ombligo.Tincazo: de T‘INKAY = capirotazo.Ojota: de USUT‘A ó HUSUT‘A.Vincha: deriva de WINCHA.Zapallo: de SAPALLU.

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tualidad aborigen, loque a su vez motivóque, en 1552, al reali-zarse el Primer Sínodode Lima, se obligara aquienes debían difundirla Doctrina Cristiana, aaprender quechua paradesempeñarse comopastores de almas. ElSegundo Concilio Li-mense estableció en1568 que los religiosos

que no tuvieran un buen dominio del quechua, seríancastigados económicamente. En 1580, con el objetivode lograr en los sacerdotes pormenorizados conoci-mientos de quechua, Felipe II ordena crear la cátedrade dicho idioma en la Universidad de los Reyes, sinque sea lícito la ordenación de sacerdotes que no cono-cieran debidamente la “lengua general de los indios”.Y en el Tercer Concilio de Lima, que tuvo lugar en1583, ya se habla de excomunión al sacerdote que noevangelizara en quechua, sin que pudiera alterar los re-zos y el catecismo quechua establecido en Lima.

Esta política eclesiástica produjo la desapariciónde los idiomas aborígenes del Noroeste argentino, co-mo así también el predominio del quechua –idiomaempleado por la gran masa popular– sobre el castella-no.

Es así que en 1635, el obispo Fray Melchor Mal-donado, desde San Miguel de Tucumán, sostiene queen nuestra región indios y españoles poco hablaban encastellano, como consecuencia de una mayor connatu-ralización con la “lengua general de los indios”, por loque los españoles se veían obligados a aprenderla parahacerse entender con quienes estuvieran a su servicio.Esto sirvió como antecedente para que en 1770, elBorbón Carlos IIIº, prohibiera el uso del quechua. Es-te triste hecho, seguido de otros factores, llevaría aque la lengua del Tawantinsuyu, estuviera práctica-mente extinguida cien años más tarde, en todo el No-roeste Argentino, con la excepción de Santiago delEstero.

Ernesto Damián Sánchez Arce

Edición de El Principitoen quechua

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Juana Azurduy Flor delAlto Perú

El 12 de julio de 1780 nace en las cercanías deChuquisaca Juana Azurduy. Hija de MatíasAzurduy, hombre de bienes y propiedades, y de

Eulalia Bermúdez, una chola de Chuquisaca. Pasó suinfancia entre la ciudad y el campo. Aquí aprendió amontar sin temor como el más osado de los hombres, aamar tanto a su tierra como a su gente y a curtir sucuerpo y su espíritu. A los 25 años de edad se casa consu vecino Manuel Ascencio Padilla.

La muerte la castigó desde pequeña. Cuando sólotenía 7 años muere su madre y al poco tiempo su padrecorre la misma suerte. Luego, a causa de vivir en cons-tante huida por la cruel geografía altoperuana, enfer-man y mueren sus primeros cuatro hijos. Más tardesufriría la muerte de su marido, quien daría la vida cu-briendo a Juana en una retirada, y de su más fiel ayu-dante y compañero, Juan Huallparrimachi.

Las charlas que Manuel sostenía con Moreno,Monteagudo, Castelli y otros hombres que estudiabanen la universidad de San Francisco Xavier, ubicada enCharcas, iban a ir influyendo en el pensamiento de lapareja. Allí se estudiaba a Victoria, Mariana y a Suárezentre otros. Este último sostenía que el poder no pasade Dios a los gobernantes si no es por medio del pue-blo, que la gente puede sacarle el poder al gobierno sieste no lo cumple bien o se transforma en tirano y se lopuede entregar a alguien más apto.

Padilla toma partido por la causa de la libertad alec-cionando indios para luchar contra los españoles y lue-go se le uniría Juana en Tarabuco, quien desde ahílucharía a su lado con valentía admirable. Comienza areclutar gente para la guerra y forma un batallón, al que

Préstame tu fusilque la revolución

viene oliendo a jazmín.

Félix Luna, “Juana Azurduy” (zamba musicalizada por Ariel Ramírez)

bautiza con el nombre de Leales. Los comanda en va-rias oportunidades como en las victorias de Badohon-do y Carachimayu o en la sufrida derrota del Cerro delas Carretas.

En las Pampas de Yamparáez, Padilla traba amis-tad con el cacique Cumbay, caudillo de los pueblosorientales de Santa Cruz. Este lo abastecerá de sucesi-vos contingentes de flecheros, lo que lo ayuda a reno-var sus batallones que merced a las bajas o a lossobornos disminuían constantemente.

El 5 de mayo de 1816 Juana vence en la batalla de“el Villar”, al frente de 30 fusileros criollos y 200 in-dios armados con hondas, palos y flechas. Gracias alvalor demostrado aquí y en otras batallas en las que sepresenta recibe dos premios: el grado de Teniente Co-ronela, por parte del gobierno de Buenos Aires y elprecio de diez mil pesos por su cabeza, el mismo ofre-cido por la de su marido, de parte de los godos.

Hay que reconocerle a los esposos Padilla y a losotros caudillos altoperuanos el gran papel que jugaronen la revolución, ya que obligaron a los españoles amovilizar tropas y tropas hacia el Alto Perú.

El 25 de mayo de 1809, cuando Juana y Manueldeciden luchar a favor de la libertad comenzarán a su-frir persecuciones que durarán hasta nuestros días, dealguna forma, gracias a la injusta historia oficial, queno los recuerda o lo hace sin darles el justo lugar quemerecen, junto a tantos hombres que lucharon durantemás de cien años. Nuestra es la tarea de levantar susnombres y rescatarlos para el campo nacional.

Lucas Bonello

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Homenajeen la CGT

H I S T O R I C A S

Pido a los Santos del CieloQue ayuden mi pensamiento:

Les pido en este momentoQue voy a cantar mi historia

Me refresquen la memoriaY aclaren mi entendimiento.

José Hernández,

“Martín Fierro”.

MemoriadelOdioEste año, en aras de la recupe-

ración de la memoria históri-ca, la Confederación General

del Trabajo ha efectuado una seriede actos recordando tres hitos delgorilismo criminal argentino. Se tra-ta del Bombardeo a Plaza de Mayo,la Revolución “Libertadora” y elGolpe del 76. Los primeros, calladossistemáticamente por la prensa.

Tras años de neoliberalismo,donde la historia se cuenta vaciadade contenido ideológico y político,la actual Secretaría de Derechos Hu-manos de la CGT, a cargo del com-pañero Julio Piumato, encara unaimportante tarea de recuperación dela memoria histórica.

El Peronismo ha sido, sin dudas,el sector político más castigado porla Dictadura del 76. Sin embargo, noha participado tradicionalmente enlos actos de repudio al golpe del 24de Marzo. De tal manera, los actosrealizados contra aquel hecho histó-rico lamentable quedaron paulatina-mente en manos de distintos sectores

que, en gran parte, durante esostiempos se habían escondido o, in-cluso, apoyado a Videla. Tal es elcaso del Partido Comunista, que fuesiempre una agencia diplomática dela Unión Soviética antes que un par-tido político y priorizó, entonces, elabastecimiento de cereales a laURSS, garantizado por el Proceso,sobre la vida de los argentinos pa-triotas que resistían a la dictadura.Esta ausencia del Peronismo en di-chos actos recordatorios comienza arevertirse gracias a la conciencia delMovimiento Obrero Organizado, co-lumna vertebral del dispositivo de li-beración nacional.

No se trata de meras conmemo-raciones, sino de un paso más en ladifícil tarea de construir una GranArgentina donde los niños sean losúnicos privilegiados y donde la ren-ta se distribuya, por lo menos, co-mo en el momento del derroca-miento del General: 50% del PBIpara la ganancia empresaria y 50%del PBI para la masa salarial; hoyesa relación es 80 a 20…

Compañeros, de ahora en más,en esas fechas funestas, dolorosas,los peronistas debemos estar –estu-diantes, trabajadores y gremialis-tas– unidos para repudiar a loscipayos y asesinos que, de izquier-da a derecha, intentaron eliminar anuestro movimiento para truncar elmodelo de país económicamente li-bre, políticamente soberano y conpleno desarrollo de la Justicia So-cial.

Gerardo Quattrocchi

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Sudestada recomienda

“Petróleo, Estado y Soberanía:hacia la empresa multiestatal latinoamericana de hidrocarburos”,

Editorial Biblos, Mayo 2005, Bs.As. Autor: Lic. Federico Bernal (1974), bioquímico y biotecnólogo, egresado de la UBA.Bisnieto del Ing. Enrique M. Hermitte, descubridor del petróleo en la Argentina, el 13 dediciembre de 1907.

Este libro es el primero en acompañar y dealguna manera también de anticipar, laspolíticas económicas y culturales enmar-cadas en un pensamiento latinoamericanosoberano, democrático-popular y antiim-perialista, cuyo pilar fundamental parte deconsiderar a la América latina como unaNación, retomando la ideología y elaccionar libertador del siglo XIX enrelación a los recursos naturales estratégi-cos (hidrocarburos), pero actualizándoloscon las políticas contemporáneas impul-sadas por los principales países de laregión. El autor, bisnieto del descubridordel petróleo en la República Argentina,revisa la historia petrolera argentina enrelación a YPF (¿Ineficiente o deliberada-mente saboteada? ¿Fiasco argentino oempresa modelo mundial?)y la fusionacon la latinoamericana.El producto final de la obra son una seriede propuestas y soluciones –algunas en

plena ejecución– en materia de hidrocar-buros que reivindican el papel del Estado yla importancia de actuar coordinadamenteen el marco de la ComunidadSudamericana de Naciones y el MERCO-SUR. En este sentido, la creación de unaempresa multiestatal latinoamericana dehidrocarburos, cómo lograrla y qué con-templar para un equitativo y justo accionarentre los países que la conforman, resumeperfectamente el propósito de la obra: laplena soberanía energética de Américalatina unida.De la lectura del libro se desprende que eléxito de las iniciativas políticas, económi-cas, energéticas, etc. en la región depen-derá de que abracen la concepciónunionista e independentista (bolivariana ysanmartiniana) de la América latina. Laexperiencia histórica de nuestros países asílo prueba.

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