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1 ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA INTRODUCCIÓN: LA PREGUNTA POR LA PERSONA HUMANA 1. EL HOBRE: UN SER QUE SE INTERROGA ¿Quién soy yo? Este interrogante, que ha inquietado al hombre de todas las épocas, hoy se plantea con mayor urgencia a todo el que quiera vivir su existencia de un modo verdaderamente humano. Nunca ha sido tan amplio y tan especializado como hoy el desarrollo de las ciencias del hombre: biología, fisiología, medicina, psicología, sociología, economía, política…, ciencias que intentan aclarar la complejidad de la vida humana. Pero esta maravillosa explosión científica está marcada de ambigüedad. El aumento vertiginoso de los conocimientos técnicos y científicos va acompañado de una creciente incertidumbre respecto a lo que constituye el ser profundo y último del hombre. Quizás estemos asistiendo actualmente a la más amplia crisis de identidad que ha atravesado nunca el hombre. El hombre ya no sabe quién es. La Antropología Teológica busca dar respuesta a esta pregunta, y puede hacerlo de dos maneras: a) Antropología desde dentro.- Esta ve al hombre desde su realidad constitutiva: Dios. Dios es su principio, su raíz su fundamento, su elemento constituyente, de manera que el hombre solo se entiende a sí mismo desde su realidad constitutiva más radical: Dios. Dios no es ajeno a la vida del hombre, no es un extraño. b) Antropología desde fuera.- Esta estudia a un hombre neutro, al hombre independientemente de Dios. Este esquema provoca la indiferencia religiosa, ya que en él el hombre no necesita a Dios para pensarse. Pero es un esquema erróneo. Es necesario hacer ver al hombre que Dios está en lo más

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1. 1 ANTROPOLOGA TEOLGICA INTRODUCCIN: LA PREGUNTA POR LA PERSONA HUMANA 1. EL HOBRE: UN SER QUE SE INTERROGA Quin soy yo? Este interrogante, que ha inquietado al hombre de todas las pocas, hoy se plantea con mayor urgencia a todo el que quiera vivir su existencia de un modo verdaderamente humano. Nunca ha sido tan amplio y tan especializado como hoy el desarrollo de las ciencias del hombre: biologa, fisiologa, medicina, psicologa, sociologa, economa, poltica, ciencias que intentan aclarar la complejidad de la vida humana. Pero esta maravillosa explosin cientfica est marcada de ambigedad. El aumento vertiginoso de los conocimientos tcnicos y cientficos va acompaado de una creciente incertidumbre respecto a lo que constituye el ser profundo y ltimo del hombre. Quizs estemos asistiendo actualmente a la ms amplia crisis de identidad que ha atravesado nunca el hombre. El hombre ya no sabe quin es. La Antropologa Teolgica busca dar respuesta a esta pregunta, y puede hacerlo de dos maneras: a) Antropologa desde dentro.- Esta ve al hombre desde su realidad constitutiva: Dios. Dios es su principio, su raz su fundamento, su elemento constituyente, de manera que el hombre solo se entiende a s mismo desde su realidad constitutiva ms radical: Dios. Dios no es ajeno a la vida del hombre, no es un extrao. b) Antropologa desde fuera.- Esta estudia a un hombre neutro, al hombre independientemente de Dios. Este esquema provoca la indiferencia religiosa, ya que en l el hombre no necesita a Dios para pensarse. Pero es un esquema errneo. Es necesario hacer ver al hombre que Dios est en lo ms profundo de su ser desde su constitucin, que lo est constituyendo desde dentro. Dice san Agustn: Tarde te am, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te am! Estabas dentro de m, pero yo estaba fuera, y fuera te andaba buscando1. La parbola del hijo prdigo (cf. Lc 15, 11-32) describe muy bien la situacin del hombre: la humanidad entera estaba en la casa del Padre en el principio. Ms tarde se rebela contra este y se marcha, pero en el principio no estaba fuera. 1 San Agustn de Hipona, Confesiones, X, 27, 38. 2. 2 2. SIGNIFICADO DE LA PREGUNTA Y EL SENTIDO DE LA VIDA Qu es el hombre? Se pueden dar muchas respuestas, pero ya la pregunta presenta verdades acerca de nuestra condicin: 2.1.- Distincin entre el hombre y los animales: El ser humano es capaz de preguntar, hay en l una singularidad especfica, marcada por el hecho mismo de preguntar: la capacidad intelectual, la capacidad para penetrar con la razn la verdad de las cosas. Solo pregunta aquel que busca, y busca porque tiene la intuicin de que puede encontrar lo que est buscando: en la bsqueda ya tiene el deseo de poder encontrar lo que busca. Por ejemplo, si en mi casa no hay calcetines, yo no le preguntar a mi madre dnde estn los calcetines. En la pregunta hay implcita una confianza en que se puede alcanzar la respuesta. 2.2.- La pregunta siempre va dirigida a alguien: Esta contiene siempre un t. Aparece en el horizonte un ser personal. Por ejemplo, en el caso de los calcetines, el t es mi madre. Cuando el ser humano tiene interrogantes se est abriendo al otro. Y en ese abrirse al otro aparece de manera espontnea la presencia de Dios. La pregunta nunca es hacia uno mismo: los bucles autorreferenciales no son sanos. La pregunta siempre va hacia afuera. Aparentemente las grandes preguntas van dirigidas a uno mismo, pero en realidad, con ellas el hombre est saliendo de s, porque quiere una respuesta. En la pregunta: quin soy yo?, el hombre est abriendo la puerta a la trascendencia. El nico ser que puede responder totalmente a mis interrogantes es un Ser pleno, personal. Quin es Cristo? La Palabra, el Logos. El hombre se pregunta porque tiene la confianza de que sus interrogantes sean contestados, si no, no se preguntara. El horizonte final de este interrogante humano es Cristo, que sale al encuentro del hombre como Palabra, para responderle. 2.3.- El hombre es un ser necesitado: El hecho de que la condicin humana est marcada por la pregunta coloca al hombre en la indigencia. El hombre no puede darse respuestas a s mismo, por eso se pregunta. La verdad del ser humano no est en la soberbia del corazn, sino la humildad. El que pregunta es el humilde. La persona que no pregunta, porque tiene todas las respuestas, es el soberbio. Pero esa no es la verdad del hombre: el soberbio es un hombre fracasado, no un hombre verdadero. Es muy saludable para la condicin humana el hecho de preguntar y manifestar la condicin indigente, necesitada, del ser humano: Hitler, Nietzsche, Stalin, eran hombres que no preguntaban, tenan todas las respuestas. Para hacer una antropologa desde dentro, vista desde su raz constitutiva, que es Dios, hace falta buscar en tres fuentes: la Creacin, la Palabra de Dios y el Magisterio. 3. 3 TEMA I.- LA REALIDAD COMO CREACIN 1. SINGULARIDAD DE LA VISIN CRISTIANA DE LO REAL Naturaleza = mundo = realidad = creacin: Esta es una visin creyente. Pero hoy en da existe mucha gente que no hace esta relacin. Para algunos, todo es accidente, fruto del azar. Para otros la materia es eterna. La realidad puede verse de distinta manera si se ve desde la fe o no. El modo propio de ver la realidad, el mundo, desde la fe, es la creacin. Hace cien aos, este problema no exista. Independientemente de las particularidades de cada fe, todo el mundo crea que el mundo surge de Dios o de los dioses. La visin cristiana de la realidad viene expuesta en el n 282 del Catecismo: La catequesis sobre la creacin reviste una importancia capital. Se refiere a los fundamentos mismos de la vida humana y cristiana: explicita la respuesta de la fe cristiana a la pregunta bsica que los hombres de todos los tiempos se han formulado: De dnde venimos?, adnde vamos?, cul es nuestro origen?, cul es nuestro fin?, de dnde viene y adnde va todo lo que existe? Las dos cuestiones, la del origen y la del fin, son inseparables. Son decisivas para el sentido y la orientacin de nuestra vida y nuestro obrar. Esta visin cristiana del mundo como creacin de Dios implica tambin el seoro absoluto de Dios sobre lo creado. Dios crea de la nada (ex nihilo) y es el Seor de todo. Si existiera algo antes de la creacin, no sera creado por Dios. Dios lo habra tomado para hacer el mundo, pero no sera suyo. Eso ira tambin en contra de su soberana libertad, porque implicara que estara obligado a usar la materia prima para formar el mundo. La creatio ex nihilo es una visin completamente nueva del mundo judeocristiano con respecto al mundo griego, que sostiene que de la nada nada sale. Para Aristteles, la materia prima es eterna. Esto implica que la realidad est sujeta a las leyes de un destino irremediable. Todo sucede inevitablemente. Por eso, los griegos presentan la realidad del mundo como una tragedia, donde la desgracia es inevitable: no se puede salir de ella. El mundo clsico grecolatino desconoce la esperanza, pues todo ocurre por necesidad. El cristianismo va a aportar una liberacin de la realidad y del hombre, un horizonte de esperanza. Cuando la fe juda en la creacin se expande con el cristianismo por toda la cuenca del Mediterrneo, hace depender al mundo, no de s mismo, ni del destino como fuerza impersonal, sino de un Ser supremo que lo sostiene, lo cuida y lo dirige. Las leyes de la naturaleza no lo conducen a un destino inevitable: Dios es el Garante de un destino de bien, un destino salvfico del hombre y de la naturaleza, que lo libera y le da esperanza. El hombre tampoco depende ya de unas leyes de la naturaleza soberanas e inmutables: Jesucristo resucitado, la multiplicacin de los panes o la resurreccin de Lzaro, son ejemplos de ruptura de las leyes de la naturaleza. Estas son obedientes a Dios, le estn sometidas. La resurreccin de los cuerpos es la ordenacin de cuanto existe a la voluntad soberana de Dios. En el episodio de Ezequiel y los huesos secos (Ez 37, 1-14) los muertos resucitan ante la orden de la Palabra soberana de Dios. 4. 4 La maravillosa revelacin divina de la creatio ex nihilo pone al hombre en su centro, como seor de todo: Dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra; que manden en los peces del mar y en las aves del cielo, en las bestias y en todas las alimaas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra (Gn 1, 26). Y como reafirmacin de este Seoro, lleva a todos los animales ante el hombre para que este les ponga nombre (cf. Gn 2, 19-20), accin que para la mentalidad semita implica tener dominio sobre ellos. Pero este don de Dios implica tambin una gran responsabilidad: el hombre debe cuidar la tierra: Tom, pues, el Seor Dios al hombre y lo dej en el jardn de Edn, para que lo labrase y cuidase (Gn 2, 15). Debe adems someterla: Despus los bendijo Dios con estas palabras: Sed fecundos y multiplicaos, henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta sobre la tierra (Gn 1, 28). Cuando una persona no tiene la visin de la creacin como obra de Dios, se relaciona con ella a modo de materia de transformacin. En cambio, cuando se contempla la realidad, la naturaleza, como una creacin maravillosa de Dios, aparece inmediatamente la conciencia del deber de cuidarla y preservarla, en tanto que don gratuito de Dios al hombre. Esta armona del hombre con la naturaleza la podemos observar en los monasterios y los lugares marianos. Siempre se establecen en lugares donde la naturaleza es bella. 2. LA CREACIN EN LA SAGRADA ESCRITURA De manera sinttica podramos afirmar que existen tres formas de comprensin de lo real, del universo, de todo cuanto existe: Creado.- Implica la existencia de un Dios transcendente creador. Emanado.- En esta visin la realidad se identifica con lo divino: Realidad = Dios. La realidad es una emanacin, un fluido procedente de Dios. Dios queda diluido en lo real. Materia eterna.- El universo ha existido siempre. La nocin bblica de la realidad es la creacin. Todo cuanto existe ha sido creado y en cuanto tal nos habla de su Creador. La obra de arte habla del artista: al contemplar un cuadro, la primera pregunta que surge es: Quin lo ha hecho? Tambin la creacin habla de su Creador, y no tiene sentido sin l. Es imposible explicar lo creado sin hacer referencia a su origen. La metodologa que usaremos a la hora de estudiar los textos bblicos, es no leerlos como literatura mitolgica, sino como la realidad que Dios ha querido revelar a los hombres para que estos se salven. En nuestro estudio bblico de la creacin veremos el libro del Gnesis. Existen dos peligros al leer este libro: a) Verlo como un mito.- Como si fuera un cuentecito inventado. Eso no es verdad: este libro contiene una verdad sustancial de la fe. 5. 5 b) Verlo como un libro de ciencia.- Hacer una lectura cosmolgica, Eso no es verdad tampoco. Durante mucho tiempo, los telogos han intentado ajustar los datos del Gnesis con los de la ciencia. Pero el Gnesis no es un libro de fsica, sino de fe. La Sagrada Escritura no se puede tomar como un libro de biologa o de historia. No se puede leer de manera esttica, como si fuera un libro de derecho, que parte de unos cnones, en los que todo se establece. Lo que contiene no es mentira, es la Verdad, una Verdad salvfica. A consecuencia de ciertas visiones parciales, reduccionistas e intelectualistas a la hora de interpretar las Escrituras aparecen los conflictos, las tensiones, como en el caso de Galileo. La Biblia es una experiencia orante de fe por parte de los autores sagrados. Cuando estos nos hablan de la creacin, lo hacen porque han hecho la experiencia de que Dios ha creado todo de la nada y es Seor de todo cuanto existe. A esto hay que aadir que los cristianos debemos hacer una lectura solidaria de la Biblia: existe una relacin entre todos sus libros. Esto nos permite leer la creacin en el Gnesis con una clave cristolgica: Al leer que Dios crea todas las cosas, hay que tener siempre en el horizonte a san Pablo: Todo fue creado por l y para El, l es el origen de todo y todo se mantiene en l (Col 1, 16 s). Esta unin profunda que existe entre todos los libros de la Sagrada Escritura se debe a dos razones: a) La Biblia entera es Palabra de Dios, es una verdad revelada por Dios al hombre para su salvacin. b) Esta verdad se revela a lo largo de una historia de salvacin, en la que Dios se va revelando a su pueblo de una forma progresiva, revelacin que culmina en Cristo. En esta historia de salvacin, el relato de la creacin, aunque aparece al principio de la Biblia, no es uno de los primeros enunciados de fe que formula y tematiza el pueblo de Israel. El primer dato de la fe en la eleccin de Dios, en su promesa, es Abraham: Mi padre era un arameo errante (Dt 26, 5). La fe en Dios creador se va gestando poco a poco en el pueblo de Israel, va madurando a lo largo de su historia, de forma que este no alcanza una visin clara de la idea de creacin de la nada hasta la amarga experiencia del destierro en Babilonia, en el siglo VI. Este es uno de los momentos ms difciles para Israel: ha perdido todo lo que lo identificaba como pueblo: la Tierra, el Rey y el Templo. Est al borde de la extincin. Ante esta situacin, el Gnesis aporta un mensaje de esperanza: Confiemos en Dios, pues l ha creado todo cuanto existe y no va a dejar que seamos aniquilados. De la misma manera que Dios cre todo de la nada, nos salvar a nosotros. De esta manera la conciencia de Dios como Creador soberano que se ha ido gestando a lo largo de la historia de Israel queda plasmada en los primeros captulos del Gnesis, verbalizada en el dato del Dios creador de la nada. 6. 6 Algunos autores, con un enfoque metodolgico errneo, defienden que como el texto no se escribe hasta el siglo VI, antes de ese momento el pueblo no tena fe en la creacin. Estos autores defienden que Israel recicla los mitos babilonios sobre el hombre modelado de arcilla. Pero la fe en la creacin ya exista antes: primero est la experiencia vital y luego aparece la tematizacin de esta. El pueblo de Israel no podra comprenderse sin la fe en Dios como Dueo y Seor de todo lo que existe. En Babilonia Israel va a contar con dos elementos que le servirn para verbalizar su experiencia de fe en Dios creador: a) Una experiencia vital de muerte y exterminio: Ante este acontecimiento la fe de Israel se tambalea. Est a punto de extinguirse, porque se mezcla con los babilonios, olvida la Ley y toma las costumbres y los dioses caldeos. Pero aparecen los profetas, anunciando que de la misma manera que Dios crea todo de la nada, tiene poder para recrear a Israel. Dios se revela a travs de ellos como Dueo y Seor. Hablan de los anawin, los pobres, el Pequeo Resto, el tocn del rbol talado que vuelve a crecer. b) Referencias culturales babilonias como material previo: El pueblo, en medio de su experiencia vital, escucha las cosmogonas babilonias (relatos mticos sobre el origen de la existencia). En la Epopeya de Gilgams la humanidad surge de manos de Aru, una diosa que modela al primer hombre de barro y sangre: l y Ella como padres de todos los pueblos. Ya hay una referencia del origen del hombre vinculado al barro, a la arcilla. Israel recoge los elementos literarios y crea un relato nuevo. Por tanto es falsa la creencia de que Israel recicla los relatos babilonios. Es verdad que toma las figuras, pero la narracin es nueva. Hay un material conocido: toma las figuras porque le son prximas, pero el enfoque es completamente distinto. Se distingue por ejemplo en la relacin del hombre con Dios. El famoso hombre de barro que aparece en la literatura extrabblica, es un hombre herido en la lucha contra los dioses, al que una diosa sana tomando barro de los cuatro puntos cardinales. En cambio, en el relato bblico, Dios no lucha contra el hombre, al contrario, se acerca a l, se preocupa por l: No es bueno que el hombre est solo (Gn 2, 18). Tambin se distingue por el hecho de la libertad. El hombre no ha sido creado para servir a los dioses. Ha sido creado por pura iniciativa soberana de Dios, por Amor, y por tanto, ha sido creado libre. Esto es una novedad revolucionaria con respecto a todos los textos mitolgicos que rodeaban a Israel, algo desconocido hasta entonces. Esto se debe a que el texto bblico de la creacin no es fruto de un intento humano de explicacin de la realidad, sino una Revelacin divina. 7. 7 2.1.- Tematizaciones de creacin en el Antiguo Testamento: La primera aparece histricamente en Gn 14, 18-19: Entonces Melquisedec, rey de Salem, present pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altsimo, y le bendijo diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altsimo, creador de cielos y tierra, y bendito sea el Dios Altsimo, que entreg a tus enemigos en tus manos! Y le dio Abram el diezmo de todo. Este texto no habla an explcitamente de creacin de la nada, pero hay un testimonio claro de una fe en Dios altsimo, Creador de cielos y tierra. El texto de la creacin todava no est compuesto, pero la fe veterotestamentaria en Dios creador ya est presente en la conciencia de Israel. 2.1.1.- Los libros profticos: El paso del henotesmo o monolatra (existen muchos dioses, pero solo Yahveh es digno de adoracin) al monotesmo (Yahveh es el nico Dios, Creador soberano de todo cuanto existe) se dio en Israel de una forma lenta y progresiva. Para ello fue fundamental la predicacin de los profetas. Estos presentan a Yahveh como el verdadero y nico Dios, un Ser personal y vivo con el que se comunican y en cuyo nombre hablan. a) Ams: Para Ams, Yahveh no solo es el Dios de Israel, sino el de todos los pueblos extranjeros (cf. Am 1, 3-15; 9, 7); del cielo y la tierra (cf. Am 5, 8; 7, 4; 8, 9). b) El Deuteroisaas: Pero es con los profetas del exilio, y particularmente con el Deuteroisaas, con los que se asienta popularmente la idea de un Dios nico y creador de todo. Ante la situacin del exilio en Babilonia, que lleva a Israel a pensar que su Dios le ha abandonado bajo el poder de sus enemigos, el Deuteroisaas trata de inculcar la fe en Yahveh y la esperanza de que volver a salvarle de nuevo: Is 49, 14.- Deca Sin: Yahveh me ha abandonado, el Seor se ha olvidado de m. Es el lamento del pueblo desterrado en Babilonia que se siente abandonado y olvidado por Dios. Is 51, 9-13.- Despierta, despierta, revstete de podero, oh brazo de Yahveh! Despierta como en los das de antao, igual que en las generaciones pasadas! No eres T el que parti a Rhab, el que atraves al Dragn? No eres T el que sec el Mar, las aguas del gran Ocano, el que troc en camino el lecho del mar para que pasasen los rescatados? Los redimidos de Yahveh volvern, entrarn en Sin entre aclamaciones, y habr alegra eterna sobre sus cabezas. Regocijo y alegra les acompaarn! Adis, el penar y los suspiros! Yo, 8. 8 Yo soy tu Consolador. Por qu tienes miedo del mortal, del hombre comparable al heno? Olvidaste a Yahveh, tu Hacedor, el que extendi los cielos y asent los cimientos de la tierra; y sentas pavor todo el da ante la furia del opresor, en cuanto se aplica a destruir. Dnde est esa furia del opresor? Dios se presenta como el Hacedor, que modela los Cielos y la Tierra, Dueo y Creador de todo cuanto existe, Consolador del pueblo en su destierro. Todava no ha sido escrito el relato de la creacin! Is 40, 8-13.- La hierba se seca, la flor se marchita, mas la Palabra de nuestro Dios permanece por siempre. Sbete a un alto monte, alegre mensajero para Sin; clama con voz poderosa, alegre mensajero para Jerusaln, clama sin miedo. Di a las ciudades de Jud: Ah est vuestro Dios. Ah viene el Seor Yahveh con poder, y su brazo lo sojuzga todo. Ved que su salario le acompaa, y su paga le precede. Como pastor pastorea su rebao: recoge en brazos los corderitos, los lleva en su regazo y trata con cuidado a las paridas. Quin midi a puados los mares o calcul a palmos la dimensin del cielo, o puso en una anega el polvo de la tierra? Quin pes con la romana los montes y los cerros con la balanza? Quin abarc el Espritu de Yahveh y le aconsej lo que haba de hacer? El texto comienza hablando de un Dios que como un Pastor cuida y protege a su pueblo, pero da un salto enorme, para presentarlo de manera indirecta como Dios creador, Dueo y Soberano de todo, provocando al hombre: Quin le aconsej lo que haba de hacer? Is 40, 21-28.- No lo sabais? No lo habais odo? No se os dijo desde un principio? No os lo dieron a entender desde que se fund la tierra? l habita en el orbe terrestre, sus habitantes le parecen saltamontes. l expande los cielos como un toldo, y los despliega como una tienda habitable. l aniquila a los tiranos, y reduce a la nada y a los gobernantes de la tierra. Apenas los han plantado, apenas sembrados, apenas arraiga en tierra su esqueje, cuando sopla sobre ellos y se secan, y el vendaval como tamo se los lleva. Con quin me asemejaris?, con quin me compararis?, dice el Santo. Alzad a lo alto los ojos y ved: quin ha creado estas cosas? El que hace salir por orden al ejrcito celeste, y llama a cada estrella por su nombre. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energa, no falta ni una. Por qu dices, Jacob, por qu andas hablando, Israel: Mi comportamiento est oculto a Yahveh, a Dios se le pasa mi derecho? No lo sabes, no lo has odo que Yahveh es un Dios eterno, creador de los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, su inteligencia es inescrutable. Yahveh como el Creador del cielo y de la tierra, Dios soberano cuya fuerza no tiene lmites. Ante la incomprensin del pueblo, que se siente abandonado por Dios, aparece una respuesta: Si Dios puede decidir el fin de todo es porque todo tiene en l su principio. l mantiene el cosmos en su orden. Su fuerza no tiene lmites y es capaz de aniquilar a los tiranos con un soplo de su boca. 9. 9 Is 45, 7-13.- Yo modelo la luz y creo la tiniebla, Yo hago la dicha y creo la desgracia, Yo soy Yahveh, el que hago todo esto. Destilad, cielos, como roco de lo alto, derramad, nubes, la victoria. brase la tierra y produzca salvacin, y germine juntamente la justicia. Yo, Yahveh, lo he creado. Ay de quien litiga con su Hacedor, la vasija de barro con quien la moldea! Dice la arcilla al alfarero: Qu haces?, o le acusa: Tu obra no est hecha con destreza?. Ay del que dice a su padre!: Qu has engendrado?, y a su madre: Qu has dado a luz?. As dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: Vais a pedirme seales acerca de mis hijos y a darme rdenes acerca de la obra de mis manos? Yo hice la tierra y cre al hombre en ella. Yo extend los cielos con mis manos y doy rdenes a todo su ejrcito. Yo le he suscitado2 para la victoria y he allanado todos sus caminos. l reconstruir mi ciudad y enviar a mis deportados sin rescate y sin recompensa, dice Yahveh Sebaot. Ante la queja de su pueblo, Yahveh responde de forma provocadora: Quin eres t para poner en duda mis designios? El texto muestra la trascendencia de Dios, creador de todo cuanto existe y hacedor del hombre. Sus planes son inescrutables para el hombre, comparado con una vasija en manos del alfarero. Pero al mismo tiempo da al hombre una respuesta, una promesa de salvacin y de justicia que se har patente con la llegada de Ciro, pero que es una creacin de Yahveh (cf. Is 41). San Jernimo, sustituyendo los trminos abstractos del hebreo justicia y salvacin por Justo y Salvador, presenta el texto en clave mesinica: Ciro es una prefiguracin de Cristo. Is 51, 3.- Cuando haya consolado Yahveh a Sin, haya consolado todas sus ruinas y haya trocado el desierto en Edn y la estepa en Paraso de Yahveh, regocijo y alegra se encontrarn en ella, alabanza y son de canciones. El Seor consuela a Sin, levanta sus ruinas, hace su desierto semejante a Edn, y su estepa a un jardn del Seor, habr gozo y alegra, resonar de canciones. La promesa de Dios permite a Israel mirar al futuro con esperanza. Dios los va a volver a llevar a Edn, al Paraso que cre en un principio para ellos, es decir, va a recrearlos. La creacin es presentada de forma escatolgica. El vnculo de unin entre la creacin y la escatologa es el designio salvfico de Dios. Dios no cre a su pueblo para la muerte, sino para la Vida. El verbo que el Deuteroisaas emplea para hablar de la creacin de Yahveh es (br), que significa cre (cf. Is 43, 18-19; 48, 6-8). Ya no se trata de un verbo que, como en los mitos babilnicos o en la accin del Demiurgo platnico, significa modelar. Es un verbo que significa crear algo sin contar con un elemento preexistente. Por eso habla tambin de crear por la Palabra. Yahveh llama a los cielos y estos comparecen ante l: S, es mi mano la que fundament la tierra y mi diestra la que extendi los cielos. Yo los llamo y todos se presentan. (Is 48, 13). 2 Se refiere a Ciro, Rey de Persia (cf. Is 41, 2), que permiti al pueblo volver a Jerusaln y reconstruir el Templo. 10. 10 El profeta exhorta a Israel a no tener miedo, porque su Dios es el que cre los cielos. Presenta pues la creacin como un acontecimiento salvfico. En Is 44, 24, Yahveh se presenta a s mismo como tu Salvador y tu Creador. c) Jeremas: Tambin Jeremas devuelve la esperanza a Israel basndose en el poder creador de Dios: Jr 31, 35-37.- As dice Yahveh, el que da el sol para alumbrar el da, y gobierna la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el mar y hace bramar sus olas, cuyo nombre es Yahveh Sebaot: Si estas normas llegasen a fallarme orculo de Yahveh tambin la prole de Israel dejara de ser para m nacin a perpetuidad. As dice Yahveh: Si pudieran medirse los altos cielos y sondearse las hondas bases de la tierra, entonces tambin Yo renegara de todo el linaje de Israel por todo cuanto hicieron orculo de Yahveh . En este texto la creacin est expresando la alianza de Dios con su pueblo. Aparece Dios como aquel que mantiene en su existencia a todo lo creado, y expresa la alianza en los siguientes trminos: mientras l siga manteniendo el mundo en la existencia, Israel seguir siendo su pueblo. Jr 32, 17-22.- Ay, Seor Yahveh! He aqu que T hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y tenso brazo: nada es extraordinario para ti, el que hace merced a millares, que se cobra la culpa de los padres a costa de los hijos que les suceden, el Dios grande, el Fuerte, cuyo nombre es Yahveh Sebaot, grande en designios y rico en recursos, que tiene los ojos fijos en la conducta de los humanos, para dar a cada uno segn su conducta y el fruto de sus obras; T que has obrado seales y portentos en Egipto, hasta hoy, y en Israel y en la humanidad entera, y te has hecho un nombre, como hoy se ve; y sacaste a tu pueblo Israel de Egipto con seales y prodigios y con mano fuerte y tenso brazo y con gran aparato, y les diste esta tierra que habas jurado dar a sus padres: tierra que mana leche y miel. En este texto aparece la relacin entre la creacin y la historia de la salvacin. Yahveh es el Dios grande y poderoso que por su poder cre todo cuanto existe y que cumple la alianza que jur a Israel al salir de Egipto dndole la Tierra Prometida. El recuerdo de los grandes prodigios obrados por Dios en el xodo es presentado como una promesa de liberacin para el pueblo. Dios, que los entrega en manos de sus enemigos a causa de sus pecados, es el Dios grande, el Fuerte, que igual que sac a Israel de Egipto en medio de grandes signos y prodigios. l liberar a su pueblo y le dar de nuevo una tierra. d) En sntesis: Podramos decir que la fe de Israel en la creacin, elaborada en el momento ms trgico de su historia, queda expresada en los siguientes puntos: La creacin est conectada con la esperanza escatolgica: Dios que nos cre nos salvar. 11. 11 Es presentada como expresin de la historia de la salvacin: El Dios que cre todo cuanto existe es el mismo que gua providentemente la historia de Israel. Est expresando la alianza: Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. As ser tu descendencia (Gn 15, 5). Dios que tiene poder para crear todas las estrellas del cielo dar a Abraham una descendencia incontable. La naturaleza entera, en tanto que creacin, est vinculada a la Palabra divina: Dijo Dios y existi. Todas las cosmogonas: babilonias, griegas, egipcias, hindes comienzan con un caos. En el texto bblico en el principio no est el caos, ni un destino o una ley inflexible, sino Dios. 2.1.2.- Los salmos: Los salmos son la oracin que brota de la contemplacin de la creacin: esta nos mueve a la alabanza, nos hace cantar a Dios. Para un israelita, la creacin entera forma parte de una oracin litrgica. En el Cntico de los tres jvenes (Dn 3, 52-90), un salmo maravilloso que se encuentra en el interior del Libro del profeta Daniel, el salmista, el hombre, es un maestro de ceremonias que invita a toda la creacin a bendecir al Seor. En algunos salmos, el salmista coloca a la creacin en plena accin litrgica de alabanza a Dios: Rezuman los pastos del pramo y las colinas se orlan de alegra, las praderas se cubren de rebaos y los valles se visten de mieses que aclaman y cantan (Sal 65, 13-14). Las mieses (los campos de cereales ya en fruto) estn secas, y al pasar el viento se mueven y silban. El salmista se queda maravillado porque descubre que con su movimiento y su sonido las mieses estn dando gloria a Dios, lo alaban y cantan para l. Veamos ahora algunos salmos que cantan la creacin de Dios: Salmo 8: Seor, Dios nuestro, qu glorioso es tu nombre en toda la tierra! T que asientas tu majestad sobre los cielos, por boca de chiquillos, de nios de pecho, cimientas un baluarte frente a tus adversarios, para acabar con enemigos y rebeldes. Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas que pusiste, qu es el hombre para que te acuerdes de l, el hijo de Adn para que de l te cuides? 12. 12 Apenas inferior a un dios lo hiciste, coronndolo de gloria y de esplendor; seor lo hiciste de las obras de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies: ovejas y bueyes, juntos, y hasta las bestias de campo, las aves del cielo, los peces del mar que circulan por las sendas de los mares. Seor, Dios nuestro, qu glorioso es tu nombre en toda la tierra! El salmista se asombra, se maravilla de la creacin, y, ante tanta hermosura y tanta grandeza, se pregunta: qu es el hombre? Busca un lugar para l. La respuesta es impresionante: el hombre es la cumbre, el centro de la creacin, Dios lo ha coronado de gloria y esplendor, lo ha hecho seor de lo creado y ha sometido todo bajo sus pies. Este salmo es anterior al relato del Gnesis, y ya el hombre es corona de la creacin. En el primer captulo del Gnesis, Dios va creando todo lo que existe, y el culmen es el hombre. Salmo 90: De Moiss, hombre de Dios. Seor, T has sido para nosotros un refugio de edad en edad. Antes de ser engendrados los montes, antes de que naciesen tierra y orbe, desde siempre hasta siempre T eres Dios. T devuelves al polvo a los hombres, diciendo: Volved, hijos de Adn!. Porque mil aos a tus ojos son un ayer que pas, una vigilia en la noche. T los sumerges en un sueo, a la maana son hierba que brota: brota y florece por la maana, por la tarde est mustia y se seca. Pues tu clera nos ha consumido, nos ha anonadado tu furor. Has puesto nuestras culpas ante ti, nuestros secretos a la luz de tu rostro. Bajo tu clera declinan todos nuestros das, como un suspiro consumimos nuestros aos. 13. 13 Vivimos setenta aos, ochenta con buena salud, mas son casi todos fatiga y vanidad, pasan rpido y nosotros volamos. Quin entiende el golpe de tu ira?, quin percibe la fuerza de tu clera? Ensanos a contar nuestros das, para que entre la sabidura en nuestro corazn! Vuelve, Seor! Hasta cundo? Ten compasin de tus siervos. Scianos de tu amor por la maana, y gozaremos y cantaremos de por vida. Algranos por los das que nos humillaste, por los aos en que conocimos la desdicha. Que tus siervos vean tu accin, y tus hijos tu esplendor! La dulzura del Seor sea con nosotros! Consolida T la accin de nuestras manos! El salmo habla de la caducidad del hombre: T devuelves al polvo a los hombres diciendo: Volved, hijos de Adn. Esa referencia al polvo aparecer tambin en Gn 3, 19: Comers el pan con el sudor de tu rostro hasta que vuelvas al suelo, pues de l fuiste tomado, porque eres polvo y al polvo tornars. Aparecer tambin en el relato yahvista de la creacin del hombre: Entonces Yahveh Dios form al hombre con polvo del suelo e insufl en sus narices aliento de vida, y result el hombre un ser viviente (Gn 2, 7). Frente a la caducidad del hombre, el salmo presenta la grandeza de Dios soberano, que no est condicionada por nada. Crea al hombre de la nada y lo levanta del polvo. Salmo 136: Aleluya! Dad gracias al Seor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor. Dad gracias al Seor de los seores, porque es eterno su amor. Al nico que ha hecho maravillas, porque es eterno su amor. Al que hizo el cielo con sabidura, porque es eterno su amor. Al que asent la tierra sobre las aguas, porque es eterno su amor. Al que hizo las grandes lumbreras, porque es eterno su amor; el sol para regir el da, porque es eterno su amor; luna y estrellas que rigen la noche, porque es eterno su amor. 14. 14 Al que hiri en sus primognitos a Egipto, porque es eterno su amor; y sac a Israel de entre ellos, porque es eterno su amor; con mano fuerte y tenso brazo, porque es eterno su amor. Al que parti en dos el Mar de los Juncos, porque es eterno su amor; e hizo pasar por medio a Israel, porque es eterno su amor; y hundi en l al faran con sus huestes, porque es eterno su amor. Al que guio a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor. Al que hiri a grandes reyes, porque es eterno su amor; y dio muerte a reyes poderosos, porque es eterno su amor; a Sijn, rey de los amorreos, porque es eterno su amor; y a Og, rey de Basn, porque es eterno su amor. Y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor; en herencia a su pueblo Israel, porque es eterno su amor. Al que se acord de nosotros, humillados, porque es eterno su amor; y nos libr de nuestros adversarios, porque es eterno su amor. Al que da pan a todo viviente, porque es eterno su amor. Dad gracias al Dios de los cielos, porque es eterno su amor! Este es un salmo de alabanza. Habla de la creacin y de la naturaleza y de cmo esta hace referencia a Dios como a su Creador soberano. La contemplacin de la naturaleza nos habla de Dios creador y de la Soberana divina. La belleza de la creacin nos abre los poros hacia la Soberana creadora de Dios. Podemos ver en los salmos que la fe bblica en la creacin no empieza cuando se componen los relatos, sino que estos son el culmen de una fe transmitida a lo largo de los aos y presente ya en otros escritos. 2.1.3.- Los libros sapienciales: Tras los esbozos que aparecen en los profetas y en los salmos, los libros sapienciales aportan a la tematizacin de la creacin dos rasgos importantes: a) La fe bblica comienza a expresarse en trminos del pensamiento heleno, usando una nueva terminologa y concepcin del mundo, concepcin que algunos autores consideran dualista, sobre todo en el Libro de la Sabidura. El autor de este libro pone en confrontacin directa el pensamiento judo con el helenismo, manejando unas categoras que no domina, y que a veces traicionan su pensamiento autntico (cf. 9, 15; 11, 17), pero que resultan desmentidas por el conjunto de los pasajes del libro. 15. 15 La ltima parte del libro (captulo 19) rememora la salvacin de Israel de manos de Egipto. Se vuelve as a la idea nuclear de la teologa veterotestamentaria de la creacin: La creacin es preludio, marco y fundacin de la alianza. As el autor acaba testimoniando la honda raigambre bblica de su pensamiento. b) Se expresa la creacin en trminos de orden y medida. Dios crea con inteligencia, por lo que hay una sabidura intelectiva en todo cuanto existe. El orden y la medida que posee la Creacin tiene su origen en Dios y conducen hacia l a la inteligencia creada, es decir, al hombre. La literatura sapiencial surge a partir del siglo IV a. C., encontrando su pleno desarrollo en el II a. C. Est muy influida por el contexto heleno que domina el Mediterrneo: Alejandro Magno conquista toda la cuenca del Mediterrneo imponiendo la cultura griega por doquier. El paradigma de la vida para la cultura griega es la sabidura. En Israel se impone tambin la cultura griega. Los griegos afirman que la sabidura es la plenitud del hombre, y ridiculizan a Israel y a sus costumbres. Frente a esta invasin pagana, el pueblo hebreo reacciona defendiendo la verdadera Sabidura, superior a la sabidura simplemente humana de los griegos: la Sabidura de la Tor. En los libros sapienciales la Sabidura divina va a aparecer como la fuente de la que mana toda sabidura. Ella es la que crea orden y medida. Por eso aparecern elementos de medida a la hora de presentar la creacin. Veamos algunos textos: Job 28, 12-28.- Mas la Sabidura, de dnde viene?, cul es la sede de la Inteligencia? Ignora el hombre su sendero, no se le encuentra en la tierra de los vivos. Dice el Abismo: No est en m, y el Mar: No est conmigo. No se puede dar por ella oro fino, ni comprarla a precio de plata, ni evaluarla con el oro de Ofir, el gata preciosa o el zafiro. No la igualan el oro ni el vidrio, ni se puede cambiar por vaso de oro puro. Corales y cristal ni mencionarlos, mejor es pescar Sabidura que perlas. No la iguala el topacio de Kus, ni con oro puro puede evaluarse. Mas la Sabidura, de dnde viene?, cul es la sede de la Inteligencia? Se oculta a los ojos de todo ser viviente, se hurta a los pjaros del cielo. La Perdicin y la Muerte dicen: De odas sabemos su renombre. Solo Dios su camino ha distinguido, solo l conoce su lugar. (Porque l otea hasta los confines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos.) Cuando dio peso al viento y afor las aguas con un mdulo, cuando a la lluvia impuso ley y un camino a los giros de los truenos, entonces la vio y le puso precio, la estableci y la escudri. Y dijo al hombre: Mira, el temor del Seor es la Sabidura, huir del mal, la Inteligencia. Frente a la supuesta sabidura del hombre, de los filsofos, Job afirma que el hombre no conoce su camino. La Sabidura no procede del hombre, no se puede adquirir ni comprar: es preciosa, pero no es un bien material, no reside en la materia. El nico que conoce la sabidura es Dios, porque l es su origen, l es el que ha mensurado, ha dado lmites a todo lo que 16. 16 existe, al mar, a los cielos. La verdadera sabidura no es la humana, la de los filsofos, sino el Temor de Dios. El hombre piadoso, en el que reside la Sabidura de Dios, ese es el verdadero sabio. Eclesistico 24, 3-6.- Yo sal de la boca del Altsimo, y cubr como niebla la tierra. Yo levant mi tienda en las alturas, y mi trono era una columna de nube. Sola recorr la redondez del cielo, y por la hondura de los abismos pase. Las ondas del mar, la tierra entera, todo pueblo y nacin era mi dominio. La Sabidura aparece como un Ser espiritual, est personificada, tiene una cierta entidad. Los Santos Padres vern ms tarde en ella al Espritu Santo. Proverbios.- 3, 19-20.- Con la Sabidura fund Yahveh la tierra, consolid los cielos con inteligencia; con su ciencia se abrieron los ocanos y las nubes destilan el roco. Todo cuanto ocurre obedece a la Sabidura de Dios, al designio divino. Job 38, 1 42, 6: Yahveh respondi a Job desde el seno de la tempestad y dijo: Quin es este que empaa el Consejo con razones sin sentido? Cie tus lomos como un bravo: voy a interrogarte, y t me instruirs. Dnde estabas t cuando fundaba Yo la tierra? Indcalo, si sabes la verdad. Quin fij sus medidas?, lo sabras?, quin tir el cordel sobre ella? Sobre qu se afirmaron sus bases?, quin asent su piedra angular, entre el clamor a coro de las estrellas del alba y las aclamaciones de todos los Hijos de Dios? Quin encerr el mar con doble puerta cuando del seno materno sala borbotando; cuando le puse una nube por vestido y del nubarrn hice sus paales; cuando le trac sus linderos y coloqu puertas y cerrojos? Le dije: hasta aqu llegars, no pasars, aqu se estrellar el orgullo de tus olas. Has mandado, una vez en tu vida, a la maana, has asignado a la aurora su lugar, para que agarre a la tierra por los bordes y de ella sacuda a los malvados? Ella se trueca en arcilla de sello, se tie lo mismo que un vestido. Se quita entonces su luz a los malvados, y queda roto el brazo que se alzaba. Has penetrado hasta las fuentes del mar?, has circulado por el fondo del Abismo? Se te han mostrado las puertas de la Muerte?, has visto las puertas del pas de la Sombra? Has calculado las anchuras de la tierra? Cuenta, si es que sabes, todo esto. Por dnde se va a la morada de la luz?, y las tinieblas, dnde tienen su sitio?, para que puedas llevarlas a su trmino, guiarlas por los senderos de su casa. Si lo sabes, es que ya habas nacido entonces, y bien larga es la cuenta de tus das! Has llegado a los depsitos de nieve? Has visto las reservas de granizo que yo guardo para el tiempo de angustia, para el da de batalla y de combate? Por qu camino se reparte la luz, o se despliega el solano por la tierra? Quin abre un canal al aguacero, a los giros de los truenos un camino, para llover sobre tierra sin hombre, sobre el desierto donde no hay un alma, para abrevar a las soledades desoladas y hacer brotar en la estepa hierba verde? Tiene padre la lluvia?, quin engendra las gotas de roco? De qu seno sale el hielo?, quin da a luz la escarcha del cielo, cuando las aguas se aglutinan como piedra y se congela la superficie del abismo? Puedes t anudar los lazos de las Plyades o desatar las 17. 17 cuerdas de Orin? Haces salir la Corona a su tiempo?, conduces a la Osa con sus cras? Conoces las leyes de los Cielos?, aplicas su fuero en la tierra? Levantas tu voz hasta las nubes?, la masa de las aguas, te obedece? A tu orden los relmpagos parten, dicindote: Aqu estamos? Quin puso en el ibis la sabidura?, quin dio al gallo inteligencia? Quin tiene pericia para contar las nubes?, quin inclina los odres de los cielos, cuando se aglutina el polvo en una masa y los terrones se pegan entre s? Cazas t acaso la presa a la leona?, calmas el hambre de los leoncillos, cuando en sus guaridas estn acurrucados, o en los matorrales al acecho? Quin prepara su provisin al cuervo, cuando sus cras gritan hacia Dios, cuando se estiran faltos de comida? Sabes cundo hacen las rebecas sus cras?, has observado el parto de las ciervas?, has contado los meses de su gestacin?, sabes la poca de su alumbramiento? Entonces se acurrucan y paren a sus cras, echan fuera su camada. Y cuando ya sus cras se hacen fuertes y grandes, salen al desierto y no vuelven ms a ellas. Quin dej al onagro en libertad y solt las amarras del asno salvaje? Yo le he dado la estepa por morada, por mansin la tierra salitrosa. Se re del tumulto de las ciudades, no oye los gritos del arriero; explora las montaas, pasto suyo, en busca de toda hierba verde. Querr acaso servirte el buey salvaje, pasar la noche junto a tu pesebre? Atars a su cuello la coyunda?, rastrillar los surcos tras de ti? Puedes fiarte de l por su gran fuerza?, le confiars tu menester? Ests seguro de que vuelva, de que en tu era allegue el grano? El ala del avestruz, se puede comparar al plumaje de la cigea y del halcn? Ella en tierra abandona sus huevos, en el suelo los deja calentarse; se olvida de que puede aplastarlos algn pie, o cascarlos una fiera salvaje. Dura para sus hijos cual si no fueran suyos, por un afn intil no se inquieta. Es que Dios la priv de sabidura, y no le dot de inteligencia. Pero en cuanto se alza y se remonta, se re del caballo y su jinete. Das t al caballo la bravura?, revistes su cuello de tremolante crin? Le haces brincar como langosta? Terror infunde su relincho altanero! Piafa de jbilo en el valle, con bro se lanza al encuentro de las armas. Se re del miedo y de nada se asusta, no retrocede ante la espada. Va resonando sobre l la aljaba, la llama de la lanza y el dardo. Hirviendo de impaciencia la tierra devora, no se contiene cuando suena la trompeta. A cada toque de trompeta responde con relinchos, olfatea de lejos el combate, las voces de mando y los clamores. Acaso por tu acuerdo el halcn emprende el vuelo, despliega sus alas hacia el sur? Por orden tuya se remonta el guila y coloca su nido en las alturas? Pone en la roca su mansin nocturna, su fortaleza en un picacho. Desde all acecha a su presa, desde lejos la divisan sus ojos. Sus cras lamen sangre; donde hay muertos, all est. Y Yahveh se dirigi a Job y le dijo: Tiene ms que decir el censor de Shadday? Que responda el acusador de Dios! . Job respondi a Yahveh: He hablado a la ligera: qu replicar? Mejor si me tapo la boca con la mano. Habl una vez, no responder; dos veces y nada aadir . Yahveh respondi a Job desde el seno de la tempestad y dijo: Si eres valiente, cete los lomos: voy a preguntarte y t me instruirs. De verdad quieres violar mi derecho, condenarme para quedar absuelto? Tienes un brazo t como el de Dios?, truena tu voz 18. 18 como la suya? Cete pues de majestad y de grandeza, revstete de gloria y de esplendor! Derrama la explosin de tu clera, con una mirada humilla al arrogante! Con una mirada abate al orgulloso, aplasta en el sitio a los malvados! Hndelos juntos en el suelo, cierra sus rostros en el calabozo! Y yo mismo te rendir homenaje, por la victoria que te da tu diestra! Mira a Behemot, criatura ma, como t. Se alimenta de hierba como el buey. Mira su fuerza en sus riones, en los msculos del vientre su vigor. Atiesa su cola igual que un cedro, los nervios de sus muslos se entrelazan. Tubos de bronce son sus vrtebras; sus huesos, como barras de hierro. Es la primera de las obras de Dios: su autor le procur su espada; los montes le aportan un tributo, y todas las fieras que retozan en ellos. Bajo los lotos se recuesta, en escondite de caas y marismas. Los lotos le recubren con su sombra, los sauces del torrente le rodean. Si el ro va bravo, no se inquieta, firme est aunque un Jordn le llegue hasta la boca. Quin, pues, podr prenderle por los ojos, taladrar su nariz con punzones? Y a Leviatn, le pescars t a anzuelo, sujetars con un cordel su lengua? Hars pasar por su nariz un junco?, taladrars con un gancho su quijada? Te har por ventura largas splicas?, te hablar con timidez? Pactar contigo un contrato de ser tu siervo para siempre? Jugars con l como con un pjaro, o lo atars para juguete de tus nias?, traficarn con l los asociados?, se le disputarn los mercaderes? Acribillars su piel de dardos?, clavars con el arpn su cabeza? Pon sobre l tu mano: al recordar la lucha no tendrs ganas de volver! Sera vana tu esperanza porque su vista sola aterra! No hay audaz que lo despierte, y quin podr resistir ante l? Quin le hizo frente y qued salvo? Ninguno bajo la capa de los cielos! Mencionar tambin sus miembros, hablar de su fuerza incomparable. Quin rasg la delantera de su tnica y penetr en su coraza doble? Quin abri las hojas de sus fauces? Reina el terror entre sus dientes! Su dorso son hileras de escudos que cierra un sello de piedra. Estn apretados uno a otro, y ni un soplo puede pasar entre ellos. Estn pegados entre s y quedan unidos sin fisura. Echa luz su estornudo, sus ojos son como los prpados de la aurora. Salen antorchas de sus fauces, chispas de fuego saltan. De sus narices sale humo, como de un caldero que hierve junto al fuego. Su soplo enciende carbones, una llama sale de su boca. En su cuello se asienta la fuerza, y ante l cunde el espanto. Son compactas las papadas de su carne: estn pegadas a ella, inseparables. Su corazn es duro como roca, resistente como piedra de molino. Cuando se yergue, se amedrentan las olas, y las ondas del mar se retiran. Le alcanza la espada sin clavarse, lo mismo la lanza, jabalina o dardo. Para l el hierro es solo paja, el bronce, madera carcomida. No le ahuyentan los disparos del arco, cual polvillo le llegan las piedras de la honda. Una paja le parece la maza, se re del venablo que silba. Debajo de l tejas puntiagudas: un trillo que va pasando por el lodo. Hace del abismo una olla borbotante, cambia el mar en pebetero. Deja tras s una estela luminosa, el abismo dirase una melena blanca. No hay en la tierra semejante a l, que ha sido hecho intrpido. Mira a la cara a los ms altos, es rey de todos los hijos del orgullo . Job respondi a Yahveh: Me doy cuenta que todo lo puedes, que eres capaz de cualquier proyecto. Era yo el que empaaba tu designio con razones sin sentido. S, habl sin pensar de maravillas que me superan y que ignoro. 19. 19 (Escucha, deja que Yo hable: voy a interrogarte y t me instruirs.) Yo te conoca solo de odas, mas ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto y me arrepiento en el polvo y la ceniza . Esta percopa es todo un desarrollo de la medida, el orden, la razn divina. Job pide explicaciones a Dios y este le responde: Como Yo no s lo que tengo que hacer, voy a preguntarte y t me dirs. Tiraste t el cordel del mundo? Esta es una imagen plstica de carcter antropomrfico. Se presenta a Dios como si fuera un albail que marca la medida para hacer el mundo. Dios aparece tambin como el que mantiene todo en la existencia, de ah el reproche a Job: Has diseado t el ciclo de la naturaleza? 2.1.4.- El Segundo libro de los Macabeos: La creatio ex nihilo: No podemos pasar al siguiente punto sin hacer referencia al Segundo Libro de los Macabeos, que nos presenta un texto esencial, el colofn final de la tematizacin de la fe israelita en Dios creador de todo. El contexto, del que ya hemos hablado, es el proceso de helenizacin de toda la Cuenca del Mediterrneo iniciado por Alejandro Magno, quien impone la cultura helnica en todo el imperio. Israel se acompleja de su propia fe. Antoco IV Epfanes llev hasta el lmite este afn helenizador: ridiculiz a Israel y a sus costumbres, oblig a todo el mundo a adoptar la cultura griega e incluso mand colocar una estatua de Zeus Olmpico en el Templo de Jerusaln, en el lugar del Sancta Sanctorum. En medio de esta persecucin, siete hermanos son apresados junto con su madre y torturados por orden del rey para obligarles a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Durante la tortura de sus hijos, la madre les exhortaba a perseverar en la fe dicindoles: Yo no s cmo aparecisteis en mis entraas, ni fui yo quien os regal el espritu y la vida, ni tampoco organic yo los elementos de cada uno. Pues as el Creador del mundo, el que model al hombre en su nacimiento y proyect el origen de todas las cosas, os devolver el espritu y la vida con misericordia, porque ahora no miris por vosotros mismos a causa de sus leyes. Antoco crea que se le despreciaba a l y sospechaba que eran palabras injuriosas. Mientras el menor segua con vida, no solo trataba de ganarle con palabras, sino hasta con juramentos le prometa hacerle rico y muy feliz, con tal de que abandonara las tradiciones de sus padres; le hara su amigo y le confiara altos cargos. Pero como el muchacho no le haca ningn caso, el rey llam a la madre y la invit a que aconsejara al adolescente para salvar su vida. Tras de instarle l varias veces, ella acept el persuadir a su hijo. Se inclin sobre l y burlndose del cruel tirano, le dijo en su lengua patria: 20. 20 Hijo, ten compasin de m que te llev en el seno por nueve meses, te amamant por tres aos, te crie y te eduqu hasta la edad que tienes (y te aliment). Te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra y, al ver todo lo que hay en ellos, sepas que a partir de la nada (ex nihilo) lo hizo Dios y que tambin el gnero humano ha llegado as a la existencia. No temas a este verdugo, antes bien, mostrndote digno de tus hermanos, acepta la muerte, para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en la misericordia (2M 7, 22-29). La madre hace una doble referencia a la creacin: primero a la creacin personal de sus hijos y luego a la creacin entera, que Dios cre de la nada. Afirma que ella no hizo nada, ni sabe cmo llegaron a este mundo, pero tiene fe (v. 29) en que Dios los devolver a la vida. Se conecta creacin con salvacin, Dios aparece como Alfa y Omega. Se vincula la esperanza en la Vida eterna a la creacin: Dios tiene poder para devolverte la vida, porque ya te la ha dado una vez. En 2M 7, 28 es la primera vez que aparece el trmino ex nihilo, que luego se har clsico en la teologa. Dios crea todo de la nada. Cuando los cristianos tienen que discutir con los filsofos griegos sobre la creacin (los griegos defendan la eternidad de la naturaleza), los cristianos usarn la expresin creatio ex nihilo. 2.1.5.- Los relatos de la creacin: Tenemos dos relatos de la creacin distintos porque pertenecen a dos tradiciones distintas: Gn 1, 1 2, 4a se corresponde con la fuente sacerdotal. Gn 2, 4b-25 se corresponde con la tradicin yahvista. La fe bblica en la creacin ha tenido distintas expresiones, tematizaciones, recorridos. Exista un material previo presente en las tradiciones de las distintas tribus, que expresaba de formas diversas su creencia en un Dios creador, y que fue recogido por los autores bblicos a la hora de redactar el texto. Pero los textos bblicos, redactados por manos humanas, son al mismo tiempo revelacin de Dios, que se sirve de personas concretas insertadas en una cultura especfica con tradiciones propias para transmitir su mensaje de salvacin al hombre. Partiendo de este presupuesto, podemos afirmar en la fe que los relatos de la creacin estn en la Biblia, no porque los autores se hayan puesto de acuerdo para ofrecer una explicacin del origen de todo (esta nunca fue su primera intencin), sino porque Dios mueve el corazn, la inteligencia y la voluntad, porque quiere comunicar un mensaje a su pueblo. Los dos textos tienen en comn: La creacin soberana del mundo por parte de Dios. El hombre aparece como una creacin singular dentro del mundo. Hay una igualdad raz entre todos los hombres. Tambin existe una unidad raz para todo el gnero humano. 21. 21 Podemos ver la pedagoga de Dios con su pueblo: en el momento en que Israel est exiliado, sin tierra, sin Templo, sin futuro, al borde de la extincin, surge la ley de la ataraxia (imperturbabilidad, serenidad): El pueblo vive un momento drstico en que, para asegurar su pervivencia, para salvar sus costumbres, la Ley, se prohben los matrimonios con no judos. El pueblo se encierra en s mismo. Y justo en ese momento, Dios les entrega la Revelacin del relato de la creacin, en el que se subrayan fuertemente la igualdad y la unidad de todos los pueblos. Esta apertura aparece tambin en la Promesa hecha por Dios a Abraham. Le promete tres cosas: una tierra, una descendencia y ser padre de muchos (en griego , con sentido de totalidad) pueblos. Esta palabra, no volver a ser usada hasta que Jesucristo encomiende a sus discpulos el anuncio del Evangelio a la multitud, a muchos () pueblos. En la Alianza con Abraham, Dios estaba preparando ya la Alianza Nueva y Eterna, sellada no con sangre de machos cabros, sino por la preciosa Sangre del Verbo eterno de Dios (cf. Hb 9, 12), derramada por muchos () hombres para el perdn de los pecados. Las promesas que Dios hizo a Israel en Abraham, son heredadas por la multitud de los pueblos de la tierra, que reciben la filiacin divina por la regeneracin en el bao del Bautismo, de forma que ya no hay judo ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jess. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos segn la Promesa (Gal 3, 28-29). a) Gn 1,1 2,4a.- Pertenece a la tradicin sacerdotal (s. VI a.C.). Presenta las siguientes caractersticas: a1) Recoge los datos culturales de su tiempo y de su entorno: habla de las estrellas, de las aguas, de la luna, del sol Hay una valoracin del mundo celeste, porque Israel, en su estancia en Babilonia ha aprendido la importancia de los astros (los caldeos dan culto a los astros). Sin embargo, el relato, desde el primer momento subraya la soberana (todo le pertenece) y la libertad de Dios sobre todo lo que existe. Los astros y las fuerzas de la tierra no son divinidades, todo ha sido creado por Dios y por tanto, le pertenece. a2) Dios no crea por una necesidad ni interna ni externa (obediencia a las leyes), sino que todo lo crea libremente. Dios crea porque quiere. a3) La creacin se manifiesta en su bondad: y todo era bueno. Dios va rubricando, firmando, la bondad de todo lo que va creando. Hay una bondad natural en todo cuanto existe en el momento de la creacin, antes del pecado, cuando todava no ha sido herida por este. a4) Dios es Creador de todo cuanto existe. Ese Dios soberano se expresa bsicamente en tres elementos: La utilizacin del verbo (br).- Este aparece en la Biblia empleado solamente por Dios para las acciones divinas. Est vinculado a una iniciativa incondicionada por parte de Dios, es decir, Dios crea sin depender de nada anterior, sin materia preexistente: al principio cre ( ). no solo aparece en este relato: tambin se utiliza para la alianza, 22. 22 pero siempre aparece vinculado al sujeto Dios. Aporta la idea de la creatividad, la creacin es una accin creativa y librrima. Dios como Creador del cielo y de la tierra.- Tenemos aqu un arco complexivo, es decir, una expresin que nombrando los extremos, designa a todo lo que es abarcado en medio de estos. A medida que van avanzando los das habr una enumeracin de criaturas, aunque todas estn comprendidas en la creacin de cielo y tierra. Algunas traducciones omiten la palabra caos, sustituyndola por masa informe (sin forma). Sin embargo, en el texto original hebreo aparece esta palabra. Cuando se habla de Dios creador aparece el caos como un elemento residual de las cosmogonas paganas babilonias, en las que este era el elemento precedente a la creacin. En todas se presenta el punto de inicio centrado en el caos, una materia prima informe que toma forma por la accin de los dioses. Unas veces es un trabajo de elaboracin: trabajan con l hasta darle orden, cargando las montaas sobre sus hombros. Otras el caos los atrapa y tienen que luchar contra l. Al vencerlo, nace el mundo actual. Los hebreos residentes en Babilonia y Egipto conocen estas leyendas. No adoptan ninguna, pero por contacto con el mundo pagano incorporan una referencia que se infiltra en el libro del Gnesis: el caos. Pero ese caos no est al principio. Aparece despus de la creacin. Adems Dios no lucha contra el caos, ni trabaja con l. Dios crea con la Palabra. Existe una soberana de Dios, una libertad absoluta. La creacin por la Palabra.- La Palabra es propia de las personas. Un Dios que crea por la Palabra es un Ser personal. En su primera accin, Dios se manifiesta como Persona. Un ser que crea por la Palabra es tambin un ser inteligente. La creacin no es absurda. La afirmacin del nominalismo no es revelada: Dios, que crea con la Palabra, opera con sabidura. El Libro de la Sabidura subraya que Dios es el que ha puesto peso y medida: Pero T regulaste todo con medida, nmero y peso (Sb 11, 20b). Tambin en el Libro de Job aparece esta idea: Quin puede aleccionar a Dios? (Jb 21, 22); Quin le seal el camino a seguir?, quin le dira: Has hecho mal? (36, 23). Todo lo ha hecho con su Sabidura. Otro atributo de Dios, creador por la Palabra, es la voluntad. Dios dice porque quiere decir. La creacin es una expresin, una manifestacin de su voluntad. Todo cuanto existe es porque Dios lo quiere. El existir es el fruto del amor de Dios. El ser de las cosas manifiesta su amor. Dios rubrica lo creado diciendo que todo es bueno. Esta bondad proviene de la voluntad creadora de Dios. Antes del pecado todo est ordenado, no existen desequilibrios. Y todo tiene una intencin. La intencin de Dios en la creacin es un destino salvfico, un designio divino que en el momento de la creacin se 23. 23 corresponde con la complacencia divina y con la vida del hombre: La gloria de Dios es el hombre que vive y su vida consiste en la visin de Dios3, dir san Ireneo. a5) La Palabra es performativa.- En filosofa del lenguaje se denomina performativa a las palabras que realizan aquello que dicen. Un ejemplo sencillo de palabra performativa es la de un novio que le dice a su novia: Te quiero! Al pronunciar estas palabras, no solo le est comunicando que la quiere, sino que adems le hace llegar por la palabra la realidad de su amor. La misma palabra tiene poder constitutivo de la existencia. En el caso de la creacin, esta Palabra va a crear todo cuanto existe, va a ser protagonista de la historia de la salvacin, que se va a realizar con un pueblo: Israel. Dios lo ha elegido, y su eleccin es performativa. Esta Palabra va a llegar hasta Jess. Jess enseaba con autoridad. La autoridad de Jess viene de que su Palabra es performativa. Dice al paraltico: Levntate!, y este se levanta (cf. Mt 9, 6-7; Mc 2, 11-12; Lc 5, 24-25; Jn 5, 8-9). Dice al espritu inmundo: Sal de l!, y el demonio sale (cf. Mc 1, 25; 9, 25; Lc 4, 35). Y lo hace porque quiere. Le dice al leproso: Quiero, queda limpio!, y al instante queda limpio de su lepra (cf. 8, 3; Mc 1, 41; Lc 5, 13. No lo hace l, su Palabra lo realiza. En el momento de la ltima Cena: Esto es mi Cuerpo (Mt 26, 26; Mc 14, 22; Lc 22, 19; 1Co 11, 24): Palabra performativa que el sacerdote prolonga en la historia. Si Dios es la Palabra, todo cuanto existe tiene un dinamismo propio: el de la respuesta. Dios es el que llama a la existencia y todo cuanto existe es una respuesta a la Palabra de Dios. La vida entera es una respuesta de alabanza a Dios, a su Palabra. Y esto es un elemento constitutivo de la existencia, no accesorio. a6) Creacin estructurada.- A lo largo del relato Dios va componiendo de manera gradual un escenario gigantesco en el que las cosas se ordenan de menor a mayor: solo cuando est completada la construccin de todo el entorno aparece el ser humano coronando la existencia. Esta presencia del ser humano como seor de toda la creacin es fruto de nuestro ser propio: somos creados a imagen y semejanza de Dios. El hombre no es una pieza ms de la creacin. Hay un salto con respecto a todo lo creado anteriormente. El texto presenta una creacin con orden, estructura y sentido, de forma que el hombre no aparece al final como ltimo, sino como la corona que da sentido a todo lo anterior. Podramos poner como ejemplo de este esquema una visita del obispo: los preparativos no son un conjunto catico de elementos puestos al azar, sino que todo se prepara en vistas a la llegada del obispo, de forma que cuando este llega da sentido a todo lo que se ha hecho anteriormente. a7) La bondad de lo creado.- El texto subraya una y otra vez la valoracin que hace Dios de lo creado. El hecho de que diga una y otra vez que era bueno, muestra la complacencia de Dios: el ser creado de las criaturas es una creacin en bien, en bondad. Esta creacin en bien 3 San Ireneo de Lyon, Adversus Hreses, 4, 20, 7. 24. 24 se prolongar a lo largo de la historia de la salvacin como destino salvfico. La bondad forma parte de todo ser creado, que es creado en bondad y no est destinado a la muerte ni a perderse. Hay un destino de bien. San Pablo tiene los textos ms claros con respecto al destino salvfico de la creacin: La creacin, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontneamente, sino por aquel que la someti, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupcin para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creacin entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. (Rm 8, 19-22). Para el catlico, el mundo no es un continente de basura y podredumbre que solo contiene miseria y destruccin y que no interesa a Dios. La creacin, todo cuanto existe, la realidad creada, tiene un ser bondadoso y un destino salvfico. La realidad no es una envoltura que se tira en la resurreccin. Hay un destino salvfico de todo cuanto existe, de la realidad creada. a8) El significado del descanso sabtico.- El Sabbat judo no es el da de la ausencia de trabajo, un da vaco en el que no se hace nada, sino un da para la alabanza de Dios y la dignidad del hombre. Es el da del encuentro del hombre con Dios. En el da sptimo, dedicado a la alabanza divina, el hombre realiza y vive su dignidad ms plena. La creacin tiene un carcter ascendente que no culmina el sexto da con la creacin del hombre, sino el da sptimo, el da del encuentro del hombre con Dios, en el que este eleva su dignidad en la alabanza divina. De ah el aforismo de san Ireneo: La gloria de Dios es el hombre que vive y su vida consiste en la visin de Dios4. Esto se realiza el da sptimo. El hombre encuentra su vida en la alabanza de Dios y la vida del hombre es la alabanza de Dios: San Ignacio de Loyola5, en los ejercicios espirituales, afirma que el hombre ha sido creado para alabar a Dios. Proclama mi alma la grandeza del Seor!, exclama Mara contemplando la obra de Dios en Ella. El sptimo da no es un da como los otros, en el que Dios hace algo y luego termina: es el da de la plenitud, el tiempo de la vida del hombre, el da en que el hombre va a vivir. Dios lo ha creado para que viva en el sptimo da. El pecado romper este plan de Dios sobre el hombre. Tras el pecado, el sptimo da va a quedar como la promesa, que Israel vivir en el Sabbat. Pero con Cristo, al sptimo da le seguir el octavo, el da de la resurreccin, al que no le sucede ningn otro da. Todo lo que ocurre desde la resurreccin forma parte del octavo da, la Nueva Alianza, el tiempo de la resurreccin. Jess censura el sbado porque quiere darle su sentido pleno con su resurreccin. b) Gn 2, 4b-25.- Este texto se vincula a la tradicin yahvista y es hipotticamente anterior al precedente en la historia (siglos IX-X). Presenta las siguientes caractersticas: b1) Dios hace al hombre soberano de la creacin.- Segn los estudiosos, el texto est estructurado siguiendo la plantilla de la alianza y el vasallaje. Viene a ser una duplicacin de 4 Ibd., 4, 20, 7. 5 Cf. Ignacio de LOYOLA, Ejercicios espirituales, punto 23. 25. 25 lo que ya hemos ledo en el primero, pero con una funcin introductoria de la historia del pecado. Es el relato marco para poder hablar del mal en el mundo, cosa que no pudo hacerse en el primer relato. Este nos dejaba a Dios en el sptimo da junto al hombre. Haba una insuficiencia, no permita hablar acerca del origen del pecado en el mundo. Entonces, los autores usan una tradicin preexistente para explicarlo. Esta es una explicacin exegtica de la existencia de este segundo texto. Pero a nivel creyente este texto forma parte de una Revelacin de Dios al hombre, que le hace conocer lo necesario para alcanzar la salvacin. Aparece la estructura de alianza en vasallaje. Nosotros estamos habituados a hablar de alianza: Dios hace un pacto con el hombre, se compromete, hay una eleccin libre de la que Dios es garante y el hombre es solo un beneficiario. Esto no es exactamente lo que ocurre en este texto. Efectivamente en el texto estn Dios y el hombre, y hay una evocacin de pacto. Pero se dan toda una serie de rasgos que no aparecern en ninguna alianza posterior y que nos recuerdan a la ley medieval del vasallaje. El sistema feudal medieval, basado en la ley del vasallaje, funcionaba de la siguiente manera: Un gran seor confiaba parte de sus territorios a una serie de caballeros, que lo administraban con potestad absoluta. Lo nico que tenan que hacer a cambio es mantener su fidelidad hacia el Seor. Cada caballero era completamente autnomo. En realidad la idea del pacto de vasallaje es una forma de explicar esta alianza. El sistema feudal no exista an en cuanto tal en aquel tiempo, no surgir hasta la Edad Media, como consecuencia de la cristianizacin de la sociedad en todas sus estructuras. El autor del relato, al escribirlo tena en mente probablemente los pactos realizados por los gobernantes sumerios, que se repartan el territorio y actuaban en ellos de manera soberana. Cuando apareca alguno con gran poder, se pona a la cabeza de todos los dems, y estos, a cambio de su lealtad, mantenan la soberana en sus respectivos territorios. El concepto teolgico que subyace en el relato es el de un Dios soberano que crea a un hombre soberano. Dios no es un tirano que crea a un hombre esclavo. l hace al hombre gobernador soberano de un territorio, y como soberano, responsable. El rbol del que no puede comer forma tambin parte de su responsabilidad. b2) Aparece la presencia de Dios y del hombre.- En los versculos 16 y 17 Dios est evocado el pacto: Yo te doy todo, pero la restriccin a la que t te obligas es esta. Y Dios le entrega un territorio (v. 15). El texto dice que Dios forma a Adn y lo coloca en un territorio, le entrega el Paraso, en el que Adn va a ser completamente autnomo. b3) Dios creador es Dios artesano.- En esta ocasin la creacin de Dios no aparece como creacin por la Palabra, sino como creacin de las manos de Dios, al modo del alfarero. Dios no nos crea en serie, no es una planta de produccin en cadena. Cada cosa que existe es depositaria de una accin amorosa especfica de Dios. Dice san Juan de vila: Cunto amor de Dios hay en el ojo de una aguja! 26. 26 Las cosas no estn en su lugar porque la mecnica interna de las leyes fsicas les permita estar. En todo cuanto existe hay un empeo del amor de Dios, todo forma parte del depsito amoroso de Dios. Todos somos fruto de una accin cuidadosa y querida de Dios. No somos arrojados al mundo por accidente. Somos fruto del amor de Dios. b4) Antropocentrismo.- Todo lo creado tiene como centro al hombre. En el primer relato el hombre es culmen de la creacin. En este es el punto en torno al cual se va constituyendo el resto. Lo primero que se crea es el hombre. Dios toma barro y hace al hombre. Luego dice: No es bueno que el hombre est solo, voy a hacerle una ayuda adecuada (v. 18), y crea a los animales, las plantas Pero como nada era suficiente para l, crea a la mujer. Todo lo crea en referencia al hombre. Podramos poner un ejemplo visual para comprender la idea: Tengo un cuadro que me gusta mucho, de modo que lo coloco en mi habitacin y luego decoro todo el resto en consonancia con el cuadro. Este antropocentrismo viene reforzado adems por el hecho de que el hombre es constituido interlocutor de Dios. Dios le da al hombre la dignidad del t. Dios habla con el hombre y el hombre habla con Dios. Una vaca o una cabra no tienen constitucin de t. El dilogo del hombre con Dios es efectivo: Dios responde al hombre: Me siento solo, y Dios se mueve segn su peticin. Dios no es refractario, sino que responde. Gn 2, 16-17 nos muestra que el hombre tiene la libertad de hacer o no hacer. Es un t efectivo con plena libertad y voluntad. b5) El hombre es receptor del amor providente de Dios.- El fin de la vida del hombre es su plenitud, su felicidad. El hombre est sujeto a un designio salvfico: la relacin amorosa de Dios. b6) El hombre aparece como Seor y Soberano de la creacin.- Un tirano hace esclavos, pero Dios no acta as: l hace al hombre soberano dndole la potestad de dar nombres, de cuidar y trabajar la tierra. Un Dios que es soberano no crea esclavos, sino a gente tambin soberana, libre. Dios hace al hombre seor. Mediante la afirmacin de Dios como soberano por encima de lo creado, el hombre es liberado de dos amenazas que lo han perseguido y lo siguen persiguiendo: el dominio de las fuerzas ocultas sobre l y el carcter divino, idoltrico de la naturaleza. Cuando Dios pone al hombre como dueo efectivo de lo creado, lo pone por encima de todo, de forma que ya no est condicionado por fuerzas ocultas del carcter que sean ni por fuerzas de la naturaleza consideradas como divinas. Las palabras del relato de la creacin: Dios crea el sol, la luna resonaban en los odos de Israel devolvindoles la confianza y llamndolos a la fe en Dios. Los judos, en el exilio, eran marginados, esclavos, pero vean a los egipcios adorando al sol, a la luna, a las estrellas. Su Dios, en cambio, era el creador de los astros, el creador de los dioses del pueblo opresor. De la misma forma, en el destierro, el pueblo deportado vea como Babilonia adoraba a la luna y las estrellas. Que el Dios de los hebreos creara todos los astros les daba la libertad de saber que su Dios era el Creador de todos los dolos paganos. 27. 27 La creencia en un Dios creador libera al hombre de todos sus temores y supersticiones. Todo lo que existe es creacin de Dios, son criaturas al servicio del hombre soberano, no divinidades. En nuestros das, el hombre ha hecho desaparecer a Dios de su vida y de su existencia. Pero el hombre es homo religiosus, la idea de un ser superior forma parte de su constitucin. As, al desaparecer la idea de un Dios creador que libera al hombre de la creencia en otros poderes, esta deja lugar a la reaparicin de la supersticin. Dice Gabriel Marcel: Cuando se deja de creer en Dios se empieza a creer en cualquier cosa. Fruto de haber dejado de creer en Dios aparecen creencias y temores a poderes ocultos, oscuros, que pueden cambiar el ritmo, el rumbo de la vida de las personas. El relato del Gnesis, poniendo al hombre como seor soberano de todo lo creado libera al hombre de todas las cosas que pudieren condicionar su existencia. b7) El hombre es libre y responsable.- Y Dios impuso al hombre este mandamiento: De cualquier rbol del jardn puedes comer, mas del rbol de la ciencia del bien y del mal no comers, porque el da que comieres de l, morirs sin remedio (Gn 2,16-17). Dios reafirma al hombre en su responsabilidad y en su libertad. Si Dios quitara el rbol de la ciencia del jardn, estara negando al hombre su libertad y su responsabilidad, ya que este no tendra la posibilidad de elegir. Con este rbol Dios abre al hombre la conciencia de su libertad y le hace tener responsabilidad (entendida etimolgicamente, como capacidad de respuesta ante algo). En la creacin por la Palabra, el hombre se erige en interlocutor de Dios. El hombre es el t de Dios. Pero para responder a Dios, para ser responsable, el hombre necesita libertad. Si el hombre no es responsable, no responde. El rbol abre al hombre a la conciencia de su libertad y al ejercicio de su responsabilidad. b8) El hombre tiene solidaridad con todo cuanto existe.- Ha sido tomado del polvo de la tierra. Este es su origen primero. El ser polvo marca una solidaridad del ser humano con toda la creacin, que no ha sido constituida en el t de Dios, en lo que se refiere al carcter material de nuestro ser, a nuestra pobreza existencial, fragilidad y precariedad. b9) El singular respeto entre el hombre y la mujer.- Se establecen relaciones de igualdad, dignidad y correspondencia. La mujer, tomada del costado del hombre, nacida de su naturaleza, comparte con este una misma dignidad. Hay tambin una correspondencia: la mujer es el principio de alteridad del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne (cf. Gn 2, 23). Es un ayuda adecuada gracias a la cual el hombre ya no est solo (cf. Gn 2, 18). En efecto el hombre, rodeado de animales, no encuentra una ayuda adecuada. Solo la mujer le aporta el hecho de descubrir su humanidad, descubrirse a s mismo y alcanzar su plenitud. Hay un darse, una donacin mutua entre ambos. 28. 28 b10) La condicin creatural del eros.- El pecado deja marcado todo cuanto existe, pero eso no significa que la atraccin mutua del hombre y la mujer no sea buena. El eros es la gramtica de esta relacin entre el hombre y la mujer y es puesta por Dios. 2.1.6.- Conclusiones de ndole teolgica: a) Dios no tiene principio, es Creador soberano y absoluto de todo cuanto existe. b) Dios tiene un carcter personal. Todo lo crea a travs de la Palabra, que es propia de las personas. Que Dios cree por la Palabra significa que se revela como Persona. El ser Persona implica intencionalidad y voluntad, por tanto, todo cuanto existe depende de un plan inteligente diseado por Dios. La creacin no es improvisada, tiene un diseo, un orden y una finalidad. c) Dios es creador de todo cuanto existe. La creacin entera est por debajo de Dios. Se corresponde con el orden de lo intramundano. La Biblia afirma que todo es creado por Dios, pero no dice cmo lo cre. Aqu queda abierta legtimamente la puerta a la investigacin humana que trata de saber el cmo de la creacin. La pretensin humana de saber no es mala. Lo que es malo es la pretensin de suplantar a Dios (Babel). Que el hombre busque conocer no contradice el plan de Dios. Newton afirmaba que Dios escribi el universo en caracteres matemticos para que nosotros lo pudiramos leer. Por tanto, a la hora de estudiar la creacin tenemos que partir siempre de que la Biblia nos narra una Verdad salvfica, que no es un libro de fsica. d) El antropocentrismo: El hombre creado a imagen y semejanza de Dios es la cspide y el centro de la creacin. Tiene un estatuto singular: a imagen y semejanza. Dios le da la soberana sobre todo lo creado. e) Relacin de igualdad, dignidad y correspondencia. Dios no hace al hombre y la mujer como dos, sino el uno para el otro, en reciprocidad. f) La creacin responde desde su origen al plan de Dios: un plan salvfico. Dios ha creado el universo no para que lo tengamos que padecer, sino para que tenga plenitud, para que lo vivamos en plenitud. g) Todo lo que existe se corresponde con la bondad del amor de Dios. 2.2.- Recomprensin en Cristo de la fe veterotestamentaria: Los Evangelios recogen la fe veterotestamentaria del pueblo de Israel en la creacin. Jess no corrige la fe veterotestamentaria, la recoge, de modo que encontramos en los Evangelios una continuidad con la fe de Israel en la creacin. Salvo el prlogo del Evangelio de Juan, todas las dems afirmaciones del Evangelio sobre la creacin las podra hacer cualquier personaje del Antiguo Testamento. 29. 29 A lo largo del Nuevo Testamento la creacin es presentada en dos claves: Por una parte podemos encontrar la continuidad de la comunidad cristiana con la fe veterotestamentaria, que la hace suya. Por otra parte esta comunidad recibe un dato nuevo que no proviene del pensamiento humano, sino de la Revelacin divina: todo cuanto ocurri en la creacin tiene como epicentro a Cristo. Nada de la creacin puede entenderse sin Cristo. La creacin entera tiene un sello cristolgico. 2.2.1.- Elementos de continuidad en la fe veterotestamentaria: Podemos dividir los elementos de continuidad del Nuevo Testamento con la fe de Israel en Dios creador en varios grupos: 1er grupo.- Estos textos estn marcados por la afirmacin de un Dios creador de todo: Mt 11, 25.- En aquel tiempo, tomando Jess la palabra, dijo: Yo te bendigo, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeos. Hch 4, 24.- Al orlo, todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron: Seor, t que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. Estos dos textos son muy interesantes porque afirman al Dios creador de todo en un contexto de alabanza. En el primero es Cristo quien alaba a Dios creador. En el segundo es la comunidad cristiana la que lo hace tras la liberacin de los apstoles. Mt 25, 34.- Entonces dir el Rey a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creacin del mundo. El texto nos muestra a un Dios que crea con un fin, que ha creado al hombre para hacerle participar de su Reino. Hch 7, 49-50.- El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. Dice el Seor: Qu Casa me edificaris? O cul ser el lugar de mi descanso? Es que no ha hecho mi mano todas estas cosas? Hch 14, 15-17.- Amigos, por qu hacis esto? Nosotros somos tambin hombres, de igual condicin que vosotros, que os predicamos que abandonis estas cosas vanas y os volvis al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos hay, y que en las generaciones pasadas permiti que todas las naciones siguieran sus propios caminos; si bien no dej de dar testimonio de s mismo, derramando bienes, envindoos desde el cielo lluvias y estaciones fructferas, llenando vuestros corazones de sustento y alegra... 30. 30 Hch 17, 24-28a.- El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en l, que es Seor del cielo y de la tierra, no habita en santuarios fabricados por manos humanas. Rm 4, 17.- Como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones: padre nuestro delante de Aquel a quien crey, de Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean. Hay una confesin muy interesante porque hace referencia a la creatio ex nihilo: Si hubiera algo antes de la creacin Dios no sera el Creador soberano, y su acto creador no sera libre. Rm 8, 18-25.- Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Pues la ansiosa espera de la creacin desea vivamente la revelacin de los hijos de Dios. La creacin, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontneamente, sino por aquel que la someti, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupcin para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creacin entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no solo ella; tambin nosotros, que poseemos las primicias del Espritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvacin es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues cmo es posible esperar una cosa que se ve? Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia. 1Co 10, 26.- Pues del Seor es la tierra y todo cuanto contiene. Ef 3, 8-9.- A m, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo, y esclarecer cmo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas. 1Tim 6, 13-14.- Te recomiendo en la presencia de Dios que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindi tan solemne testimonio, que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestacin de nuestro Seor Jesucristo. Ap 10, 6.- Entonces el ngel que haba visto yo de pie sobre el mar y la tierra, levant al cielo su mano derecha y jur por el que vive por los siglos de los siglos, el que cre el cielo y cuanto hay en l, la tierra y cuanto hay en ella, el mar y cuanto hay en l: Ya no habr dilacin!. 2 grupo: En estos textos aparece Dios como dueo absoluto de la creacin: Mt 28, 18-20.- Jess se acerc a ellos y les habl as: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discpulos a todas las gentes bautizndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo, y ensendoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aqu que yo estoy con vosotros todos los das hasta el fin del mundo. Se conecta el momento presente con el principio y con el final. 31. 31 2Co 4, 6.- Pues el mismo Dios que dijo: De las tinieblas brille la luz, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que est en la faz de Cristo. Dios aparece como Dueo de la luz. 2P 3, 5.- Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y tambin una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios. Hb 1, 3.- El cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, despus de llevar a cabo la purificacin de los pecados, se sent a la diestra de la Majestad en las alturas. Estos cuatro textos subrayan especficamente la posesin, el seoro de Dios sobre todo cuanto existe. 3er grupo: Estos textos subrayan la providencia de Dios, es decir, el gobierno del mundo. Dios sostiene y cuida amorosamente todo cuanto existe, es el garante de su existencia. El Dios que cre todo lo sostiene en la existencia. Mt 6, 25-34.- Por eso os digo: No andis preocupados por vuestra vida, qu comeris, ni por vuestro cuerpo, con qu os vestiris. No vale ms la vida que el alimento, y el cuerpo ms que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. No valis vosotros ms que ellas? Por lo dems, quin de vosotros puede, por ms que se preocupe, aadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, por qu preocuparos? Observad los lirios del campo, cmo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero Yo os digo que ni Salomn, en toda su gloria, se visti como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y maana se echa al horno, Dios as la viste, no lo har mucho ms con vosotros, hombres de poca fe? No andis, pues, preocupados diciendo: Qu vamos a comer?, qu vamos a beber?, con qu vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darn por aadidura. As que no os preocupis del maana: el maana se preocupar de s mismo. Cada da tiene bastante con su propio mal. Lc 11, 50.- Por eso dijo la Sabidura de Dios: Les enviar profetas y apstoles, y a algunos los matarn y perseguirn, para que se pidan cuentas a esta generacin de la sangre de todos los profetas derramada desde la creacin del mundo. Lc 12, 24.- Fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. Cunto ms valis vosotros que las aves! Jn 17, 5. 24.- Ahora, Padre, glorifcame T, junto a ti, con la gloria que tena a tu lado antes que el mundo fuese. Padre, los que t me has dado, quiero que donde Yo est estn tambin 32. 32 conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creacin del mundo. En este texto se conecta el principio con el momento presente. Rm 11, 33-36.- Oh abismo de riqueza, de sabidura y de ciencia el de Dios! Cun insondables son sus designios e inescrutables sus caminos! En efecto, quin conoci el pensamiento de Seor? O quin fue su consejero? O quin le dio primero que tenga derecho a la recompensa? Porque de l, por l y para l son todas las cosas. A l la gloria por los siglos! Amn. Nadie ha aconsejado a Dios para que haga la creacin. Ella es Designio (hay una intencionalidad) y camino de Dios soberano. Rm 4, 17.- Como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones: padre nuestro [Abraham] ante Dios a quin crey, que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean. Dios es el que llama lo que no es para que sea. 2Co 4, 6.- Pues el mismo Dios que dijo: Del seno de las tinieblas brille la luz, la ha hecho brillar en nuestros corazones, para iluminarnos con el conocimiento de la gloria de Dios que est en el rostro de Cristo. La creacin por la Palabra hace resplandecer el nombre de Dios. Lc 11, 50.- Por eso dijo la Sabidura de Dios: Les enviar profetas y apstoles. A algunos los matarn y perseguirn, para que se pidan a esta generacin cuentas de la sangre de todos los profetas derramada desde la creacin del mundo. Todo se encamina hacia una meta, que es una justicia sobre todo lo que ha ocurrido. Dios aparece como Garante que pedir cuentas, que har justicia. Lc 12, 24.- Fijaos en los cuervos: ni siembran ni cosechan, no tienen bodega ni granero, pero Dios los alimenta. Cunto ms valis vosotros que las aves! (paralelo de Mt 6, 26). 4 grupo: Textos en los que aparece el carcter epifnico de la creacin. Dios no crea un universo mudo, sino un universo que habla de l: Rm 1, 18-25.- En efecto, la clera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, est en ellos manifiesto: Dios se lo manifest. Porque lo invisible de Dios, desde la creacin del mundo, se deja ver a la inteligencia a travs de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazn se entenebreci: jactndose de sabios se volvieron estpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representacin en forma de 33. 33 hombre corruptible, de aves, de cuadrpedos, de reptiles. Por eso Dios los entreg a las apetencias de su corazn hasta una impureza tal que deshonraron entre s sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amn. 2Co 4, 6.- Pues el mismo Dios que dijo: Del seno de las tinieblas brille la luz, la ha hecho brillar en nuestros corazones, para iluminarnos con el conocimiento de la gloria de Dios que est en el rostro de Cristo. Las cosas hablan de Dios. Todo ha sido creado para alabar, bendecir y dar gracias a Dios. Dice san Ignacio de Loyola: El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Seor, y mediante esto salvar su alma; y las otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden a conseguir el fin para el que es creado6. La naturaleza de lo Creado no est encerrada en s misma, sino abierta a Dios. Joseph Ratzinger lo explica de la siguiente forma: El cosmos tambin ora, tambin l espera la salvacin. Precisamente esta dimensin csmica es esencial en la liturgia cristiana. Tal dimensin no se realiza exclusivamente en el mundo hecho por el propio hombre. Siempre es liturgia csmica el tema de la creacin es parte integrante de la oracin cristiana. Esta pierde su grandeza si olvida esta referencia7. En esta liturgia csmica, el movimiento de todo cuanto existe es un movimiento de alabanza a Dios, no un movimiento absurdo. Esta idea proviene de los salmos. Ya vimos cuando tratamos el tema de la creacin en los salmos, cmo el salmista se maravillaba al descubrir que las mieses alababan a Dios con su silbido. Dios no crea una creacin ciega ni muda, sino que la crea para alabarlo, este es su carcter epifnico. Dios es la verdad ltima de lo que las cosas son. La Escritura nos hace descubrir la constitucin de las cosas en Dios. 2.2.2.- La absoluta y radical novedad del Nuevo Testamento: El acontecimiento Cristo: a) La creacin en los sinpticos: La predicacin de Jess est centrada en la proclamacin del Reino de Dios como realidad que ya est presente. De forma colateral a esta afirmacin central aparecen afirmaciones acerca de la creacin: 6 Ibd., punto 23. 7