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DOLOR, UMBRAL DEL miento sintomático y se utilizan con precaución en pacientes con enfermedades agudas o crónicas. Los opiáceos pueden enmascarar los síntomas o la progresión de la en- fermedad, y la administración diana repetida de cualquiera de ellos producirá con el tiempo algún grado de tolerancia a los efectos terapéuticos del medicamento, tanto como cierta dependencia física en la dosificación. El nesgo de desarrollar dependencia psicológica y física a cualquier fármaco existe siempre, en especial con los opiáceos. En dosis nonnales, estos fármacos mejoran el dolor alterando el componente emocional de la experiencia do-lorosa y produciendo analgesia. La preocupación de muchos médicos por los peligros de adicción de los opiáceos hace que tiendan a prescribir dosis iniciales demasiado bajas para aliviar el dolor. Una dosis clásica de 10 mg de morfina mejora el dolor posoperatono en sólo dos tercios de los enfermos, y algunos pueden necesitar dosis considerablemente superiores a la medida para experimentar una mejoría adecuada. Otro tipo de enfermos, con un metabolismo más rápido, pueden precisar el medicamento a intervalos mas cortos. Existen muchos fármacos que son sustitutos adecuados de la morfina y codeína, como la hidrocodona, dihidrocodeína y meperidma. La morfina y los opiáceos con ella relacionados pueden producir efectos secundarios, como náuseas, vómitos, mareos y estreñimiento. Rara vez un enfermo tratado con un opiáceo puede llegar a la demencia. Algunos pacientes también pueden desarrollar un aumento de la sensibilidad al dolor después de que el efecto opioide ha desaparecido. Las reacciones alérgicas, como urticaria y otras erupciones cutáneas, rara vez suceden, aunque se han comunicado dermatitis de contacto en enfermeras y trabajadores de laboratorios farmacéuticos. Los enfermos con vo- lumen sanguíneo reducido son más sensibles a los efectos hipotensores de la morfina y derivados. Los opiáceos se utilizan con máxima precaución en pacientes obesos y en aquéllos que presentan lesiones craneales, enfisema u otros problemas relacionados con disminución de la función respiratoria. En pacientes con hipertrofia pros-tática la morfina puede producir retención urinaria agu- da, requiriendo cateterización repetida El tratamiento del dolor en enferm os termin ales se basa en el empleo de fár- macos que alivia n el dolor y produc en tranqu ilidad en - unos pacien tes que de otra forma padece rían un gran su- frimie nto. Se pueden prescr ibir mezcla s analgé sicas de opiáce os y soluci ones alcohó licas. En ocasio nes se puede emplea r el bloque o nervio so por inyecc ión de alco- hol, cordot omía u otras interv encion es neurológicas V también dolor, evaluación del DOLOR, UMBRAL DE (pain threshold) Punto en el que un estímulo, habitualmente relacionado con la presión o la temperatura, activa los receptores del dolor y produ- ce una sensación dolorosa. Los individuos con umbrales bajos de dolor, lo experimentan mucho antes y más fuer* te que aquellos con umbrales más altos; la reacción a la estimulación de los receptores del dolor varía según la persona. DOLOR ABDOMINAL (abdominal pain) Dolor agudo o crónico, que puede ser localizado o difuso, y que se origina en la cavidad abdominal. El dolor abdominal es un síntoma importante ya que su causa puede exigir una in- tervención médica o quirúrgica inmediata. Las causas más frecuentes de dolor abdominal grave son la inflamación o perforación de una estructura intraabdommal, la obstrucción circulatoria, la obstrucción intestinal o ureteral o la rotura de un

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DOLOR, UMBRAL DEL

miento sintomático y se utilizan con precaución en pacien-tes con enfermedades agudas o crónicas. Los opiáceos pueden enmascarar los síntomas o la progresión de la en-fermedad, y la administración diana repetida de cualquie-ra de ellos producirá con el tiempo algún grado de tole-rancia a los efectos terapéuticos del medicamento, tanto como cierta dependencia física en la dosificación. El nes-go de desarrollar dependencia psicológica y física a cual-quier fármaco existe siempre, en especial con los opiá-ceos. En dosis nonnales, estos fármacos mejoran el dolor alterando el componente emocional de la experiencia do-lorosa y produciendo analgesia. La preocupación de mu-chos médicos por los peligros de adicción de los opiáceos hace que tiendan a prescribir dosis iniciales demasiado bajas para aliviar el dolor. Una dosis clásica de 10 mg de morfina mejora el dolor posoperatono en sólo dos tercios de los enfermos, y algunos pueden necesitar dosis consi-derablemente superiores a la medida para experimen-tar una mejoría adecuada. Otro tipo de enfermos, con un metabolismo más rápido, pueden precisar el medicamen-to a intervalos mas cortos. Existen muchos fármacos que son sustitutos adecuados de la morfina y codeína, como la hidrocodona, dihidrocodeína y meperidma. La morfi-na y los opiáceos con ella relacionados pueden producir efectos secundarios, como náuseas, vómitos, mareos y es-treñimiento. Rara vez un enfermo tratado con un opiáceo puede llegar a la demencia. Algunos pacientes también pueden desarrollar un aumento de la sensibilidad al do-lor después de que el efecto opioide ha desaparecido. Las reacciones alérgicas, como urticaria y otras erupcio-nes cutáneas, rara vez suceden, aunque se han comuni-cado dermatitis de contacto en enfermeras y trabajado-res de laboratorios farmacéuticos. Los enfermos con vo-lumen sanguíneo reducido son más sensibles a los efec-tos hipotensores de la morfina y derivados. Los opiáceos se utilizan con máxima precaución en pacientes obesos y en aquéllos que presentan lesiones craneales, enfise-ma u otros problemas relacionados con disminución de la función respiratoria. En pacientes con hipertrofia pros-tática la morfina puede producir retención urinaria agu-da, requiriendo cateterización repetida El tratamiento del

dolor en enfermos terminales se basa en el empleo de fár-macos que alivian el dolor y producen tranquilidad en - unos pacientes que de otra forma padecerían un gran su-frimiento. Se pueden prescribir mezclas analgésicas de opiáceos y soluciones alcohólicas. En ocasiones se pue-de emplear el bloqueo nervioso por inyección de alco-hol, cordotomía u otras intervenciones neurológicas V también dolor, evaluación delDOLOR, UMBRAL DE (pain threshold) Punto en el que un estímulo, habitualmente relacionado con la presión o la temperatura, activa los receptores del dolor y produce una sensación dolorosa. Los individuos con umbrales bajos de dolor, lo experimentan mucho antes y más fuer* te que aquellos con umbrales más altos; la reacción a la estimulación de los receptores del dolor varía según la persona.DOLOR ABDOMINAL (abdominal pain) Dolor agudo o crónico, que puede ser localizado o difuso, y que se ori-gina en la cavidad abdominal. El dolor abdominal es un síntoma importante ya que su causa puede exigir una in-tervención médica o quirúrgica inmediata. Las causas más frecuentes de dolor abdominal grave son la inflamación o perforación de una estructura intraabdommal, la obs-trucción circulatoria, la obstrucción intestinal o ureteral o la rotura de un órgano localizado en el abdomen. Entre las enfermedades específicas que producen dolor abdo-minal se encuentra la apendicitis, la úlcera gástrica per-forada, la hernia estrangulada, la trombosis de la arteria mesentérica superior y la obstrucción de los intestinos del-gado y grueso. Para establecer el diagnóstico diferencial de un dolor abdominal agudo hay que localizar y carac-terizar dicho dolor por medio de la percusión superficial y profunda, la auscultación y la palpación y la explora-ción abdominal, rectal o pélvica. La exploración física di-recta puede complementarse con diversos estudios ana-líticos y radiológicos. A veces está indicada la aspiración de líquido peritoneal para su evaluación bacteriológica y bioquímica. Las enfermedades causantes de dolor ab-dominal agudo que pueden tratarse con cirugía son: la apendicitis, la diverticulitis aguda o crónica grave, la co-lecistitits aguda y crónica, la colelitiasis, la pancreatitis

DOLOR ABDOMINAL. Du-rante la exploración de una abdomínalgia es importante localizar topográficamente el dolor, así como sus irradia-ciones, para lograr un diag-nóstico correcto.

! aguda, la perforación de i ciones intestinales de dive: ticos abdominales y los tn quiera de los órganos del necológicas de dolor aba cisar cirugía destacar, la ¡ ca aguda, la rotura de un ectópico. El dolor abdonu: puede estar ocasionad: p de tamaño, la rotación, es gamento redondo o el apia intestino. Por otra parte la terísticas del parto prema un dolor abdominal intense crónico puede ser de ene simplemente a una ingeso a aerofagia. Cuando ¡os si descartar las causas orsln tran la úlcera péptica r.er tis y coleüasis crónic de páncreas, divenr— ~-intermitente modera:; e enfermedades S;S-Í:~_:L: dominal, como por e?enj ción por plomo, hip-er^-r; diabética, porfir:; HHfl arácnidos.DOLOR AGUDO í~-que aparece desp-€~ traumatismo o en e. rotras enférmeos :-es £primeras 24-48 r.:r~ :gica suele ser rr.u~ :Algunos estui::; ^=^más de 50af.:s ;í -r^ícombatir el a:l:r ~-~En otro es:u;.: :-cientes qu:r _:;nes ortopéir^ ~do de su;e':el periosü; 1=¿ s;feriales. E¡ d:ü:se debe a .;de éste E_ t;: - " -do suele ;contra ^- '-- : :~-tar la vr: datar SMBBDOLOR CKMBOine c -y ;..la ar~.-.= :-_- =.mer.:;.-'=--=' -no prese"^ sa«apira-:pue -Mu: - -

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