19
EL HIJO Lección 2

02 el hijo

Embed Size (px)

Citation preview

EL HIJOLección 2

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y

para dar su vida en rescate por muchos” Marcos 10:45

INTRODUCCION

I. Saber: Describe el título “Hijo de Dios”

II. Sentir: Aprecia el título “Hijo del Hombre”

III. Hacer: Experimenta la misión del Hijo

LA DOBLE NATURALEZA

DE JESÚS

El Hijo del hombre

Completamente humano

Reveló su misión

mesiánica

El Hijo de Dios

Completamente divino

Reveló su divinidad

DESPUÉS DE MÁS DE DOS AÑOS DE MINISTERIO PÚBLICO, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (Mat. 16:13). Fue fácil para ellos informarle lo que habían escuchado que decía la gente acerca de él. Pero, más difícil fue responder la siguiente pregunta: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mat. 16:15). Ahora era una pregunta personal. Jesús no les pidió sus opiniones acerca de su apariencia exterior ni de su carácter. En lugar de eso, su pregunta apuntó a la esencia del ser de Jesús. Tenían que expresar su convicción y su fe personales.

Todo ser humano, tarde o temprano, deberá responder la misma pregunta. Tenemos que decidir, individualmente, quién es Jesús para nosotros. No sirve repetir lo que otros han dicho o creído. La respuesta debe ser nuestra propia creencia personal. Y de esa respuesta depende el destino de cada ser humano.

En esta leccion trataremos de encontrar la respuesta basándonos en lo que Jesús mismo dijo e hizo. Nuestro objetivo es llegar, por fe, a la misma respuesta que Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (vers. 16).

EL HIJO DEL HOMBRE

“Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido” (Mateo 18:11)

“Hijo del hombre” es el apodo que Jesús usó para referirse a sí mismo.En el Antiguo Testamento, este término se usa siempre para hablar de personas humanas.Es así como Dios se dirige tanto a Ezequiel como a Daniel.En el libro de Daniel, encontramos esa misma expresión para hablar de Jesús mismo (Daniel 7:13; 10:16).Al usar este término, Jesús quería resaltar que era completamente humano. Dios se había integrado, por nacimiento, en la familia humana.

“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él” (Daniel 7:13)

Aunque nunca se autodenominó “Mesías”, Jesús usó la expresión “hijo del hombre” de tal manera que se pudiese relacionar claramente con su papel mesiánico, tal como se muestra en Daniel 7:13.

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mateo 24:30)

“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria” (Mateo 25:31)

“Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mateo 26:64)

EL HIJO DEL HOMBRE

EL HIJO DEL HOMBRE

Este título, “el Hijo del Hom- bre”, era el nombre favorito que Jesús se daba a sí mis-mo. Según los evangelios, él se refirió a sí mismo como el Hijo del Hombre más de ochenta veces. Las demás personas nunca se dirigieron a él usando este título. Jesús, sin duda, eligió este nombre especial con un propósito en mente.

Esta expresión idiomática era común en el Antiguo Testamento. Con una sola excepción: siempre fue usada en referencia a un ser humano. La Biblia presenta a Jesús como un verdadero ser huma-no. Nació como un bebé, creció como un niño que se desarrolló “en sabiduría y en estatura” (Luc. 2:40, 52), y tuvo hermanas y herma-nos (Mat. 13:55, 56). Comió (Mat. 9:11), durmió (Luc. 8:23), se cansó (Juan 4:6), y tuvo hambre y sed (Mat. 4:2; Juan 19:28). También sufrió de tristeza y angustia (Mat. 26:37).

Para el observador casual, Jesús parecía ser un hombre común que caminaba entre la gente como uno más en la multitud. Muchos de sus con-temporáneos no reconocieron en él nada más que un hombre (Juan 7:46). La gente lo trató como a uno de ellos; se rieron de él (Luc. 8:53), lo criticaron (Mat. 11:19), se burlaron de él y lo ridiculi-zaron (Luc. 22:63). Para ellos, era simplemente otro ser humano.

Lamentablemente, no se dieron cuenta de que hay algo más en el título “Hijo del Hombre”. Según Daniel 7:13 y 14, “uno como un hijo de hombre” fue con las nubes del cielo “hasta el Anciano de días”, y recibió dominio, gloria y reino eternos. Los judíos identificaban a este Hijo del Hombre con el Mesías. De modo que, cuando Jesús usó este título, estaba revelando, de una manera semivelada, que él era el Mesías prometido, el Cristo encarnado.

LA MISIÓN DE CRISTO

Jesús vino a restaurar lo que el hombre había perdido en Edén.

EL HOMBRE

Perdió su relación con Dios

Perdió su santidad

Perdió su hogar

Perdió la vida eterna

JESÚSRestableció nuestra relación con

el Padre (Juan 1:51)

Perdona nuestros pecados y nos enseña cómo vivir (Mateo 26:28;

1ª de Pedro 2:21)

Nos está preparando un hogar (Juan 14:1-3)

Nos da vida eterna (Juan 3:16)

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”

(Lucas 19:10)

LA MISIÓN DE CRISTO

Después de considerar quién era Jesús, estamos en mejores condiciones para comprender qué vino a hacer por nosotros. Satanás hizo acusaciones contra Dios. A fin de hacer frente a esas acusaciones, Jesús vino para representar el carácter del Padre y corregir el concepto falso que muchos se habían formado acerca de la Deidad. Él quería que conociéramos a Dios, porque conocerlo es indispensable para tener vida eterna (Juan 17:3).

Sin embargo, necesitamos más que conocimiento para ser salvos.

Necesitamos que Dios nos provea un Salvador. Y ese es, precisamente, el significado del nombre Jesús: Yahweh es sal-vación (Mat. 1:21).

Jesús describió su misión en términos muy claros: “el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10). En el Edén, el hombre perdió su relación con Dios, perdió su santidad, perdió su hogar y perdió la vida eterna. Jesús vino para restaurar todo eso: restableció nuestra relación con el Padre (Juan 1:51), perdona nuestros pecados (Mat. 26:28), nos dio un ejemplo de cómo vivir (1 Ped. 2:21), nos está preparando un hogar (Juan 14:1-3) y nos da vida eterna (Juan 3:16).

“La gran condescendencia de Dios es un misterio que está más allá de

nuestro alcance. La grandeza del plan no puede ser comprendida

plenamente, ni puede la sabiduría infinita idear un plan que lo sobrepuje.

Pudo tener éxito únicamente... porque Cristo, llegó a ser hombre, y sufrió la ira que el pecado ha

producido debido a la transgresión de la ley de Dios. Por medio de este plan, el Dios grande y

terrible puede ser justo, y al mismo tiempo justificador de todos los que creen en Jesús, y que

lo reciben como Salvador personal. Esta es la ciencia celestial de la redención, de

salvar al hombre de la ruina eterna”

E.G.W. (La maravillosa gracia de Dios, 2 de junio)

Reflexión:

Observa el mundo y el destino que nos espera a todos.

Si todo terminara en la tumba, ¿qué esperanza tendríamos?

Ninguna, si no fuera por el plan de salvación.

¿De qué modo podemos mostrar nuestra gratitud a Dios por lo que

él ha hecho por nosotros en Cristo?

EL HIJO DE DIOS“Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31)Tanto los ángeles como los hombres aseveraron que Jesús es el Hijo de Dios.

Gabriel. Lucas 1:35. Juan el bautista. Juan 1:34. Natanael. Juan 1:49. Los discípulos. Mateo 14:33. Marta. Juan 11:27.

Los judíos entendieron que, al usar este título, Jesús blasfemaba, haciéndose Dios: “¿…vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?”(Juan 10:36; ver Juan 10:33)

La unidad completa de Jesús y el Padre incluye un perfecto conocimiento mutuo; una unidad de voluntad, propósito y objetivos. Es más, incluye una unidad de naturaleza. El Hijo y el Padre son dos personas, pero de la misma naturaleza (“Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30)

LA DIVINIDAD DE JESÚS

“Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33)

Durante su ministerio, Jesús fue desvelando gradualmente su divinidad, de una forma indirecta.

Se atribuyó el poder de

perdonar los pecados

“Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados

te son perdonados”

(Lucas 5:20)

Tenía el poder de resucitar a los muertos

“Porque como el Padre

levanta a los muertos, y les

da vida, así también el Hijo a los que quiere

da vida” (Juan 5:21)

Se atribuyó el título divino

“YO SOY”

“Jesús les dijo: De

cierto, de cierto os

digo: Antes que Abraham

fuese, yo soy”

(Juan 8:58)

Declaró haber existido con Dios desde antes de la

fundación del mundo

“Ahora pues, Padre,

glorifícame tú al lado tuyo, con aquella

gloria que tuve contigo antes que el mundo

fuese”(Juan 17:5)

Aceptó la adoración

“Y él dijo: Creo, Señor; y

le adoró” (Juan 9:38)

“En ocasión del bautismo del Salvador, Satanás se hallaba entre los testigos. Vio la gloria del Padre que descansaba sobre su Hijo. Oyó la voz de Jehová atestiguar la divinidad de Jesús. Desde el pecado de Adán, la especie humana había estado privada de la comunión directa con Dios; el trato entre el cielo y la tierra se había realizado por medio de Cristo; pero ahora que Jesús había venido “en semejanza de carne de pecado,” el Padre mismo habló. Antes se había comunicado con la humanidad por medio de Cristo; ahora se comunicaba con la humanidad en Cristo”

E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, cp. 12, pg. 90)

Las enseñanzas

Jesúsde

Te invito a bajar y

estudiar cada una de las 13 lecciones que tratan sobre

el tema:

ESTE SERVICIO ES GRATUITO Y

PUEDES USARLO

Slideshare.net/chucho1943