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Dios no es perverso ni rencoroso. Él mismo dice: “¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado?” (Ezequiel 18:23). Si a Dios no le agrada destruir a los pecadores, ¿cómo le va complacer atormentarlos eternamente?
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Una creencia muy extendida¿CREE usted que el infierno es
un lugar de tortura destinado a
los pecadores? Muchas
personas así lo creen. Según
un sondeo realizado en Escocia en 2005 por un investigador de
la Universidad de Saint
Andrews, 1 de cada 3 ministros religiosos creía que quienes se
apartaban de Dios sufrirían una
“eterna angustia mental en el
infierno”. Y 1 de cada 5
pensaba que experimentarían
tormento físico.
La creencia en el infierno está muy
extendida entre los habitantes de muchos países. En Estados Unidos,
por ejemplo, una encuesta Gallup llevada a cabo en 2007 reveló que el
70% de los entrevistados creían en el
infierno. Otro estudio realizado en 2000 mostró que el 71% de los
mexicanos creían lo mismo. Esta
creencia sobrevive hasta en países
que no se consideran religiosos.
Según la encuesta antes
mencionada, el 40% de los argentinos y el 30% de los españoles
también estaban convencidos de la
existencia del infierno. Lo mismo opinaban el 42% de los
canadienses y el 32% de los británicos, de acuerdo con otra
encuesta Gallup efectuada en 2004.
Qué se enseña en las iglesiasMuchos miembros
del clero ya no enseñan que el
infierno es un
lugar literal en el
que arden los
pecadores. Ahora se acercan más a
la definición que
se hace en la edición de 1993
del Catecismo de
la Iglesia Católica:
“La pena principal del infierno
consiste en la separación eterna de
Dios”.
Con todo, muchas personas siguen creyendo que el infierno es un lugar de tormento físico y mental. Y los
que defienden esta doctrina afirman que está basada en
la Biblia. Así lo reflejan las palabras de Albert
Mohler, presidente del centro teológico Southern Baptist
Theological Seminary, quien sostiene que esta doctrina
“es una realidad bíblica”.
¿Importa lo que usted crea?
Pues bien, ¿qué dice la Biblia al respecto?
Veámoslo en los siguientes artículos, donde se usarán diferentes versiones de la Biblia —tanto católicas como protestantes— para analizar las siguientes cuestiones:
1) adónde vamos cuando morimos,
2) qué enseñó Jesús sobre el infierno y
3) cómo nos acerca a Dios saber la verdad
sobre el infierno.
“Todas las almas son
inmortales, incluso las de los malvados [...].
Castigados con la
infinita venganza del
fuego insaciable, no pueden
morir, de modo que
les resulta imposible
poner punto final a su suplicio.”
(Clemente de
Alejandría, teólogo de los
siglos II y III de nuestra
era)
¿Adónde vamos cuando morimos?
TODOS los que, como Clemente de Alejandría, defienden que el infierno es un lugar de tormento dan por sentado que el alma humana es
inmortal.
Pero ¿apoya la Biblia
esta creencia?
Averigüémoslo
analizando cómo
responde la Palabra
de Dios a las
siguientes
preguntas.
¿Tenía Adán un alma inmortal?Una traducción católica —La
Santa Biblia, de Juan Straubinger— narra así la
creación de Adán: “FormóYahvé Dios al hombre del
polvo de la tierra e insufló en
sus narices aliento de vida,
de modo que el hombre vino a ser alma viviente”
(Génesis 2:7).
Es interesante notar que en
ningún momento se dice que
Adán recibiera un alma.
Estas palabras no dan a entender en
ningún momento que
algo dentro de Adán
sobreviviría a la
muerte.
En efecto, cuando
Adán murió, su alma
—esto es, el mismo
Adán— también
murió.
Jesucristo nunca dio a entender que los muertos estuvieran conscientes; al contrario, comparó la muerte a un sueño (Juan 11:11-
14). Aun así, hay quienes afirman que Jesús habló del fuego del infierno y de que los pecadores serían echados allí. Pues
bien, examinemos lo que realmente dijo Jesús acerca del infierno.
A PRIMERA vista puede parecer que estas palabras de Jesús en verdad apoyan la enseñanza de un tormento eterno en las llamas del infierno. Sin embargo, la Biblia indica claramente que “los muertos no saben nada”, y Jesús nunca diría algo
contrario a lo que dice la Palabra de Dios (Eclesiastés 9:5, BA).
¿A qué se refería Jesús cuando
habló de echar a alguien “al
infierno”?
En la versión arriba citada de Marcos 9:47,elvocablo griego traducido por “infierno”
es guéenna, un término procedente del hebreo gueh hinnóm, que significa “valle de
Hinón”. Este valle —situado a las afueras de la antigua Jerusalén— se empleó en tiempos de
los reyes israelitas para ofrecer niños en sacrificio.
Dios condenaba esta repugnante práctica, así que prometió ejecutar a quienes realizaban estos
actos propios de la religión falsa. Este valle
llegaría a conocerse como el “valle de la
Matanza”, donde yacerían sin ser enterrados “los
cadáveres de esta gente”
(Jeremías 7:30-34, TLA).
De este modo Jehová predijo que el valle de Hinón dejaría de ser
un lugar donde se torturaba a seres
vivos y se convertiría en un lugar para
depositar grandes cantidades de cadáveres y así
deshacerse de ellos.
• En tiempos de Jesús, el valle de Hinón se
utilizaba como basurero. Allí se
arrojaban los cadáveres de algunos criminales, y un fuego constante quemaba
sus restos y los desperdicios de los
habitantes de Jerusalén.
• Parece que cuando Jesús habló de gusanos que no mueren y de un
fuego que no se apaga, estaba citando de Isaías 66:24. Este
profeta menciona “los cadáveres de los hombres que se
rebelaron contra [Dios]” y dice que “los gusanos
que se los comen no morirán, y el fuego que los devora no se
apagará” (VersiónPopular).
• Tanto Jesús como sus oyentes sabían que Isaías estaba aludiendo al fin que les esperaba a los cadáveres de quienes no merecían un entierro.
De modo que cuando Jesús habló de ser echados en el valle de Hinón, o Gehena, en realidad se refería a morir
sin posibilidades de resucitar.
Por si quedaban dudas, dejó claro este punto cuando advirtió que Dios “puede destruir alma [o vida] y
cuerpo en el Gehena” (Mateo 10:28, Versión Hispano-Americana). Por tanto, el Gehena es símbolo de muerte
eterna, y no de tormento eterno.
Cuando Jesús empleó la expresión el “fuegoque no se apaga”, ¿estaba hablando en sentido
literal o simbólico?
¿No será que Jesús utilizó el término “fuego” de manera simbólica?
• Aunque la mayoría de las traducciones emplean la palabra “castigo” en Mateo
25:46, el significado básico del término griego kólasin es “poda de
los árboles”, que implica truncar o recortar lo que
sobra.
Así, a diferencia de las personas mansas como ovejas que reciben vida eterna, los pecadores incorregibles —comparados a cabras— reciben un “castigo eterno” en el sentido de que se les corta, o trunca, la vida para siempre.
Y usted, ¿qué piensa?
Jesús nunca enseñó que los seres humanos tuvieran un alma inmortal.
Pero sí hablómuchas veces de
que los muertos
volverían a la vida
(Lucas 14:13, 14;
Juan 5:25-29;
11:25). Si Jesús hubiera
creído que las
almas eran
inmortales,
¿por qué dijo que los muertos
resucitarían?
• Jesús tampoco enseñó que Dios tortura eternamente a los malvados; al contrario, dijo: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16, Reina-Valera, 1960).
Con estas palabras, Jesús dio a entender que quienes no creyeran en él no tendrían vida eterna. Ahora
bien, si lo que en realidad quería decir es que sí vivirían eternamente, pero en un infierno de fuego,
¿por qué no lo dijo así?
Tal como hemos visto, la doctrina de que el infierno es un lugar de tormento no está basada en la Biblia. En realidad es una creencia pagana disfrazada de
enseñanza cristiana
Breve historia del infierno
• NACE DE CREENCIAS PAGANAS.
• Los antiguos egipcios creían en la existencia de un infierno de fuego. El libro del
Amduat, que data del año 1375 antes de nuestra era, habla de quienes han “caído en
los hoyos de fuego” y les dice: “No escaparéis [de las llamas]. No lo evitaréis”.
Asimismo, el filósofo griego Plutarco (c. 46-120 de nuestra era) dijo que los que estaban en el
mundo de ultratumba recibían “castigos y entre atroces sufrimientos y tormentos ignominiosos
se lamentaban llorando”.
PENETRA EN DIVERSAS SECTAS DEL JUDAÍSMO.
Según el historiador
Flavio Josefo (37-c. 100 de nuestra
era), la secta judía de
los esenios creía que
“el alma es
inmortal, imperecedera”. También dice que
estaban “de acuerdo
con los griegos” en
que “las almas
impuras
[...] van a parar a un abismo
tenebroso agitado por
tempestades, lleno de sufrimientos eternos”.
SE INTRODUCE EN EL “CRISTIANISMO”.
• En el siglo II de nuestra era, el libro apócrifo Apocalipsis de Pedro anunciaba lo que les esperaba a las personas malas: “Se les prepara [...] un fuego inextinguible”. Y luego decía: “Ezreel, el ángel de la ira, viene con hombres y mujeres con la mitad de sus cuerpos en llamas y los arroja a un lugar oscuro, el infierno de los hombres; y un espíritu de la ira los castiga”.
• En esa misma época, Teófilo de Antioquía citó en uno de sus escritos las palabras de cierta profetisa griega —conocida como la Sibila—, quien describía así el castigo que sufrirían los malvados: “Una llama de fuego abrasador ha de veniros, y por siempre, el día entero, seréis en su ardor abrasados”. Para Teófilo, estas palabras estaban entre lo que es “verdadero y provechoso y justo y digno de amarse por todos los hombres”.
SE UTILIZA PARA JUSTIFICAR LAVIOLENCIA DURANTE LA EDAD MEDIA.
• María I Tudor —quien fue reina de Inglaterra de 1553 a 1558—recibió el apodo de María la Sanguinaria por quemar a casi trescientos protestantes en la hoguera. Según cuentan, se justificó diciendo: “Si las almas de los herejes van a arder eternamente en el infierno, no hay nada de malo en que yo imite la venganza divina y los mande a la hoguera aquí en la Tierra”.
SE REDEFINE HOY DÍA.
• Durante los últimos años, algunos grupos religiosos han revisado su doctrina del infierno. La comisión doctrinal de la Iglesia Anglicana, por ejemplo, dijo en 1995: “El infierno no es el tormento eterno; es la elección final e irrevocable de un proceder que se opone de forma tan absoluta a Dios, que lleva irremediablemente a la inexistencia total”.
• En Apocalipsis (Revelación) 20:10 se indica que el Diablo será arrojado en “el lago de fuego” y atormentado “día y noche por los siglos de los siglos” (Reina-Valera [RV], 1960). Pero para atormentar al Diablo eternamente, Dios tendría que mantenerlo con vida.
Sin embargo, la Biblia dice claramente que
Jesús lo va a “destruir” (Hebreos 2:14, RV). También indica que este lago de fuego representa “la muerte segunda”
(Revelación 21:8).
¿A qué se refiere esta expresión?
No se trata de la muerte que se menciona primero en la Biblia, la provocada por el pecado de Adán y de la que uno puede ser liberado mediante la resurrección (1 Corintios
15:21, 22).
Ahora bien, ¿en qué sentido se atormenta eternamente a los que están en “el lago de
fuego”?
A veces, el verbo atormentar se usa con el sentido de “encarcelar” a alguien. Por ejemplo, en
cierta ocasión en que Jesús hizo frente a los
demonios, estos clamaron: “¿Has venido acá para
atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:29, RV).
• Estas palabras se aclaran en un relato paralelo, donde se dice que “le rogaban que no los mandase marchar a la cárcel de demonios”
(Lucas 8:30, 31, Biblia delPeregrino, nota). Así que todos los que sean arrojados a dicho “lago” sufrirán el tormento de estar eternamenteencarcelados en la muerte; en otras palabras, sufrirán “la muerte segunda”.
¿Quiénes serán liberados del infierno?
En la Biblia, el término guéenna alude a una
destrucción absoluta, sin
posibilidades de resurrección. Por el contrario, quienes
están en el háides (en español, Hades) sí
tienen la esperanza de ser resucitados
• En este versículo, el término griego que se traduce “infierno” es háides. Así que Jesús no estuvo en ningún lugar de tormento con fuego, sino en el Hades, que es la sepultura colectiva de la humanidad. Sin embargo, él no es el único a quien Dios tiene pensado liberar del Hades.
• Hablando proféticamente de la resurrección, la Biblia dice: “La muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos” (Apocalipsis [Revelación] 20:13, 14, Reina-Valera, 1909).
QUIENES enseñan que el infierno es un lugar de tormento dan una imagen muy distorsionada de Jehová
Dios y sus cualidades.
Es verdad, la Biblia dice que Dios destruirá a las personas malas (2 Tesalonicenses 1:6-9). Pero
la justa indignación que lo lleva a tomar esta medida no es el rasgo dominante de su personalidad.
Dios no es perverso ni rencoroso. Él mismo
dice: “¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado?” (Ezequiel
18:23, Nueva VersiónInternacional [NVI]).
Si a Dios no le agrada destruir a los
pecadores, ¿cómo le va complacer
atormentarlos eternamente?
Así es, “el SEÑOR es bueno con todos; él se compadece
de toda su creación”
(Salmo 145:9, NVI).
Y lo único que pide a cambio es que lo
amemos con todo el corazón
(Mateo 22:35-38).
La principal cualidad de Dios es el amor
(1 Juan 4:8).
¿Temor al infierno, o amor a Dios?• Quienes creen que las
almas sufren en el infierno sienten por Dios un angustioso temor. Pero esto no tiene nada que ver con el verdadero temor de Dios. Este temor no es un terror paralizante, sino un profundo sentimiento de respeto por el Creador que nos impide hacer cualquier cosa que le desagrade.
Este es el temor que desarrollan quienes
conocen la verdad sobre él y llegan a amarlo.
Como explica
Salmo 111:10, “el principio del saber es temer al
Señor; es sabio de verdad el que así vive”
(La Nueva BibliaLatinoamérica, 1992).
Así es, el profundo amor y el respeto reverencial que sentimos por Dios —y no el miedo al infierno— es lo que debe impulsarnos a cumplir su voluntad. Si así lo
hacemos, podremos disfrutar de felicidad eterna. Como escribió el salmista: “Bienaventurado todo aquel que
teme a Jehová, que anda en sus caminos”• (Salmo 128:1, Reina-Valera, 1960).
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La Atalaya1 de noviembre de 2008