La Montaña 13 de enero de 2014.

“La Paz”

Buenos días mis estrellas,

Lunes planeta la Luna ¡ah jajá! ¿Qué es la Luna? Esa Dama tan

grande y gran Señora que siempre esconde una cara ¿en qué nos

parecemos? ¡Ayyyy mis queridas semillas,

en muchas cosas! Nueve lunas, nueve

meses, es una gran suerte y un gran honor

poder llevar a ese fruto tan maravilloso en

nuestras entrañas. La otra cara, pues que

la esconde y también escondemos, decirme

mis semillas aquel o aquella que no ha

dicho una mentira pequeñita o deformado la verdad ¡Qué tire la primera

piedra! ¡Ah jajá! Servidora esconde la mano, por fortuna he tenido que

decir vaaarias mentiras, eso sí, piadosas jijijiji, piadosas.

Tenemos en la vida que aplicarlas, pero cuidado, sin hacer daño,

ya tenemos los dos lados de la Luna, lo más maravilloso es que sin la luna

no tendríamos noche y no podríamos apreciar el Sol, así que nos vamos a

quedar con las dos caras y con el Sol y la Luna.

Concentraros, cerrar los ojos y concentraros bien.

Érase una vez dos países, como siempre hermosos, pero se habían

declarado la guerra, suele pasar desde los tiempos más remotos hasta hoy

en día. El Príncipe del país B no quería ir a la guerra, el Príncipe de país

A, se la declaró. Entonces el buen príncipe dijo: “No quiero que mi país

sufra, pero tengo que cumplir mi palabra y defenderlo”. Así que le pidió

ayuda a su madre y le dijo: “Madre, prepara mi traje de guerra, la

armadura, el casco, la lanza” Y la madre con el dolor de corazón fue a la

sala de armaduras. Efectivamente, hacía tantos años que no la utilizaba

que su casco o sombrero, se había caído al suelo, por una ventana había

entrado una paloma y la paloma fue a preparar su nido dentro de ese

casco que el príncipe necesitaba para colocárselo sobre su cabeza y

protegerla.

Cuando la madre se acercó vio que había tres polluelos, tres

palomitas pequeñas, que pensaban que les traían de comer y empezaron a

cantar. La madre le dolía tanto el corazón, que salió y dijo: “Hijo mío aquí

te traigo tu traje, pero no esperes el casco -es decir, su sombrero- no he

podido, pesaba demasiado”, “Madre, si tienes mucha fuerza ¿qué me

quieres decir?”, “Hijo mío tendrás que ir sin el casco a la guerra”. Pero

¿por qué?

Entonces la madre le explicó que una paloma había entrado y que

había anidado y tenía tres polluelos hermosos; y no podía lastimar a esa

paloma que siempre ha simbolizado el Mensajero de la Paz. Entonces el

hijo le dijo: “Madre, no lloréis más pues así iré a luchar por mi pueblo”.

Se armó de Valor, de Honor y con todos sus soldados se presentó a

la batalla. El príncipe que declaró la guerra al verlo dijo: “¿Dónde va ese

insensato de príncipe? Con mi primera lanza, ya habré ganado la batalla.

Se acercó a él y le dijo: “¿Por qué venís sin vuestro casco, por qué no

lleváis nada en la cabeza? Me intriga. Y le dijo: “Príncipe la razón es muy

sencilla, desde hace tantos años que no he utilizado el casco, una paloma

vino a depositar su nido, y por no molestarla y salvar las vidas le he dado

la preferencia a ella y a sus hijos, aquí me presento ante vos para luchar y

defender mi pueblo”.

El rey se echó a reír y dijo: ¡Qué majadería! ¿Es para engañarme?

“Nooo Majestad”. Entonces el Príncipe A mandó a uno de sus ministros a

verificar si era verdad. Al llegar al castillo efectivamente vio que estaba

ahí su casco y dentro estaba la paloma

con tres polluelos llenos de vida. Y

pensó “Si mato a la madre, sus hijos

morirán y si mueren la guerra está

declarada” La paloma siempre es el

símbolo de la Paz, es un Hilo entre el

Universo y el hombre, es un hilo entre

el Padre y los seres vivos.

Cuando se lo comunicó su

hombre de confianza, le dijo: En efecto, dice la verdad”. Entonces el

Príncipe A se sacó su casco y dijo: “A partir de este momento he recibido

la mejor lección de la vida, que es Respetarla. No habrá muertes. Si una

paloma ha creado la vida en ese casco y vuestra madre ha respetado sin

destruir su casa, ¿Por qué nosotros íbamos a destruir la de nuestro

pueblo? Firmaron un contrato y desde entonces, desde miles y miles de

años, los dos países conservan la Paz.

Mis queridas semillas, no solamente esos príncipes declararon la

guerra, también somos nosotros con las mejores intenciones, otra vez más,

los celos, las envidias, si queremos un Mundo de Paz y de Justicia, hay

que poner decididamente la Inteligencia al Servicio del Amor. Porque si

utilizamos la inteligencia sabemos que el Amor va junto y siempre recordar

que la Paz empieza con una sonrisa. Olvidamos muy fácilmente que hay

algo taaan necesario como el pan de cada día y es la Paz de cada día, la

Paz sin la cual el mismo pan nos sería amargo, no tendría gusto, no hay

camino hacia la Paz ni la Paz en el camino si no estamos bien con nosotros

mismos.

Una vez un niño trataba de ver su cara en un río donde corría el

agua cristalina, pero una voz le dijo: “Un hombre no puede ver su cara en

el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente en la

tranquilidad de uno, podemos transmitir la tranquilidad a los otros”. Si

tenemos una buena conducta cada día, podremos transmitir la Paz a los

otros. No basta con hablar de Paz, uno debe creer en ella y no tenemos

suficiente con creer, hay que trabajar para conseguirla. Es lo más difícil

mis semillas, lo más difícil, dónde está la balanza, en el justo medio.

Hoy de nuevo la memoria, guardemos la alegría de este mes que

hemos pasado, esa inocencia de los niños de fiestas de Navidad, la alegría

de todos los símbolos, la alegría de las piñas.

Sabéis que los Druidas y los celtas y también nuestros antepasados,

encontraron las piñas de los pinos, como

esas bellas piñas que tienen los pinheiros

de Curitiba, que tirándolas de un lado al

otro eran como un juguete y daban alegría,

desde entonces si tenéis piñas en casa o si

las colgáis, os darán prosperidad, alegría y

mucha felicidad.

Parece sencillo, porque tenemos y

no le damos importancia, hace tantos siglos atrás no existía nada de lo que

hoy tenemos, por eso eran tan importantes. Ir a recoger una piña a la

naturaleza, tenerla en casa o en vuestro jardín y si tenéis más en un cestito,

veréis que bonito hace. Podéis también pintarlas doradas, plateadas o de

colores o natural, es un símbolo también de tener la Armonía y la Paz.

Afrontemos el día, con las dos caras de la Luna, aquella que

esconde secretitos y la que después de nueve unas no puede esconder nada

más, el bebé tiene que nacer. El bebé es la Nueva Vida.

Os deseo a todos una Nueva Vida, un Feliz Año Nuevo con la Paz

y la Alegría.

Con todo mi amor,

La Jardinera