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LA RELACION DEL CREYENTE CON LA LEY Lección 7 – Romanos.

Lección 7 - Doctrina y vida de la Iglesia

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LA RELACION DEL CREYENTE CON LA LEYLección 7 – Romanos.

A. Todos los creyentes han muerto a la Ley y ahora están casados con Cristo.

•Leamos: Romanos 7:1

•Muchos de los creyentes a quienes Pablo les escribía eran judíos. Habían recibido enseñanza sobre la Ley, y habían hecho el esfuerzo de obedecerla, aun antes de confiar en el Señor Jesús como el Libertador enviado por Dios.

•Pablo les hablaba a los judíos porque ellos entendían acerca de la Ley. Sabían que, mientras vivían, estaban bajo la dirección y control de la Ley de Dios. Solamente al morir podrían escapar de las demandas de la Ley.

A. Todos los creyentes han muerto a la Ley y ahora están casados con Cristo.

•Leamos: Romanos 7:2-4.

•¿Qué hizo Dios para que todos los creyentes pudieran morir a la Ley y casarse con Cristo, el Hombre amable y atento?

•¿Por qué era tan importante que todos los creyentes fueran liberados de la autoridad de la Ley?

A. Todos los creyentes han muerto a la Ley y ahora están casados con Cristo.

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

•Una parte de nosotros quiere obedecer a Dios y la otra parte quiere que sigamos el pecado y que nos agrademos a nosotros mismos.

•Así es que no importa cuánto nos esforcemos, somos incapaces de obedecer los mandatos del Señor que Él nos ha dado en Su Palabra.

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

•Leamos: Romanos 7:14

•¿Por qué pasa esto?

•¿Creemos todos que todo lo que Dios nos manda hacer en Su Palabra es santo y bueno?

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

• Leamos: Romanos 7:15,16.

• “...no hago lo que quiero,”

• “…sino lo que aborrezco”

• Entonces, “la ley es buena” Es buena y bien adaptada a nuestras circunstancias como

pecadores, porque revela y condena lo malo que hacemos. (Ro.3:19,20)

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

• Leamos: Romanos 7:17-23.

•Romanos 7:17 y 20 nos dice por qué no tenemos la habilidad para guardar la ley por nuestros propios esfuerzos.

• “...el pecado que mora en mí” (la naturaleza de pecado)

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

• Leamos Romanos 7:24.

•¿Cómo pues podemos ser librados del control de nuestra vieja naturaleza perversa, el viejo yo que quiere seguir el pecado y seguir su propio camino en vez de obedecer al Señor?

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

• Leamos: Romanos Lea 7:25.

•Solamente existe un medio para librarnos del poder del pecado y de nuestros propios corazones pecaminosos.

•Dios nos ha librado por medio del Señor Jesús.

B. Aunque tenemos vida nueva, no podemos obedecer la Ley por nuestros propios esfuerzos.

• Leamos: Romanos Lea 7:25.

C. Todos los creyentes están libres de la condenación de la Ley porque son uno con el Señor Jesucristo.

• Leamos: Romanos 8:1

• Pablo dijo en el primer versículo: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.

La Ley condena a todos los que están bajo su control…

Pero todos nosotros que ahora estamos en el Señor Jesús estamos libres de la condenación de la ley.

D. Todos los creyentes pueden vivir en obediencia al Señor por medio del poder del Espíritu Santo que mora en ellos.

•Leamos: Romanos 8:2-4.

•La Ley de Dios no podía hacernos justos, aceptables ni obedientes a Dios. Lo que dice la Ley es bueno, pero por causa de nuestra naturaleza pecaminosa éramos – y todavía somos – demasiado pecaminosos y débiles para obedecer sus mandatos.

D. Todos los creyentes pueden vivir en obediencia al Señor por medio del poder del Espíritu Santo que mora en ellos.

•Leamos: Romanos 6:11-13.

No teníamos las fuerzas para luchar contra el pecado. Pero ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, y al someternos a Él y depender de Él y no de nosotros mismos, Él nos capacita para hacer lo que el Señor Jesús quiere que hagamos.