Reforma íntima

Barcelona, 5 de septiembre de 2014

CEADS (Centre Espírita Amalia Domingo Soler) www.ceads.kardec.es

¿Qué es la reforma intima?

ES LA RENOVACIÓN DE LAS ESPERANZAS INTERIORES, TENIENDO

POR META EL FORTALECIMIENTO DE LA FE, LA SOLIDIFICACIÓN

DEL AMOR, LA INCESANTE BUSQUEDA DEL PERDÓN, EL CULTIVO

DE LOS SENTIMIENTOS POSITIVOS Y LA FINALIZACIÓN EN EL

PERFECCIONAMIENTO DEL SER

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Postura de aprendiz

Observaciones de si mismo

Renuncia

Aceptación de la sombra

Auto-perdón

Complejidad en la decisión de

crecer

Vigilancia

Oración

Trabajo

Tolerancia

Amor incondicional

Socialización

Caridad

3


Búsqueda de nuevos conocimientos

Curiosidad incesante

Reconocimiento de mi inferioridad*

Humildad para pedir ayuda (si necesario)

*Se conecta con el próximo punto

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Análisis de nuestro interior

Auto-evaluación

Benevolencia hacia los errores

5


Aceptación

Visualizar el Camino por delante

Valoración de las conquistas

Postura de errores y experiencias

6


Selección social

Nuevas elecciones

Cambio radical (cuando necesario)

7


Aceptación de la dificultad de empezar

No tener miedo a recomenzar

Indulgencia

“No a la culpa”

8


Renovación espiritual

Devoción (tiempo completo)

Seriedad

Auto-compromiso

Deseo de lucha

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Higiene de pensamientos

Auto-conocimiento

Oración

10


Terapia de auto-cura

Conectar-se con las energías Superiores

Vigilancia

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Ocupación del tiempo

Utilidad o sentir-se útil

Auto-defensa

Dedicación

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Señales de Evolución

Mantener el corazón abierto y libre

de malos pensamientos

Complacencia (caridad hacía nuestros esfuerzos)

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Amar a los cercanos y al prójimo

Desafío de amar-se

Amor divino

Cuidado con la “Tortura íntima”

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Interés personal aliado al todo (ley de sintonía)

Acción (caridad)

Defensa contra el personalismo y vanidad

Tareas doctrinarias

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Amor paternal

Reflexiones materiales (contraste con los

menos favorecidos)

Dínamo de sentimientos

Escuela de afectos

Práctica de las enseñanzas espíritas

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“…Al término de la jornada interrogaba a mi conciencia, pasando en

revista cuanto había realizado ese día, y me preguntaba si no había

faltado a algún deber; si nadie había tenido que quejarse de mi. Así

llegué a conocerme y averiguar qué era lo que debía reformar en mí.

Aquel que, llegada cada noche, recuerde todas sus acciones de la

jornada y se pregunte qué ha hecho de bien o de mal, rogando a Dios

y a su ángel de la guarda que lo iluminen, adquirirá gran energía para

perfeccionarse…”

San Agustín

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