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Sobre el Perdón
El dolor puede llevar al resentimiento: extraña
patología.
El dolor y el resentimiento cambia las relaciones
con los los demás y con todo lo que nos rodea
haciéndolos presuntamente hostiles.
Se inicia una dinámica de desconfianza, soledad y
de repliegue.
• ¿Definición de perdón? Diferenciar de los siguientes conceptos (afines):
Indultar, amnistiar, condonar o prescribir (términos
legales)
Disculpar.
Excusar.
Olvidar.
Negar.
Comprender.
Reconciliar
• La capacidad de perdonar. Etimológicamente: palabra hebrea rechem (útero).
Asociación entre el perdón y una nueva vida: abrir la puerta
a esa nueva vida.
Naturaleza dual del perdón. Es un proceso que tiene esa
doble configuración: una dimensión interpersonal; y una
dimensión intrapsíquica.
• La capacidad de perdonar. Fundamentalmente el perdón consiste en la renuncia a un
derecho sobre el victimario.
Cancela la obligación del agresor con su víctima.
El perdón conlleva esa labor dolorosa de renunciar a algo
a lo que se tiene derecho.
• Perdón como proceso y como acto. Tras un determinado proceso, adviene en un momento
determinado el acto del perdón.
Papel privilegiado en los siguientes elementos:
Resolución de emociones como el dolor.
Objetivo específico, los sentimientos como: envidia,
odio, deseos de venganza, rencor, rabia, vergüenza,
humillación, la propia culpa y el resentimiento.
Proporciona alivio mediante la elaboración de los
sentimientos.
• Perdón como proceso y como acto. El ámbito del perdón son los sentimientos,.
Esta es una de las dificultades para el ejercicio del perdón: ir
más allá del dolor y sus derivados (la respuesta de odio,
deseos de venganza y resentimiento).
Supone un trabajo y esfuerzo de primera magnitud, por lo
que no cualquier ser humano se encuentra en
condiciones ni en disposición de otorgarlo.
¿Es posible el perdón en la vida real?
• Dos características que definen a la especie H. Arendt (2005),
Fuimos creados con el poder de imaginar el futuro pero
sin el poder de controlarlo.
Fuimos creados con el poder de recordar el pasado pero
sin el poder de cambiarlo.
Sólo el perdón disfruta de la facultad de modificar
el pasado, un pasado emocional.
Perdón: instrumento terapéutico de primera
magnitud. La posibilidad de disponer de un medio que permita corregir
lo ocurrido en la historia pasada.
Otras propiedades del perdón: Desanuda la ligazón con el pasado, con aquello que nos
ataba y arrastraba hacia atrás.
Nos libera de la dictadura del pasado y de la
inmovilización que supone el mantenimiento de un statu
quo, caracterizado por el rencor.
Posibilita el abandono del resentimiento y deseo de
venganza.
Posibilita mirar hacia el presente-futuro sin la carga que
imponen los actos del pasado.
Se demanda ser lo suficientemente sano para
perdonar. Personalidad (suficientemente) madura, que sepa perdonar
y sepa pedir perdón.
El perdón comporta un esfuerzo
psíquico/emocional/relacional intenso y doloroso.
Es un acto gratuito. Quien perdona lo hace porque quiere y
así lo siente.
El fenómeno del victimismo. Postura que atrapa al que ha experimentado el agravio y el
dolor y del que en ocasiones le cuesta salir por el poder que
le otorga.
"He sufrido y eso me justifica".
“Mi derecho proviene de mi condición de víctima”.
* Así ad infinitum…
El perdón, la memoria y el olvido. Una memoria herida corrompe.
Perdonamos a sabiendas, pero el perdón no disimula, ni
disfraza, ni banaliza, ni ignora lo sucedido.
El perdón, la memoria y el olvido. El perdón no borra la memoria.
Idea de la cicatriz. La cicatriz es el recuerdo, queda ahí para
siempre, pero ya no duele ni sangra ni se infecta.
No podemos borrar los recuerdos de nuestra mente, pero sí
podemos quitar el veneno de esos recuerdos.
«Yo perdono, pero no olvido»: sigue albergando deseos de
venganza y resentimiento.
«Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si
alguno tuviere queja contra otro. De la misma manera que
Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros» (Col. 3:13)
En el camino que lleva a la restauración hay un paso
fundamental: el perdón.
El perdón está en el corazón mismo del Evangelio.
Fallar u obedecer en este punto viene a ser un test básico
de nuestra madurez cristiana.
La práctica del perdón Transformando heridas en cicatrices.
Un proceso largo y costoso. La disposición a perdonar
puede (y debería) ser inmediata: «estoy decidido a perdonar,
aunque la curación de mis heridas requiera más tiempo».
Aprendiendo a perdonar «Errar es humano, perdonar es divino».
El aprendizaje del perdón se fundamenta en dos grandes
realidades cuya ausencia va a dificultar mucho un perdón
genuino.
Ser conscientes de nuestros pecados.
Experimentar el perdón de Cristo,