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Mal de Alzheimer. Enfermedad degenerativa la cual nos hace perder la memoria. En poco tiempo, no nos recordamos de cosas, de amigos, de quién somos. No debemos vivir dentro de un pasado, pero de cierta forma él nos define , da sentido a lo que somos, nos ayuda a comprender el presente. Menos grave que ésta , pero a su vez más letal para nuestra memoria, es el olvido, lo cúal nos consume fechas, nombres, frases y momentos que un dia tuvieron un significado en nuestras vidas.
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La memoria de los bits Estamos tornándonos autores y consumidores de una nueva memoria “desterritorializada”, fragmentada y colectiva.
02 de febrero de 2011, 18:11
De Ricardo Murer Graduado de Ciencias de la computación (USP) y maestro de la Comunicación (USP). Especialista de la estrategia digital y de las nuevas tecnologias. Follow: @rdmurer
Mal de Alzheimer. Enfermedad degenerativa la cual nos hace perder la memoria. En poco tiempo, no nos recordamos de cosas, de amigos, de quién somos. No debemos vivir dentro de un pasado, pero de cierta forma él nos define , da sentido a lo que somos, nos ayuda a comprender el presente. Menos grave que ésta , pero a su vez más letal para nuestra memoria, es el olvido, lo cúal nos consume fechas, nombres, frases y momentos que un dia tuvieron un significado en nuestras vidas.
Como perdemos el arte de la memoria, estamos hoy dependiendo de objetos externos para evocar nuestros recuerdos. Hasta hoy nuestra “arquitectura de la memoria”, los museos, bibliotecas y los archivos son frágiles delante de la acción del tiempo.
Por otro lado sin embargo, en el ciberespacio no existe el olvido pués el almacena-‐miento de la información se da en multiples bancos de datos replicados y estrategicamente localizados en lugares diferentes. En este universo paralelo, Mneumsine, diosa de la memoria, reina absoluta.
Así, a medida en que digitalizamos nuestras vidas (fotos, diario/blogs, cartas/emails, conversaciones telefónicas, videos....) estamos dislocando nuestros recuerdos para dentro de estos templos binarios, tornándonos autores y consumidores de una nueva memoria “ desterritorializada”, fragmentada y colectiva.
Las implicaciones de esta nueva topografia de la memoria son muchas.Voy aqui a hacer una reflexión sobre dos aspectos:
La memoria colectiva
Si antes, la memoria era propiedad particular, delimitada por la topologia tridimensional del cerebro de cada uno, ahora ella está distribuida dentro de una arquitectura digital “colectiva”. Recuerdos, una vez en formato digital, son linkadas, editadas y copiadas a partir de una dinámica de la red, donde todo se actualiza y potencializa a cada segundo, sin criterio o censura.
El problema se origina de memorias digitales publicadas sin autorización de sus creadores. Caso de derechos autorales. “Nada puede ser reproducido sin autorización previa y expresa de su autor” .Y apesar de las leyes aún no están completamente
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claras y definidas para el universo digital, colectivizar o compartir memorias de alguien sin previa autorización puede ser considerado crimen.
La evocación de la memoria
La segunda reflexión se relaciona a los mecanismos virtuales de “ evocación de la memoria”.Para encontrar recuerdos digitalizados usamos herramientas de búsqueda basadas en las palabras llaves, programas automatas(spiders) y una clasificación de relevancia para cada página.
Si de un lado estas herramientas son útiles para encontrarse websites y archivos pre-‐visitados, por otro ellas no funcionan para encontrar memorias digitales humanas (Human Digital Memories-‐HDMs). Para esto las herramientas de búsqueda precisan atender a otros criterios, tales como autoria, contexto, geolocalización y “ líneas temporales”. Sí, las reminiscencias de nuestro pasado están “ sueltas” en el ciberespacio y encontrarlas va a depender aún de herramientas nada adecuadas.
De hecho los recuerdos digitales o no, algunos deseamos recordarlos y otros simplemente olvidarlos.
