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Diapositivas del Catecismo de la Iglesia Católica realizadas en México por Bernardo Cortina
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8. JESUCRISTO, DIOS Y
HOMBRE VERDADERO
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La venida de Cristo■ “Al llegar la plenitud de los tiempos, envió
Dios a su Hijo, nacido de mujer” (Ga 4,4). “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14).
■ Esta verdad es el punto esencial por el que el cristianismo se diferencia de otras religiones. En el cristianismo no es solamente el hombre quien busca a Dios, sino que es Dios en Persona quien viene al hombre (TMA, 6).
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La venida de Cristo■ La existencia histórica de Jesucristo es
una verdad de fe (1Jn 4,2) y es también un hecho que se puede probar fácilmente (cf.
TMA, 5).■ Nació, vivió y murió en un tiempo histórico
preciso (Lc 2,1-2 y 3,1-2). Es hombre verdadero: “trabajó con manos de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre...” (GS, 22), no es un mito, ni creación de los hombres.
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La venida de Cristo
■ Declaró que era Dios, Hijo Unigénito de Dios, de la misma naturaleza que el Padre, y manifestó su divinidad con su vida, su doctrina y sus milagros, sobre todo con su gloriosa Resurrección.
■ El Padre y yo somos una sola cosa (Jn 10,30). Antes de que Abraham existiera, yo soy (Jn
14,9). Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni al Padre sino el Hijo (Mt 11,27)...
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La unión hipostática■ La Segunda Persona de la Santísima
Trinidad (el Hijo) unió a su propia naturaleza divina una verdadera naturaleza humana, con un cuerpo y un alma como los nuestros.
■ No es un ser con dos personalidades (la de Dios y la de hombre), sino una Persona con dos naturalezas (unión hipostática).■ No es un hombre extraordinario, ni un dios con apariencia de hombre, ni un mítico semidiós, sino perfecto Dios y perfecto hombre.
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La unión hipostática■ El Verbo se hizo carne no por
transformación de la divinidad en humanidad, sino mediante la asunción de la naturaleza humana —cuerpo y alma— por la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
■ No es en parte Dios y en parte hombre, ni el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios (CEC, 464).
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La unión hipostáticaA la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina en la Persona del Hijo se
le llama unión hipostática.
En JESUCRISTO hay dos naturalezas:
• divina• humana
en una ÚNICA PERSONA: la del VERBO
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La unión hipostática
2 naturalezas2 naturalezasdivina
humana
desde toda la eternidad
cuerpo
alma
inteligencia
voluntadCEC, 470
unidas en la unidas en la Persona del Persona del
VerboVerbo
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La unión hipostática■ La Iglesia debió defender esta
verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:
■ Docetismo: negaban que la humanidad de Cristo fuera verdadera (sería sólo aparente); fue rechazada por los Apóstoles (1Jn 4,2-3; CEC465).
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La unión hipostática■ La Iglesia debió defender esta
verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:
■ Arrianismo: (Arrio) sostiene que el Hijo de Dios es “de una substancia distinta de la del Padre”. Condenada por el Concilio de Nicea (a. 325), que enseñó que el Hijo es “de la misma substan-cia (homousios) que el Padre. (CEC, 465)
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La unión hipostática■ La Iglesia debió defender esta
verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:
■ Nestorianismo: (Nestorio) decía que en Cristo había dos personas, una humana y una divina. El Concilio de Éfeso (a. 431) enseña que en Cristo hay una sola Persona, la divina, que asume la natura-leza humana. Proclama que Ma-ría es “Madre de Dios” (CEC, 466).
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La unión hipostática■ La Iglesia debió defender esta
verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:
■ Monofisismo: (Eutiques) decía que en Cristo había una sola naturaleza. El Concilio de Calcedonia (a. 451) enseña que en Cristo hay dos naturalezas, la divina y la humana, “sin confusión, sin cambio, sin división, sin separa-ción” (CEC, 466).
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La unión hipostática■ Contra otros errores, el Concilio de
Constantinopla (a. 553) confesó: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona], que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad". Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma muerte: "El que ha sido crucificado en la carne, nuestro Señor Jesucristo, es ver-dadero Dios, Señor de la gloria y uno de la Santísima Trinidad" (CEC, 468).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ En la Encarnación “la naturaleza humana ha sido asumida, no absorbida” (GS, 22) por la Persona del Verbo.
■ Por eso la Iglesia enseña “la plena realidad del alma humana, con sus operaciones de inteligencia y de voluntad, y del cuerpo humano de Cristo” (CEC, 470).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ Por haber sido asumida, la naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido (CEC, 470).
■ Por eso la más pequeña de las acciones de Cristo por medio de su Humanidad tiene un valor infinito en orden a nuestra salvación (CEC, 470).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ El Señor asumió la naturaleza humana sin manifestar en su Humanidad la gloria sobrenatural que le correspondía por ser la Humanidad del Verbo: “se anonadó a sí mismo” (Flp 2,7).
■ Por su unión con la Divinidad, su alma humana tuvo desde el primer momento la plenitud de la gracia. “Y de su plenitud recibimos todos, gracia sobre gracia” (Jn 1,16).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ El conocimiento humano de Cristo:■ Ciencia humana: “El alma humana que el
Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado... Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52) e igualmente adquirir lo que en la condición humana se adquiere de manera experimental” (cf Mc 6, 38; 8, 27;
Jn 11, 34). (CEC, 472).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ Ciencia infusa: en su conocimiento humano, Jesús demuestra también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres (CEC, 473).
■ El conocimiento humano de Cristo:
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ Ciencia beata: el conocimiento humano del Hijo de Dios expresaba la vida divina de su persona... ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que tiene de su Padre. Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar (CEC, 473-474).
■ El conocimiento humano de Cristo:
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ La voluntad humana de Cristo:
■ Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación (CEC, 475).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ El poder de Cristo:
■ Jesús ha manifestado tener en cuanto hombre un poder que sobrepasa las fuerzas naturales del hombre, especialmente al realizar milagros. Aparte de la capacidad humana natural, su Humanidad es como un instrumento unido de su divinidad (Concilio III de Constantinopla,
DS 556-559).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ El Corazón del Verbo encarnado:■ Jesús, durante su vida, su agonía y su
pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: “Me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano... que es como el símbolo del amor con que el Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres (CEC, 478).
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La Humanidad Santísima de Jesucristo
■ A Cristo se le debe culto de adoración, también en su Humanidad, porque es la humanidad de Dios: “al nombre de Jesús dóblese toda rodilla” (Flp 2,10).
■ En Él se manifiesta y revela la Divinidad a través de su Humanidad. Ésta es camino para llegar a la Divinidad. Contemplar y escuchar a Jesús es tratar a Dios. La santidad es imitar a Cristo y unirnos a Él, para llegar a ser otro Cristo, el mismo Cristo, por la acción del Espíritu Santo.
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➨ Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo (Credo):
➨ para salvarnos, reconciliándonos con Dios (CEC, 457);
➨ para que conociésemos el amor de Dios (CEC, 458);
➨ para ser nuestro modelo de santidad (CEC, 459);
El motivo de la Encarnación
➨ para que llegáramos a ser hijos de Dios (CEC, 460).
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El motivo de la Encarnación■ La Encarnación es un inmenso don
completamente gratuito que:
➨ robustece nuestra fe;
➨ aumenta nuestra esperanza: enciende en nosotros el deseo de ver a Dios;
➨ inflama nuestra caridad;
➨ nos lleva a obrar mejor;
➨ nos aparta del mal y nos mueve a obrar bien.