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Isabel Ii (I)

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El reinado de Isabel II

(1833-1868)

significa, desde el punto de vista político, el periodo de

construcción definitiva e irreversible del sistema liberal en España

Construcción Construcción definitiva e definitiva e irreversible del irreversible del sistema liberal sistema liberal en Españaen España

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El reinado de la hija de Fernando VII y de María Cristina de Borbón, Isabel II, duró 55 años.

Durante los diez primeros, la regencia fue ejercida sucesivamente por su madre, Mª Cristina, y por el general Baldomero Fernández Espartero, hasta su mayoría de edad, la cual hubo de ser adelantada por razones de inestabilidad política.

Éste es uno de los retratos de la reina Isabel II realizados por su pintor de cámara, Federico Federico MadrazoMadrazo.

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La construcción del liberalismo se va a producir La construcción del liberalismo se va a producir mediante una serie de mediante una serie de cambios políticoscambios políticos que que permitieron la permitieron la evolución desde un absolutismo que evolución desde un absolutismo que admitía ya matices reformistas hasta un liberalismo muy admitía ya matices reformistas hasta un liberalismo muy conservador.conservador.

Desde un absolutismo que admitía ya matices reformistas

Hasta un liberalismo muy conservador

EVOLUCIÓN

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En reinados anteriores ya hubo varios intentos de cambio, por lo que el tránsito desde el Antiguo al Nuevo Régimen se inscribe en un proceso más amplio, en el que no faltaron interrupciones y sobresaltos, como ocurrió en el reinado de Fernando VII

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Lo que ocurre durante el de Isabel II es que el proceso se precipita, se acelera y, por fin, se resuelve en la creación del Estado liberalcreación del Estado liberal.

REINADO DE ISABEL II

creación del creación del Estado liberalEstado liberal

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Todo ello después de superar una sangrienta guerra civil (guerra carlistaguerra carlista) que, además de las secuelas propias de un conflicto de esas características, fortaleció la tendencia a la participación de los militares en política (Parlamentarismo pretorianoParlamentarismo pretoriano).

La guerra carlista fortaleció la tendencia a la participación de los militares en la política

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Al igual que en gran parte de Europa Occidental, en las primeras décadas del siglo XIX, se destruyeron se destruyeron definitivamente las formas económicas, las estructuras definitivamente las formas económicas, las estructuras sociales y las instituciones políticas que habían sociales y las instituciones políticas que habían caracterizado el Antiguo Régimencaracterizado el Antiguo Régimen.

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En resumen, el reinado de

Isabel IIIsabel II supone:

La consolidación La consolidación del sistema liberal y del sistema liberal y del capitalismo en del capitalismo en España y el fin de las España y el fin de las estructuras del estructuras del Antiguo RégimenAntiguo Régimen

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La implantación del liberalismo de forma definitiva en España se inicia paralelamente al desarrollo de una guerra civil, la I Guerra CarlistaI Guerra Carlista. Los dos hechos se relacionan claramente entre sí y justifican que el el liberalismo fuera ahora impulsado desde la monarquía y liberalismo fuera ahora impulsado desde la monarquía y no fruto de un movimiento revolucionario.no fruto de un movimiento revolucionario.

La guerra carlista explica que la La guerra carlista explica que la lenta consolidación del lenta consolidación del liberalismo en España fuera liberalismo en España fuera impulsada por la monarquíaimpulsada por la monarquía

Necesidad de apoyarse el los liberales Necesidad de apoyarse el los liberales frente al carlismofrente al carlismo

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El estallido de la guerra se produce inmediatamente después de la muerte de Fernando VII, como consecuencia del llamado pleito dinásticopleito dinástico

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En síntesis, la cuestión es la siguienteEn síntesis, la cuestión es la siguiente: Desde 1713 estaba vigente en España la ley Sálicaley Sálica, establecida por Auto

Acordado de Felipe V y que establecía que la sucesión al trono debía hacerse preferentemente por vía masculina.

Cuando en 1830 se conoce el embarazo de la reina María Cristina de Borbón (con la que el rey se había casado unos meses antes y cuando ya todos daban por seguro que moriría sin descendencia) Fernando VII manda publicar una Pragmática Pragmática SanciónSanción (redactada en época de Carlos IV, pero que no había sido publicada) por la que derogaba la Ley SálicaLey Sálica.

De esa manera, al nacer la futura Isabel II, se convirtió en legítima heredera al trono, desposeyendo de ese derecho al infante D. Carlos María Isidro, al que, hasta ese momento, todos habían considerado heredero. Las indecisiones de Fernando VII en los últimos años de su vida contribuyeron a agudizar el conflicto.

En 1832, presionado por los absolutistas y en el transcurso de una enfermedad que parecía irreversible, volvió a imponer la ley Sálica (sucesos de La Granja), pero, una vez recuperado de la enfermedad, se retractó e hizo jurar a las Cortes Estamentales la sucesión de Isabel. La negativa de D. Carlos a reconocer a su sobrina le llevó al exilio a Portugal. Cuando, en Septiembre de 1833 muere Fernando VII, el infante reclamó su derecho al trono y en muchos lugares se produjeron levantamientos armados en su favor, iniciándose un largo y cruel conflicto civil de 7 años: La I Guerra Carlista

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Establecía la preferencia masculina en la Establecía la preferencia masculina en la Sucesión al tronoSucesión al trono

Según las condiciones de la nueva ley, las mujeres sólo podrían heredar el trono

de no haber herederos varones en la línea principal (hijos)

o lateral (hermanos y sobrinos).

LEY SÁLICALEY SÁLICAEstablecida por Felipe V en 1732

En 1789, Carlos IVCarlos IV derogó la Ley Sálica mediante una “Pragmática Sanción“Pragmática Sanción” que no llegó a publicarse

En 1830 Fernando VII publica la En 1830 Fernando VII publica la Pragmática sanción con lo que asegura Pragmática sanción con lo que asegura

la sucesión de su hija.la sucesión de su hija.En 1832 el rey cae enfermo y se forma un complot

para la derogación de la Pragmática sanción.El rey recuperado vuelve a imponer la Pragmática

sanción

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Fernando VII se había casado tres veces antes de 1829 y no había tenido descendencia

Mª Antonia de Nápoles, primera esposa de Fernando VII

Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII

María Josefa Amalia de SajoniaTercera esposa de Fernando VII

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El 19 de Diciembre de 1829, se casó en Aranjuez con su prima María María Cristina de Borbón y Borbón Dos SiciliasCristina de Borbón y Borbón Dos Sicilias

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Corrida de Toros en la boda de Fernando VII con Mª Cristina

Fernando VII tenía 47 años y estaba muy achacoso, pero se enamoró perdidamente de su joven prima

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Alegoría de la boda de FERNANDO VII con María Cristina de Nápoles

Fernando VII, además volvió a ilusionarse con la posibilidad de tener descendencia

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<<Era considerada Cristina como hermosa, no por la corrección de sus facciones, sino por el conjunto, según se puede apreciar en el retrato de Don Vicente López, cuyo pincel, como el de Goya, no pecó de cortesano y lisonjero. Su cabello era castaño; los ojos, pardos, parecían negros a distancia, y sin ser grandes resultaban expresivos y dominantes; la boca, graciosa, con propensión constante a la sonrisa...>>.

Marqués de Villa-Urrutia en su libro "La reina gobernadora”

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Pronto se anuncia que María Cristina está embarazada

En Agosto de 1830 nace Isabel

En Abril se publica la Pragmática Sanción derogatoria de la Ley Sálica

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De esa manera, al nacer la futura Isabel II, se convirtió en legítima heredera al trono, desposeyendo de ese derecho al infante D. Carlos María Isidroinfante D. Carlos María Isidro, al que, hasta ese momento, todos habían considerado heredero

Carlos María Isidro

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Las indecisiones de Fernando VII en los últimos años de su vida contribuyeron a agudizar el conflicto. En 1832, presionado por los absolutistas y en el transcurso de una enfermedad que parecía irreversible, volvió a imponer la ley Sálica (sucesos de La Granja), pero, una vez recuperado de la enfermedad, se retractó e hizo jurar a las Cortes Estamentales la sucesión de Isabel

Calomarde

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Moneda de dos reales conmemorando la proclamación de Isabel II como reina

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Alegoría de la proclamación de Isabel II

Este cuadro de José Ribelles (1778-1835) es una curiosa representación alegórica en la que aparece la reina María Cristina con Isabel II niña, la cual extiende sus brazos como acogiendo a España y dando a entender que han liberado a la nación de las cadenas que la ataban, representadas por los tres políticos liberales que a la izquierda de la composición figuran aplastando con sus pies al monstruo del Oscurantismo. En la parte derecha aparecen la Abundancia y la Justicia, con sus respectivos atributos, y en la parte superior, la Sabiduría (Minerva), que contempla la escena.

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Sillón de trono infantil, 1833Madera de caoba moldada, torneada, tallada, policromada y dorada, ébano, palo santo y palo rosa chapeados; bronce fundido, cincelado y sobredorado y latón embutido; seda bordada al matiz y a medio realce con hilo de plata, pasamanería. Asiento de ceremonia destinado a la infanta María Isabel Luisa de Borbón, princesa heredera del trono de España, cuyas iniciales surmontadas por corona real figuran entre las de sus padres, Fernando VII y María Cristina de Borbón, junto a las flores de lis.

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Vestimenta de la coronación

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Embarque del Infante D. Carlos hacia Portugal

La negativa de D. Carlos a reconocer a su sobrina le llevó al exilio a Portugal.

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Cuando, en Septiembre de 1833 muere Fernando VII, el infante reclamó su derecho al trono y en muchos lugares se produjeron levantamientos armados en su favor, iniciándose un largo y cruel conflicto civil de 7 años.

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MANIFIESTO DE ABRANTES"Carlos V a sus amados vasallos: Bien conocidos son mis derechos a la corona de España en toda la Europa y los sentimientos en esta parte de los españoles que son harto notorios para que yo me detenga a justificarlos. Fiel, sumiso y obediente a mi muy caro hermano que acaba de fallecer...todo lo he sacrificado, mi tranquilidad, la de mi familia. He arrostrado toda clase de peligros para testificarle mi respetuosa obediencia, dando testimonio de mis principios religiosos y sociales, tal vez han creído algunos que los he llevado hasta el exceso pero siempre lo hice convencido de que de ello dependía la paz de la Monarquía. Ahora soy vuestro Rey; y al presentarme por primera vez a vosotros bajo este título no puedo dudar un sólo momento que imitaréis mi ejemplo sobre la obediencia que se debe a los príncipes que ocupan legítimamente el trono y volaréis todos a colocaros bajo mis banderas haciéndoos así acreedores a mi afecto y soberana munificencia. Pero sabéis que igualmente recaerá el peso de la justicia sobre aquellos, que desobedientes y desleales no quieren escuchar la voz de un soberano y un padre que sólo desea haceros felices. Abrantes, octubre de 1833".CARLOS

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MANIFIESTO DE LA REINA GOBERNADORA"Sumergida en el más profundo dolor por la súbita pérdida de mi augusto esposo y soberano, sólo una obligación sagrada...puede hacerme interrumpir el silencio que exige la intensidad de mi pesar...Para disipar esa incertidumbre y precaver la inquietud y extravío que produce en los ánimos, he creído mi deber anticiparme a conjeturas y adivinaciones con la franca manifestación de los principios que he de seguir constantemente en el gobierno, de que estoy encargada por la última voluntad del Rey durante la minoría de la Reina, mi muy cara y amada hija doña Isabel. La religión y la Monarquía...serán respetadas, protegidas y mantenidas por mí en toda su vigor y pureza...Tengo la más íntima satisfacción de que sea un deber para mí conservar intacto el depósito de la autoridad real que se me ha confiado...Me esforzaré en corregir los vicios que el tiempo y los hombres han introducido en la administración pública...y serán materia de mis desvelos las necesarias reformas administrativas. Ni el nombre de la Reina ni el mío son la divisa de una parcialidad, sino la bandera tutelar de la Nación: mi amor, mi protección y mis cuidados son de todos los españoles.En el Palacio Real de Madrid a 4 de octubre de 1833. Yo la REINA GOBERNADORA.

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Este pleito sucesorio, en realidad, ocultaba un conflicto de carácter ideológico que dividía a la sociedad española en dos sectores con intereses contrapuestos que se van a concretar en la guerra:

El bando isabelinoEl bando isabelino (o cristino), agrupó a burgueses, hombres de negocios, funcionarios públicos (que temían cesar en sus puestos), mandos del ejército (sobre todo los procedentes de la guerrilla como Espoz y Mina), alta nobleza, altas jerarquías eclesiásticas, trabajadores y pequeños burgueses urbanos, en definitiva, todos los que veían en las ideas liberales la salvaguarda de sus intereses.

El bando carlistaEl bando carlista, estaba integrado por aquellos que temían a la revolución liberal: pequeños nobles rurales terratenientes, unos pocos oficiales del ejército (los más reaccionarios), parte del bajo clero y, sobre todo, muchos pequeños propietarios agrícolas, o arrendatarios de tierras eclesiásticas o comunales, que temían que las reformas liberales le supusieran un aumento de las cargas impositivas

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Las características principales del programa ideológico-político del carlismo son:

Inmovilismo y conservadurismo, es decir, oposición radical a las reformas liberales.

Defensa del Antiguo Régimen Político, es decir de la monarquía absoluta sustentada sobre bases teológicas, y concretada en una alianza entre el altar y el trono.

Tradicionalismo católico y defensa de los intereses de la Iglesia.

Defensa del foralismo vasco navarro que suponía el mantenimiento de instituciones propias, tanto administrativas como fiscales, así como una serie de ventajas fiscales (exención de impuestos), militares (exención de quintas) y políticas (pase foral).

En resumen, bajo el lema “Dios, patria y fueros” se agruparon los defensores de la legitimidad de la monarquía absoluta, de la preeminencia de la Iglesia católica y de la conservación de un sistema foral particularista. Representaban una sociedad arcaica y conservadora, enemigos de las modernas ideologías liberales.

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Desde el punto de vista de las operaciones militares de la guerra, podemos distinguir tres fases:

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Inmediatamente después de la muerte de Fernando VII se iniciaron en el país Vasco, Navarra y Cataluña sublevaciones de pequeñas partidas, contra las que el gobierno no supo reaccionar a tiempo. Los carlistas no pudieron al principio contar con un ejército regular, pero gracias al gran apoyo popular con que contó en el norte (guerrillas), el bando carlista consolidó su dominio en las zonas antes mencionadas y ejerció una gran influencia en todo el Norte Peninsular. Sin embargo, los carlistas no pueden hacerse con el control de ninguna ciudad importante (exigencia de las potencias legitimistas -Prusia, Austria y Rusia- para prestarle apoyo). Por ello se obsesionaron en ocupar Bilbao, que fue sometido a un duro sitio en el que falleció su mejor general y organizador: Tomás ZumalacárreguiTomás Zumalacárregui, que se hizo con el mando de las tropas carlistas en 1834.

18331835

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Tomás Zumalacárregui y su Estado Mayor

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Zumalacárregui

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Zumalacárregui

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"Entrada de Espartero en Bilbao"

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Ninguno de los dos bandos consigue imponerse sobre el otro. Mientras el bando liberal reorganiza su ejército y consigue apoyos exteriores (Francia, Inglaterra, Portugal), columnas armadas carlistas penetraron en territorio adversario y recorrieron con rapidez pero sin éxito casi toda la península. Las más desatacadas son la expedición del expedición del General GómezGeneral Gómez, que desde el país vasco recorrió toda la península llegando hasta Cádiz; y la expedición realexpedición real encabezada por el propio candidato y que llegó hasta Arganda, prácticamente a las puertas de Madrid, sin que se sepa muy bien porqué se replegó hasta sus bases de origen.

18351837

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18371839

Falto de apoyos y debilitado por enfrentamientos internos (transaccionistas, favorables a de un entendimiento con lo liberales; frente a intransigentes, partidarios de continuar la guerra) , el carlismo sufrió continuas derrotas ante el organizado ejército liberal (apoyos extranjeros y financiación obtenida con la desamortización), y hubo de firmar la paz que se concretó en el Convenio de VergaraConvenio de Vergara, firmado por el general carlista MarotoMaroto y el general isabelino EsparteroEspartero (que pronto se convertiría en regente). En este convenio los liberales reconocieron los grados de los militares carlistas y se hacía una ambigua promesa de respeto a los foros tradicionales. Aunque se mantuvieron algunos focos de resistencia carlista hasta 1840 (Cabrera, en el Maestrazgo), la guerra podía darse por terminada.

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El abrazo de Vergara

El 31 de agosto de 1839 se ratificó en Vergara un acuerdo por el que se puso fin a esta primera guerra carlista. El acuerdo fue firmado en Oñate por el capitán general de los ejércitos cristinos, Baldomero Espartero, y por el teniente general de los ejércitos carlistas, Rafael Maroto. La ratificación del tratado se expresó con un acto de reconciliación: Espartero abrazó a Maroto y ordenó a sus tropas que se adelantasen para abrazar a los carlistas. Por ello, el tratado también es conocido

por el nombre de El Abrazo de VergaraEl Abrazo de Vergara..

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GENERAL MAROTO

GENERAL ESPARTERO

GENERAL CABRERA

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En las guerras carlistas no había clemencia para los prisioneros. Eran fusilados inmediatamente, sin previo juicio, tanto del lado de los cristinos como de los carlistas. Cuenta Luis Carandell en su libro las anécdotas de la política que..." Zumalacárrregui ganó una batalla al conde de Viamanuel y le hizo prisionero. Ambos generales, no sólo habían sido compañeros en el mismo regimiento cuando eran jóvenes oficiales sino que eran parientes. Zumalacárregui acogió con grandes muestras de afecto y hospitalidad al general cristino, invitándole a comer con él en su tienda. Mandó un correo a don Carlos pidiéndole el indulto para su prisionero pero el pretendiente le respondió que los cristinos acababan de fusilar al coronel carlista Díaz y su muerte no podía quedar impune.

Zulmalacárrregui palideció al leer la orden y lo comunicó a su prisionero, con grandes muestras de disgusto. Viamanuel le dijo: "- No se aflija, general. Mi fusilamiento está muy puesto en razón".

Dicen que el general carlista se alejó galopando a caballo para no escuchar los disparos que mataron al general cristino.

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Fusilamiento de la madre de Cabrera (J. Alaminos)

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Represalia por el fusilamiento de la madre de Cabrera (J. Alaminos)

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En 1834 el general Espoz y Mina, otro famoso guerrillero de las guerras de guerrillas de la guerra de la independencia, fue en el contexto de las guerras carlistas al cabildo de la catedral de Pamplona, reunió a todos los canónigos y les dijo que venía a satisfacer un viejo deseo de ellos. Resulta que estos eran fervientes partidarios de los carlistas y habían ofrecido cuatro mil duros por su cabeza. Así que les pidió los cuatro mil duros, señalando a su cabeza les dijo "Aquí la tenéis". Los canónigos pagaron religiosamente y Espoz y Mina utilizó ese dinero para ayudar a sostener la guerra.

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En conclusión, los primeros años de implantación del liberalismo en España en el periodo de la regencia de María y que tienen su expresión legal en el Estatuto Real de 1834 y en la Constitución de 1837, se produjeron paralelamente a una guerra civil cruel y despiadada en la que perdieron la vida más de 200.000 personas. No podemos afirmar cómo habría evolucionado la historia del liberalismo en España sin aquella guerra, pero no cabe duda de que la marcó de manera decisiva.

Especialmente determinó que el proceso de Especialmente determinó que el proceso de construcción del liberalismo fuese más construcción del liberalismo fuese más institucional que popular y que el ejército jugase institucional que popular y que el ejército jugase un papel definitivo en la evolución política de todo un papel definitivo en la evolución política de todo el siglo XIX.el siglo XIX.

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La importancia del Carlismo en la Historia de España, rebasa con mucho los límites del enfrentamiento desatado entre absolutistas y liberales a la muerte de Fernando VII. El ideario carlista, como versión española del tradicionalismo europeo (movimiento contrario a las corrientes dominantes: liberalismo, capitalismo, industrialización, urbanismo, socialismo, laicismo, etc.), tendría más larga vida y protagonizaría otros enfrentamientos hasta 1876: segunda guerra carlista (1846-49) y tercera guerra carlistas (1872-76).

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Tropas liberales

¡GUERRA! (fragmento)"¡Al arma!, ¡al arma!, ¡mueran los carlistas!Y al mar se lancen con bramido horrendo.

De la infiel sangre caudalosos ríos.Y atónito contemple el Oceano.

Sus olas combatidasCon la traidora sangre enrrojecidas.

Truene el cañón: el cántico de guerra,Pueblos ya libres, con placer alzad:

Ved, ya desciende a la oprimida tierra,Los hierros a romper, la Libertad."

JOSÉ DE ESPRONCEDA

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Tropas liberales

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Batallón carlista

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En el desarrollo político del reinado, pueden establecerse los siguientes periodos:

A)A)Regencia de María Regencia de María Cristina (1.833-1.840)Cristina (1.833-1.840)

D)D)Regencia de Espartero Regencia de Espartero (1840-1843(1840-1843))

G)G)Reinado efectivo de Reinado efectivo de Isabel II (1843-1.868)Isabel II (1843-1.868)