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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. LOS PUEBLOS DEL SOL
3. PARTE I:
• TEOTIHUACÁN
• TIAHUANACO
• CARAL
• CHAVÍN
• OLMECAS
• ZAPOTECAS
• Monte Albán
• TOLTECAS
• Tula
ÍNDICE
1. LOS PUEBLOS DEL SOL
2. PARTE II:
• MAYAS
• Tikal
• Copan
• Palenque
• Bonampak
• Chichén-Itzá
• Uxmal
• Kabah
• Tulum
ÍNDICE
1. LOS PUEBLOS DEL SOL
2. PARTE II (cont.):
• AZTECAS
• Tenochtitlán
• NAZCAS
• INCAS
• Cusco
• Sacsayhuamán
• Oyantaitambo
• Rumicola, Tipón
• Machu Picchu
• Pachacamac
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se ha realizado con el objetivo de recopilar y resumir los datos de que se dispone para poder llegar a comprender mejor una etapa histórica muy importante del continente americano, preferentemente de Centro y Sudamérica, no muy bien conocida por el gran público.
Se basa en los estudios que se han realizado hasta la fecha por expertos en disciplinas tan diversas como Arqueología, Historia, Geografía, Matemáticas, Criptografía, Geología, etc.
Por tanto, es un compendio de los conocimientos acumulados acerca de una serie de tribus, razas o congregaciones de personas que
dejaron su huella (monumentos, restos humanos, escrituras, ritos, tradiciones) en el libro de la Historia de América, en la época Pre-
Colombina y en la posterior a la llegada de los descubridores españoles a Centro América.
INTRODUCCIÓN
Siguiendo la clasificación temporal establecida por los estudiosos, en lo referente a la aparición de las culturas en Mesoamérica y la región Andina, se identifican los siguientes pueblos:
Anasazi, Misisipiana, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Zapoteca, Olmeca, Maya, Muisca, Cañasis, Moche, Nazca, Chimú, Inca , Tiahuanaco.
Para no obligar al lector a un esfuerzo excesivo de comprensión, el presente trabajo se ceñirá a los pueblos o culturas que aparecen en el Índice.
INTRODUCCIÓN
Se presentarán sus orígenes, sus emplazamientos, territorios, costumbres, creencias, avances tecnológicos, las aparentes contradicciones y su evolución o desaparición final.
También se aportarán pruebas gráficas de sus formas de vida y de sus legados a la posteridad.
Cronológicamente, se citarán los pueblos o tribus del período Pre Colombino, para pasar a citar a los pueblos que convivieron con los conquistadores españoles, en una segunda parte del presente estudio.
La imponente Teotihuacán está ubicada a sólo unos 50 kilómetros de la actual
Ciudad de México D.F. Según los historiadores, cuando los Aztecas llegaron en
el siglo XIV d.C. a esta ciudad, que disponía de avenidas de hasta cinco
kilómetros de largo sembrada de palacios y perfectamente trazada, la
encontraron… DESIERTA.
Impresionados por las dimensiones de la metrópolis y sus colosales
monumentos la bautizaron Teotihuacán, que en su lengua significa "Ciudad de
los Dioses".
Se calcula que Teotihuacán fue fundada alrededor del siglo II a.C. y estuvo en
pleno auge en el siglo V d.C., época en que fue una de las seis mayores ciudades
del mundo.
Pese a que hace más de dos siglos que los arqueólogos excavan en Teotihuacán,
se desconoce tosavía quién construyó y gobernó la ciudad, que fue
contemporánea al Imperio Romano.
Tampoco sabemos qué lengua hablaban ni la causa de su caída entre el siglo
VII y X d.C. antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Se expone un mapa de vista de la ciudad, con detalle
de sus componentes:
La ciudad fue en su día una de las más importantes
del país, y se cree que llegó a tener hasta 150.000
habitantes.
A la izquierda vista de la Calzada de los Muertos que atraviesa el centro ceremonial de
Teotihuacán y termina en la Plaza de la Luna.
La gran Pirámide del Sol, construida en el siglo III d.C., es una de las mayores de la Mesoamérica
precolombina. Su base mide nada menos que 225 x 222 metros, y alcanza los 63 metros de altura.
Hay una leyenda popular que dice que, si uno se coloca en la cúspide de la pirámide, en el centro de la
plataforma, y pide un deseo éste se cumplirá.
Es un lugar en el que se afirma que se respira energía positiva, lo que ha suscitado numerosas tradiciones pero
también algunas supersticiones.
El otro edificio que suscita el interés en Teotihuacán es
la Pirámide de la Luna, del siglo II d.C., que se localiza al
norte de la ciudad. Escalonada en cinco terrazas, sobre una
base de 150 x 120 metros, tiene 42 metros de altura.
Contrariamente a lo que se pensaba inicialmente, que se
trataba de una cultura pacífica, el militarismo habría reinado
en la ciudad.
A esta conclusión han llegado recientemente los expertos tras
encontrar restos de 12 personas sacrificadas, en una tumba en
el centro del quinto nivel de la famosa Pirámide de la Luna,
uno de los principales monumentos de Teotihuacán y que se
reproduce a la derecha.
La tumba muestra a diez de los cuerpos decapitados, con las
manos atadas tras la espalda junto a ofrendas y animales que
se cree representaban a los guerreros en la cultura
teotihuacana, aproximadamente en el año 300 D.C..
La Puerta de la Luna es un monumento de 2.23
metros de alto y 23 centímetros de espesor. Se trata
de un arco de una sola pieza en piedra andesita que
presenta alto relieves y bajo relieves.
Los motivos que presenta son zoomorfos similares a
los de la Puerta del Sol, pero con cabeza de puma y
boca de pez, y no cabezas de aves como en la Puerta
del Sol.
Al parecer la «puerta de la luna» se ubicaba al
ingreso del cementerio y fue trasladada a su actual
ubicación, en una elevación cerca al Putuni.
Además está orientada según los puntos cardinales,
así que todos los solsticios, 21 de diciembre y 21 de
junio, el Sol sale por la puerta o por uno de los
extremos de ella.
Al otro lado de la Avenida de los Muertos,
situada perpendicularmente a la Pirámide del
Sol, está el complejo de la Ciudadela, con el
templo de Quetzalcóatl (del siglo III d.C.).
Su decoración es riquísima; destacan, sobre todo,
las figuras representadas en los bajorrelieves, y
los frisos que alternan las cabezas de serpientes
emplumadas, máscaras y conchas marinas.
Todos los edificios de la ciudad precolombina
fueron construidos con piedra volcánica y
decorados con estucos.
El Templo de la Serpiente Emplumada
(Quetzalcóatl) forma parte del conjunto “La
Cudadela”, denominada así por los conquistadores
españoles por su aspecto fortificado, si bien era
todo lo contrario, un conjunto de edificios
relacionados con el gobierno y administración de la
ciudad de Teotihuacàn.
También fue conocido como "Templo de la Rana"
pues, según las crónicas de Fernando de Alva,
Ixtlilxóchitl, un ídolo se conservaba en él:
“La rana del templo construido por el rey Mitl en
Teotihuacán, era de esmeralda, la cual los
españoles que vinieron a esta tierra la alcanzaron y
dieron buena cuenta de ella".
El Templo de la Serpiente
Emplumada fue construido entre los
años 150 d.C. a 250 d.C.
Es uno de los edificios con una de las
decoraciones más bellas y complejas
de la época prehispánica, y
seguramente en el pasado se veía
más impresionante aún pues parece
que estuvo pintado de colores
intensos.
Tiahuanaco o Tiwanaku es un antiguo complejo arquitectónico (y
actual yacimiento arqueológico) de Bolivia, ubicado en la meseta del
Collao a 20 km. al sureste del lago Titicaca y a unos 4.000 m. de altitud.
Está catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco desde
el año 2.000.
Allí existe una puerta de piedra que podría tener alrededor de diez
milenios de antigüedad.
En el gráfico de la izquierda se delimitan las extensiones geográficas
que, se supone, ocuparon las culturas que habitaron los territorios de
Chile, Bolivia y Perú : los Wari y los Tiahuanaco.
Se expone aquí un mapa con la reconstrucción teórica de la ciudad de
Tiahuanaco, y una maqueta con detalle de sus componentes tal y
como se supone que estaba en sus momentos de máximo esplendor :
El Templo de Kalasasaya (kala: piedra
y saya o sayasta: parado) o Templo de las
Piedras Paradas, es el más grande de la
Cultura Tiahuanaco.
Tiene un área aproximado de 5.400
metros2, en él se verificaban con exactitud
los cambios de estaciones y el año solar de
365 días.
En los equinocios el Sol salía por el centro de la puerta
principal de ingreso, a la que se accede por una magnífica
escalinata.
En el solsticio de invierno el Sol nacía en el ángulo
Noreste.
El solsticio de verano se marcaba por el nacimiento del
Sol en el ángulo Sureste.
El recinto es recorrido por un largo muro construido con
inusitada precisión, tachonado de esculturas
representando cráneos de aspecto humano.
Este muro es conocido como "pared balconera" o
"chunchukala".
El «Templo de las Piedras Paradas» cubre
aproximadamente 2 Ha. con unas dimensiones de 120 m.
de longitud por 130 m. de anchura, y su estructura está
basada en columnas de arenisca y sillares cortados;
dispuestos entre éstos, sobresalen gárgolas o desagües
para las aguas pluviales.
En el interior pueden verse los restos de pequeñas
habitaciones semi-subterráneas, dispuestas 7 a cada lado
del patio.
En el recinto existe un muro de sillares de arenisca que
cierra los sectores este, norte y sur, dejando a ambos
costados una especie de atrio, que separa el recinto
central o "ceremonial".
En este segundo muro hacia el lado norte se observan dos
bloques en los que se practicó un orificio que imita, a
escala, un aparato auditivo humano, y mediante el cual se
pueden escuchar ruidos o conversaciones que se producen
en sitios alejados. Estos "amplificadores de sonidos"
invitan a deducir que en el mundo precolombino se
conocía y aplicaba la acústica.
En Kalasasaya existen tres importantes esculturas: la
Estela 8 (Ponce), el monolito El Fraile y la Puerta del Sol.
EL TEMPLETE SEMI-SUBTERRÁNEO
El templete semi-subterraneo o el de los
rostros, se encuentra ubicado en la parte
anterior al ingreso principal del templo de
Kalasasaya.
Descubierto en 1903 lo que en un principio se
pensaba que era un hospital, ahora consideran
los expertos que es más una representación de
todas las tribus que conocieron durante sus
siglos de existencia.
EL TEMPLETE SEMI-SUBTERRÁNEO
Se presume que este templo fue construido
para dar la bienvenida a los reyes y
visitantes extranjeros que tenían un
encuentro espiritual con Kalasasaya. En su
interior se encuentran esculpidos rostros
muy singulares y que a primera vista se
puede observar que se tratan de rostros con
rasgos de diferentes tipos de raza humana.
Las “cabezas trofeo” serían una especie de
museo para los habitantes de Tiahuanaco
con los rostros de otras etnias que fueron
descubiertas –hay cabezas que provienen de
razas selváticas, algunas con barba,
calaveras, etc.
Un investigador alemán, Rolf Müler, ha
averiguado que, cuando llega el equinocio austral
de primavera cada 21 de septiembre, los primeros
rayos de sol asoman en el horizonte, hacia las cinco
de la mañana, atravesando la puerta.
Esa fecha es la misma que los mayas utilizaban
para indicar la llegada desde los cielos de
Kukulkán su dios instructor también asociado a las
estrellas y que sería, según muchos intérpretes,
como el dios Quetzalcóalt, una acepción local
centroamericana de Viracocha, el dios instructor de
los pueblos andinos, un personaje legendario
poseedor de conocimientos más allá de lo
humanamente comprensible.
LA PUERTA DEL SOL
A 3.825 metros de altura sobre el nivel del mar,
donde el oxígeno escasea y donde ni siquiera es
visible la capital La Paz, se alza uno de los
monumentos megalíticos más misterioso del pasado
andino: La Puerta del Sol (Inti Punku), de la que
nadie sabe con exactitud su antigüedad.
Müler verificó matemáticamente las modificaciones
orbitales y de inclinación del eje terrestre, según es
hoy la salida del Sol el 21 de septiembre y averiguó
cuándo el citado amanecer encajaba exactamente
con la puerta. Y esa fecha es el año 9.500 a.C.
La puerta quedó inconclusa ya que hay varias
figuras sin acabar, como si los tallistas hubiesen
abandonado precipitadamente sus instrumentos.
Se plantean dos opciones: o bien los constructores
del monolito quisieron señalar la citada fecha por
alguna razón, o bien ésa es la que corresponde al
momento de la edificación del monolito.
De prevalecer la segunda de las
opciones, Tiahuanaco sería la
primera de las ciudades construidas
por el hombre.
Pero se da el caso de que según la
arqueología oficial, entonces no
existía allí cultura alguna capaz de
erigir semejante jeroglífico de piedra.
Fue encontrada hace dos siglos en
las alturas del enclave ciclópeo de
Tiahuanaco, junto al lago Titicaca, y
hoy ocupa el que originariamente fue
su emplazamiento.
Según algunos expertos, en el friso de la parte
delantera de la Puerta del Sol aparecen, en forma de
calendario, los doce meses del año con indicación
exacta de los Equinocios y los Solsticios.
Las dimensiones de la Puerta son 2,73 m. de alto,
3,84 m. de anchura y 50 cm. de espesor.
Entre los enigmas que plantea destaca el que
trasmite el friso de su dintel. Cargado de una
simbología aún sin descifrar, destaca en él una
figura humanoide de pequeño cuerpo y gran cabeza
conocido como “El Señor de los Báculos”.
Tiene bajo sus ojos varios orificios en la piedra que parecen
lágrimas, razón por la cual es conocido como el "dios llorón".
Sustentado sobre una pirámide escalonada, cada una de las
manos de este personaje sostiene un báculo.
De su cabeza surgen 24 rayos. En suma, se trata de una
representación que ha dado lugar a infinidad de
interpretaciones.
Se cree que puede representar a una entidad religiosa, un rey o
a un sacerdote. La tradición andina, y muchos expertos,
identifican a esta figura con Viracocha.
A ambos lados de la imagen encontramos un total de 48 figuras: 24 a la izquierda y 24 a la derecha.
Se trata de hombres alados con corona, algunos con cabeza de ave, y que dan la impresión de estar caminando.
Es probable que esa distribución corresponda a un
calendario que señalaba años de doscientos ochenta y
ocho días ...
Jamás la Tierra ha tardado ese tiempo en girar alrededor
del Sol. Ningún ciclo terrestre corresponde con ese
calendario; ni siquiera el año de Venus, asociado
simbólicamente a Viracocha, que dura doscientos
veinticuatro días.
Pero … si en un tiempo muy remoto la Tierra dispuso de
cuatro lunas, su influencia provocaría un adelanto en su
ciclo de traslación alrededor del Sol. Un adelanto que
podría llevar a nuestro planeta a completar un ciclo
anual en esos doscientos ochenta y ocho días.
Al efecto, no hay que olvidar que tradiciones andinas
hablan de que la Tierra, en un lejanísimo pasado, estuvo
rodeada por más lunas que la actual
Un badén empedrado corre paralelo a las paredes para
permitir que escuran las aguas de la lluvia, proceso
facilitado por la inclinación del suelo del oeste hacia este.
Este pequeño templo, parece un patio hundido y se supone
que fue el lugar donde se inició la urbanización de
Tiahuanaco. Al patio ceremonial desciende una escalera de
seis peldaños, hacia el sur.
De la superficie interior, en sus muros que siguen el canon
“tabla estacado” presentan una serie de cabezas esculpidas
tanto en andesita, como en arenisca y caliza, enclavadas
armoniosamente, razón por la que las llaman “Cabezas-
clavas”.
Algunas de ellas son naturistas y copian a la perfección
detalles y rasgos de conformaciones craneanas y de
rostros; otras fueron estilizadas de tal forma que con pocas
líneas o rebajes capturan la esencia humana.
El "Monolito Fraile", también conocido como "Estela Fraile" o
"Dios del Agua", es un monumento que se halla en la parte Este
del complejo arqueológico monumental de Tiahuanaco.
El monolito está ubicado en el interior del recinto del templo de
Kalasasaya , también denominado Templo de las Piedras Paradas,
y fue construido por los integrantes de la cultura Tiahuanaco.
Su altura es de 2 metros y está realizado en piedra arenisca
veteada.
Tiene la forma de monolito vertical antropomorfo y está decorado
con un cinturón con cangrejos en relieve y una banda cefálica.
Los dedos de la mano derecha están al revés, aparentemente.
El "Monolito Ponce", o "Estela 8", está realizado de
una sola pieza en andesita, con una altura de 3 m. y en
forma de monolito vertical antropomorfo.
Está decorado con alto relieves y bajo relieves con
motivos zoomorfos y elementos iconográficos como
lágrimas con forma de pez, hombres alados, cóndores,
águilas, plumas etc., así como diversos elementos
geométricos.
Puma Punku, que se traduce en la
Puerta del Puma, forma parte de las
ruinas de Tihuanaco, y es conocida
por sus enormes piedras y por la
extraordinaria precisión de su corte
y colocación.
Es uno de esos lugares de los que se
dice que las piedras están tan
estrechamente concebidas que un
cuchillo no se puede insertar entre
ellas.
Este es otro de los argumentos
esgrimidos por algunos para afirmar
que estas construcciones fueron
construidos por una civilización
super avanzada, atlante o
extraterrestre, siendo considerada la
Baalbek del nuevo mundo.
Lo extraordinario de Puma Punku con respecto al resto
de ruinas de Tihuanaco es, por ejemplo, un conjunto de
bloques pétreos con forma de H que encajan con gran
precisión.
Otra peculiaridad es la sujeción de baldosas de roca con
piezas de cobre. Algunas fueron martilladas en frio sobre
las muescas talladas en la roca y, en otras ocasiones, el
metal derretido se vertía sobre la muesca.
Los grandes bloques son de una piedra
arenisca roja que era extraída en una cantera
a 10 Km de distancia.
El otro tipo es la andesita ígnea, que se
utilizaba para ornamentación y era extraída de
una cantera a orillas del lago Titicaca, a unos
90 Km de distancia. Estas piedras se
desplazaban en canoas de caña por 80 Km y se
arrastraban por tierra los 10 kilómetros
restantes.
Puma Punku tiene la piedra más pesada de
todas las ruinas de Tihuanaco, y se encuentra
en la plataforma de piedra. El peso calculado
de ese bloque es de unas 131 toneladas. El
segundo bloque en peso es de 85 toneladas. El
resto son bastante más pequeños.
No parece haber una explicación científica sobre el
instrumental y la técnica empleados para realizar la
acanaladura y los agujeros (taladrados del mismo
tamaño y uniformemente espaciados) que aparecen en
la fotografía de la derecha.
En la fotografía de abajo se aprecian superficies de corte exactas, precisas.
Muy recientemente, en el año 2013, se
han realizado hallazgos importantes en
Puma Punku, como la presencia de
cráneos extrañamente alargados,
perfectamente conservados.
Son parecidos (hay diferencias
morfológicas, de peso y tamaño) a los
encontrados en Paracas ( ubicada en
Pisco, la costa de Perú) en 1928 por el
arqueólogo peruano Julio Tello y de los
que se reproduce la fotografía de más
abajo.
Hasta hace muy poco tiempo, se creía que el inicio de la civilización en
América era muy posterior a las primeras en el mundo. Se consideraba
que, en los comienzos de la civilización andina, los nativos se
organizaban en pequeñas aldeas dedicadas a la recolección de
tubérculos o mariscos y la caza en pequeña escala.
Pero un descubrimiento arqueológico en 1994 ha fechado en 5.000 años
la antigüedad de Caral de Supe, y la ha puesto en el eje cronológico
junto a los pueblos de Mesopotamia, Egipto, India, China y
Mesoamérica, los focos originarios de la cultura en el mundo.
Caral fue la capital de la civilización Caral; se encuentra situada en el
valle de Supe, a 182 kilómetros al norte de Lima (Perú) y 23 km del
litoral y a 350 m. sobre el nivel del mar. Se considera que es la
civilización más antigua de América.
Caral es la ciudad más antigua del
Perú y, según la arqueología oficial,
de América.
Sede de la primera civilización
andina, forjó las bases de una
organización social propia y singular,
demostrando que en tiempos tan
remotos como en 3.000 a.C., Caral ya
era una vibrante ciudad de
monumentales pirámides, tal como
sus pares de los otros continentes.
Los habitantes de Caral experimentaron con las especies
vegetales para lograr mayor calidad y productividad en sus
cultivos.
Obtuvieron grandes conocimientos de ingeniería agraria,
que se aplicaron a la construcción de canales de riego, la
habilitación de reservas de agua, el acondicionamiento de
terrazas para el cultivo, la fertilización de los suelos y la
manufactura de instrumentos de labranza.
Sus colosales pirámides eran edificios de
grandes proporciones utilizados por los
curacas (gobernantes) como el centro de sus
actividades, ya sean religiosas, políticas o
económicas.
Era el símbolo y centro del poder, allí se
realizaban las ceremonias que garantizarían
el orden establecido en fechas señaladas por
un calendario ceremonial que emulaba el
ritmo de la naturaleza.
Destacan 7 grandes
pirámides rodeadas
de otras varias
pequeñas, sumando
32 montículos en
total.
La ciudad de Caral tenía una población de 3,000 personas aprox.,
más los 17 centros anexos del área llegaban a una población total
de 20.000 personas aprox. en el valle de Supe.
Todos estos centros anexos del valle de Supe compartían la
fisionomía de la ciudad de Caral, con pequeñas plataformas o
círculos de piedras.
De forma misteriosa, después de un periodo de 500 años de
asentamiento, Caral fue abandonada, completa y rápidamente. Se
desconocen las razones de dicha emigración que sucedió hacia
aprox. 2100 a.C.
La cultura Chavín es una cultura arqueológica del Antiguo
Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano.
Se denominó así por su descubridor el arqueólogo peruano
Julio Tello.
Tuvo su centro de desarrollo en Chavín de Huántar que
está ubicado a 2 km del río Mosna y Huachecsa, en el
actual departamento de Áncash, en Perú.
Tello planteó que la cultura chavín fue de origen amazónico
debido a las múltiples representaciones de la iconografía
selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en
la cerámica.
En su máximo apogeo Chavín de Huántar, centro principal da
la cultura chavín, actual Patrimonio Cultural de la
Humanidad, fue un importante lugar ceremonial y de
irradiación cultural, cuya influencia se extendió por gran parte
de la costa y sierra de los andes peruanos.
El área de influencia de esta cultura abarca la costa y la sierra
de los Andes peruanos.
Sus estructuras, con forma de pirámide
truncada, están construidas a base de
piedra y argamasa de barro. La estructura
más imponente es la conocida como “El
Castillo”, llamado también “Templo Mayor”
o “Templo Nuevo”.
Es una muestra sobresaliente del arte de
construir de los antiguos peruanos por el
alto grado de perfección alcanzado en
materia de ingeniería, en el tallado y pulido
de las piedras y en la litoescultura asociada
a su arquitectura.
A pesar de no ser el sitio
arqueológico más antiguo, ni el
más grande, ni el más vistoso del
Perú antiguo, a Chavín de
Huántar se le considera como el
más importante centro de
peregrinación del mundo andino.
La construcción presenta una compleja red de caminos y galerías
interiores de piedra, únicamente iluminados por haces de luz que
penetran a través de conductos dispuestos estratégicamente.
En su interior aún puede apreciarse el Lanzón monolítico, piedra
tallada de 4,54 m. de altura en la que se observa representada una
divinidad antropomorfa, posiblemente la más importante del panteón
chavín.
En los muros del templo principal se podía ver una serie de cabezas
clavas, bultos escultóricos que oficiaban al parecer de guardianes
mitológicos del templo; actualmente solo una de ellas permanece en su
sitio original.
Algunas cabezas clavas presentan rasgos humanos,
mientras que otras tenían rasgos felínicos parecidas a
las del Lanzón: boca atigrada más colmillos. Además
asoman mostrando los ojos abiertos y la boca cerrada.
Los arqueólogos otorgaron el nombre de “Cabezas
Clavas“, debido a que la nuca atravesaba la pared
precisamente como si se tratase de clavos. Las cabezas
clavas de Chavín de Huántar son de diferentes
dimensiones. Hoy en día tan solo una permanece en su
zona de origen.
La denominada “Estela de Raimondi”
está hecha en piedra y simboliza una
deidad (El Dios de la Varas) humana
felinizada, con sus brazos extendidos
manteniendo en cada uno de ellos lo
que algunos creen era una droga
alucinógena utilizada en las
ceremonias rituales.
Otra escultura asociada al Templo Antiguo es el ”Obelisco Tello”, que
aunque fue hallado fuera de contexto, probablemente estuvo ubicado en
el centro de la plaza circular.
Representa un estadio posterior en el desarrollo de la iconografía
Chavín. Muestra a una pareja de seres míticos con forma de
grandes caimanes, con rasgos de felino y serpiente.
Existen evidencias de que el Templo Antiguo atrajo a un gran número
de fieles, incluso de pueblos lejanos, cuya huella ha quedado registrada
a través de sus ofrendas.
Para concluir, en esta pantalla y las
siguientes se exponen diferentes
aspectos del conjunto arqueológico
de Chavín de Huántar, en su estado
actual de conservación.
La cultura olmeca es el nombre de la civilización que se desarrolló
durante el Período Preclásico Medio. Aunque se han encontrado
vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica, se
considera que el área nuclear olmeca —o zona metropolitana— abarca
la parte sureste del estado de Veracruz y el oeste de Tabasco de México.
Se desconoce quiénes son los antepasados de este pueblo; es necesario
hacer la aclaración de que el término olmeca les fue impuesto por los
arqueólogos del siglo XX.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura
madre de la civilización mesoamericana.
Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico
asociado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que
aparecen en los restos arqueológicos encontrados son creación de los
olmecas del área nuclear.
La cultura Olmeca comenzó en el año de 1500 a.C , la primera gran
cultura en formarse en el territorio mesoamericano. Se ubicó en la
región costera del Golfo de México y ha sido más conocida como "La
Cultura Madre".
Su tipo de organización social era comunitario ("comunidad
dispersa“) en el que cada comunidad estaba dirigida por un
sacerdote. Los Olmecas eran una sociedad bien integrada y
perfectamente estructurada, y le daban gran importancia a la
existencia de sus dioses.
Su pirámide social comenzaba con el Jefe de la tribu llamado
"Chichimecatl".
Seguía la casta sacerdotal que era la que atesoraba los
conocimientos religiosos, técnicos, matemáticos y de escritura.
Los nobles poseían el poder político y religioso y trabajaban en
conjunto con los sacerdotes, Además se encargaban de
administrar las rutas de intercambio comercial.
Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios
comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la
difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la
cultura olmeca.
Entre ellos están incluidos el culto a las montañas y a las cuevas; el
culto a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura,
el simbolismo religioso del jade e, incluso, el propio estilo artístico, que
fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación
de los principales centros de esta sociedad.
Otros grupos de gran poder fueron los de los ancianos y
chamanes.
Los Olmecas contaban con grandes guerreros, encargados
de la protección de sus ciudades, de las cosechas y de las
transacciones comerciales.
Los artesanos y comerciantes fueron los encargados de
hacer los conjuntos urbanos, las pirámides, plazas
ceremoniales, esculturas, etc.
Los demás grupos sociales eran los campesinos, los
sirvientes y los esclavos
A pesar de su (aparente) limitada tecnología construyeron
objetos y edificaciones fascinantes de tamaños
extraordinarios.
Posiblemente, lo más impactante del arte Olmeca que nos ha
llegado sean las Cabezas.
Esas descomunales piedras esculpidas en un solo bloque, que
representan cráneos humanos con rasgos africanos y bajo un
casco labrado, representan uno de los mayores misterios a los que
se enfrentan los investigadores.
Los expertos creen que representan a gobernantes,
soberanos o dioses y algunas alcanzan un peso de hasta
20 toneladas. La mayoría carecen de cuerpo.
Su economía se basó en la agricultura, la caza y la pesca. Gracias al
trazado de los ríos de su área geográfica los olmecas desplazaban con
gran facilidad sus productos mercantiles, de los que sus principales
exponentes eran el maíz y el frijol.
Tuvieron un gran sistema de escritura de jeroglíficos por medio de los
que daban a entender sus ideas. Si bien no han dejado testimonio
conocido en el que poder basar las deducciones sobre su lengua, los
investigadores están conformes en que la lengua Olmeca (llamada
“Protomayahuasteca”) se dividió con el tiempo en dos: Maya y
Huasteca.
Inventaron un sistema de numeración vigesimal el cual, años después,
fue perfeccionado por la cultura maya.
En el mapa, ubicación de las principales ciudades Olmecas.
Desarrollaron grandes habilidades en astronomía,
hasta el grado de poder establecer un calendario de
365 días y poder predecir los eclipses.
También establecieron el mes lunar, el ciclo
agrícola y fechas de las ceremonias religiosas que
realizaban.
Sus ciudades eran un ejemplo de urbanismo por lo
inteligente del trazado de las calles, los edificios y
templos.
La planificación urbanística de la ciudad no sólo se
encuentra en el centro, sino que toda ella responde
a un reticulado muy preciso.
Restos arqueológicos olmecas en Tres Zapotes.
Su religión era politeísta, todos los aspectos de su vida su vida se
basaban primordialmente en los dioses.
Los olmecas consideraban al jaguar una criatura sagrada y lo
relacionaban con el mundo oscuro, frío, nocturno y húmedo de la tierra.
El jaguar era la principal figura religiosa, lo veneraban porque para
ellos representaba los misterios y peligros de la selva, así como la
fuerza para vencer los obstáculos de vivir en ella.
El pueblo se encargaba de la construcción de sus centros ceremoniales,
les rendían tributo, tenían la creencia que existía el "nahualismo", la
cual era la capacidad del hombre en transformarse en algún animal,
pensaban que existía una vida después de ésta y enterraban a sus
muertos en cuartos rectangulares.
Los pisos eran de mosaico y representaba caras de jaguar ya que era su
animal predilecto (para ellos representaba el misterio de la selva y la
fuerza para vencer los obstáculos).
Cada 52 años realizaban una ceremonia para encender el fuego nuevo
ya que de esta forma simbolizaban el final o el comienzo de un nuevo
periodo.
Trabajaron el barro, la piedra y el jade y, en cuanto a su vestimenta,
aprendieron a elaborar telas con preciosos adornos.
El final de la cultura Olmeca, como el de muchas otras culturas, es
desconocido todavía.
Se piensa que ellos mismos fueron los que abandonaron sus templos,
casas y ciudades, y su población se dispersó a otras áreas, para luego
ser la selva la que sepultó sus construcciones, pero se sigue ignorando
la causa de su éxodo o desaparición.
La cultura Zapoteca data, según los arqueólogos, de unos 2.500 años. Se
desarrollaron mucho en los años 500 a.C.-1000 d.C., los zapotecos se
establecieron en los valles centrales del actual estado de Oaxaca, en México.
Coincidiendo en el tiempo se encontraban Teotihuacan (en el centro de
México), las ciudades mayas (en el sureste) y Monte Albán, centro ceremonial
Zapoteco construido en lo alto de un cerro; ésta era la ciudad más importante
de Oaxaca.
Poco se sabe sobre el origen de los zapotecas. A diferencia de la mayoría de
los indígenas de Mesoamérica, no tenían ninguna tradición o leyenda sobre
su migración, sino que ellos creían que nacieron directamente de las nubes,
tal y como si fueran hijos legítimos de los dioses.
Se establecieron desde el milenio I a.C. en la sierra, valle central y en
la parte del istmo de Tehuantepec, de lo que es en la actualidad el
estado mexicano de Oaxaca, que tuvo una destacada importancia
durante el periodo precolombino y recibió la influencia de los olmecas.
La base de la economía zapoteca fue el comercio artesanal y también
practicaban la caza, la pesca y la recolección agrícola. La agricultura
fue muy variada. Entre los productos que sembraron se encontraba el
maíz, fríjol, calabaza, chile, jitomate y cacao, que regaban por medio
de canales y acequias.
En los cerros excavaban las laderas para formar grandes escalones de
tierras llamados terrazas, y con ello evitar la erosión del suelo y que la
lluvia se llevara consigo la tierra fértil. Esta forma de siembra les
permitió obtener abundantes cosechas.
El pueblo estaba gobernado por el “Gocquitao” o rey, que era auxiliado por los
sacerdotes y militares. Su laboriosidad y disposiciones artísticas han revelado
que los zapotecas eran fundamentalmente un pueblo pacífico, pero la
necesidad de proteger sus vidas, posesiones o familias les obligó a sostener
interminables luchas con sus vecinos y con grupos invasores.
Los zapotecas fueron politeístas y zoólatras, es decir, adoraban a muchos
dioses, pero además había entre sus dioses algunos animales. Respetaban a
los muertos a los que enterraban en urnas con ricas ofrendas. Su dios
principal o superior era Xipe Totec, a quien consideraron creador de las otras
deidades y que representó una figura común a todas las religiones indígenas
precortesianas.
A la izquierda una imagen representando a Xipe Totec.
Los zapotecas disponían de dos tipos de calendarios:
Iza: tenía 365 días agrupados en 18 meses.
Utilizado para las cosechas, estaba organizado en
18 meses de 20 días cada uno, contaba al final con
un periodo de cinco días.
Piye: tenía 260 días repartidos en 13 meses.
Utilizado para ponerle nombre a los recién nacidos,
estaba dividido en meses de 20 días.
Los zapotecos un sistema logofonético de escritura que utilizaba un
carácter individual para representar cada sílaba del lenguaje.
Este sistema de escritura es considerado como la base de otros sistemas
de escritura mesoamericanos desarrollado por los olmecas, los mayas,
los mixtecas y los aztecas.
En la capital azteca de Tenochtitlán, habitaban artesanos zapotecas y
mixtecas, cuyo desempeño era confeccionar joyería para los tlatoque
(emperadores aztecas), entre ellos, el famoso Moctezuma.
Urna funerariaLa familia representaba la unidad básica y social de los zapotecas, en
donde a cada persona, de acuerdo con su sexo, le correspondía realizar
una determinada actividad:
• Al hombre le correspondía la caza, la pesca, las labores del campo, el
comercio, la fabricación de cerámica y la guerra.
• A la mujer la recolección, la preparación de los alimentos, el cuidado
del hogar, la industria casera del tejido de fibras vegetales y, en
algunas ocasiones, también participaba en las labores agrícolas.
La organización social de los zapotecas estaba dividida en grupos
dependiendo del oficio que cada persona desempeñaba:
Clase dominante
· Sacerdotes
· Militares
· Comerciantes
Clase dominada
· Campesinos
· Cargadores
· Cazadores
· Orfebres
· Tejedores En la imagen, una urna funeraria.
La Zona Arqueológica de Monte Albán se
encuentra a una decena de kilómetros de la
capital del estado de Oaxaca.
Los restos de las edificaciones precolombinas
de Monte Albán son en su mayoría de las
plataformas piramidales que sostuvieron las
edificaciones dedicadas al culto religioso, la
administración pública o los restos de
conjuntos habitacionales dedicados a los
estratos dominantes de la sociedad.
Fue la capital indígena más importante de la
región entre los años 400 y 800 d.C. y en él se
pueden observar vestigios muy bien conservados
de la cancha para el juego de la pelota, templos,
tumbas, observatorio astronómico y bajo relieves
con inscripciones jeroglíficas.
Fue habitada por las civilizaciones olmeca,
zapoteca y mixteca, que ocuparon sucesivamente
la región.
A la derecha una vista aérea de Monte Albán.
A la llegada de los españoles en la época del
Descubrimiento estaba cubierto de vegetación por
lo que la debieron tomar como un cerro más, lo que
probablemente la protegió de ser destruida.
Alrededor hay también varios cerros los que se sabe
que bajo ellos hay otros templos pero no aparecen
los fondos necesarios para restaurarlos.
Está bastante completo y bien restaurado, es un
lugar muy amplio de recorrer, en algunas partes
más altas hay unas espectaculares vistas del lugar.
En la fotografía, una vista desde la Plataforma Sur.
Aunque es probable que su existencia
fuera conocida durante la época
colonial, Monte Albán no es
mencionada en las crónicas de la
conquista o en los siglos posteriores,
hasta principios del siglo XIX.
Durante la primera mitad del siglo XX,
el mexicano Alfonso Caso llevó a cabo
una serie de excavaciones que lo
llevaron a encontrar la Tumba 7, donde
reposaba el mayor depósito de obras de
orfebrería mesoamericana de oro que
se haya descubierto hasta la fecha.
A la derecha una vista de la Gran
Plaza.
Juego de pelota
Como la mayoría de los centros ceremoniales
prehispánicos, la zona arqueológica de Monte Albán
cuenta con un juego de pelota el cual se encuentra
localizado al norte de la plataforma oriente. Este recinto
es conocido como Juego de Pelota Grande, a diferencia de
otra construcción, también dedicada al juego de pelota el
cual es conocido como Juego de Pelota Chico.
Las dimensiones del juego de pelota son de
aproximadamente 25 metros de largo y de 7 por 22
metros en los extremos conocidos como cabezales. La
longitud interior, incluyendo los cabezales, en su
totalidad es de aproximadamente 54 metros. En Monte
Albán el juego de pelota se practicaba golpeando la pelota
con la cadera, codos y rodillas.
En esta zona arqueológica se construyeron cinco canchas
de Juego de Pelota, hecho que confirma la importancia de
dicho juego a nivel regional. El "Juego de Pelota Grande"
se construyó aproximadamente en el 100 a.C.
La cultura zapoteca entró en decadencia entre los años 750 y 1200 d. de C.
debido a diversos factores entre el que destacó la penetración de los mixtecas,
que conquistaron los centros zapotecas, obligándolos abandonar Monte Albán al
que convirtieron en cementerio, teniéndose que ubicar en Mitla y luego en
Zaachila. Más tarde dominaron el fértil Valle de Tehuantepec y las ricas costas
de Soconusco.
Actualmente, el pueblo zapoteca se divide en dos grupos principales; el más
grande en los valles del sur de Oaxaca y otro en el sur del istmo de Tehuantepec;
hay todavía pequeñas aldeas en Veracruz, Guerrero y Chiapas. Juntos, estos
grupos son aproximadamente 400 000 personas. A pesar de que la población
mayoritariamente se convirtió al catolicismo, sobreviven algunas de sus
prácticas ancestrales, tales como el entierro de los muertos con ofrendas.
El idioma zapoteca forma parte de la familia de lenguas de Oaxaca y está entre
las lenguas indígenas de México con el mayor número de parlantes. El más
famoso zapoteca de la era moderna fue el Presidente de México Benito Juárez.
La cultura tolteca es una de las culturas precolombinas de
Mesoamérica. Se trata de un pueblo nahua que dominó en el
norte del altiplano mexicano entre los siglos X d.C. y XII d.C.
Algunos de sus principales centros fueron
Huapalcalco en Tulancingo, y la ciudad de Tollan-Xicocotitlan,
localizada en lo que actualmente se conoce como Tula de
Allende (estado de Hidalgo, México). Esta ciudad es célebre por
sus singulares estatuas de piedra llamadas Atlantes.
Los toltecas hablaban el lenguaje “náhuatl“ el cual es un sonido
claro y agradable. Esta lengua es hablada actualmente en
América Central y México. El náhuatl es una lengua nativa con
gran numero de parlantes (en México aproximadamente lo
hablan 1 millón y medio de personas).
Según sus propios relatos, los toltecas proceden de un lugar al
que llaman Huehuetlapallan (Vieja tierra roja), país del reino
de la antigua Tollan, y vagan alrededor de unos de 104 años,
guiados por siete señores (Zacatl, Chalcatzin, Ehecatzin,
Cohualtzin, Tzihuacoatl, Metzotzin y Tlapalmetzotzin).
Al fín llegan a Tollantzinco el cual abandonan 20 años después,
retirándose catorce leguas hacia poniente donde fundan el
nuevo Tollan o Tula, en honor de su antigua patria (su nombre
es Tollan-Xicocotitlan) .
Los toltecas fueron un pueblo nómada que habían asimilado a
los antepasados de los chichimecas. Los toltecas conquistaron la
ciudad de Teotihuacan en el año 750 d.C. aproximadamente, y
luego asentaron su población y su cultura.
Ellos se establecieron en la meseta central (en la zona que
ahora abarcan los Estados mexicanos de Tlaxcala, Hidalgo,
México, Morelos y Puebla).
Una casta militar reemplazaría a los religiosos en la
administración formándose un gobierno militarista. Su capital,
Tollan-Xicocotitlan (Tula), sería conquistada por los
Chichimecas en el año 1168 d.C.
Tollan-Xicocotitlan (en náhuatl: 'Tōllān-Xīcocotitlan' ’) conocida
como Tula, forma castellanizada deTōllān, fue la capital del
estado tolteca, que se desarrolló en el centro de México durante
el período posclásico temprano de Mesoamérica. En esta ciudad
estaba asentado el principal poder político de los valles de
México y Puebla-Tlaxcala entre los siglos X y XII de nuestra era.
Su influencia alcanzaba lugares tan distantes como la península de
Yucatán, El Salvador y Nicaragua. Los restos de esta ciudad
precolombina se localizan en el municipio de Tula de Allende, al sur
del estado de Hidalgo (México).
Se estima que Tula albergó alrededor de 30.000 habitantes en su
época de mayor esplendor, los cuales vivían en grandes complejos de
una sola planta con techos planos, básicamente de piedra y tierra y
acabados en adobe. Excluyendo la zona ceremonial, el diseño de las
zonas habitables de Tula refleja una planta cuadriculada.
Tollan-Xicocotitlan se localiza en un valle de clima
templado, irrigado por el río Tula. El centro de la
ciudad precolombina se ubicó muy cerca de la
confluencia de este río con el Rosas.
Se ha señalado que en la época en que habitaban los
grupos que dieron origen a la cultura tolteca, la
región estaba poblada por otomíes, grupo étnico que
actualmente constituye el principal elemento
demográfico indígena en la zona, y del que
sobreviven gran cantidad de topónimos en la región
de Tula.
La región donde se edificó la capital tolteca tiene un
clima semiseco. Sin embargo, la presencia del río
Tula permitió el desarrollo de una agricultura
productiva.
Por otra parte, la ciudad estaba ubicada, de modo
estratégico, en medio de yacimientos
de obsidiana (como la Sierra de las Navajas),
de alabastro y otros minerales.
Por su posición geográfica, Tollan-Xicocotitlan se
convirtió en un importante nudo de las rutas de
la turquesa, proveniente del Norte de Mesoamérica,
y de la región del Cañón del Chaco (en el actual
territorio de Nuevo México).
Los toltecas aportaron cambios importantes en
cuanto a las normas arquitectónicas que existían en
Mesoamérica en el siglo IX, una de ellas el empleo
de esculturas antropomorfas que sostenían con la
cabeza el techo de una habitación, logrando así un
gran espacio interior, como se aprecia en el templo
de Tlahuizcalpantecuhtli (“El Señor del Alba”).
Antes de pasar a desarrollar esta parte conviene aclarar algunos aspectos:
• La cercanía en el tiempo, por contraste con las culturas vistas hasta ahora,
permite atesorar una mayor información y unas pruebas físicas y documentales
más fiables y que han resistido mejor el paso del tiempo.
• La presencia de los españoles en América propició un mejor conocimiento de sus
costumbres, pero también la aparición de motivos irracionales (el bajo nivel
intelectual de muchos de ellos, la codicia de tesoros, el poder sobre los pueblos, la
evangelización obligada de otras religiones, etc.) que acarrearon la pérdida o
destrucción de mucha información valiosa, que podría haber ayudado a
comprender mejor la forma de vida de sus habitantes, a través de sus escritos,
grabados, lenguas, tradiciones, monumentos etc.
En lo que sigue se presentará la información general de cada cultura o tribu, alternándola con aspectos específicos de los
lugares o ciudades de que se trate en cada capítulo.
Ello permitirá constatar que los miembros de una misma cultura podían diferir en sus costumbres y tradiciones sin más
que desplazarnos de uno de sus enclaves a otro.
Los Mayas conformaron una cultura que perduró varios siglos y
cuyas características de vida expondremos en las siguientes
pantallas, tomando como base algunos de sus asentamientos más
conocidos:
• Tikal
• Copan
• Palenque
• Bonampak
• Chichén Itzá
• Etc. Etc.
Su zona de desarrollo abarca los Estados actuales de México,
Honduras y Guatemala.
Los Mayas tenían un sistema de escritura muy
avanzado, basado en los glifos.
Para escribir los números los mayas utilizaban:
• un caracol para representar el cero (lo que
representa en sí mismo un extraordinario avance).
• un punto como unidad.
• una línea como 5 unidades, de tal forma que cada 20
números añadían un fila superior indicando la
decena, centena, etc.
A continuación se puede observar a la derecha una
imagen donde se relaciona nuestro actual sistema
numérico con el de los mayas.
Los mayas fueron grandes matemáticos,
desarrollaron un sistema numérico vigesimal, por el
medio del cual realizaban sus cálculos para construir
sus templos y para desarrollar su famoso calendario.
Actualmente nosotros utilizamos un sistema
numérico decimal, es decir en base 10, mientras que
los mayas utilizaban un sistema numérico vigesimal,
en base 20.
En nuestro sistema numérico cada 10 dígitos o
múltiplos de 10 se cambia la posición de un número,
mientras que en el sistema numérico maya se cambia
de posición cada 20 números o múltiplos de 20:
10, 11, 12 , 13 , 14 , 15 ,16 , 17 , 18 , 19 , 20.
A modo de ejemplo descifraremos el siguiente
número escrito en maya:
Recordar que:
200 = 1
201=20
202=400
El calendario maya sagrado o ritual
conocido como Tzolkin, disponía de
13 meses con 20 días cada uno,
haciendo un total de 260 días.
El Tzolkin es el calendario más
importante para los mayas.
El 20 coincide con el número en el
cual se basa su sistema numérico y
para los mayas era un número
básico y sagrado.
Arriba se aprecia el calendario maya Tzolkin, labrado en
piedra de una sola pieza, con un diámetro de unos 3 m.
El número 13 (cuya motivación sigue siendo un
misterio) parece provenir de los 13 dioses creadores del
hombre de maíz que adoraban los mayas, así como los
13 demonios que habitaban el infierno maya o el
inframundo Xibalbá, es por ello que este calendario
para los mayas era sagrado, pues relacionaba a sus 13
dioses creadores y demonios con el número 20.
Diversos estudios relacionan los 260 días del calendario
sagrado con el periodo de la gestación humana, e
incluso lo relacionan con el planeta Venus.
El nombre de los días en el calendario maya sagrado se
compone de 2 partes:
•Una correlación de números del 1 al 13 utilizando la
numeración maya (puntos, líneas y cochas)
•20 nombres diferentes que corresponden a un signo o glifo.
A continuación se muestran los 20 nombres diferentes que
componen el calendario maya sagrado, con sus glifos
correspondientes:
De tal forma el primer mes del calendario maya sigue la siguiente serie:
1 Imix, 2 Ik, 3 Ak'bal, 4 K'an, 5 Chikchan, 6 Kimi, 7 Manik, 8 Lamat, 9 Muluk, 10 Ok, 11 Chuen, 12 Eb, 13 Ben, 1 Ix, 2 Men, 3 Kib, 4
Kaban, 5 Etz'nab, 6 Kayak, 7 Ajau
El nombre de los días en los meses posteriores del calendario maya, comienza por el número siguiente y nombre del último día del mes
anterior, de tal forma que el nombre del segundo día del mes 2 es 8 Imix.
Con este sistema no vuelve a coincidir el número con el nombre del día hasta pasado un ciclo de 260 días, 260 que corresponde a 13x20
días de duración de 1 año sagrado maya.
La historia de Tikal comienza en el S.VI
a.C. y concluye en el S. X d.C.
En esa fecha, el pueblo Maya desaparece
misteriosamente de todas ciudades de la
selva de Petén, sin motivo aparente, sin
guerras, sin enfermedades, sin
destrucción. Nada parece justificar este
dato.
Tikal quiere decir, en lengua Maya, el “Lugar de las voces” o
el “Lugar de las lenguas”.
La urbe de Tikal se yergue sobre la selva exuberante de
Petén que la rodea por completo, en el territorio entre México
y Guatemala.
Está formada por unas tres mil construcciones que van desde
estancias sencillas a las grandes pirámides, que se alzan
sobre terrazas naturales de la selva hasta cincuenta metros
de altura, pasando por espacios dedicados al juego de pelota,
los baños de vapor y otros edificios.
Nada diferencia sus construcciones de las restantes maya,
con algunas excepciones: la altura de sus pirámides, la
amplitud de sus construcciones y el tener grabada en una
estela de piedra una fecha: 292 d.C.
Ocupa una extensión de 16 km2 y su
distribución urbanística es la misma que el
resto de ciudades Mayas conocidas: no
existen reglas fijas. Las pirámides aparecen
edificadas en calveros de la selva flanqueados
por edificios, con abundantes espacios libres.
En ninguna ciudad Maya aparece una posible
norma urbanística. No existen las calles.
Cada grupo arquitectónica forma un
aglomerado desordenado. Únicamente la
Plaza parece irradiar motivaciones religiosas
en su ubicación u orientación.
¿Era la ciudad de Tikal un centro de
ceremonias y ritos religiosos o un centro
urbano? Tikal era algo más que un centro
religioso, según los expertos, ya que allí
habitaba una notable cantidad de población,
pero no era un centro urbano propiamente
dicho.
En las ocasiones de grandes celebraciones religiosas
era fácil que se reunieran inmensas muchedumbres
que acudían de sus aldeas, y que lo hicieran en los
grandes espacios abiertos destinados al efecto. En
Tikal existen calles pavimentadas cuya finalidad sería
la de propiciar el flujo de los visitantes; a esa
conclusión es fácil llegar si se tiene en cuenta que los
Mayas desconocían la existencia de la rueda, de la
polea o de los animales de tiro para trabajos pesados.
Si nos fijamos en su emplazamiento parece difícil
pensar que la eligieran para ser una gran urbe ya que
la selva de Petén la rodea totalmente y se sabe que
estuvieron allí durante seis siglos. Tampoco hay
constancia de fortificaciones defensivas.
Además, no existe en sus proximidades curso de agua
navegable alguno. Tras once años de continuadas
excavaciones los investigadores de todo el mundo no
han sido capaces de encontrar una respuesta
satisfactoria a los motivos de su enclave si se esperaba
encontrarlos para ser una ciudad de residentes.
Pero tal visión cambia si se considera que la
misma selva que la envuelve es una productora
inagotable de árboles que segregan una gran
variedad de sustancias de las que se produce el
incienso (chiclé, caucho, copal o la goma) que era
un bien apreciadísimo para las ceremonias y
rituales de adoración en los templos.
Si así fuera, dispondrían de dinero suficiente para
comprar fuera de la ciudad los productos
alimentarios (maíz y otros) que demandaba la
población fija de la misma (sacerdotes,
funcionarios y esclavos) que dependía de
asentamientos periféricos para su manutención, y
tener disponibilidad de mano de obra y tiempo
para edificar sus construcciones.
Sabido es que en la región era habitual la
presencia de varias aldeas dedicadas al cultivo de
los alimentos y que por cada 100 habitantes
existía un lugar de reunión para ceremonias
religiosas. Llevado al extremo, Tikal asumía la
presencia de varios miles de personas en las
reuniones masivas de las celebraciones.
Por otra parte, y a diferencia con los Aztecas (que
demolían sus edificaciones monumentales cada 50
años para edificar sobre sus ruinas otras nuevas), los
Mayas experimentaban un profundo respeto por sus
monumentos y consideraban una profanación
derribarlos, por lo que los nuevos se erigían sobre los
antiguos, como se ha demostrado por los Arqueólogos.
Entre los Mayas y los Aztecas hay millares de
kilómetros y más de mil años de separación y
distancia.
Así en la Acrópolis Norte de Tikal se han encontrado
edificios (no todos) superpuestos una docena de veces
sobre los anteriores, a lo largo de todo un milenio. Los
Mayas tenían la costumbre de enterrar a sus
dignatarios en los cimientos de los edificios para cuya
custodia fueron asignados; en estos casos (que en Tikal
se acercan al centenar) sí se derribaba el edificio.
LAS PIRÁMIDES DE TIKAL
Se erigieron en el S. VIII d.C. y son los monumentos más
elevados de toda la región Maya. Las pirámides mayas no
son monumentos funerarios. En este sentido no son
equiparables a las colosales pirámides egipcias, sino más
bien a los Zigurats sumerios ya que sirven para ceremonias
de culto y observación del cielo estrellado, si bien no hay que
olvidar que ambas civilizaciones están separadas por miles
de kilómetros y por cuatro mil años de antigüedad.
Los Mayas encontraron en la selva de Petén el preciado
cemento, obtenido de la abundante piedra calcárea de la
zona. Sus edificios, en efecto, son obras maravillosas de
piedra y cemento.
Las pirámides verticales demuestran el grado elevado de
construcción alcanzado: la pirámide casi vertical de Tikal, de
cuarenta metros de altura, se alza sobre una base de sólo treinta
y cinco metros. Su interior está realizado a base de bloques de
piedra regulares cuidadosamente dispuestos y empotrados en
las paredes de sostén y en las de relleno.
La pirámide es para los Mayas el punto de unión entre la tierra
y el cielo, es una necesidad religiosa más que un desafío
arquitectónico.
Como es común a todas las religiones, el santuario debe estar
elevado sobre la población circundante, y para ello edificaron sus
templos aupados sobre terraplenes o terrazas de albañilería o de
la propia Naturaleza.
La ciudad de Copán se sitúa en la actual Honduras. Allí, a unos
cuatrocientos kms de Tikal, el clima es más benigno y propicio
para la implantación y desarrollo de un núcleo urbano. Copán
nació después de Tikal separadas por un siglo. También en
Copán existe una estela de piedra que está fechada en el año
460 d.C.
Si algo diferencia a Copán es su bellísima escultura (estelas o
cipos, escalinatas, jeroglíficos). También la caracteriza el estar
considerada como un gran centro científico (probablemente
Astronómico ya que sus cielos son muy limpios y su altitud de
600 m. también ayuda a ello).
Al respecto cabe citar que los Mayas no disponían de
instrumentos ópticos pero supieron calcular las revoluciones
del planeta Venus y predijeron los eclipses con una exactitud
desconcertante, si se piensa que sólo disponían de la
observación visual y de unos tubos realizados en jade.
En lo que sigue, y para soslayar la cuestión de cómo se sabe el nombre
de los sitios y cosas si se carece de documento escrito alguno, se poseen
tres códices cubiertos de jeroglíficos mayas hallados en los archivos de
universidades europeas, si bien sólo se han podido descifrar unas
anotaciones sobre un calendario .
La ciudad ocupa una extensión de 30 Ha. con una longitud de 2.5 Km. y
una anchura de 13 Km. Al Norte está la Acrópolis con dos grandes
plazas en orientación N-S. En el centro de sus 5 Ha hay una plataforma
de 10 m. de elevación.
La Plaza Oriental (de 40x30 m.) está flanqueada al Oeste por una
pirámide ancha y por la Escalera de los Jaguares, llamada así por las
dos esculturas de este animal (objeto de gran veneración por los Mayas)
que flanquean a ocho escalones de 16 metros de longitud. Esa escalera
está dominada por una colosal cabeza de una representación del Sol,
adornada con el símbolo de Venus.
La Plaza Oriental (de 40x30 m.) está flanqueada
al Oeste por una pirámide ancha y por la
Escalera de los Jaguares, llamada así por las dos
esculturas de este animal (objeto de gran
veneración por los Mayas) que flanquean a ocho
escalones de 16 metros de longitud.
Esa escalera está dominada por una colosal
cabeza de una representación del Sol, adornada
con el símbolo de Venus.
Conviene recordar que existía un Sacerdote del
Jaguar y que en los famosos libros de Chilam
Balam, la palabra Chilam quiere decir Adivino y
Balam el Jaguar. Estos libros se escribieron en
lengua maya pero con caracteres latinos en los
siglos XVII y XVIII d.C.
La Plaza Occidental está también orientada en
sentido N-S y mide 70 metros de longitud por 23
de anchura. Al Norte y en el segundo tramo de
escalera de acceso al denominado Templo 11 (o
Templo de las Inscripciones), está la Tribuna de
los Espectadores, plagada de jeroglíficos en su
grada sexta o superior.
El citado Templo 11, o Templo de las Inscripciones, se
erigió en el 764 d.C. para conmemorar el importante
descubrimiento de la duración exacta de los intervalos
entre los eclipses lunares.
En los dos ángulos Norte del edificio hay dos colosales cabezas
humanas en piedra que los estudiosos atribuyen al dios
Itzamma, inventor de la escritura y de los libros.
Al Sur de la Acrópolis aparece una soberbia escalinata de unos treinta
metros de larga y que se eleva un ángulo de sesenta grados, permitiendo
acceder a las ruinas del Templo 26.
Se la conoce como la escalera de los Jeroglíficos; absolutamente todas sus
63 gradas de 8 metros de longitud están tapizadas de jeroglíficos
esculpidos, hasta el punto de que sus 2500 signos conforman la mayor
inscripción jeroglífica de los Mayas, e incluyen hasta 28 fechas en las
estelas desde el año 545 d.C. hasta el 745 d.C.
LAS ESTELAS O CIPOS
Si algo caracteriza a la ciudad de Copán son sus estelas o cipos,
realizadas con una calidad y belleza excepcionales. Cuenta con 38
estelas de las que 14 (las más notables) se erigen en el espacio
central. Todas ellas están talladas en andesita, suelen medir 4 m.
de altura por 1,5 m. de anchura. En su parte anterior o principal
siempre aparecen personajes majestuosos esculpidos en
altorrelieve.
El arte desarrollado por los escultores les permitió representar a
los personajes de cara, para lo que hubo que desbastar todo el
fondo, lo que representa una obra de gran laboriosidad. Las
proporciones anatómicas son las correctas y el cuerpo queda
tapado bajo la vestimenta. En las cabezas aparecen increíbles
peinados rozando la extravagancia (desde un punto de vista
actual).
En algunas caras aparecen elementos discordantes, como por ejemplo
que el sujeto lleve barba cuando se sabe que los Mayas consideraban
poco digno llevar barba, hasta el punto de que escaldaban el rostro de
los niños varones para evitar el crecimiento del pelo.
Los Mayas tenían una verdadera obsesión por el conocimiento del
tiempo y su transcurrir, para lo que desarrollaron en grado notable las
Matemáticas y la escritura.
Durante siglos practicaron observaciones astronómicas que han
resultado de una exactitud sorprendente. Los calendarios Mayas son
más precisos que los de nuestra civilización
Al igual que en todas las ciudades Mayas, en Copán los escultores no
tallaron en piedra a sus divinidades sino a los religiosos y dignatarios.
Éstos llevan todos en el brazo, y doblado sobre el pecho, un bastón de
ceremonia que representa una serpiente bicéfala.
A fecha de hoy, y tras muchos años, expertos y recursos empleados, no
se está todavía en disposición de definir el motivo por el que los Mayas
hayan erigido las estelas.
Se piensa que su función primordial fue la de registrar las fechas de
erección o de la consagración de los monumentos en que están
grabadas, y no la de exaltación de personajes o de relatos de guerras o
conquistas.
A los signos Mayas se les conoce como “Glifos” para
diferenciarlos de los egipcios (“Jeroglíficos”).
A través de las escasas publicaciones que nos han
llegado se han podido catalogar alrededor de 800
glifos de los que sólo se puede traducir la mitad.
Gracias al libro editado por el Padre De Landa, y a
la obra de investigadores, se ha podido llegar a la
conclusión que los glifos traducidos hacen
referencia al tiempo.
Así podemos saber que los Mayas erigían una
estela cada 20 años (Katún) y ello era obligatorio,
según aparece en los libros de Chilam Balam y de
cronistas del S. XVI.
Estela A Estela B
Estela D Estela F
Estelas mayas en el Museo
de San Francisco
de Campeche
La antigua ciudad de Palenque se halla situada en el
hermoso estado de Chiapas, en México, en un entorno
de vegetación exuberante.
Palenque es una de las ciudades mayas más visitadas,
no sólo por su arte sino también por su facilidad de
acceso.
Representa un yacimiento arqueológico que se
encuentra en lo que hoy es el municipio del mismo
nombre, ubicado en el estado mexicano de Chiapas.
Menor que Tikal o Copán, la ciudad destaca sin embargo
por su acervo arquitectónico y escultórico. Se cree que
los mayas la fundaron como una aldea
predominantemente agricultora, y favorecida por los
numerosos manantiales y corrientes de agua de la
región.
Palenque es una de las ciudades mayas más
visitadas, no sólo por su arte sino también por
su facilidad de acceso.
Palenque es un yacimiento
arqueológico maya que se encuentra en lo que
hoy es el municipio del mismo nombre, ubicado
en el estado mexicano de Chiapas.
Menor que Tikal o Copán, la ciudad destaca
por su acervo arquitectónico y escultórico. Se
cree que los mayas la fundaron como una aldea
predominantemente agricultora, y favorecida
por los numerosos manantiales y corrientes de
agua de la región.
A partir del año 800 d.C. la ciudad fue
reduciéndose en su población debido a las
invasiones sufridas y a la pérdida de importancia
en su entorno.
Su población llegó a desaparecer por completo
mucho antes de la llegada de los conquistadores
españoles.
Palenque es famosa por ser la capital Maya del
estuco. Su uso prolifera por todos los rincones. Al
ser una mezcla de cal muy fina con agua, es un
elemento arquitectónico muy frágil y se degrada a
la intemperie.
Por ello es muy importante que hoy en día se
puedan seguir admirando las obras realizadas,
gracias a que la cal procedente del agua que se
filtra lo ha protegido.
Cuando el viajero alcanza la ciudad llegando
por el Oeste por un pequeño camino lo
primero que divisa es el Palacio y, a la
derecha, el Templo de las inscripciones.
Hacia el Este hay diversos templetes
asomando de entre la vegetación que los
rodea.
Al Norte del citado Palacio se yergue el Grupo
Norte, un grupo de edificaciones de entre las
que destaca el Templo del Conde.
Templo de las Inscripciones.
Se trata de un templo elevado sobre una pirámide
escalonada de 16 m. de altura y 9 terrazas. Tiene este
nombre por tres tableros de roca con inscripciones
jeroglíficas, que se encuentran dentro del templo.
Los glifos detallan la historia de la dinastía regente en la
ciudad, y los hechos de Pakal el Grande. La estructura
está decorada con relieves hechos en estuco.
En el interior del templo, una baldosa vertical tapaba el
acceso a una escalinata que descendía dentro de la
pirámide, y que en dos tramos llegaba a la cripta
funeraria de Pakal. Esto supone una novedad en la
arqueología maya.
La pirámide consta de 9 grandes escalones lo
que enlaza con lo que se sabe de la cultura
Maya: había que bajar 9 niveles para llegar al
inframundo; el sarcófago de K’inich Janaab’
Pakal, está en el noveno nivel.
Tanto el sarcófago y la losa que lo cubre como
los muros de la cripta están decorados con
bajorrelieves que muestran, entre otras cosas,
la muerte de Pakal y su descenso al
inframundo, donde toma la identidad de uno
de los dos gemelos que, en el Popol Vuh,
derrotaron a los señores del inframundo y
alcanzaron la inmortalidad.
En los glifos de la cripta se describen también
el origen y los ancestros de Pakal, así como la
banda celeste y una serie de deidades mayas.
En el Templo de las Inscripciones se
encontró una cripta secreta conteniendo
el sarcófago del Rey K’inich Janaab’
Pakal, cubierto con una lápida cuya
imagen ha dado la vuelta al mundo, y
que ha dado pie a que algunos vean en
ella la simbología de un personaje,
vestido con los ropajes propios de la
época pero, según otros, pilotando lo que
parece ser un cohete o nave espacial (?)
por su posición y postura.
Esa lápida citada en la diapositiva anterior
está construida de una sola pieza labrada y
es un prodigio de arte. Sus dimensiones son 3
m. de longitud, 2.2 m. de anchura y 25 cm. de
grosor.
Su tamaño y su situación apuntan a que se
instaló como tapa del sarcófago antes de ser
cerrada por la construcción que se erigió
sobre ella posteriormente.
Se puede contemplar una reproducción de la
cripta y la lápida que cubren el sarcófago con
los restos mortales rey Pacal, en el Museo
Nacional de Antropología de México.
En el bajorrelieve que ocupa la superficie entera
de la lápida, hay muchos significados simbólicos
de difícil interpretación, si bien están todos los
predominantes en la cultura maya: el dios de la
muerte, el hombre, el dios del maíz y el ave
Moan (símbolo de la muerte).
Alrededor de esta composición hay una orla de
glifos conteniendo el Sol, la Luna, el planeta
Venus y hasta seis cabezas humanas.
En el lateral de la losa aparecen 52 glifos más
con varias fechas correspondientes al año 633
d.C.
La losa se pudo levantar y remover en 1952 y en
el sarcófago (pintado íntegramente de color rojo)
apareció un esqueleto humano no identificado
con fragmentos de jade alrededor del cráneo.
El Palacio.
Más que un edificio, se trata de un complejo de
edificios interconectados, que fueron
construidos, remodelados y modificados a lo
largo de cuatrocientos años, sobre una terraza
artificial.
Está situado en la parte central de la zona
arqueológica, y su nombre se debe a la
conjunción de patios, crujías y la torre de
cuatro cuerpos que lo caracteriza.
Contiene esculturas y bajorrelieves en estuco
de alto valor artístico. Los edificios se
articulan dejando cuatro patios interiores
estrechos y de forma desigual.
El edifico más sorprendente del conjunto es la
Torre, que se eleva hasta los quince metros de
altura. Su forma no tiene igual en ninguna
otra ciudad maya.
Y lo que acrecienta esa sorpresa es que su
fachada exterior no se corresponde para nada
con su interior: el monumento se sostiene sólo
por su núcleo central, una enorme columna
interior de forma paralelepipédica de cemento,
hasta el punto de que más parece un gran
bloque de cemento perforado.
La Torre se eleva sobre un soporte o zócalo de
siete metros de lado por cuatro de altura. No
se sabe nada del uso a que estaba destinada.
De hecho, no existe acceso a la planta
primera, solamente de ahí hacia arriba hay
una muy estrecha escalera que asciende (una
persona corpulenta no cabe por ella).
Acueducto.
Se trata de una estructura abovedada de tres metros de
altura, conduce al río Otulum por debajo de la plaza
principal de Palenque, en la sección que corresponde a la
fachada oriental del Palacio.
El acueducto se complementa con un puente de piedra
construido aguas abajo, en el lugar conocido como Baño
de la Reina, al extremo norte del grupo principal.
El conjunto de las Cruces, formado por el Templo
de la Cruz, el Templo del Sol, y el Templo de la Cruz
Foliada. Se trata de un conjunto de templos sobre
pirámides escalonadas, cada uno con elaborados
relieves en su interior.
Los templos conmemoran el ascenso al trono del
señor Chan Bahlum II, tras la muerte de Pacal el
Grande, y muestran al nuevo señor recibiendo la
grandeza de manos de su predecesor. Las cruces a
las que aluden los nombres de los templos, son en
realidad representaciones del árbol de la creación
que se encuentra en el centro del mundo, de acuerdo
a la mitología maya.
El Templo de la Cruz.
Aún conserva la crestería, un muro calado que
coronaba la estructura. En su interior estaba el
tablero central (hoy exhibido en el Museo Nacional
de Antropología de México) que tiene una
representación del monstruo de la tierra, del cual
brota una planta de maíz.
Sobre la planta, flanqueada por dos figuras
humanas, se encuentra posada un ave fantástica.
El Templo de la Cruz Foliada ha perdido su
fachada, y solo la segunda crujía se conserva
completa.
Templo del León.
Se encuentra 200 m al sur del grupo principal. Debe su nombre al
elaborado bajorrelieve, hoy destruido, que representaba a un rey
sentado sobre un trono en forma de un jaguar bicéfalo.
Templo del Conde.
Fue llamado así por Waldeck, quien lo habitó durante su estancia en
Palenque, y, entre otras extravagancias, se acreditaba a sí mismo el
título de conde (otras veces asumía los títulos de barón y duque).
El elegante edificio tiene un basamento escalonado de cinco cuerpos. En
la parte superior está un templo que conserva la totalidad de sus
elementos arquitectónicos originales.
Juego de pelota.
Dos plataformas paralelas formaron la
estructura para el juego de pelota.
Sin embargo, aún se requieren efectuar
trabajos de exploración y consolidación
para conocer mejor su estructura.
La ciudad de Bonampak (“La ciudad de los
muros pintados”) es un lugar célebre en el
mundo entero por los frescos que contiene.
Pertenece al estado de Chiapas, México,
cerca de la frontera de México con
Guatemala. Todas las estructuras del sitio
parecen haber sido construidas entre los
años 580 d.C. y 800 d.C.
Era un lugar secreto de la tribu de los
Lacandones, en el interior de los bosques
de Chiapas, hasta que Gilles Healey lo
descubre por casualidad, explorando por la
zona en 1946.
Los frescos de los muros se han conservado
razonadamente bien debido al alto grado de
humedad de la región y a las filtraciones de
agua, rica en cal, durante más de 1000
años, creando una capa calcárea protectora.
Bonampak está situada en la parte
septentrional de los bosques de Chiapas,
cerca del río Lacanja.
Sobre la única colina de la zona se alzan
ocho pequeños edificios elevados sobre
plataformas.
Delante del complejo se extiende una plaza
rectangular de 110 m. de largo por 90 m. de
ancho, en cuyo centro se alza la llamada
Estela 1.
Esa Estela lleva la fecha de 785 d.C.
Estela en el patio
Dintel del Templo de los Frescos
El Templo de los Frescos, de
dimensiones 7 m. de altura, 4,12 m. de
anchura y 16,55 m. de largo, está
asentado sobre la primera plataforma
ubicada sobre la colina.
Su fachada está perforada en su parte
superior por tres hornacinas que dan
acceso a las tres salas decoradas del
templo.
La primera visión de los frescos
originales no ayuda a comprender las
pinturas, debido a su degradación.
Para admirarlas en su esplendor hay
que viajar al Museo de la Ciudad de
México D.F. donde se exponen copias
restauradas de mucha perfección.
Hasta la fecha actual no ha sido posible
establecer el significado auténtico de los
frescos, pero sí sabemos que describen
escenas de la vida social cotidiana, sin
hacer el menor hincapié sobre el fondo o
escenario.
Se dice que el valor simbólico de las
pinturas supera al puramente estético.
El autor ha conseguido retratar el
ambiente de su entorno.
Por primera vez se puede asistir a
escenas con máscaras, instrumentos
musicales, presencia de mujeres en los
actos, etc.
Todas las escenas aportan valiosísima
información acerca de escenas no
representadas en otra parte, con gran
detalle acerca de costumbres, armas,
instrumentos musicales, danzas, grupos
familiares, batallas, sacrificios, etc.
De estas figuras se puede intuir que, a
finales del S. VIII d.C., los habitantes de
Bonampak podrían ser más sanguinarios
que sus vecinos.
Otras escenas describen
escaramuzas con tribus rivales y
la captura de prisioneros
destinados al sacrificio.
Al fin se describen escenas de
sacrificios humanos, con la
presencia de altos dignatarios,
sus esposas e hijos,
Copia restaurada de los Frescos de Bonampak, expuestos en el Museo
Nacional de Antropología en la ciudad de México.
Frescos expuestos en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México.
Frescos expuestos en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México.
La Península del Yucatán es una extensión de 150,000 km2 llana, árida y
carente de corrientes de agua, elemento imprescindible para cualquier
asentamiento humano.
Sin embargo, existen unos pozos naturales (cenotes) que perforan la capa
calcárea en busca de una vasta capa acuífera subterránea. Sin estos pozos la
vida humana sería imposible en Yucatán. ChiChén-Itzá se asienta entre dos
de los más grandes de esos pozos.
Las opiniones acerca del origen maya de los habitantes de esta ciudad están
divididas. Lo que sí se sabe es que los Itzá establecieron su capital en
ChiChén-Itzá en el periodo 968-987 d.C.
Estaban sujetos a la obediencia del gran jefe Tolteca Kukulkán (traducción
maya de Quetzalcoal, la serpiente emplumada). Las narraciones sobre
Kukulkán asumen su doble papel de divinidad y monarca.
Se ha establecido que Chichén Itzá se fundó por grupos Mayas entre
325-550 d.C., pero en el siglo IX d.C. alrededor del año 800 los toltecas
invadieron la zona y generaron la fusión de ambas culturas.
Chichén Itzá alcanzó su máximo esplendor y llegó a ser la más
poderosa de la Península de Yucatán a principios del S. XII d.C. La
ciudad fue abandonada sin razón alguna aparente en el año 1250 d.C.
Cuando los españoles llegaron a La Península de Yucatán en
1517, Chichén Itzá ya se encontraba abandonada, lo que significa que
mientras Europa vivía en la Edad Media, en Chichén Itzá ya se había
creado un calendario aún más preciso que el gregoriano, su
conocimiento de la astronomía era mucho más avanzado y manejaban el
concepto del número cero.
La arquitectura monumental que ha llegado
hasta nuestros días, que es emblemática del
yacimiento, tiene una clara influencia tolteca.
El dios que preside el sitio, según
la mitología maya, es Kukulcán ,
representación maya de Quetzalcóatl, dios
tomado del panteón de la cultura tolteca.
Chichén Itzá fue una ciudad o un centro
ceremonial, que pasó por diversas épocas
constructivas e influencias de los distintos
pueblos que la ocuparon y que la impulsaron
desde su fundación.
Al lado se muestra la zona central del
Yacimiento arqueológico.
En lengua maya, Chichén Itzá
significa «Boca del pozo de los
Itzaes», haciendo referencia
al Cenote Sagrado, el gran pozo
natural que los habitantes de la
región consideraban una de las
entradas principales al inframundo,
sede de importantes dioses como los
de la lluvia.
Además, el nombre del sitio alude a
los itzaes, poderosos señores mítico-
históricos de la ciudad durante la
época de su crecimiento y apogeo.
Las edificaciones de Chichén Itzá muestran un
gran número de elementos arquitectónicos e
iconográficos que algunos historiadores han
querido llamar mexicanizados.
Lo cierto es que es visible la influencia de las
culturas provenientes del altiplano mexicano, y la
mezcla con el estilo Puuc, proveniente de la zona
alta de la península, de la arquitectura clásica
maya.
La presencia de estos elementos procedentes de las
culturas del altiplano fueron concebidas hasta hace
algunos años como producto de una migración
masiva o conquista de la ciudad maya por parte de
grupos toltecas.
Sin embargo, estudios más recientes sugieren que
pudieron haber sido la expresión cultural de un
sistema político muy extendido y prestigioso
durante el posclásico temprano en toda
Mesoamérica.
A diferencia del inicio, cuando Chichén-Itzá fue
fundada, en que los mayas venidos de oriente
buscaban la paz y el desarrollo de su pueblo
estableciéndose en el Mayab (en lengua maya: el lugar
para unos pocos, nombre que tenía la región antes de
la llegada de los españoles), un milenio después la
misma región se había convertido en lugar de pugnas
y de luchas.
En la caída, la élite estaba formada por guerreros,
sacerdotes y comerciantes que gobernaban Chichén-
Itzá. Ellos habían introducido el culto al dios
Kukulcán. Habían levantado impresionantes
construcciones con taludes y muros verticales y
representaciones del dios pájaro-serpiente que vino de
afuera.
En el proceso de declinación, el militarismo fue el
fundamento indudable de esta cultura. Esto se hace
evidente en el monumento llamado Plataforma de
las Calaveras donde exhibían, clavados en estacas,
los cráneos de cientos de enemigos.
El Castillo y el descenso de Kukulcán
Los múltiples y monumentales edificios de la
explanada de Chichén Itzá están presididos por
la Pirámide de Kukulcán, llamada por muchos
"el Castillo", uno de los edificios
paradigmáticos de la arquitectura maya.
Es una pirámide de cuatro lados con 9 terrazas
que culmina en un templo rectangular. Se
asienta sobre una plataforma rectangular de
55,5 metros de ancho y tiene una altura de 24
metros. Cada lado de la pirámide tiene una
gran escalinata, 91 escalones por lado y uno
más que conduce al templo superior, dando 365
escalones uno por cada día del año.
Balaustradas de piedra flanquean cada
escalera, y en la base de la escalinata norte se
asientan dos colosales cabezas de serpientes
emplumadas, efigies del dios Kukulcán.
Es en estas escalinatas, particularmente en sus pretiles o
balaustradas, donde se proyectan durante el transcurso del
día equinocial las sombras de las aristas de las plataformas o
basamentos superpuestos, configurándose así la imagen del
cuerpo de la serpiente-dios que, al paso de las horas, parece
moverse descendiendo y rematando en la mencionada cabeza
pétrea situada en la base inferior de la escalinata.
Es en este juego de luz y sombra, que representa la "bajada"
de Kukulcán a la tierra, como quisieron los mayas simbolizar
el mandato superior de acudir a la labor agrícola, ante la
inminencia de la llegada de las lluvias, al concluir el mes de
marzo en que se inicia la temporada de siembra en la región.
Parece evidente la íntima relación que hicieron de su
conocimiento astronómico, aplicado a la arquitectura en un
entorno religioso y para un fin estrictamente político de
liderazgo de masas, que debían concurrir puntualmente a la
cita de una ardua tarea de supervivencia: la del pesado
trabajo agrícola de su cultivo esencial, el maíz, base de su
alimentación.
Se puede inferir que ese espectáculo que hoy
vemos como mágico, tenía que ver con la
estabilidad social de los mayas. A pesar de lo
anteriormente expuesto, recientemente
algunos estudiosos han querido demostrar
que las orientaciones hacia los equinoccios
astronómicos no son tan evidentes en la
arquitectura maya.
La pirámide principal o El Castillo, es un
calendario tridimensional exacto, con el
número de días, semanas, meses y años, que
en el día de hoy podemos ver representados
perfectamente en toda su estructura. Es
considerado el vestigio más representativo de
la cultura maya.
Sus 9 terrazas parecen simbolizar las 9
regiones del mundo subterráneo de la
mitología maya.
El Cenote Sagrado.-
Es un pozo a cielo abierto de 60 m de diámetro, con
paredes verticales de aproximadamente 26 m. del nivel
del acceso a la superficie del agua y de 17 m. de
profundidad, que es aproximadamente el primer
piso freático en esa zona de la península de Yucatán.
Se encuentra al norte de la pirámide de Kukulcán y está
conectado con ella mediante una calzada de unos 300 m
de longitud. Como en el caso general de los cenotes, está
conectado con otros flujos laminares subterráneos, que
finalmente van a dar al océano.
Se dice que los Itzáes y luego los Xiues, que dominaron la
región hacia el período posclasico de la cultura maya, lo
utilizaban para hacer sacrificios animales y humanos,
como tributo a sus dioses. También arrojaban cerámica y
joyas al fondo, en ofrendas y rituales religiosos.
El cenote sagrado de Chichén Itzá era considerado uno de
los más importantes lugares de peregrinación de la
cultura maya.
Actualmente, la antigua concepción romántica del
sacrificio de doncellas en el cenote sagrado ha
quedado superada con la realidad derivada de las
investigaciones arqueológicas y epigráficas
recientes.
En realidad los sacrificios en el cenote sagrado
eran mayormente de niños, a quienes se ataviaba
a la imagen de los dioses gemelos y se los
sacrificaba en ceremonias ligadas al mito maya de
la creación.
Esto explicaría el limo color azul del fondo del
cenote (color que en la cosmovisión maya
representaba lo sagrado) y la razón por la cual
cerca de un 80% de los huesos encontrados en el
cenote sagrado son de niños.
El Cenote Sagrado era utilizado por los mayas para
realizar sacrificios a Chaac, el dios de la lluvia,
durante las épocas de sequía.
El Tzompantli.-
También llamada Plataforma de los
cráneos, muestra una clara influencia
cultural de la meseta central de México.
A diferencia del Tzompantli de las tierras
altas, las calaveras fueron empaladas en
vertical, en lugar de horizontal como en
Tenochtitlan.
El Gran Juego de Pelota.-
El Gran Juego de Pelota de Chichén Itzá
es el campo de juego de pelota más
grande de la antigua Mesoamérica.
Mide 166 x 68 metros y tiene 12 metros
de altura con aros de piedra para el
juego, e intrincados tallados de
serpientes entrelazadas en las paredes.
El Templo de los Guerreros
El Templo de los Guerreros es una gran pirámide
escalonada con una fila de columnas talladas al frente que
representan a guerreros ancestrales.
En la parte superior de la pirámide, protegiendo la
entrada del templo, se encuentra una escultura del dios
Chaac Mool.
Uxmal (Óoxmáal) es una antigua ciudad maya del periodo
clásico. En la actualidad es uno de los más importantes
yacimientos arqueológicos de la cultura maya, junto con
los de Chichén Itzá y Tikal.
Está localizada en el municipio de Santa Elena en el
estado de Yucatán, México.
Se ubica en la llamada zona Puuc y es la ciudad más
representativa de este estilo arquitectónico.
Al contrario de lo que sucedía en Chiché-Itzá, en
Uxmal y otras ciudades Mayas la casta noble era
de origen tolteca, mientras que la de los
Sacerdotes era Maya.
Eran éstos los encargados de la organización
social de las urbes.
Sus edificaciones destacan por su tamaño y
decoración.
Entre ellas, así como entre otras ciudades de
la zona, hay construidas unas calzadas
llamadas sacbés.
Los edificios de Uxmal se encuentran
ubicados sobre un eje norte sur, algo que es
habitual en las ciudades de esta región.
Se agrupan aprovechando las características
del terreno formando patios, normalmente
cuadrangulares y cerrados, aunque hay
algunos independientes.
Sus edificios son típicamente del estilo Puuc, con muros
bajos lisos sobre los que se abren frisos muy ornamentados
a base de figuras de las cabañas típicas mayas, mediante
columnillas (en representación de las cañas con las que se
construían las paredes de chozas) y figuras trapezoidales
(en representación de los tejados de paja), serpientes
enlazadas y, en muchos casos bicéfalas, mascarones del
dios de la lluvia Chaac con sus grandes narices que
representan los rayos de las tormentas, y serpientes
emplumadas con las fauces abiertas saliendo de los
mismos seres humanos.
También se aprecian las influencias de
origen nahua y el seguimiento del culto
a Quetzalcóatl y Tláloc que se
integraron con las bases originales de la
tradición Puuc.
De entre las construcciones destacan
la Pirámide del Adivino (a la izquierda),
con cinco niveles, y el Palacio del
Gobernador que ocupa una extensión de
más de 1.200m².
El edificio principal, conocido hoy día como
Templo (Pirámide) del Adivino, esta
enmarcado en su acceso a través de la
escalinata principal por un patio delimitado
por otros cuatro edificios dando origen al
Cuadrilátero de los Pájaros, denominado así
por las figuras del edificio poniente que esta
adornado en sus frisos por imágenes de
guacamayos y que, a su vez, se distingue de
otro patio anexo de mayores dimensiones
denominado Cuadrilátero de las Monjas.
La Pirámide del Adivino
Es el mayor monumento de la ciudad. Tiene una altura
de 35 m y una anchura de 53,5 m .
Consta de cinco estructuras diferenciadas y de diferentes
épocas, cada una de ellas tiene su propio templo (los
primeros están enterrados por los siguientes y son
inaccesibles, mientras que para acceder a los otros se ha
practicado una abertura).
Se alza sobre un zócalo o banqueta que rodea la
construcción. Se comenzó a edificar en el siglo VI d.C. y
el último nivel data del siglo X d.C.
Los glifosexistentes han ayudado a la datación de cada
uno de los periodos de construcción.
Nivel I, Templo I. Se ubica sobre la plataforma o banqueta,
prácticamente a nivel del suelo. Su decoración es a base de
columnillas y mascarones de Chaac, entre los que destacan los dos
que están sobre la entrada. En este templo se encontró la escultura
denominada la Reina de Uxmal, una cabeza de serpiente con la boca
abierta, de la que sale un ser humano.
Nivel II, Templo II. Para edificar este templo, que queda a una
altura apróximada de los 2/3 parte de la actual, hubo que cubrir el
Templo I y realizar sobre él una pirámide. Para acceder a él se hizo
una apertura desde donde se observan las columnas que soportan el
techo.
Nivel III, Templo III. Es un oratorio que luego se cubrió,
construyendo otro con un trono en forma de mascarón de Chaac.
Nivel IV, Templo IV. Es el mejor conservado de todos los cinco
templos. Tiene una cámara en forma de mascarón de Chaac
coincidiendo la boca de la misma con la entrada a la cual se accede
por la parte este de la pirámide. Tiene una decoración muy
recargada, fuera de los habitual en el estilo Puuc.
Nivel V, Templo V. Se levanta en la cumbre de la pirámide y para
acceder a él hay que subir 150 empinados escalones que están
flanqueados por mascarones de Chaac. La decoración de las fachadas
es plenamente Puuc, paredes bajas lisas, sobre las que se pone una
gran greca decorada, en este caso con serpientes entrelazadas y una
choza de tejado de paja.
Otra característica de este templo es
que en la fachada de la pirámide
aparece El Mascaron, el dios de la
Lluvia, serpientes enroscadas y bandas
formando cruces .
Esta misma fue hecha de tal manera
que la escalera occidental quedara
frente al sol en el atardecer. Subir esta
escalera se asemeja más a una
escalada, que a un paseo, por la
verticalidad de la pendiente.
Esta es recomendable ya que la vista
desde arriba es algo indescriptible.
Detrás de la pirámide se puede
observar el Cuadrángulo de las
Monjas, El Juego de Pelota, La Casa de
las Tortugas, El Palacio del
Gobernador, entre otros.
La Gran Pirámide.
De magnitud similar a la Pirámide del
Adivino, ha sido sólo parcialmente
restaurada. Sin embargo, se puede subir a
través de la fachada norte.
Cuenta con tres máscaras del dios Chaac,
grecas y grabados de guacamayas y
pájaros.
Cuadrilátero de las Monjas
Se trata de un gran patio de
disposición cuadrangular,
delimitado por cuatro magníficos
edificios con habitaciones.
Al norte de esta plaza se localiza el
edificio más grande, que se alza por
encima de las demás, y que cuenta
con 26 habitaciones.
El Cuadrilátero de las Monjas fue construido
en diversas etapas, originalmente se
componía solamente de una amplia
plataforma —señalada en esta imagen con la
letra A— y el edificio oriente ( B ) en estilo
puuc con sus muros bajos lisos solo
interrumpidos por falsas columnas adosadas a
la fachada en orden de tres en tres.
En la parte superior los frisos estaban
profusamente adornados con celosia en
diagonal de piedra labrada, y mascarones del
dios Chaac. Gran parte de este muro superior
ya no se aprecia hoy día, debido al marcado
deterioro en que se encuentra.
El edificio originalmente contaba con cinco
cámaras con sus respectivos accesos, las
cámaras de los extremos contaban con un
acceso adicional cada una. Debido a etapas
posteriores de construcción los accesos fueron
en su mayoría clausurados.
En una siguiente etapa constructiva se
levantaron los edificios norte (C) y sur (D)
simultáneamente de tal manera que la
plataforma original quedo enmarcada en forma
de herradura quedando con un acceso franco
hacia el poniente.
Estos dos edificios carecen de adornos en sus
muros y son menores en dimensiones y altura
que su predecesor el edificio oriente. Ambos
edificios están compuestos de tres cámaras
pareadas, dando un total de seis cámaras por
cada edificio.
En sus respectivos accesos centrales se aprecia
una columnata, que en el caso del edificio D
abarca toda la fachada.
La tercera etapa constructiva abarca la
edificación de un primer templo del adivino (E)
que se levantó sobre el edificio oriente y la
primera etapa del edificio poniente ( F) el cual
terminó por cerrar la plaza dando origen al
cuadrángulo de los pájaros.
El primer templo del adivino contaba con una
escalinata empinada que cubrió los accesos
centrales del edificio poniente. En la cúspide
del basamento pirámidal se erigió un templo (
E1) con planta en forma de T, simbolo del
viento en la ideosincracia maya, en su remate
contaba con una sencilla crestería.
Por su parte el edificio de poniente, realizado
en estilo puuc, se caracteriza por tener un
acceso enmarcado por un falso arco maya y, en
sus frisos, muros adornados por columnatas
adosadas a la fachada carentes de función
estructural, solamente estética.
La última etapa constructora abarca la
creación del que actualmente denominamos
Templo del Adivino (E) y de las cámaras
complementarias ( F1 y F2), que son las que
prácticamente dieron nombre a todo este
conjunto por tener frisos adornados con
imágenes de pájaros posados sobre piedra
labrada, que simula las formas de una
techumbre de guano o palma, dando la idea
de una choza o vivienda maya. En sus bases
se aprecia una serie de medias lunas
hiladas, mientras que las esquinas
muestran las fauces de una serpiente
estilizada.
Por su parte el Templo del Adivino fue
construido sobre su predecesor de menores
dimensiones. A diferencia del anterior el
nuevo templo (E2) está profusamente
adornado con mascarones de Chaac,
mientras que dos escalinatas laterales
permiten el acceso a un templo (E3) en la
cúspide, al cual también se puede acceder
sobre el otro lado del basamento piramidal
mediante una amplia escalinata, lo cual
permitió que sirviese de estrado o escenario
ceremonial hacia ambos costados.
A la derecha detalle de una fachada del
Edifico Norte del Cuadrilátero de las
Monjas.
Se aprecian narices salientes en forma de
probóscide, ojos globulares, dejas
decoradas, fauces con dientes, mandíbulas
atrofiadas, etc.
Todo ello se repite en las cuatro máscaras
de Chaac, el dios de la lluvia,
sobrepuestas en esta fachada.
Detalle de una de las fachadas del
Cuadrilátero de las Monjas, totalmente
labrado con inscripciones y símbolos.
En la imagen de la derecha se aprecia el Templo de Venus,
pequeño edificio situado al pie de la muy ancha escalera
que permite el acceso al Edificio Norte, en el Cuadrilátero
de las Monjas.
Palacio del Gobernador
Está formado por tres edificios independientes.
Hay mascarones de Chaac y grabados. Sobre su
puerta central hay una figura que representa a
un gobernante maya.
Está construido sobre una terraza y mide 98 m.
de longitud. Se le considera el más hermoso de
la América precolombina.
Aparecen aquí diversas vistas de la construcción del Palacio del Gobernador. A la
derecha una de las entradas (de magnífica construcción).
A la izquierda y abajo, vista de una parte de la fachada que abarca dicha entrada.
Casa de las Tortugas
Ubicada cerca del Palacio del Gobernador, es una
pequeña construcción que resalta por sus bellos y
originales grabados de tortugas.
Posee una gran sobriedad en sus líneas y un
destacado equilibrio en sus proporciones.
Plataforma de los Jaguares.
Se distingue por la escultura de dos jaguares que
están opuestos y unidos por el tórax.
Se ha tallado de una sola pieza y se ubica frente al
Palacio del Gobernador.
Casa de las Palomas
Destaca por su peculiar apariencia asociada a
un palomar, de ahí su nombre.
La distinguen los múltiples ventanales que
forman parte del amurallado sobre el que se
levantan una serie de estructuras triangulares
de gran talle.
A unos 15 Km. al Sur de Uxmal se
encuentra la ciudad de Kabah.
Si algo caracteriza sus restos es El Arco
de Triunfo, que se eleva independiente
del complejo arquitectónico de la ciudad, a
sus afueras.
Es el mejor ejemplo de la llamada Bóveda
Maya, que sólo se da en este tipo de
arquitectura. Y lo es porque la separación
entre las pilastras es la mayor de todas las
que se conocen: 4.52 m.
En Europa el arte gótico empleó profusamente la
clave de bóveda, una piedra central que sostiene
el conjunto de los arcos y paredes, descargando a
sus muros de las tensiones y facilitando así
grandes espacios vacíos en las paredes para
poder colocar las vidrieras por las que debe
entrar la luz ambiental exterior.
Verdaderamente, es el arco el que sostiene a la
catedral.
Pero los mayas desconocían esa clave de bóveda, y el arco está sostenido
por macizos muros y pilastras. El monumento es el que sostiene al arco.
De hecho, por motivos arquitectónicos, la mayor separación entre
pilastras que se podía construir para edificar la bóveda maya es la que
tiene el Arco de Kabah.
La Ciudad-Fortaleza de Tulum se ubica
sobre un acantilado calcáreo de 12 m. de
altura, frente a la Isla de Cozumel.
Está rodeada por un muro de piedra de
4 m. de altura por 3 m. de espesor y una
longitud de 680 m.
El día 4 de marzo de 1517 los españoles
entran en la ciudad y ,con sorpresa,
constatan que sus habitantes conocían
el uso del cemento para las
construcciones.
De los restos que quedan de Tulum sólo
es destacable El Castillo cuya mole se
aprecia a la izquierda.
Tulum era un punto de embarque
obligado para los peregrinos a Cozumel
ya que éste era el segundo de los centros
de peregrinación en la península de
Yucatán tras Chiche-Itzá.
Hoy en día permanecen los restos de una
carretera que enlazaba Tulum con
Chichen-Itzá.
La Civilización Azteca, llamada también cultura Azteca o “Mexicas”
(descendientes de los mexicas) fue un pueblo de cultura nahuatl, de la
zona de Mesoamérica, que se desarrolló desde el siglo XIV d.C. hasta el
siglo XVI d.C.
La cultura Azteca creó un gran imperio con capital en la ciudad de
Tenochtitlan, sobre una isla del lago de Texcoco (actualmente la ciudad
de Mexico D.F.). Los aztecas hablaban la lengua nahuatl que
expandieron por toda la región.
Hoy en día los escaso restos arqueológicos que perviven están
absorbidos por el desarrollo y expansión creciente de la ciudad de
México D.F.
Si se conoce más acerca de esta cultura es gracias a que han
sobrevivido los escritos de los propios aztecas, así como las
crónicas de los historiadores españoles de la época.
Así se puede imaginar cómo vivía este pueblo con bastante
exactitud.
Acueductos:
Canales soportados por pilares con arcos, que
pueden alcanzar cierta altura. Es una
magnífica muestra de la avanzada ingeniería
de esta cultura.
Estos canales llevaban el agua por kilómetros
desde zonas cercanas donde hubiera
manantiales, de modo que Tenochtitlán tenía
un excelente suministro de agua, además de un
excelente sistema de alcantarillado para
eliminar las aguas residuales.
A la derecha, restos arqueológicos de
canalizaciones en México D.F.
Tenochtitlán fue una
ciudad lacustre, es decir
construida sobre islotes en
el interior de lagos de poca
profundidad que cubrían
casi todo el valle de México.
Los Aztecas ampliaron los
terrenos secos con tierra y
arena, mediante la técnica
de las chinampas.
Así consolidaron terrenos
para edificar y los unieron
mediante calzadas y
acueductos, ofreciendo la
ciudad el hermoso aspecto
que nos da la imaginación
del dibujante.
Vista figurada de la ciudad de
Tenochtitlán en su entorno lacustre.
Se aprecian las diferentes calzadas
(trazo blanco) construidas para enlazar
con otras ciudades aztecas, cuyas
denominaciones aparecen en el gráfico
inferior.
Tenochtitlán disponía de grandes calzadas
orientadas a los cuatro puntos cardinales.
La ciudad se dividía en cuatro barrios y en el
centro se hallaba la plaza principal con 78
edificios, de entre los cuales estaba el
Templo del Sol como eje del universo
mexica.
En el centro estaba el recinto sagrado
formado por todos los templos de cada uno de
los dioses aztecas.
También estaban los Palacios de los que
destacaba el Templo Mayor dedicado al
dios Tlaloc (de la lluvia) y al dios
Huitzilopochtli (del Sol) protector de los
aztecas.
La formación del imperio azteca se basó en una
alianza de tres grandes ciudades: Texcoco,
Tlacopán y Tenochtitlán. Los aztecas extendieron
su poder por toda la región de Mesoamerica.
Las relaciones políticas que se establecieron entre
los aztecas y las regiones que controlaban aún no
son muy claras, pero podemos sugerir que no era
una estructura rigurosamente centralizada, como
la instaurada por los Incas en Sudamerica.
En la Confederación Azteca convivieron
muchas comunidades con idiomas, costumbres y
culturas diferentes (zapotecas, mixtecas,
totonacas, etc.). La unidad entre ellas se daba en
torno a aspectos religiosos y, principalmente, a
través de la centralización militar de los aztecas
y la contribución obligatoria de impuestos de los
pueblos mesoamericanos sometidos al Imperio
Azteca.
Las diversas provincias de la región de
Mesoamérica, además de los tributos debían
proporcionar contingentes militares y someterse
a la justicia de los tribunales de la capital
azteca, Tenochtitlán.
La ciudad floreció como resultado de
su ubicación y el alto grado de
organización alcanzado.
Se dividía en calpulli (barrios) y sus
habitantes disponían de tierras de
cultivo.
Idearon sistemas de riego mediante
canales, presas hechas con madera,
piedra o lodo, diques (muro artificial
hecho para contener la fuerza de las
aguas), compuertas y depósitos
pluviales.
Las obras principales fueron los
diques o albarradas, destacando el
llamado “Albarradón de
Nezahualcóyotl”, un muro de piedra
y argamasa pensado en la contención
y separación de las aguas. Otro fue el
de “Ahuizotl”, que protegía el islote
de las corrientes del Lago Texcoco.
Los canales fueron verdaderas
vías de comunicación
sustituyendo, tanto a las rutas a
pie como a la inexistente
presencia de animales de carga.
Algunos estudiosos aseguran que
por las largas avenidas fluviales
circulaban cerca de 200.000
canoas.
Los Aztecas destacaron también en el cultivo y
manejo de hierbas curativas, de las que conocían
más de 2,000 plantas para elaborar medicamentos
eficaces.
Podían curar fracturas de huesos insertando clavos
en los mismos. La medicina podía ser practicada
por hombres y mujeres, si bien éstas se dedicaban
preferentemente a los partos.
Los Aztecas escribieron su Historia en
códices, igual que los Mayas. Los escribas
eran artesanos muy respetados.
Mediante la escritura los Aztecas narraron su
devenir en los tiempos, y llegaron incluso a
escribir poesía.
Nazca es una cultura arqueológica
del Antiguo Perú que se desarrolló
básicamente en los valles del
actual departamento de Ica alrededor
del siglo I d.C., y entró en decadencia en
el siglo VII d.C.
Su centro estaba ubicado en Cahuachi, en la
margen izquierda del Río Grande, en la
actual provincia de Nazca.
Su área de influencia llegó a abarcar
desde Chincha por el norte, hasta
Arequipa por el sur, y por el este
hasta Ayacucho.
Hasta el siglo VI d. C., aumentaron sus contactos con la zona
andina, llegando inclusive hasta las zonas altas de Ayacucho.
Un aspecto distintivo de Nazca es su cerámica policromada,
con figuras de hombres, animales, plantas, etc. En muchas de
estas cerámicas, se representan a hombres mutilados.
El arte textil floreció tanto como en la época de los Paracas.
Tuvieron un estilo propio de trabajo de los metales, aunque
de menor calidad al de la época de Chavín.
La economía nazquense estaba basada en
la agricultura intensiva. Los nazcas lograron
resolver el problema de tierras eriazas (sin
facilidad de ser labradas por su situación) en la
costa mediante el empleo de una red de acueductos,
que constituye una verdadera hazaña de
la ingeniería hidráulica.
A treinta kilómetros de la ciudad de Nazca se halla
el Cementerio de Chauchilla. Una necrópolis al aire
libre en la que, a pesar de los saqueos, todavía se
pueden ver momias en buen estado de conservación
así como restos de cerámica.
Lo más impresionante de esta
civilización son las figuras de trazos
efectuados en las Pampas de Nazca,
conocidos como las Líneas de Nazca,
que representan figuras gigantescas de
animales, seres humanos y diseños
geométricos, hechos a una escala
extraordinariamente grande y con
mucha precisión.
Se ignora su finalidad, aunque se ha
teorizado que fuera un gigantesco
calendario, resultado de observaciones
astronómicas.
Las pistas o líneas de Nazca se denominan
por los arqueólogos ”geoglifos”. Son una
inmensa red de líneas rectas blancas sobre
la pampa rojiza, “carreteras” que nadie
utilizó jamás, terminándose bruscamente o
cruzándose con otras figuras geométricas
sin aparente significado.
Son líneas o pistas simplemente
desconcertantes. La desviación comprobada
en esas inmensas líneas rectas no llegan al
2 por 1000 ( 2 metros por kilómetro).
Los geoglifos se extienden sobre 750 km2 a
400 km. al sur de Lima, entre los kms. 419
y 465 de la carretera Panamericana Sur.
Según los últimos hallazgos y estudios presentados en
mayo de 2015, por parte de la Universidad Japonesa
de Yamagata, se postula que las líneas servían como
epicentros de la actividad ritualista, tanto de los
Nazca como de otra culturas circundantes.
Se ha desvelado que las líneas fueron hechas por más
de una cultura y en momentos históricos distintos.
De esta manera las
figuras cumplirían una
función integradora para
todas las culturas que
vivían entre la costa y la
sierra Iqueña.
Se concluye también que
podían servir para
adornar el camino del
peregrino hacia la ciudad
de Cahuachi, centro socio-
político de la cultura
Nazca, ya que las líneas
están hechas para verse
desde cierta altura, si bien
ello plantea un problema
evidente ya que se
desconoce si, por entonces,
existieron artefactos
voladores.
Entre las líneas se incluyen figuras en forma de
espirales, rectángulos, trapecios, triángulos, de
vegetales y animales: mamíferos, arácnidos, peces,
reptiles, aves y un hombre de curioso aspecto. La
realización de las figuras, debió de ser mucho más
compleja que la de las rectas. Las longitudes de estas
figuras están entre 50 y 150 metros.
Son figuras realizadas mediante líneas de un solo
trazo, estilizadas y difícil de entender cómo pudieron
hacerlas desde el suelo, sin la ayuda de algún aparto
volador como por ejemplo un globo que permitiera la
supervisión y dirección de los trabajos. Vistas desde el
suelo no son perceptibles y carecen de significado
alguno.
Esta pistas, dibujadas hace mucho tiempo, tienen para
nosotros todavía hoy un significado oculto,
posiblemente relacionado con la astronomía, o con una
visión mágica del poder en el mundo y en el universo.
Algunas teorías afirman que las líneas no fueron
hechas para verlas por hombres comunes, sino para
los dioses (?) o por hombres que pudieran volar sobre
ellas. Por esta razón han permanecieron ocultas para
nosotros durante siglos. Sólo se pueden descubrir
desde el aire.
Repetimos que no se puede perder de vista el dato de que estas figuras sólo
son visibles en su total magnitud desde el aire y volando a media altura.
Y nos referimos a una cultura que se manifestó hasta el S.VI d.C. (?)
Algunas figuras son visibles accediendo desde el Océano Pacífico, como las que se muestran abajo.
La de la izquierda señala en la dirección a seguir para alcanzar las restantes figuras.
Los Incas eran grandes conquistadores. Su imperio estaba
ubicado en el costa Oeste de América del Sur, desde la
actual Colombia por el Norte hasta el Norte de Chile por el
Sur.
Comprendía los actuales territorios de Ecuador, Perú,
Bolivia y el Norte de Argentina (riberas del río Maule).
A la derecha se esquematiza su organización social.
La economía del imperio Inca se basaba
en la Agricultura.
Cultivaban maíz, papas, Quina, caco,
Algodón, Fríjoles, Coca. Los incas
aprovecharon el suelo al máximo,
venciendo las dificultades del accidentado
terreno de los Andes y las climáticas.
Ello se produjo gracias a una abundante
mano de obra agrícola, y a la existencia de
una red vial que permitía repartir los
recursos cosechados por todo el territorio
del Imperio.
La religión Inca era politeísta y se basaba en el
culto al Sol, la Luna, la Lluvia, el Rayo, etc. como
divinidades principales siempre relacionadas con
la Naturaleza.
Las divinidades secundarias eran los dioses
tutelares de las tribus, identificados con
animales como la serpiente, el jaguar, el perro o
el cóndor.
La clase sacerdotal tenía muchos representantes
a los que encabezaba el supremo sacerdote
llamado Vallac Umu.
Se respetaban las creencias y costumbres de
cada comarca o región. Sin embargo, también se
obligaba a que se rindiera homenaje al Inti, el
dios principal y a que se le entregaran los
tributos adecuados. Ello se aplicaba a todos los
territorios que se iban conquistando.
Según la leyenda incaica, la ciudad de
Cusco fue fundada por Manco Capac y
Mama Ocllo a finales del siglo XIII d.C.
Sin embargo, también se ha sugerido que
su verdadera fundación fue obra de
pueblos establecidos en la zona andina
antes del desarrollo de Tawantinsuyu.
De todos modos, fue Pachacuti, el noveno
Inca, quien convirtió a Cusco en una
verdadera ciudad imperial ya que los
éxitos de este gran líder resultaron en la
construcción de muchos monumentos del
centro de Cusco y en la fundación de otras
ciudades, como Ollantaytambo y Machu
Picchu.
Cusco fue la capital del estado andino de
Tahuantinsuyo y el centro de la civilización
incaica, que en sí representa la culminación de un
largo proceso de desarrollo cultural en la zona
andina de Sudamérica.
El verdadero mérito de los incas residió en su
capacidad para asumir y perfeccionar los avances
de las culturas que conquistaban: la agricultura
basada en terrazas, sistemas hidráulicos
adoptados a las distintas regiones del imperio y
una técnica de construcción con piedras grandes
que superó los conocimientos de los pueblos
anteriores.
Entre otros, los chimús y los huari-tiahuacanos
serían fuentes importantes para el desarrollo de
la cultura incaica que se enfrentaría al imperio
español en las primeras décadas del siglo XVI
d.C..
Vista panorámica (2700) del Cusco actual, desde Sacsayhuaman.
Como ocurrió en la mayoría de las grandes ciudades de
las civilizaciones pre-colombinas, una vez terminada la
conquista los españoles destruyeron los edificios
existentes y edificaron sus casas, palacios e iglesia
sobre las ruinas.
Así, en el centro de Cusco es típico ver construcciones
coloniales que usan como base los muros o restos de las
antiguas edificaciones incas.
Arquitecturas
superpuestas del
Coricancha,
el Convento de
Santo Domingo y la
época actual (de
abajo a arriba).
El Convento de Santo Domingo construido sobre una muralla incaica.
El Templo del Sol, y altares ofrecidos a diversos
dioses incaicos.
Las piedras utilizadas en las construcciones
originales de Cuzco encajan tan perfecta y
naturalmente entre sí como un puzzle, como si
hubiesen sido moldeadas en arcilla cada una de un
tamaño y forma adecuada y diferente.
Como curiosidad denotar que hay una piedra muy
famosa que tiene 12 lados, los cuales encajan con
precisión milimétrica con 11 rocas adyacentes.
Al verla pareciera que fuera de lo más normal
encontrarse con rocas que encastren entre sí de esa
forma, o como si ésto fuera necesario para construir una
simple pared.
A destacar también los pequeños resaltes que figuran en
algún lateral de casi todas las piedras.
A modo de remate final, se presenta un ejemplo de juntas con
formas curvas, lo que implica tener que hacer un esfuerzo aún
mayor para encastrar las rocas unas con otras.
Se nota también, en el relieve, un abultamiento de la piedra,
como si se hubiera inflado (a modo de soufflé) para luego tratar
de colocarla en su lugar encajándola.
Sacsayhuamán es un grupo arqueológico ubicado al norte de la plaza principal del Cuzco, a 1 km. de la parroquia colonial de San Cristóbal
y a 2 kms. de la Plaza de Armas, unos 10 minutos en auto. El aspecto que presenta hoy es muy distinto al que dejaron los conquistadores,
pues esta fortaleza fue utilizada como cantera para construir el Cusco colonial. En Sacsayhuamán se recrea, cada 24 de junio, la
ceremonia del Inti Raymi, una celebración ancestral en honor al dios Sol.
Sacsayhuamán es una de las
construcciones incas que más
asombra a los turistas que, según
nuevas hipótesis, señalan que habría
sido un importantísimo centro
ceremonial, y no una fortaleza.
Usualmente se describe a
Sacsayhuamán como una fortaleza,
pues se encuentra prácticamente
encerrada por tres pendientes, y está
conformado por colosales bloques de
piedra prodigiosamente unidos, que
resguardan la ciudad.
Su nombre en quechua significa "halcón satisfecho". Por tanto, era el halcón que custodiaba la capital del imperio, ya que desde la colina
en que se erigió domina toda la ciudad.
Sin embargo, el hecho que los incas construyesen allí una
fortaleza defensiva resulta extraño, ya que al momento de
su construcción ellos no enfrentaban mayores amenazas.
Sus inmensos muros pétreos maravillaron a los
conquistadores españoles recién llegados y la
denominaron "fortaleza", de acuerdo a su concepción de
las ciudades y de las construcciones militares de la época.
Sacsayhuaman comprendía varios sectores. Entre ellos
destacan los baluartes, o murallas, en forma de zigzag (líneas
rectas quebradas) que rodeaban el recinto.
Las murallas estaban hechas con enormes piedras (algunas de
5 m de altura y más de 350 toneladas de peso) ensambladas sin
mortero pero con una impresionante precisión. Otro sector
consistía de los torreones de los cuales sólo quedan los
cimientos.
El grupo de recintos que estaba compuesto de hermosas
viviendas con vista a la ciudad, la plaza ceremonial, el trono del
inca, el baño del inca, el anfiteatro y la "piedra cansada" eran
otros lugares importantes de Sacsayhuaman.
Para el particular modo de ver el mundo de los
incas, era mucho más. Los baluartes, torreones,
casas, adoratorios, depósitos, caminos y
acueductos, que integraban esta formidable
construcción inca nos lo demuestran.
Su forma y ubicación habría obedecido más bien a
otros principios, como el de la armonía entre la
arquitectura y el paisaje. Las investigaciones
actuales sugieren que se habría tratado de un
templo dedicado al culto del Sol, para el cual no
solamente la construcción era importante, sino
también el entorno que la rodeaba.
El complejo arquitectónico ocupa el
borde de la ladera norte de la ciudad. El
lado sur de la construcción fue cercado
por un muro pulido de casi 400 metros
de largo. Los límites del templo, por el
este y el oeste, estaban marcados por
otros muros y andenes.
El frente principal de la construcción
mira al norte y está protegido por un
formidable sistema de tres andenes.
Estos son soportados por muros
zigzagueantes, constituidos por piedras
de gran tamaño, que asombraron a sus
primeros visitantes y que siguen
asombrando aún ahora.
El muro principal está formado por
piedras que llegan a medir hasta 5
metros de alto y 2.5 metros de
ancho, y que pueden pesar entre 90 y
125 toneladas.
Sus murallas exteriores pueden
sobrepasar los 9 metros de altura y
algunos de los bloques de piedra
pesan más de 350 toneladas.
Mover estas piedras fue una
verdadera proeza, pero también lo
fue el perfecto encaje entre ellas, sin
usar ninguna clase de mortero, así
como el cuidado puesto en la
curvatura de los almohadillados.
Diversos cronistas nombran tres torreones
(Paucamarca, Sallacmarca y Muyucmarca) que se
encontraban en lo alto de la colina de
Sacsayhuamán.
Uno de ellos, Pedro Sancho de la Hoz, narra que en
Sacsayhuamán había tres torres, la del medio en
forma cúbica de cuatro o cinco cuerpos superpuestos
uno encima de otro.
Sin embargo, Garcilaso de la Vega lo contradice al
afirmar que el torreón del medio era de forma
circular. Pero ambos coinciden en que hubo tres
torreones y que sus tamaños eran considerables.
Garcilaso narra que debajo de los torreones había
inmensos túneles que se interconectaban unos con
otros, inclusive entre las tres torres.
Después de la conquista, los españoles decidieron
desarmar la fortaleza para evitar un futuro ataque a
la ciudad, y usaron estas piedras para construir la
Catedral sita en la Plaza de Armas de Cuzco.
Arriba, la ciudad de Cuzco vista desde los restos de la Torre Muyumarca.
La Torre de Muyucmarca (en quechua: lugar
redondo) era uno de los tres torreones que había en la
parte alta del templo inca de Sacsayuhamán.
Fue una torre cilíndrica que, gracias a la información
contenida en las crónicas y a excavaciones posteriores,
sabemos que se habría tratado de un edificio de cuatro
cuerpos superpuestos.
El primer cuerpo habría tenido una planta cuadrada;
mientras que los tres últimos habrían tenido forma
cilíndrica. Los retiros sucesivos habrían formado
andenes circulares de ancho decreciente, siendo el más
ancho de 3.6 mts. y el más angosto de 3 mts.
Fue una obra impresionante que despertó la
admiración de varios cronistas. Los españoles la
destruyeron, pese a las protestas tanto de Cieza como
del Inca Garcilaso.
La torre habría terminado en un techo cónico.
Muyu Marca debió alcanzar una altura total de
20 metros.
Es famosa porque en 1.536, en el asalto de los
españoles, el soldado del ejército inca llamado
Cahuide se lanzó desde lo alto de esta torre para
no caer en manos de sus invasores. Según
el "Inca" Garcilaso de la Vega, este torreón era
un almacén de agua pura de lluvia.
La historia cuenta que los soldados del Inca
cuidaban la ciudad del Cusco desde la fortaleza
(no los muros) de Sacsayhuamán.
Las puertas de Sacsayhuamán
Hubo varias puertas que comunicaban los
distintos niveles a través de escaleras.
Garcilaso ha dejado los nombres de tres de
ellas.
En el muro de las piedras más grandes se
encontraba la puerta de Tiu Punco (tiu
significa arena), la segunda se llamaba
Acahuana Puncu y la tercera Huiracocha
Puncu (en honor al dios Huiracocha).
En una de ellas murió Juan Pizarro
(hermano del conquistador Francisco
Pizarro) de una pedrada en la cabeza,
cuando los españoles atacaron a las fuerzas
rebeldes de Manco Inca durante el sitio del
Cusco.
Casa Real del Sol
Sacsayhuamán es uno de los grandes
monumentos líticos de la arquitectura
incaica, y era en realidad una Casa Real del
Sol.
Son abundantes las descripciones de la
riqueza de los decorados interiores, así como
de la alta calidad y la abundancia de los
objetos guardados en sus habitaciones.
Ello confirmaría que fue un templo dedicado
al culto solar o, como apropiadamente lo
llamó Cieza de León, una "Casa Real del
Sol".
Las torres de Sacsayhuamán
El recinto principal está formado por
tres grandes terrazas, cuyos terrenos
fueron allanados y nivelados. Sobre
ellas se levantaron varios edificios y
tres grandes torres.
Al lado este se encontraba Paucar
Marca (Recinto precioso), en el centro
Sallac Marca (Recinto con Agua) y al
oeste Muyu Marca (Recinto redondo).
Las dos primeras tenían planta
rectangular, y de una de ellas quedan
apenas leves huellas, mientras que de
la segunda torre sólo han sobrevivido
los cimientos.
Ello indica que se trató de una
construcción de planta rectangular.
Esta torre terminaba en un techo a
dos aguas de gran inclinación.
Las Terrazas
Actualmente queda muy poco de las
antiguas construcciones edificadas sobre
las terrazas del complejo. Entre las torres
de Muyu Marca y Sallac Marca existió una
plaza alargada desde donde se tiene
actualmente una magnífica vista de la
Ciudad del Cusco.
En la terraza más elevada del conjunto se
encuentra una poza circular, que pudo ser
una reserva del agua de lluvia, y un
edificio rectangular de una sola puerta. En
el extremo sureste del complejo se pueden
observar andenes curvos y dos
alineamientos de colcas.
En general, en todo el complejo hay
huellas de un excelente sistema de
aprovisionamiento de agua para sus
ocupantes, así como un sistema de drenaje
del agua de las lluvias, abundantísima en
esa zona .
Restos arqueológicos de la
Plaza Ceremonial
Muy cerca de las construcciones megalíticas hay una serie de
“toboganes naturales” llamados Sunchuna o rodadero (Tobogan).
Parece como si hubieran sido moldeados con espátula en una masa
blanda, posteriormente endurecida.
En algunos laterales del rodadero hay recortados unos bancos o
escalones con una geometría perfecta.
A fecha de hoy no se conoce quién, para qué, ni cómo se hizo esto.
El sitio arqueológico de Ollantaytambo se encuentra a
unos sesenta kilómetros de la ciudad de Cuzco, Perú, a
una altitud de casi tres mil metros, camino de Machu
Picchu.
En la antigüedad, el Inca Pachacútec fundó allí una ciudad
y un centro ceremonial, los cuales mucho después
sirvieron como fortaleza para la lucha contra los
conquistadores españoles.
Al parecer la palabra Ollantay es de origen aimara y significa mirador o atalaya; posteriormente esa lengua fue
perdiendo terreno frente al quechua y se cambió el nombre a Ullantay.
En la actualidad es la única de todas las ciudadelas incaicas que aún está habitada.
El fino trabajo de construcción se pone
de manifiesto en el denominado
Templo del Sol, monumento formado
por seis rocas megalíticas de unas
setenta toneladas cada una,
perfectamente pulidas y colocadas una
junto a la otra con precisión
milimétrica.
Se desconoce por completo cuándo se
construyó esta estructura, y cuál era su
función y por qué se colocó de aquella
manera y en ese lugar.
Asimismo, no se ha podido determinar hasta el
momento cómo fueron transportadas hasta allí
desde la cantera de donde se extrajeron, que
está a cuatro kilómetros de distancia, en donde
aún quedan algunas rocas a medio trabajar.
Obsérvese en la imagen superior el tamaño del bloque, por
comparación con los seres humanos a su derecha.
En la base de las ruinas se puede encontrar el “Baño de la
Princesa”.
En la foto de abajo, se ve a nivel aéreo la zona de las aguas y
los baños.
Rumicola era la puerta del este de
acceso al Valle Sagrado.
Este portal construido a 31 km. al
sudeste de Cusco, cerca de
Pikillacta, permitía a los incas
controlar la entrada al Valle
Sagrado y la capital del imperio.
Este edificio fue construido
encima de un acueducto huari.
Tipón fue una importante ciudad-fortaleza del
imperio incaico.
Se dice que cuando el inca Yahuar Huaca abandonó
Cusco frente a los ataques de los Chancas su hijo,
Huiracocha, venció a los agresores y después de ser
declarado Inca, construyó en Tipón una Casa Real
para su padre.
El recinto se encuentra a una altitud de 3.500 m (u
11.480 pies) y consiste de murallas, un pueblo (o
varias pequeñas aldeas), terrazas y un sistema
hidráulico.
Forma una buena atalaya sobre el valle del río
Watanay.
La zona de cultivo de Tipón es compuesta de una docena de terrazas.
El sistema de irrigación fue diseñado para aprovechar del agua de
varias fuentes y de las lluvias de primavera.
Piedras finamente talladas encauzan los canales que a veces tienen
caídas casi verticales.
El sistema de irrigación es un trabajo de ingeniería
hidráulica impresionante, que aún hoy en día sirve
para regar las terrazas de la zona.
Unas de las doce terrazas todavía en uso en Tipón.
Nótense las escaleras de piedra incrustadas en las
paredes de las terrazas, para facilitar el acceso a las
mismas.
La belleza plástica
de este enclave
histórico, único en
el mundo, bien
merece una
fotografía aparte.
El enclave de Machu Picchu fue construido entre
1460 d.C. y 1470 d.C. por Pachacuti Inca
Yupanqui.
Usó la ciudad como residencia real y lugar de
retiro religioso.
Fue edificada a unos 2490 m. de altitud sobre el
nivel del mar (su plaza principal) y comprende
unos 200 edificios.
El Machu Picchu visto desde el cercano
Hayna Picchu una cota superior y
próxima.
La mayoría de las construcciones son parte del
pueblo y servían de residencia, pero también se
encuentran almacenes, templos y otros edificios
públicos.
Se estima que unas 1200 personas vivían en
Machu Picchu, la mayoría mujeres, niños y
sacerdotes.
En la foto adjunta, una vista de las famosas
Terrazas las cuales podían haber sido dedicadas a
labores agrícolas.
La arquitectura poligonal es típica de la etapa tardía de la cultura inca.
Los edificios están construidos con bloques de granito -- cortados con
instrumentos de piedra o metal y pulidos con arena -- que encajan
perfectamente los unos con los otros sin necesidad de mortero.
Ningún bloque tiene el mismo tamaño y algunos tienen hasta 30
esquinas. Las casas suelen tener las ventanas sólo en la planta baja.
Las puertas tienen la típica forma trapezoidal.
Quizás lo más impresionante de Machu
Picchu sea que la ciudad está perfectamente
integrada en la naturaleza que la rodea.
En la foto de la izquierda, una casa
integrada totalmente en la roca que la
sustenta. Es el denominado Torreón o
Templo del Sol.
Una ventana ofrece la vista de la salida del sol
en el solsticio de junio y de la constelación de
las Pléyades.
Los templos que parecen salir directamente de la
montaña, los altares tallados en la roca y las terrazas,
que los habitantes utilizaban para cultivar las patatas y
el maíz, ilustran hasta qué punto los arquitectos incas
supieron adaptarse a su entorno.
Debajo del templo hay una cueva conocida como la Tumba Real,
con el más espléndido trabajo de piedra: combinaciones de un
solo bloque tallado, con múltiples rocas poligonales torsionadas
se amalgaman a la perfección (verlo en pantalla siguiente)
En el punto más alto del Machu Picchu se
encuentra el Intihuatana
La parte de la base de la roca de
Intihuatana está formada con un hueco que
habría sido usado como un altar para
ofrecimientos y sacrificios.
Sobre el lado frente al altar hay una
etiqueta misteriosa sobresaliente que indica
el norte magnético. La cima de la roca está
tallada en un cuadrado con cada una de sus
esquinas que marcan los 4 puntos
cardinales.
El lado plano del cuadrado del norte
al este marca el solsticio de invierno
(el 21 de junio) y el lado del este ael
sur marca el solsticio de verano (el
22 de diciembre).
En la salida del sol durante el
solsticio de invierno, el sol alumbra
el Intihuatana para producir un
triángulo de luz que ilumina 2
círculos extraños concéntricos en el
suelo.
La civilización inca consideraba que una
posición más cercana al sol les permitiría un
mejor y más adecuado emplazamiento tanto
como para sus estudios astronómicos y como
para sus rituales religiosos.
La localización de la edificación central más
importante es conocida como El Observatorio y
coincide exactamente con la posición con mayor
altitud. Es ahí donde se estableció el centro de
estudios y prácticas religiosas y donde se
pueden observar restos arqueológicos de un
artefacto para la medición de tiempo solar.
La torre muestra un impresionante diseño
arquitectónico semicircular, cuyo segmento
plano contiene la denominada Puerta de la
Serpiente, mientras que la pared circular
muestra dos ventanas con una peculiar forma
trapezoidal.
La construcción se realizó sobre un peñón
rocoso de granito de la propia montaña,
aprovechando el trazo natural de la
cordillera; sobre este peñón, se levantó un
recinto con 10 metros y medio de pared,
mediante bloques irregulares de piedra
pulidos manualmente.
La puerta contenía toda serie de adornos y
decoraciones elaborados con joyas
incrustadas y detalles en oro. El edificio
aledaño a la Torre es el Palacio de la
Princesa.
Hoy en día, la prueba de la existencia de
ornamentación puede verse reflejada en los
surcos que han quedado vacíos en todas las
puertas y ventanas del complejo tras el
saqueo de la ciudad y su abandono, aunque
también se ha llegado a saber que la ciudad
tuvo un trágico y nefasto capítulo tras un
gran incendio en los alrededores.
El Templo de las Tres Ventanas se ubica al
oriente de la plaza principal, tiene una gran
planta rectangular y el nombre se debe a que
en él existen tres hermosas ventanas más dos
vanos ciegos. El templo se encuentra en la
parte baja del sector residencial Urin.
El tipo arquitectónico desarrollado en este
recinto, juntamente con el templo principal es
el más impresionante de todo Machu Picchu:
son enormes poliedros finamente esculpidos y
unidos con milimétrica precisión.
El Templo de las Tres Ventanas, es
un edificio imponente por los
grandes bloques de piedra que se
usaron para su construcción, los
cuales se pulieron y encajaron fina y
perfectamente uno con el otro.
El edificio es de forma rectangular y
sólo posee tres ventanas, se dejó
abierto el lado que da a la plaza
dónde se agrupan una serie de
bloques, los cuáles parecen haber
servido como una columna las
ventanas indicaban la localización
exacta de la salida del sol.
El techo del Templo de las Tres
Ventanas está sostenido mediante
una columna de piedra.
El edificio acoge una piedra tallada
con grabados que representan los
tres niveles en los que la civilización
inca dividía al mundo andino: el cielo
o espiritualidad (Hanan-Pacha), la
superficie terrestre o lo mundano
(Kay-Pacha) y el subsuelo o vida
interior(Ukju-Pacha).
El Templo Principal de Machu Picchu se
encuentra al norte de la Plaza Sagrada, cerca
del Templo de las 3 Ventanas. Tiene 11 metros
de largo por 8 metros de ancho, es un templo de 3
paredes rectangulares hechas de piedra.
Posee siete nichos trapezoidales en la pared
central, y en las otras dos paredes cinco nichos en
cada una, detrás del templo se encuentra una
habitación pequeña conocida como la cámara de
los Ornamentos, se cree que este lugar mantenía
una íntima relación con el templo, en la parte
inferior de la pared trasera hay una plataforma
baja, con un asiento lítico.
La deidad a la que se le rendía culto en
este lugar se desconoce, sin embargo
muchos historiadores coinciden en que
pudieron rendirle culto a su Dios
principal Wiracocha, el Dios invisible
Andino.
Delante del templo hay una piedra que,
según algunos autores, pudo ser la
famosa Cruz del Sur, sin embargo no es
posible demostrarlo.
El Templo de la Luna es otra
impresionante obra que se encuentra en
una gruta a 400 m por debajo de la cima
del Huayna Picchu.
Es el resultado de haber cortado de un solo
bloque de granito un paralelepípedo de
2,16 metros de altura, 3,40 de anchura y
0,83 de profundidad.
Un trabajo verdaderamente perfecto, tanto
en los cortes como en la ausencia de trozos
añadidos.
El sistema de abastecimiento de agua a Machu Picchu
es realmente magistral.
Hay un manantial natural, cuyo rendimiento ha sido
optimizado por un canal de 749 metros de largo y de
entre 4 a 5 pulgadas de ancho, capaz de transportar
unos 300 litros por minuto, y que desemboca en un
muro de piedra permeable, cuidadosamente planeado y
construido en la ladera de la montaña.
La localidad de Pachacamac, en el Perú,
está a pocos kms. al SE. de la capital
Lima, muy cerca del Océano Pacífico.
Contiene un yacimiento arqueológico
importante por que en él se asientan los
restos arqueológicos del que se
considera el más célebre santuario
peruano.
Ubicación del Templo del Sol en el
yacimiento arqueológico de
Pachacamac.
El Templo del Sol en Pachacamac
fue construido por los Incas
alrededor de 1450 d.C. en honor a la
deidad oficial del Tawantinsuyu
(Imperio Incaico) sobre un pequeño
cerro que domina todo el conjunto y
esa parte del litoral.
Está considerado como el más
célebre santuario del Perú.
En la fotografía de la izquierda se aprecia el frontis del
Templo del Sol que se orienta hacia el mar, del que se
encuentra muy próximo.
Esta cara del templo está adornada con hileras de
hornacinas, como se aprecia en la fotografía.
En la fotografía de abajo aparece la Ciudadela Sagrada de Pachacamac, santuario del Dios Pachacamac,
creador del universo para los antiguos pueblos andinos.
La ciudadela comprende templos, pirámides y palacios. Destacan el “Templo del Sol”, el “Templo de
Pachacamac”, el “Acllahuasi” o “Palacio de las Vírgenes del Sol”, entre otros. Todo el lugar era considerado
sagrado y formando parte del eje místico del mundo.
Nuestro agradecimiento a los que nos han seguido en cada capítulo, y a
todos los colaboradores y fuentes documentales que nos han ayudado a
realizar esta ingente labor recopilatoria.