ORÍGENES DEL TEATRO CASTELLANO

Texto y fotografías: Rosario Alonso Martín.

BREVÍSIMA HISTORIA DEL TEATRO ESPAÑOL

El Teatro, uno de los géneros establecidos por Aristóteles, es la asignatura pendiente del área de lengua castellana y literatura ¿Por qué? Quizá porque no tenemos tiempo para calibrar su verdadera importancia, o porque para estudiarlo de verdad, debemos salir del texto y hablar de conceptos como la representación teatral, el hecho teatral y otros muchos que van más allá de la clase. Sin embargo ¿No es cierto que en todos los Institutos parece haber un grupo de teatro o una asignatura optativa dedicada al mismo? ¿Por qué no coordinarnos?

ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIASALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS

Lo que vamos a intentar en esta presentación es, sencillamente, hablar de los orígenes del teatro castellano, de una forma muy esquemática, para introducir de alguna manera el estudio del teatro como un género básico para entender no sólo la historia de la literatura, sino la naturaleza del hecho literario en el que el teatro tiene un espacio determinante. Y hablando de espacios, este hermoso teatro que tenemos en nuestra presentación, el Cervantes de la ciudad salmantina de Béjar, no es el espacio en el que se hizo siempre teatro, el teatro como lugar donde se realiza el hecho teatral es un invento del siglo XVII, ya veremos que cualquier espacio es bueno para hacer teatro: la iglesia, la plaza, la calle, el pasillo del instituto, los salones del palacio, los rincones de las antiguas universidades…

DEL ALTAR A LA … CALLE

Suena un poco grosero, pero eso debieron pensar los clérigos cuando obligaron a los teatreros a salir del atrio de la iglesia para ir a la calle, a la plaza… El teatro castellano, nacido en el altar de la iglesia a partir de un pequeño diálogo entre el oficiante y los fieles EL TROPO, se había convertido en algo subversivo y profano.

Los tropos son las primeras manifestaciones teatrales castellanas, un diálogo muy pequeño en las fiestas más importantes de

la liturgia cristiana: la navidad y la Semana Santa. Del diálogo se pasa a la representación más larga con personajes, vestuario… siempre dentro del acto eclesial. Estas obras se llaman AUTOS y fueron muy apreciadas por los fieles medievales, hasta tal punto que tenemos muchos testimonios indirectos –documentos históricos, listas parroquiales etc- en los que vemos que había gran número de representaciones. Sin embargo, sólo nos ha quedado un texto de la época, y además incompleto: se trata del Auto de los Reyes Magos y es del siglo XIII.

NAVIDAD, NAVIDAD…De autor desconocido, los 147 versos de La

Representación de los Reyes Magos o Auto de los Reyes Magos, es de influjo francés, apareció en la catedral de Toledo y nos habla del descubrimiento de la estrella por parte de los magos de Oriente, su decisión de ir a adorar al Niño, su visita a Herodes, quien lejos de unirse al proyecto, se encoleriza porque ha nacido otro rey en Israel. Ahí se interrumpe el texto.

Nada más encontramos de teatro medieval hasta el siglo XV cuando aparecen los textos de Gómez Manrique, el tío del poeta de las Coplas a la Muerte de su padre, Jorge Manrique.

Sin embargo, sí sabemos que, a medida que iban incluyéndose elementos profanos a las obras, los clérigos enviaron las obras teatrales al atrio de la iglesia,

es decir, la puerta de entrada. El teatro empieza a independizarse, hasta tal punto que debe abandonar también este espacio y salir a la calle, donde es libre para hacer crítica, dejar todo elemento religioso y dedicarse a mostrar, como un espejo a veces deforme, la realidad de la época. Es cierto que siempre seguirá habiendo teatro religioso ¡No olvidéis los Autos Sacramentales del Barroco! pero ya no es única y exclusivamente religioso. Cierto que el teatro de Gómez Manrique lo es, su obra más importante se titula, como no podía ser de otro modo Representación del nacimiento de Nuestro Señor, volvemos a la navidad y al origen del teatro: el altar eclesiástico.

SE ABRE EL TELÓN DEL RENACIMIENTO…

A principios del XVI, el teatro ya puede considerarse un hecho cotidiano. En esta época situamos al llamado “Patriarca del Teatro Español” el salmantino Juan dell`Enzina (1468-1529), poeta y dramaturgo, sus obras tienen asunto religioso como los de sus Églogas, donde nos habla de la navidad, de la pasión… pero tras un viaje a Roma, empieza a escribir obras profanas que se representan en la universidad de Salamanca, farsas que hacen reír como Plácida y Vitoriano. El suyo es un teatro que, junto al de Lucas Fernández se dedica a los temas profanos y a los religiosos por igual.

Pero no sólo en la iglesia y en los salones de la universidad se hace teatro, en la calle las representaciones callejeras, muy ligadas a las festividades populares y al carnaval, tienen también su espacio propio.

LA LLEGADA DE LA COMEDIA DELL´ARTE

Alrededor del año 1535 llegan a la península compañías de cómicos italianos que cosechan gran éxito. Su teatro, lleno de personajes fijos, comicidad, expresividad, vestuarios novedosos y recursos originales fascinan al público español. Se trata de la Comedia dell´Arte, una manifestación italiana que cambia por completo el teatro popular.

Lope de Rueda

No sabemos mucho sobre Lope de Rueda, ni su fecha de nacimiento. Sabemos que era sevillano, que murió en 1565 y que inspirado por el teatro italiano fundó la que consideramos la primera compañía teatral española con la que recorre el país montando obras propias de inspiración italiana. Otra de sus aportaciones fueron los famosos PASOS, obras breves que intercalaba entre los actos de sus representaciones. Los pasos eran cómicos, con personajes fijos, como en las obras italianas. Sus diálogos eran agudos, llenos de humor y de...

crítica social. Su absoluto realismo fue muy apreciado por el público entre los que se encontraba un atento futuro autor de teatro: Miguel de Cervantes, que en sus posteriores ENTREMESES, recuperaría el aire cómico, breve, agudo, realista y crítico de Lope de Rueda. Sus obras en prosa, sus personajes fijos de tipos populares dotados de gran expresividad y cercanía con el público devuelven el gusto por el teatro al mismo: la gran época teatral está a punto de empezar y se gesta

buscando nuevas soluciones para todas las sensibilidades. Prueba de esa búsqueda está el deseo de Juan de la Cueva, rey de Artieda o Lupercio Leonardo de Argensola, autores que quieren escribir tragedias a la manera de los modelos clásicos -sobre todo Séneca- y que buscan en ocasiones en la historia medieval española argumentos para sus obras. Al lado de estos intentos, se mantiene el teatro religioso, el popular de calles y plazas, el teatro palaciego y el religioso, que sigue ocupando las fiestas de la liturgia cristiana.

Las columnas del edificio teatral

El renacimiento marcó el inicio de la época clásica del teatro español. A los autores citados hay que unir el nombre de Miguel de Cervantes, quien se afana por escribir tragedias al estilo latino como La Numancia, al mismo tiempo que produce teatro cómico y popular tan cercano a Lope de Rueda y al sentir español como sus famosos Entremeses. Se está gestando el nacimiento de una dramaturgia nacional que vendrá de la mano de otro Lope, Lope de Vega y Carpio, el Fénix de los Ingenios, un autor capaz de situar...

El teatro en castellano a la altura del isabelino o del teatro más clasicista de los franceses. Pero esa es otra historia. Por ahora concluimos recordando que fue en los tiempos de Lope en los que el teatro adquirió su espacio propio, los corrales de comedias, patios de casas de vecindad que se convirtieron en lugares exclusivamente dedicados al arte teatral. No son recintos cerrados, pero sí cierran un círculo, el de una historia que se inicia en el altar de la iglesia, recorre la calle, el palacio, el aula y los callejones y termina instalándose en el escenario de los sueños.