REDES QUE AYUDAN, REDES QUE IMPACTAN Autor: Ariel Torti “El milagro es así: mientras más compartimos, más tenemos”. De una sencillez contundente, la frase de Leonard Nemoy nos propone repensar

nuestras formas de vinculación. Hablar de vínculos implica necesariamente pensar en las personas y en su capacidad de “verse” junto a las demás en

la generación de nuevas estrategias en búsqueda de mejores resultados, de mayores impactos. Y en esta lógica de vinculaciones las personas y su

capacidad de comunicación siguen siendo la clave de los procesos sociales exitosos y sustentables. ¿Será momento de darnos cuenta de que el valor

de “poder estar juntos” es superior al de “poder estar de acuerdo”?

Ahora bien, ¿cómo buscarle respuesta a esa pregunta en medio de un sector social tan heterogéneo? Aquí aparece el primer desafío: celebrar (que es

mucho más interesante que tolerar) las diferencias. Es precisamente la diversidad una oportunidad maravillosa para unirse y aprender nuevas formas

de percibir, comprender e interpretar nuestras relaciones en comunidad.

Para que los logros de las ONGs tengan trascendencia, sean exitosos y perduren en el tiempo es necesaria la generación de proyectos creíbles pero

también compartidos, tanto en la ejecución sinérgica de las acciones necesarias para alcanzar los objetivos como en la unión de capacidades y

convicciones.

La idea de red presupone desde el inicio una actitud proactiva hacia el otro. El enfoque, la mirada, la atención está puesta en el receptor. La

comunicación (y los desafíos de articularnos en búsqueda de soluciones) no es algo que hacemos a la gente sino con la gente.

1. PERSONA: ¿Quién es la persona que nos hace la propuesta y desde dónde (institución) la genera?

2. PROYECTO: ¿Qué otros actores sociales creen en esta iniciativa?

3. PROCESO: ¿Qué nivel de intercambio nos propone el proyecto (lógica ganar-ganar)?

MENSAJE

(interacciones...)

EMISOR

“YO”

ONGs

RECEPTOR

“ELLOS”

COMUNIDAD

El proceso de búsqueda de

articulaciones sociales en

nuestras iniciativas

institucionales sigue un modelo

de análisis de 3 pasos:

1. PERSONA

3. PROCESO

2. PROYECTO

“ El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevas tierras, consiste en ver con nuevos ojos”. Marcel Proust.

Las organizaciones sociales sustentables serán aquellas que estén dispuestas a asumir mayor cantidad de riesgos en pos de eficientes resultados.

Y seguramente tomarán más riesgos aquellas que se sientan protegidas, avaladas y sostenidas por formar parte de redes sociales. De esta manera se

acrecientan las oportunidades ya que éstas tienen que ver con disponer de más datos y voces operando como socios en la búsqueda de soluciones

alternativas a viejos y complejos problemas sociales.

¿Qué entendemos hoy por DESARROLLO SUSTENTABLE?

Según Robert Putnam el CAPITAL SOCIAL está conforma do por el grado de confianza existente entre los ac tores sociales de una sociedad,

las normas de comportamiento cívico practicadas y e l nivel de asociatividad que caracteriza a esa soci edad. Estos elementos evidencian la

riqueza y la fortaleza del tejido social interno de una sociedad. La confianza actúa como un “ahorrado r de conflictos potenciales” limitando

el “pleitismo”. Las actitudes positivas en materia de comportamiento cívico, que van desde cuidar los espacios públicos hasta el pago de

los impuestos, contribuyen al bienestar general. La existencia de altos niveles de asociativismo indic a que es una sociedad con capacidades

para actuar cooperativamente, armar redes, concerta ciones, sinergias de todo orden en su interior.

“Desarrollo sustentable es un proceso de cambio pro gresivo en la calidad de vida del ser humano, que l o coloca como centro y

sujeto primordial del desarrollo, por medio del cre cimiento económico con equidad social y la transfor mación de los métodos de

producción y de los patrones de consumo y que se su stenta en el equilibrio ecológico y el soporte vita l de la región.

Este proceso implica el respeto a la diversidad étn ica y cultural regional, nacional y local, así como el fortalecimiento y la plena

participación ciudadana, en convivencia pacífica y en armonía con la naturaleza, sin comprometer y gar antizando la calidad de

vida de las generaciones futuras”.

(Declaración de Guácamo. Limón, Costa Rica 1994)

Gestionar desde el paradigma del desarrollo sustentable desemboca invariablemente en el trabajo en red.

Esto implica:

Las alianzas son un camino de doble vía.

• Transformar una visión en realidad,

• articularse con gente que comparte esa visión y cre e en un proyecto en común,

• permitir y promover el crecimiento de otras persona s,

• exponer los modos de acción para que puedan ser imi tados y replicados por otras personas.

Algunas claves para generar alianzas sustentables

� Construcción gradual

� Vinculación desde la confianza

� Visión de largo plazo

� Intercambio justo: ganar – ganar

� Búsqueda de eficacia y eficiencia

� Celebración de las diferencias

� Asumir derechos y obligaciones

� Hacer de la comunicación un culto

Ya casi no existen comunidades irracionales, incapaces de advertir los beneficios de la asociación. Lo que sí existen son personas que

en nombre de ONGs intentan equivocadamente la construcción de relaciones participativas con ellas. Si la comunidad no nos devuelve

la respuesta que esperamos, no se debería pensar que está equivocada, sino que deberíamos trabajar en el descubrimiento de nuevas

formas de cooperación que nos acerquen a ellas desde donde están.

Por eso decimos que la tarea no es sencilla: dentro de los desafíos existentes en la actualidad aparece con distinguida jerarquía la

cuestión de la articulación social que se halla inserta en un proceso de creciente desligazón de vínculos y sistemas de pertenencia

comunitarios.

Las redes significan relaciones teniendo en cuenta semejanzas y diferencias. El “otro” es imprescindible: porque las redes son diálogos entre distintas racionalidades, a las que es importante distinguir, configurar y respetar. Las redes “en sí mismas” no son nada. Las redes “existen para”, son un medio que posibilita buscar respuestas alternativas. La metáfora de la red nos permite pensar en relaciones sociales con ciertos atributos: contención, sostén, crecimiento, ampliación, tejido, fortaleza, etc. Las redes son actividades que permiten modos de organización distintas. Son propuestas para la acción desde la interacción y el intercambio. Las redes son organizadoras de personas en la medida que encarnan un proyecto compartido. Las comunidades somos sistemas auto-organizados, es decir que sólo pueden existir en permanente intercambio con su entorno del cual se nutren para organizarse. (Van Foerster)

La organización es una red de conversaciones. La calidad de las conversaciones

es directamente proporcional a la calidad de gestión asociativa de la organización.

En reiteradas oportunidades los líderes, voluntarios o directivos de organizaciones sin fines de lucro sostienen que

el principal problema que la organización enfrenta es la “falta de recursos”. Al reflexionar sobre este tema uno

advierte -en principio- que dicha expresión (con pretensiones de axioma) es real, sin embargo puede ser

meramente un síntoma. La falta de recursos puede no ser la causa de los problemas de la entidad, puede ser un

reflejo de otros problemas más difíciles de percibir. El razonamiento es sencillo: si se descuidan algunos de los

aspectos de la gestión de estas organizaciones, los efectos de ese descuido pueden no ser sentidos en el corto

plazo, de inmediato. Seguramente serán sentidos a largo plazo, cuando ya estén debilitando el sostenimiento de la

entidad.

La lógica del funcionamiento en red debe ser aplicada en primera instancia hacia el adentro de la organización.

Crecer para responder: las organizaciones sociales frente a la crisis

Tanto las redes como las estructuras piramidales fu ncionan mejor si entre sus miembros se desarrolla l a

colaboración, la solidaridad, la transparencia y la corresponsabilidad.

Estas condiciones se desarrollan aún con más natura lidad en las estructuras horizontales que se susten tan en

el ejercicio de libertad, responsabilidad y democra tización de la información. Las redes portan una pr áctica

nueva que lentamente va generando un cambio cultura l.

• Cada persona es participante, protagonista responsa ble de lo que hace y deja de hacer.

• Cada persona se posiciona ante los otros: esto requ iere del reconocimiento y del respeto por

el otro.

• Respetamos las diferentes formas de pensar, sentir, ver y estar en el mundo.

¿Un cambio cultural?

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