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1 Rodrigo García-Quismondo – Marzo de 2017 TEXTOS DE UN VIAJE AL MAESTRAZGO, LA MATARRAÑA Y LOS OLIVOS MILENARIOS DE CANET LO ROIG Maestrazgo: El Maestrazgo (El Maestrat en valenciano) es una comarca histórica española que se extiende por el norte de la provincia de Castellón y el sureste de la provincia de Teruel. El nombre de Maestrazgo deriva del término maestre, ya que estos territorios se encontraban bajo la jurisdicción del Gran Maestre de las órdenes militares del Temple, San Juan y Montesa. En 1838, durante las Guerras Carlistas, se creó la Comandancia General del Maestrazgo como distrito militar. El Maestrazgo y las Guerras Carlistas: Cuando hablamos de la Guerra Civil nos situamos en los años 30 del siglo XX y no pensamos que es España esa fue una de las muchas guerras civiles que nos han asolado y como ejemplo tenemos las 3 Guerras carlistas del siglo XIX. Enseña carlista El siglo XIX fue una época de grandes tensiones políticas y sociales derivadas de la necesidad de definir las características del Estado español tras los profundos cambios que trajo consigo la Guerra de la Independencia. La Cortes de Cádiz y la aprobación de la primera Constitución española en 1812, la Pepa, abrió el camino hacia una profunda transformación en las bases de la concepción del futuro estado: Monarquía absoluta o constitucional, Antiguo régimen o sistema liberal, existencia de fueros y privilegios o igualdad en derechos y libertades. En definitiva, era el momento de apostar por la revolución o la contrarrevolución. Una decisión que dividió a la población a la sociedad española en dos bandos opuestos. Una tensión que estalló en diversos conflictos armados tras la muerte de Fernando VII y la necesidad de proclamar un sucesor en el trono.

Viaje cultural al Maestrazgo

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Rodrigo García-Quismondo – Marzo de 2017

TEXTOS DE UN VIAJE AL MAESTRAZGO, LA

MATARRAÑA Y LOS OLIVOS MILENARIOS DE CANET

LO ROIG

Maestrazgo: El Maestrazgo (El Maestrat en valenciano) es una comarca histórica española que se extiende por el norte de la provincia de Castellón y el sureste de la provincia de Teruel.

El nombre de Maestrazgo deriva del término maestre, ya que estos territorios se encontraban bajo la jurisdicción del Gran Maestre de las órdenes militares del Temple, San Juan y Montesa.

En 1838, durante las Guerras Carlistas, se creó la Comandancia General del Maestrazgo como distrito militar.

El Maestrazgo y las Guerras Carlistas: Cuando hablamos de la Guerra Civil nos situamos en los años 30 del siglo XX y no pensamos que es España esa fue una de las muchas guerras civiles que nos han asolado y como ejemplo tenemos las 3 Guerras carlistas del siglo XIX.

Enseña carlista

El siglo XIX fue una época de grandes tensiones políticas y sociales derivadas de la necesidad de definir las características del Estado español tras los profundos cambios que trajo consigo la Guerra de la Independencia. La Cortes de Cádiz y la aprobación de la primera Constitución española en 1812, la Pepa, abrió el camino hacia una profunda transformación en las bases de la concepción del futuro estado: Monarquía absoluta o constitucional, Antiguo régimen o sistema liberal, existencia de fueros y privilegios o igualdad en derechos y libertades. En definitiva, era el momento de apostar por la revolución o la contrarrevolución. Una decisión que dividió a la población a la sociedad española en dos bandos opuestos. Una tensión que estalló en diversos conflictos armados tras la muerte de Fernando VII y la necesidad de proclamar un sucesor en el trono.

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Los carlistas se rebelaron por toda España pero la lucha por su causa solo se consolidó en Navarra, el País Vasco, Cataluña y el Maestrazgo turolense. En Aragón, hubo intentos de tomar el poder en las principales ciudades pero todos resultaron fallidos.

El realidad, este conflicto iba mucho más allá de una opción política. Estaba en juego la pervivencia de los privilegios de la nobleza y el clero. El carlismo fue por lo tanto un fenómeno eminentemente rural.

En Aragón, la labor del general Ramón Cabrera, conocido como el tigre del Maestrazgo, determinó que los carlistas llegasen a dominar territorialmente un amplio espacio que se extendió entre Teruel, Tarragona y Castellón.

El apoyo popular que recibió el carlismo fue interpretado rápidamente como consecuencia de la ignorancia y la incultura de las gentes pero lo cierto es que su verdadero éxito en las sierras de Teruel se debió a la capacidad militar, el liderazgo y el miedo que generaban las acciones de este controvertido general.

General Ramón Cabrera.

Ramón Cabrera fue un antiguo seminarista catalán que destacó muy pronto en las filas de los carlistas hasta llegar a convertirse en jefe del ejército del Maestrazgo en 1835.

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Morella: Está dentro de la relación de los pueblos más bonitos de España con su castillo y más de 2500 metro de muralla.

Encaramada espectacularmente en la ladera de una montaña, la ciudad

amurallada de Morella, la antigua Castra Aelia de los romanos, señorea el

paisaje del Alto Maestrazgo. Morella puede exhibir una historia tan antigua

como ilustre.

Prehistoria

En su comarca se han encontrado numerosos e interesantes restos

arqueológicos y todavía se conservan las pinturas rupestres de Morella la Vella

que atestiguan la presencia del hombre prehistórico por estas tierras. En Les

Solanes fueron halladas alrededor de una veintena de sepulturas de la Edad de

Bronce e hipogeos en Hostal Nou, reliquias prehistóricas que fueron

lamentablemente destruidas.

Morella fue uno de los primeros pueblos asentados en tierras españolas, ya

que se considera que su fundación data del período eneolítico, que se sitúa

entre el año 2500 a. C. y el 200 a. C. Con la llegada de los celtas se estableció

en el actual emplazamiento de Morella la tribu de los beribraces o brigaces.

Antigüedad

De la estancia de los griegos por la comarca da fe, como inestimable

testimonio, el denominado Tesoro de Morella, cuyas valiosas monedas, entre

las que destacaban las procedentes de Creta, Taras y Magna Grecia, se han

perdido. Los cartagineses no lograron someter a los ilercavones, descendientes

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de los beribraces. Aníbal pactó con ellos y los convirtió en aliados suyos.

Mandonio, régulo de Mandonia (Morella), participó en las guerras púnicas y los

ilercavones lucharon unas veces al lado de los cartagineses y otras a favor de

los romanos, siempre en defensa del ideal de independencia.

Alta Edad Media

El paso de los visigodos por Morella dejó escasas huellas históricas. No

obstante, se considera que las iglesias de San Nicolás de Morella y de San

Pedro de Castellfort son de origen visigótico por lo que respecta a su

fundación. Los vándalos tomaron Morella a sangre y fuego y la ocuparon

durante unos tres años, abandonándola el año 411.

Periodo árabe

Fue ocupada por los bereberes el año 714. Posteriormente, la ciudad pasaría a

depender del rey árabe de Tortosa. Por esta época aparece vinculado a

Morella el nombre del Cid que, parece ser, fue quien precisamente reconstruyó

su castillo. En las inmediaciones de Morella se desarrolló una famosa batalla

durante la dominación musulmana, de la que fue principal protagonista Rodrigo

Díaz de Vivar, contra el que unieron sus fuerzas el rey moro de Lérida y

Tortosa Al-Mundir al-Hayib y el rey cristiano Sancho Ramírez de Aragón.

Sancho Ramírez

Baja Edad Media

El año 1117 el rey don Alfonso I el Batallador reconquistó Morella por primera

vez para los cristianos. Vuelta la ciudad a poder de los musulmanes, el conde

Ramón Berenguer intentó apoderarse de ella el año 1157, tras la conquista de

Alcañiz, pero no lo consiguió. Había de ser Jaime I el Conquistador quien, el

año 1232, expulsase definitivamente a los árabes.

Edad Moderna

El año 1672 sufrió los estragos de una epidemia que los documentos de la

época denominan fiebres malignas. Desde entonces se celebran en Morella las

famosas Fiestas Sexenales, en conmemoración de la decisión tomada el 14 de

febrero de 1673 de celebrar una novena cada seis años en acción de gracias

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por la salvadora intercesión de la Virgen de Vallivana cuando Morella sufrió

esta epidemia de peste.

Edad Contemporánea

En los años del reinado de Fernando VII, Morella se vio envuelta en constantes

convulsiones políticas, enfrentándose abierta y de una forma enconada los

partidarios de la Constitución de 1812 y los partidarios del absolutismo,

denominados realistas

Los enfrentamientos culminaron el 5 de junio de 1822, cuando un grupo de

absolutistas hicieron que la guarnición de Morella se rindiese, haciéndoles

creer que contaban con fuerzas muy numerosas.

Al morir Fernando VII en 1833 y encenderse la cruel guerra carlista entre los

partidarios del hermano del rey fallecido, don Carlos, y los de la reina madre

María Cristina, de nuevo volvió a ser escenario de cruentas luchas y avatares

sin cuento. Morella fue conquistada por el ejército de Ramón Cabrera el 26 de

enero de 1838, defendida victoriosamente ante el ataque de las cinco

divisiones del general Oraá en verano del mismo año.

Alcañiz: Los orígenes de Alcañiz como asentamiento de población estable son difusos. Pese a considerarse el despoblado de Alcañiz el Viejo como su precedente, el poblamiento actual parece que procede de época musulmana, ya que su nombre actual proviene del árabe, quizá de Al-Qannis, que significa "las cañas o cañizos", muy abundantes en la ribera del río Guadalope que rodea con un meandro la ciudad, o quizá de س نائ ك Al-Kanā'is, que significa ال"las iglesias".

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Escultura “Canto a la vida” en Alcañiz

Su origen se remonta a una antigua fortaleza romana que fue recuperada del dominio musulmán por Alfonso I de Aragón en 1119, cinco años después, el rey cedería este lugar a los hermanos Fruela y Pelayo, como punto de defensa que no tardó en perderse.

Treinta años después, en 1157 el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, príncipe de Aragón por su matrimonio con la reina Petronila de Aragón, la reconquistaría, ampliando su término para hacer frente al azote musulmán, pero no tardó en volver a perderse, hasta la segunda reconquista llevada a cabo por su hijo Alfonso II de Aragón.

Petronila y Ramón Berenguer IV

En 1179 Alfonso II de Aragón cedió el castillo de Alcañiz a la orden religiosa-militar de Calatrava, comenzando así una pugna que duraría siglos entre el concejo y la orden.

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Tanto en su historia como en su evolución urbana se aprecia el dominio inicial de la Orden de Calatrava en los siglos XII, XIII y XIV. Esta Orden monástico-militar, impuso su modelo de poblamiento e impulsó un primer recinto de muralla, la "muralla alta", cuyo símbolo era el propio castillo.

Durante el siglo XV será el concejo medieval quien tome la preponderancia en Alcañiz y todo el Bajo Aragón, gracias en parte al apoyo de diferentes Reyes de Aragón, la aparición de una nobleza local, y el progresivo deterioro de las Órdenes Militares en la Península, tras terminar la Reconquista en 1492.

En 1411 fue sede del parlamento de la Concordia, creado para elegir al sucesor de la Corona de Aragón en Caspe, tras la muerte del rey Martín I "el Humano", Rey de Aragón. decidirían por sí solas quien fuera el sucesor.

El 15 de febrero de 1412, Cataluña y Aragón firman la Concordia de Alcañiz en la que establecen que nueve compromisarios (que al final se agruparían en tres por cada uno de los territorios de Aragón, Valencia y Condado de Barcelona) reunidos en la localidad aragonesa de Caspe.

Compromiso de Caspe

El reino de Valencia no había podido instituir un parlamento unificado, por lo que no llegó a tiempo para estar presente en las decisiones finales de la Concordia, a pesar de los esfuerzos aragoneses y catalanes para que pudieran integrarse sus dos asambleas (una en Vinaroz y otra en Traiguera, luego trasladada a Morella) y enviar una representación unitaria a Alcañiz.

Matarraña: También conocida como la “Toscana Española”, está muy cerca

del mediterráneo, en esa zona fronteriza entre Cataluña, Aragón y Valencia,

escondido entre el Maestrazgo, el Bajo Aragón y al sur de la provincia de

Tarragona se encuentra Matarraña, uno de esos territorios "que recuerdan que

para encontrar el edén no hay que irse al fin del mundo".

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La comarca de Matarraña, comparada por su patrimonio natural y por la riqueza de su legado arquitectónico con la Toscana, es uno de aquellos espacios que sorprende la primera vez que a ella llega, debido a la suprema belleza de sus parajes. Es un auténtico paraíso, una de aquellas zonas que no se sabe por qué motivo no tiene ni de lejos la fama que sus sublimes escenarios merecen.

No se trata de una comarca con una gran superficie, pero son tantos los atractivos que guarda dentro de ella que se necesitan bastantes días para conocer los enclaves más interesantes. Atravesada por el río que le da nombre, el Matarraña, es una zona en la que abundan los valles, manantiales, campos de cultivo o bosques, que se combinan entre ellos formando unos armoniosos paisajes.

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Dentro de las muchas posibilidades que tenemos en la zona y como muestra,

visitaremos las poblaciones de Valderrobres (Capital administrativa de la

Comarca de la Matarraña) y Calaceite que es la capital cultural de la zona. En

toda esta zona se hablas además del castellano, un dialecto del catalán.

Valderrobres: La historia asociada a ella es asombrosamente antigua. En el término municipal de Valderrobres abundan los yacimientos arqueológicos, que entre otras cosas son testigos de la fuerte presencia ibérica en estos territorios. El más destacado de todos es el de Torre Gachero, donde aparecieron varias estelas sepulcrales, pertenecientes al siglo I o II antes de Cristo y que se conservan en el museo de Teruel.

La reconquista de Valderrobres se produjo entre los años 1165 y 1170, siendo fruto de la colaboración entre el rey Alfonso II de Aragón y diversas órdenes militares. Acabada la reconquista, Alfonso II en su documento de donación al arzobispado de Zaragoza, llama al valle en el que hoy se asienta Valderrobres “Valle de la peña Aznar Lagaya” definiendo con ella todo el territorio.

En los siglos posteriores, La Caixa ha ido acumulando leyendas e historias a su

alrededor y ha sido desde refugio de pastores hasta objeto de culto pagano,

llegando hasta el presente y siendo el mejor testimonio de las raíces más

antiguas de Valderrobres. Poco después, en 1175, estas tierras fueron dadas

como feudo al obispado de Zaragoza.

Pleito de 1307: Tras la extinción de la línea sucesoria, se produjo un litigio entre

el obispo de Zaragoza, Jimeno de Luna y el rey Jaime II de Aragón, que se

solucionó el 26 de junio de 1307 acordándose que, previo pago de una

compensación económica, las tierras de Valderrobres regresarían a la

jurisdicción del obispado de Zaragoza, permaneciendo así hasta la disolución

del régimen señorial del siglo XIX.

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Cortes de 1429: Entre los meses de octubre y diciembre del año 1429

Valderrobres albergó sesiones de Cortes del Reino de Aragón, presididas por

Alfonso V. La cita fue excepcional, ya que estos actos solían celebrarse en

villas de realengo, pero la necesidad de buscar un lugar cercano a las fronteras

con Cataluña y Valencia.

Sublevación de Cataluña (1640): Hacia la mitad del siglo XVI Valderrobres vivió

uno de los momentos más duros de su historia, ya que debido a la Sublevación

de Cataluña en 1640 (apoyada por Francia) se convirtió en zona de frontera,

donde se refugiaron catalanes que huyeron del conflicto, pero donde se

asentaron las tropas reales, lo que propició los ataques de los ejércitos franco-

catalanes.

Guerras Carlistas: Valderrobres y la comarca del Matarraña vivieron con mucha

intensidad el conflicto carlista, tanto por la fragmentación social que había

como por la intervención de tropas ajenas al territorio, especialmente durante la

primera guerra carlista (1833-1840).

Revolución anarquista en 1933: El anarquismo arraigó con mucha fuerza en

Valderrobres y la comarca del Matarraña. Tanto es así que el 8 de diciembre de

1933, tras conocerse los resultados electorales de noviembre confluyeron en la

localidad cientos de anarquistas de toda la zona, que neutralizaron a las

autoridades, quemaron los archivos, proclamaron la revolución y colocaron la

bandera roja y negra en la Casa Consistorial.

Calaceite: El municipio tiene el origen en la época de la dominación islámica

de la península. Se cree que el topónimo de Calaceite proviene de Qal' a Zeid,

(castillo de Zeid) y se formó en el entorno de una fortaleza que da nombre a la

parte alta del pueblo.

El término municipal de Calaceite es especialmente rico en yacimientos arqueológicos. Ello se debe en gran parte a los trabajos del arqueólogo calaceitano Juan Cabré, que descubrió entre otras las pinturas rupestres de Roca de los Moros, en el barranco del Calapatá de Cretas. Esto atrajo la

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atención de otros investigadores, como Pere Bosch i Gimpera o Henri Breuil, que dieron lugar al descubrimiento de las pinturas de Vallrovira o el sepulcro colectivo del neolítico en Cañaret de Pallisetes en 1919.

Poblado ibérico de San Antonio.

De la época de la Edad del bronce se ha encontrado diverso instrumental especializado, a veces decorado con motivos simbólicos. Pero los restos más abundantes son del período ibérico. El yacimiento más importante es el poblado ibérico de San Antonio, a 1 km al sur de la villa, excavado por Juan Cabré, y más tarde por Pere Bosch i Gimpera, entre los años 1903 y 1919, que localizó los poblados que denominó Les Ombries, Els Castellans y la Torre Cremada.

Timiaterio Ibérico de Calaceite

Buena parte de los materiales que se han encontrado están en el Museo Arqueológico de Barcelona. El poblado estuvo habitado desde el siglo V a. C. hasta el siglo III a. C. En la necrópolis del llano de Les Ferreres se encontró en 1903 un famoso timiaterio ibérico de bronce de gran valor, conservado en el Museo Arqueológico de Madrid.

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Época islámica: Por lo que hace referencia a los restos de época de

dominación islámica, solo se han encontrado escasos restos en las partidas del

Molino Nuevo y del Molino Viejo, en los azudes que dan la entrada de agua de

las acequias que riegan las huertas.

Edad Media: En 1132 Alfonso I de Aragón conquisto Calaceite a los árabes, los

cuales volvieron a recuperarla hasta que la volvió a conquistar Ramón

Berenguer IV en el 1149 con la ayuda de Bernat de Cambrils, que rápidamente

actuó como primer señor del lugar.

Calaceite

En el 1271 la orden de Calatrava adquirió el dominio sobre Calaceite. La orden, con la finalidad de atraer nuevos pobladores a la villa, otorgó una interesante carta de población en la que se concedían una serie de derechos y privilegios y se constituía la base del futuro gobierno municipal.

Edad Moderna: En el año 1442 Calaceite pasó a manos del capítulo y obispo

de Tortosa hasta el 1823.

A mediados del siglo XVII, época de guerras, enfermedades y calamidades como la peste del 1625, sequía y mortalidad de entre 1646 y 1649..., la villa al inicio de la Sublevación de Cataluña (1640), fue hostil, como Tortosa, a las tropas francocatalanas, las cuales saquearon e incendiaron la villa, incluso robaron el reloj de la torre del antiguo templo. Posteriormente surgió un destello de prosperidad.

Esta época de prosperidad se cortó a principios del siglo XVIII con la guerra de Sucesión. Calaceite se decantó por el bando del archiduque Carlos y las fuerzas de Felipe V prendieron a sangre y fuego la villa, muriendo muchos de sus defensores y arruinando de nuevo la población.

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Edad contemporánea: El siglo XVIII fue económicamente positivo y, en el inicio

del siglo XIX, la Guerra de la Independencia Española no tuvo una incidencia

importante en Calaceite, exceptuando las fuertes contribuciones que tuvieron

que pagar a los franceses y a las tropas del país.

Calaceite vivió con especial intensidad las Guerras carlistas, igual que toda la comarca, ya que se produjeron hechos de armas destacados.

La guerra civil de 1936 al 1939 también fue vivida con intensidad por la población, ya que fue la primera población en que las milicias del Frente Popular venidas desde Barcelona encontraron resistencia armada organizada en su avance. La entrada de las tropas republicanas en el pueblo, después de un intenso tiroteo.

La precaria economía de la posguerra y varias heladas que arruinaron la cosecha de aceitunas, principal fuente de ingresos de los habitantes de Calaceite, precipitaron la emigración de mucha gente hacia las ciudades industriales, Barcelona y su área metropolitana en la mayoría de los casos, en busca de trabajo.

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JUAN CABRÉ AGULLÓ

Realizó sus primeros estudios en Tortosa y Zaragoza. Más tarde continuó su formación en Madrid gracias a una beca de la Diputación de Teruel. Al mismo tiempo fue alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y realizó algún trabajo para el Museo del Prado.

Esta sólida formación plástica es evidente en los excelentes dibujos que acompañan toda su obra de catalogación, especialmente en el caso del Castro de la Mesa de Miranda.

Su inclinación por el dibujo y, más tarde, por la arqueología, parece que pudiera estar influida por el coleccionista Sebastián Monserrat de Zaragoza, quien le acercó a su colección formada por piezas de la cultura ibérica.

En una fecha tan temprana como 1907 Cabré publicó su primer trabajo arqueológico en el Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona sobre las excavaciones Poblado ibérico de San Antonio de Calaceite.

Cabré inició sus investigaciones sobre la cultura ibérica en el sur de la península a partir de 1917, pero pronto se orientó a los pueblos de cultura celta del centro de España con las excavaciones de las Cogotas, Sanchorreja y el Mesa de Miranda.

Es famoso su estudio de importantes muestras de arte rupestre, datados entre el Auriñaciense y el Magdaleniense, en el interior de la cueva de los Casares (Riba de Saelices).

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Museo Cabré de Calaceite

Finalizada la guerra civil, Cabré fue cesado como responsable del Museo Cerralbo, si bien en 1940 fue nombrado jefe de la sección de Prehistoria del Instituto "Diego de Velázquez" de Arte y Arqueología. En julio de 1942, obtuvo, por oposición, la plaza de preparador de la sección de Prehistoria y Edad Antigua del Museo Arqueológico Nacional, cargo que desempeñó hasta el momento de su muerte, el 2 de agosto de 1947.

GRUTAS DE CRISTAL DE MOLINOS

Descubiertas en 1961. Declarado Monumento Natural, el complejo está formado por un sistema kárstico, formado por una red de salas y galerías subterráneas muy peculiares por sus formas y que se conectan con el exterior a través de las Cuevas de las Graderas o Grutas de Cristal. Se trata de un punto de gran interés geológico en el que podemos encontrar gran variedad de precipitados de carbonatos, como estalactitas, estalagmitas, columnas y cortinas, así como excéntricas.

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Además, debe destacarse la existencia de abundante fauna fósil, encabezada por el importante hallazgo de la mandíbula del “hombre de Molinos”, el homínido más antiguo de Aragón, con más de 25.000 años de antigüedad. Si bien son conocidas por su importancia geológica no debe olvidarse su fauna, ya que en la cueva de las Basicambras habitan varias especies de quirópteros como son los murciélagos grande, mediterráneo y pequeño de herradura.

RASGOS GEOLÓGICOS

Se ubica en el Sistema Ibérico, en el límite con la Depresión del Ebro.

La cavidad está desarrollada en arenas, margas y calizas del Cenomaniense (Cretácico Superior) y en conglomerados, areniscas y arcillas de edad Oligoceno-Mioceno.

Posiblemente su génesis se debe a cambios en el nivel piezométrico que produjeron variaciones en la circulación del agua que disuelve los carbonatos; posteriormente se produjo una colmatación de las vías de drenaje que dio lugar a la formación de espeleotemas subacuáticos.

En la actualidad la cueva se encuentra en un periodo de drenaje de las aguas, favorecido por la erosión de la vaguada donde se encuentra.

PARQUE GEOLÓGICO DE ALIAGA

"GEA, la diosa tierra, se abrió en canal mostrando impúdica sus entrañas. De sus pliegues brotó sangre y carbón. El hombre bebió su sangre, sembró y vio crecer en ella el

alimento, y con el carbón ardiente movió formidables ingenios de metal...

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Un día, cuando el hombre la creía muerta y desangrada, brotó de GEA un espíritu oculto que descubría los más ancestrales

enigmas. Los estratos pétreos y opacos se hacían transparentes y dejaban ver y oir el mar a su través. El hombre alcanzaba así una nueva sabiduría, la que permite transgredir

los límites del espacio y del tiempo.

Alulgha, donde el valle se retuerce, es la encrucijada en que se posan, como ánades, leyendas que vienen de todos y de

ningún sitio. Alulgha, donde se retuerce la tierra, es el momento único en que el telón de la eternidad se levanta..."

El Parque Geológico de Aliaga es un espacio natural, a la vez que un mirador desde el que se puede contemplar los últimos 200 millones de años de historia de nuestro planeta.

Algunas de sus magníficas formaciones y estructuras geológicas, modeladas en espectaculares relieves, son consideradas por los científicos como ejemplos casi únicos en el mundo.

Representa la posibilidad de dirigir una nueva mirada sobre la Tierra; de hacerle y hacerse preguntas... Los estratos, acumulados unos sobre otros, son las hojas de un libro donde se narra la historia de nuestro planeta.

Pensado tanto para científicos como para visitantes curiosos de conocer el parque y sus inmediaciones.

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LOS OLIVOS MILENARIOS DE CANET LO ROIG

Un paseo para observar este milagro de la Naturaleza que se ha mantenido vivo hasta nuestros días y que ha sido testigo, generación tras generación de la historia y todos sus avatares de los últimos 2000 años.

Este paseo termina visitando el Real Santuario de la Virgen de la Salud que está situado cerca de la población de Traiguera, en la provincia de Castellón. Se compone de un conjunto de edificaciones, de arquitectura de origen gótico, aunque el conjunto de edificaciones que hoy existen, corresponde básicamente al siglo XVI, con añadidos y transformaciones renacentistas y barrocas. en los siglos XVII y XVIII.

Es el único de su entorno que gozó de salvaguardia real, que fue concedida por Carlos V el año 1542, renovada posteriormente por Felipe II y confirmada por Bula Papal en 1555.