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Expediente N° 2019-416 Sentencia N° 2019-395
Voto N° 2019-473
Sentencia número 2019-395. Tribunal Aduanero Nacional, San José, a las catorce horas con veintiocho minutos del día veinte del mes de noviembre del año dos mil diecinueve.
Recurso de apelación por XXX, S. A., cédula 3-101-XXX representada por el agente de aduana persona legal XXX, S. A., cédula 3-101-XXX a su vez representada por la agente de aduana persona física XXX, cédula 01-1XX1-0XX6 contra el ajuste practicado en el despacho a la declaración aduanera a la importación 005-2019-0XXX1 del 07 de febrero de 2019 de la Aduana Santamaría.
RESULTANDO:
I.- Que como parte de los procesos de control y fiscalización, al DUA No. 005-2019-0XXX1 del 07 de febrero de 2019 le correspondió revisión en canal amarillo. Durante la revisión, el
funcionario encargado determinó que, no es procedente la aplicación del trato arancelario
preferencial del Tratado de Libre Comercio Centroamérica-República Dominicana-Estados
Unidos, Ley 8622 de 21 de noviembre del 2007 (en adelante CAFTA-RD o simplemente
Tratado), por cuanto el certificado de origen esta vencido o caduco, por lo que procede a
informar a la agencia de aduanas sobre la desaplicación del trato arancelario preferencial al
DUA mediante la notificación TICA No.85547 del 19 de febrero de 2019. (Ver folios 52, 53)
II. Contra el ajuste reseñado anteriormente y comunicado mediante la notificación de cita,
interpone el declarante, electrónicamente los recursos ordinarios el día 22 de febrero de
2019, los que reitera con escrito de recibido por la aduana el 04 de marzo de 2019. Solicita
se declare con lugar el recurso declarando la nulidad del ajuste efectuado y manteniendo el
beneficio preferencial declarado. (Ver folios 1- 3, 42)
III- Mediante resolución número RES-AS-DN-3895-2019 del 07 de octubre de 2019, la
Aduana Santamaría conoce y resuelve sin lugar el recurso de reconsideración, da curso al
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de apelación y emplaza al recurrente para que en el término de diez días hábiles reitere o
amplíe los argumentos de su pretensión ante este Órgano de Alzada. (Folios 24-30)
IV.- Por medio del escrito de fecha 25 de octubre de 2019, la recurrente Arias Azofeifa,
amplia argumentos y reitera petitoria. (Folios 59-65)
V.-En las presentes diligencias, se han observado las prescripciones legales en la
tramitación del recurso de apelación.
Redacta el MDT, MDE, Licenciado Dick Rafael Reyes Vargas; y,
CONSIDERANDO:
I.- Objeto de la litis. En el presente asunto se discute la aplicación del trato arancelario
preferencial otorgado por el CAFTA-RD, a las mercancías amparadas a la Declaración
Aduanera de Importación Nº 005-2019-065571 del 07 de febrero de 2019 de la Aduana
Santamaría, presentada por XXX, S. A., representada por el agente de aduana persona legal
BXXX, S. A., a su vez representada por la agente de aduana persona física XXX, por cuanto
la Aduana determinó que al momento del despacho se presentó un certificado de origen no
válido por encontrarse caduco, al tener una fecha de vigencia hasta el 31 de diciembre del 2018. Producto de lo anterior, se modificó la obligación tributaria aduanera declarada,
generando una diferencia de tributos a favor del Fisco por la suma de ¢1.587.890,97; razón
por la cual la agencia presentó los recursos dispuestos por la Ley General de Aduanas, en
adelante, LGA.
II.- Admisibilidad del recurso de apelación. El artículo 198 de la LGA, dispone que, contra
un acto final dictado por la aduana, el agente aduanero, el consignatario o la persona
destinataria del acto, podrá interponer el recurso de reconsideración y el de apelación para
ante el Tribunal Aduanero Nacional, dentro del plazo de los quince días hábiles siguientes a
la notificación, siendo potestativo usar ambos recursos ordinarios o solo uno de ellos.
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Partiendo de ello, tenemos que en el caso objeto de estudio, la persona que interpone el
recurso es la sociedad que funge como importador, representada por el agente de aduana
persona legal XXX, S. A., representada por el agente de aduana persona legal XXX, S. A., a
su vez representada por la agente de aduana persona física XXX, según consta a folios 1-3,
34, 35, 42, razón por la que este Tribunal tiene por bien cumplido el presupuesto procesal de
legitimación. En cuanto al requisito de temporalidad, tenemos que en el caso concreto,
queda documentado en expediente, que la resolución recurrida fue debidamente notificada
vía electrónica al interesado en fecha 19/02/2019 y que la interposición del recurso de
apelación por medios electrónicos se dio el día 22 siguiente, según corre a folios 42, 52, 53,
sea dentro del plazo de 15 días hábiles, establecido al efecto, por lo que se tiene por
cumplido tal requisito de procedibilidad. Por lo anterior, debe el recurso ser admitido.
III.- Hechos Probados. De interés para la resolución del presente asunto se tiene por
demostrados los siguientes hechos:
1)- La Declaración Aduanera de Importación Nº 005-2019-XXX de la Aduana Santamaría fue
registrada o aceptada el día 7 del mes de febrero de 2019. Consta así en la documental de
folios 34.
2)- El certificado asociado y transmitido con la citada declaración ampara las importaciones a
realizarse en el período comprendido entre el 01 de enero y el 31 de diciembre de 2018,
según se indica de manera expresa en la casilla 2 y en la casilla 13 indica haberse expedido
un 01 de enero de 2018. Se observa lo anterior en copia del certificado de cita visible a folios
48-51 y sus originales anexos mediante grapa a la carpeta del presente expediente y lo
acepta así el recurrente en sus escritos.
3)- El certificado asociado y transmitido con la citada declaración es expedido por el propio
importador. Se observa, lo anterior en copia del certificado de cita, visible a folios 48-51 y
sus originales anexos mediante grapa a la carpeta del presente expediente.
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IV.- De los vicios de nulidad apuntados. Del vicio de procedimiento propiamente tal. Arguye el recurrente vicio de procedimiento en tanto no se actuó conforme las disposiciones
del artículo 22 del “Reglamento para la aplicación y administración de las disposiciones
aduaneras y de la reglas de origen del Tratado de Libre Comercio República Dominicana-
Centroamerica-Estados Unidos”, Decreto Ejecutivo número 34753-H-COMEX del 16 de
setiembre de 2008, en tanto en su párrafo tres dispone que “Si en la certificación de origen
la información requerida de conformidad con el Anexo A es omisa o está incompleta, de
manera que no es realizada de conformidad con el Capítulo Cuatro del Tratado la autoridad aduanera podrá, a efectos de la aplicación del trato arancelario preferencial, solicitar al importador que complete dicha información, sin que ello se considere una verificación de
origen, o efectuar el inicio de una verificación de origen.”.
En el mismo sentido dispone la Decisión de la Comisión de Libre Comercio del T. L. C.
República Dominicana – Centroamérica – Estados Unidos, relativa a las directrices comunes
para la interpretación, aplicación y administración del Capítulo Cuatro del Tratado. El Anexo
1 de tal Decisión en su “Segunda Parte” denominada “Reglas de Origen y Procedimientos de
Origen” en la “Sección b)” denominada “Procedimientos de Origen”, artículo 4 en su único
párrafo numerado como 1), señala que “Si una Parte determina que una certificación es ilegible o defectuosa o no ha sido llenada de conformidad con el Tratado , el
importador, exportador o productor en el territorio de una Parte, tendrá un plazo razonable
de tiempo para presentar una certificación corregida”. (La negrita y el subrayado son del
original).
Contestes con lo señalado, es claro que no estamos en los presupuestos de las normas
invocadas por el recurrente y que facultan más no obligan para solicitar una certificación
corregida y conferir un plazo razonable para ello. Sea que consideremos o no derogada
tácitamente la norma del artículo 22 del Decreto Ejecutivo número 34753 en razón a que el
artículo cuatro del Anexo 1, implementado mediante Decreto Ejecutivo número 36938, regula
la misma situación, a saber la inconformidad del certificado con el ordenamiento,
específicamente con el artículo 4.16 del Tratado, lo que le torna en invalido e ineficaz y, la
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posibilidad de subsanar el defecto, es lo cierto que los presupuestos que regula una y otra
resultan distintos. En primer lugar, el párrafo de interés del artículo 22 en análisis lee de la
siguiente manera: “Si en la certificación de origen la información requerida de conformidad con
el Anexo A es omisa o está incompleta, de manera que no es realizada de conformidad con el
Capítulo Cuatro del Tratado la autoridad aduanera podrá, a efectos de la aplicación del trato
arancelario preferencial, solicitar al importador que complete dicha información, sin que ello se
considere una verificación de origen, o efectuar el inicio de una verificación de origen.
Observemos que el Ejecutivo al utilizar los términos “omisa o incompleta” lo hace como lo que son, sinónimos. Es claro que si omití información, esta resulta incompleta y, por ello,
manda el Ejecutivo se solicite al importador completar dicha información. Ahora bien, cual
es el parámetro para considerar que la información es omisa o incompleta, pues para el caso
el artículo 4.16 del Tratado desarrollado en el Anexo A de dicho Reglamento que son las
normas que indican cual es esa información que debe contener el certificado de origen. Para
el caso aclarar además que la norma no está solicitando una corrección del certificado de
origen, pues tal puede ser emitido por el productor, el exportador o el mismo importador, el
certificado inválido se mantiene incólume y se acepta así, defectuoso, simplemente, se pide
a este último sujeto (el importador) que sea él quien complete la información y tal resulta
razonable dado que ya él ha hecho una declaración de originaria de la mercancía en virtud
de una confianza razonable y de que además se encuentra dentro de los sujetos facultados
para certificar el origen.
La Decisión por su parte da un tratamiento diferente a la situación, “Si una Parte determina
que una certificación es ilegible o defectuosa o no ha sido llenada de conformidad con el Tratado, el importador, exportador o productor en el territorio de una Parte, tendrá un
plazo razonable de tiempo para presentar una certificación corregida.”.
Dicha disposición, resulta más amplia en cuanto introduce el término “ilegible” por lo que
pretende abarcar dicho presupuesto de hecho como posible ante la facultad que tiene el
certificante de hacerlo incluso en forma manuscrita o la clara posibilidad de que el certificado
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resulte borroso y por ello introduce dicho término de “ilegible”, aplicable a tales
presupuestos. Por otro lado, se usa el concepto defectuoso que hace referencia a
imperfección o falto de algo, es decir incompleto tal cual se establecía en el Reglamento. Por
otro lado, se habla también de una certificación que no ha sido llenada de conformidad con
el Tratado. Como ya explicamos supra, si la certificación no ha sido llenada de conformidad
con el Tratado, es una certificación inválida por ser defectuosa, omisa o incompleta y, todos
ellos son sinónimos, de manera que, salvo en lo relativo al término ilegible, las nuevas
disposiciones contenidas en el artículo 4 del Anexo 1 resultan conformes con las del
Reglamento.
Se separa, eso sí, la Decisión del Reglamento en cuanto a que dispone la primera una
excepción a la norma del artículo 4.15 párrafo 4) sub-párrafo b) del Tratado que exige al
importador que solicite trato arancelario preferencial para una mercancía tener la
certificación en su poder, al momento de hacer su declaración (la de originaria contenida en
el sub-párrafo a). En efecto como vimos supra el Reglamento aceptaba la certificación
inválida pero admitía completar la información faltante a cargo del importador. Se diferencia
la Decisión del Reglamento también en el hecho de que ésta dispone sustituir la certificación
inválida por una corregida, es decir sin los vicios de la anterior y consecuentemente válida y
por ello decimos que es una excepción a la norma del artículo 4.15 párrafo 4) sub-párrafo b)
del Tratado. Por ello, por ser una certificación “ex novo” es decir corregida, y no una simple
corrección, puede ser extendida o autorizada indistintamente por el importador, el exportador
o el productor, sin importar quien autorizó la certificación inválida o primera.
Como se hizo ver en el primer párrafo de la primera de las consideraciones, el artículo 4.15
párrafo 4) sub-párrafo b) señala que el importador que solicite trato arancelario preferencial
para una mercancía con sustento en una certificación de origen escrita o electrónica debe
tener ésta en su poder, al momento de hacer su declaración (la de originaria contenida en el
sub-párrafo a), y que tal certificación debe corresponder a como se describe en el artículo
4.16, es decir debe tenerla y tal debe ser válida en tanto responde a los requerimientos del
artículo 4.16. Es claro que conforme la simple letra del Tratado no se dispone en el mismo la
posibilidad de revalidar certificados inválidos por ser disconformes con el artículo 4.16. No
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cabe duda tampoco de que, la posibilidad de aportar una certificación corregida, mana de la
Decisión, su Anexo 1) artículo cuatro, párrafo único.
Conforme lo señalado, es claro que, el certificado aportado, es uno válido por no ser
defectuoso, ni omiso ni incompleto como tampoco ilegible, sino uno total y absolutamente
válido. En otras palabras, el certificado existe, y es perfecto solo que, no puede surtir efectos
para la declaración a importación específica puesto que dicha declaración no se encuentra
dentro del rango del año en que tal puede surtir efectos, es decir resulta el certificado caducó
a los efectos del despacho en revisión y por ello no requiere el mismo ser corregido pues no
es ilegible, incompleto, omiso, defectuoso y además esta llenado conforme con el Tratado.
En otras palabras no se cumple el presupuesto normativo que obliga a solicitar una
certificación corregida y por ello la Aduana no estaba en obligación de dar plazo alguno para
ello. Finalmente siendo que el certificado en uno válido pero no cubre el período del
despacho en análisis lógicamente se concluye que a los efectos de la especifica declaración,
no cuenta el recurrente con una certificación de origen para las mercancías, por lo que se
incumple lo dispuesto en los numerales 4.15.4.(b) y 4.16.1.(a) que obligan a tener la
certificación de origen al momento de hacer la declaración.
Por lo anterior no existe el vicio procedimental alegado, en tanto no existe acto certificante
omiso o incompleto que corregir.
Del vicio de nulidad por motivación al no realizar una relación de la norma de derecho con el
hecho y porque no considera los artículos por ella citados es decir el 27 del reglamento y
4.16.5 del tratado. No se comparte el vicio apuntado. En efecto observa esta instancia que
en el punto 3 del acta de notificación la aduana realiza, si bien en forma sucinta, una relación
del presupuesto de hecho en relación con los de derecho aplicables, por lo que no existe el
vicio de motivación señalado.
Arguye también nulidad porque debió motivar diciendo porque considera improcedente
otorgar plazo para subsanar. Tal aspecto no era uno en discusión al momento, por lo que no
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era en deber de la aduana referir a él. Todo caso y como se consideró no estamos en el
supuesto señalado de un certificado ilegible, defectuoso o no llenado conforme las
disposiciones del tratado, sino uno totalmente válido, pero cuya eficacia no cubría la fecha
de la importación en análisis y por ello no era atendible o considerable el presupuesto
indicado puesto que para la aduana y para esta instancia el problema radica en la ausencia
de un certificado de origen que amparara las mercancías del despacho y tal aspecto es
insubsanable.
Arguye además principio de jerarquía normativa entre 4.16.5 y 27 del reglamento. Reitera
que los plazos de vigencia que acuerda el tratado no están bien definidos de tal suerte que
la argumentación de la aduana de que aplica en el caso la regla de los doce meses no
encuentra sustento legal en el tanto tratado y reglamento no dilucidan la operatividad entre
los de doce meses y los de 4 años. Reitera sola consignación de las fechas en el documento
NO PREVALECE SOBRE NORMA vigente del tratado que pondera otro plazo
OBLIGATORIO DE OBSERVAR. 4.15.4.b, 4.16.5 vs. 27 reglamento. Dicho aspecto es uno
de fondo que se analiza en la consideración siguiente que claramente descarta lo señalado
por el recurrente y por ello tampoco en este aspecto existe vicio de nulidad alguno.
V.- SOBRE EL FONDO. En el presente asunto se discute la aplicación o no del certificado
de origen transmitido y asociado a la DUA y del trato arancelario preferencial que con
sustento en CAFTA-RD, aplicó el declarante a la mercancía amparada a la Declaración
Aduanera de Importación 005-2019-0XXX1, donde, el funcionario verificador determinó que,
al momento del despacho, el interesado presentó un certificado de origen ineficaz, en razón
a la fecha de la operación de importación, toda vez que dicho certificado ampara o es
emitido para amparar las importaciones a realizarse en el período comprendido entre el 01
de enero y el 31 de diciembre de 2018, conforme se tiene por acreditado en el segundo de
los hechos probados, según se indica de manera expresa en la casilla 2 y, la importación en
análisis, es de fecha del 7 del mes de febrero de 2019, conforme consta en el primero de
los hechos probados.
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En primer lugar cabe recordar que en términos generales un tratado de libre comercio es un
acuerdo de política exterior bilateral o multilateral, mediante el cual los países establecen
reglas comunes para normar la relación comercial entre ellos, con el fin de consolidar y
ampliar el acceso de sus productos y eliminar barreras arancelarias y no arancelarias. Entre
las fuentes de nuestro conjunto normativo, los tratados internacionales ocupan una posición
predominante, tal y como lo dispone el artículo siete de la Constitución Política,
estableciendo que los tratados debidamente aprobados por la Asamblea Legislativa tienen,
como regla general, autoridad superior a las leyes. Lo que implica que el legislador, en el
ejercicio de su potestad legislativa, debe respetar ese marco jurídico internacional que ha
sido integrado a la legislación interna. Así, los tratados poseen un lugar de privilegio dentro
del principio de jerarquía normativa, el cual establece que en el Ordenamiento Jurídico
existen unas normas que son superiores a otras, teniendo como consecuencia, que la norma
superior prevalece sobre la norma inferior, por lo que la de menor rango no puede modificar
a la de superior jerarquía debiendo siempre optarse por la norma de mayor rango, todo lo
cual genera claridad y seguridad, evitándose confusiones ante la posibilidad de un conflicto
de normas. Este principio, de jerarquía normativa, se encuentra recogido además en los
numerales 6 de la Ley General de la Administración Pública y 4 de la LGA.
Por consiguiente, el tratado, como acuerdo de voluntades celebrado entre sujetos de
Derecho Internacional y regido por el Derecho Internacional, está destinado a producir
efectos jurídicos, por lo que su aplicabilidad posibilita el imponerse directamente respecto de
la ley y normas secundarias. En razón de la aplicación en la especie, del principio de
jerarquía normativa desarrollado supra, tenemos que el Tratado ocupa un rango superior
dentro del Ordenamiento Jurídico costarricense, quedando únicamente subordinado a
nuestra Carta Magna, razón por la cual sus normas, se sitúan por encima de cualquier
disposición normativa de menor rango.
Establecida la naturaleza de la normativa que ha de aplicarse al caso objeto de estudio, se
procede a desarrollar el fundamento jurídico que sostiene la posición de este Tribunal. De
esta forma tenemos que para el caso que nos ocupa, en el artículo 4.15.1 para tener acceso
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al trato arancelario, la solicitud debe realizarse en conformidad con las disposiciones del
Capítulo IV del CAFTA-DR. El artículo 4.15.2 dispone que cuando se incumpla cualquiera de
los requisitos indicados procede denegar el trato arancelario preferencial. Por su parte el
numeral 4.15.4.b establece como deber del importador el tener su poder, al momento de
hacer la declaración a la que se refiere el subpárrafo (a), una certificación escrita o
electrónica, como se describe en el Artículo 4.16, si la certificación es la base de la solicitud.
El artículo 4.16.1 por su parte dispone que un importador podrá solicitar el trato arancelario
preferencial con fundamento en una certificación escrita. Por su parte el artículo 4.16.4.b
establece que una certificación podrá (facultativo a elección del certificante de origen)
aplicarse a varios embarques de mercancías idénticas, a realizarse dentro de cualquier
período establecido en la certificación, que no exceda los doce meses a partir de la fecha de
la certificación. Finalmente señalar que el numeral 4.16.2.(e) dispone que una certificación
no necesita estar hecha en un formato preestablecido, siempre que la certificación sea en
forma escrita o electrónica, incluyendo, pero no limitando, los siguientes elementos:…(e) en
el caso de una certificación general emitida conforme al párrafo 4 (b), el período que cubre la certificación.
Dice que sobre el plazo arguye que la normativa integrada del CAFTA la sola consignación
de fechas en el documento NO PREVALECE SOBRE NORMA vigente que pondera otro
plazo OBLIGATORIO DE OBSERVAR, cita y trascribe el artículo 27 del Reglamento para la
aplicación y administración de las disposiciones aduaneras y de las reglas de origen del
Tratado de Libre Comercio República Dominicana-Centroamerica Estados Unidos Nº 34753-
H-COMEX para luego indicar que el plazo siempre será de cuatro años salvo excepciones
que no aplican para el presente caso. Cita el 4.16.5 del Tratado que dispone que la
certificación tenga una vigencia de 4 años a partir de la fecha de su emisión.
El tratado como principio general, dispone en su artículo 4.16, párrafo 5 o 4.16.5 que la
certificación de origen certificación tendrá una vigencia de cuatro años después de la fecha de su emisión. Es decir, su vigencia o eficacia, está condicionada en razón al tiempo,
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de manera que transcurrido el plazo fijado legalmente, para el caso de 4 años resulta el
mismo ineficaz por caducidad. Es claro que, un certificado caduco, no es uno inválido, sino
ineficaz, por haber operado el plazo legal durante el cual podía surtir efectos (plazo de
eficacia). La validez por su parte lo está en función del cumplimiento de los requisitos legales
para su emisión. No obstante lo señalado, todo principio tiene su excepción y tal es la
contenida en el numeral 4.16 párrafo 4, es decir, el propio tratado viene a establecer una
excepción a dicho principio general, en cuanto al plazo de eficacia, para disponer que
cuando la certificación de origen resulta ser una, global o general, es decir va a amparar un
conjunto de operaciones de importación a realizarse en un periodo de tiempo, tal debe estar
determinado en la misma certificación y en ese caso, dicho plazo de vigencia o eficacia se
ve reducido a un año a partir de su fecha de expedición. Así las cosas se faculta al
interesado para elegir de mutuo propio si realiza una certificación de origen específica para
cada operación de venta o importación o si realiza una certificación general, para un
conjunto de operaciones de venta o importación a realizarse en un período determinado,
siendo que es la libre elección del sujeto certificante la que lo somete a los efectos de cada
una de las alternativas que el legislador le pone a su disposición, para el caso y en lo de
interés cada una de ellas conlleva un plazo de caducidad de la certificación distinto. El
artículo 27 del Reglamento para la aplicación y administración de las disposiciones
aduaneras y de las reglas de origen del Tratado de Libre Comercio República Dominicana-
Centroamerica Estados Unidos decreto del Poder Ejecutivo Nº 34753-H-COMEX, en
adelante el Reglamento no hace sino y retomar ambas disposiciones del CAFTA-DR, por lo
que, no existe contradicción entre lo dispuesto en una y otra norma, sino que tal es producto
de una errónea y parcial correlación de las mismas que realiza el recurrente, pero que, como
vemos, es el tratado el que regula ambos supuestos con plazos de caducidad diferenciados,
pero a la libre elección del privado certificante cuál de ellas le resulta más conveniente.
Contestes con lo señalado, vemos que el sujeto certificante lo es el mismo importador
(tercero de los hechos probados) con sustento en las facultades que le confiere el numeral
4.16 párrafo 1 aparte (a) o 4.16.1.(a). del CAFTA-DR, por lo que es él mismo quien decidió
que el certificado era únicamente para aplicar a las mercancías a importar durante el período
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comprendido entre el 01 de enero al 31 de diciembre de 2018. Así las cosas y contestes con
el primero de los hechos tenidos por demostrados, las mercancías objeto del despacho se
destinaron al régimen de importación un día 7 del mes de febrero de 2019, por lo que no
aplica a ellas el certificado de origen transmitido y asociado.
El hecho de que el certificado de origen estuviera vencido al momento de su presentación,
hace que no pueda verse como un simple error, puesto que es un elemento vital para
establecer su eficacia, por lo que al presentar un certificado de origen ineficaz lo procedente
es desaplicar el trato arancelario preferencial. En similar sentido pueden verse las
sentencias 114-2011, 161-2017, 080-2018, 093-2018 de esta instancia. En razón de lo
anterior, lo procedente es resolver sin lugar el recurso confirmando el ajuste practicado en el
despacho.
POR TANTO:
De conformidad con los artículos 198, 205 a 210 de la Ley General de Aduanas, por mayoría
se resuelve sin lugar el recurso y se confirma el ajuste practicado en el despacho. Se ordena
devolver el expediente a la oficina de origen. Voto salvado del Licenciado Gómez Sánchez,
quien resuelve con lugar el recurso y revoca el ajuste realizado en el despacho.
Notifíquese a la recurrente al medio señalado, correo electrónico notificaciones@XXX.com y a la Aduana Santamaría por el medio disponible.
Loretta Rodríguez MuñozPresidente
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Elizabeth Barrantes Coto Alejandra Céspedes Zamora
Shirley Contreras Briceño Luis Alberto Gómez Sánchez
Dick Rafael Reyes Vargas Desiderio Soto Sequeira
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Voto salvado del Licenciado Gómez Sánchez. No comparto la decisión de la mayoría,
declaro con lugar el recurso y revoco el ajuste realizado en el despacho.
Estimo improcedente el rechazo del CO por las razones expuestas por la Aduana y
confirmada por la mayoría del Tribunal, por el único motivo en que sustenta la aduana el
rechazo de la certificación de origen y por ende la no aplicación de la preferencia
arancelaria: la falta de eficacia del certificado de origen al llenarse la casilla 2 para el período 01 de enero al 31 de diciembre de 2018 y presentarse el DUA en fecha 07 de febrero de 2019.
Posición de la Aduana. Comunica el funcionario en la notificación electrónica: “… el
certificado de origen que consta de cuatro páginas, aportados en su casilla 2 indican como fecha de vigencia
del 01/12/2018 al 31/12/2018 con fecha de firma el 01/01/2018, dicha certificado no corresponde a un
certificado de origen valido que ampare las mercancías presentadas a despacho con solicitud de trato
preferencia por cuanto su entrada en vigencia caduco 38 días antes de que se da el hecho generador. (fecha
del 07 de febrero del 2019)…”.
Posición mayoría del Tribunal. Confirma la decisión de la aduana considerando
“…El tratado como principio general, dispone en su artículo 4.16, párrafo 5 o 4.16.5 que la
certificación de origen tendrá una vigencia de cuatro años después de la fecha de su
emisión. Es decir, su vigencia, está condicionada en razón al tiempo de manera que
transcurrido el plazo fijado legalmente, para el caso de 4 años resulta el mismo ineficaz por
caducidad…”.
Es evidente que existe un exceso de formalismo en la decisión de la Aduana y el Tribunal,
que afecta una aplicación lógica y correcta de las normas y principios que deben regir la
materia al señalar que el certificado de origen no es eficaz por llenar la casilla 2 y ser
presentado el certificado posterior al plazo anotado en ella. Importante destacar que el
elemento citado en nada afecta el formato ni su contenido ni el origen mismo de las
mercancías, la información sustantiva es la correcta y completa, es traspasar los principios
que inspiran el establecimiento de Tratados de Libre Comercio y desvirtúa los fines del
régimen jurídico aduanero establecidos en el artículo 6 de la LGA, no impide apreciar la
información relevante ni pone en duda la veracidad del certificado ni de la mercancía para la
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cual se aplica, más aún que dicho certificado cumple a cabalidad con los demás requisitos
de formato y llenado.
No pretende el voto disidente desconocer la existencia de las normas establecidas en el
Tratado, específicamente el artículo 4.16.4 y 4.16.5 y el Reglamento, pero la interpretación
gramatical que realizan ambas autoridades se hace sin considerar el contexto de otras
normas, de los objetivos y fines del Tratado, las Reglamentaciones Uniformes, el principio de
buena fe contenido en la Convención de Viena sobre los Tratados.
El Artículo 4.16 Solicitud de Origen, dispone en el inciso 4 y 5:
“4. Cada Parte dispondrá que una certificación podrá aplicarse a: (a) un solo embarque de una mercancía al territorio de una Parte; o
(b) varios embarques de mercancías idénticas a realizarse dentro de cualquier período establecido en la certificación escrita o electrónica, que no exceda los doce meses a partir de la fecha de la certificación. 5. Cada Parte dispondrá que la certificación tendrá una vigencia de cuatro años después de la fecha de su emisión”.
La aplicación de estas normas debe darse dentro del contexto del Tratado, que dispone una
norma general y una excepción tendiente a brindar una facilidad a los operadores de
comercio, pero que no es excluyente. La norma general establece que todo certificado tiene
una vigencia de cuatro años a partir de la fecha de emisión, para el caso el certificado de
origen fue emitido el 01 de enero de 2018, por lo que tiene una vigencia hasta el 31 de enero
de 2021, a la fecha de la presentación con el DUA de importación, la certificación de origen
es válida y eficaz para solicitar la aplicación de la preferencia arancelaria. La excepción a la
norma de los cuatro años, es una facilidad de utilizar un único certificado de origen para
varios embarques de mercancías idénticas a realizarse dentro de doce meses a partir de la
fecha de la certificación, datos que se deben anotar en el certificado en la casilla 2,
insertando el importado el período del 01de enero de 2018 al 31 de diciembre de 2018, pero
en el caso no se consumó ningún embarque de mercancías idénticas amparadas al mismo
certificado, en otras palabras la certificación se utilizó para una sola importación, la que nos
atiende en esta Litis, por lo tanto el plazo que rige para la vigencia, validez y eficacia de la
certificación es de cuatro años, conforme al artículo 4.16.5 del Tratado. Aquí es importante
resaltar, que la reutilización de la certificación de origen es una facilidad para los operadores,
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razón por la cual se establece un plazo para su uso, pero el simple hecho de llenar la casilla
2 y no aplicarla, al no darse “varios embarques de mercancías idénticas”, hace inaplicable el
contenido de esa casilla y debe prevalecer la aplicación del artículo 4.16.5 “Cada Parte
dispondrá que la certificación tendrá una vigencia de cuatro años después de la fecha de su emisión”.
En esa lógica y aplicación del artículo 1.2.2. sobre los Objetivos del TLC: “Artículo 1.2: Objetivos1. Los objetivos de este Tratado, desarrollados de manera más específica a través de
sus principios y reglas, incluidos los de trato nacional, trato de nación más favorecida, y
transparencia, son:
(a) estimular la expansión y diversificación del comercio entre las Partes;
(b) eliminar los obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza de mercancías y servicios entre
los territorios de las Partes…
2. Las Partes interpretarán y aplicarán las disposiciones de este Tratado a la luz de los objetivos establecidos
en el párrafo 1 y de conformidad con las normas aplicables del Derecho Internacional”. La normas citadas
(artículo 4.16.4 y 4.16.4 5) lo que buscan es facilitar el comercio y promover su expansión
con la reutilización de la certificación, pero no está dirigida a sancionar con el rechazo de la preferencia arancelaria cuando se llena la casilla 2 y no se utiliza porque no se dieron ”varios embarques” dentro del plazo que ahí se anoto, no afecta el resto del contexto, ni el control de la aduana, ni el tema fiscal y donde se actuó de buena fe por parte del exportador. Debe velar la Administración por el control aduanero y la percepción correcta de los tributos,
pero no puede ni debe en aras de una posición eminentemente fiscal, desaplicar el
certificado de origen como sucede en el presente asunto, se constituyen como obstáculos o
barreras no arancelarias que buscan limitar el libre comercio entre las Partes, desaplicando
las preferencias arancelarias acordadas, atentando en contra el artículo 6 de la Ley General
de Aduanas.
Se desconoce el valor y eficacia del documento, supeditándolo a un aspecto eminentemente
formal y desconociendo la vigencia de 4 años para la certificación de origen.
Es importante hacer referencia a la jerarquía de los tratados dentro del ordenamiento jurídico
nacional. En múltiples sentencias del Tribunal Aduanero se ha establecido:
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“De esta forma, entre las fuentes de nuestro conjunto normativo, los tratados internacionales ocupan una
posición predominante, tal y como lo dispone el artículo 7 de la Constitución Política, estableciendo que los
tratados debidamente aprobados por la Asamblea Legislativa tienen, como regla general, autoridad superior a
las leyes. Lo que implica que el legislador, en el ejercicio de su potestad legislativa, debe respetar ese marco
jurídico internacional que ha sido integrado a la legislación interna…”. En las sentencias N° 69 del 26 de febrero y N° 175 del 15 de mayo, ambas del 2015 , refiriéndose a la Convención de Viena sobre los Tratados y de la cual Costa Rica es parte, el Tribunal Aduanero estableció:
“…sobre el tema de la interpretación de los Tratados, establece la obligación de las partes de aplicarlo de
acuerdo a la buena fe. Dispone la Convención: “Interpretación de los tratados. 31. Regla general de interpretación. I. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de
atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin”.
La buena fe siempre se presume, se parte de un principio donde las personas, en este caso, las partes en el
proceso, mantienen la confianza en una conducta dirigida al respeto y cumplimiento de las normas, tanto en el
ejercicio de sus derechos como en el cumplimiento de sus deberes. Se define en Wikipedia.org como “…
La buena fe (del latín, bona fides) es un principio general del Derecho, consistente en el estado mental de
honradez, de convicción en cuanto a la verdad o exactitud de un asunto, hecho u opinión, título de propiedad, o
la rectitud de una conducta. Exige una conducta recta u honesta en relación con las partes interesadas en
un acto, contrato o proceso…El Diccionario de la Real Academia Española, define la buena fe:
“…Der. Criterio de conducta al que ha de adaptarse el comportamiento honesto de los sujetos de derecho…”. No encuentra elementos este Tribunal, para dudar de la buena fe en la actuación de los recurrentes, no se
observa una intención de engañar al fisco, una conducta contraria a las normas y reglas establecidas, siendo que el hecho de que se cometa un error, el cual se permite subsanar, no da cabida para la no aplicación
de un principio de derecho, contemplado en la Convención de Viena y aplicable al caso…”. En
aplicación del principio desarrollado, no procede el rechazo de la certificación de origen por
el motivo invocado, el importador actúa de buena fe, llena la casilla 2 pero no la implementa
en el tanto no se produjo ningún embarque dentro del plazo ahí dispuesto, utilizando la
certificación únicamente para un embarque o importación, por lo que debe prevalecer la
vigencia y eficacia de cuatro años para la certificación de origen en aplicación del principio
de buena fe, esta conclusión no conlleva ningún violación a las normas del Tratado, por el
contrario es conforme a la letra y los objetivos del Tratado y a la Convención de Viena sobre
los Tratados, porque en el tanto existan varios embarques, efectivamente el plazo de
vigencia se reduce a un año, pero al no darse ningún embarque el plazo de la casilla 2 no
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aplica y por tanto entra a regir el plazo de cuatro años de validez y eficacia de la certificación
de origen.
En virtud de lo expuesto, estimo que en el presente asunto lo procedente es declarar con
lugar el recurso de apelación interpuesto y en consecuencia revocar el ajuste realizado por
la aduana durante el proceso de despacho de las mercancías.
Luis Gómez Sánchez
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