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Lina Bo Bardi: la Casa de Vidrio y los misterios del Jardín MorumbiANA BELEN LOPEZ PLAZAS. MPAA 2011-2012.
La primera obra construída de Lina Bo Bardi en Brasil,
se situó dentro del Jardín Morumbi en 1951. Bautizada
por los vecinos como Casa de Vidrio, fue el reflejo del
estilo internacional que la arquitecta importaba a un país
donde el movimiento moderno estaba empezando a
definirse. Treinta y cinco años después, construyó una
Casinha-Estudio para sus colaboradores en los
alrededores de la casa. La distancia física y temporal
que existe entre las dos obras dentro del Jardín
Morumbi, se convierten en objeto de estudio en este
relato. La autora os invita a observar el camino que Lina
realizó a diario para comprender la valentía intelectual
que caracteriza su obra.
La escalera
En 1946, Lina Bo Bardi viajó a Brasil junto su marido
Pietro Maria Bardi con la intención de conocer varios
países latinoamericanos. Cuando por primera vez divisó
la costa brasileña desde el barco mostró una inmediata
fascinación por el nuevo país que se abría ante sus
ojos:
“Me sentí en el país de lo imaginable, donde
todo era posible.”(1)
Atrás dejó una Italia de posguerra con decepcionantes
cambios políticos donde en 1939 se licenció en
Arquitectura por la Escuela Superior de Arquitectura de
Roma. En los años siguientes realizó trabajos para el
estudio de Gio Ponti, y comenzó su carrera editorial
junto a Carlo Pagani al cargo de la revista Domus y
creando la revista Quaderni di Domus. En aquel
momento sus aptitudes periodísticas ya demostraban la
capacidad crítica que era capaz de desarrollar,
confirmando la gran producción escrita y pedagógica
que acompañó su obra toda su carrera.
A su llegada a Rio de Janeiro, Pietro M. Bardi organizó
una exposición en el Ministerio de Educación y
Sanidad(2), donde Lina Bo Bardi conoció las principales
figuras del movimiento moderno brasileño -Oscar
Niemeyer, Lucio Costa y Burle Marx- que le dieron la
bienvenida a un país donde la arquitectura moderna
estaba empezando a definirse.
El matrimonio se estableció en Sao Paulo, donde Pietro
M. Bardi fue invitado a crear y dirigir el Museo de Arte
de Sao Paulo. Decidieron establecerse a las afueras de
la ciudad en una zona de residencias alegres de gente
humilde y pobre(3) conocida como Jardín Morumbi,
donde compraron una colina en el interior de una
hacienda. El terreno que había sido antiguamente una
zona de 'mata brasileira'(4) con abundante flora y fauna,
se encontraba devastado por la intensa actividad
agrícola realizada en la hacienda.
Lina Bo Bardi no conocía el jardín brasileño, se
encontraba ante un terreno agrícola con vestigios de un
paisaje selvático y rodeado de leyendas fantásticas que
influyeron determinantemente en su diseño de la Casa
de Vidrio. Trabajó con el pasado del lugar elaborando
una reconstrucción gracias a la memoria colectiva de los
habitantes de la zona, intuyendo el movimiento de su
jardín. Unas herramientas de proyecto intangibles que
daban coherencia a sus decisiones, a priori basadas en
su influencia moderna importada de Europa. Después
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de la lectura de la geografía paulista, decidió colocar la
casa en lo alto de la colina con una clara orientación
hacia la ciudad, y con el paso de los años difuminar Sao
Paulo a través de un telón de naturaleza selvática.
Entendía la vivienda como un objeto híbrido de la suma
de naturaleza y artificio, expresado con sus propias
palabras:
Esta vivienda supone un orden de
acumulación entre naturaleza y el orden natural de las
cosas.(5)
Ella no tenía prisa, acababa de llegar, y quería que el
jardín se convirtiera en un escenario donde a través de
su movimiento desarrollar un 'orden dinámico'(6) que
indicara que el lugar estaba en evolución. Un jardín por
casualidad de máxima entropía que rescatara la 'mata
brasileira' que añoraba la memoria colectiva del Jardín
Morumbi.
En la colina se establece un orden natural de las
estancias que componen la vivienda. Las zonas de
servicio y dormitorios se encuentran apoyadas
directamente sobre el terreno, destacando la
funcionalidad a través del dimensionado de cada una de
las estancias. Están construidas con ladrillo y cemento
como las casas que ella observa en la zona,
incorporando el uso de paneles de madera de color rojo
en la cocina -en el interior de color verde- y en el
dormitorio principal, que nos alertan del carácter
industrial que invade Brasil en esos momentos. En
contraposición a estas estancias de una forma técnica
pero también en términos dimensionales, crea un gran
contenedor sobre unos pilares metálicos de color verde
y dieciocho centímetros de diámetro para alojar las
actividades sociales e intelectuales. Diseña un patio
centrado que ayuda a distribuir las diferentes estancias
de la gran pieza acristalada. Una maleta vacía de vidrio
con una situación dominante ante el Brasil desconocido
para la recién llegada arquitecta italiana [2].
No es objeto de este escrito desvelar el interior de la
casa, que actualmente ha sido objeto de impecables
estudios(7). Mi aportación dentro del Jardín Morumbi con
este relato es descubrir a través del jardín de Lina los
itinerarios más importantes que marcaron el desarrollo
de su carrera.
En la obra de Lina Bo Bardi encontramos su gran
dedicación al diseño de escaleras que son notables en
cada una de sus obras. Para ella, es importante mover a
los actores en el escenario, como demostrará con sus
proyectos escenográficos, por lo tanto los movimientos
en sus diseños son medidos y estudiados al detalle. En
1951, cuando se construye la Casa de Vidrio, la
elección y diseño de la escalera fue una labor de
conocimiento y estudio pormenorizado de la topografía
del Jardín Morumbi. Nos encontramos ante una
escalera de ida y vuelta, una pieza de dos tramos de
ancho constante pero de diferentes longitudes que
enseñándonos inocentemente el acceso a la casa, nos
provoca el primer acercamiento con el jardín y sus
componentes. Serán unas láminas de piedra apoyadas
sobre el terreno las que nos marcarán el camino hacia
el primer tramo de la escalera, comenzando los giros de
la coreografía que ella diseña para subir a su casa.
Subamos la escalera. El primer tramo de siete
escalones nos eleva un metro del terreno para
colocarnos en un mirador donde observar la ciudad
paulista antes de girarnos para seguir avanzando hasta
la casa. Damos la espalda a la ciudad y son quince
escalones los que nos separan de la puerta principal
que se encuentra en el lado izquierdo haciéndonos girar
otra vez. En el interior nos encontramos con el patio y
descubrimos el árbol cuyo tronco nos ha acompañado
en la subida hacia la casa y cuya copa presenta sus
primeras ramas. El árbol, que de puntillas alcanza a ver
las piezas de color azul celeste que forman el solado de
la casa, observa el contenedor vacío donde los muebles
se diluyen ante la imagen presente de Sao Paulo.
Los muros
Pero volvamos a bajar la escalera, dejando un momento
la maleta vacía, para acercarnos al jardín y descubrir
como se convierte en un laboratorio donde Lina Bo
Bardi pone en práctica las nuevas ideas que abordan en
su cabeza [1]. Nuestro viaje comienza tomando el
camino al lado del estanque.
En el jardín consciente de la futura regeneración de la
'mata brasileira', ella realiza una red de caminos que
conectan las diferentes construcciones que existen en la
finca (hablamos de pequeñas construcciones a modo de
pabellones que servían de vivienda a los cuidadores de
la finca y para apoyo de actividades agrícolas). Debido a
la topografía de la colina, los caminos se delimitan por
unos muros que ayudan a distribuir el agua del terreno
creando un sistema de elementos sinuosos con función
estructural y drenante. Unos muros de fabrica de ladrillo
en los que incrusta elementos que encuentra en los
alrededores del Jardín Morumbi: cantos rodados, trozos
de cerámica, tablas de madera... Los muros acolchados
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cobran vida gracias a la acción de Lina Bo Bardi
consiguiendo una mimesis directa con el paisaje de la
finca. Estos muros, que ante el lenguaje moderno o
'modernidad universal'(8) serian simples elementos
constructivos, se convierten en objetos vivos de
grosores heterogéneos con diferentes colores y
texturas, mostrando que su mirada va mas allá del estilo
internacional. Su modo de operar forma parte de la
llamada 'tercera generación moderna'(9), donde existe
una atención al lugar y a lo vernáculo. Avanzada la
década de los 50, y sin salir del jardín Morumbi, ya
encontramos superada la dicótoma en la que que se
había dividido la estética del siglo XX. El pensamiento
de Lina Bo Bardi forma parte de la 'modernidad
específica'(10) porque sus obras alcanzan paulatinamente
su valor de arte universal a partir de su síntesis entre
modernidad y cultura del lugar.
Los muros recubiertos de minerales y cantos rodados
nos acompañan mientras divisamos las cubiertas planas
de las humildes construcciones de la finca, la luz y su
claridad son protagonistas del paseo dejando en un
segundo plano las especies excepcionales que surgen
del sustrato vegetal.
Estos muros serán las probetas que Lina Bo Bardi uso
para las fachadas de la Casa Valeria Cirell, situada en
los alrededores de la Casa de Vidrio, y la Casa Chame-
Chame, ambas proyectadas en 1958. En estos
proyectos los muros del jardín Morumbi dan un paso
más y se convierten en fachadas vegetales, un
concepto que trabajará hasta su máxima expresión en
su último proyecto para la Nueva Sede del
Ayuntamiento de Sao Paulo (1990-1992), donde a
través de un muro vegetal de gran longitud quiso
demostrar el poder de la transformación del jardín por el
paso del tiempo, como lo hace la propia naturaleza día a
día(11). Al igual que en la Casa de Vidrio donde la
arquitecta quiere reflejar la naturaleza en sus grandes
ventanales, en estas casas se produce una mimesis
conceptual plástica, un desarrollo de la abstracción
conceptual previamente experimentada en el jardín
Morumbi.
Después del descenso hasta la casa del portero, que
por antigüedad guarda los secretos mejor guardados del
jardín, encontramos un tramo de camino mas suave
formado por una láminas de piedra que se apoyan en el
terreno. Esta sucesión de piedras nos sugieren avanzar
saltando de piedra en piedra, como en un juego infantil
donde está prohibido pisar el terreno. El camino
engorda para crear una zona de descanso, dejando de
ser un pasillo estrecho de unos sesenta centímetros de
ancho donde avanzábamos en fila india. Una pausa
después de la bajada donde tomar consciencia de la
envolvente vegetal con la que soñó Lina.
En esta parada del camino [3] podemos imaginar a Lina
sentada cuando volvió a Morumbi después de su
estancia en Salvador de Bahía (1958-1964). Ella tomo
su tiempo para analizar los nuevos materiales que traía
en su maleta y remarcar como los matorrales, que
interrumpían el manto herbáceo del terreno, habían
crecido durante los seis años que dejo la Casa de Vidrio
abandonada. Volvió después de su principal contacto
con la cultura nordeste de Brasil, donde realizó un
estudio de la artesanía y arte popular formando parte
del movimiento Tropicália(12) -que en esos momentos
surge en Salvador de Bahía para posteriormente
desarrollar su máxima expresión en Rio de Janeiro-.
Gracias a este movimiento ella realiza sus primeros
colaboraciones con el mundo del cine y del teatro. Unido
a su fascinación por el arte popular, realiza el Museo de
Arte Popular de Salvador en el Solar de Unhao, donde
se propone la atrevida labor de mostrar a los brasileños
su propia cultura. Es importante destacar, que la
arquitecta no solo diseñaba los edificios, sino que
contenido y contenedor eran inseparables para ella. Fue
directora artística de la mayoría de edificios culturales
que proyecto a lo largo de su carrera. Su interés
pedagógico se refleja en la posibilidad de socialización
entre humanos y no-humanos(13) a través de sus
acciones.
La Casinha
En el artículo de 1958 titulado Arte Industrial, Lina Bo
Bardi revela la importancia que tiene la unión de técnica,
diseño y ejecución en el mundo de la arquitectura. Para
ello, apoya la creación de una escuela de oficios, y
diseña sus bases pedagógicas, paralela al desarrollo del
proyecto del MASP. Pretende crear lugares donde
realizar labores de comunicación entre todos los
agentes que intervienen en el proceso constructivo:
El arquitecto que desconoce la realidad de la
obra, y los ejecutores que no saben leer un plano.
Estamos en una era colectiva, donde el resultado
técnico de la artesanía es la industria.(14)
Una observación que comparte con Charles Eames,
quien tampoco cree en un proceso de creación
individual y divino sino en el esfuerzo y trabajo de las
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personas que están interesadas en lo que hacen(15).
En el año 1986, treinta y cinco años después de la
llegada de Lina Bo Bardi, un nuevo elemento aparece
en el Jardín Morumbi [4] [5]. Una pieza con un lenguaje
formalmente distante al de la Casa de Vidrio, pero que
comparte las ideas expresadas por ella en 1951 sobre
su vivienda:
En esta casa no fueron buscados efectos
decorativos o de composición, pues el objetivo era su
extrema aproximación con la naturaleza por todos los
medios, los mas simples, que menos interferencia
pusieran junto a la naturaleza. El problema era hacer un
ambiente 'físicamente' abrigado, esto es, donde vivir
defendido de la lluvia y del viendo, participando, al
mismo tiempo, de aquello que es poético y ético, mismo
una tempestad. (16)
En los pies de la colina vuelve a trabajar con un orden
natural de las estancias para crear una Casinha-Estudio
para sus colaboradores. Dos piezas definen la nueva
construcción: una pieza de baños y almacenaje se
encuentran apoyada directamente sobre el terreno
construída con ladrillo y cemento como las casas
iniciales que ella observaba en la zona, la segunda
pieza aparentemente ingenua presenta un carácter
artesanal, estructura de eucalipto y cubierta de teja. Es
un contenedor para las actividades de trabajo envuelta
por unos paneles de madera, algunos de ellos
correderos(17). Está elevada del terreno a través de unos
soportes de madera, que nos transmiten la idea de
elemento industrial efímero que podemos trasladar en
cualquier momento.
Al observar el croquis realizado por Lina Bo Bardi [6]
vemos los elementos con los que ella diseña este
espacio, dotando de la misma jerarquía a la vegetación,
la estructura de eucalipto, el terreno y el agua. Creando
un parlamento de las cosas(18) donde todo tiene la
misma importancia. En el croquis solo aparece el
modulo del espacio de trabajo, como si la pieza auxiliar
de ladrillo ya estuviera en la parcela o como si su
descripción formara parte de otro documento destinado
a otros técnicos. Lo que nos muestra el lenguaje
diferenciando que utiliza para diseñar las dos piezas. En
el croquis, dibuja una pieza rectangular formada por tres
módulos con una estantería en el eje central y cubierta a
dos aguas. Indica hacia donde se mueven los paneles
de madera y es evidente el estado en que se encuentra
la vegetación en su dibujo en planta -lo que antes fueron
unas fachadas de vidrio, ahora son unas puertas de
madera correderas que consiguen una perfecta armonía
con la trama vertical que produce la 'mata brasileira'
regenerada que constituye otro cerramiento mas del
espacio de trabajo. En la sección destaca la forma en la
que el agua discurrirá por el tejado, esta vez no crea
puntos concretos de evacuación -como los vierte aguas
de la Casa de Vidrio que usa en otras obras- sino que el
agua caerá libremente al terreno en el lateral derecho, y
en el lateral izquierdo donde se realiza el acceso coloca
una zona de guijarros a modo de capa drenante. El
terreno fluye debajo de la casinha, un gesto de respecto
ante el jardín en movimiento que ha cumplido 35 años.
El camino
Pero, ¿qué lleva a Lina Bo Bardi a instalar otra pieza
más 35 años después el jardín Morumbi [7]? Cuál era su
intención, ¿crear una zona de trabajo? ó ¿provocar un
paseo diario? Ella bajaba de la Casa de Vidrio a hablar
con sus colaboradores(19). Lina creó un mueble para sus
colaboradores y un camino para ella.
Si volvemos al camino y realizamos el ascenso a la
Casa de Vidrio, podemos observar los cambios que ha
sufrido el jardín. Unas sinuosas barandillas de color
verde nos ayudan en la subida, a veces se encuentran
apoyadas directamente en el terreno, otras son los
muros las que sirven de pieza de conexión. Los muros
acolchados que reconocimos en la bajada son unos
muros que han engordado y los colores se han tornado
más oscuros. El camino sigue forzándonos a subir uno a
uno, en fila india, pero ahora tenemos que observar mas
detenidamente el camino, la luz es mas escasa por que
la exuberante vegetación la convierte en un bien
preciado, existen infinitos detalles en la subida que nos
hacen detenernos. El sonido es más grave, los bichos
del bosque(20) son ahora más numerosos y están
preparados para contarnos todos los secretos del jardín.
Mientras subimos el parte de más pendiente,
remarcamos que antes de proyectar en 1986 la Casinha
que dejamos en nuestras espaldas, los proyectos más
significativos de Lina Bo Bardi en Sao Paulo ya están
terminados, como el MASP (1957-1968) y el SESC
Pompeia (1977-1986). También otros destacables en la
zona de Salvador de Bahia, como la Iglesia de Espiritu
de Cerrado (1976) y la Capilla de Santa Maria de Anjos
(1978-1982). Si avanzamos el tramo final del camino,
nos esperan proyectos en Salvador como la Casa de
Benin (1987), Casa del Olodum (1988), las obras en la
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Ladera de la Misericordia (1987-1990) -donde elabora
un sistema prefabricado de hormigón junto al arquiecto
João Filgueiras Lima (Lelé)- y el Teatro Oficina (1991)
en Sao Paulo, entre otras.
La Casinha no fue un proyecto clave en la obra de Lina
Bo Bardi, nunca ningún proyecto se impuso a otro. Ella
no confiaba en el desarrollo del tiempo de forma lineal,
cada proyecto era nacido de muchos y de ninguno,
como lo transmitió con la creación zoomórfica de
objetos y su proximidad a la obra de Tarsila do
Amaral(21). Consideraba vital el conocimiento del pasado
para afrontar el presente, haciendo viable la
contradictoria entre lo vernicular y lo moderno. Por lo
tanto, no hay un antes y un después de la Casinha, sino
un durante. El camino nos sigue relatando su forma de
operar desde el conocimiento del pasado.
“No necesito del High-tech ni de los
materiales de moda para ser moderna.”(22)
Cuando alcanzamos el último tramo del camino,
estamos en la explanada de pavimento de piedra que la
arquitecta diseñó para dar acceso rodado a la Casa de
Vidrio [8]. Ahora es un claro en el bosque y nos deja
observar el contenedor acristalado rodeado de 'mata
brasileira' que ha alcanzado el climax(23). Allí de pie con
los ojos cerrados, pensamos como ella lo imaginó
cuando puso los pies por primera vez en el jardín
Morumbi. Visualizó como todos los troncos jóvenes
adolescentes crecerían y se harían adultos para crear el
telón vegetal reflejado en las fachadas acristaladas que
borrarían la imagen de la ciudad Paulista. Un refugio
donde participar de los peligros de la naturaleza(24). Una
naturaleza que ha crecido de forma azarosa y salvaje(25),
creando el jardín en movimiento que envuelve la Casa
de Vidrio. El conjunto de pilares Mannesmann(26) ahora
es un Bosque de Maestras de colores(27) donde viven
todos los Bichos del Bosque que Lina ha traído en su
maleta.
Al subir la escalera 60 años después de la llegada de la
Casa de Vidrio al Jardín Morumbi, podemos observar
todos los objetos que han ido llenando la maleta de Lina
Bo Bardi a su paso por Brasil. La colocación de estos
objetos dentro del contenedor acristalado sería otro
tema de trabajo, el de este relato ha sido dejar
constancia de los objetos que situó, y de aquellos que
encontró, en los caminos en movimiento del Jardín
Morumbi [9].
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(1) “Arrivo a Rio per nave, in ottobre. Incanto. Per chi arrivava dal mare, il Ministerio dell'Educatione e della Sanità si stagliava come una grande nave bianca e azzurrra contro il cielo. Primo messaggio di pace dopo il diluvio della Seconda Guerra Mondiale. Mi sono sentita in un Paese inimmaginabile, dove tutto era possibile. Mi sono sentita felice, e a Rio non c'erano macerie. [...] Palabras de Lina Bo Bardi a su llegada en barco a Rio de Janeiro. BO BARDI, LINA. Curriculum literario. Encontrado en: GALLO, ANTONELLA. Lina Bo Bardi Architetto. Editorial Marsilio. Venecia. 2004.
(2) Proyecto de Lucio Costa, Oscar Niemeyer, Carlos Leao, Jorge Moerira, Affonso Reidy y Ernani Vasconcelos a partir de un croquís de Le Corbusier.
(3) traducción. pag 78 y 81. BO BARDI, LINA. Lina Bo Bardi. Editan Charta, Milan e Instituto Lina Bo Bardi y Pietro M. Bardi, Sao Paulo. 1994.
(4) Mata Brasileira significa Bosque Brasileño en portugués. Lo encontramos referenciado de esta forma en numerosos artículos sobre la Casa de Vidrio.
(5) Fragmento del articulo que escribe su casa. Artículo: Residencia en Morumbi. BO BARDI, LINA. Revista Habitat, Sao Paulo, n.10, jan.-mar. 1953, pp 31-40.
(6) Jardines de 'orden dinámico' y de 'orden estático'. CLÉMENT, GUILLES. El jardín en movimiento. 2006. Encontrado en: Naturaleza y artificio. ed/Gustavo Gili, Barcelona. 2009.
(7) Es importante destacar la aportación de: DE OLIVEIRA, OLIVIA. Subtle substances. The architecture od Lina Bo Bardi. ed/Gustavo Gili, Barcelona y Romano Guerra, Sao Paulo. 2006.
(8) A través de la obra de Lina Bo Bardi podemos diferenciar la 'modernidad universal' de la 'modernidad específica'. Ensayo: La superación de la abstracción con el retorno a la mimesis. Encontrado en: MONTANER, JOSEP MARIA. La modernidad superada. Ed/Gustavo Gili, Barcelona. 1999. pp 11-22.
(9) Ibíd.(10) Ibíd.(11) Análisis del proyecto para la nueva sede del Ayuntamiento de Sao Paulo. SANCHEZ LLORENS, MARIA DEL MAR. Tesis doctoral:
Objetos y acciones colectivas en la obra de Lina Bo Bardi. Madrid. 2010. p 103.(12) Lina Bo Bardi como unión de tres mundos: movimiento moderno, nordeste brasileño y movimiento tropicália. SANCHEZ LLORENS,
MARIA DEL MAR. Tesis doctoral: Objetos y acciones colectivas en la obra de Lina Bo Bardi. Madrid. 2010. Op. Cit.(13) Bo Bardi consigue la socialización de los muros no-humanos, la relación de humanos y no-humanos marcara toda su carrera. Ella
es consciente, como explicara Latour en sus textos, de su posición privilegida de humano para realizar acciones que implican a no-humanos. Artículo: De la mediación técnica: folosofía, sociología, genealogía. LATOUR, BRUNO. Encontrado en: revista oeste 016. Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura. Cáceres. 2003.
(14) BO BARDI, LINA. Arte industrial. Revista Crônicas de arte, de história, de costume, de cultura da vida. Arquitetura. Pintura. Escultura. Musica. Artes visuais. Salvador. 1958.
(15) “No creo en esa idea de una 'minoria superdotada', sólo en gente realmente interesada en lo que están haciendo encuentran la manera de desenvolverse buenos en lo que sea.” Charles Eames hablando de los colaboradores de su estudio. COLOMINA, BEATRIZ. La domesticidad en guerra. Actar. Barcelona. 2006. p89.
(16) Comienzo del articulo que escribe su casa. Artículo: Residencia en Morumbi. BO BARDI, LINA. Revista Habitat, Sao Paulo, n.10, jan.-mar. 1953, pp 31-40. Op. Cit.
(17) En 1978 viaja a Japón. En el croquis de la Casinha-estudio anota: puertas correderas tipo japonés.(18) BRUNO, LATOUR. Politiques de la nature: comment faire entrer les sciences en démocratie. ed/La Découverte. 2004.(19) [...]tenía el estudio a los pies de la casa, donde conversa con sus arquitectos. SANCHEZ LLORENS, MARIA DEL MAR. Tesis
doctoral: Objetos y acciones colectivas en la obra de Lina Bo Bardi. Madrid. 2010. p 107. Op. Cit.(20) Colección de objetos que crea Lina Bo Bardi para diferentes exposiciones y escenografías.(21) Nos habla sobre Tarsila do Amaral y su obra dentro del movimiento tropicália. SANCHEZ LLORENS, MARIA DEL MAR. Tesis
doctoral: Objetos y acciones colectivas en la obra de Lina Bo Bardi. Madrid. 2010. p 191. Op. Cit.(22) Entrevista manuscrita de Lina Bo Bardi, página Cultural do Diário de Noticias, Salvador de Bahía. Publicada en 19/03/2005.(23) El climax es el estado óptimo de vegetación. CLÉMENT, GUILLES. El jardín en movimiento. 2006. Encontrado en: Naturaleza y
artificio. ed/Gustavo Gili, Barcelona. 2009. Op. Cit.(24) Expresión que usa en su artículo: Residencia en Morumbi. BO BARDI, LINA. Revista Habitat, Sao Paulo, n.10, jan.-mar. 1953, pp
31-40. Op. Cit.(25) En contraposición de la naturaleza ordenada de Europa.(26) Marca de los pilares de la Casa de Vidrio, Lina Bo Bardi describe los principales materiales utilizados en la construcción de la Casa
de Vidrio. Artículo: Residencia en Morumbi. BO BARDI, LINA. Revista Habitat, Sao Paulo, n.10, jan.-mar. 1953, pp 31-40. Op. Cit.(27) Exposición realizada en el SESC Pompeia, sobre las zonas rurales brasileñas. A la entrada de la exposición encontramos una
conjunto de columnas de madera muy altas, estampadas con diferentes motivos y colores muy llamativos. El visitante tiene que andar entre ellas para avanzar en la sala.
[1] Lina Bo Bardi 1941. Instituto Lina Bo Bardi y P. M. Bardi.
[2] Vista desde el interior de la Casa de Vidrio en 1951. Instituto Lina Bo Bardi y P. M. Bardi.
[3] Casa del protero. AYARA MENDO PEREZ, 2010.
[4] Camino y Casinha. AYARA MENDO PEREZ, 2010.
[5] Acceso a Casinha. AYARA MENDO PEREZ, 2010.
[6] Croquis de la Casinha-Estudio. LINA BO BARDI, 1986.
[7] Casinha-Esctudio. AYARA MENDO PEREZ, 2010.
[8] Casa de vidrio. AYARA MENDO PEREZ, 2010.
[9] Ilustración del camino narrado en el artículo. ANA BELEN LOPEZ PLAZAS, 2012.
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