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Contruyendo autonomía y soberanía alimentaria a través de la agroecología
"Cuando yo entré al proyecto UNES fue cuando cambió mi vida, se me fue la pena, yo ahora en los grupos doy la bienvenida, hago dinámicas, yo me siento bien como
que la gente ya me tiene aprecio, me dicen que soy bien activa y se sienten bien conmigo” Zonia Huezo.
Publicación realizada por Asociación Unidad Ecológica Salvadoreña UNES, en el marco del proceso de formación y producción de huertos agroecológicos con enfo-que de adaptación al cambio climático, solidariamente apoyado a través de los proyectos denominados “Gestión sustentable de recursos naturales en la cuenca del río San Julián” y “Empoderamiento comunitario para la reapropiación social de los bienes naturales” de la Organización Protestante para la Diakone y el Desarrollo, Pan Para el Mundo y Christian Aid respectivamente, y ejecutado por la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
Asociación Unidad Ecológica Salvadoreña UNES, Calle Camaguey 6G, Colonia Yumuri, San Salvador, El Salvador.Tel. 2260-1480, 2260-1465.unes.elsalvador@gmail.com, unescomunicaciones@gmail.com.
Créditos:Autor: Asociación Unidad Ecológica Salvadoreña UNES.www.unes.org.sv
Redacción:Tatiana Oliva.Voluntaria UNES.Jennifer Guzmán.Técnica UNES.Kennia ValenciaComunicaciones UNES
Revisión:Carolina AmayaDirección Ejecutiva UNES
Diseño y diagramación:Kennia ValenciaÁrea de comunicaciones UNES
Primera edición:Noviembre 2019
01
En el departamento de Sonsonate
encontramos el municipio de San
Julián, originalmente llamado cacaluta,
palabra de origen náhuatl que signi�ca
“la ciudad de los cuervos” o “ciudad de
las guaras”, actualmente se conoce
como la capital del bálsamo, haciendo
alusión a las plantaciones del árbol y la
ubicación que poseen en la ruta de la
cordillera del mismo nombre.
El municipio cuenta con una amplia
trayectoria de lucha por la defensa de
los bienes naturales, protagonizada por
mujeres y hombres organizados con un
gran compromiso por construir una
sociedad más justa y sustentable que
puedan heredar a las próximas genera-
ciones. Dentro de esta trayectoria se
visualizó la necesidad de trabajar
procesos que le permitan a las comuni-
dades el derecho a decidir: Qué , cómo
y para quién producir, teniendo en el
centro de esta visión la vida y no el
enriquecimiento de una minoría a costa
de la destrucción de los bienes natu-
rales y los derechos de los pueblos. De
esta manera 35 liderazgos, mayoritaria-
mente mujeres, emprenden un proceso
de desconstrucción de la forma tradi-
cional de producir, bajo la metodología
Aprender- Haciendo. Primero sembra-
mos en el cerebro y luego sembramos la
tierra, este es el primer paso para la
construcción de la soberanía
alimentaria en el municipio de San
Julián.
Así surge en el año 2018 el proceso de
formación y producción de huertos-
agroecológicos con enfoque de adapta-
ción al cambio climático, solidaria-
mente apoyado a través de los proyec-
tos denominados “Gestión sustentable
de recursos naturales en la cuenca del
río San Julián” y “Empoderamiento
comunitario para la reapropiación
social de los bienes naturales” de la
Organización Protestante para la
Diakone y el Desarrollo, Pan Para el
Mundo y Christian Aid respectiva-
mente, y ejecutado por la Unidad
Ecológica Salvadoreña (UNES).
INTRODUCCIÓN
Es de esta manera que actualmente se
cuentan con 35 huertos agroecológicos
familiares conducidos por mujeres que
luego de recibir un proceso de formaci-
ón con metodología de educación
popular para la transformación, se
encuentran produciendo desde sus
propios hogares los alimentos que
consumen.
La presente sistematización narra la
experiencia de tres mujeres que dijeron
“sí” al acto más consecuente y revolucio-
nario de estos tiempos” producir su
propia alimentación, libre de agrotóxi-
cos”, los bene�cios trascienden de los
económicos, es político porque se
rompe la dependencia con los poderes
corporativos, es social porque se
fortalecer el tejido familiar y comunitar-
io, es de género, porque reivindica a las
mujeres como defensoras ambientales,
cuestionando las relaciones de poder
en lo privado y lo público.
33 ES EL TOTAL DE HUER-
TOS AGROECOLÓGICOS
FAMILIARES, 30
LIDERADOS POR MUJERES
02
“AQUÍ JUNTO A MI ESPOSO LO
HACEMOS, YO LE COMENTO
SOBRE LO APRENDIDO EN LAS
REUNIONES, EL ME PREGUNTA
CÓMO ES Y YO LE EXPLICO. A
MIS HIJOS YO LES ENSEÑO
CÓMO HAY QUE HACER LAS
COSAS, A VECES ELLOS ME
AYUDAN A REGAR. ESTAMOS EN
FAMILIA HACIENDO EL HUERTO”.
Zonia es una lideresa comunitaria, integrante del
Comité Ambiental de San Julián, desde hace más de
cinco años, “Yo he sido parte de las luchas del Comité
Ambiental, siempre en la protección de los bosques,
del agua. Ahora estamos en la lucha por la soberanía
alimentaria”. Esta es la historia de Zonia.
ZONIA ESPERANZA HUEZO DE DÍAZ 03
Reside en la Colonia Guadalupe, en el
casco urbano del municipio de San
Julián, lugar que aglomera alrededor de
26 mil habitantes, donde el principal
medio de vida es la agricultura, espe-
cialmente el cultivo de maíz, frijol y en
algunos casos, como el de Zonia.
Ella comenta que dentro de la Colonia
“la mayoría de personas que cultiva son
señores, ya hombres adultos”.
Para ella, una de las principales prob-
lemáticas dentro de la comunidad es el
limitado acceso a tierras, afectando
tanto a hombres y mujeres, agrega
“Para poder cultivar debemos alquilar la
tierra porque no somos los propios
dueños”.
Algunas de las acciones que la comuni-
dad realiza frente a esta problemática
consisten en organizarse y demandar
a la alcaldía y el Gobierno, sin embargo,
el derecho a la tierra es un tema pendi-
ente, es una deuda para las mujeres.
Así mismo, Zonia percibe un alza en el
costo de los alimentos y productos
básicos, considera que “El precio de los
alimentos cambió desde que pusieron
el dólar, están más caros, ahí es donde
hemos visto el cambio, cuando estaba
el colon sentíamos que abundaba más
pero ya no”; esto hace evidente la
di�cultad de las familias para obtener
los alimentos necesarios, a lo cual se
añade que los productos que logran
adquirir en los mercados o súper
tiendas han sido cosechados bajo el uso
de agrotóxicos, ella comenta “Yo creo
que los que tienen ahí, los cosechan con
muchos químicos, yo por eso digo que
hay que sembrarlos uno porque así no
llevan ningún químico”.
Zonia decidió sumarse al proceso de
formación y producción agroecológica
de huertos familiares como una forma
de seguir en la lucha por la soberanía
alimentaria desde su hogar, acción que
es acompañada por su familia “Aquí jun-
es lo único que le echo a las plantitas,
no hay necesidad de veneno… ya no
ando buscando verduras en el mercado,
sino que solo las corto de la casa, ahora
ya no tengo gastos de andar compran-
do”.
En el trabajo y cuidado que le brinda al
huerto, así como su participación en
todo el proceso ha desarrollado una
relación de respeto con la naturaleza lo
cual también le ha permitido lograr
grandes cambios en su vida, poniéndo-
lo de mani�esto en el siguiente comen-
tario “Antes del proyecto no tenía el
conocimiento, pero hoy si, ya sé que
tengo la obligación de regar porque las
plantas necesitan agüita también…
to a mi esposo lo hacemos, yo le comen-
to sobre lo aprendido en las reuniones,
él me pregunta cómo es y yo le explico.
A mis hijos yo les enseño cómo hay que
hacer las cosas, a veces ellos me ayudan
a regar. Estamos en familia haciendo el
huerto”.
Considera que los logros obtenidos
dentro de este proceso son la diversi�-
cación de cultivo, la producción de
insumos agroecológicos, el acceso a
alimentos, la incorporación de otras
especies en la dieta familiar, la réplica
de conocimientos y mejora en su
situación económica. De ello comenta:
“En los talleres he aprendido mucho,
nos han enseñado como hacer bocashi
04
“EL PRECIO DE LOS ALIMENTOS CAMBIÓ
DESDE QUE PUSIERON EL DÓLAR, ESTÁN
MÁS CAROS, AHÍ ES DONDE HEMOS VISTO
EL CAMBIO, CUANDO ESTABA EL COLÓN
SENTÍAMOS QUE ABUNDABA MÁS PERO YA
NO”.
“Cuando cambió mi vida, se me fue la pena, yo ahora en
los grupos doy la bienvenida, hago dinámicas, yo me
siento bien como que la gente ya me tiene aprecio, me
dicen que soy bien activa y se sienten bien conmigo”.
Dentro del huerto de Sonia se pueden encontrar varie-
dad de especies, entre ellas chile, chipilín, ayote,
espinaca, güisquil, berenjenas, entre otros. Todo ello
cultivado bajo el modelo agroecológico, ella opina “Lo
diferente es que no lleva químico, todo es natural”.
05
Cuando yo entre al proyecto UNES
producimos de esta forma diferente”
esto la hace sentir bien consigo misma
“Yo me siento bien, así como estoy
porque nosotros mismos los estamos
cultivando”.
La forma en que replica los conocimien-
tos obtenidos en este proceso radica en
acciones solidarias e intercambios
como compartir parte de lo obtenido
periencia a otras personas, explicarles
cómo cultivar en armonía con la natu-
raleza e incluso regalarles plantas o
semillas. Sin embargo, no se limita
únicamente a eso sino a invitarles y
motivarles a ser parte de estos procesos,
así como a acciones de incidencia para
la defensa de los bienes naturales,
según ella comenta “A bastantes perso-
nas les hablo, me preguntany y los invi-
to a que salgamos a reuniones o a
marchas y si les ha gustado y yo me
siento bien”.
Tal como ella decía, el replicar estos
conocimientos con otras personas ha
permitido traer un bienestar personal
en su vida “Yo de primero hasta enferma
me sentía, me daba depresión y hoy a
mí eso se me ha quitado. Hoy que
empezó mi cosecha he apoyado a vari-
“YO DE PRIMERO HASTA
ENFERMA ME SENTÍA, ME
DABA DEPRESIÓN Y HOY A MÍ
ESO SE ME HA QUITADO. HOY
QUE EMPEZÓ MI COSECHA HE
APOYADO A VARIAS PERSO-
NAS”.
“AQUÍ JUNTO A MI ESPOSO LO
HACEMOS, YO LE COMENTO
SOBRE LO APRENDIDO EN LAS
REUNIONES, EL ME PREGUNTA
CÓMO ES Y YO LE EXPLICO. A
MIS HIJOS YO LES ENSEÑO
CÓMO HAY QUE HACER LAS
COSAS, A VECES ELLOS ME
AYUDAN A REGAR. ESTAMOS EN
FAMILIA HACIENDO EL HUERTO”.
as personas, me preguntan si vendo y
yo lo que hago es dárselo bajo precios
más baratos o se los regalo, porque uno
tiene también que compartir para
sentirse bien”.
Entre las proyecciones de Zonia como
lideresa del Comité están: sembrar
mayor cantidad de especies, poseer un
huerto más grande y con barreras para
su protección. A nivel de comunidad,
ella espera que tras compartir experien-
cias como la suya con la producción
agroecológica, logre que más habi-
tantes incorporen esto en sus vidas, que
luchen para poder seguir adelante y
prosperar en familia, apoyándose entre
todos y todas.
06
“YO VEO A LA COMUNIDAD
AYUDÁNDONOS ENTRE
FAMILIAS, APOYÁDONOS…
YO LES DIGO QUE SIGAMOS
ADELANTE LUCHANDO”.
“HE APRENDIDO MUCHO, NOS HAN
ENSEÑADO COMO HACER BOCASHI
ES LO ÚNICO QUE LE ECHO A LAS
PLANTITAS...”
Coordinadora y lideresa comunitaria, integrante del
Comité Ambiental de San Julián, militante de gran
trayectoria de la causa ambiental, así se describe Isaura,
protagonista de la siguiente historia.” El ser ambien-
talista me compromete a producir mis propios
alimentos”.
MARÍA ISAURA AVILÉS
07
Isaura vive en la colonia el Cerrito la cual
es denominada de esta manera al estar
ubicada en un cerro pequeño en el
casco urbano del municipio de San
Julián, en este lugar residen un aproxi-
mado de 52 familias que suman alrede-
dor de 358 habitantes. El principal
medio de vida es la agricultura, princi-
palmente el cultivo de maíz, frijol y
arroz, sobre esto menciona “por lo gen-
ral la gente cultiva con venenos tóxicos”.
Una de las mayores limitantes en la
comunidad y ocasiones casi nulo es el
acceso al agua y tenencia de tierra,
situación que según nos comenta
impacta en mayor medida a las mujeres:
“El mayor problema que yo encuentro
es el acceso a la tierra, a este le sigue la
escasez de agua porque aquí en la
comunidad durante el invierno recolec-
tamos agua lluvia, ya que en época de
verano no tenemos agua sino cada tres
o cuatro días y eso nos limita el desarrol-
lo de los huertos.”
Frente a la limitante de escasez de agua,
la comunidad se organiza y protesta
frente a la empresa que administra el
servicio en el municipio, ante todo
denuncian la desigualdad e injusticia en
el suministro del vital líquido el cual
“PARA MÍ AGROECOLOGÍA
SIGNIFICA PRODUCCIÓN
SANA Y SALUDABLE” MARÍA
ISAURA AVILÉS
“MI MADRE ME ENSEÑÓ A
SABER CULTIVAR PUES A
ELLA LE ENCANTÓ ANDAR
CULTIVANDO”
está marcado por residir en la zona
urbana o la rural: “protestamos porque
tenemos derecho al agua, al casco
urbano no le dejan sin agua, tienen
todos los días y todo el día. Sin embar-
go, personas son en la ciudad y perso-
nas en la comunidad, pero a veces hay
como preferencias y prioridad de lo
urbano” explica Isaura.
En cuanto al sistema agroalimentario,
considera que ha existido un aumento
importante en el costo de la canasta
básica, lo cual ha golpeado los bolsillos
de las personas: : “desde hace unos 4 o 5
años han subido los precios de las
verduras, quizás por la sequía y he oído
que ya no entra verduras de Guatemala”
las entrañas de su hogar sumándose al
proceso de formación y producción
agroecológica de huertos familiares,
con el �n de fortalecer los aprendizajes
que su madre le heredó desde la infan-
cia: “Mi mamá toda planta que veía para
el consumo la sembraba… Desde que
tengo uso de razón a mí me gusta culti-
var”.
Considera que los logros obtenidos
dentro de este proceso son: el perfec-
cionamiento de técnicas de siembra,
diversi�cación del cultivo, la incorpo-
ración de otras especies en la dieta
familiar y la réplica de conocimientos:
“Cuando me incorporé al proyecto
avance en el aprendizaje con la formaci-
esto es muestra de la dependencia de
alimentos del país, sobre lo que agrega:
“para qué estar esperanzados a verdu-
ras de otros lados si podemos cultivar
nosotros”.
Esta situación se agrava con la amplia
desinformación que existe sobre la
procedencia y forma de cultivo de los
alimentos que se compran en el merca-
do: “Yo si tengo la curiosidad de pregun-
tar al que me vende como cultivan, pero
sólo me dice que a saber cómo lo
harán”. Todo esto se resume en cuanto
al derecho a la alimentación.
Isaura como muchas otras mujeres,
asumió el compromiso de luchar por la
soberanía alimentaria, no sólo desde
08
“LAS QUE SOMOS MÁS AFECTADAS CON EL
AGUA SOMOS LAS MUJERES, PORQUE
NOSOTRAS NOS INGENIAMOS PARA VER
COMO LA HALAMOS Y LA RACIONAMOS
PARA QUE ALCANCE”.
Herencia matriarcal.
Isaura como muchas otras mujeres, asumió el compro-
miso de luchar por la soberanía alimentaria, no sólo
desde las acciones de incidencia política y de sensibili-
zación, sino desde las entrañas de su hogar sumándose
al proceso de formación y producción agroecológica
de huertos familiares, con el �n de fortalecer los apren-
dizajes que su madre le heredó desde la infancia: “Mi
mamá toda planta que veía para el consumo la sembra-
ba… Desde que tengo uso de razón a mí me gusta
cultivar”.
09
ción y eso de aprender más fue lo que
me motivó, hoy me siento más avanza-
da, ya siembro más cosas, eso para mí
ha sido un éxito”.
En el trabajo y cuidado que le brinda al
huerto re�eja la autonomía e indepen-
dencia que posee al obtener todos los
insumos necesarios en el propio jardín
de su casa, además ha desarrollado una
relación de amor y respeto con la natu-
raleza, aplicando el lema “cultivando
con la naturaleza y no contra ella”. Esto
lo expresa en el siguiente aporte: “Lo
primero que hago en la mañana es
desayunar y veo el cultivo para
aprovechar la sombra, veo que necesita,
si tienen plagas, si se han caído, las
saludo y les digo “Gracias por darme
comidita” porque la plantita bien sabe y
entiende. En la tarde veo si necesitan
algo las plantitas y les hecho fungicida,
ando lista con mi cabeza de ajo que
cuelo y meto en agua, o pongo bicar-
bonato con ajo y las fumigo.… yo hago
mis propios foliares, repelentes, bocashi
y compostaje con estiércol de vaca seca
y fresca, incluso con leche”.
En el huerto de Isaura podemos encon-
trar variedad de especies, como, por
ejemplo: pepino, tomate, cebolla, cebo-
“YO SI TENGO LA CURIOSIDAD
DE PREGUNTAR AL QUE ME
VENDE COMO CULTIVAN,
PERO SÓLO ME DICE QUE A
SABER CÓMO LO HARÁN”.
TODO ESTO SE RESUME EN
DOS PALABRAS: INSEGURIDAD
ALIMENTARIA.
llín, chile, rábano, papa, mora, chipilín,
todos estos forman parte de la dieta
familiar, indica: “incluso mis animalitos
consumen las hojitas que ya no pudi-
mos consumir, todo queda entre la
misma familia, no se desperdicia.”
Del excedente que obtiene en las cose-
chas, opta por comercializarlo o hacer
trueque con otras mujeres: “Yo vendo a
las que ya están en los puestos del
mercado una media caja de tomate o
una docena de chiles porque ya no
alcanzamos a comerlo… A veces com-
parto y hago un trueque, ellos me dan
de una cosa y yo de otra”.
Isaura ha aplicado un principio de la
metodología de campesinx a campesi-
les he regalado abono y les he explica-
do cómo se hace por si ellos quieren
intentar, pero como a veces la gente es
un poco cómoda, que le gusta lo fácil lo
rápido. No es fácil inculcarles eso”.
No obstante, al consultarte sobre cuál
ha sido su mayor satisfacción nos
comenta con una sonrisa: “Ahorita
puedo decir que con mis prácticas y
procesos ya puedo ayudar a los demás,
compartiendo conocimientos y si lo he
hecho. Por ejemplo, a una compañera
yo le ayudé para que no se les arruina-
ran las plantitas, fui a su casa y le expli-
qué que cosas podíamos usar para que
funcionara y ahora ella ya se siente
avanzada porque ya cosechó.
nx, realizando intercambio de experien-
cias, lo cual constituye un elemento
fundamental para replicar el aprendiza-
je y crear redes comunitarias solidarias
que permitan el empoderamiento local
y control del territorio. Esto ha sido
desarrollado con habitantes de su
comunidad, así como con compañeras
de organización que habitan en zonas
aledañas.
“En los huertos caseros hemos
aprovechado la enseñanza que nos dan
en la UNES en cosechar y cultivar
orgánico... Yo he intentado enseñarles a
mis vecinos y ya algunos ya empiezan a
ver que, si se puede cultivar así, pero no
es fácil hacerlos creer que se puede yo
10
“TENGO UN BANCO DE SEMILLAS Y DE
AHÍ VOY SACANDO DE LAS QUE VOY
RECOLECTANDO PARA NO QUEDARME
SIN LA SEMILLA Y ALIMENTO”.
Sobre la participación e involucramiento de mujeres en
procesos de formación y producción, Isaura Avilés
considera que es importante que se integre tanto a
otras mujeres como a sus respectivas familias, esto con
el objetivo de no generar una sobrecarga en las mismas
y construir procesos sustentables al involucrar todo el
núcleo familiar en la producción de sus propios
alimentos.
11
Eso me da la sensación de que ya puse
en práctica los conocimientos que
aprendí. He regalado palitos así chiqui-
tos y la gente ya tiene cosechas.
De sus proyecciones familiares y comu-
nitarias vinculadas a la agroecología
expresa que sus mayores aspiraciones
están ligadas a la réplica y consiguiente
practica de aprendizajes: “En mi familia
yo veo que mis hijos vayan heredando,
así como yo heredé de mi madre, el
gusto por cultivar…Referente a la
comunidad, deseo que ellos ya no
tengan la necesidad de comprar los
alimentos porque lo tendrán en sus
casas” .
Personalmente se proyecta ampliando
los aprendizajes e incorporando más
especies al huerto: “Personalmente
quiero expandir mis cultivos, como
cultivar zanahoria, repollo porque para
mí eso es un avance para diversi�car la
producción”.
DEL EXCEDENTE QUE OBTIENE
EN LAS COSECHAS, OPTA POR
COMERCIALIZARLO O HACER
TRUEQUE CON OTRAS
MUJERES: “YO VENDO A LAS
QUE YA ESTÁN EN LOS PUES-
TOS DEL MERCADO UNA
MEDIA CAJA DE TOMATE O
UNA DOCENA DE CHILES
PORQUE YA NO ALCANZAMOS
A COMERLO”.
12
El principal medio de vida en la comuni-
dad, como en la generalidad del munic-
ipio, es la agricultura, aquí se cultiva
maíz, frijol y maicillo, mayoritariamente
aplicando agroquímicos perjudiciales
para la salud.
En este lugar se identi�can las siguien-
tes problemáticas: el poco acceso a la
tierra para cultivar, la escasez de agua y
falta de fuentes de empleos. Todo esto
re�eja la injusticia social a la que son
relegadas las comunidades, sobre todo
en la zona rural de los territorios. Eméri-
ta lo describe de la siguiente manera:
“La agricultura es la única que se puede
decir que está cerca y le genera ingreso
a la gente, pero no todos tienen un
pedazo de tierra donde cultivar y los
que tienen la alquilan a otros, todo eso
afecta porque si todos tuvieran la propi-
edad de una media manzana donde
cultivar no tendría que comprarla e
incurrir en más gasto”.
La comunidad no cuenta con servicio
de agua potable, obtienen el vital líqui-
do de pozos artesanales que al llegar el
verano reducen alarmantemente su
nivel llegando a secarse, situación que
les obliga a buscar otras fuentes de
agua para beber y regar el huerto. Estas
EMÉRITA GUTIÉRREZ ESQUINA
En el lugar conocido como Los Lagartos, uno de los
once cantones que forman parte del municipio de San
Julián, encontramos la comunidad Las Mercedes, lugar
donde habita Emérita Gutiérrez Esquina, lideresa ambi-
ental y participante activa de diversos procesos de
formación ligados a la defensa de los Derechos
Humanos.
“MI PATIO SE HA CONVERTI-
DO EN EL HUERTO DONDE
TENGO MI COMIDA, ESA
INICIATIVA LA DEBERÍAMOS
TOMAR TODAS LAS
MUJERES”.
problemáticas tienen mayor impacto
en las mujeres según nos narra Emérita:
“el hombre como se va a trabajar si hay
agua se baña sino no, Nosotras las
mujeres somos las que vivimos la esca-
sez del agua y aseguramiento de la
comida; debemos lavar, hacer comida,
bañar a los niños, lavar trastes… igual
con el problema del acceso a la tierra,
también afecta más a las mujeres,
porque si el hombre es el dueño le dice
a la mujer que ella no tiene nada ahí,
ellos dicen que es de ellos y en base a
eso lo quieren ver de menos a una y la
quieren correr”.
Emerita, cree que el problema de la
falta de oportunidades de emleo digno,
una sociedad más justa y sustentable,
incorporándose al proceso de
formación y producción agroecológica,
dejando de lado las prácticas agrícolas
convencionales que además de dañar la
salud, generan dependencia de
consumo de químicos. Sobre esto
expresa: “Ya había aprendido a cultivar,
pero solo con químicos, no con produc-
tos orgánicos. Yo llegué a este proceso
de huertos porque aquí todos saben
que nos gusta cultivar y nos invitaron a
participar”.
Para ella, el cultivar viene como una
herencia desde sus padres, como parte
de una forma de subsistencia y
tradición familiar, según comenta: “Yo
abona a al incremento de la delincuen-
cia y obliga a las personas principal-
mente a los jóvenes a salir del Municip-
io, para poder acceder a un trabajo,
“Aquí cerca no hay trabajo, la mayoría
de gente sale a trabajar hasta San Salva-
dor, Santa Tecla y los que tienen más
suerte en Sonsonate”.
Ante estas problemáticas como comu-
nidad se han organizado para realizar
esfuerzos como presentar cartas y
entregar �rmas ante la Alcaldía, sin
embargo, no han recibido ninguna
respuesta favorable que contribuya a
solucionarlos.
A pesar de esta difícil situación, Emérita
Gutiérrez tomó la decisión de luchar por
13
“EL LOGRO MÁS IMPORTANTE ES TENER LA
COMIDA EN LA PUERTA DE LA CASA Y TENER
LOS ESPACIOS DONDE IRSE DESARROLLAN-
DO, CONOCER NUEVAS AMISTADES Y
LUGARES, SABERSE DESENVOLVER”.
14
pienso que el cultivar lo traigo de mi
papá porque a él le gustaba ese era el
trabajo de él sembrar y mi mamá nos
enseñó a vender, por eso a mí me gusta
y gracias a Dios que el papá de mi
esposo también era así, entonces nos
hemos juntado los dos… Me ha gusta-
do y es porque lo traía en la sangre
desde que veía a mi papá”.
Dentro del huerto de Emérita hay: chile
dulce, tomate, espinaca, hierba buena,
cebollín, alcapate, albahaca, chipilín,
mora e incluso algunas �ores.
A partir de su participación ha percibido
importantes logros en su vida, los
cuales van desde el ahorro económico,
disponibilidad de alimentos sanos para
la familia, el aprendizaje de prácticas
agrícolas en armonía con la naturaleza,
la diversi�cación de cultivos; logros que
Emérita pone de mani�esto en el sigui-
ente comentario: “He observado mejo-
ras en la alimentación y en la economía
desde este proyecto, como el ahorrar el
dólar que daba en el mercado ni tengo
que caminar hasta allá por un tomate,
ahora sólo salgo de la puerta y corto las
verduras; yo siento que me ahorro
tiempo, dinero y caminadas… Hemos
mejorado porque hay más abundancia
“HE OBSERVADO MEJORAS
EN LA ALIMENTACIÓN Y EN
LA ECONOMÍA DESDE ESTE
PROYECTO, COMO EL AHOR-
RAR EL DÓLAR QUE DABA EN
EL MERCADO NI TENGO QUE
CAMINAR HASTA ALLÁ POR
UN TOMATE...”
Emérita hace réplicas sobre lo aprendido mediante
acciones como ideas para cultivar, invitaciones a
reuniones y talleres, regalar semillas, entre otras, lo cual
la hace sentir, tal como ella expresa “Me siento satisfe-
cha porque me nace del corazón”.
y mejores ideas para preparar la tierra y
cosechar mejor, tampoco utilizamos
venenos solo cosas orgánicas, es más
saludable lo que hacemos ahorita.
Sin embargo, estos no son los únicos
resultados alcanzados por Emérita,
paralelamente estos procesos han
repercutido desde un bienestar person-
al y familiar hasta el empoderamiento
como mujer para plantear sus posturas
en la comunidad como en el hogar, tal
como ella expresa: “El logro más impor-
tante es tener la comida en la puerta de
la casa y tener los espacios donde irse
desarrollando, conocer nuevas amista-
des y lugares, saberse desenvolver,
cuando le preguntan, dice: ”me he
empoderarse e incluir en su diario vivir
prácticas agroecológicas, agrega que:
“Yo le agradezco a UNES porque nos
han enseñado y nos están empoderan-
do como mujeres a que cultivemos,
porque no es necesario dejárselo solo a
los hombres, ellos tienen su manera de
cultivar y nosotros las mujeres debemos
tener la nuestra… A veces uno tiene la
idea de no tengo espacio, pero en las
capacitaciones aprendimos que no es
necesario tener un gran espacio para
cultivar lo que comemos. Mi patio se ha
convertido en el huerto donde tengo
mi comida, esa iniciativa la deberíamos
tomar todas las mujeres; que el patio no
sea solo para caminar sino para cultivar
superado mentalmente… Antes me
daba pena hasta hablar, ahora voy a una
reunión y yo levanto la mano y partici-
po… En el hogar siento que me ha
ayudado bastante, porque a veces uno
se siente que no vale nada, pero yo he
aprendido a tratar a mis hijos, a mi
esposo, y como ellos deben tratarme a
mí; he aprendido a poner límites… Mi
familia me ha visto centrada en mis
capacitaciones y en el hogar, a ser libre
para mí misma, a identi�car lo que le
hace bien o mal a la familia”.
Emérita desea que así como ella ha
logrado importantes cambios en su
vida, a través de su participación en
estos procesos, más mujeres puedan
“HE APRENDIDO BASTANTES COSAS, A MÍ
ME HA AYUDADO BASTANTE, SIENTO QUE
YA NO SOY LA DE ANTES, SIENTO QUE MI
MENTE HA DADO VUELTA EN DIFERENTES
ÁREAS”
15
16
y tener las verduras solo para ir a cortar.
Para Emérita exige acciones desde el
Gobierno central y de las municipali-
dades para acercar este tipo de proyec-
tos a un mayor número de mujeres.
“Fuera que esto llegue a más mujeres o
que los Gobiernos crearan una política
sobre esto...ampliar el apoyo al munic-
ipio, al departamento a nivel nacional.
Es importante que las mujeres nos
involucremos en el cultivo”.
Sin embargo, también identi�ca la falta
de voluntad del Gobierno de promocio-
nar estas acciones y de incorporar la
Agroecología en la agenda nacional: “Al
Estado no le importa que la agro-
ecología exista porque serían pérdidas
para ellos, no les interesa nuestra salud,
no implementan una política que prohí-
ba el consumo de esas cosas dañinas.
Nos bombardean con lo que debemos
comer, nos están dando el veneno y
nosotros consumimos la muerte. No les
conviene que sepamos de agro-
ecología”.
Emérita exige acciones desde el Gobierno central y de las
municipalidades para acercar este tipo de proyectos a un
mayor número de mujeres. Fuera que esto llegue a más
mujeres o que los Gobiernos crearan una política sobre
esto.
“UN MENSAJE QUE LES DOY A
OTRAS MUJERES ES QUE TRATE-
MOS DE BRINCAR EL CERCO
QUE NOS TIENE ENCERRADAS,
DE QUE TRATEMOS DE PEDIR
IDEAS DE ALGUIEN Y TRATAR DE
CULTIVAR LO QUE VAMOS A
CONSUMIR PARA TENER ALGO
SANO, SIN USAR QUÍMICOS
SOLO COSAS ORGÁNICAS”.
CONCLUSIONES:
La presente sistematización de las historias de vida, evidencia que otras formas de producir es posible, que se puede romper con
la dependencia de las corporaciones semilleras y agrotóxicas de un sistema capitalista voraz que tiene a su base la explotación del
ser humano, principalmente las mujeres y la naturaleza; y que además se nutre de esta dependencia para controlar y subsistir.
Isaura Avilés, Zonia Huezo y Emérita Gutiérrez son muestra de las condiciones adversas y de exclusión de las mujeres, principal-
mente de las rurales, se pueden gestionar de forma organizada, colectiva y consciente; este nivel de empoderamiento pasa por
reconocernos como mujeres sujetas de derecho, reapropiarnos de nuestros cuerpos y de nuestros territorios. De sus relatos
podemos concluir lo siguiente:
- Los principales desafíos para poder construir la soberanía alimentaria: Reconocer que las mujeres por sus roles impues-
tos por un sistema patriarcal, tienen la sabiduría y la experiencia para cultivar alimentos nutritivos saludables libre de agrotóxi-
cos, que es necesario continuar demandando al Estado que garantice derechos como el acceso a la propiedad de la tierra, al
Derecho Humano al Agua, para iniciar este camino tan justo y necesario en tiempos de crisis climática. No hay Soberanía
alimentaria sin presión social.
- Los efectos del cambio climático, principalmente relacionados al acceso al agua impactan de manera diferenciada a
mujeres y hombres, siendo las primeras las mayores afectadas al ser las designadas, según los roles de género impuestos, para la
realización de los trabajados de reproducción y cuidados. La defensa de los bienes del territorio, pasa por defender primero el
territorio cuerpo.
- El desarrollo de huertos familiares con enfoque agroecológico representa una alternativa de adaptación frente al
cambio climático, aportando no solamente al sustento alimenticio de las personas, sino fortaleciendo aprendizajes referidos a
la utilización de insumos de la propia localidad, rompiendo de esta manera las relaciones de dependencia. No necesitamos agre-
dir a la naturaleza para vivir bien.
- La agroecología debe ser vista no solo como una práctica agrícola, sino como una alternativa de vida, que si bien es
cierto es indispensable transformaciones en las políticas estatales, también es cierto que desde lo local se pueden desarrollar
procesos de producción y redes de comercialización alternativa. La Agroecología es el camino, el horizonte es la soberanía
alimentaria.
- Es imperante el involucramiento de las mujeres en los procesos formativos, productivos y de construcción de política
pública, siendo la población mayoritaria, las defensoras del territorio y las que trasmiten la sabiduría ancestral, es indispensable
su participación en la toma de decisiones. No hay soberania alimentaria sin las mujeres.
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QUE RECOMENDAMOS A LASMUJERES:
- Fortalecer relaciones e intercambios con colectivos, organizaciones y personas que promueven la agroecología para crear
una red nacional de productoras y productores de alimentos con cero químicos.
- Exigir el establecimiento de redes justas de comercialización que permitan vender el excedente de la producción con un
valor que digni�que el trabajo de productoras y productores.
- Introducir la equidad de género como eje trasversal en todos los procesos, proyectos y planes, tomando en cuenta el
aporte de las mujeres a la sociedad, a través de su trabajo no remunerado.
- Reivindicar la necesidad de una repartición justa de la tierra que permita que las personas, especialmente a las mujeres,
tengan acceso a la propiedad de la tierra, el acceso al agua de calidad.
- Retomar la discusión y aprobación de la Ley General de Agua con un organismo eminentemente público que regule el
uso y distribución del vital líquido, teniendo como uso prioritario el consumo humano.
- Prohibir de manera de�nitiva el uso de agrotóxicos y semilla transgénica que además de afectar negativamente la salud
del pueblo salvadoreño, promueve las relaciones de dependencia entre las pequeñas productoras y las grandes corporaciones
semilleras agrotóxicas.
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- Los principales desafíos para poder construir la soberanía alimentaria: Reconocer que las mujeres por sus roles impues-
tos por un sistema patriarcal, tienen la sabiduría y la experiencia para cultivar alimentos nutritivos saludables libre de agrotóxi-
cos, que es necesario continuar demandando al Estado que garantice derechos como el acceso a la propiedad de la tierra, al
Derecho Humano al Agua, para iniciar este camino tan justo y necesario en tiempos de crisis climática. No hay Soberanía
alimentaria sin presión social.
- Los efectos del cambio climático, principalmente relacionados al acceso al agua impactan de manera diferenciada a
mujeres y hombres, siendo las primeras las mayores afectadas al ser las designadas, según los roles de género impuestos, para la
realización de los trabajados de reproducción y cuidados. La defensa de los bienes del territorio, pasa por defender primero el
territorio cuerpo.
- El desarrollo de huertos familiares con enfoque agroecológico representa una alternativa de adaptación frente al
cambio climático, aportando no solamente al sustento alimenticio de las personas, sino fortaleciendo aprendizajes referidos a
la utilización de insumos de la propia localidad, rompiendo de esta manera las relaciones de dependencia. No necesitamos agre-
dir a la naturaleza para vivir bien.
- La agroecología debe ser vista no solo como una práctica agrícola, sino como una alternativa de vida, que si bien es
cierto es indispensable transformaciones en las políticas estatales, también es cierto que desde lo local se pueden desarrollar
procesos de producción y redes de comercialización alternativa. La Agroecología es el camino, el horizonte es la soberanía
alimentaria.
- Es imperante el involucramiento de las mujeres en los procesos formativos, productivos y de construcción de política
pública, siendo la población mayoritaria, las defensoras del territorio y las que trasmiten la sabiduría ancestral, es indispensable
su participación en la toma de decisiones. No hay soberania alimentaria sin las mujeres.
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