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El clienting, una herramienta
para la retención
Captar clientes es tarea de marketing y retener clientes es tarea del clienting.
Esta frase utilizada por los expertos para definir el término y otorgarle un área
de actuación precisa desde la cual contribuye significativamente con el
desarrollo empresarial. Algunos lo consideran un nuevo enfoque en el modo
de hacer negocios, en el que se integran las actividades de marketing, ventas
y servicios.
Una visión amplia del concepto indica que el clienting comprende todas las
acciones que las empresas desarrolla en el proceso de venta: antes, durante
y tras la venta de su producto o servicio. Antes de la venta, para segmentar al
cliente y conocerlo mejor. En el momento en el que se realiza la venta
propiamente dicha, para personalizar y humanizar el proceso. Así como, tras
la venta cuando se pone en marcha el servicio post-venta con miras a
satisfacer al cliente y ganar la fidelización futura de los mejores clientes.
No hay duda de que la capacidad de crecer de una empresa está en relación
directa tanto con su habilidad para captar nuevos clientes como en su
destreza para conservar a los que capta. Así una estrategia de alto
crecimiento se basa en una estrategia de alta captación y de alta retención,
en la que ambos aspectos son igualmente importantes. La madurez del
mercado determinará en cual de ellas se hará más énfasis. En mercados más
maduros, más retención. En mercados de rápido crecimiento, más captación.
Es por eso que los conocedores de la materia aseguran que la formula
MARKETING + CLIENTING = CRECIMIENTO SOSTENIBLE Luís M. Huete, Profesor del Departamento de Producción, Tecnología y
Operaciones del IESE Business School, asegura que este responde a una
metodología concreta que persigue maximizar las economías de la lealtad
latentes en la empresa. El clienting parte del principio que asegura que un
cliente satisfecho y fiel puede llegar a comprar más y durante más tiempo.
Además, este cliente estará más dispuesto a adquirir otros productos y
servicios de la gama, así como a recomendar a la empresa a terceras
personas. Inclusive, es posible que el cliente en cuestión acceda a pagar un
precio más alto por unas prestaciones que sean para él enteramente
satisfactorias.
El clienting también tiene efectos en lo interno de la organización. En este
sentido, ayuda a potenciar las actitudes de servicio, en las personas que
dirigen la empresa y en los empleados que tienen contacto directo con el
cliente. Pero para que realmente sea efectivo debe superar el manejo más o
menos genial de las bases de datos, de los programas de fidelización, o
promociones con soporte informático de última generación.
Así, el clienting parte la reformulación de los principios iniciales de la lealtad
del cliente para apostar por presentar los “porqués” y los “cómos” de su
lealtad. En la respuesta a estas preguntas se encuentran los matices que
servirán de base para formular el mix de servicios personalizados para
alcanzar el objetivo: maximizar las economías de la lealtad latentes en la
empresa.
Tomado de: http://82.165.131.239/hosting/empresa/cajamadrid/reportaje.asp?seccion=1&reportaje=52&cursos=1,2,3,4,5,6,7,14,1
5,16,17,18,19,27,28,30,31,32,33,35,36,38,39,40,43,44,45,46,47,48,50
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