Empaca y vamos

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Empaca y vamos…

“Yo soy el que soy.” Éxodo 3:14

Encontré a Jesús en el desierto. Encontré a Dios en un cactus con espinas.

Divisé a mi Señor, en medio del calor intenso

y la aridez del rígido suelo.

Él quiso hablarme, cuando el polvo cubría mis ojos. Dios intentó detener mi paso,

cuando mis pies dolientes ardían. Con el impulso inquieto y fugás de un

animalillo, me escondí en la soledad del terreno impregnado de silencio.

Jesús me dijo: -Empaca y vamos-

Pero yo, seguí indiferente a la propuesta que me hizo

Dios, yo continué mi camino, a pesar del calor

del vasto desierto. Me acogí a la sombra de

una palmera y allí, me quedé dormida.

Desconectando el hilo que me ataba al cielo, descarté la voz de Dios, que nuevamente me

llamaba.

Aceleré a grandes pasos, el recorrido incierto, e ignoré el quejido suave,

de Aquel que todo lo sabe.

Jesús me dijo: -Empaca y vamos-”

Mi auto suficiencia controlabaTODO A MI PASO, la poca brisa que había, se fue con el sol naciente; haciendo que mis tropiezos, se tornaran en débiles pisadas.

Al encontrar a Dios al finaldel desierto, Él me tomó de Su mano y me llevó a caminar por tierra fértil.

Allí, donde los árboles aumentan la brisa, donde el riachuelo invita

a tomar de sus aguas.

Allí, donde el resplandor del cielo, no agoniza las almas.

¡El lugar que Dios tenia destinado para mí!

Ya no ignoro las súplicas de mi Dios, cuando trata de buscar mi atención; ya no camino sin rumbo, como cuando andaba con misropas mugrientas, ni tampoco escucho el sordo ruido del viento.

Con inmenso amor, me sacó del destierro, me invitó a ver la luz de Su brillante destello. El Señor me dio vida, me salvó de la muerte.

¡El llamado insistente de Jesús, me salvó la vida!

“Clemente y misericordioso es Jehova, Lento para la ira, y grande en misericordia.

Bueno es Jehova para con todos,Y sus misericordias sobre todas sus obras.”

Salmos 145:8-9

“Jehova te pastoreara siempre, y en las sequias saciara tu alma,

y dara vigor a tus huesos; y seras como huerto de riego, y como manantial

de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” Isaías 58:11

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