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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES
INTEGRACION ENERGETICA EN AMERICA
LATINA Y EL CARIBE
(1960-2015)
Tesista: Denk, Nicolás Martín
Director: Lic. Luchetti, Javier
TESIS PARA ALCANZAR EL GRADO DE LICENCIADO EN
RELACIONES INTERNACIONALES
Tandil – Octubre, 2017
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
1
Agradecimientos
A mis padres por el aliento y apoyo constante a lo largo de todos estos años de carrera.
A mi director Javier Luchetti, por su predisposición y paciencia.
A los amigos que me dio la carrera, especialmente a Agus y Pili.
A la Facultad de Ciencias Humanas y al cuerpo docente y no docente que componen la carrera
de Relaciones Internacionales.
A la Universidad Pública.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
2
INDICE
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 4
Planteo del problema ............................................................................................................ 4
Objetivos generales y específicos .......................................................................................... 5
Propósito de la tesis y justificación ........................................................................................ 5
Explicación del contenido y límite de la tesis ......................................................................... 6
Fuentes y procedimientos empleados ................................................................................... 7
Cuestiones terminológicas .................................................................................................... 7
Marco teórico ....................................................................................................................... 9
CAPITULO 1 (1960-1990) ........................................................................................................ 15
1.1 Contexto político, social y económico ............................................................................ 15
1.2 Acuerdos y organizaciones ............................................................................................ 22
1.2.1 El nacimiento de ARPEL .......................................................................................... 25
1.2.2 Acuerdo de Puerto Ordaz ....................................................................................... 26
1.2.3 Organización Latinoamericana de Energía............................................................... 27
1.2.4 Acuerdo de San José ............................................................................................... 28
1.3 Conclusiones del capítulo .............................................................................................. 30
CAPITULO 2 (1990-2000) ........................................................................................................ 32
2.1 Contexto político, social y económico ............................................................................ 32
2.2 Acuerdos y organizaciones ............................................................................................ 36
2.2.1 Área de Libre Comercio de las Américas ................................................................. 37
2.2.2 Iniciativa Energética Hemisférica ............................................................................ 39
2.2.3 ARPEL ..................................................................................................................... 53
2.3 Conclusiones del capítulo .............................................................................................. 55
CAPITULO 3 (2000-2015) ........................................................................................................ 56
3.1 Contexto político social y económico ............................................................................. 56
3.2 Acuerdos y Organizaciones ............................................................................................ 61
3.2.1 Acuerdo de Caracas ................................................................................................ 61
3.2.2 Unión de Naciones Suramericanas .......................................................................... 62
3.2.3 Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América .................................. 69
3.2.4 Petroamérica .......................................................................................................... 87
3.2.5 Proyecto Energético Mesoamérica.......................................................................... 99
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3
3.2.6 Anillo energético .................................................................................................. 100
3.2.7 Gasoducto del Sur................................................................................................. 100
3.2.6 ARPEL ................................................................................................................... 100
3.3 Conclusiones del capítulo ............................................................................................ 106
CONCLUSIONES FINALES ...................................................................................................... 107
BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................... 110
ANEXOS ................................................................................................................................ 115
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4
INTRODUCCIÓN
Planteo del problema
La integración en materia energética se ha vuelto, en estos últimos años, una
cuestión central en la agenda política de la mayoría de los Estados latinoamericanos.
Reflejo, en gran parte, de la preocupación por el aumento de la demanda de petróleo y
gas, la inestabilidad política en los países productores, y los efectos de las guerras en
Medio Oriente y, por consiguiente, en el mercado mundial del petróleo. Aunque
inmersa en esta realidad global, la geopolítica de la energía en América Latina y el
Caribe presenta rasgos propios.
Dentro de América Latina, históricamente, los hidrocarburos han sido la fuente
energética principal utilizada por los Estados para asegurarse sus desarrollo, pero no
todos cuentan con las mismas capacidades; en este sentido, coexisten países con grandes
reservas de petróleo y gas, algunas de ellas apenas explotadas, y países con crecientes
demandas de energía que, de no ser satisfechas, ven amenazado su crecimiento
económico. Este hecho que a simple vista parece brindar innumerables potencialidades
para el desarrollo complementario y cooperativo, no obstante, presenta otras
limitaciones como las disparidades en los modelos energéticos utilizados por cada
Estado. Incluso dentro mismo del grupo conformado por quiénes cuentan con
importantes ventajas, dadas por la posesión de cuantiosas reservas o grandes
explotaciones, las diferencias en cuanto a las formas de llevar adelante las políticas
energéticas son notables.
“ciertamente, la cuestión energética es un área de problemáticas asociada a
la cada vez más acuciante escasez de recursos hidrocarburíferos no
renovables […] una matriz energética hoy dominada por el petróleo y el gas
como fuentes primarias de energía en la mayoría de los países de la región,
plantea un gran dilema que podrá leerse en el mediano plazo en términos de
mayor vulnerabilidad estratégica, estrangulamiento del crecimiento
económico y crisis político-sociales recurrentes”. (Gustavo O. Lahoud
2005:11)
Como veremos, solo entre Venezuela, Brasil y México se concentra el 95% de
las reservas regionales de petróleo (siendo el primero de ellos el de mayor porcentaje
con el 88%) y el 80% de las reservas de gas natural. Asimismo, juntos son responsables
del 75% de la producción regional de petróleo y el 47 % de la producción de gas; dentro
de este ultimo los niveles de producción son más parejos que en el caso del petróleo,
incluso Venezuela pese a poseer las mayores reservas es el que menos produce de los
tres. (Análisis propio sobre la base de datos de 2015 del British Petroleum Statical
Review of World Energy)
Las diferencias también son evidentes si nos referimos a exportadores e
importadores. En efecto, independientemente de las disponibilidades de recursos y las
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capacidades de producción, la región también se halla notablemente polarizada entre
quienes cuentan con excedentes exportables y quienes por el contrario necesitan
importar los recursos para su normal desarrollo. Como analizaremos, dentro del
reducido grupo de exportadores netos encontramos a Venezuela, Colombia, México,
Trinidad y Tobago, Ecuador y Bolivia. El resto de los 27 países que conforman la
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) son importadores netos de
hidrocarburos, incluyendo a importantes productores como Brasil y Argentina, cuestión
que evidencia la falta de correspondencia entre altas producciones y excedentes
exportables (Fuente: Revista Mercado. http://www.mercado.com.ar/notas/economa-y-
poltica/8019756/amrica-latina-depende-mucho-del-petrleo. Consultado el 21/12/15).
No obstante, como se dijo antes, pese a estas grandes divergencias entre Estados
productores y Estados consumidores e importadores y exportadores, América Latina y
el Caribe conforman un escenario sumamente especial para la proliferación de acuerdos
de integración energética dada la amplia variedad de recursos con los que cuenta la
región y el gran potencial de demanda que se halla dentro de la misma.
Objetivos generales y específicos
Objetivos generales:
Investigar acerca de las potencialidades de los Estados de la región en torno a la
posesión, producción y consumo de petróleo y gas.
Analizar los acuerdos de integración energética regional latinoamericana con
base en petróleo y gas.
Objetivos específicos:
Examinar la relación existente entre reservas, producción y consumo de los
países y las Iniciativas nacidas por voluntad de éstos.
Observar cuál ha sido la tendencia dominante dentro la región de América
Latina y el Caribe en materia de integración energética, si se ha preferido
trabajar en desarrollos de integración bilateral o multilateral, o si por el
contrario, se han privilegiado desarrollos autónomos.
Propósito de la tesis y justificación
El trabajo de tesis será un relevamiento histórico que buscará aportar en dos
sentidos: en primer lugar, poder determinar cuáles han sido, son y serán las capacidades
energéticas de los Estados de América Latina y el Caribe, entiéndase por ello la
posesión de reservas, producción y consumo de hidrocarburos y, en segundo lugar,
analizar como juegan esas capacidades en las relaciones entre los Estados de la región,
es decir, poder determinar cuál ha sido el lineamiento general perseguido por los
Estados en torno a los recursos petróleo y gas.
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En función de lo desarrollado, la presente investigación partirá desde una
hipótesis central y una secundaria:
La hipótesis central es que hoy un nuevo paradigma privilegia la
autosuficiencia y la independencia energética, alejándose de los principios que
promueven la integración regional.
La hipótesis secundaria es que no ha habido a lo largo de la historia
latinoamericana un consenso pleno acerca de qué política adoptar en torno a la
posesión, explotación y comercialización de petróleo y gas.
Explicación del contenido y límite de la tesis
El tema de tesis se desarrollará desde la década de 1960 al año 2015 y girará en
torno a las relaciones entre Estados basadas en dos componentes de la energía no
renovable como son el petróleo y gas. Para el estudio de esas relaciones, al comienzo de
cada capítulo expondremos el contexto político, social y económico dentro del cual
presentaremos las características geológicas y económicas (reservas, producción y
consumo) de los estados referentes en el área energética en cuestión para, con esta
información, poder realizar el relevamiento de los acontecimientos más importantes en
torno a la integración energética, es decir, el estudio de los proyectos, acuerdos y
tratados. El trabajo finalizará con el análisis del vínculo o no entre los Estados de
América Latina y el Caribe en el campo energético y, el posible rumbo que la política
energética regional pueda tomar de cara al futuro.
En función de los interrogantes, objetivos e hipótesis planteados, se propone la
estructuración del trabajo de tesis en un total de tres capítulos. El capítulo I comenzará
con una contextualización general del escenario dentro del cual se desarrollará el
trabajo, para continuar con el análisis de las potencialidades de los principales países
dentro del campo energético, específicamente petróleo y gas. En concreto analizaremos
sus reservas, producción y consumo. Para finalmente concluir con el desarrollo de los
antecedentes latinoamericanos en integración energética, es decir, los acuerdos y
proyectos nacidos por voluntad de los anteriores y con base en petróleo y gas. El
capítulo comprenderá desde la década de 1960 a 1990.
Dado que en 1990 se produce un quiebre en el modelo de integración regional, el
segundo capítulo tratará las mismas cuestiones que el capítulo precedente pero bajo un
nuevo contexto político, social y económico regional, particularmente evidente en los
nuevos proyectos de integración. El capítulo contemplará desde la década de 1990 a
2000.
Finalmente, continuando la línea de estructuración de los capítulos en base a los
quiebres en los modelos de integración, el capítulo final comprenderá el análisis de los
nuevos proyectos de integración nacidos entre los años 2000 y 2015, nuevamente bajo
un nuevo contexto. Al igual que en los capítulos anteriores se comenzará con una
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descripción de ese contexto, así como de las capacidades energéticas de cada uno de los
países y el posterior análisis de sus implicancias en los proyectos de integración.
Como veremos dentro de cada capítulo, el análisis de ciertas cuestiones como la
evolución geológica de los países de la región así como otros datos que consideremos
relevantes será acompañado del uso de tablas. No obstante, es preciso aclarar que al
final del trabajo y dentro del apartado “Anexos” hallaremos otras tablas, también
importantes pero que no hacen al objeto de los capítulos tratados sino a modo de
complemento de la información arrojada por los mismos.
Fuentes y procedimientos empleados
Las características de este estudio llevan a la utilización de una combinación de
tipos de investigación: explicativa, normativa, descriptiva, sujeta esencialmente a
fuentes documentales de carácter oficial, así como también, diarios y revistas
especializadas, entrevistas, discursos públicos y, por supuesto, organismos
internacionales relacionados con el área energética como la Organización
Latinoamericana de Energía (OLADE), la Asociación Regional de Empresas de
Petróleo y Gas Natural de América Latina y el Caribe (ARPEL), entre otros.
Cuestiones terminológicas
El presente trabajo de tesis será un análisis histórico de la integración energética
regional a partir de la década de 1960, con base en fuentes fósiles (o no renovables),
específicamente petróleo y gas. La consideración de 1960 como punto de partida radica
en la importancia que para nuestro estudio ha tenido la proliferación de las primeras
organizaciones tendientes al estudio del mercado energético de América Latina las
cuales, a su vez, acabaron dando lugar al nacimiento de los primeros acuerdos
energéticos.
El foco central, como se deduce del párrafo anterior, estará planteado en la
integración, la cual conceptualmente hablando resulta un tanto compleja de definir,
cuánto más su utilización. Para Andrés Malamud…
“Integración” es la palabra más abusada en las relaciones internacionales de
América Latina. Cuando dos países se reconcilian después de un
desaguisado cualquiera, nunca falta el jefe de Estado que afirme con
convicción: “Se acabó el conflicto, ahora es tiempo de integración”. Pero no:
en una relación, lo opuesto al conflicto es la cooperación. De esta última, la
integración es nada más (y nada menos) que un pequeño subconjunto,
definido por la decisión voluntaria de tres o más Estados de ceder parte de su
soberanía –sea delegándola en una autoridad supranacional o compartiéndola
con los socios en la toma de decisiones conjuntas–. En otras palabras, la
integración implica la renuncia al derecho de decidir solo. (Fuente: Le
Monde Diplomatique. http://www.eldiplo.org/notas-web/triunfara-la-patria-
grande/ Consultado el 26/08/16)
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Dentro de ese subconjunto denominado “integración” hallamos un tipo
particular, la integración energética, la cual también presenta mucha dispersión o
fragmentación teórica. Como veremos, se puede hablar de integración energética, por
ejemplo, cuando se comparten determinados recursos mediante la simple suscripción de
acuerdos bilaterales o multilaterales, pero también cuando se da a través de medios más
específicos como los expuestos en la definición dada por la ALADI, para la cual la
“integración energética responde a interconexiones estratégicas de las redes de energía
en corredores internacionales que, bajo un marco normativo común y servicios
adecuados, permite su circulación ágil y eficiente dentro de un determinado espacio de
integración”.
Diego Mansilla también, haciendo uso de esta falta de consenso conceptual,
sostiene que “la integración energética puede referirse al simple comercio internacional
de energía o a una real planificación y coordinación de acuerdo a las capacidades y
necesidades de los pueblos. (2011:2).
Por su parte, en una visión más conciliadora entre uno y otro extremo, Elsa
Cardozo argumenta que “la integración energética no es vista como una alianza (frente
a) sino como un régimen (negociado con), cuyo objetivo nacional es lograr condiciones
de autonomía y cuya meta regional es crear un espacio de complementación y
estabilidad” (Elsa Cardozo; 2006:2).
Puesto que nuestro objetivo no es debatir el correcto uso del término
“integración energética”, el presente trabajo se desarrollará teniendo en cuenta la
integración energética bajo esta última óptica, permitiéndonos trabajar bajo un mismo
significado los diferentes extremos, puesto que veremos proyectos como el Plan San
José, quizás más cercano a la definición de Mansilla, pero también trataremos otros más
ambiciosos y cercanos a la definición dada por la ALADI, como la IEH o la Iniciativa
Petroamérica. Indistintamente, tomaremos a ambos como desarrollos de integración
energética y los circunscribiremos a la contextualización periódica aportada por el
Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) según el cual, cuatro
períodos han caracterizado la evolución histórica de la integración en la región (CARI;
2012:2). Los mismos guiarán el desarrollo del trabajo en ésta área, actuando como
marco general de referencia a partir de los cuales desarrollaremos los diferentes
capítulos. En este punto cabe señalar que, tanto el primer período como el segundo
formarán parte del capítulo I del trabajo de tesis puesto que la estructuración de éstos
responde a quiebres en los modos de llevar adelante la integración dentro de la región,
no habiendo entre la periodización 1 y 2 del CARI ejemplo de ello.
1) Primer período: Viejo Regionalismo (1960-1970)
2) Segundo período: Estancamiento (1970-1990)
3) Tercer período: Nuevo regionalismo (1990-2000)
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4) Cuarto período: Cambio de rumbo (2000-2015)
Partiremos de un análisis macro, es decir, aquellas cuestiones generales, como el
marco dentro del cual se van a desarrollar las diferentes políticas energéticas llevada
adelante por los actores estatales, para pasar a un análisis más exhaustivo con el
desarrollo de las reservas, producción y consumo de esos mismos actores durante los
años de estudio. El fin será obtener, la relación (o no) entre las políticas energéticas
regionales y las capacidades y rol de cada actor, cuestiones centrales para comprender,
al final del trabajo, como ha sido el vínculo histórico regional que ha ligado, en materia
energética, a los países de América Latina y el Caribe, específicamente en torno al
petróleo y gas.
Integración: La integración puede definirse como un proceso por el cual los
Estados nacionales "se mezclan, confunden y fusionan voluntariamente con sus vecinos,
de modo tal que pierden ciertos atributos fácticos de la soberanía, a la vez que adquieren
nuevas técnicas para resolver conjuntamente sus conflictos" (Ernst B. Haas; 1971:6). A
esta definición clásica de Ernst Haas debe agregarse que “lo hacen creando instituciones
comunes permanentes, capaces de tomar decisiones vinculantes para todos los
miembros” (Malamud y Schmitter; 2006:17).
Integración energética: Cómo se planteó en párrafos anteriores, el termino que
guiará el trabajo nos lo provee Elsa Cardozo al afirmar que la “integración energética es
un régimen (negociado con), cuyo objetivo nacional es lograr condiciones de autonomía
y cuya meta regional es crear un espacio de complementación y estabilidad” (Elsa
Cardozo; 2006:2)
Offshore: Término inglés que significa costa afuera. Se refiere a las actividades
petroleras que se realizan en la plataforma continental y en aguas internacionales.
Onshore: Opuesto al termino anterior, es la actividad petrolera que se realiza en
tierra o costa adentro.
Marco teórico
Como nos permite deducir la periodización realizada por el CARI, la integración
en América Latina ha sido producto de un proceso histórico donde la expresión de
ideales y estrategias que han ido evolucionando, con distintos resultados, permite
identificar ciertos períodos concretos, congruentes con la compleja amalgama del
pensamiento en las relaciones internacionales.
Hace aproximadamente 50 años Gustavo Lagos señalaba (Gustavo Lagos;
1967:11), haciendo una síntesis histórico-conceptual de la cuestión, que considerando el
conjunto de América Latina era posible identificar cinco etapas y tendencias en la
formación de la conciencia y estrategia integracionista. La primera etapa correspondía a
la época del movimiento independentista de los países latinoamericanos, durante la cual
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la generación de libertadores y miembros de la elite política e intelectual de esos años
desarrolló una conciencia integracionista, pero sin una estrategia adecuada para realizar
la unidad latinoamericana. Existía la visión y la idea en aquellos personajes de hacer de
América Latina la Patria Grande, una unidad geográfica cultural e histórica. La segunda
etapa correspondió a la época de formación y desarrollo de los nacionalismos
latinoamericanos, periodo que va desde la desaparición de la citada generación de
Libertadores hasta el advenimiento de la Primera Guerra Mundial. “En este periodo se
propaga la desintegración y fragmentación, a medida que se van consolidando los
nacionalismos”, que solo se romperá en pos de la conciencia integracionista ante el
percibimiento de peligros externos.
La tercera de las etapas se desarrolló desde los años 20 hasta fines de los 70 y,
según Lagos, responde a la época de desarrollo de la conciencia integracionista a nivel
político, con una estrategia de penetración partidaria. La política antiimperialista fue
uno de esos motores de integración. La cuarta etapa corresponde a un periodo donde la
corriente integracionista logra plasmarse en estrategias de tipo económico, al principio
de alcance limitado pero que con el correr del tiempo alcanza valor global. Corresponde
al periodo en el cual el pensamiento cepalino comienza a cuajar en los primeros
modelos de integración como el Mercado Común Centroamericano (MCCA) y la
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC).
La última de las etapas por su parte, corresponde a los años 60 y 70, donde se
alcanzó una conciencia y estrategia global en torno a la integración económica, política
e intelectual, algo así como la síntesis y proyección de todas las anteriores. Esta etapa,
de la cual surgirán las reformulaciones de ALALC (transformación en ALADI y Pacto
Andino) dará sustento teórico-conceptual a una nueva dimensión, compleja y global de
la integración. América Latina, una gran nación deshecha que podía ser reconstruida
sobre la base de dos pensamientos esenciales: la superación del subdesarrollo y, la lucha
por la autonomía y el antiimperialismo. Este pensamiento era promovido,
principalmente, por tecnócratas como Raúl Prebisch y organismos multilaterales como
la CEPAL.
Por su parte, Bernal-Meza ha sustentado la idea de que contemporáneamente, y
derivado de la realidad política y económica latinoamericana,
“los modelos de integración ensayados en la región han respondido a dos
factores: 1) las condiciones sistémicas, en las cuales debemos considerar las
del orden político (hegemonía, multilateralismo, guerra fría, post-guerra fría) y
las de orden económico (características del sistema económico mundial u
“ordenes económicos mundiales”); y 2) las concepciones económicas,
paradigmas e ideologías dominantes en el periodo que se trate (keynesianismo,
neo-keynesianismo, neoliberalismo), que han dado origen a distintos
paradigmas de integración económica asociados a las características de la
estrategia nacional de desarrollo e inserción internacional (sustitución de
importaciones, apertura bajo el modelo neoliberal, etc.). El más reciente
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11
ejemplo de paradigma ha sido el “regionalismo abierto”” (Raúl Bernal-Meza;
2005:49).
Este paradigma hizo eclosión en la región a partir de los noventa, en particular
propiciado por el nuevo contexto mundial posguerra fría. En palabras de Sanahuja
(2005:76) el regionalismo abierto era la respuesta de parte de los países de América
Latina ante la globalización y el consiguiente “riesgo de marginación de regiones que,
como América Latina, perdían importancia estratégica al desaparecer la dinámica de
bloques” En este sentido, la integración regional era vista como el mejor instrumento
para promover la competitividad internacional y ganar peso negociador frente a los
países más desarrollados.
Según la Comisión Económica para América Latina, el “regionalismo abierto”
podría definirse como
“…el proceso de creciente interdependencia económica a nivel regional,
impulsado tanto por acuerdos preferenciales de integración, como por otras
políticas en un contexto de creciente apertura y desreglamentación, con el
objeto de aumentar la competitividad de los países de la región y de
constituir, en la medida de lo posible, un cimiento para una economía
internacional más abierta y transparente. Con todo, de no producirse ese
escenario optimo, el regionalismo abierto de todas maneras cumpliría una
función importante, en este caso un mecanismo de defensa ante los efectos
de eventuales presiones proteccionistas en mercados extrarregionales”
(CEPAL; 1994:8 en José A. Sanahuja 2005:77).
Esta formulación de “regionalismo abierto” planteada por la CEPAL en 1994
sugería la conformación de mercados regionales relativamente abiertos pero
manteniendo un margen preferencial para los socios, basados en una liberalización
amplia en términos de sectores y de países, en la estabilidad macroeconómica, y con
políticas activas y marcos reguladores que promovieran una “competitividad auténtica”,
basada en la transformación productiva y la incorporación del progreso técnico, y no en
una “falsa competitividad” derivada de los bajos costes laborales, la externalización de
costes ambientales, o las bajas cargas fiscales. (Ibídem; 2005:78).
No obstante estos planes, entrado el nuevo siglo, la integración con base en el
regionalismo abierto parecía haber llegado a su fin. Problemas bilaterales –como el
conflicto por la papeleras entre Uruguay y Argentina, las disputas por el suministro de
gas entre Argentina y Chile, o las diferencias entre Brasil y Bolivia en torno a los
activos de Petrobras- hacían de la integración una cuestión superflua; mientras en la
teoría y discursos de las cúpulas gobernantes de cada uno de los países las
negociaciones propugnaban por un mayor acercamiento regional, en la practica la
retórica era estancamiento e involución.
“La crisis es real, pero también refleja un proceso de redefinición de los
“mapas” y los “modelos” de integración que se relaciona directamente con
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cambios en el contexto internacional y regional, como la nueva estrategia de
acuerdos bilaterales de Estados Unidos y la Unión Europea, y en particular
con los procesos de cambio político que experimenta América Latina, y su
visible “giro a la izquierda”. En el marco de este debate, a menudo muy
polarizado ideológicamente, se ha planteado abiertamente el agotamiento de la
integración basado en el “regionalismo abierto” y aparecen nuevos “ejes” de
integración, como la energía…” (Ibídem; 2005:82).
Con esas palabras se refería Sanahuja a los cambios que se evidenciaban dentro
de la región; la integración parecía estar cambiando en forma y contenido, se avecinaba
un nuevo tipo de integración particularmente importante para las energías. Era el
momento del regionalismo posliberal o post-neoliberal (Andrés Serbin; 2010:5).
Este nuevo escenario, como veremos, presenta notorias diferencias respecto al
tipo de regionalismo que caracterizó al periodo precedente. En primer lugar hay un
retorno al rol protagónico del Estado y, junto a ello, la reafirmación de la soberanía
nacional cuya manifestación más evidente responde al rechazo a la conformación de una
autoridad supranacional que implique sesión de soberanía por parte de los Estados. En
segundo lugar, y evidente sobre todo en Sudamérica, la conformación de un espacio
ideológicamente común y en clara contestación y rechazo a la política norteamericana.
No obstante esto, el nuevo modelo lejos de ser un marco homogéneo se halla
notablemente fragmentado y una de las causas principales responde, precisamente, a la
negativa frente a la sesión de soberanía, ocupando dentro de ella un rol protagónico la
energía.
En este sentido, Klaus Bodemer (2010:200) sostiene que la mayoría de los
analistas coincide en que en la región “tiende a prevalecer una visión de la integración
energética poco amplia, muchas veces restringida y encapsulada en las categorías del
pensamiento neorrealista”, es decir en una reiteración del discurso de la soberanía y el
interés nacional, con lo cual se convierte no solo en un potencial factor de
fragmentación regional, sino también en un potencial factor de conflictos entre los
Estados y en el seno de los mismos. De hecho, si bien existe una alta
complementariedad energética entre los países de la región, la integración existente es
muy baja (Ricardo Sennes y Paula Pedroti; 2008:529). Los mismos autores señalan que
la tendencia al nacionalismo ha tenido tres efectos perversos: 1) la inclinación hacia la
construcción de modelos energéticos poco eficientes, 2) la definición de estrategias que,
en forma paradójica, resultan vulnerables a las variaciones del contexto internacional o
regional; 3) la acción contraria a la integración regional. (Ibídem.; 545-556).
Agrega Bodemer (2010:200) que en este plano, como en el de la integración
regional, se ha acentuado una dinámica de fragmentación, de pérdida de
institucionalidad y de retorno a prácticas unilaterales. La utilización del petróleo como
instrumento geopolítico por parte de países como Venezuela es un claro ejemplo,
cuadro del que no escapa Brasil. De hecho pese a la apertura a los mercados iniciada en
la década del 90, se ha mantenido en algunos países un fuerte nacionalismo energético.
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Además de la cuestión energética y temas sociales, este nuevo regionalismo
incorpora algunos temas que remiten tanto al desarrollo de una infraestructura vial y de
comunicaciones –por ejemplo los proyectos enmarcados dentro de la iniciativa IIRSA-
como a la cooperación en finanzas, medio ambiente, seguridad y defensa, etc. Si bien
esta nueva fase de integración regional se hallaba, como sostiene Andrés Serbin
(2010:14-15), en una etapa de transición, ya era posible evidenciar ciertos matices y
rasgos comunes. En primer lugar la marcada politización de la agenda regional y un
desplazamiento de los temas comerciales y económicos. En segundo lugar, como ya se
dijo, un evidente retorno del Estado, tanto en las relaciones exteriores como en las
políticas sociales y de desarrollo. En tercer lugar y asociado a los dos anteriores puntos,
se evidencia un retorno de la agenda del desarrollo, en un claro distanciamiento de los
postulados del Consenso de Washington. A estos tres hechos se pueden agregar como
vimos, los nuevos temas de la agenda regional y la creciente importancia de la
cooperación sur-sur (Ibídem.; 16-17)
Respecto al tema energético, la integración resulta sumamente compleja. La
misma ha estado en la agenda de los países al menos durante los últimos 50 años.
Prueba de ello es la relevancia que para el tema han tenido la creación de importantes
organizaciones nacidas a partir de la década de 1960 como la Comisión de Integración
Eléctrica Regional (CIER), la hoy denominada Asociación Regional de Empresas del
Sector Petróleo, Gas y Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe (ARPEL); la
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) de 1973, o los diferentes proyectos
y alternativas de complementación desarrollados por los Estados como el Plan San José,
la Iniciativa Energética Hemisférica (IEH), el Acuerdo de Caracas o el Proyecto
Petroamérica, todos enmarcados dentro del mismo objetivo, promover la integración.
“Los avances en la cooperación e integración energética de la región, tienen
básicamente lugar en la construcción de interconexiones eléctricas y
gasíferas, así como en los acuerdos de suministro de hidrocarburos en
condiciones preferenciales. Entre estos últimos se encuentran el Acuerdo de
San José, el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas y,
especialmente, Petrocaribe. Asimismo, en el marco de Petroamérica,
iniciativa del gobierno de Venezuela, han tenido lugar importantes acuerdos
de complementación económica, participación conjunta en la construcción
de refinerías, provisión de combustibles, entre otros.” (Ariela Ruiz-Caro;
2010:10)
Y es que la región presenta características sumamente interesantes para llevar
adelante este tipo de procesos, en particular, derivado de las complementariedades de
los Estados. En este sentido se refiere Ariela Ruiz Caro (2010:9) al señalar que “es
ampliamente reconocido que los recursos energéticos en los países sudamericanos no se
encuentran distribuidos de manera uniforme. Las reservas de combustibles fósiles:
petróleo, gas y carbón presentan, en su conjunto, un superávit. Sin embargo, pocos
países tienen la capacidad para exportarlos, mientras que la mayoría debe importar gran
parte de su consumo.”
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Por su parte Sanahuja (2005:88) sostiene que la integración en materia
energética se ha convertido en una cuestión central dentro de la región. Inmersa en la
geopolítica mundial de la energía, la región presenta características propias. Coexisten
grandes reservas de petróleo y gas, algunas de ellas apenas explotadas, y países con
crecientes demandas de energía que, de no ser satisfechas, ven amenazado su
crecimiento económico. Además de estos “cuello de botella” en el crecimiento
económico, la no integración puede ser fuente de conflictos bilaterales como los
producidos entre Bolivia y Brasil o Bolivia y Chile o los sucedidos entre este último
país y Argentina.
Pero la complementariedad derivada de la ausencia de recursos en un Estados y
la abundancia de recursos en otros, no es la única referencia que ha permitido y justifica
la integración energética regional. En su libro, Jesús Mora Contreras (2008:34-51),
destaca ésta y otras principales ventajas de la región latinoamericana que permiten
considerar la implementación de la integración energética regional:
La variable geológica: Afirma que la región posee mayores reservas, tanto de
crudos como de gas, que otras regiones del mundo (específicamente mayores que las de
EEUU y Europa Occidental, los dos mayores consumidores globales de energía). Según
un estudio realizado por la revista “Negocios y Petróleo” en abril de 2015, es en
Sudamérica y Centroamérica donde se ha registrado el mayor crecimiento del número
de reserva de hidrocarburos a nivel global en los últimos años. En este sentido, la región
ha incrementado sus reservas en un 10,9% (para el año 2015) contribuyendo con un
19,7% de los recursos mundiales. (Fuente: Revista Negocios y Petróleo.
http://negociosypetroleo.com/es/2015/04/14/proyeccion-de-reservas-petroleras-y-de-
gas-en-america-latina-del-onshore-al-offshore/. Consultado el 13/09/16).
La variable jurídica: Otro aspecto importante, muchas veces no tenido en cuenta.
En todos los Estados de la región la propiedad sobre los hidrocarburos es pública lo que
favorece llevar adelante un proceso de integración (sería un acuerdo entre unos pocos
Estados);
La variable estructural común: No solo que cada Estado tiene una participación
mayoritaria e incluso en algunos casos total en la industria petrolera, sino que cada
Estado tiene su propia empresa petrolera estatal, favoreciendo de esta manera la
celebración de acuerdos entre los diferentes gobiernos y empresas estatales;
La variable oferta/demanda: La ya mencionada complementariedad. La oferta de
petróleo y gas natural es superior a las demandas internas de cada tipo de producto lo
que permitiría a la región colocarse como un único actor central en el caso de darse una
integración.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
15
CAPITULO 1 (1960-1990)
1.1 Contexto político, social y económico
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, las medidas y resoluciones nacidas bajo
el acuerdo de Bretton Woods venían a profundizar las asimetrías existentes entre países
desarrollados y en desarrollo. Al corte en la entrada de divisas que la guerra generaba se
le sumaron, posteriormente, el deterioro en los términos de intercambio y la caída de los
precios de los productos primarios derivado de la imperiosa necesidad de reconstruir los
Estados beligerantes, imponiendo medidas como barreras arancelarias y subsidios a la
producción primaria en perjuicio, entre otros, de los Estados latinoamericanos.
En este contexto, la década de 1960 consolidaría, dentro de América Latina, las
limitaciones de un modelo económico erigido luego de la crisis de 1929. El mercado
interno no era lo suficientemente grande como para generar la demanda que permitiera
el desarrollo económico de los países bajo ese modo de producción y, por otro lado, la
ligadura hacia las economías desarrolladas parecían cadenas difíciles de romper; en
última instancia, muchos de los factores requeridos para el proceso de industrialización
eran imposibles de sustituir en el mercado local, así, la importación era la única vía
posible. El modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) “había
sido una solución de emergencia impuesta por las perturbaciones introducidas en el
comercio mundial por la crisis y el aislamiento de guerra; vuelta la normalidad
recuperaban todas sus fuerzas las ventajas comparativas que en Latinoamérica
favorecían al sector primario” (Tulio Halperin Donghi; 2011:446).
Según el CARI, este primer periodo al que ellos denominan “Viejo
Regionalismo”, se inicia en la década del sesenta siendo parte, como vimos, de una
estrategia regional de desarrollo y búsqueda de inserción en la economía internacional.
El objetivo principal estaba dado por la búsqueda de la ampliación de los mercados
domésticos en un marco de aplicación de políticas de industrialización sustitutiva de
importaciones. Abogaba por la constitución de un mercado regional protegido –esto es,
una unión aduanera- como forma alternativa para reducir los costes de aplicación de la
ISI. La primera década de aplicación de este sistema de integración se tradujo en un
notable incremento del comercio entre los países así como en los niveles de
industrialización.
El Área de Libre Comercio Centroamericana fue el primer acuerdo de
integración latinoamericana. Nacido en el marco del denominado “viejo regionalismo”
fue firmado en 1958 por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua y
establecía la formación de una zona de libre comercio. En 1960 se constituyó el
Mercado Común Centroamericano (MCCA).
También en 1960 se formó la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio
(ALALC). Los países miembros fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Mediante su constitución los
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
16
países signatarios pretendían, a partir de la eliminación progresiva de los aranceles y en
un plazo de 10 años, conformar un mercado común latinoamericano.
En 1965 se creó la Asociación de Libre Comercio del Caribe (CARIFTA).
Inicialmente estuvo formada por Antigua y Barbuda, Barbados, Guyana y Trinidad y
Tobago. Posteriormente, se incorporaron Dominica, Granada, Saint Kits y Nevis, Santa
Lucia, San Vicente y las Granadinas, Montserrat, Jamaica y Belice. En 1973 fue
reemplazado por la Comunidad Caribeña de Mercado Común (CARICOM) y consta de
15 países miembros (Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Dominica, Granada,
Guyana, Jamaica, Montserrat, Saint Kits y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las
Granadinas, Trinidad y Tobago); las Islas Vírgenes británicas y las Islas Turks y Caicos
son miembros asociados, las Bahamas pertenecen a la Comunidad pero no al mercado
común, mientras que Anguila, República Dominicana, Haití, México, Puerto Rico,
Surinam, y Venezuela son países observadores.
En 1969, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador dan origen al Pacto Andino. En
1973 se incorpora Venezuela y tres años más tarde se retira Chile.
A pesar de estos notables progresos en materia integracionista, a partir de la
década del setenta, la región ingresa en una nueva etapa, marcada por la crisis
internacional y dificultades económicas internas. Durante esta fase de transición las
iniciativas de integración en América Latina tuvieron como principal objetivo adecuar
los instrumentos heredados a las restricciones planteadas por el contexto externo y las
limitaciones domésticas. Esto incluyó una flexibilización de los compromisos e
iniciativas puntuales de respuesta defensiva frente a la crisis internacional y a las
dificultades de inserción externa de las economías de la región.
Para 1970 la ALALC había entrado en una fase de estancamiento. Como
consecuencia, se buscó profundizar en el proceso de integración económica, yendo más
allá de la simple área de libre comercio. Se aspiró a convertirse sucesivamente, en
uniones aduaneras, mercados comunes y uniones económicas y monetarias. Un proceso
que concluiría con la renegociación y reemplazo de dicha organización por la
Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) que simbolizó el reconocimiento
formal del fracaso del proyecto original y la decisión de adoptar un enfoque flexible
basado en el bilateralismo y la ausencia de metas concretas. La nueva Asociación dio
lugar a esquemas subregionales de integración, dentro de los cuales hallamos: la
Comunidad Andina de Naciones (CAN), la Comunidad del Caribe (CARICOM), el
Mercado Común Centroamericano (MCCA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Mientras los tres primeros suponen una revitalización de procesos de integración ya
existentes en los años sesenta, el Mercosur se formó en 1991.
En el caso del MCCA, los conflictos políticos abiertos fueron aún más visibles.
Si bien en poco tiempo se había alcanzado una zona de libre comercio para bienes
industriales, se había uniformado la nomenclatura comercial y se había promovido la
inversión en infraestructura regional tanto física como institucional, hacia 1969 el
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
17
MCCA se debatía en una profunda crisis que incluyó una guerra entre dos de sus
miembros (El Salvador y Honduras). Después de una década de estancamiento, los
conflictos políticos se agravaron durante los ochenta, minando aún más el proceso de
integración regional. Situación análoga vivió el CARICOM quien también enfrentó
serios obstáculos a poco tiempo de haberse creado.
El Grupo Andino también experimentó serias dificultades a poco de andar.
Luego de una primera etapa de rápida expansión del comercio intrarregional, comenzó a
sufrir los efectos de las divergencias políticas (reflejadas en la salida de Chile en 1976)
y la acumulación de incumplimientos y obstáculos para implementar las políticas
comunes. Al igual que los miembros de la ALALC lo hicieron en 1980, en 1987 los
países andinos suscribieron el Protocolo Modificatorio del Acuerdo de Cartagena
flexibilizando sus compromisos, abriendo la puerta al bilateralismo y poniendo fin a la
política común para el capital extranjero (uno de los rasgos más novedosos de la
experiencia de integración andina) (CARI; 2012:4).
Dentro de ese marco que CARI dividió en dos períodos (Viejo Regionalismo y
Estancamiento) insertamos la génesis de la historia de la integración energética de
América Latina. En este sentido, la región cuenta con más de cinco décadas de estudios.
En sus orígenes el objetivo, al igual que hoy, se patentó en la búsqueda de la
disminución de las asimetrías reinantes entre los países desarrollados y en desarrollo en
aquél área, no obstante, se trató de procesos cautos y modestos si los comparamos con
sus similares contemporáneos, precisamente por aquella dependencia hacia las
economías más desarrolladas.
No obstante este dificultoso contexto, los acuerdos de integración energética
venían a representaba el momento particular que se iniciaba en la región, eran la
expresión de la importancia que comenzaban a tener los hidrocarburos para cada uno de
los Estados americanos. Para ese entonces, década del sesenta, América Latina era
responsable de casi el 20% del petróleo que se producía en el mundo, siendo Venezuela
el productor más importante dentro de la región con más del 75%. En cuanto a las
reservas, en América Latina se hallaban para esta época, aproximadamente el 10% de
las reservas globales. Respecto al gas, para 1970 (los datos más antiguos a los que se
pudo acceder), en la región se producía el 3% del total global con México a la cabeza,
en tanto qué, si nos referimos a las reservas, para la misma fecha, según CEPAL (1973)
éstas se estimaban en 2.000 billones de metros cúbicos, siendo Venezuela el mayor
poseedor con el 38%.
Esto tenía su correlato en otro importante hecho como era la temprana
conclusión de la etapa fundacional de la mayoría de las operadoras petroleras estatales
en América Latina. De estas, la primera en fundarse fue Yacimientos Petrolíferos
Fiscales (YPF) de Argentina en 1921; diez años más tarde, en 1931, Uruguay creó la
Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland (ANCAP); el gobierno
peruano en 1934 creó la Empresa Petrolera Fiscal (EPF); Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos (YPFB) nació en 1936; Petróleos Mexicanos (PEMEX) fue fundada
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
18
en 1938; la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) de Chile hizo lo propio en 1950; la
Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL) comenzó a operar en 1951; Petróleo
Brasileiro S.A (PETROBRAS) se creó en 1953; en Venezuela en la década de 1940 se
fundó la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) de la que años más tarde,
concretamente en 1975, emergió Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Existía, por lo
tanto, una concepción nacionalista de la política energética, una impronta que llegaría a
expandirse gradualmente a la región del Caribe y América Central y que se reflejaría en
la unión de éstas a través de organizaciones regionales como ARPEL (Asistencia
Recíproca Petrolera Empresarial Latinoamericana), CIER (Comisión de Integración
Eléctrica Regional) y OLADE (Organización Latinoamericana de Energía).
La importancia que como vemos estaba adquiriendo el petróleo y el gas dentro
de la matriz energética regional, se explican a partir de la escasez de otro producto de
origen vegetal como lo era el carbón, bien sumamente importante en otras regiones
como en el caso de Europa. Debido a ello, América Latina y el Caribe han desarrollado
tempranamente el uso de fuentes energéticas alternativas tales como el petróleo y el gas
natural, tal es así que ha llevado a investigadores a señalar que “el petróleo fue a los
países en vías de desarrollo lo que el carbón fue a los países industrializados”
(Guillaume Fontaine; 2007:59).
No es nuestro objetivo ahondar en la historia de relación entre los Estados y la
industria petrolera en la región, pero hay algunas cuestiones que resulta pertinente
destacar de ese vínculo, ya que variadas y diversas han sido las modalidades de control
estatal entre países e incluso dentro mismo de cada uno de ellos durante estos años.
Antes y durante el período que compete a esta etapa de análisis, en cinco ocasiones se
ha nacionalizado la industria petrolera privada siempre con el propósito de controlar el
mercado interno, no el mercado de exportación: en Bolivia en los años 1937 y 1969, en
México en 1938, en Cuba en 1960 y en Perú en 1968. Sin embargo, la tendencia general
ha sido la creación de compañías petroleras estatales.
También ha habido diferencias sustanciales en las características de la
intervención estatal en la industria petrolera, particularmente en torno al alcance
operacional y poder económico de éstas. En México, Chile y Uruguay se crearon
monopolios estatales para la exploración, la producción y la refinación petrolera.
México también reservaba al Estado el control del transporte, la distribución y el
comercio exterior del petróleo y de los productos derivados de este; Uruguay era otro
que mantenía un efectivo monopolio sobre el petróleo. Brasil, por su parte,
monopolizaba la exploración y la producción de petróleo pero no su refinación ni
distribución. Por otro lado, en Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay las
compañías petroleras estatales estaban exentas del pago de impuestos. No obstante, en
Argentina, Colombia y Venezuela el Estado no tenía el monopolio legal de ninguna
función básica de la industria petrolera nacional.
Las mayores empresas petroleras estatales de América Latina y a la vez mayores
empresas petroleras en sus propios países eran, para la década de 1960, PEMEX
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
19
(México), PETROBRAS (Brasil) e YPF (Argentina). De estas empresas PEMEX era la
única autosuficiente; más allá de esto las tres estaban bien financiadas y actuaban en
todos los segmentos de la industria petrolera nacional. En los países que no producían
petróleo o que importaban grandes cantidades (como Uruguay, Cuba y Colombia) las
empresas estatales tendían a acentuarse en la refinación y comercialización. Pero aun en
los países que tenían el monopolio de la oferta nacional de crudos, se podía autorizar a
firmas extranjeras para refinar y distribuir petróleo, como sucedía en Brasil y en Chile.
Es importante destacar, que a pesar del gran auge que tuvo la política energética
como cuestión estatal durante estos años y, como vimos, el crecimiento en el número de
operadoras estatales; en América Latina, en su conjunto, las compañías extranjeras
controlaban entre 1963-1965 aproximadamente el 84% de la producción de crudo, 50%
de la capacidad de refinación, 51% de las ventas finales de productos petroleros
refinados y casi todas las exportaciones de petróleo (CEPAL; 1973:6).
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Para aquél entonces, comienzos de 1960, América Latina era responsable del
18% del petróleo que se producía en el mundo, y de ese porcentaje, el 75% de la
producción correspondía a Venezuela (Susana Yazbek; 2012:3). En efecto, según la
CEPAL, los hidrocarburos, petróleo y gas natural específicamente, representaban
aproximadamente el 80% de la energía que se comerciaba dentro de la región y más del
60% de la energía que la región consumía, cifras muy por encima de la media de
consumos globales (CEPAL; 1973:6). Respecto a las reservas comprobadas de petróleo,
en 1969 la región contaba con 23.000 millones de barriles, aproximadamente 12 veces
la producción regional de crudo en ese año. Estas reservas (de las cuales 15.000
millones se hallaban en Venezuela), constituían aproximadamente 4,5% de las reservas
comprobadas de crudo en el mundo, un valor no obstante inferior a una década atrás
donde las reservas representaban el 9% mundial. Otros países de la región, además de
Venezuela, que ya por aquél entonces perfilaban como importantes referentes del área
4696 4504 6632 8839 11095 10300
31799 55822 57455 67995 81896 91670
0%
20%
40%
60%
80%
100%
1965 1975 1985 1995 2005 2015
Producción de petróleo en América Latina y porcentaje en relación al mundo
America Latina y Caribe Mundo
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
20
eran México, que contaba con 3.200 millones de barriles, Argentina con 1.600 millones
y otros de menor cuantía como Colombia, Brasil y Ecuador, todos ellos con
aproximadamente 1.000 millones de barriles cada uno (Ibídem; 1973:5).
Respecto al gas natural en América Latina, para fines de la década del sesenta,
las reservas comprobadas, según la CEPAL, se estimaban en 2.000 billones de metros
cúbicos, aproximadamente 33 veces el nivel de producción que se registraba entonces.
La mayor parte de estas reservas se encontraban en Venezuela (38%), México (16%),
Argentina (11%) y Bolivia (7%).
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal Review
of World Energy, 2016.
Cabe señalar que si bien la región contaba con cierta ventaja geológica en la
posesión de estos valiosos recursos, la sustitución de combustibles inaugurada luego de
la Segunda Guerra Mundial tendería a aparejar los consumos de gas y petróleo a escala
global. En este sentido se expresa la CEPAL a través de un estudio publicado en 1973:
“En la industria, el gas natural ha sustituido al fuel oil, y estos dos
combustibles han sustituido al carbón, y en menor grado, a la leña. En el
sector del transporte, algunos vehículos a gasolina han sido sustituidos por
vehículos diésel. Muchas de las locomotoras a carbón han sido reemplazadas
por locomotoras diésel. […] En la calefacción y la cocina, la leña, el
queroseno y el fuel oil van siendo desplazados cada vez más por los gases
natural y licuado. En el suministro de energía eléctrica, el fuel oil, y en
menor grado, el gas natural, tienden a desplazar cada vez más al carbón y la
leña”. (Ibídem; 1973:4)
0,05,010,015,020,025,030,035,040,045,050,0
-0,20,40,60,81,01,21,41,61,82,0
Mil
mill
on
es d
e b
arri
les
Trill
ón
de
met
ros
cúb
ico
s
Reservas de gas y petróleo 1980
RESERVAS GAS RESERVAS DE PETROLEO
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
21
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
No obstante como se dijo antes, las tasas de crecimiento de la región fueron
mayores que las mundiales. Mientras a nivel global el consumo de petróleo pasó del
20% en 1940, al 30% en 1960 y 40% en 1969; en la región ya en 1930 superaba el 50%
y para 1980 alcanzaba la cifra de 80% (CEPAL; 1973:9). Situación análoga ocurría con
el uso del gas natural, donde la región solo era superada por América del Norte.
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
De un análisis con mayor profundidad se desprende que, entre 1959 y 1969, el
consumo de energía comercial (carbón, derivados del petróleo, gas natural e
hidroelectricidad) en América Latina creció a una tasa media anual de 6,5% hasta
alcanzar aproximadamente los 150 millones de toneladas equivalentes de petróleo en
ese último año. De ese total, en 1969, el 64% lo representaron los productos de petróleo
refinados y el 16% el gas natural. De este análisis se desprende además que el consumo
1
10
100
1000
10000
Mile
s d
e b
arri
les
dia
rio
s
Producción y consumo de petróleo 1965
1965 PRODUCCION 1965 CONSUMO
0
5
10
15
Bill
on
es
de
met
ros
cúb
ico
s
Producción y consumo de gas 1965
PRODUCCION
CONSUMO
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22
de éstos presenta características diferentes, siendo el del gas natural más concentrado
geográficamente que el del petróleo, ya que solo seis países consumieron casi todo el
gas natural ocupado en la región. Incluso en alguno de ellos, la participación del gas
natural en el balance interno de energía comercial en 1969 fue relativamente alta: 50%
en Venezuela, 48% en Trinidad y Tobago, 30% en México y 20% en Argentina. A pesar
de esto, la participación del petróleo en los balances de energía comercial de la mayoría
de los países latinoamericanos era mucho más alta que la del gas. Los siete principales
países consumidores de petróleo de América Latina (Brasil, México, Argentina,
Venezuela, Colombia, Perú, Chile), dependieron de él para más de la mitad de su
abastecimiento de energía comercial en 1959, fluctuando entre un mínimo de 58% en
Chile y un máximo de 77% en Perú. En conjunto, esos siete países, representaron
aproximadamente el 82% del consumo regional (Ibídem; 1973:4).
Por último, hacia 1950 diez países eran productores, nueve de ellos se hallaban
en América del Sur. Ya en 1970 Venezuela era el país dentro de la región con mayores
reservas de hidrocarburos (60%) y su producción comprendía a las dos terceras partes
regionales. Le seguían México y Argentina como productores medianos con 12,5% y
10% de la producción regional respectivamente y la posesión del 10% de reservas cada
uno. Como productores pequeños aparecían Ecuador, Colombia y Brasil con 4% de las
reservas probadas y una producción de 6,5% para el primero, 3% para el segundo y
3,5% para Brasil. Finalmente, en último lugar se ubicaban Perú, Bolivia y Chile los
cuales reunían juntos menos del 4% de las reservas de América Latina y producían a un
nivel inferior al 5% regional. Para este entonces, la importancia del petróleo para la
región no se derivaba únicamente del hecho de ser el principal insumo de energía
comercial en todos los países sino también en que era la principal materia prima que se
producía y exportaba en la región (Ibídem; 1973:5).
1.2 Acuerdos y organizaciones
Resulta imprescindible en este punto comenzar hablando acerca del rol jugado
por la República Bolivariana de Venezuela puesto que, como expresa Mora Contreras
(2008:34-38), la importancia de Venezuela para la integración regional “no obedece a
una voluntad exclusivamente política sino que responde a una realidad geológica
aplastante a nivel regional”, haciendo de ésta un actor crucial para el surgimiento de
mucho de los acuerdos y proyectos que veremos a lo largo del trabajo.
Fue en este país donde en 1878 se formó la primera empresa privada para la
explotación, refinación y venta de crudo, Petrolia del Táchira, en Rubio. Pero no fue
sino hasta 1914 cuando se produjo la explotación y comercialización a gran escala de
hidrocarburos. A la par, sus niveles de producción fueron incrementándose fuertemente
hasta 1970, cuando alcanza su techo máximo de 3.780.000 barriles por día. Este último
hecho llevaría a la consolidación de Venezuela como el mayor exportador de crudo del
mundo entre los años 1928 y 1970.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
23
Promediando aquél período, en 1960, se conformó bajo la presidencia de
Rómulo Betancourt la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP), antecesora de
PDVSA, creada como instituto autónomo. El Consejo Directivo era la autoridad
máxima y estaba presidido por el entonces llamado Ministro de Minas e Hidrocarburos,
hoy denominado Ministro de Energía y Petróleo. Por debajo del mismo, en la escala
jerárquica, se hallaba a su vez una Junta Ejecutiva presidida por un Director General.
En 1976, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, se decretó la
nacionalización de la industria petrolera. Un acto que en los hechos trajo algunas
controversias como las expuestas por el Ministro, Ing. Rafael D. Ramírez Carreño, el
cual denominó a ésta, “falsa nacionalización”. Lo cierto es que a partir de esta ley de
nacionalización de la industria petrolera, nace a su vez, la compañía Petróleos de
Venezuela con estatus de Sociedad Anónima, disolviéndose la CVP dentro de su
estructura y estableciéndose de este modo un esquema transnacional. En palabras del
ingeniero antes citado, las compañías petroleras dejaban que la producción quede en
manos del Estado, sólo en aquellos países que, como en Venezuela, debido a la falta de
personal cualificado, no tenían más remedio que dar la gerencia y puestos directivos a
aquellos hombres formados por las transnacionales, fieles garantes de sus intereses.
(Fuente: Partido Socialista Unido de Venezuela.
http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/lea-aqui-discurso-a-cargo-ministro-rafael-
ramirez-mene-grande-5-agosto-2014/#.WX-ZMhU1_IU. Consultado el 25/09/2016)
La primera de las intervenciones de Venezuela en el campo de la integración
energética se llevó a cabo en junio de 1961, con el objetivo de trabajar junto al resto de
los países de la región en la promoción y desarrollo de los recursos petroleros. Bajo el
impulso del Ministro de Minas e Hidrocarburos de Venezuela y Presidente del Consejo
Directivo de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVE), Juan Pablo Pérez Alfonzo,
se reunieron en la ciudad venezolana de Maracay los representantes de las empresas
petroleras estatales de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, México, Perú, Uruguay y
Venezuela con el propósito de aunar esfuerzos tendientes a posibilitar la creación de un
organismo que las agrupara. Así, se constituyó la Primera Conferencia de Empresas
Petroleras Estatales Latinoamericanas, denominada CEPEL I, cuyos entonces objetivos
fueron que:
“- Las empresas petroleras estatales tengan por finalidad principal el
bienestar y el desarrollo económico de sus países en cuanto ello se relaciona
con la explotación de sus hidrocarburos. A su acción industrial y comercial
sumarán las de fomento, expansión y diversificación de la industria nacional.
La expansión petrolera es un instrumento para incrementar los ingresos per
cápita y el progreso social.
- Las empresas petroleras estatales deberán asegurar el abastecimiento del
mercado interno de los hidrocarburos. En los países donde el Estado no tiene
control absoluto de ese mercado las empresas petroleras estatales deberán
construir un medio regulador del mismo.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
24
- Las empresas petroleras estatales de los países exportadores de
hidrocarburos deberán contribuir al normal desenvolvimiento de los
mercados externos”
A su vez, destacaba también los lineamientos a seguir:
“- Las empresas petroleras estatales seguirán la política económica que les
fijen los gobiernos de sus respectivos países.
- Las empresas petroleras estatales deberán, en lo posible, desarrollarse por
sus propios medios, sin constituir una carga para el Tesoro Nacional.
- Cuando el Estado intervenga en la fijación de precios del petróleo crudo
y/o sus derivados deberá contemplar, entre otros, el doble propósito de
beneficiar al consumidor y permitir el autofinanciamiento de industria
petrolera de cada país.
- Las formas de control gubernamental sobre las empresas petroleras
estatales deberán asegurar la flexibilidad industrial, comercial,
administrativa y financiera en dichas empresas, de modo tal que no se
produzcan entorpecimientos en el desarrollo normal de sus actividades. […]
- Las empresas petroleras estatales deberán tender a constituirse en empresas
integradas, esto es, contar con medios propios de exploración, extracción,
industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos y
derivados. No obstante, las empresas petroleras estatales podrán contratar
obras y servicios con personas o entidades privadas que trabajen para ellas y,
cuando así resultare conveniente, realizar otros acuerdos permitidos por las
leyes de cada país. […]
- Las empresas petroleras estatales establecerán y mantendrán un
intercambio periódico de informaciones de interés común para la actividad
de las respectivas empresas, como de su personal” (ARPEL; 1990:6).
En octubre de 1964, en Buenos Aires y bajo los auspicios de la estatal YPF, se
produjo la segunda de las Conferencias de Empresas Petroleras Estatales
Latinoamericanas. Participaron de ella representantes de las ocho empresas estatales que
habían tomado parte en la Conferencia de Maracay y cuatro “invitados especiales”: la
delegación de la Comisión Económica para la América Latina de Naciones Unidas
(CEPAL), la delegación de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio
(ALALC), el representante de la petrolera estatal ENAP de Chile y otro de la República
de Paraguay. Vale resaltar que esta última todavía no contaba como una empresa
petrolera estatal pero tenía gran interés en la firma de posibles acuerdos de
complementariedad petrolera, especialmente con países vecinos.
Cuatro temas básicos guiaron la conferencia:
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
25
a) “Intercambio de excedentes de petróleo crudo y/o productos elaborados,
aprovechamiento de los medios de transporte y utilización de la capacidad de
elaboración disponible.
b) Intercambio de información técnica especializada en las distintas actividades
de la industria petrolera, incluyendo la formación de personal,
entrenamiento, etc.
c) Proyectos de planes de colaboración económico-financiera entre las
empresas.
d) Formulación de planes para el desarrollo de complejos petroquímicos con
sentido de integración.” (Susana Yazbek; 2012:5)
No obstante estos lineamientos que marcarían el accionar de la Organización, la
Conferencia produjo su primera advertencia al señalar que “uno de los errores de las
políticas económicas en Latinoamérica ha sido no realizar políticas regionales fuertes en
conjunto” (ARPEL; 1990:7).
Esta advertencia fue acogida por cada uno de los participantes y señaló la
necesidad de formular un anteproyecto sobre la constitución de un organismo
permanente debido a que era “de interés común a todas las empresas petroleras estatales
de América la adopción de un sistema de asistencia mutua y recíproca, como un medio
para alcanzar sus objetivos” (Ibídem; 1990:10).
La tercera de las Conferencias se desarrolló en Lima durante los meses de enero
y febrero de 1965. En esta se sentaron las bases de su Estatuto y se acordó la creación
de la Secretaria General del organismo con el objetivo de velar por el cumplimiento de
las bases estatutarias y reglamentos, así como también, la ejecución de los acuerdos y
recomendaciones de las Asambleas.
1.2.1 El nacimiento de ARPEL
Finalmente, entre septiembre y octubre de 1965 se desarrolló la cuarta CEPEL.
En ella, los representantes de las petroleras latinoamericanas ANCAP, CVP,
ECOPETROL, ENAP, EPF, PETROBRAS, YPF e YPFB aprobaron, el 2 de octubre de
1965, la constitución de la nueva institución denominada Asistencia Recíproca Petrolera
Estatal Latinoamericana (ARPEL), concretando así la firme voluntad integradora
expresada en la primera reunión de 1961.
“La Asociación tiene por objetivo estudiar y recomendar a sus miembros,
acuerdos que le proporcionen colaboración mutua en apoyo de sus intereses
comunes, con vistas a la integración económica y técnica latinoamericana.
Para el cumplimiento de sus fines ARPEL debe: 1) Estimular entre sus
miembros el intercambio de información y asistencia técnica. 2) Realizar
estudios para facilitar: a) la cooperación con los organismos internacionales,
b) la expansión de la industria del petróleo en América Latina, c) la
expansión de las industrias latinoamericanas de equipos y materiales para las
actividades petroleras, d) la conservación de los recursos de hidrocarburos,
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
26
e) la coordinación de programas de desarrollo entre sus miembros, f) el
desarrollo de transacciones comerciales entre sus miembros. 3) Promover la
realización de congresos, conferencias y reuniones técnico-científicas, para
el estudio de asuntos de interés común” (Ibídem; 1980:1).
1.2.2 Acuerdo de Puerto Ordaz
Volviendo a la política llevada adelante por Venezuela en pos de la integración
energética regional, la promoción y posterior creación de ARPEL no fue la única de sus
propuestas; su mirada en pos del desarrollo regional continuó siendo sumamente activa.
Refiriéndose concretamente a las políticas del país, el ministro de Hacienda señalaba en
1974:
“Dentro de este marco de ideas el Gobierno de Venezuela ha decidido
colaborar con otros países en desarrollo, tanto para que recuperen sus
riquezas básicas, como para lograr precios justos que alivien su situación de
balanza de pagos. Estas acciones se inspiran en principios de justicia
internacional y en los intereses generales del país. La política de
colaboración internacional no sólo se concreta en medios financieros. La
acción realizada y lo que se proyecta implica revisar en profundidad los
conceptos y mecanismos porqué se rige la cooperación internacional”.
(Eduardo Mayobre; 2005:28).
En diciembre de 1974 en Puerto Ordaz, se llevó adelante el primero de los
acuerdos en materia de integración energética entre Venezuela y los países de América
Central. El Acuerdo de Puerto Ordaz consistió en un programa de cooperación a través
del cual, el Fondo de Inversiones de Venezuela, constituido con un aporte inicial de
13.000 millones de bolívares, proveería a los bancos centrales de las economías
centroamericanas el financiamiento a programas y proyectos de desarrollo de recursos
naturales, su exportación, como así también, aquellos que promuevan la integración
centroamericana (Ibídem.; 2005:28).
Consistía en créditos a mediano plazo -6 años- y la escala de financiamiento
dependía de acuerdo al volumen de petróleo importado por aquellos países y el precio
internacional del crudo. Por otra parte, un punto importante es que en su
instrumentación intervenían solo las compañías petroleras que habían sido
nacionalizadas.
Los Acuerdos de Puerto Ordaz duraban cinco años. A su término, Venezuela,
logró la incorporación de México (la otra potencia petrolera regional) como co-
financiador de la factura petrolera. Este hecho marcaría el nacimiento de lo que después
se conocería como Acuerdo de San José de 1980.
Pero antes de pasar a tratar aquél acuerdo, la región será testigo del nacimiento
de una importante organización, la cual correrá en paralelo a los Acuerdos de Puerto
Ordaz y sin duda, junto con éste, influirá para la creación del posterior Acuerdo de San
José.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
27
1.2.3 Organización Latinoamericana de Energía
La crisis del petróleo será el detonante para la creación de esta organización. En
efecto, en la región, la solidaridad le ganará el duelo a la posibilidad de lucro que la
crisis generaba y el 2 de noviembre de 1973 se constituía la Organización
Latinoamericana de Energía (OLADE) como organismo intergubernamental para la
defensa y desarrollo del mercado energético regional, mediante la suscripción al
Convenio de Lima y posterior ratificación de los 27 países de América Latina y el
Caribe.
América del Sur: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Caribe: Barbados, Cuba, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, República
Dominicana, Suriname y Trinidad & Tobago.
Centroamérica y México: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua y Panamá.
País Participante: Argelia.
La firma del acuerdo constituyente dio lugar al establecimiento de la misión de
la misma, la cual consiste en la promoción de acuerdos y realización de acciones para
satisfacer las necesidades energéticas, mediante el desarrollo sustentable de las
diferentes fuentes de energía. Así como también, se explicitó el objetivo que guía su
accionar dentro del campo de la integración energética, siendo el mismo:
“El compromiso solidario con la defensa de los recursos naturales de la
región y la cooperación técnica sobre políticas de desarrollo sostenible e
integral y sobre medidas para enfrentar la crisis de precios del petróleo […]
Al impulsar la creación de OLADE se consideró la necesidad de establecer
un mecanismo de cooperación entre los países de la Región para desarrollar
sus recursos energéticos y atender conjuntamente los aspectos relativos a su
eficiente y racional aprovechamiento a fin de contribuir al desarrollo
económico y social de América Latina y el Caribe” (Fuente:
http://www.olade.org/olade/. Consultado el 01/09/16).
El primer encuentro ministerial de la organización se llevó a cabo en julio de
1979 donde los representantes de los países presentes destacaron la necesidad de
encontrar fuentes seguras de suministro de hidrocarburos, así como también, aminorar
el peso de las facturas petroleras sobre sus economías.
Y es dentro de esta visión de la OLADE donde se inserta el siguiente acuerdo, el
Pacto de San José, puesto que para la década del ochenta el barril de crudo aún cotizaba
al alza en US$ 30 promedio, afectado por la revolución islámica que derribó al Sha en
Irán. (José Israel Cuello; 2014:13)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
28
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
1.2.4 Acuerdo de San José
El Acuerdo de San José fue firmado en 1980, en San José, Costa Rica. A través
de él, Venezuela y México, los principales productores y exportadores de hidrocarburos
de América Latina, se comprometieron a suministrar cada uno 80 mil barriles diarios de
crudo o productos refinados a 11 países de América Central y el Caribe (Belice, Costa
Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Haití, República
Dominicana, Barbados y Jamaica) a precios del mercado internacional pero con la
ayuda de créditos que cubrían entre el 20% y el 25% del coste total del combustible,
según el precio del barril de petróleo, siempre y cuando este no sea inferior a los
US$15. Cabe destacar, que en un primer momento el Acuerdo cubría el 50% del coste,
ésta fuerte disminución se debió a la crisis de la deuda que en 1982 afectó tanto a
Venezuela como a México. Otro cambio importante se dio en 1984 y consistió en ligar
los proyectos de desarrollo financiados por el Fondo de Inversiones de Venezuela a la
participación venezolana en su ejecución, en concreto, requería una participación
superior al 60%. Por otro lado, el financiamiento pasaba a hacerse la mitad en bolívares
y la otra mitad en dólares y no únicamente en dólares como se hacía hasta entonces.
Entre los objetivos del pacto se destacan:
La búsqueda de fortalecimiento de los vínculos entre Venezuela-México y los
países de la región, en particular sus estructuras económicas.
Que el suministro de petróleo sea un canal para el desarrollo social y económico
de los 11 países de la región.
El Acuerdo incluye estrategias para financiar proyectos de desarrollo social y
económico en los países, además establece las bases para el intercambio
comercial entre empresas de México y Venezuela.
0,00
20,00
40,00
60,00
80,00
100,00
120,00
140,00
1960
1963
1966
1969
1972
1975
1978
1981
1984
1987
1990
1993
1996
1999
2002
2005
2008
2011
2014
Pre
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en
U$D
bar
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óle
o
Precio barril de petróleo 1960 -2015
Precio
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
29
Cuando el precio del barril de petróleo fuera igual o mayor a 16 dólares pero
menor o igual a 17, 99 dólares, los Estados productores financiarían el 20% del valor de
éste; cuando el precio del mismo fuera igual o mayor a 18 dólares pero menor o igual a
20, 99 dólares, la financiación por parte de México y Venezuela cubriría el 21%; y así
sucesivamente, como se puede apreciar en la tabla a continuación, hasta una
financiación máxima del 25% del precio del hidrocarburo.
ESCALA DE FINANCIAMIENTO - ACUERDO ENERGÉTICO DE SAN JOSÉ
Precio promedio anual % a financiar
≥ 16 y ≤ 17,99 20
≥ 18 y ≤ 20,99 21
≥ 21 y ≤ 23,99 22
≥ 24 y ≤ 26,99 23
≥ 27 25
Fuente: Luis E. Lander (2006:6)
De este modo vemos que la instrumentación prevista y los términos financieros
eran similares al Acuerdo de Ordaz, sin embargo, a diferencia de aquél, éste se revisaría
anualmente.
El Acuerdo de San José fue renovado anualmente durante 25 años. Sin embargo,
el mecanismo no opera actualmente debido, básicamente, a dificultades de la
producción petrolera en México y a la creación de PETROCARIBE en junio de 2005,
que ofrece mejores condiciones para el financiamiento de la factura petrolera a un
mayor número de países beneficiarios de la región.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
30
1.3 Conclusiones del capítulo
Como conclusión del capítulo analizado podemos sostener que, por un lado la
integración dentro de la región no es una idea nueva. Programas y acuerdos de
integración datan desde la época de la Independencia. Lo que sí es nuevo es la idea de
que la integración se lleve adelante a partir de recursos energéticos.
Por otro lado, evidenciamos que el proceso antes marcado no responde a un
hecho aislado. En este sentido, la región presenta condiciones geológicas sumamente
interesantes para llevar adelante la integración energética. Como hemos podido ver, ya a
comienzos de 1960, América Latina contaba con 9% de las reservas mundiales de crudo
que una vez extraído significaba, aproximadamente, el 20% del petróleo que se
consumía en el mundo. En este rubro, el país con mayores fortalezas era Venezuela
quien era responsable del 75% de la producción regional de petróleo. Otros importantes
productores a nivel regional fueron México, que contaba con 3.000 millones de barriles,
Argentina con 1.600 millones y otros de menor cuantía como Colombia, Brasil y
Ecuador, todos ellos con aproximadamente 1.000 millones de barriles cada uno.
Respecto al gas, para 1970, en la región se producía el 3% del total global con México a
la cabeza, en tanto qué, si nos referimos a las reservas para la misma fecha, según
CEPAL (1973) estas se estimaban en 2.000 billones de metros cúbicos, siendo
Venezuela el mayor poseedor con el 38%.
Vinculado a esto resulta pertinente destacar el temprano rol jugado por las
empresas petroleras estatales dentro de la región. Juntas, las características geológicas
sumado el rol de las empresas estatales, hicieron pionera a la región dentro de los
sectores del gas y el petróleo en un tiempo en el cual muchos países, sobre todo
europeos, aun utilizaban como fuente de energía al carbón.
Finalmente, el capítulo cierra con la materialización de esas ventajas en
diferentes acuerdos y organizaciones. El primero de estos acuerdos estuvo representado
por las Conferencias de Empresas Petroleras Estatales Latinoamericanas (CEPEL) bajo
el impulso del gobierno venezolano. Años más tarde, concretamente en 1965, estas
conferencias dieron lugar al nacimiento de la primera institución denominada Asistencia
Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana (ARPEL) la cual tenía por objetivo
estudiar y recomendar a sus miembros en lo relativo a la cooperación energética,
específicamente a partir del petróleo.
Pasos más firmes vinieron en 1973 con la constitución de la aun hoy vigente
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), como organismo
intergubernamental para la defensa y desarrollo del mercado energético regional en un
periodo en el cual las crisis de precios del petróleo eran recurrentes. Fue este último
hecho el que también llevó al gobierno venezolano a proponer la creación a nivel
internacional de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
31
En 1974 y también bajo impulso venezolano, se llevó adelante la firma del
Acuerdo de Puerto Ordaz, un programa de cooperación a través del cual, el Fondo de
Inversiones de Venezuela, proveía a los bancos centrales de las económicas
centroamericanas el financiamiento a programas y proyectos de desarrollo de recursos
naturales. Fue el primero de los acuerdos en materia de integración energética entre
Venezuela y los países de América Central.
El último de los tratados que contempla el presente capítulo está dado por el
Acuerdo de San José de 1980, mediante el cual Venezuela y México, principales
productores y exportadores de hidrocarburos de América Latina, se comprometieron a
suministrar, cada uno, 80 mil barriles diarios de crudo o productos refinados a 11 países
de América Central y el Caribe.
A partir de lo expuesto a lo largo de estos últimos párrafos, podemos afirmar que
la integración en materia energética durante este periodo -1960 a 1990- se apoyó en la
existencia concentrada de grandes reservas, tanto de gas como de petróleo, unida a una
férrea voluntad estatal por controlar dicho sector, permitiendo dar lugar al desarrollo de
acuerdos y proyectos de alcance limitado que, en general, actuaron como medidas
paliativas ante contextos económicos adversos.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
32
CAPITULO 2 (1990-2000)
2.1 Contexto político, social y económico
Hasta aquí hemos visto en la integración una herramienta regional de fuerte
contenido estatal para hacer frente a las vicisitudes que la realidad extraregional
imponía a los países latinoamericanos en el camino hacia el desarrollo. Pero la década
del noventa traerá consigo una nueva forma de afrontar ese contexto externo.
La crisis de la deuda a mediados de los ochenta venía a implantar la idea de que
el modelo proteccionista, centrado en el intervencionismo y el gasto público, había
fracasado; como contrapartida un Estados Unidos ahora actor hegemónico venía a
implantar nuevas reglas de juego establecidas bajo el denominado “Consenso de
Washington”. Era el tiempo del “Nuevo Regionalismo”. Una nueva forma de
integración de signo manifiestamente neoliberal irrumpía de este modo dentro de la
región; el actor central ya no sería la voluntad de los Estados de América Latina que
utilizaban a la integración como una herramienta económica capaz de achicar la brecha
existente entre ricos y pobres; ahora sería turno de someterse ante el mercado. La
globalización imponía que la nueva integración debía orientarse a fin de desarrollar
economías de escalas, un lugar sin duda menos ambicioso que el que se pretendía en el
pasado. En este sentido, los acuerdos debieron modificar alguno de sus viejos objetivos
con el fin de adaptarlos al nuevo contexto de creciente globalización económica. Por
ello, ya no perseguían como objetivo primordial la industrialización por sustitución de
importaciones ni tampoco buscaban estar formados exclusivamente por socios con
niveles comparables de desarrollo. Su progresiva adopción en toda la región hizo que lo
que restaba de los procesos e instituciones de integración originales de los períodos
anteriores pasaran a desenvolverse en un marco de políticas radicalmente diferente
(CARI; 2012:5).
Dentro de este nuevo paradigma, en 1991, Argentina, Brasil, Uruguay y
Paraguay adscribieron a la creación del Mercosur el cual se proponía alcanzar al 1º de
enero de 1995 un mercado común. La creación del Mercosur se argumentaba en la
necesidad de los cuatro países signatarios de adquirir una mayor competitividad e
inserción internacional. Sin embargo, y a pesar de un incremento de comercio intra-
Mercosur, el mercado común no llego a concretarse.
Tres años más tarde del lanzamiento del Mercosur, el entonces presidente de los
Estados Unidos, Bill Clinton, impulsaba el Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), un tema que abordaremos con mayor profundidad más adelante pero que,
concretamente, buscaba la creación de una zona de libre comercio desde Alaska hasta
Tierra del Fuego. En esa década, la globalización y liberalización bajo el impulso de un
acercamiento diplomático y comercial con Estados Unidos eran objetivos comunes de
política latinoamericana propulsados por los entonces presidentes de la región, en
particular los presidentes Menem en Argentina, Itamar Franco en Brasil y Rafael
Caldera en Venezuela. Entre las áreas a liberalizar, encontramos a la que a nuestros
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
33
objetivos es la más importante, la energía, puesta en manifiesto a través de uno de los
más ambiciosos planes de integración energética regional, la Iniciativa Energética
Hemisférica (IEH). Respuesta norteamericana ante la inseguridad en el
aprovisionamiento de petróleo en un contexto de incertidumbre dado por la volatilidad
política de las fuentes de suministro tradicionales.
Más allá de este resurgimiento de la integración a partir de la creación de nuevos
acuerdos y la firma de nuevos tratados regionales, el cambio sustancial era de fondo y
tenía que ver, como se dijo, con políticas de reforma del vínculo que ligaba a los países
de la región con países desarrollados. Un ejemplo de ello fue el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) celebrado entre México, Estados Unidos y
Canadá en 1992. Entre cuyos propósitos figuraba: favorecer la apertura comercial de
América del Norte a través de la eliminación sistemática de la mayoría de las barreras
arancelarias y no arancelarias del comercio y la inversión entre Canadá, Estados Unidos
y México; promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio;
proteger los derechos de propiedad intelectual en los tres países miembros. Etc.
(Fuente: Tratado de Libre Comercio de América del Norte. http://www.tlcan.com.mx/.
Consultado el 09/12/2016)
Este acuerdo fue seguido por otros tratados de libre comercio (TLCs) como los
de México con la Unión Europea. Asimismo, tan pronto como el gobierno
norteamericano obtuvo del Congreso una renovación de la autoridad para negociar bajo
el mecanismo de la vía rápida, el Ejecutivo firmó nuevos TLCs con Chile, los países de
América Central y la República Dominicana y Perú (CARI; 2012).
Esta nueva generación de acuerdos preferenciales liberalizó el comercio
prácticamente sin exclusiones (algo que los gobiernos latinoamericanos en general
habían resistido en los acuerdos Sur-Sur) e incorporó disciplinas OMC en áreas como el
comercio de servicios, el trato a la inversión, la protección de la propiedad intelectual y
los regímenes de compras de gobierno, entre otras. El contenido de muchas de las
disciplinas negociadas convirtió a estos nuevos acuerdos en poderosos vehículos de
reforma regulatoria. Mientras que en algunos casos (como el Mercado Común
Centroamericano) la firma del TLC con Estados Unidos sirvió para ampliar la agenda
subregional, en otros (como la Comunidad Andina) fue un factor de disgregación.
En lo que hace a las características geológicas y potencialidades de los
principales países de la región el cambio más importante estuvo dado por el ascenso
definitivo de Venezuela al primer lugar como el poseedor de las mayores reservas de
petróleo a nivel regional superando a México con 60.100 y 51.300 millones de barriles
de petróleo respectivamente. En el interludio entre un capitulo y otro se había producido
el sobrepaso inverso, México había pasado de los 3 mil millones de barriles en 1969 a
los 47 mil millones en 1980. Entre ambos sumaban ahora, nada menos que el 90% de
las reservas regionales. Le seguían de lejos Brasil con 4.500 millones (3,7%), Colombia
con 2.000 millones (1,6%) y Argentina con 1.600 millones de barriles (1,3%). Situación
análoga se experimentó en cuanto al gas donde también Venezuela sobrepaso a México
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
34
como el mayor poseedor de reservas contabilizando el primero 3,4 trillones de metros
cúbicos frente a los 2,0 trillones de México; el 47,7% y el 28,1% de las reservas
regionales respectivamente. Detrás de México para este entonces se ubicaba Argentina
con 0,7 trillones de metros cúbicos (9,2%), Perú con 0,3 trillones (4,7%) y Trinidad y
Tobago, un pequeño país con una gran influencia en este sector, con 0,2 trillones de
metros cúbicos (3,5%). (BP; 2016)
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Inversa fue la relación respecto a la producción de petróleo. En este sentido,
Venezuela veía perder en manos de México la posición de líder productor regional que
ostentaba hasta entonces (en concreto hasta 1981). El país azteca produciría en 1990,
2.940.776 barriles diarios contra los 2.244.000 de Venezuela, no obstante entre ambos
eran responsables del 69% de la producción regional. Por detrás le seguían Brasil con
650.000, Argentina con 517.414 y Colombia con 414.000 barriles diarios. Respecto a la
producción de gas, México con 27,1 billones de metros cúbicos mantuvo su posición de
líder aunque por menos margen que dos décadas atrás (pasó de representar el 38% de la
producción regional al 31%). También como en 1970, en los siguientes lugares de la
escala de mayores productores encontramos a Argentina con 17,8 billones de metros
cúbicos, Trinidad y Tobago con 5,2 y Colombia con 4,1 billones de metros cúbicos.
(Ibídem)
-
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
Mil
mill
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de
bar
rile
s
Trill
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tro
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os
Reservas de gas y petróleo 1990
RESERVAS GAS RESERVAS PETROLEO
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
35
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Por último, en lo que respecta a los consumos poco había variado. Podemos
decir que, como mayor consumidor de petróleo hallamos para 1990 a México con
1.580.449 barriles diarios (29% regional), seguido por Brasil con 1.453.883 (27%),
otros países de América del Sur y América Central con 896.004 (16%), Venezuela con
427.925 (8%) y Argentina con 412.273 barriles diarios (7%). Si nos referimos al gas,
con el 31% de la demanda regional, el mayor consumidor para 1990 continuaba siendo
México y sus 25,5 billones de metros cúbicos anuales. Le seguía Argentina que con
21,2 billones de metros cúbicos había superado a Venezuela, el tercer mayor
demandante regional con 19,5 billones de metros cúbicos. Con un marcado menor
consumo aparecen por detrás Trinidad y Tobago con 5,0 y Colombia con 4,0 billones de
metros cúbicos. (Ibídem)
-
500
1000
1500
2000
2500
3000
Mile
s d
e b
arri
les
dia
rio
s
Producíón y consumo de petróleo 1990
PRODUCCION CONSUMO
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
36
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
2.2 Acuerdos y organizaciones
Como se dijo, la globalización económica que ya se venía evidenciando
contribuyó a acelerar durante esta década la profundización de los procesos de
integración regional orientados a desarrollar economías de escala y a una más eficiente
inserción en el sistema económico internacional. En este contexto, el mayor referente de
esta nueva política internacional dentro de América será, como sostiene Serbin
(2010:10), Estados Unidos y su proyecto ALCA. “Más allá de las diferencias y
asimetrías existente entre los países de la región, bajo el impulso hegemónico de EEUU
y en base a un enfoque manifiestamente neoliberal, el hemisferio pareció iniciar, a
mediados de la década del 90, un ensayo de integración regional, de filiación
predominantemente comercialista, que abarcaría todas las Américas”.
En el caso de la energía tampoco pudo escapar a esta lógica, la misma se fue
transformando crecientemente en un asunto estratégico y de seguridad nacional. En
particular, la integración energética de América Latina y el Caribe comenzó a estar
marcada por la política energética de Estados Unidos, la cual se plasmará en el marco de
creación del ALCA y, concretamente, recibirá el nombre de Iniciativa Energética
Hemisférica (IEH) (Ariela Ruiz Caro; 2010:63).
“Previo a la estrategia para controlar los yacimientos más ricos de petróleo
ligero del mundo, George Bush ya había desarrollado la idea de facilitar el
ingreso de las empresas petroleras de su país al mercado energético de
América Latina. Esta idea estaba contenida en un acuerdo de libre comercio
de alcance continental. La primera versión del proyecto de libre comercio
fue presentada en 1990, con motivo de una gira del presidente
estadounidense por Sudamérica. Su propuesta conocida como Iniciativa de
las Américas […] tuvo una amplia e inesperada acogida por parte de la
-
10,0
20,0
30,0
Bill
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n d
e m
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os
cúb
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s
Producción y consumo de gas 1990
PRODUCCION CONSUMO
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
37
mayoría de los gobiernos latinoamericanos (principalmente por los "tres
Carlos": Carlos Salinas en México, Carlos Andrés Pérez en Venezuela,
Carlos Saúl Menem en Argentina)”. (Juan C. Arriaga Rodríguez; 2002:76).
2.2.1 Área de Libre Comercio de las Américas
Es preciso detenernos en este punto y analizar brevemente el contexto dentro del
cual nacerá esta iniciativa y el papel particular que como vemos asume EEUU. En
primer lugar, como se dijo, la Iniciativa nace a la par de una aspiración mayor del
gobierno norteamericano que los mismos dirigentes denominaron Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA), proyectado para el año 2005. Un proyecto
planteado inicialmente por el gobierno de George H. W. Bush en 1990 y que sería
retomado por el gobierno de Bill Clinton (1993-2000). El mismo pretendía incluir a
todos los países del hemisferio, con la excepción de Cuba, en una zona de libre
comercio desde Alaska a Tierra del Fuego, dando lugar así a un enorme mercado
comercial de 42.247.000 Km² con una población aproximada de 774.221.000
habitantes, similar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el
cual entró en vigencia también en 1994. Cabe destacar que los principios de integración
energética se incorporan, como veremos más adelante, recién durante el período de
Clinton.
En segundo lugar, es pertinente considerar el rol de la potencia del Norte. Más
allá de ser el propulsor de la Iniciativa, no es un hecho menor explicar el porqué de su
origen dentro de EEUU. Tal a como ocurre hoy en día, ya en 1990 Estados Unidos era
el principal consumidor de petróleo en el mundo –a pesar de que su población solo
representaba 4,7% del total mundial- y, de los casi 17 millones de barriles diarios que
consumían en el país, el 47% era importado (Informe del British Petroleum 2016 y del
Banco Mundial).
En el caso del gas es distinto, Estados Unidos producía, en 1990, 504 billones de
metros cúbicos y consumía 542 billones de metros cúbicos, un 7% más de lo que
producía, porcentaje que obtenía de su vecino Canadá. Al igual que en el caso del
petróleo, Estados Unidos era ya para esta época el principal consumidor mundial de gas.
En este segmento –a diferencia del petróleo, donde registraba el primer lugar en el
ranking mundial de producción- ocupaba el segundo lugar después de Rusia, que
producía unos 590 billones de metros cúbicos anuales.
En cuanto a las reservas de gas, el país del Norte superaba en aproximadamente
el 25% a las reservas de Venezuela, las más importantes de América del Sur. En
cambio, respecto al petróleo, las reservas de Venezuela duplicaban a las existentes en
Estados Unidos.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
38
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Por último, igualmente relevante para nuestro trabajo resulta el hecho de
remarcar que estamos hablando de una América Latina donde la presencia ideológica y
cultural norteamericana estaba alcanzando su apogeo (década de 1990), esto es la
adscripción del ideal neoliberal por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos. Es
decir que al momento del lanzamiento de la Iniciativa no se estaba frente a un proceso
nuevo dentro de la región, en muchos de ellos ya se habían iniciado importantes
reformas, y específicamente dentro del sector energético que es al que nuestro trabajo
nos compete, ya se habían registrado cambios en los regímenes de contratación para
exploración y explotación de los recursos naturales; se extendía la liberalización del
transporte, refinación y comercialización de los hidrocarburos; se promovían las
medidas incentivadoras para el ingreso de inversiones extranjeras; y como corolario,
empresas estatales eran privatizadas. Cabe destacar que este proceso de liberalización se
daba en el momento en que eran descubiertos importantes yacimientos de gas en
Bolivia, Perú, Venezuela y Colombia, así como también importantes reservas de
petróleo en Argentina, Colombia y Brasil.
A continuación, trataremos cada una de las Cumbres desarrolladas en el marco
del Área de Libre Comercio de las Américas, para analizar cómo se inserta y trabaja
dentro de cada una de ellas la energía en general y la Iniciativa Energética Hemisférica
en particular.
I Cumbre de las Américas: Miami, Estados Unidos - 1994
Nació con el objetivo de discutir herramientas y estrategias comunes para
garantizar la consolidación de la democracia, la superación de los obstáculos al
desarrollo, el fortalecimiento de las instituciones hemisféricas y la búsqueda de una
mayor integración regional. La primer parte del año se dedicó a la delineación de esos
-
5.000.000
10.000.000
15.000.000
20.000.000
25.000.000
30.000.000
35.000.000
1965
1968
1971
1974
1977
1980
1983
1986
1989
1992
1995
1998
2001
2004
2007
2010
2013
Mile
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arri
les
dia
rio
s
Estados Unidos: Producción y consumo de petróleo
PRODUCCION CONSUMO
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
39
compromisos a través de consultas y sugerencias bilaterales junto a organismos
internacionales para después sí, en diciembre del mismo año, llevar adelante la Cumbre.
34 líderes de las Américas trabajaron en pos del establecimiento de un pacto para el
desarrollo y la prosperidad, basado en la preservación y el fortalecimiento de la
comunidad democrática de las Américas. Su enfoque principal se centró en la
integración económica y el libre comercio, para la erradicación de la pobreza y de la
discriminación, y la garantía al desarrollo sostenible y a la protección del medio
ambiente. De aquí la importancia que adquirió la creación de un Área de Libre
Comercio para las Américas (ALCA), que proveía libre acceso al mercado de bienes y
servicios para el continente. En lo que hace estrictamente al tema energético, los
Ministros de Energía del continente desarrollaron la Iniciativa Energética Hemisférica
(IEH) y crearon el Comité Guía y la Secretaría Coordinadora, así como los Grupos de
Trabajo. El objetivo de estos grupos era agilizar los trabajos de la Iniciativa y avanzar
las discusiones en los temas identificados como prioritarios por las Reuniones de
Ministros de Energía de las Américas.
2.2.2 Iniciativa Energética Hemisférica
Concretamente la IEH es un foro político que busca la complementariedad de los
recursos energéticos de la región, asegurar el suministro energético y estabilizar los
mercados regionales de energía. Por otro lado, concibe a la integración energética como
el lugar donde (José Rafael Zanoni; 1999:256):
“Las fuerzas del mercado actúen libremente.
Exista libertad de transporte de energía por los países, sin interrupción bajo
estados de disputa.
Haya una reglamentación transparente y no discriminatoria en cuanto a la
exploración, desarrollo y adquisición de recursos energéticos para los países
miembros.
Política ambiental integrada para evitar el dumping medio ambiental.
Se logre mejorar la eficiencia y la confiabilidad del abastecimiento”.
Estos mismos puntos son los que aparecen estipulados en la V Reunión
Hemisférica de Ministros de Energía, en el año 2001, donde además se estableció el
objetivo de la IEH. El cual consiste en consolidar y coordinar una política internacional
“orientada a impulsar procesos de integración, apertura de mercados y transformación
de los estados productores en estados normadores, fiscalizadores y reguladores, dejando
los sectores productivos en manos privadas”. Otro resultado de aquella reunión de
Ministros de Energía fue el establecimiento de los lineamientos para la acción. Los
mismos reivindicaron que:
“Para avanzar en la integración energética regional es necesario aprovechar
en toda su dimensión la complementariedad observada entre los recursos y
los sistemas energéticos de los países del Hemisferio con el fin de asegurar
el suministro de energía a largo plazo. Esa complementariedad no ofrece
restricciones físicas ni tecnológicas pero subsisten aún obstáculos políticos,
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
40
jurídicos e institucionales que, si bien tienden a reducirse, no facilitan aún en
todos los casos la inversión privada por los riesgos inherentes a los negocios
en energía. Desde una perspectiva realista, la integración energética es un
proceso gradual facilitado por la eliminación de obstáculos y la
armonización de marcos regulatorios que posibiliten normas transparentes
para los inversores” (V Reunión Hemisférica de ministros de Energía; 2001).
Como se estipula en el Plan de Acción de la Iniciativa, ésta pone énfasis en la
eficiencia energética, la promoción de energías renovables y limpias, y el uso de
tecnologías no contaminantes, entre otros. El hecho de no tratar de manera explícita la
relación entre privatización del sector energético y cooperación en este sector, se debe a
que en los dos principales países productores de petróleo y gas –Venezuela y México- y
en el principal país importador de la región -Brasil- el control del sector continuaba,
aunque con diferentes matices, bajo control de empresas estatales.
Si bien como se marcó antes, el proceso de liberalización comienza previo al
lanzamiento de la Iniciativa, este no fue uniforme a todos los países. La modernización
(término con el que suelen referirse los Ministros de Energía a este proceso) del sector
energético en América Latina se inicia en Chile en 1982, luego continua en Argentina,
Costa Rica, México y Perú en 1992; en 1994 lo hacen Bolivia, Colombia y Honduras;
entre 1995 y 1998 continúan Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana,
Nicaragua, Panamá y Uruguay. No obstante esto, el grado de liberalización varió de uno
a otro, siendo Argentina, Bolivia y Perú aquellos Estados donde las medidas adoptadas
fueron “extremas”. En muchos otros, estos procesos fueron más leves puesto que se
consideró que atacaban recursos estratégicos y en este sentido, una barrera importante a
la ola liberal la representaron las respectivas legislaciones nacionales.
La idea que la IEH tenía era que, a medida que las reformas liberales fueran
extendiéndose, los procesos de integración también lo harían dado que permitiría la
participación privada en áreas como la infraestructura para la integración energética. En
este sentido, datos concretos aportados por la reunión de Ministros de Energía dan
cuenta de que:
“…la inversión directa en la industria energética en el continente americano
subió de menos de 2 mil millones de dólares en 1990, a 47 mil millones en
1997, de los cuales América Latina y el Caribe captaron 23 mil millones de
dólares; luego cayó a 25 mil millones en 1998 y a 15 mil millones en 1999
como resultado de la crisis financiera entre 1997-1999”. (Ibídem)
Este cambio en torno a los índices de inversión lo podemos atribuir al lugar que
ocupa la región dentro del esquema de seguridad norteamericano pero, por otra parte, se
explica también a partir de la importancia que comienza a adquirir la región durante los
noventa como fuente de aprovisionamiento de petróleo del mercado estadounidense.
Según Arriaga Rodríguez (2002:79), desde una perspectiva geopolítica, las reservas
latinoamericanas de petróleo y gas son estratégicas para Estados Unidos por varias
razones: el hidrocarburo latinoamericano (en su mayor parte petróleo pesado) es más
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
41
barato que el del Golfo Pérsico, está ubicado en territorios menos volátiles
políticamente y, geográficamente presenta la ventaja de hallarse cercano al mercado
estadounidense. Debido a esto y el interés norteamericano por diversificar el mercado
de aprovisionamiento, la región llegó incluso a sobrepasar a Medio Oriente, tradicional
fuente de suministro de hidrocarburos de los Estados Unidos.
Con el objetivo de dar cumplimiento a las medidas adoptadas en el Plan de
Acción de la Cumbre de Miami en 1994, relativo a la integración energética, se han
realizado cinco Reuniones Hemisféricas de Ministros de Energía. La primera Reunión
Ministerial se realizó en 1995 en la ciudad de Washington, y se la denominó Simposio
Hemisférico de Energía. Este primer encuentro dio origen a la Agenda de Cooperación
Energética, documento en el cual se enuncian 40 acciones en materia energética,
complementarias a las establecidas en el Plan de Acción de la Cumbre de Miami.
La segunda Reunión Ministerial se realizó en Santa Cruz, Bolivia, en 1996. Los
temas fundamentales que se trataron fueron el sector energético y el desarrollo
sustentable. Al respecto, los Ministros asistentes reconocieron la importancia del sector
de la energía para alcanzar el desarrollo sustentable y establecieron la "necesidad de
promover la inversión privada en el sector". Para esto último, se propusieron crear las
condiciones jurídicas necesarias para reducir el riesgo político a tales inversiones. Por
último, también acordaron desarrollar tecnologías limpias para la producción de energía
y diseñar estrategias para una mayor eficiencia energética. (Juan C. Arriaga Rodríguez;
2002:80)
La tercera Reunión Ministerial se realizó en 1998 en la ciudad de Caracas,
Venezuela. Dos compromisos importantes surgieron de ésta: promover políticas que
faciliten el comercio en el sector y establecer "marcos regulatorios transparentes y
predecibles". Para avanzar en estos objetivos se conformó la Secretaría Coordinadora,
sector administrativo de la IEH, responsable de la difusión de la información y de la
coordinación de eventos y actividades (Juan C. Arriaga Rodríguez; 2002:81). Esta
Secretaría estaba conformada “por un funcionario del Ministerio de Energía y Minas de
Venezuela, un funcionario del Departamento de Energía de los Estados Unidos y un
funcionario de la Organización Latinoamericana de Energía” (Eduardo Mayobre;
2005:42).
La IV Reunión de Ministros se realizó en Nueva Orleáns, Estados Unidos, en
julio de 1999. Fue básicamente una evaluación de los avances logrados en la ejecución
de los compromisos adoptados en reuniones anteriores.
La V Reunión de Ministros de Energía de las Américas se realizó en marzo de
2001, en la Ciudad de México. Esta Reunión también tuvo como objetivo evaluar el
cumplimiento de los compromisos asumidos para lograr la integración energética
continental. Entre las conclusiones de la reunión destacan: la necesidad de desarrollar
infraestructura para la integración de mercados energéticos, y "la promoción de políticas
y procesos que faciliten el comercio de los productos, bienes y servicios relacionados
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
42
con el sector energético"; la necesidad de fomentar la "creación y el fortalecimiento de
sistemas regulatorios transparentes y predecibles"; y promover "marcos legales, fiscales
y regulatorios para incentivar la inversión privada nacional y extranjera en el sector
energético en aquellas áreas permitidas en las respectivas Constituciones" (V Reunión
Hemisférica de Ministros de Energía, 2001).
Volviendo a los puntos desarrollados por la I Cumbre de las Américas, es
importante destacar también que se aprobó la Alianza para el Uso Sostenible de la
Energía, lo cual confirmó el sólido vínculo que existe entre los temas de energía, el
crecimiento económico y el desarrollo sostenible dentro del Hemisferio. Según el Plan
de Acción emanado de la Cumbre, “las naciones del Hemisferio han iniciado una nueva
era de crecimiento económico. Esta nueva era se basa en una mayor cooperación
económica, en un comercio más libre y en mercados abiertos. El desarrollo económico
sostenible requiere de la cooperación hemisférica en el campo de la energía, de aquí que
los gobiernos:
“Convocaran una reunión de seguimiento de los representantes hemisféricos
en el primer semestre de 1995 para fomentar la cooperación orientada a
estudiar vías para desarrollar la industria energética en el Hemisferio, que
sean compatibles con las estrategias nacionales para la energía menos
costosa y con las actividades descritas en la "Alianza para el Uso Sostenible
de la Energía," en los siguientes campos:
- Consideración de vías que permitan utilizar el sector energético en la
promoción del crecimiento económico sostenible.
- Cooperación para estudiar vías que permitan optimizar y facilitar los
mecanismos de financiamiento por parte de las instituciones financieras
internacionales con el fin de apoyar el desarrollo de los proyectos en el
sector energético, especialmente de aquellos relativos al mejoramiento de la
eficiencia en el uso de la energía y a la energía renovable no convencional.
- Cooperación para promover las inversiones de capital y fomentar el uso de
mecanismos financieros innovadores para incrementar las inversiones en el
sector energético y aumentar la eficiencia del uso de la energía y de la
energía renovable no convencional, de acuerdo con las leyes y las
necesidades de desarrollo de cada país.
- Promoción del uso de tecnologías energéticas eficientes y no contaminantes,
tanto convencionales como renovables, que conduzcan a un mayor nivel de
conocimientos y experiencia técnica en este campo”. Entre otros. (Fuente:
Cumbre de las Américas. http://www.summit-
americas.org/i_summit_sp.html. Consultado el 9/10/16)
Cumbre sobre Desarrollo Sostenible: Santa Cruz, Bolivia - 1996
Propuesta por el entonces presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada,
tuvo como objetivo establecer una visión común para el futuro de conformidad con los
conceptos de desarrollo sostenible. Los temas principales que en ella se trataron giraron
en torno a salud, educación, agricultura sostenible y forestación, ciudades y
comunidades sostenibles, los recursos de agua y las zonas costeras, energía y minerales.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
43
Respecto al tema energético, se reconoció que los principales desafíos para alcanzar el
desarrollo sostenible eran:
- “La promoción en el Hemisferio de medios de producción, transformación,
transporte y uso de energía más eficiente en términos económicos y
ambientales, mediante políticas y programas que faciliten el comercio
bilateral, subregional y regional de bienes y servicios energéticos;
- La atención a las preocupaciones mundiales y locales en materia ambiental
procurando que la producción y el consumo actual y futuro de energía sea
más limpio y eficiente e incrementando el desarrollo y uso de energía
renovable y de combustibles convencionales limpios;
- El aumento de la distribución de servicios de energía a las zonas menos
atendidas, especialmente a las comunidades rurales e indígenas”. (Fuente:
Ibídem. http://www.summit-
americas.org/summit_sd/summit_sd_poa_sp.pdf. Consultado el 9/10/16).
El logro quizás más importante de la Cumbre fue el consenso en torno a la
inclusión de los temas económicos, sociales y ambientales dentro del desarrollo
sostenible.
II Cumbre de las Américas: Santiago, Chile - 1998
La Segunda Cumbre de las Américas se caracterizó por ser el primer encuentro
de este tipo convocado por decisión de todos los Jefes de Estado y de Gobierno. Contó
además con la participación activa de organizaciones subregionales como el CARICOM
y el Grupo de Río. Adicionalmente, las negociaciones fueron apoyadas por el Grupo de
Revisión de la Implementación de las Cumbres (GRIC), la Organización de Estados
Americanos (OEA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL). La Declaración de Principios se enfocó en ciertos aspectos de la
agenda interamericana, como las políticas sociales, la calidad de la democracia, el
respeto por los derechos humanos, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)
y la educación como clave para el progreso, que fue el tema principal de esta Cumbre.
Asimismo, el Plan de Acción de Santiago incluyó 27 iniciativas que giraron alrededor
de la educación; preservación y fortalecimiento de la democracia; justicia y derechos
humanos; integración económica y libre comercio; erradicación de la pobreza y
discriminación.
Respecto al tema energético, los jefes de Estado y de Gobierno reconocieron que
el desarrollo de vínculos de energía entre los países y la intensificación del comercio en
el sector energético fortalece la integración regional, contribuye al desarrollo sostenible
de los países y mejora la calidad de vida de los pueblos.
De conformidad con estos objetivos, los gobiernos aquí reunidos se
comprometieron a:
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44
- “Promover políticas y procesos que faciliten el comercio de los productos,
bienes y servicios relacionados con el sector energético.
- Impulsar en el menor tiempo posible, políticas y procesos que faciliten el
desarrollo de infraestructura, inclusive a través de fronteras internacionales,
para integrar aún más los mercados energéticos.
- Fomentar la creación y fortalecimiento de sistemas regulatorios
transparentes y predecibles, que tomen en consideración las necesidades de
las partes.
- Promover marcos legales, fiscales y regulatorios para incentivar la inversión
privada nacional y extranjera en el sector energético en aquellas áreas
permitidas en las respectivas Constituciones.
- Incrementar el acceso de la población rural a los servicios energéticos.
- Apoyar políticas y programas para estimular el desarrollo de energía
renovable y energía eficiente.” (Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/ii_summit/ii_summit_poa_sp.pdf. Consultado el 12/10/16).
III Cumbre de las Américas: Quebec, Canadá - 2001
Según el orden cronológico establecido para el planteamiento del trabajo, a partir
de la presente cumbre las mismas deberían hallarse en el capítulo siguiente puesto que
se desarrollan luego del año 2000. No obstante, hemos decidido desarrollarlas siguiendo
el orden de estructuración de tesis planteado, es decir, según quiebres en los modelos de
integración, y puesto que las subsiguientes Cumbres responden a la creación del ALCA,
forma de integración particular que dio origen a este capítulo, hemos decidido
mantenerlas junto a ella dentro del mismo.
La tercera de las Cumbres reflejó los éxitos alcanzados hasta el momento y
señaló los desafíos futuros de la comunidad americana. La Declaración de Principios
señaló las prioridades de la agenda hemisférica, alrededor de tres grandes ejes:
fortalecer la democracia representativa, promover una eficiente gestión de gobierno y
proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales. Propuso como Comité
Directivo a la tríada, Estados Unidos, Canadá y Chile, y como Comité Ejecutivo a estos
mismos países, más los representantes de Argentina, México, Brasil, América Central,
el CARICOM, el Grupo de Río y la Comunidad Andina. Dio impulso a la creación del
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y a la creación del Instituto para la
Conectividad de las Américas (ICA). El tema prioritario en este documento fue la
preparación de la Carta Democrática Interamericana, con el fin de reforzar los
instrumentos de la OEA para una defensa activa de la democracia representativa. Los
Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a crear iniciativas de energía
renovable, promover la integración energética y mejorar los marcos regulatorios y su
aplicación, promoviendo al mismo tiempo los principios del desarrollo sostenible.
Respecto al tema energético, los Jefes de Estado y de Gobierno allí presentes
estipularon que: “Reconociendo que en la búsqueda de la integración regional de los
mercados energéticos, se considerarán las cuestiones relacionadas con la reforma y
estabilidad de los mercados, la reforma regulatoria y la liberación del comercio;
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
45
apoyarán y endosarán la Iniciativa Energética Hemisférica que promueve políticas y
prácticas para avanzar en dicha integración” (Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/iii_summit/iii_summit_poa_sp.pdf. Consultado el 12/10/16)
Cumbre Extraordinaria de las Américas: Monterrey, México - 2004
Fue convocada a instancia de los problemas que acechaban a la región. En
concreto, desde la Cumbre de Quebec en 2001, la pobreza había trepado al 44% dentro
de la región mientras que el crecimiento económico se tambaleaba. Los gobiernos
firmaron 72 mandatos mediante los cuales concentraban su atención en tres áreas:
crecimiento económico con equidad para reducir la pobreza, desarrollo social y
gobernabilidad democrática. A continuación, exponemos brevemente los temas
desarrollados en la Declaración de Nueva León (Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/sp_summit/sp_summit_dec_sp.pdf. Consultado el 15/10/16).
Respecto a la pobreza, los reunidos establecieron:
“En la búsqueda de un crecimiento económico sostenido y equitativo que
contribuya al desarrollo de largo plazo, reduzca la pobreza, elimine el
hambre y eleve los niveles de vida de la población, con especial atención a
los sectores y grupos sociales más vulnerables, nos comprometemos a
continuar instrumentando políticas macroeconómicas sólidas, políticas
monetarias y fiscales prudentes, regímenes de tasas de cambio apropiados,
una administración prudente y apropiada de la deuda pública, la
diversificación de la economía y el mejoramiento de la competitividad.”
(Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/sp_summit/sp_summit_dec_sp.pdf. Consultado el 15/10/16)
Desarrollo social
“Reconocemos que la superación de la pobreza, el hambre y la desigualdad
social son grandes retos que enfrentan muchos países del Hemisferio en el
siglo XXI. Estamos convencidos de que las políticas económicas y sociales
coordinadas e integradas son un requisito para el éxito en el combate a la
desigualdad de oportunidades y la marginación, y que tales políticas son
pilares fundamentales para edificar una sociedad más justa. Enfatizamos que
el trabajo, el empleo y el ingreso son esenciales para una política social
incluyente.” (Ibídem)
Gobernabilidad Democrática
“Expresamos nuestro apoyo a la Declaración de Santiago sobre Democracia
y Confianza Ciudadana para definir una agenda de gobernabilidad para el
Hemisferio que nos permita enfrentar los desafíos políticos, económicos y
sociales, para fomentar la credibilidad y la confianza ciudadana en las
instituciones democráticas. Reiteramos nuestro compromiso con la plena
aplicación de la Carta Democrática Interamericana […] Reafirmamos
nuestra decisión de coordinar acciones inmediatas cuando la democracia
corra peligro en cualquiera de nuestros países. Asimismo, continuaremos
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
46
nuestros esfuerzos para fortalecer los mecanismos de defensa de la
democracia y para desarrollar y promover una cultura y una educación para
la democracia.” (Ibídem)
Dado que su convocatoria respondía a los altos índices de pobreza
registrados en la región, la cuestión energética fue uno de los temas relegados
durante esta reunión.
IV Cumbre de las Américas: Mar del Plata, Argentina - 2005
Bajo el lema “Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la
Gobernabilidad Democrática”, los puntos más importantes a tratar estuvieron
concentrados entorno a los principales desafíos que enfrentaba la región por aquél
entonces, siendo éstos la creación de empleo y el fortalecimiento de la gobernabilidad
democrática. Los 52 mandatos emanados de la Declaración y Plan de Acción de Mar del
Plata se agrupan en las siguientes áreas: Crecimiento con empleo, reducción del índice
de pobreza, formación de la fuerza laboral, micro, pequeñas y medianas empresas como
motor de crecimiento del empleo, marco para crear trabajo decente y fortalecimiento de
la gobernabilidad democrática.
“En la búsqueda de un crecimiento económico sostenido, de largo plazo y
equitativo que cree trabajo, reduzca la pobreza, elimine el hambre y eleve los
niveles de vida de la población, inclusive para los sectores y grupos sociales
más vulnerables, y en el marco de estrategias nacionales, nos
comprometemos a continuar instrumentando políticas macroeconómicas
sólidas encaminadas a mantener índices altos de crecimiento, el pleno
empleo, políticas monetarias y fiscales prudentes, regímenes de tasas de
cambio apropiadas, una gestión prudente y adecuada de la deuda pública, la
diversificación de la economía y el mejoramiento de la competitividad. Al
mismo tiempo, estimularemos el aumento de los ingresos y mejoraremos su
distribución, aumentaremos la productividad y protegeremos los derechos de
los trabajadores y el medio ambiente. Reconocemos que la función
apropiada del Estado en las economías con orientación de mercado variará
de un país a otro.” (Fuente: Ibídem http://www.summit-
americas.org/iv_summit/iv_summit_dec_sp.pdf. Consultado el 16/10/16)
No obstante estos datos, el aspecto más trascendente y por el cual será recordada
esta cumbre, estará dado por el rechazo a la creación del ALCA, el área de libre
comercio propuesto por Estados Unidos. Junto con este rechazo, el principal opositor al
proyecto -Hugo Chávez- presentaba el ALBA, Alternativa Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América donde la energía era un factor central y el peso de las decisiones
estatales, fundamental. El resultado final fue una Cumbre fracturada en dos bloques
irreconciliables y el principio del final del ALCA y todo lo que fuera de origen
ideológicamente neoliberal. (Ibídem)
El tema energético tampoco estuvo dentro de la agenda de esta Cumbre.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
47
V Cumbre de las Américas: Pto. España, Trinidad y Tobago - 2009
En un contexto de crisis financiera y económica global, el consenso general se
articuló en torno a la recuperación del tono de las relaciones hemisféricas y a establecer
una nueva relación para desarrollar iniciativas de cooperación multilateral. Los líderes
latinoamericanos decidieron asignar recursos financieros adicionales a las instituciones
internacionales, particularmente al Banco Interamericano de Desarrollo como medida
para afrontar la crisis.
Otro de los temas cruciales dentro de la Cumbre fueron los concernientes al
calentamiento global y la sostenibilidad ambiental, observados como temas de urgencia
debido a los problemas en la explotación energética, la escasez, y la desigualdad en las
cantidades y el tipo de energía disponibles. Los líderes hicieron un llamado a un plan
energético para el hemisferio contando con las múltiples iniciativas específicas de los
países así como el intercambio de mejores prácticas en el desarrollo y expansión de
fuentes de energía renovables.
Las disposiciones más importantes entorno a la energía fueron las siguientes:
- “Reconocemos que la energía es un recurso esencial para mejorar el nivel de
vida de nuestros pueblos y que el acceso a la energía es de primordial
importancia para el crecimiento económico con equidad e inclusión social.
Dirigiremos nuestros esfuerzos a desarrollar sistemas de energía más
limpios, asequibles y sostenibles para promover el acceso a la energía y a
tecnologías y prácticas energéticas eficientes en todos los sectores.
Buscaremos diversificar nuestras matrices energéticas, incrementando, según
corresponda, la contribución de fuentes de energía renovables y
estimularemos el uso más limpio y eficiente de combustibles fósiles y otros
combustibles.
- Reafirmamos el derecho soberano de cada país a la conservación, desarrollo
y uso sostenible de sus propios recursos energéticos. Continuaremos
impulsando la gestión eficiente y transparente de los recursos energéticos
para lograr el desarrollo sostenible de todos nuestros países, tomando en
cuenta las circunstancias nacionales. Apoyamos el intercambio de
experiencias y mejores prácticas y procuraremos cooperar, cuando
corresponda, en la implementación de los esfuerzos en materia de energía en
el Hemisferio.
- Fomentaremos la eficiencia y conservación energética en los sectores
público y privado, en particular en nuestros sistemas de transporte, sectores
industriales, empresas comerciales, incluyendo las pequeñas y medianas
empresas, así como en los hogares, y promoveremos patrones de producción
y consumo más limpios y sustentables.
- Tomando en cuenta las necesidades y prioridades nacionales, y en
congruencia con la ley nacional e internacional aplicable, nos esforzaremos
por promover inversiones e innovación para el desarrollo y la diversificación
de fuentes de energía y de tecnologías eficientes y ambientalmente
amigables, incluyendo tecnologías más limpias para la producción de
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
48
combustibles fósiles. Asimismo, reconocemos la importancia de la
transparencia en las actividades gubernamentales y del sector privado,
relacionadas con la energía.
- Reconocemos el potencial de las tecnologías nuevas, emergentes y
ambientalmente amigables, para diversificar la matriz energética y la
creación de empleos. Al respecto, alentaremos, según corresponda, el
desarrollo sostenible, la producción y el uso de los biocombustibles tanto
actuales como futuros, atentos a su impacto social, económico y ambiental.
En función de nuestras prioridades nacionales, trabajaremos juntos para
facilitar su uso, a través de la cooperación internacional y compartiendo
experiencias en materia de tecnologías y políticas sobre biocombustibles.
- Alentaremos el desarrollo de diversas fuentes y tecnologías de energía
renovable. Desarrollaremos estrategias nacionales, en función de las
capacidades de cada país, para promover el desarrollo y el uso, con base en
la ciencia, de tecnologías de punta para la producción de energía sostenible,
tomando en cuenta posibles impactos sociales o ambientales.
- Reconocemos que muchas fuentes de energía están disponibles en momentos
y lugares específicos. Por lo tanto, de acuerdo con la legislación nacional e
internacional aplicable y considerando las necesidades y prioridades
particulares de cada uno de nuestros países, alentaremos la inversión en el
desarrollo e incremento de la energía renovable y no renovable, los
proyectos de integración energética, la generación energética nueva y
eficiente, incluidos los sistemas de almacenamiento e intercambio, el
transporte transfronterizo y los sistemas de distribución y otras redes de
comercialización y cooperación energética. Afirmamos que la producción de
energía nuclear en nuestros países se llevará a cabo observando el estricto
cumplimiento de nuestras respectivas obligaciones en el Tratado sobre la No
Proliferación de las Armas Nucleares, así como en otros acuerdos
multilaterales internacionales aplicables sobre no-proliferación, seguridad
nuclear, y protección física de los materiales nucleares, de los cuales el
Estado Miembro es parte. Cooperaremos para mejorar la seguridad, calidad,
confiabilidad y protección de nuestra infraestructura crítica de energía y de
las redes de abastecimiento, inclusive de las redes regionales de
interconexión cuando sea viable y útil, y procuraremos garantizar que todas
las conexiones de la cadena de abastecimiento de energía operen con los más
altos estándares de salud humana y seguridad, protección del medio
ambiente y seguridad física.
- Con base en nuestras capacidades técnicas y financieras y de conformidad
con la legislación nacional e internacional, continuaremos promoviendo la
energía más limpia, mediante la investigación y el desarrollo, el fomento de
la capacidad, la transferencia, en términos mutuamente acordados, así como
la comercialización, de tecnologías ambientalmente sostenibles. También
promoveremos, según corresponda, la participación en mecanismos y fondos
de mitigación y adaptación, y en los mercados internacionales de carbono.
Se debe dar prioridad al intercambio de información y experiencias, y a
aumentar la cooperación internacional y el fomento del entorno interno
apropiado para apoyar las tecnologías de energía limpia que pueden
beneficiar a todas nuestras naciones.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
49
- Dirigiremos nuestros esfuerzos a desarrollar campañas de educación pública
en cada país, con el compromiso de los gobiernos y de la industria, que
permitan suministrar a los pueblos de las Américas el acceso a información
precisa, confiable e imparcial sobre temas relacionados con la energía, el
medio ambiente y el cambio climático.
- Adoptaremos medidas adicionales para mejorar e incrementar la
recopilación y distribución de datos de mercado sobre petróleo y otras
fuentes de energía en todos los países para asegurar el funcionamiento
adecuado de los mercados energéticos a nivel regional y mundial. Asimismo,
apoyaremos las iniciativas internacionales en marcha, tales como la
Iniciativa Conjunta de Datos de Petróleo, para promover una mejor gestión,
transparencia y responsabilidad en el sector energético.
- Continuaremos apoyando el desarrollo e implementación de mejores
prácticas voluntarias de responsabilidad social empresarial en el sector
energético, con particular énfasis en las iniciativas que tienen por objeto
mejorar el diálogo entre el gobierno, la industria, las comunidades locales,
los grupos indígenas y las organizaciones no gubernamentales, para facilitar
que todos los interesados comprendan, participen y se beneficien mejor de
las actividades en el sector de energía. Observamos con beneplácito los
esfuerzos de los países que tratan de manejar efectivamente su sector de
extracción, contribuyendo así al desarrollo económico y social, y a la gestión
sostenible del medio ambiente.
- Reconocemos las diferentes y valiosas iniciativas de cooperación e
integración energéticas existentes en la región, basadas, entre otros, en la
solidaridad, la complementariedad, la eficiencia y la sostenibilidad. En este
sentido y con el fin de promover la cooperación energética en el Hemisferio,
instruimos a nuestros ministros o autoridades nacionales competentes y en
un espíritu de colaboración, que desarrollen estrategias de cooperación con
el fin de promover el acceso de la población en general a energía confiable,
eficiente, asequible y limpia, en particular para los sectores más pobres, y
fomentar el intercambio de mejores prácticas y experiencias para aumentar
la eficiencia energética, diversificar las fuentes de energía y minimizar el
impacto ambiental, con el apoyo de las instituciones del Grupo de Trabajo
Conjunto de Cumbres (GTCC) y otras organizaciones pertinentes
internacionales y regionales, dentro del alcance de sus mandatos, así como el
sector privado, según corresponda. Con este propósito, convocaremos una
reunión como un primer paso hacia el desarrollo de un plan de
implementación de esta iniciativa, así como otras acciones relacionadas con
la energía que surjan de esta Declaración, para la consideración y aprobación
de los ministros o autoridades nacionales competentes. Además, instruimos a
los ministros o autoridades nacionales competentes que presenten un informe
de progreso sobre la implementación de esta iniciativa en la próxima
Cumbre de las Américas.” (Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/V_Summit/decl_comm_pos_sp.pdf. Consultado el 17/10/16)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
50
VI Cumbre de las Américas: Cartagena, Colombia - 2012
A partir del lema “Conectando las Américas: Socios para la Prosperidad” el
tema preponderante dentro de esta cumbre fue la integración física y la cooperación
regional como medio para alcanzar mayores niveles de desarrollo y superar los desafíos
del Hemisferio en áreas claves como pobreza y desigualdades, seguridad ciudadana,
desastres y acceso y uso de tecnologías.
Por otro lado, la reunión fue relevante por ser la primera en la que se discutieron
alternativas para enfrentar la lucha antidroga. La participación de Cuba en las Cumbres
de las Américas, pedido por gran parte de los presentes, fue uno de los puntos
nuevamente postergado. (Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/SIRG/2012/041412/mandates_sc_es.pdf. Consultado el 18/10/16)
A continuación exponemos los mandatos de dicha Cumbre, emanados de la
Declaración de Clausura del Presidente Juan Manuel Santos Calderon.
“Primero: los desastres naturales. Acordamos mitigar su impacto social,
económico y ambiental mediante la asignación de recursos y el diseño de
estrategias orientadas a la adaptación, la gestión del riesgo y la creación de
mecanismos de prevención y reacción eficientes.
Segundo: la seguridad ciudadana. Este es un asunto prioritario para asegurar
la calidad de vida de todos los ciudadanos de las Américas. Acordamos
fortalecer la cooperación y la coordinación como herramientas
fundamentales para combatir la violencia, la corrupción y la delincuencia
organizada transnacional en todas sus formas y manifestaciones.
Tercero: la integración en infraestructura. Esta es una prioridad inaplazable
para profundizar el desarrollo y el bienestar de nuestros pueblos. La
ejecución de proyectos con una visión de redes hemisféricas en vías,
ferrocarriles, interconexiones eléctricas hará de las Américas un eje de
desarrollo y crecimiento mundial.
Cuarto: el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
Acordamos fomentar la educación, la difusión de contenidos y empoderar a
cada estudiante en su aprendizaje y la superación de barreras sociales y
económicas. Trazamos la meta de diseñar y profundizar políticas públicas
que nos permitan aplicar las TIC a la educación, salud, innovación,
emprendimiento, productividad, competitividad, y surgimiento de micro,
pequeñas y medianas empresas.
Quinto: la erradicación de la pobreza, la desigualdad y la búsqueda de
equidad. Este es el más importante de todos los mandatos. Todo lo que
hagamos para mejorar la infraestructura, la educación, la seguridad y la
prevención de desastres apoya las políticas de eliminación de la pobreza”
(Fuente: Ibídem. http://www.summit-
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
51
americas.org/SIRG/2012/041412/statement_santos_closing_es.pdf.
Consultado el 20/10/2016)
No hubo alusión al tema energético.
VII Cumbre de las Américas: Ciudad de Panamá, Panamá - 2015
Bajo el lema “Prosperidad con Equidad: El Desafío de la Cooperación en las
Américas” se discutieron diferentes temas propuestos por el país anfitrión, entre ellos
educación, salud, energía, medio ambiente, migración, seguridad, participación
ciudadana y gobernabilidad democrática, entre otros.
Finalmente, y en lo que hace a uno de los aspectos más relevantes de esta
Cumbre, se dio la participación de Cuba, quien hasta la fecha había estado excluida
tanto de las Cumbres como del Sistema Interamericano. Respecto al tema energético los
mandatarios presentes en la Cumbre de Panamá se comprometieron a:
- “Promover, tomando en cuenta las necesidades y prioridades nacionales, vías
que permitan optimizar y facilitar la implementación de los mecanismos de
financiamiento de proyectos en el sector energético, en concordancia con las
políticas nacionales de desarrollo energético, o proyectos regionales, en su
caso, incluidos aquellos que involucran al sector privado, cuando proceda,
especialmente los dirigidos a lograr el acceso universal a la energía, la
seguridad energética, mediante la implementación de los distintos tipos de
energía disponibles, incluidas las energías renovables, alternativas, limpias,
seguras y sostenibles, y la adecuación y aplicación de políticas que, entre
otros objetivos, estimulen estos tipos de energía. Para este fin, solicitamos la
colaboración de las instituciones financieras internacionales,
particularmente, para abordar las barreras que existen para el financiamiento
de proyectos energéticos, cuando ello sea apropiado, reconociendo en
particular las necesidades de los pequeños Estados del Hemisferio.
- Otorgar un mayor impulso a la expansión de la integración e interconexión
energética subregional y regional, en un marco de intercambio justo y
eficiente en concordancia con las políticas nacionales de desarrollo
energético, con el propósito de lograr la seguridad e independencia
energética en la región, ampliar la cobertura y el acceso a las inversiones.
- Impulsar estrategias de cooperación energética, basadas en la solidaridad y la
complementariedad, incluido el fomento del intercambio de información y
experiencias sobre las medidas para lograr mayor eficiencia, cobertura,
acceso, diversificación y calidad de los servicios energéticos, y el desarrollo
de fuentes diversas de energía, utilizando tecnologías e instrumentos de
gestión que aseguren el desarrollo económico, la inclusión social y preserven
el medio ambiente, con énfasis especial en los países con menor grado de
desarrollo científico y tecnológico mediante, entre otros, la transferencia de
tecnología sin condicionalidades. Asimismo, promover el uso de indicadores
que provean información confiable para medir el avance en el logro de estos
objetivos, y solicitamos a la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), el BID, la CAF y a la Organización Latinoamericana de
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
52
Energía (OLADE) que continúen apoyando los esfuerzos de los países para
tal fin.
- Saludar la iniciativa Energía Sostenible para Todos (SeForALL) de las
Naciones Unidas que tiene como objetivos alcanzar la universalidad del
acceso a servicios energéticos modernos, duplicar la tasa mundial de
mejoramiento de la eficiencia energética, y duplicar la porción de energía
renovable en la matriz energética global para el año 2030. Con respecto al
acceso a servicios energéticos, nos proponemos anticipar la meta de
universalización en nuestros países para el año 2022.
- Impulsar patrones de producción y consumo de energía que permitan
alcanzar mayores niveles de eficiencia y conservación energética,
particularmente en los sectores industriales, residenciales y de transporte,
con la debida consideración al medio ambiente, y a las necesidades y
circunstancias particulares de cada país; y con este fin, desarrollar programas
de educación y concientización sobre la importancia de impulsar estos
patrones”. (Fuente: Ibídem. http://www.summit-
americas.org/vii/docs/mandates_es.pdf. Consultado el 21/10/16).
A pesar de los esfuerzos realizados y la buena voluntad expresada por
representantes de los países de la región en cada una de las Cumbres y Reuniones
Hemisféricas, los resultados en materia energética no fueron los esperados. En aquellos
países donde se había aplicado el modelo neoliberal a ultranza, la cuestión energética
había devenido en problemas como subinversiones y/o falta de capacidad excedentaria y
descapitalización gradual de las empresas así como la pérdida del control de la renta
petrolera (Rosío Vargas; 2005:273-274). Otro condicionante fue que las mismas
políticas que habían posibilitado tales desarrollos comenzaron a ser revisadas y
cuestionadas, precisamente aquellas que como marcamos en páginas anteriores
proponían la privatización, la apertura comercial y la desregulación. En este punto de la
cuestión, el Estado volvió a emerger como actor activo y principal referente, a partir del
desarrollo del planeamiento y la coordinación de las inversiones en el campo de los
recursos energéticos.
También dentro de Estados Unidos hubo cambios en torno a la seguridad
energética antes tratada. Las emisiones de dióxido de carbono proveniente del
tratamiento de los hidrocarburos y el peligro de éstos frente al cambio climático,
llevaron a una reformulación del paradigma energético. A partir de 2006 comenzó a
tratarse, entonces, la posibilidad de desarrollo de energías limpias; EEUU se proponía
seguir siendo una economía competitiva pero sin atar este objetivo solamente a los
proveedores de hidrocarburos. No obstante, la búsqueda del aprovisionamiento a partir
de ellos siguió siendo el interés preponderante.
Así, el proyecto de Integración Energética Hemisférica fue perdiendo vigor y
después de 2001 ya no se realizaron las reuniones de ministros de energías que antes se
habían realizado anualmente.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
53
2.2.3 ARPEL
El paquete de medidas neoliberales que se hizo extensivo durante este tiempo,
entre las cuales se destacan: las reformas en el papel del Estado, la aplicación de
desregulaciones y privatizaciones, y el libre flujo de capitales extranjeros; obligaron a
la Organización a un replanteo de sus intereses y criterios, muchos de los cuales incluso
habían marcado su impronta inicial. En la práctica, ahora éstos se asentaban sobre los
siguientes ejes temáticos:
“Adecuación de estatutos para la inclusión de todos los actores; desarrollo de
temas y proyectos conjuntos que se ajustaran a la nueva realidad e interés de
la industria de la región; incremento del relacionamiento con instituciones
internacionales para el manejo de esos temas; reestructura de la Secretaría
General con el fin de dotarla de recursos que le permitieran trabajar en ese
nuevo contexto. De esta manera, se marcó la necesidad de desarrollar un
nuevo Plan Estratégico para la Asociación” (ARPEL; 2005:34).
Para ese entonces, “ARPEL contaba con 20 empresas petroleras estatales como
miembros, responsables de la casi totalidad de los 7,4 millones de barriles diarios de
petróleo (cerca del 12% de la demanda mundial) y de 360 millones de m³ de gas que
producía América Latina”. (Raúl, Navarro García; 2000:148).
No obstante estos datos, ARPEL estaba marcando un profundo giro respecto a
sus objetivos iniciales, aquellos que promovían la asociación de las empresas petroleras
estatales, para dar paso a los nuevos intereses que la década en tránsito exigía. El
ejemplo más claro de ello lo representó la incorporación a la Asociación de múltiples
instituciones privadas regionales y extrarregionales, un hecho que incluso obligó a
ARPEL a sustituir en su nombre la palabra “Estatal” por la “Empresarial” pasando a
denominarse “Asistencia Recíproca Petrolera Empresarial Latinoamericana”. Para 1995
fue más allá al anunciar que:
“ARPEL como Asociación de empresas petroleras y gasíferas en un entorno
de cambio y competitividad crecientes, proyecta constituirse en un centro
interactivo que colabore en el desarrollo de la industria petrolera
latinoamericana a través de la interacción, trabajo conjunto, participación y
apoyo de todas las Empresas Miembro que operen en la región, cualquiera
sea la propiedad de su capital o su nacionalidad. […] Fomentar la
cooperación entre las Empresas Miembro para favorecer: la integración
regional, el desarrollo empresario, el incremento de la eficiencia de su
gestión, la protección del medio ambiente, el progreso de la industria
petrolera latinoamericana, la expansión de los negocios, el ingreso de
capitales a la región” (ARPEL; 2005:35)
Como se ve, nada quedaba ya de los objetivos originales de ARPEL, la misma
era ahora una organización abocada a los negocios petroleros de la región y a sus
relaciones con las empresas vinculadas a ellos, sin importar que éstas fueran de capital
público o privado.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
54
En 1998, nuevamente la Organización vuelve a cambiar su nombre, pasando a
adoptar el de “Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en
Latinoamérica y el Caribe”. Años más tarde, concretamente en 2005, el presidente del
Directorio de ARPEL, Juan Bachiller, se refería a estos hechos con las siguientes
palabras:
“Los procesos de privatización y liberalización de los mercados producidos
en la década de los noventa, así como la llegada a la región de operadores
exteriores, exigieron a la Asociación adaptarse a la nueva situación […] con
el objetivo de posibilitar la armonía interna entre sus miembros, ya fueran
éstos de capital público o privado. ARPEL quiso convertirse, por la voluntad
unánime de sus miembros, en el foro regional y referencia principal de la
industria del petróleo y gas natural de América Latina y el Caribe, con el
propósito de contribuir a la integración energética regional, condición ésta
imprescindible para la consecución del crecimiento económico y el
desarrollo social” (Ibídem; 2005:12).
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
55
2.3 Conclusiones del capítulo
Como hemos podido analizar a lo largo de las páginas que componen el presente
capítulo, la integración energética experimentó importantes modificaciones. En primer
lugar el modo de llevarla adelante; si hasta la década del noventa el actor artífice y
principal para el desarrollo de la integración había sido el Estado, a partir de esa fecha
estos actores responderán a voluntades externas y en muchos casos mayores, ya sea el
caso del Mercado como tal o, actores estatales no regionales con similar influencia
como el caso de Estados Unidos. En segundo lugar, y asociado a lo anterior, asistimos a
un cambio de forma, la década de los noventa traerá consigo el primer desarrollo
verdaderamente integrador, si a la unión de varias partes nos referimos, ya no será un
plan aislado para un grupo de países que se hayan en dificultades, sea por falta de
recursos energéticos, precios elevados, etc.
Con sus aciertos y errores, la Iniciativa Energética Hemisférica (IEH) supondrá
en este sentido un cambio radical con los anteriores proyectos, no tanto por su alcance
sino por la conjunción de un modo y unos medios, bajo un fuerte sustento ideológico,
puestos al servicio de un fin determinado; la energía al servicio del desarrollo.
Finalmente, y en consonancia con esta nueva forma de integrar energéticamente, vemos
un aumento sustancial en las capacidades geológicas, tanto si nos referimos a reservas
como a producción, hecho que sin duda explica en parte el valor que adquiere la región
como proveedora de petróleo y gas a nivel global y que evidenciamos a través de, por
ejemplo, planes y programas como la IEH.
En este contexto de cambio, como vimos, el proyecto más importante a destacar
será sin duda la Iniciativa Energética Hemisférica. Como se deduce de su nombre, la
misma venía a ser un proyecto de alcance hemisférico, nacido en los Estados Unidos
junto a un programa mayor que buscaba la creación de una zona de libre comercio. Su
objetivo era lograr la complementariedad de los recursos energéticos regionales,
garantizar el suministro energético así como la estabilidad de los mercados regionales
de energía. Era la respuesta norteamericana ante la inseguridad en el aprovisionamiento
de petróleo en un contexto de incertidumbre dado por la volatilidad política en sus
fuentes de suministro tradicionales.
Otro cambio importante que trajo la nueva década vino de la mano de ARPEL,
como dijimos, la misma sufrirá también profundas modificaciones a lo largo de los
noventa. Acorde al cambio político experimentado en la región y en sintonía con la
pérdida de poder estatal, la organización le abrirá paso a la industria hidrocarburífera
privada llegando incluso a cambiar su nombre, pasando a denominarse “Asistencia
Recíproca Petrolera Empresarial Latinoamericana”.
De este modo, el segundo capítulo supone un quiebre en la historia de la
integración energética latinoamericana, por primera vez, la misma hundía sus raíces
fuera de la propia región y relegaba a los Estados a un papel secundario en su
conformación.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
56
CAPITULO 3 (2000-2015)
3.1 Contexto político social y económico
A partir del 2000, nuevamente cambios políticos y económicos dentro de la
región impulsarán el revisionismo de aquellos hechos de signo liberal, y una
contraofensiva ideológica volvía a situar al Estado en el centro de la escena como actor
y artificie de los nuevos modelos de integración, con la energía ocupando un rol
particularmente importante en el camino hacia la independencia política y el desarrollo
económico. Nacía el último de los periodos en la integración regional latinoamericana,
al que el CARI denominaría “Cambio de Rumbo”.
La política económica latinoamericana se comienza a focalizar no tanto en sus
vínculos con la economía de Estados Unidos sino más bien en Latinoamérica,
especialmente a través de los presidentes Néstor Kirchner en Argentina, Lula da Silva
en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. En los hechos, esta
nueva visión va a quedar representada en la cumbre de Mar del Plata en el año 2005,
momento en cual se le pone el punto final a la Iniciativa de las Américas y se la
“reemplaza” por UNASUR.
“La novedad estaba dada por el cambio del eje gravitacional sobre el cual se
ha intentado construir la integración, que ha sido el reflejo de modelos
económicos basados en el mercado interno, en la recuperación del rol del
Estado como inversor y arbitro (…) en este cuadro regional, el eje
Venezuela-Brasil-Argentina se constituyó en la columna vertebral de los
avances de los proyectos de integración energética”. (Lahoud; 2008:13)
En concreto, a partir de 1998, bajo el impacto de dos choques externos –la crisis
asiática y la bancarrota rusa– el dinamismo que había caracterizado a las economías de
América Latina en los primeros años de la década del 90 –con la excepción de las
consecuencias del “efecto tequila” en México, Argentina y Uruguay en 1995– dio paso
a un cierto estancamiento. La tónica general en el cambio de siglo fue la de un “lustro
perdido”, en expresión del entonces secretario ejecutivo de la Comisión Económica
para América Latina (Cepal), José Antonio Ocampo. Lo cierto es que hasta 1997 el
crecimiento había generado cierto optimismo sobre el resultado de las reformas
recogidas en el llamado Consenso de Washington. Pero el nuevo estancamiento de la
economía hizo que el optimismo se disipara. Los costos sociales de la crisis de la deuda
y de las reformas posteriores, que la continuidad del crecimiento económico debería
haber contenido, no solo se hicieron más patentes sino que se agravaron. Tras la
disminución de la pobreza y la indigencia que se había producido entre 1990 y 1997, en
2002 ambos indicadores volvieron a crecer hasta 44% y 19,4%, respectivamente. De
esa manera se extendió la percepción de que el Consenso de Washington no era capaz
de cumplir sus promesas.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
57
La elite política y económica comenzó a discutir la necesidad de una segunda
generación de reformas, y a finales de 1999 una conferencia organizada por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) sobre el tema planteó, como era inevitable, la
vulnerabilidad del modelo a los choques financieros externos, origen de los nuevos
problemas de la región. Además, se redescubrió la importancia de las instituciones
como marco imprescindible para el buen funcionamiento de los mercados. Por esta vía
regresó a la agenda política el papel del Estado en la sociedad y la economía.
La crisis económica y política en Argentina, en diciembre de 2001, marcó
probablemente el fin del Consenso de Washington. El FMI había presentado durante
demasiado tiempo a este país como el mejor ejemplo del nuevo modelo económico, y la
convertibilidad arrastró en su colapso la credibilidad de esta institución y de los
organismos multilaterales.
La victoria de Luiz Inácio da Silva en las elecciones presidenciales de 2002 fue
otro momento decisivo en el giro de la región hacia posiciones hostiles a las ideas
neoliberales. Simbólicamente la elección de Lula, junto a la victoria de Néstor Kirchner
en Argentina en 2003, fue la señal del cambio de clima político e ideológico que se
experimentaba dentro de la región. A ellos se unirían, posteriormente, Tabaré Vázquez
en Uruguay en 2004, Evo Morales en Bolivia en 2005, y Michelle Bachelet en Chile y
Alan García en Perú, en 2006. Como contrapartida, el ALCA comenzó a evidenciar
crecientes dificultades para materializar sus aspiraciones, ya sea por los obstáculos y
presiones políticas internas en EEUU, como por las crecientes discrepancias de algunos
de los gobiernos de América Latina, y por el agravado del desarrollo de movimientos
aglutinados en torno a los efectos negativos que los acuerdos de libre comercio dejaban
a su paso. Dentro de este contexto, el choque entre ambos modelos era ya inevitable.
La Cumbre de las Américas en noviembre de 2005 será, como hemos
mencionado, el punto más álgido entre quienes estaban a favor del ALCA y quienes, por
el contrario, se hallaban a favor del Mercosur, asimismo, comenzó a aglutinar a estos
últimos en torno al desarrollo de propuestas alternativas de integración, sintetizadas en
el lema “otra integración es posible” (Andrés Serbin; 2010:11)
Más allá de esto, el Mercosur no tenía las aspiraciones hemisféricas del ALCA.
Es por ello que, con la idea de hacer cada vez más extensiva la diferenciación respecto
al modelo de integración precedente, y con el objetivo de incluir otras áreas de la
región, por ejemplo la Comunidad Andina de Naciones (CAN), en el 2004 dio lugar la
creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), posteriormente
denominada Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
“El espacio sudamericano que promovió la CSN apuntaba a impulsar la
coordinación política y diplomática como así también la profundización de
la convergencia entre Mercosur, CAN y Chile. Por otra parte […] planteaba,
además de los vínculos institucionales entre el Mercosur y el CAN, temas de
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
58
infraestructura en transporte, energía y comunicaciones, y asomaba la
iniciativa de creación de una red de Gasoductos del Sur” (Ibídem)
Pero esto que parecía ser una aparente unión política e ideológica en torno a
objetivos comunes, nuevamente diferencias, en principio ideológicas entre algunos de
los presidentes sudamericanos, marcaron el plano de relacionamiento regional. Y fue
precisamente durante la Cumbre fundacional del nuevo espacio de integración donde se
evidenció el nacimiento de dos posturas, dos liderazgos regionales conceptual y
políticamente contrapuestos. Por un lado el presidente venezolano Hugo Chávez, quien
veía a los procesos de CAN y Mercosur como “experiencias neoliberales” y, por otro
lado el presidente de Brasil, Lula Da Silva, para quien el Mercosur y por extensión la
CSN representaban un instrumento fundamental para el relacionamiento con otros
bloques económico-comerciales, siendo esta a su vez, la carta para alcanzar el liderazgo
regional. Como si estas divergencias no fueran suficientes, la fragmentación se hizo aún
más explícita con el lanzamiento por parte de Venezuela del ALBA, la contraparte a la
propuesta norteamericana del ALCA, entre cuyos planes existía en materia energética
el proyecto Petroamérica que a su vez era el competidor directo del proyecto brasilero
Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA). En fin, la misma
región que en un comienzo se había unido para rechazar un modelo de integración y
que en la práctica lo había logrado, se hallaba ahora profundamente polarizada en torno
a dos modelos que a fin de cuenta eran la política regional de dos países en pugna por
alcanzar el liderazgo regional.
Por último y haciendo una contextualización de la geología regional, el nuevo
milenio supondrá, en líneas generales, un aumento en todas las variables que venimos
analizando, entiéndase reservas, producción y consumo de gas y petróleo. Respecto a
las reservas de petróleo el incremento más importante desde 1990 a esta fecha se dio en
Ecuador (237%) pasando a contabilizar 4,6 mil millones de barriles de petróleo,
seguido por Argentina (89%) con 3 mil millones de barriles, Brasil (88%) con 8,5 mil
millones de barriles y, Trinidad y Tobago (41%), que al cierre del año 2000 contabilizó
0,9 mil millones de barriles de petróleo. Un caso opuesto experimentó México que
comenzó su declive en cuanto a reservas, pasando de contabilizar 51,3 mil millones de
barriles a contabilizar 20,2 mil millones de barriles, una disminución del 61%.
Respecto al gas quien denotó el mayor aumento respecto a lo registrado en 1990 fue
Bolivia (497%) que pasó de poseer 0,1 trillones de metros cúbicos a poseer 0,7
trillones. En esta línea de ascenso le siguieron Trinidad y Tobago (121%) que registró
0,6 trillones de metros cúbicos y Brasil que experimentó un alza de 91% de sus reservas
las cuales pasaron a contabilizar 0,2 trillones de metros cúbicos. Nuevamente México
presentó en este segmento una notable disminución (59%) al pasar de 2,0 trillones de
metros cúbicos a 0,2 trillones.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
59
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Respecto a la producción de petróleo, fue Brasil quien más incrementó su
capacidad (96%) con 1.270.931 barriles por día, no obstante esto, continúo en el tercer
lugar en el ranking de los mayores tres productores regionales, detrás de México con
3.458.985 y Venezuela con 3.096.995 barriles por día. Ambos también experimentaron
un aumento de su capacidad productiva, 18% en el caso de México y 38% en el caso de
Venezuela. Otro que evidencio un importante incremento fue Colombia, 54%. En
cuanto a la producción de gas, Trinidad y Tobago con 15,5 billones de metros cúbicos,
seguido por Brasil con 7,5 billones y Argentina con 37,4 billones de metros cúbicos,
197%, 145% y 110% respectivamente, fueron los de mayor incremento, mientras que
Perú fue el único que experimentó saldo negativo con una merma del 22% en su
producción. Sólo entre Argentina y México se producía más de la mitad de lo que se
producía regionalmente, en concreto, entre ambos eran responsables del 54,3% de la
producción regional de gas.
-
10,0
20,0
30,0
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4,5
Mil
mill
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es
de
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s
Trill
ón
de
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tro
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os
Reservas de gas y petróleo año 2000
RESERVAS GAS RESERVAS PETROLEO
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60
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal Review
of World Energy, 2016.
Finalmente, atendiendo la variable consumo de petróleo, el país donde se dio el
mayor incremento fue Chile (81%), seguido por Ecuador (49%) y Brasil (42%). No
obstante, este último continúo siendo quien más consumo en términos nominales
registró, con 2.066.110 barriles diarios. Situación análoga se evidencia respecto al
consumo de gas. También Chile es responsable del mayor aumento (283%), seguido
por Brasil (181%) y Ecuador (105%), aunque en términos nominales, el primer lugar en
el podio como mayor consumidor de gas para el año 2000, al igual que una década
atrás, lo ocupó México con 40,8 billones de metros cúbicos.
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal Review
of World Energy, 2016.
-
1000
2000
3000
4000
Mile
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Producción y consumo de petróleo 2000
PRODUCCION PETRÓLEO CONSUMO PETRÓLEO
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10,0
20,0
30,0
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Bill
ón
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met
ros
cúb
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Producción y consumo de gas 2000
PRODUCCIÓN GAS CONSUMO GAS
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61
3.2 Acuerdos y Organizaciones
Como planteamos en la introducción de este capítulo, los cambios políticos y
económicos sucedidos dentro de América Latina a partir del año 2000 traerán consigo
nuevos proyectos en materia de integración energética y la reformulación de algunos
existentes. A continuación abordaremos los más relevantes.
3.2.1 Acuerdo de Caracas
El primero de los ejemplos en este nuevo rumbo que adoptó la integración se
dio en el año 2000, cuando Venezuela junto a 10 países de América Central y el Caribe
(Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Haití,
República Dominicana y Barbados), suscribieron el Acuerdo de Caracas (ACEC). Un
acuerdo complementario al Acuerdo de San José, en el sentido que añade
financiamiento para mayores volúmenes de petróleo. El principal punto que motivó el
acuerdo fue aliviar la carga de la factura petrolera de los países firmantes cuando este
recurso alcanzara un costo elevado. Aquí haría su intervención Venezuela,
suministrando 80 mil barriles diarios, repartidos entre los países firmantes del acuerdo a
precios internacionales pero con un año de gracia, pagadero en 15 años y una tasa de
interés anual del 2%, por lo que presenta un mayor grado de concesión que el Acuerdo
de San José. Hay quienes sostienen que, en realidad, este acuerdo se formó ante la
negativa prestada a Venezuela en su afán de querer incluir a Cuba en el Pacto de San
José y con el interés de modernizar y adaptar a las nuevas realidades a aquél mismo.
El Acuerdo entra en consonancia con lo que se había contemplado en el punto
12 de la Declaración de Caracas, firmada durante la II Cumbre de Jefes de Estados y de
Gobierno de los Países Miembros de la OPEP, que menciona:
“Subrayar que el desarrollo económico y social, así como la erradicación de
la pobreza, deberían ser las prioridades globales primordiales. A tal efecto, la
OPEP continuará con su antecedente histórico de tomar en plena
consideración los problemas de los Países en Desarrollo, entre otras cosas, a
través de sus programas individuales de ayuda así como a través del fondo
OPEP para el Desarrollo Internacional y el Fondo Internacional para el
Desarrollo Agrícola, e insta a los países industrializados a reconocer que la
mayor tragedia ambiental que afronta el mundo es la pobreza”. (Resolución
Nº 12 de la Declaración solemne de la II Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno de los países miembros de la OPEP, 28 de septiembre de 2000)
En esencia fue un acuerdo complementario al de San José y antecesor a
Petrocaribe. Plantea lo mismo que el primero de ellos, sólo que en este actúa Venezuela
como único proveedor y agrega la posibilidad de cancelar los pagos diferidos con
bienes y servicios producidos en esos países y según convenios entre ambas partes.
Dentro de este acuerdo marco general, cada país firmó con Venezuela convenios
bilaterales donde se establecieron las condiciones particulares y las cuotas de crudo que
se proveerían a cada país.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
62
Los primeros países en firmar estos convenios fueron: Belice, Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá y República
Dominicana. En total, “Venezuela se comprometía a entregarles 78.400 barriles diarios
de crudo y/o productos derivados” (Lander Luis E; 2006:8). Por otro lado, dejaba
abierta la posibilidad de ingreso de nuevos miembros, hecho del cual se benefició
Cuba, uno de los mercados energéticos más importantes del Caribe que había sido
excluido del Acuerdo de San José.
Fuente: Luis E. Lander (2006:7)
El mecanismo de financiación es similar al Acuerdo de San José, cuando el valor
del barril de petróleo tuviera un precio mayor o igual a 15 dólares pero menor o igual a
19,99 dólares, Venezuela financiaría el 5 % de aquel valor; a mayor valor del precio del
petróleo, mayor sería el porcentaje de financiación.
3.2.2 Unión de Naciones Suramericanas
Como se planteó al inicio del capítulo y continuando en orden cronológico con
las iniciativas más relevantes surgidas en torno al campo energético, en el año 2004 los
países de la región darán lugar a la creación de la Comunidad Suramericana de
Naciones (CSN), el antecedente de lo que años más tarde sería la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR). Esta organización será clave para comprender, por un lado,
como se dijo, el cambio en el modo de llevar adelante la integración; con el ALCA en
retirada, la región emprende un nuevo modelo de integración respondiendo a la
concepción de regionalismo posliberal. Por otro lado, el nuevo impulso que recibirá de
parte de ésta la energía bajo una concepción ampliada: la energía para el desarrollo
productivo. Efectivamente, durante la Declaración de Cusco, en diciembre de 2004, con
la cual nace la CSN, la integración energética es identificada como uno de los procesos
cuyo desarrollo y perfeccionamiento permitiría generar un espacio sudamericano donde
la complementación de potencialidades, aunada a una conciencia ambiental responsable,
permitiría alcanzar un desarrollo más equitativo, armónico e integral.
“La construcción de la Comunidad Sudamericana de Naciones busca el
desarrollo de un espacio integrado en lo político, social, cultural, económico,
financiero, ambiental y en la infraestructura. Esta integración sudamericana
no es sólo necesaria para resolver los grandes flagelos que afectan a la
región, como son la pobreza, la exclusión y la desigualdad social
ESCALA DE FINANCIAMIENTO - ACUERDO
ENERGÉTICO DE CARACAS
Precio promedio anual % a financiar
≥ 15 y ≤ 19,99 5
≥ 20 y ≤ 21,99 10
≥ 22 y ≤ 23,99 15
≥ 24 y ≤ 29,99 20
≥ 30 25
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63
persistentes, que se han transformado en los últimos años en una
preocupación central de todos los gobiernos nacionales, sino que es un paso
decisivo para lograr un mundo multipolar, equilibrado, justo y basado en una
cultura de paz.” (Fuente: Página oficial UNASUR. http://www.isags-
unasur.org/uploads/biblioteca/1/bb[611]ling[2]anx[1826].pdf. Consultado el
12/11/2017)
En el año 2006, mediante la Declaración de Cochabamba, los países
sudamericanos decidieron avanzar en la construcción del modelo de integración, para
ello plantearon cuatro objetivos regionales, entre los cuales se encuentra la "integración
energética para el bienestar de todos", que tendría como base un conjunto de acciones
para minimizar las asimetrías económico-sociales de la región. Esta integración
implicaría la articulación de políticas nacionales y estrategias para un aprovechamiento
integral, sostenible y solidario de los recursos energéticos, que reconozca las asimetrías
entre los países y las regiones. (Fuente: Página oficial UNASUR.
http://www.unasursg.org/images/descargas/ESTATUTOS%20CONSEJOS%20MINIST
ERIALES%20SECTORIALES/LINEAMIENTOS%20DE%20ESTRATEGIA%20ENE
RGETICA%20SURAMERICANA.pdf. Consultado el 18/11/2016)
Años más tarde, en abril de 2007, durante la I Cumbre Energética Suramericana,
desarrollada en la Isla Margarita, Venezuela, los Jefes de Estados cambiaron el nombre
de Comunidad Suramericana de Naciones a Unión de Naciones Suramericanas, como
plataforma institucional de complementación regional, estableciendo parámetros para el
desarrollo de la integración energética de Sudamérica. Para tal objetivo crearon el
Consejo Energético Suramericano, integrado por los ministros de Energía de cada país.
Su primer gran tarea fue elaborar la Estrategia Energética Suramericana, el Plan de
Acción y el Tratado Energético de Suramérica (Fuente: Página oficial IIRSA.
www.iirsa.org/event/detail?Id=148. Consultado el 18/11/2016)
Finalmente, el 23 de mayo de 2008, se aprobó el Tratado Constitutivo de la
Unión de Naciones Suramericanas, en el cual se designó como sede permanente de la
Secretaría General a Quito, capital del Ecuador, y del Parlamento a Cochabamba,
Bolivia. No obstante, el Tratado no entró en vigencia hasta marzo de 2011.
La UNASUR está conformada por cuatro órganos de toma de decisiones:
1. Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno.
2. Consejo de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores.
3. Consejo de Delegados y Delegadas.
4. Secretaría General. (Fuente: Página oficial UNASUR.
http://www.unasursg.org/es/como-funciona-unasur. Consultado el 14/11/2017)
Entre los objetivos específicos de la Organización destacamos los siguientes:
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64
El fortalecimiento del diálogo político entre los estados miembros que asegure
un espacio de concertación para reforzar la integración suramericana y la
participación de UNASUR en el escenario internacional.
El desarrollo social y humano con equidad e inclusión para erradicar la pobreza
y superar las desigualdades en la Región.
La integración energética para el aprovechamiento integral, sostenible y
solidario de los recursos de la región.
El desarrollo de una infraestructura para la interconexión de la región y entre
nuestros pueblos de acuerdo a criterios de desarrollo social y económico
sustentables.
La integración financiera mediante la adopción de mecanismos compatibles con
las políticas económicas y fiscales de los estados miembros.
La cooperación económica y comercial para lograr el avance y la consolidación
de un proceso innovador, dinámico, transparente, equitativo y equilibrado, que
contemple un acceso efectivo, promoviendo el crecimiento y el desarrollo
económico que supere las asimetrías mediante la complementación de las
economías de los países de América del Sur, así como la promoción del
bienestar de todos los sectores de la población y la reducción de la pobreza.
(Fuente: Página oficial UNASUR. http://www.unasursg.org/es/objetivos-
especificos. Consultado el 14/11/2017)
Tal como sostiene Inostroza (2012:4), la UNASUR no nació con el fin de
intensificar los intercambios comerciales, sino más bien las relaciones políticas y dentro
de ellas con un claro objetivo: “lograr potenciar las capacidades de la región en aspectos
claves como la energía, la infraestructura y la cooperación financiera”.
Atendiendo al primero de esos objetivos es pertinente destacar la labor del
Consejo Energético Suramericano. Como mencionamos, el mismo fue creado en el año
2007 y está integrado por los Ministros de Energía de los doce países miembros de
UNASUR. A continuación desarrollamos cada una de las cuatro reuniones llevadas
adelante desde su creación a la fecha.
I Reunión del Consejo Energético de Suramérica
Se llevó a cabo en Caracas, Venezuela, el 8 de Mayo de 2008. Durante la misma
se instruyó al Grupo de Expertos en Energía la elaboración de los programas antes
citados.
Anteproyecto de Lineamientos de la Estrategia Energética Suramericana, sobre
la base de los principios rectores de la integración energética, a saber:
Cooperación.
Solidaridad entre los pueblos.
Respeto a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos.
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65
El derecho soberano a establecer criterios que aseguren el desarrollo sustentable
de los recursos renovables y no renovables, así como también a administrar la
tasa de explotación de los recursos.
Complementariedad de los países en el uso equilibrado de los recursos para el
desarrollo de los pueblos.
El respeto a los modos de propiedad que utiliza cada Estado para el desarrollo de
sus recursos energéticos.
La utilización de la integración energética como una herramienta importante
para promover el desarrollo social, económico y la erradicación de la pobreza.
La universalización del acceso a la energía como un derecho ciudadano.
El uso sostenible y eficiente de los recursos y potencialidades energéticas de la
región.
La articulación de las complementariedades energéticas para la disminución de
las asimetrías existentes en la región.
El reconocimiento de los Estados, la sociedad y las empresas del sector como
actores principales del proceso de integración. (Fuente: Página oficial UNASUR.
http://www.unasursg.org/images/descargas/ESTATUTOS%20CONSEJOS%20
MINISTERIALES%20SECTORIALES/LINEAMIENTOS%20DE%20ESTRA
TEGIA%20ENERGETICA%20SURAMERICANA.pdf. Consultado el
17/11/2016)
Dichos lineamientos de la Estrategia Energética, son:
1- Promover la seguridad del abastecimiento energético de la región;
2- Promoción del intercambio energético regional;
3- Fortalecimiento de la infraestructura energética regional;
4- Plantear mecanismos de complementariedad entre las empresas estatales
nacionales de hidrocarburos y otros tipos de energía;
5- Propiciar el intercambio y transferencia de tecnologías, así como la formación de
recursos humanos;
6- Incentivar el desarrollo energético regional a fin de propiciar un modelo de
consumo racional y sostenible que preserve los recursos naturales y el ambiente;
7- Promover la industrialización y el desarrollo del sector energético y su
complementación regional;
8- Promover la armonización de los aspectos regulatorios y comerciales asociados
con la integración energética (bajo el entendido de que los aspectos jurídicos que
se deriven de estos lineamientos serán materia del alcance del tratado energético
suramericano);
9- Incorporar en las planificaciones energéticas nacionales el componente de la
integración regional;
10- Promover el uso eficiente de la energía y el intercambio de experiencias en esta
materia;
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
66
11- a) Impulsar el desarrollo de las energías renovables y alternativas
(biocombustibles, eólica, solar, nuclear, mareomotriz, geotérmica, hídrica,
hidrógeno, entre otras);
b) Conjugar esfuerzos para intercambiar experiencias en biocombustibles
realizadas en la región, con miras a lograr la máxima eficiencia en el empleo de
estas fuentes, de tal forma que promueva el desarrollo social, tecnológico,
agrícola y productivo;
c) Con observación de Bolivia con respecto a la utilización del término de
biocombustibles;
12- a) Estimular la asociación entre el sector público y el sector privado;
b) Realizar los mejores esfuerzos para la creación de Empresas Grannacionales,
con arreglo al ordenamiento legal interno de cada Estado en atención a la forma
o modelo de asociación legal y financiera de las empresas participantes;
c) Cada país se reserva el derecho a definir la composición accionaria de la
empresa que se asociará para conformar la Empresa Grannacional;
13- Propiciar el mantenimiento de los acuerdos bilaterales o regionales y
subregionales existentes, así como la negociación de futuros acuerdos;
14- Promover una relación equilibrada entre países productores y consumidores de
energía;
15- Avanzar en propuestas de convergencia de las políticas energéticas nacionales
tomando en cuenta el marco legal vigente en cada país. (Fuente: Página oficial
UNASUR; Ibídem)
Anteproyecto de Lineamientos del Plan de Acción para la Integración Energética
Regional
“Implica la complementariedad de todas las fuentes de energías disponibles en
la región, el intercambio tecnológico para la búsqueda de nuevas fuentes y
recursos energéticos; así como el desarrollo de toda la cadena de valor de la
energía, procurando su industrialización. Se buscará mejorar los patrones de
producción y consumo de energía que preserven el equilibrio entre la
explotación del recurso natural y el desarrollo sostenible de la región.”
(Fuente: Página oficial UNASUR.
https://repo.unasursg.org/alfresco/service/unasursg/documents/content/DECIS
ION_PARA_LA_APROBACION_DE_LOS_LINEAMIENTOS_DE_LA_ES
TRATEGIA_ENERGETICA_SURAMERICANA__LOS_LINEAMIENTOS
_DEL_PLAN_DE_ACCION_PARA_LA_INTEGRACION_ENERGETICA_
REGIONAL_Y_LA_ESTRUCTURA_DEL_TRATADO_ENERGETICO_SU
RAMERICANO.pdf?noderef=f863fbf9-324f-4c77-a6ee-4aa0570d0a80.
Consultado el 17/11/2016)
Los expertos en la materia propusieron nueve líneas de acción: Balance y
diagnóstico energético; petróleo; gas; carbón; energía eléctrica; energías renovables y
alternativas; energía nuclear; biocombustibles; ahorro y uso eficiente de la energía. El
objetivo era generar actividades que comprendan la exploración, explotación,
procesamiento, transformación, industrialización, desarrollo de infraestructura y
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67
comercialización de la energía, analizando las diferentes capacidades existentes en
Sudamérica.
II Reunión del Consejo Energético de Suramérica
Se llevó a cabo en la ciudad de Quito, República del Ecuador, a los 25 días de
Marzo de 2010. Los Ministros de Energía allí reunidos procedieron a la aprobación de
los ante proyectos previamente trabajados. Entiéndase: Anteproyecto de Lineamientos
de la Estrategia Energética Suramericana y Anteproyecto de Lineamientos del Plan de
Acción para la Integración Energética Regional.
Asimismo, se discutió acerca del Anteproyecto de Lineamientos de Tratado
Energético. (Fuente: Página oficial UNASUR.
https://repo.unasursg.org/alfresco/service/unasursg/documents/content/DECLARACIO
N_DE_LA_SEGUNDA_REUNION_DEL_CONSEJO_ENERGETICO_DE_SURAME
RICA.pdf?noderef=7303ed0c-0656-4be6-a9a8-5f268607ec2e. Consultado el
20/11/2016)
III Reunión del Consejo Energético de Suramérica
La III reunión del Consejo Energético de Suramérica se llevó a cabo en la ciudad
de Caracas, el 18 de mayo de 2012. Entre las medidas más importantes, destacamos las
siguientes:
“Acordó constituir un Grupo Especializado Ad Hoc en materia Jurídico-Política
que generará las propuestas que permitan darle contenido normativo concreto a la
Estructura del Tratado Energético Suramericano de la UNASUR aprobado por Jefas y
Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre Extraordinaria de Los Cardales en el mes
de Mayo de 2010…”
“Recibió cuentas del trabajo adelantado por el Grupo de Expertos en materia de
la elaboración del Balance Energético de Suramérica, pieza fundamental de información
requerida para continuar con el desarrollo del Plan de Acción.”
“Instruyó al Grupo de Expertos en Energía proseguir los trabajos sobre los
quince puntos de los Lineamientos de la Estrategia Energética Suramericana.”
“Acordó la realización de un Primer Encuentro de Empresas Nacionales de
Petróleo y Gas en la ciudad de Caracas […] con el fin de promover el intercambio de
experiencias y la búsqueda de complementariedades no solo en el área comercial y
operacional sino también en el área regulatoria y jurídica.” (Fuente: Página oficial
UNASUR.
https://repo.unasursg.org/alfresco/service/unasursg/documents/content/DECLARACIO
N_DE_LA_TERCERA_REUNION_DEL_CONSEJO_ENERGETICO_DE_SURAME
RICA.pdf?noderef=8e4f01f1-a5b6-4111-84d6-2198fadcda2e. Consultado el
20/11/2016)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
68
IV Reunión del Consejo Energético de Suramérica
Celebrada el 19 de mayo de 2015, en la sede de UNASUR, en Quito, República
de Ecuador. El Consejo Energético Suramericano…
“Ratificó el compromiso y la voluntad política de fundamentar el Tratado
Energético Suramericano en los principios establecidos en los Lineamientos de la
Estrategia Energética Suramericana y en el Plan de Acción para la Integración
Energética Regional.”
“Acogió la propuesta venezolana de Relanzamiento y Reimpulso del Consejo
Energético, acordando un cambio en la metodología de funcionamiento de los Grupos
de Trabajo, de manera que el Grupo Ad Hoc en materia Jurídico-Política y el Grupo de
Expertos en Energía pasaran a formar un solo grupo, denominado "Grupo de Expertos
en Energía…”
“Acordó crear una comisión técnica especial para la Formulación de un Plan de
Acción 2015-2016, considerando los contenidos de los Lineamientos de la Estrategia
Energética Suramericana y los Estudios de la Situación Actual del Desarrollo
Energético de la Región…”
“Promover la agenda de proyectos bilaterales de la integración energética
suramericana para la conformación de redes de interconexi6n regional.” (Fuente: Página
oficial UNASUR.
https://repo.unasursg.org/alfresco/service/unasursg/documents/content/DECLARACIO
N_DE_LA_CUARTA_REUNION_DEL_CONSEJO_ENERGETICO_SURAMERICA
NO.pdf?noderef=22e79ce5-8a87-4d81-b988-6fd14dbca647. Consultado el 25/11/2016)
Con resultados diversos en la consecución de los objetivos propuestos, dentro
del Consejo se ha logrado avanzar en algunos ámbitos como es la elaboración de los
Lineamientos de la Estrategia Energética Suramericana, de los Lineamientos del Plan de
Acción para la Integración Energética Regional así como de la Estructura del Tratado
Energético Suramericano, documentos que fueron aprobados en la Cumbre
Extraordinaria de los Jefes de Gobierno de UNASUR efectuada en los Cardales, en
mayo de 2010.
No obstante, luego de aquella reunión el Consejo Energético entró en un impasse
respecto al avance y concreción de propuestas planteadas, siendo el caso del Tratado
Energético Suramericano uno de los puntos más evidentes. Dicho impasse se rompió
recién el 19 de mayo de 2015 cuando se efectuó en la sede de UNASUR en Quito,
Ecuador, la IV Reunión del Consejo, constituyendo una especie de relanzamiento de del
Consejo.
En la reunión, en la que el presidente del Consejo Energético de Suramérica
reconoció que “han sido muy pocos los avances en materia energética y urge la
necesidad de avanzar con visión suramericana y sin miedo”, se estableció un plan de
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
69
trabajo 2015-2016, se planteó la necesidad de impulsar redes regionales de
interconexión energética y de gas, y se insistió en la necesidad de lograr acuerdos que
beneficien a la región en materia de energía. (Fuente: Página oficial UNASUR.
http://www.unasursg.org/es/node/251. Consultado el 25/11/2016).
3.2.3 Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
Otro ejemplo de este cambio de rumbo que se hizo evidente dentro de la región a
comienzos del nuevo siglo vino representado por el Proyecto Petroamérica. Como
marcamos al comienzo de este periodo, la iniciativa Petroamérica y los propios intereses
venezolanos en la región se insertan dentro de un proyecto mayor, también nacido en la
República Bolivariana de Venezuela, nos referimos a la Alternativa Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP),
también conocida como Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. El
uso del término “Alternativa” por contraposición al término “Alianza” responde a que
en un comienzo el proyecto surgió, verdaderamente, como una Alternativa a la
iniciativa norteamericana ALCA. Una vez desarticulado este proyecto en la región ya
no era necesario destacar al ALBA como algo diferente a aquél y es así como pasó a
denominarse Alianza.
“Se nos ha ocurrido lanzar una propuesta, que pudiera llamarse el ALBA,
Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. Un nuevo
concepto de integración que no es nada nuevo, se trata de retraer o de traer
nuevamente un sueño que creemos posible, se trata de otro camino. Se trata
de una búsqueda, porque ciertamente la integración para nosotros es vital: o
nos unimos o nos hundimos. Escojamos pues las alternativas. (Hugo Chávez
Frías III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de
Estados del Caribe, celebrada en la isla de Margarita, diciembre de 2001.
Fuente: Diario la Tercera.
http://diario.latercera.com/2014/12/14/01/contenido/mundo/8-179652-9-a-
10-anos-de-su-creacion-el-alba-pierde-influencia-en-america-latina.shtml.
Consultado 06/10/15)”.
Concebida, como se dijo, para contrarrestar la hegemonía de EEUU y como
proyecto contrapuesto al ALCA, tiene su epicentro en las iniciativas del presidente
Chávez y en los recursos petroleros de su país. Asimismo busca revitalizar el ideario del
libertador Simón Bolivar de hacer de América Latina la Patria Grande.
“De entrar en vigor, el ALCA constituiría desde el punto de vista político la
desunión de los países latinoamericanos y niveles de dependencia y
subordinación sin precedentes; desde el punto de vista económico
contribuiría a la desnacionalización de las economías y significaría la
profundización del neoliberalismo; y desde el punto de vista social traería
mayor pobreza y desesperación para los sectores mayoritarios de nuestros
países”. (Especiales – ALBA. PDVSA; 2005)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
70
En lo que hace exclusivamente a la integración regional, introduce nuevas
variables conceptuales de fuerte contenido ideológico sobre la idea del intercambio
solidario apoyado sobre ventajas complementarias, y se basa en gran parte en la
integración y cooperación energética a través del impulso de mecanismos como
Petroamérica, y en la integración financiera a través de la creación del Banco del Sur. A
estas iniciativas se le puede agregar la integración comunicacional a través de Telesur y
la promoción de la “diplomacia de los pueblos” que apunta a consolidar un apoyo social
a este proyecto a través de la convocatoria de movimientos sociales y políticos de
diversos países de la región. (Serbin; 2010:12)
Principios que guían el accionar del ALBA
“1. El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino
instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues la
verdadera integración latinoamericana y caribeña no puede ser hija ciega del
mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los mercados
externos o estimular el comercio. Para lograrlo, se requiere una efectiva
participación del Estado como regulador y coordinador de la actividad
económica.
2. Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de
los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el
acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se deriven
del proceso de integración.
3. La complementariedad económica y la cooperación entre los países
participantes y la no competencia entre países y producciones, de tal modo
que se promueva una especialización productiva eficiente y competitiva que
sea compatible con el desarrollo económico equilibrado en cada país, con las
estrategias de lucha contra la pobreza y con la preservación de la identidad
cultural de los pueblos.
4. Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los
países menos desarrollados en la región, que incluya un Plan Continental
contra el Analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron
probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de
salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de
carácter regional en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico
y social.
5. Creación del Fondo de Emergencia Social, propuesto por el Presidente
Hugo Chávez en la Cumbre de los Países Sudamericanos, celebrada en
Ayacucho.
6. Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte entre los
países latinoamericanos y caribeños, que incluya planes conjuntos de
carreteras, ferrocarriles, líneas marítimas y aéreas, telecomunicaciones y
otras.
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71
7. Acciones para propiciar la sostenibilidad del desarrollo mediante normas
que protejan el medio ambiente, estimulen un uso racional de los recursos e
impidan la proliferación de patrones de consumo derrochadores y ajenos a
las realidades de nuestros pueblos.
8. Integración energética entre los países de la región, que asegure el
suministro estable de productos energéticos en beneficio de las sociedades
latinoamericanas y caribeñas, como promueve la República Bolivariana de
Venezuela con la creación de Petroamérica.
9. Fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la propia
América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir la dependencia de los
países de la región de los inversionistas foráneos. Para ello se crearían, entre
otros, un Fondo Latinoamericano de Inversiones, un Banco de Desarrollo del
Sur, y la Sociedad de Garantías Recíprocas Latinoamericanas.
10. Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña y de la identidad de los
pueblos de la región, con particular respeto y fomento de las culturas
autóctonas e indígenas. Creación de la Televisora del Sur (TELESUR) como
instrumento alternativo al servicio de la difusión de nuestras realidades.
11. Medidas para las normas de propiedad intelectual, al tiempo que protejan
el patrimonio de los países latinoamericanos y caribeños frente a la
voracidad de las empresas transnacionales, no se conviertan en un freno a la
necesaria cooperación en todos los terrenos entre nuestros países.
12. Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los procesos de
negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones, incluida la
lucha por la democratización y la transparencia en los organismos
internacionales, particularmente en las Naciones Unidas y sus órganos.”
(Fuente: ALBA. http://alba-tcp.org/content/principios-fundamentales-del-
alba. Consultado el 12/10/15).
Bajo estos principios, el objetivo general que persigue el ALBA es una visión
geoestratégica, política e ideológica del presidente Chávez, es la búsqueda de la unión
económica, política y social de los países de América Latina y el Caribe en un solo
bloque, capaz de contrarrestar la hegemonía estadounidense promoviendo una
integración regional sustentada en los principios de solidaridad, justicia, cooperación y
complementariedad, que consoliden la conformación de un mundo multipolar que acote
y enfrente esta hegemonía. Y, en este marco, “el instrumento privilegiado de política
exterior es la utilización de los recursos petroleros” (Josette Altmann Borbon 2006 en
Serbin; 2010:12)
Formulada, como se dijo, por primera vez en 2001 por el entonces presidente
venezolano Hugo Chávez Frías en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en Venezuela, se creó
formalmente tres años más tarde a partir del acuerdo entre el presidente de Venezuela
Hugo Chávez y el presidente cubano Fidel Castro.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
72
El organismo cuenta, como veremos, con un número importante de Estados
miembro propiciado, principalmente, por el ascenso al poder de presidentes
ideológicamente complementarios como el caso de Evo Morales en Bolivia, Daniel
Ortega en Nicaragua, Manuel Zelaya en Honduras y Rafael Correa en Ecuador.
Actualmente el ALBA se encuentra integrada por: Venezuela, Cuba, Bolivia,
Nicaragua, Mancomunidad de Dominica, Antigua y Barbuda, Ecuador, San Vicente y
Las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves y Granada. Honduras abandonó el
bloque tras el Golpe de Estado que derrocó al presidente Zelaya en 2010. Juntos suman,
aproximadamente, 2,5 millones de kilómetros cuadrados y representan 69,5 millones de
personas. Por otra parte, ha sabido ganarse el apoyo de otros países de la región, al
favorecer la creación del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos
(SUCRE) y el Banco del ALBA; al ser observador electoral en los Comicios
Seccionales de Ecuador en 2014; encabezar el rechazo a las intervenciones de la OTAN
en Libia y Siria en 2011; etc. (Jimmy Graziani Mora; 2015:2).
Desde su origen a 2015 se han llevado adelante XIII Cumbres y IX Reuniones
Extraordinarias. A continuación analizamos brevemente cada una de ellas en busca de
conectar con los elementos que hacen al ALBA una nueva forma de integración,
desentrañando en la medida de lo posible los aspectos energéticos, claves al objeto del
trabajo.
I Cumbre - La Habana, Cuba - Diciembre de 2004
Cumbre mediante la cual, el Presidente Hugo Chávez Frías, como representante
de la República Bolivariana de Venezuela y Fidel Castro Ruz, en nombre de la
República de Cuba, en consideración de ampliar y modificar el Convenio Integral de
Cooperación existente entre Cuba y Venezuela, dan origen al ALBA previo rechazo
definitivo del ALCA, al considerarla como “la expresión más acabada de los apetitos de
dominación sobre la región y que, de entrar en vigor, constituiría una profundización del
neoliberalismo y crearía niveles de dependencia y subordinación sin precedentes”
(Fuente: ALBA. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-conjunta-venezuela-cuba-
141204. Consultado el 20/11/16). En este sentido, ambos mandatarios sostuvieron que:
“La integración es, para los países de la América Latina y el Caribe, una
condición imprescindible para aspirar al desarrollo en medio de la creciente
formación de grandes bloques regionales que ocupan posiciones
predominantes en la economía mundial, sólo una integración basada en la
cooperación, la solidaridad y la voluntad común de avanzar todos hacia
niveles más altos de desarrollo, puede satisfacer las necesidades y anhelos de
los países latinoamericanos y caribeños y, a la par, preservar su
independencia, soberanía e identidad”. (Ibídem)
Respecto al rol que ocupa el sector energético, los arriba mencionados se
comprometieron a generar una “integración energética entre los países de la región, que
asegure el suministro estable de productos energéticos en beneficio de las sociedades
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
73
latinoamericanas y caribeñas, como promueve la República Bolivariana de Venezuela
con la creación de Petroamérica”. (Ibídem)
II Cumbre - La Habana, Cuba - Abril de 2005
Fue una segunda reunión entre los representantes de Venezuela y Cuba
mediante la cual elaboraron y aprobaron, en cumplimiento del artículo tercero pactado
en la Cumbre previa, el Plan Estratégico para la aplicación del ALBA. Este artículo
establece que: "Ambos países elaborarán un plan estratégico para garantizar la más
beneficiosa complementación productiva sobre bases de racionalidad, aprovechamiento
de ventajas existentes en una y otra parte, ahorro de recursos, ampliación del empleo
útil, acceso a mercados u otra consideración sustentada en una verdadera solidaridad
que potencie las fuerzas de ambos países". (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaraci%C3%B3n-final-de-la-primera-reuni%C3%B3n-cuba-
venezuela. Consultado el 23/11/16)
En el campo energético, el hecho más relevante fue la inauguración de la Oficina
de Petróleos de Venezuela S.A. en La Habana, PDVSA-Cuba, que tiene como objeto
social la exploración y explotación, refinación, importación, exportación y
comercialización de hidrocarburos y sus derivados, así como su transportación y
almacenamiento. (Ibídem)
III Cumbre - La Habana, Cuba - Abril de 2006
Durante esta cumbre se produce la adhesión de Bolivia al ALBA junto al
agregado TCP (Tratado de Comercio entre los Pueblos) a pedido del presidente
boliviano. En palabra de los presentes en la Cumbre, los TCP “son instrumentos de
intercambio solidario y complementario entre los países destinados a beneficiar a los
pueblos en contraposición a los Tratados de Libre Comercio que persiguen incrementar
el poder y el dominio de las transnacionales”. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/acuerdo-para-la-aplicaci%C3%B3n-del-alba-tcp. Consultado el
25/11/16)
En el campo energético, Venezuela hace extensivo el compromiso asumido con
Cuba al recién ingresante Bolivia. En este sentido:
“Venezuela promoverá una amplia colaboración en el sector energético y
minero que incluirá: fortalecimiento institucional del Ministerio de
Hidrocarburos y Energía y del Ministerio de Minería y Metalurgia de
Bolivia, a través de la asistencia técnico-jurídica; ampliación del suministro
de crudos, productos refinados, GLP y asfalto, contemplados en el Acuerdo
de Cooperación Energética de Caracas, hasta los volúmenes requeridos para
satisfacer la demanda interna de Bolivia, estableciendo mecanismos de
compensación con productos bolivianos para la total cancelación de la
factura por estos conceptos; asistencia técnica a Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos (YPFB) y a la Corporación Minera de Bolivia
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
74
(COMIBOL); desarrollo de proyectos de adecuación y ampliación de
infraestructuras y petroquímicos, siderúrgicos, químico – industriales, así
como otras formas de cooperación que las partes acuerden”. (Ibídem)
IV Cumbre - Managua, Nicaragua – Enero de 2007
Fue convocada a efectos de hacer efectivo el ingreso de Nicaragua al
organismo, haciéndosele extensivos los principios enunciados en la Declaración
Conjunta suscrita en diciembre de 2004 entre el Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba. Fue el
único de los temas tratados y en este sentido se refería el presidente nicaragüense Daniel
Ortega:
“Este acto simboliza las aspiraciones de independencia de los pueblos
americanos, cuyas raíces se hunden profundamente en la historia de
América, desde la resistencia indígena a los conquistadores emprendida por
Tupaj Amaru, Tupaj Katari, Guaicaipuro, Diriangén y Miskut, pasando por
las luces de soberanía encendidas por nuestros próceres Francisco de
Miranda, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Francisco de Morazán, José
Martí, Eloy Alfaro Delgado y Augusto C. Sandino, hasta nuestros días,
donde América Latina se levanta recogiendo las banderas de libertad y
justicia de los que nos antecedieron”.(Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/adhesion-de-nicaragua. Consultado el 25/11/16)
V Cumbre - Tintorero, Venezuela – Abril de 2007
Se evaluaron el desarrollo de programas y proyectos aprobados en el Primer
Plan Estratégico del ALBA, así como las acciones de cooperación e integración
desplegadas durante el año 2006 en la República de Bolivia, la República de Nicaragua
y el Caribe. Por otra parte, de cara al futuro se plantearon proyectos “Grannacionales”
en áreas claves como educación, cultura, comercio, salud, energía, entre otros.
Precisamente, en lo que refiere a este último, la República de Bolivia, la República de
Cuba, la República de Nicaragua y la República Bolivariana de Venezuela, acordaron la
constitución del Tratado Energético del ALBA bajo el objetivo de “garantizar el balance
de la matriz energética actual de cada Parte, sobre la base de la construcción de una
matriz energética del ALBA, basada en criterios del uso racional de la energía, en
búsqueda del máximo ahorro y la eficiencia energética, así como el desarrollo de
fuentes de energías alternativas en cada una de las Partes”. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/tratado-energ%C3%A9tico-del-alba. Consultado el 26/11/16). En lo
que hace a petróleo y gas se estableció lo siguiente:
Petróleo
“Las Partes tendrán una participación en un Bloque, el Bloque del ALBA, de
la Faja Petrolífera del Orinoco de Venezuela, de tal manera de que tengan a
su disposición las reservas de petróleo que garanticen el suministro
energético de sus respectivos países los próximos 25 años.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
75
La exploración y explotación se hará de manera conjunta y con participación
de todos los países del ALBA, a través de una empresa Gran Nacional de
petróleo denominada PETROALBA, que operará en la Faja Petrolífera del
Orinoco. En la medida en que se incorporen más países, el Bloque del
ALBA, se extenderá para garantizar las reservas para el suministro a largo
plazo y los beneficios que se derivan de la comercialización a terceros
países.
En los caso que se requiera, se creará y ampliará la capacidad de refinación
de las Partes de manera tal que dispongan de una capacidad de
procesamiento de crudo suficiente como para poder procesar el crudo del
Bloque del ALBA, en la Faja Petrolífera del Orinoco de Venezuela y
manufacturar los productos requeridos para satisfacer las necesidades
internas de las Partes, así como también, para suministrar, en condiciones del
Acuerdo Energético del ALBA, al resto de las Partes.
Las capacidades de refinación que se ejecuten bajo este Tratado se realizarán
de manera tal que permita el desarrollo de la petroquímica basada en las
corrientes de refinación y la exportación de los productos excedentarios al
mercado internacional”. (Ibídem)
Gas
“Las Partes acuerdan el desarrollo de iniciativas que permitan el suministro
de gas a los países signatarios. Esto con el fin de que puedan disponer de
esta fuente de energía económica y menos contaminante que el petróleo para
balancear su matriz energética del ALBA.
A través de empresas mixtas estatales se financiarán proyectos para la
explotación conjunta de este recurso y para el desarrollo de la infraestructura
de transporte y procesamiento necesaria para su aprovechamiento.
Las Partes acuerdan desarrollar los sistemas de gasoductos requeridos para la
expansión del uso del gas en sus territorios y los requeridos para
interconectarlos con la respectiva área continental.
Las Partes podrán asociarse para la construcción de plantas de licuefacción y
regasificación de gas natural, de tal manera de poder disponer en el Caribe
de la infraestructura necesaria para la utilización de esta fuente de energía,
como parte de la matriz energética de las Partes.
Las Partes se comprometen a introducir el gas en su matriz energética, con el
fin de desarrollar programas de sustitución de combustibles líquidos,
promover el consumo doméstico y sustituir los líquidos que actualmente se
utilizan en el parque de generación eléctrica. En este último caso,
promoverán la utilización de máquinas de alta eficiencia y ciclos
combinados, con especial énfasis, en los programas de desarrollo de gas
vehicular en el parque automotor.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
76
Las Partes harán sus mejores esfuerzos para que, con base en Gas,
desarrollen los Polos Petroquímicos en sus respectivos territorios con el fin
de producir fertilizantes e insumos para la industria de transformación de la
cadena del plástico y otros insumos industriales”. (Ibídem)
Como medio para alcanzar estos objetivos, “se creará una empresa Gran
Nacional de Energía que abarcará las áreas de petróleo, gas, refinación, petroquímica,
desarrollo de infraestructura de transporte, de almacenamiento, de distribución,
electricidad, energías alternativas y transporte marítimo. Será constituida como una
corporación de empresas binacionales de los Estados y su esquema organizacional y
administrativo a ser acordado entre las Partes”. (Ibídem)
Continuando en línea con lo anterior, los Estados Partes del ALBA junto a los
invitados especiales y países observadores discutieron y aprobaron los siguientes
proyectos, con base en petróleo y gas:
BOLIVIA
Distribución de combustible a través del abanderamiento de quince estaciones de
servicio por un monto de USD 4.7 MM.
Construcción de dos plantas de extracción de líquidos de gas natural.
Proyecto para la generación térmica (diésel) de potencia eléctrica con una
capacidad 40 MW, con un costo estimado de USD 30 MM.
Proyecto para la exploración y explotación en cuatro campos de gas en Bolivia
con una inversión estimada para la fase inicial de USD 620 MM.
CUBA
Remodelación y puesta en funcionamiento de la refinería Cienfuegos con una
capacidad de refinación de 65 MBD y con una inversión estimada para la fase
inicial de USD 83 MM.
Construcción de una planta de regasificación de GNL con una capacidad de 100
MPCD y una inversión estimada de USD 8 MM.
NICARAGUA
Planta de refinación de 150 MBD y con una inversión estimada de USD 3.550
MM.
Proyecto para la generación térmica (diésel) de potencia eléctrica con una
capacidad 120 MW (60 MW diésel 60 MW fuel oil), con un costo estimado de
USD 89 MM.
HAITÍ
Construcción de una planta de regasificación de GNL con una capacidad de 50
MPCD y una inversión estimada de USD 4 MM.
Proyecto para la generación térmica (fuel oil) de potencia eléctrica con una
capacidad 60 MW, con un costo estimado de USD 56 MM.
Proyecto para la visualización, conceptualización y construcción de una refinería
de 10 MBD con una inversión estimada de USD 80 MM. (Ibídem)
VI Cumbre - Caracas, Venezuela - Enero de 2008
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
77
El hecho más importante sucedido durante esta Cumbre fue la adhesión al
organismo de Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda como
miembros plenos, comprometidos a los principios estipulados en la Declaración
Conjunta del 14 de diciembre del 2004, suscrita por los Presidentes de la República de
Cuba y la República Bolivariana de Venezuela. Por lo demás, se procedió a hacer un
análisis económico y social de la realidad internacional, así como del papel que le toca
dentro de ella a la Organización.
Por otro lado, se decidió aprobar el plan estratégico del ALBA cultural, como
proyecto de impacto social que contribuiría a catalizar los procesos de transformación y
unidad dentro de la región. Impregnados de este espíritu, se hizo público en este
encuentro de Jefes de Estado del ALBA el otorgamiento de los Premios ALBA de las
letras y de las artes a Mario Benedetti y Oscar Niemeyer, destacados exponentes de la
cultura de nuestro continente. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaraci%C3%B3n-pol%C3%ADtica. Consultado el 27/11/16.
I Cumbre Extraordinaria - Caracas, Venezuela - Abril de 2008
La República de Bolivia, la República de Cuba, la República de Nicaragua y la
República Bolivariana de Venezuela acordaron, durante esta Cumbre, la
implementación de Programas de Cooperación en materia de Soberanía y Seguridad
Alimentaria. Bajo este objetivo se procedió a la creación de una Comisión Ejecutora
conformada por los Ministros de Agricultura, Alimentación o su equivalente, con la
finalidad de organizar los proyectos productivos conjuntos; la creación de un Fondo de
Seguridad Alimentaria del ALBA, con un capital inicial de 100 millones de dólares; la
Red de Comercialización Alimentaria del ALBA, con la participación de sectores
públicos y privados; entre otros. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/acuerdo-
para-la-implementaci%C3%B3n-de-programas-de-cooperaci%C3%B3n-en-materia-de-
soberan%C3%AD-y-seguri. Consultado el 5/12/16)
Por otro lado, durante esta Cumbre se procedió a realizar una Declaración de
Solidaridad y Apoyo a la República de Bolivia, hallándose la misma bajo una crisis
política, económica y social. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaraci%C3%B3n-de-solidaridad-y-apoyo-la-republica-de-bolivia-
0. Consultado el 5/12/16)
II Cumbre Extraordinaria - Tegucigalpa, Honduras - Agosto de 2008
Durante esta cumbre se procedió a la aprobación del ingreso de la Republica de
Honduras al organismo. En palabras del entonces presidente Zelaya:
“Honduras ha decidido adherirse y hacer suyos los principios enunciados en
la declaración conjunta, suscrita el 14 de diciembre del 2004 entre el
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el Presidente del
Consejo de Estado de la República de Cuba […] constitutiva de la
Alternativa Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
78
se fundamenta en la solidaridad, la cooperación, la complementación y la
ayuda mutua, específicamente en los ámbitos de la salud, la educación, la
vivienda, la infraestructura y el desarrollo social, a fin de preservar la
independencia, promover el desarrollo con equidad, la preeminencia de
respeto irrestricto a la soberanía, la identidad y el interés nacional, principios
fundamentales contenidos en las respectivas constituciones políticas de los
estados miembros. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/adhesion-
de-honduras. Consultado el 4/12/16)
Como una demostración solidaria, los países miembros del ALBA aprobaron
cooperar de manera inmediata con los esfuerzos que realiza Honduras a fin de reducir la
pobreza e incentivar programas sociales en áreas como salud, educación, economía,
entre otros.
III Cumbre Extraordinaria - Caracas, Venezuela - Noviembre de
2008
Se procedió al análisis de logros alcanzados hasta la fecha y se aprobó la
asignación de recursos provenientes del Banco del ALBA a proyectos previamente
seleccionados, como así también, la continuación de la campaña de alfabetización en
Bolivia y Nicaragua.
Por otro lado, elaboraron un diagnóstico acerca de las diferentes formas en las
que la crisis financiera desatadas en los países capitalistas del norte, impacta en cada
uno de los países de la región. En ese sentido, reiteraron su firme convicción de que el
espacio regional es el privilegiado para dar respuestas inmediatas y efectivas, y
formularon propuestas concretas para constituir una zona económica y monetaria del
ALBA-TCP que proteja a la región.
Finalmente se propusieron estudiar la creación de un Consejo Monetario
Mundial capaz de coordinar la concreción de acuerdos monetarios entre bloques
regionales siendo sus funciones principales la regulación monetaria, financiera y
bancaria internacional y la creación de una moneda mundial. (Fuente: Ibídem.
http://alba-tcp.org/contenido/declaraci%C3%B3n-conjunta-2. Consultado el 6/12/16)
IV Cumbre Extraordinaria - Caracas, Venezuela - Febrero de 2009
Se desarrolló en ocasión de celebrarse el décimo aniversario del gobierno
bolivariano de Venezuela. Durante la misma, los presentes acogieron con satisfacción
los resultados logrados en los cuatro años de existencia del ALBA – TCP. Ratificaron
su condena absoluta al bloqueo económico de los Estados Unidos contra Cuba y
expresaron su solidaridad con el gobierno de Nicaragua y con su justo reclamo a que se
respete, sin injerencias externas, el proceso democrático electoral de ese país.
Por otro lado, destacaron el compromiso de concentrar en el período inmediato
los recursos y esfuerzos en las áreas que han sido designadas como prioritarias, a saber:
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
79
alfabetización y post alfabetización; salud; energía; medio ambiente;
telecomunicaciones; cultura y alimentos. Dentro de este último punto se dieron dos
importantes avances: En el marco del Acuerdo de Seguridad y Soberanía Alimentaria de
los países miembros de Petrocaribe y el ALBA se planteó el desarrollo de acciones que
conduzcan a elevar la producción de alimentos de manera sustentable, para el
autoabastecimiento nacional de cada una de las Partes y; complementario a este
acuerdo, las mismas Partes acordaron la Constitución de una Empresa Grannacional de
Alimentos para conjugar y/o ejecutar directivas y mandatos; coordinar proyectos
agropecuarios en los países miembros, entre otras acciones. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaraci%C3%B3n-conjunta-3. Consultado el 7/12/16)
V Cumbre Extraordinaria - Cumana, Venezuela - Abril de 2009
Uno de los aspectos más sobresalientes de esta cumbre fue el ingreso como
miembro pleno al ALBA-TCP de San Vicente y Las Granadinas, así como la puesta en
marcha de los proyectos: Fondo Cultural del ALBA; Empresa Grannacional de Energía,
Gas y Petróleo y la creación de un Centro Regulatorio que elabore el Registro Sanitario
del ALBA (ALBAMED). Además, se procedió a la firma del acuerdo marco para el
lanzamiento del SUCRE.
Por otro lado, los presidentes del ALBA-TCP, solidarios con el esfuerzo del
gobierno y el pueblo Haitianos, acordaron asignar cinco millones de dólares
estadounidenses al proceso de alfabetización y más de nueve millones de dólares para el
proyecto de desarrollo agrícola en la región l’artibonito. De igual modo aprobaron el
desembolso de más de trece millones para ser ejecutados en el desarrollo de diez
proyectos agrícolas a implementar en Honduras, Suriname, Guyana, Jamaica, San
Vicente y Las Granadinas, Nicaragua y Belice.
Por ultimo pero no menos importante, las Partes aquí reunidas (los Jefes de
Estado y de Gobierno de Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela)
condenaron el proyecto de Declaración de la V Cumbre de las Américas al considerarlo
insuficiente e inaceptable por las siguientes razones:
“No da respuestas al tema de la Crisis Económica Global, a pesar de que ésta
constituye el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en
décadas y la más seria amenaza de la época actual para el bienestar de
nuestros pueblos.
Excluye injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general
que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de
aislamiento de los cuales su pueblo y su gobierno han sido incesantemente
objeto, de manera criminal”. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/documento-de-los-pa%C3%ADses-alba-para-la-v-cumbre-
de-las-am%C3%A9ricas. Consultado el 10/12/16)
VI Cumbre Extraordinaria - Maracay, Venezuela - Junio de 2009
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
80
En el transcurso de esta Cumbre se produjo un nuevo ingreso a la organización,
el de la República del Ecuador, después de su activa participación como país
observador.
Otra medida importante que arrojó esta reunión de Jefes de Estado y de
Gobierno fue la decisión de que, a partir de esta Cumbre, el ALBA - TCP se denomine
“Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de
los Pueblos” (ALBA – TCP) diferenciándola de la anterior conocida como “Alternativa
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los
Pueblos”, en el entendido de que el crecimiento y fortalecimiento político del ALBA -
TCP la constituye en una fuerza real y efectiva.
En el marco del proyecto Grannacional ALBA - Educación, acordaron constituir
la Universidad de los Pueblos del ALBA - TCP (UNIALBA), como una red de
universidades comprometida con la inclusión y la generación de alternativas y
soluciones humanísticas, científicas, tecnológicas y diversidad de saberes que
contribuyan con el desarrollo y la unión Grannacional. Como parte de este avance en el
proceso de unión de los países en el ámbito educativo, suscribieron el Convenio de
Reconocimiento de Títulos o Diplomas de Educación Superior.
Finalmente, respecto al Acuerdo Grannacional ALBA – Alimento, acordaron el
desembolso del 50% del financiamiento no reembolsable para la ejecución de los
proyectos correspondientes a San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas,
Belice, Jamaica, Honduras, Guyana, Suriname y Nicaragua, alcanzando la suma de siete
millones de dólares estadounidenses procedentes del Fondo ALBA – Alimentos
previamente establecido. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-
conjunta-vi-cumbre. Consultado el 14/12/16)
VII Cumbre Extraordinaria - Managua, Nicaragua - Junio de 2009
Fue convocada a instancias del Golpe de Estado acaecido en Honduras contra el
gobierno del Presidente Manuel Zelaya Rosales. “Como una sola voz, los gobiernos y
pueblos del continente reaccionamos condenando el golpe de Estado, dejando claro que
en Honduras hay un solo Presidente y un solo Gobierno: el del Presidente Manuel
Zelaya Rosales”. De este modo se expresaron los Jefes de Estado y de Gobierno allí
reunidos, dejando en claro por otro lado, que todos los programas de cooperación
firmados con el gobierno hondureño seguirán su curso solo mediante el Presidente
Zelaya, instando a los golpistas a deponer su actitud y garantizar de manera inmediata,
segura e incondicional, el retorno del presidente. Por otro lado, se instó a los países
miembros de UNASUR, SICA, CARICOM, Grupo de Río, ONU y OEA a proceder de
igual forma ante los agresores del pueblo hondureño. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaracion-vii-cumbre-extraordinaria-del-alba. Consultado
15/12/16).
VII Cumbre - Cochabamba, Bolivia - Octubre de 2009
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
81
Por un lado se hizo una Declaración Especial sobre Cambio Climático de cara a
lo que sería la XV Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático a Desarrollarse
en Copenhague. Mediante ésta se denunció el intento de algunos países desarrollados de
hacer claudicar el Compromiso de Kyoto como así también, la deuda climática que
estos poseen y el impacto que el cambio climático produce en los países en desarrollo.
En línea con lo anterior, se hizo una Declaración Especial pidiendo por una Declaración
Universal de los Derechos de la Madre Tierra.
Por otro lado se solicitó mediante declaración el fin del bloqueo económico,
comercial y financiero que mantenía Estados Unidos sobre Cuba, y se efectuó una
declaración especial sobre Honduras en apoyo al gobierno legítimo, instando el
restablecimiento pleno del régimen democrático a través de la restitución inmediata e
incondicional del Presidente Manuel Zelaya Rosales.
A continuación exponemos otras de las medidas alcanzadas durante la Cumbre
de Cochabamba:
Suscripción al Tratado Constitutivo del Sistema Unitario de Compensación
Regional de Pagos (SUCRE) como instrumento para lograr la soberanía
monetaria y financiera;
Aprobación del Plan de Acción para el Desarrollo del Comercio en la Zona
Económica de Desarrollo Compartido del ALBA-TCP;
Acuerdo para la creación de la empresa comercializadora Grannacional de
exportaciones e importaciones ALBAEXIM, como medio para lograr la
complementariedad comercial de los países del ALBA-TCP.
Ratificación de la continuidad del “Proyecto Grannacional Alfabetización y
Post-alfabetización” y del “Proyecto Grannacional ALBAMED”, priorizando el
financiamiento del Banco del ALBA a fin de garantizar su sostenibilidad, el
alcance previsto y en un futuro inmediato la eventual incorporación de todos los
países miembros.
Establecimiento de los Principios Fundamentales que regirán el Tratado de
Comercio de los Pueblos (TCP), con el objeto de desarrollar el comercio
regional. Algunos de ellos son:
_ “Comercio con complementariedad, solidaridad y cooperación, para que juntos
alcancemos una vida digna y el vivir bien.”
_ “Comercio soberano, sin condicionamientos ni intromisión en asuntos
internos.”
_ “Comercio complementario y solidario entre los pueblos, las naciones y sus
empresas.”
_ “Protección de la producción de interés nacional, para el desarrollo integral de
todos los pueblos y naciones.”
_ “El trato solidario para las economías más débiles.”
_ “La libre movilidad de las personas como un derecho humano.”
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
82
_ “Protección de los derechos de los trabajadores y los derechos de los pueblos
indígenas.” Entre otros. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaracion-conjunta-vii-cumbre. Consultado el 15/12/16)
VIII Cumbre - La Habana, Cuba - Diciembre de 2009
La VIII Cumbre del ALBA – TCP representó un análisis de los avances logrados
por la Organización hasta la fecha. En ella también se procedió a la reafirmación de
medidas especiales como, por ejemplo, la Declaración Especial sobre Cambio Climático
adoptada en la VII Cumbre del ALBA-TCP, así como la suscripción de nuevos
acuerdos, algunos de los cuales sintetizamos a continuación:
Promover la realización en todos los países de la Alianza de un Estudio Clínico
Genético Psicosocial de Personas con Discapacidad, para promover la
incorporación de éstas a las actividades y labores de los sectores productivo,
económico, social y cultural, sin discriminación;
Consolidar y extender en todos los países del ALBA la formación y desarrollo
de los recursos humanos en el área de la salud pública;
Realizar la Primera Feria de Turismo del ALBA – TCP;
Fortalecer la coordinación y concertación de políticas en la esfera de la
soberanía tecnológica;
Constituir una Red de Ciencia, Tecnología e Innovación que facilite fomentar
capacidades para la generación y transferencia de conocimientos y tecnologías.
(Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-conjunta-viii-cumbre.
Consultado el 17/12/16)
IX Cumbre – Caracas, Venezuela - Abril de 2010
En ocasión de celebrarse el bicentenario de la Independencia Venezolana, se
procedió a la ratificación de las bases y objetivos de la Organización a partir de los
siguientes ejes:
1- El ALBA, hacia la consolidación de la integración, la unidad y la soberanía
política:
La construcción de la igualdad entre todas las naciones para un mundo
pluripolar;
Plan de Consolidación Política de la Unión de Pueblos y Repúblicas de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América;
Defensa de los Derechos de la Madre Tierra;
Defensa común de los Derechos Humanos en el ALBA;
2- El gran reto histórico: construir una base económica independiente, desarrollada
y socialista:
3- Constituir los países ALBA, como Espacio de Igualdad, Bienestar Social y
superación de la pobreza a través de las Misiones Sociales del ALBA;
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
83
4- Articular a los Movimientos Sociales del ALBA con la acción de los gobiernos
revolucionarios. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/manifiesto-
bicentenario-de-caracas. Consultado el 17/12/16)
X Cumbre – Otavalo, Ecuador - Junio de 2010
La X Cumbre del ALBA – TCP representó el compromiso adoptado por parte de
los Jefes de Estado y de Gobierno, de luchar en pos de los derechos de los grupos y
clases sociales históricamente excluidos, así como también, un llamado en defensa de la
soberanía más plena para cada uno de los Estados. Por otro lado, se realizó una
declaración especial sobre el cambio climático pregonando por un mayor compromiso
en particular por parte de los estados desarrollados. A continuación, alguno de estos
acuerdos:
Ratificación de compromiso con la Declaración de las Naciones Unidas sobre
los Derechos de los Pueblos Indígenas; con la Declaración y el Programa de
Acción de Durban contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia; así como a la
Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial y la Declaración de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural;
Reiteración de compromiso en pos de una Declaración Universal de los
Derechos de la Madre Tierra en el marco de las Naciones Unidas;
Reconocimiento de que el manejo, administración y aprovechamiento de los
recursos naturales no renovables corresponde al Estado de acuerdo al interés de
sus pueblos y la sociedad en su conjunto y no a uno o varios grupos o sectores
sociales o económicos.
Confirmación del compromiso de hacer realidad el Tratado de Comercio de los
Pueblos (TCP), afirmando la soberanía de los países de la región y la
construcción de un modelo alternativo de soberanía económica expresado en una
Nueva Arquitectura Financiera (SUCRE, Banco y Fondo del ALBA). (Fuente:
Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-de-otavalo. Consultado el
18/12/16)
XI Cumbre – Caracas, Venezuela - Febrero de 2012
En el transcurso de ésta se produjo la adhesión de Haití, Santa Lucía y Surinam
al ALBA como invitados especiales y se firmó un acta de compromiso con la República
Argentina en áreas de capacitación, formación y transferencia de tecnologías. Por otro
lado, se llevó adelante la I Reunión de Partidos Políticos, Movimientos Progresistas y
Revolucionarios del ALBA-TCP mediante la cual declararon su solidaridad con el
proceso unionista e integrador y se comprometieron a trabajar en pos del objetivo
estratégico de la Organización. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaracion-de-la-i-reunion-de-partidos-politicos-movimientos-
progresistas-y-revolucionari. Consultado el 19/12/16)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
84
Otro resultado importante fue la declaración especial sobre la conformación de
un consejo de defensa del ALBA, conformado por los Ministros de Defensa de los
países miembros y los Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, que garantice el
desarrollo pleno de los Pueblos. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaracion-especial-sobre-conformacion-de-un-consejo-de-defensa-
del-alba. Consultado el 19/12/16)
También se presentó la declaración final sobre medios de comunicación
mediante la cual se buscó acordar la prestación de servicios que brinden información
fidedigna sobre el acontecer en los pueblos de la región, a su criterio hoy distorsionada
por los grandes grupos de poder.
Por último, se firmó el acuerdo para la Constitución del Espacio Económico del
ALBA como una zona económica de desarrollo compartido interdependiente, soberana
y solidaria, destinada a consolidar y ampliar un nuevo modelo alternativo de
relacionamiento económico. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/consejo-de-
complementacion-economica-del-alba-03-de-febrero-de-2012-1. Consultado el
19/12/16)
XII Cumbre – Guayaquil, Ecuador - Julio de 2013
Durante la Cumbre de Guayaquil se definieron seis áreas claves para las cuales
se establecieron los siguientes objetivos concretos:
Campo Social: Dar continuidad y ampliar “Misión Milagro”, el “Estudio Clínico
Genético Psicosocial de Personas con Discapacidad” y los programas “Yo sí puedo” y
“Yo sí puedo seguir” y dar continuidad a los programas de becas que beneficien a
jóvenes, hombres y mujeres, de los países de la ALBA-TCP.
Movimientos Sociales: Revitalizar el Consejo de Movimientos Sociales y
promover y fortalecer redes de apoyo y solidaridad internacional con la Alianza.
Económico Productivo: Concluir la revisión del estudio relativo al Mapa de
Mercancías; continuar fortaleciendo el uso del SUCRE entre los países del ALBA-TCP;
evaluar la factibilidad técnica de crear el Fondo Común de Reservas ALBA-TCP; entre
otros.
Político Institucional: Continuar apoyando el reclamo de la República de Cuba
para lograr su exclusión de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo
internacional; así como el cese inmediato e incondicional del bloqueo económico,
comercial y financiero por parte de Estados Unidos contra la misma; etc.
Comunicación: La implementación, por parte del Estado Plurinacional de
Bolivia del diseño y alojamiento del Portal Web para la Agencia de Noticias del ALBA-
TCP.
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85
Derechos de la Naturaleza: Impulsar de manera conjunta la discusión de una
Declaración Universal sobre los Derechos de la Madre Tierra; llamado a países
desarrollados para impulsar y desarrollar acciones de mitigación y adaptación de los
diferentes sectores de la economía a efectos de lograr la integralidad climática. (Fuente:
Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-de-guayaquil-del-xi-consejo-politico-
del-alba. Consultado el 21/12/16)
IIX Cumbre Extraordinaria – ALBA-TCP / Petrocaribe - Caracas,
Venezuela - Diciembre de 2013
Mediante la unión de estas dos zonas se buscó la conformación de un nuevo
espacio político, económico, social y cultural geográficamente ampliado para la
satisfacción de las necesidades de los pueblos mediante la extensión y desarrollo de
nuevos proyectos. Un punto importante para dar satisfacción a ello, según los miembros
presentes en esta Cumbre, es la vinculación complementaria con otros mecanismos
regionales como Mercosur y CARICOM. Para ello decidieron:
Iniciar conversaciones para constituir una Zona Económica Complementaria
entre ALBA – TCP / PETROCARIBE y Mercosur;
Designar una Autoridad Rectora para impulsar el proceso de creación de una
Zona Económica Complementaria entre ALBA – TCP / PETROCARIBE y
Mercosur;
Encargar a las Secretarías Ejecutivas de ALBA-TCP y PETROCARIBE
realizar un relevamiento de información en los países del ALBA-TCP y
PETROCARIBE que identifique las potencialidades de encadenamiento
productivo;
Instruir al Consejo Económico del ALBA - TCP a remitir a la Secretaria
Ejecutiva del ALBA - TCP, Banco del ALBA y al SUCRE, las estadísticas
comerciales y económicas actualizadas de cada uno de los países miembros.
Entre otras medidas. (Fuente: Ibídem. http://alba-
tcp.org/contenido/declaracion-de-los-jefes-de-estado-y-de-gobierno-de-los-
paises-miembros-de-alba-y-petrocar. Consultado el 22/12/16)
Por otro lado acordaron:
Reiterar el apoyo solidario con la justa e histórica reclamación de Bolivia sobre
su derecho a la salida soberana al mar;
Ratificar el apoyo y solidaridad para con el pueblo de Cuba sometido a la
política de bloqueo por parte de Estados Unidos;
Sumar esfuerzos en el Sistema de Naciones Unidas para contar con un
instrumento internacional de carácter vinculante sobre Derechos Humanos y
Empresas Transnacionales; etc. (Ibídem)
IX Cumbre Extraordinaria - La Habana, Cuba - Octubre de 2014
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
86
La IX Cumbre Extraordinaria convocó su atención en la catástrofe humanitaria
causada por el avance del ébola en África Occidental para lo cual se instruyó a trabajar
para prevenir la transmisión de esta enfermedad entre personas, organizaciones y grupos
de población dentro de la región.
Alguno de los puntos acordados:
“Coordinar nuestros esfuerzos para prevenir y enfrentar la epidemia del
Ébola, incluida la rápida prestación y utilización de la asistencia entre
nuestros países, con trabajadores sanitarios y los suministros y materiales
pertinentes”.
“Atender con prioridad las necesidades especiales de los hermanos países del
Caribe, que les permitiría beneficiarse de la cooperación para prevenir y
enfrentar el Ébola que acuerden los países del ALBA-TCP”.
“Apoyar decididamente a las brigadas médicas voluntarias especializadas en
el enfrentamiento a desastres y grandes epidemias […] que laboran en países
de África. En este sentido, expresamos nuestra disposición como Alianza
Bolivariana a contribuir con personal de salud altamente calificado para que
se sumen a los esfuerzos de este Contingente en tareas que sean requeridas
en la región latinoamericana y caribeña”.
“Compartir y generar capacidades para el diagnóstico de enfermedades que
requieran laboratorios con un nivel adecuado de bioseguridad”. Entre otras
disposiciones. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-de-
la-cumbre-extraordinaria-del-alba-tcp-sobre-el-ebola-20-de-octubre-de-
2014. Consultado el 22/12/16)
XIII Cumbre - La Habana, Cuba - Diciembre de 2014
Representó el X aniversario de la constitución de la Organización, por tal motivo
se procedió a reafirmar las bases sobre las cuales se sustenta el ALBA – TCP, realizar
un balance sobre los logros alcanzados y fijar los objetivos de cara al futuro. Los
siguientes son algunos de los puntos acordados:
Ratificar los principios de solidaridad, cooperación genuina y
complementariedad entre nuestros países;
Condenar enérgicamente la aprobación por el Congreso de Estados Unidos de
sanciones contra la República Bolivariana de Venezuela;
Reclamar una vez más al gobierno de los Estados Unidos de América, un
cambio de política hacia la República de Cuba;
Respaldar a la República Argentina en su lucha por la defensa de la soberanía
sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y la defensa de su
dignidad nacional, soberanía y libre determinación frente al ataque de los fondos
buitres. (Fuente: Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaracion-de-la-xiii-
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
87
cumbre-del-alba-tcp-y-conmemoracion-de-su-x-aniversario-14-de-dicie.
Consultado el 23/12/16)
X Cumbre Extraordinaria - Caracas, Venezuela - Marzo de 2015
Fue convocada en ocasión de la orden ejecutiva declarada por el gobierno de los
Estados Unidos mediante la cual se considera a Venezuela una “amenaza a la seguridad
nacional” del país del Norte.
Como respuesta, los Jefes de Estado y de Gobierno aquí reunidos, acordaron:
Ratificar el compromiso y apoyo irrestricto con la República Bolivariana de
Venezuela, en la búsqueda de los mecanismos de diálogo con el Gobierno de
los Estados Unidos;
Reafirmar que América Latina y el Caribe es una Zona de Paz;
Exigir al Gobierno de los Estados Unidos que cese de inmediato el
hostigamiento y agresión contra el Gobierno y pueblo venezolanos. (Fuente:
Ibídem. http://alba-tcp.org/contenido/declaraci%C3%B3n-de-la-ix-cumbre-
extraordinaria-del-alba-tcp-caracas-venezuela-17-de-marzo-de-2. Consultado el
23/12/16)
Haciendo un análisis de las cumbres precedentes, podemos concluir que el
ALBA-TCP ha pecado, en su afán de contrarrestar al ALCA, de incurrir en aspiraciones
difíciles de materializar, chocando en muchas oportunidades el límite de lo utópico. En
el caso concreto de la energía, que a nuestro trabajo es lo que más nos interesa, vemos
como a partir de la V Cumbre, dicho sector va perdiendo peso en la mesa de trabajo de
cada una de las cumbres posteriores, cediendo ante propuestas o programas de índole
más bien social, política y económica, en mucho de los casos reactivas ante el contexto
externo como bien puede deducirse del crecimiento en el llamado a reuniones
“extraordinarias”.
No obstante, como planteamos en líneas anteriores, la V Cumbre desarrollada en
Tintorero, Venezuela, marcará un fuerte paso hacia la unión energética de la región al
plantearse por primera vez dentro del organismo la idea de conformar una empresa Gran
Nacional de Energía, o lo que en la mente del presidente venezolano venía siendo
conocido como Petroamérica.
3.2.4 Petroamérica
Petroamérica no es una propuesta nueva. Si bien ha variado sus características,
la misma fue originalmente presentada por el gobierno de Venezuela a Brasil en 1995,
como esquema de cooperación entre las empresas estatales de ambos países. De hecho,
ambas empresas (PDVSA y Petrobras) firmaron una carta de intención mediante la cual
se comprometían a alcanzar objetivos comunes. Posterior a esto, Venezuela comenzó a
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
88
impulsar Petroamérica a través de iniciativas de unión con las petroleras estatales
Petrobras, Petróleos de Venezuela y Petroecuador. Precisamente fue a este último país,
durante la reunión de Jefes de Estado de América del Sur en Guayaquil, a quien el
presidente venezolano propuso la creación de Petroamérica apelando a las bondades de
una integración bolivariana que busque la unión concreta de riquezas y recursos (Rosío
Vargas; 2005:276). Además del citado país fueron convocados los Jefes de Estado de
Brasil, Colombia, Perú y Bolivia con la idea de conformar en el futuro inmediato la
mencionada empresa energética.
“RECONOCIENDO que, a pesar de los avances que han tenido lugar en
materia de integración energética en la región Suramericana y del enorme
potencial en recursos energéticos que posee la región, Sudamérica enfrenta
aún serios desafíos para asegurar su suministro energético.
CONSIDERANDO:
Que la estrategia Petroamérica busca ser un habilitador geopolítico
fundamentado en la identificación de mecanismos de cooperación e integración
energética, como base para el mejoramiento socio-económico de sus pueblos;
Que Petroamérica tiene por objetivo ser un acuerdo multilateral para la
coordinación de políticas energéticas como la finalidad de procurar la
integración regional y agilizar la toma de decisiones que conduzcan a la
culminación exitosa de los procesos de integración;
Que Petroamérica busca identificar complementariedades y aprovechar los
potenciales energéticos y los beneficios de los intercambios para solventar las
asimetrías energéticas, económicas y sociales de la región;
ACORDAMOS: Continuar dando pasos concretos dentro de la iniciativa
Petroamérica, con el objetivo de materializar la integración energética entre nuestros
países en base a los siguientes principios:
La complementación y cooperación entre los países de Sudamérica;
El derecho soberano a establecer los criterios que aseguren el desarrollo
sustentable en la utilización de los recursos naturales renovables y no
renovables, así como también a administrar la tasa de explotación de los
recursos naturales no renovables;
El respeto a los modos de propiedad que utiliza cada Estado para el desarrollo de
sus recursos energéticos.” (Fuente: Sitio PDVSA.
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/biblioteca/readdoc.tpl.
html&newsid_obj_id=883&newsid_temas=111. Consultado el 20/12/16)
De esta forma, las naciones que integran Petroamérica en sus propuestas
subregionales avanzan en una serie de negociaciones entre Estados, declaraciones y
desarrollo de iniciativas conjuntas, convenios de cooperación y acuerdos bilaterales
entre empresas o Estados, así como el establecimiento de sociedades y acuerdos de
cooperación específicos en materia de suministro de crudo y productos; intercambio de
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
89
bienes, servicios, desarrollo de infraestructura, financiamiento; diseño, construcción y
operación conjunta de refinerías, facilidades de almacenamiento y terminales;
comercialización conjunta de crudos, productos, GLP, asfalto y lubricantes; transporte y
logística; exploración y explotación conjunta de petróleo y gas; procesamiento y
comercialización de gas; petroquímica; combustibles ecológicos; y políticas públicas
(Fuente:http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenuprinc.tpl.ht
ml&newsid_temas=86. Consultado el 20/08/15). En otro nivel de integración, los
acuerdos de Petroamérica plantean la integración de las empresas energéticas estatales
de América Latina y el Caribe para operacionalizar los acuerdos y realizar inversiones
conjuntas en la exploración, explotación y comercialización del petróleo y gas natural.
Respecto a este último punto, la propuesta fue concebida como una alianza
estratégica entre las operadoras energéticas públicas de los Estados de la región. La
clave, precisamente, radicaba allí, en el carácter estatal de la integración, pero no
implicaba la exclusión de los sectores privados; el objetivo era la complementariedad
económica para garantizar la seguridad en el suministro energético (Ruiz Caro,
2010:64). Es decir, se buscaba conformar una empresa multinacional a partir de la
asociación de las empresas energéticas estatales de América Latina y el Caribe para
hacer operativos aquellos objetivos y trabajar de manera conjunta en la exploración,
explotación y comercialización de los hidrocarburos. Se proponía, por otro lado:
Redefinir las relaciones existentes entre los países sobre la base de sus recursos
y potencialidades.
Aprovechar la complementariedad económica, social y cultural para disminuir
las asimetrías en la región.
Minimizar los efectos negativos que sobre los países de la región tienen los
costos de la energía, originados por factores especulativos y geopolíticos.
Fortalecer otras iniciativas regionales como Mercosur, CAN, ALBA y
Comunidad Sudamericana de Naciones (Ibídem).
Así, a partir de 2002, se comenzaron a firmar los primeros acuerdos de
cooperación en el camino a la constitución de Petroamérica. El primero de ellos fue
entre Venezuela y Brasil para la exploración y explotación conjunta de gas natural y
petróleo. A este se sumó el acuerdo entre Venezuela y Ecuador mediante el cual
PDVSA se comprometía a brindar apoyo para la modernización técnica, administrativa
y operativa de Ecuador. En 2003, ambos países acordaron la conformación de la
“Unidad Hidrocarburífera Regional” y oficializaron el compromiso de crear
Petroamérica. Con Argentina, el gobierno venezolano se comprometió a realizar
inversiones y prestar asesoramiento en la constitución de la estatal ENARSA para la
futura integración a PDVSA y Petrobras. Similar estrategia de trabajo se llevó adelante
con Bolivia, debido a la idea de refundar Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos
(YPFB) para su posterior integración junto a las tres empresas antes citadas.
Compromisos menores pero no menos importantes se llevaron adelante también con
Uruguay y Paraguay. Con ambos, Venezuela se comprometió a suministrarles crudo y
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
90
productos refinados a “precios especiales” a cambio de la compra de otros bienes (Rosío
Vargas; 2005:279-280).
Otras importantes medidas fueron tomadas junto a los países de América Central
y el Caribe. Respecto a los primeros Venezuela mantuvo, junto con México, el Pacto de
San José. En tanto que con los segundos dio pasos concretos para la conformación de
Petrocaribe, al suscribir un convenio preliminar de cooperación para refinar crudo y
convertirlo en productos derivados a menores costos para la región (Ibídem).
Como ya mencionamos, estas medidas se contextualizaban dentro de un proceso
de reversión ideológica y planificación estatal que comenzaba a aflorar con fuerza en la
región, y que se haría manifiesta en la Primera Cumbre de la Comunidad Sudamericana
de Naciones (UNASUR), en Brasilia 2005, en parte promovido por esos cambios
internos que experimentaba Latinoamérica (la conjunción de un grupo de presidentes
con características ideológicas comunes intensificó este proceso) y en parte también por
lo que se experimentaba en la vereda de enfrente, por ejemplo, con la IEH la cual
comenzaba a ser vista ya como una realidad. Como bien dijera en aquel entonces Ariela
Ruiz-Caro (2006) al hacer un análisis del contexto dentro del cual se desarrollaba esta
nueva forma de integración energética, “…las declaraciones gubernamentales sobre
integración energética han dejado el ámbito hemisférico para trasladarse al ámbito
estrictamente latinoamericano, y sudamericano, en particular. Asimismo […] el carácter
de una integración energética organizada solamente por el mercado viene siendo
reemplazada por una en la que los Estados tienen una participación más activa.”
De este modo, ya lejos de la relación bilateral original que ligaba a Venezuela y
Brasil, en la propuesta Petroamérica venían a confluir ahora tres iniciativas
subregionales: Petrosur, integrada por Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela;
Petroandina, compuesta por los países que conforman la Comunidad Andina de
Naciones (Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia) y; por último, Petrocaribe, al cual se
vincularon 18 países caribeños (Sabrina Rodríguez Kaethler; 2014:1).
“Todas estas iniciativas se levantan sobre la necesidad que existe en nuestros
países de satisfacer sus requerimientos de energía, mediante la colaboración
mutua y la complementariedad de nuestras potencialidades humanas y
materiales como países soberanos; en este sentido, buscan vencer los
factores especulativos y geopolíticos que causan distorsiones en los
mercados energéticos y que tienen un impacto debilitador en las economías
de la región. Igualmente proponen el uso soberano de los recursos
energéticos como motor de desarrollo endógeno e integración de los pueblos
de América Latina y el Caribe para reducir las asimetrías económicas y
sociales existentes en nuestros pueblos.” (Fuente: Página oficial PDVSA)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
91
Petrocaribe
Nació el 29 de junio de 2005 por iniciativa del gobierno de Venezuela y tras el
Acuerdo de Cooperación Energética suscrito durante el Primer Encuentro Energético de
Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe.
Enmarcada dentro del proyecto Petroamérica, la iniciativa está destinada a
ofrecer facilidades financieras y estructurales, con el objetivo de reducir las
intermediaciones y la especulación en el mercado energético. Y es que, según el
gobierno venezolano, las compañías petroleras privadas compran petróleo en el país, lo
llevan a un país miembro de CARICOM y solo por un día de navegación le
incrementan el precio un 20% (Ruiz Caro; 2006:26). La comercialización directa entre
Estados permitiría reducir ese porcentaje en la comercialización. Además de esta
ventaja, Petrocaribe es un acuerdo complementario a otros anteriores, como el Acuerdo
de San José y el Acuerdo Energético de Caracas. Sin embargo, mejora las condiciones
de este último, que prevé el financiamiento de 25% de la factura, con un año de gracia,
pagadero en 15 años, con el 2% de interés.
Petrocaribe propone una escala de financiamiento entre 5% y 50% de la factura
petrolera, tomando como referencia el precio de los hidrocarburos. Igualmente extiende
el período de gracia para el financiamiento de uno a dos años y prevé una extensión del
período de pago de 17 a 25 años, reduciendo el interés a 1%, si el precio del petróleo
supera los 40 dólares por barril. Es decir, 17 años, incluyendo los dos años de gracia
referidos, cuando el precio del petróleo se mantenga por debajo de 40 dólares el barril.
Cuando el precio exceda los 40 dólares, el período de pago se extenderá a 25 años,
incluyendo los 2 años de gracia señalados. El pago a corto plazo de 60% de la factura
se puede extender a 90 días. Por otro lado, y siempre en base a los principios que dan
origen a Petrocaribe, la República Bolivariana de Venezuela acepta que el pago
diferenciado de la factura se realice con bienes y servicios.
El acuerdo por el cual se constituye Petrocaribe dispone la conformación de una
plataforma institucional estructurada en torno al Consejo Ministerial y la Secretaría
Ejecutiva. El Consejo Ministerial lo integran los ministros de energía de los países
firmantes y, entre sus principales funciones, son los encargados de coordinar las
políticas, estrategias y planes correspondientes; acordar y aprobar tópicos necesarios
para la organización; acordar el ingreso de nuevos miembros y las desincorporaciones a
las que hubiere lugar, en este sentido, solo aquellos países que tuviesen intereses y
necesidades similares al resto de los miembros podrán ser admitidos dentro de la
Organización. Por otro lado, al Consejo Ministerial le cabe también la atribución de
designar una presidencia y vicepresidencia. La primera será ocupada permanentemente
por Venezuela, mientras que la segunda es rotativa. (Fuente: Enciclopedia EcuRed.
https://www.ecured.cu/Petrocaribe. Consultado el 10/1/17)
Respecto a la Secretaría Ejecutiva, ejercida por el Ministerio del Poder Popular
para la Energía y Petróleo de la República Bolivariana de Venezuela, le compete:
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92
preparar las agendas para las reuniones del Consejo Ministerial; gerenciar y administrar
directamente los asuntos de Petrocaribe; asegurar la ejecución y realizar seguimiento de
las decisiones adoptadas por el Consejo Ministerial; establecer la prioridad de los
estudios y proyectos definidos por el Consejo Ministerial; y proponer al Consejo
Ministerial la asignación de recursos para la conducción de los estudios que sean
necesarios. (Ibídem)
El fin principal de Petrocaribe es coordinar las políticas públicas en materia de
energía de los países miembros, con el objetivo de:
Minimizar el riesgo asociado con la seguridad de suministro de energía para los
países miembros;
Defender el derecho soberano de administrar la tasa de explotación de los
recursos naturales no renovables y agotables;
Minimizar los costos de transacciones de la energía entre los países miembros;
Aprovechamiento de los recursos energéticos para solventar las asimetrías en el
marco de integración regional;
Crear mecanismos para asegurar que los ahorros derivados de la factura
energética, surgidos en el marco de Petrocaribe, sean empleados para el
desarrollo económico y social, el fomento de empleo, el incremento de
actividades productivas y de servicios, de salud pública, de educación, de
cultura, y de deporte, para que de este modo los beneficios derivados de
Petrocaribe sean un aporte sustancial a la lucha contra la pobreza, el desempleo,
el analfabetismo y la falta de asistencia médica en los países miembros. (Fuente:
Artículo 2 del Texto de Constitución de Petrocaribe – PDVSA. Consultado el
20/9/15)
Para hacer operativos estos lineamientos, PDVSA ha creado la filial de
propósitos especiales PDV-Caribe. PDV-Caribe es la encargada de la planificación,
organización y desarrollo de la logística con el fin de brindar un suministro directo y
seguro a los países caribeños y centroamericanos. Compete también a la filial coordinar
la ejecución de proyectos sociales mediante el financiamiento del Fondo ALBA-Caribe;
impulsar la cooperación tecnológica, capacitación técnica y actividades relacionadas
con el ahorro de energía y la utilización de fuentes alternativas; promover proyectos de
infraestructura que coadyuven al manejo de la energía en el Caribe y Centroamérica;
etc.
La creación del Fondo ALBA-Caribe, mencionado anteriormente, es otra de las
invenciones del gobierno venezolano, para el cual ha dispuesto 50 millones de dólares.
Se trata de un mecanismo de financiamiento para programas sociales y económicos
establecido para cada uno de los signatarios del acuerdo. El objetivo que subyace es que
los ahorros derivados de la factura energética, surgidos en el marco de Petrocaribe, sean
empleados para el desarrollo económico y social en cada uno de los Estados (Fuente:
Enciclopedia EcuRed. https://www.ecured.cu/Petrocaribe. Consultado el 20/03/17).
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
93
Por otro lado, desde su nacimiento, el Acuerdo Petrocaribe ha sido el marco
referencial para la constitución de catorce Empresas Mixtas entre PDV-Caribe y cada
una de las empresas estatales de los países miembros lo que representa una de las
herramientas fundamentales para avanzar en la construcción de un sistema económico
regional justo y equitativo. Las accionistas de estos entes binacionales son los
gobiernos, que en algunos casos han tenido que adecuar sus marcos institucionales para
facilitar tanto las negociaciones iniciales como las transacciones subsiguientes.
Estas empresas han sido un medio para llevar adelante proyectos de
infraestructura energética que han consolidado paulatinamente el proceso de
independencia energética regional, al poder contar algunos Estados con capacidades
propias de recepción, almacenamiento y distribución de combustibles. Asimismo, han
permitido la adecuación y modernización de centros refinadores, así como el desarrollo
de nuevos proyectos en esta área que constituirán fuerzas impulsores del avance
industrial del Caribe.
“El suministro de Petrocaribe satisface el 42% de las necesidades energéticas
de los Estados signatarios y por las condiciones ventajosas, además, se les
permite mediante la creación de mecanismos de compensación, pagar parte
de la factura petrolera con suministro de bienes y servicios. En ese sentido,
en 2012 la factura petrolera ascendió a 872 millones de dólares, y un
intercambio de más de un millón 462 mil toneladas de alimentos y
productos” (SELA; 2013:19)
El enfoque social también está presente en este esquema de cooperación,
mediante el desarrollo de proyectos que buscan mejorar las condiciones de vida de la
población, con énfasis en la dignificación de los sectores excluidos. Otro logro ha sido
el intercambio de saberes evidenciado en la gestión compartida de hombres y mujeres
provenientes de los países participantes, así como en las acciones de formación
ejecutadas para desarrollar sus destrezas técnicas y sociales.
En la actualidad, para consolidar la integración que ha ido logrando el grupo
desde su creación en junio de 2005, sus miembros no han dejado de trabajar un solo
instante, más aun luego de conocerse el interés por parte de Estados Unidos de reavivar
en la zona caribeña el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en versiones
como la Alianza Pacífico y tratados de libre comercio bilaterales. Debido en parte a
esta amenaza, Petrocaribe ha realizado dos Cumbres (la VII y la VIII) en un período de
solo dos meses para apuntalar los intereses de sus 18 miembros.
La primera de ellas, celebrada en mayo de 2013, en Caracas, fue convocada con
el objetivo de estudiar la aplicación de un área de intercambio comercial y no sólo
energético. En este sentido, el Ministro de Petróleo y Minería de Venezuela, Rafael
Ramírez, explicó que "Petrocaribe debe ir más allá del intercambio energético con la
creación de zona económica basada en la igualdad de oportunidades y que pueda
extenderse a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)"
(Fuente: Petrocaribe. https://www.ecured.cu/VII_Cumbre_Petrocaribe. Consultado el
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
94
25/08/17). Mientras que, en la VIII Cumbre efectuada el 29 de
junio en Managua, Nicaragua, se procedió a la aprobación del proyecto de Constitución
de la Zona Económica Petrocaribe (ZEP). Según el presidente Nicolás Maduro "la
creación de la Zona Económica de Petrocaribe representa una oportunidad para generar
espacios innovadores que dinamicen el comercio y los procesos de integración entre
nuestros pueblos" (Fuente: Encicplopedia EcuRed.
https://www.ecured.cu/VIII_Cumbre_Petrocaribe. Consultado el 25/08/17)
Es decir, aunque la base fundamental es el intercambio petrolero, para fines de
2015 Petrocaribe está buscando pasar a una nueva etapa con la consolidación de la zona
económica para el desarrollo común que fomentará la productividad y el comercio entre
los 19 países integrantes, a saber: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba,
Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua,
República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Santa
Lucía, Surinam, Venezuela y El Salvador, incorporado en 2014.
Petrosur
Sus antecedentes se remontan a la Declaración de la I Reunión de Ministros de
Energía de América del Sur, en 2004. Allí los representantes de Argentina, Bolivia,
Brasil y Venezuela acordaron llevar adelante acciones concretas en pos de conformar
Petrosur. Un año después, y en un contexto energético negativo principalmente en
Argentina y Brasil, los ministros de cada uno de estos países, menos el representante de
Bolivia, establecieron, en Brasilia, las bases conceptuales para la constitución del
Secretariado de Petrosur.
Posteriormente, en 2005, el gobierno de Uruguay suscribió, junto a Venezuela,
el acuerdo de adhesión a la Secretaria de Petrosur. Este acuerdo ponía de manifiesto los
principios, doctrinas y bases conceptuales de dicha Secretaria, así como el objetivo de
la Iniciativa al manifestar que el mismo consiste en lograr la integración de Sudamérica
en materia energética, obedeciendo a conceptos políticos y geopolíticos cuyo
fundamentos se hallan en la solidaridad, el derecho soberano sobre los recursos
naturales y, la complementariedad para el uso equilibrado de los mismos en pos del
desarrollo.
Entre los objetivos de Petrosur, se destacan:
Coordinación de políticas públicas en materia de energía en los países
miembros.
Asegurar la valorización justa y razonable de los recursos energéticos.
Minimizar costos de transacción en los intercambios de energía entre los países
miembros
Aprovechamiento de los recursos energéticos para solventar las asimetrías
económicas y sociales entre los pueblos latinoamericanos.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
95
Intercambiar y desarrollar tecnologías y optimizar recursos en el campo de la
energía. (Fuente: Acuerdo de Adhesión de Uruguay a la Secretaria de Petrosur -
http://archivo.presidencia.gub.uy/_web/noticias/2005/08/2005081107.htm)
La Iniciativa busca convertirse en un habilitador político, institucional y de
gobernanza regional, capaz de implementar los acuerdos y decisiones que se realizan a
nivel internacional. Para ello, al igual que Petrocaribe, la iniciativa se proponía contar
con un Consejo Ministerial integrado por los Ministros de Energía de cada uno de los
países miembros y una Secretaría Ejecutiva.
El Consejo Ministerial sería presidido por el Ministro del país miembro que
haya sido designado como anfitrión y tendría entre sus funciones principales, las
siguientes: Definir estrategias a largo plazo; tomar las decisiones necesarias para el
cumplimiento de los objetivos de Petrosur; acordar y aprobar los temas de interés
prioritarios para la Organización; acordar el ingreso y desincorporación de nuevos
miembros; entre otras. Se reunirían una vez al año como mínimo.
Respecto a la Secretaria Ejecutiva sería ejercida por el Ministro de Energía del
país encargado de la presidencia de Petrosur en aquel periodo y debería: Gerenciar y
administrar los asuntos de la Secretaria; asegurar la implantación de decisiones de la
Conferencia Ministerial y someter los reportes y recomendaciones correspondientes;
establecer la prioridad de los estudios y proyectos definidos por la Conferencia
Ministerial; preparar la agenda para esta última; entre otros.
Si bien no han sido establecidas las condiciones para que los países del
Mercosur formen parte de la Iniciativa y por consiguiente no se han institucionalizado
las áreas de la misma, lo cierto es que se han llevado adelante acciones bilaterales entre
las empresas estatales de cada uno de ellos en un claro camino hacia el cumplimiento
de la estrategia y objetivos de Petrosur. Entre los principales acuerdos, destacamos los
siguientes:
a) Acuerdos entre Brasil y Venezuela
Fue suscrito en febrero de 2005 en Caracas. Mediante este acuerdo, los
presidentes de Brasil y Venezuela se comprometieron a conformar una amplia alianza
estratégica en diversos ámbitos, entre ellos, energía: petróleo y gas. Meses más tarde,
ambos presidentes firmaron también un convenio que involucra a las empresas
petroleras estatales PDVSA y PETROBRAS en la construcción de una refinería en el
Estado de Pernambuco. Tanto la inversión como la producción que ésta genere, sería
dividida en partes iguales. (Ruiz-Caro; 2006:30)
b) Acuerdos entre Argentina y Venezuela
Además del apoyo y cooperación para la creación de la empresa estatal petrolera
ENARSA en Argentina, objetivo principal dentro de la iniciativa Petrosur, en agosto de
2005 los presidentes de Venezuela y Argentina firmaron una serie de convenios de
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96
complementación económica por un total de 560 millones de dólares. Los mismos
incluían la venta de “fueloil” por parte de Venezuela a la Argentina a cambio de
productos agroindustriales y la construcción de dos buques petroleros para Venezuela
en astilleros argentinos.
En octubre de 2005, PDVSA y ENARSA firmaron dos importantes acuerdos.
Por un lado, la participación de la estatal venezolana en el mercado de hidrocarburos de
Argentina a partir de la compra del patrimonio de la empresa argentina de capital
privado Rutilex Hidrocarburos Argentinos Sociedad Anónima (RHASA). Por otro lado,
en 2006 se resolvió el otro acuerdo que abarcó la compra, por parte de PDVSA, de las
172 bocas de expendio en Argentina, propiedad de SOL, controlada por la estatal
uruguaya ANCAP.
Dentro de este marco de acercamiento entre ambos gobiernos, también se
resolvió avanzar en la exploración conjunta de hidrocarburos en el Mar Argentino.
(Ruiz-Caro; 2006:31)
c) Acuerdos entre Uruguay y Venezuela
En agosto de 2005 se produjo el compromiso de adhesión de Uruguay a la
Secretaría de Petrosur, oportunidad en que se suscribieron importantes acuerdos con el
gobierno de Venezuela, quien se comprometió, entre otras cosas, a garantizar el
abastecimiento total de petróleo a Uruguay durante 25 años a través de un compromiso
de explotación binacional de crudo en uno de los bloques de reserva que Venezuela
posee en la faja petrolera oriental del país. (Ruiz-Caro; 2006:33)
d) Acuerdo entre Paraguay y Venezuela
A fines de 2005, los presidentes de las petroleras estatales de cada uno de los
países, PDVSA y PETROPAR (Petróleos de Paraguay), suscribieron un acuerdo de
compraventa de petróleo así como también una carta de intención para realizar una
evaluación técnica de PETROPAR, por parte de PDVSA, para su modernización y
estudio de oportunidades de inversión en el mercado local del Paraguay. Vale destacar
que Paraguay importa la totalidad del petróleo que consume. (Ruiz-Caro; 2006:34).
e) Acuerdos entre Bolivia y Venezuela
Los acuerdos se dieron en un marco diferente a los tratados anteriormente,
definido por la política energética de Evo Morales, manifiesta desde el primer momento
de su ascenso al gobierno de Bolivia en 2006. En este sentido, el gran objetivo del
presidente boliviano ha sido la recuperación de la propiedad de los hidrocarburos,
entendida ésta como el primer gran paso en un camino hacia la definición de una
política energética regional que gire en torno al desarrollo y consolidación de mercados
limítrofes de exportación, como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y
eventualmente Chile.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
97
En este esquema, los gobiernos de Bolivia y Venezuela, han acordado entre
otros puntos, la forma en que Bolivia participará en el Acuerdo de Cooperación
Energética de Caracas, el cual establece que Venezuela suministrará crudo, productos
refinados y GLP a Bolivia por una cantidad de hasta 200 mil barriles mensuales bajo
esquemas de financiamiento preferenciales (Ruiz-Caro; 2006:36)
Por otro lado, estos dos últimos países junto con Argentina propusieron, en
2007, la conformación de la Organización de Países Productores y Exportadores de Gas
de Sudamérica (Oppegasur). El objetivo planteado en dicho proyecto era el de crear a
largo plazo un mercado mundial de gas y que esta organización sea un regulador de los
precios. A pesar del consenso de los tres promotores, el proyecto se vio obstaculizado
por la negativa de Brasil. El gobierno de Brasil, segundo mayor consumidor de gas
sudamericano, optó por señalar la necesidad de discutir el tema en profundidad, y el
canciller Celso Amorim, señaló en la Cumbre Energética Suramericana que la división
entre “consumidores y productores de gas” no conciliaba intereses en un proyecto de
integración como el abordado en la reunión. (Fuente: Centro de Estudios
Sudamericanos.http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/37564/Documento_co
mpleto.pdf?sequence=1. Consultado el 30/08/2017).
Entre los logros consolidados por Petrosur se encuentra la estimulación del
comercio de los hidrocarburos en la región, con base en la complementariedad;
promoción de la coparticipación en la construcción de ductos, tanqueros, depósitos de
almacenamiento, refinerías, estaciones de embarque y desembarque entre las naciones
beneficiarias; apoyo a las naciones hermanas en momentos de crisis; plataforma para la
promoción de empresas estatales que participan activamente en el negocio de los
hidrocarburos; y el desarrollo de proyectos para avanzar en la independencia financiera
de la región: Banco del Sur (Prieto, 2007:32).
No obstante los acuerdos binacionales marcados, la iniciativa no ha registrado
avances importantes en esta subregión. Similar a lo que ocurre con Petrosur, sucede con
Petroandina
Petroandina
Fue presentada en oportunidad del XVI Consejo Presidencial Andino realizado
en julio de 2005 en Perú, como una alianza estratégica de empresas estatales petroleras
y energéticas de los cinco países miembros de la Comunidad Andina (CAN). El
objetivo consistía en “impulsar la interconexión eléctrica y gasífera, la provisión mutua
de recursos energéticos y la inversión conjunta en proyectos” (Fuente: PDVSA.
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenuprinc.tpl.html&new
sid_temas=86. Consultado el 17/08/2015).
En la mencionada Cumbre presidencial, los representantes de Bolivia, Ecuador,
Colombia, Venezuela y Perú suscribieron el documento: “Acta Presidencial de Lima.
Democracia, desarrollo y cohesión social”, mediante la cual, tomaron nota de la
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
98
propuesta de Venezuela en torno a la idea de acordar la creación de Petroandina y
consideraron la conveniencia de formular una agenda energética andina en el contexto
de la integración sudamericana teniendo en cuenta los distintos acuerdos binacionales
existentes, así como el importante potencial energético representado por los yacimientos
de petróleo y gas en estos países.
Dentro de estas consideraciones, los estados miembros también reafirmaron el
interés de fortalecer la integración regional impulsando los proyectos de interconexión
energética en América del Sur, teniendo en cuenta los acuerdos vigentes de los países y
los esquemas comerciales existentes. En este sentido se han dado una serie de acuerdos
bilaterales, especialmente entre Venezuela y Colombia y, Venezuela y Ecuador.
En noviembre de 2005, los presidentes de Colombia y Venezuela evaluaron el
avance de los proyectos de intercambio interfronterizo de combustible, interconexión
gasífera, y proyecto Oleoducto y/o Poliducto Colombo-Venezolano. En la Declaración
suscrita por ambos presidentes se comprometieron a instruir a los ministros de Energía
para acordar la construcción del Gasoducto Colombo-Venezolano, de una extensión
aproximada de 200 kilómetros. El gas proveniente de Colombia a través del gasoducto
permitiría garantizar el abastecimiento energético de la región occidental venezolana.
En cuanto a los acuerdos con Ecuador, exportador neto de petróleo, e importador
de gasolina, le permitirían a éste refinar parte de su crudo en territorio venezolano
ahorrándose millones de dólares que paga por combustibles importados. Sin embargo, y
como dijimos anteriormente, la propuesta Petroandina, al igual que Petrosur, en los
términos planteados por Venezuela, no ha registrado avances significativos.
Como pudimos observar, de las tres iniciativas, solo Petrocaribe se convirtió en
una realidad de altísimo impacto. Petrosur y Petroandina se han perfilado como un
conjunto de acuerdos de cooperación bilateral y constitución de empresas mixtas más o
menos efectivas entre Venezuela y los cuatro miembros del Mercosur; Bolivia y
Ecuador, integrantes de la CAN y del ALBA-TCP; y Colombia. La propuesta de una
gran alianza entre compañías nacionales, en lugar de la competencia por el acceso a la
inversión extranjera y a los mercados regionales y extrarregionales, se ha revelado una
quimera, debido no solo a las multinacionales que operan en el sector, sino también a
los gigantes estatales o semiestatales como Petrobras o Pemex.
Además de la Iniciativa Petroamérica, durante este periodo se dieron al menos
otros dos proyectos importantes para vincular mediante la energía a países de la región.
El primero de ellos es el Programa de Integración Energética Mesoamericana, el
segundo, los proyectos de integración gasífera en Sudamérica con sus dos variables, el
“anillo energético” y el “gasoducto del sur”.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
99
3.2.5 Proyecto Energético Mesoamérica
Sus antecedentes se remontan al año 2001, surgiendo en el marco del
Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, foro político impulsado
permanentemente por México y Centroamérica. En diciembre de 2005, y bajo la
iniciativa de México, los Jefes de Estado y de Gobierno de Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras y Panamá –países miembros del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA)-, así como los de Belice, Colombia, México y la Republica
Dominicana, suscribieron el Acuerdo de Cancún, mediante el cual enmarcaron el
Programa de Integración Energética Mesoamericana (PIEM) dentro del Plan Puebla
Panamá (PPP). Finalmente, el Proyecto Mesoamérica, es establecido en 2008, resultado
de la evolución del Plan Puebla Panamá hacia el Proyecto de Integración y Desarrollo
de Mesoamérica (PM).
“El Proyecto Mesoamérica es el mecanismo de integración y desarrollo que
potencia la complementariedad y la cooperación entre los países a fin de
ampliar y mejorar sus capacidades y de hacer efectiva la instrumentación de
proyectos que redunden en beneficios concretos para las sociedades en
materia de infraestructura, interconectividad y desarrollo social.” (Fuente:
Página oficial del Proyecto Mesoamérica -
http://www.proyectomesoamerica.org/joomla/index.php?option=com_conten
t&view=article&id=46&Itemid=160. Consultado el 18/08/2015)
La justificación a su origen se debe a los aumentos en la factura petrolera, hecho
que afectaba seriamente a los países centroamericanos. Según estimaciones de la
CEPAL, en el primer trimestre de 2005, la región centroamericana tuvo que pagar una
cifra superior al 20%, es decir, 4 mil 500 millones más, de la registrada un año antes
para adquirir los combustibles necesarios (Ruiz-Caro; 2006:39). Así, el Proyecto
Mesoamericano estableció entre sus premisas refinar crudo en Centroamérica, integrar
los sistemas eléctricos, crear un gasoducto que uniera a Guatemala con Panamá, y
generar espacios óptimos para el intercambio de propuestas e iniciativas. En
consonancia con lo anterior, las áreas de acción se concentraban en los hidrocarburos, la
electricidad, las energías renovables, la eficiencia energética y la armonización de los
marcos regulatorios y normativos nacionales.
Una de las iniciativas más importantes insertas dentro del Proyecto Petroamérica
ha sido la construcción de una refinería en Guatemala para el procesamiento de 230.000
barriles de crudo que permitiría reducir en un 40% las importaciones de gasolina y
combustible diésel por parte de los países centroamericanos. Por otro lado, aun en
estado de prefactibilidad, aguardando los estudios que definan su localización optima,
se trabaja en la construcción de un gasoducto México-Colombia de aproximadamente
3.000 km con una regasificadora en Centroamérica. (Moncada Camila; 2016:36)
A diferencia de la iniciativa Petroamérica que plantea una participación más
activa del Estado en este proceso, el respeto por los principios de libre comercio será
parte de los criterios fundamentales en la instrumentación de la propuesta
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
100
mesoamericana. “Se trata de un proyecto sin hegemonías, sin paternalismo, y sin
discrecionalidades […] Los proyectos anunciados en esta Iniciativa se sostienen por sí
mismos y no dependen de la voluntad política de los gobierno de turno” (Fuente: Diario
Milenio en Ariela Ruiz Caro; 2006:40)
3.2.6 Anillo energético
Junto con los desarrollos en América Central y el Caribe, durante el mismo
espacio temporal, se intentó impulsar dos importantes proyectos en el Sur del
continente. Por un lado el “anillo energético”, para la interconexión gasífera del Cono
Sur, impulsado principalmente por Chile para suplir el déficit energético a partir de los
problemas de abastecimiento procedentes de Argentina. El proyecto, hoy paralizado,
pretende conectar los yacimientos de Camisea (Perú) con una red de gasoductos que iría
desde Chile, pasando por Argentina, Paraguay y Uruguay hasta el sur de Brasil. La
propuesta fue lanzada en junio de 2005, en Asunción, en oportunidad de la XXVIII
Cumbre Presidencial del Mercosur.
3.2.7 Gasoducto del Sur
El otro importante proyecto nació en el marco de la vigésimo segunda Cumbre
Presidencial del Mercosur, con el ingreso de Venezuela como miembro pleno a este
organismo. Mediante su entrada se posibilitó la firma del memorándum de
entendimiento entre los presidentes de Argentina, Brasil y Venezuela, que diera inicio a
los estudios de factibilidad para la construcción del Gasoducto del Sur, complementario
al anillo energético, capaz de interconectar las reservas de gas en Puerto Ordaz
(Venezuela) con los principales centros de consumo en Brasil y Argentina. No obstante
la idea de estar concluido para fines de 2012, hoy el proyecto no es más que eso, una
idea latente que seguramente reflotará ante el peligro de una nueva crisis energética en
los países de Sudamérica.
3.2.6 ARPEL
Situados en el año 2011, ARPEL nuevamente introducirá grandes cambios en su
estructura, alejándose aún más de aquellos preceptos que le dieron vida en la década del
sesenta. En efecto, se reformuló el Estatuto donde se determinó que la Organización
pase a denominarse “Asociación Regional de Empresas de Petróleos, Gas y
Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe”. Mismo curso siguieron los objetivos,
al precisar en su artículo 4º que:
“La Asociación tiene como propósito principal el servir de: a) Vehículo de
relacionamiento, cooperación y asociación sinérgica entre sus Socios donde
se promueva el diálogo y la actuación conjunta con base a convergencia de
intereses y criterios. b) Catalizador del intercambio de conocimiento entre
sus Socios y vehículo promotor del desarrollo e implementación de mejores
prácticas y soluciones que aseguren la mejora continua en el desempeño
operativo, ambiental, social y económico del sector. c) Foro de análisis y
difusión del progreso regional de la industria en desarrollo sostenible. d)
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
101
Foro de análisis y difusión del progreso regional en integración y seguridad
energética. e) Vehículo de relacionamiento y diálogo entre la industria y sus
principales grupos de interés y órgano regional de representación desde
donde se promueva la armonización de políticas sectoriales que favorezcan
el desarrollo sostenible del sector. f) Medio regional de acción conjunta que
ayude a mejorar la reputación de la industria. g) Punto focal de información
sobre las actividades de la industria en la Región. h) Institución regional de
apoyo que facilita el desarrollo de actividades sectoriales y la provisión de
servicios de capacitación, certificación y asistencia técnica requeridos por
sus Socios” (Fuente: ARPEL, Informe Anual 2010-2011:2).
A modo de cierre del capítulo, creemos oportuno resaltar las características
geológicas de los principales referentes de la materia dentro de la región, a fin de
plantear el panorama energético que podrían enfrentar en un futuro cercano, y en último
término, permitiéndonos esbozar conjeturas acerca del devenir de la integración
energética regional.
En la actualidad, existen en América Latina 15 productores primarios de
hidrocarburos, dentro de los cuales es posible distinguir tres grupos: “el de los grandes
productores integrado por México, Venezuela y Brasil, que abarcan en conjunto el 75%
de la producción regional; el de medianos productores que incluye a Colombia,
Argentina, Trinidad y Tobago, Ecuador, Perú y Bolivia; con el 23% de participación en
el total regional; y el de pequeños productores formado por Cuba, Chile, Surinam,
Guatemala, Belice y Barbados, con solamente el 2% de contribución al total regional.”
(Fuente: Revista Mercado. http://www.mercado.com.ar/notas/economa-y-
poltica/8019756/amrica-latina-depende-mucho-del-petrleo (Consultado 21/12/15)
Como hemos podido observar hasta aquí, México y Venezuela son dos de los
países más relevantes; lograron convertirse a comienzos del siglo XX en los mayores
exportadores de petróleo del planeta y esa condición los volvió importantes artífices de
la construcción de la identidad regional energética. En el caso de Venezuela, ha
edificado casi un siglo de historia exportadora. Fue miembro fundador de la OPEP,
organización de la cual aún hoy es partícipe y es en la actualidad, el país con mayores
reservas de petróleo en el planeta (teniendo en cuenta los hidrocarburos no
convencionales), estimadas al 2015 en 300,9 mil millones de barriles (BP; 2016), lo que
representa el 88% de las reservas regionales de petróleo. Para entender la dimensión de
sus reservas, según la OPEP, en el mundo habría petróleo para 54 años. Venezuela, el
país con las mayores reservas probadas, al ritmo actual de producción, tendría petróleo
para más de 300 años y Arabia Saudita, su seguidor inmediato en cuanto a cantidad de
reservas, para 70 años (Wall Street International; 2016). Es también el mayor productor
regional de petróleo con 2.626.000 barriles diarios lo que representa el 25,5% de la
producción regional, en cambio, es el quinto en cuanto a su consumo con 678.077
barriles diarios o, lo que es igual, el 7,5% del consumo regional.
En cuanto a reservas de gas, también el Estado de Sudamérica es líder regional.
Posee una reserva de 5,6 trillones de metros cúbicos que representan el 71% de las
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
102
reservas regionales de gas natural. Aquí es el cuarto mayor productor regional con 32,4
billones de metros cúbicos anuales y posee un consumo anual de 34,5 billones de
metros cúbicos que representan el 13,4% regional (BP; 2016) La diferencia la importa
desde Colombia, país que paradójicamente no cuenta con grandes excedentes de este
recurso. En este sentido, el objetivo concreto en materia gasífera es alcanzar la
autosatisfacción de la demanda interna para después sí poder exportar. La importancia
del gas es tan grande que es considerado “la alternativa energética del siglo XXI”
(Fuente: Diario Noticias 24. http://www.noticias24.com/fotos/noticia/16590/con-la-
reserva-mas-grande-de-gas-en-suramerica-venezuela-se-plantea-ubicarse-como-cuarto-
productor-mundial/. Consultado el 27/08/2016)
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Hoy en día (2015) la República Bolivariana de Venezuela posee la totalidad de
las acciones de la empresa PDVSA, que se encuentra adscrita al Ministerio del Poder
Popular para la Energía y Petróleo. A su vez, desde 1999, la Constitución establece que
PDVSA mantiene el monopolio exclusivo de los hidrocarburos que se hallen en el
subsuelo venezolano y que sus acciones no pueden ser vendidas a particulares. No
obstante, se le reserva la posibilidad de asociarse para la prestación de cualquiera de los
servicios relacionados a sus productos bajo el título de empresa mixta, consolidándose
el gobierno venezolano como accionista mayoritario (60% mínimo) (Marc Le Calvez;
2008). Por otra parte la nueva ley de hidrocarburos, sancionada en 2001, institucionaliza
la prioridad del gobierno de garantizar el control de la gestión de la industria petrolera
por parte del Estado y se traduce en un aumento de la participación estatal y en un
incremento de las regalías, principalmente, del 16,6% al 30%.
México, también cuenta con importante experiencia abocada a la explotación
hidrocarburífera, aunque más cíclica si la comparamos con Venezuela. Dejó de tener
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Reservas de gas y petróleo 2015
RESERVAS DE GAS RESERVAS DE PETROLEO
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103
excedentes exportables durante el periodo de nacionalizaciones, allá por 1930 y se
recuperó recién durante los setenta con las nuevas inversiones realizadas en el sector.
Sin embargo, durante las últimas dos décadas ha visto seriamente reducidas sus
reservas, cuestión que conllevó una notable merma en sus exportaciones. A fines de
2015, México cuenta con reservas probadas de 10,8 mil millones de barriles de crudo
(BP; 2016). De este recurso produce 2.587.730 barriles diarios que lo colocan en el
segundo lugar de la escala regional, mismo lugar que ocupa si nos referimos a su
consumo que es de 1.926.148 barriles diarios. En cuanto al gas natural, el país azteca
posee la tercera mayor reserva de América Latina con 0,3 trillones de metros cúbicos y
es el mayor productor regional con 53,2 billones de metros cúbicos anuales,
aproximadamente el 23% de la producción regional. No obstante esto, es importador ya
que su consumo anual de gas es de 83,2 billones de metros cúbicos, el 32,2% del
consumo regional.
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Brasil y Perú han sido tradicionalmente importadores netos. En el caso del
primero, pese a ser el tercer mayor productor regional con 2.526.550 barriles por día, es
el país con mayor consumo regional (3.157.767 barriles), condicionado por la magnitud
de su economía así como su población, hechos que obligan al país a importar. Sin
embargo, esta cuestión ha comenzado a cambiar en los últimos años a partir del
descubrimiento de nuevas reservas y grandes inversiones destinadas al uso de recursos
como el etanol en la matriz energética. Al cierre de 2015 contabilizó reservas por 13 mil
millones de barriles, siendo ésta la segunda mayor reserva regional (BP; 2016). En
cuanto a reservas de gas se ha dado una situación similar a la del petróleo; ha intentado
disminuir progresivamente las importaciones de éste, sobre todo a partir de los hechos
sucedidos en Bolivia, el principal mercado desde el cual obtiene este recurso, que en
2006 decidió nacionalizar YPFV, empresa con la cual Brasil tenía importantes
contratos. Como en reservas de petróleo, también en el gas, Brasil se ubica en segundo
lugar detrás de Venezuela, con reservas de 0,4 trillones de metros cúbicos. Respecto a
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Producción y consumo de petróleo 2015
PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO CONSUMO DE PETRÓLEO
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su producción, el país carioca es responsable de casi el 10% de la producción regional
con 22,9 billones de metros cúbicos, no obstante esto, debe importar grandes cantidades
ya que su consumo anual es de 40,9 billones de metros cúbicos, el tercer mayor
consumo regional detrás de México y Argentina.
En el caso de Perú, ocurre una situación similar a la de México, Venezuela o la
propia Bolivia, países donde tras décadas de explotación por parte de compañías
privadas, los Estados deciden tomar el control de la explotación hidrocarburífera. En el
estado Inca, esta situación se inauguró en 1968, de la mano de la revolución liderada por
Velasco Alvarado, y la creación de Petroperú. Posteriormente, al igual que a la mayoría
de los países de América Latina le llegó la etapa neoliberal, período durante el cual el
gobierno peruano inició el desarrollo del campo gasífero de Camisea. No obstante estos
avances, las importaciones satisfacen gran parte de la demanda interna. Para fines de
2015 el informe del British Petroleum declaró que las reservas probadas de
hidrocarburos líquidos del Perú sumaron 1,4 mil millones de barriles, 217 millones de
barriles menos que lo declarado por la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) en
2013, mientras que las reservas probadas de gas natural sumaron, en 2015, 0,4 trillones
de metros cúbicos (Fuente: British Petroleum y Diario RPP Noticias.
http://rpp.pe/economia/economia/reservas-probables-y-posibles-de-gas-natural-
alcanzan-los-902-tfc-noticia-787335). Si a producción y consumo de gas nos referimos
Perú es el séptimo mayor productor de la región con 12,5 billones de metros cúbicos, y
consume 7,5 billones de metros cúbicos (2,9% regional). En cuanto a petróleo, cerró el
2015 produciendo 149.827 barriles por día y consumiendo el 2,7 % regional, algo más
de 243.239 barriles por día.
Trinidad y Tobago no es uno de los principales productores de hidrocarburos a
nivel mundial pero tiene un rol particularmente importante en este sector y el de la
exportación dentro de la región, especialmente si hablamos de gas natural. En efecto,
según British Petroleum cuenta, al cierre de 2015, con reservas aproximadas de 0,7 mil
millones de barriles de petróleo de los cuales extrae para producción 146.593 barriles
diarios y consume 37.604; en todos los casos ocupa el último de los escalones de esta
selección y análisis de los mayores referentes del área energética regional. Es respecto
al gas natural donde el país caribeño presenta mayores fortalezas. Posee reservas por 0,3
trillones de metros cúbicos que lo colocan en el quinto lugar regional con una
producción (segundo en la escala regional) y consumo de 39,6 y 21,5 billones de metros
cúbicos respectivamente (Fuente: Revista KPMG; 2014:7 y BP; 2016).
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Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
Review of World Energy, 2016.
Otros importantes productores regionales de hidrocarburos son, Ecuador,
Colombia y Argentina. Todos han llegado en algún momento de su historia a producir
más de lo que su demanda interna requiere, permitiéndoles exportar el excedente.
Comparado con los casos planteados antes, “Colombia ha optado por un menor
intervencionismo. El petróleo supone un 70 por cien de la exportación total del país
pero solo contribuye al cuatro por cien de los ingresos del Estado” (Fuente:
http://www.politicaexterior.com/articulos/economia-exterior/hidrocarburos-en-america-
latina-reservas-y-produccion/. Consultado el 7/01/17).
A este magro reflejo se suma la reducción en las reservas a la que asiste el país
desde 2013, cuando las mismas contabilizaron 2,4 mil millones de barriles. Ecuador fue
otro de los países del sur del continente que también vio disminuidas sus reservas
durante el mismo periodo; desde aquella fecha las reservas comprobadas se redujeron de
8,2 mil millones a 8,0 mil millones de barriles al cierre de 2015. La tendencia continúa
con Argentina, el país incluso ha tenido que importar en 2014, hecho que no sucedía
desde hace 20 años. No obstante esto, las reservas de petróleo aumentaron de 2,3 a 2,4
mil millones de barriles mientras que las reservas de gas se han mantenido en 0,3
trillones de metros cúbicos (370 mil millones de m³ de gas). Respecto a este último
recurso el país ha llegado a ser un significativo exportador durante largos años pero la
escasa inversión en nuevas exploraciones así como en explotaciones, llevó al
agotamiento de las reservas, cuestión que se patentó en la crisis energética decretada en
2004 por el entonces presidente Néstor Kirchner. No obstante, a estas cifras se les
podría agregar los recientes descubrimientos de yacimientos no convencionales, los
cuales representan 27 mil millones de barriles en el caso del petróleo y 22 billones de
m³ en el caso del gas, que lo llevarían a ocupar el cuarto y segundo puesto
respectivamente a nivel mundial.
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Producción y consumo de gas 2015
PRODUCCIÓN DE GAS CONSUMO DE GAS
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106
3.3 Conclusiones del capítulo
De lo tratado en el presente capitulo podemos concluir que nuevamente el
Estado vuelve a adquirir un rol protagónico en los programas y proyectos de integración
energética, siendo Venezuela el actor estatal más activo. Una diferencia sustancial
respecto a anteriores periodos donde la integración responde a la voluntad estatal esté
dada por el nuevo papel que juega la ideología como soporte de la integración
energética y el interés por darle a ésta un carácter verdaderamente regional, similar a lo
que fue la IEH en el periodo precedente pero ahora promovido desde el interior de
América Latina.
Bajo esta óptica vimos y desarrollamos el Acuerdo de Caracas nacido en el año
2000, quizás la premonición de lo que vendría, un acuerdo impulsado por Venezuela
para aliviar la carga de la factura petrolera de la mayoría de los países que componen
América Central y el Caribe.
En línea con los cambios que el Acuerdo de Caracas suponía, a partir de 2002
comenzó a trabajarse regionalmente el ambicioso proyecto venezolano de vincular a
toda la región energéticamente, con base en sus propios recursos. El proyecto
denominado Petroamérica, buscaba a través de cada una de sus áreas de trabajo
(Petrocaribe, Petroandina y Petrosur) ser una respuesta a los problemas energéticos que
aquejaban a muchos de los países de la región. Partiendo de acuerdos bilaterales, el
objetivo final era la conformación de una empresa estatal multinacional donde cada una
de las operadoras energéticas de los Estados miembros actuaría en calidad de socio. En
el fondo, la Iniciativa que respondía a un programa mayor denominado ALBA, era la
aspiración del presidente venezolano Hugo Chávez de disminuir la presencia política e
ideológica norteamericana, y en concreto, el ALCA y su programa energético, la IEH.
Con objetivos menos ambiciosos y con ciertas dificultades en su materialización
vimos también, por un lado, el impulso de diferentes iniciativas por parte del Consejo
Energético Sudamericano, dentro del ámbito de UNASUR. En este sentido, se ha
logrado avanzar en la elaboración de los Lineamientos de la Estrategia Energética
Suramericana, de los Lineamientos del Plan de Acción para la Integración Energética
Regional así como de la Estructura del Tratado Energético Suramericano. Por otro lado,
asistimos al lanzamiento del Proyecto Energético Mesoamérica, para países de América
Central y el Caribe, cuyo objetivo fundamental era satisfacer la demanda de petróleo y
gas a menor costo en países donde la factura petrolera estaba afectando seriamente el
desarrollo económico.
Finalmente, tratamos la organización más relevante que ha tenido la región
dentro del campo energético, ARPEL, que como marcamos sufrirá cambios importantes
en torno a sus objetivos en consonancia con el cambio de nombre que sufriera la misma.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
107
CONCLUSIONES FINALES
La presente tesis tuvo como objetivo estudiar el grado de integración existente
entre los países de América Latina y el Caribe a partir de la energía, específicamente
petróleo y gas, en el periodo 1960-2015.
El trabajo parte de la base de una contextualización ampliada de la integración
sustentada en los aportes del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales
(CARI), según el cual, cuatro periodos han caracterizado la evolución histórica de la
integración en la región. Los mismos nos permitieron dividir el trabajo en tres capítulos
y ubicar dentro de ellos los procesos de integración sustentados en la energía.
Así, el primer capítulo va desde 1960 a 1990 y coincide con la fase de “viejo
regionalismo” y “estancamiento” propuesta por el CARI. Por excepción, y tal como se
aclaró en la introducción, estos dos periodos dan marco a un mismo capítulo. Por su
parte, el segundo capítulo coincide con la fase de “nuevo regionalismo” y se da entre los
años 1990 y 2000; y finalmente, el tercer capítulo, coincide con la fase “cambio de
rumbo” y se desarrolla entre los años 2000 y 2015.
En términos generales, cada uno de los capítulos comienza con una descripción
del contexto político, social y económico que justifica el periodo estudiado, permitiendo
comprender la relación entre la integración en general y la integración energética en
particular. A continuación se desarrolla el factor geológico, es decir, la relevancia de los
recursos naturales dentro de los países de América Latina y el Caribe, punto clave
puesto que de ello se deriva el análisis posterior de los diferentes acuerdos y
organizaciones que a fin de cuentas terminaran justificando el periodo de estudio.
Haciendo un análisis de los hechos más relevantes de cada uno de los capítulos
se desprenden las siguientes conclusiones:
En primer lugar, como hemos podido ver, América Latina y el Caribe cuentan
con importante tradición en el campo energético, el principal hecho probatorio de ello es
el haber sido pionera en la lucha por la nacionalización de los recursos petroleros lo que
ha dado origen tempranamente a compañías petroleras estatales de gran influencia para
la integración energética.
Complementario a lo expuesto en el párrafo precedente, el trabajo nos permitió
evidenciar la gran relación existente entre las capacidades geológicas y la promoción o
incentivo a la integración mediante diferentes acuerdos. Que Venezuela haya sido uno
de los principales motores dentro de los diferentes proyectos de integración no es un
hecho aislado.
Otro punto importante es la marcada falta de consenso acerca de un modelo
óptimo de integración, fluctuando entre periodos de integración con fuerte contenido
estatal y otros de clara liberalización del sector. Ello es atribuible fundamentalmente al
contexto político y económico general, al cual se suma el particularmente complejo que
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
108
evidencia cada uno de los países, asociado a la reducida capacidad de coordinación
política y ejecución local. Cada país vive su propia situación política, lo que dificulta el
alineamiento de visiones y la coordinación de esfuerzos con el objeto de implementar
grandes proyectos de integración regional.
Dificultades técnicas de viabilización: esto se halla ligado en gran medida al
factor geográfico de América Latina y el Caribe. Por citar un ejemplo, al norte, México
puede solamente conectarse con Sudamérica a través del istmo formado por algunos
países e islas caribeñas. Al sur, extensas áreas de bosque amazónico y la cordillera de
los Andes conforman grandes barreras naturales, sumadas las enormes distancias entre
centros productores y consumidores que hacen prácticamente inviables proyectos de
integración.
Finalmente, otro punto interesante arrojado por el trabajo es el diferente uso que
se le ha dado a la cuestión energética, en particular a través de dos enfoques planteados
en diferentes grados pero siempre presentes: Como elemento de influencia regional, es
decir, como recurso de poder y, como recurso sociopolítico, es decir, la búsqueda de una
integración más amplia.
Respecto a los objetivos de la presente tesis, se considera que se logró a lo largo
del trabajo responder a los principales interrogantes planteados y se han alcanzado los
objetivos generales y específicos propuestos. En cuanto a los primeros, quedó plasmada
la evolución geológica de cada Estado así como las características de cada uno de los
Acuerdos suscitados en materia energética. Por su parte, los objetivos secundarios se
considera han sido alcanzados puesto que se ha demostrado la relación existente entre la
posesión de recursos energéticos –petróleo y gas- y las iniciativas energéticas. La
justificación más importante se halla en los casos de Venezuela y México. A
continuación se profundiza en el tema puesto que son trabajo de hipótesis.
En este sentido, la hipótesis central suponía que hacia fines de 2015 la región ha
priorizado la autosuficiencia e independencia energética, siendo esto contrario a los
principios de integración. Por otro lado, una segunda hipótesis sugería que no hubo a lo
largo de la historia latinoamericana, consenso pleno acerca de qué política adoptar en
torno a la posesión, explotación y comercialización de petróleo y gas.
En función de lo expresado, con el desarrollo de la investigación finalizado, se
considera que tales hipótesis han sido, en términos generales, respaldadas por los hechos
en cuestión.
Creemos que los países de América Latina han realizado a lo largo de la historia,
sobrados esfuerzos por aumentar el grado de integración energética en la región y
optimizar las potencialidades que cada uno presenta. Sin embargo, lo que se ha
observado en la práctica ha sido el éxito de solo algunos de los proyectos, pudiéndose
destacar entre ellos la creación de organizaciones como ARPEL o los acuerdos de
cooperación como el Plan San José, el Acuerdo de Caracas o Petrocaribe dentro de
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
109
Petroamérica. Es decir, con excepción de los casos planteados, el nivel de integración
energética es prácticamente inexistente y se resume mayoritariamente a nivel
subregional, destacándose la región de América Central y Caribe. Cuestión atribuible
como vimos, por un lado, a la falta de consenso acerca de la implementación de un
modelo óptimo de integración que abarque la región en forma ampliada y; por otro lado,
a la relación entre las capacidades geológicas de los países y el valor de éstas para la
elaboración de proyectos de integración energética, lo que nos permite aseverar que no
es casualidad que América Central y el Caribe se destaquen como el sitio donde se
dieron los principales acuerdos puesto que, dentro o próximo a ella, se encuentran
países como Venezuela y México, principales referentes en la posesión y explotación de
petróleo y gas y, como contrapartida, hallemos un gran mercado justamente con escasos
recursos hidrocarburíferos, una complementariedad que indefectiblemente conduce
hacia la integración.
En resumen, lo que se observa hoy en día, a excepción de los países del Caribe,
es una posición relativamente cómoda de los países de la región con relación a la
seguridad energética. Además de depender en menor medida que en el pasado de la
generación de energía derivada de fuentes fósiles, poseen significativos niveles de
reservas y gran parte de sus demandas se obtienen de la producción interna. Esto nos
permite hablar, en términos generales, de una relativa autosuficiencia energética, sobre
todo respecto al petróleo. Distinta es la relación en cuanto al gas natural. La importación
por medio de gasoductos representa volúmenes significativos de la oferta interna total
de países como Brasil y México, configurando, por lo tanto, el riesgo inherente a la
dependencia externa.
Lo expuesto no quita que, como se vio a lo largo de la historia de la integración
energética regional, esta vuelva a adquirir importancia frente a contextos adversos, sea
una escalada en el precio de los hidrocarburos, crisis económicas propias de los países
latinoamericanos y caribeños u otros factores externos a la propia voluntad de los
mismos.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
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ANEXOS
Elaboración propia en base a los datos del British Petróleum, Statiscal
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