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P.E.D. 2 PREHISTORIA II Joaquín Arroyo San José. Centro Asociado UNED Guadalajara
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PRUEBA DE EVALUACIÓN A DISTANCIA Nº 2. COMENTARIO DE FIGURAS REFERIDA A LOS APARTADOS 4
Y 5 DEL PROGRAMA. PREHISTORIA II (LAS SOCIEDADES METALÚRGICAS). GRADO EN GEOGRAFÍA E
HISTORIA. UNED. CURSO 2011 / 2012.
• ALUMNO: Joaquín Arroyo San José.
• D.N.I.: 03118324-F.
• DIRECCIÓN: C/ La Colmena nº 16, 19005, Guadalajara.
• CENTRO ASOCIADO: Guadalajara.
• TUTOR: Miguel Ángel García Valero.
A continuación se procede a comentar cada una de las figuras propuestas señalando su
morfología, funcionalidad, adscripción cultura y ámbitos geográfico y cronológico, así como
aquellos aspectos característicos de cada una de ellas. Finalmente se realizará una clasificación
cronológica conjunta de todas ellas.
Figura nº 1
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La figura nº 1 parece corresponder a una punta de lanza de enmangue tubular constituida por un
extremo foliáceo con aletas cortantes y un eje central, realizada para fijarse a un eje de madera.
Su regatón es de tipo troncocónico y la matriz tubular que constituye el núcleo central se
desenvuelve hasta dos tercios del total de la hoja llegando hasta su punta en forma de nervadura,
manifestándose su extremo basal exento en aproximadamente en un cuarto del total de la pieza.
Ambas aletas se encuentran muy desportillados, sobre todo en la zona media de la hoja siendo su
extremo eficaz bastante agudo. Presenta dos orificio es su extremo basal para su sujeción al mástil
de madera mediante clavos o un pasador.
Los lados inferiores de las aletas son poco desarrollados en relación con los más altos, que además
parecen señalar un perfil cóncavo, lo que queda determinado por su brusco estrechamiento hasta
rematar en la punta. Su vaciado parece afectar únicamente al primer cuarto de la hoja
adornándose en el encuentro entre las láminas y el tubo mediante incisiones en forma de cenefa
triangular sinfín.
La parte exenta del tubo, se encuentra decorada con unas incisiones perimetrales que consisten
en tres líneas perpendiculares al eje longitudinal de la pieza y a ambos lados de éstas se observa
una representación geométrica en forma de sucesión de triángulos similar a la existente entre el
mástil y las aletas de la punta de lanza a modo de diente de sierra. Las aletas no están biseladas en
su borde, careciendo de alerones.
En base a la forma de la pieza y su decoración característica parece tratarse de una punta de
lanza de enmangue tubular realizada durante el Bronce Medio en el periodo Montelius del I al II,
aunque debido a la variedad de piezas de este tipo aparecidas en diferentes épocas y
localizaciones, su fabricación bien pudiera ser posterior perteneciendo al Bronce Final que da
comienzo sobre el 1.200 a.C. Englobándose por tanto entre los subperiodos III y IV propuestos por
Montelius, o incluso perteneciendo a la Cultura de los Campos de Urnas Europeos durante el
Bronce Final, correspondiendo a su periodo inicial al no evolucionar las puntas hacia el biselado de
sus alerones durante este último periodo, aspecto con el que no cuenta la punta propuesta en la
figura nº 1.
Se han hallado puntas parecidas de características menos elaboradas en el Bronce Antiguo en la
Cultura de los Túmulos Amoricanos, estando esta cultura relacionada con la de Europa del Norte
en el Bronce Medio (Montelius II) por lo que parece más acertado encuadrar le punta de lanza de
enmangue tubular en éste área, con una cronología aproximada entre el 1.600 a.C. y el 1.200 a.C.
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Figura nº 2.
La figura nº 2 representa a tres elementos utilizados a modo de imperdibles para la sujeción de
prendas de vestir. Corresponden a tres fíbulas de diferentes características. En función de éstas se
puede determinar su procedencia y datarlas cronológicamente dentro de uno u otro periodo, en
este caso, a pesar de que la calidad de la imagen no es muy buena, intentaremos describir las
características de cada una de ellas y por medio de éstas establecer al contexto en el cual se
encuadran.
Las tres fíbulas presentan características comunes, perteneciendo al tipo denominado de pie
vuelto, ya que en los tres casos la mortaja se vuelve hacía el arco principal o puente, formando un
segundo arco, pero mientras la que está situada más arriba remata su pie con un botón, la
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segunda de ellas fusiona también su pie nuevamente con el arco principal y la inferior vuelve su pie
hacía el arco principal pero no llega a fusionarse con éste.
Por otro lado además de estas diferencias anteriores, se observan diferencias acusadas respecto a
la decoración de las tres fíbulas, mientras que la inferior y la situada en medio presentan una
configuración más liviana en la decoración del pie tanto en su vuelta como en la zona de la
mortaja del arco, son menos profusas que la superior que además de contar con un arco de
mayor grosor, también presenta una decoración más trabajada, sobre todo patente en el botón
de remate del pie con el arco principal.
Por otra parte es de destacar también, la similitud de los resortes de las distintas fíbulas, lo que unido
a su configuración, nos otorgan indicios sobre un origen común de todas ellas. Las fíbulas aparecen
durante el Bronce y el Hierro en Europa, pero este tipo en concreto de pie vuelto es característico
del periodo de La Tené durante la Segunda Edad de Hierro en la Europa templada.
La fíbula inferior posee un motivo aparentemente zoomorfo figurando una serpiente, estos motivos
eran característicos de la etapa de la Tene A entre el 480 y el 250 a.C., además el hecho de que el
pie no conecte con el puente es indicativo de periodo inicial de la etapa de La Tené, mientras que
los motivos ampulosos y barrocos sobre todo en el caso de la fíbula superior, son característicos del
periodo de La Tené B entre el 250 y el 120 a.C. Se trata de un estilo con tendencia a la abstracción
curvilínea y a un barroquismo vegetal, que se aprecia en el pie de fíbula superior en forma de flor.
El arte Lateniense, es una mezcla de motivos con raices autóctonas y modelos estilísticos de
tradición oriental.
Las fíbulas pasaron de ser un instrumento útil a una expresión de lucimiento público, de ahí que los
artesanos realizaran verdaderas obras de arte dando prestigio y ennobleciendo a las ciudadanos
más notables. Hacía el siglo V a.C. las fíbulas y broches se realizaban en hierro, pero eran los
mismos artesanos que trabajan el bronce los que las realizaban usando técnicas similares. Según la
cronología estimada, los ejemplares propuestos parecen ser realizados en bronce mediante la
técnica del fundido de los puentes y apéndices de las mismas realizando mediante un punzón las
reincisiones decorativas..
La Tené es la mayor cultura Centroeuropea de la Segunda Edad de Hierro, que ocupaba en sus
orígenes Francia Oriental, Alemania Meridional, Austria, Chequia, Eslovaquia y Hungría,
extendiéndose a partir del siglo V a.C. por áreas limítrofes, dejando huellas en territorios, que si bien
no formaban estrictamente parte de ellas, recibieron su influencia debido a la importación de sus
productos. Por tanto el ámbito geográfico de las tres fíbulas propuestas es muy amplio abarcando
prácticamente todo Centroeuropa y las áreas bajo su influencia.
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Figura nº 3
En la figura nº 3 observamos un instrumento cuyo cuerpo principal tiene forma circular y presenta
una especie de mango elaborado unido al cuerpo principal. Parece tratarse de un espejo
compuesto de tres piezas, una manija unida con la placa de espejo principal, una barra,
posiblemente tubular alrededor del borde del cuerpo del espejo que hace de unión con la manija
y el cuerpo del espejo propiamente dicho.
La decoración sigue un patrón muy complejo con una base a modo de trébol que se repite
simétricamente en el lado izquierdo y derecho del espejo alcanzando un grado enorme de
perfección. Las partes de la decoración están grabados, utilizando un buril, posiblemente usando
el patrón de tejido de cesta y de textura rayada. La decoración está realizada en la parte
posterior del espejo, mientras que la cara opuesta habría sido finamente pulida y sin adornos y era
la que realizaba la función concreta de espejo. Este tipo de objetos era un artículo de lujo, que
ofrecía un amplio espacio para la ornamentación tanto en su dorso, como hemos visto, decorado
con complicados dibujos de trazo lineal, como en el mango fundido de compleja factura. Cuando
no se usaba como espejo podía tener un lugar destacado como ornamento reflejando la
importancia y nivel social de su poseedor.
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Este espejo parece realizado, debido a la calidad de su ejecución y al detalle aparente de su
realización, en bronce y es uno de los de los mejores ejemplos de un tipo de objeto de la Segunda
Edad del Hierro en la Europa Templada que se hizo exclusivamente en las islas Británicas.
Los primeros espejos identificados en Gran Bretaña eran de hierro. Habían sido colocados en los
enterramientos y datan alrededor de 300 a.C. Los espejos de bronce decorados datan en su
mayoría de entre el 75 a.C. y el 50 d.C. Como hemos visto, los espejos de bronce decorados,
aparecen únicamente en Gran Bretaña aunque se ha hallado alguno en Holanda, probablemente
debido al comercio. Su datación es bastante reciente, correspondiendo al periodo final
Lateniense, si bien como hemos visto en el punto anterior las Islas Británicas no pertenecían
concretamente a esta cultura el contacto con los pueblos del continente existió, evolucionando
parte de su arte y su dominio metalúrgico en este tipo de objetos que no encuentran similares en el
resto de Europa.
Concretamente el espejo de la figura propuesta se trata del llamado espejo de Holcombe
presente en el Museo Británico de Londres.
Figura nº 4
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La figura nº 4 corresponde a un carro de cuatro ruedas sobre cuya caja se levantan diferentes
escenas compuestas, aparentemente por figuras de guerreros, animales y otras representaciones
que no se aprecian con detalle en la imagen, y sobre esta caja, como parte protagonista del
conjunto se encuentra un recipiente de grandes dimensiones que contrasta con el pequeño
diámetro de las ruedas, soportado por cuatro pilastras que nacen de cada una de las ruedas con
una suerte de jabalcones para soportar el peso del caldero lleno.
Esta estructura de soporte del caldero está rematada por una pletina decorada con orificios a
modo de corona. Partiendo de la base cuadrangular que conforman las ruedas del carro y su
caja, se pasa a la estructura superior de coronación del caldero de forma circular siendo los
elementos de transición entre ambas partes, las pilastras sobre las cuales también se fijan las ruedas
del carro y sobre las que aparecen elementos decorativos con diversas figuras. En la pletina
superior de coronación se observan diversas anillas y en algunas de ellas se observas figuras
humanas y animales que cuelgan de ellas.
Debido a las características del carro, como son el pequeño tamaño de sus ruedas de seis radios
realizadas en una pieza y a la disposición del recipiente superior, deducimos que el uso de este
carro no era ni el de carreras, ni el de parada y guerra ni el carro-trono, sino que se trata de un
carro votivo, que es en realidad una plataforma con ruedas, muy decorado y con un significado
ritual, con un caldero con un uso como quemaperfumes, para libaciones, para contener agua
lustral, etc. que nos resulta desconocido.
Por otra parte también se especula el uso relacionado con los cultos agrarios del mismo debido a
las figuras que cuelgan de él, que en su avance, golpearían el carro, sonando a modo de gotas de
lluvia tan deseada para los cultivos.
Este tipo de carros que estaban realizados en bronce, aparecen en la Edad de Hierro en la Antigua
Eutruria o Cultura de los Príncipes al Sur de la Península Itálica y que surgió de la paulatina
modificación de la Cultura Villanoviana a partir del 720 a.C. hasta aproximadamente el 580 a. C.
durante la Primera Edad de Hierro. Estas manifestaciones artísticas se realizaban bajo la influencia
de diversos puntos del Mediterráneo Oriental teniendo el nexo común de su elaborada
construcción y decoración y del hallazgo de riquísimos ajuares funerarios en esta cultura. Ahora
bien, coetáneos a los carros de la Antigua Etruria surgieron carros muy similares en la Cultura
Hallstat durante la Primera Edad de Hierro en las regiones centroeuropeas, si bien la configuración
en el diseño de la caja y los motivos figurativos presentan diferencias entre una cultura y otra,
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asimilándose el carro propuesto a la Cultura de la Antigua Etruria, herencia de la Cultura
Villanoviana.
Concretamente el carro de la figura se trata del carro ritual en bronce de Bisenzio estando
localizado en el museo Nacional Etrusco de Roma.
Figura nº 5
En la figura nº 5 se observan dos carros de características similares, difiriendo fundamentalmente en
que el superior cuenta con dos ruedas mientras que el otro además de las ruedas laterales, cuenta
con una rueda central.
Ambos carros parecen realizados en bronce fundido. Su configuración es similar dividiéndose en
una horquilla de un timón de sección circular, corto, ancho y hueco en su base, con una figura
decorativa esquemática en forma de ave. La horquilla abraza el eje único del carro sobre el que
van embutidos los bujes que están fundidos conjuntamente con las ruedas. En la unión de la
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horquilla con el eje existe una prolongación de las horquillas hacía arriba en forma esquemática de
figura animal.
Las ruedas en ambos casos son de cuatro radios, estando en el caso del carro de dos ruedas y las
exteriores del de tres ruedas fuera de la horquilla, y en éste la tercera dentro de la horquilla,
uniendo un eje los bujes de cada una de las tres ruedas.
En ambos carros existen unas figuras decorativas en forma de ave, como hemos visto en la parte
superior de la horquilla, y también en los brazos externos de ésta a su paso por el eje del carro
coincidiendo aproximadamente con los extremos interiores de éste. Estas figuras son más
estilizadas y esquemáticas en el caso del carro de tres ruedas, aunque se distingue claramente su
morfología. En el caso de las puntas de la horquilla existen otras figuras muy similares en ambos
carros que aprovechan la prolongación de la horquilla hacía arriba, formando en su extremo un
pliegue hacía abajo en punta a modo de terminación que parece simbolizar la cabeza de un ave.
Por la parte baja del pliegue salen, de lo que sería el cuello del ave una especie de alas o cuernos
apuntando hacía arriba. En el caso del carro de dos ruedas se distinguen tres figuras de este tipo,
una en cada brazo de la horquilla y otra añadida a una punta central. En el caso del carro de tres
ruedas existen dos de éstas figuras uno en cada brazo de la horquilla, ya que la rueda central
impide colocar otra figura en el centro tal y como la tiene el otro carro.
Este tipo de figuras, también se encuentran en algunas piezas de bronce o de cerámica y en su
día debieron tener un significado. En las regiones centroeuropeas de Francia y Alemania que
compartían la cultura de Hallstat durante la Primera Edad de Hierro en la Europa Templada, se han
encontrado vehículos de tres ruedas de cerámica en miniatura con decoraciones de cabeza de
pájaros o pájaros completos. La aparición ocasional en las tumbas de la Cultura de los Campos de
Urnas durante el Bronce Final, sugiere una práctica muy extendida que ha llegado de forma
reducida hasta nosotros ya que el carácter funerario de estos vehículos provocaba en muchos
casos que no pudieran sobrevivir a la pira funeraria. Sabemos respecto a los rituales funerarios que
durante la etapa Hallstat al inicio de la Primera Edad de Hierro, los rituales funerarios de cremación
se sustituyeron por la inhumación, siendo costumbre seguir utilizando carros donde trasladar y
depositar los cuerpos.
A la vista de lo anterior podemos encuadrar cronológicamente los carros de las figura nº 5 durante
el Final de Bronce y principio de la Primera Edad del Hierro en la Europa Templada dentro de los
inicios de la Cultura de Hallstat que comprendía, como hemos visto parte de Francia y Alemania
entre los siglos VII y VI a. C.
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El segundo de los carros de la figura corresponde a un carro encontrado en Eiche, al este de
Alemania.
Figura nº 6
En la figura nº 6 observamos dos diferentes representaciones donde aparecen diversas figuras.
Parecen tratarse de escenas de lucha. En la parte izquierda observamos a dos guerreros luchando
a pié, mientras que en la parte derecha se observa la representación de un carro de guerra de
cuatro ruedas tirado por dos caballos y conducido por un guerrero.
Ambas representaciones son muy esquemáticas y carecen de perspectiva, si bien en ellas se
aprecian detalles fundamentales de las armas utilizadas por el pueblo que los realizó, tales como
las espadas, con la típica morfología del Bronce Final Centroeuropeo, las vainas para guardar éstas
y también parece que se representan las corazas de los guerreros luchando a pié y los escudos
cogidos a los brazos. Esta representación de guerreros combatiendo con los mismos medios
recuerda al modelo de lucha entre iguales que enfrentaba a los héroes griegos en la búsqueda de
honor y gloria, por lo que la representación debió estar asociada a algún personaje muy
destacado. La representación de la cabeza y el casco está muy poco definida.
En la representación del guerrero en el carro de guerra se muestra la tipología propia de los carros
de la Primera Edad de Hierro en la Europa Templada, así como el número de radios de las ruedas,
que es cuatro y tiene relación con los carruajes de la Cultura de Hallstat. La figura que conduce el
carro, porta un escudo y una especie de espada, lo que no deja duda sobre el carácter bélico de
la escena.
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El conjunto de la representación, si observamos los clavos que separan ambas escenas y los
agujeros que recorren la parte inferior de la viñeta decorándola, parecen ser realizados sobre una
lámina, probablemente de bronce. Consultada la bibliografía sobre la Edad del Bronce y Hierro en
Europa, comprobamos que se trata de parte del relieve realizado sobre el diván donde yacía el
cuerpo del Príncipe, en la tumba principesca hallada en Hochdorf (Alemania). El diván estaba
adornado con escenas en relieve como la propuesta. El conjunto decorativo medía en total tres
metros de largo y la técnica empleada para su realización fue el dibujo con puntillado.
En la Cultura de Hallstatt entre el VII y el VI a.C., a la que pertenece el enterramiento de Hochdorf,
desarrollada como hemos visto anteriormente en Centroeuropa, los pueblos de estas zonas
parecen haber estado gobernados por jefes influyentes, muy ricos, los testimonios que acreditan la
existencia de una minoría aristocrática se encuentran entre los restos de sus tumbas. Como vimos
con los carros de la figura nº 5, la práctica funeraria ha pasado a ser en todos los casos la
inhumación, en túmulos, con cámaras recubiertas de troncos, que fueron distintivos y los ajuares no
solamente contienen las armas y los adornos característicos de la época pasada, sino que cada
tumba encierra un carro, joyas, féretros muy especiales, las mejores prendas, sítulas, vasos de
bronce etc.
Figura nº 7
En la figura nº 7 se observa una decoración con la típica estilización céltica de la figura humana
donde se muestra un grupo de figuras realizando diversas labores, la representación se ha realizado
mediante la técnica incisa con puntilleado y líneas en zigzag. La figura central y la que está situada
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a su izquierda parecen tratarse de mujeres entregadas a diversas labores de la vida cotidiana, del
centro de la representación parece surgir una especie de telar, mientras que la figura de la
derecha parece tratarse de un hombre, diferenciado de las mujeres por su vestimenta, tocando un
instrumento musical que podría ser una lira. Las figuras de las mujeres están representadas por
formas triangulares de las que salen las extremidades, mientras que la figura del hombre es más
estilizada. Todas ellas están adornadas con estampaciones de círculos y triángulos incisos, que
también aparecen bajo sus pies.
El estilo del dibujo parece atenerse a fórmulas establecidas por tradición local, sin abusar de la
repetición ni del formulismo ornamental. Representándose sucesos y acciones que hubieron de
tener lugar en la vida real, cotidiana o funeraria. A pesar de su vínculo con la cotidianeidad, los
dibujos son altamente estilizados, e irradian un delicado equilibro entre la figuración y la
abstracción.
Este tipo de representaciones se plasmaban en las paredes de sus urnas cerámicas de tipo
panzudas y de cuello cónico. Las iniciales aparecen durante el Bronce Final en Europa Central y
Oriental en la llamada Cultura de los Campos de Urnas, apareciendo este tipo de urnas en
necrópolis donde se realizan los enterramientos por medio de la incineración. Las urnas están
fabricadas en cerámica y en ellas se depositan las cenizas procedentes del cadáver incinerado en
una pira funeraria. Estos recipientes cerámicos se introducían en fosas simples generalmente sin
señalizaciones exteriores. Si bien este tipo de enterramientos continúo durante la Primera Edad de
Hierro en la Europa Templada en la cultura de Hallstat, donde a pesar de comenzar a cambiar las
cremaciones por las inhumaciones en los enterramientos, continúa la práctica de depositar las
cenizas de las cremaciones en urnas.
La decoración de la figura n º 7, se encuadra más en el tipo de cerámica desarrollada durante el
periodo Hallstat, ya que eran típicas las imágenes de tipo geométrico, a partir de puntos, triángulos,
rombos y ajedrezados, recurriéndose en el área más oriental a la decoración con figuras humanas
formando pequeñas escenas. Mientras que en la Cultura de los Campos de Urnas durante el
Bronce Final en Centroeuropa, las decoraciones eran mayormente lisas con algunas acanaladuras
oblicuas y posteriormente incorporando motivos excisos. Todo ello nos lleva a encuadrar
cronológicamente la representación propuesta en la Cultura de Hallstat en su facies Oriental entre
los siglos VII y VI a.C. Consultando en la bibliografía, encontramos concretamente la pieza
propuesta que se trata de una urna funeraria encontrada en Sopron (Hungría).
La cerámica, durante el periodo Hallstat en la región oriental, nos introduce en el ámbito funerario
y ritual. En las tumbas, de cámaras revestidas de troncos de madera y túmulos al exterior como
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hemos señalado en la figura anterior, encontramos recipientes fabricados a mano, pero de gran
efecto ornamental.
Figura nº 8
En la figura nº 8, observamos la representación de una serie escenas en tres hileras diferenciadas
por cenefas decorativas. Se trata de diferentes decoraciones figurativas con una gran variedad de
temáticas. En la sucesión de figuras inferior en el papel, se observa una sucesión de diferentes
guerreros incluyendo un carro de guerra tirado por un caballo. En la escena central existe una
sucesión de animales, distinguiéndose, un ciervo, un león y otras serie de animales representados
como seres míticos. Por último en la proyección superior en el papel, se observan una serie de
trabajos agrícolas así como otras representaciones de seres mitológicos.
Todas estas figuras, tienen rasgos típicos del arte orientalizante, no sólo del repertorio griego, sino
que algunos de los motivos son influencia egipcia, mesopotámica o persa. Los motivos se
representan de manera bastante estilizada, estando el sentido de sus proporciones muy alejado de
la concepción estética del mundo griego. El muestrario iconográfico, es por tanto muy variado
reflejando una esceneografía de los modos sociales de los príncipes y aristócratas de la época,
detallándose las costumbres, comportamientos, instrumentos y vestimentas del periodo en que fue
realiza la decoración.
Esta influencia oriental, permite suponer que el ámbito geográfico dentro de Europa debe
aproximarse a los orígenes de estas influencias, situándolas en el Mediterráneo Europeo. Durante la
Primera Edad de Hierro en la Europa Mediterránea se produce, el llamado Horizonte Orientalizante
que afectó a la Península Itálica, de Sur a Norte. Hacía el año 625 a.C. esta influencia oriental,
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tamizada por Etruria llegó hasta la zona Norte del Antiguo Véneto, manteniendo su carácter
indígena y adaptándolo a las nuevas influencias. Esta única forma artística denominada Cultura
de las Sítulas, se mantuvo hasta el 400 a.C. durante el periodo conocido como Este III.
En concreto la representación propuesta, pertenece a la Sítula de la tumba de Benvenuto y
corresponde a una larga tradición de obras realizadas en bronce batido, en forma de cubo o
caldero. Las sítulas son recipientes cilíndricos que ensanchan su perfil en la parte superior, muy
ornamentadas como apreciamos en la imagen que demuestran un elevado nivel de desarrollo
tecnológico, las representaciones son abultadas y como hemos visto incorporan motivos zoomorfos
y figuras humanas además de motivos geométricos que recuerdan a la artesanía del metal de la
Cultura de los Campos de Urnas en el Bronce Final y a la Cultura Hallstat en la primera Edad de
Hierro en Europa, aunque se añaden aquí las influencias orientales y la tradición de la Cultura de
los Príncipes Etruria.
ORDEN CRONOLÓGICO
A continuación realizamos un listado ordenando las figuras propuestas de mayor a menor
antigüedad indicando su ámbito geográfico y a la cultura que corresponden:
-Figura nº 1: Punta de lanza de enmangue tubular realizada en bronce. Europa del Norte en el
Bronce Medio (Montelius II) con una cronología aproximada entre el 1.600 a.C. y el 1.200 a.C.
-Figura nº 4: Carro ritual de Bisenzio realizado en bronce. Edad de Hierro en la Antigua Eutruria o
Cultura de los Príncipes al Sur de la Península Itálica. A partir del 720 a.C. hasta aproximadamente
el 580 a. C. durante la Primera Edad de Hierro.
-Figura nº 7: Urna funeraria cerámica encontrada en Sopron (Hungría). Cultura de Hallstat en su
facies Oriental, Primera Edad de Hierro en la Europa Templada. Entre los siglos VII y VI a.C.
-Figura nº 5: Carros funerarios realizados en bronce. Final de Bronce y principio de la Primera Edad
del Hierro en la Europa Templada dentro de los inicios de la Cultura de Hallstat. Entre los siglos VII y
VI a. C.
-Figura nº 6: Relieve del diván de la tumba principesca hallada en Hochdorf (Alemania) realizado
en bronce. Primera Edad del Hierro en la Europa Templada dentro de los inicios de la Cultura de
Hallstat entre los siglos VII y VI a. C. (Datado entre el 550 a.C. y el 530 a.C.).
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-Figura nº 8: Sítula de la tumba de Benvenuto realizada en bronce. Primera Edad de Hierro en la
Europa Mediterránea, Cultura de las Sítulas (Este III.) Península Itálica, Antiguo Véneto. Entre el año
625 a.C. y el 400 a.C.
-Figura nº 2: Fíbula de pie vuelto (inferior). Cultura de la Tene A entre el 480 y el 250 a.C. Fíbulas de
pie vuelto (media y superior) Cultura de La Tené B entre el 250 y el 120 a.C. Segunda Edad de
Hierro en la Europa templada. Realizadas en bronce.
-Figura nº 3: Espejo de Holcombe realizado en bronce. Influencia La Tené C. Segunda Edad del
Hierro en la Europa Templada. Islas Británicas. Entre el 75 a.C. y el 50 d.C.
BIBLIOGRAFIA.
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