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Tumbas de los asesinados durante la Guerra Civil en Paracuellos del Jarama (Madrid)
¿SE TOCAN LOS EXTREMOS?
El común de los mortales suele utilizar con relativa frecuencia el dicho
“Los extremos se tocan” para expresar que gran parte de las veces muchos
de los fenómenos que nos parecen estar ubicados en premisas conceptuales
aparentemente muy alejadas tienen al fin resultados muy similares. Lo mismo
se dice de las personas y los grupos que acostumbran a definirse como
pertenecientes a extremos totalmente opuestos del espectro ideológico
convencional. En el campo de la política algunos afirman como algo cierto,
sin pararse a meditar, que la extrema derecha y la extrema izquierda
reaccionan y se comportan del mismo modo casi siempre en esta sociedad
acostumbrada a aceptar, tal que válidos, los estereotipos demasiado
ortodoxos. Y lo manifiestan con un evidente atisbo de sorpresa porque parten
de un supuesto equivocado consistente en aceptar las etiquetas que los
creadores de opinión han confeccionado con esmero para manipular la
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realidad y adoctrinar a las sociedades poco informadas. Así engañan a los
ciudadanos con el fin de conseguir sus espurios propósitos de dominio. A ello
coadyuva el escaso conocimiento de la Historia y de las Ciencias Políticas que
tiene el pueblo soberano en su conjunto, fomentado hasta la náusea por los
planes de enseñanza que la izquierda ha impuesto en sus muchos años de
ocupación del poder en España sin que la derecha haya hecho nada positivo
para corregir esa deriva nefasta que ha contribuido a crear varias
generaciones de analfabetos funcionales adoctrinados por un tropel de
sectariamente instruidos profesores que les han imbuido una versión
tendenciosa de la Historia plagada de “errores” mal intencionados y mentiras.
Por eso en DERECHO CIUDADANO A DECIDIR (DCID) estamos convencidos
de que la regeneración ética, social y política de España pasa por establecer
un modelo de enseñanza muy alejado del actualmente vigente, que permita
formar a padres y maestros para que cumplan las importantes misiones de
educar y enseñar, respectivamente, a los niños y los jóvenes inculcándoles el
respeto absoluto a la verdad y el derecho al conocimiento no adulterado.
Todas las demás reformas vendrán dadas por añadidura pues la EDUCACIÓN
y la FORMACIÓN son los pilares básicos para construir una sociedad sólida
cimentada en principios inconmovibles y no en meras apetencias de carácter
material.
El sentido original de la frase “Los extremos se tocan” se encuentra
recogido en el libro “El Kibalion”, donde también aparece otra muy utilizada
por los defensores de la doctrina relativista (que hoy podríamos denominar al
modo “zapateresco” como la teoría del “igual da”: “Nada es absoluto, todo es
relativo”. Ambas fueron escritas, entre otras, por un sacerdote y alquimista
místico del antiguo Egipto prefaraónico, llamado Hermes Trismegisto, al que
la leyenda atribuye la condición de guía del patriarca Abraham. Él no las
utilizaba en sentido político sino solo desde la concepción metafísica. En el
citado libro se resumen los “siete principios del hermetismo”, doctrina que,
según afirman en su texto los anónimos autores, que algunos estudiosos
conocen como “los tres iniciados” se fundamenta en las enseñanzas de aquel
extraordinario hombre sabio. Es en el cuarto de ellos, que define el principio
de Polaridad, donde aparecen, dentro de un texto más amplio, las dos ideas
que hemos comentado. Dejamos a un lado los demás principios (Mentalismo,
Correspondencia, Vibración, Ritmo, Causa - Efecto y Género) por ser ajenos
al asunto en que ahora interesa centrarse.
Hay toda clase de teorías sobre la identidad de “los tres iniciados” entre
las que destaca una cuyo origen parece ser el grupo “La Fraternidad de la Luz
Oculta”, escindido de la Escuela de Misterios “Buildres of the Adytum”
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(“B.O.T.A.”), fundada por Paul Foster Case. Otra versión atribuye la autoría a
la obra “Las Enseñanzas Arcanas” de William Walker Atkinson en la que
explora las “Leyes Arcanas”, que también son siete. Esta breve y curiosa
información se ofrece para que el lector compruebe como algunas cuestiones
que se consideran propias del acervo popular tienen orígenes más elaborados
y complejos que muchas veces desconocemos.
Pues bien, este preámbulo nos servirá de partida para, tras consultar
documentos y analizar determinados hechos, concluir que en algunos casos
no es aplicable la expresión “los extremos se tocan” pues aquello que se nos
presenta como una verdad absoluta por parte de algunos manipuladores de
la realidad (que no historiadores, como ellos se autodefinen) no es más que
una burda patraña para engañar a los incautos y cargar las culpas de unos
sobre las espaldas de otros. En tales supuestos lo que ellos llaman extremos
no es solo que se toquen…ES QUE SON LO MISMO. Demostraremos a
continuación con algunos argumentos irrebatibles que “no se tocan algunas
cuestiones presentadas como extremas, es que son parte inseparable del
mismo tronco y por tanto idénticas en su raíz”.
Está extendida y poco rebatida la mentira que consiste en calificar de
extrema derecha a los movimientos políticos conocidos con los nombres de
nazismo y fascismo, cuando esa afirmación no resiste el mínimo análisis
crítico a la luz de sus respectivos antecedentes y de la verdadera biografía de
los “líderes” de ambas. La amarga experiencia que en el pasado Siglo XX
vivió la Humanidad a causa de los crímenes del nazismo y el fascismo nos
obliga a reconocer lo que es una verdad incontrovertible: las dos “doctrinas
gemelas” se entroncan en la más pura tradición de la extrema izquierda.
Los matices diferenciadores son anecdóticos y no permiten mantener
lo que, de forma interesada, algunos individuos (demasiados, tal vez)
pretenden convertir en un dogma de fe laico para adoctrinar a las personas
mal informadas y canalizar en la dirección equivocada su repulsa hacia
comportamientos asesinos. Así se endosan a la derecha los crímenes de la
izquierda, sin demostrar pudor alguno, para dirigir el odio de la gente contra
los adversarios políticos y no contra los responsables de los abominables
actos cometidos por sus correligionarios. Veamos, pues, los distintos
elementos incuestionables, sustentados en hechos avalados
documentalmente y que nos servirán para demostrar, sin duda alguna, que el
nazismo y el fascismo son movimientos de extrema izquierda:
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POR SU ORIGEN Y LA PERSONALIDAD DE SUS FUNDADORES O MÁXIMOS
DIRIGENTES:
En lo que se refiere al nazismo
Téngase presente que el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán o
Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP), conocido
comúnmente como Partido Nazi, nació en 1920 y finalmente fue dirigido por
Adolf Hitler en calidad de Führer (Jefe) hasta 1945, derivó del Partido Obrero
Alemán (DPA), cuya actividad tuvo lugar en 1919 y parte de 1920. Por su
ideario es un partido que, sin reserva alguna, puede entroncarse en el
espectro de la extrema izquierda. No se olvide que el núcleo más duro del
citado Partido Nazi provenía del movimiento revolucionario de naturaleza
marxista, denominado Liga Espartaquista, que fue fundado por la dirigente
de ideología comunista Rosa Luxemburgo junto con otros “pensadores” y
activistas de izquierdas como es el caso de Karl Liebknecht y Clara Zelkin,
luego reconvertido en el Partido Comunista de Alemania (KPD) una vez
sofocadas las violentas revueltas iniciadas en Berlín que condujeron a las
dolorosamente recordadas masacres obreras.
No hay que dejarse engañar por el hecho innegable de las duras y
sangrientas confrontaciones entre el NSDAP y el KPD, pues no representaron
una guerra entre un grupo de extrema derecha y otro de extrema izquierda,
como ciertas versiones interesadas han defendido, sino una pelea fraterna,
pero cainita, entre dos facciones de extrema izquierda que se disputaban la
preeminencia política y el poder. Por mucho que se alegue que el Partido Nazi
fue apoyado por algunos grupos de derecha, e incluso de extrema derecha,
para conseguir su propósito de vencer al Partido Comunista de Alemania no
debe caerse en la evidente trampa. Hay que entender esa realidad como una
simple estrategia para conseguir sus objetivos y monopolizar el espacio
ideológico y de poder en el campo de la extrema izquierda. Hasta el fin de sus
días Adolf Hitler se definió de continuo como un “hombre de izquierdas, un
socialista con fuerte componente nacionalista” pues en su libro “Mein Kampf”
(“Mi lucha”) se autocalifica como un “socialdemócrata” y declara que no se
decidió a militar en el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) porque lo
consideraba dominado por los judíos. En su texto manifiesta de forma
explícita ser “un anticapitalista y un antiliberal” y en las sorprendentes
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anotaciones de los diálogos mantenidos con Paul Joseph Goebbels en el
bunker, antes de suicidarse, se define como un “socialista cunero”.
Con el transcurso del tiempo fue perfilando su concepción ideológica
pero siempre mostrando, como en sus años jóvenes, una profunda simpatía
hacia las organizaciones de trabajadores y un odio visceral contra los
empresarios, lo que le distingue como hombre de izquierdas. Cuando ya
lideraba el NSDAP declaró: "nosotros somos socialistas; somos enemigos del
actual sistema económico capitalista por su explotación de quien es
económicamente débil, con sus salarios injustos, con su indecorosa
evaluación del ser humano según su riqueza y propiedad en lugar de su
responsabilidad y sus logros. Y estamos todos dispuestos a destruir este
sistema bajo cualquier circunstancia".
No cabe mayor evidencia de su adscripción ideológica a la extrema
izquierda. Su proyecto de configurar un nuevo orden político y social y de
sostenerlo con todo el poder del Estado con el fin de transformar la sociedad
y dominarla, incluso utilizando métodos violentos para imponer el terror, es
una característica esencial de la extrema izquierda.
En lo que se refiere al fascismo:
El fascismo es un movimiento político que puede considerarse como
invención directa de Benito Amilcare Andrea Mussolini partiendo de una
escisión del ala radical del Partido Socialista Italiano (PSI), tras producirse la
quiebra del mismo por discrepancias insalvables derivadas de fuertes
protagonismos confrontados entre sus dirigentes. Mussolini siempre había
militado en ese grupo, que era el más activista del PSI. Dentro de él organizó
y montó la corriente denominada Terza via (Tercera Vía), después incorporada
al Partido Socialista Reformista Italiano (PSRI). Su ideario se sustentaba en un
concepto propio y característico del fascismo que, de forma paradójica, se
presentaba al mismo tiempo como enemigo del capitalismo y contrario al
internacionalismo proletario.
Su padre era militante socialista y Mussolini llegó a ostentar el segundo
cargo en importancia dentro del PSI y a dirigir en 1912 el histórico diario
socialista “Avanti” (“Adelante”) y más tarde, en 1914, fundó para dirigirlo
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después el diario “Il Popolo d’Italia” (“El pueblo de Italia”). La postura
neutralista del Partido durante la Primera Guerra Mundial y su oposición al
Nacionalismo Italiano llevó a Mussolini a crear el Fascio di Combatimento con
los militantes más radicales de la Tercera Vía que recibieron el calificativo de
“herejes socialistas” por parte de los ortodoxos del PSI.
Deducción:
Por tanto, según podemos verificar con la detallada consulta de textos
fácilmente contrastables y que sustentan sus conclusiones en numerosos
documentos históricos plenamente fidedignos, Hitler y Mussolini, así como
los respectivos movimientos de los que fueron máximos dirigentes, eran de
izquierdas. Es más, por su radicalismo, pueden encuadrarse dentro de la
extrema izquierda.
Hay que documentarse bien antes de aceptar la opinión de que eran de
extrema derecha, extensamente difundida por los actuales seguidores de la
izquierda y asumida pusilánimemente por quienes manifiestan con timidez ser
de centro derecha, demostrando así un miedo cerval a que les coloquen el
doble marchamo de nazis y fascistas. El primero de ellos era socialista y muy
ligado al Espartaquismo comunista alemán, el segundo era esencialmente
fascista y estrechamente relacionado con el socialismo radical italiano.
El nazismo y el fascismo fueron alimañas nacidas del socialismo, dos
ramas heterodoxas escindidas del credo marxista, aunque la propaganda
soviética y la de sus cómplices en los países occidentales hayan fabricado
esa burda patraña de calificarlas como extrema derecha y así colgarle a la
derecha democrática el sambenito de su afinidad ideológica con esos dos
monstruosos movimientos que sembraron el horror en el período que media
entre el final de la Primera Guerra Mundial (1919) y el de la Segunda (1945).
En realidad, fueron respectivamente hijos nacidos de los partidos del
socialismo marxista alemán e italiano, en cuyo seno se incubaron los huevos
de la peligrosa serpiente que aterrorizó a Europa y asoló casi todo el Planeta.
El uso de las palabras fascista o nazi, utilizados frecuentemente por la
izquierda contra la derecha, no es apropiado para la derecha democrática que
nada tiene que ver con el socialismo fascista o nazi.
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En nuestra España son más adecuadas para calificar el socialismo
radical implantado por el sectario e inicuo ex Presidente Rodríguez, cuyo
comportamiento en relación a los temas sociales y religiosos fue también
claramente totalitario y se asemejó al nazismo hitleriano que perseguía, con
su componente “goebbelsiana”, a los ciudadanos católicos; de lo que es un
visible ejemplo el infanticidio practicado tras el reconocimiento y protección
del aborto como un “derecho” de las mujeres a decidir sobre su propio (¿…?)
cuerpo y la propuesta de regulación de la eugenesia y de la eutanasia.
En el plazo de 31 años fueron necesarias nada menos que dos Guerras
Mundiales para que las naciones democráticas aliadas pudieran derrotar a dos
de los monstruos nacidos directamente del socialismo marxista: el nazismo y
el fascismo. Otros 44 años de Guerra Fría se precisaron para poder terminar
con el otro monstruo: el comunismo soviético, también conocido como
“socialismo real”. No obstante, aún persisten rastros de su paso por la
Historia de la Humanidad.
Pero la manipulación adoctrinadora de muchos falsos historiadores y
de gran parte de los enseñantes formados con las tesis izquierdistas han
conseguido disfrazar de extrema derecha a los dos primeros durante los
últimos 71 años, con la canallesca e interesada complicidad de algunos
medios de comunicación adictos.
POR SUS FINES:
Los movimientos nazi y fascista, a imagen y semejanza del comunismo,
tienen un único objetivo: LA IMPLANTACIÓN DE UN RÉGIMEN TOTALITARIO
Y DESPÓTICO que controle férreamente todos los resortes de la sociedad en
que se asientan, siempre bajo la dirección indiscutible de un líder (Führer en
el nazismo, Duce en el fascismo y Presidente del Presidium del Soviet
Supremo en el comunismo de la URSS) que impone su criterio dentro del
máximo órgano de poder constituido para gobernar dictatorialmente el país
[Oficina de la Cancillería del Tercer Reich (Reichskanzlei) en Alemania,
Consejo Fascista (Gran Consiglio del Fascismo) en Italia y Soviet Supremo
(Verjovny Sovet) en la Rusia comunista].
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Para conseguirlo impusieron LA CREACIÓN DE UN PARTIDO ÚNICO
DENTRO DEL ESTADO TOTALITARIO (NSDAP en Alemania, PNF en Italia y
PCUS en la Rusia comunista) que monopolizó la vida política de la nación,
para lo cual era imprescindible ilegalizar todos los demás y prohibir la
creación de otros nuevos.
Es característica común de esos regímenes de extrema izquierda EL
PROYECTO DE CREAR UN EXTENSO IMPERIO y en apoyo de esa desmedida
ambición utilizan la fuerza con toda la violencia que los medios militares
disponibles les permite desarrollar. Recordemos el sueño nazi de La Gran
Alemania (Großdeutschland), la Italia Imperial o Gran Italia (Grande Italia)
fascista y el afán expansionista de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (Soyuz Sovétskij Sotsialistícheskij Respúblik) de siglas URSS
(SSSR o CCCP), que se materializó en las invadidas y esclavizadas naciones
del Este Europeo, así como en la implantación colonialista del comunismo en
muchos países de todo el Orbe.
POR SUS MÉTODOS:
Formación de fuerzas paramilitares para amedrentar y dominar a la
población civil [en Alemania, desde 1920, las tristemente famosas SA, siglas
de las Secciones de Asalto (Sturmabteilung) muy activas durante los primeros
tiempos del nazismo en las que se integraron hasta 1932 las Juventudes
Hitlerianas (Jugendbund) y, desde 1929, las SS, siglas de las aún más crueles
Escuadras de Defensa, Compañías de Defensa o Escuadras de Protección
(Schutzstaffel) dirigidas por el inhumano Heinrich Himmler; la MVSN, siglas
de la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional (Milizia Volontaria per la
Sicurezza Nazionale) creadas en 1923 por Mussolini a partir de otra formación
anterior; y la DSAAF, siglas de la siniestra Sociedad Voluntaria de Ayuda al
Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina (Dobrovol'noye Obshchestvo Sodeystviya
Armii, Aviatsii i Flotu) constituida en 1951 a partir de la preexistente Unión de
Sociedades de Asistencia para la Defensa y Aviación-Construcción Química
de la URSS (Soyuz obshchestv sodeystviya oborone i aviatsionno-
khimicheskomu stroitel'stvu SSSR) que se fundó en 1927 por la fusión de tres
organizaciones que funcionaban anteriormente.
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Utilización de la violencia para sus fines de dominio hasta el extremo
de perpetrar los crímenes más crueles e incluso el genocidio. He aquí una
muestra:
La justificación teórica de esa violencia podemos encontrarla en la
siguiente frase de Friedrich Engels: “la violencia es el instrumento con el cual
el movimiento social se impone y rompe formas políticas rígidas y muertas” y
en la afirmación de Karl Marx: “la violencia es la comadrona de toda vieja
sociedad preñada de otra nueva” junto a otras de igual calibre “intelectual” y
bajeza moral.
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También es una característica común a los regímenes totalitarios de
extrema izquierda la creación de unos poderosos y bien dotados Ejércitos, no
con exclusivos fines de defensa sino para invadir los países vecinos en su
fanático intento de hacer realidad los sueños imperiales [La Wehrmacht nazi
compuesta por el Heer (Ejército), la Kriegsmarine (Armada) y la Luftwaffe
(Fuerza Aérea) y a la que se sumaron las Waffen-SS (Brazo Armado de las SS);
el Esército Italiano (Ejército Italiano), la Regia Marina (Marina Real Italiana) y
la Regia Aernautica (Fuerza Aérea Real Italiana) durante el dominio fascista;
el Raboche-Krestiánskaya Krásnaya Ármiya (Ejército Rojo de Obreros y
Campesinos) o RKKA en la URSS.
Además, todos ellos exteriorizaron un odio visceral al Cristianismo y,
especialmente, a la Iglesia Católica, en algunos casos suavizado por la
tradición nacional (como ocurría en la Italia fascista).
Y, desde luego, el culto exacerbado de la personalidad que lleva a los
seguidores de las doctrinas nazi, fascista y comunista a considerar como
semidioses a los líderes supremos y a sus más directos colaboradores. Una
aberración merecedora de tratamiento psiquiátrico. Para poder adoctrinar
miserablemente a los niños y los jóvenes, arrastrándoles a abrazar las
doctrinas totalitarias definidoras de cada sistema y fomentar el idólatra culto
al líder no tuvieron reparo en crear organizaciones dirigidas específicamente
a tal fin [Juventudes Hitlerianas (Jugendbund) en la Alemania nazi; las Opera
Nazionale Balilla (Organizaciones Juveniles Fascistas) en Italia; la Komsomol
(Organización Juvenil del Partido Comunista de la Unión Soviética).
El secuestro antidemocrático de la libertad de los ciudadanos a los que
vuelve a tratarse como súbditos, igual que ocurría antaño en las monarquías
absolutistas tan denigradas por los teóricos del nazismo, el fascismo y el
comunismo, que presentaron sus respectivos sistemas políticos como
“heroicos” libertadores de los pueblos oprimidos. La aversión hacia el
sistema capitalista defensor del libre mercado y las democracias burguesas
alimentan siempre el cúmulo de “virtudes” que es característico de la extrema
izquierda, expresión a la que no añadiremos el calificativo de totalitaria porque
sería redundante ya que no existe otra que no lo sea.
La utilización de atractivos símbolos icónicos que sirvan de señuelo
para atraer a los pueblos poco instruidos y hacerlos adictos a la droga
ideológica que se les inocula desde el Estado totalitario. Helos aquí:
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Los mecanismos de propaganda comunistas, con el apoyo de ciertos
sectores del ámbito universitario y algunos intelectuales trasnochados y la
amplificación facilitada por profesionales indoctos e iletrados de los medios
de comunicación cómplices en la invención de una falsa realidad, jaleados por
los “tontos útiles” que siempre se tragan los embustes y los propagan en su
entorno, han conseguido que algunas personas de prestigio cayeran en las
redes que tan hábilmente han sabido tender durante muchos años de mentiras
y tergiversaciones de la Historia.
Solo así puede entenderse que un pensador y escritor de reconocido
prestigio como el germano Thomas Mann pudiera escribir una estupidez tan
irreflexiva como la siguiente:
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“Colocar en el mismo plano moral el comunismo ruso y el nazifascimo,
en la medida en que ambos serían totalitarios, en el mejor de los casos es una
superficialidad; en el peor es fascismo. Quién insiste en esta equiparación
puede considerarse un demócrata, pero en verdad y en el fondo de su corazón
es en realidad ya un fascista, y desde luego sólo combatirá el fascismo de
manera aparente e hipócrita, mientras deja todo su odio para el comunismo”.
Olvida ese encumbrado autor que existe un gran número de
intelectuales y políticos que condenan por igual al comunismo y a lo que él
denomina “nazifascismo”, no por el simple hecho de compartir su esencia
totalitaria sino porque son las dos manifestaciones de una realidad bifronte:
la extrema izquierda. Como ocurre con Janus (Jano), el dios de la mitología
romana que dio nombre al primer mes del año, a esa ideología cabría
representarla como un ente con dos caras que miran hacia ambos lados
(derecha e izquierda), pero su cerebro y su corazón son únicos.
¿Por qué tienen tanto empeño los comunistas en adjudicar al nazismo
y al fascismo la etiqueta de extrema izquierda? ¿Son de verdad tan ignorantes
que se creen esa mentira pese a no resistir un análisis incluso superficial?
NO. Se trata simplemente de una estrategia concebida para inocular en
los “creyentes” de su doctrina el mecanismo de autodefensa del sistema
político criminal que defienden señalando para ello a un enemigo de ideología
contraria cuyos crímenes son tan crueles y abominables como los cometidos
por su adorado “socialismo real” (sobre todo desde la Revolución Rusa de
1917 que llevo al poder a los soviéticos, modelo seguido por todas las demás
revoluciones que se inspiraron en esa ideología). Así justifican su acción
como reacción contra un enemigo ideológico inventado. No deja de ser un
comportamiento cainita pues se trata de una guerra entre hermanos, dado que
se gestaron en el mismo vientre de la Historia del Mundo.
No es que a los comunistas les avergüence asumir como propios los
crímenes de los nazis y los fascistas incluyendo entre los “líderes” de la
extrema izquierda a Hitler o Mussolini. Las atrocidades cometidas por estos,
sobre todo por el primero, nada tienen que “envidiar” a la de individuos como
Lenin, Stalin, Mao Zedong, Ho Chi Minh, Pol Pot y sus más aventajados
émulos. Incluso las superan desde la óptica cuantitativa, aunque no desde la
cualitativa. Si tragan con la de estos últimos podrían aceptar las de los otros
sin empacho alguno.
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Concluyendo, citaremos, en primer lugar, una curiosa circunstancia
anecdótica, aunque amarga y, en segundo, una seria llamada de atención a
los lectores. La primera no permite siquiera esbozar una simple sonrisa, por
las connotaciones trágicas de los hechos que tuvo que vivir el personaje que
la protagonizó y la segunda intenta prevenir contra la estúpida, pero no
imposible, irresponsabilidad de facilitar la llegada al poder en nuestra amada
Patria a cierto movimiento de extrema izquierda cuyos dirigentes han
presumido y presumen en público de respetar y admirar a los gerifaltes
comunistas antes citados. Y. además, pretenden seguir su ejemplo y aplicar
en España las recetas que tantas vidas costaron y tanta miseria llevó y sigue
llevando a los más diversos lugares del Planeta.
CIRCUNSTACIA ANECDÓTICA:
Don Pedro Muñoz Seca es autor, junto a don Pedro Pérez Fernández, de
una obra de teatro cuyo título es “Los extremeños se tocan” estrenada en el
Teatro de la Comedia de Madrid el 17 de diciembre de 1926. En el libreto se
define como Opereta en tres actos, pero sin música. El argumento está muy
alejado de lo tratado en este artículo salvo por lo que se refiere a su título que
aprovecha ingeniosamente el dicho “Los extremos se tocan”.
Y si no tiene nada que ver la trama de la citada obra con el presente
artículo… ¿A cuento de qué viene citarla en él? Pues, sencillamente, porque
Muñoz Seca, genial escritor cuya obra cumbre es “La venganza de Don
Mendo” fue una de las víctimas asesinadas por la extrema izquierda a finales
de 1936 (28 de noviembre) en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama
después de su incomprensible detención en Barcelona por las milicias
anarcosindicalistas (acusado de tener ideas monárquicas y católicas), tras ser
trasladado a la cárcel de San Antón de Madrid de donde fue llevado al lugar
de su fusilamiento
Pretextando los traslados a cárceles madrileñas, ordenado por la
Dirección General de Seguridad del Gobierno Republicano, hay constancia
documental de que había sido incluido en una de las veintitrés “sacas” de
presos que desembocaron en aquellos masivos asesinatos de triste e infausta
memoria. El comunista Santiago Carrillo Solares ostentaba, en esas trágicas
fechas, la máxima responsabilidad de la Consejería de Orden Público.
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Es pues una de las incontables VÍCTIMAS INOCENTES de las criminales
acciones de la extrema izquierda comunista. Por eso recordamos con dolor
tan miserable asesinato, aprovechando la implícita referencia del título de la
obra a la extendida frase que da pie al del presente artículo. Se incluye un
homenaje gráfico a don Pedro Muñoz Seca:
LLAMADA DE ATENCIÓN A LOS LECTORES:
No volveremos a insistir en las escalofriantes atrocidades que cometió
y sigue cometiendo la extrema izquierda, pues existe una amplia constancia
documental y audiovisual en la mayor parte de las bibliotecas, hemerotecas,
fonotecas y videotecas. Si pese a esa evidencia, fácil de contrastar, los
votantes bien intencionados aún creen que Podemos en un partido de la
misma naturaleza que los muchos de talante democrático que circulan en el
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ámbito europeo… estamos perdidos. En caso de incurrir ingenuamente en ese
descomunal error y permitir que los siniestros personajes de los “círculos”
alcancen el poder, aunque sea de forma compartida con el PSOE del
megalómano y ambicioso Pdr Snchz, los españoles sufriremos pronto las
seguras y terribles consecuencias. No solo caeremos en una ruina peor que
la provocada por el último gobierno del PSOE, llevado a la deriva por el
rencoroso e inútil Rodríguez, sino que veremos mermadas en gran medida las
LIBERTADES y la SEGURIDAD JURÍDICA dando un paso de gigante hacia el
ESTADO TOTALITARIO que preconiza Pablo Iglesias Turrión y las huestes que
siguen sus consignas. En el montaje gráfico que incluimos seguidamente le
vemos rodeado por arriba y por abajo de sus ídolos comunistas y flanqueado
por dos que él tilda de extrema derecha, aunque pertenecieron a la misma
jauría:
ALGUNOS TOTALITARIOS DE EXTREMA IZQUIERDA (*):
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(*) De izquierda a derecha y de arriba abajo:
VLADIMIR ILLICH ULIANOV (LENIN)
JOSIF VISARIÓNOVICH STALIN
MAO ZEDONG
NICOLAE CEAUSESCU
SALOTH SAR (POL POT)
WALTER ERNST PAUL ULBRITCH
BENITO AMILCARE ANDREA MUSSOLINI
PABLO IGLESIAS TURRIÓN
ADOLF HITLER
SANTIAGO JOSÉ CARRILLO SOLARES
DOLORES IBÁRRURI GÓMEZ (PASIONARIA)
FRANCISCO LARGO CABALLERO
ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA (EL CHE)
FIDEL ALEJANDRO CASTRO RUZ
HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS
Ignacio Vargas Pineda
Secretario Nacional Provisional de
DERECHO CIUDADANO A DECIDIR
DCID - El Partido del Siglo XXI
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